UNIDAD II: LA NOVELA HISPANOAMERICANA: Crónica de una muerte anunciada. Esta novela de García Márquez se publicó por primera vez en 1981. Venía tras el éxito de Cien años de soledad, la obra señera de Gabriel García Márquez, publicada en 1967 y que significó la fama mundial para su autor 1. LA NOVELA HISPANOAMERICANA EN EL SIGLO XX. La novela hispanoamericana tarda mucho más en renovarse que la poesía. Podemos establecer tres etapas durante este siglo: Novela realista dominante hasta los años cuarenta. o Características: realismo con pinceladas naturalistas y ciertas herencias del lenguaje romántico. o Peculiaridades temáticas. La ambientación de la naturaleza (o de las naturalezas) americana. Los vaivenes políticos (revoluciones y contrarrevoluciones). Las grandes desigualdades sociales. En este tema engarza la llamada novela “indigenista” (Jorge Icaza y Ciro Alegría). o Autores: Rómulo Gallegos, Ricardo Güiraldes, José Eustasio Rivera. Comienzos de renovación narrativa en el periodo hasta 1960. o Temas nuevos: mundo urbano, problemas existenciales; estos temas conviven con los reseñados con anterioridad. o Irrupción de la imaginación, de lo fantástico. Realismo mágico (= lo real maravilloso). Realidad y fantasía se encuentran entrelazadas en la realidad de la novela sin que llame especialmente la atención de los personajes. o Innovaciones formales: Kafka, Joyce, Faulkner o las aportaciones del surrealismo. Monólogo interior, saltos temporales… o Se mantiene el interés por lo rural y la crítica social y política. o Autores: Jorge Luis Borges (El Aleph), Miguel Ángel Asturias (Señor presidente), Alejo Carpentier (El siglo de las luces), Juan Rulfo (Pedro Páramo). Consolidación y desarrollo de la nueva narrativa, a partir de 1960. o Los lectores europeos descubren de pronto la rica producción novelística hispanoamericana (el llamado boom). Las editoriales españolas y argentinas buscan renovar los mercados y se encuentran con una novela de gran calidad, que es rápidamente traducida a otros idiomas. o Confirmación temática: novela urbana (Cortázar, Fuentes) y rural con otro tratamiento (García Márquez). o Consolidación de la integración de lo fantástico y de lo real. o Experimentación con la estructura (ruptura de la línea argumental, cambios de punto de vista, contrapunto, caleidoscopio, combinación de personas narrativas, estilo indirecto libre…) o Experimentación con el lenguaje: superposición de estilos o registros, distorsiones sintácticas o léxicas… o Se cuida especialmente el lenguaje con el que se pretende sugerir más que contar. o Autores: Ernesto Sábato, Julio Cortázar (Rayuela), Carlos Fuentes (La muerte de Artemio Cruz ), García Márquez (Cien años de soledad), Vargas Llosa (La ciudad y los perros). 2. GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ (1927-2014). Escritor, periodista y premio nobel colombiano. Nació en Aracataca y se formó inicialmente en el terreno del periodismo. Fue redactor de El Universal, un periódico de Cartagena de Indias durante 1946, de El Heraldo en Barranquilla entre 1948 y 1952, y de El Espectador en Bogotá a partir de 1952. Entre 1959 y 1961, trabajó para la agencia cubana de noticias, La Prensa, en su país, en la Habana y en Nueva York. Debido a sus ideas políticas izquierdistas, se enfrentó con el dictador Laureano Gómez y con su sucesor, el general Gustavo Rojas Pinilla, y hubo de pasar las décadas de 1960 y 1970 en un exilio voluntario en México y España. Sus novelas más conocidas son Cien años de soledad (1967), que narra en tono épico la historia de una familia colombiana, y en la cual se pueden rastrear las influencias estilísticas del novelista estadounidense William Faulkner, y El otoño del patriarca (1975), en torno al poder y la corrupción políticos. Crónica de una muerte anunciada (1981) es la historia de un asesinato en una pequeña ciudad latinoamericana, mientras que El amor en los tiempos del cólera (1985) es una historia de amor que se desarrolla también en Latinoamérica. El general en su laberinto (1989), por otro lado, es una narración ficticia de los últimos días del revolucionario y hombre de estado Simón Bolívar. También es autor de varios libros de cuentos como La increíble y triste historia de Eréndira y de su abuela la desalmada (1972) o Doce cuentos peregrinos (1992). García Márquez ha despertado admiración en numerosos países occidentales por la personalísima mezcla de realidad y fantasía que lleva a cabo en sus obras narrativas, situadas siempre en Macondo, una imaginaria ciudad de su país. Su última obra publicada, Noticia de un secuestro (1996), es un reportaje novelado sobre el narco-terrorismo colombiano. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982 y fue formalmente invitado por el gobierno colombiano a regresar a su país, donde ejerció de intermediario entre el gobierno y la guerrilla a comienzos de la década de los ochenta.[www.epdlp.com] 3. CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA. 1. Título: a. Crónica de una muerte anunciada: Justifica el título de la obra, que es bastante descriptivo. Investiga qué es una crónica en el lenguaje periodístico y aplícalo a la novela. Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 2 b. La cita de Gil Vicente que encabeza la obra (La caza de amor/ es de altanería) no está ahí por casualidad. Investiga someramente quién es; posteriormente intenta darle una explicación a la cita en el contexto de esta obra. ¿Quién es el personaje más altanero de la obra? 2. Estructura externa: a. ¿En cuántos “capítulos” (¿secciones? ¿secuencias?) se divide la obra? ¿Cómo se separan? ¿Son de parecida longitud o son muy desiguales? 3. Argumento: a. Ya has tenido que haber hecho una primera lectura de la obra. Se trata de que a continuación revises cada uno de los “capítulos” y hagas tu propio resumen: breve relación de hechos, eje central de cada capítulo… No te engañes, puedes encontrar ese trabajo ya hecho por otros; si no lo haces tú tu conocimiento de la obra será mucho más imperfecto. Por cierto, hay una página (http://www.willamette.edu/~mblanco/ggm/) que sirve para poner a prueba tus conocimientos y que además te proporciona unos vocabularios útiles. Trabaja con ella respondiendo a las preguntas, aunque sea mentalmente. b. Busca información: ¿La obra se basa en sucesos verídicos? En su caso, ¿cuándo ocurrieron? ¿Hay referencias al tiempo externo en el desarrollo de los acontecimientos? ¿Cuándo se publica la novela? 4. Geografía de la novela. a. ¿Qué referentes geográficos aparecen en la novela? Anota todos los nombres de localidades o accidentes geográficos que te vengan a la cabeza. b. ¿Cómo se llama la localidad en la que ocurren los hechos? ¿Qué sabemos de ella? Puedes dibujar un plano de la misma. c. En el anexo I se reproduce un mapa de Colombia. Localiza la geografía de los hechos. 5. Personajes: a. Una de las habilidades de Gabriel García Márquez es la capacidad de acumular y disgregar personajes. Conviene que seas capaz de identificarlos a todos: Santiago Nasar - Ángela Vicario - Ibrahim Nasar - Victoria Guzmán Divina Flor - El obispo – Plácida Linero - Luisa Santiaga - Pedro Vicario Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 3 b. c. d. e. Pablo Vicario – Margot - Jaime - Luis Enrique - Padre Carmen Amador Cristóbal ("Cristo") Bedoya - Lázaro Aponte - Flora Miguel - Bayardo San Román - Magdalena Oliver - Poncio Vicario - Purísima del Carmen o Pura Vicario- Mercedes Barcha - María Alejandrina Cervantes - Clotilde Armenta - Rogelio de la Flor - General Petronio San Román - Alberta Simonds - Faustino Santos - Leonardo Pornoy - Doctor Dionisio Iguarán Hortensia Baute -Prudencia Cotes - Suseme Abdala - La monja Próspera Arango- Meme Loaiza - Aura Villeros - Polo Carrillo - Fausta López - Indalecio Pardo - Escolástica Cisneros - Sara Noriega - Celeste Dangond - Yamil Shaium - Viudo de Xius - Wenefrida Márquez - Nahir Miguel - Poncho Lanao - Argénida Lanao - Juez Instructor. ¿Cuáles de los anteriores serían los protagonistas? ¿Por qué? Divide los personajes entre “amigos” y “enemigos” de Santiago Nasar. Los personajes, ya lo sabes, se definen por lo que dicen, por lo que hacen y por lo que se dice de ellos. ¿Cuáles son las características fundamentales de los que se citan a continuación? (Analiza el eco de sus nombres y las principales características de cada uno de ellos en relación con otros personajes no citados, por ejemplo, Flor Divina en relación con Santiago Nasar). i. Santiago Nasar ii. La familia Vicario: Ángela, Pedro, Pablo, Pura. iii. Bayardo San Román. Unas anécdotas: la mayoría de los nombres que aparecen en la novela responden a nombres reales o parecidos en la vida de García Márquez. Por ejemplo, Mercedes Barcha, personaje citado en la novela, es realmente la mujer de Gabriel García Márquez. Y así pasa con muchos otros. De esa forma el autor juega con el conflicto novela-crónica y, a la vez, envía un mensaje irónico a sus amigos y lectores. Por otro lado, uno de los personajes, el general Petronio San Román aparece también en Cien años de soledad; se trata del asesino de Aureliano Buendía. 6. Estructura de la novela: Crónica de una muerte anunciada es a la vez un relato sencillo y simple y una novela de gran complejidad estructural. La sencillez del relato la aporta el hecho de ser una historia básica y escueta: dos hombres buscan a otro para matarlo y al final lo consiguen. La complejidad es, sin embargo, evidente. ¿Qué le da esa especial complejidad? a. El número de personajes. Ya hemos visto la cantidad de personajes que aparecen en la obra. ¿Qué interés tiene el hecho de que aparezcan tantos y tan variados? ¿Qué personajes son los culpables de la muerte de Santiago Nasar? b. El tratamiento del tiempo. A diferencia de su gran obra, Cien años de soledad, donde se trata una historia que dura un siglo, en esta, García Márquez se planteó el desafío de narrar una historia que dura solo unas horas: desde la tarde del domingo en que se celebra la boda hasta la madrugada del lunes en que muere Santiago Nasar. ¿Cómo empieza y acaba Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 4 la obra? El autor cuenta repetidamente los mismos hechos. ¿En qué consiste entonces la técnica narrativa del autor? ¿Notas interés por parte del autor en señalar el paso del tiempo? Localiza ejemplos del tratamiento del tiempo y la perspectiva narrativa. c. De hecho, puedes anotar en el cronograma los hechos más sobresalientes de la obra: Segmentos temporales Precedentes Domingo de la boda Alba del lunes del asesinato Tarde del lunes: autopsia 12 días después: Sumario del juicio 5 años después: el narrador encuentra 322 pliegos del sumario 27 años después: Plácida Linero habla con el autor Cuerpo narrativo d. La perspectiva es otro logro. Solo hay un narrador, pero… i. ¿Homodiegético, autodiegético o heterodiegético? ii. ¿Interno o externo? ¿Protagonista o testigo? ¿Omnisciente, selectivo o quizás, en modo dramático/cinematográfico? iii. ¿Con qué tres niveles de información relata el narrador los hechos? ¿Qué pretende con ello? iv. ¿Qué relación tiene el narrador-personaje con otros personajes de la novela? v. ¿Hay datos para relacionar narrador y autor? (Busca ejemplos de todo lo anterior. Quizás esta cita sea de tu interés: “Lo vio desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas luces de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas astillas el espejo roto de la memoria.” ) e. Intriga. “El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana…”. Si desde el principio de la obra conocemos el desenlace de los acontecimientos, ¿cómo se administra la intriga en la obra? ¿Por qué el lector sigue leyendo con interés la obra? 7. Desarrollo de temas: Gabriel García Márquez dijo que el hecho narrado ocurrió de verdad pero que su madre le rogó que esperara años para contarlo dado que estaban implicados amigos de su familia. Pero es evidente que además de contar, de forma periodística, un suceso de sangre, como si fuese efectivamente una crónica que tiene que publicar el periódico, la novela desarrolla una serie de temas universales: Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 5 a. La fatalidad (destino, fatum) en Crónica de una muerte anunciada. La figura del inocente cristificado. Enumera las circunstancias que hacen que se pueda producir el asesinato. b. El honor perdido: virginidad, honor y asesinato en Crónica de una muerte anunciada. El marianismo. ¿Con qué tradición entronca? c. La soledad, siempre presente en la producción de García Márquez. d. La novela se presenta como una crónica por lo que, en principio, no parece que tenga cabida el llamado “realismo mágico”. Sin embargo, hay detalles que entroncan con esa tradición. ¿Cuáles? e. Por cierto, ¿quién deshonró a Ángela Vicario? El propio autor lo explica en un artículo periodístico, que puedes encontrar en el anexo II. 8. Comentarios de textos: a. Capítulo I: Desde “En realidad, mi hermana Margot…” hasta: “… ya lo mataron”. b. Capítulo III: Desde: “Los hermanos Vicario les habían contado...” hasta: “… la misma determinación de antes”. c. Capítulo V: Desde: “Santiago Nasar necesitaba al menos... ” hasta… “se derrumbó de bruces en la cocina” 9. Esquema de urgencia para el comentario de un fragmento de Crónica de una muerte anunciada: (1) Breve identificación del fragmento: obra y autor. (2) Aspectos externos. (i) El autor (1927-2014): patria, infancia e influencia familiar. La importancia de su formación como periodista. Cien años de soledad (1967). Sus temas: soledad, el destino, lo mágico y lo real. El premio nobel (1982). Su preocupación social. Su actualidad. (ii) La obra de García Márquez como resultado de la novela hispanoamericana del siglo XX: novela de naturaleza/ política/ indigenista. Renovación de la narrativa en los 40 (Borges, Asturias, Carpentier, Rulfo). El realismo mágico. El boom de los 60 (nuevas estructuras narrativas, preocupación social, rechazo de la moral burguesa, hibridación de géneros…) Asunción de Proust, Kafka, Joyce, Faulkner… (iii) La obra como fusión de géneros: crónica histórica, crónica periodística, novela policiaca, tragedia griega. Referencias reales del argumento, que ha dormido mucho tiempo. Análisis del título. Análisis de la cita inicial de Gil Vicente (La caza de amor es de altanería), si no va a tener cabida más adelante. Acercamiento a los temas: destino (fatum), soledad, honra y machismo, culpabilidad colectiva… (3) Localización del texto. Resumen del argumento. Resumen del fragmento y localización en el argumento (citar especialmente antecedentes y consecuencias del fragmento). Localización en la estructura externa de capítulos (aprovechar para exponer su estructura en cinco capítulos dedicados a un tema). Comentario sobre el hecho de que historia y narración no coinciden. Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 6 (4) Análisis del texto. (i) Posibilidad de dividir en partes para el análisis (pero cuidado si no están claras; solo es una técnica). (ii) Identificación del tema. Los citados anteriormente o algunos más pero que aparezcan específicamente en el fragmento: las casualidades, los sueños, las referencias a la virginidad… (iii) Figura del narrador. Técnica del narrador. Recursos estilísticos: ironía, humor… y su interpretación. Valor de la descripción. Referencias reales (algunos personajes, los árabes…) (iv) Tipo de fragmento: acción, descripción, diálogo… (v) Personajes; definir a los que aparecen en el fragmento y citar brevemente, por relaciones, a los que no aparecen pero son fundamentales. Valor simbólico o real de sus nombres. Analizar sus registros lingüísticos e interpretarlos. Analizar los rasgos estilísticos de sus respectivos discursos: los propios del discurso directo (exclamaciones, interrogaciones directas, juego de preguntas y respuestas, elisiones…); los de cada personaje: registros lingüísticos (coloquiales, propios del lugar…) y su interpretación; recursos estilísticos usados: ironía, humor, hipérboles, comparaciones, metáforas, para reforzar o realzar ideas. El suspense. (vi) Multiperspectivismo como forma de construcción de la novela: ¿búsqueda de la objetividad? (vii) Análisis de los distintos tiempos de la novela: antecedentes – parranda – mañana del asesinato… (viii) Análisis de los referentes espaciales: localidades, morfología de las mismas, las casas… (ix) Análisis de lo mágico, lo sobrenatural, lo extraño. (x) Análisis de la desmesura. (5) Conclusión. Muchos cierres posibles: los aciertos estructurales, la intriga por saber quién fue el que deshonró a Ángela Vicario y la estupidez de ese asesinato (con un poco de habilidad se puede unir con La casa de Bernarda Alba), la creación de ambientes únicos, la incapacidad de una colectividad de parar un crimen, la culpabilidad de una sociedad que mira como cuando se pelean unos niños en la puerta de una escuela… 10. Información complementaria: a. Ya dijimos que esta página es muy interesante y útil: http://www.willamette.edu/~mblanco/ggm/ b. Puedes ampliar información sobre narrativa hispanoamericana en: VARIOS AUTORES, Narrativa del siglo XX en lengua española (Selección y estudio), Consejería de educación de España en Francia, 2009. La narrativa hispanoamericana del siglo XX: La narrativa hispanoamericana hasta 1940. Novela de la naturaleza o “criollismo”. Novela política. La novela indigenista. La renovación de la narrativa en los años 40: Miguel Ángel Asturias. Alejo Carpentier. Juan Rulfo. La novela hispanoamericana: el “boom” de los años 60: Julio Cortázar. Guillermo Cabrera Infante. Carlos Fuentes, Gabriel García Máquez. Mario Vargas Llosa. Las últimas generaciones. Bibliografía. Pág. 123-124. Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 7 c. En la misma obra puedes estudiar los elementos fundamentales de la obra y leer algún comentario de texto: VARIOS AUTORES, Narrativa del siglo XX en lengua española (Selección y estudio), Consejería de educación de España en Francia, 2009. Gabriel García Márquez: Crónica de una muerte anunciada (1981): El autor. Crónica de una muerte anunciada: Introducción. Estructura de la novela. Narrador y técnica narrativa. Personajes. Temas: El honor, la honra. La fatalidad. La muerte. Altanería. Tiempo y espacio. Estilo. Bibliografía. Comentario de texto (“Pertenecían a dos mundos divergentes… pues lo peor había pasado”. Cap. IV). Pág. 169-185. ANEXO I. GARCÍA MÁRQUEZ Y SU REALIDAD FINGIDA O CÓMO UNA VIDA REAL GESTA UN MUNDO LITERARIO. http://cvc.cervantes.es/actcult/garcia_marquez/imagen/mil_y_una.htm Leer este artículo es una delicia porque comprendes muy bien cómo se gesta la obra de un escritos a partir de su experiencias. Te destacamos algunos párrafos: “Gabriel José García Márquez nació en Aracataca, departamento del Magdalena, el 6 de marzo de 1927. Es el mayor de los once hijos de Gabriel Eligio García Martínez y de Luisa Santiaga Márquez Iguarán, la hija del coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía, uno de los personajes más reputados del lugar. Gabriel Eligio y Luisa Santiaga debieron casarse en Santa Marta y radicarse luego en Riohacha, tras un amor contrariado por los padres de ella. Al reconciliarse las dos familias, Luisa Santiaga retornó a Aracataca y dio a luz a su primogénito en casa de sus padres.” (…) “Con todo, fue Kafka quien le aportó la luz y el impulso necesarios para convertirse en narrador. Una tarde de mediados de agosto de l947, leyó La metamorfosis en la pensión donde estaba alojado. El relato del autor checo, en la traducción de Jorge Luis Borges, lo devolvió a la veta narrativa de su abuela Tranquilina, mostrándole de paso la naturaleza y las reglas del arte de narrar.” (…) “Con sus amigos del Grupo de Barranquilla compartió proyectos como Crónica, semanario que García Márquez dirigió con Alfonso Fuenmayor y armó él solo, desde abril de 1950 hasta enero de 1951. Crónica daba cabida a los relatos, poemas y artículos de los miembros del grupo.” (…) “Durante los cinco años que residió en Barranquilla, el escritor regresó temporalmente a Cartagena e hizo algunos viajes a Aracataca, su pueblo natal, y a ciertos pueblos de los departamentos de El Cesar y La Guajira, que tuvieron consecuencias definitivas en su obra. Fue en Cartagena donde se enteró, por una carta de su madre, que los hermanos José Joaquín y Víctor Manuel Chica Salas habían asesinado en Sucre a su gran amigo Cayetano Gentile Chimento, por un asunto de honor, la mañana del 22 de enero de 1951. Este aciago suceso, con su entramado de casualidades, motivaciones y consecuencias, daría origen treinta años después a Crónica de una muerte anunciada (1981).” (…) “En este sentido fueron definitivos asimismo los viajes que, entre finales de 1952 y mediados de 1953, hizo por Valledupar, Villanueva, La Paz, San Juan del Cesar, Barrancas, Fonseca, Manaure, los pueblos de donde provenían su madre y sus abuelos, mientras vendía enciclopedias y libros de medicina.” (…) “A los tres meses de estar en Momento viajó a Barranquilla para casarse el 21 de marzo de 1958 con su novia de toda la vida, Mercedes Barcha Pardo, con quien tendría dos hijos…” http://alexayala.blogspot.com/2007/04/los-garcia-marquez.html#!/2007/04/los-garcia-marquez.html Silvia Galvis, escritora y periodista de Bucaramanga, se hizo un buen día esta pregunta. Y la respuesta a sus inquietudes la publicó en un libro, Los García Márquez (1996), en el que reproduce parte de las Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 8 conversaciones que mantuvo con nueve de sus 10 hermanos. Hoy, con el permiso de la autora, Escape hace un resumen de los invaluables recuerdos de toda la familia. Jaime, el titulado universitario. “Cuentan que Gabriel Eligio García, mi papá, llegó a Aracataca de telegrafista y que un día vio a Luisa, le gustó y se le acercó y le dijo: „Después de analizar a las mujeres que he conocido aquí, he llegado a la conclusión de que la que más me conviene es usted‟. Yo quiero casarme, pero si le parece que no dígamelo y no se preocupe porque no me estoy muriendo por usted”. Para Jaime, como más tarde recogió su hermano Gabo en El amor en los tiempos del cólera, así empezó todo. De su infancia, no olvida la pesada carga religiosa. “Aunque yo nunca asocié el sexo con el pecado. Y había una costumbre que en el interior causaba horror, y es que en el campo los niños teníamos relaciones sexuales con los animales. No nos producía vergüenza, ni dolor ni trauma. Todos lo hacían”, justifica. Luego, decidió volverse ingeniero. “De todos mis hermanos, el único que logró un título universitario fui yo. El talento que no me tocó de la familia me obligó a estudiar”. “Ser hermano de Gabo una vez sirvió para que a mi mamá le arreglaran el teléfono, que llevaba meses dañado. Fue cuando le dieron el Nobel. También nos ha valido para no hacer cola en el cine”, reconoce. Actualmente, tras haberse desempeñado como ingeniero durante un largo tiempo, Jaime forma parte de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, fundada por el premio Nobel para formar a periodistas latinos hace 11 años. Margot, el peso de la familia. “Yo estaba muy pequeña, creo que tenía tres años, cuando conocí a mi mamá”. Y es que a los 13 meses de nacida Margot fue llevada, junto con su hermano Gabo, a vivir con su abuela Tranquilina. “Yo nací negrita, flaquita y maluca, así como una india, con un pelo horrible”, cuenta. “Siempre estábamos juntos Gabito y yo, pero había una cosa con la que me hacía llorar. Él me decía que a mí me habían encontrado en un basurero, y que yo era hija de la Quica, una señora que lavaba la ropa”. Pero se querían mucho, y fue a ella a quien Gabo dejó una vez una copia de El amor en los tiempos del cólera por si el avión se accidentaba durante un viaje a México. En Margot, además, recayó durante bastante tiempo el peso de mantener a la familia. “¿Cuándo será que salimos de esa vida tan pobre?”, le solía decir a su mamá. Años más tarde, sin embargo, gracias a la solvencia económica por sus éxitos literarios, Gabo le llevó a conocer Barcelona y París, a pesar de su miedo a volar, que ella describe como una “enfermedad de toda la familia”. Aida, de niña rebelde a monja. “Yo era insoportable, inquieta, necia y desobediente. Tenía la costumbre de salirme sin zapatos al pueblo y caminar (...). Por desjuiciada, me gane varias „limpias‟. Mi papá me dejaba la correa pintada”. Con todo, luego de tener un novio, Rafael, que no gustaba nada a sus padres, y de verse a escondidas con él, Aida decidió irse al convento. “Pero, eso sí, jamás me convencieron de que bailar fuera pecado ni de que por mostrar las piernas las mujeres se fueran para el infierno”. Tampoco de otras cosas, porque tras 23 años de enclaustramiento abandonó sus días como monja. Mientras, sobre los García Márquez, asegura que se dividen en dos: “los silenciosos y los conversadores”. Luis Enrique, fama de diablo. “Gabito era el santo y yo el diablo, y con esa inmerecida fama me quedé durante mucho tiempo”, lamenta Luis Enrique, quien de niño fue protagonista de sonadas travesuras y años después ejerció de contador. “Yo insisto en que era un niño como los otros, aunque no puedo negar que a veces me metía en unos líos tremendos. Una vez, llevé una barra de nitrato de plata y la eché en la pila de agua bendita de la iglesia. El resultado fue que, como a los tres días, algunas señoras tenían manchas por todas partes: en la frente, las manos, el pecho...”. Años más tarde llegó el amor, y su primera esposa fue una secretaria. “Hay una cosa muy curiosa con las primeras esposas de los que nos hemos casado dos veces. Jaime se casó con mi primera secretaria. Después, Gustavo se casó con la secretaria de Jaime. Y yo después me casé con mi propia secretaria”. Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 9 Sobre Gabo, dice que “aunque esté lejos, está cerca. Cada vez que se me vienen encima problemas, se entera y aparece con la solución”. Aracataca colombiano del Magdalena. → es un municipio departamento del ← Manaure es un municipio del departamento colombiano de La Guajira. Limita por el norte con el mar Caribe, por el Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 10 noroccidente con el municipio de Uribia; por el sur con el municipio de Maicao y por el occidente con el municipio de Riohacha. ANEXO II. El cuento del cuento GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ EL PAÍS - Opinión - 26-08-1981 Poco antes de morir, Álvaro Cepeda Samudio me dio la solución final de la crónica de una muerte anunciada. Yo había vuelto de Europa después de un viaje muy largo, y estábamos en su casa de domingos, frente al mar miserable de Sabanilla, cocinando su legendario sancocho de mojarras de a 2.000 pesos."Tengo una vaina que le interesa", me dijo de pronto: "Bayardo San Román volvió a buscar a Ángela Vicario". Tal como él lo esperaba, me quedé petrificado. "Están viviendo juntos en Manaure", prosiguió, "viejos y jodidos, pero felices". No tuvo que decirme más para que yo comprendiera que había llegado al final de una larga búsqueda. Lo que esas dos frases querían decir era que un hombre que había repudiado a su esposa la noche misma de la boda había vuelto a vivir con ella al cabo de veintitrés años. Como consecuencia del repudio, Un grande y muy querido amigo de mi juventud, señalado como autor de un agravio que nunca se probó, había sido muerto a cuchilladas en presencia de todo el pueblo por los hermanos de la joven repudiada. Se llamaba Santiago Nasar y era alegre y gallardo, y un miembro prominente de la comunidad árabe del lugar. Esto ocurrió poco antes de que supiera qué iba a ser en la vida y sentí tanta urgencia de contarlo, que tal vez fue el acontecimiento que definió para siempre mi vocación de escritor. A quienes primero se lo conté fue a Germán Vargas y Alfonso Fuenmayor, unos cinco años después, en el burdel de Alcaravanes de la negra Euferma. Para entonces ya había resuelto ser escritor, y mi padre me había dicho:"Comerás papel". Durante años soñé que rompía resmas enteras y me las comía en pelotitas, y nunca era el papel sobrante de los periódicos donde trabajaba entonces, sino un muy buen papel de 36 gramos, áspero y con marcas de agua, tamaño carta, del que seguí usando siempre desde que tuve dinero para comprarlo. Sin embargo, Alfonso Fuenmayor y Germán Vargas coincidieron en que la historia del crimen era digna de ser escrita, aunque fuera comiendo papel. "No importa que sea inventada", me dijo Alfonso Fuenmayor; "así las inventaba Sófocles, y fíjese lo bien que le quedaban". Más tarde, cuando regresó graduado de Columbia University, Álvaro Cepeda Samudio estuvo de acuerdo, pero me previno sin reticencias: "Lo único peligroso", me dijo, "es que a esa historia le falta una pata". En efecto, le faltaba el final imprevisible que él mismo me contó veintitrés años después del crimen, pero entonces era imposible imaginarlo. Germán Vargas, con su prudencia congénita, me aconsejó que esperara uno o dos años hasta que tuviera la historia mejor pensada. Yo no esperé ni uno ni dos, sino treinta años más. No fue una demora excepcional, pues nunca he escrito una historia antes de que pasaran, por lo menos, veinte años desde su origen. Pero en esto caso la razón era más consciente: seguía buscando, en la imaginación, la pata indispensable que le faltaba al trípode, tratando de inventarla a la fuerza, sin pensar siquiera que también la vida lo estaba haciendo por su cuenta, con mejor ingenio. Fue don Ramón Vigilves quien me dio la fórmula de oro: "Cuéntala mucho", me dijo."Es la única manera de descubrir lo que una historia tiene por dentro". Por supuesto, seguí el consejo. Durante muchos años conté la historia al derecho y al revés, por todas partes, con la esperanza de que alguien le encontrara la falla. Mercedes, que la recordaba a pedazos desde muy niña, la volvió a armar por completo de tanto oírla, y terminó por contarla mejor. Luis Alcoriza se la hizo grabar en su casa de México en una época en que todo el mundo era joven. A Ruy Guerra se la conté durante seis horas en un pueblo remoto de Mozambique, una noche en que los amigos cubanos nos dieron de comer un perro de la calle haciéndonos creer que era carne de gacela y ni aún así pudimos descubrir el elemento que le faltaba. A Carmen Balcells, mi agente literario, se la conté muchas veces durante muchos años, en trenes y aviones, en Barcelona y en el mundo entero, y siempre lloró como la primera vez, pero nunca pude saber si lloraba porque la emocionaba o porque yo no la escribía. Al único amigo cercano a quien no se la conté nunca fue a Álvaro Mutis, por una razón práctica: él ha sido siempre el primer lector de mis originales, y me cuido mucho de que los lea sin ninguna idea preconcebida. La revelación de Álvaro Cepeda Samudio en aquel domingo de Sabanilla me puso el mundo en orden. La vuelta de Bayardo San Román con Ángela Vicario era, sin duda, el final que faltaba. Todo estaba entonces muy claro: Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 11 por mi afecto hacia la víctima, yo había pensado siempre que esta era la historia de un crimen atroz, cuando en realidad debía ser la historia secreta de un amor terrible. Sólo que estuve a punto de no conocer nunca sus pormenores ocultos, porque Álvaro y yo nos desbarrancamos dos horas después en el camión del Catatumbo de Alejandro Obregón, y no nos matamos de milagro. "¡Puta vida", pensaba, mientras caíamos hacia el fondo de aquel mar perdulario; "tanto buscar este final, para morirme sin contarlo!" Tan pronto como me restablecí, sobre todo del susto, me fui a buscar a Bayardo San Román y Ángela Vicario en su casa feliz de Manaure, para que me contaran los secretos de su reconciliación increíble. Fue un viaje más revelador de lo que yo pensaba, y por mejores motivos, porque a medida que trataba de escudriñar la memoria de los otros, me iba encontrando con los misterios de mi propia vida. Hay dos pueblos cercanos, pero muy distintos, que se llaman Manaure. El uno es una sola calle muy ancha, con casas iguales, en una meseta verde de un silencio sobrenatural. Allí llevaban a mi madre a temperar cuando era niña. Tanto me habían hablado de ese pueblo medicinal en casa de mis abuelos, que cuando lo vi por primera vez me di cuenta de que lo recordaba como si lo hubiera conocido en una vida anterior. No era allí donde vivía el matrimonio feliz, pero Rafael Escalona, el sobrino del obispo, se equivocó de camino cuando íbamos para el otro Manaure. Estábamos tomando una cerveza helada en la única cantina del pueblo cuando se acercó a nuestra mesa un hombre que parecía un árbol, con polainas de montar y un revólver de guerra en el cinto. Rafael Escalona nos presentó, y él se quedó con mi mano en la suya, mirándome a los ojos. - ¿Tiene algo que ver con el coronel Nicolás Márquez? -me preguntó. - Soy su nieto. - Entonces -dijo él-, su abuelo mató a mi abuelo. No me dio tiempo de asustarme, porque lo dijo de un modo muy cálido, como si también esa fuera una forma de ser parientes. Era un contrabandista de la estirpe legendaria de los Amadises y, lo mismo que ellos, era un hombre derecho y de buen corazón. Estuvimos de parranda tres días y tres noches en sus camiones de doble fondo, bebiendo brandi, caliente y comiendo sancocho de chivo en memoria de los abuelos muertos. Me llevó a distintos pueblos, hasta el interior de la península Guajira, para que conociera a diecinueve de los hijos incontables que el coronel Nicolás Márquez había dejado dispersos durante la última guerra civil. Al cabo de una semana me dejó en el otro Manaure: un pueblo de salitre frente a un mar en llamas. Se detuvo ante una casa que yo hubiera reconocido de todos modos por lo mucho que había oído hablar de ella. "Ahí es", me dijo. En la ventana de la sala, bordando a máquina en la hora de más calor, había una mujer de medio luto con antiparras de alambre y canas amarillas, y sobre su cabeza estaba colgada una jaula con un canario que no paraba de cantar. Al verla así, dentro del marco idílico de la ventana, no quise pensar que fuera ella, porque me resistía a creer que la vida terminara por parecerse tanto a la mala literatura. Pero era ella: Ángela Vicario, veintitrés años después del drama. El final: ¿ficción o realidad? Compara el último párrafo del artículo de Gabriel García Márquez con la escena que narra en la Crónica de una muerte anunciada: En la ventana de una casa frente al mar, bordando a máquina en la hora de más calor, había una mujer de medio luto con antiparras de alambre y canas amarillas, y sobre su cabeza estaba colgada una jaula con un canario que no paraba de cantar. Al verla así, dentro del marco idílico de la ventana, no quise pensar que fuera ella, porque me resistía a creer que la vida terminara por parecerse tanto a la mala literatura. Pero era ella: Ángela Vicario, veintitrés años después del drama. ANEXO III. SOBRE LA PRESENCIA DE ÁRABES EN COLOMBIA Palabras en el acto de clausura del Primer Encuentro Nacional Colombo-Árabe organizado en Barranquilla del 18 al 20 de noviembre de 2004 por la Fundación Encuentro Cultural Colombo-Árabe Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 12 Deseo iniciar estas palabras con un reconocimiento a todas las familias árabes que día tras día enriquecen con sus valores, sus tradiciones, sus saberes, la diversidad cultural que confluye en nuestro país. Su presencia en Colombia engrandece nuestra nacionalidad, nos honra y nos dignifica, pues gracias a ustedes los colombianos tenemos más oportunidades de ser felices. La cultura árabe es una de las culturas más emblemáticas de la historia de la humanidad. Profundamente sabia, humana, diversa, la cultura árabe ha prodigado luz sobre el ser humano gracias a la profundidad de su filosofía, su literatura, sus expresiones artísticas, y su manera de estar en el mundo, siempre presidida por la pasión por la vida y el espíritu de lucha por la dignidad y libertad. Hace varios años, cuando Colombia fue país invitado de honor en el Salón Internacional del Libro y la Edición de Casablanca, Conrado Zuluaga, uno de los más connotados especialistas de la obra de Gabo, reconocía, al compartir la ciudad con escritores marroquíes y colombianos, las grandes similitudes entre Casablanca y Barranquilla, y comprobaba, como muchos de ustedes lo hacen diariamente, la gran correspondencia que existe entre el Caribe colombiano y sus países. Así también, los primeros inmigrantes árabes en Colombia se encontraron frente a un país que de una u otra manera los hacía sentir como en casa, fueran sirios, libaneses, egipcios, argelinos o palestinos. Hay coincidencias muy profundas entre nuestros pueblos, que se revelan de manera notable en nuestras literaturas, especialmente cuando el punto de comparación es la literatura del Caribe. No fue fácil la historia de los primeros árabes en Colombia y en general tampoco lo fue la historia de las sucesivas migraciones árabes que llegaron a nuestro país, pues tuvieron su origen en los efectos de múltiples guerras, en la persecución y la discriminación. Desde finales del siglo XIX, cuando inicia la inmigración árabe en Colombia, hasta mediados de la mitad del siglo pasado, los árabes que llegan al país, huyen de la dominación en busca de la libertad y de nuevas oportunidades. Afortunadamente para nosotros, Colombia, unas veces por azar, otras por equivocación, y otras por la fortaleza de los vínculos familiares, se convirtió en destino de la inmigración árabe en América. Como cuentan algunas historias -quisiéramos que fueran muchas más-, algunos inmigrantes árabes arribaron a nuestros puertos sin tener la plena conciencia de que lo hacían en Colombia, un país que entonces atravesaba varias guerras civiles que culminaron con la Guerra de los Mil Días, una de las más cruentas que haya tenido lugar en la historia de Colombia. Barranquilla era por aquella época la ciudad más importante del país, después de Bogotá, y la más abierta a la inmigración. El cincuenta por ciento de los extranjeros en Colombia vivía en esta ciudad. Judíos, alemanes, ingleses, españoles, franceses, americanos, árabes hicieron de Barranquilla una ciudad multicultural, en diálogo con el mundo, en contravía de la tendencia de nuestro país a encerrarse en sí misma. Barranquilla no le tuvo miedo al intercambio, a la mezcla, a la fusión con otras culturas, y aprovechó su contacto con otros pueblos para atraer sobre sí las corrientes, tendencias y movimientos culturales de vanguardia en el mundo. Progresivamente, la inmigración, animada en gran medida por la tradición comercial del pueblo árabe, se consolidó y trajo consigo familias enteras que bajo la forma de “cadenas de ayuda”, basadas en la solidaridad y sustentadas en la esperanza, establecieron en Colombia empresas que paulatinamente fueron convirtiéndose en un hecho importante para nuestra economía. Al principio, su actividad comercial se realizaba mediante la venta ambulante, en las calles de una Barranquilla vibrante, calurosa y bulliciosa como cualquier ciudad egipcia, argelina o libanesa. Sus voces agregaban al Caribe un acento extraño, misterioso y encantador, al anunciar cordones, telas y mercancías de todo tipo, como, hilos, peines, polvos para la cara, perfumes, pomadas, espejos, collares que bajaron como en un río hasta lo más remoto de nuestro vasto territorio, gracias al espíritu aventurero de algunos inmigrantes. Hacia los años treinta, los árabes enriquecen la diversidad del Caribe colombiano al establecerse en otros pueblos de la Costa, como Lórica, San Bernardo del Viento, Cereté, Maicao o Ciénaga de Oro, y exploran posibilidades de vida en el país andino. Ocaña, Cúcuta, Ibagué, Girardot, Villavicencio, Cali y Bogotá, entre muchas otras ciudades, progresivamente comparten las bondades de una inmigración que no tardaría en dar un gran aliento a nuestra cultura, reflejada en nombres tan contundentes para la poesía colombiana como los Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 13 del inolvidable Raúl Gómez Jattin y del entrañable Giovanni Quessep, dos de los más grandes poetas latinoamericanos de todos los tiempos. Cómo las migraciones árabes le entregaron a Colombia varias generaciones de artistas, escritores, intelectuales, científicos, ha sido algo que se ha discutido ampliamente en estos días. Ustedes han sido definitivos para el desarrollo del cine en Colombia, con figuras como Munir Fallah, Felipe Aljure o Sara Harb; pilares de la crítica y el periodismo, con nombres como los de Carlos J. María, Jorge García Usta, Yamid Amat, Juan Gossain y Julio Sánchez Cristo; fundamentales para el desarrollo de la poesía y la literatura, con obras tan contundentes para el Caribe como la de Meira del Mar; y grandes en la ciencia y la medicina, gracias al trabajo de Emilio Yunis o Salomón Hakim. Sin embargo, más allá del legado de su cultura a nuestra nacionalidad, está la cultura árabe que se vive y se exalta en la vida cotidiana. Aquella que se pone sobre la mesa todos los días. La de los falafes, tabules, tahines, cuscus, pitas, kibbes y tés de mentas disfrutados largamente. Aquella que se expresa en la arquitectura, en las casas de los barrios más tradicionales de Barranquilla, Cartagena o Sincelejo, La que se expresa en la lengua, en la religión, en las costumbres, en las pródigas conversaciones, y sobre todo, en la solidaridad, la generosidad y la hospitalidad de todos ustedes, que siempre tienen los brazos dispuestos a abrazar a todo el que llega. Deseo expresar, a los Señores Embajadores de los países árabes en Colombia, nuestro más profundo agradecimiento por su contribución al desarrollo de este evento, con el cual, el Ministerio de Cultura, se siente gratamente comprometido, en la medida en que abre un nuevo espacio para el diálogo de la diferencia; felicito al equipo que convocó el Encuentro porque ha logrado movilizar a millares de colombianos en torno a nuestra diversidad; y a ustedes por haber acogido este llamado a la unidad, en beneficio de una nación cada vez más incluyente, más tolerante y más respetuosa de la diversidad. Barranquilla, noviembre 18 de 2004 ANEXO IV. LA ALTANERÍA DEL PERSONAJE COMO FACTOR DE APOYO. Aunque el principal desencadenante de la tragedia que cuenta la novela es una peculiar concepción del honor, el carácter altivo y soberbio de sus dos protagonistas masculinos, Santiago Nasar y Bayardo San Román, contribuye de manera decisiva a la consumación de la tragedia y determina el destino de ambos. El talante soberbio de Santiago Nasar es obvio en algunas de sus palabras: “Así será mi matrimonio (...) no les alcanzará la vida para contarlo”, comenta a propósito de los fastos de la boda. Pero donde más claramente se revela esa altanería es en su comportamiento amoroso y sexual, propio de quien se cree con derecho a disponer de las jovencitas como si fueran títeres. Así lo define el narrador: “Era un gavilán pollero” que “Andaba igual que su padre, cort ándole el cogollo a cuanta doncella empezaba a despuntar por estos montes”. Su padre, Ibrahim Nasar, ya se había comportado así con Victoria Guzmán siendo ella una adolescente. Él, ahora, acosaba sexualmente sin disimulo a Divina Flor; así lo demuestran la escena del desayuno antes de salir de casa para recibir al obispo y las propias palabras de la niña recordando el momento de salir d e casa: “Me agarró toda la panocha”. La gente del pueblo, o al menos una parte de ella, tiene esa imagen de él; Victoria Guzmán lo odia porque ve en él la viva imagen de su padre y teme por su hija. “Creía que su plata lo hacía intocable”, dice Polo Carrillo, el dueño de la planta eléctrica, al narrador, quien por su parte asegura que “No todos querían tanto a Santiago Nasar”. Y alguna conciencia de todo ello debía de tener el propio Santiago, pues dormía con la pistola debajo de la almohada. ¿Qué tiene que ver esta altanería con su muerte? Hay dos hechos que son consecuencia de ella y que están directamente relacionados con su muerte. El narrador propone como hipótesis más verosímil que Ángela Vicario quería proteger a alguien a quien de verdad quería y que “había escogido el nombre de Santiago Nasar porque nunca pensó que sus hermanos se atreverían con él”; Ángela no confirmó la hipótesis, pero tampoco la negó. De manera que, si su carácter hubiera sido otro, quizá Ángela no lo hubiese acusado. Victoria Guzmán y Divina Flor, por su parte, las dos personas que más directamente sufren altivez, tienen un comportamiento determinante en el momento decisivo. La madre, en vez de inhibirse, como casi todos los demás, miente deliberadamente a Plácida Linero cuando le dice no le ha avisado a Santiago porque a la hora del café no sabía que lo iban a matar. La niña, no se sabe si turbada por un miedo infantil, mintiendo o alucinada por una “visión nítida”, asegura que se encuentra dentro de la casa. Es entonces cuando Plácida baja a cerrar la puerta. La lista de ejemplos de la conducta altiva de Bayardo San Román podría ser interminable. Nada se le pone por delante. Decide casarse con Ángela Vicario antes de conocerla, y le dice a su huéspeda que se lo recuerde, como si de tratase de una tarea cotidiana que tiene que atender. Seduce a la familia, y a todo el pueblo, nada más llegar. Compra todos los números de la rifa de la ortofónica. Dice ser ingeniero de trenes y sabe usar el telégrafo. Vence a los mejores nadadores locales. Le comprar la casa al viudo Xíus a base de ofrecer dinero sin límites y sin pudor, volviendo del revés su voluntad. Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 14 Llega dos horas tarde a la boda. No repara en gastos para la fiesta... Y, cuando descubre que su mujer no es virgen, la devuelve como un desecho, como quien devuelve una compra con tara, y se muestra comprensivo y compasivo con su familia, a la que hace partícipe de la ofensa. La altanería de Bayardo San Román es mucho más evidente que la de Santiago Nasar, pero seguramente más superficial. Su comportamiento arrollador resulta sorprendente, incluso un tanto teatral y sospechosamente encubridor de una personalidad oculta, como demuestra el hecho de que luego se derrumbe entregándose al alcohol. Pero de lo que no cabe duda es de que cumple un papel como desencadenante argumental de la tragedia. Todo lo que ocurre desde que llega hasta que entrega a la novia, que es cuando empieza la tragedia, es resultado de esa soberbia. Llega, ve y vence; cuando se siente afrentado, su carácter le impide reaccionar de otra manera ante la humillación sufrida; devuelve a la novia; y es entonces cuando la tragedia está servida. García Márquez recurre a ciertos procedimientos genuinamente literarios para subrayar la altanería de estos personajes. La altanería concebida como soberbia es un rasgo de la personalidad de Santiago Nasar, pero, entendida como “caza que se hace con halcones y otras aves de rapiña de alto vuelo”, es una de sus aficiones, de la que, además, hace “demostraciones”. De esta manera, el autor, apoyándose en una dilogía, construye un símbolo retórico de enorme fuerza expresiva, que va acompañado de metáforas semánticamente afines que aparecen de manera intermitente: “era un gavilán pollero”, “las garras del boyardo”. A esto habría que añadir la cita de ciertas palabras del poeta hispanoportugués Gil Vicente que aluden a la concepción del amor como victoria incontestable y absoluta que muestran ambos personajes: “La caza de amor / es de altanería”. Para terminar, podría señalarse que el asunto de los personajes altaneros en cuestiones de amor y honor cuenta, como casi todo y salvando las distancias, con precedentes en la tradición literaria. Si la legitimación de la muerte como reparación del honor mancillado es toda una seña de identidad del teatro del Siglo de Oro español (recuérdese El alcalde de Zalamea, Fuente Ovejuna, Peribáñez, o cualquiera de las numerosísimas “comedias de honor”), es también en ese teatro donde pueden encontrarse al poderoso (el comendador) disponiendo a su antojo de las villanas. Autor: Luis Basarte Lorente. Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 15