Cáncer y sistema nervioso. Tumores cerebrales primitivos

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CÁNCER Y SISTEMA NERVIOSO.
TUMORES CEREBRALES PRIMITIVOS
Y COMPLICACIONES NEUROLÓGICAS
DEL CÁNCER
Miguel A. Urtasun Ocariz y José Félix Martí Massó
Cáncer y sistema nervioso. Tumores cerebrales primitivos y complicaciones …
RESUMEN
malignos. La cirugía con radioterapia
representa el tratamiento más
habitual, con aumentos de supervivencia modestos.
Los tumores cerebrales y las
complicaciones neurológicas del
cáncer son un tema importante
que los médicos de familia deben
conocer. No son muy frecuentes
en términos absolutos pero inducen
una elevada morbi-mortalidad, y con
frecuencia ocurren en gente joven.
Un tumor cerebral debe sospecharse
ante todo paciente que tiene un
síntoma focal progresivo o una
epilepsia. Hoy disponemos de las
pruebas de neuroimagen, TC y RM,
que son inocuas, accesibles para
la mayoría, de gran sensibilidad y
especificidad. Las nuevas técnicas de
difusión y espectroscopia permiten el
diagnóstico diferencial con abscesos,
lesiones inflamatorias y vasculares,
sin necesidad de biopsiar. La biopsia
mediante cirugía esterotáxica es un
medio sencillo de alcanzar tejidos
para su estudio, anteriormente no
accesibles. Los tratamientos siguen
siendo muy frustantes, pero la
temozolamida ha significado un
avance importante en los gliomas
El cáncer sistémico es muy
frecuente y al menos, uno de cada
cuatro pacientes con cáncer tendrá
una complicación neurológica. Si
bien las pruebas de neuroimagen
han mejorado el diagnóstico de
las complicaciones metastásicas,
el resto como las encefalopatías
medicamentosas, y las metabólicas
por alteraciones de órgano pueden
ser difíciles de diagnosticar.
El tratamiento del dolor, de la
insuficiencia respiratoria y el cuidado terminal de estos pacientes
requiere conocer bien los fármacos
y sus posibles efectos indeseables.
En los últimos años se han descrito
un gran número de complicaciones
paraneoplásicas. Son enfermedades
inmunológicas inducidas por la
presencia de antígenos tumorales.
Tienen una gran diversidad clínica.
En algunos casos el tratamiento puede
producir una mejoría importante con
aumento de la supervivencia.
TUMORES CEREBRALES
PRIMITIVOS
generalmente mantienen la estructura
anatómica cerebral, están bien delimitados, son de lento crecimiento, desplazan
sin invadir tejidos vecinos y no metastatizan. Los tumores malignos deforman la
estructura anatómica, invaden e infiltran
tejidos vecinos y crecen rápidamente. Se
estima que representan el 3% de todas
las neoplasias del organismo y su incidencia oscila entre 4-5 casos por cada
100.000 habitantes.
El tumor cerebral primitivo se
define, como todo aquel proceso expansivo neoformativo que tiene origen en
alguna de las estructuras que contiene
la cavidad craneal como el parénquima
encefálico, meninges, vasos sanguíneos,
nervios craneales y restos embrionarios.
Presentan una serie de peculiaridades, la
más importante es que se extienden por
contigüidad y difícilmente se diseminan
fuera del neuroeje. Los tumores benignos
En la clasificación actual de la
OMS los tumores cerebrales se dividen en 7 grupos principales. Se han
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Miguel A. Urtasun Ocáriz y José Félix Martí Massó
La estirpe histológica varía según
la edad. En los adultos predominan
los gliomas 45-50%, meningiomas
15% y neurinomas del acústico 8%.
En los niños los tumores se localizan
sobre todo en fosa posterior: gliomas
45%, meduloblastomas 20%, ependimomas 10% y craneofaringiomas 8%.
Las manifestaciones clínicas dependen de síntomas generales y focales.
Los generales son debidos al edema
e hipertensión intracraneal y los focales se relacionan con la localización del tumor. Debe sospecharse un
tumor cerebral ante todo enfermo que
presente una de las tres situaciones
siguientes:
excluido las lesiones no tumorales
(quistes, hamartomas) y también los
adenomas hipofisarios por considerar
que no son tumores propios del tejido
nervioso:
1. Tumores
neuroepiteliales:
los más numerosos son los
gliomas y según su grado de
malignidad se dividen en:
– Grado I (Astrocitoma pilocítico): lesiones de bajo
potencial
proliferativo,
células piloides
– Grado II (Astrocitoma
difuso): lesiones infiltrantes, baja densidad mitótica, atipias, pero recidivan.
Algunos avanzan a grados
más altos de malignidad
– Grado III (Astrocitoma
anaplásico): lesiones de
malignidad histológica probada, actividad mitótica,
capacidad de infiltración y
anaplasia
– Grado IV (Glioblastoma):
lesiones que presentan actividad mitótica, proliferación vascular, propensas a
necrosis y, en general, con
evolución prequirúrgica y
posquirúrgica rápida de la
enfermedad.
– Trastorno motor hemicorporal,
del lenguaje, de la marcha,
intelectual o de conducta que
progresa en días, semanas o
meses.
– Epilepsia focal o de aparición
en edad adulta.
– Cefalea inexplicada de aparición reciente que se acompaña
de trastornos neurológicos
como cambios de conducta
con bradipsiquia, signos deficitarios o de hipertensión
intracraneal.
El diagnóstico se basa en la historia clínica, la exploración física y en
las exámenes complementarios, particularmente la neuroimagen. La TAC
y RNM (con secuencias de difusión,
perfusión y espectroscopia) permiten
descubrir más del 90% de los tumores
intracraneales. A pesar de la mejoría
en el diagnóstico, sigue siendo difícil determinar los límites entre tejido
tumoral y sano y entre aquel y el
edema peritumoral. La biopsia cerebral
por craneotomía o por esterotaxia, en
2. Tumores de los nervios craneales y periféricos
3. Tumores de la meninges
4. Linfomas y tumores del tejido
hematopoyético
5. Tumores de células germinales
6. Tumores de la region selar
7. Tumores metastáticos
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Cáncer y sistema nervioso. Tumores cerebrales primitivos y complicaciones …
– Protectores gástricos: no se
ha demostrado la asociación
entre corticoides y úlcera péptica pero la mayoría de pacientes que reciben dexametasona
son tratados para reducir el
riesgo de úlcera gástrica y
hemorragia. Se debería limitar
a pacientes con antecedentes o con riesgo, como los
que se hallan en el periodo
postoperatorio inmediato o
los que reciben dosis altas de
corticoides.
aquellos tumores que son inoperables
o en áreas críticas, confirma la estirpe
histológica.
El tratamiento incluye unas medidas específicas y otras generales. Dentro
de las medidas específicas lo ideal es
conseguir la desaparición completa del
tumor respetando el tejido sano. Esto se
intenta mediante cirugía, que se debe
indicar de forma individualizada pues
los márgenes entre beneficios y riesgos
son estrechos. El tratamiento estándar
consiste en cirugía de máxima resección
posible y radioterapia complementaria,
administrando dosis en torno a 60 Gy
con fraccionamiento convencional en 6
semanas. El objetivo de la quimioterapia
adyuvante, principalmente temozolamida, cuando se combina con la cirugía
y la radioterapia, debe ser aumentar la
supervivencia y calidad de vida. La edad
es el factor más importante para predecir
qué tipo de tratamiento va a recibir un
paciente, ya que la edad avanzada se
asocia con una menor probabilidad de
someterse a cirugía, radioterapia o a
quimioterapia.
– Antiepilépticos: Entre el 5-20%
de los pacientes con tumores cerebrales presentan crisis
epilépticas. No está indicada
la administración preventiva
de antiepilépticos ya que no
previenen la epileptogénesis
e incluso pueden producir
importantes efectos adversos al
asociarse a otros medicamentos. Hay que utilizar fármacos
que no interacciones, como el
Levetiracetam.
– La trombosis venosa profunda
y los émbolos pulmonares
son complicaciones que se
observan, en particular, en los
pacientes que muestran discapacidad neurológica significativa e inmovilidad. Está indicado
el tratamiento con heparina de
bajo peso molecular.
Algunas cuestiones terapéuticas
generales merecen una especial atención en la mayoría de los pacientes
porque pueden influir de modo significativo en la calidad de vida y ayudar a
reducir la morbilidad.
– Medidas antiedema cerebral:
la dexametasona es el fármaco de elección. La dosis
habitual es de 4-12 mg por vía
oral, si no hay necesidad de
administración i.v. por situación crítica. Se debe mantener
la menor dosis eficaz por la
posibilidad de provocar una
miopatía con su uso prolongado. Hay que vigilar también
la glucemia y TA.
– Necesidades psicosociales:
apoyo familiar, cuidados de
enfermería, asistentes sociales, ayuda psicológica y farmacológica con antidepresivos
(fluoxetina, paroxetina, sertralina), trazodona para conciliar el sueño, benzodiacepinas
para la ansiedad.
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Miguel A. Urtasun Ocáriz y José Félix Martí Massó
– Cuidados paliativos en la fase
terminal: no siempre es fácil precisar cuál es el mejor momento
para abordar esta cuestión, pero
los cuidados en la fase terminal
son tan importantes como el tratamiento enérgico en las fases
iniciales de la enfermedad.
4. El diagnóstico a veces es difícil.
5. El tratamiento adecuado alivia
los síntomas y contribuye no
solamente a prolongar la vida
sino también su calidad.
6. Hay aspectos únicos relacionados con la anatomía y
fisiología del sistema nervioso:
el cerebro y la médula están
encerrados en un estuche óseo,
por lo que pequeñas lesiones
pueden dar grandes síntomas;
la barrera hematoencefálica
dificulta el paso de algunos
quimioterápicos y su ruptura
causa edema cerebral y el SNC
lesionado no posee capacidad
para una regeneración clínica
significativa por lo que cánceres ocultos pueden destruir el
tejido nervioso a distancia sin
contacto directo.
COMPLICACIONES
NEUROLÓGICAS DEL CÁNCER
Debemos prestar especial atención a las complicaciones neurológicas
del cáncer por varias e importantes
razones:
1. Son frecuentes. Aproximadamente el 24% de los pacientes con cáncer van a presentar
metástasis. Un estudio de Posner
y Chernik (Memorial Sloan
Kettering Cancer) de lesiones
cerebrales en 1905 autopsias de
pacientes fallecidos por cáncer,
encuentra metástasis en el 16%,
lesiones vasculares en el 8% y
en el 4% infecciones del SNC.
CLASIFICACIÓN DE LAS COMPLICACIONES NEUROLÓGICAS DEL
CÁNCER:
2. Aumentan progresivamente.
Varias razones se han propuesto: (1) un interés creciente
en el diagnóstico y tratamiento
y una mayor disponibilidad
de TAC y RNM que condicionan una mayor exactitud diagnóstica, (2) los pacientes con
cáncer sobreviven más tiempo
favoreciéndose la diseminación
a todos los órganos incluyendo
el SNC y la aparición de efectos
secundarios del tratamiento.
El primer paso en su estudio es
clasificarlas de acuerdo a la forma en
que el cáncer puede afectar al sistema
nervioso:
3. Son graves y pueden alterar
la calidad de vida de forma
importante.
4. En nervios, plexos y raíces
A. Metastásicas
1. Craneoencefálicas
– Craneales
– En duramadre
– Intracerebrales
2. Espinales
3. Leptomeníngeas
5. En músculo (muy raro)
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Cáncer y sistema nervioso. Tumores cerebrales primitivos y complicaciones …
B. No metastásicas
neales: cefalea, trastornos de conducta, alteración sensitivo motora, de
la marcha o crisis epilépticas. Suelen
producir una focalidad neurológica
dependiendo de la localización.
1. Encefalopatías metabólicas
2. Infecciones del SNC
3. Ictus
El diagnóstico es relativamente
fácil si conocemos la existencia de un
cáncer sistémico, pero hay que tener
en cuenta que una metástasis intracerebral se puede manifestar antes de
que el tumor primitivo dé síntomas.
En la TAC / RNM craneal se visualizan
nódulos que captan contraste, a veces
en anillo, con gran edema a su alrededor. La presencia de varios nódulos es
casi definitiva para afirmar que se trata
de metástasis.
4. Efectos secundarios del tratamiento
– Quimioterapia
– Radioterapia
– Cirugía y otros procedimientos
terapéuticos o diagnósticos
5. Síndromes paraneoplásicos
A. Complicaciones Metastásicas
1. Metástasis craneoencefálicas
La utilización de tratamiento antiedema o antiepiléptico en las metástasis
es similar a la de los tumores cerebrales primitivos. En caso de lesiones
múltiples está indicada la radioterapia
o incluso, en algunos casos, quimioterapia dependiendo del tumor primitivo.
Si la lesión es única y accesible, con
el tumor primitivo controlado, debe
extirparse quirúrgicamente y aplicar
después radioterapia. El objetivo debe
ser siempre la obtención de una supervivencia aceptable en cuanto a tiempo
y calidad de vida.
Son la forma más común de neoplasia maligna cerebral, superando a
los tumores cerebrales primarios en un
índice de casi 10:1. De hecho, hoy se
acepta que en el 20-25 % de las autopsias de los pacientes portadores de un
cáncer sistémico se descubren metástasis cerebrales. Las células cancerosas
alcanzan el cerebro por vía hematógena y forman nódulos tumorales,
solitarios o múltiples, preferentemente
en la unión córtico-subcortical. En el
cráneo son generalmente asintomáticas
y en duramadre dan síntomas de vecindad, siendo frecuentes los síntomas de
pares craneales cuando se afecta la
base del cráneo.
2. Metástasis espinales
La disfunción de la médula espinal
por compresión neoplásica, generalmente por metástasis vertebral epidural, es una complicación devastadora
del cáncer que se hace cada vez más
frecuente al aumentar las expectativas
de vida del paciente. Por el contrario,
la afectación metastásica intramedular
es ocasional, aunque la capacidad de
la RM para demostrar lesiones intramedulares ha dado como resultado el
El origen más frecuente según
diversas series es pulmón (40%),
mama (20%), gastrointestinal (9%),
genitourinario (9%), leucemia (6%),
linfoma (4%), melanoma (4%) y, en
menor porcentaje, tiroides, sarcoma
y otros.
Los síntomas clínicos de las metástasis intracerebrales son similares a los
de otros procesos expansivos intracra-
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Miguel A. Urtasun Ocáriz y José Félix Martí Massó
3. Metástasis leptomeníngeas
reconocimiento de dicha entidad con
más frecuencia. La compresión medular por metástasis, aparece en el 5% de
todas las neoplasias. El origen de los
tumores primitivos que más frecuentemente presentan esta complicación
son los de pulmón, mama, próstata,
linfoma no hodgkiniano, mieloma múltiple, carcinoma renal y carcinoma
colorrectal.
Se producen cuando algunas células cancerosas penetran en el LCR
y causan una infiltración multifocal
o difusa del espacio subaracnoideo
cerebral y de la medula espinal. Si el
tumor primario es un carcinoma se le
denomina también meningitis carcinomatosa. Debemos sospechar esta complicación ante la presencia de síntomas
y signos multifocales de afectación
cerebral (50%), afectación de nervios
craneales (56%) y afectación espinal
(82%). El origen de los tumores primitivos que más frecuentemente presentan
esta complicación son mama, pulmón,
gastrointestinal, linfoma, leucemia,
melanoma, genitourinario, de cabeza
y cuello.
El síntoma principal es el dolor
local vertebral que se puede acompañar de un dolor radicular. Después
aparece el déficit motor con paraparesia progresiva, trastorno sensitivo con
nivel medular y alteración esfinteriana.
Para el diagnóstico la técnica de elección es la RM, apreciándose tanto
las imágenes de compresión epidural
como las intramedulares.
El diagnóstico es a menudo difícil
y requiere la demostración de células
malignas en LCR, necesitándose en
ocasiones varias punciones lumbares
para llegar al diagnóstico. La RM con
gadolinio puede establecer o apoyar el
diagnóstico si se observa una infiltración en pares craneales o en meninges
tanto en la convexidad cerebral como
en la médula, sobre todo en la región
de la cola de caballo.
Debido a la
afectación multifocal, el tratamiento
debe dirigirse a todo el neuroeje. La
quimioterapia intratecal es la base del
tratamiento combinada con radioterapia sobre las zonas de mayor sintomatología. La dexametasona es útil para
mejorar el dolor de cabeza y el dolor
radicular.
Es necesario un ingreso hospitalario urgente para el tratamiento del
enfermo. La medida inicial es el uso
de dexametasona por vía e.v. dentro de un rango de 16 a 100 mg,
disminuyéndose progresivamente para
minimizar la toxicidad. Otras medidas que se pueden tomar son AINEs
para el dolor con protección gástrica,
opiáceos, vigilancia del estreñimiento
y retención urinaria, profilaxis de trombosis venosa profunda, corsé u otro
elemento ortopédico si hay inestabilidad de columna. Simultáneamente al
tratamiento con dexametasona se debe
iniciar radioterapia sobre la zona afectada, medida bien tolerada y efectiva
para mejoría del dolor. Las indicaciones
quirúrgicas se reservan a inestabilidad
espinal, cuando el hueso incide en la
médula espinal, si hay empeoramiento
de los déficits durante o después de la
radioterapia o cuando hay una duda
diagnóstica.
4. Metástasis en nervios y plexos
Se producen a través del drenaje
linfático, por infiltración directa o, rara
vez, por diseminación hematógena.
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Cáncer y sistema nervioso. Tumores cerebrales primitivos y complicaciones …
B. Complicaciones No Metastásicas
Las más frecuentes son la plexopatías
compresivas o infiltrativas.
1. Encefalopatías metabólicas
Plexopatía braquial: El plexo inferior es el más frecuentemente afectado por tumores de mama o pulmón
(tumor de Pancoast). Se manifiesta
con dolor perihumeral intenso, constante y rebelde, apareciendo después
la debilidad y el trastorno sensitivo
en dermatoma C8-D1. Puede haber
un síndrome de Horner ipsilateral
asociado.
Se definen como una alteración de
la función metabólica cerebral secundaria a factores extracerebrales. La
sintomatología normalmente se corresponde con un cuadro confusional
agudo y ocasionalmente con síntomas
focales como una ataxia.
Las causas son múltiples, incluyéndose:
Plexopatía lumbosacra: es más
común en caso de tumores intestinales o urogenitales debido a una
invasión directa. Al igual que en el
plexo braquial es más frecuente la
afectación del plexo lumbosacro inferior y lo característico es un dolor
intenso al inicio del cuadro, apareciendo posteriormente las alteraciones
sensitivo-motoras.
– Deprivación de sustratos esenciales: hipoglucemia, hipoxia,
isquemia.
Los nervios craneales se pueden
afectar por compresión o invasión de
tumores que crecen cerca de la base
de cráneo o por metástasis a distancia
procedentes de tumores de mama, pulmón o próstata.
– Alteraciones
endocrinas
por producción ectópica de
hormonas.
– Fallo de órganos vitales: hipercapnia, encefalopatía hepática,
uremia.
– Alteraciones electrolíticas:
hiper e hipocalcemia, hiper
e hiponatremia, hipomagnesemia, hipofosforemia.
– Sobredosis o supresión de
fármacos: opioides, benzodiacepinas, antiepilépticos,
corticoides, anticolinérgicos.
La invasión tumoral de los nervios
periféricos es mucho menos frecuente
que la neuropatía debida a quimioterapia. Se limita al epineuro, quedando
los haces nerviosos encerrados en un
tejido denso. En la neuropatía mentoniana es típico notar hormigueo en
mitad del mentón por infiltración de la
rama mentoniana del trigémino, generalmente por metástasis de mama y
próstata. El tratamiento incluye radioterapia de la masa tumoral y quimioterapia. El objetivo es el control del dolor
y la mejoría del déficit.
– Deficiencia de vitaminas: B1,
B12, niacina.
2. Infecciones
Es una complicación poco frecuente por el uso precoz del tratamiento
antibiótico cuando existe una infección
sistémica, pero es más frecuente que en
la población general. Los síntomas más
habituales son cefalea, fiebre, cuadro
confusional, convulsiones y menos frecuentemente rigidez de nuca o signos
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Miguel A. Urtasun Ocáriz y José Félix Martí Massó
focales. Son originados por meningitis,
cerebritis, abscesos o encefalitis.
quimioterapia o la cirugía y otros procedimientos terapéuticos o diagnósticos pueden tener efectos secundarios
adversos en varias localizaciones del
sistema nervioso:
Los factores que predisponen a una
infección son los siguientes:
– Linfoma no Hodgkin y enfermedad de Hodgkin
– Efectos neurológicos de la radioterapia: la radiación induce
neurotoxicidad directa sobre
el cerebro (radionecrosis cerebral), medula espinal, nervios
craneales y nervios periféricos
(plexopatía braquial y lumbosacra) y, de forma indirecta, puede
causar tumores radioinducidos
y alteraciones en vasos sanguíneos cerebrales, espinales,
siendo quizá el vaso más vulnerable de interés neurológico la
arteria carótida.
– Leucopenia secundaria al cáncer o a quimioterapia
– Tratamiento prolongado con
inmunosupresores, especialmente corticoides
– Existencia de una comunicación
entre SNC y la superficie epitelial por un procedimiento quirúrgico o causado por el tumor.
Una buena medida diagnóstica es
realizar una punción lumbar ante todo
enfermo confuso, cuya causa no sea
conocida.
– Efectos neurológicos de la quimioterapia: el más frecuente
es la polineuropatía sensitivo
motora causada por vincristina
y cisplatino que puede revertir con el tiempo. Los efectos
sobre el SNC consisten en una
encefalopatía aguda (confusión,
desorientación y alteración de
conducta) o crónica (demencia
y a veces convulsiones), sindrome cerebeloso, mielopatía
aguda o subaguda, pérdida de
visión y cefalea.
3. Ictus
Las lesiones cerebrovasculares en
los pacientes con cáncer pueden ser
causadas por el efecto directo del
tumor o por su tratamiento sobre los
vasos, o secundarias a alteraciones
de la coagulación debidas a la neoplasia. Son iguales de frecuentes las
lesiones isquémicas que las hemorrágicas. La posibilidad de un ictus por
arteriosclerosis es la misma que en los
pacientes de la misma edad. Un tipo
de ictus que se debe tener presente es
el infarto cerebral por embolia cardiogénica debido a una endocarditis no
infecciosa que origina vegetaciones
fibrinoides en las valvas.
– Efectos secundarios de la cirugía
y otros procedimientos terapéuticos o diagnósticos: en el SNC
se puede manifestar un delirio
postoperatorio o una meningitis
aséptica en cirugía de fosa posterior. La cirugía de cabeza y cuello puede dañar nervios craneales
o nervios periféricos y causar
infarto cerebral por oclusión de
arteria carótida. Algunos pacien-
4. Efectos secundarios del tratamiento
Además de los efectos beneficiosos del tratamiento, la radioterapia,
90
Cáncer y sistema nervioso. Tumores cerebrales primitivos y complicaciones …
tes a los que se les realiza cirugía
craneal o espinal pueden sufrir
una fístula de LCR que supone un
riesgo de infección por entrada
de gérmenes de piel o región
nasal o pueden tener una cefalea
por hipotensión de LCR.
conozca la existencia del tumor y en
algunas ocasiones no se logra descubrir el tumor primitivo. Las técnicas
de neuroimagen en especial la RNM
son necesarias para descartar lesiones
metastásicas u otras complicaciones.
Es típico encontrar en la encefalitis
límbica una afectación del hipocampo
e incluso anomalías más extensas en
los lóbulos temporales.
5. Síndromes paraneoplásicos
Son efectos remotos del cáncer que ocurren a distancia sin ser
debidos a una infiltración tumoral.
Constituyen un amplio grupo de síndromes que pueden afectar a cualquier
parte del sistema nervioso y muchos
de ellos se producen conjuntamente
con respuestas inmunológicas contra
antígenos intraneuronales expresados
por el cáncer subyacente (antígenos
onconeuronales).
La base del tratamiento de estos
síndromes es conseguir en primer
lugar la respuesta completa del tumor
primitivo. La mayoría de las terapias
utilizadas son terapias inmunosupresoras, con dudosa efectividad, pero
hay que intentar un tratamiento con
inmunoglobulinas, corticoides a dosis
altas o plasmaféresis. Es posible que
el rápido comienzo de los síntomas
no proporcione el tiempo suficiente
para llegar a un diagnóstico preciso
e iniciar el tratamiento antes de que
ocurra un daño neuronal irreversible.
En la tabla 1 se recogen los síndromes neurológicos relacionados con
los anticuerpos paraneoplásicos y el
tumor asociado.
El diagnóstico se basa en el reconocimiento del síndrome neurológico,
la demostración del cáncer asociado
y la detección de los anticuerpos
paraneoplásicos en el suero y LCR.
En el 60% de los pacientes los síntomas se desarrollan antes de que se
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Miguel A. Urtasun Ocáriz y José Félix Martí Massó
Tabla 1
Clasificación de los trastornos neurológicos paraneoplásicos
Anticuerpo
Síndrome
Tumor asociado
Anti-Yo
Degeneración cerebelosa
Mama y ovario
Anti-Hu
Neuropatía sensitiva,
encefalomielitis, degeneración
cerebelosa, encefalitis límbica
Tumor de pulmón de célula
pequeña, mama, ovario,
próstata, neuroblastoma
Anti-CV2
Encefalomielitis, degeneración
cerebelosa, encefalitis límbica,
neuropatía sensitiva, corea
Tumor de pulmón de célula
pequeña, timoma
Anti-Ri
Encefalitis de tronco cerebral,
ataxia con o sin opsoclonusmioclonus
Tumor de pulmón de célula
pequeña, mama, ginecológico
y vejiga
ANNA-3
Neuropatía sensitiva,
encefalomielitis
Tumor de pulmón de célula
pequeña
Anti-Ma1
Encefalitis de tronco cerebral,
degeneración cerebelosa
Pulmón y otros
Anti-Ma2 (Ta)
Degeneración cerebelosa,
encefalitis límbica y de tronco
cerebral
Testicular y pulmón
Anti-Tr
Degeneración cerebelosa
Linfoma de Hodgkin
Anti-retina
Retinopatía
Tumor de pulmón de célula
pequeña, melanoma,
ginecológico
Anti-canales
de calcio
Síndrome de Lambert-Eaton,
degeneración cerebelosa
Tumor de pulmón de célula
pequeña
Anti-GAD
Síndrome de persona rígida
Mama, diabetes dependiente
de insulina y otras
enfermedades autoinmunes
Glu 3
Encefalitis de Rasmussen
Timoma a veces
Anti-canales
de potasio
Síndrome de Morvan
Tumor de pulmón de célula
pequeña, timoma
Anti-anfifisina
Síndrome de persona rígida,
encefalomielitis
Tumor de pulmón de célula
pequeña, mama
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Cáncer y sistema nervioso. Tumores cerebrales primitivos y complicaciones …
REFLEXIONES FINALES
BIBLIOGRAFÍA
• La mayoría de los enfermos con
cefalea no tiene un tumor cerebral,
pero la mayoría de enfermos con
un tumor cerebral tiene cefalea,
aunque es raro que ésta sea el
motivo de consulta.
J.F. MARTI MASSÓ. Neurología práctica
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ARCONADA O, GARCÍA TUÑON
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Neurología. Coordinadores Jose
Mª Grau Veciana, Antonio Escartin
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• Las complicaciones neurológicas
del cáncer sistémico son frecuentes, alteran la calidad de vida y
algunas pueden ser tratadas.
VAQUERO J, COCA S. Patología Tumoral
del Sistema Nervioso. Edimsa 2004
• Las complicaciones metastásicas son más frecuentes que las
paraneoplásicas.
Paraneoplastic Neurological Syndromes
PNSEURONET. http://www.pnseuronet.org/
• Siempre que un enfermo con cáncer tenga dolor o un síntoma neurológico hay que pensar en primer
lugar en una metástasis.
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Neurology Self-Assesment Program
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• Es un error creer que en el enfermo
con cáncer no importa la calidad
de vida.
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POSNER JEROME B. Neurologic complications of cancer. F.A. Davis
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