Texto completo Luz para todos los pueblos II Etapa

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SERÁN MIS TESTIGOS
ITINERARIO DE FE PARA ADULTOS 2
LUZ PARA TODOS LOS PUEBLOS CATECUMENADO:
CATEQUESIS INTEGRAL
PRESENTACIÓN
La Comisión Episcopal de Catequesis y Pastoral Bíblica, así como su Departamento Ejecutivo,
ofrecen con gran esperanza a los Catequistas de Adultos, Sacerdotes y demás Agentes de
Pastoral, los textos de Iniciación
Cristiana para adultos.
El término Iniciación significa aquí, entrar en un proceso que lleva por etapas hacia la
conversión para ser un verdadero cristiano, Al descubrimiento, antes o después del bautismo,
del ser cristiano y del ser Iglesia; a seguir un camino en el que se abandona el estilo de vida
presente para comenzar a vivir algo nuevo; a la apropiación de un sistema de valores,
principios y actitudes que manifiestan ser discípulo en la escuela de Cristo.
El itinerario se llama "SERÁN MIS TESTIGOS", título que expresa la finali~ dad del proceso de
Iniciación Cristiana.
Ahora se presenta la segunda etapa, que corresponde al período de catecu~ menado o de
catequesis integral, el cual lleva por nombre: "LUZ PARA TODAS LAS NACIONES".
Este texto abre una nueva etapa en la catequesis de nuestro país, al comien~ zo del Tercer
Milenio, en el momento histórico en que se realiza el Concilio Plenario de Venezuela. Es el
fruto de un esfuerzo sostenido durante tres años en los que los Directores Diocesanos de
Catequesis fueron dando sus valiosos aportes. Gracias muy sinceras a ellos y al equipo que
elaboró los temas.
A María, Reina de los Apóstoles, que vio nacer a la Iglesia el Pentecostés, encomiendo este
proyecto de itinerarios de fe. Que su maternal intercesión disponga a los adultos católicos a
recibir el don del Espíritu que los transformará en testigos del Señor.
Caracas, 03 de junio del 2001 Solemnidad de Pentecostés
+ Diego Padrón Obispo de Maturín Presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis y
Pastoral Bíblica
Temario:
1. El hombre y la mujer en el plan de Dios
2. La pareja en el plan de Dios
3. Por una sociedad más justa
4. Dios nos habla
5. La Biblia, Palabra de Dios
6. La acción de Dios en los Orígenes: la Creación
7. Pecado y Promesa
8. El Exodo y la Alianza
9. Dios establece una nueva relación con su pueblo: el código de la Alianza
10. Por amor envía a su Hijo
11. "Y según ustedes, ¿Quién soy yo?”
12. El mensaje de Jesús
13. El proyecto de Jesús: el Reino de Dios
14. La nueva ley
15. "Murió por nuestros pecados"
16. "Resucitó para nuestra salvación"
17. "Todos formamos un solo Cuerpo"
18. La Iglesia, sacramento universal de salvación"
19. La respuesta de la fe
20. La fe, don de Dios
21. La vida cristiana
OBJETIVO DE LA 2° ETAPA:
Facilitar el proceso de personalización y profundización en la fe de los adultos que
desean renovar su compromiso bautismal.
NO ES BUENO QUE EL HOMBRE ESTÉ SOLO
Objetivo del área:
Descubrir los signos del amor de Dios presentes en la dimensión personal y
comunitaria de los seres humanos.
1. El hombre y la mujer en el plan de Dios.
2. La pareja en el plan de Dios.
3. Por una sociedad más justa.
1. EL HOMBRE Y LA MUJER EN EL PLAN DE DIOS
A. Partimos de la realidad
Comienzas la segunda etapa de este camino de renovación de la fe. y este camino, lo recorres
desde tu realidad, desde tu vida de cada día. También en esta etapa, corno punto de partida,
estás invitada, estás invitado a constatar qué es lo que vives y a buscar una luz nueva en la fe.
Has descubierto que hay en ti un profundo deseo de plenitud, de realización, en definitiva, de
ser feliz. En ese camino es muy importante el encuentro recíproco entre el hombre y la mujer.
Desde el nacimiento, entre las primeras experiencias del niño, está el descubrir que hay
diferencias en las personas. Abrirse a la realidad de ser hombre o mujer es fundamental en el
desarrollo personal; así como aceptarse a sí mismo.
Sin embargo, la experiencia de adultos, no siempre es gratificante: a veces esta diferencia se
transforma en conflicto, en lucha de poder, en frustración.
¿Qué experiencias significativas descubres en la relación entre hombres y mujeres? Trata de
distinguir en ellas los niveles de relación: no es lo mismo con un jefe del sexo opuesto, que con
un amigo / a o entre los esposos.
Por demás, ¿tiene la fe algo que decir te sobre esta realidad? En el camino de fe que estás
recorriendo, ¿tiene algo que ver el ser hombre o mujer?
B. Profundizando en las preguntas
La fe te descubre en el origen mismo de la existencia del ser humano un acto de amor muy
especial de Dios. La Biblia, cuando narra la creación, hace una distinción entre la creación de
todo lo que existe y la creación de los seres humanos:
"Entonces dijo Dios.
_ Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, según nuestra semejanza, para que
dominen sobre los peces del mar, las aves del cielo, los ganados, las bestias salvajes y los
reptiles de la tierra.
y creó Dios a los seres humanos a su imagen; a imagen de Dios los creó, hombre y mujer los
creó" (Gn 1,26-27).
Ser hombre y mujer, entonces, es más que una distinción biológica. Ser hombre y mujer te
hace "imagen y semejanza" de Dios en la tierra.
La fe te hace encontrar un sentido profundo en esta realidad. No se trata sólo de un hecho
biológico para la protección de la especie, o de un hecho socio19gico cambiante que
determina los roles de hombre y mujer en cada sociedad y cultura. Es un hecho existencial,
que marca de manera definitiva la presencia del ser humano en el mundo. Se es hombre o
mujer ... y en esa identidad se juega la semejanza con Dios.
El texto sagrado va diciendo en qué consiste la semejanza: ante todo, hombre y mujer han de,"
dominar" lo creado, o sea, darle sentido y orientación. El mundo creado está al servicio del ser·
humano. Para que encuentre en él su medio de sustento y desarrollo. El texto continúa:
"Y los bendijo Dios diciéndoles: «Crezcan y multiplíquense: llenen la tierra y sométanla ... »" (Gn
1,28).
Hombre y mujer son bendecidos Y hechos fecundos para continuar la obra de Dios en el
mundo, por la procreación.
Hay otro texto que completa el significado de esta bendición. Se encuentra en el segundo
relato de la creación, Gn 2, 4b-25. Al narrar cómo fue que Dios creó a los seres humanos, lo
explica como si este hecho se hubiera realizado en dos momentos: primero 'formó al hombre
del polvo de la tierra, sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre fue un ser viviente" (v.
7).
Esta misma narración pone en boca de Dios la reflexión: "No es bueno que el hombre esté
solo. Le vaya hacer una ayuda adecuada para él" (v. 18). La 'imagen y semejanza de Dios la
lleva inscrita en su mismo corazón el ser humano: no puede ser solitario, necesita una
compañía, una ayuda igual a él, alguien con quien compartir, a quien amar, alguien que sea su
interlocutor en el diálogo. Continúa así el texto:
"Entonces el Señor Dios hizo caer al hombre en un profundo sueño, y mientras dormía le sacó
una costilla y llenó el hueco con carne. Después, de la costilla que había sacado al hombre, el
Señor Dios formó una .mujer y se la presentó al hombre.
Entonces éste exclamó: «Ahora sí, ésta es hueso de mis huesos y carne de mi carne; por eso se
llamará 'mujer', porque ha sido sacada del hombre».
Por esta razón deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos se hacen
uno solo" (Gn 2,21-24).
La íntima unidad del hombre y mujer a la que Dios los ha destina~ do, lo describe la Biblia
diciendo: "Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no sentían vergüenza' el uno
del otro" (v. 25).
Hombre y mujer, así nos creó Dios cuando nos hizo a su imagen y semejanza. Hombre y mujer
llamados a formar una unidad tal que serán un solo cuerpo, una sola persona. La unión sexual
es signo de esta unidad. En el plan de Dios, está llamada a ser expresión de la unidad y
fecundidad del ser humano.
Así la fe da razón, de la diferencia: en el plan de Dios hombre y mujer conforman su imagen,
llamados el uno para el otro. De su unión, de su capacidad de reciprocidad, se hará manifiesta
la realidad de un Dios que desde el origen mismo se da a conocer como un Dios que es Amor.
C. Respondemos con nuestra vida
El cuerpo humano es el medio a través del cual la persona descubre su propia identidad, sabe
que es hombre o mujer.
Es, además, el medio a través del cual puede expresarse, tiene gestos de aceptación (cercanía
física, apretón de manos, un abrazo, una mirada, una sonrisa ... ) o de rechazo (dar la espalda,
esquivar la mirada, alejarse ... ).
Nuestro cuerpo percibe la alegría, la ternura, la caricia, la indiferencia, la frialdad, la aceptación
o el rechazo de los demás. –
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¿Eres consciente de la riqueza que tienes en ti mismo, en ti misma, y que puedes
comunicar en tu condición de hombre, o de mujer?
¿Cómo descubres en tu vida la realidad de la imagen y semejanza de Dios en la
complementariedad de la unión hombre y mujer?
¿Cómo reflejas tu masculinidad, tu feminidad, en tu entorno?
¿Cómo lo trasmites a tus hijos y a tus hijas? ¿Qué hay que fortalecer?
D. Celebramos nuestra fe
En unos momentos de silencio, individualmente, saborea algunas de las citas propuestas en el
texto: Gn 1,26-28; 2,4b-25; o algunos versículos que más te hayan impresionado.
Para el grupo:
Lector: Salmo 8: la gloria de Dios y la dignidad del hombre.
Después de la lectura, los que quieran, pueden repetir la frase que más le ha impactado. Luego
de cada frase, la asamblea puede repetir:
"Te alabamos, Dios, Creador nuestro".
ORACIÓN
Lector: Oh Dios que pusiste en el corazón humano la atracción mutua entre hombre y mujer,
Todos: Ayúdanos a vivir esa realidad y a recorrer las distintas etapas de la misma con
sentimientos de fidelidad mutua.
Lector: Señor, nos has llamado en tu maravillosa creación a ser seres humanos. Desde la
eternidad les has dado una misión a cada hombre y a cada mujer.
Todos: Permite que cada uno de nosotros aquí reunidos logre la madurez completa y la
plenitud de Cristo para tu mayor gloria.
Lector: Sabemos que hombre y mujer somos el final de tu creación y tenemos en nuestras
manos continuarla,
Todos: Permite que cada uno de los que estamos aquí presentes vivamos nuestro ser de
hombre o de mujer tal como tú lo planeaste, para mayor gloria tuya y el bien de los demás.
Amén.
E. Para continuar reflexionando
De la Biblia:
Imagen y semejanza de Dios: Gn 1,26-31
Hombre y mujer para ser uno solo: Gn 2,4-25
¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?: Salmo 8
Del Catecismo de la Iglesia Católica:
El hombre: 355
A imagen de Dios: 356-361 Cuerpo y alma: 362-368
Hombre y mujer los creó: 369,371-373
2. LA PAREJA EN EL PLAN DE DIOS
A. Partimos de la realidad
Con frecuencia, se encuentran personas que dicen estar o sentirse "desorientadas", sin saber a
dónde ir. Les parece que deben inventar el propio futuro a partir de cero y esto no les resulta.
El deseo que tienen las personas individualmente y los grupos de crearse entornas estables
para sí y para los suyos es fuerte y profundo, y a la vez la pérdida de confianza en sí mismos
hace que nada dure para siempre.
La familia, primer círculo de relaciones, el más estrecho y donde la persona espera lograr su
realización, se ve afectada desde dentro.
¿Crees que te pasa lo mismo? ¿Vives sin saber para qué? O, más bien, ¿vives en una búsqueda
siempre insatisfecha de felicidad y bienestar, y te pierdes por caminos cada vez más oscuros?
Los problemas económicos, sociales y demográficos inciden en la vida familiar y han creado
una serie de dificultades que afectan su funcionamiento y estabilidad. Las familias se han
hecho vulnerables.
¿Conoces familias afectadas por la inestabilidad, la infidelidad, el abandono? ¿Has encontrado
amigos, familiares, que viven una experiencia feliz en su familia, de fidelidad, de ayuda? ¿En
cuál de estas situaciones colocas tu experiencia familiar?
Nuevamente estás invitado a encontrar en tu fe cristiana una pro~ puesta de vida familiar
según el plan de Dios.
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
El plan de Dios es que hombre y mujer se unan para formar una familia. El libro del Génesis
afirma, al terminar la narración de la creación de la mujer:
"Por esta razón deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos se hacen
uno solo" (Gen. 2,24).
Dios está en el origen del matrimonio, como unión estable de un hombre y una mujer. Está en
el origen de la familia, y la bendice para que logre sus metas. Al narrar la procreación del
primer hijo, la Biblia dice:
"El hombre se unió a Eva, su mujer; ella conéibió y dio a luz a Caín; y dijo: «¡He tenido un varón
gracias al Señor»" (Gn. 4,1; ver también Gn 24,60, la bendición de Rebeca).
En la familia, el hombre y la mujer encuentran el espacio natural para complementarse y para
desarrollarse. Los hijos son signos permanentes del amor que los une y de la realización de "la
bendición de Dios: "crezcan y multiplíquense" (Gn 1, 28).
Hay un texto de la Sagrada Escritura que nos ayuda a encontrar el sentido más hondo de la
unión de un hombre con una mujer para formar una familia. Se trata de la historia de Tobías y
Sara. Ésta había intentado casarse siete veces, pero las siete, el joven recién desposado,
morían antes de consumar la unión. Tobías la pide a su padre y se casan.
El texto dice así (Tob 7,13; 8, 4-9):
"Ragüel llamó a su hija Sara. Cuando llegó la tomó de la mano y se la entregó a Tobías,
diciéndole:
- Yo te la entrego conforme a la ley y según el decreto de Moisés, que manda que te la dé como
esposa. Tómala y vuelve sano y salvo a casa de tus padres. Que el Dios del cielo les conceda
bienestar.
(. . .) Tobías se levantó de la cama y le dijo a Sara:
_ Mi amor, levántate y hagamos oración para pedirle al Señor que tenga misericordia de
nosotros y nos proteja ..
Ella se levantó, y los dos comenzaron a orar así, pidiendo a Dios que los protegiera:
_ Alabado seas, Dios de nuestros antepasados, alabado sea tu nombre por siempre. Que el
cielo y la creación entera te alaben por todos los siglos. Tú creaste a Adán y le diste a su esposa
Eva como compañera y apoyo. Y de ellos dos nació todo el género humano. Tú dijiste: « No es
bueno que el hombre esté solo. Le vaya hacer alguien que sea una ayuda adecuada para él».
Ahora, yo no tomo a esta mujer movido por deseos impuros, sino por intenciones sinceras.
Dígnate tener compasión de mí y de ella, y concédenos llegar juntos a la vejez.
Y ambos añadieron: - Amén, amén.
y se acostaron para pasar la noche."
La oración de los dos jóvenes deja claro el sentido de su unión:
Establecer una comunidad de amor y ayuda mutua.
Creados a imagen y semejanza de Dios, hombre y mujer realizan así la unión que es signo del
amor Dios. Son testigos ante los hijos de la dignidad del ser humano que se fundamenta en
esta semejanza. Como familia, son célula de una sociedad en que este valor está llamado a ser
reconocido y respetado.
C. Respondemos con nuestra vida
El proyecto personal es la respuesta que cada uno se a da sí mismo para alcanzar su
realización. Para la persona adulta este proyecto incluye su decisión de formar una familia, de
encontrar su felicidad con otra persona, él o ella, y con los hijos que juntos procreen.
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¿Qué lugar ocupa tu pareja en tu proyecto personal de vida?
¿Cómo encaminas a tus hijos en la búsqueda de la felicidad?
¿Qué cualidades quieres para tu familia? ¿Qué estás dispuesto / a a hacer para
lograrlo?
D. Celebramos nuestra fe
Para la oración con el grupo (se puede compartir con los miembros del grupo sobre las frases e
ideas que más les han impactado).
Guía: En la presencia del Señor que nos ha llamado al amor vamos a hacer nuestra oración.
Todos: Dios, nuestro Padre y Creador, concédenos que sepamos amarnos los unos a los otros
como tú nos amas, y que expresemos ese amor en el amor a nuestra familia.
Guía: Reflexionemos a partir de un texto bíblico que nos habla de las actitudes que enriquecen
un hogar:
(La lectura del texto pudiera acompañarse de diapositivas alusivas al tema o de una música
suave que invite a la reflexión)
Lector: "Como elegidos de Dios, pueblo suyo, y amados por él, revístanse de sentimientos de
compasión, de bondad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia. So pórtense
mutuamente y perdónense cuando alguno tenga motivos de queja contra otro. Del mismo
modo que el Señor les perdonó, perdónense también ustedes. Y por encima de todo,
revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección. y la paz de Cristo reine en sus
corazones. A ella los ha llamado Dios para formar un solo cuerpo. y sean agradecidos. Esposas,
respeten a sus maridos, como corresponden a cristianas. Maridos, amen a sus esposas y no
sean duros con ellas" (Col 3, 12-15.18-19).
Canto: " Amar es entregarse".
E. Para continuar profundizando
De la Biblia:
El elogio del amor: El Cantar de los Cantares.
Del Catecismo de la Iglesia Católica:
Matrimonio, comunidad de vida y de amor: 2364
La familia en el plan de Dios: 2201-2203
La familia y la sociedad: 2207-2213
3. POR UNA SOCIEDAD MÁS JUSTA
A. Partimos de la realidad
La situación de inseguridad y de violencia está afectando a toda la sociedad. La familia se ve
agredida en su intimidad, siente el temor ante la amenaza de perder alguno de sus miembros
en cualquier enfrentamiento, atraco o accidente. Seguramente has sentido la preocupación
por tu vida y la de los tuyos así como por la integridad de tu hogar. Y te preguntas, ¿qué se
puede hacer? ¿Cómo cambiar la situación?
Ninguna persona vive sola. La persona nace necesitada, para vivir en relación con otras
personas.
El niño recién nacido necesita de sus padres para poder sobrevivir y crecer. La familia a su vez,
necesita de otras familias para poder desarrollarse.
¿Qué sentido tiene vivir en medio de otras personas? ¿Qué experiencias tienes de
organización o de aislamiento? ¿Asociación de vecinos? ¿Junta de condominio? ¿Por qué
cuesta tanto conseguir personas que asuman responsabilidades en estas y otras
organizaciones parecidas?
A veces, uno quisiera encerrarse en su casa, despreocuparse de lo que pasa a su alrededor. Sin
embargo, ¿puedes afirmar, sin más, que no necesitas de nadie?
Familia y sociedad son complementarias. La fe cristiana tiene algo que descubrirte al respecto.
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
Los seres humanos somos imagen y semejanza de Dios. Esta semejanza divina se evidencia
cuando se es capaz de vivir en el amor, desde el núcleo familiar, hasta el círculo más amplio de
la comunidad y la sociedad. El ser imagen de Dios fundamenta la dignidad de toda persona
humana. La hace, por tanto, merecedora de respeto y de amor.
Hombre y mujer, por designio divino, están llamados a unirse formando una realidad nueva, la
familia. En ella los hijos, fruto de la unión por amor, encuentran el ambiente natural para
crecer, desarrollarse y educarse. Sin embargo, cada familia no es una isla. Desde el principio,
los grupos familiares se unieron para protegerse, defenderse del medio y ayudarse a conseguir
el alimento.
Este primer intento de sociedad ha ido evolucionando en el tiempo. Lo que no ha cambiado es
la necesidad de la vida social.
El vivir con otros no se deriva solamente de la mutua ayuda, o de la mutua protección. Nace en
el fondo del ser imagen de Dios, quien llama a entrar en diálogo con él. Dios crea al ser
humano con capacidad de diálogo y comunión, de tal manera que su realización se logra en
esta comunidad.
Así, por el intercambio con otros, el servicio recíproco y el diálogo con los demás, la persona
desarrolla sus capacidades y logra así el fin que persigue: la plenitud personal y la felicidad,
que se encuentra en Dios mismo que nos ha creado para él: "Inquieto está nuestro corazón
hasta que no descanse en ti" (San Agustín).
El Catecismo de la Iglesia afirma:
"Una sociedad es un conjunto de personas ligadas de manera orgánica por un principio de
unidad que supera a cada una de ellas. Asamblea a la vez visible y espiritual, una sociedad
perdura en el tiempo: recoge el pasado y prepara el porvenir. Mediante ella, cada hombre (y
mujer) es constituido «heredero», recibe «talentos» que enriquecen su identidad ya los que
debe hacer fructificar (cf Lc 19,13.15) (CIC, 1880).
"Cada comunidad se define por su fin y obedece en consecuencias a reglas específicas, pero
«el principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona
humana» (GS 25,1) (CIC 1881).
En el texto ya reflexionado sobre la creación del hombre y de la mujer, se encuentra la
orientación del ser personal hacia su medio ambiente y al cuidado de todos.
"Y creó Dios a los seres humanos a su imagen; a imagen de Dios los creó; hombre y mujer los
creó. Y los bendijo Dios diciéndoles:
- Crezcan y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen sobre los peces del mar, las
aves del cielo y todos los animales que se mueven por la tierra.
Y añadió:
- Les entrego todas las plantas que existen sobre la tierra y tienen semilla para ser sembradas;
y todos los árboles que producen frutos con su semilla les servirán de alimento» (Gn 1,27-29).
La relación familiar ha de extenderse al grupo humano, a la comunidad, a la sociedad para que
todos puedan cumplir la tarea encomendada por Dios de potenciar la creación y hacer que sus
frutos sean para todos.
En adelante irás conociendo cómo el pueblo de Israel descubre los signos por los cuales Dios se
le va revelando en una historia de salvación y los llama a vivir en una comunidad donde todos
se ayudan y comparten los bienes de la tierra. Sin embargo, esa historia mostrará cómo el
pecado; la división, la envidia, el mal, en todas sus formas, ha hecho que este plan no se
realice.
C. Respondemos con nuestra vida
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¿Cómo es tu relación con las familias vecinas?
¿Te preocupas en trabajar por el bien común de todos los que forman el sector, la
urbanización, el barrio, el edificio ...?
¿Conoces personas que trabajan desinteresadamente por la comunidad? Pon algunos
ejemplos concretos.
D. Celebramos nuestra fe Para la celebración en grupo
Guía: La tercera pregunta nos ayuda a identificar personas que hacen el bien a nuestra
comunidad. Vamos a hablar con Dios a partir de las reflexiones que nos sugiere (se invita a
algunos(as) a compartir lo que sienten ante estas personas que trabajan desinteresadamente
por la comunidad).
Guía: Iluminemos ahora nuestra experiencia escuchando lo que nos dice la Palabra de Dios.
Lector: Mc 10, 41-45.
Guía: Pidamos al Señor su fuerza para poder hacer algo por los demás, comenzando por
nuestra familia, y por los vecinos.
Todos: Dios, Creador y Padre, nos creaste para recorrer el camino de nuestro compromiso
contigo. Es un camino tanto personal como social. Permítenos descubrir nuestra vocación
personal y cuál debe ser la actitud de servicio y compromiso concreto que cada uno debemos
vivir dentro de nuestra familia, de nuestra comunidad y de nuestra sociedad. Amén.
E. Para continuar profundizando
De la Biblia:
Leyes sociales: Ex 22, 20-26 Defensa de los débiles: Ex 23, 1-9
Consejos para la vida social: Eclo 7, 1-7. 15
La prudencia en las relaciones sociales: Prov 4,27-35
Del Catecismo de la Iglesia Católica:
La comunidad humana: 1877-1896
El bien común: 1905-1912 Responsabilidad y participación: N° 1
"LUZ PARA TODOS LOS PUEBLOS"
(Is 42,6)
Objetivo del área:
Descubrir la acción liberadora de Dios en la historia de salvación y en la propia historia.
4. Dios nos habla.
5. La Biblia, Palabra de Dios.
6. La acción de Dios en los Orígenes: la Creación. 7. Pecado y Promesa.
8. El Éxodo y la Alianza.
9. Dios establece una nueva relación con su pueblo: el código de la Alianza.
4. DIOS NOS HABLA
A. Partimos de la Realidad
Dios ... el plan de Dios ... lo que Dios dice ... lo que hace ... Te preguntarás, ¿de qué Dios se
habla? ¿Yo lo puedo conocer?
A tu alrededor encuentras tantas opiniones, a lo mejor en tu misma familia te has enfrentado
con distintos conceptos de Dios. Aquí tiene~ loa breve lista de imágenes de Dios ... ¿reconoces
en alguna de ellas lo que tú crees de Él?
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Dios, como motor inmóvil, que pone en movimiento el universo pero que no se siente
afectado por nada de lo que ocurra en él.
Dios como tapagujeros, que resuelve los problemas que no solucionamos nosotros.
Dios como policía, defensor del" orden"
Dios como detective, vigilando, y viendo cuándo nos sorprende en falta.
Dios como un ser envidioso, arruinando la felicidad de los seres humanos.
Dios como un rey absolutista, arbitrario, imprevisible.
Dios como un abuelo, consentidor, que todo lo deja pasar y no exige nada ..
Dios como un compadre, del que hay que ganarse para conseguir favores.
Dios como un mago, que puede hacerla todo con su poder mágico.
Dios como el más perfecto ingeniero, que todo lo hizo a las mil maravillas.
En la etapa anterior descubriste que la sed de felicidad, la búsqueda de algo, de alguien, que
respondiera a tu inquietud más profunda, tiene una respuesta concreta en Jesús de Nazaret. Él
nos da a conocer a Dios y nos lo muestra como un Dios cercano Y personal, que habla y con
quien podemos dialogar.
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
La noticia más grande que Jesús nos ha revelado es que Dios es nuestro Padre y que nos ama.
Que Dios es un ser personal que nos dirige su palabra y con el que podemos hablar.
Este es el fundamento de la fe cristiana. La fe en un Dios personal, que actúa en la historia y
que explica su acción por medio de la Palabra, su Hijo Jesucristo.
Dios se da a conocer, se manifiesta a los seres humanos que él creó, y lo hace a través de
nuestras palabras, de la historia y la sensibilidad humanas.
La Biblia es fruto de ello: a través de sus páginas, Dios ha querido dialogar con la humanidad,
darle a conocer sus pensamientos, hacerle partícipe de su propuesta de salvación.
Esta revelación de Dios, que se pierde en la oscuridad del tiempo, la intuyó el pueblo de Israel,
pueblo elegido por Dios para que lo conociera.
Este pueblo conoció a Dios e hizo experiencia de ser liberados. Sintió a Dios en su historia
como el Dios que estaba de su parte y lo defendía.
La Biblia destaca diversos rostros de este Dios, empeñado en entrar en diálogo con su pueblo,
en mostrarle las obras maravillosas que hace en su favor, para que alcance la libertad y viva
como su pueblo, sin esclavitud ni opresión.
* Dios habla en la familia: el Dios de mi padre.
A veces, Dios habla a través de acontecimientos de la vida, de cosas que te pasan. Hace casi
tres mil años Abraham pasó a vivir desde Mesopotamia a la tierra de Canaán, en el actual
estado de Israel. La Biblia lo expresa con estas palabras: «El Señor dijo a Abrán: -Sal de tu
tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre y vete a la tierra que yo te indicaré» (Gen
12,1). Éste es el testimonio de sus sucesores, quienes contaban que Dios le había hablado, le
había indicado que hiciera ese viaje. Hablaban primero del "Dios de Abraham". y luego de sus
hijos, del "Dios de Isaac, de Jacob". Era el Dios de los padres.
* Dios habla en la comunidad: el liberador.
Muchas veces los pobres emigran para vivir con menos dificultades. y así los israelitas viajaron
a Egipto. Primero les fue bien. Pero pasó mucho tiempo y los fueron esclavizando. Clamaron a
Dios y Dios se reveló a Moisés como libertador. "¡He visto la opresión de mi pueblo en Egipto,
he oído el clamor que le arrancan sus opresores y conozco sus angustias! Vaya bajar para
librarlo del poder de los egipcios. Lo sacaré de este país y lo llevaré a una tierra que mana
leche y miel... Ve, pues; yo te envío al faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los
israelitas" (Ex 3,7-10).
* Dios habla en la ley: el legislador.
No basta con liberar al pueblo de la esclavitud. Hay que asegurar la libertad en su propia tierra.
En los Diez Mandamientos les propone las bases para la convivencia humana. En el libro del
Éxodo se pueden leer las leyes sociales del Código de la Alianza (Ex 21-23) y las del Código
deuteronómico (Dt 12,26).
* Dios habla entre las naciones: el único.
Israel se encuentra entre pueblos vecinos que tienen otros dioses, a los que dan otros
nombres: El, Baal, Molok, Marduk, Bel. Algunos son dioses de pueblos muy poderosos. Los
israelitas llegan al descubri~ miento de que hay un solo Dios. Y que no 'hay ningún otro dios
que pueda oponérsele.
* Dios habla en la naturaleza: el creador.
Leemos en el libro del Eclesiástico o Sirácides (17,8-10): "(A los seres humanos) les infundió su
propia luz para mostrarles la grandeza de sus obras, y les concedió enorgullecerse
eternamente sus maravillas. Así alabarán su nombre santo,; proclamando la grandeza de sus
obras".
* Dios habla en la Biblia: el señor.
Según San Agustín, Dios nos habla a través de dos libros: el libro de la vida y el libro de la
Biblia. A veces, en el libro de la vida cuesta distinguir la voz de Dios. Y el libro de la Biblia quiere
ayudar a distinguirla.
Durante muchos siglos, en el pueblo de Israel, los padres contaban estas tradiciones a sus
hijos. Pero llegaron momentos en los que empezaron a escribir estas tradiciones.
En tiempos del rey Salomón, aprovechando toda la sabiduría que había llegado de Egipto. En
tiempo de los profetas que se enfrentaban a los reyes. O cuando fue conquistado el reino del
norte, y los del sur no quisieron que se perdieran sus tradiciones. O en un momento
tremendamente doloroso, cuando tuvieron que salir al destierro en Babilonia.
Así la Palabra de Dios llegó a este tiempo por estos escritos.
* Dios habla en los profetas: Dios es justicia.
A veces hay cosas que cuestan entender no porque sean difíciles, sino porque chocan con
algunos intereses. Los profetas son los que hablan de parte de Dios. Como puede haber
equivocaciones, los pro~ fetas obligan a reflexionar, a ver si lo que se dice realmente viene o
no de Dios.
C. Respondemos con nuestra vida
En una de las oraciones de la misa hay un texto que sintetiza bellamente el misterio de un Dios
personal que sale en busca del ser humano: "Cuando por desobediencia perdió tu amistad (el
ser humano) no lo abandonaste al poder de la muerte, sino que compadecido, tendiste la
mano a todos, para que te encuentre el que te busca". Hoy este mensaje resuena para ti. Dios
te habla y espera que tú entres en ese diálogo con tu respuesta personal.
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¿En qué momentos de tu vida has escuchado su voz?
Cuándo te encontraste con su palabra, ¿qué experimentaste?
Si Dios te habla, quiere escucharte. ¿Hablas con Dios? ¿Cómo?
Si Dios te habla, quiere que le escuches. ¿Qué puedes hacer para escuchar mejor la voz
de Dios?
¿Hay alguna voz de Dios a la que te cuesta hacer caso? ¿Por qué?
D. Celebramos nuestra fe
Guía: Nuestro encuentro va a ser con Dios que nos habla a través de la Biblia. Vamos a
preparamos a escuchar su voz y a responderle, como se hace en una conversación entre
amigos.
Canto: "Queremos escuchar tu voz". Lectura de la Palabra de Dios: ls 65, 17-19
"Pues vaya crear un cielo nuevo y una tierra nueva: lo pasado no se recordará ni se volverá a
pensar en ello, sino que habrá alegría y gozo eterno por lo que vaya crear.
Pues convertiré en gozo a Jerusalén ya sus habitantes en alegría; me gozaré por Jerusalén y me
alegraré por mi pueblo y ya no se oirán en ella llantos ni lamentos."
Guía: Dejemos resonar la palabra de Dios en nuestro corazón. Él nos habla de hacer nuevas
todas las cosas ... ¿Qué va a renovar en cada uno de nosotros? ¿De qué alegría nos está
hablando?
Después de un tiempo de silencio, se puede compartir lo que a cada uno le ha impresionado
más del texto leído.
Canto: Hoy, Señor, te damos gracias.
E. Para continuar 'profundizando
De la Biblia
Amistad con Abraham: Gn 18, 17-33
Recordemos a los héroes de la fe: Hebreos 11
Del Catecismo de la Iglesia Católica
Dios al encuentro del hombre: 50
Dios revela su designio amoroso: 51-53
Las etapas de la revelación: 54-64
Cristo Jesús "mediador y plenitud de toda revelación": 65-67
5. LA BIBLIA, PALABRA DE DIOS
A. Partimos de la Realidad
¿Recuerdas aquella carta que recibiste una vez, de una persona muy querida? O tal vez ... ¿has
escrito a alguien poniendo todo tu corazón en sus palabras?
Hoy ya no se valora tanto una carta ... la palabra escrita. Pero, fíjate en los jóvenes, cómo
llenan los sitios de conexión a Internet, o cómo usan sus propias computadoras para
conectarse... Para ellos es una necesidad vital el "hablar" por estos medios. Amigos virtuales,
conferencias virtuales ... ¡novios virtuales! Sí, hoy en día se recupera la palabra, pero en la
pantalla de una computadora.
Es un rechazo, quizás, al aislamiento y soledad de esta sociedad en la que el trabajo, el tráfico,
el horario inhumano, hace que no se tenga el tiempo del encuentro, para conversar, para
escucharse y expresarse.
Y en medio de esta incomunicación, te encuentras con que se te anuncia a un Dios que habla,
que quiere el diálogo, que no hace discursos... y te preguntas, ¿cuándo el Señor Dios ha
hablado?
El itinerario que estás haciendo es precisamente un camino de encuentro con este Dios que te
dirige la Palabra. Esa palabra está escrita, pero también se pronuncia, se dice para ti, hoy.
La palabra escrita la encuentras en la Biblia, la palabra" actual" es la que te llega por tantos
medios que Dios escoge para comunicarse contigo.
B. Nos abrimos al mensaje Cristiano
Dios, para hacerse entender, tiene que hablar con palabras humanas. Esto hace posible el
diálogo, es una condición indispensable, de otra manera, no hay entendimiento.
¿Qué dice Dios? Lo que una persona que ama le diría a la otra; y lo hace en un lenguaje
sencillo. Se da a conocer, habla de su intimidad, de sus proyectos, de su plan de salvación: que
todos los hombres y las mujeres sean sus hijos. O sea, revela su corazón, da a conocer todo su
amor por cada uno de los seres humanos que creó.
¿Cómo se manifiesta? Dios utiliza para comunicarse los sucesos de la vida de un pueblo, su
historia (los hechos), y también la palabra por la que da sentido a estos hechos.
Piensa un poco en tu experiencia de enamorado o enamorada... antes de hablar de tu amor, le
hiciste saber a la persona amada mediante gestos y signos lo que sentías: un regalo, una flor...
Lo mismo con tus hijos: no muchas palabras; sin embargo, con los hechos cada día les
muestras que son lo más importante y querido a tu corazón. Así es Dios... con hechos y con
palabras muestra su amor a sus hijos.
Esto se te irá descubriendo y haciendo más claro a medida que profundices en el itinerario de
fe.
El pueblo de Israel lo descubrió en su historia: cuando estaba esclavo y oprimido, un héroe, un
liberador, Moisés, les habló de salir de Egipto, de ir a una tierra nueva y vivir como pueblo
libre. Y los sacó de Egipto, a pesar de la oposición del faraón. Dios, a través de Moisés y por sus
actos, liberó a su pueblo. Dios lo eligió y le hizo saber la misión a la que lo llamaba:
"¡He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído el clamor que le arrancan sus opresores y
conozco sus angustias! Vaya bajar para librado del poder de los egipcios. Ve pues: yo te envío
al faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, los israelitas" (Ex 3, 7-8.10).
A través de su largo camino hacia la libertad, Israel entendió que Dios estaba de su lado y los
había hecho libres.
Este es el lenguaje de Dios. La fe es la que entiende este lenguaje. En cada suceso de tu vida
personal, en la historia de la patria, en lo que sucede en tu comunidad, Dios se puede dar a
conocer, pero hace falta la palabra que dé sentido y descubra esa presencia. Y esa palabra está
escrita en la Biblia, el texto que recoge la experiencia que de Dios tuvo el pueblo de Israel, y
por la que Dios se nos dio a conocer. Y sobre todo, en la Biblia está la palabra que Dios
pronunció por su Hijo Jesús.
La lectura de la Palabra de Dios en la Biblia, nos pone en diálogo con él. Asimismo, la palabra
de Dios nos llega por la palabra de otra persona, nos interpela cuando se lee en comunidad,
cuando escuchas la explicación del catequista o del sacerdote; o también por una voz interior
que te descubre el sentido de lo que no entiendes. Por eso afirmamos que Dios nos dejó su
palabra escrita en la Biblia, y que también su palabra es actual y la escuchamos en la vida.
La Biblia parece un libro. Pero en realidad es una biblioteca. Tiene 73 libros y a veces el
problema que puedes tener frente a una biblioteca es que no sabes por qué libro empezar.
Toma la Biblia. Busca el índice, al comienzo o al final. Busca allí el Nuevo Testamento y, en él, el
Evangelio según san Marcos. Y comienza a leerlo. Te llevará hasta Jesucristo. Te ayudará a
escuchar su voz, a acompañarlo en sus recorridos haciendo el bien.
No leas mucho. Cuando llegues a algo que te gusta, quédate allí.
Habla con Dios. Escucha lo que te dice. Respóndele. Preséntale lo que está en tu corazón. La
Biblia no es sólo un libro para leer, sino para hablar, para orar. En el Antiguo Testamento, el
libro de los Salmos es el que más te puede ayudar a orar con la Biblia.
C. Respondemos con nuestra vida
San Agustín cuenta su vida en el libro de "Las Confesiones". En un momento de gran crisis oyó
una voz que le dijo: "Toma y lee". Agarró la Biblia, leyó, y encontró en ella una luz que cambió
su vida. Lo mismo le pasó a Fray Bartolomé de las Casas.
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¿Conoces personas cuya vida ha cambiado al ir leyendo la Biblia?
La Biblia es un tesoro, en el que encuentras las palabras que Dios te quiere comunicar.
¿Cuál es tu actitud ante la Biblia?
¿Cuáles serían los inconvenientes Y cuáles las ventajas para tu vida si comienzas a leer
la Biblia?
D. Celebramos nuestra fe Entronización Y entrega de la Biblia:
Se prepara un lugar de honor para la Biblia, puede ser una mesa pequeña con un mantel, flores
y velas. De ahora en adelante estará ahí para los encuentros con el grupo.
Para la celebración, la Biblia es traída por un miembro del grupo, abierta y en alto,
acompañado de dos personas con velas, al tiempo que se canta. Mientras se coloca la Biblia en
el sitio, todos aplauden.
Canto: Dios ha hablado
Guía: La Biblia, palabra escrita de Dios, está en medio de nosotros, signo de que Dios se hace
cercano, habla con nosotros 'y nos escucha. De ahora en adelante este libro estará ocupando
el lugar principal de nuestro grupo, porque la finalidad de estos encuentros que realizamos es
escuchar la palabra que él nos dirige.
Oremos juntos:
Dios, Padre nuestro, lleno de ternura y misericordia, con la alegría de ser tus hijos, te pedimos
que tu palabra nos muestre el camino que nos lleva a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Guía: Estamos invitados a conocer a Dios, a vedo en todo y en todos.
Dios quiere vivir en cada uno, en la familia, en la comunidad, en el mundo... ¡abramos nuestra
vida a su presencia! Escuchemos con atención su mensaje (lectura: 1s 55, 6-11).
Tiempo de silencio para dejar resonar el mensaje de la palabra en el corazón.
Guía: Ahora, expresemos libremente nuestros sentimientos en forma de oración a Dios,
nuestro Padre.
Después de cada oración, respondemos:
Todos: Dios, Padre nuestro, escúchanos.
El catequista hace entrega de la Biblia a cada uno de los miembros del grupo, mientras le dice:
"Recibe la palabra de la vida", o bien:
"Felices los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica".
Una vez que todos han recibido la Biblia, la levantan y dicen:
"Tu palabra es antorcha para mis pasos y luz para mi camino" (Sal 119, 105).
Canto: "Tu palabra" o "Las palabras de los hombres".
Oración final: Dios, Padre de Jesús y Padre nuestro, tú siempre escu~ chas y haces realidad lo
que te pedimos con fe. Te agradecemos el don de tu palabra por la que podemos conocer tu
voluntad.
Por Jesucristo, tu Hijo. Amén.
Guía: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
Persevera en la herencia recibida: 2 Tim 3,14-17
La salvación anunciada y cumplida: 1 Pe 1,10-17
Iluminados por el mensaje de los profetas: 2 Pe 1,19-21; 3,15-16
Palabra de Dios: 1 Tes 2,13
La revelación plena en Jesús: Hebr 1,1-2; 4,12-13
Del Catecismo de la Iglesia Católica
Cristo, Palabra única de la Sagrada Escritura: N° 101-104
Dios es el autor de la Sagrada Escritura: N° 105
En la Biblia, Dios nos revela su poder y misericordia: N° 269
La lectura de la Biblia se puede comenzar en el siguiente orden:
Nuevo Testamento: Evangelio de Marcos, Hechos de los Apóstoles, Carta a los Filipenses,
Cartas de Juan.
Antiguo Testamento: Eclesiástico (Sirácides), Éxodo (capítulos 1 al 24), Salmos.
6. LA ACCIÓN DE DIOS EN LOS ORIGENES: LA CREACIÓN
A. Partimos de la Realidad
Seguro que has oído que todo lo creó Dios ... y esto puede parecerte o algo muy lejano o algo
que no se corresponde con el mundo que tú conoces.
Las primeras dificultades vienen de lo que parece mal hecho en la creación, por las muertes
que produce: epidemias, enfermedades, huracanes, inundaciones, maremotos, sequías,
terremotos, volcanes. A esto hay que añadir lo que viene de los seres humanos, cuando no se
guían' por el amor, sino por el alcohol, la droga, los egoísmos, los instintos, tales como
asesinatos, esclavitudes, guerras, violaciones.
Otras dificultades provienen de la explotación inmisericorde de los recursos de la tierra. Unos
que dejan sin recursos a otros. Sobre todo a las generaciones que vendrán, a las que se les deja
una creación cada vez más contaminada.
Por último, y quizá la mayor dificultad, viene de la ciencia, que no habla de creación, sino de
evolución.
Al Universo los científicos le asignan una antigüedad de unos 10 a 20 mil millones de años. A la
tierra unos 4.700 millones de años. A la vida unos 3.300 millones de años. A los antecesores
del hombre unos 14 millones de años. A los fósiles humanos más antiguos, los restos de 8
adultos y 3 niños, entre 2.350.000 y 3.750.000 años antes de Cristo.
Frente a todas estas dificultades, la Palabra de Dios nos dice que todo salió de las manos de
Dios. Que Él todo lo hizo bueno. Vio que el género humano era muy bueno, y que hizo la tierra
para que la dominemos por el trabajo y nos la repartamos como hermanos.
¿Cómo se entiende todo esto? ¿Por qué tiene que hablar de la creación la Biblia, si esto parece
más bien un tema científico?
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
Al conocer la Biblia, te has dado cuenta que es un libro (o mejor una colección de libros) que
recogen en forma escrita la revelación de Dios, o sea, lo que Dios hizo y dijo para que lo
conozcamos y para realizar su plan de salvación.
La Biblia comienza con libro del Génesis, que quiere decir" origen". Porque recoge las
tradiciones del pueblo de Israel sobre su origen y la presencia de Dios desde el principio de
todo, no sólo del pueblo sino también del universo.
Por tanto, no hay que buscar aquí ciencia: si los" siete días" de la creación son de veras siete
días, o dónde queda el paraíso según los ríos que nombra en Gn 2,8-15, o demostrar unas
coincidencias entre los descubrimientos científicos y la interpretación del texto bíblico de la
creación. Entonces, ¿qué buscar?
La respuesta a las preguntas más importantes de la vida: ¿de dónde venimos?, ¿a dónde
vamos? cuál es nuestro origen? ¿de dónde viene todo y adónde va todo lo que existe?
Las respuestas son decisivas para el sentido y orientación de tu vida, de tu comportamiento y
el de todos los seres humanos, aunque muchos ni lo saben.
Si la Biblia narra los orígenes, con su lenguaje poético, es porque Dios en su ternura quiere
recordarte que, al principio de todo, está Él y su amor.
En los primeros capítulos del Génesis se encuentran dos narraciones distintas de la Creación.
Uno narra la creación de todo cuanto existe, empezando por el agua: Gn 1,1-2,4a. Y otro que
cuenta el origen a par~ tir del hombre y los animales, comenzado por la tierra: Gn 2, 4b-25.
Entre las dos narraciones hay varias diferencias. Quiere decir que vie~ nen de autores
distintos.
El Salmo 104 es otra forma de interpretar la obra creadora de Dios: fuente de alabanza y
agradecimiento:
"Bendice al Señor, alma mía:
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
Vestido de majestad y de esplendor,
Envuelto en un manto de luz,
Tú despliegas los cielos como una tienda
Y construyes tu morada sobre las aguas;
Haces de las nubes tu carroza
Y avanzas sobre las alas del viento;
Tomas a los vientos por mensajeros
Y a las llamas ardientes, por servidores...
Cantaré al Señor toda mi vida,
Tocaré para mi Dios mientras exista.
¡Ojalá le sea agradable mi canto!
Yo pondré mi alegría en el Señor.
i Bendice al Señor, alma mía!
(Sal 104, 1-4.33-35b)
Como te puedes dar cuenta, la Biblia es un libro de fe. Su intención no es informar sobre los
orígenes científicos del mundo y la humanidad, sino transmitir un mensaje de fe en un Dios
que desde el origen mismo de cuanto existe, ama a todo lo creado. En particular ama al
hombre y a la mujer, a quienes creó libres y capaces de amar, capaces de ser sus
interlocutores.
También descubres en la Palabra de Dios cuál es tu parte: Dios hace al hombre libre. Eso
quiere decir que lo hace responsable. Que la creación no está terminada. Que a los seres
humanos les toca continuarla como colaboradores del Creador, y viviendo como hermanos.
¿Qué te sugiere esta frase que con seguridad has oído, "Esto se lo llevó quien lo trajo"? Desde
la antigüedad ha habido gente que piensa que hay cosas buenas hechas por Dios y cosas malas
hechas por un dios malo o el diablo. Y ¿qué puede hacer uno frente a esos poderes malos?
Frente a esa actitud, el capítulo primero del Génesis repite muchas veces: "Y vio Dios que era
bueno" (Gn 1,4.10.12.18.21 ... ). Dios todo lo ha hecho bueno. Lo malo lo hemos hecho
nosotros. No debemos echarle la culpa a ningún otro. Si nosotros hemos hecho lo malo, a
nosotros nos toca repararlo. El Génesis comienza con un mensaje de esperanza: luchar para
hacer un mundo bueno.
C. Respondemos con nuestra vida
El cosmos, el mundo, los seres vivos, cada ser humano, todo es obra de Dios. Y aquí estás tú,
cada uno de los seres humanos que habitamos el planeta, con un mandato muy claro de Dios:
"Crezcan y multiplíquense: llenen la tierra y sométanla; dominen sobre los peces del mar, las
aves del cielo y todos los animales que se mueven por la tierra" (Gn 1,28).
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¿Qué significado tiene para ti esta participación en la obra creadora de Dios?
¿Cuáles te parecen las causas de los mayores males que hay en el mundo?
La Biblia no es un libro científico, sino de fe. ¿Qué es lo que más te impacta del
mensaje de la creación?
Si Dios está al origen y al final de toda vida humana, ¿qué sentido encuentras a tu
vida?
D. Celebramos nuestra fe
La oración puede hacerse con el salmo 104. Se puede recitar en forma lenta el salmo y luego
invitar a los participantes a repetir aquellas frases que más les impacten ... En un segundo
momento se puede invitar a elaborar su propio salmo.
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
Los dos relatos de la Creación: Gn 1,1-2-25
Dios todo lo hizo bien: Sab 1,13-15; 2,23-25
Dios gobierna la creación: Eclo 16,24-17,14
Dios ama la obra de sus manos: Sab 11, 23-35
Del catecismo de la Iglesia Católica
El mundo creado para la gloria de Dios: 293-294
Dios crea por sabiduría y por amor: 295
La creación, resumen: 315-324
7. PECADO Y PROMESA
A. Partimos de la Realidad
Esta mañana, al levantarte, encendiste la radio o la TV para escuchar las noticias ... y, ¿qué te
encontraste? Muerte, robo, corrupción, engaño.
Y no es necesario el noticiero, ni las páginas rojas de los periódicos ... a lo mejor en tu casa, en
el edificio, o entre los vecinos. ¡Cuántas situaciones que destruyen la felicidad!
Y, sin embargo, en el fondo de tu corazón, algo se niega a aceptar que esto no tenga remedio,
que el mal sea la única posibilidad en el diario convivir.
Al reflexionar sobre la creación encontraste que Dios hizo "todo bien", que todo" era muy
bueno".
La Biblia también tiene una explicación para el mal.
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
Al buscar el origen del bien y del mal, la Biblia nos dice que Dios no hizo el mal ni la muerte:
Sab 1,13-14; 2, 24.
En el relato de los orígenes no sólo se habla de la creación, del género humano y del pueblo de
Israel. También se busca una explicación al mal, presente en la experiencia cotidiana del
pueblo.
En forma poética encontramos la historia de la mujer, Eva, de la serpiente, del árbol... y de
Adán: Gn 3, 1-7. No obstante, no es la única experiencia del mal, los once primeros capítulos
del Génesis cuentan cómo el mal se multiplicó sobre la tierra, desde el asesinato de Abel por
su hermano Caín (Gn 4, 8-12) hasta la dispersión de los pueblos por la confusión de sus lenguas
en la torre de Babel (Gn 11,1-9).
Te invito a leer despacio el texto del Gn 3: 1-10:
"La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que había hecho el Señor Dios.
Fue y dijo a la mujer:
- ¿Así que Dios les dijo que no comieran de ninguno de los árboles del huerto?
La mujer respondió a la serpiente:
_ Podemos comer el fruto de los árboles del huerto; sólo nos prohibió Dios, bajo amenaza de
muerte, comer o tocar el fruto del árbol que está en medio del huerto.
La serpiente contestó a la mujer:
_ ¡De ningún modo morirán! Lo que pasa es que Dios sabe que en el momento en que coman se
les abrirán los ojos y serán como Dios, conocedores del bien y del mal.
Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno para comer, her~ moso a la vista y
deseable para adquirir sabiduría. Así que tomó de su fruto y comió: se lo dio también a Slf
marido, que estaba junto a ella, y él también comió. Entonces se les abrieron los ojos, se dieron
cuenta de que estaban desnudos, entrelazaron hojas de higuera y se taparon con ellas.
Oyeron después los pasos del Señor Dios que se paseaba por el huerto al fresco de la tarde y el
hombre y su mujer se escondieron de su vista entre los árboles del huerto. Pero el Señor Dios
llamó al hombre diciendo:
- ¿Dónde estás?
El hombre respondió:
- Oí tus pasos en el huerto, tuve miedo y me escondí, porque estaba desnudo." .
El relato describe la psicología de la caída, la culpa, el pecado. Lo prohibido aparece bueno,
bello y deseable. El "encanto de lo prohibido" ... ¿Cuál es realmente la tentación? Con error se
ha dicho que comer lo prohibido, una relación sexual o algo parecido. La tentación real es
"Serán como Dios ... " y esa es la seducción ... no contentarse con lo que se es. Es rechazar el
plan de Dios, es negar su amistad, no confiar en su palabra ....
Y después de la caída, la culpa. Se dieron cuenta de que estaban desnudos, la armonía que
reinaba entre el hombre y la mujer se rompe, se oculta el uno del otro... y se ocultan de Dios.
En esto consiste el pecado: en romper la amistad con Dios y, como consecuencia, romper la
relación de armonía y paz con los demás y con toda la naturaleza.
El pecado produjo en la humanidad desequilibrio, porque impide que las personas se traten
como iguales, como hermanos: las relaciones se han vuelto conflictivas, de poder y
sometimiento. La unidad y la ayuda, la cooperación y solidaridad se conquistan con esfuerzo,
ya no son espontáneas. El pecado vuelve a la persona contra el amor de Dios y de los demás.
Cuando la persona se deja dominar por el orgullo, la ambición, el egoísmo, el odio, ya no
reconoce a Dios como al Padre y Creador. Quiere" ser como dios": así entra el pecado en el
corazón. Esta ruptura tiene sus consecuencias: va a traer sufrimientos y muerte.
Dice Pablo, en su carta a los romanos: " Así pues, por un solo hombre entró el pecado en el
mundo y con el pecado la muerte" (Rm 5,12), es lo que se llama el pecado original.
Ante el primer pecado que nos cuenta la Biblia, inmediatamente Dios hace la primera oferta de
salvación: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya: ella te herirá
en la cabeza pero tú sólo herirás su talón" (Gn 3,15). Dios no quiere que la muerte sea la última
palabra. Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva: "Dios no envió a su
Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvado por medio de él" (Juan 3,17).
Toda la historia que narra la Biblia, es el camino escogido por Dios para llevamos de nuevo a su
amistad, rota por el pecado de la humanidad. Cuando Jesús comenzó su predicación anunció la
llegada de la salvación: “El plazo se ha cumplido. El reino de Dios está llegando. Conviértanse y
crean en el evangelio” (Mc 1,15).
C. Respondemos con nuestra vida
Si revisamos nuestra vida, podemos descubrir que el pecado no es una realidad ajena a
nosotros. Él está presente en nuestra historia, forma parte de nuestra realidad. Esto lo
notamos más aún, si somos conscientes del profundo vínculo que enlaza nuestras vidas con
Dios, una unión frecuentemente amenazada por el abuso de la libertad que nuestro Creador
nos ha donado para realizamos en el amor (cfr. CIC 386-387).
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¿Qué es para ti el pecado?
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¿Cómo lo relacionas con tu proyecto personal de ser feliz?
¿Cómo lo relacionas con el compromiso a colaborar con la felicidad de tu familia, de
tus vecinos, de tu ciudad, del mundo?
¿Cuáles son los pecados de la sociedad en los que ves, más claramente sus
consecuencias de muerte?
¿Cuáles pueden ser los pecados personales con los que puedes dar “muerte” a otras
personas?
Piensa en tu corazón, en todo lo que has recibido de Dios, y compáralo con tu
respuesta. ¿Qué te puede ayudar a cambiar de vida?
D. Celebramos nuestra fe
Este tema se presta para un momento de oración personal a partir del texto de Ez 16, o
también del Salmo 51(50).
Es importante que los participantes puedan confrontar su vida con la palabra de Dios, y
descubrir que el mal personal es una realidad y que el camino de liberación está en el
encuentro con el Dios que desenmascara el pecado y que ofrece perdón y una nueva vida.
Para compartir la fe: después de un tiempo de oración personal, se puede compartir el
momento de oración vivido y terminar cantando.
Se sugiere el canto: "Padre, vuelvo a ti". O, también, "Perdona a tu pueblo" .
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
Pecado y promesa: Gn 3
La historia de pecado y misericordia: Ez 16
Arrepentimiento y conversión: Salmo 51 (50)
Del Catecismo de la Iglesia Católica
Realidad del pecado: 386-387
El pecado original: 388
No lo abandonaste al poder de la muerte: 410-412
8. ÉXODO Y ALIANZA
A. Partimos de la Realidad
En Venezuela hubo levantamientos de esclavos a lo largo de toda li historia colonial: En 155255 con el Negro Miguel en la mina de Burié (Yaracuy). En 1603, en Margarita, con una mujer
con grandes podere: espirituales. En 1732, con el zambo Andresote en Yaracuy. En 1749, COI
Manuel Espinoza y Eusebio Guzmánen la provincia de Caracas. El 1770, con Cocofío. En 177174, con el negro Guillermo, en los valles de Tuy. En 1795, con José Leonardo Chirinos y José
Caridad González en 1, sierra de Falcón. En 1798, en Carúpano. En 1800, en Maracaibo. Vemos
cuán profundo es el deseo de libertad en el ser humano.
En 1816, Bolívar decreta la libertad de los esclavos, pero ello tardé muchos años en hacerse
realidad. Sólo el 25 de marzo de 1854 la esclavitud es abolida oficialmente, en tiempos del
presidente José Gregorio Monagas y su ministro Simón Planas.
Pero hoy en día podemos constatar otras formas de esclavitud, cuan. do hay personas que
tienen que trabajar hasta los domingos por la tarde para poder vivir...
¿No hay hombres que pretenden tratar a sus mujeres como esclavas? Y, ¿qué pensar de los
tantos buhoneros existentes en la actualidad? ¿Qué libertad tienen los que no tienen un
empleo para mantenerse ellos y sus familias? ¿Qué libertad tienen las mayorías pobres de esos
países que tienen que vivir con el equivalente de un dólar diario?
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
A todos les gusta inventarse un origen elevado. Nadie se inventa un origen humilde. Por eso,
cuando Israel cuenta unos orígenes humildes, eso debe ser histórico. Ellos provenían de unos
emigrantes mesopotamios que se instalaron a orillas del río Jordán. Y, cuando el hambre atacó
sus tierras, tuvieron que pasar a Egipto donde, al comienzo, les fue bien. Pero luego
terminaron siendo esclavizados.
El israelita Moisés conoció la cultura de los egipcios. Pero optó por su pueblo. Y tuvo que huir
al desierto. Allí se le apareció Dios y le dijo: "He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, ¡he
oído el clamor que le arrancan sus opresores y conozco sus angustias! ... Ve, pues, yo te envío
al faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas" (Ex 3,8-10).
Dios nos necesita para luchar contra todas las esclavitudes. Necesitó a Moisés. Y Moisés le
respondió. Se presentó al Faraón, para exigir la libertad de su pueblo. Hubo muchas tensiones
y desgracias. Hasta que el Faraón les permitió salir.
Luego se arrepintió y los persiguió. Cuando llegaron a la orilla del mar (Mar Rojo, o Mar de las
Cañas) no tenían paso. Durante la noche un fuerte viento seca las aguas, e Israel comienza a
atravesar la región pantanosa: los carros egipcios se mueven con dificultad y no los alcanzan.
Cuando llega la marea alta, se ahogan (Ex 14, 5-8. 15-31).
El paso del mar se describe como un nuevo acto creador, de ahí la imagen de la separación de
las aguas y la aparición de la tierra seca. Ser liberado equivale a ser re-creado. Dios es el Señor
absoluto que triunfa sobre todos sus enemigos y conduce a su pueblo a la libertad. El pueblo
de Israel celebrará con la fiesta de la Pascua esta liberación histórica.
Israel comienza así el largo camino del desierto, en el que irá conociendo a este Dios que lo
sacó de Egipto "con brazo fuerte". En el desierto él se le irá dando a conocer.
Dios, que lo ha liberado, quiere hacer una" alianza" con su pueblo. Un pacto de amistad (Ex 19,
1-9).
"A los tres meses justos de haber salido de Egipto, los israelitas llegaron al desierto del Sinaí.
Habían salido de Refidín, llegaron al desierto del Sinaí, y allí acamparon, frente a la montaña.
Moisés subió al encuentro de Dios y e! Señor lo llamó desde la montaña y le dijo:
- Así hablarás a la descendencia de Jacob; así dirás a los hijos de Israel: Ya han visto lo que he
hecho con los egipcios, y cómo a ustedes los he llevado sobre alas de águila y los he traído a
mí. Ahora bien, si me obedecen fiel~ mente y guardan mi alianza, ustedes serán el pueblo de
mi propiedad entre todos lo pueblos, porque toda la tierra es mía; será para mí un reino de
sacerdotes, una nación santa. Esto es lo que dirás a los hijos de Israel.
Cuando Moisés regresó de la montaña, llamó a los ancianos del pueblo y les comunicó todo lo
que el Señor le había ordenado. Y todo el pueblo a una respondió:
- Nosotros haremos todo lo que el Señor ha dicho.
Moisés transmitió al Señor las palabras de! pueblo. Yel Señor le dijo:
- Yo vendré a ti en un densa nube, para que e! pueblo pueda escuchar cómo hablo contigo, y
tenga siempre confianza en ti."
Se concreta en este pueblo la relación de amor que Dios comenzó desde la creación con la
humanidad. Relación de Dios con Israel, total~ mente imprevista y gratuita, expresada en la
frase "Yo seré su Dios ... " que se repite a lo largo de su historia.
La alianza es el plan de Dios con la humanidad que se hace patente en el pueblo de Israel,
pequeño e insignificante, que él se buscó y pre~ paró para darse a conocer. Es el anticipo de lo
que luego se realizará en la Nueva alianza en Jesús, su Hijo.
C. Respondemos con nuestra vida
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Dios escogió al pueblo de Israel, e hizo una alianza con él. Nosotros esta~ mos llamados
a vivir en esa alianza por Jesús. Somos su pueblo y él es nues~ tro Dios. ¿ Qué cambia
en tu vida por esta realidad?
Sin embargo, vemos que todavía existe la esclavitud. ¿Dónde la ves?
¿ Qué dice Dios de la esclavitud? ¿ Le es indiferente? ¿Le preocupa? ¿ Cuál es su actitud
ante la esclavitud?
¿Cuál debe ser la actitud cristiana frente a la esclavitud?
D. Celebramos nuestra fe
Se ambienta el sitio de la reunión con algunos símbolos de esclavitud (cadenas, etc.).
Canto de entrada: Un pueblo que camina por el mundo.
Guía: Pidamos perdón a Dios por todas las esclavitudes que existen hoy en día. Y por lo poco
que hemos luchado los cristianos contra esas esclavitudes. En forma espontánea, algunos
expresan de qué nos arrepentimos, y todos responden: "Perdona a tu pueblo, Señor".
Guía: escuchemos el texto del Éxodo que nos presenta a Dios que sale al encuentro del
sufrimiento de su pueblo y llama a Moisés para que en su nombre lo libere.
Se toma la lectura del libro dél Éxodo 3,1-14. Después de reflexionar unos momentos sobre la
lectura, se puede compartir en el grupo lo que el Señor haya inspirado a cada uno a través de
ella.
Guía: Dirigimos a Dios nuestras oraciones, pidiéndole fuerzas para luchar contra todas las
esclavitudes que todavía se dan entre nosotros. Después de cada intención decimos: "Te lo
pedimos, Señor" .
El guía u otro miembro del grupo invoca sobre el grupo la bendición de Dios: "El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna". Amén.
Como signo de que formamos el pueblo de la nueva alianza, nos des~ pedimos dándonos
todos mutuamente la paz.
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
Vocación y tarea de Moisés: Ex 3
Canto de acción de gracias de los liberados: Ex 15 Ratificación de la alianza: Ex 24, 1-11
Del Catecismo de la Iglesia Católica
Síntesis de la historia de Israel: 59 a 64
9. DIOS ESTABLECE UNA NUEVA RELACIÓN CON SU PUEBLO: EL
CÓDIGO DE LA ALIANZA
A. Partimos de la Realidad
En tu vida has experimentado muchas veces nuevas amistades, el amor sea de pareja sea
como hijo, hija o padre, madre... ¿Cómo te relacionas con otra persona? ¿Y con quien te quiere
de verdad?
¡Qué bueno es descubrir que el otro vale, que dispone de un montón de cualidades! y también
de algunos defectos.
Una relación nueva trae a veces sorpresas. Se busca encontrar la felicidad y ayudarse
mutuamente en esta tarea. Existen días buenos y días malos, días de un gran amor y otros ...
mejor no decido:
Para ayudarse en esta nueva relación es bueno que haya un mínimo de acuerdos. Se necesita
establecer algo de reglas o normas. Estas ayu~ darán en el crecimiento en el amor, en el
fortalecimiento de la mutua relación, en la realización de cada uno. ¿No te parece interesante
profundizar esta realidad?
Así como se presenta todo eso entre los seres humanos, también se encuentra entre un Dios
que ama y los hombres que responden a este amor ofrecido. ¿Cómo estableció Dios esta
nueva relación? ¿Estás dispuesto a descubrir el alcance de esta nueva relación? Entonces,
sigue adelante.
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
Ya viste cómo Dios actuó de una manera especial con los hombres.
Ayudó a su pueblo para liberarse de la esclavitud de la cual era víctima en Egipto. Se manifestó
como un Dios de amor lleno de poder para guiar al pueblo. Fortalece la relación con el pueblo
que a su vez exclama: "Este Dios es nuestro Dios, y nosotros somos su pueblo. Nuestro Dios es
fiel y nosotros le respondemos con fidelidad". Es la "alianza" de Dios con su pueblo. Esa es la
gran verdad que se analiza en este tema. ¿Cómo responder con fidelidad ante la propuesta de
Dios?
Dios tomó la iniciativa y entregó por medio de Moisés los diez mandamientos. Son caminos
para expresar tu fidelidad, tu amor ante Dios. Permiten encontrar gozo y felicidad en tu nueva
relación con Dios. No te pesan, no te fastidian, no te esclavizan. Al contrario, te liberan, te
ayudan a encontrar te con Dios, con los demás y contigo mismo.
La clave de comprensión está en la experiencia de libertad recibida como regalo de Dios y el
cambio radical de la vida de los israelitas: de esclavos a pueblo libre. Por eso, cuando Dios
entrega los mandamientos a Moisés comienza diciendo:
"Yo soy Yahvé, tu Dios, el que te sacó de Egipto, país de la esclavitud" (Ex 20,1) ..
Los diez mandamientos adquieren una especial importancia por la aceptación de ellos por
parte de Jesús. Más todavía, los completa, los engloba en el nuevo mandamiento. Dijo: "No
piensen que he venido a abolir las enseñanzas de la ley y de los profetas; no he venido a
abolirlas, sino a llevada a la perfección" (Mt. 5, 17).
Los diez mandamientos están organizados en dos grupos: el primero de tres se refiere a tu
relación con Dios; los siete siguientes son más bien de índole social, tienen que ver con tu
relación con los demás y contigo mismo. Ambos tienen por finalidad vivir con profundidad la
presencia de Dios. Y aquí hay una novedad: Demasiadas veces se entendieron los
mandamientos como prohibiciones, mientras que encuentran su verdadero sentido en una
formulación positiva, en un deber, en una tarea. Ahora, se te ofrece una breve descripción de
cada uno de los mandamientos para descubrir el papel que juegan en la vida diaria.
1. Amar a Dios por encima de todo (Amarás a Dios sobre todas las cosas) .
Tú amas a Dios, ¿verdad? Tu respuesta es positiva y suena como "claro que sí". Sin embargo,
es necesario revisar cómo es ese amor a Dios. Lo amas sobre todas las cosas o después de
otras cosas que tienen mayor importancia para ti. El mandamiento ubica a Dios en el primer
lugar. No hay otro al lado de Él, no tiene competidores. Todas las criaturas deben apuntar a su
Creador, a Dios. No hay un puesto para los falsos dioses o ídolos. Uno solo es Dios, un Dios que
te ama, un Dios a quien tú respondes con amor.
2. Utilizar bien el nombre de Dios (No tomarás el nombre de Dios en vano).
El nombre de algo o de alguien lo identifica. Es propio. Así mismo pasa con Dios. Si tú amas a
Dios, también respetarás su nombre. Está íntimamente vinculado con Dios. Utilizas el nombre
de Dios para alabarle, para bendecir, para expresar ante Él tu agradecimiento y tus peticiones.
3. Santificar la fiesta de Dios (Santificarás las fiestas).
En el primer relato de la creación del mundo, todo fue creado en seis días. El séptimo es día de
descanso. Dios contempla su creación y vio que todo estaba muy bien hecho. Es su día. Es el
día de alabanza, de contemplación de la creación y su autor. Es el día que tú necesitas para
descansar, para re-crearte (hacerte de nuevo), para dar a Dios el lugar que le corresponde. Es
un día especial para reconocer a Dios como tal. Es el día domingo para los cristianos, porque
recordamos que ese día resucitó Jesús. Por eso la fiesta de los cristianos es la Misa o Eucaristía.
¿Cómo puedes agradecer a Dios todo lo que dio en la semana? ¿Cómo estar más cerca de los
tuyos? .
4. Apreciar al padre, a la madre y a todo aquel que tiene autoridad (Honrarás padre y
madre).
Padre y madre son colaboradores de Dios. Ellos entregan lo mejor de sí mismo en la atención y
educación de sus hijos. Merecen tu respeto, tu ayuda, tu consideración, sobre todo cuando ya
se encuentren quebrantado de salud o imposibilitado para valerse por sí mismo. Las personas
que ejercen autoridad cuentan con tu apoyo para alcanzar una sociedad más justa.
5. Cuidar mi salud, mi vida, y la de los demás (No matarás).
La vida humana es sagrada: desde la concepción en el vientre materno hasta la muerte. Incluye
también el cuidado de la salud. No puedes poner en peligro la salud y la vida. Ni la tuya, ni la
de los demás. De una manera especial se refiere a los indefensos, a los niños, a los enfermos y
ancianos. Se ayuda en estos cuidados con una buena alimentación, con suficiente descanso,
con una vida armoniosa. Es preciso recordar que también la naturaleza exige tu respeto para
garantizar un medio ambiente favorable y sano.
6. Vivir la sexualidad correctamente (No cometerás actos impuros).
La sexualidad es el modo propio del ser, del actuar y del pensar. Se realiza de dos maneras:
masculina y femenina. Hombre y mujer se tratan, se comprenden y comparten su vida. La
afectividad se expresa en una sonrisa, una caricia, un beso. Para la pareja existe una manera
especial para vivida, es decir, por medio de la relación sexual. Esta se realiza con un profundo
respeto para con el compañero o compañera de vida. No puede reducirse a un acto vacío, sin
amor o sin armonía. Tú también tienes que vivir tu sexualidad correctamente, sin ofensas ni
maltratos
7. Respetar los bienes ajenos (No robarás).
Toda persona tiene bienes. Pueden ser propios, alquilados o prestados. Se pide el respeto ante
estos bienes. Son cuidados y utilizados como debe ser. No se puede robar o hurtar lo ajeno, ni
tampoco estafar o negar el pago de los servicios públicos y los impuestos. La corrupción y la
flojera en el trabajo son atentados contra este mandamiento. También resulta ser importante
respetar las áreas de uso común como son: el transporte público, el parque, las plantas y
árboles en los jardines...
8. Tener siempre la verdad por delante (No dirás falso testimonio ni mentirás).
¿Por qué hay tantos enredos en la sociedad? Muchas veces se ubica la causa en la mentira,
hipocresía y falsedad. Ellas corrompen la convivencia humana. Dañan la confianza, el respeto,
la fraternidad. Por eso es tan importante luchar por la verdad, decir la verdad y vivir en la
verdad.
9. Cultivar un corazón puro (No consentirás pensamientos ni deseos impuros).
El sexto mandamiento se refiere a las acciones concretas para vivir correctamente la
sexualidad. El noveno, más bien, insiste en la necesidad de cultivar buenos pensamientos. Es
un asunto de lograr el dominio de la imaginación, las fantasías y de los deseos sexuales. Debes
mantener un corazón puro. En el entorno se presenta fácilmente un deseo desordenado
provocado por la imagen de un cuerpo bonito. Puede desembocar en pensamientos
abusadores hacia la otra persona. Es preciso saber respetar la pareja ajena.
10. Apreciar los bienes ajenos (No codiciarás los bienes ajenos).
¿Cuántas veces no aparecen en tu mente pensamientos de envidia? Es casi siempre la
consecuencia de comparar lo que tiene el otro y lo mío. Hay que aprender a valorar
positivamente los bienes del otro y a evitar el deseo desordenado de querer tener más.
C. Respondemos con nuestra vida
Los diez mandamientos son un abanico de oportunidades para encontrarse con el verdadero
amor.
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¿Cuál de estos mandamientos se realiza con más facilidad en tu vida?
¿Con cuál tienes dificultades para llegar a su realización?
Aquí es importante darse cue.nta que cada uno de los mandamientos apunta al mandamiento
único del amor. Si amas de verdad, estarás de acuerdo en vivir tu vida según los
mandamientos.
D. Celebramos nuestra fe
Esta celebración puede ir preparando la "renuncia de los ídolos" que se hará más adelante.
Canto de motivación: El pueblo de Dios
Invitar a los participantes a decir qué puntos comunes encuentran con el Pueblo de Dios en el
desierto: cuáles son sus pruebas, cuál su esclavitud, cuál su libertad...
Oración: Dios, liberador de Israel, nuestro liberador. Te reconocemos presente en medio de
nosotros, una vez más has obrado mara~ villas en la historia, con brazo fuerte nos has sacado
de las tinieblas del error y nos llevas a una vida nueva. Te pedimos que nos acompañes en este
camino de preparación al encuentro contigo. Con confianza te lo pedimos por Jesús, tu Hijo,
con el Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Guía: Cuando el pueblo liberado llegó a la Tierra Prometida, Josué les recordó todo lo que
habían vivido sus padres durante cuarenta años en el desierto y lo confrontó con el Dios
liberador que había hecho alianza con ellos. -Escuchemos y ocupemos el lugar del pueblo.
Lectura: Jos 24, 1-24
En silencio cada uno es invitado a escuchar estas palabras como dirigidas personalmente por
Dios. Después se da un tiempo para compartir la experiencia de la Palabra.
Se invita luego al grupo a volver sobre el texto, repitiendo la frase que más le ha impactado.
Para finalizar, se invita a algún participante a dar gracias a Dios en nombre de todos.
Canto: "Amar es entregarse" (segunda estrofa y el coro).
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
Los diez mandamientos: Ex 20, 1-17; Dt 5,1-21
Escoge el camino del bien: Dt 30, 15-20 La ley del corazón: Jr 31, 31-34
Del catecismo de la Iglesia Católica
Segunda Sección: Los Diez Mandamientos. En particular: * El Decálogo y la ley natural: 20702071
La obligación del Decálogo: 2072-2072
Sin mí no pueden hacer nada: 2074
Los Diez Mandamientos están desarrollados del N° 2083 al 2557, se puede ver el resumen de
cada uno al final de cada capítulo.
"Y SEGÚN USTEDES, ¿QUIÉN SOY YO?".
(Mc 8, 29)
Objetivo del área:
Profundizar la respuesta de fe inicial, de los interlocutores de la catequesis, a la persona de
Jesús.
10. Por amor envía a su Hijo.
11. "Y Según ustedes, ¿quién soy yo?".
12. El mensaje de Jesús.
13. El proyecto de Jesús: el Reino de Dios.
14. La nueva ley.
15. "Murió por nuestros pecados".
16. "Resucitó para nuestra salvación".
10. POR AMOR ENVíA A SU HIJO
A. Partimos de la Realidad
Preparar el nacimiento de un niño es, para el hogar, todo un acontecimiento. Con el avance de
los meses de embarazo aumenta la expectativa de una vida nueva. Ya está por nacer. La futura
madre es la que más participa. Los familiares y vecinos están pendientes.
La espera de un niño va acompañada por sentimientos. Muchas veces causa alegría y gozo; a
veces provoca desencanto por el embarazo no deseado. En todo caso se siente la proximidad
del nacimiento de un niño.
¿Recuerdas cuando nació tu primer hijo, tu primera hija? O, si aún no has vivido esa
experiencia, ¿qué sientes al pensar que un día serás papá o mamá?
Algo de eso sucede cuando María espera el nacimiento de su hijo.
Jesús nace en Belén. Él es el Salvador y tiene por misión ser la alegría para todos: "Les ha
nacido un Niño... que será la alegría de todo el pueblo" (cfr Lc 2, 11).
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
"La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1,14). Dios nos amó tanto y nos envió a su
Hijo para ser el salvador del mundo. Él se hizo uno de nosotros; así asumió todas las
circunstancias alegres y dolorosas de la vida del ser humano, para vencer como hombre lo que
esclavizaba al hombre.
Los cristianos creemos en un Dios de carne y hueso, podemos decir que lo hemos visto, lo
hemos oído, lo hemos tocado (1 Jn 1,1-2). Es el misterio de la Encarnación. Es la expresión
concreta del amor infinito de Dios que envía a su Hijo para manifestarse al mundo.
Jesucristo es Dios y es hombre así nos lo revela la escritura, la Palabra eterna del Padre, el Hijo
de Dios, nacido de la Virgen María, vino para que fuéramos hijos de Dios.
"Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su propio Hijo... "(Gal 4,4).
La encarnación es un acontecimiento único. Esta fe en la encarnación del Hijo Unigénito de
Dios es el distintivo de la fe cristiana.
Por la encarnación nosotros entramos en comunión, recibimos el ser hijos de Dios.
El Verbo de Dios se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios (cf 1 Jn 4,10). Es lo que
Jesús expresa cuando le dice a Nicodemo: "Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo,
sino para salvarlo por medio de él" (Jn 3,17).
Se encarnó para que conociéramos el amor inmenso de Dios que envía su Hijo al mundo para
que tengamos vida y vida abundante, "tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único" (Jn
3,16).
Se encarnó para ser modelo de santidad al identificarse con el Padre:
"El que me ve a mí, ve al Padre" (Jn 14,9). Jesús se muestra como mode~ lo de la santidad de
Dios que hemos de vivir, esta santidad se mani~ fiesta en el amor mutuo que será la ofrenda
efectiva de fe en el Dios encarnado.
Y con su encarnación nos hizo partícipes de la naturaleza divina, hijos de Dios en el Hijo,
porque no solamente decimos que somos hijos de Dios sino que en realidad lo somos:
"Consideren el amor tan grande que nos ha demostrado el Padre; hasta el punto de
llaml'1mos hijos de Dios; y en verdad lo somos.(. . .) Hermanos queridos, ahora somos ya
hijos de Dios, ya un no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que cuando él se
manifieste seremos semejantes al él, porque lo veremos tal cual es" (1 Jn 3,1-2).
La Navidad es el tiempo de esta gran noticia, (Lc 2,10) anunciada a los pobres y pequeños, los
excluidos, a todas las personas porque todos necesitamos salvación.
En esta pobreza se manifiesta la gloria del cielo; por eso hacerse niño es condición para entrar
en el Reino de los Cielos. Navidad es el Misterio de este "admirable intercambio". Este
intercambio nos compromete a amar con el mismo amor con que hemos sido amados:
"Ámense los unos a los otros, como yo los he amado" Gn 15,12)~
C. Respondemos con nuestra vida
Para el cristiano, para la comunidad cristiana, seguir el camino de encarnación del Hijo de Dios
es saber comprometerse con las circunstancias de cada época, sus aspiraciones, sus angustias,
conocer la realidad que nos rodea y hacer lo que esté a nuestro alcance para transformada.
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¿Cómo aprecias el amor tan grande que Dios ha tenido a los seres humanos, y muy
particularmente, a ti?
Celebrar el nacimiento de Jesús es celebrar la venida del Hijo de Dios. ¿Qué significa la
Navidad para ti?
Vivir la presencia de Jesús en la historia es ver a todos los hom~ bres y mujeres como
hermanos. ¿Cuáles cambios exige eso en tu vida?
Si todos somos hermanos ¿Cómo participas de las angustias y anhelos de los demás?
D. Celebramos nuestra fe
Lectura de la Palabra de Dios: Fil 2,6-11
Compartir con los demás del grupo las frases que más te han impactado en la lectura.
Por medio del canto profundizar en la realidad de Jesús: un Dios hecho hombre por nosotros.
E. Para seguir profundizando
De la Biblia
Nacimiento de Jesús: Lc 2, 1-20
El Verbo de Dios: Jn 1,1-14
Partícipes de su filiación: 1 Jn 3,1-2
Del Catecismo de la Iglesia Católica
Por qué el Verbo se hizo carne: 456-460
La Encarnación: 461-46
11. "y SEGÚN USTEDES, ¿QUIÉN SOY YO?"
A. Partimos de la Realidad
Has llegado a la mitad de la Segunda etapa... Tu encuentro con Jesús comienza a tener más
profundidad. Es como en la amistad, como en el amor. Hay un primer impacto. Seguro
recuerdas cuando te enamoraste por primera vez. O cuando comenzó aquella amistad que aún
conservas.
Sería el momento de pensar qué cosas le han hecho tan duradera. Te darás cuenta que el
amor, la amistad, se hacen más profundos en la medida que las personas se conocen,
comparten, abren el secreto de su persona... Lo contrario también es verdad, cuántos
divorcios, cuántas rupturas se habrían evitado con sólo hablar.
Jesús, el Señor, el que viene a mostramos el gran amor del Padre, se ha ido dando a conocer
poco a poco a sus discípulos, y, a través de los evangelios, también tú puedes ir profundizando
en su conocimiento y así ahondar en la fe que has puesto en él. La interrogante queda abierta:
¿Quién es Jesús?
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
Jesús a nadie dejó indiferente. Con su predicación y sus milagros, pro~ vocó una fuerte
conmoción entre los habitantes de Israel. Sus oyentes tomaban postura a favor o en contra de
él.
Su manera de ser, de hablar, de actuar era un cuestionamiento a sus oyentes. "(La gente)
estaba admirada de su enseñanza" (Me. 1, 22).
"¿Qué clase de hombre es éste, que hasta los vientos y el lago le obedecen?" (Mt 8, 27) se
preguntaban sus discípulos.
"Señor, veo que eres profeta" Un. 4, 19) afirmó la Samaritana
"Ya no creemos en él por lo que tú nos dijiste, sino porque nosotros mismos le hemos oído y
estamos convencidos de que él es verdaderamente el Salvador del mundo" (In. 4, 42)
proclamaron los samaritanos. Como nos refiere Juan evangelista, "También la gente
comentaba sobre él. Unos decían: - Es un hombre bueno. Otros por el contrario, comentaban: No, no lo es, sino que engaña a la gente" (In. 7, 12).
Afirmaciones e interrogantes que plantean la identidad de Jesús. Te invito a leer el siguiente
texto: Mt 16,13-17. Antes de dar tu propia res~ puesta, continúa leyendo para conocer más de
Jesús, tal como él se va dando a conocer en los evangelios.
* El carpintero, el hijo de María
Cuando la gente de su pueblo se refería a Jesús, lo identificaban como "el carpintero, el hijo de
María" (Mc. 6, 3) . Esta forma de nombrarlo indica que Jesús vivió en Nazaret como otro niño o
joven más del pueblo; llevó una vida tan similar a los otros habitantes del pueblo que no se
recuerda prácticamente nada de todos los años que vivió en Nazaret. Desde la edad de los
doce años, en que se narra el relato de Jesús en el templo de Jerusalén, hasta que se prepara
para la vida pública saliendo al encuentro de Juan en el río Jordán, no se nos ha transmitido
ningún dato sobre Jesús.
Jesús vivió como uno más de los habitantes de Israel. No busques acciones extraordinarias ni
gestos maravillosos. Sólo encontrarás al Nazareno que iba creciendo y desarrollándose" en
sabiduría y edad".
* Compasivo y misericordioso
En diferentes pasajes del Evangelio leemos que Jesús" sintió compasión". Él era sensible ante
las necesidades que sufría su pueblo y se conmovía profundamente ante los sufrimientos que
soportaban los hombres y mujeres que pedían su ayuda.
Jesús tuvo un trato especial con la gente sencilla del pueblo sedienta de la auténtica
enseñanza de la voluntad y ley de Yahvé-Dios contra el conjunto de normas y mandatos que
los responsables religiosos habían creado. Fomentó la amistad con los pecadores, personas
excluidas de la vida religiosa de Israel y favoreció a los pobres y necesitados que se abrieron a
su acción salvadora.
Se conmovió profundamente al contemplar a su pueblo abandonado por los grupos religiosos
o instituciones civiles que se aferraban a sus privilegios y, olvidando las obligaciones que
tenían con la gente, procuraban únicamente su propio bienestar. Exhortaba a sus discípulos
que pidiesen al Padre" trabajadores para la mies", es decir, que no faltasen auténticos
servidores, trabajando por el bien del pueblo.
Frente a una sociedad que condenaba y excluía a los pecadores de los favores de Yahvé, Jesús
mantuvo un trato especial con ellos. En los evangelios leemos las acusaciones que los grupos
religiosos lanzaban contra Jesús: "amigo de pecadores", "va a casa de pecadores y come con
ellos". En cambio él les mira con misericordia, les tiende su mano y les ofrece el perdón y la
amistad de Dios que "protege a justos y pecadores".
Todos los grupos o personas que necesitaban de su ayuda encontraran en Jesús una mano
amiga y una palabra liberadora que les recuperaba de su dignidad. Tuvo compasión, es decir,
padeció con los que sufren y les devolvió la salvación.
* Dios con nosotros
En el relato de la concepción de Jesús, Mateo añade como explicación: "Todo esto sucedió
para se cumpliera lo que había anunciado el Señor por el profeta: «La virgen concebirá y dará a
luz un hijo a quien pondrán por nombre Emmanuel (que significa Dios con nosotros)>>" (Mt 1,
23).
Una de las principales características que definen a Jesús, es que camina a nuestro lado, siente
nuestra historia, asume la debilidad de la carne, trabaja como cualquier obrero de su aldea,
experimenta la pobreza de la gente humilde, sufre la ocupación de su nación por parte de los
romanos, vive las alegrías del pueblo, sufre con su dolor. Nada de lo que ocurre a su alrededor
le es indiferente. Dios se manifiesta en Jesús como alguien igual a nosotros.
* El Cristo, el Mesías
Cuando Pedro proclama a Jesús como el Cristo -el Mesías, el ungido del Señor- manifestaba la
misión especial que Dios, su Padre, le había encomendado.
Así, muchos del pueblo que creían en Jesús decían: "Cuando venga el Mesías, ¿hará signos
mayores que él?" (Jn. 7, 31). La gente proclamaba al Ungido por Dios, Jesús, como el Mesías
prometido a quien identificaban como el Hijo de David y el Rey de Israel. Jesús mismo definió
ante el pueblo su identidad, en la Sinagoga de Nazaret, al afirmar que en él se cumplían los
signos anunciados por el profeta Isaías (Le. 4, 14-21).
Podríamos sintetizar al Jesús de los .evangelios como lo hizo Pedro en la casa de Camelia
cuando, haciendo un recuento de la vida de Jesús, dijo:
"Ustedes están enterados de lo que ha ocurrido en el país de los judíos, comenzando por
Galilea, después del bautismo predicado por Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, a quien Dios
ungió con el poder del Espíritu Santo. Él pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el
demonio, porque Dios estaba con él" (He 10, 37-38).
C. Respondemos con nuestra vida
Es el momento que también tú dejes que Jesús te pregunte quién es Él para ti. Es el momento
de preguntarte seriamente en quién crees cuando dices: "Yo creo en Cristo".
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Y ahora, tú ¿quién dices que es Jesús?
Los apóstoles hablan de Jesús no sólo por que han escuchado hablar de él, sino por lo
que han visto y ·oído. ¿En algún acontecimiento o suceso de tu vida has sentido que
Jesús ha estado cerca de ti, ha intervenido en tu vida?
¿Has tenido que defender alguna vez lo que consideras que es la figura auténtica de
Jesús, contra otras opiniones que considerabas falsas?
D. Celebramos nuestra fe
Se pueden sentar alrededor de unos carteles puestos en el piso que dicen:
JESÚS - CRISTO - HIJO ÚNICO DE DIOS - SEÑOR
Cuatro personas pueden tomar un cartel cada una, el que más le llega, y explicarán a todos los
presentes lo que quiere decir ese nombre aplicado a Jesús.
Se proclama el texto de la confesión de Pedro: Mt. 16, 13-17
Luego se hace un rato de silencio, para que el grupo reviva en este momento la experiencia de
los apóstoles con Jesús. Ahora Jesús le habla a "este" grupo, y a cada uno.
Después, los participantes podrían compartir cuál es su respuesta personal y terminar
haciendo oración con lo que han respondido, sobre todo para expresar su fe en el Señor Jesús
y pedirle con confianza que les ayude en el camino de fe que están haciendo. Se puede
concluir con el canto: "Vive Jesús, el Señor".
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
La profesión de fe de los apóstoles: Mc 8, 27-30
El discurso inaugural en Nazaret: Lc 4, 16-22
Reacción de la gente ante Jesús: Lc 5, 26. 30-32, 6,19; 7,16
Del Catecismo de la Iglesia Católica
El nombre de Jesús: 430; 432
Cristo: 436-437; 440
Hijo Único de Dios: 441
El Señor: 446
12. El MENSAJE DE JESÚS
A. Partimos de la Realidad
Seguramente, te estarás haciendo la pregunta: ¿cómo se relaciona todo lo que estoy
aprendiendo de Jesús con este mundo que parece ignorarlo? ¿Cómo es posible seguir a Jesús
cuando alrededor hay tantas cosas contrarias a lo que Él me descubre como importante para
vivir de verdad y ser feliz?
En el ámbito personal experimentas esta tensión entre una felicidad que se consigue con los
productos de la televisión y una felicidad que se encuentra en lo más hondo de ti. Mirando a tu
alrededor, tus vecinos, tu comunidad, tu pueblo... tu país. ¡Cuántas promesas fallidas!
¡Cuántas esperanzas puestas en proyectos que terminan antes de haber dado frutos!
¿Se puede ser cristiano?, o sea, ¿se puede ser seguidor de Jesús en este medio o hay que
buscar otras respuestas? El tema que sigue te lle~ vará a encontrarte con el mensaje de Jesús,
con su enseñanza que es, a la vez su vida. Tú tienes la decisión: o seguirle a Él o continuar
como hasta ahora.
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
Jesús, Palabra del Padre, viene a realizar el plan de Dios: que seamos felices porque estamos
en amistad con Dios y en armonía' con todos los seres humanos y con la creación. Para esto
Jesús nos hace conocer a Dios como Padre:
"Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y al Padre lo
conoce sólo el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar" (Mt. 11, 27).
En la sinagoga (lugar de reunión y culto en los pueblos o ciudades) de Nazaret, Jesús,
explicando un texto del profeta Isaías, anuncia la realización del plan de su Padre y la misión
que Él ha recibido.
Puedes leerlo en: Lc 4, 16-22.
Lo primero y central que Jesús nos dice de Dios, es que es amor.
El núcleo central de estas palabras de Isaías que Jesús leyó en la sinagoga, y del mensaje de
Jesús es la proclamación del amor de Dios a todos los hombres especialmente a los pobres y
pequeños. "Tanto amó Dios al mundo... ".
El amor de Dios no tiene fronteras: la salvación se extiende y anuncia en todos los rincones de
la tierra: "Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos... " (Mt. 28, 19).
Es un amor que se da a todos por igual: Dios no divide a la humanidad en buenos y malos.
Jesús dice: "... su Padre del cielo que hace salir el sol sobre buenos y malos, y manda la lluvia
sobre justos e injustos" (Mt 5, 45). Para Dios no hay buenos y malos. Sólo hijos. Unos, viviendo
en fidelidad a su palabra y otros, teniendo que volver a la casa del Padre para disfrutar
también de la vida de Dios.
La característica que Jesús más pone en evidencia es el amor misericordioso de su Padre.
Todos sus gestos, sus actitudes y sus preferencias están orientados por este amor. Jesús se
acerca al pobre y marginado. Recibe al excluido, al despreciado, al que no cuenta. Su gestos
son totalmente desconcertantes. Toca al leproso para curarlo: "Jesús compadecido, extendió la
mano, lo tocó y le dijo: «Quiero, queda limpio»" (Mc 1,42). Se compadece de la viuda de Naím,
que queda sola y desamparada: "El Señor, al verla, se compadeció y le dijo: «No llores más» (Lc
7, 13).
De manera totalmente original, muestra el amor de Dios al pecador: come con los publicanos y
prostitutas. Su conducta escandaliza a los fariseos, que preguntan a los discípulos: "¿Por qué
come con los que recaudan impuestos para Roma y con pecadores?" (Mc 2, 16). La res~ puesta
de Jesús deja bien clara su misión: "No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. Yo no he
venido a llamar a los justos, sino a los pecadores" (Mc 2,17).
Con distintas parábolas reafirma que su actitud no es sino reflejo de lo que hace su Padre.
El amor de Dios se expresa en su predilección por los pobres, sencillos y marginados.
En una de las más hermosas oraciones que encontramos en los evangelios vemos a Jesús que,
elevando su plegaria al Padre, dice: "Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
has escondido estas cosas a los sabios y prudentes y se has dado a conocer a los sencillos" (Mt.
11, 25). El mensaje de salvación, proclamado por Jesús, es capta~ do, particularmente, por los
sencillos. Ellos son los destinatarios predilectos de sus enseñanzas.
Jesús demuestra una amistad especial a toda clase de personas rechazadas por los dirigentes
religiosos del Pueblo de Israel: pecado~ res, enfermos, pobres, funcionarios al servicio de los
romanos, extranjeros, samaritanos... Mujeres y niños relegados de la vida social y religiosa de
Israel; enfermos, apartados de la vida con el pueblo, experimentaron la cercanía y amor de
Jesús.
Distinguió a muchas mujeres con su amistad. A algunas las nombra el evangelio: Marta y
María, María Magdalena. Las incorporó a su misión y le acompañaban en su ministerio. Regaña
a los discípulos que apartaban a los niños de su presencia, se compadece y ayuda a los
enfermos y necesitados. Desde estas personas Jesús nos enseña su mensaje de amor y
salvación.
C. Respondemos con nuestra vida
Jesús vino a darnos a conocer el verdadero rostro de Dios. Toda su vida, su mensaje, sus
palabras, sus gestos, actitudes, los milagros, muestran cómo es Dios. La razón de su vida se
puede resumir: "Yo soy así, yo hago así, yo digo... porque el Padre es así". Esta es la síntesis de
la vida y el mensaje, lo que Jesús te da a conocer hoy. Su mensaje es Evangelio, que quiere
decir Buena Noticia (cfr. Me 1,15; Lc 2,10).

¿Qué tiene el mensaje de Jesús como buena noticia para ti?



¿Cuáles aspectos del mensaje de Jesús te ayudan para encontrarte con el Dios
verdadero?
Al escuchar (meditar) el mensaje de Jesús, ¿qué influencia tendrá en tu relación con tu
familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo?
Y, ¿qué influencia tendrá en tu relación con Dios, con los pobres, los enfermos, los
demás?
D. Celebramos nuestra fe
Ambientación: Los participantes se reúnen en un lugar adecuado en el que se ha preparado un
espacio para colocar la Biblia. También se tienen cinco velones apagados. El grupo se dispone
alrededor de la Biblia. Cada uno puede llevar su Biblia.
Uno de los asistentes proclama el llamado discurso inaugural de Jesús en la sinagoga de
Nazaret: Lc 4, 14-22.
El guía invita a que todos abran su Biblia en el texto que se acaba de leer (Lc 4, 14-22) Y sugiere
que cada uno se imagine que la escena descrita está ocurriendo ahora, y que ellos son los
oyentes.
Después de un momento de silencio, en forma espontánea, cinco personas explican qué quiere
decir Jesús con:





Anunciar la buena noticia a los pobres
Proclamar la liberación a los cautivos
Dar vista a los ciegos
Libertar a los oprimidos
Proclamar un año de gracia del Señor
Después de cada intervención, quien ha hablado se acerca y prende uno de los velones que
están alrededor de la Biblia. Mientras tanto, los demás cantan: "Buenas Nuevas".
Luego, el guía invita a que todos hagan oración con el texto leído, expresando al Señor sus
sentimientos y su deseo de hacer presente la buena noticia de Jesús en su vida. Es
recomendable que se expresen compromisos concretos.
Se termina cantando: "Jesucristo me dejó inquieto".
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
Jesús se revela a los sencillos: Mt 11, 25-30
La nueva situación inaugurada por Jesús: Lc 6, 33-39
El mensaje de la misericordia: Lc 15; Jn 8, 1-11
Del Catecismo de la Iglesia Católica
El bautismo de Jesús: 535-537
El Reino de Dios está cerca: 541-542
13. EL PROYECTO DE JESÚS: EL REINO DE DIOS
A. Partimos de la Realidad
En tu vida tienes multitud de proyectos: profesionales o familiares; económicos o culturales;
recreativos, deportivos y socio-laborales.
Pero todos los proyectos, trabajos e iniciativas que tienes, no tendrían sentido si tu existencia
no se guiara por un objetivo fundamental que orienta y aglutina todas las actividades que
realizas. El proyecto que da vida a los diferentes objetivos que te propones es aquello en lo
que pones el corazón: tu felicidad, tu familia, la patria, el trabajo ... en una palabra, el valor
fundamental sobre el que haces girar toda tu vida.
Cuando una persona se siente profundamente frustrada, cuando "no encuentra sentido" a casi
nada de lo que hace, es porque no ve o no ha sabido construir un proyecto personal que dirija
el caminar de cada día.
Jesús también tuvo un objetivo clave en su vida: el Reino de Dios. Su nacimiento en la pobreza
de Belén, su vida sencilla en Nazaret, su predicación por los caminos y ciudades de Israel, su
muerte y resurrección ... responden a la manifestación de un Reino" que ya está en medio de
nosotros". Y, tú, ¿puedes hacer te solidario con el proyecto de Jesús? La invitación es de Jesús.
¿Cuál es tu respuesta?
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
El Reino de Dios es el mensaje central de la predicación de Jesús. En Galilea, al inicio de su
ministerio, Jesús proclama la buena noticia de Dios: "El plazo se ha cumplido. El reino de Dios
está llegando. Conviértanse y crean en el evangelio" (Me. 1, 14). Es el alegre anuncio de la
presencia de Dios entre nosotros por la llegada de Jesús.
En tiempos de Jesús, el grupo de los fieles esperaba la próxima aparición del Reino de Dios
anunciada por los profetas. Juan Bautista, con su mensaje de conversión, y Jesús con el
anuncio de la Buena Nueva, proclaman la llegada del Reino de Dios Jesús no define en ningún
momento qué es el Reino de Dios. Él lo muestra con sus obras y lo explica con sus palabras.
Especialmente con las parábolas quiere dar a conocer la acción salvadora de Dios, de una
manera totalmente inesperada.
Por ejemplo, Jesús compara el Reino de Dios al grano de mostaza (Mc. 4, 30-32) Y con la
levadura (Mt. 13,33). El grano de mostaza, una semilla pequeñísima, que cuando germina y
crece produce un árbol que da sombra y donde anidan los pájaros. O la levadura, que siendo
poca, hace que toda la masa crezca. Es increíble, tan pequeño o tan poco, y, ¡cómo creció! El
Reino viene así y es lo que ven los que lo rodean: un pequeño grupo del pueblo está aceptando
la novedad del mensaje que se está proponiendo. Sus seguidores, discípulos y apóstoles son
gente sencilla y trabajadora, sin poder ni relevancia social. Lo esencial del Reino no es su
fuerza, poder o extensión sino el testimonio de una vida en plenitud que cambiará el futuro del
mundo entero.
La presencia y acción del Reino debe ser reconocido. Jesús lo compara al tesoro escondido (Mt.
13,44) o a la perla preciosa (Mt. 13,45-46). El tesoro estaba escondido en el campo. Se
encuentra allí... pero hay que descubrirlo. La perla posee un gran valor... pero hay que
reconocerlo. Del mismo modo, el Reino de Dios puede estar en medio de nosotros pero se
tiene que descubrir. Saber interpretar, en los acontecimientos de la vida, los signos que
señalan la presencia del Reino para poder entrar en él.
Jesús deja en claro cuáles son algunas condiciones para participar del Reino: ubicarse en el
plan de Dios (Mt. 7,21), tener sencillez, confianza y humildad (Mt. 18,3), obedecer los
mandamientos de Dios (Mt. 19,17), estar dispuesto a seguirle (Mt. 19,21), estar despierto (Mt.
25,13)....
Jesús no sólo habla del Reino, sino que hace los signos del Reino.
Jesús inaugura el Reino en la tierra. Comienza a germinar la vida nueva que manifiesta con sus
obras y palabras. Cuando los discípulos de Juan el Bautista le preguntan si es el que ha de
venir, el Mesías esperado que trae el Reino de Dios, Jesús les responde: "Vayan y cuenten a
Juan lo que están oyendo y observando: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan
limpios, los sordos oyen y los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia.
¡Y dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí!" (Mt. 11,4-6). Estos son los signos del
Reino.
Se restablece la justicia de Dios. Se manifiesta a un Dios Padre que protege a sus hijos,
interviene a favor de los necesitados, acoge y perdona a toda la humanidad. Comienza la
liberación del mal en el mundo, se rompen las cadenas de la opresión, se practica la justicia y
la caridad. Se anuncia la salvación de todo el género humano. En el mundo resuenan las
palabras que dijo Jesús a Zaqueo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa" (Le. 19, 9).
Si bien Jesús anuncia la llegada del Reino en su persona, también muchas veces deja en claro
que es un Reino que vendrá y al que hay que esperar. Con Jesús el Reino está presente, pero
todavía no ha llegado a la plenitud. Jesús curó enfermos, perdonó pecados... pero el mal
continuaba a su alrededor. Con sus palabras y acciones estaba proclamando que el Reino no
era una fantasía o un sueño irreal sino un hecho real que comienza a realizarse cuando la
Palabra de Dios entra en la historia. Allí empieza a materializarse el proyecto que Dios había
concebido en la creación del hombre y la mujer: un mundo en armonía consigo mismo y en
comunión con Dios.
Ciertamente el pecado continúa manifestándose en medio de nosotros con sus múltiples
rostros, pero ya se está anunciando y viviendo la novedad del Reino de Dios. Es la parábola del
trigo y la cizaña (mala hierba) (Mt. 13, 24-30). Del mismo modo que, en la semilla, ya está el
anuncio de la madurez del fruto que se producirá a su tiempo, así el Dios de la historia, con los
signos de salvación, nos indica la meta que debemos alcanzar.
C. Respondemos con nuestra vida
El proyecto personal de Jesús se identifica con el Reino de Dios: hacer presente a Dios en la
historia y en la humanidad en todos los tiempos. Los hombres y mujeres son llamados a ser
hijos e hijas de Dios. Tienen que recuperar la dignidad fundamental que es ser imagen de Dios.
Jesús invita a sus discípulos, y a todo aquel que acepta seguirle, a participar de este proyecto:
descubrir y anunciar la presencia de Dios-amor en medio de nosotros.


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
¿Cómo entra el proyecto de Jesús en el proyecto de tu vida?
¿Qué importancia tiene el Reino de Dios para ti?
¿Cuáles son las señales que identifican el Reino de Dios en tu ambiente?
¿Qué signos del Reino encuentras hoy en Venezuela y en tu entorno?
¿Qué realidades concretas se oponen a la presencia del Reino?
¿Qué actitudes y actividades debes potenciar para promover el Reino de Dios en tu
entorno?
D. Celebramos nuestra fe
Ambientación: Preparar el sitio de la celebración, si es posible con una mesa con su mantel en
la que se coloca un crucifijo y un velón encendido. Alrededor del crucifijo y el velón se
esparcen fotografías o afiches con la figura de personas significativas que han trabajado por el
bien de la humanidad. Los participantes a la celebración están sentados alrededor del crucifijo
y las fotografías.
Canto: "Tu Reino es vida" .
El guía invita a todos a mirar las imágenes, si alguno reconoce algún personaje puede tomar su
fotografía, la muestra a los demás y dice brevemente lo que recuerda o sabe de esa persona,
en particular los rasgos más significativos de su vida resaltando que su acción a favor de los
demás ayudó a mostrar el Reino en el mundo.
Después de cada intervención se puede repetir el canto: "Tu Reino es vida".
Después de varias intervenciones, se invita a los presentes a encender sus velas con el velón
que está sobre la mesa.
Lectura de la Palabra de Dios: Lc. 6,20-23
Después de un momento de silencio para interiorizar el texto, se puede compartir aquel1as
frases que más han impresionado y su resonancia en la propia vida.
Oración final: Dios Padre de amor y misericordia, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo
muy amado, Rey del Universo, haz que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado,
sirva a tu Majestad y te glorifique sin fin. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Todos: Amén.
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
Las parábolas del Reino: Mt 13
La misión de Juan y Jesús: Mt. 11,1-24
Del Catecismo de la Iglesia Católica
El Reino está cerca: 541-542
El anuncio del Reino de Dios: 543-546; Los signos del Reino de Dios: 547-550
14. LA NUEVA LEY
A. Partimos de la Realidad
Al ir descubriendo la persona de Jesús, su mensaje, su proyecto, te podrás hacer la siguiente
pregunta: ¿en qué se diferencian los cristianos de los que no lo son? ¿Qué aporta de nuevo a la
vida honrada y justa, el encuentro con la persona de Jesús?
En la convivencia cotidiana estas preguntas surgen, sobre todo en ambientes en que no todos
comparten la misma fe, o al menos que no viven de acuerdo a la misma. Seguro que al saber
tus compañeros o amigas que estás siguiendo este camino, te harán alguna de esas preguntas..
Al conocer y profundizar el Decálogo, como" código de la Alianza" de Dios con su pueblo, te
diste cuenta que los mandamientos protegen y están a favor de la dignidad de la persona
humana, protegen su vida, defienden sus derechos.
Al encontrarte con la persona de Jesús, te das cuenta que hay una invitación a vivir en plenitud
y de modo nuevo, superior a la "antigua" alianza.
Mirando a nuestro alrededor puedes encontrar esa novedad. En la comunidad cristiana hay
ejemplos admirables de esta experiencia, como los hay también del rechazo a la invitación de
Jesús.
¿Qué te llama más la atención de estas experiencias?
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
El anuncio del Reino tiene consecuencias prácticas en las opciones morales del seguidor de
Jesús. Aceptar al Señor es entrar en la dinámica de su Reino y vivir según una nueva escala de
valores.
En los temas anteriores has descubierto el mensaje y el proyecto de Jesús, que se resumen en
el anuncio de la buena noticia del Reino de Dios. Inaugura así un tiempo nuevo en el que Dios,
a quien Él enseña a llamar "Padre", da su amor y salvación a todos. Es decir, somos sus hijos y
hermanos entre nosotros. En este marco Jesús, como profeta, denuncia el olvido de la Alianza
y el haber hecho de la ley el valor supremo. Por eso reclama sobre todo a los escribas y
fariseos, que han olvidado la razón del decálogo: "Yo soy tu Dios, que te saqué de Egipto... " e
hicieron del código de la alianza, una ley opresora.
En este tema estás invitado a descubrir cuál es la "ley" del Reino de Dios. Cuál es la clave para
decidir sobre el bien y el mal. Cuál es el patrón de conducta para los seguidores de Jesús.
La primera afirmación es que el "amor" es el corazón y el alma de la "nueva ley". En la lógica
del Reino de Dios, presentado como un don, una oferta gratuita de salvación y de perdón de
los pecados por parte de Dios, la respuesta es el amor incondicional a Dios y en él a todo ser
humano reconocido como un hermano.
Todo lo que has aprendido sobre Jesús te lleva a descubrir el amor gratuito de Dios y el gran
regalo que te hace en su Hijo. De aquí que, al entrar en esta nueva realidad que Jesús llama el
Reino, se establece un nuevo tipo de relaciones. Con Dios, a quien ahora puedes llamar Padre
y, por lo tanto, la relación es de filiación. Con los demás: de fraternidad. Y con lo creado, don
de Dios para el sustento de todos sus hijos y que se te ha entregado para que cumpla con su
finalidad.
Se entiende ahora porqué Jesús habla de "dar cumplimiento a la ley" (Mt 5,17). Porque la meta
está mucho más allá del cumplimiento de normas jurídicas: "ustedes sean perfectos como es
perfecto su Padre celestial" (Mt 5,43-48). En esta perspectiva, las leyes y cualquier tipo de
instituciones quedan subordinadas a la única ley que es capaz de romper las barreras entre los
hombres, la ley del amor.
Uno de los textos evangélicos donde aparecen las consecuencias prácticas de esta nueva vida
lo puedes encontrar en los capítulos 5 al 7 de Mateo, texto conocido como el Sermón de la
Montaña.
Es un texto que recuerda la experiencia de Moisés en el Sinaí. Mateo lo escribe así con toda la
intención de presentar a Jesús en la montaña, como nuevo Moisés que proclama una nueva
ley: “Se dijo... pero yo les digo".
Conviene recordar la finalidad del decálogo: Dios lo entrega a Israel para que viva como u su"
pueblo: que ame a su Dios con todo el corazón, porque experimentó el amor que le tiene y que
viva en la libertad que recibió como don al salir de Egipto, en una relación de justicia con los
demás. Justicia al estilo de Dios, o sea, que defienda el derecho del pobre y del explotado.
La plenitud de la ley que anuncia es el don del Espíritu Santo.
La ley nueva es la gracia de ese Espíritu que nos hace ser hombres y mujeres nuevos. Esta
gracia que nos santifica nos va asemejando también a Cristo, nuestro hermano mayor, pues
somos hijos del mismo Padre.
Si nos convertimos en hijos, debemos vivir como hijos de Dios, que 'hemos recibido la primicias
de su Espíritu (Rm 8,23) para cumplir la ley nueva del amor.
El Espíritu de Jesús que actúa en cada cristiano lo encamina a que busque y cumpla la voluntad
de Dios. Esta ley interior de la gracia es, pues, el elemento primordial del Reino. Es la gracia lo
que salva, no las normas y preceptos externos. Pues, sin la ley de la gracia y de la caridad dada
con la gracia, inclusive el gran precepto del amor dado por Jesús quedaría muerto.
¿Qué dice Jesús de los mandamientos? Busca en los Evangelios su pensamiento.
Para entrar en la vida eterna Jesús pone como primera condición "cumple los mandamientos"
(Mc 10, 17-22). Empero, esto es sólo el, comienzo. Porque ante la respuesta del joven rico, ya
los he cumplido desde pequeño", Jesús le responde: "Sólo te falta una cosa: anda, vende todo
lo que tienes, dalo a los pobres, y así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven Y sígueme"
(Mc 10, 21). Este texto es para todas las personas... el seguimiento de Jesús es la condición de
vida del cristiano y cristiana. El que por la fe le ha aceptado, vive su vida" como él vivió".
¿Cómo amar a Dios?" Amarás a~ Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con
toda tu mente". y añade, "el segundo es semejante a éste: "amarás a tu prójimo como a ti
mismo. Estos dos mandamientos resumen toda la Ley y los profetas" (Mt 22, 37-40). Porque
no se puede amar a Dios sin amar a los seres humanos: "El que no ama a su hermano a quien
ve, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ve?" (Juan 4,20).
De la lectura meditada del Sermón de la Montaña (Mt 5-7) puedes concluir a qué te llama
Jesús, cómo ha de ser tu vida que ha optado por su persona y quiere seguirle.
Esta y otras enseñanzas de Jesús, que buscan directamente cambiar la conducta humana, y de
manera indirecta, también las relaciones sociales, alcanzan su más sublime expresión en "el
mandamiento del amor al prójimo (Mt 5, 43-48) ... La frase" qué hacen de diferente" nos da la
clave ... Su más profundo fundamento se halla en estas palabras:
"Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes" (Lc 6, 36). La radicalidad de la
enseñanza de Jesús se explica, pues, por el mensaje del reino de Dios, que ha llegado ya, y del
amor extremado de Dios que se manifiesta en su persona y que nos obliga a amar igual~
mente al prójimo hasta el extremo. Con este mensaje moral, Jesús no pretende impartir
normas concretas para la acción, sino establecer los criterios que han de servir de orientación
para las relaciones entre las personas y la convivencia de los pueblos. La esperanza en el reino
de Dios no nos hace indiferentes; muy al contrario: nos sensibiliza ante los problemas de la
paz, de la justicia y de la libertad en el mundo.
Jesús no exige nada que Él no haya vivido antes. Camina delante de nosotros. "Ven y sígueme"
es su invitación... Su conducta se caracteriza por el amor, la misericordia, la fidelidad, el amor a
la paz y la disposición al perdón. Él "no ha venido para que le sirvan, sino para servir" (Mc
10,45). La llamada de Jesús es exigente: "Si alguno quiere seguirme, olvídese de sí mismo,
tome su cruz y sígame. Porque si alguno quiere salvar su vida, la perderá; en cambio, si pierde
la vida por mí y por el Evangelio, la salvará" (Mc 8,34-35). Todos estamos llamados a ser
discípulos de Jesús y caminar tras Él, cada uno según su aptitud y vocación particular, según
sus capacidades y posibilidades, pero con la misma resolución y radicalidad.
C. Respondemos con nuestra vida



¿Qué significa en concreto entrar en la dinámica del Reino? ¿ Qué valores, qué
actitudes, qué conductas has de cambiar?
El seguimiento de Jesús es para todos. En este camino de redes~ cubrimiento de la fe,
¿cómo puedes manifestar que eres seguidor de Jesús?
¿Qué consecuencias en la educación de tus hijos y en la vida familiar tiene el entrar en
.la dinámica del Reino?
D. Celebramos nuestra fe
Con esta celebración se quiere ofrecer a los participantes un espacio para interiorizar el
mensaje de Jesús en la propia existencia, es importante por lo tanto lograr un clima de oración
y paz.
Canto: "Oración del pobre". O "Perdona tu pueblo".
Guía: Hemos escuchado en este encuentro· como Jesús nos llama a vivir en plenitud. La
llamada a seguirle es una invitación a entrar en el "Reino" de Dios, es decir, en un orden nuevo
en el que Dios es llamado Padre y todos somos hermanos, porque Jesús nos ha reconciliado
con Él por su muerte y por su Espíritu Santo somos hijos.
Oremos: (Momentos de silencio para que cada uno tome conciencia de esta realidad)
Señor Jesús: hemos escuchado tu palabra, hemos sentido tu llamada, pero como el padre del
muchacho epiléptico te decimos hoy,
"Creo, pero aumenta mi fe". Con Pedro te respondemos, "Señor, a quién iremos, si sólo
tú tienes palabras de vida". Tú conoces lo que hay en cada uno de nosotros, por eso te
pedimos confiadamente que nos ayude tu gracia para responder." Aquí estoy, Señor,
para. hacer tu voluntad". A ti, que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, y eres
Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Monición a la lectura de la Palabra: Pablo ha vivido la experiencia de la debilidad de la
voluntad y el peso del mal en el corazón. Pero también ha sentido la fuerza de la presencia
salvadora del Espíritu en su corazón. Escuchemos:
Lector: Rm 8, 1-4
Respondamos con la meditación del salmo 73 (72): 1-5. 11. 16-17. 23~ 24.27-28 (Un lector va
leyendo las estrofas y responden... )
Todos: Para mí lo bueno es estar junto a Dios.
Guía: Escuchemos ahora a Jesús: Si hacemos lo mismo que los demás, ¿qué mérito tenemos?
Lector: Lc 6,27-38
Se puede invitar a que cada uno ponga por escrito la frase que más le ha impactado del texto
evangélico.
Luego, se proponer hacer un momento de oración con la ·frase seleccionada en la que
expresen al Señor sus sentimientos y presenten su petición por todo los del grupo.
A cada oración respondemos: "Escúchanos Señor Jesús, que confiamos en ti".
Canto:"Jesucristo me dejó inquieto". También "La noticia", o "Evangelio es decir amigo".
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
El sermón de la montaña: Mt 5-7
El mandamiento principal: Mc 12, 28-34
El verdadero discipulado: Jn 15
Del Catecismo de la Iglesia Católica
Jesús y la ley: 577-582
La ley nueva o ley evangélica: 1965,-1974 y 1983-1986
15. MURIÓ POR NUESTROS PECADOS
A. Partimos de la Realidad
Por desgracia, no faltan en el pueblo multitud de situaciones de sufrimiento, cruz y muerte.
Los espacios de pobreza, miseria y degradación se encuentran dispersos en las ciudades,
convertidas en llagas profundas de sufrimiento de una buena parte del pueblo. El panorama de
las ciudades se compone de barriadas sin los servicios mínimos requeridos para llevar una vida
digna, casas desvencijadas, suciedad y basura esparcida por todos los rincones... muestras del
más completo abandono. Muchos trabajadores han tenido que recurrir a la economía llamada
"informal" por falta de puestos de trabajo. Los niños en las calles vendiendo periódicos,
ancianos y "loquitos" pidiendo limosna por todas partes y durmiendo en cualquier lugar.
Jóvenes deambulando sin trabajo por aceras y parques conforman el cuadro de marginalidad
que diariamente se puede contemplar.
Robos, asaltos, asesinatos, droga... son la consecuencia lógica de la degradación. Cruces y
crucificados que participan de la muerte injusta de Cristo.
El campo sufre la desidia e improvisación de los gobernantes de turno. Carente s de vialidad,
sin servicios de salud, educación o diversión... son el caldo de cultivo para la despoblación rural
y el desarraigo de tantas familias que tienen que emigrar a las periferias de las ciudades.
Pasión de Cristo hoy, en las zonas rurales.
Familias rotas por el divorcio; madres adolescentes; hijos que no conocen a sus padres;
abortos provocados; discriminación de la mujer, de los indígenas y. de los indocumentado s;
jóvenes que no pueden ingresar a la universidad por falta de recursos económicos; niños que
abandonan la escuela por la indiferencia de sus padres; enfermos recorriendo clínicas y
hospitales donde no se les admite por no disponer de los recursos económicos exigidos para su
ingreso; justicia inalcanzable para los pobres, corrupción generalizada ... son las llagas de Cristo
sangrando en nuestra sociedad.
Nuestro pueblo se identifica con la Cruz de Cristo porque experimenta en su carne el dolor del
crucificado.
¿Dónde encuentras tú la Cruz del Señor? ¿Eres de los que fomentan el sufrimiento en tu
familia y en tu entorno, o ayudas a remediar en algo los malos que ves? ¿Haces algo para
solidarizarte con aquellos que cargan la cruz?
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
En un primer plano, lo primero que encontramos en el acontecimiento de la muerte de Jesús
es el desenlace de una vida que apostó por la verdad de Dios y la justicia del hombre frente a
las leyes, normas y tradiciones judías, así como la ambición de poder de los dirigentes políticos
y religiosos de Israel. Jesús denuncia la hipocresía de unos y desenmascara la ambición de los
otros. Con su vida y enseñanzas se pone de parte de los pobres y necesitados, del pueblo que
se encontraba como "ovejas sin pastor" (Me. 6, 34). Esta opción le ganó la enemistad de las
autoridades de Israel que buscaron todos los pretextos para condenar a Jesús.
La resurrección de Lázaro, hermano de Marta y María, grandes amigos de Jesús y personas
influyentes que pertenecían a la clase acomodada de Betania, pueblo cercano a Jerusalén, fue
el desencadenante de la condena a muerte de Jesús. Los dirigentes veían peligrar su posición
y, en nombre del pueblo a quienes decían representar, provocan el final de la trama de Jesús.
Estaba condenado de antemano (In. 1.1, 45-50).
Todos estos factores decidieron la sentencia de Jesús. En el tribunal Jesús declaró que Él era
"el Cristo, Hijo de Dios bendito" (Me. 14, 60~ 64) Y dictaron sentencia de muerte contra Jesús.
Pero a Jesús no le arrancan la vida, Él es quien la entrega. "Nadie tiene poder para quitármela;
soy yo quien la da por mi propia voluntad" (Jn. la, 18). Con su muerte por amor, Cristo carga
con nuestros pecados y los destruye en la cruz reconciliándonos de este modo con Dios (Rom.
5, 10). Con su muerte nos abrió el camino de la vida.
En el relato de su muerte se nos revelan las dos actitudes funda~ mentales que guiaron la vida
de Jesús.
En primer lugar, cumplir la voluntad del Padre. Toda su vida, como él mismo confesó, es hacer
la voluntad del Padre. "Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su
obra" (Jn. 4, 34). En el huerto de los Olivos, Jesús oraba al Padre diciendo: "Padre, si quieres,
aparta de mí esta prueba, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya" (Le. 22, 42).
Se pone en manos del Padre cumpliendo hasta el final una vida en, obediencia al Padre. Ahora,
en el momento cumbre de su existencia, también acepta pasar por la muerte en obediencia al
Padre que" tanto amó al mundo que no dudó en entregar a su Hijo a la muerte y una muerte
de Cruz".
La segunda actitud, es la entrega de la vida por amor: "Nadie tiene mayor amor que el que da
la vida por sus amigos" (Jn. 15, 13). Toda la vida de Jesús fue un acto de amor a la humanidad.
La pasión nos demuestra la diversidad de dolores que Jesús sufrió.
Dolores físicos acompañados de un sufrimiento moral infinitamente más profundo y
misterioso: traición, abandono, soledad, tristeza, desolación interior, sentimiento de fracaso.
La pasión abarca todas las realidades dolorosas de Jesús.
Sin embargo, la pasión es una buena noticia de vida y salvación.
Jesús es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. En Jesús, muerto y resucitado,
estamos redimidos, reconciliados, justificados y salvados.



¿Cuáles son las causas fundamentales por las que Jesús murió?
¿En qué situaciones de nuestro ambiente se refleja la Pasión de Cristo?
¿De qué manera participas en la Pasión de Cristo?
D. Celebramos nuestra fe
Para la celebración, se prepara una mesa con un crucifijo y dos velas (cada participante lleva su
propio crucifijo).
Canto: " ¡Victoria! ¡Tú reinarás!"
Guía: Nos hemos reunido en torno a esta imagen de Cristo Crucificado para celebrar el
misterio de Dios, nuestro Padre que tanto nos amó que no dudó en entregar a su Hijo a la
muerte y una muerte de Cruz.
Jesús, en su obediencia al Padre, nos redimió abriéndonos de par en par las puertas de una
vida nueva. Pero, por nuestros odios y egoísmos, nos encontramos con muchas situaciones de
muerte.
Pidamos perdón al Padre por tantos hermanos que sufren:

Por todos los que no encuentran un trabajo digno con el que sustentar a sus familias.
Perdón Señor, perdón
Todos: Perdón, Señor, perdón.

Por todos los enfermos a los que la sociedad no les procura los medios necesarios para
curar o aliviar la enfermedad. Perdón, Señor, perdón.
Todos: Perdón, Señor, perdón.

Por todas las familias rotas por el desamor, los divorcios o la irresponsabilidad de los
padres y todas aquellas que viven sin una vivienda digna. Perdón, Señor, perdón.
Todos: Perdón, Señor, perdón.

Por la violencia, crímenes, robos, asaltos, niños, jóvenes y ancia~ nos abandonados.
Perdón, Señor perdón.
Todos: Perdón, Señor, perdón.
Cada uno de los participantes se acerca a la imagen del Cristo, lo besa y se coloca el crucifijo,
significando su comunión con Cristo crucificado y los hombres y mujeres crucificados hoy. Con
libertad, puede decir en voz alta cualquier otra situación de muerte que haya observado o
sentido, o regresar a su sitio en silencio.
Canto: "Cristo liberador". O también, "Va a tocar".
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
La Pasión de Jesús: Mc 14 y 15
Se hizo semejante a nosotros: Fil 2, 5-11
Del Catecismo de la iglesia Católica
Jesús e Israel: 574, 576
Jesús y el templo: 583-586
El proceso de Jesús: 595-598
La muerte redentora: 599, 601, 604
La muerte de Cristo es el sacrificio único y definitivo: 613-614
Jesús reemplaza nuestra desobediencia por su obediencia: 615
16. RESUCITÓ PARA NUESTRA SALVACiÓN
A. Partimos de la Realidad
Así como encuentras signos de pasión, cruz y muerte, también puedes descubrir frecuentes
señales de vida y resurrección.
La comunidad cristiana se hace presente en los barrios, mostrando y ofreciendo nuevos
horizontes de vida: escuelas que acogen a multitud de niños y jóvenes impartiendo una
enseñanza de calidad, y abriendo un futuro profesional a tantos habitantes de las zonas
marginales.
Órdenes y Congregaciones religiosas que han optado por vivir en las zonas más abandonadas
de campos y ciudades. Sacerdotes, religiosas y religiosos que trabajan en diversos campos de
promoción social, ofreciendo nuevas oportunidades a la gente necesitada. Instituciones de la
Iglesia que trabajan, promoviendo la justicia y la solidaridad en diferentes ámbitos de la vida
ciudadana. Dispensarios parroquiales y centros de salud que atienden a las personas más
humildes; centros de acogida de niños abandonados, ancianos desprotegidos o jóvenes
destruidos por la droga... tantas situaciones y actividades que te hablan de vida y resurrección.
La presencia y cercanía de agentes de pastoral que en templos, capillas u otros centros
acompañan espiritual, moral y económicamente a las personas más desprotegidas hacen
presente la luz del resucitado.
Asociaciones de vecinos y grupos diferentes organizados para trabajar en la ayuda social y
económica de los más necesitados. Grupos juveniles, obreros y campesinos que, desde el
campo social, cultural y deportivo, promueven la dignidad y el desarrollo de jóvenes, hombres
y mujeres.
Cooperativas de vivienda, salud, trabajo, ventas populares de productos básicos que proliferan
en la geografía venezolana muestran el rostro resucitado de Cristo.
El ambiente de solidaridad que se respira en los momentos difíciles, como ocurrió con la
tragedia de las inundaciones del Estado Vargas y Miranda; la solidaridad de tantas familias que
comparten el pan y el hogar con otros más necesitados o acogen a niños abandonados en el
seno familiar, señala la vida que renace continuamente en la sociedad. Signos de que Cristo
Resucitado vive y se manifiesta en el pueblo.
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
La madre y los amigos de Jesús enterraron su cuerpo con cierta precipitación en una sepultura
nueva, cerca del lugar donde lo habían crucificado porque, como nos recuerda el evangelista
san Juan, «estaban en la preparación de pascua, la gran fiesta de los judíos" y, según su
costumbre, durante la fiesta no se podía tocar un cadáver. En el primer día de la semana,
cuando regresaron al sepulcro para preparar debidamente los restos mortales de Jesús,
escucharon la palabra que cambió el destino de la humanidad: " ¿Por qué buscan entre los
muertos al que vive? No está aquí. Resucitó" (Le. 24,5-6).
La resurrección de Jesús es el acontecimiento fundamental de nuestra fe. En ella se cumplen
las profecías de Jesús anunciando repetidamente que sería entregado en manos de los
hombres, lo condenarían y darían muerte, pero resucitaría. Es el mensaje pascual que
escucha~ ron los amigos de Jesús.
Pablo escribió posteriormente: "Si Cristo no resucitó, nuestra predicación ya no contiene nada
ni queda nada de lo que creen ustedes. Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos" (P Cor
15, 14.20).
En estas palabras se comprende la importancia que tuvo la fe en la resurrección. Ella es el
núcleo central de la fe. Desde la resurrección de Jesús se puede interpretar su vida que,
pasando por la debilidad de la carne y el escándalo de la Cruz, por la obediencia al Padre recibe
la gloria de Dios, el poder sobre toda criatura y la victoria sobre el mal. La consecuencia del
pecado fue la muerte, ahora la Resurrección del Hijo de Dios anuncia que este destino de
muerte ha sido transforma~ do en un nuevo horizonte de vida y salvación.
Como Pablo, también la primera predicación de los apóstoles pre~ senta la resurrección de
Jesús como acontecimiento clave de la fe.
Después de recibir el Espíritu Santo, Pedro, con los Once, proclama públicamente su fe en
aquel Jesús que había sido crucificado hacía pocos días en Jerusalén. La novedad que se
predica al pueblo es que, a ese Jesús "Dios lo resucitó y lo libró de los dolores de la muerte"
(He 2, 24).
La Buena Nueva que habían escuchado de los labios del Maestro es la auténtica proclamación
del designio salvador de Dios demostrado en la resurrección de Jesús.
Creer en él significaba entrar en la plenitud de vida que les había anunciado.
La resurrección de Jesús es la confirmación de lo que Jesús había enseñado. Muestra al
resucitado como el Mesías esperado de Israel. Los discípulos de Jesús transmiten este
acontecimiento definitivo de la fe: lo han visto resucitado y dan testimonio de ello.
En el sepulcro donde enterraron a Jesús, un ángel anuncia a las mujeres que Jesús ha
resucitado y les dice: "Vayan pronto a decir a sus discípulos que ha resucitado, tal como había
anunciado". La misión de anunciar lo que han visto es una constante en los relatos de las
apariciones de Jesús. Cada discípulo se convierte en "testigo" y evangelizador de lo que ha
visto y oído.
C. Respondemos con nuestra vida
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¿Qué enseñanzas nos ofrecen las apariciones de Jesús a sus amigos?
¿Qué consecuencias tiene para el mundo y la humanidad la resurrección del Señor?
¿Qué señales de la resurrección del Señor encuentras en tu familia y a tu alrededor?
¿Qué importancia adquiere en tu vida la resurrección de Jesús?
¿En qué acciones te has comprometido para manifestar que Cristo ha resucitado?
D. Celebramos nuestra fe
Ambientación: En una sala se prepara en el centro el cirio pascual. Se adorna con flores. Todos
los participantes llevan una vela y se ponen en círculo.
El animador se adelanta y enciende el cirio pascua!. Entona: "Luz de Cristo" y todos responden:
"Demos gracias a Dios".
Tres participantes, previamente seleccionados, se adelantan encendiendo su vela. Cada uno de
ellos canta: "Luz de Cristo" y todos responden: "Demos gracias a Dios".
Los tres que han prendido sus velas del cirio pascual, van encendiendo las velas de todos los
participantes. Mientras se canta: "Hoy, el Señor resucitó".
Oración: Dios, Padre, que nos iluminas con la gloria de la resurrección de tu Hijo Jesús,
infúndenos tu Espíritu para que en todas las circunstancias de nuestra vida podamos vivir en tu
servicio. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Lectura: Jn 20, 19-22
En silencio, cada uno imagina la escena, escucha las palabras del Resucitado, deja que tenga
sentido para su vida. Se invita luego a compartir y hacer oración con lo que han vivido.
Canto: "Hoy, el Señor resucitó".
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
La resurrección: Mc 16
Los discípulos de Emaús: Lc 24, 13-35
El envío misionero: Mt 28, 16-20
Del Catecismo de la Iglesia Católica
Resucitó: 638
Acontecimiento trascendente: 647
Sentido y alcance salvífico de la resurrección: 651-655
"FORMAMOS TODOS UN SOLO CUERPO"
(1 Co 10,17)
Objetivo del área:
Descubrir el misterio de la Iglesia en la que vivimos nuestra fe.
17. La Iglesia, pueblo de Dios.
17. LA IGLESIA, PUEBLO DE DIOS
A. Partimos de la Realidad
Seguramente que muchas veces has experimentado la necesidad de unirte con otras personas
para juntos poder realizar una acción o defender una idea.
Así han surgido, por ejemplo, los sindicatos, en defensa de los derechos de los obreros; o los
partidos políticos, para luchar por una idea. Hoy ves que las formas tradicionales de asociación
han hecho crisis, en el fondo, porque perdieron su finalidad y buscaron otros intereses.
Pero la necesidad de unirse no se ha eliminado, y así surgen nuevos grupos. Se organiza la
sociedad civil. Se buscan nuevos caminos de participación.
Cuando quieres buscar un fin, luchar por un ideal, alcanzar una meta, sabes' que en grupo en
más fácil.
La experiencia de los seguidores de Jesús, cuando Él subió al cielo, fue que tenían que unirse
para continuar en el camino que Él les había señalado. Y las personas que escucharon su
mensaje y creyeron en su testimonio se unieron a ellos. Así van naciendo las comunidades
cristianas.
Hoy esa experiencia la puedes vivir en tu parroquia, en tu comunidad, con tus vecinos y
familiares que comparten la fe contigo. Este tema te ayudará a descubrir qué es la Iglesia, y
por qué es necesario sentirse miembro de ella para vivir el seguimiento de Jesús.
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
Te invito a leer el Libro de Hechos de los Apóstoles 2,32-41.
Como puedes notar, el testimonio de Pedro y los apóstoles, por la fuerza del Espíritu Santo,
conmueve y convence a muchos de los oyentes. Y piden a Pedro que les diga qué pueden
hacer: "Conviértanse y háganse bautizar... " Es el resumen de lo que hay que hacer para
responder a la llamada del Señor Jesús a creer en él, en su resurrección, y a seguirle.
El texto continúa: "Los que aceptaron su palabra fueron bautizados, y se les unieron aquel día
unas tres mil personas". Si continúas leyendo hasta el final del capítulo 2, encuentras lo
siguiente: "El Señor cada día agregaba al grupo de los creyentes aquellos que aceptaban la
salvación" (He 2, 47).
Es claro entonces que, desde el primer momento, con la venida del Espíritu Santo (He 2, 1-4)
los que creen en Jesús se reúnen en comunidad. En Antioquía los comienzan a llamar
"cristianos" (He 11,26).
A las comunidades de Jerusalén, y luego de las otras ciudades por donde van pasando se les a
el nombre de iglesia (por ejemplo He 5,11 y 8,1).
La palabra "Iglesia" significa" convocación". Para el pueblo judío este término les recordaba la
asamblea convocada por Dios en el Sinaí para la alianza (Ex 24, 3-8).
Los creyentes en Jesús se reconocen como asamblea convocada por la Palabra de Dios para
formar el nuevo pueblo de Dios.
El libro de los Hechos de los Apóstoles describe en varios lugares las características de la
comunidad de creyentes en Jesús:
"Los que habían sido bautizados se dedicaban con perseverancia a escuchar la enseñanza de
los apóstoles, vivían unidos y participaban en la fracción del pan y en las oraciones. Todos los
creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común. Vendían sus posesiones y haciendas y las
distribuían entre todos, según las necesidades de cada uno" (He 2,42-45).
Puedes ver aquí la descripción del ideal de la primera comunidad de cristianos, aquellos
hombres y mujeres que impulsados por la fuerza del Espíritu Santo y unidos por la fe en Cristo
Resucitado vivían la comunión, una comunión que se describe como "tener un solo corazón y
una sola alma".
Esta unidad de la primera comunidad cristiana es la respuesta al mandato del Señor: "Ámense
unos a otros como yo los he amado". Allí está la plenitud de la ley y de los profetas: en el amor.
De este amor comunitario nace la evangelización: "Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y
se pusieron a anunciar la palabra de Dios con toda valentía" (He 4, 31), así el número de los
convertidos crecía atraído por el ambiente que allí existía y el testimonio que daban: "Miren
como se aman" y "el número de discípulos aumentaba mucho en Jerusalén, e incluso muchos
sacerdotes aceptaban la fe" (He 6,7).
Esta unidad, sustentada en el amor, se puede comparar con la unidad de los miembros del
cuerpo humano: cada uno de ellos ejerce una función y a la vez se mantiene unido (1 Cor
12,12-13). Así los miembros de la iglesia, están unidos en una relación profunda y
comunicante, donde la persona encuentra su plenitud, pues no se puede encontrar propia
plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás.
Si se vive en el amor de unos para con los otros hay plenitud, por que la Iglesia es como un
gran árbol donde todos participan de la savia que viene de la raíz y del tronco que es Jesús: "Yo
soy la vid y ustedes son las ramas" (Jn 15,5).
Todos los miembros de la comunidad eclesial, cada uno en el lugar que le corresponde,
tenemos que producir frutos unidos a Jesús (Jn 15, . 6), frutos que Dios quiere que
produzcamos injertados, unidos a la Iglesia mediante la comunión y la participación.
La fe en Jesucristo hace la comunidad. La Iglesia es la comunidad de los que creen en Jesús,
construida sobre la fe confesada por Pedro: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16,16).
Convocados por su palabra, movidos por el Espíritu Santo, y atraídos por el Padre, confiesan a
Jesús como su vida y revelan ante el mundo la intima unión con Dios y la unidad de todo el
género humano. Esta misma confesión de fe es la que el creyente debe expresar con su vida,
construyendo desde allí la comunidad, consciente de que "todos formamos un solo cuerpo" (1
Cor 10,17).
C. Respondemos con nuestra vida
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¿Cómo puedo vivir mi fe en la comunidad cristiana?
¿Qué significa en concreto esta pertenencia?
¿Qué puedo aportar a mi comunidad eclesial?
D. Celebramos nuestra fe Lectura: Ef 4, 1-6.
Se puede leer personalmente y luego dejar que esta palabra resuene en el corazón. Luego se
puede compartir en el grupo los sentimientos suscitados.
Canto: "Iglesia Somos".
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
Vengan a mí: Mt 11, 25-30
La vid y las ramas: Jn 15,1-17 He 4,32-34
Del Catecismo de la Iglesia Católica
El misterio de la Iglesia (resumen): 777-780
"PERMANEZCAN EN MI AMOR"
(Jn 15,9)
Objetivo del área:
Descubrir la acción salvadora de Cristo en la acción sacramental de la Iglesia.
18. La Iglesia, sacramento universal de salvación.
18. LA IGLESIA, SACRAMENTO UNIVERSAL DE SALVACIÓN
A. Partimos de la Realidad
Ya comprendes que la misión de Jesús en la tierra la continúa la Iglesia. Y que para vivir tu fe
cristiana es necesario también aceptar la comunidad de creyentes en Jesús. Ahora vamos a dar
un paso más en este camino de fe que vas recorriendo.
Cuando quieres expresar las realidades más profundas de tu vida, las palabras te resultan
insuficientes. Lo habrás sentido muchas veces, sobre todo en las relaciones más cercanas: con
los amigos, con tu familia... con tu esposo o con tu esposa. Entonces completas las palabras
con signos.
En realidad, a veces, los signos dicen más que las palabras. Piensa en un momento de angustia
o dolor profundo, cuánto ánimo produce la mano de un amigo en el hombro. O en un
momento de profunda comprensión, cuánto puede decir un cariñoso abrazo.
En realidad, una prueba cierta de que somos una unidad es precisamente el hecho de que
podemos expresarnos con nuestro cuerpo. ¿Qué dice una palabra bondadosa si no va
acompañada de una sonrisa? ¡Cuán más duro es una mirada fría o indiferente que un insulto!
A través de los encuentros y de los acontecimientos humanos puedes descubrir y leer signos
cargados de simbolismo, que te llevan al encuentro con Dios.
Dios usa los signos para manifestarse: es un Dios" escondido", dice la Biblia. Los signos lo
ocultan y lo revelan. Hay que saber interpretados.
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
En el Nuevo Testamento el signo por excelencia es Jesús. Él lo dijo repetidas veces, sobre todo
lo encontramos en el evangelio de Juan.
Puedes leer estos tres textos: Jn 1,18: A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, que es Dios
y que está en el seno del Padre, no lo ha dado a conocer.
Jn 14,6-8: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar al Padre, sino por mí. Si me
conocieran, conocerían también a mi Padre. Desde ahora lo conocen, pues ya lo han visto.
Jn 14, 9: El que me ve a mí ve al Padre.
En su persona, en su historia, en sus palabras y acciones conocemos al Padre. A través de Él
llegamos al Padre. La Iglesia tiene un término para expresar esta realidad: sacramento.
El sacramento es un signo que muestra otra realidad y a la vez la realiza. Tiene la fuerza de
manifestar y poner en contacto, en relación.
Por eso con toda propiedad se dice que Jesús es el sacramento del Padre. El Padre se muestra
en Él. En Jesús, Dios realiza su encuentro con la persona humana, y cada persona puede volver
a encontrarse con Dios.
Ahora, podrás decir con seguridad: "¡Felices los que estuvieron con Jesús! Ellos lo vieron, lo
conocieron, le estuvieron cerca... "
Antes de seguir, vale la pena reflexionar sobre esta afirmación. San Juan, en su primera carta,
afirma que ellos lo vieron y por eso lo anuncian:
"Lo que existía desde el principio. Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros
ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de la vida pues la vida se manifestó y nosotros la hemos visto y damos testimonio y les anunciamos
la vida eterna que estaba junto al Padre y se nos manifestó-, lo que hemos visto Y oído,
eso les anunciamos para que también ustedes estén en comunión con nosotros" (1 Jn 1,
1-3).
La experiencia directa de los apóstoles tiene un valor único de testimonio y en esto se
fundamenta nuestra fe: en lo que ellos nos transmitieron.
Pero el mismo Jesús proclama felices a los que, como nosotros, creen sin ver. Se lo dice a
Tomás, que cree en su resurrección después de ver las pruebas de las heridas: ¿Has creído
porque me has visto? Dichosos los que han creído sin haber visto (In 20, 29).
La sabiduría y el amor de Jesús, ahora que ya no está presente de modo visible en el mundo,
ha elegido otro cuerpo para quedarse siempre con nosotros. Este cuerpo es la Iglesia, en la
cual se hace presente y vive resucitado.
Antes de subir al cielo, después de enviar a sus apóstoles a continuar su misión les prometió:
"Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos" (Mt 28,20).
Ya hablamos de la Iglesia Pueblo de Dios, cuerpo de Cristo y servidora de la humanidad.· Ahora
queremos entrar más adentro de su misterio: en ella se prolonga el misterio de la Encarnación.
Si en Jesús, Dios toma un cuerpo humano, e~ la Iglesia, Jesús se queda en medio de nosotros, a
través de los signos que ella realiza. En ella, por la acción de su Espíritu, se encuentra con
nosotros y establece un diálogo, comunicándonos su gracia. En la Iglesia, Jesús se muestra
como realmente es: Dios-can-nosotros.
Precisamente este camino de fe es posible por la realidad de la presencia de Cristo entre
nosotros por la Palabra de la Biblia, por el testimonio de los catequistas y de la comunidad, por
la acción misma de la Iglesia.
Así, que si Cristo es el sacramento del Padre, la Iglesia es el sacramento de Cristo. Esto quiere
decir que es signo visible de su presen~ cia y realiza su amor salvador para todos los seres
humanos.
La salvación que Jesús realizó en nombre de Dios la hace presente la Iglesia, porque ella es
"signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano"
(afirma el Concilio Vaticano II). Ella a su vez nos da esta salvación a través de los sacramentos.
La Iglesia es signo en toda su realidad, por eso sus miembros tienen la tarea de ser "signos
visibles", "gesto", anuncio a veces silencioso pero fuertemente expresivo de unidad, de amor y
de salvación.
Somos signos de unidad, para que la Iglesia sea en el mundo sacramento de salvación que
manifiesta y al mismo tiempo realiza el misterio del amor de Dios al hombre.
C. Respondemos con nuestra vida
Si quieres ser miembro activo de la Iglesia, estás invitado, invitada, a sentir la responsabilidad
de fomentar la unidad en el ambiente que te rodea, para ser signo visible del amor de Dios a la
humanidad, en la comunidad creyente.
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¿Qué sientes al descubrir este nuevo rostro de la Iglesia?
¿Cómo puedes ser" signo" de la presencia de Cristo en medio de nosotros, para tu
familia, para tus amigos, tus compa~ ñeros?
¿De qué manera puedes mostrar a las personas que te rodean que Dios les ama?
D. Celebramos nuestra fe
Se propone que como celebración de la fe, se vuelvan a leer los textos del evangelio citados en
el tema, en particular el texto de Jn 14, 4-10.
Cada uno puede hacer un momento de oración personal, haciendo la misma petición de
Felipe: "Muéstranos al Padre"... y escuchar en lo más profundo la respuesta. Hablar con el
Señor sobre los sentimientos que despierta esta experiencia.
Se puede compartir lo profundizado y comentar qué significa que en la Iglesia hacemos la
experiencia del encuentro vivo y personal con el Señor. Se puede expresar en oraciones a las
que todos se unen, repitiendo: "Yo creo, Señor, que estás presente entre nosotros."
Finalizamos con el canto: "Vive Jesús, el Señor".
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
Les anunciamos lo que hemos experimentado: la Jn 1,1-7
Revelación a los pequeños: Lc 10, 21-24
El plan salvador de Dios: Ef 1,3-14
Del catecismo de la Iglesia Católica
La Iglesia, misterio de la unión de los hombres con Dios: N° 772-773
La Iglesia, sacramento universal de la salvación: N° 774-776
"CONVIÉRTANSE y CREAN EN EL EVANGELIO"
(Mc1,15)
Objetivo del área:
Comenzar a vivir el proceso de transformación que brota de la fe.
19. La respuesta de la fe.
20. La fe, don de Dios.
21: La vida cristiana.
19. LA RESPUESTA DE LA FE
A. Partimos de la Realidad Cuando encuentras a alguien, cuya familia conoces o tienes buenas referencias de ella, esperas
que esta persona sea un reflejo de su entorno familiar; y si no responde a esta expectativa, te
extrañas y buscas razones que expliquen que pudo haber pasado para que sea diferente, o no
refleje en su persona o conducta la herencia familiar.
Esto mismo pasa cuando te encuentras ante una persona profesional que no responde a las
competencias que se esperan de ella, puede ser un médico, un abogado, un profesor, etc. Se
espera que lo manifestado por la persona corresponda con sus conocimientos.
Lo mismo puedes decir de los cristianos: su vida debe responder a su fe, lo que dice creer debe
orientar su actuar, y en esto se es bastante exigentes con los demás, al pedir que sean un
reflejo de su fe
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
Ya has profundizado que en Jesucristo Dios se revela. Dios invisible se hace visible en el Verbo
encarnado. Jesucristo es "la imagen del Dios invisible". Para nosotros, cristianos, la respuesta a
la invitación de Dios que nos llama a la comunicación consigo, para recibimos en su compañía,
es la fe en Cristo Jesús y, por esta fe, la persona somete su inteligencia y su voluntad a Dios,
pero... ¿qué significa esto? Jesús nos dice: "Crean en Dios y crean también en mí" (Jn' 14,1).
La fe es un acto de adhesión personal del hombre a Dios y asentimiento a la verdad que ha
revelado (CIC 150). Para el cristiano, creer en Dios es creer en aquel que él ha enviado, "su hijo
amado", en quien ha puesto su complacencia (Mc 1,11). El Padre nos ha dicho que le
escuchemos (Mc 9,7). Para dar respuesta, hay que escuchar.
Jesús nos revela que Dios es Padre misericordioso que entrega a su Hijo único por amor al
mundo (Jn 4,9) y espera una respuesta misericordiosa, amorosa, dirigida hacia el hermano,
para que no nos engañemos, pues a él nadie lo ha visto y sólo podemos decir que lo amamos,
si nos amamos entre nosotros (1 Jn 4,12): "Nadie ha visto jamás a Dios; si nosotros os amamos
los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a la
perfección".
San Juan en su primera carta deja bien clara la respuesta a la pregunta del examen para
cualquier cristiano: ¿Amas? Eres de Dios. ¿No amas? No eres de Dios, porque Dios es amor y si
somos sus hijos... "de tal palo tal astilla". La respuesta que Dios espera de sus hijos es el amor
de unos hacia los otros: "Nadie tiene amor más grande que quien da la vida por sus amigos"
(Jn 15,13 ).
La fe en Jesucristo sólo tiene una respuesta: el amor a los hermanos. El paso que hay que dar
para la respuesta de la fe es la conversión.
Cuando Jesús comienza su misión, lo anuncia claramente: "El plazo se ha cumplido. El reino de
Dios está llegando. Conviértanse y crean en el evangelio" (Mc 1,15).
Este camino que vienes recorriendo te ha puesto frente a Jesús y a la decisión de escogerlo a
Él, dejando atrás todo lo que no está de acuerdo con el evangelio de Jesús. Esta decisión la
pondrás de manifiesto en la celebración de "renuncia a los ídolos" o sea, a todo aquello que
ocupa el lugar de Dios en tu corazón, haciéndote esclavo de las cosas.
e. Respondemos con nuestra vida
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¿Te parece que tu vida es respuesta al amor de Dios manifestado en Jesús? ¿Qué hay
que cambiar?
Si el amor a Dios se muestra en el amor a los demás ¿Cómo demuestras tu amor al
hermano, al prójimo? Di cosas concretas de formas cómo estás demostrando el amor a
los demás.
La fe en Jesucristo, ¿te lleva a cambiar algo en tu vida?
D. Celebramos nuestra fe
Se puede hacer la siguiente lectura en silencio y después pedirle a alguien que la recite
despacio:
CONVERSIÓN TOTAL
Sé que algo me estás pidiendo, Señor Jesús.
Tantas puertas abiertas de un solo golpe,
El panorama de mi vida ante mis ojos, no como en un sueño.
Sé que algo esperas de mí, Señor, y aquí estoy.
Al pie de la muralla: todo está abierto,
Sólo hay un camino libre, abierto al infinito, el absoluto.
Pero yo no he cambiado, a pesar de todo.
Tendré que tomar contacto contigo, Señor;
Buscaré tu compañía, aún por largo tiempo.
Para morir, pero entonces enteramente.
Como esos heridos que sufren, Señor:
Te pido que acabes conmigo.
Estoy cansado de no ser tuyo, de no ser Tú.
Canto: "Hoy, perdóname".
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
Las primeras llamadas: Mt 4, 12-22
El seguimiento de Jesús: Mc 8, 34-38
Del catecismo de la Iglesia
La conversión de los bautizados: N° 1427-1429
20. LA FE, DON DE DIOS
A. Partimos de la Realidad
La vida es una experiencia de fe humana.
Te fías de tus padres, maestros, amigos. Confías en tu esposo, en tu esposa, en tus hijos. Y
hasta le crees a aquel señor, desconocido, que pasa junto a ti y, al pedirIe la hora, se mira el
reloj y te la dice. Confías. Tienes confianza en los otros.
Es verdad que en el mundo existe el engaño, la mentira y la falsedad. Pero más allá de todas
estas realidades, sigues creyendo.
No sería posible vivir en este mundo sin fe en las personas.
La fe es la forma de expresar la confianza en la persona amada.
Cuando amas de verdad, crees.
También la adhesión a Jesús, en el amor, es fe en su persona.
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
*La fe es don de Dios
La fe al Señor Jesús es a la vez respuesta a su llamada, a su palabra y don que Él nos da.
Aunque nuestros padres nos la infundieran con su palabra y con su testimonio, sin embargo, la
fe no te la revelado ningún mortal, sino el Padre que está en los cielos ( Mt 16, 17).
Esta fe no es fruto de entendimiento, sino de revelación. A Dios no lo ve nadie con los ojos de
la cara. Pero Dios se revela. Por eso decimos que todo es palabra de Dios. Signo de Dios... Dios
está ahí: escondido, velado y, al mismo tiempo, revelado los signos del mundo.
Todo habla de Él. Dios invisible, eterno y silencioso, habla a los hombres con el fuego de la
creación y con su revelación personal.
Pero, descubrid o, aceptado y vivido ya es don de su gracia amorosa.
* La respuesta de fe es, igualmente, don de Dios
El ser humano se inclina libremente a la palabra escuchada y la asume como revelación
gratuita y amorosa de Dios. Dios mismo es garantía de su revelación, de su verdad. El creyente
entra por la obediencia al seguimiento radical de la voluntad de Dios.
Así por la fe, Abraham obedece y sale para el lugar prometido como herencia, aunque no sabe
hacia dónde va (Gn 12,1-4; Hb 11,8).
La fe se le convierte en garantía de lo que espera y en prueba de las realidades que no se ven
(Hb 11,1). Esta fe convierte a Abraham en padre de los creyentes (Rom 4, 11.18).
Por esta obediencia de fe, María acoge el anuncio del ángel y cree porque" para Dios nada es
imposible" (Lc 1, 37).
Ella expresa su asentimiento a Dios de manera radical: "Aquí está la esclava del Señor, que me
suceda como tú dices" (Lc 1,38). Por su fe se cumplen en ella todas las promesas anunciadas
por Dios en el Antiguo Testamento (Lc 1, 45) Y por su fe todas la generaciones la lla~ man
bienaventurada (Lc 1,48).
La respuesta a Dios es gracia de Dios que ilumina y fortalece la voluntad del hombre, pero, al
mismo tiempo, es respuesta humana realizada con libertad de espíritu.
El don aceptado, se convierte en vida comprometida.
* La fe es en Dios uno y trino
La fe cristiana es creer en Dios Uno y Trino.
En Dios Padre, creador del cielo y de la tierra. En Dios Hijo, Verbo encarnado, redentor y Dios
con nosotros. En Dios Espíritu Santo, señor y dador de vida.
Este es el secreto de Dios que Jesús nos dio a conocer.
La fe nos lleva a creer a la Iglesia, cuerpo del Señor; en su presencia en la Palabra y en los
sacramentos donde se celebra la Pascua salva~ dora de Cristo.
* El cultivo de la fe
El don de la fe exige cultivo de nuestra parte.
El hombre y la mujer creyentes, desde su pobreza, tratan de comprender lo incomprensible.
Por eso el creyente estudia, medita, escucha la palabra, ora.
La verdad de la fe "ilumina los ojos del corazón" (Ef 1, 18); por eso, el hombre no se abandona
a la ignorancia, sino que cultiva su mente y su corazón acrecentando su capacidad de escucha
y de aceptación. Como dice San Agustín: «Creo para comprender y comprendo para creer
mejor».
Este cultivo es una de las exigencias fundamentales que requiere atención especial y urgente
de los cristianos.
* El compromiso de la fe
La fe no es sólo recitar el Credo dentro del templo parroquial. La fe en Dios es un compromiso
de vida; contagia todas las esferas y proyecciones de la vida. No puede haber divorcio entre la
fe y la vida.
La fe salva. El justo vive de la fe y por la fe (Rom 1,17; Ga 3,11). Es necesario creer en Cristo
Jesús y en Aquel que lo envió para obtener la salvación, (Me 16, 16; Jn 3, 36; 6,40).
La fe salva. Puesto que sin la fe es imposible agradar a Dios (Hb 11,6) Y llegar a participar en la
condición de sus hijos. Pero la fe sin obras, es fe muerta. Por eso dice Santiago: «¿De qué le
sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras?» (St 2,14).
La fe sin compromiso por el Reino, es como la sal que ha perdido su fuerza natural de dar
sabor (Mt 5, 13).
* Señor, aumenta nuestra fe
Si somos hijos de Dios por el don de la fe (Ga 3,26) y, si por la gracia de Dios, somos salvos en
la fe (Ef 2,8) nos toca velar y estar firmes en ella (1" Cor 16, 13), para que Cristo habite en
nuestros corazones (Ef 3,17) Y así todos lleguemos a la unidad de la misma fe (Ef 4,13).
Por eso repetimos con confianza la oración: "Auméntanos la fe" (Lc 17,5).
C. Respondemos con nuestra vida


¿Qué testigos de la fe conoces que hayan influido en tu vida? * ¿Qué significa para ti
ser testigo de la fe?
¿Cómo puedes acrecentar en tu vida el don de la fe?
D. Celebramos nuestra fe
Se prepara el lugar con una mesa y mantel y sillas alrededor. Se tienen preparadas unas velas,
la Bi
Animador: Estamos reunidos en comunidad. La fe que tenemos en el Señor nos congrega en
familia: somos creyentes. Y ahora, venimos a alimentar esa misma fe con el pan de la
palabra de Dios y a iluminarla con el testimonio de todos. Sintámonos verdaderamente
convocados por el Señor y comencemos nuestra reunión presentando algunos símbolos
que puedan ilustrar nuestra asamblea.
Velas
Señor, que la luz de ]a fe simbolizada en estas velas encendidas, ilumine nuestra vida y la llene
de alegría y de esperanza.
Biblia
Que en la fuente de tu palabra bebamos con gozo el agua viva de la fe y del amor.
Imagen de Cristo
Que esta imagen de Cristo, nos recuerde que tú vives, que estás en medio de nosotros y eras la
roca de nuestra fe.
Canto: “Yo tengo fe”.
Oración: Señor, creemos en ti. Te confesamos Dios, Padre nuestro. Te confesamos Dios, Hijo
salvador del mundo. Te confesamos Dios, Espíritu Santo, señor y dador de Vida. Creemos en la
Iglesia sacramento universal de salvación y cuerpo de Cristo, del cual tu gracia nos ha hecho
miembros. Ilumina y fortalece nuestra fe con la luz y con el pan de tu palabra, para que
nuestra vida sea testimonio del don maravilloso de la fe que tú nos has regalado. Por Cristo
nuestro Señor. Amén.
Lectura: Mt 8,5-13 (La fe del Centurión)
Comentario:
¿Por qué decimos que la fe es un don?
¿Qué significa tener fe en Dios? ¿Alguno de ustedes recuerda algún milagro realizado por Jesús
por la fe de los que se lo suplican?
¿Cómo podemos cultivar la fe?
¿Qué compromiso trae la fe a nuestra vida?
Oremos a Dios. Pidámosle por la fe de nuestra patria, de nuestras familias, de nuestra
parroquia, de cada uno de nosotros. A cada una de las oraciones responderemos: u ¡Señor,
aumenta nuestra fe
(Oraciones espontáneas).
Oración final: Te agradecemos, Padre, habernos brindado estos momentos para vivir tu
presencia en medio de nosotros. Aumenta nuestra fe y haz que nuestras obras den testimonio
de lo que confesamos con las palabras. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Bendición: Dios nos acompañe con su bendición para que en todo momento nuestra fe haga
presente su rostro en medio del mundo.
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
Jesús sana a la hija de una pagana por su fe: Mt 15,21-28
Jesús sana a un paralítico de su pecado y de su enfermedad por la fe: Mc 2, 1-12
Creer es el camino de la salvación: Rom 3, 21- 31
La fe se demuestra por las obras: St 2, 14-26
Del Catecismo de la Iglesia
Revelación y respuesta de fe: N° 142-143
La obediencia de la fe: N° 144-149
Yo sé en quien tengo puesta mi fe: N° 150-152
Las características de la fe: N° 153-165
21. LA VIDA CRISTIANA
A. Partimos de la Realidad
La vida humana es una experiencia. No somos plantas, vegetales, o seres con un desarrollo
animal inconsciente. La vida es una experiencia de relación, de conocimiento, de integración,
de solidaridad. Sin esta comunión vivencial, por la que el ser humano se da a los demás y
recibe el don de, los otros, la vida humana no tendría consistencia, ni proyección. Queda vacía
de sentido. Es como un círculo cerrado que más bien puede llamarse" muerte humana" que"
vida humana".
Vivir la vida es dar sentido a lo que se es y a lo que se hace. Es encontrar un ideal iluminador
que proyecte hacia el futuro los sentimientos y las decisiones de la mente y del corazón. La
vida humana es crecimiento de todo el ser.
B. Nos abrimos al mensaje cristiano
La vida cristiana es Igualmente una experiencia de relación con Cristo, de conocimiento
interior de Cristo, de integración de vida en Él, de solidaridad con su causa.
Todo esto implica un proceso permanente de conversión hacia Jesús, una adhesión radical a Él,
una vivencia y convivencia con el Señor.
El cristiano se honra con el nombre de Cristo; se llama y es hijo de Dios. Por el bautismo es
nueva criatura, a imagen del Hijo. Se siente asociado a la vida entera de Cristo e incorporado
especialmente a su misterio pascual.
Ser cristiano es vivir a Cristo: escuchado, seguido, vivido y anunciado. Es sentir y crecer en
relación existencial con él.
Indudablemente, esta comunión con Cristo, poco a poco, genera una transformación en Él
hasta constituir a Cristo Jesús como el centro de la vida. Como dice Pablo: "Estoy crucificado
con Cristo, y ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí" (Ga 2, 20).
La vida cristiana no es sólo vivir con Cristo, el Señor. La vida cristiana no es, solamente,
comunión con la cabeza, sino con la totalidad de su cuerpo. No hay relación posible con Cristo
(cabeza), si no se vive en comunión con el cuerpo. No hay vida cristiana aislada de la
comunidad.
Esta comunión con la Iglesia es fundamental para comprender el sentido de relación, de
integración, de comunión y de solidaridad. Jesús dice: "Yo soy la vid, ustedes las ramas. El que
permanece unido a mí, como 'yo estoy unido a él, produce mucho fruto; porque sin mí no
pueden hacer nada" (Jn 15, 5). Separados de él (de su cuerpo, la Iglesia), la rama se seca y no
produce nada.
Es fundamental advertir esta dimensión de relación, para no crear una vida cristiana
individualista y, por lo tanto, destinada a la muerte. La vida cristiana, como memorial de la
pascua del Señor, se festeja con alegría, con amor y esperanza, porque el resucitado es el
Viviente que alienta su caminar. La vida cristiana es acontecimiento sorpresivo y aleccionador.
Por eso, la vida cristiana se celebra en la liturgia.
El cristiano necesita reavivar este sentido de vida celebrada en comunión con sus hermanos.
Cuando Jesús sube al cielo dice a los suyos: "Ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo; él
vendrá sobre ustedes para que sean mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y
hasta los extremos de la tierra" (He 1, 8).
El cristiano, si lo es de verdad, con su presencia proyecta calor de vida a la familia, al trabajo, a
la diversión, a la política, a la economía; a la realidad concreta donde se desenvuelve. El
cristiano es un portador de la luz de Cristo.
La vida cristiana tendrá su manifestación total el día en que, con Cristo Jesús, seamos alabanza
de la gloria del Padre.
C. Respondemos con nuestra vida



¿Qué implica para ti la vida cristiana?
¿Qué es para ti lo fundamental de la vida cristiana?
¿Estás dispuesto, estás dispuesta a continuar tu camino de fe?
D. Celebramos nuestra fe
Animador: Somos una familia. Hemos nacido de un mismo bautismo y una misma fe ilumina
nuestra vida. Nos llamamos y somos comunidad cristiana porque Cristo es el centro de nuestra
vida. Unidos en una misma canción comenzamos la celebración con este canto tan popular y
tan lleno de sentido.
Canto de Entrada: "Juntos como hermanos".
Saludo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Oración: Señor, Padre Santo, bendice esta asamblea reunida en el nombre de tu Hijo Jesús.
Queremos reavivar nuestra conciencia de cristianos para que la fe de nuestro bautismo brille
donde quiera que cada uno de nosotros nos encontremos. Derrama tu Espíritu, para que,
iluminados con su presencia, logremos este deseo sincero de nuestros corazones. Te lo
pedimos, Padre, por Cristo nuestro Señor. Amén.
Lectura: Jn 15, 1-17
Comentario
El comentario se puede hacer basándose en las preguntas del apartado anterior.
Guía: Unidos en familia de fe, y con un deseo sincero de renovar nuestra vida en Cristo Jesús,
elevemos a Dios Padre nuestra oración (oraciones espontáneas).
Oración: Padre, te agradecemos la oportunidad que nos has regalado de reunimos en el
nombre de tu Hijo Jesús. Derrama sobre nosotros su Santo Espíritu, para que Él nos ayude a
comprender cómo hemos de vivir nuestra vida cristiana y, así, demos frutos de santidad en el
mundo. Por Cristo, Nuestro Señor.
Bendición: Dios Padre nos bendiga con la gracia de su Hijo Jesús y que el Espíritu nos ayude a
llevar una vida cristiana con fe, con gozo y con esperanza.
Canto final: "Canción del Testigo".
E. Para continuar profundizando
De la Biblia
Por el bautismo hemos muerto con Cristo: Rom 6
La vida cristiana: el amor, tener en cuenta a los demás: Rom 12
Tengan por regla a Cristo Jesús: Col 2, 1-15
Del Catecismo de la Iglesia
La vida en Cristo: N° 1691-1696
CELEBRACIONES
CELEBRACIÓN PENITENCIAL: RENUNCIA A LOS íDOLOS y
PROFESIÓN DE FE
Se prepara el ambiente; se recibe al grupo de participantes con una música que
ayude a la reflexión; preside el lugar: la Palabra de Dios que entra a un determinado
momento de la celebración, una imagen de Cristo, el cirio pascual encendido y se
prepara un recipiente donde cada uno quemará los ídolos a lo que renuncia. Para la
profesión de fe cada uno tendrá un cirio.
Hacer resaltar que el gesto de acercarse al cirio encendido para quemar los
ídolos significa que el Espíritu de Cristo, vivo entre nosotros, destruye nuestros apegos
al mal.
Guía: El paso del "hombre nuevo" del que habla San Pablo lleva consigo un
cambio progresivo de sentimientos, costumbres, actitudes y debe manifestarse con sus
consecuencias sociales comunitarias que se han venido desarrollando durante el
catecumenado.
Canto: Hombres nuevos.
Catequista: (Dirigiéndose a los participantes) Ha llegado el momento de tomar
muy en serio del diálogo que vienes sosteniendo con Dios, tu Padre y Señor. Él te ha
dicho: "Yo soy Yahvé, tu Dios, el que te sacó de Egipto, país de la esclavitud" (Ex 20,1).
Te invita a salir de "tu Egipto" y a caminar hacia la tierra prometida... ¿que es difícil?, lo
es, pero, sí puedes porque cuentas con su fuerza y su poder que fortalecen tu decisión
de vivir según el Evangelio.
Guía: Jesús repite la incitación de su Padre: "El plazo se ha cumplido.
El Reino Dios está cerca. Conviértete y cree en el Evangelio" (Mc 1,15). Ahora,
en este diálogo vital falta tu respuesta concreta, pensada, fruto de una madura
reflexión ya que se exprese:
Voz 1: en la decisión de ser cada día mejor,
Voz 2: en valorizarse y valorizar a los demás, viviendo el reto de la fraternidad.
Voz 3: en vivir y reflexionar la fe que plantea el desafío de dejar todo lo que ata
y esclaviza para entregar el corazón a la Verdad.
Catequista: Así, la "renuncia a los ídolos", significa un paso de avance hacia el
proyecto de vida que Dios te propone. Escuchemos su Palabra:
(Entrada de la Palabra acompañada de quien preside) Lector: Jos 24, 22-24.
Salmo 138: Tú me sondeas y me conoces...
Lector: Rom 6, 15.23
(Espacio de reflexión a la luz de la Palabra para que cada uno prepa~ re su
renuncia a los ídolos. Música de fondo que ayude a la reflexión. El sacerdote o quien
preside invita a los participantes a pronunciar personalmente su renuncia, escrita de su
puño y letra)
Cada uno expresa públicamente a lo que renuncia, se acerca al Cirio Pascual y
quema sus ídolos' en el fuego de Cristo Resucitado. Al terminar, el grupo dice:
Todos: Señor, con tu ayuda renuncio a todo lo que me aparta de vivir
plenamente mi fe.
Sacerdote: Oremos: Te damos gracias, Padre clementísimo, por estos hijos
tuyos, que ya te han buscado a ti, que les ha prevenido e impulsado de muchas
maneras, y que, ante nosotros, te han respondido a ti, que hoy las llamas. Te alabamos
y te bendecimos, Señor.
Todos: Amén.
Guía: Y ahora, ya dispuestos a seguir el camino trazado en el Evangelio, reflexionemos
sobre las exigencias de la vida nueva en Cristo:
Lector: Ef. 4, 1-6.
(Si se considera oportuno se puede tener una breve homilía)
Canto: Esta es la luz de Cristo.
Durante el canto: Cada -participante enciende su cirio en la luz de Cristo y al
encenderlo, expresa espontáneamente su fe en Cristo.
Sacerdote: Oremos: Oh Dios omnipotente y eterno, Padre de todas las criaturas, que
creaste al hombre a tu imagen, recibe con amor a estos hijos queridos, y concédeles
que pues oyeron entre nosotros la Palabra de Cristo, renovados con su virtud, lleguen
por tu gracia a la plena conformidad final con tu Hijo, que vive y reina por los siglos de
los siglos.
Todos: Amén.
Guía: Confortados con la Palabra y con el ejemplo de esta comunidad de creyentes,
nos despedimos compartiendo el don de la paz.
Canto Final: Paz.
CELEBRACIÓN DE PASO A LA 3ª ETAPA:
PETICIÓN DE LOS SACRAMENTOS
Es recomendable que esta etapa termine con un retiro, puede ser de un día, y en ella
se hace discernimiento sobre las motivaciones para continuar, antes del paso a la 3a
etapa.
Se concluye el retiro con la celebración de "petición de los sacramentos" y con un
compartir.
Elementos para la celebración: Biblia, cirio, resultado de escrutinios, libro o registro de
los "catecúmeno/ catequizandos". Preparar una mesa para el cirio, y el libro y un lugar
de honor para la Biblia.
Estarán presentes miembros de la comunidad cristiana como testigos.
Motivación inicial: Estamos concluyendo la 2a etapa, el catecumenado propiamente
dicho o catequesis integral.
Hemos profundizado acerca de Jesucristo "luz para todos los pueblos", que nos revela
al Dios invisible. Jesucristo, sacramento del Padre, nos llama ahora a ser también
sacramentos de vida cristiana para nuestros hermanos en la fe. En esta celebración
haremos pública nuestra respuesta.
Canto de entrada: Marcha de Iglesia.
Catequista: La vida cristiana es una experiencia de relación, con Cristo, de
conocimiento interior de Cristo: escuchado, seguido, vivido y anunciado. Es sentir y
crecer en relación existencial con Él.
Catecúmeno / catequizando: Y se nos ha dicho también que ser cristiano es vivir a
Cristo: escuchado, seguido, vivido y anunciado. Es sentir y crecer en relación
existencial con Él.
(El catequista invita al, grupo a compartir las implicaciones que ha generado en su vida
el asumir su condición de cristianos. Pueden formar pequeños grupos. Después de un
tiempo se invita a que el plena rio, se compartan las resonancias. El catequista recoge
los elementos fundamentales que aflorar en la plenaria, y los invita a iluminarlos con la
luz de la Palabra).
Catequista: (después de la síntesis que hace) Recibamos la Palabra de Dios entre
nosotros.
(Entra un miembro del grupo con la Biblia mientras que otro trae el cirio encendido).'
Canto: Muéstrame tus caminos.
Guía: Recibamos la Palabra que ilumina nuestra vida y hace de cada uno de nosotros,
testigos del Resucitado.
Lector: Jn 15, 5-11
(Breve explicación del texto bíblico haciendo resaltar la necesidad de estar unidos a
Cristo, fortalecidos con la vida sacramental, para poder abrirse a "una relación de
integración, comunión y solidaridad" con los hermanos).
Catequista: En nuestro itinerario de fe damos hoy un paso más, concluida la etapa del
catecumenado ustedes, con esta celebración, ingresan a la etapa de "purificación".
Con este paso expresan el deseo de una vida sacramental plena, que los haga sentir la
fuerza del bautismo, la alegría del perdón, la fortaleza del testigo por la confirmación, y
la profunda unión con Cristo en la Eucaristía .
Guía: Ahora expresemos comunitariamente la voluntad de querer.. vivir a fondo
nuestra vida sacramental, decisión que nos introduce en una nueva etapa del camino
de fe.
Sacerdote: Ustedes, queridos hermanos están haciendo un camino de crecimiento en
la fe, y hoy, en presencia de la Iglesia, deciden dar una respuesta pensada y consciente
que los impulse con mayor entusiasmo y esperanza al seguimiento de Cristo.
¿Quieren iniciarse en la preparación para recibir (o renovar) los sacramentos de Cristo:
Bautismo, Confirmación y Eucaristía (y Reconciliación -para los bautizados-).
Catecúmenos / catequizandos: Sí, quiero.
Sacerdote: Den, entonces, su nombre, firmando el libro de los catecúmenos. (El libro
se tiene preparado sobre la mesa, con la lista de los que van a iniciar la 3a etapa, cada
uno firma al Lado de su nombre. Mientras se canta: «Alabo tu bondad»).
La Asamblea apoya la decisión de los candidatos con su aplauso.
Sacerdote: (lee los nombres de los inscritos para la 3a etapa y les dice) Ustedes ahora
se proponen ahondar en la experiencia cristiana, en la oración y el seguimiento de
Cristo como preparación a la celebración (o renovación) de los sacramentos de la
iniciación cristiana y a la vivencia del compromiso bautismal.
Catecúmenos / catequizandos: (con expresión de alegría y entusiasmo, responden)
Demos gracias a Dios.
Sacerdote: Con espíritu fraterno pidamos por estos hermanos nuestros para que
iluminados por el Espíritu de Cristo, perseveren en su decisión.
1. Para que el Padre Celestial les revela más a su Cristo.
Todos: Escúchanos Señor.
2. Para que continúen su camino, sostenidos con nuestro auxilio constante y sincero.
Todos: Escúchanos Señor.
3. Para que encuentre en nuestra comunidad la unión de los corazones y la caridad
desbordante
Todos: Escúchanos Señor.
4. Para que a su debido tiempo sean hallados dignos de recibir (renovar) el bautismo
de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo.
Todos: Escúchanos Señor.
Sacerdote: Confrontados con la oración, y con la certeza de la presencia de Cristo entre
nosotros, despidámonos compartiendo el don de la paz, su regalo más precioso, y que
la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, permanezca entre nosotros.
Comparten un saludo de paz.
Canto final: Dame la mano.
Se concluye con un compartir festivo.
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