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PAÍS | 4/30/2015 5:00:00 AM
HTTP://WWW.DINERO.COM/EDICIONIMPRESA/PAIS/ARTICULO/SUPERSALUD-SUPERVISARA-EPSCUMPLAN-EXIGENCIAS-PATRIMONIO/208062
Cuentas claras y salud espesa
La Supersalud prepara el primer barrido para ver cómo va el cumplimiento
de las nuevas exigencias patrimoniales de las EPS. Se prevén fusiones en
régimen subsidiado e inversiones de más de $4 billones en CDT.
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La crisis de la salud es innegable y hay consenso sobre la urgencia de
buscarle una solución. En lo que no hay acuerdo es en la forma de hacerlo.
El Gobierno decidió comenzar por ordenar las finanzas de las Empresas
Prestadoras de Salud (EPS), imponiéndoles normas similares a las que
deben cumplir las aseguradoras, en términos de capital mínimo, patrimonio
adecuado (solvencia) y reservas. Al fin de cuentas, tienen un negocio
parecido.
Aunque la idea de ajustar las finanzas de las EPS para proteger los
recursos del sistema y garantizar los pagos a las IPS (Instituciones
Prestadoras de Salud) tiene un respaldo mayoritario, lo que no gusta a
muchos de los actores del sector es la forma en que se va a implementar.
Para algunos, el Gobierno es blando con las EPS, al darles un plazo de 7
años para que cumplan con la exigencia de tener un capital mínimo de
$9.110 millones y empiecen a constituir reservas, que posteriormente
tendrán que invertir en activos financieros.
Para las EPS, el tiempo es insuficiente; opinan que debería haber sido de
10 años, y es además justo que se les dé plazo, pues al sistema financiero
cuando vivió su crisis a finales de la década de los 90 le dieron tiempo y
créditos para recuperarse.
La molestia de las EPS está en que si no tienen el capital suficiente –que
se deberá ir completando de forma gradual: 10% en diciembre de este
año, 20% en 2016 y así sucesivamente hasta llegar a 100% en el año siete
(2022)– serán sus accionistas los que pongan el faltante, de lo contrario no
podrían seguir operando.
Esa expectativa hizo que, tras anunciar el decreto de habilitación financiera
de las EPS (2702 de 2014), oficializado en diciembre pasado, se dijera que
este iba a llevar a la desaparición de varias de estas empresas, en
particular las del régimen subsidiado.
Elisa Torrenegra, presidente de Gestarsalud, gremio de las EPS del
régimen subsidiado, explica que cumplir con el capital mínimo no sería un
problema si el gobierno nacional y los gobiernos locales les pagaran el
dinero que les adeudan, que estima son unos $1,2 billones. “Entendemos
que hoy el Gobierno tiene dificultades para pagar”, admite, pero agrega que
ese panorama se complica si se tiene en cuenta que la Unidad de Pago
por Capitación (UPC) –valor que reconoce el sistema a las EPS por cada
afiliado, para garantizar la prestación de los servicios de salud– del régimen
subsidiado, sigue siendo inferior a la del contributivo, pese a que ya se
igualaron las coberturas, lo que complica más las finanzas del sector.
Torrenegra propone que para que no se afecte el servicio y las EPS del
subsidiado sigan operando, el Gobierno les ayude a buscar financiación
para el dinero que les falta, que bien podrían ser créditos de multilaterales.
“Esos créditos nos ayudarían a resolver el problema, mientras nos pagan
las deudas pendientes. El problema nuestro es el pasado, que nos reduce
la liquidez de hoy”, insiste.
Algo similar opina Jaime González, gerente de Coosalud, una de las
mayores EPS del régimen subsidiado. Dice que si bien su empresa ya
cumple con el patrimonio mínimo, le preocupa la nueva exigencia de
constituir reservas, pues no solo se deben guardar recursos para
responder por lo conocido –lo ya facturado y autorizado–, sino también lo
desconocido –urgencias o servicios prestados en entidades que no están
dentro de la red de cada EPS–.
“El problema es que el sistema de salud ha jugado al debe y en esas
cuentas por cobrar a gobiernos locales y al Fosyga es donde está la plata
de las reservas”, dice.
¿Aseguradoras?
Para González, uno de los problemas del decreto de habilitación financiera
es que les otorga a las EPS las mismas responsabilidades de las
aseguradoras en el manejo financiero, pero no en el operativo, pues no
tienen libertad para contratar servicios con el prestador que le resulte más
eficiente, sino que deben hacer un porcentaje obligatorio con la entidades
prestadoras de salud del Estado –hospitales públicos–.
En eso coincide Jaime Arias, presidente de Acemi, gremio de las EPS del
régimen contributivo. Si bien sus afiliadas ya cumplen con el tema de
patrimonio, pues desde 2007 vienen acatando normas en ese sentido, con
el decreto de habilitación esos requisitos se vuelven más exigentes. “No
nos pueden igualar con las aseguradoras, porque ellas pueden manejar
sus pólizas y primas, mientras nosotros tenemos tarifas predefinidas”,
precisa.
La idea es que las reservas se hagan con los recursos que les giran por
UPC, que ascienden a unos $35 billones anuales –en contributivo y
subsidiado–, pero Arias aclara que es difícil guardar parte de un dinero que
no les giran completo.
Otro tema que va a cambiar es que las reservas tienen que ser invertidas
en activos líquidos, principalmente CDT y, en el caso de las EPS del
régimen contributivo, el lío está en que desde 2008, cuando empezaron a
constituir reservas –de las cuales tienen hoy $3 billones–, se les permitía
incluir allí la plata que les debía el Fosyga, pero ahora eso no se va a poder
hacer. “Es un tema contable, pues la idea es cambiar un activo que se
volvió malo, por las demoras del Fosyga, por uno de alta liquidez, como los
CDT. El problema es de dónde va a salir la plata para comprar los CDT, si
los giros de la UPC también se atrasan”, sostienen en Acemi.
El gremio estima que las EPS del contributivo tendrían que tener en
reservas unos 2,5 meses de sus gastos guardados en CDT, lo que
equivale a unos $4 billones.
Norman Julio Muñoz, superintendente de Salud, explica que este decreto
le da estabilidad financiera a la operación de las EPS y si bien implica un
esfuerzo grande, el impacto es más fuerte para aquellas con menos de un
millón de afiliados. Estas podrán buscar alternativas como asociarse.
En junio, el supervisor hará un primer corte de cuentas para ver cómo van
las EPS en el cumplimiento de las nuevas normas y que presenten sus
planes para alcanzar en diciembre 10% del capital mínimo requerido.
Muñoz admite que algunas de las quejas con respecto a que las EPS no
son iguales a una aseguradora pueden ser ciertas, pero no definitivas, pues
su negocio debe ser altamente regulado y el hecho de que deban contratar
con los hospitales estatales no es del todo malo, dado que estos han
venido mejorando y son los únicos con cobertura nacional.
“El sector de la salud vivió una dura crisis financiera entre 2008 y 2010,
casi de insostenibilidad. Por eso, para que se recupere, hay que darles
tiempo a las EPS, pero también hay que hacer inversiones adicionales”,
enfatiza el Supersalud. Ojalá este decreto tape, al menos, uno de los tantos
huecos del sistema.
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