LA ARMADA DURANTE EL PERIODO ALFARISTA... (1895-1916) La participación de la Misión Naval chilena se forja a través de contratos de prestación de servicios profesionales entre oficiales chilenos y la Armada del Ecuador; así tenemos que el 6 de mayo de 1905, se firma un contrato por medio del cual el capitán de fragata Carlos Fuenzalida, el teniente 1ro. David Puyol y los tenientes 2dos. Oscar Ferrarí y Víctor Cabezas se comprometen a conducir al Ecuador el transporte “Casma” e instruir al personal ecuatoriano que debía hacerse cargo de la nave, con las asignaciones mensuales de 100, 50 y 35 libras esterlinas, respectivamente. Algunos contratos de personas chilenas y nacionales Los contratos de prestación de servicios se firmaban de gobierno a gobierno a través del Ministerio de Guerra y Marina o de las representaciones diplomáticas en otros países. En ellos se establecía el cargo, sueldo, tiempo de duración y una cláusula que establece la condición de darse por finalizado el contrato por enfermedad, mala conducta e incompetencia profesional. Revisados los contratos entre 1906 y 1907 con profesionales extranjeros se encuentran: Daniel Aris como alto artillero en la Marina de Guerra con sueldo de 6 cóndores; José Inostrosa, guardián en la Marina de Guerra, 7 cóndores; Rafael Jamett, capitán de alto artillero, 6 cóndores; Luis Flores, director de Arsenales, inspector general de máquinas e ingeniero Primero, 50 cóndores; Justo Zúñiga, guardián, 7 cóndores; Juan J. Ortiz Acosta, fogonero primero, 7 cóndores; José Tomás Sánchez, capitán de altos, 5 cóndores; teniente de la Armada de Chile Sr. Octavio Olger, asimilado capitán de corbeta como segundo comandante, oficial de detall, subdirector de la Escuela Naval y director de las obras de fortificación, 50 cóndores; teniente de la Marina de Chile Sr. Oscar Ferrari Páez, asimilado capitán de fragata como primer comandante de uno de los buques de la Armada y director de la Escuela Naval, 60 cóndores; Roberto A. Espíndola, asimilado ingeniero primero con cargo de máquinas, 35 cóndores Como técnicos nacionales: Teodomiro Méndez, farmacéutico, 10 cóndores; Luis González, capitán de altos, 5 cóndores; Alejandro Hidalgo, capitán de alto Artillero, 5 cóndores y otros más. Como se puede observar se contrató al personal profesional necesario para tripular los buques recientemente adquiridos, ya que el personal permanente era muy escaso. La crisis internacional de 1910 Ante el peligro de un conflicto bélico con el Perú, por el fracaso del arbitraje del Rey de España, llevaron al Ecuador a desconocer este laudo aún antes de ser promulgado, pues se sospechaba que iba a ser contrario a las aspiraciones de nuestro país. El grito “Tumbes, Marañón o la Guerra” levantó el espíritu nacional y el país entero se dispuso a tomar las armas en defensa de sus derechos; la Nación se movilizó; la pequeña Fuerza Naval entró en gran actividad; se compraron armas modernas; se fortificó la frontera sur y el fuerte de Punta de Piedra convirtiéndola en batería de costa, para la defensa del Puerto de Guayaquil. Considerando que la provincia de El Oro sería el eje de concentración de tropas, pero que carecía de vías de comunicación en forma casi absoluta, el camino obligado era la vía 167