Ser culto es el único modo de ser libre La politización de

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“Ser Culto es el único modo de ser libre”. La politización de los
pensionados del Servicio del Seguro Social (1957 -1964).
(Foto extraída del periódico El Pensionado, Abril de 1963, Portada)
Alumno: Andrés Soto.
Profesor Guía: Marcos Fernández.
1
Índice.
1.Indice ................................................................................................................................... 2
2. Introducción ........................................................................................................................ 3
3. Capítulo I: Breve análisis de la legislación social Chilena y el surgimiento de la figura
del pensionado ...................................................................................................................... 19
3.1. Inicios de la legislación social chilena.
Inicios, debate y modificaciones de la ley 4.054 .................................................................. 19
3.2.La seguridad social y sus ramas ..................................................................................... 33
3.3. Los pensionados: Desde la Caja el Seguro Obrero Obligatorio a la Caja del Seguro
Social. ................................................................................................................................... 39
4. Capítulo II: Se organizan los Pensionados: Las Asociaciones que los representan y sus
problemáticas……………………………………………………………………………………………….53
4.1. La política está cambiando: El surgimiento de una nueva Asociación de Pensionados
del Servicio del Seguro Social………………………………………………………………………….55
4.2. Problemáticas y Demandas de los pensionados del SSS entre 1952-1964………………70
5. Capítulo III: Los pensionados del SSS ¿Un actor político?.......................................................83
5.1. ¿Cómo captar a los pensionados del SSS? La politización emprendida por la
Asociación comandada por Justo Parra………………………………………………………………83
5.2. Apelación
5.3.
a los obreros en actividad…………………………………………………………......90
Los pensionados del SSS en la campaña presidencial de 1958………..………………97
6. Palabras
Finales…………………………………………………...…………………………………...109
7. Bibliografía…………………………………………………………...………………………………..116
2
Introducción.
Los individuos que integran las sociedades contemporáneas se encuentran divididos en diferentes
grupos según su edad. Dependiendo a cuál de ellos se pertenezca la sociedad le asigna roles y
lugares específicos para desenvolverse. Es así como la vejez, al igual que la niñez, la juventud o
bien la adultez, es una condición impuesta por la comunidad a la cual se pertenece. Es lo que
podría llamarse una edad social que “depende de la conjunción de distintos factores: la
longevidad del momento y lugar dados, la función que la sociedad le atribuye a las personas que
considera jóvenes o maduras y la que asigna a las que califica viejas”1. Bajo esta lógica es que
existe una edad de jubilación, en donde las personas pasan de ser activas a pasivas socialmente.
La cual, a su vez, está en concordancia con la capacidad productiva de un individuo. En
definitiva la falta de productividad de una persona condiciona su paso a la vejez.
Los estudios históricos relacionados con las diferentes etapas de la vida de todo ser humano han
avanzado considerablemente. Pero a pesar de ello la vejez ha quedado relegada a un segundo
plano. De hecho la filósofa francesa Simone de Beauvoir señaló que “es imposible escribir una
historia de la vejez”2, ya que “el viejo, en tanto categoría social, nunca ha intervenido en el curso
del mundo” 3 . El anciano “no sirve para nada: ni de moneda de cambio, ni reproductor, ni
productor; no es más que una carga”, a lo cual se suma que ellos “no tienen ninguna arma y su
problema es estrictamente un problema de adultos activos. Éstos deciden, según su propio interés
práctico e ideológico, acerca del papel que conviene conferir a los ancianos”. En definitiva “los
1
Víctor Alba, Historia social de la vejez, Barcelona, España, Editorial Laertes, 1992, 16.
Simone de Beauvoir, La vejez, traducción Aurora Bernárdez, Buenos Aires, Argentina, Editorial
Sudamericana, 1970, 105.
3
Ibid, 106.
2
3
ancianos terminan por ser vencidos puesto que constituyen una minoría ineficaz y sólo sacan sus
fuerzas de la mayoría que los utiliza”4
Bajo la lógica que postuló Simone de Beauvoir, en donde los ancianos sólo se limitan a aceptar
las condiciones que los demás grupos etarios les imponen, en particular los elementos activos, la
sociedad chilena del XXI lo sigue al pie de la letra. Ello se debe a la fuerte despolitización de
esta última, lo cual es expresado en la casi nula participación activa de la población en el
quehacer político. Lo que no es más que el fiel reflejo del desinterés generalizado de los
diferentes grupos sociales, como los jóvenes, pensionados, campesinos, entre otros; de percibir la
política como un medio por el cual solucionar sus problemáticas, obtener nuevos beneficios, en
definitiva, poder transformar el mundo que los rodea.
Entre los grupos sociales que destacan en su desinterés por la sociedad y, por consiguiente,
también por participar políticamente son los afiliados al sistema de Administradoras de Fondos
de Pensiones, más conocido como AFP. Este último reemplazó el sistema previsional basado en
la solidaridad social que había funcionado en nuestro país casi por treinta años. Más
precisamente el 13 de Noviembre 1980, la Junta Militar dictó el Decreto de Ley Nº 3.500 que
venía a instaurar un nuevo sistema de pensiones, además de terminar con el rol de tutor que el
Estado chileno había tenido sobre esta área. Esta situación ha permanecido prácticamente intacta
hasta el año 2011, a pesar de las innumerables perdidas y años de mínima rentabilidad que han
sufrido las AFP`S. De hecho, aun teniendo en cuenta que en el año 1996 estas problemáticas
afectaron fuertemente
los montos que sus afiliados tenían acumulados
“ninguno de los
Sindicatos, Federaciones o Centrales que agrupa a la fuerza laboral chilena, salvo el caso de la
CEPCH (Confederación Nacional de Sindicatos, Federaciones y Asociaciones de Trabajadores
4
Idem.
4
del Sector Privado de Chile) y de la FENATRAFP ( Federación Nacional de Trabajadores de
AFP), se manifestó reclamando por esta delicada situación, ni interesándose en un debate serio
sobre la materia.”5
La pasividad de los imponentes frente al sistema de pensiones que idearon un grupo de
economistas neoliberales, encabezados por el Ministro del Trabajo y Previsión Social José
Piñera, es producto de la despolitización que pretendió instaurar el gobierno militar a través de la
implementación de una serie de reformas, entre ellas la previsional. Esta última eliminó el
antiguo sistema de reparto de corte socialista que, según el Discurso de anuncio de la reforma
previsional, que se dio a conocer el 6 de Noviembre de 1980, “produjo pobreza y discriminación
para millones de trabajadores chilenos” 6 debido a la “facultad del poder político para definir
quién se beneficia y en cuánto”7. Para contrarrestar esta situación se instauró un sistema regido
por el individualismo, llamado de capitalización, en donde los beneficios concedidos estaban
directamente relacionados con las contribuciones del trabajador. Con ello se anuló el poder de
presión que los diferentes gremios, sindicatos o asociaciones realizaban sobre el ejecutivo para
obtener mayores beneficios, ya que las pensiones otorgadas sólo correspondían al ahorro de cada
trabajador, no al de un grupo especifico. Es por ello que se incorporaron sectores sociales que
anteriormente no tenían cobertura previsional, ya que no correspondían a ningún grupo social
determinado, por ende tampoco pertenecían a una caja en particular, como lo eran los
trabajadores independientes. Pero por otro lado, algunos sectores, como las Fuerzas Armadas,
siguieron teniendo un sistema previsional autónomo.
5
Franyo Zapatta Alvarado, Mitos y Realidades del Sistema privado de Fondos de Pensiones en Chile (AFP),
Santiago de Chile, LOM Ediciones, Diciembre de 1997, 14.
6
José Piñera Echeñique, El cascabel al gato: la batalla por la reforma previsional, Santiago, Chile, Editoras
Zig-Zag, 1991, 159.
7
Ibid, 158.
5
Sumado a lo anterior, la reforma de 1980 disminuyó el protagonismo que tuvo el Estado a la
hora de administrar el sistema previsional traspasándoselo a instituciones privadas llamadas
AFP, las que serían reguladas solamente a través de la Superintendencia de Administradoras de
Fondos de Pensiones. La idea era que los imponentes de las AFPs eligieran libremente a cual de
ellas confiar sus fondos y, por ende, también sus pensiones. Dejando atrás las adhesiones
obligatorias que tenía cada trabajador a un régimen previsional específico para cada sector de
trabajadores.
Además de la despolitización y el individualismo que proponían los economistas neoliberales se
eliminaron los aportes patronales y estatales. La razón, en el primer caso, era incentivar el
desarrollo de la industria, mientras que en la segunda, se pretendió disminuir el enorme gasto
social que destinaba el Estado a la previsión social. Aportes que fueron sustituidos por “la mayor
eficiencia de la administración privada,
las menores posibilidades de fraude y el menor
incentivo a la evasión”8, los que con el tiempo reemplazarían a las contribuciones que daba el
Estado y el empresario.
La reforma previsional no sólo repercutió en la forma de entender el sistema de pensiones sino
que también en la actividades políticas de los pensionados de nuestro país. En primer lugar
porque “amplía drásticamente los márgenes de libertad individual, la cual, junto con la
participación en la base social y el progreso económico, constituyen barreras infranqueables para
el comunismo”. Sumando a ello que “al establecerse beneficios proporcionales a los esfuerzos,
desaparece una enorme fuente de poder estatal y de discrecionalidad, con secuelas inevitables de
demagogia y politización”. Y por último, “al hacer propietario a cada trabajador, la reforma lo
compromete activamente en el manejo responsable de la economía y en la búsqueda de la
8
Ibid,168.
6
estabilidad política y la paz social”9. En otras palabras, al combinarse el individualismo con la
disminución de la participación del Estado se dinamitó el poder de presión que tuvieron por largo
tiempo las distintas organizaciones y partidos políticos que representaban a los pensionados y a
los trabajadores activos. Contribuyendo con ello, al alejamiento de la sociedad chilena de la
organización política como elemento importante e imprescindible para poder transformar y
mejorar el sistema previsional.
Por ende, la marginación tanto de los afiliados como de las diferentes organizaciones que los
representan, en parte, se debía y se debe a “una actitud de indiferencia generalizada por conocer
las características y el funcionamiento del sistema de Fondos de Pensiones” 10 . Esta misma
actitud se evidencia en los pensionados de este sistema, en donde una vez que cumplen la edad
en que reciben su pensión se desvinculan totalmente de él, sin conciencia de las generaciones
que en poco tiempo estarán en su misma situación. Ello no es más que la consecuencia de un
proceso de despolitización producto de la individualización que vivió la sociedad chilena durante
la Dictadura Militar.
Esto último se convirtió en una de las principales motivaciones de la investigación que
presentaremos, por lo cual nos preguntábamos ¿Qué sucedió con los pensionados y afiliados al
sistema previsional unas cuantas décadas antes de la reforma previsional que tuvo su origen en
tiempos dictadura y, si al igual que en la actualidad, estuvieron totalmente resignados a vivir en
la situación que se encontraban?
Al comenzar a adentrarnos sobre la temática relacionada con los pensionados percibimos que la
historiografía chilena prácticamente no había prestado atención a este sector social. Es por ello
9
Ibid, 171.
Zapatta, op. cit., 12.
10
7
que uno de los propósitos de nuestra investigación es aportar al estudio de uno de los grupos
sociales más olvidados dentro de la Historia, como lo fue este grupo de ancianos e inválidos que
conformaban los pensionados del Servicio del Seguro Social (SSS).
El presente estudio abordará el tema de los pensionados del SSS a través de su quehacer en la
política. En otras palabras, nuestra intención es apreciar cómo las Asociaciones que los
representaban y los partidos políticos trataron de captar sistemáticamente sus discursos,
demandas y problemáticas, todo con el fin de integrarlos al quehacer político, es decir
politizarlos para posteriormente poder integrarlos dentro de su universo de votantes.
Hemos escogido este grupo de pensionados, descartando a los demás, por su gran número en
comparación con las otras Cajas de Previsión, como eran la de los empleados particulares,
públicos, periodistas o el régimen previsional de las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile. A
ello se sumaba, que a pesar de su número, los beneficios que obtenían fueron bastante precarios
en comparación con los demás sectores. Situación que se agravó debido a los amenazantes
flujos inflacionarios que vivió la economía chilena, los cuales degradaron constantemente el
nivel de vida de estos ex obreros manuales.
Los años escogidos para apreciar el proceso de politización que vivió este sector social son desde
1952 a 1964. Hemos prestado atención a este período porque a partir de 1952 se aplicó una
importante reforma que cambió radicalmente el sistema previsional obrero. Ella dividió la
antigua Caja del Seguro Obrero Obligatorio, que había funcionado desde 1924, en dos
organismos, el Servicio del Seguro Social y el Servicio Nacional de Salud. Además de cambiar
la forma en que se financiaban las pensiones por vejez. Estas últimas pasaron de un sistema de
capitalización a uno de reparto. En el primero las pensiones sólo eran los aportes del trabajador,
8
lo cual prácticamente no había contribuido a constituir una masa considerable de pensionados
por este beneficio, debido a sus bajos montos. Por ende también el nivel de participación en las
organizaciones o en la política no era demasiado, ya que todos se desvinculaban rápidamente de
la Caja del Seguro Obrero Obligatorio una vez que retiraban el dinero que tenían acumulado.
Esta modalidad predominó sobre las pensiones. Mientras que el segundo, no solo integró por
primera vez las pensiones mínimas y reajustes anuales, sino que incrementó el número de
obreros que obtenían pensiones por vejez, al eliminar el rescate de reservas. Por ende este grupo
se convirtió en un sector susceptible a ser politizado, conviviendo en él, a partir de la década de
los 50, tanto los pensionados por invalidez como también un creciente grupo de pensionados por
vejez.
Y por último, durante este periodo de tiempo se aprecia una valiosa cantidad de fuentes que
muestran como sistemáticamente las Asociaciones que representaban a los pensionados, que en
este tiempo eran dos, se enfrentaron en una campaña de desprestigió mutuo, todo con el fin de
politizar a este sector social. Ello fue consecuencia inmediata de la incertidumbre que impregnó
el ambiente político una vez que el líder populista Carlos Ibañez del Campo llegó a la
presidencia. El cual no sólo planteaba una “tercera vía”, identificada por el anti-partidismo, sino
que también después de la elección presidencial de 1952 se mostro por primera vez un electorado
poco predecible en comparación con años anteriores. Lo que repercutió en los partidos
tradicionales a la hora de cautivar a los viejos votantes y captar a nuevos grupos de sociales.
Debido a esto último, también prestaremos atención a la elección presidencial que se desarrolló
en el año 1958, para apreciar, a través de los programas presidenciales o diarios de los diferentes
candidatos, las apelaciones que ellos hicieron a este sector de ex obreros manuales.
9
A raíz de la importancia que tendrá el concepto de politización en nuestra investigación, este lo
entenderemos, como lo utiliza Julio Pinto en su capítulo VI ¿Cuestión Social o Cuestión
Política? de su texto Trabajos y rebeldías en la pampa salitrera: el ciclo del salitre y la
reconfiguración de las identidades populares (1850-1900).El historiador antes mencionado
realiza un análisis de cómo los partidos políticos, tanto el Democrático como el Radical o el
Liberal Democrático, politizaron sistemáticamente a los obreros de la pampa salitrera a finales
del siglo XIX. Sacando como conclusión, al analizar los resultados electorales, que los obreros
se vieron mas atraídos por los partidos de elite que por sus propios partidos, esto se debía a que:
“Motivadas, a la vez, por la necesidad de captar un electorado más masivo y
por la posibilidad de canalizar en beneficio propio las crecientes exigencias de
la cuestión social, estas colectividades se revelaron diestras en levantar un
discurso de sensibilidad popular que podía llegar a ser bastante energético e,
incluso, en asociarse a acciones de reivindicación clasista”11
Si bien esto sucedía a finales del siglo XIX, durante 1952 a 1964 tanto las Asociaciones de
pensionados como los diversos partidos políticos en sus campañas utilizaron la misma modalidad
de politización que ocuparon los partidos de elite en la pampa salitrera. Es por ello que es
importante tomar en cuenta la definición de politización que hace Julio Pinto, el cual la entiende
“como participación formal en agrupaciones políticas o adopción de un discurso programático”12
Con respecto a estudios provenientes de nuestra disciplina realizados específicamente sobre los
pensionados y que además se relacionaran parcialmente con nuestra temática encontramos
solamente el libro del historiador Iván Ljutebic titulado Historia de la Asociación de
Pensionados de Chile: Tomo I: el primer cuarto de Siglo (1938-1963). Este nos presenta el
surgimiento de la primera Asociación de Pensionados en el año 1938, la cual fue el resultado del
11
Julio Pinto, Trabajos y Rebeldías en la pampa salitrera: el ciclo del salitre y la reconfiguración de las
identidades populares (1850-1900,. Santiago de Chile, Universidad de Santiago, 1998, 312.
12
Ibid, 311.
10
largo e intenso movimiento obrero que surgió en el norte de nuestro país. En otras palabras, este
autor relaciona las luchas reivindicativas de los obreros a finales del siglo XIX y comienzos del
siglo XX con el surgimiento de la Asociación de Pensionados durante el gobierno de Pedro
Aguirre Cerda. Una vez marcado el hito fundacional de la primera organización destinada a los
pensionados el autor se empeña en utilizar constantemente las fuentes en sus páginas, todo con el
fin de a través de ellas ir progresando temporalmente, a la vez que informando sobre los avances,
beneficios, manifestaciones y disputas que afectaban a los pensionados del Seguro Obrero
Obligatorio.13
El texto antes mencionado realiza un seguimiento sistemático a través de sus fuentes, periódicos
de izquierda como El Siglo, de la primera Asociación de Pensionados del Seguro Obrero
Obligatorio. Además como ésta última fue adecuándose a través del tiempo a las distintas
reformas de la ley que los acogía, a los nuevos beneficios, campañas presidenciales u otras
organizaciones que representaban a este grupo social. Lo anterior carece de análisis, ya que el
autor se empeña en mostrar sus fuentes sin hacer interpretaciones sobre ellas. Pero a pesar de
esto se convierte en un importante elemento a la hora de realizar nuestra investigación, ya que
nos aporta información relevante sobre el constante conflicto entre la primera Asociación de
Pensionados y la organización comandada por Justo Parra, todo con el fin de posteriormente
contrastar las diferencias entre ambas instituciones en su manera de politizar a los pensionados.
La Asociación que presenta el historiador Iván Ljutebic desde sus comienzos en la década del 30
se encontraba relacionada con los partidos políticos de izquierda. Por ello durante las campañas
presidenciales apoyaba a los candidatos de esta colectividad, como por ejemplo a Salvador
13
Iván Ljutebic, Historia de la Asociación de Pensionados de Chile: Tomo I: el primer cuarto de Siglo (19381963).,Santiago, La Asociación, 1996.
11
Allende. Por otro lado, la Asociación que fue comandada por Justo Parra (ver cita 102) se
encontraba adherida a los postulados del Agrario Laborismo, resaltando por ello, su carácter de
apolítica. En consecuencia las discrepancias en la forma de hacer política se fueron plasmando
en las relaciones que entablaron con los pensionados del SSS para politizarlos.
Pero el proceso de politización que emprendieron las organizaciones que representaban a este
sector se encontraba relacionado con las características del Estado de Bienestar. Este último
puede ser definido como “el conjunto de garantías y de las intervenciones elaboradas por el
Estado para asegurar unos estándares mínimos de ingresos, alimentación, salud, vivienda y
educación a todo ciudadano como –derecho social- y no como caridad. “14 Todas prestaciones
estatales que fueron modificándose a través de las distintas políticas sociales, las cuales
coincidían “con una progresiva inclusión de cuotas (siempre más aplicadas) de población en las
garantías (siempre más extensivas) ofrecidas por el Estado social”15
Las políticas sociales fueron confeccionadas en conjunto con la ciudadanía. Ello después que el
status de ciudadano, según la tesis de T.H. Marshall, estuviera compuesto por tres elementos: el
civil, el político y el social. Siendo este último, aparecido en el siglo XX, el que “agrupa toda
una gama que va desde un mínimo de bienestar y de seguridad económica hasta el derecho a
participar plenamente de la convivencia social y a vivir la vida de personas civiles según los
cánones vigentes en la sociedad”16 . En otras palabras la construcción de derechos sociales por
parte de la ciudadanía, cosa inexistente en el siglo XIX, se tradujo en su participación constante a
la hora de alterar las desigualdades sociales. Ello se debía a que el concepto de ciudadano y los
14
Manuel Herrera Gómez, Las políticas sociales en las sociedades complejas, Barcelona, España, Editorial
Ariel, 1ª Edición, 2003, 22.
15
Idem.
16
Ibid, 87.
12
derechos que se adquirían con él estaban ligados con la igualdad “respecto a sus derechos y a los
deberes conferidos por tal status”17
Por ende el margen en donde las desigualdades sociales fueran practicadas fue reduciéndose, ya
que al mismo tiempo se incrementaban los mecanismos de protesta por parte de la ciudadanía.
Dinámica que fue progresando a medida que el Estado de Bienestar se iba perfeccionando. Por
ejemplo a partir de 1883 en Alemania de la mano de Bismarck se dictaron una serie de leyes
sociales como respuesta a la llamada cuestión social que enfrentó el país europeo, las cuales
fueron acogidas como ejemplo por los demás países, entre ellos Chile. Ellas tuvieron como
premisas principales “la oferta de reformas y servicios sociales, paralela al reconocimiento de los
derechos fundamentales de ciudadanía, se presentaba como un medio de intercambio para
alcanzar un acuerdo político entre las partes”
Si bien en un principio la inclusión de los sectores sociales más pobres, en particular los obreros,
fue la respuesta de la elite a la cuestión social. El integrarlos al quehacer ciudadano, tomando en
cuenta las responsabilidades que le incumben a esta condición, tuvo como consecuencia una
complejización de las demandas de estos sectores producto de los problemas que significaba
mantener funcionando una economía de mercado. Es así como en los años 40, posterior a la
Segunda Guerra Mundial, nace el plan Beverige. El cual no es más que “un sistematico
compromiso entre las contradictorias estructuras e ideologías del estado asistencial y de la
economía de mercado. Sociedad libre (…), capitalismo de mercado y crecimiento de las fuerzas
políticas y sociales reformistas (…) puede co-existir éste en el núcleo de la cuestión- a condición
17
Idem.
13
de que el Estado asegure con sus intervenciones (…),para todos de la misma manera (…), lo
necesario para vivir y una ocupación para las personas activas.”18
En otras palabras el Estado actuaba en la “corrección de las imperfecciones del mecanismo de
mercado”19 promoviendo programas, asignando recursos y ejecutando políticas sociales. Son las
llamadas políticas directas. Ellas se contraponen, en el nivel de impacto, con las políticas
indirectas que “son aquellas que afectan e influyen el funcionamiento del mercado, siendo las
más importantes políticas monetaria, fiscal, de comercio exterior, etc.”20. Siendo la primera las
más utilizadas para palear los situaciones sociales conflictivas como consecuencia del nivel
organizativo de sectores de la ciudadanía que se veían afectados por desigualdades sociales. Es
precisamente en este punto donde comienzan actuar los partidos políticos y las diferentes
organizaciones ciudadanas a la hora de presionar al ejecutivo en busca de mejoras para su
situación.
Las políticas sociales que fueron desarrolladas en nuestro país siguieron al pie de la letra las
reformas que introducían los países europeos al modelo de seguridad social. De hecho al igual
que en Alemania fueron producto de la denominada “cuestión social” e integraron, al mismo
tiempo, a las grandes masas de obreros manuales bajo la tutela del Estado a partir de la primera
mitad de la década de 1920. Lo que conllevó que a partir de los años 30 con el cambio de modelo
económico, desde una economía enfocada hacia el exterior a una de sustitución de importaciones
(ISI) con fuerte desarrollo de la industria nacional, el surgimiento de “grupos de presión que
18
Ibid, 89.
Iván Lavados, Evolución de las políticas sociales en Chile 1964-1980, Santiago de Chile, Editorial
Naciones Unidas, 1983, 15.
20
Idem.
19
14
comenzaron a expresar una serie de demandas sociales patrocinadas por gran parte de la clase
política”21
De hecho, es precisamente a finales de los años 30 que Salvador Allende pública su texto La
realidad Medico-Social chilena (1939). En este escrito realizó diferentes análisis de la decadente
situación de los chilenos en materia de social, prestando atención al tema de la previsión social
que comenzaba a desarrollarse lentamente durante este periodo. La cual tuvo serios defectos al
momento de otorgar pensiones por vejez, debido a que “la forma como está financiado no podrá
permitir prestaciones ni siquiera aproximadas a las de tipo vital; las pensiones acordadas hasta
ahora así lo demuestran.”22. Con el fin de solucionar estas problemáticas “es necesario que la
nación toda reaccione movilizándose en el sentido de reparar todos los errores, males e
imprevisiones...” 23 . Modo de actuar que estaba totalmente acorde a la forma en que los
trabajadores, a través de sus diferentes organizaciones, presionaban al ejecutivo para conseguir
mejoras y beneficios de distinta índole. Bajo esta lógica es que nace la Primera Asociación de
Pensionados en 1938, la cual se relacionó estrechamente con la Confederación de Trabajadores
de Chile (CTCH).
El problema más común que suscitó la participación de la ciudadanía en el desarrollo de las
políticas sociales fue que los beneficios que otorgó el Estado fueron extendiéndose
paulatinamente y de manera desordenada a los gremios y agrupaciones de trabajadores con
21
Mariana Schkolnik, Evolución de las políticas sociales en Chile: 1920-1991, Santiago de Chile, Editoriales
Mideplan, 1991, 4.
22
Salvador Allende, Realidad Medico-Social Chilena (síntesis), Santiago, 1939, 158.
23
Ibid, 195.
15
mayor poder de presión. Traduciéndose en la práctica en una “legislación sumamente compleja
y en una estructura muy desigual de beneficios y contribuciones”24
Si bien el Estado aumentó constantemente el gasto fiscal en materia social a partir de la década
del 20, nunca presentó “una estrategia de financiamiento coherente que asegurara la
sustentabilidad de los programas a largo plazo”25. Sino que todo lo contrario, prefirió solucionar
problemas a corto plazo y con poca claridad, lo que condujo “a que en la práctica las acciones
sociales que se pretendía implementar en el área quedaran subordinadas a los desequilibrios
macroeconómicos y terminaran por fracasar”26
Fue precisamente este modo de operar el que predominó dentro del sistema previsional chileno.
A partir de la creación del Seguro Obrero Obligatorio en 1924 hasta 1952 prácticamente la masa
obreros manuales que adquirieron las pensiones que otorgaba el Estado para este sector fue nulo.
De hecho no es hasta la década del 50 que se visualiza una masa de pensionados por vejez en
constante aumento. Ello se debe al cambio del modo de financiamiento para este sector de la
seguridad social. Se pasó de un sistema de capitalización individual a uno de reparto. Este último
tenía ventajas importantes, ya que aumentaba el monto de las pensiones, otorgaba pensiones
mínimas y ajustes anuales, al mismo tiempo que contribuía en la mejor distribución del ingreso
en nuestro país. Al respecto José Pablo Arellano señalaba que “el sistema de seguridad social
modificará la distribución del ingreso toda vez que la suma de las contribuciones que cada
persona haga al sistema no corresponda a los beneficios obtenidos por ella”27
24
Schkolnik, op. cit.,6.
Schkolnik, op. cit., 7.
26
Schkolnik, op. cit.7.
27
Arellano, Juan Pablo, Políticas sociales y desarrollo. Chile 1924-1984, Santiago de Chile. CIEPLAN.
1985,66.
25
16
Debido a los constantes problemas que tuvo la política social en el campo previsional, sumado a
la inequidad, injusticias y dificultades que amenazaban los ideales de la seguridad social y las
pretensiones del Estado de Bienestar, es que los pensionados del Servicio del Seguro Social, ex
Seguro Obrero Obligatorio, se organizaran para cambiar esta situación. Más a partir de la década
del 50 donde fueron concientizándose de sus derechos como elementos pasivos de la sociedad,
los cuales eran radicalmente distintos a los que tenían cuando eran obreros activos. Es en la
construcción de estos derechos en este sector de la ciudadanía que las entidades relacionadas con
la política, como las Asociaciones que respaldaban a los pensionados y los partidos políticos,
vieran con buenos ojos un grupo social en constante aumento y con problemas específicos. Labor
que adquirió mayor relevancia cuando este temática también estaba relacionada directamente con
los obreros en actividad.
En la discusión bibliográfica que acabamos de presentar pusimos especial atención a los
conceptos de politización y Estado de Bienestar. A ello sumamos análisis respecto a las políticas
sociales chilenas y los problemas que tuvo el Estado a la hora de entregar un nivel de vida
adecuado a los ciudadanos pasivos. Todo ello será respaldado por una serie de fuentes, entre las
que destacan el periódico El Pensionado, medio oficial de la Asociación de Pensionados
comandada por Justo Parra. Además utilizaremos fuentes relacionadas con la elección
presidencial de 1958 como los programas políticos tanto de Jorge Alessandri como de Salvador
Allende, respecto a este último agregaremos el periódico El Siglo y, para terminar, un diario
llamado El 38 que apoyaba la candidatura de Luis Bossay.
Respecto a lo anterior, pero con características cuantitativas, analizaremos diferentes cifras del
periodo como la inflación, el salario real y las pensiones mininas, todo con el fin contextualizar
económicamente las demandas de los pensionados, para así apreciar cuánto realmente era una
17
pensión mínima en comparación con un salario vital o qué porcentaje de la pensión eran
consumida por la inflación del periodo.
La metodología que pretendemos utilizar para las fuentes antes mencionadas es comparativa, ya
que a través del periódico El Pensionado, sumado a las fuentes presentadas en el texto de Iván
Ljubetic, podremos apreciar las demandas de los pensionados, las cuales serán comparadas con
las promesas realizadas por los candidatos presidenciales en 1958, expresadas tanto en los
programas como en los periódicos que apoyaban su candidatura. Por otro lado, analizaremos en
extenso el periódico El Pensionado para visualizar los mecanismos de politización que esta
Asociación desplegó hacia los pensionados del SSS, con el fin de contrastarlos con las fuentes
que son constantemente utilizadas en el texto Historia de la Asociación de Pensionados de
Chile: Tomo I: el primer cuarto de Siglo (1938-1963).
18
Capítulo I.
Breve análisis de la legislación social chilena y el surgimiento de la figura del
pensionado por vejez.
Analizar el inicio de la legislación social chilena se convierte en el puntapié inicial de nuestra
investigación. Ello no sólo se debe a la creciente preocupación de las cúpulas políticas hacía lo
sectores más desposeídos en los inicios del siglo XX, sino que también a los derechos que estos
últimos fueron adquiriendo a medida que transcurría el tiempo. A lo que se sumó los problemas
y cambios que afrontó el sistema previsional a la hora entrar en contacto con la realidad
nacional. Todas situaciones de enorme importancia a la hora de comprender de qué manera los
pensionados del Servicio de Seguro Social fueron politizados.
Inicios de la Legislación Social Chilena. Surgimiento, debate y modificaciones
de la Ley 4.054.
En el año 1906 fue aprobada en Chile la primera ley social, la ley de habitaciones obreras. A la
cual, se sumaron posteriormente, la ley de Descanso Dominical (1907), la ley de Protección a la
Infancia Desvalida (1912), la ley de la silla (1914), la ley de accidentes del trabajo (1916), la ley
de sala cuna (1917) y, finalmente, “el Decreto N° 4.353 denominado de Conciliación y Arbitraje,
que por primera vez establece formalmente la conciliación y el arbitraje como mecanismo de
solución de conflictos”28. Juan Carlos Yáñez en su texto La intervención social en Chile señala
que “entre 1906 y 1917 se fueron dictando un conjunto de disposiciones legales, que pueden ser
consideradas como el antecedente inmediato de las leyes de 1924”29. A lo cual agrega, “de esta
forma, hacia 1920, la sociedad chilena- y especialmente su elite dirigente- había terminado
reconociendo la “cuestión social” y sus efectos negativos si no intervenía en su desarrollo. El
28
29
Juan Carlos Yañez Andrade. La intervención social en Chile. 1907-1932. Ril Editores. 2008. 118.
Ídem.
19
lapso entre 1900 y 1920 no sólo había servido para la eclosión de una serie de fenómenos
asociados a la “cuestión social”, sino también para los primeros ensayos en su reconocimiento y
conceptualización, así como el diseño de un programa político legislativo, que tuvo en la
incorporación de las demandas obreras y la aprobación de las primeras leyes sociales sus dos
pilares fundamentales”30
Siguiendo con el creciente reconocimiento de la elite nacional sobre los problemas del mundo
obrero y su posterior incorporación en los programas políticos de las diferentes campañas,
Arturo Alessandri propuso, en su programa presidencial de 1920, una serie de medidas en
beneficio del proletariado, como fueron “el mejoramiento de las habitaciones obreras,
haciéndolas cómodas, higiénicas y baratas; velar por una remuneración que satisfaga las
necesidades más vitales; protección frente a los accidentes del trabajo, enfermedades y la vejez,
protección a mujeres y niños; además de la creación del Ministerio del Trabajo y Previsión
Social”31.
A pesar de que el candidato de la Alianza Liberal se transformó en el nuevo Presidente de la
Republica, la aprobación de las reformas sociales que había prometido en su candidatura estaban
seriamente obstaculizadas por el Congreso, ya que la oposición a su gobierno era mayoría. De
hecho, ya en 1921 había presentado un proyecto sobre el Código del Trabajo, pero este fue
infructuoso frente a los constantes debates que no llegaban a ningún puerto. Lo mismo sucedió
con las reformas constitucionales y la legislación social, a pesar que después de la elección
parlamentaria de 1924 obtuviera mayoría de partidarios en ambas Cámaras. En ese mismo año,
los parlamentarios le dieron privilegio a discutir y aprobar la dieta parlamentaria dejando de
lado al ejército y a los empleados particulares que por largo tiempo pedían reajustes en sus
30
31
Ibid, 119.
Ibid, 236.
20
remuneraciones. Esto tuvo como consecuencia el llamado “ruido de sables”, donde miembros del
ejército acudieron al Congreso Nacional para presentar su disconformidad ante la ineficacia de
los diputados y senadores. Esta forma de presión fue aceptada por el presidente Arturo
Alessandri, ya que la utilizó para enviar 16 proyectos de ley al Congreso, los cuales fueron
aprobados sin ningún tipo de discusión en un sólo día, más precisamente el 8 de Septiembre de
1924. Entre ellos destacaban “siete leyes laborales: contrato de trabajo para obreros; reforma a la
ley de accidentes del trabajo; seguro de enfermedad, invalidez y accidentes del trabajo,
conciliación y arbitraje; sindicatos, cooperativas y contrato de trabajo para empleado. Además
aprobó la mayoría de lo exigido por el Comité ejecutivo Militar, con excepción del punto
referido a la reforma de la Constitución Política y el impuesto a la renta”32
Las leyes sociales aprobadas, como lo señala Juan Carlos Yáñez, “fueron un avance limitado en
el inicio o consolidación de una política laboral, considerando los antecedentes en materia que
legislación social que mostraba nuestro país y los proyectos de Código Laboral presente en el
Congreso desde 1919”33. En otras palabras, Arturo Alessandri fue el encargado de aprobar y
poner en marcha un paquete de leyes de carácter sociales que tenían sus raíces en debates que
venían ocurriendo desde principios del siglo XX.
Dentro del paquete de leyes sociales que fue aprobado sin ningún tipo de discusión, destacaba el
proyecto de seguridad social presentado en 1922 por el Dr. Ezequiel González Cortés. Más
conocido como la ley de Seguro Obligatorio de Enfermedad e Invalidez o por el número 4.054.
Esta establecía una serie de beneficios para los obreros como la atención médica, el subsidio por
enfermedad, las pensiones de invalidez y vejez y la cuota mortuoria. Todos riesgos que serían
cubiertos bajo la lógica del ahorro. Si bien previamente a 1924 “las medidas sociales en pro del
32
33
Ibid, 244.
Ibid, 245.
21
ahorro y seguridad de los trabajadores y empleados se habían reducido antes de ese año a
algunas leyes sobre montepío y cajas de ahorro. A fines de 1898 se estableció el derecho a retiro
a los empleados públicos que cumplieran 40 años de servicio o 65 años de edad. En mayo de
1918, se aprobó una pensión de retiro para el personal de Ferrocarriles del Estado”34. Pero estas
leyes “no habían calado hondo en los sectores de formación proletaria y el peón urbano. Para
muchos analistas la característica que distinguía a los sectores populares era la imprevisión, esa
despreocupación por el mañana, que lo llevaba a preocuparse solo por el presente” 35 . El
encargado de propagar esta lógica era la Caja de Seguro Obrero Obligatorio, a través de su
carácter obligatorio. Pero también con ello, pretendía evitar los enormes costos económicos que
para el Estado pudo producir la ayuda a los sectores más pobres y numerosos de nuestro país,
como eran los obreros manuales.
Debido a que en Chile existían escasos acercamientos al concepto de seguridad social bajo la
lógica del ahorro, prácticamente se copió la legislación alemana. Esta había sido establecida a
finales del siglo XIX, después que el proletariado enarbolara constantes luchas para mejorar sus
pésimas condiciones de vida. Gracias a lo anterior, se logró la aprobación de una serie de leyes,
las cuales posteriormente serán tomadas como modelo por todos los países del mundo, entre
ellos el nuestro. Entre las leyes que fueron aprobadas en el país europeo se encuentran la ley de
seguros contra las enfermedades (15 de Junio de 1883), la ley de seguros de accidentes de los
obreros industriales (6 de Julio de 1884) y, el 22 de Junio de 1889, la ley de seguros de invalidez
y vejez36. En otras palabras, desde 1883 el Estado adquirió nuevas funciones frente a las grandes
masas populares, todas encarnadas en el seguro social. Esta última consistió “en no dejar al
34
Ibid, 279-280.
Ibid,260.
36
Alfredo Gaete Berrios, Seguridad social: estudio teórico-práctico de la nueva legislación chilena y
comparada, Buenos Aires, Argentina, Roque Delpalma Editor, 1957, 2.
35
22
obrero la facultad de ponerse o no ponerse a cubierto de los riesgos, sino, al contrario, en
imponerle el ejercicio de la previsión colectiva”37. En definitiva “el individuo no tiene el derecho
a permanecer imprevisor: eso sería contrario al interés de la colectividad”, ya que si bien la
obligación “substrae al asegurado una parte de su libertad individual, en cambio, le otorga, con el
derecho de acudir a la colectividad, una seguridad verdadera” 38 .El encargado de poner en
práctica el modelo alemán de Seguridad Social fue el sucesor de Alessandri, Carlos Ibáñez del
Campo.
Como producto de las premisas anteriores, por primera vez en la historia de Chile el Estado
reemplazaba a las familias, mutuales39 e instituciones de caridad social-cristiana en la entrega de
servicios y protección frente a los problemas de la salud, a las enfermedades y a la vejez. Por
ello, la correcta entrega de la seguridad social a la ciudadanía se transformó en un asunto que le
concernía a la justicia. Ya que desde de 1925, la Constitución Política de nuestro país señalaba
que el Estado debía garantizar “ la protección al trabajo, a la industria y a las obras de previsión
social, especialmente en cuanto se refiere a la habitación sana y a las condiciones económicas de
la vida, en forma de proporcionar a cada habitante un mínimo de bienestar, adecuado a la
satisfacción de sus necesidades personales y a las de su familia”; y agrega que “es deber del
Estado velar por la salud pública y el bienestar higiénico del país” 40 . En consecuencia, se
37
Jorge Gustavo Silva, La legislación social y la educación cívica, Santiago de Chile, Imprenta Nacional,
1928, 12.
38
Idem.
39
En su seno se cobijaban artesanos y obreros sin distinción de oficio (Con exclusión de los peones y
sirvientes domésticos) y numerosos pequeños patronos de talleres artesanales. Dentro de sus objetivos
podemos mencionar la implementación de cajas de ahorro destinada a socorrer a todos los artesanos
enfermos, imposibilitados o ancianos-sin miramiento de nacionalidad- , así como a sus familias en caso de
fallecimiento del asociado. Para más información ver De la “Regeneración del pueblo” a la huelga general.
Genesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890) del historiador Sergio Grez Toso.
La revolución solidaria. Historia de las sociedades obreras de Socorros Mutuos. Chile, 1840-1920. de María
Angélica Illanes.
40
Chile, Constitución política de la República de Chile: promulgada el 18 de Septiembre de 1925, Santiago
de Chile, Imp. Universitaria, 1925,10-11
23
comenzó a utilizar la denominación Estado Proveedor, el cual “se distinguía por priorizar la
protección y los cuidados básicos de la población mediante la inversión de altos porcentajes del
presupuesto fiscal en todo tipo de materias de beneficio social”41.
Un fiel reflejo de lo anterior fue “la creación de nuevas instituciones y un aumento del personal
y de los gastos fiscales en el campo social”42.Lo cual se expresó, según Juan Pablo Arellano, en
un aumento progresivo del porcentaje del gasto fiscal en materia social. En 1925 era sólo de un
12,1%; 1930 un 18,1 %; 1935 era un 23,5%; 1945 un 28,1 %; en 1955 un 31,7%; en 1960 un
39,6% y en 1965 un 45,2%.43 Esto se debía, además, a una mayor cobertura y un mejoramiento
de los beneficios otorgados en un principio, los que sólo cubrían al trabajador pero a partir de
1955 se expande a todo el núcleo familiar.
El aumento del gasto fiscal en materia social se debió, además de lo anterior, a la expansión de la
seguridad social hacía los grupos medios, compuestos por empleados de distinto tipo. De hecho
entre 1932 y 1952 solo aumentó el nuevo de afiliados provenientes del mundo obrero en un
“69%, mientras entre los empleados públicos lo hace en 180% y entre los empleados del sector
privado en 220%. Tal expansión se produce mientras la población activa crece en 33%”44
Este nuevo rol del Estado tenía como fin evitar eventuales estallidos sociales, como los ocurridos
a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Por ello, gran cantidad de leyes estuvieron dirigidas
hacia los sectores de trabajadores que se encontraran organizados en gremios o sindicatos y que
tuvieran una mayor capacidad de presión política, la que podía manifestarse en forma directa o
bien a través de los partidos políticos que los representaban. Esto tuvo como consecuencia que
41
Sofía Correa Sutil, Historia del Siglo XX chileno: balance paradojal, Santiago de Chile, Edit.
Sudamericana, 2008,149.
42
Arellano, op. cit., 29.
43
Ibid, 30.
44
Ibid ,35.
24
“la expansión de los beneficios sociales resulta en una legislación sumamente compleja y en una
estructura muy desigual
de beneficios y contribuciones.” 45 . De hecho, “se registraba una
diferencia bastante marcada de contribuciones y beneficios entre obreros y empleados y entre
pequeños grupos al interior de éstos. A lo largo de estos años, junto con más que triplicarse los
beneficios sociales por persona para la gran masa de obreros, algunos grupos reducidos de
empleados obtuvieron mejorías bastante superiores”46
Si bien el Estado otorgaba nuevos beneficios a la población obrera que se encontraba afiliada a la
Caja del Seguro Obrero Obligatorio, algunos de ellos eran financiados a través de los aportes
patronales y descuentos mensuales a los sueldos de los trabajadores. Motivando, con ello, entre
los años 1925 a 1932, “ataques más violentos de los sectores industriales, de las empresas y de
los propios obreros, dándose caso de “huelgas en contra de la ley de seguro ayudadas por los
propios empresarios”, se llegó hasta hacer explotar una bomba en el edificio de la
administración”47.
Con el fin de palear los ataques, por parte de los empresarios y de los mismos obreros, el
Ministerio de Bienestar Social emprendió una campaña informativa. En ella se pretendió enseñar
los avances y los beneficios de la legislación social a través de la educación cívica, ramo de
carácter obligatorio hacia 1928. Todo con el fin de “disponer los espíritus favorablemente a su
fructificación; es decir, para despertar y fortalecer el espíritu social”48
Problemas que pretendieron ser resueltos otorgando mayores y mejores servicios. Por esta razón,
a medida que transcurrieron los años, se fueron realizando distintas modificaciones a la ley
45
Ibid, 36.
Ibid, 37-38.
47
Poblete, op. cit. 136.
48
Silva, op. cit., 20.
46
25
4.054. Ellas fueron justificadas por la poca concordancia entre el papel y la realidad nacional, a
lo cual se sumaban las presiones de las distintas organizaciones sobre el Ejecutivo para la
obtención de un número mayor de beneficios. Entre los primeros cambios que se hicieron a la ley
original, destaca, el planteado por el Ministro Conservador de Salubridad, Previsión y Asistencia
Social, en el segundo mandato de Arturo Alessandri, el Dr. Eduardo Cruz Coke49 . Este presionó
para que se aprobaran dos leyes en 1938. La primera fue la N° 6174, llamada de “Medicina
Preventiva”, la cual señalaba como obligatorio los exámenes de salud y el reposo preventivo,
todo con el fin de atacar fuertemente enfermedades tan recurrentes en ese tiempo como eran la
sífilis, la tuberculosis y las enfermedades cardiovasculares. Y la segunda N° 6236 llamada Madre
y Niño, en donde se mencionaba que todo hijo de asegurado podía recibir atención médica y
alimentación suplementaria durante los dos primeros años de su vida.
A lo anterior se sumó el análisis hecho por Salvador Allende, en su escrito La Realidad MedicoSocial Chilena publicado en 1939, en donde analizó desde distintas perspectivas a nuestro país
en materia social, llegando a la conclusión de que era decadente la situación en que se
encontraba en ese tiempo. Es por ello, que este Ministro Socialista de Salubridad, Previsión y
Asistencia Social de Pedro Aguirre Cerda propició el debate de las disposiciones de la ley 4.054,
con el fin de llevar a la seguridad social los progresos de la medicina. Incluso elaboró un
proyecto de Ley que fue enviado a la Cámara de Diputados en 1941, en donde se hizo asesorar
49
Para más información consultar los artículos: Cruz-Coke M Ricardo. Historia de la obra científica de
Eduardo Cruz-Coke Lassabe. Rev. méd. Chile [revista en la Internet]. 2001 Abr [citado 2011 Mayo 15]
; 129(4): 447-455. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S003498872001000400015&lng=es. doi: 10.4067/S0034-98872001000400015; Huneeus, Carlos y Lanas, María
Paz. Ciencia Política e Historia: Eduardo Cruz-Coke y el Estado de Bienestar en Chile, 1937-1938. Historia
(Santiago) [online]. 2002, vol.35 [citado
2011-05-15], pp. 151-186 . Disponible en:
<http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-71942002003500007&lng=es&nrm=iso>.
ISSN 0717-7194. doi: 10.4067/S0717-71942002003500007.
26
por especialistas de la Oficina Nacional del Trabajo. Pero este fue enredado en constantes
debates, por lo que su tramitación fue detenida. Sin embargo será la base de las reformas a la ley
del Seguro Obrero Obligatorio.50
Con respecto a la previsión, señalaba que hasta 1939, año en que se publicó su texto, “adolece
de graves defectos que le impiden constituir un elemento eficiente en defensa de la salud. Pueden
mencionarse como los más resaltantes, su organización heterogénea y la deficiente y casi nula
protección que en algunos casos otorga a los beneficiados”51. El gran problema fue el gran
numero de Cajas que existían en el país, lo cual “trae como consecuencia una dispersión y un
fraccionamiento de esfuerzos, elementos y medios de lucha destinados a un mismo fin”52. En ese
entonces existían 44 Cajas, pero 6 de ellas agrupan al 95% de los asalariados. Ellas eran a) Caja
de Seguro Obligatorio; b) Caja de Previsión de los Empleados Particulares; c) Caja Nacional de
Empleados Públicos y Periodistas, d) Caja de Previsión de los Carabineros de Chile; e) Caja de
Retiro u Montepío de la Defensa Nacional; f) Caja de Retiro y Previsión de los FF.CC del EE.
Con el fin de solucionar esta problemática, termina su escrito, señalando que las modificaciones
al sistema previsional deben estar destinadas “hacia un tipo similar o común de beneficios, que
permita desde luego la fusión de alguna de ellas y en el futuro, la creación de una Gran Caja de
Previsión Nacional Única”53 . Pero además, era imprescindible que tanto las indemnizaciones
como las prestaciones debían ser “sumas lo suficientemente elevadas, para que permitan asegurar
la existencia económica de las personas a quienes trata de proteger. Debe ser, por lo tanto,
prestaciones de tipo vital, en que se consideren las cargas de familia del imponente”54. Este
50
Mardones, op. cit., 20
Allende, op. cit., 158.
52
Idem.
53
Allende, op. cit., 209
54
Idem.
51
27
diagnostico hecho por Salvador Allende fue en respuesta a la precariedad de prestaciones que
otorgaban algunas cajas de previsión, como era la del Seguro Obrero Obligatorio.
Esta última se encontraba enfocada solamente hacia los obreros manuales, los cuales para 1939
eran mayoría en comparación con las demás cajas previsionales. De hecho esta entidad
concentraba a 1.200.000 obreros de un total de población asalariada país de 1.350.000. Dejando
en segundo lugar, con un numero ínfimo en comparación a la primera, la Caja de Retiro y
Previsión de los FF.CC del EE con un total de 20.000 obreros, o sea, un 0,5 % de la población
asalariada55.
Al debate planteado por Salvador Allende para reformar la ley 4.054, se sumaron los constantes
diagnósticos hechos por el Dr. Julio Bustos Acevedo en sus memorias anuales como Director
General de Previsión Social. En ellas mostro y demostró los problemas que tuvo la seguridad
social chilena, tanto en el ámbito financiero como en la práctica misma. Todo con el fin de
reformar la ley 4.054 que a esas alturas resultaba ser ineficaz en variados aspectos.
Julio Bustos, en su texto La previsión y la medicina social en Chile 1947 analizó como el
carácter inflacionista de la economía chilena afectaba considerablemente la estructura de la
previsión social. Lo cual se reflejaba en el sostenido aumento de los precios, acompañado de un
incremento progresivo en el costo de la vida. Lo que tuvo como consecuencia la disminución del
poder comprador de los pensionados, ya que sus pensiones no se reajustaban constantemente, por
ende, esta situación propiciaba que este sector social se organizara para que sus demandas, como
el aumento en sus pensiones, fueran escuchadas por las cúpulas políticas. Provocando, a largo
plazo, desajustes y déficit en el sistema, además de incrementar el dinero fiscal que era destinado
a la previsión social.
55
Ibid, 159.
28
Pero, a pesar de la problemática planteada, todavía en 1950 el proyecto de ley presentado por
Salvador Allende seguía durmiendo en el parlamento. Recién después de doce años de fatigosa
tramitación se le prestaría atención, a raíz de que el presidente González Videla, casi terminando
su mandato, utilizará el recurso constitucional de urgencia a la aprobación de la nueva ley. Esta
terminó aprobándose el 28 de Julio de 1952 con el número 10.383, el cual venía a reemplazar a
la antigua y prácticamente obsoleta ley 4.054. Posteriormente sería publicada en el Diario Oficial
el 8 de Agosto de ese mismo año 56 . Entrando en funcionamiento 120 días después de su
publicación, por lo que el encargado de llevarla a cabo fue el líder populista Carlos Ibáñez del
Campo. Este llega a asumir el sillón presidencial apoyado por un grupo bastante heterogéneo de
partidarios, en donde destacan el partido Agrario Laborista, Social Populista y Femenino de
Chile.
La nueva ley tuvo como misión principal subsanar y modificar la Seguridad Social a través de
una experiencia de 28 años de aplicación en la realidad nacional. Para lograr esto se crearon dos
instituciones, el Servicio de Seguro Social y el Servicio Nacional de Salud, ambas nacen del
antiguo Seguro Obrero Obligatorio, el cual deja de existir en 1952.
A los beneficios ya
conocidos sobre la cobertura de los riesgos de enfermedad, invalidez, vejez y muerte, se suman
la indemnización por años de servicio y la asignación familiar para los obreros.
Pero a pesar de las reformas a la antigua ley 4.054, el sistema previsional chileno seguía siendo
precario. A lo que se sumaba que durante el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, entre 1952 y
1958, los niveles inflacionarios se dispararon. En el primer año como mandatario la inflación fue
56
Gaete, op. cit., 24
29
de un 12,02; en 1953 un 56,17; en 1954 un 71,10 y en 1955 un 83,8157. Esto no hizo más que
tirar por la borda las esperanzas de los afiliados a la Caja de Seguro Social respecto a sus
pensiones. Por ello y por los niveles alcanzados en este último año, el Presidente de la Republica
se hace asesorar por la Misión Norteamericana Klein & Saks. La cual tenía como misión realizar
distintos diagnósticos de la inflación chilena y proponer políticas-económicas estabilizadoras.
Se llegó a la conclusión de que se debía restringir el gasto público y la “liberalización de las
políticas económicas, proponiendo eliminar los reajustes automáticos de sueldos y salarios, los
subsidios, los controles de precios, los monopolios fiscales y privados, así como las tasas de
cambio múltiples, a fin de ir abriendo la economía nacional a la competencia externa, y de paso
atraer inversiones extranjeras”58
La Misión Klein & Saks se enfocó en estudiar uno de los sectores donde más gasto fiscal se
dirigía, el Sistema Previsional. En su estudió destacaron la importancia e impactó que tenía en
nuestro país la previsión social tanto a nivel político como económico. Por ello señalaban que
no les
“parece exagerado afirmar que en pocos países del mundo los
problemas relacionados con todos los aspectos de la previsión se
discuten más frecuentemente , tanto en el Parlamento como entre las
fuerzas de producción, en el seno de los gremios, en la prensa y entre
todos los sectores de la población. En el fondo esto no es
sorprendente puesto que los dos tercios de la población impone en
instituciones de previsión y muchos de ellos se encuentran en contacto
casi diario con algún aspecto del sistema. Para muchos de los que no
son imponentes, el pago de sus aportes como patrones o la incidencia
del costo del sistema en los costos y precios virtualmente todos los
57
Juan Braun Ll., Matías Braun Ll., Ignacio Briones, José Díaz B., Rolf Lüders S. y Gert Wagner H,
Economía chilena 1810-1995: estadísticas históricas, Santiago, Pontificia Universidad Católica de Chile,
2000, 87.
58
Correa, op. cit., 203.
30
artículos y servicios es una prueba permanente del impacto del
sistema de previsión en toda la vida económica.” 59
Además señalaron lo costoso del sistema de Seguridad Social chileno, tanto en materia
financiera como social. Ya que para el año 1958 el sistema previsional estaba compuesto por 52
instituciones: 41 Cajas y 11 organismos de bienestar y salud, abarcando sólo el 65 % de la
población remunerada. Las primeras presentaban las siguientes características: recaudaban
imposiciones; pagan obligatoriamente a sus imponentes beneficios por muerte, vejez, años de
servicio y cesantía; acumulan reservas y tienen una organización administrativa similar. Sumado
a lo anterior, existían errores y deficiencias que los organismos centrales de este sistema no
lograban corregir. Por ejemplo, se destinaba una cuarta parte de los recursos y esfuerzos
administrativos a beneficios de segundo orden o marginales, algunos de ellos destinados
exclusivamente a pequeños grupos favorecidos, entre ellos destacaban: préstamos hipotecarios y
de auxilio no reajustables, a largo plazo; la construcción de viviendas a costos que no guardaban
relación con las posibilidades económicas de los imponentes e inversiones poco productivas.
Agregaban las “desigualdades chocantes en relación a los requisitos de elegibilidad, métodos de
reajuste y monto de los beneficios entre los distintos grupos”60.
En definitiva, la Misión estadounidense Klein & Saks sacó las siguientes conclusiones. La
desigualdad del sistema de previsión social fue el reflejó de las presiones que ejercían pequeños
grupos, con el fin de obtener un mayor número de beneficios, provocando, con ello, demasiadas
modificaciones a la ley original, por lo que se terminaba desvirtuando. Es por ello que se perdió
la noción de jubilación como una prestación necesaria en caso de vejez e invalidez, ya que casi el
80% correspondían a jubilaciones prematuras. Además, las asignaciones familiares, que tenían
59
60
Klein & Saks, El sistema de previsión chileno, Santiago de Chile, Universitaria, 1958, 2.
Idem.
31
como fin prestar ayuda a las familias más numerosas, se convirtieron en un sistema complicado y
discriminatorio hacia algunos grupos sociales. Por último, los subsidios de cesantía para los
obreros eran otorgados a partir de requisitos irreales y sin ninguna intención de lograr una
reacomodación del imponente en el sistema productivo.
En definitiva, “los obreros, que
constituyen un 74% de los imponentes del sistema, reciben prestaciones per capita que son una
fracción de aquellas de los pequeños grupos favorecidos. Por otra parte, los beneficios per capita
que reciben estos últimos grupos no tienen ninguna relación con las verdaderas posibilidades
económicas del país y son privilegios obtenidos a costa de la gran masa de consumidores,
muchos de los cuales no son beneficiarios del sistema”61
A pesar de las conclusiones que llegaron respecto al alto costo del sistema previsional, Carlos
Ibáñez del Campo no disminuyó el gasto fiscal, es más, lo aumentó recurriendo a créditos y
emisiones para financiarlo. Si bien la inflación en 1957 decreció considerablemente (17,24%) los
problemas económicos no cesaron. La caída del precio del cobre en los mercados mundiales, la
disminución del dinámico sector industrial y de la construcción, sumado la cesantía que llego a
un 9%, no hizo más que incrementar el descontento social. Este tuvo su expresión más
significativa en los disturbios ocurridos el 2 de Abril de 1957 en el centro de Santiago, debido al
alza de la locomoción colectiva.62
En 1958 asume Jorge Alessandri, hijo del antiguo gestor de la legislación social chilena, Arturo
Alessandri.
Este organizó comisiones para estudiar y reestructurar el sistema previsional
chileno. Pero la inflación no se detuvo durante su gobierno, es por ello que para 1960 se cambió
el peso al escudo, todo con el fin de palear este mal crónico de la economía nacional. Pero esto
61
Ibid, 3.
Para más información consultar el texto: Pedro Milos, Historia y Memoria: 2 de Abril de 1957, Santiago de
Chile, LOM, Universidad Alberto Hurtado, 2007.
62
32
no dio los frutos esperados, lo cual hecho por la borda cualquier cambio sustancial para el
sistema de Seguridad Social chileno.
La Seguridad Social y sus ramas.
En el año 1942, se realizó en Santiago de Chile, la Primera Conferencia Interamericana de
Seguridad Social. Sin duda, esto fue el reconocimiento, a nivel internacional, del creciente
desarrollo que en materia social había tenido nuestro país a partir del primer cuarto del siglo XX.
De hecho fue el primer país americano que legisló sobre esta materia. En esta instancia se señaló
que la “sociedad debe encontrar en el esfuerzo solidario de todas las naciones y todos los
hombres una nueva inspiración para abolir la miseria y garantizar la conquista digna y suficiente
de los medios de vida”63 . Es por ello, que “cada país debe crear, mantener y acrecentar el valor
intelectual, moral y físico de sus generaciones activas, preparar el camino a las generaciones
venideras y sostener a las generaciones eliminadas de la vida productiva”64.
Bajo esta misma senda, el 10 de Diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones
Unidas dio a conocer la Declaración de los Derechos del Hombre. Dentro de sus numerosos
artículos encontramos dos que hacían alusión al ámbito de la seguridad social. El primero de
ellos es el articulo Nº 22, donde se señalaba que “toda persona, como miembro de la sociedad,
tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación
internacional, habida cuenta de organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los
derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de
63
64
Bustos, op. cit., 5.
Idem.
33
su personalidad”65. Mientras que el articulo Nº 25, contribuye al anterior, mencionando que
“toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, el vestido, la vivienda,
la asistencia médica y los servicios sociales; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de
desempleo, enfermedad, invalidez, viudez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia
por circunstancias independientes de su voluntad”66.
En otras palabras, aproximándonos a la década de los 50, a nivel internacional como nacional,
encontramos un creciente reconocimiento y expansión de los ideales del llamado Estado
Proveedor. Este tenía la misión de proteger a los diferentes grupos que componían la sociedad,
tanto personas activas como inactivas, a través de la asistencia médica, ayuda económica,
educación, entre otras. Esta forma de actuar del Estado chileno a principios del siglo XX era
prácticamente inexistente, sólo se logró después de la incorporación progresiva de una serie de
derechos sociales que recaían en la población producto
de
las constantes presiones de
diferentes grupos sobre el ejecutivo.
Bajo la lógica de tutor que tuvo el Estado chileno, el concepto de seguridad social era definido
como “la rama de la política socio-económica de un país, por la cual la comunidad protege a sus
miembros asegurándoles condiciones de vida, salud y trabajo socialmente suficientes, a fin de
lograr mejor productividad, más progreso y mayor bienestar comunes”67. Para concretar esto en
la realidad, la seguridad social, según el Primer informe presentado por la Comisión de Estudios
de Seguridad Social, en Marzo de 1959, al Presidente Jorge Alessandri, se dividía en seis ramas
destinadas cada una a solucionar un problema en particular. Ellas eran: La medicina social, la
asistencia social, los seguros sociales, los servicios sociales y las políticas de empleo y vivienda.
65
Idem.
Idem.
67
Comisión de Estudios de Seguridad Social, Primer Informe, Marzo 1959, 10.
66
34
Es necesario señalar que en los albores de la Seguridad Social estas eran menos, pero debido a
las problemáticas, demandas, presiones de los distintos grupos y transformaciones en la
población- crecimiento demográfico y nuevos grupos sociales- se fueron reconfigurando
constantemente.
Las seis ramas de la Seguridad Social, que existían para 1959, debían dirigirse hacia los
miembros de la sociedad, ya que estos son sus recursos humanos. Estos estaban divididos en tres
grupos, los jóvenes, los activos y los pasivos. Los primeros eran asociados con las personas que
todavía no se incorporan al mundo laboral, por ello la comunidad debía pretender asegurar y
proteger sus condiciones de salud, ya que estos serian las futuras fueras productivas de la
sociedad. En cuanto al segundo grupo, los activos, son la capacidad productora y la base del
desarrollo económico de una nación. Y por último, los pasivos, los cuales estaban relacionados
con los individuos de edades avanzadas o que presentaban distintas incapacidades. En este caso,
la sociedad tenía el deber ético de sostenerlos, ya que se encontraban al margan faenas
productivas o no pueden valerse por sí mismos.
La medicina social era la rama de la seguridad social que se ocupaba de las condiciones de salud
de los miembros de una comunidad. Su labor principal era mantener a los elementos activos de la
sociedad en las mejores condiciones, ya que eran la fuerza productiva de toda nación. Por ello,
no sólo tenía un componente relacionado con la salud sino que también uno económico68.
En contraste a la medicina social, la asistencia social se ocupaba de proporcionar condiciones de
vida suficientes a aquellos miembros de la nación que, por causa ajena a su voluntad, se
encontraran en una situación de menor valencia física, económica y social. Esta fue una de las
formas más antiguas de protección social, ya que desde sus comienzos estuvo directamente
68
Comisión de Estudios de Seguridad Social, Primer Informe, Marzo 1959, 14-15.
35
relacionada con la caridad y la beneficencia de sectores particulares, los que poco a poco fueron
desapareciendo a medida que los ideales del Estado tutor se fueron concretando en la práctica.
Posteriormente se incorporaron beneficios que estaban directamente relacionados con el entorno
del trabajador, como fueron las asignaciones familiares y, se prestó atención, a los desempleados,
ya que esta situación no sólo afectaba al trabajador activo, sino que a todo su núcleo familiar. 69
Fuertemente ligados a la rama anterior encontramos los seguros sociales. De carácter económico,
estos buscaban mantener la continuidad de ingresos en casos que el trabajador y su familia se
vieran afectados por el desempleo, la muerte del proveedor o cualquier tipo de incapacidad que
interrumpiera la entrada de dinero al núcleo familiar70. De hecho, Julio Bustos, director general
de la Previsión social, en su texto La previsión y la medicina social en Chile 1947, señalaba que
el seguro social como expresión de la Seguridad Social estaba llamado a
“organizar la prevención de los riesgos cuya realización prive al
trabajador de su capacidad de ganar y de sus medios de subsistencia;
Restablecer lo más rápida y completamente posible la capacidad de
ganar perdida o reducida como consecuencia de actividad o
accidente y procurar los medios de existencia necesarios en caso de
cesación o interrupción de la actividad profesional como
consecuencia de enfermedad o accidente, de invalidez temporal o
permanente, de vejez o muerte prematura del jefe de familia”71
Esta forma de la Seguridad Social nació como consecuencia de la revolución industrial del
siglo XIX y de los derechos, que a través de las constantes luchas, fueron adquiriendo los
trabajadores. Debido a esto último, las diferentes prestaciones del seguro social iban en directa
relación con la calidad jurídica del afiliado, o sea, con los derechos ganados. Ello fue ratificado
por la Comisión de Estudios de Seguridad Social en 1959, al señalar que no solo el Estado era
69
Comisión de Estudios de Seguridad Social, Primer Informe, Marzo 1959, 16-22.
Comisión de Estudios de Seguridad Social, Primer Informe, Marzo 1959, 22.
71
Bustos, op cit, 6.
70
36
el responsable de ejercerla, sino que a este le correspondía “fijar los derechos (requisitos,
montos de las prestaciones, etc.) legislando sobre ellos a fin de darles la estabilidad necesario;
orientar el sentido general de la legislación, adecuándola constantemente con las necesarias
modificaciones, a las condiciones imperantes del país; supervigilar el funcionamiento del
sistema y garantizar la obtención de los derechos y el cumplimientos de las obligaciones”,
mientras que a las asociaciones o sindicatos patronales, de empleados u obreros, que tenían
personalidad jurídica, podían contribuir con las reformas que intentaba realizar el poder
ejecutivo. Sin duda, existía la idea de mantener un dialogo constante, entre las organizaciones
que tenían los distintos sectores sociales y el poder ejecutivo, a la hora de implementar
reformas al sistema de seguridad social, ya que interesaba a ambas partes.
Los seguros sociales fueron puestos en práctica por las diferentes Cajas de Previsión, las cuales
fueron implantadas en Chile copiando el modelo alemán de Seguridad Social. En el caso de la
Caja de Seguro Obrero Obligatorio, creada a partir de la ley 4.054 promulgada en 1924, estaba
dirigida al sector más numeroso y pobre de la sociedad, como eran los obreros manuales. Por
ello era necesario que tuviera el carácter de obligatorio, ya que era necesario instalar la
conciencia del ahorro dentro de la gran masa de trabajadores manuales. Para lograr esto último,
la norma señalaba que todo trabajador, empleador o patrón tenía que pagar una cotización por
el tiempo que el individuo trabaje. Ello regía para:
“a) Toda persona menor de 65 años de edad, que
ordinariamente no tenga otro medio de subsistencia o renta que
el sueldo o salario que le pague el empresario, b) también están
obligados al seguro los aprendices de cualquier trabajo,
industria u ocupación aunque no ganen salario; c) igualmente
quedan sometidos al seguro los obreros, artesanos y artistas
que trabajen independientemente; d) las personas que ejercen
oficios y prestan servicios directamente al público en las calles,
37
plazas y almacenes; d) pequeños industriales y los pequeños
comerciantes fijos y ambulantes”72
Quedando sólo exentas de esto, las personas que pertenecieran a sociedades de socorros mutuos
que otorgaran los mismos beneficios.
Con ello cada trabajador manual lograría constituir un capital considerable a la hora de afrontar
algún tipo enfermedad, la invalidez, o bien la vejez. Este se constituía a través de una
contribución del propio obrero, el empresario y el Estado, los porcentajes que aportaba cada uno
de ellos variaron constantemente a lo largo del tiempo. Los beneficios que se otorgaban eran los
siguientes: 1) Asistencia médica desde el primer día de enfermedad después de haber cumplido
siete años de imposiciones; 2) Medicamentos; 3) Atención dental; 4) Internación del enfermo en
un hospital que tenga convenio con la Caja; 5) Subsidio en dinero mientras dura la enfermedad o
incapacidad; 6) Indemnización para gastos funerarios, si el asegurado fallece; 7) pensión de
invalidez; 8) pensión de retiro, esta se otorgaba una vez que el asegurado cumpliera 65 años de
edad. Respecto a este último beneficio, la Caja implementó daba la opción para los asegurados
que no deseasen tener una pensión, esta era retirar de una sola vez el monto que llevarán
acumulado.73
Por otro lado, los servicios sociales eran los que regulaban y otorgaban prestaciones sociales
adicionales o complementarias de las generales, obtenidas por determinados grupos a través de la
pugna constante que se dio entre las organizaciones de trabajadores y el Estado. Entre los
beneficios adicionales destacaban las jubilaciones por antigüedad, retiro o jubilación por cesantía
involuntaria, indemnización por años de servicios, desahucios, entre otras.
72
73
Poblete, op. cit., 135.
Ibid, 135-136.
38
Los pensionados: Desde la Caja el Seguro Obrero Obligatorio a la Caja del
Seguro Social.
Los pensionados estaban relacionados, tanto en la Caja del Seguro Obrero Obligatorio como en
la Caja del Seguro Social, con las incapacidades para trabajar, ellas eran la invalidez y la vejez.
Con respecto a las pensiones otorgadas por vejez, condición que nos interesa para nuestra
investigación, a partir de la creación de la Caja del Seguro Obrero Obligatorio, comenzaban a
regir una vez que el asegurado cumpliese los 55 años de edad. Esta regla sólo se transgredía si
el obrero en un comienzo hubiera señalado los 60 o 65 años como edades para comenzar a
recibir una pensión. El modo de financiamiento que tenían era de capitalización individual, en
otras palabras, era el dinero recaudado por los descuentos que mes a mes se hacían al sueldo del
obrero manual durante su vida activa.74
Si bien los obreros manuales podían optar por obtener una pensión por vejez, existía otra
modalidad, esta era el sistema de rescate de reservas. Este consistía en el retiro del dinero
acumulado por el obrero antes de haber cumplido la edad para recibir su pensión. Esta modalidad
predominó en la “Etapa de Formación” del Sistema de Seguro Social, denominación que le da
José Pablo Arellano entre los años 1924 a 1951. Ello se debía a que el monto acumulado por los
obreros manuales era insuficiente para obtener una pensión por vejez adecuada.
El problema de optar por retirar el dinero acumulado era que sólo se podía realizar como
“beneficio total y por una sola vez. El asegurado que ha llegado a la vejez después de toda una
vida de trabajo, reciben sólo una suma alzada, pero siempre pequeña, con la cual termina todo
74
Arellano, op. cit., 74.
39
contacto con el Seguro Social”. A esto se agregaba que estas “sumas son extraordinariamente
exiguas y que apenas cubren las necesidades del mes siguiente a la salida de la actividad”75
Respecto a esto último, Julio Bustos en su Memoria Anual que presentaba todos los años como
director general de la Previsión Social, elaboró para 1948, dos cuadros bastantes ilustrativos para
realizar una comparación entre el número de rescates realizados por los asegurados y los que se
adscribieron al beneficio de cuotas cedidas o pensión.
Cuadro N° 176.
Años
Promedio de
rescate por
beneficiario
($)
Promedio
de rescate
por
beneficiar
io.
N° de
beneficia
-rios por
rescate
Total del
Rescate
Total del
Rescate
($)
(Libras)77
Inflación
78
(Libras).
1941
895,27
7,41
3.109
2.783.394,43
23.041,34
23,14
1942
876,98
7,30
2.901
2.544.118,98
21.200,99
25,52
1943
1.094,66
8,43
4.051
4.434.467,66
34.171,74
7,83
1944
1.225,98
9,63
4.639
5.687.321,22
44.704,61
15,00
75
76
Bustos, op. cit., 49.
Ibid, 48.
77
Tanto el promedio de rescate por beneficiario como el total del rescate, ambos en libras esterlinas, han sido
calculadas tomando como referencia los datos aparecidos en el texto Economía chilena 1810-1995:
estadísticas históricas. Autores: Juan Braun Ll., Matías Braun Ll., Ignacio Briones, José Díaz B., Rolf Lüders
S. y Gert Wagner H. Santiago. Pontificia Universidad Católica de Chile, 2000, 118. Para calcular el promedio
de rescate por beneficiario en libras esterlinas hemos utilizado la siguiente fórmula: Promedio de rescate por
beneficiario ($) dividido por pesos chilenos por libra esterlina promedio anual. En el caso del total del rescate
en libras esterlinas hemos llegado a su monto dividiendo el total del rescate en pesos por los pesos chilenos
por libra esterlina promedio anual.
78
Datos extraídos desde Economía chilena 1810-1995: estadísticas históricas. Autores: Juan Braun Ll.,
Matías Braun Ll., Ignacio Briones, José Díaz B., Rolf Lüders S. y Gert Wagner H. Santiago. Pontificia
Universidad Católica de Chile, 2000, 100.
40
1945
1.328,72
10,28
6.401
8.505.136,72
65.844,52
7,71
1946
1.448,69
10,43
8.311
12.040.062,59
86.743,96
30,08
1947
1.598,82
8,41
6.964
11.134.175,78
58.616,35
23,08
Cuadro N° 279.
79
Años
Promedio Anual
por beneficiario
N° de
pensionados en
cada año
Total de pensiones
para cada año
1938
$ 161,58
4
$ 646,32
1939
124,06
8
992,52
1940
218,94
16
3.503,04
1941
234,98
19
4.264,68
1942
88,77
9
798,96
1943
146,06
16
2.336,34
1944
347,33
5
1.736,64
1945
111,9
11
1.230,98
1946
155,97
13
2.027,62
1947
141,54
4
566,16
Bustos, op. cit., 49.
41
Como se puede apreciar en el cuadro Nº1, entre 1941 y 1947, en la etapa de formación del
sistema, la cantidad de afiliados al Seguro Obrero Obligatorio que prefirieron retirar de una sola
vez el dinero que llevaban acumulado fue considerable en comparación con el número de
pensionados (Ver cuadro Nº 2). Por ejemplo, en 1941 retiraron su dinero 3.109 afiliados en
comparación con 19 obreros que accedieron al sistema de cuotas cedidas. Esto último, no sólo
dinamitaba la idea que tenía el Estado de propagar el ahorro dentro de los obreros manuales, ya
que retiraban el dinero rápidamente, sino que también no contribuía en la constitución de un
capital económico considerable dentro del sistema previsional, lo cual era reflejado en el
aumento del gasto estatal hacia esta rama de la seguridad social.
El cuadro Nº 2 muestra la reducida cantidad de asegurados que escogieron tener una pensión por
vejez, en comparación con los que realizaban los rescates. La razón principal que llevó a los
imponentes a tomar esta opción eran los reducidos montos de las pensiones. Respecto a esta
situación, Julio Bustos señalaba “de ahí que, prácticamente, no haya formación de pensionados
por vejez, pues su número es bastante restringido. Al 31 de Diciembre de 1947 había 94
pensionados por vejez, con un valor total de $14.205 y un promedio de $151 anuales por
pensionados”80
Esta situación, que ocurrió cuando funcionaba la Caja de Seguro Obrero Obligatorio y que Julio
Bustos analizó, no era extraña cuando el sistema, para 1947, llevaba un poco más de 20 años de
funcionamiento. Por ende también los obreros manuales, que obligatoriamente se convirtieron en
sus afiliados, tenían la misma cantidad de tiempo imponiendo, el cual no era mucho para
constituir un capital considerable que les permitiera vivir una vejez digna. Como prueba de ello
los imponentes optaban por sacar su dinero de una sola vez, sin esperar cumplir la edad para
80
Ibid, 49.
42
recibir una pensión, por la sencilla razón que el dinero que iban a recibir era poco, situación que
se acentuaba por el incremento del costo de la vida producto de los ciclos inflacionarios que
vivió la economía chilena. Esto último afectaba considerablemente a los obreros que preferían
recibir una pensión por vejez, ya que esta no era reajustada año tras año, a pesar que la moneda
se desvalorizaba con el pasar del tiempo.
De hecho, ya en 1939, el Ministro de Salubridad del presidente Pedro Aguirre Cerda, Salvador
Allende alertaba sobre las bajas pensiones que otorgaba la Caja de Seguro Obrero Obligatorio.
A este respecto señalaba que “la forma en que está financiado no podrá permitir prestaciones ni
siquiera aproximadas a las de tipo vital; las pensiones acordadas hasta ahora así lo demuestran”81
Cuadro Nº 382
Años
Seguro de
vejez
N° de rescate
81
82
Seguro
Fallecimientos Salidas totales de
de
activos
la actividad en
Invalidez
Cada año
N° de
pensiones
1941
3.109
19
1.498
10.206
14.832
1942
2.901
9
1.273
10.087
14.270
1943
4.051
16
1.369
10.816
16.252
1944
4.639
5
1.412
9.711
15.767
1945
6.401
11
1.451
9.674
17.537
1946
8.311
13
1.641
9.283
19.248
1947
6.964
4
1.783
8.417
17.168
Allende, op cit, 160.
Bustos, op. cit., 52.
43
Claramente, en el cuadro Nº3, se aprecia un aumento en el número de salidas, ello se debía a que
los obreros, que desde un comienzo fueron imponentes de la Caja de Seguro Obligatorio, estaban
entrando en edad para comenzar a recibir sus pensiones. En otras palabras, todavía el universo de
pensionados se encontraba en formación, debido al poco tiempo del sistema. De hecho, del
millón de afiliados que tenía la Caja sólo habían salido de actividad un 2%, demostrando, con
ello, que la previsión social todavía estaba en gestación para que en 1947 tuviera una cantidad
considerables de pensionados por vejez.
A esto último se sumaba la disminución de la mortalidad en Chile de los asegurados que se
encontraban en actividad. O sea, más imponentes lograban llegar a una edad adulta, de hecho, de
10,2 fallecidos por cada 1000 asegurados en 1941, había bajado a 8,4 por 1000 en 1947. Este
fenómeno no solo aconteció dentro del universo de obreros manuales que eran imponentes de la
Caja del Seguro Obrero Obligatorio, sino que la población chilena para estaba fecha alcanzaba
los 5.574.175 y el número de fallecidos 92.481, o sea un 16.7 fallecidos por cada mil
habitantes83. Esta situación era el resultado de la masificación de la medicina a las diferentes
clases sociales, además de la ampliación de beneficios que otorgaba el Estado a través de las
diferentes ramas de la Seguridad Social.
Para 1950, la del Caja de Seguro Obrero Obligatorio, cubría al 70% de la población que se
encontraba bajo algún régimen previsional. Si bien era la más numerosa del país, seguía teniendo
los mismos problemas que desde un comienzo, de hecho las pensiones para esa época seguían
siendo “poco numerosas, registrándose de 3 por cada cien activos” 84 . Para solucionar esta
situación, en el año 1952, se aprobó la ley 10.383. Con ella se implementaron importantes
83
84
Ibid, 53.
Ibid, 72.
44
reformas dentro del sistema previsional obrero, todas acompañadas con la creación del Servicio
del Seguro Social y el Servicio Nacional de Salud.
Con el fin de solucionar los problemas que tuvo el sistema de capitalización, en el caso de las
pensiones por vejez, fue reemplazado por un sistema de reparto. Si bien este antes era utilizado
por la Caja del Seguro Obrero Obligatorio, sólo regía para los beneficios relacionados con las
enfermedades y la invalidez. Desde 1952 las pensiones- por vejez e invalidez- serían financiadas
a través del principio de solidaridad social, la cual consistía en “reconocer que las pensiones que
reciben los individuos pasivos de la sociedad resulta automáticamente de cargo de los activos.
Estos últimos no reciben otra compensación que la expectativa de que cuando ellos lleguen a su
vez a ser pasivos habrá otros activos que soportarán la carga de su pensión”85 . Además de los
porcentajes que se restaban del sueldo a los trabajadores activos para pagar las pensiones por
vejez, se sumó el aporte patronal y el estatal. Por ende las contribuciones de los trabajadores eran
menores a los beneficios recibían, ya que tanto el empresario como el Estado aumentaban el
monto de las pensiones.
La nueva modalidad de financiamiento que utilizó el Servicio del Seguro Social ayudó a mejorar
la distribución del ingreso, otorgando un nivel de vida adecuado a los diferentes sectores de la
sociedad, como fueron, por ejemplo, los obreros pensionados. Ello se pretendía lograr con la
introducción de una cifra mínima para las pensiones, la cual fue de mil pesos para 1952. Además
de reajustes que cada mes de Enero debían realizarse por ley para combatir la desvalorización de
la moneda y el aumento del costo de la vida, producto de los ciclos inflacionarios que vivió la
economía chilena. Con la aplicación de ambas medidas se pretendió dejar atrás la ineficacia y el
predominio de los rescates que hubo dentro de la Caja de Seguro Obrero Obligatorio, además de
85
Mardones, op. cit., 30.
45
proteger las pensiones contra la inflación. La idea, sin duda, era otorgar un nivel de vida
adecuado a los ex trabajadores una vez que se convirtieran en pensionados, además de mantener
su poder adquisitivo, cosa que anteriormente no se llevo a cabo.
Bajo la nueva ley 10.383, podían recibir pensiones por vejez los asegurados que hubieran
cumplido 65 años de edad86 y tuvieran un mínimo de 800 semanas de imposiciones. Esta última
regla no incluía a las aseguradas, para ellas el mínimo fue de 500 semanas, ya que pierden su
capacidad de trabajo antes que los hombres87. Por último, necesitaban tener “una densidad de
imposiciones no inferior a 0,5 en el período de afiliación, requisito que no se exigirá a las
aseguradas”88, en otras palabras, el asegurado necesitaba haber impuesto como activo la mitad de
las semanas o más89.Como novedad, el monto de las pensiones por vejez se calcularon de la
misma manera que las de invalidez absoluta, debido a la importancia que adquirió el trabajo
dentro de la ley 10.383.
Las pensiones otorgadas por vejez tenían una función particular. Ellas permitían “a los
empresarios, renovar el personal que ha perdido su capacidad de trabajo”, evitando, con ello, que
los jóvenes no encontraran trabajo porque “los trabajadores de edad más o menos avanzada
continúan ocupando las plazas existentes, porque no cuentan con otro medio de vida”90. A esto
86
Gaete, op. cit., 50. “en los trabajos pesados definidos en el reglamento, la edad de sesenta y cinco años se
disminuirá en un año por cada cinco que el obrero hubiere realizado esta clase de faena, siempre que al
otorgarse la pensión tenga un mínimum de mil doscientas semanas de imposiciones. Esta disminución de años
no podrá ser superior a cinco años, con lo cual el requisito de la edad, para trabajadores de esta clase de
faenas, sería el de haber cumplido sesenta años de edad”
87
Idem.
88
Ibid, 51
89
Mardones, op. cit.,42. La densidad de imposiciones estaba relacionada con el cumplimiento regular de las
obligaciones que tenía cada obrero. Por ello “ se deduce que la densidad de imposiciones en un período es 1,0
cuando durante él el asegurado ha realizado imposiciones todas las semanas; es 0,5 cuando lo ha hecho en la
mitad de las semanas del período, y es de cero cuando no ha hecho ninguna imposición”
90
Gaete, op. cit., 49.
46
se sumaba, que alivian “al hijo de las cargas de mantenimiento del padre anciano a fin de que
pueda, a su vez, atender a la crianza y educación de sus propios hijos”91
Uno de los propulsores de la ley 10.383 fue José Mardones Restat, ministro de Salubridad
durante el año 1952, el cual, en su texto La reforma de la seguridad social de los obreros.
Motivos de la ley 10.383, plasmó los importantes cambios y novedades respecto a la previsión
social obrera que siguieron vigentes hasta la década de los 80.
El eje principal de la ley 10.383 fue el trabajo, de hecho, en el prólogo del texto de José
Mardones Restat, escrito por Eduardo Cruz Coke, se señalaba la importancia de los médicos en
la creación de un pueblo sano, robusto y con amor al trabajo. Ello se debía, a que este último, fue
considerado “una función fisiológica absolutamente indispensable para la mantención de la vida
y la salud”. Pero también, un elemento importante a la hora de financiar el sistema previsional
obrero, ya que el trabajo estaba relacionado con las personas activas de una sociedad, los que a
su vez debían ser más numerosas que las pasivas para no crear desequilibrios económicos dentro
del sistema del seguro social.
La valoración del trabajo dentro de esta nueva ley estaba acorde a las reformas en materia de
seguridad social que se realizaron en los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial.
Fue el llamado Plan Beveridge, diseñado a partir de las tesis de Keynes. Siendo el paso siguiente
del Estado social una vez que asegurará niveles de vida suficientes a su población a través de las
políticas sociales. Las que dependían en gran medida de la gran masa de personas trabajadoras
y de “las posibilidades de los individuos para disponer de los recursos necesarios con los que
91
Ibid, 50.
47
contribuir al coste de las intervenciones”, estando este último punto ligado directamente “al
crecimiento de la producción y a la ampliación del mercado.”92
Debido a esta nueva concepción social, en donde es necesario que predominen los individuos
activos para financiar la seguridad social por parte del Estado, es que la categoría del
pensionado, y por ende, también los requisitos se modificaron. Es por esta razón que se señalara
“sobre la equivocación que bajo el punto de vista fisiológico representa la jubilación por tiempo
servido, que no toma en cuenta las capacidades actuales de la persona”, situación que contribuyó
en la generación de pensiones prematuras. Ellas fueron otorgadas entre los empleados públicos y
particulares, destacando las Fuerzas Armadas y la Caja Bancaria de Pensiones, porque la
jubilación por tiempo servido, en estas instituciones, era dada después de un cierto número de
años, no por la condición física del beneficiario. Como consecuencia, los jubilados prematuros
podían haber sido afectados por problemas sicológicos, ya que, “en la persona que teniendo aún
capacidad de trabajo y estando acostumbrada a realizar toda su vida una determinada labor,
resulta privada de sus actividad natural por haber recibido el beneficio de la jubilación”93. A ello
se sumaba la generación de mercados negros del trabajo, en donde los salarios que recibirían
eran menores a las de un asalariado no jubilado, situación que iba en desmedro directo de su
nivel de vida. Ambas consecuencias de las jubilaciones prematuras pretendieron ser erradicadas
dentro del sistema previsional obrero al proponer como edad para jubilar 65 años, la cual era
“una edad promedio en que debe presumirse la invalidez producida”94.
En otras palabras, la “jubilación deja de ser un derecho que se adquiere por virtud de las
imposiciones, para ser un derecho en relación con la capacidad actual y definitiva de trabajar que
92
91. Estado de Bienestar.
Mardones, op. cit., 31.
94
Ibid, 32.
93
48
puede tener una persona, estableciendo que el gran estimulo vital de una sociedad sana es
solamente y siempre el trabajo”. Por esta razón la ley premiaba con aumento en sus pensiones a
todos aquellos asegurados que después de los 65 años continuaran “contribuyendo al bienestar
general de la sociedad”95 .
Debido al protagonismo que adquirió el trabajo y, por lo tanto, también, los elementos activos de
una sociedad, se mencionaba que la jubilación sólo era una denominación más para una pensión
por vejez. Esta aclaración la realizaba debido a que “muchos creen que la jubilación es un
derecho a descansar que se adquiere después de trabajar durante algún tiempo, aún cuando la
persona se encuentre en condiciones de continuar trabajando, y que el derecho a gozar de ella
nace de la capitalización de sus imposiciones que el beneficiario hizo durante el tiempo de
trabajo”. Esto último era erróneo, ya que al implementarse un sistema de reparto para financiar
las pensiones no sólo se tomaba en cuenta la capitalización individual de cada obrero manual a la
hora de recibir una pensión, sino que dentro de ella se encontraban los aportes patronales y
estatales. En otras palabras, se cambio el individualismo del sistema de capitalización que regía
para las pensiones por vejez en la Caja del Seguro Obrero Obligatorio por un sentido
comunitario, en donde el trabajador, el patrón y el Estado convivían a la hora de financiar el
sistema de pensiones. Es por esta razón que los pensionados por vejez fueron igualados con los
de invalides absoluta, debido a que ambas condiciones se convirtieron en cargas para la sociedad
por su improductividad. Por ende, “es una necesidad imprescindible obtener que el número de
pasivos en la sociedad sea el mínimum, es decir, que esté sólo limitado a los inválidos, sean éstos
por enfermedad o por vejez”96
95
96
Idem.
Ibid, 29.
49
El rol que adquirió el trabajo a partir de 1952 como elemento indispensable para el desarrollo y
la producción de una sociedad, iba en desmedro de la concepción que se tenía de las pensiones
como el momento adecuado para que el empresario y el Estado retribuyeran el precio que una
persona pagó durante su vida de trabajador. Esto último, lo desarrolló Luis Orlandini en su texto
Características Básicas de la Seguridad Social en Chile, en donde señalaba que el Seguro Social
que se instauró en Chile era obligatorio “de modo que la norma legal que lo instituye, todo
trabajador (y empleador o patrón) está obligado a pagar la correspondiente cotización durante
todo el período en que tenga la calidad de trabajador amparado por la norma legal de seguro
social” 97 . En otras palabras, se encontraban determinados a pagar una cotización durante el
periodo en que un individuo trabaje. Por ello la característica fundamental del Seguro Social era
“la bilateralidad de las prestaciones; de manera que, jurídicamente, la causa de la prestación que
recibe el asegurado está en el hecho de que éste ha pagado un precio por ello; precio compartido
por el patrón o empleador y, en parte, por la comunidad entera, pero precio en fin”98
El trabajador manual como individuo activo de la sociedad dejó gran parte de su vida, por ende
también de su salud, por el progreso del país y de la industria en que se desempeñó. Debido a
esta situación la ley señalaba que ambos debían pagar un porcentaje de dinero que iba destinado
a su futura pensión. Por ello Orlandini resaltó, como eje central de la seguridad social, la
bilateralidad de las prestaciones, en donde el costó que el trabajador sufrió durante su vida activa
debía ser retribuido por el Estado y el empresario a través de los distintos beneficios que le
otorgaba la seguridad social.
El trabajo y los individuos activos se comenzaron a asociar con el desarrollo y el progreso de una
sociedad y, a nivel singular, con la óptima salud física de una persona. Esto conllevó que las
97
98
Orlandini, op. cit.,4 .
Idem.
50
pensiones pasaran de ser un premio después de un largo tiempo de explotación patronal a
convertirse en un lastre para la sociedad. Esto último tuvo sus fundamentos en la idea que las
personas pasivas- pensionados por invalidez absoluta y por vejez- se convirtieran en un peso
para los activos, ya que los primeros no estaban en condiciones de seguir trabajando y, por ende,
aportando a la sociedad. Como resultado se estigmatizaron a los beneficiarios de pensiones por
invalidez absoluta o por vejez, ambas asociadas con la decrepitud, con la enfermedad, en otras
palabras, con personas que se convierten en cargas para la ciudadanía.
Ello se pretendió
solucionar cambiando el modo en que se otorgaban las pensiones por vejez, las cuales ya no
serían otorgadas por la edad de los afiliados, sino que por las capacidades productivas que tenían.
La idea anterior cobró fuerza una vez que el sistema de reparto fue puesto en marcha, pero
también con él, se dejo atrás del individualismo de las pensiones por vejez, basadas en el
sistema de capitalización, por un sentido comunitario. Debido a esto último, los pensionados por
vejez, que con el tiempo fueron aumentando, se vieron en la obligación de acudir a los
sindicatos, organizaciones, federaciones o confederaciones para mejorar su situación e intervenir
en el sistema. Ello se debía, a que este sector de los pensionados, dejaron de actuar de forma
particular para hacerlo bajo una organización que defendía a ciertos conglomerados.
Esto último es mencionado en el primer informe, elaborado en 1959, por la Comisión de
Estudios de Seguridad Social, la cual señalaba que la Seguridad Social no debía ser ejercida
solamente por el Estado, sino que a este sólo “le corresponde fijar los derechos (requisitos,
montos de las prestaciones, etc.) legislando sobre ellos a fin de darles la estabilidad necesaria:
orientar el sentido general de la legislación, adecuándola constantemente con las necesarias
modificaciones, a las condiciones imperantes en el país; supervigilar el funcionamiento del
51
sistema y garantizar la obtención de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones”99 Por lo
tanto, los sindicatos o diferentes asociaciones con personalidad jurídica se convirtieron en
importantes agentes de presión hacía el ejecutivo en pos de mejorar la situación de sus afiliados.
Es por ello, como veremos en el siguiente capítulo, que las Asociaciones que se identificaron
con los pensionados del Servicio del Seguro Social pretendieron politizar a este sector social.
Más a partir de 1952, cuando el número de pensionados por vejez aumentó considerablemente a
medida que el sistema se fue afianzando. Ello se debió a que el sistema de reparto otorgó una
gran cantidad de beneficios, como eran las pensiones mínimas y los reajustes anuales, además de
anular los rescates dentro de la caja obrera. Como consecuencia, al crecimiento de pensionados
por vejez se sumaron el gran número de pensionados por invalidez convirtiéndose así en un
grupo social a captar por las entidades políticas de este tiempo. Situación que veremos en el
próximo apartado.
99
Comisión de Estudios de Seguridad Social, Primer Informe, Marzo 1959, 10.
52
Capítulo II.
Se organizan los Pensionados: Las Asociaciones que los representan y sus
problemáticas.
El sistema previsional que acogió a los obreros manuales desde sus inicios tuvo constantes
dificultades a la hora de entregar eficazmente los beneficios de la seguridad social. En un
comienzo, con la Caja del Seguro Obrero Obligatorio, los obreros que se acogieron al sistema de
pensiones otorgadas por vejez fueron bastantes reducidos, como consecuencia de sus ínfimos
montos. Evidenciando, con ello, graves falencias y desfases entre lo que señalaba la ley y la
realidad nacional. Problemáticas que pretendieron ser solucionadas una vez que comenzará a
funcionar la Caja del Servicio del Seguro Social. Ella modificó el modo de financiamiento que
regía para las pensiones por vejez- de capitalización a reparto-, además de terminar con el
masivo rescate de reservas. A estos cambios se sumaron la introducción, por primera vez, de
montos mínimos para las pensiones y reajustes constantes, que por ley se debían realizar una vez
al año en el mes de Enero, todo con el fin de combatir los vaivenes inflacionarios de la economía
nacional. Todas medidas que pretendieron mejorar el precario nivel de vida que vivieron los ex
obreros manuales a la hora de pensionarse, además de mejorar la distribución del ingreso. Pero a
su vez, fundaron las bases para que los partidos políticos fueran sistemáticamente a politizar
este sector social, el que a medida que transcurría el tiempo se hacía cada vez más numeroso.
De igual forma, las Asociaciones que defendieron los derechos de los pensionados se rigieron
por las reformas que se hacían a la ley y los beneficios que ellas otorgaban, para posteriormente
presionar al ejecutivo para obtener mejoras a su situación. Pero además estas organizaciones
estuvieron fuertemente ligadas a sectores políticos específicos, los que a su vez, fueron fruto del
sistema político del momento, circunstancias que influyeron a la hora de politizar a los
pensionados del Servicio del Seguro Social. Es por esta razón que el presente capitulo tendrá
53
como objetivo principal identificar y caracterizar las Asociaciones que representaban a los
pensionados del Servicio del Seguro Social entre 1952 a 1964, todo con el fin, de apreciar sus
similitudes y diferencias a la hora de politizar a este grupo social.
100
Estas eran dos organizaciones con ideales y formas de
interactuar políticamente distintas. Una estaba fuertemente
ligada, desde sus comienzos, con la izquierda y a la
Confederación Nacional de Trabajadores (CTCH), la cual en
década de los cincuenta fue reemplazada la Central Unitaria
de Trabajadores. Tuvo, a partir de 1959, como vocero oficial
el periódico La voz del pensionado. Mientras que la otra,
estuvo relacionada con elementos Agrario Laboristas y, a
partir de Noviembre de 1957, creó el periódico El
Pensionado 101 ,
plataforma oficial de este sector para
manifestar sus convicciones y formas de actuar sobre la
política, además de mencionar las problemáticas que
Justo Parra. Presidente
unánime de la Segunda
Asociación Nacional de
Pensionados.
(extraída
desde
Pensionado, Mayo
1963,3)
El
de
afectaban a los pensionados. Esta última fue presidida unánimemente por Justo Parra102 y, en la
década de los sesenta, se relacionó con la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT).
101
El Pensionado, Mayo de 1963, 3. Hacia 1963 este periódico repartía a sus consorcios en Santiago un gran
número. Por ejemplo en el consorcio comandado por Oscar Herrera se colocaban cerca de 800 ejemplares,
seguido de cerca del consorcio Dardinac y del comité de Quinta Normal. En las cercanías de Santiago como
Curacavi y Buin de igual forma se repartían un número elevado de ejemplares. A ello se sumaban lugares
más lejanos geográficamente como la Asociación de Ancud en donde repartían 200 ejemplares, más atrás la
Asociación de Vallenar, La Ligua, Hualañe Traiguen, Coyhaique, entre otras.
102
El Pensionado, Junio de 1977, 8. “Sensible fallecimiento de don Justo Parra Flores presidente nacional
de la Asociación de Pensionados del Servicio Seguro Social.
54
Una vez descritas ambas Asociaciones podemos conocer las problemáticas, demandas,
relaciones de los pensionados del SSS con los obreros activos y con los políticos, ya que estas
se convirtieron en los portavoces e intermediarios de este sector.
La política está cambiando: El surgimiento de una nueva Asociación de
Pensionados del Servicio del Seguro Social.
La primera Asociación de pensionados nació el 1 de Agosto de 1938 durante la campaña
presidencial que se realizó ese mismo año103. Elecciones que posteriormente serían ganadas por
el abanderado del Frente Popular, Pedro Aguirre Cerda. Este último se convirtió en presidente
acompañado por una coalición de centro-izquierda, compuesta por el Partido Comunista,
El 7 del presente, dejo de existir repentinamente, después de una corta enfermedad, el presidente de la
asociación nacional de pensionados, don Justo Parra Flores.
Su leal y vigorosa personalidad, como asimismo, su gran sentido de responsabilidad, lo hizo destacarse como
un líder nato en sus actividades laborales y sindicales.
Nació en Curicó el año 1898; estudio y comenzó a trabajar en esa hermosa ciudad sureña; en el año
1920, se traslado a Santiago; donde con su deseo de superación estudió sastrería; llegando a ser excelente
cortador sastre; ya en aquella época 1921 había contraído matrimonio con doña Emma y en el cual tuvieron
una hija, doña Fresia Parra Barros. Fue un padre y esposo ejemplar; ya se recortaba como un buen dirigente
sindical siendo un incansable luchador por la justicia y el bien de los trabajadores, además dirigió el
sindicatos de sastres de Santiago en el año 1946, estando en una activa vida sindical y gremial; una
enfermedad lo privó de su vida activa; obteniendo una pensión de invalidez permanente en el año 1948.
Pero el hecho de pasar a ser pensionado de invalidez no fue obstáculo para seguir la activa labor que
había desarrollado toda su vida; es así como organizó y fundó la actual asociación nacional de pensionados
del servicio del seguro social, el 5 de Octubre de 1953. Después de duras luchas obtuvo la personalidad
jurídica actual de esta organización N° 897, el 26 de febrero de 1956. Este mismo año en el mes de
Noviembre se público por primera vez el periódico el “El Pensionado”, Órgano oficial de esta asociación,
viajó a todas partes del país organizando filiales, llegando a ser un hombre muy conocido y querido y
respetado por todos.
Incursionó en el plano de la política presentado como candidato a diputado por Santiago, por el
partido Agrario Laborista el año 1956. En el año 1959 dejó de existir su esposa doña Emma Barros; la cual lo
deja en un profundo pesar; pero pese a esto se hizo tiempo para dedicarse además a organizar la población
donde vivió, donde fue elegido presidente de la junta vecinal, población villa sur, en el año 1959; fue
presidente de varios periodos; dirigiendo los destinos de esta organización nacional, elegido por unanimidad
en el último periodo el año 1972 en el cargo que se desempeñaba hasta la fecha de su deceso el martes 7 de
Junio de 1977, dejando a todos un profundo pesar, en la memoria de este dirigente ejemplar, será recordado
por siempre por todos los que lo conocieron y tuvieron la suerte de estar cerca de él.”
103
Ljubetic. op. cit., 20.
55
Socialista y Radical, bajo esta tónica planteaba un programa de gobierno enfocado en la
protección estatal de los trabajadores y en la industrialización104. Todos datos no menores a tener
en cuenta a la hora de relacionar esta organización de pensionados con los partidos de izquierda
y, por ende, también, en su forma de politizar a este sector social. Más todavía cuando su
periódico oficial, por largo tiempo, fue el Frente Popular, el que sería, en 1940, reemplazado por
El Siglo, ambos de tendencia izquierdista.
Si bien esta organización comienza a gestarse en Santiago, rápidamente, los pensionados de la
zona minera de Lota, conocida región dominada por los partidos de izquierda, comenzaron a
reunirse periódicamente. Ratificando con ello, los lineamientos políticos y las relaciones con las
organizaciones obreras, como la CTCH y, posteriormente, la CUT, que tuvo durante su
existencia la primera Asociación de Pensionados de Chile. De hecho, precisamente en esta parte
de nuestro país, la Confederación de Trabajadores de Chile tuvo como presidente a un
pensionado.
Recién en 1941 obtuvo su personalidad jurídica, titulo de suma importancia a la hora de negociar
con el ejecutivo la obtención de mejores beneficios. Pero otro lado, precisamente este mismo
año, comenzó a discutirse el proyecto de reforma a la ley 4.054 presentado por Salvador Allende,
el que posteriormente sería proclamado como presidente honorario de los pensionados.
Al analizar los primeros años de funcionamiento de la Primera Asociación de Pensionados se
visualizan claramente cuáles fueron los lineamientos políticos que siguió durante el transcurso
del tiempo. Fuertemente ligada a las organizaciones obreras, dominadas por la izquierda chilena,
esta organización tuvo una activa participación, a través de reuniones constantes con Salvador
Allende y manifestaciones en la vía pública, en el desarrollo de la reforma a la ley 4.054. Pero
104
Correa, op. cit.125.
56
también estuvo compuesta principalmente por pensionados de invalidez, de hecho no es hasta
1941, que en los constantes llamados a reunirse, se mencionarán a los pensionados por vejez.
Situación no extraña antes de 1952, cuando el sistema de rescate de reservas prácticamente
predominó dentro del Seguro Obrero Obligatorio.
Por otro lado, entre 1932 a 1947 el sistema de partidos chileno gozó de estabilidad producto de la
ausencia de un partido político que congregará un gran número de votos en comparación con los
demás. Debido a esta situación que las alianzas entre diferentes sectores políticos fueran bastante
comunes, ya que ninguno de ellos, de forma independiente, lograría obtener más del 30% de los
votos para llegar a la presidencia105. Por esta razón era indispensable formar coaliciones entre los
distintos sectores políticos, permaneciendo inmutable el centro, dominado por el Partido Radical.
El que durante estos años llevó a la Moneda a tres miembros de su partido, como fueron Pedro
Aguirre Cerda, Juan Antonio Rios y Gabriel González Videla. Fue precisamente este último el
que quebrantó el clima de tranquilidad y de predictibilidad que había impregnado la política
nacional hasta 1947, al aprobar la llamada “Ley Maldita” que proscribía al Partido Comunista.
La estabilidad que vivió el sistema político nacional hasta 1947 impregnó a la Primera
Asociación de Pensionados. Ella se mantuvo fuertemente relacionada con la CTCH,
organización obrera donde convivían tanto el Partido Comunista como el Partido Socialista. Pero
una vez que el primero fue declarado ilegal por Gabriel González Videla esta organización se
puso en movimiento para rechazar esta iniciativa, a través de distintas protestas organizadas por
la CTCH y reuniones constantes entre los pensionados. Por otro lado, comenzaron a visualizar la
campaña presidencial de 1952 como una instancia para llevar a Salvador Allende a la Moneda.
Por esto último los pensionados del Seguro Obrero Obligatorio se reunieron creando comités
105
Timothy Scully, Los partidos de centro y la evolución política chilena, Santiago de Chile, CIEPLAN:
Notre Dame, University of Notre Dame, 1992, 148-151.
57
Pro- Allende106, todo con el fin de llevar al gestor de las reformas de la ley 4.054 a la presidencia
de la república. Pero a pesar del apoyo de este creciente grupo social, Allende no logró obtener
el triunfo, pero en cambio, sí lo hizo Carlos Ibañez del Campo, rompiendo todos los pronósticos,
con un 43% de los votos.
Este último revolucionó el sistema de alianzas que había predominado dentro de la política
chilena hasta la década de los 50, al llegar a la Moneda sin el apoyo de ningún partido tradicional
y con un discurso populista. Este último:
“rechazaba el antagonismo de clases y, en cambio resalta los
intereses comunes de la nación, a la cual concibe como una gran
familia; por pueblo se entiende entonces, la comunidad nacional en
su conjunto, no una clase en particular. Se descarta la mediación
institucional entre las masas y el líder; de ahí que no sea mera
retorica el discurso anti-partidos propio del populismo, sino reflejo
de la voluntad de prescindir de tales estructuras a la hora de
canalizar las demandas de la sociedad.”107
Ibañez dejó a un lado la política de partidos, a la cual atacó por su “ineficacia y corrupción”108,
por un gobierno apolítico compuesto por elementos de diferentes sectores, como muestra de que
durante su presidencia las estructuras partidarias no eran de importancia a la hora de resolver las
demandas de la sociedad. Premisa que encarnaba la sensación generalizada una vez que el
radicalismo, partido gobernante entre la década del 30 y del 50, utilizará durante su último
gobierno una política zigzagueante de alianzas con distintos sectores, todo con el fin de recuperar
el poder electoral perdido una vez que este rompiera la coalición de centro-izquierda. En
consecuencia “el partido gobernante había adquirido una imagen de oportunismo, corrupción y
manejo clientelístico del Estado”109. Clima que se expandió a los demás partidos políticos. En el
106
Ljubetic, op. cit., 98.
Correa, op. cit.,188.
108
Scully, op. cit., 168.
109
Tomás Moulian, El Gobierno de Ibañez. 1952-1958, Santiago de Chile, FLACSO, 1986, 5.
107
58
caso de la derecha se la acusaba de mezclar “sin tapujos la política con los negocios o no era
capaz de aparecer sustentando una posición “más allá” de sus intereses inmediatos”110. Por otro
lado, la izquierda chilena se encontraba debilitada después que el Partido Comunista fuera
declarado ilegal en 1947.
A la desacreditación de los partidos tradicionales se sumó el excesivo número de partidos
políticos producto de disputadas internas de los primeros o como respuesta al escenario político
de finales de los cuarenta. De hecho, en respuesta a la legislación que proscribía al Partido
Comunista, tanto el Partido Conservador como el Partido Socialista sufrieron fracturas. Del
primero había escindido el Partido Conservador Tradicionalista, de un fuerte corte
anticomunista, mientras que del segundo lo hizo el Partido Socialista Popular, el cual rechazaba
la llamada “ley Maldita”. A lo que se sumaban la conformación de una serie de partidos por
diferentes motivos, entre los que destacan el Partido Agrario Laborista, Partido Radical
Democrático, el Partido Radical Doctrinario, entre otros. Por ejemplo, para las elecciones
parlamentarias que se llevaron a cabo en 1949 se presentaron veinte agrupaciones, pudiendo
catorce de ellas elegir algún parlamentario. 111 En esta ocasión destacó el Partido Agrario
Laborista, fundado en 1945, el que obtuvo una votación superior al 8%. Agrupación política que
junto al Socialista Popular y Femenino de Chile apoyaron a Carlos Ibañez del Campo durante la
elección presidencial de 1952.
La consecuencia directa del triunfo de Ibañez fue producir “un cambio sustantivo en la política
chilena. Desde entonces, y durante veinte años, un electorado volátil y díscolo fue expresando en
las urnas sus algo indefinidos anhelos de cambios, sus reiteradas expectativas de mejorar sus
110
111
Idem.
Correa, op. cit., 189.
59
condiciones materiales de vida, y la búsqueda permanente de un liderazgo presidencial que
condujera al país hacía algún puesto seguro, que permitiera dejar atrás la pobreza, la inflación y
el atraso del subdesarrollo”112. En otras palabras, el sistema político nacional no volvió a ser el
mismo una vez que Ibañez llegó a la Moneda, ya que los partidos tradicionales habían perdido
prestigió frente al electorado al ser tachados de corruptos e ineficaces para solucionar
adecuadamente los problemas de la población. Situación que desencadenó importantes cambios
dentro de estas colectividades, todo con el fin de sanear sus imágenes y de captar nuevamente al
electorado, el que a partir del triunfo de Ibañez se había vuelto impredecible.
Pero por otro lado, durante los primeros meses de gobierno del líder populista se llevaron a cabo
una serie de medidas que afectaron el ambiente social y económico nacional. Ellas estuvieron
enfocadas en aumentar el control público sobre la actividad económica, por ello se creó el Banco
Central; sancionar los negociados y la especulación; aplicar políticas que contribuyeran a
redistribuir el ingreso y a la democratización social; y, por último, favorecer la organización de
los trabajadores 113. En relación a esta última, se apoyó la creación de la Central Unitaria de
Trabajadores (CUT), debido a la influencia que tuvo el Partido Socialista Popular en el gobierno
durante los primeros meses.
Las pretensiones del ejecutivo de redistribuir el ingreso fueron plasmadas, en el ámbito de la
Seguridad Social, en la nueva Ley 10.383, que entró en vigencia en diciembre de 1952. Ella tuvo
la misión de subsanar los constantes problemas de la inoperante Ley 4.054, del Seguro Obrero
Obligatorio. Este último se dividió en 2 organismos, uno era el “Servicio de Seguro Social
(SSS), organismo encargado de otorgar beneficios sociales y económicos, y el Servicio Nacional
112
113
Correa, op. cit., 197.
Moulian, op. cit., 23.
60
de Salud, responsable de proporcionar a los imponentes del SSS y a su grupo familiar la
asistencia médica completa en los hospitales que quedan bajo su dependencia, y el pago de
subsidios de enfermedad y maternidad”114 El primero comenzó a utilizar un sistema de reparto
para otorgar las pensiones, además de otorgar pensiones mínimas, las que serían reajustadas año
tras año para palear la inflación. Todas medidas que contribuyeron a incrementar el gasto público
destinado a este sector, pero que ayudó a aumentar el nivel de vida de los pensionados por
invalidez y vejez.
A partir de 1952, con la creación del SSS y el SNS, la antigua Asociación de Pensionados, que
había sido creada en 1938 a partir de la Ley 4.054, reformó sus bases y peticiones en directa
relación con los nuevos beneficios y derechos que por ley fueron otorgados a los pensionados del
Servicio del Seguro Social. Estos fueron la “ampliación de la atención medica, pensiones desde
el 50 hasta el 70% del sueldo habitual, pensiones sujetas a un reajuste anual, incorporar a los
beneficios de invalidez a los que sufren una incapacidad parcial permanente (antes sufrían una
incapacidad absoluta), incorporación al beneficio para optar a la compra de casa”115. Los puntos
anteriores se convirtieron en elementos de constante batalla entre las Asociaciones que decían
defender a los pensionados y el gobierno.
Si bien las medidas que utilizó Carlos Ibañez con el fin de distribuir adecuadamente el ingreso a
la población afectaron las demandas de la primera Asociación de Pensionados, igualmente, en
un plano político, lo hizo la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Ya que esta última, a partir
de Julio de 1953 “le entrega todo el respaldo a la Asociación y a su directiva, incluso pone a su
disposición una secretaría en la sede de Alameda 850”116. Esto después que Manuel Navarro, un
114
Ljutebic, op cit , 114.
Idem.
116
Ibid, 119.
115
61
ex dirigente que no había sido reelegido formara un grupo de pensionados y otros elementos, los
que posteriormente fueron a irrumpir una sesión e intentaron agredir a algunos dirigentes.117 En
respuesta a esta situación la CUT mencionaba que “la única organización representativa de los
pensionados es la Asociación Nacional presidida por Luis Reffer, que se encuentra afiliada a la
CUT”. Sostiene que se vieron obligados a hacer esta declaración, “debido a que algunos
elementos pretenden hacerse pasar por dirigentes de un pseudo organización que no representa a
nadie”118
La importancia que tiene el suceso anterior no es menor. Por un lado la primera Asociación de
pensionados al relacionarse con la Central Unitaria de Trabajadores fija sus lineamientos,
además de concretar su relación con los partidos políticos de izquierda, más precisamente con el
FRAP 119 , ello se hará efectivo en la elección presidencial de 1958. Por otro lado, Manuel
Navarro, antiguo elemento de la Asociación anterior, conformó un grupo autónomo que no
siguió los ideales políticos de la agrupación antes mencionada. Esto quedo plasmado en 1956
cuando fundó el periódico El Imponente, el cual “pertenecía a una agrupación obrera, que iba en
defensa de la previsión social de todos ellos”120 . Si bien este sólo tuvo un único número, se
convirtió en el puntapié inicial para que posteriormente en Noviembre de 1957 se fundara el
periódico El Pensionado, el cual fue el portavoz oficial de la Asociación Nacional de
Pensionados comandada por Justo Parra.
Este último, ya en el año 1956 convocó a una reunión de la Asociación de Pensionados de la Ley
10.383 en el Teatro Prat, la cual terminó en desordenes. Esto después que “un grupo de
pensionados que hicieron contramanifestaciones, acusando al señor Justo Parra de utilizar a los
117
Ídem.
Ibid, 120.
119
Frente de Acción Popular.
120
El Pensionado, Febrero 1958, 3.
118
62
trabajadores y al acto para fines electorales, como candidato a diputado por el distrito de
Santiago”121 . El conflicto entre estas dos organizaciones cobró bastante importancia, de hecho
ya para 1954 en una asamblea realizada en Santiago decidieron solo “aceptar la unidad de los
pensionados de Santiago siempre que no se admita la incorporación de elementos expulsados por
divisionista”122, esto en clara alusión a la Asociación paralela que se estaba gestando.
Las acusaciones que se realizan entre ambas Asociaciones, por un lado se relacionan con el
resquebrajamiento de la unidad dentro del sector de los pensionados, esto debido a que
anteriormente sólo existía una agrupación que los representaba, la cual estaba ligada
fuertemente, desde sus inicios, con la izquierda chilena. Ello no fue más que el reflejo de lo que
ocurría dentro de la política nacional, en donde tanto los partidos de izquierda, de centro y de
derecha se vieron sobrepasados en la elección presidencial de 1952 por una “tercera vía”, la cual
se autodenominaba apolítica y era representada por el partido Agrario Laborista. Estos nuevos
ideales políticos no sólo fueron plasmados en el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, sino que
se impregnaron fuertemente, desde sus inicios, en la Segunda Asociación Nacional de
Pensionados, la comandada por Justo Parra.
Se hicieron patentes las ansias de ambas organizaciones de utilizar a este grupo con fines
políticos. Esto último queda plasmado en el mes de Diciembre de 1957 producto de una visita
que realizó Justo Parra a Curicó, en donde se mencionaba que “un grupo aislado de pensionados
y NO PENSIONADOS, están tratando de contrarrestar, en un movimiento desquiciador, a esta
verdadera organización, establecida desde el año 1953. Es así como en nombre de una
determinada Central de Pensionados de Santiago, están organizando otra institución que
121
122
Ljubetic, op cit, 142.
Ibid,123
63
directamente no va a favor de los pensionados, sino que va a favor de determinado candidato
presidencial” 123 . Esto fue repudiado por el periódico El Pensionado, ya que “elementos con
buenas manos para trabajar, estén por medio sus intereses mezquinos y sectarios, disgregando a
estos pobres viejos en sus propias organizaciones que con tanto esfuerzo ellos mismos han
levantado, y ante esta incalculable aberración, pedimos en nombre de todos los pensionados, que
estos elementos pletóricos de salud, busquen otro campo más apropiado para saciar sus
asquerosas ambiciones” 124 Pero por otro lado, la Asociación que estaba relacionada con los
partidos de izquierda acusaba a la Asociación comandada por Justo Parra de sesionar en el
edificio del SSS, de ocupar el teatro de este lugar, además de su camioneta.125 Esto en directa
alusión que Carlos Ibáñez del Campo prestaba apoyó esta organización.
Durante 1959, continúan las acusaciones entre ambas Asociaciones126. Pero lo importante de este
año es que en Agosto apareció el primer número del periódico La voz del pensionado, el cual
reflejaba el pensamiento de la Asociación de Pensionados que estaba relacionada con la CUT,
además de mostrar las problemáticas y las acciones que por este grupo social realizaban los
políticos de izquierda. Esto cobra relevancia porque ya existía otro periódico que se relacionada
con los pensionados del SSS, llamado El Pensionado, el cual era el medio para reflejar los
ideales, formas de pensar y actuar políticamente radicalmente distintas al primero, de hecho sólo
se nombra una sola vez a Salvador Allende, mientras que parlamentarios relacionados con el
Partido Agrario Laborista son mencionados en varias ocasiones. En consecuencia, los periódicos
se convirtieron en un medio importante para politizar a los pensionados del SSS, ya sea con
ideas de izquierda o directamente “apolíticas” como se decía que era la Asociación dirigida por
123
El Pensionado, Diciembre 1957, 2.
Idem.
125
Ljubetic, op cit,127.
126
El Pensionado, Noviembre 1959, 3.
124
64
Justo Parra. Esto se debía a que ambos relacionaban los logros que mejoraban la situación de
este grupo a la ardua lucha que sus parlamentarios tuvieron en el congreso. En definitiva, se
adjudicaban los beneficios que poco a poco se iban obteniendo, siendo el más importante el
aumento de la pensión mínima.
El conflicto que hubo entre los periódicos antes mencionados lo podemos apreciar claramente
cuando El Pensionado, en diciembre de 1959 publicaba en su portada “La política sigue
dividiendo organización de pensionados”127. Esto después que La voz del Pensionado acusará a
la organización comandada por Justo Parra de malversación de fondos. Posteriormente, en Enero
de 1960 tildaban a este último de minoritario, después que los aludidos señalaran que Justo Parra
y a su organización como anti-unitarios, a lo que respondían “que nadie y, menos nosotros,
sabemos a qué falta de cumplimiento y compromiso se refieren en aquello de que “por culpa de
nuestra asociación no se hizo unidad””128 A lo cual agregaban, “cuando nos produzca algo serio
sobre unidad hablaremos, porque estimamos que la UNIDAD es algo imprescindible; que nos
hace falta para lograr lo que nos corresponde a todos, pero no podemos prestarnos para unirnos a
conciliábulos politiqueros, ni facilitar nuestra organización y movimiento para servir intereses y
apetitos ajenos a los pensionados”129 En definitiva, las acusaciones de un lado u otro eran las
mismas que se hacían cuando no existían los periódicos, pero ahora tenían mucho más impacto
porque además de acusarse estaban interesados en desprestigiarse mutuamente frente al público
receptor. Es importante mencionar, que por ejemplo, el periódico El Pensionado era vendido en
los diferentes centros de pago del SSS, siendo posteriormente comercializado en los quioscos de
la capital.
127
El Pensionado, Diciembre 1959,1.
El Pensionado, Enero de 1960, 2.
129
Idem.
128
65
Si bien la Asociación de Pensionados comandada por Justo Parra
en su primer número señalaba que El Pensionado es un periódico
exclusivamente para los pensionados “sin banderas de rivalidad
ni sectarias que corrompen y destruyen la verdadera lucha social
a la cual todos nosotros sin excepción de nadie debemos
desplegar”130, este reconoció reiteradamente la labor desarrollada
por elementos Agrario Laboristas como eran Rafael de la
Rafael de la Presa.
Integrante del Agrario
Laborismo que
constantemente apoyó a
los pensionados del
Servicio del Seguro
Social.
(Extraída desde El
Pensionado, Febrero de
1960,3)
Presa131, José132 y Pedro133 Foncea Aedo. Sin tomar en cuenta que
el mismo Justo Parra pertenecía a esta colectividad, presentándose
incluso como candidato a diputado por Santiago. Lo cual no era
extraño, ya que el periódico ciertamente estaba relacionado con la
forma de entender la política por parte del partido antes
mencionado y de ahí se desprende, porqué posteriormente este se
relacionará con la Confederación Nacional de Trabajadores.
130
El Pensionado, Noviembre de 1957, 3.
Nació en Melipilla, el 3 de agosto de 1907. elegido diputado (1953), apoyado por el Partido Agrario
Laborista al que pertenecía. En 1954 form ó parte de la fracción de este partido que se mostró contraria a la
directiva oficial presidida por Rafael Tarud y que fundó el Partido Agrario Laborista Recuperacionista.
Perteneció al partido democrático Nacional. Elegido diputado al congreso por el 4 distrito de Santiago
apoyado por el PADENA. Al acercarse las elecciones presidenciales de 1964 abandonó el partido para dirigir
a un grupo el mismo, con el cual constituyó un nuevo partido que tomó el nombre de nueva izquierda
democrática, el cual adhirió a la candidatura del candidato demócrata cristiano Eduardo Frei Montalva.
Embajador ante el gobierno de Portugal (1965). Extraído del Diccionario Político de Chile(1810-1966) del
autor Jordi Fuentes.
132
Nació en Victoria. Elegido diputado por Talca (1957-1961). Perteneció a los partidos Demócrata Nacional
y Agrario Laborista. Elegido senador por Talca, Curicó, Linares y Maule (1965-1973), por el partido
Demócrata Cristiano. Extraído del Diccionario Político de Chile(1810-1966) del autor Jordi Fuentes.
133
Nació en Victoria., el 15 de septiembre de 1907. se gradúo de abogado (1929). Director general del seguro
social (1953). Nombrado Ministro del trabajo (2 de marzo de 1954), durante la administración de Carlos
Ibáñez del Campo, renunció a este cargo el 13 de Abril de 1954. Director del servicio de seguro social (19551957). Miembro de la Junta ejecutiva del partido Agrario Laborista. Extraído del Diccionario Político de
Chile(1810-1966) del autor Jordi Fuentes
131
66
Para entender la forma en que la Asociación comandada por Justo Parra politizó a los
pensionados del SSS es necesario conocer las ideas del partido Agrario Laborista, el cual tuvo un
papel importante con la llegada de Carlos Ibáñez a la Moneda. Entre sus postulados destacaban
“el rechazo de las formulas de los partidos históricos y sobre todo el liberalismo y el
marxismo”134, además de que “su nacionalismo populista buscaba conscientemente una doble
instancia político-económica, que tradujera en instituciones y medidas las necesidades de una
sociedad moderna y que se sintetizan en su programa de reformas y corporativismo”135. A todo
esto se sumaba el rechazó a la politiquería, esto fue expresado claramente en una convención
realizada en Cautín, en el año 1958, en donde señalaban:
“explicaba su divergencia de la política partidista advirtiendo que la
“vieja y negativa lucha de la política de Izquierdas y Derechas había
degenerado en POLITIQUERIA, creando un clima de inseguridad,
pobreza y desordenes innegables, que demostraban la incapacidad
fundamental de esta fuerzas para gobernar eficientemente el país”.
Todavía más, se agregaba que postulaban, en letras destacadas, que
“CASI TODOS LOS POLITICOS SON PARASITOS” y que explotaban
la codicia, el idealismo o la ignorancia de los electores para vivir sin
trabajar”136
Con la pretensión de alejarse de la politiquería, de la corrupción e incompetencia de los políticos
la segunda asociación nacional de pensionados tuvo durante largo tiempo a Justo Parra como
presidente. Este último, al igual que algunos columnistas del periódico El Pensionado, era
precisamente un pensionado del SSS, en este caso de invalidez. Ello no sólo contribuía en
mostrarse como una organización que conocía y empatizaba con las problemáticas y dificultades
que este sector social vivió diariamente, sino que también se transformó en un importante punto
de consecuencia entre los postulados del Partido Agrario Laborista y esta Asociación. En otras
palabras, se entendía que esta Asociación de Pensionados era administrada por y para
134
Cristian Garay. El Partido Agrario-Laborista. Santiago. Editorial Andrés Bello, 1990, 68.
Idem.
136
Ibid, 71-72
135
67
pensionados del SSS, dejando fuera la incapacidad de los políticos que por tanto tiempo
contribuyó a mantener el statu quo del sistema previsional, sin grandes reformas, ni beneficios.
Además de lo anterior, hacer notar los postulados del Partido Agrario Laborista radica en que a
partir de 1960 dejaron de aparecer, con la frecuencia anterior, los nombres de sus diputados. Esto
se debía a la incorporación, en el caso de Rafael de la Presa y José Foncea, al Partido
Democrático Nacional (PADENA), el cuál era de “izquierdismo moderado, con tendencia
socialista y absolutamente democrático”137. Además, este último participó en la conformación
del llamado FRAP (Frente de Acción Popular), por ende, apoyaba la candidatura de Salvador
Allende para la elección que se iba a realizar en el año 1964. En consecuencia, no es casual que
sus nombres poco a poco desaparecieran, ya que iban en contra de los ideales políticos de la
Asociación de Justo Parra, la cual pretendió aislarse de las izquierdas y derechas y sólo luchar
por los problemas reales de los pensionados, dejando fuera el vicioso juego político.
En otras palabras, la afiliación de algunos diputados al PADENA y su posterior alejamiento de la
Asociación ligada a los postulados del Agrario Laborismo confirma la pretensión de mostrarse a
los pensionados del SSS como una organización relacionada y comandada sólo por ellos. Esta
imagen cobró importancia en un contexto político cambiante, en donde los partidos políticos
tradicionales ya habían sido sobrepasados en la elección presidencial de 1952. Por ende, la
tercera vía que presentaba el Agrario Laborismo todavía era un opción válida para politizar a un
sector social, en este caso los pensionados del Servicio del Seguro Social, de ahí que desligarse
de elementos que se comenzaron a relacionar con otras tendencias políticas, no sólo fue un
mecanismo de autodefensa hacia sus ideales, sino que también una forma de mantener una
tercera opción política.
137
Jordi Fuentes, Diccionario Político de Chile (1810-1966), 154.
68
A pesar de las constantes disputas internas dentro del Partido Agrario Laborista y su posterior
desaparición, la Asociación comandada por Justo Parra mantuvo su posición de no mezclarse en
el infructuoso juego político entre izquierdas y derechas. Por ello, posteriormente, como
explicaremos, se comenzará a relacionar con la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT),
la cual tenía gran similitud con los postulados del Agrario Laborismo, además de tener un fuerte
recelo contra la CUT, a la que tachaba constantemente de manipular los problemas de los
trabajadores con fines políticos, además de ser dirigida por organizaciones internacionales.
Debido a lo anterior, no es extraño que la Asociación de pensionados comandada por Justo Parra
no se haya adherido a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), sino que a la CNT. Ya que esta
decía encontrarse “al margen de las diferencias políticas, patronales y gubernamentales y que sus
principios deben regirse por medio de la democracia gremial y sindical”138De hecho esta tenía un
periódico oficial llamado CENETE, el cual decía apoyar “sólo el sindicalismo libre y
democrático salvará a la Patria y a la clase trabajadora”139. Lo anterior, sin dudas encaja con los
ideales que desde un comienzo la Asociación antes mencionada pretendía realizar en la práctica.
El apoyo de la CNT a esta organización fue tanto, que incluso, para Noviembre de 1963 El
Pensionado agradecía a esta organización por el apoyo que le daba a los pensionados”140. Es
más, la Confederación Nacional de Trabajadores atacó constantemente el actuar de la CUT
porque en su interior “se sigue gestando elementos politizados y para objetivos ajenos al
sindicalismo. Las reivindicaciones económico-sociales se quedarán contemplando el desfile de
138
El Pensionado, Noviembre de 1962, 1.
CENETE, Agosto de 1962, 1.
140
El Pensionado, Noviembre de 1963, 1.
139
69
las comparsas demagógicas de quienes se han apoderado de la más sagrada herramienta de
defensa que tienen los trabajadores: la organización sindical”141
Por lo tanto, para finales de la década de los 50 coexistieron dos Asociaciones de Pensionados
del SSS con formas de acción distintas. Una, era la que se encontraba ligada desde sus inicios
con los partidos de izquierda y posteriormente, más precisamente en 1953, a la Central Unitaria
de Trabajadores. Mientras que la segunda, era la comandada por Justo Parra, la cual en la década
de los 60 se asoció a la CNT. Si bien una estuvo directamente relacionada con la izquierda y la
otra se decía estar ajena al juego político, ambas contribuyeron a politizar a los pensionados del
SSS. Ello después que ambas Asociaciones comenzaran a editar periódicos con sus ideas y
formas de entender la política, además de adjudicarse los beneficios dirigidos a este grupo social,
sin contar la constante desacreditación mutua. Todo lo cual no hizo más de informar a este
sector de la ciudadanía sobre sus problemáticas y cómo a través de estas Asociaciones podían
solucionarlo.
Problemáticas y Demandas de los pensionados del SSS entre 1952-1964.
Las dos Asociaciones que coexistieron durante 1952 y 1964, si bien tenían formas de actuar y de
relacionarse con la política radicalmente distintas, ambas reflejaban las mismas problemáticas y
obstáculos que los Pensionados del Servicio del Seguro Social vivieron en este tiempo.
El pilar de batalla más importante y recurrente a lo largo de este periodo era el incrementar
constantemente la pensión mínima. Esto después de que en 1952, con la implementación de la
Ley 10.383, se señalara que 1.000 pesos era el menor monto que podía recibir un pensionado del
141
CENETE, Agosto de 1962, 1.
70
SSS. Esto cobró importancia porque unificó una gran cantidad de pensionados a favor de mejorar
paulatinamente ese número, ya que anteriormente todos recibían una pensión diferente que iba
acorde a sus imposiciones, por ende el nivel organizativo sobre el dinero que recibían los
pensionados era prácticamente nulo. Con la incorporación de un mínimo de dinero para este
grupo se tuvo un punto por el cual luchar y que los tocaba directamente en su realidad, debido a
que este sería el dinero que tendría para vivir un pensionado durante un mes. Es por esto que las
dos asociaciones, tanto la de Justo Parra como la relacionada con la CUT, prestaron especial
importancia a este elemento, dejando en un segundo nivel las reformas a la Ley 10.383, las
cuales se apreciaban como obstáculos más complicados de realizar, en cambio el monto mínimo
era algo inmediato y que tocaba a los pensionados en su diario vivir.
El monto mínimo que recibieron los pensionados del SSS aumentó con el pasar de los años, pero
durante este mismo tiempo la inflación que vivió nuestro país degrado considerable estos
aumentos, esto se aprecia en el siguiente cuadro Nº 4.
71
Cuadro N° 4.142
La realidad de las pensiones mínimas entre 1952-1959.
Año
Pensión
Mínima ($)
Salario vital Lo
que Inflación
de Santiago pedían
los
143
pensionados.
($).
($)
Pensión en
libras
esterlinas.
1952
1.000
……………..
3,13
1953
Menos
6.000
1955
2.600
1956
Menos
15.000
1957
Más de 3.500
35.086
17,24%
1958
15.000
42.703
75%
del 32,51%
sueldo vital
5,411
1959
22.000
57.550
33,24%
7,422
de
12,02 %
6.070
6.000
56,17%
18.400
Medio vital
83,31%
15.000
37,70%
de 26.956
1,767
Como se puede ver en el cuadro N°4, las pensiones de 1958 al igual que las de 1959 demuestran,
al parecer, un aumento sustancial en comparación con 1952. Pero los niveles inflacionarios que
vivió Chile durante estos años desvirtúan estas cifras, por ello hemos convertido el peso chileno
en libras esterlinas, ya que ésta última fue una moneda mucho más estable. Debido a esto, nos
hemos percatado que el incremento en las pensiones mínimas no era demasiado, se paso de 3,13
142
Este cuadro ha sido construido basándose en el texto Economía chilena 1810-1995: estadísticas históricas.
Autores: Juan Braun Ll., Matías Braun Ll., Ignacio Briones, José Díaz B., Rolf Lüders S. y Gert Wagner H.
Santiago. Pontificia Universidad Católica de Chile, 2000. De este texto se extrajeron los datos de la Inflación.
En cambio la Pensión Mínima y lo que pedían los pensionados se construyó basándose en el texto de Iván
Ljutebic Historia de la Asociación de Pensionados de Chile: Tomo I: el primer cuarto de Siglo (1938-1963) y
el periódico “El Pensionado”.
143
Cifras extraídas desde: El Pensionado, Noviembre de 1959, Pág. 2. Además es necesario señalar que el
sueldo vital variaba según la ubicación espacial de la persona, ya sea una provincia del norte o sur de Chile. A
ello se le sumaba el tipo de ocupación que desempeñara, por ejemplo para 1961 se dividían entre la Escala A
y la Escala B, la primera se refería a los empleados de la industria y el comercio, y la segunda para
empleados de la minería y la agricultura. Por efectos prácticos nos hemos regido sólo por los sueldos vitales
de Santiago.
72
libras esterlinas en 1952 a 7,42 libras en 1959. Siendo que si consideráramos solamente los
montos en pesos chilenos el aumento entre el primer año en que se implemento la ley 10.383 y
1959 es de 15 veces. En consecuencia, la alta inflación evitó que el nivel de vida de los
pensionados aumentara, es por ello que el tema de las pensiones mínimas se convirtió en el gran
ámbito a legislar.
Además, debido a la alta inflación que se aprecia en el cuadro Nº 4, el aumento en el costo de la
vida también se incrementó de manera abrupta, aquello se ve claramente en el siguiente cuadro:
Cuadro Nº5144
Año
1953
% de alza en el
costo de la vida en
relación al año
anterior.
25,3%
1954
72,2%
1955
75,2%
1956
56%
1957
33,2%
1958
32,5%
1959
33,5%
El cuadro Nº 5 cobra importancia porque muestra como constantemente el costo de la vida entre
1953 y 1959 se incrementó considerablemente año tras año, lo cual se vio fuertemente
influenciado por las constantes especulaciones de los distintos comerciantes. Por ejemplo, en el
siguiente caso, un terno de oveja que vendía la tienda Vestex al contado a 49.300 pesos, era
144
Datos extraídos desde El Pensionado, Noviembre 1959, 2.
73
vendido por esta misma “a través de sus distribuidores en 58 mil pesos. Los 8700 de recargo
tienen una explicación: esas tiendas Vestex conceden facilidades de pago. Y ese es el único
medio que tienen empleados y obreros para vestirse. En seguida, el mismo ternito vuelve a subir
a 65 mil 100 en “Divesa”, que es una filial de “Vestex” y que distribuye su producción. El
mismo ternito, que Vestex empezó vendiendo en 49 mil 300, vuelve a experimentar un vuelvo,
cuando llega a la Casa portugués, en la calle Bascuñán 24. Portugués sube el terno a 68 mil 500
pesos, o sea, en un 45 por ciento.”145
Debido a lo anterior, en el año 1959 un obrero chileno que ganaba un sueldo vital de 57.550
pesos necesitaba trabajar 45 días para comprarse un terno de oveja, el cual tenía un valor de
68.500 pesos. Por otro lado, un pensionado del SSS que recibía una pensión mínima de 22.000
pesos necesitaba más de tres meses para adquirir esa prenda de vestir.
A las bajas pensiones se sumaron los diferentes descuentos que se hicieron a los pensionados del
SSS, es por ello que este grupo social a través del periódico El Pensionado desde 1956 pidieron
constantemente:
“una boleta de pago o algún documento que justificara sus descuentos
y el monto liquido a percibir mensualmente y que este le quedara en
su poder a manera de tener seguridad matemática del valor de su
pensión mensual, ya que en muchos casos, sea por errores de cálculo
o por cualquier otro motivo, le salían periódicamente variaciones en
su pensión que el pensionado no podía justificar dado a que no tenía
otro documento para confrontar lo que recibió el mes anterior” 146
De cierta forma, los pensionados no tuvieron mucho conocimiento del manejo dentro del SSS.
Esto se reafirmaba con una nota al director publicada por el periódico antes mencionado en
Febrero de 1958, en la cual se agradecía los avisos que eran anunciados constantemente por este
145
146
El Pensionado, Noviembre de 1959, 2.
El Pensionado, Enero de 1958, 2.
74
periódico, por lo que señalaba “que gracias a ello inicio diligencias para el cobre de
indemnización por años de servicios” 147 . Es más, decía que “son muy útiles todas las
advertencias, avisos o publicaciones referentes a los beneficios y leyes para los pensionados. Es
sincero decir que ignoramos todas estas cosas y es por eso que es necesario darle mayor venta a
este simpático periódico”148. En otras palabras, la labor que comenzó a realizar este periódico fue
la de informar a los pensionados sobre su situación como pensionados del SSS, dando a conocer
las leyes, las problemáticas que los afectaban y sus derechos. Lo anterior no tuvo otro fin que
captar a este sector, ya que si bien se entregaban diferentes informaciones que estaban
directamente relacionadas con los pensionados, ellas tenían como fin activar políticamente a este
grupo social con el propósito de que se organizarán en pos de mejorar su situación. En otras
palabras, la asociación que se reflejaba en este periódico se convertía así en el intermediario
entre los pensionados del Servicio del Seguro Social y la política que se hacía en el Congreso.
Por ello no es menor que constantemente se agradeciera la labor desarrollada por los diferentes
diputados, como Rafael de la Presa o José Foncea, todo con el fin de alzarlos como los
representantes de este sector frente a las cúpulas políticas.
Este llamado a la organización para mejorar la situación de los pensionados se ve reflejado en la
siguiente noticia. El primero de Marzo de 1958 correspondía el pago de 15.000 pesos como
pensión mínima, pero a este monto se le hicieron una serie de descuentos “sin que nadie dijera
nada”149, lo que “igualmente sucede con varios beneficios que el pensionado, que en gran parte
por su ignorancia, no han hecho sus trámites correspondientes para percibirlo, y ahí están sin que
nada diga nada, sino solamente al que se le fue, se le fue y no hay más vuelta que darle”150. En
147
El Pensionado, Febrero de 1958, 2.
Ídem.
149
El Pensionado, Mayo de 1958, 2.
150
Ídem.
148
75
definitiva, se alude a que nadie va a hablar por este sector, sino que ellos son los responsables de
movilizarse y de informarse, claro que esto último lo desempeñó de buena forma El Pensionado
y, más todavía, cuando éste fue distribuido en todos los centros de pago. A lo cual se le sumó en
Agosto de 1960 el apoyó que la radio José Miguel Carrera le otorgó como medio importante
para masificar las informaciones para sector al mismo tiempo que los ideales de la Asociación.151
Lo anterior queda reflejado en una cita de José Martí que utilizó este periódico: “Ser culto es el
único modo de ser libre” 152 . Ella no fue más que un llamado a informarse, a conocer sus
problemas y sus derechos, todo con el fin de constituir una masa de pensionados conscientes de
su realidad. Aquello se pretendió lograr a través de los medios de comunicación, como el
periódico y la radio, los cuales a su vez sus transmitían ideales políticos. Por ello no es extraño
la constante desacreditación ente las Asociaciones antes mencionadas, ya que una pretendía
alzarse como la real representante de de este sector social y por ende también captarlo como su
simpatizante.
Además de las precarias pensiones que recibían, después de 1952, surgieron bastantes
contratiempos en el pago de los reajustes que todos los años, según el artículo 47 de la Ley
10.383, en el mes de enero tenían que recibir los pensionados del SSS. De hecho, ya para 1954
el gobierno adeudaba a este sector el reajuste de un 15% correspondiente a enero de 1953.153
Años más tarde, El Pensionado mencionaba que este reajuste era adeudado todavía en 1957 e
incluso se dictó una Ley en 1955, la número 11.853 la cual:
“Debe pagar una diferencia del sueldo que sagradamente le
corresponde a los pensionados, por concepto que no le hicieron
reajuste, el año 1953, como lo establece la Ley 10.383, en su artículo
151
El Pensionado, Agosto de 1960, 1.
El Pensionado, Noviembre de 1959, 3.
153
Ljubetic, op cit, 124.
152
76
Nº47, pero como en el caso del SSS no le puede dar cumplimiento sin
la autorización del Congreso, por cuyo motivo el proyecto en Boletín
Nº 856 duerme el sueño de los justos en la Comisión de la Cámara, de
los que solicitamos de las autoridades legislativas se preocupen del
proyecto”154
A raíz del caso presentado podemos destacar dos cosas. Por un lado, la masificación de esta
problemática al grupo de pensionados. Pero por otro lado, y quizás más importante, es tener la
idea de poder cambiar esta situación para que el reajuste adeudado llegue al bolsillo de los
pensionados del SSS. Esto último sólo se podía llevar a cabo presionando al Congreso para que
se reactive, el encargado de realizar esto era la Asociación y también los parlamentarios que
apoyaban a los pensionados. En consecuencia, como se señaló anteriormente, al dar a conocer
una problemática se activó la relación entre el Pensionado del SSS, la Asociación y los
beneficios que esta podía obtener, lo cual no es más que parte importante del proceso de
politización, ya que esta agrupación se alzó como el gran paladín de la causa pensionada.
Pero a pesar de lo anterior, la situación de los pensionados era miserable, ya que las pensiones
eran degradadas por los altos niveles inflación que el país vivió durante 1952-1964 (Cuadro Nº
4). Esto contribuyó, sin lugar a dudas, a acelerar la politización y la utilización de las
Asociaciones como los medios para lograr mejoras. Más todavía cuando para 1959 se seguían
con los problemas respecto al reajuste de enero de todos los años, de hecho en ese mismo año
arrojaba “a favor de los pensionados un 37.8% de aumento sobre sus pensiones; en cambio, el
proyecto del gobierno nos da un 27%, lo que junto a la compensación siempre nos resultad más
bajo de lo que sagradamente nos corresponde por ley 10.383”155 .
Se suma, además, que las pensiones mínimas que recibían los obreros jubilados del SSS eran
minúsculas en comparación a otras Cajas de Previsión, como la de los empleados particulares y
154
155
El Pensionado, Noviembre de 1957, 3.
El Pensionado, Enero de 1959, 2.
77
de los empleados públicos y militares. De hecho, “los obreros, que son el 74% del total de los
imponentes del país, recibieron en 1957 el 34% de los beneficios totales. Los empleados
particulares, que son el 12% obtuvieron el 27%, y los empleados públicos y militares, que son el
14%, recibieron el 39% de los beneficios” 156 . En consecuencia, el número y el monto de
beneficios que el Estado destinaba a los obreros no se encontraba en directa relación con su
número, es por ello que una vez que estos trabajadores jubilaban no sólo veían que su vida se
tornaba más complicada, debido a que su nivel adquisitivo disminuía considerablemente, sino
que también surgía un sentimiento de descuido de las autoridades hacia este sector. Por lo tanto
estos se convertían en un sector propicio al cual captar y más cuando su número iba en aumento.
Debido a la situación anterior, el periódico El Pensionado, una vez que Jorge Alessandri fue
elegido presidente, creó una columna en la que se refería directamente a él. Entre las diferentes
peticiones destacaba lo que él había prometido en su campaña presidencial, que era implantar
una previsión única en Chile. Lo cual beneficiaba y subsanaba las inmensas desigualdades entre
las distintas Cajas de Previsión que existieron en nuestro país. Esto aparte de ser un punto para
captar votantes por parte de Jorge Alessandri en su campaña, se convirtió en otra de los grandes
tópicos a luchar por parte de los Pensionados del SSS y de las Asociaciones que los
representaban.
Otro de los problemas que debieron ser solucionados y que utilizó la Asociación de Justo Parra
para politizar a los obreros fue “que el Consejo del Servicio de Seguro Social está sin ninguna
representación obrera, cuando la ley lo dice clara y lícitamente, que deben haber tres de ellos”157.
En efecto, entre sus filas solamente se encontraban los representantes de los Parlamentarios y los
distintos Consejeros Patronales, pero “los obreros imponentes siguen huérfanos de
156
157
El Pensionado, Octubre de 1958, 2.
El Pensionado, Noviembre de 1957, 3.
78
representación en el Consejo del SSS y sin que hasta ahora el Departamento correspondiente se
preocupe de darle una solución a este sentido problema, que afecta a más de un millón de
obreros a través del país.”158
A lo anterior se sumaba el constante abandono de este sector por parte de las esferas
gubernamentales, según lo expresaba reiteradamente el periódico El Pensionado. De hecho en
su primera publicación titulaba su editorial “Sin esperanza de vivir”, donde señalaba que:
“Ya no cabe duda alguna dentro de la opinión pública de nuestro
país, que el sector más pobre de Chile, como son los pensionados del
SSS, siguen siendo lo más abandonados de las esferas gubernativas
de Chile. Las que no prestan ni la menor preocupación tendiente a
mejorarle, siquiera en parte, su desastrosa y horrenda miseria, que en
estos momentos azota sin piedad alguna, como un vergonzoso y
denigrante galardón a sus esfuerzos que un día desplegaron en aras
del progreso del país”159
Si bien el abandono de este sector pudo ser real, esto era utilizado por la Asociación. En otras
palabras, al señalar que este era el sector más abandonado del país por las esferas
gubernamentales, no sólo se estaba diciendo que estas no iban actuar activamente en pos de
mejorar la situación de pobreza en que vivían, sino también, que era el momento que los propios
pensionados se organizaran y movilizaran, ya que esta en sus hombros mejorar su situación de
precariedad.
Como ya se ha señalado, el periódico y la asociación eran el medio a través del cual hacer sentir
su malestar, de hecho ellos señalaban que estaban “luchando contra la indiferencia, contra la
incomprensión, y por algo de indiscutible razón, el DERECHO A UNA VIDA MEJOR, a una
vida de seres humanos”160 Esto después que:
158
El Pensionado, Enero de 1958, Portada.
El Pensionado, Noviembre de 1957, 2.
160
El Pensionado, Noviembre de 1958, 1.
159
79
“Los 80 mil o más pensionados del Seguro Social, estos que dejaron
su vida, sus mejores energías y un gran aporte de sus salarios para
una prometida previsión, hoy arrastran la miseria, su clamor y su
angustia por las calles y con la unción del que tiene que vivir aún,
golpear palacios, el parlamento, la administración y la opinión
pública para reclamar lo que es justo y en razón les pertenece: UNA
PENSION MEDIANAMENTE DIGNA PARA TERMINAR SUS
DIAS”161
En definitiva, los pensionados tenían todo el derecho de
reclamar por la precaria situación que vivieron, ya que
contribuyeron al progreso del país y aportaron desde sus
salarios para obtener una jubilación que les permitiera
sostenerse mensualmente. El problema se suscita en el realce
que el periódico El Pensionado realizaba sobre este tema,
debido a que una y otra vez se dirigían a los pensionados del
SSS para que cobrarán lo que legítimamente tenían que recibir
según sus derechos, los cuales estaban expresamente señalados
en la legislación social, lo que se convirtió en una estrategia
Extraída desde El
Pensionado, Junio de
1963,1.
para politizar a este sector social y buscar su adherencia a esta
Asociación. Ello se expresaba en su afán de informar sobre los
derechos y la precariedad que vivía este sector, todo con el fin de posteriormente empatizar con
ellos.
Como hemos visto a partir de 1952, con la creación del SNS y el SSS, se incrementaron
considerablemente los beneficios que por ley tenían que recibir los pensionados. Pero también, la
ley Nº 10.383, incorporó dos elementos que se convirtieron en motivos de lucha constante entre
el ejecutivo y las organizaciones que representaban a este grupo social. Ellos eran la pensión
161
Ídem.
80
mínima, que comenzaba en mil pesos, y los reajustes que cada año en el mes de enero
incrementaban esos montos mínimos. Ambos cobraron importancia porque unificaron las
demandas y las problemáticas, acrecentadas por los flujos inflacionarios, que vivieron este grupo
de viejos e inválidos del SSS.
El entorno de injusticias, discriminación, ignorancia y abandono por parte del ejecutivo que vivió
este grupo social fue tomado por la Asociación que presidía Justo Parra. Ella, no sólo tuvo
como misión principal solucionar las problemáticas que diariamente afectaban a este sector, sino
que también politizarlos e incorporarlos dentro del universo de votantes que tuvo el partido
Agrario Laborista. Debido a este último, la Asociación que tenía como periódico oficial El
Pensionado, se enfrascó en constantes desacreditaciones con la primera organización que estaba
ligada a la izquierda, todo con el fin de alzarse como la única representante de los pensionados
del SSS.
La politización, entendida “como participación formal en agrupaciones políticas o adopción de
un discurso programático”162 por parte de un grupo social, en este caso los pensionados del SSS,
lleva consigo un proceso anterior. Este consiste en activar políticamente a un determinado grupo
de personas a través de la información de sus derechos, problemáticas, injusticias sociales,
contexto económico y beneficios que podrían lograr si se organizan de la manera adecuada. En
otras palabras, el proceso de politización se encuentra fuertemente ligado con disminuir la
ignorancia del sector que se pretenda politizar, ya que si este no tiene conciencia de su entorno,
derechos y de las injusticias que viven diariamente difícilmente se podrían relacionar con un
partido político, con una Asociación o cualquier tipo de organización que los represente para
cambiar su situación.
162
Pinto, op. cit., 311.
81
Por ende, la Asociación comandada por Justo Parra, a través de su periódico, sistemáticamente
pretendió disminuir la ignorancia de los pensionados del SSS respecto a sus derechos que por ley
les correspondían, mostrar las injusticias, abandono gubernamental, hacer comparaciones con
otras cajas de previsión, mostrar descuentos en sus pensiones injustificados, reajustes que el
gobierno de turno nunca pagó, entre otras que hemos señalado, todo con el fin de activarlos
políticamente. Si bien esta información pudo ser manipulada en beneficio de la propia
organización y la pronta politización de los pensionados del Servicio del Seguro Social, al crear
un clima de desamparó se agilizó la activación política de este sector, además de las ansias de
cambiar su situación a través de la Asociación. El medio para realizar esto fue el periódico, el
cual se distribuyó en los centros de pago del SSS y posteriormente en los quioscos, a esto se
sumaba la radio José Miguel Carrera, además de las constantes giras a través del país que realizó
Justo Parra para crear nuevas filiales en regiones. Esto último no es menor, debido, a que como
hemos revisado, el universo de pensionados iba en creciente aumento, por ende era necesario
llevar información a un grupo mayor de personas, de ahí que tanto el periódico, como la radio se
convirtieron en elementos importantes a la hora de concientizar , culturizar y politizar a los
pensionados del SSS. Esto mismo hizo la Asociación que estaba relacionada con la izquierda, en
donde el periódico La voz del pensionado se convirtió en su medio oficial.
82
Capítulo III.
Los Pensionados del SSS ¿Un actor político?
El último capítulo de nuestra investigación se encuentra divido en dos partes. La primera
enfocada en analizar la politización que emprendió la Asociación de pensionados comandada por
Justo Parra tanto a los propios pensionados del Servicio del Seguro Social como a los obreros en
actividad. En segundo lugar realizaremos un análisis comparativo entre las distintas demandas
que hicieron los pensionados al ejecutivo y las promesas de los candidatos presidenciales en las
elección de 1958. Todo con el fin de apreciar si pretendieron politizar a los pensionados del
SSS, al igual que las Asociaciones que los representaban. En ambas secciones intentaremos
responder la siguiente pregunta: ¿Los pensionados del SSS se convirtieron en un actor político?
¿Cómo captar a los pensionados del SSS? La politización emprendida
por la Asociación comandada por Justo Parra.
Los pensionados obreros se han organizado creando Asociaciones para mejorar la situación de
precariedad que se encontraban. En un primer momento, más precisamente en 1938, se creó la
primera organización relacionada a este grupo social, la cual tuvo como misión principal luchar
para reformar la ley del Seguro Obrero Obligatorio. Posteriormente, a partir de la década de los
cincuenta, aparece una Asociación paralela, a la par con las reformas que a partir de 1952 se
introdujeron al sistema previsional. Ambas organizaciones desde sus inicios han sido respuestas
a las deficiencias y cambios del Seguro Social, pero a su vez, también fueron consecuencia del
ambiente político que rodeó su fundación.
La primera Asociación de Pensionados se fundó en plena campaña presidencial, donde
posteriormente, obtuvo la victoria Pedro Aguirre Cerda, apoyado por la coalición de partidos
políticos que conformaban el Frente Popular. Conglomerado compuesto, además del Partido
83
Radical, por dos partidos de izquierda, el Partido Comunista y el Socialista, los cuales se
relacionaron con la organización de pensionados a través de la Confederación Nacional de
Trabajadores (CTCH). Organismo fundado en 1936 con el fin de unificar el gran número de
organizaciones sindicales obreras. Relación que se mantuvo a lo largo del tiempo, sólo
cambiando de organización sindical una vez que la CTCH desapareció producto de la
proscripción que fue víctima el PC a finales de los 40, pero que rápidamente fue continuada por
la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Por otro lado, durante el gobierno de Ibañez, precisamente cuando el Partido Agrario Laborista
adquirió protagonismo, surgen los primeros antecedentes de una segunda organización de
pensionados. Ella se declaraba apolítica, siguiendo el fenómeno ibañista durante las elecciones
presidenciales de 1952, premisa no extraña si su presidente estuvo relacionado con el Agrario
Laborismo. Posteriormente, fue apoyada por la Confederación Nacional de Trabajadores, la cual
es contraria a la organización sindical obrera dominada por los partidos políticos.
La primera Asociación de Pensionados del Seguro Obrero Obligatorio estuvo compuesta
principalmente por pensionados de invalidez, como consecuencia del predominio que tuvo el
sistema de rescate de reservas. Pero a partir de los 50, con la creación del Servicio del Seguro
Social y la nueva forma de financiamiento los pensionados del SSS comenzaron a crecer en
número, producto de la implementación del sistema de reparto que afectó a las pensiones
obreras. Este terminó con el sistema de capitalización que rigió para calcular las pensiones de
vejez, el que al ser ineficaz no contribuyó a crear un grupo considerable de ex obreros manuales
que optaran por la pensión por vejez, problema solucionado a partir de 1952. Por otro lado, el
nuevo sistema de financiamiento ayudó a instaurar pensiones mínimas, además de reajustes
constantes. Todas medidas que contribuyeron a incrementar en número a este grupo social, ya
84
que se comenzaron a otorgar pensiones por vejez, situación que iba en aumento a medida que la
medicina social prolongaba los años de vida de los obreros.
A pesar que el número de pensionados iba en constante aumento, más a partir de la década de los
50, y que se encontraban relacionados con organizaciones con personalidad jurídica que los
representaban frente al poder ejecutivo, este grupo social tuvo constantes problemas a lo largo
del tiempo. Los cuales no fueron solucionados a pesar de ser la Caja con mayor cantidad de
afiliados a lo largo de Chile. Como consecuencia las dificultades que tuvieron los pensionados
del Servicio del Seguro Social fueron captadas por los elementos políticos que se encontraban en
las Asociaciones que los representaban, tanto el Agrario Laborismo como los partidos de
izquierda que apoyaban a la CUT, con el fin de politizarlos bajos sus ideales políticos. Situación
común a la hora de obtener mayores beneficios, ya que la capacidad de presión que tenía una
organización o un partido político era de suma importancia a la hora de negociar con el ejecutivo
las demandas de este sector social. Por lo tanto, el actuar políticamente era el medio a través del
cual los pensionados del SSS podían mejorar su diario vivir y hacer respetar sus derechos. Por
esto es que la Asociación de Justo Parra pretendió politizarlos, a través de una propuesta
apolítica, premisa que había tenido gran éxito durante las elecciones presidenciales de 1952 y el
posterior triunfo de Carlos Ibañez del Campo.
El medio encargado de dar a conocer esta nueva Asociación de Pensionados fue el periódico El
Pensionado. Este ya en su primer número, y para captar el interés de los pensionados del SSS
hacia la Asociación de Justo Parra, daba a conocer los beneficios que daba esta institución a sus
afiliados. Ellos eran:
1. “Se da $3.000 como cuota mortuoria a los familiares del socio fallecido,
previo comprobante de sepultación.
85
2. También se da $400 mensuales como subsidio en caso de gravedad del
socio en su enfermedad, con previo comprobante medico.
3. Atiende y ayuda a sus socios en la solución de sus problemas, tanto
sociales como jurídicos, y
4. Esta institución tiene invertido más de $ 300.000 en un economato para
sus asociados, expendiéndoles sus mercancías a precio costo.”163
Esta Asociación de pensionados atacó directamente algunos de los problemas más importantes
que afectaron a los afiliados del SSS a corto plazo. Entre los que destacaban el apoyo económico
frente a un posible fallecimiento, con el fin de disminuir el impacto que tiene esto dentro del
núcleo familiar, otorgar dinero en el caso que el imponente tuviera alguna enfermedad grave y
mercancías a bajo costo. Pero también daba a conocer su intención de ayudar y solucionar los
problemas que vivieron los pensionados del Servicio del Seguro Social. Todos beneficios que
serian otorgados solamente a los afiliados a esta Asociación, por ende pretendió solucionar las
dificultades que vivió este sector para atraer pensionados del SSS a las filas de esta organización.
Estos incentivos para afiliarse a esta institución deben haber tenido bastante peso, ya que la
mayoría estaban dirigidos en ayudar monetariamente a los pensionados, sin contar la rebaja en
las mercancías que prometía, lo cual era bastante importante, ya que en estos años la inflación
que invadió la economía chilena hizo que las pensiones se desvanecieran rápidamente por el alto
precio de los productos en el mercado. Sin duda esto fue utilizado para captar a este grupo social
y poder así, posteriormente, tener un apoyo importante para las elecciones de distinto tipo que se
realizaban periódicamente en nuestro país.
163
El Pensionado. Noviembre 1957. Portada.
86
Extraída desde El Pensionado, Julio de 1964, 4.
A lo anterior se sumaba, que si bien esta institución se decía estar ajena al juego político de
izquierdas y derechas, y dedicarse solamente a las reivindicaciones de los pensionados,
igualmente creían que la política era el medio para cambiar la situación de estos. Ello queda
expresamente manifestado después que un grupo de pensionados en 1960 comenzarán a pedir
limosnas, respecto a lo cual señalaban “pero donde se les paso la mano fue en aquello de
implorar la caridad pública como el más silvestre de los limosneros y eso está mal; esta
pesimamente mal, condenable” 164 . Ellos apoyaban otras maneras de dar a conocer las
problemáticas que aquejaban a este sector, por ello al respecto decían:
“Hay cien maneras de impresionar y mil maneras de señalar a quien o quienes
corresponde el problema; se puede salir a la calle hacer desfiles, gritar,
mostrar los andrajos de lo que queda de lo que fue un obrero y, sobre todo,
señalar el derecho que nos corresponde; marcan con fuego que se nos está
164
El Pensionado. Enero 1960. Portada.
87
robando un beneficio que ya pagamos con creces; que se estafa el espíritu de
la ley, pero nunca, pedir limosna para decir la verdad o reclamar un
derecho”165
En otras palabras, ellos apelaban a manifestarse de diferentes maneras, de hecho por esto mismo
la Asociación comandada por Justo Parra visitó el diario El Clarín con el fin de darse a conocer
como organización, además de propagar su “misión” respecto a los pensionados del SSS. A esto
se sumaba, sus constantes giras a lo largo del país, todo con el fin de organizar a los pensionados
en otras regiones, para que posteriormente se relacionaran con la Asociación Nacional que fue
comandada por él mismo.
Es
necesario recordar, que el presidente de la Asociación de
Pensionados era precisamente un pensionado del SSS, además que miembro del Partido Agrario
Laborista.
Por ende, su apego al hacer política no era extraño y se aprecia claramente en una columna
titulada “Despertar Cívico”, donde mencionaban que en la elección de regidores que se efectuó a
lo largo y ancho de Chile se presentaron como candidatos los pensionados, “demostrando así su
validez cívica, además que valemos como fuerza en las urnas (aunque se quiera negar esto)”166.
El tema es que los candidatos pensionados fueron “Justo Parra, por la comuna de San Miguel;
Manuel Carrillo, por Puente Alto, y Manuel Navarro P. por Quinta Normal”167. Dos nombres ya
conocidos a estas alturas, uno fue el presidente de una Asociación, mientras que el segundo uno
de los fundadores del periódico El Pensionado, en donde también escribía constantes artículos de
todo tipo. De hecho curiosamente al redactor de esta noticia se le olvida el nombre de los demás
candidatos pensionados que también postularon para convertirse en alcaldes en las distintas
comunas o pueblos. Pero a pesar de esto, ninguno de ellos obtuvo el triunfo en sus respectivas
elecciones, por lo cual señalaban:
165
Ídem.
El Pensionado. Abril 1960. Página 3.
167
Ídem.
166
88
“pero algo se hizo y quizás este sea el primer paso hacia una mejor
comprensión entre los pensionados de todo el país, como asimismo esto
repercutirá en las esferas gubernativas, que ya deben estar pensando que, si en
esta elección fueron pocos los votos sacados en las urnas por los distintos
candidatos pensionados, no sea lo mismo, al comprender la gran mayoría el
beneficio que esto reportaría a los trabajadores, el tener un representante en
la alcaldía o en la cámara de diputados”168
La confianza que se demuestra a través de esta noticia respecto a la fuerza electoral que podrían
haber tenido los pensionados del Servicio del Seguro Social, si se hubieran organizado
adecuadamente a través de una campaña seria y concurrieran posteriormente a las urnas, cobra
importancia, ya que fue la pretensión que tuvo la Asociación presidida por Justo Parra a la hora
de comenzar un proceso de politización hacia este grupo social. Es por ello, que los constantes
llamados a organizarse, a informarse, a convertirse en ciudadanos activos y a ejercer su poder
cívico a través de las urnas se convirtió en un elemento de importante batalla, lo cual se buscaba
realizar a través del periódico El Pensionado y con las visitas tanto a los diarios capitalinos como
también a regiones. Todo con el fin, de que posteriormente, la organización o el partido político,
en este caso el Agrario Laborismo, que los politizara, se convirtiera en el representante de la gran
masa de pensionados del SSS y, a su vez, incrementar su fuerza electoral en las urnas. De ahí la
creencia que a través de la política se podría mejorar la situación de estos, ya que teniendo algún
diputado o representante de los pensionados en el congreso tendrían mejores oportunidades
frente al abandonó que pudo vivir este sector por parte de las distintas esferas gubernamentales.
168
Ídem.
89
Extraída desde El Pensionado, Abril de 1963, 1.
Pero la politización que pretendía llevar a cabo la Asociación de Pensionados comandada por
Justo Parra no sólo estuvo dirigida a los pensionados, sino que también a los obreros en
actividad, por ello surgen las siguientes preguntas: ¿Qué sucedía con los obreros activos?,
¿Cómo se relacionaban con las demandas de los pensionados del SSS?, ¿Se intentó politizarlos
de igual forma que a los pensionados? Estas son algunas de las interrogantes que pretendemos
responder en el siguiente apartado.
La Apelación a los obreros en actividad.
Dentro del periódico El Pensionado existía una columna titulada “A los obreros en actividad”, en
donde realizaban constantes llamados a los obreros activos para que participaran en las
reivindicaciones que los pensionados, a través de la Asociación comandada por Justo Parra,
hacían al poder ejecutivo. Con esto se pretendía que los obreros manuales que se encontraran
90
trabajando, además de estar fuertemente organizados en los diferentes sindicatos, pusieran dentro
de sus pliegos de peticiones un apartado sobre las problemáticas que aquejaban a los
pensionados del SSS. Pero ¿Por qué interesarse en los obreros activos?, la respuesta es obvia,
ellos fueron los imponentes activos del SSS y futuros pensionados, por ende también posibles
afiliados a su organización.
Sin duda la Asociación comandada por Justo Parra estaba consciente del alto nivel organizativo
que tenían los obreros manuales, por ende, también, de la presión que podían ejercer a través de
sus diferentes organizaciones hacia el ejecutivo. En otras palabras los obreros activos de este
tiempo se encontraban fuertemente politizados, un claro ejemplo de ello es la importancia que
tuvo la Central Unitaria de Trabajadores a la hora de presionar a los parlamentarios para lograr
importantes mejoras en beneficio de los trabajadores chilenos. Es por ello, y debido al gran
número de obreros manuales en actividad, atraerlos hacía una nueva propuesta de organización,
aislada de los partidos políticos, se convirtió en un punto de suma relevancia para esta
Asociación de Pensionados del SSS.
Es por ello que en 1957, cuando el poder ejecutivo pretendió fusionar el Servicio del Seguro
Social con el Servicio Nacional de Salud169, este acontecimiento se visualizó como un atentado
a la previsión social obrera. Todo con el fin de unificar bajo una misma premisa tanto a los
obreros activos como a los pensionados del SSS. En consecuencia se convirtió en una instancia
propicia para atraer a los obreros en actividad, lo cual se pretendió realizar a través de la
apelación constante a este sector para que ayudaran, a través de sus organizaciones, a evitar la
fusión. La razón principal, según el periódico El Pensionado, era que ellos serian los principales
169
Para más información ver: Miguel Roguers, El Servicio Nacional de Salud, 1957; Gustavo Muñoz del
Sante, La Seguridad Social a través del Servicio Nacional de Salud, 1957.Carlos Molina, Antecedentes del
Servicio Nacional de Salud: Historia de debates y contradicciones, 1932-1952, Cuadernos Médicos- Sociales
46:2, 2006, pp. 284-304.
91
perjudicados como futuros pensionados del sistema y actuales imponentes que utilizan
diariamente un sistema que otorga ayuda médica deficiente.
En relación a esto último, el periódico El Pensionado en su típica columna dirigida a los obreros
en actividad señalaba “esto será el acabose de la previsión obrera, ya que al fusionarse estos,
acabarán con nuestros escuálidos fondos”170 . Es necesario mencionar que esos fondos estaban
constituidos en parte por los porcentajes que se restaron de los sueldos que recibían los obreros
activos como, también, de los propios pensionados cuando realizaban trabajos diarios. Por ende,
esta se convirtió en una oportunidad de darse a conocer como organización y cautivar a los
obreros con sus ideales y formas de actuar políticamente.
Se apeló contra la fusión del SSS con el SNS debido, a que este último, encargado de prestar
atención médica a los imponentes y al resto de la población nacional, tenía importantes
dificultades. Estas eran resaltadas por el periódico El Pensionado, el cual señalaba que:
“el desastre y el descalabro que actualmente se encuentra la SNS, y sumidos
en esas ruinas se encuentran pagando las peores consecuencias todos los
imponentes del SSS a través de todo el país, ya que no es mentira ni es
calumnioso decir que las propias aseguradas, que semana a semana efectúan
sus imposiciones, tienen que dar a luz en las puertas del hospital. Los
subsidios, los pagos de preventiva los efectúan tarde, mal y nunca. Por otra
parte, los remedios son inoperantes e ineficaces, y con ellos las recetas
particulares juegan sus mejores cartas y solo le va quedando al imponente
pagar las consultas médicas al SSS, y no es así lo que ocurre en ciertas partes,
que el medico después de una determinada hora cobra por cada consulta la
suma de $ 500. ¿Dónde vamos con esto?”171
En otras palabras el SNS, el cual funcionaba, en parte, gracias al porcentaje que se restaba del
salario de los imponentes del SSS, no cumplió con su labor de llevar eficazmente la medicina a
la población. Por ende, también de crear y consolidar la pretensión, que tenían los creadores de la
170
171
El Pensionado, Febrero 1958, 3.
El Pensionado, Marzo 1958,2.
92
ley 10.383, de construir un pueblo sano, a la vez que trabajador. Por ello, además de querer
destinar algunos fondos del Servicio del Seguro Social para subsanar las problemáticas del
Servicio Nacional de Salud se pretendió:
“también dentro de la misma fusión se piensa rehabilitar el trabajo del
pensionado, para luego proceder a quitarle su pensión, motivo que no se
justifica de ningún modo esta aberración, por cuanto los pensionados del SSS
no somos ninguna lacra para el erario nacional, ya que mucho menos nos
vivimos a costa del Estado, sino que nuestro propios recursos e intereses
acumulados y actualmente acumulándose en nuestra propia caja de previsión
después de medio siglo de trabajo, sirviendo al progreso y adelantando al país
¿Por qué no se hace esta misma prueba con otra caja de previsión?” 172
La posible fusión entre el SSS y el SNS afectaba directamente a la Caja de Previsión que reunía
a todos los obreros manuales, por ende esta problemática no sólo estaba relacionada con las
personas que ya recibían una pensión, sino que también con los activos. Esto incrementó el
sentimiento de abandono y de injusticias que por largo tiempo denunció el periódico El
Pensionado, en donde sobresalían las importantes diferencias con las demás cajas de previsión
que otorgaban pensiones con montos mayores. Además de lo anterior, la problemática de la
fusión no sólo tocaba los fondos acumulados que después serían transformados en las pensiones
que recibirían los obreros activos una vez que jubilaran, sino que también algo tan importante y
que los tocaba en su diario vivir como era la salud de cada uno de ellos, la cual también se
costeaba a través de descuentos a sus sueldos. Estos dos motivos fueron utilizados por la
Asociación de Justo Parra a la hora de pretender politizar a los obreros activos.
Por otro lado, como vemos en la cita anterior, se señalaba la pretensión de rehabilitar a los
pensionados que estuvieran en condiciones de volver a trabajar. Ello no era extraño si
analizamos el eje principal de la ley 10.383, que empezó a regir a partir de 1952, dentro de la
cual el trabajo se vislumbró como un elemento de suma importancia para el progreso de la
172
Ídem.
93
sociedad, ya que se evitaba y se pretendía disminuir la masa de personas pasivas, además del
gasto fiscal dirigido a este sector. Aquello fue visto como una injusticia, ya que no sólo se
violaba el derecho a descansar después de una larga vida de trabajo, sino que también no se
tomaba en cuenta los porcentajes que cada mes sacaba el SSS de los sueldos de los obreros
activos para su futura pensión.
El fin de hacer notar la importante relación entre el SSS y el SNS, además de unificar los
problemas de la fusión hacia el universo de obreros, tanto activos como inactivos, residía en la
aspiración que tenía la Asociación de Justo Parra de expandir su campo de politización hacia los
trabajadores manuales en actividad. Pero está ya sabía que otras organizaciones obreras, como la
CUT, concentraban un universo considerable de personas activas, por ende sistemáticamente
intentó captarlos a través de los ideales anti-partidistas del Agrario Laborismo. Método que ya
había tenido éxito en 1952, con el triunfo de Ibañez. Ello se podría llevar a cabo a través de la
unificación de una problemática que tocara directamente el diario vivir de los obreros manuales
activos. Dejando en un segundo plano las luchas para reformar las leyes previsionales, ya que
eran percibidas como eventos bastante lejanos. En consecuencia la fusión de los organismos se
convirtió en una oportunidad única para concretar la aspiración de la Asociación de pensionados
comandada por Justo Parra.
El compromiso que decía tener la Segunda Asociación de Pensionados con los obreros en
actividad estaba relacionado con las luchas reivindicativas que esta organización emprendía
frente a las cúpulas políticas, con el fin de obtener cambios sustantivos al sistema previsional.
Posibles modificaciones a futuro que no beneficiarían a los actuales pensionados del sistema,
sino que a las nuevas generaciones de ex obreros manuales que se acogerán a este beneficio.
Razón por la cual señalaban que “nosotros los pensionados estamos alivianando el camino, para
94
los que vendrán a sumarse a la larga fila, de los que después de haber dado todo por la Patria se
acogen a un justo descanso, que aunque mal remunerado, no pierde su calidad de tal”173. En otras
palabras, mencionaban que estaban luchando para que la previsión social obrera entregara, de
una manera adecuada y eficiente, los beneficios de la Seguridad Social, todas mejoras que serían
disfrutadas por los obreros que en ese entonces se encontraban trabajando diariamente. En
consecuencia, afirmamos que existía en el discurso que daba a conocer el periódico El
Pensionado una conciencia de futuro, la cual fue utilizada para politizar a los obreros activos.
Ella daba la imagen de una Asociación empática con los fondos acumulados por los descuentos
que mes a mes se le realizaban a los sueldos de los trabajadores y que se pretendieron pasar a
llevar para subsanar los problemas del Servicio Nacional de Salud.
Para resaltar la injusticia que se cometería si el Servicio Nacional de Salud y el Servicio del
Seguro Social se fusionaran, para solucionar los problemas del primero, no era extraño que
constantemente mencionaran que los pensionados del SSS eran el sector más abandonado por la
sociedad y por las esferas gubernamentales. Situación, que si bien era real, detrás de ella se
encontraba la pretensión de informar a los obreros activos sobre la calidad de vida que tendrían
una vez que se convirtieran en pensionados. El fin, sin lugar a dudas, era incentivar la adhesión
de los obreros manuales a las demandas de los pensionados, además de politizarlos.
Pero al parecer los constantes llamados de apoyó hacia los obreros en actividad para solucionar
las problemáticas propias de los pensionados no fue la esperada. De hecho frente a la supuesta
fusión entre el SSS y el SNS, el periódico El Pensionado daba a conocer la poca adhesión por
parte de los trabajadores manuales, señalando lo siguiente “no sólo por lo mal tratado que ha sido
173
El Pensionado, Diciembre 1957, 3.
95
llevado este problema, sino que la casi NULA ACTUACIÓN de los obreros en actividad”174. A
pesar de esta situación, la constante apelación al sector activo de la sociedad chilena para que
apoyara las demandas de los pensionados del SSS continúo a lo largo del tiempo, ya que esta era
una de las mejores maneras de atraer a este sector social hacía los ideales apolíticos que proponía
la Asociación.
En consecuencia, la politización que pretendió realizar la Asociación Nacional de Pensionados
comandada por Justo Parra hacia los pensionados del SSS y los obreros manuales activos tuvo
dos ejes fundamentales. El primero de ellos estuvo relacionado en dar a conocer sus ideales a
través de los medios de comunicación que se encontraban en manos de esta organización, como
el periódico El Pensionado y la radio José Miguel Carrera. Ella consistía en informar sobre los
diferentes derechos, violaciones a ellos, contexto político, social y económico, organizaciones
que los representaban, o bien, temáticas cotidianas cómo el dinero que tenían que recibir mes a
mes. Todo con el fin de culturizar y concientizar a este sector social sobre sus problemáticas,
además de señalar que su situación podía ser cambiada a través del quehacer político. Una vez
que se hubiera consolidado este primer paso, se tendría un universo de pensionados consciente
de su situación y del inequitativo sistema previsional que se encontraban inmersos, de ahí que
esta organización constantemente contribuyera, a través de las páginas de su periódico, a crear
un clima de desamparó y de total abandono por parte de los diferentes poderes del Estado, todo
con la pretensión de, posteriormente, alzarse ella como la representante y la encargada de
cambiar aquella situación.
El segundo eje fundamental de la politización, que pretendía realizar la Asociación que tuvo en
su interior elementos agrarios laboristas, fue cautivar tanto a los obreros manuales activos como
174
El Pensionado, Octubre, 3.
96
a los pensionados del SSS que estuvieran ligados a otras organizaciones políticas. Ello se
pretendió realizar a través del realce de problemáticas que tocaban diariamente a uno u otro
sector, como por ejemplo la fusión entre el SNS y el SSS, ya que ellas se convertirían en
motivos concretos y viables a corto plazo por los cuales luchar. En otras palabras, la importancia
que le otorgó la organización a temas cotidianos fue una manera de incentivar de manera rápida
la adhesión de los obreros activos a los ideales políticos impregnados dentro de esta Asociación.
Esto debido a la poca conciencia de futuro que estos últimos tenían, como se demostró en la poca
adhesión frente a las violaciones que pudo ser víctima el SSS para subsanar la ineficacia del
SNS. Todo esto acompañado por los beneficios que otorgaba esta Asociación a los obreros que
se afiliaran a ella.
Por ende, señalamos que el proceso de politización que vivieron los pensionados del SSS y los
obreros manuales, por parte de la Asociación presidida por Justo Parra, tuvo, en primer lugar, un
proceso informativo para, posteriormente, poder atraer hacia la Asociación elementos que
adherían a tendencias políticas ajenas a los postulados del Agrario Laborismo. Pretensiones que
estuvieron acorde al ambiente político del momento, el cual a partir del triunfo de Carlos Ibañez
y la ineficacia de los partidos políticos tradicionales de solucionar los problemas de la sociedad,
además de la corrupción de estos últimos.
Los pensionados del SSS en la campaña presidencial de 1958.
Las problemáticas que afectaron a los pensionados del Servicio del Seguro Social las podemos
englobar en tres peticiones. Una era el continuo aumento de las pensiones mínimas, debido a la
alta inflación de este tiempo. En segundo lugar que la Ley 10.383 se cumpliera, tanto en los
reajustes de cada mes de enero como en la incorporación de un obrero en el Consejo del SSS.
97
Por último, anular las importantes diferencias entre las diferentes Cajas de Previsión Social que
existían en el país, por lo que era imprescindible crear un sistema previsional único. Los
candidatos presidenciales en la elección de 1958 apelaron, por lo menos, a una de ellas como
elemento clave en sus programas presidenciales. Pero antes de comparar las propuestas que
presentaron
Jorge Alessandri, Salvador Allende, Eduardo Frei, Luis Bossay y Antonio
Zamorano en relación con las demandas de los pensionados del SSS, es imprescindible
contextualizarlos dentro de los importantes cambios que se produjeron dentro del sistema de
partidos una vez que el gobierno populista de Carlos Ibañez concluyera.
Si bien Ibañez llegó a la presidencia acompañado, principalmente, por el Partido Socialista
Popular y el Agrario Laborista, rápidamente perdió este piso político. El primero lo abandonó
durante los primeros meses de su gobierno, mientras que el segundo vivió un proceso de
desintegración interna a partir de 1957. Problemas internos que se reflejaron en las elecciones de
ese año, ya que sólo logró alcanzar la mitad de las votaciones que había obtenido en 1953. En
contraste con
los partidos tradicionales que se recuperaron a la debacle de la elección
presidencial de 1952. En consecuencia, “el ibañismo había perdido su fuerza propia y sus
principios de identidad política”175 , es por ello que ninguno de los partidos que apoyaron a
Ibañez, principalmente el Agrario Laborismo, logró afrontar las elecciones presidenciales de
1958 con la misma popularidad, reflejadas en las votaciones, que había tenido en 1952. De
hecho, este partido, a partir de 1960 deja de existir.
En cambio, durante los últimos años del gobierno populista, los partidos tradicionales
recuperaron su fuerza electoral y se reconfiguraron para afrontar la elección presidencial que se
avecinaba. Por ejemplo, el Partido Radical, en 1957, volvió a tener el mismo nivel que antes del
175
Moulian, op. cit., 54.
98
ibañismo. Pero lo mismo no sucedió con la derecha, ya que no se recuperó completamente
después de 1952. En el caso de la izquierda chilena, se formó en 1956 el Frente de Acción
Popular (FRAP), como respuesta a las represiones y las políticas liberales de la misión Klein
Sacks.176. Posteriormente se convirtió en el organismo central que unificó las aspiraciones del
Partido Socialista y el Comunista para afrontar las distintas elecciones, trascendiendo en el
tiempo hasta 1969 cuando se forma la Unidad Popular.
Pero también se creó un nuevo partido político que tendrá una carrera electoral vertiginosa y
ascendente, el Demócrata Cristiano. Este fue consecuencia de la fusión, durante 1957, de la
Falange Nacional con el Partido Conservador Social Cristiano. Transformó el ambiente político
al no participar en alianzas con los demás partidos, como era común, sino que compitió
individualmente durante las distintas elecciones.
A pesar que los partidos tradicionales habían regresado prácticamente intactos del terremoto
ibañista la política nacional no volvería a ser la misma. Con el fin de terminar las alianzas, que
tanto descredito había dado a los partidos tradicionales y al sistema político, Carlos Ibañez del
Campo introdujo, al final de su gobierno, dos reformas electorales que contribuyeron a incentivar
la competencia entre partidos y a polarizar la política nacional. La primera de ella “prohibía la
formación en el futuro de pactos electorales a nivel provincial. Más aún, la ley requería que
todos los pactos electorales nacionales fueran sometidos a líderes nacionales del partido para su
aprobación, y promulgados no menos de 120 días antes de la elección” 177 .Mientras que la
segunda, eliminó el cohecho en el campo a través de la cédula única impresa por el Estado,
176
Marcelo Casals Araya, El Alba de una revolución: la izquierda y el proceso de construcción estratégica
de la “vía chilena al socialismo” 1956-1970, Santiago de Chile, tesis Universidad Católica de Chile, 2006,
24.
177
Scully, op. cit., 180.
99
introduciendo con ello el voto secreto.178 . Ambas obligaron a los partidos políticos a emprender
campañas para obtener una mayor cantidad de votos, ya que no realizaron alianzas entre ellos
como ocurría antes de 1952, como consecuencia la politización hacía nuevos grupos sociales
como los campesinos, los sectores populares urbanos, las mujeres, los jóvenes y, como hemos
mencionado anteriormente, el creciente número de pensionados obreros por vejez del Servicio
del Seguro Social se convirtió en un elemento indispensable para concretar las aspiraciones de
cualquier partido. Por ello, que no es extraño, que los distintos candidatos a la presidencia en las
elecciones de 1958 apelarán a las demandas que los pensionados obreros realizaron al ejecutivo
por largo tiempo y que se encontraban sin resolver.
En el caso del candidato autoproclamado independiente de derecha Jorge Alessandri, en su
programa presidencial mencionaba “me anima el resuelto propósito de proponer una
modificación sustancial del sistema previsional” 179 , a lo que agregaba “creo a este respecto
oportuno, que siempre he propiciado el establecimiento de un régimen previsional único por
estimar que la multiplicidad de organismos y de sistemas encarece la previsión y la transforma
en fuente de dificultades para la vida económica del país” 180 . Es por ello que señalaba la
constitución de una misión especialmente encargada del análisis de la Previsión Social de
nuestro país, todo con el fin de crear a futuro el sistema nacional de previsión. Los beneficios
que se obtendrían con las reformas que anunciaba eran:
“Bajar los altos costos de la previsión que en la actualidad representan en
promedio una suma equivalente al 50% de las remuneraciones; uniformar los
beneficios poniendo término a las situaciones de excepción y privilegio a favor
de los sectores reducidos; simplificar los trámites administrativos y ampliar la
178
Ibid,181.
Jorge Alessandri, Discurso-Programa del candidato independiente Jorge Alessandri, Lord Cochrane,
1958, 16.
180
Idem.
179
100
seguridad social al mayor número de personas, en termino de beneficios que
alcancen a toda la población, sea o no asalariada”181
Sin duda, la reforma que Jorge Alessandri planteaba en su programa presidencial, en un primer
nivel, estaba directamente relacionada con estabilizar la fluctuante economía nacional, de ahí que
propusiera un sistema previsional único sin beneficios a grupos reducidos. Pero apelaba, en un
segundo nivel, a los sectores menos beneficiados del Sistema Previsional, como eran, por
ejemplo, los pensionados del Servicio del Seguro Social. Ya que con la implementación de un
sistema único no sólo cubría una de las demandas de este grupo social, que era la inequidad de
las pensiones entre cajas, sino que también los atraía a su proyecto como presidente y por ende,
también, a votar por él.
Siguiendo con lo anterior, la apelación al sector obrero, en el caso de la previsión social, es clara.
De hecho este candidato presidencial en su programa-discurso hizo alusión a las desigualdades
entre los distintos regímenes previsionales, lo cual lo hacía notar cuando mencionaba que “las
cifras siguientes exhiben estas injusticias en toda su magnitud. Mientras la previsión obrera
representa un gasto medio por imponente de $29.300, la de los empleados particulares es de
$139.000; la de los empleados ferroviarios, de $174.000, la de los empleados públicos, de
$196.000, y en grupos de empleados se eleva hasta $460.000”182.
Además de lo anterior, señalaba que debía “insistir una vez más en que esta reforma no lesionará
los derechos adquiridos de los imponentes del servicio, pues se proyectara exclusivamente para
el futuro” 183 . En otras palabras, prometía un sistema más equitativo, el cual mantendría los
derechos y que, a su vez, aumentaría los beneficios tanto a los que eran o no asalariados. Por
ende, existía a simple vista una concordancia entre las demandas de los pensionados y las
181
Idem.
Jorge Alessandri, Discurso-Programa del candidato independiente, Santiago, Lord Cochrane, 1958, 17.
183
Idem
182
101
promesas que este candidato a la presidencia proponía, lo cual dejaba de manifiesto que este
grupo social pudo convertirse en un sector al cuál valía la pena captar y más todavía en una
elección presidencial tan reñida como lo fue la de 1958.
Por otro lado, Jorge Alessandri apeló constantemente a la figura de su padre, el cual era visto
como el gran gestor de la legislación social chilena, lo cual queda de manifiesto cuando señalaba
que:
“si soy elegido presidente de la Republica mi meta será restablecer el normal
funcionamiento del régimen que quiso crear el Código del Trabajo que dictara
mi padre, para permitir a los empleados y obreros participar en condiciones
equitativas en los resultados económicos de la empresas, sin provocar alzas en
los precios y servicios, que convierten en ilusorios reajustes y que hacen vivir
a los asalariados en una inquietud permanente”184.
Por parte del FRAP o Frente de Acción Popular la apelación hacia los pensionados del SSS antes
de la elección presidencial fue continua. De hecho el diario El Siglo realizó un seguimiento a las
relaciones que Salvador Allende con la Asociación de pensionados relacionada con la Central
Unitaria de Trabajadores. Para efectos de la elección presidencial que se avecinaba se creó un
Comando Nacional Independiente de Pensionados, el cual hizo público su apoyo a la candidatura
de Salvador Allende, al mencionar que “es el único que se ha preocupado de la Previsión Social
de Chile y es el único que ha dictado permanentemente leyes que nos beneficien”185 . Es más, en
una directa apelación a los pensionados señalaban “Compañeros pensionados, compara lo que ha
hecho el Dr. Salvador Allende y lo que han hecho los otros candidatos por ti: no conocemos
ninguna ley que lleve la firma de otro candidato en beneficio nuestro ¿Qué Ley han firmado
184
185
Jorge Alessandri, Discurso-Programa del candidato independiente, Santiago, Lord Cochrane, 1958, 16.
El Siglo, 11 de Abril, 6.
102
Bossay, Alessandri o Frei en beneficio de los pensionados? Nosotros no conocemos ninguna, es
que no hay ninguna.”186.
Entre las medidas concretas que el FRAP pretendía realizar si era elegido presidente Salvador
Allende ocupó un lugar privilegiado la Seguridad Social. Es importante mencionar que los
partidos de izquierda que conformaban esta coalición política se enfrascaron en un debate
multidisciplinario para crear no un programa político sino que un manual de gobierno187. Este
tuvo un apartado relacionado específicamente con la previsión social. Las medidas que
pretendían implementar estaban dirigidas a unificar, lo más posible, los diferentes sistemas de
previsión, de hecho pretendían que sólo existieran dos cajas unas para los obreros y otra para el
sector privado188. A esto se agregaban importantes reformas a la Ley 10.383, entre las cuales
destacaba la pretensión de igualar las pensiones por vejez a salario vital industrial.189
En referencia a lo anterior, podemos apreciar que existía por parte del FRAP un conocimiento
específico de las problemáticas relacionadas con la previsión social en comparación con las
medidas de Jorge Alessandri. Esto no es extraño, ya que su candidato presidencial había estado
fuertemente ligado con las reformas que en materia de Seguridad Social se desarrollaron en
nuestro país, basta solamente mencionar que Salvador Allende fue uno de los principales
impulsores de la Ley 10.383. Pero esto no es todo, la Asociación de Pensionados del SSS
participó activamente en su campaña y se relacionó con él a través de diferentes entrevistas.
Por otro lado, las posibles medidas a aplicar cobraban peso y valor frente a las proposiciones de
los demás candidatos, a raíz de esto hacían la pregunta
186
Ídem.
Medidas Concretas del Gobierno Popular, Convención Nacional de Profesionales y Técnicos de la
candidatura de Salvador Allende, 1958, 6.
188
Ibíd, 17.
189
Ídem
187
103
“¿Cuales son las medidas concretas que tomarían en relación a la previsión
social, a la salubridad, a la minería, a la educación, a la agricultura, etc.?
¿Qué piensan sobre nuestro status jurídico y en qué forma precisa lo
modificarían? Es verdad que en Chile nadie lo sabe, ni ellos mismos tal vez.
En contraste, nosotros señalamos aquí que aún en el fragor de la lucha
política entreguemos soluciones cuidadosamente estudiadas y señalamos los
caminos precisos del país.”190
En definitiva, ellos son los que estudiaron cuidadosamente estos temas y no proponen ni hablan
sin fundamento, de ahí el valor que pudieron cobrar la publicación de las diferentes reformas.
En el caso del candidato presidencial por el Partido Radical Luis Bossay podemos apreciar en el
periódico que apoyó su candidatura, llamado EL 38, que se relacionaban las leyes sociales que
habían sido dictadas en Chile al partido que este pertenecía. Debido a esto, se
mencionaba:“¿Quién dio al país las leyes que favorecen a los trabajadores?” a lo cual respondía
“Aunque no hay un solo empleado ni obrero digno y consciente que no conozca y reconozca la
obra social realizada en su favor por los gobierno de izquierda democrática a la base del Partido
Radical, frente a la desvergonzada propaganda de algunos candidatos que tratan de tergiversar
los hechos, creemos útil recordar leyes y fechas” Entre las leyes que mencionaba, cobra
importancia una que se encuentra directamente relacionada con los pensionados del SSS la “Ley
10.383 que modificó la antigua Ley 4.054, para cubrir los riesgos de vejez, invalidez y muerte y
pensiones a los asegurados, dictada por el Gobierno de González Videla”191.
Sin duda, se relacionaban las mejores condiciones sociales de Chile con la labor desarrollada
tanto por los diputados como por los gobiernos de corte radical, es por ello que se señalaba “He
aquí unos cuantos sectores del trabajo, empleados y obreros que deben la legislación social que
los protege o que mejoró su previsión a iniciativa de los gobiernos o de los parlamentarios de la
190
191
Ibíd. 6.
El 38, 8 de Agosto, 3.
104
izquierda democrática y del Partido Radical”192 . De cierta forma pretendían mostrarse como un
partido que contribuyó en las mejoras sociales que tuvo la sociedad chilena hasta 1958, es por
ello que terminaban su auto-propaganda de la siguiente manera, “Ellos están ahora en situación,
con su voto el 4 de Septiembre, de entregar nuevamente el mando de la República a quienes
supieron servirlos, escuchar sus necesidades y satisfacer legalmente”193
Con respecto a la postura de la Asociación Nacional de Pensionados del SSS comandada por
Justo Parra respecto a la elección presidencial de 1958, no encontramos referencia alguna. De
hecho solamente se manifestaron una vez que ya fue elegido el presidente, en este caso Jorge
Alessandri. En relación a esto señalaban que “pues bien, ha sido elegido el nuevo presidente de
Chile ¿Salió el mejor para los destinos de nuestro país? No lo sabremos ni lo sabremos hasta que
con el correr de los días, meses y años, podemos captar en la forma que se trataran de solucionar
los problemas generales de la ciudadanía”194, a lo cual añadían que “desde ya olvidémonos de la
propaganda, en la cual se decía que en un abrir y cerrar de ojos ESTARIA SALVADO EL
PAÍS”195. En definitiva esta organización de pensionados del Servicio de Seguro Social señalaba
que “Tal vez tengamos que hacer mayores sacrificios que los que ya hemos hecho, pero el
pueblo es y ha sido siempre sufrido, y sabremos salir adelante como los chilenos sabemos
hacerlo, salvando mil y un escollos para lograr el triunfo, cual es conseguir un mejor estado de
vida, una previsión más justa y equitativa para los trabajadores”196
Por lo tanto, respecto a lo anterior, esta Asociación continuaba con su postura supuestamente
apolítica, la cual se apreciaba por la poca importancia que se le otorgó a esta elección
192
Ídem.
Ídem.
194
El Pensionado, Agosto de 1958, 3.
195
Ídem.
196
Ídem.
193
105
presidencial en comparación a la Asociación que apoyaba la candidatura de Salvador Allende.
De hecho, como se ve en la cita anterior, mencionaban que el pueblo debía seguir luchando para
obtener mayores beneficios y una previsión social más equitativa, esto ignorando totalmente
quien sea el presidente de la republica o a qué partido político correspondía. Esto se confirma
cuando señalaban que “se ha elegido un nuevo presidente de la república que regirá los destinos
de Chile y por seis largos años, y del cual debemos estar atentos que se nos haga JUSTICIA en
lo que merecemos como seres humanos, y ya no es demasiado, solo deseamos un hogar decente,
trabajo y una previsión que llene las necesidades más precarias de la clase trabajadora.”197. Pero
no perdieron la confianza “que el nuevo gobierno, no escatimará esfuerzo por cumplir con la
ciudadanía y sobre todo con los obreros, ya que en ellos descansa la total economía del país”198
Pero, a pesar de esto, no escatimaron esfuerzos en sacar a relucir los beneficios que durante el
gobierno de Carlos Ibáñez del Campo fueron dirigidos a este sector. Por ello, en noviembre de
1958 titulaban una noticia “Agradecemos a ex mandatario”, en donde se nombraban las
diferentes leyes que los beneficiaban, entre las cuales destacaba la “Ley 12.873, donde se
reajustan las pensiones, quedando estás con un mínimo de $ 15.000 mensuales”199. Debido a
estos avances que se hicieron durante 1952 a 1958 es que confiaban que él nuevo gobierno
continuaría con nuevos beneficios hacia los pensionados del SSS.
En definitiva, la Asociación comandada por Justo Parra en fechas tan importantes como las
elecciones presidenciales, en donde apoyar un candidato se convirtió en un escalón importante
para la obtención de nuevos beneficios, se hace a un costado y se encuentra totalmente ajena al
juego político de izquierdas y derechas. Esto estuvo directamente relacionado con su forma de
197
Ídem.
Ídem.
199
El Pensionado, Noviembre 1958, 3.
198
106
entender el hacer política, la cual ha sido descrita en el capitulo dos, en donde se plantea una
tercera vía directamente relacionada con los pensionados del SSS. Por ello señalaban que debían
seguir esforzándose y luchando para mejorar su situación, sea quien esté en el sillón presidencial.
Ello queda expresado en la elección presidencial de 1964, en donde, al igual que la anterior, no
expresaron su adhesión a ningún candidato, sólo una vez que se ha realizado la elección y las
personas ya votaron mencionaban, en concordancia con lo expuesto, lo siguiente “no es entrar a
un juzgamiento de decir si su gobierno será bueno o malo, o igual que los anteriores, solo nos
limitamos a expresar en pocas palabras, lo que realmente sucede con la clase trabajadora”200
En consecuencia, hemos visto las propuestas de los candidatos presidenciales de la elección de
1958, como lo fueron Jorge Alessandri, Salvador Allende y Luis Bossay. Todos ellos apelaron a
la previsión social obrera como una de sus temas de campaña, si bien sus propuestas diferían, lo
importante es que al dirigirse de alguna u otra forma hacia este tema trataban de captar la
atención del gran número de imponentes que estaban e iban a estar dentro del sistema de
previsión social chileno. En otras palabras, las concordancias entre las demandas de los
pensionados del SSS con las promesas de campaña, las cuales tendían a mejorar su situación de
inequidad en comparación con otras cajas, no eran más que una forma para obtener adherentes.
Premisa que adquirió importancia después de 1952 cuando Ibañez llega a la presidencia con un
discurso apolítico, por ende no fue extraño que las distintas organizaciones política emprendieran
campañas para encantar nuevamente al electorado.
Hemos visto como los pensionados del Servicio del Seguro Social habían sido politizados por la
Asociación de Pensionados comandada por Justo Parra, pero también cómo en el contexto de una
campaña presidencial, como fue la de 1958, gran parte de los candidatos tuvieron al menos un
200
El Pensionado, Noviembre 1963, 1.
107
punto relacionado con este grupo social. Sin lugar a dudas, ambas instancias de incluir a los
pensionados dentro del juego político, independientemente del partido o el modo de hacer
política, tuvo como finalidad captar a este sector de la ciudadanía, para que posteriormente, a
través de las urnas, los apoyaran con su voto. Pero no sólo tenían el anhelo de atraer a los
pensionados con las prometidas mejoras a su situación, sino que también a los que
posteriormente se incorporaran a este grupo, los obreros activos. Esto no es menor, y como
prueba de ello, la Asociación antes mencionada apelaba constantemente a este sector, ya que las
mejoras que se podrían obtener iban en directa relación con ellos. En otras palabras, si bien se
politizo de diferentes formas a los pensionados, también se pretendió llegar a incluir a los
obreros activos, de ahí la importancia que podría haber tenido este sector social
108
Palabras Finales.
La politización que vivieron los pensionados del Servicio del Seguro Social, por parte de las
Asociaciones que los representaban como también por los diferentes partidos políticos, fue el
producto de una serie de problemas y de la maduración del sistema de seguridad social chileno, a
lo que se sumó el impredecible clima político después de la elección presidencial de 1952.
Justamente este sector de los pensionados fue el más afectado por la ineficacia de los gobiernos
de turno, a la hora de modificar las leyes que concernían a los ex obreros manuales.
Sólo basta con mencionar las bajas pensiones que recibían cada fin de mes en comparación con
grupos más reducidos, problemática que se mantuvo desde la creación de la Caja del Seguro
Obrero Obligatorio hasta la reforma previsional que impulsó el gobierno militar. A ello se sumó,
que a medida que evolucionaba el sistema de previsión social, a la vez otorgaba mayores
beneficios producto de las dificultades que le presentaba la realidad nacional, se constituyó un
complejo entramado de derechos que debía seguir el llamado Estado Proveedor. Pero el
problema se suscitaba cuando constantemente las autoridades gubernamentales violaban o
pasaban a llevar estos derechos. Si bien esto al principio pasó desapercibido por la poca
información que los afiliados tenían sobre sus beneficios, sin contar que no conocían las leyes
que los cobijaban, el proceso de politización, que tuvo una fase informativa, estimuló que los
pensionados del SSS se instruyeran, para que cobraran lo que por ley les pertenecía y se dieran
cuenta cuando sus derechos eran violados.
Los encargados, en un primer nivel, de incentivar esta fase de informativa fueron las distintas
Asociaciones de pensionados que existieron entre 1952 a 1964, ellas constantemente dieron a
conocer los beneficios que tenía este grupo social, todo con el fin de sacar a relucir cuando éstos
109
eran violados por las autoridades y, posteriormente, poder alzarse como las legítimas defensoras
de este “abandonado” grupo social. Pero una vez que se hubiera logrado esto último el proceso
de politización ya se encontraba en marcha, ya que estas Asociaciones mantenían implícitamente
en sus discursos ideales políticos por los cuales se regían. Este era el caso de la organización
comandada por Justo Parra, la cual se decía sólo estar al servicio de los pensionados, pero a pesar
de lo anterior, tuvo entre sus filas a elementos del Partido Agrario Laborista, de ahí se desprende
su creencia en cambiar esta situación a través de la política. De hecho el propio Justo Parra era
un miembro del Partido Agrario Laborista, por ende alzar esta Asociación como el paladín de la
lucha pensionada no era más que un proceso para captar votantes.
Por último, las Asociaciones que representaban a los pensionados estaban fuertemente ligadas
con las organizaciones de los obreros activos, como eran la CUT y la CNT. A raíz de esto,
podemos señalar, que la politización además de pretender captar al sector de los pensionados del
SSS, que eran un número considerable, también se intentó utilizarlos como intermediarios para
propagar sus ideales a los obreros en actividad. De ahí que en el periódico El Pensionado, en
todos sus números, se apelara constantemente a los obreros activos para que ayudaran a la causa
de los pensionados.
En otras palabras, la Asociación relacionada con la CNT pretendió captar políticamente tanto a
los pensionados del SSS como a los obreros activos. En el primer caso a través de los incentivos
de carácter monetario y de apoyo judicial que otorgaba esta Asociación a los pensionados.
Mientras que en el segundo, se buscaron temáticas a corto plazo y que tocaran directamente el
diario vivir de los obreros manuales en actividad, como fue la precariedad del Servicio Nacional
de Salud, todo con el fin de que posteriormente obtener el voto de estos últimos.
110
Por otro lado, no es menor que los candidatos a la presidencia de la elección de 1958 apelaran a
reformar o a solucionar los problemas de la previsión social, todo con el fin de captar el interés
de este sector social. Por ende señalamos que la politización que vivieron los pensionados del
SSS, tanto por las Asociaciones como por los diferentes partidos políticos, fue producto de un
aumentó en su número, un sistema ineficaz, constantes violaciones a sus derechos e ignorancia
por parte de este sector frente a su contexto, todos elementos que facilitaron los procesos
informativos y de captar adherentes. Los cuales se hicieron necesarios frente a un incierto clima
político, en donde a partir de 1952 la desacreditación y poca confianza que tenía la ciudadanía
hacia la política en general, había hecho que los distintos partidos políticos emprendieran
campañas de politización hacia grupos sociales que anteriormente habían sido sólo de izquierda.
Por ello, existió desde la década del 30 hasta la del 50 sólo una Asociación de Pensionados, pero
a medida que estos aumentaron en número fueron vistos con buenos ojos por las diferentes
tendencias políticas, de ahí que se creará la Asociación del SSS con elementos Agrario
Laboristas.
Además de lo anterior, se convirtieron en un actor político por sí mismos y en la medida que se
encontraban relacionados con los obreros en actividad, ya que estos se convertirán en los futuros
pensionados. Por ello cobra importancia enfocarse en politizar a este sector social, ya que al
autoproclamarse como los paladines de la previsión social también se situaban como los
defensores de los que con el pasar del tiempo se convertirán en los nuevos pensionados, por ende
también sus votantes.
La forma en que se relacionan los pensionados con la política en la actualidad difiere mucho a lo
que era en el tiempo estudiado. Hoy en día el individualismo reinante en la sociedad se encuentra
fuertemente arraigado en el sistema previsional, teniendo como consecuencia la desarticulación
111
de las presiones que podrían ejercer las organizaciones que representan a este sector. Lo que
conlleva un desencanto generalizado con la política como el medio para transformar la situación
en que se encuentran. Ello no es más que el producto del sistema de capitalización individual que
ha predominado desde los años ochenta dentro de las Administradoras de Fondos de Pensiones
(AFP), de la poca información que manejan los afiliados y de la casi nula participación del
Estado en esta materia.
Esta forma de financiamiento, dominada por las capitalizaciones individuales, trae consigo un
aumento de la brecha en la distribución de la riqueza. Ello se debe a que conserva las distancias
entre las personas que reciben un sueldo mínimo con aquellas que cobran una suma de dinero
muchas veces superior a la anterior, lo que se plasma a la hora de recibir una pensión, ya que
ellas sólo son el reflejo del dinero que recibe mes a mes un individuo.
Si bien las organizaciones obreras han perdido el nivel de presión de antaño producto de la
despolitización que vive la sociedad chilena, el gobierno de turno, presidido por Sebastián
Piñera, ha impulsado reformas para nivelar, en algún modo, la brecha en la distribución de la
riqueza que ha fomentado el sistema neoliberal de previsión. Es por ello que actualmente se
busca aprobar un proyecto de ley que exime, total o parcialmente, de la cotización destinada a la
salud a los sectores que reciben la Pensión Básica Solidaria o Aporte Previsional Solidario de
vejez o invalidez. Pero ¿Quiénes reciben estos beneficios estatales?
Las personas que reciben la Pensión Básica Solidaria pueden ser aquellos que tienen pensiones
por vejez o invalidez. Además de esto, deben integrar al 40% más pobre de Chile, tener menos
de 11.734 puntos en la Ficha de Protección Social y que no se encuentren bajo ningún régimen
112
previsional 201 . Una vez cumplido estos requisitos el Estado le otorga un aporte monetario
mensual. Lo que es complementado por el Aporte Previsional Solidario (APS). Este cubre a
todos los que reciben pensiones por vejez menores a 150 mil pesos y tengan menos de 12.666 en
su Ficha de Protección Social. La idea es que el Estado complemente de forma gradual con
dinero las pensiones de los imponentes, en el 2008 eran pensiones de $70.000, el 1 de Julio del
2009 de $120.000, el 1 de Septiembre del 2009 de 150.000, a partir del 1 de Julio del 2011 de
200.000 y el 1 de Julio del 2012 de 250.000 202 . Pero también este beneficio abarca a los
pensionados por invalidez que reciben una pensión menor a 75 mil pesos, tienen entre 18 y 65
años y tienen un puntaje en la Ficha de Protección Social igual o inferior a 12.185 puntos. A
ellos el Estado les concede mensualmente un bono de 75 mil pesos203. Este entramado de aportes
monetarios es llamado Sistema de Pensiones Solidarias.
El proyecto que pretende llevar adelante Sebastián Piñera, en donde se elimina el 7% destinado a
la salud para los sectores antes nombrados, será entregado de forma gradual y pretende abarcar a
los tres primeros quintiles de la población. Serán beneficiados en el 2011 126.490 personas para
llegar, en el 2020, a 1.057.874204.
Todas estas medidas, donde interviene el Estado con aportes monetarios, van en contra de los
ideales que pretendieron implantar
el grupo de economistas neoliberales en el sistema
201
Datos extraídos desde: Gobierno de Chile, http:/ / www. redprotege.gov.cl /frmBeneficio.aspx?idArticulo =
88&idseccion=171&idfaq=244&idSeccionPadre=167, 15/04/2011 13:56; Gobierno de Chile, http:// www.red
protege.gov.cl /frmBeneficio.aspx?idArticulo=89&idseccion=171&idfaq=244&idSeccionPadre=167,
15/04/2011 14:12.
202
Gobierno de Chile, http://www.redprotege.gov.cl/frmBeneficio.aspx?idArticulo= 391&idseccion =171&id
faq=244&idSeccionPadr e=167, 15/04/2011 15:03.
203
Gobierno de Chile, http://www.redprotege.gov.cl /frmBeneficio.aspx?idArticulo =89&idseccion =171&id
faq=244&idSeccionPadre=167, 15/04/2011 15:23.
204
Gobierno de Chile, http://www.gob.cl/noticias/2011/03/31/presidente-pinera-cumple-compromiso-degobierno-y-firma-proyecto-de-ley-que-exime-total-o-parcialmen.html, 15/04/2011 12:43.
113
previsional nacional. Por ello, es pertinente preguntarse, si estas intervenciones estatales son
signos de un sistema de capitalización que tiene serías deficiencias.
En definitiva el sistema previsional actual contribuye a mantener la brecha de los ingresos entre
la población chilena, además de propiciar la despolitización de sus afiliados y la vulnerabilidad
de los fondos que tienen depositados sus imponentes frente a los cambios bruscos del sistema
económico. Esto a pesar de los subsidios que otorga el Estado a los sectores más vulnerables de
nuestra sociedad, más precisamente, a los tres primeros quintiles. Aportes estatales que no
benefician al gran grueso de la población asalariada o a la llamada “clase media”.
Como hemos visto en nuestra investigación la temática referida a la previsión social fue bastante
discutida desde los años veinte hasta los ochenta. Como prueba de ello, diferentes gobiernos
crearon comisiones para perfeccionar un sistema que a todas luces era imperfecto, pero a pesar
de esto, propiciaba la participación de la ciudadanía en sus reformas. Modalidad que no fue
respetada en la reforma previsional de 1980, durante la dictadura militar, la cual no fue discutida
sino que impuesta a toda la población. Es por ello que no se han propiciado debates importantes
para perfeccionar un sistema que contribuye a mantener y aumentar la mala distribución del
ingreso dentro de nuestra sociedad. Si bien, actualmente existen las pensiones solidarias o el
descuento del 7% relacionado con la salud, ambas son soluciones que no atacan el problema en
sí, ya que afectan a un número reducido de personas.
Por ello, es imprescindible realizar estudios historiográficos sobre los sistemas previsionales que
han existido en nuestro país, todo con el fin de instalar el debate sobre la eficacia del sistema de
capitalización por sobre el de reparto. Pero quizás más importante, es hacer notar la influencia
que tuvieron las diferentes organizaciones de trabajadores y políticas a la hora de perfeccionar
114
las ineficacias del sistema previsional. Es por ello que nuestra investigación pretende aportar en
el estudio de un grupo social prácticamente olvidado por la historiografía chilena, como fueron la
gran masa de ex obreros manuales. Los cuales se organizaron con el fin de dialogar
constantemente con las cúpulas políticas para obtener beneficios o reformas acordes a su propia
situación.
Si bien hemos estudiado, en parte, a este sector de la sociedad chilena, todavía quedan bastantes
preguntas que resolver. Una de ellas es la relación que tuvo este grupo con las demás cajas de
previsión o bien qué y cómo los partidos políticos percibían a los demás sectores de pensionados,
como lo eran los empleados particulares y las Fuerzas Armadas. En consecuencia, como se
aprecia, este es un campo prácticamente inexplorado por la historia, por ello nuestra
investigación sólo pretende dejar atrás, en parte, el vacío histórico relacionado con los
pensionados.
115
Fuentes no impresas:
•
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Fuentes impresas:
Periódicos:
•
Clarín.
•
Cenete.
•
El Pensionado.
•
El Siglo.
•
El 38.
•
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