Álvaro Vargas Llosa sobre Venezuela: “Aun con una victoria

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Viernes 4 de diciembre de 2015 • www.pulso.cl
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“Una victoria de la
oposición (en Venezuela)
es importante porque
habrá gente del aparato
estatal que dirá que
no se puede seguir
sosteniendo un
régimen ilegítimo”.
Una entrevista de
PAULA NAMUR Y.
E
L cansancio de los venezolanos con la conducción política del gobierno de Nicolás
Maduro está a punto de manifestarse en las elecciones legislativas de
este domingo. Porque pese a que la
aprobación al mandatario subió 11
puntos el mes pasado, llegando a
32%, todos los sondeos apuntan a
que este domingo la Asamblea Nacional quedará compuesta por una
mayoría opositora. De acuerdo con
Álvaro Vargas Llosa, analista internacional y director del Centro de
Prosperidad Global del Independent Institute, la elección del domingo será un hito. “Es un hito especialmente importante, porque
cuando vuelva la democracia a Venezuela se podrá decir que la hazaña que ha significado reconquistar
la democracia se habrá debido a
momentos como este”, destaca el
analista político al teléfono desde
Washington DC.
¿Cuál es la relevancia de las
elecciones de este domingo?
—No hay ninguna encuesta que
no le dé a la oposición entre 30 y 35
puntos de ventaja. Estamos hablando de una oposición que triplica en votos al oficialismo, de manera que claramente la oposición ha
logrado conquistar a una ciudadanía que ha estado bombardeada
por la propaganda oficial, que ha
dependido muy directamente del
gobierno para su subsistencia y que
ha soportado además un grado de
intimidación muy grande, y pese a
eso una gran mayoría se identifica
con la oposición. Por eso es un gran
ENTREVISTA CON EL ANALISTA INTERNACIONAL Y DIRECTOR DEL
CENTRO DE PROSPERIDAD GLOBAL DEL INDEPENDENT INSTITUTE
Álvaro Vargas Llosa
sobre Venezuela:
“Aun con una victoria
aplastante de la
oposición no estamos
cerca del regreso de la
democracia”
—A juicio del analista, la oposición venezolana ha logrado
conquistar a una ciudadanía que ha estado bombardeada
con la propaganda oficial.
—Según explica, el Gobierno actual sólo dejará el poder si
sabe que no tiene manera de preservarse.
momento, pero es imposible que el
gobierno acepte que se traduzca
esta mayoría popular en un dominio claro en el Parlamento. Si permitiera eso, se produciría el comienzo del fin del régimen. Han establecido reglas de juego delirantes:
para que la oposición pueda tener
una mayoría simple en el congreso tendría que ganar 60% de los
votos, de manera que las reglas están hechas para que la oposición no
pueda tener dominio total del Parlamento. Aun con una victoria
aplastante de la oposición no estamos cerca del regreso de la democracia, pero sin duda es un gran
paso hacia ese objetivo.
A su juicio, ¿Qué hace falta para
que vuelva democracia?
—Lo que hace falta es que se provoque una fractura interna de tal naturaleza que el gobierno aun queriéndolo no pueda impedir esa transición, es decir, que si el gobierno da
órdenes militares de reprimir, esas órdenes no se obedezcan y que la oposición sea capaz de movilizar en las
calles a un número suficiente de gente para que el oficialismo simplemente sea derrocado, ya sea por una
vía de revuelta popular o por una vía
más negociada, pero en cualquiera de
los casos, derrocado, que es lo que tiene que ocurrir cuando hay una dictadura. Todo eso está lejos de ocurrir,
no va a ocurrir ahora. Estamos hablando de un gobierno que tiene gente acusada de narcotráfico, gente que
ha matado literalmente en estos días.
Esa gente no puede soltar el poder así
nomás. Solo lo soltará si sabe que no
tiene manera de hacer prevalecer las
órdenes de preservar la dictadura. Todavía no estamos ahí ni remotamente, pero sí una victoria de la oposición
es un paso importante hacia ese objetivo, porque habrá gente del propio
aparato estatal y de los estamentos
militares que dirá que no se puede seguir sosteniendo un régimen ilegítimo porque tarde o temprano esto se
va a desmoronar y lo mejor es provocar una transición democrática negociada de una vez.
¿Cómo debiera darse ese proceso, considerando que en tres
años más son las elecciones
presidenciales?
—El problema es que el calendario
electoral es una quimera. En Venezuela eso no tiene mayor significación más allá de ser una ocasión
para que la oposición demuestre
que hay muchísimo apoyo. Vamos
a suponer que el gobierno decidiera (bajo la presión internacional),
que la oposición tuviera mayoría
simple en el Congreso, en ese caso
utilizarían otros poderes del Estado y otras instancias estatales para
neutralizar lo que dijera el Parlamento, por lo tanto, en la práctica
el Parlamento no podría tomar ninguna decisión.
¿Qué medidas, por ejemplo?
—Por ejemplo si el Parlamento decidiera una ley de amnistía para liberar a los presos políticos, el gobierno inmediatamente tomaría
decisiones judiciales para invalidar
eso, o harían que el Presidente por
decreto pudiera prevalecer sobre
las decisiones del Parlamento. Buscarían un millón de subterfugios.
Por ahora hay que participar en estos procesos, obtener votos masivos, obligar al gobierno a hacer
trampa y fraudes y provocar una
mayor presión internacional sobre
el gobierno para que poco a poco la
solidez interna del gobierno se vaya
desmoronando, es decir, que los
sectores internos más lúcidos y que
tengan mayor capacidad de prever los riesgos busquen parar esto
y empiecen una negociación hacia la democracia. Es la única manera de evitar que se sigan provocando actos de violencia. Si un pueblo entiende que tiene un 70% de
opinión contraria al gobierno y que
no hay manera de que eso se traduzca en decisiones reales, lógicamente eso incubará una frustración muy grande, alimentada por
la crisis económica que puede derivar nuevamente en violencia.
¿Cómo interpreta la amenaza
del Presidente Nicolás Maduro
de que, si el gobierno no gana
mayoría, gobernará en una
unión cívico-militar?
—Eso delata las reglas del juego
que hay hoy en Venezuela y que no
tienen nada que ver con una democracia. Lo que están haciendo es exponer su verdadera naturaleza.
También están mostrando nerviosismo: probablemente es una forma de advertir a sectores de dentro
del Estado que pudieran mostrar
un poquito de lucidez y entender
que hay que negociar hacia la democracia, es manera de advertirles
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“Un riesgo en la
región es el
fortalecimiento de
corrientes populistas
en países que han
estado
razonablemente
bien gobernados”.
ELECCIONES DE 2018
“El calendario electoral
es una quimera. No tiene
significación más allá de
ser una ocasión para
que la oposición
demuestre que hay
muchísimo apoyo”.
SI GANA LA OPOSICIÓN...
“En la práctica el
Parlamento no podrá
tomar ninguna
decisión”.
INTERIOR DEL GOBIERNO
“Hay que lograr que los
sectores más lúcidos
empiecen una
transición a la
democracia”.
UNIÓN “CÍVICO MILITAR”
“Eso delata las reglas
del juego que hay hoy
en Venezuela y que no
tienen nada que ver
con una democracia”.
RIESGOS EN LA REGIÓN
“Uno es el riesgo de
que las fuerzas
liberales (...) no sean
capaces de llevar
adelante las reformas”.
que no lo intenten siquiera, porque
Maduro y compañía están dispuestos a la violencia para impedirlo. Lo
veo también en clave de mensaje
interno para posibles disidentes o
gente moderada que quiera ir hacia
una transición negociada.
Usted hablaba de la presión internacional ¿Cómo ve la decisión de la Corte Suprema de
Chile de obligar al gobierno a
que recurra a la OEA para resolver el tema de los presos políticos en Venezuela?
—Es interesante, quizás el primer
caso en América Latina de jurisdicción universal. Esto sienta un
precedente sumamente interesante. Además, hay otro factor que es
el cambio de actitud de la secretaría general de la OEA en las últimas
semanas. Hay una clara decisión tomada por parte de Luis Almagro
[Secretario General de la OEA] de
empezar a jugar el rol que la OEA no
había querido tomar por muchos
años. Entonces eso lógicamente
está generando un clima cada vez
más presionado para Maduro y
compañía. Por otro lado, algunos
gobiernos europeos han tomado
una postura más firme, incluso a
través de una carta firmada por
presidentes en ejercicio como Rajoy. Me parece mucho más claro el
panorama internacional. Lo que le
queda a Maduro de solidaridad son
regímenes no democráticos.
¿Espera que el gobierno de Maduro llegue hasta 2018?
—Espero que no. Sería atroz para
los venezolanos, pero los gobiernos
no se caen hasta que se caen. Y la
cúpula está dispuesta a llevar hasta las últimas consecuencias la dictadura.
¿Qué le espera a Venezuela para
el próximo año?
— La catástrofe económica más
absoluta, con una contracción de
10% e inflación igualmente mal.
Todo esto en un ambiente de carestía y desabastecimiento que ya supera el 50%. Lógicamente a lo que
apunta es a una situación infrahumana. Venezuela ha pasado a ser
un país del cuarto mundo, y eso ha
tenido una repercusión social
enorme.
¿Cuáles son los principales riesgos que enfrentará en general
América Latina el próximo año?
— El primero es el riesgo de violencia en Venezuela. Un segundo riesgo es el fortalecimiento de corrientes populistas en países que han
estado razonablemente bien gobernados, sobre todo los países de
la Alianza del Pacífico por el clima
de desaceleración económica. El
tercero es el riesgo de que las fuerzas liberales que puedan suceder
a las fuerzas populistas en los países con gobiernos populistas como Macri en Argentina, eventualmente Aécio Neves en Brasil
si hubiera una destitución de la
Presidenta Dilma Rousseff y un
proceso electoral temprano-, no
sean capaces de llevar adelante
procesos de reformas con la suficiente legitimidad social para soportar la presión de la oposición
populista que se va a dar en todos
los otros países.
¿En qué países ve más ese riesgo
de corrientes populistas en la
Alianza del Pacífico?
—En todos los países. En Chile hay
corrientes populistas dentro del
propio gobierno. En Perú hay candidatos que son populistas (de cara
a las elecciones presidenciales de
abril) que por ahora no tienen fuerza, pero vamos a ver lo que pasa el
próximo año. En México, Andrés
Manuel López Obrador ha vuelto a
cobrar bastante fuerza. En Colombia vamos a ver lo que pasa si Santos hace un acuerdo con la guerrilla, ésta se legitima y pasa a formar
parte del proceso electoral, vamos
a ver lo que puede ocurrir, de pronto esa guerrilla pasa a ocupar un rol
electoral importante. En todos estos países, en la medida que hay
una desaceleración económica que
le quita fuerza al prestigio social del
modelo liberal se puede dar un fenómeno de fortalecimiento de esas
corrientes populistas. Es un riesgo,
no digo que vaya a ocurrir.P
ACTUALIDAD&POLITICA 31
Vargas Llosa sobre Chile:
“Ha sido una sorpresa
interesante ver que había
en la sociedad razones de
defensa del modelo”
Tras las elecciones de Argentina, y considerando la pérdida
de apoyo a mandatarios en Brasil, Chile y Ecuador, y a partir de
las encuestas para las elecciones de este domingo en Venezuela, ¿cree que se está viendo
un cambio de signo político en
la región y que Maduro se esté
quedando solo?
—Sí. Es clarísimo que está ocurriendo eso en América Latina. Se
está produciendo la bancarrota
del modelo populista autoritario,
el grado de entusiasmo popular
que hubo hacia esos regímenes en
un momento, sobre todo por el
boom de los commodities que les
permitió un nivel de redistribución económica enorme, ha cedido lugar a una realidad: ese modelo es incapaz de satisfacer ninguna de las necesidades de la gente.
Estamos viendo el fin de una era
política y el comienzo de otra. No
tengo claro todavía el comienzo de
cuál. Me gustaría pensar que el comienzo de una era de democracias
liberales modernas y orientadas a
la globalización y la modernización de la región, pero eso dependerá de lo que hagan los líderes y
de cuánta desestabilización sea
capaz de producir el populismo
en la oposición, empezando por el
peronismo en Argentina. Pero no
hay ninguna duda de que se está
produciendo un cambio de signo
en la región y es una gran oportunidad. Pero es una época difícil
para que los gobiernos liberales
obtengan resultados rápidos en
términos económicos.
Las altas expectativas parecen
jugarle en contra al gobierno de
Macri, porque el ajuste será
fuerte. ¿Cómo cree que Macri ha
manejado las expectativas de lo
que pueda ser su gobierno?
—Macri ha sido muy prudente y
cuidadoso, y quizás no debió serlo
tanto durante la campaña porque
CAMBIO DE SIGNO EN LATAM
“Estamos viendo el fin
de una era política y el
comienzo de otra. No
tengo claro todavía el
comienzo de cuál”.
MODERACIÓN EN CHILE
“El proceso de
radicalización se ha
desacelerado gracias a
la resistencia de la
sociedad civil”.
LIDERAZGO DE BACHELET
“La sociedad chilena
hoy alcanza un nivel de
capacidad de frenar a
un gobierno que quiera
romper el consenso”.
para el tipo de reformas que se necesitan en Argentina será muy necesario movilizar el respaldo de la
gente ante situaciones muy difíciles, pero él es muy consciente de
que en un ambiente de bombardeo ideológico populista como el
que se ha dado en Argentina, debe
tener cuidado para ir construyendo la legitimidad social que le permita hacer reformas. Se está manejando con prudencia.
Hace un año en PULSO usted
planteó que la economía chilena se estaba latinoamericanizando. ¿Ese proceso ya ocurrió?
—En parte sí, evidentemente no
del todo, pero ese proceso se ha
dado en los últimos años claramente. Pero también ha habido cosas
muy importantes: una es la movilización de la sociedad civil para
frenar reformas que suponían una
marcha atrás. Eso probablemente
el gobierno no lo anticipó y tampoco la comunidad internacional lo
anticipó porque daba la impresión
de que en Chile ya había una mayoría social claramente contra el
modelo (liberal), y ha sido una sorpresa interesante ver que no, que
había en la sociedad chilena razones y reservas de defensa del modelo. Eso se tradujo en una moderación del proceso de reformas y
desde el cambio de gabinete lo que
hay es una ambigüedad. Por momentos parece que quiere retomar
el hilo de las reformas que dieron
mucho miedo a la sociedad civil,
por otro parece que las hubiera moderado. El proceso de radicalización se ha desacelerado significativamente gracias a la resistencia de
la sociedad civil. De todas maneras,
el sector más moderado del gobierno, que es la DC, no ha logrado traducir su escepticismo con estas reformas en una acción política eficaz y eso quizás da la idea de cómo
está la composición de fuerzas en
la coalición.
¿Cómo ve el liderazgo de Bachelet, considerando las encuestas?
—Se ha detenido la pérdida de
apoyo que en un momento se pensó que podía llevar a la Presidenta a un nivel de impopularidad semejante al que se da en países donde hay más impopularidad
presidencial, pero está claro que no
está remontando ni remotamente
a niveles que querría el oficialismo.
El nivel de aprobación es muy poco
para un gobierno que quiere reformas que suponen una ruptura del
consenso. Es difícil hacer reformas en general, pero si además se
quiere hacer reformas que van
contra el consenso hay que tener
un nivel de legitimidad mayor, y el
gobierno claramente no la tiene.
Quizá eso es reflejo de que la sociedad chilena hoy alcanza un nivel
interesante de madurez y capacidad de frenar a un gobierno -cualquiera que sea- que quiera romper
el consenso.P
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