86-90C10-12507.ANE-ORIGINAL BREVE 1/3/10 12:24 Página 86 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/06/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. (Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2010; 57: 86-90) ORIGINAL BREVE Evaluación de dos técnicas invasivas en el tratamiento del dolor miofascial M. C. Corujeira Rivera*, A. Carregal Rañó**, J. C. Diz Gómez**, M. Mayo Moldes**, P. Prieto Requeijo*, I. Areán González* Servicio de Anestesia y Reanimación. Hospital Meixoeiro. Vigo. Pontevedra. Resumen Evaluation of 2 invasive techniques for treating myofascial pain OBJETIVO: Evaluar la eficacia de dos técnicas invasivas en el tratamiento del dolor miofascial: punción de puntos gatillo con aguja de acupuntura e infiltración de los mismos con lidocaína al 1%. MATERIAL Y MÉTODOS: Se distribuyó a los pacientes aleatoriamente en ambos grupos, de los evaluados durante un periodo de 7 meses en la Unidad del Dolor y que cumplían los criterios de inclusión. Se practicaron cuatro sesiones por paciente, evaluando la respuesta mediante la Escala Visual Analógica (EVA) y el test de Lattinen. RESULTADOS: Se incluyeron 21 pacientes. Once fueron pinchados con aguja de acupuntura y 10 se infiltraron con lidocaína. Se objetivó una disminución en la puntuación en la EVA al final de ambos tratamientos. Los valores fueron 5,50 ± 2,08 disminuyendo a 2,45 ± 2,05 en el grupo acupuntura, y 4,8 ± 2,03 disminuyendo a 2,20 ± 1,91 en el grupo lidocaína. También se redujo la puntuación en el test de Lattinen de 10,63 ± 2,69 a 8,54 ± 3,14 con aguja de acupuntura y de 10,9 ± 1,59 a 8,60 ± 2,63 con lidocaína. No hubo diferencias estadísticamente significativa en ambas escalas (visual analógica y test de Lattinen) entre ambas técnicas. CONCLUSIÓN: Tanto la punción con aguja de acupuntura como la infiltración con lidocaína demostraron ser eficaces en la disminución de la intensidad del dolor al final del tratamiento, así como en su influencia en la calidad de vida, no pudiendo determinar en este grupo de pacientes que un método sea superior a otro en el tratamiento del dolor miofascial. O BJETIVE : To assess the efficacy of 2 invasive techniques for treating myofascial pain: trigger point acupuncture and 1% lidocaine infiltration of trigger points. M ATERIAL AND METHODS : Patients who met the inclusion criteria were randomized to 2 groups for evaluation at our pain clinic over a period of 7 months. Each patient had 4 treatment sessions. Response was evaluated on a visual analog scale (VAS) and by means of the Lattinen test. RESULTS: Twenty-one patients were enrolled. Eleven underwent acupuncture and 10 received lidocaine infiltrations. When post-treatment pain was assessed, the mean (SD) VAS scores fell from 5.50 (2.08) to 2.45 (2.05) in the acupuncture group and from 4.8 (2.03) to 2.2 (1.91) in the lidocaine group. Lattinen test scores also fell, from 10.63 (2.69) to 8.54 (3.14) in the acupuncture group and from 10.9 (1.59) to 8.60 (2.63) in the lidocaine group. There were no statistically significant differences between the 2 treatment groups. C ONCLUSION : Both acupuncture and lidocaine infiltration of trigger points were effective in reducing pain intensity after treatment and in improving quality of life. One method could not be shown to be better than the other for treating myofascial pain. Palabras clave: Dolor miofascial. Punto gatillo. Lidocaína. Acupuntura. Key words: Myofascial pain. Trigger points: lidocaine. Acupuncture. Summary *MIR. **FEA. Correspondencia: Dra. María C. Corujeira Rivera Servicio de Anestesiología Hospital Meixoeiro C/ Meixoeiro, s/n Vigo (Pontevedra) E-mail: [email protected] Aceptado para su publicación en febrero de 2010. 86 Introducción El dolor de origen miofascial se define como la presencia de áreas localizadas de dolor ocasionadas por la presencia de puntos gatillo, que consisten en un nódulo de gran sensibilidad dolorosa en una banda tensa de tejido musculoesquelético. Froriep en el siglo XIX, 24 86-90C10-12507.ANE-ORIGINAL BREVE 1/3/10 12:24 Página 87 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/06/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. M. C. CORUJEIRA RIVERA ET AL– Evaluación de dos técnicas invasivas en el tratamiento del dolor miofascial acuñó el término “Muskel Schwiele” para la presencia de regiones de dureza muscular identificables a la palpación y extremadamente dolorosas que aliviaban de modo importante con su tratamiento 1. Fue Travell quien, con sus múltiples publicaciones acerca del dolor miofascial, logró asentar las bases fisiopatológicas que actualmente sirven de referencia para el estudio de esta entidad2. El dolor de origen miofascial es una entidad de difícil diagnóstico debido a que éste se basa fundamentalmente en la historia clínica, no existiendo en el momento actual ninguna exploración complementaria que nos ayude a confirmar su presencia. Esto hace que el diagnóstico diferencial con otras entidades resulte especialmente complejo. La fibromialgia, en particular, presenta las mayores dificultades, al poder coexistir con el dolor miofascial en el mismo paciente. Su diagnóstico se basa en criterios clínicos específicos. Los puntos gatillos causantes del dolor de origen miofascial pueden clasificarse en activos o latentes3. Se diferencian en que tan sólo los primeros son causantes de dolor espontáneo, mientras que ambos pueden ocasionar los restantes síntomas: aumento de la tensión y acortamiento del músculo, limitación de la amplitud de movimientos, disminución de la tolerancia al esfuerzo, dolor con la aplicación de presión y disfunción autonómica (sudoración anormal, actividad pilomotora). La activación de un punto gatillo latente puede producirse como consecuencia de los mismos mecanismos que causan la formación de un punto gatillo, como traumatismo activo, abuso mecánico del músculo, contracción muscular prolongada o compresión nerviosa. El tratamiento del dolor miofascial puede ser dividido en dos categorías: invasivo y no invasivo4,5. El tratamiento no invasivo se basa en la combinación de medidas farmacológicas y no farmacológicas. Entre las primeras se incluyen los antiinflamatorios no esteroideos, tramadol, antidepresivos tricíclicos, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los anticonvulsivantes, entre otros, sin que con ninguno de ellos exista evidencia científica de su superioridad en el manejo de este tipo de dolor. Las alternativas no farmacológicas incluyen los ultrasonidos, la estimulación eléctrica transcutánea (TENS) o el masaje, con resultados no concluyentes en cuanto a su efectividad. El tratamiento invasivo incluye la punción del punto gatillo con aguja seca (como la aguja de acupuntura) o bien con inyección de sustancias que van desde el suero salino fisiológico, los anestésicos locales o los corticoides6, hasta el reciente empleo de la toxina botulínica7. Se cree que el efecto analgésico de estas técnicas se debe a una interrupción mecánica de la actividad anómala en el punto gatillo, a la que se sumaría una 25 interrupción química de la transmisión dolorosa en el caso de las infiltraciones farmacológicas4. Existen escasos estudios acerca de la eficacia de dichas técnicas terapéuticas8. En el presente estudio nos propusimos comparar la eficacia analgésica y sobre la calidad de vida de dos técnicas invasivas en al tratamiento del dolor miofascial: la punción de puntos gatillo con agujas de acupuntura o la infiltración de los mismos con lidocaína. Material y métodos Se realizó un estudio prospectivo, aleatorizado y no controlado sobre 21 pacientes que fueron distribuidos de forma aleatoria mediante un programa generador de números aleatorios. Los pacientes se distribuyeron en dos grupos: grupo A, punción con aguja de acupuntura (n = 11) y grupo L, inyección a nivel del punto gatillo de lidocaína al 1% (n = 10). Se seleccionaron pacientes de ambos sexos mayores de 18 años, con diagnóstico de dolor de origen miofascial según los criterios diagnósticos reflejados en la Tabla 1, y aceptación de la técnica asignada una vez informados de las características de la misma. Se rechazaron para formar parte del estudio aquellos pacientes que presentaron alergia a alguno de los componentes empleados, infección a nivel local en el lugar previsible de punción, consumo de anticoagulantes orales o antiagregantes o coagulopatía objetivada de otro origen, enfermedad de carácter inflamatorio o enfermedades tiroideas asociada. Como tratamiento de rescate en caso de dolor no controlado con las técnicas descritas se prescribió 1g de paracetamol cada 8 horas a todos los pacientes. Asimismo, se indicó al paciente que no debía consumir ácido acetilsalicílico en los cinco días previos a la aplicación de la técnica correspondiente. En función de la distribución aleatoria establecida se aplicó la opción terapéutica correspondiente una vez por semana durante un total de 4 sesiones. Para la punción del punto gatillo con administración de lidocaína, una vez localizado y fijado el punto gatillo con los dedos y tras desinfectar la piel con una solución antiséptica, se atravesó la piel a 1-2 cm del mismo formando un ángulo de 30° e introduciendo 1-2 ml de lidocaína al 1% a medida que la aguja avanzaba en el músculo. En el caso de la punción con aguja de acupuntura la técnica empleada fue la misma, con la salvedad de que se mantuvieron las agujas en posición durante 15 minutos. La valoración de los resultados se efectuó mediante entrevista presencial aplicando la Escala Visual Analógica (EVA) con diez intervalos9, antes y después de 87 86-90C10-12507.ANE-ORIGINAL BREVE 1/3/10 12:24 Página 88 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/06/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 57, Núm. 2, 2010 TABLA 1 Criterios diagnósticos de dolor de origen miofascial3 Criterios esenciales – Banda tensa palpable. – Dolor local a la presión de un nódulo de una banda tensa. – Reconocimiento por parte del paciente de la queja dolorosa habitual al presionar el nódulo sensible (en el caso de puntos gatillo activos). – Limitación dolorosa de la amplitud de movilidad al estiramiento completo. Observaciones confirmatorias – Identificación visual o táctil de respuesta de espasmo local. – Imagen de respuesta de espasmo local con la inserción de una aguja en el nódulo sensible. – Dolor o alteración de la sensibilidad en la zona de irradiación del punto gatillo correspondiente. – Demostración mediante electromiograma de superficie de actividad eléctrica espontánea característica de loci activos en el nódulo sensible de una banda tensa. cada intervención, haciendo además un seguimiento telefónico de los pacientes a las 24, 48 y 72 horas. A los 30 días de la última sesión se llevó a cabo una nueva reevaluación del paciente en la consulta. Se aplicó el test de Lattinen antes de iniciar el tratamiento y en la citada revisión final (Tabla 2). El test de Lattinen busca una visión multidimensional del dolor, indagando en aspectos como la frecuencia de presentación de dolor, el consumo de analgésicos, el grado de incapacidad derivado o su influencia sobre el reposo nocturno, para lo que el paciente debe asignar un valor de 0 a 5 a una serie de preguntas. Este test puede adoptar valores que oscilan de un mínimo de 4 a un máximo de 20 en función del grado de impacto del dolor en la vida diaria10. La base de datos y su procesamiento de realizaron con el programa SPSS v13 (SPSS, EEUU). La valoración estadística se llevó a cabo mediante las pruebas de Chi-cuadrado y t-Student, habiendo comprobado TABLA 2 Consumo de analgésicos Incapacidad Sueño 88 Ligero Molesto Intenso Insoportable Ocasional Regular y pocos Regular y muchos Muchísimos Ligera Moderada Ayuda necesaria Total Normal Despierta alguna vez Despierta varias veces Insomnio Sedantes Resultados Entre noviembre del 2007 y mayo del 2008 se reclutaron un total de 21 pacientes: 3 hombres y 8 mujeres en el grupo tratado con punción con aguja de acupuntura y 4 hombres y 6 mujeres en el tratado con lidocaína. El intervalo de edad fue de 51,27 ± 12,55 años y 50,3 ± 13,27 años, respectivamente. No se encontraron diferencias significativas entre los grupos respecto a edad y sexo. Todos los pacientes estaban siguiendo tratamiento analgésico al inicio del estudio sin alcanzar un adecuado control analgésico, siendo éste suspendido. No existían diferencias en los valores de EVA y Lattinen iniciales. En el estudio no se encontraron diferencias significativas entre ambos tratamientos. Se objetivó disminución estadísticamente significativa del EVA al final de ambos tratamientos (Figura 1 y Tabla 3). En la evaluación realizada un mes después de finalizado el trata- EVA INICIAL vs FINAl vs REVISIÓN ACUPUNTURA LIDOCAÍNA INICIO Test de Lattinen13 Intensidad del dolor previamente que la muestra seguía una distribución normal con el test de Kolmogorov-Smirnov. Se aceptó como significación estadística valores de p < 0,05. 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 0 1 2 3 4 FINAL REVISIÓN Fig. 1. Comparación del valor de EVA al inicio y al final del tratamiento y un mes después de finalizado el mismo. p = 0,001 para la comparación entre EVA final con acupuntura y EVA basal; p = 0,017 para la comparación entre EVA final con lidocaína y EVA basal. Para las demás comparaciones, p = ns. TABLA 3 Comparación de los valores de EVA y Lattinen en las distintas fases del estudio Acupuntura (n=11) EVA inicial EVA final EVA revisión Lattinen inicial Lattinen revisión 5,5 ± 2,08 2,45 ± 2,05 3,95 ± 3,04 10,63 ± 2,69 8,54 ± 3,14 Lidocaína (n=10) p 4,8 ± 2,03 2,2 ± 1,91 3,3 ± 3,05 10,9 ± 1,59 8,6 ± 2,63 0,446 0,773 0,629 0,786 0,966 26 86-90C10-12507.ANE-ORIGINAL BREVE 1/3/10 12:24 Página 89 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/06/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. M. C. CORUJEIRA RIVERA ET AL– Evaluación de dos técnicas invasivas en el tratamiento del dolor miofascial EVOLUCIÓN LATTINEN ACUPUNTURA LIDOCAÍNA INICIAL REVISIÓN Fig. 2. Comparación del valor del test de Lattinen al inicio y un mes después del tratamiento. p = 0,014 para la comparación entre Lattinen final e inicial con acupuntura y p = 0,005 en el caso de la lidocaína. miento, observamos una disminución del EVA en ambos grupos respecto al inicial, pero que carecía de significación estadística (Fig. 1). El índice de Lattinen disminuyó de forma significativa con ambos tratamientos en la revisión efectuada un mes después de finalizado el tratamiento (Fig. 2). No se produjeron complicaciones de importancia con ninguna de las técnicas, observándose únicamente la aparición de pequeños hematomas y molestias en el lugar de punción en dos de los pacientes tratados con infiltración de lidocaína. Discusión El presente trabajo trata de valorar la eficacia y seguridad de dos técnicas de tratamiento invasivas del dolor miofascial: la punción de puntos gatillo con agujas de acupuntura y su infiltración con lidocaína al 1%. En un fenómeno en el que influyen de manera tan determinante los factores psicosociales como lo es el dolor, sólo podemos obtener una medida subjetiva de su intensidad y evolución, resultando difícil poder establecer afirmaciones categóricas en cuanto a los resultados del presente estudio. Por otra parte, el número de pacientes reclutados también puede limitar la potencia del estudio y la extrapolación de los datos. Esta dificultad en el reclutamiento es debida a la frecuente asociación de este proceso con patologías concomitantes, que podrían interferir con la respuesta al tratamiento y que por tanto nos ha obligado a excluir a un importante número de pacientes. En nuestro estudio hemos encontrado que ambas alternativas terapéuticas disminuyen la intensidad del 27 dolor medida según la EVA al final del tratamiento, y, si bien ésto no se mantiene en la revisión efectuada un mes después, podemos comprobar que la EVA se mantiene en un valor inferior o igual a 4 en un 45% de pacientes tratados con punción seca y en un 70% de los casos en que se empleó lidocaína, lo que en las escalas cualitativas del dolor se considera un buen control analgésico. Estos datos resultan alentadores dada la falta de efectividad a medio y largo plazo objetivada en los estudios realizados con otras técnicas tales como el TENS, los ultrasonidos o la terapia láser11. El repunte del EVA comprobado en la revisión podría deberse al mantenimiento de factores de perpetuación del dolor miofascial presentes frecuentemente en esta patología12 como por ejemplo: abuso muscular, mobiliario de trabajo mal adaptado, déficit nutricionales, hipotiroidismo, depresión, ansiedad, etc. Por ello, parece necesario mantener otros tratamientos de base (farmacológicos o no), así como incidir en la educación postural y ejercicios de estiramiento muscular, que, junto con el tratamiento de cualquier proceso acompañante, podrían resultar fundamentales sea cual sea la actitud terapéutica que decidamos tomar. Esto refuerza la tendencia actual de aplicar una terapia multimodal al no existir un tratamiento de elección que haya demostrado una eficacia clínica en la resolución definitiva del cuadro. No logramos determinar diferencia en la efectividad sobre el EVA de ambos tratamientos, por lo que la decisión de utilizar uno u otro podría basarse en otros aspectos. Por ejemplo, se observó durante el estudio que el grupo tratado con lidocaína refería más molestias en el lugar de punción durante los primeros días tras cada intervención, así como aparición de pequeños hematoma en comparación con los puncionados con agujas de acupuntura, aunque no se consideraron clínicamente relevantes. Esto posiblemente se relacione con el mayor grosor de las agujas intramusculares empleadas para la infiltración del anestésico local en comparación con las agujas de acupuntura. También es necesario tener en cuenta que al efectuar la infiltración con anestésicos locales estamos introduciendo una sustancia extraña y, por lo tanto, con potenciales efectos sistémicos. Por último, también el factor económico, aunque con limitada repercusión en este caso, podría inclinar la balanza hacia la punción con agujas de acupuntura, al estar éstas valoradas en 0,05 euros la unidad en comparación con el total de 2,05 euros que supondría el coste de la jeringa desechable, aguja intramuscular, suero salino fisiológico y lidocaína para la infiltración. Se ha demostrado disminución en el valor del test de Lattinen al final del tratamiento, implicando esto 89 86-90C10-12507.ANE-ORIGINAL BREVE 1/3/10 12:24 Página 90 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/06/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 57, Núm. 2, 2010 una disminución en la influencia del dolor sobre la calidad de vida, al ser valorados en dicho test aspectos como la calidad del sueño, la capacidad para desempeñar actividades cotidianas o la necesidad de analgesia suplementaria, entre otros. Dada la larga evolución de la clínica en muchos de los casos que llegan a nuestras manos, esto representa un avance de cara a atenuar el impacto psicológico del dolor, lo que teniendo en cuenta la influencia de la esfera psicosocial en la percepción y modo de vivir el dolor, constituye en sí mismo el tratamiento de uno de los principales factores que perpetuan el dolor. Durante el tratamiento también pudimos observar mejoría en mayor o menor medida del dolor irradiado en todos los pacientes que lo presentaban, así como de la cefalea acompañante presente en algún caso. Cabe por último destacar la posible utilidad diagnóstica de este tipo de intervenciones, ya que la aparición de una mejoría clínicamente significativa tras su aplicación puede reforzar la posibilidad del diagnóstico o confirmarlo en aquellos casos en que la desaparición de la clínica sea total y perdurable, permitiéndonos en ocasiones limitar la necesidad de pruebas de imagen o neurofisiológicas y tranquilizando al paciente al aliviar su sintomatología y proporcionar una explicación fisiopatológica de su dolor, al descartar que la causa del mismo radica en una coronariopatía, proceso oncológico, etc. Como conclusión del presente estudio podemos afirmar que la desactivación de puntos gatillo mediante punción con agujas de acupuntura o infiltración con lidocaína al 1% han demostrado ser métodos eficaces para la disminución de la intensidad del dolor al final del tratamiento en el dolor miofascial. Este efecto analgésico se pierde tras un mes sin el tratamiento. También se ha comprobado mejoría en la calidad de 90 vida valorada según el test de Lattinen que persiste un mes después del tratamiento. No hemos podido demostrar que un método sea superior al otro en relación con el grado de analgesia logrado. Ambas técnicas han mostrado ser procedimientos sencillos, seguros y bien tolerados por los pacientes, por lo que consideramos que pueden resultar herramientas útiles en el diagnóstico y tratamiento del dolor miofascial dentro de una terapia multimodal. BIBLIOGRAFÍA 1. Froriep RF. Ein beitrag zur pathologie und therapie des rheumatismus. Weimar 1843. 2. Travell J, Rinzler SH. The miofascial genesis of the pain. Postgrad Med. 1952;11(5):425-34. 3. Simons DG, Travell JG, Simons LS. Dolor y disfunción miofascial. El manual de los puntos gatillo. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2001. 4. Borg-Stein J. Treatment of fibromialgia, myofascial pain and related disorders. Phys Med Rehabil Clin N Am. 2006;17(2):491-510. 5. Huguenin LK. 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