Influencia de los medios de comunicación en el

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El rol de las comunicaciones durante y después del Gobierno de Salvador Allende
Las diferencias entre los adherentes y los opositores a la Unidad Popular
Portada del primer cuerpo de El Mercurio, 13 de septiembre de 1973
Gian Perfetti Cornejo
Rodrigo Silva Illanes
Profesores: David Aceituno
Fernando Rivas
Fecha: 6 de diciembre de 2013
Índice
La administración de la Unidad Popular
2
Los primeros días de septiembre de 1973
3
Análisis de la prensa chilena después del once
5
¿Cómo la prensa entre los años 1970 y 1973 influyó en los conflictos políticos y
financieros en Chile en ese periodo?
7
“Martes 11: Auge y caída de Allende”
10
Discusión final
14
Bibliografía
14
________________________________________________________________________
La administración de la Unidad Popular, los primeros días de septiembre de 1973 y
análisis de la prensa después del once
Por Gian Perfetti
La administración de la Unidad Popular
El 4 de septiembre de 1970 se desarrolló la elección presidencial. Allende, apoyado
por la Unidad Popular, obtuvo un millón 70 mil votos superando el millón 30 mil de Jorge
Alessandri y los 820 mil de Radomiro Tomic. Al no tener mayoría absoluta, correspondía
al Congreso elegir entre las dos primeras mayorías. El 24 de octubre el Congreso
Nacional eligió a Salvador Allende, con los votos de los parlamentario de la Unidad
Popular y de la Democracia Cristiana, previa suscripción de un acuerdo llamado Estatuto
de Garantías Constitucionales.
El Gobierno de Allende realizó notables esfuerzos para mejorar la calidad de vida de
los grupos más pobres, y destacó especialmente en educación, salud y vivienda. Una de
las obras realizadas durante su mandato fue la nacionalización del cobre, aprobada por el
Congreso Nacional el 11 de julio de 1971 con el voto unánime de los representantes de
los partidos de la época. Esto significó el traspaso a manos del Estado chileno del 49%
del capital de las compañías de la gran minería del cobre que aún pertenecían a
inversionistas extranjeros.
En octubre de 1972 se produce un paro de camioneros, unido a la movilización
estudiantil y a la huelga de los obreros de El Teniente que provocaron grandes
dificultades al Gobierno, que busca superar la situación llevando a los militares al
Gabinete, entre ellos el General Carlos Prats como Ministro del Interior. En 1973, la
Iglesia Católica cuestiona el proyecto educativo de la Escuela Nacional Unificada, se
producen manifestaciones callejeras diariamente, en contra y en apoyo al Gobierno,
atentados en torres de alta tensión, sabotajes en caminos y líneas férreas.
El desabastecimiento, el mercado negro, las largas colas, provocan a las mujeres y
éstas protestan haciendo sonar sus cacerolas. Mientras el Gobierno afirma actuar dentro
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de la legalidad, la Corte Suprema, la Cámara de Diputados, la Contraloría General de la
República y el Colegio de Abogados declaran públicamente que el Poder Ejecutivo ha
quebrantado gravemente el orden institucional. En junio de 1973, se produce un intento
de Golpe de Estado, conocido como el Tanquetazo.
Los primeros días de septiembre de 1973
Durante 40 años, hemos sido testigos de la fractura social que marcó la historia del
país. Siempre hablamos del 11 de septiembre, pero ¿cómo fueron los días previos al
golpe de estado? ¿Qué decían los medios de comunicación, a esa altura polarizados y
atrincherados, fiel reflejo de la sociedad chilena?
1 de septiembre de 1973
Diarios de la época eran parte de una batalla mediática sin tregua. Ese primero de
septiembre la noticia, entre otras, era un supuesto balance falseado por el Banco Central.
Según la oposición, el Gobierno buscaba alterar la realidad económica. A la noticia del
Banco Central se sumó el arribo de carne de caballo, ante la carencia de carne de
vacuno. Esa jornada también hacia noticia el canal 9 de la Universidad de Chile, que el
Gobierno los obligaba a recibir a los alumnos de Periodismo de esa casa de estudio. Sin
embargo muchos se negaban, ya que este medio se encontraba intervenido por la Unidad
Popular.
2 de septiembre de 1973
El país estaba dividido, los medios polarizados, el ambiente anticipaba el quiebre.
Sin embargo, durante el Gobierno de la Unidad Popular solo una cosa unió al país.
Pasaron dos meses desde que Colo Colo perdiera la final de la Copa Libertadores, en un
polémico partido. Sin embargo, el equipo popular seguía haciendo noticia. De hecho, fue
portada de varios medios durante ese domingo.
En siete días, la selección chilena jugaría un partido amistoso preparatorio para el
mundial de Alemania 1974. Al igual que todo Chile, los jugadores estaban inmersos en un
clima sociopolítico complejo. El paro de transportistas se sentía con fuerza por esos días.
También era noticia los 25 abortos diarios que se practicaban en el Hospital Barros Luco
para, supuestamente, salvar vidas.
3 de septiembre de 1973
Los principales diarios darían cuenta de una tragedia que conmovió a miles de
chilenos. En la época de las eternas colas, un conductor ebrio desató una tragedia que
sacudió ese lunes.
4 de septiembre de 1973
Ese martes el conflicto llegó a uno de los lugares más apacibles de Santiago.
Algunos medios escritos informaban que el desabastecimiento también golpeaba al
Zoológico de Santiago. El dólar se disparaba. 4 millones de gallinas morirán por falta de
alimento. En este clima, se celebraba el tercer aniversario del Gobierno de Salvador
Allende.
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5 de septiembre de 1973
Ese miércoles hubo una masiva protesta femenina contra el desabastecimiento y el
mercado negro. No era la primera marcha, en más de una ocasión los cacerolazos
terminaron con trigo las botas de las Fuerzas Armadas, incitando su intervención. El
Gobierno de la Unidad Popular insistía que la oposición y el oficialismo norteamericano
estaban detrás de esto.
La marcha femenina aplanó la Alameda de Santiago, a la altura de la Universidad
Católica. El Mercurio informó que partidarios del Gobierno dispararon contra la marcha. Al
otro lado, hablaron de un montaje. Ese mismo día, también se hablaba de que un millón
de trabajadores estaba en paro, cuando la población del país alcanzaba las 8 millones de
personas.
Por esos días también el papel era escaso. De hecho la Papelera publicó un inserto
donde llamaban a los jóvenes a entregar todo el diario disponible para reciclaje. Así
pretendían salvar la prensa.
6 de septiembre de 1973
Esa semana la revista Estadio, famosa en esa época, siguió de cerca a la selección
chilena, conformada en su mayoría por jugadores del mítico Colo Colo de 1973. Ahora, el
reportaje principal trato las carencias que, en ese entonces, sufría el Estadio Nacional.
Fuera del futbol y la televisión, a esa altura el país estaba absolutamente dividido.
La tensión se sintió en la última entrevista que Salvador Allende dio a un medio de
comunicación. Esa vez recibió a la televisión francesa, sin saber que cinco días más tarde
se produciría el golpe militar.
Ese día, tanto El Mercurio como Las Últimas Noticias y La Tercera hablaban del
repudio femenino al Gobierno. También informaron que la inflación estaba desatada.
7 de septiembre de 1973
El Presidente Salvador Allende anuncia que ‘’hay harina sólo para tres o cuatro
días’’. De hecho la emblemática Villa Portales de Estación Central llevaba una semana sin
ese vital elemento. El comercio bajo las persianas y puso los candados. Volvería a
abrirlos varios días después del golpe de estado.
8 de septiembre de 1973
El cierre del comercio se sumo al paro de trabajadores que, a esa altura, se
extendía a otros gremios. Ese sábado se sumaron las farmacias, los supermercados, la
vega de Santiago, la locomoción colectiva y LAN Chile. Así lo mostraban los diarios ese
día.
Era demasiado para un país fragmentado, con severos contrastes sociales, incluso
peores a los que vemos hoy en día. Las verduras y la carne que antes estaban en vitrina
habían desaparecido.
9 de septiembre de 1973
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Ese domingo el Estadio Nacional estaba repleto. Ese domingo Chile jugaba su
último partido preparatorio antes de viajar a la Unión Soviética. Nuestro país jugó con un
combinado brasileño de Porto Alegre, le ganó 5 a 0 con gran actuación de Rogelio Farías.
Si bien la selección era la noticia del día, los medios advertían que solo un 30% de los
buses estaba circulando, producto del paro de la locomoción colectiva. Una movilización
social que ahora sumaba a ingenieros y abogados.
Ese día hubo un hecho más importante: Tras nueve meses terminó la toma del
canal 9 de la Universidad de Chile. La estación televisiva estaba en manos de los
trabajadores afines a la Unidad Popular, quienes se tomaron el canal en rechazo a una
serie de cambios anunciados por el rector de la casa de estudios, Edgardo Boeninger.
Sin embargo, la tensión no solo estaba en las oficinas de canal 9. La Tercera
denunciaba que la empresa Sumar, ubicada en el cordón industrial de Vicuña Mackenna,
era una fortaleza militar. Tres días más tarde, será uno de los pocos focos de resistencia
ante el golpe de estado.
Análisis de la prensa chilena después del once
Tras el golpe de estado del 11 de septiembre, decenas de medios fueron
silenciados por las Fuerzas Armadas. En Santiago, inmediatamente las instalaciones de
las radios Portales, Magallanes y Corporación fueron silenciadas. Del mismo modo todas
las estaciones de televisión excepto Canal 13. Sus operadores, locutores y directores
fueron detenidos y llevados al Banco del Estado de Chile. Los diarios Clarín, El Siglo y
otros fueron allanados y sus prensas destruidas.
Mientras que algunos medios adherentes a la Unidad Popular fueron clausurados,
otros tantos fueron intervenidos. Durante los tres días posteriores al pronunciamiento
militar, los estudios de Televisión Nacional de Chile permanecieron cerrados, con el fin de
reprogramar al canal estatal. Canal 13 se adjudicó la señal temporalmente al ser la única
autorizada para transmitir después del 11.
Los periódicos de circulación nacional no tardaron en retomar sus labores
habituales. Mientras que La Tercera permaneció intacta al día siguiente, El Mercurio
decidió interrumpir sus publicaciones hasta el día 13. En ambos casos el título de portada
hacía referencia a la llegada de la Junta Militar al control del país. Asimismo, se
mencionaba la muerte del Presidente de la República al interior de La Moneda.
''El General de Ejército, Augusto Pinochet, fue designado Presidente de la Junta
Militar que comanda los destinos de la Nación desde el martes recién pasado, al ser
destituido el Gobierno marxista de Salvador Allende. La Junta está compuesta, además,
por los Comandantes en Jefe de la Armada, Almirante José Toribio Merino, de la Fuerza
Aérea de Chile, General de Aviación, Gustavo Leigh, y el Director de Carabineros, César
Mendoza'' (El Mercurio, 13 de septiembre de 1973).
Ambos periódicos fueron acérrimos opositores al Gobierno de la Unidad Popular. A
su vez, fueron partidarios al régimen militar de Augusto Pinochet. Mientras que La Tercera
se considera un diario independiente de todo partido político, la línea editorial de El
Mercurio desde sus orígenes se ha caracterizado por ser de una tendencia política
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conservadora, situación que quedó de manifiesto en la férrea oposición del diario a la
candidatura de Salvador Allende en 1970.
El golpe de estado se hizo sentir en todas las ciudades de nuestro territorio, sin
excepción. Destacan, entre otras, las comunas de los extremos norte y sur del país, como
Arica, Iquique y Punta Arenas; el puerto de Valparaíso por el rol de la Armada de Chile al
inicio del pronunciamiento militar; y Concepción, urbe históricamente conocida por la
adhesión de sus habitantes a los partidos y movimientos que conformaban a la Unidad
Popular.
Arica
El miércoles 12 de septiembre, La Concordia de Arica anunciaba el cierre de la
frontera con Perú y Bolivia. Como consecuencia, todos los chilenos debían volver a Arica,
mientras que todos los peruanos tenían que regresar a Tacna.
‘’Aproximadamente a las 8 de la mañana el Ejército dispuso el cierre de las
fronteras. La orden fue impartida en virtud del cumplimiento de las disposiciones
emanadas de la jefatura del Regimiento Rancagua, tendiente a evitar que las personas
chilenas o peruanas transiten en la frontera. Todos los chilenos que se encuentren
circunstancialmente en Tacna, regresaran de inmediato a Arica, para quienes habría un
trato especial, como en igual forma para los ciudadanos peruanos que se encuentren de
visita en nuestra ciudad. Éstos últimos regresaran al Perú’’ (La Concordia, 12 de
septiembre de 1973).
Iquique
El lunes 10 de septiembre, La Estrella de Iquique había planteado la renuncia del
Parlamento y de Allende. Asimismo, había anunciado la prórroga del paro del comercio
por 48 horas. La foto de portada mostraba la apertura obligada de una tienda por parte de
inspectores de la Dirección de Industria y Comercio. Además, exponía una denuncia que
era típica en la época: ‘’Acusa la Democracia Cristiana: Revolucionarios del café no
defienden interés de Iquique’’.
A pesar de que pudo salir sin problemas su edición del martes 11, no alcanzó a
llevar en sus páginas mayores antecedentes respecto de lo sucedido ese día. Sin
embargo, uno de sus títulos gestado la noche anterior resultó premonitorio: ‘’El Ejército
controla la situación en Iquique’’.
Valparaíso
Aunque los hechos ocurridos el día anterior componían las informaciones más
importantes, los cuatro cuerpos de El Mercurio de Valparaíso del 12 de septiembre
resaltaban también los 146 años del ‘’decano de la prensa en lengua castellana’’,
aniversario que celebraron con algunos reportajes hechos antes del 11.
En lo que respecta a su información sobre los sucesos del día anterior, en un cuerpo
de 28 páginas el diario destacaba: ‘’Allende depuesto’’. También en un costado informaba
de ‘’prófugos 84 altos dirigentes de la UP’’, agregando que ‘’Fuerzas Armadas les buscan
por todo el país’’.
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La parte baja de la portada mostraba a un dirigente de la Izquierda Cristiana de
Valparaíso, junto a una gran cantidad de billetes, junto a un título que decía: ‘’Con una
fabulosa suma detienen a dirigente UP’’. También se daba cuenta que el toque de queda
se iniciaba a las 19 horas y culminaba a las siete de la mañana.
Concepción
El Sur de Concepción en sus páginas del 12 de septiembre, daba pinceladas acerca
de los sucesos que se producían en la ciudad, considerada un lugar de amplio respaldo al
Gobierno del Presidente Salvador Allende.
''Reunión: en la tarde de ayer fueron llamados a la Tercera División del Ejército
todos los representantes gremiales y de partidos políticos de provincia. Los dirigentes
llegaron puntualmente a la cita con el comandante en jefe y representante de la Junta de
Gobierno, Washington Carrasco. En el grabado aparecen los dirigentes poco antes de la
entrevista’’ (El Sur, 12 de septiembre de 1973).
Sin embargo, la atención del 11 de septiembre en Concepción estuvo centrada en
otros sitios de la ciudad. Uno de los puntos conflictivos fue la cárcel donde, según se
describe, la tensión se vivió al máximo.
Punta Arenas
La edición de La Prensa Austral de Punta Arenas circuló el miércoles 12 de
septiembre e informa sobre una gran cantidad de arrestos registrados durante la jornada,
además entrega una lista de personas que deben presentarse a la autoridad militar. El
título de la nota fue: ‘’Unas 70 personas han sido arrestadas’’. Según decretó la Junta
Militar, el General Manuel Torres de la Cruz asumió la intendencia de la provincia. Uno de
los primeros objetivos del operativo militar en la mañana del 11, según informa La Prensa
Austral, fue tomar el control de los medios de difusión de Punta Arenas.
‘’En Magallanes se había constituido una Junta Militar de Gobierno Provincial, por lo
que la conducción administrativa provincial sería compartida por los tres comandantes en
jefe de la Quinta División del Ejército, de la Tercera Zona Naval y de la Cuarta Brigada
Aérea’’ (Manuel Torres, La Prensa Austral, 12 de septiembre de 1973).
¿Cómo la prensa entre los años 1970 y 1973 influyó en los conflictos políticos y
financieros en Chile en ese periodo?
Por Rodrigo Silva
En resumidas cuentas, debemos entender este periodo en el campo periodístico
nacional como un verdadero conflicto de “trincheras” entre dos bandos ideológicamente
muy distintos. Por un lado, tenemos a los partidistas del gobierno de la UP, marcados por
un lenguaje agresivo y a veces sarcástico en sus publicaciones; mientras que por el otro,
con una mayor influencia social, visible por la cantidad de ejemplares distribuidas por todo
el país, tenemos un grupo político y económico muy defensor del sistema financiero
norteamericano y, por ende, contrario al régimen comunista de dicho periodo.
Durante los tres años, a partir de 1970, los golpes venían y llegaban sin mucho filtro
por parte de las editoriales en portadas y artículos de revistas de diarios. La fuerte
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discusión mediática productos de la riña ideológicas de los medios, en conjunto a la crisis
financiera del gobierno socialista de Salvador Allende, sólo contribuyeron al desequilibrio
social, al desencuentro vecinal en la población y, en gran medida, al odio colectivo de la
población hacía la política en general.
¿Por qué se originó?
Las escuelas latinoamericanas de periodismo a partir de los años 60 fomentan las
primeras investigaciones a diferentes áreas representativas en la sociedad. Una de ellas –
la que nos importa -, tiene relación con los mensajes ideológicos que podrían identificarse
en la lectura de productos masivos, sobre todo de productos extranjeros, fuertemente
relacionado con el conflicto Guerra Fría entre E.E.U.U y U.R.S.S.
A partir de esa primera intencionalidad investigativa, la prensa nacional, la cual poco
a poco va sacando jugo de los hechos indagados, comprende una nueva forma de ver o
educar a la población chilena por medio de los medios masivos, con un contenido de
prensa que tiene como prioridad producir sentidos. Sin embargo, las diferencias
ideológicas en la nación mostraron dos realidades distintas a un mismo suceso o situación
en el escenario propio. Los conflictos no demorarán en evidenciarse.
Inicio del conflicto
Por lo general, las propiedades de la prensa de circulación estaban en manos por
familias empresariales y partidos políticos, por tanto, interpretar la información para
obtener ganancias ideológicas y monetarias en este duelo de trincheras fue el rol
primordial durante estos tres años.
Entre los medios opositores al gobierno de la UP estaban El Mercurio de Santiago,
Las Ultimas Noticias, La Segunda y La Prensa. No obstante, quienes apoyaban el
régimen socialista estaba El Siglo, Puro Chile, Última Hora, Chile Hoy, La Nación y el
famoso Clarín, diario popular reconocido por su lenguaje satírico y llamativo.
Eso no quiere decir que en este período los medios sólo se limitaban a trabajar por
uno de los dos bandos de poder en el país. También existió una gran variedad de medios
cuyo fin no era político; sin embargo, con el pasar el tiempo, tuvieron que asumir un
bando en vez del otro. Concretar una tregua periodística en esos años, era ya caso
imposible frente a los sucesos vividos.
Los cánones de respeto de los primeros años de gobierno se perdieron a medida
que los ataques de grupos empresariales provocaban molestias a la UP, considerándola
como un grupo político que amenaza la integridad y protección del país. A partir de ese
momento, el Clarín y demás diarios partidarios al régimen comenzaron con los ataques
directos a la oposición, llegando a atacar incluso a Jorge Alessandri por su condición
sexual. Por consiguiente, los medios opositores debieron tomar medidas al respecto,
comenzando a editar La Tribuna, de estilo sensacionalista y provocador.
De ahí en adelante, las portadas no dejaban afuera a nadie, emprendiendo una
estrategia de ataques personales desde 1971 hasta 1973.
Diferencias en todo momento
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“Había una pasión política de dos polos opuestos, de la derecha y la izquierda, y los
diarios captaban esa cosa, la lanzaban a la calle. Había una tendencia política clara de
lado y lado, y chocaban. En las radios, la tele y nosotros, los diarios… Yo creo que la
prensa no jugó ningún papel de influencia política, recogió lo que había en los partidos,
pero es cierto, también, que se nos pasó el caballo tanto a la prensa de izquierda como de
derecha”, señaló en un fragmento del libro de Patricio Bernedo el periodista Alberto “Gato”
Gamboa, director de Clarín entre 1961 y 1973, relacionado al conflicto periodístico en el
país en esos años.
Las visiones reflejadas a los receptores eran tan contradictorias y ofensivas que,
para comunicarse del ambiente sin la necesidad de caer a la vulgaridad, la población
calificó la prensa en dos tipos fuertemente marcados: Prensa seria y prensa ariete.
Muchas revistas y diarios clasificados de “ariete” fueron disueltos en esos años; sin
embargo, lo que no se nos decía es que aquella misma línea editorial liquidada, formaba
otro medio masivo para seguir divulgando su sentido ideológico; inclusive, de forma más
calificativa y mordaz. La “prensa ariete” izquierdista se caracterizaba por tener una
intolerancia religiosa, explotación al sexo opuesto grotescamente y por ofender a los
mismísimos tribunales de justicia. “Viejujos de Tribunales de Injusticia, acusados por
momios y chuecos”, portada de Puro Chile, 6 de junio de 1973.
Pero no sólo había diferencias en como manejaban los contenidos de la
contingencia nacional, también existía una clara desigualdad en la cantidad de
ejemplares. Es decir, en la circulación. Entre los medios de izquierda, quien más
ejemplares circulaba en la capital era el diario “El Clarín”, con un máximo de 150000. En
cambio, los diarios de la derecha, incrementaron mucho su difusión, llegando sólo El
Mercurio la venta de 340000 ejemplares los días domingo. Por tanto, teniendo mayor
influencia en los sectores sociales, mayor era su control informativo y educativo. La UP no
tenía por donde defenderse en ese aspecto…
Además, existe otra gran diferencia entre ambos bandos, la cual tiene relación con
las desinformaciones que tuvieron varios mandos frente a sucesos que podrían bien
perjudicar el equilibrio político y democrático.
Los medios de derecha, al tener mayor difusión informática – como vimos
anteriormente - , a través de sus portadas de desabastecimiento y posibles agitaciones
políticas dentro de la misma UP, llevaron a las manifestaciones callejeras y huelgas,
siendo una de las más reconocidas la famosa “Marcha de las cacerolas”.
“¡Oye, momia pituca, cocíname una diuca!”, portada El Clarín, 4 de diciembre de
1971, aludiendo sexualmente a la mujeres que manifestaron su descontento.
El Clarín, diario popular para el régimen, empieza a generar un ataque a la
oposición en base a caricaturas o dibujo-personajes, siendo uno de los más conocidos el
“Enano Maldito” del diario Puro Chile, creado por Elmo Catalán.
En estos años, la prensa cambio su rol en la sociedad drásticamente. Primero,
investigaron los contenidos de los medios masivos del extranjero con lectura crítica de
aquellos productos, como fue el caso del ensayo “Para leer al Pato Donald” (1972);
Segundo, la dinámica investigativa es puesta en práctica, difundiendo una realidad poco
generalizada a la ciudadanía, sino que una realidad interesada de cierto grupo económico
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o político; y tercero, luego de mostrar las diferencias, llegaron los conflictos gremiales y
políticos, formando patriotas y antipatriotas en todo el escenario nacional.
Todo fin comienza con el último “Golpe”
Chile había vivido un primer golpe con el “Tancazo”, pero el último fue de mayor
fuerza, terminando de golpe el régimen marxista y dejando a una prensa seria de
derecha, como la revista Ercilla, con la responsabilidad de argumentar razones y
antecedentes que justifiquen las medidas que la Fuerzas Armadas actúa en el Once.
Antes del golpe, la prensa de derecha empieza a incitar al presidente Allende al
suicidio, comparándole a la muerte del ex presidente Balmaceda. “¿Será capaz de imitar
a Balmaceda?, decía un titular del SEPA – revista de derecha- en marzo del 73. “¡Que
se vaya! ¡Es el grito de los trabajadores!” (Tribuna, 11/09/1973).
Cuando el Golpe Militar se produjo…, muchos periodistas tuvieron un rol crucial en
el manejo de información, quienes tiempo después, mea culpa de lo sucedido,
comentaron en varios medios escritos el error que tuvieron en ese período. Muchos de
ellos, de la Democracia Cristiana…
“La prensa cometió un error al no medir el precio que tendría sus apasionado
involucramiento en las contiendas que dividieron a los chilenos en los años finales de la
década del 60 y los inicios del 70. Fue responsabilidad de los periodistas.
Indudablemente. Pero también de los dirigentes políticos
y sociales que,
irresponsablemente, danzaban en la cornisa, convencidos de que en Chile no pasarían
esas cosas”, Afirmó el periodista Abraham Santibáñez, ex presidente del Colegio de
Periodistas de Chile, en el libro “Periodismo y Política. La Prensa de Derecha e Izquierda”,
de Patricio Dooner en marzo de 1989.
Relacionado con las palabras de Santibáñez, hemos encontrado un libro de no más
de 172 páginas, el cual consiste en una recopilación de ensayos periodísticos anónimos
de la revista Ercilla, elaborado dos meses después del Once – 4 de Noviembre de 1973 -,
llamado “Martes 11. Auge y Caída de Allende” Llamándome mucha la atención parte de la
introducción que escribiré a continuación…
“Martes 11: Auge y caída de Allende”
Introducción
''(…) Por una increíble paradoja – o más bien, gracias a una bien orquestada
campaña mundial – en las semanas siguientes a la caída de Allende, el mundo entero
pareció olvidarse de lo que hasta el 10 de septiembre era una verdad indiscutida.
Pareció como si el suicidio del ex presidente, igual que un acto ritual de purificación,
hubiera borrado todas sus culpas. Así, en vez de aparecer, como lamentablemente lo era,
el gran culpable de lo ocurrido, Salvador Allende, empezó a rodearse de un halo de
heroica grandeza, llegando hasta la grotesca imagen que pintó Fidel Castro en la Habana,
e un luchador que destrozó con un tiro de bazuca un tanque de las tropas de la Junta de
Gobierno, antes de morir…''
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''Frente a esta Campaña se ha producido un movimiento nacional destinado a
desvirtuar las tergiversaciones, sean interesadas o de buena fe, a cuya cabeza,
naturalmente, se pusieron las autoridades del nuevo Gobierno''.
''Pero, creen los autores de esta obra, una gran masa ciudadana en Chile siente
todavía la necesidad de un informe global, que comprenda los “mil días de allende” y las
razones del “gran movimiento cívico” de protesta que se produjo antes aun del
pronunciamiento mismo de las Fuerzas Armadas y Carabineros. El éxito sin paralelos de
revista Ercilla en las semanas siguientes al 11 de septiembre, al cual contribuyeron
quienes escribieron este libro, es la mejor prueba de ello''.
''Al hacer esta obra – para lo cual nos hemos basado en nuestra propia
experiencia humana y profesional de los últimos años y, por supuesto, en la labor
periodística que tuvimos que emprender desde el mismo día 11 de septiembre – no nos
han movido más afán que cumplir con el postulado básico de nuestra profesión de
contribuir a que el público esté “oportuna, leal y verazmente” informado''.
Luis Álvarez Baltierra (34)
Francisco Castillos Morales (31)
Abraham Santibáñez Martínez (35)
Marqué ennegrecida algunas palabras que llamarón mucho la atención. Cuando se
puede observar la frase “verdad indiscutida” llega a ser muy fuerte si consideramos que
Abraham Santibáñez haya logrado ser un distinguido periodista de nuestros tiempos,
dando por certero lo que aquí entregan a la ciudadanía o dan por entender. Después, se
pronuncia a un gran culpable, al cual se le atribuyó una heroica grandeza; y como
respuesta a esa idealización errónea por parte de este libro, se debería haber desvirtuar
las tergiversaciones…
Luego, siguiendo con el próximo párrafo y el subsiguiente, uno se preguntará: Si
cumplen el postulado básico de la profesión, basadas en su propia experiencia humana y
profesional de los últimos años, oportuna, leal y verazmente… ¿Por qué entonces el resto
del libro consiste en seis capítulos con breves ensayos que no especifican autor alguno
en cada uno de ellos? ¿Acaso será una recopilación de párrafos de otros periodistas no
implicados en la elaboración de la obra? ¿Será que el contenido efectivamente fue
elaborado por los 3 periodistas implicados, quienes, sabiendo lo que a futuro conllevaría,
decidieron por omitir?
Básicamente, el libro en sí llega ha ser muy curioso. No obstante, parte de sus
capítulos son muy descriptivos para la época. Es probable que este ejemplar esté en
pocas librerías y pocas bibliotecas. Es por ello, que trataré de dar un breve resumen de
sus 6 capítulos y su relación con datos periódicos dados a conocer tiempo después.
Capítulo 1: El asesor tiene la palabra
Comienza analizando la forma en que Salvador Allende gana una disputada
elección con el candidato Alessandri y el candidato Tomic. Según los datos del libro –
página doce –, en el último conteo Allende en la delantera con 871 mil votos, por detrás
Alessandri con 842 mil y, no tan abajo, un Tomic con 661 mil votos. Sin embargo, todavía
faltaban 5 minutos más para dar el escrutinio final, sólo para que a las tres de la mañana
el ministro del Interior, patricio Rojas, diga a los medios televisivos “Allende ha ganado”.
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A partir de la llegada al poder, los textos empiezan a manifestar el descontento que
habría sentido la DC sobre la gran influencia del MIR y el MAPU en las organizaciones del
gobierno. También demuestra una crítica muy profunda y poco constructiva sobre el
Estatuto de garantías y la doctrina Garcés, evidenciado sus errores y futuras
consecuencias, argumentando muchas falacias y falsas realidades expuestas en el
régimen marxista hasta 1972.
Desde la página 35, existe un cambio evidente, llegando ser los ensayos anónimos
con mensajes muy directos hacía una ex figura de gobierno. Por ejemplo, el primer
párrafo del ensayo Asedio al PDC dice “(…) los problemas de Chile en las últimas
décadas pueden reducirse a una formación simple: la incapacidad de quien está en la
Presidencia para lograr el respaldo de una sólida mayoría parlamentaria”. Luego en más,
la idea del capítulo se nos hace incuestionable: Mostrar los desatinos en todo el proceso
de la UP hasta el 4 de septiembre.
Capítulo 2: Como armar un “Poder Popular”
Según nuestra humilde opinión, este debe ser el capítulo con más datos de la obra,
teniendo entre sus protagonistas no al gobierno en sí, sino como el MIR y el VOP
utilizaron todos los medios entregados por le mismo gobierno para atacar por la prensa,
con diarios como El Clarín (Frente de trabajadores revolucionarios, FTR), Punto Final
(MIR) y El siglo (PC), con insultos mediáticos a una prensa de derecha “fuera de toda
culpa”. Cabe rescatar además que en ningún momento se habla del grupo “Patria y
Libertad”, sin vínculo con ninguna fuente editorial como si hacen con los miembros de la
Unidad Popular.
De ahí en adelante, identifican a muchos integrantes de las guerrillas de ese
entonces, vinculando al VOP, MIR, AP, PCR y FTR; describieron los “regalos de Fidel
Castro” encontrados el día 11 d septiembre en el departamento del director de Chile Films
de ese entonces, Eduardo paredes, bultos con cientos de metralletas, municiones,
pistolas y elementos explosivos, aunque sin dejar en claro la relación entre esas armas y
la visita años antes de Fidel.; y, por último, el capítulo especifica la formación de cordones
en el país, gremiales que apoyaban al régimen y que traficaban armas para una posible
lucha armada.
“La idea de los “cordones”, según publicaciones de los órganos publicitarios del MIR
– El Rebelde, Punto Final y Chile Hoy, era establecer en Santiago y en las principales
ciudades industriales del país, un anillo poder obrero, capaz de saturar y ahogar las
reacciones políticas de oposición. En la práctica, mostraron además que estaban
orientadas a aislar los cuarteles militares. En último termino, a través de tomas de
caminos llegaron a poner en peligro el abastecimiento de la capital.” Fragmento del
ensayo de la página 73 del capítulo 2, el cual deja de lado alguna posibilidad de posible
intervención de la CIA norteamericana, como posteriormente dirán próximos obras
póstumas del siglo XXI.
Capítulo 3: El régimen se divierte
Con ensayos que tienen por nombre “El primer gabinete”, “Ausentismo laboral”,
“Escándalos: danza de millones”, “El estando automotriz”, “Dólares y drogas” y “La
CORFO: Sede de botín”, podrán imaginarse de qué consiste este capítulo.
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Desde los privilegios de la “Payita” hasta incluso cómo vive un presidente con medio
chile muriendo de hambre, la obra comienza a tirar dardos a diferentes figuras del
gobierno y de los partidos que conformaban la UP con severas manifestaciones y
acciones. Sin ir más lejos, incluso se da información sobre vinculaciones del MIR con el
capital nacional para el financiamiento de armamento para las guerrillas.
En este capítulo, ni el menor partidario de Allende se salva. Las descripciones y
datos periodísticos atacan directamente a varias figuras públicas, sin importar el cargo
que tenía ni las cosas positivas de su trabajo. Creo que nunca logré leer algo positivo
respecto a la administración del país. Sólo puntos negativos sin contrapartes de la
oposición…; inclusive aquellos que llegan ha ser de lo más personal.
“En el informe elaborado por el notario Rafael Zaldívar – que hizo el inventario del
inmueble de Allende., éste afirmó: También se halló abundante material pornográfico que
no es del caso consignar. Después, comentó: Por el respeto que siempre los chilenos
sentían por la persona del Presidente d la República, resulta doloroso tener que hacer
referencia a todo esto”, fragmento del ensayo “Cómo vive un presidente” en la página 91
del tercer capítulo de Martes 11: Auge y caída de Allende.
Capítulo 4: “punta de rieles” de la vía chilena
Las bajas electorales complicaron a la cámara alta y baja a la UP, complican las
relaciones con el Poder Judicial, se transmite un descontento social por medio de El
Mercurio (era de esperarse), nunca se hace mención de las grandes marchas de la
población simpatizante al régimen, sólo a las huelgas y marchas de la oposición.
Como motivo del Once, en este capítulo se habla en uno de los ensayos del “Plan
Zeta”, hecho de describen en la página 102 con lo siguiente:
“La Armada había detectado que el 11 de agosto un grupo de suboficiales y
marinería de diversas dotaciones navales, iban a apoderarse de dos naves de guerra.
La acción debía concluir con el asesinato colectivo de los oficiales que resistieran las
maniobras y el bombardeo de barrios en Viña del Mar y Valparaíso, como de unidades de
la Marina, entre ellas, la Escuela Naval. El resultado del pan incluía el nombramiento
como Comandante en Jefe de la Armada Popular al sargento Juan Cárdenas. Los
conjurados creían que la sublevación de la Escuela provocaría también una reacción
similar en el Ejército, Aviación y Carabineros. No ocurrió así. Los amotinados fueron
detenidos y los dirigentes políticos – Altamirano, Garretón y Enríquez – procesados”.
Luego, los ensayos empieza a tomar otro rumbo, ya que se informa de las
procedimientos de las fuerzas armadas frente al “autogolpe” expuesto en la obra, el cual
veremos posteriormente en el próximo capítulo.
Capítulo 5: La restauración
Sin duda, uno de los capítulos de la obra que más podría cuestionarse si se
investigara en profundidad; no de forma circunstancial por un trabajo que no exceda las
15 o 20 páginas como estamos limitados, sino ya de una tesina u otro proyecto de más
abundancia.
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Debes ser uno de las pocas obras periodísticas que casi muestran a Pinochet, Leigh
y Mendoza como verdaderos héroes de la patria y la libertad democrática. Si bien aún no
ocurría en masas los famosos eventos contra los derechos humanos, había un sector del
país que volteó su espalda a las leyes del la Constitución al sacar del poder al gobierno
socialista que llego a éste con vota ciudadano. Eso no es para ser restauradores de la
nación.
Sarcásticamente, leyendo en profundidad, una vez que se fue el cáncer llegaron las
provisiones. De un día para otro; pagando deudas exteriores y rearmando las empresas
productoras de “buena manera”. El texto en los ensayos de este capitulo lo dice así.
Además de encontrar un sinfín de armas, tanto en el Norte Grande como en el sur del
país.
Si esta información fuera completamente correcta, entonces no hacemos la
siguiente pregunta: De tener tantas armas, ¿Por qué entonces defendieron en la Moneda
no más de 20 pelagatos? ¿Por qué en ningún capitulo se informa de provenir exacto de
dichas armas? ¿Fueron entregados por Fidel?
Capítulo 6: Último enemigo: La desinformación
Sinceramente, la misma intención del anterior. La diferencia observable podría ser la
narrada comparación con otros sucesos por el mundo y la exposición de fuentes
extranjeras en su mirada al acontecer chileno en ese período. Mucho más no hay.
Discusión final
A pesar de haber justificado la culpa, no llegan a disculparse por datos precisos de
su vinculación con los sucesos ocurridos desde el mismísimo golpe hasta el regreso de la
democracia en el país, en 1990.
Asimilando lo ocurrido antes y después del Once, si bien la prensa entre 1970 y
1973 logró cierta rivalidad en la población – creemos que nunca antes el pueblo chileno
había estado tan dividido -, por lo menos pudieron mostrarse la realidad en diferentes
versiones.
La manipulación en esta obra es incuestionable. Sus ensayos anónimos son
verdaderas bombas que atacan y provocan odio a la población. Sin duda, Allende no era
un santo, tuvo sus errores en su gobierno. Claro que sí. El problema es el cómo
llegamos a decirlo e informarlo a la gente, al pueblo chileno…
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Bibliografía
Álvarez Baltierra, L.; Castillos Morales, F.; Santibáñez Martínez, A. (1973). Martes 11:
Auge y caída de Allende. Santiago de Chile: Periodística Chile.
Silva Bijit, R. (2013). Historia del 11 de septiembre de 1973. Santiago de Chile: Catalonia.
Chile Siglo XX: La Búsqueda del Desarrollo Económico y la Justicia Social (págs. 17-18).
Preuniversitario Pedro de Valdivia. Utilizada en ''la administración de la Unidad Popular''.
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Especial 11 de septiembre. 24 Horas. Utilizada en ''los primeros días de septiembre''.
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