Publicidad del terroismo

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Medios: Publicidad gratuita del terrorismo
Una bomba en España. Otra incursión más en territorio palestino por parte del ejercito Israelí. Toma o muertes
selectivas en uno de tantos pueblos olvidados en Colombia realizado por cualesquiera de los cuatro grupos
armados. Aviones estrellándose en el World Trade Center de Nueva York. Bombardeo en Afganistán. Una
sutil amenaza de rompimiento de relaciones por parte de USA a Nicaragua si llega al poder Daniel Ortega.
Ántrax en un sobre con muchos sellos y sin un remitente, etc.. Son estas noticias que día a día son
bombardeadas al momento de mirar la televisión durante la hora del almuerzo o la cena rutinaria de cualquier
ciudadano del mundo como una agresión propagandista escudada en el pretexto de la necesidad de informar y
ser informados.
Para muchas personas puede generar un estado de aversión, repugnancia, insensibilidad, incredulidad, o en el
mejor de los casos, de identificación, sentimientos de apoyo y simpatía. Sentimientos aprovechados por
muchos, son estos bajo los cuales se escudan para hacer un mal llamado periodismo. Ya que al identificar que
es lo que quiere o, ni siquiera eso, lo que simplemente impacte al televidente, lector o radioescucha, el medio
de comunicación masiva se lo puede dar, buscando de este modo incrementar sus ingresos por pauta
publicitaria o distribución al aumentar el raiting, sintonía o circulación. La clave no es buen periodismo, la
clave no es informar, la clave es entretener.
Es bajo esta tragicomedia de parte de los terroristas en búsqueda hacia el titulo de el mejor mago, donde el
teatro que presente la función más aterradora y que sin embargo la audiencia permanezca, hace que todas las
funciones están tan competidas que el público se va. Pareciere que ya lo han visto todo. Simplemente se tiene
una visión negativa del mundo o ¿es que las funciones nos hicieron creer que todo el mundo es así de cruel?
¿Hacia que tiende entonces a desviar la vista el espectador? A la asistente, algo banal y sin trasfondo. Así es la
función.
Sabiendo que lo esencial en la escena, a lo que se paga por ver, es lo menos agradable y no habrá de terminar
en primer plano para el cliente, la atención se centra en la otra, aunque el espectáculo no es ella y últimamente
tiene su propio show.
Lo importante en la función debería ser que a los magos no se les paga, el teatro si cobra, la audiencia paga
por ver algo que no le agrada ver y que no va a ver por estar mirando la asistente.
Retomando a los personajes: Terroristas como magos, farándula como asistentes y teatros como canales de
información. ¿Cual es el papel del periodista? El encargado de los efectos, sabrá él como hacer parecer al
mago jocoso o terrorífico modificando la información.
Es este el reto: el tener la creatividad suficiente para burlar a los magos y hacerlos parecer ridículos y de esta
manera achantarlos y dejarlos con el sinsabor del espectáculo. En la mayoría de los casos el mago ha de
buscar agredirnos, sacarnos del teatro o en casos mayores, aniquilarnos. Un excelente ejemplo de un buen
encargado de efectos fue Jaime Garzón, personaje que por ser tan buen encargado desesperó a mas de un
mago, le faltaba tecnología y pulir las imágenes, pero sabía como ridiculizar y manipular la función.
Ser atrevidos, intrépidos, y más que todo astutos. Los periodistas deberían ser los héroes caídos, debería ser la
profesión de los rebeldes suicidas que se niegan a pensar como los mandan los patrones. Pero ¿como es la
necesidad humana?
Olvidando los efectos secundarios de lo cruel del espectáculo principal emitido por la televisión (nuestra
querida televisión de todos los días, y que gracias a Dios nunca nos a hecho falta), somos dados con la anterior
alegoría muchos ejemplos claros de como son los dudosamente llamados periódicos sensacionalistas, como el
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espacio, que contienen una baja calidad informativa, y tienden a ser muy amigos de publicar historias
escalofriantes, y aunque difícil creerlo, tiene una circulación con mayor cantidad de numero de ejemplares que
periódicos serios. Su asistente son noticias de farándula, horóscopos y las caricaturas.
Yamid Amad cuando encontró en el método de bombardear con imágenes de barbarie, la clave para aumentar
su audiencia, así no dijese nada, logro un efecto en cadena que habría de explotarle en el rostro, pues muchas
personas inicialmente por saciar su morbo estaban expectantes a las imágenes dantescas, pero con el tiempo
llegaron a repudiar no a los actores y autores del guión sino al siniestro inventor del método. Programas como
el Currinche donde la gente es feliz escuchando la vida privada de las demás personas y los macabros relatos
judiciales difundidos por este medio, estos son solo unos cuantos ejemplos que a grosso modo nos ilustran
respecto al poder del sensacionalismo (para muchos amarillismo, pero el efecto tiende a ser equitativo).
Con o sin darnos cuenta, lo que en verdad no importa, con esta manera tan desmedida de llevar los
acontecimientos diarios y también sin proponérselo (pues no se es seguro del fin), algunos comunicadores (la
mayoría inducidos por sus contratantes), valiéndose de los diferentes medios de información están sumiendo
en un estado de terror al receptor de estas noticias. Sí la justísima comunidad internacional encasillase a estas
personas según la definición de terroristas del diccionario de la real academia española, más de uno tendría
que buscar un refugio anti−bombas, ya que sus noticias y publicaciones en algunos casos llegan a ser peor que
el efecto producido por un reten de pesca milagrosa, un secuestro, amenaza de atentado con carro−bomba o la
amenaza de un sobre con ántrax en su lugar de trabajo o casa. Para la real academia, terrorista es aquella
persona que ejecuta actos para infundir terror, y el terror es miedo a un peligro que acecha. Por lo que aquellas
personas que infunden terror con noticias parcializadas, poco ilustrativas o demasiado explicitas, dependiendo
del caso, están haciendo algo que no necesariamente debe atentar materialmente contra una persona, personas
o estamento para causar terror.
De ahí que es importante saber como se van a plantear los diferentes conflictos y sus acciones de hecho, ante
un espectador para no llevarles a estados en los cuales no estará informado, ademas de psicosiado, y sus
conceptos hacia diferentes actos será desenfocada, ya que todo hecho terrorista ejecutado por un grupo
armado o una persona tiene un fin lógico dentro del absurdo de la violencia, y no tener ilustración o tenerla
pero errada o en un plano demasiado explicito daría una interpretación tergiversada, unilateral o impulsiva del
conflicto. Los medios en algunos casos multiplican el efecto causado por un acto de esta índole, ya que al
informarle al publico, buscan no como principal objetivo la veracidad ni el meollo del asunto, sino la
instantaneidad y la exclusiva. Y son estos últimos los que forman el verdadero conflicto, haciendo que el
periodista se venda por una exclusiva o arriesgue la vida por una información que si llegase a salir, y tiende a
salir, habría de agravar la situación y al mismo tiempo de ganarse el halago de el gran atrapa talentos, el
periodista asusta más a las personas, desilusiona al mundo y hace publicidad gratuita.
El mundo tiene el temor de ser victima de los protagonistas del ring. Por ello los medios han sido utilizados
como una valiosa herramienta para disparar los atentados y diferentes acciones por parte de los protagonistas.
Estos grupos que en la mayoría de los casos son minoría, quienes al no captar la atención de la opinión
publica o comunidad mundial, al reclamar lo que para algunos, muchos o pocos (el detalle es que pocos con
los que reclaman) es lo justo, deciden actuar de forma violenta. Los medios ya han aprendido su lección y
saben que en la mayoría de los casos sangre y muertos equivale a raiting, aumentan las emisiones o boletines
de ultima hora o extraordinarios para que esta manera se genere una mayor atención en algo que en muchos
casos nunca se plantea porque la atención se enfoca en que se esta llevando a cabo.
Mirar las cosas objetivamente sin perder el criterio, para muchas personas no es una regla que se pueda
ejecutar, pero tomar las causas, orígenes, la esencia, la justificación de las diferentes acciones terroristas
pueden ser interpretadas como campaña contra o a favor de estos atentados. Un claro ejemplo de esto es hacer
una publicación sobre la ayuda de USA a los talibanes en la época de la guerra fría contra la ex−URSS , el
apoyo al gobierno Israelí en armas, el apoyo a las guerrillas anti−sandinistas en Nicaragua, y al mismo tiempo
presentar la información junto a otra, en la cual se este tocando el actual apoyo a la Alianza del Norte para
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ejecutar acciones bélicas contra el régimen Talibán por los atentados el pasado 11 de septiembre en territorio
estadounidense. Presentar esto puede generar discusiones por el sólo hecho de calificar, no el contenido, sino
a quien escribe o concibe el articulo, por no estar de acuerdo con lo que todas las cadenas noticiosas que
actualmente están difundiendo: la campaña anti−taliban creada por la potencia mas poderosa actualmente en
el planeta tierra.
Juzgar las inversiones armamentistas en otros países para buscar beneficios particulares o no, no es el objetivo
de este escrito pero, esto muestra una vez más la influencia ejercida por quienes manejan los hilos del poder
económico, político, militar, en los medios de comunicación, pueden cambiar un punto de vista con unas
cuantas palabras en un espacio de 10 segundos en un medio televisivo. Actualmente estamos viendo sólo lo
que conviene a la OTAN y sus aliados, pero no nadie se detiene a hacer cuentas cuanta gente ha muerto por la
interesada intervención de esta potencia en otros países (y que ahora lucha heroicamente contra el terrorismo
por el bien de nuestros hijos), ni en el terror que esta causando a las personas ajenas al conflicto actualmente
con sus bombardeos día y noche, eso sin contar las amenazas que hace a los países en vía de desarrollo en el
plano económico respecto a las medidas a tomar para recibir una certificación, o el gobernante que debe elegir
para no romper relaciones. Teniendo en cuenta que mostrar imágenes de terrorismo es publicidad, al plantear
estas ideas anti−imperialistas debería parecer una propaganda anti−terrorista, pero no es así, todo anuncio,
comentario, todo nombramiento a los violentos es propaganda. El objetivo no es eliminar los medios masivos,
solo bajarles la voz a los que no son merecederos de vivir en sociedad por falta de moral y escrúpulos, por
falta de una básica ética social.
Es la misión del periodista difundir la verdad sin mascaras, y ahí es donde mas de una persona vende o le es
infiel a la ética periodística por no enfrentar la persecución política, el escarnio publico, por no hacer lo que
indica el sentido común o en el peor de los casos sentir amenazada su integridad física. El poder muchas veces
prima sobre la verdad pero otras veces no es así.
De quien tenga los hechos registrados de una fuente confiable, apoyo prestado por la opinión publica y los
gobiernos, depende que la verdad prime sobre los intereses de estos grupos que manejan el poder para
beneficio propio. Hay muchos factores que ligan a los medios de comunicación con el terrorismo, así como al
terrorismo con estos medios, ya que sin los unos no habrían algunas noticias de gran despliegue periodístico y
sin los otros las acciones no serian conocidas por la mayoría de gente. Buscar un limite entre informar y hacer
propaganda pro−terrorista es relativo ya que por un lado estará su propia ética y conciencia respecto al efecto
deseado con la noticia que se esta dando , así como también la lectura de esta noticia que realice el receptor.
No se podría juzgar a un periodista por entrevistar a un terrorista pero tampoco podría premiarlo por disfrutar
de una alta audiencia a costa del dolor y sufrimiento de unos pocos. No es mucho lo que haya cambiado en el
tiempo; quien maneja los medios tiene el poder y la historia le cobrará su errores, pero los medios que relatan
la historia tal y como es, la humanidad se encargara de otorgarle el poder de ser respetados por su verdad en el
tiempo.
Terrorismo− Medios
Cuando los periodistas informamos de actor terroristas, no estamos ampliando los efectos de los actos
terroristas?
Donde esta la frontera entre la información y la propaganda terrorista?
• Los medios se prestan para hacerle campaña publicitaria a los terroristas
• Medios son el arma de los terroristas
• No informar puede llevar a :
♦ Que los terroristas cometan más actos para llamar la atención
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♦ Violación del derecho de estar informado
♦ El periodista no debe tomar partidos, involucrarse en la situación
♦ Los periodistas siempre son partidarios de algo (detallar frase)
◊ Periodistas no tocan ciertos temas porque el dueño esta vendido
◊ Es obligatorio que el periodista de la información verazmente, mas no son necesarios
los detalles amarillistas que se convierten en reconocimiento público a los grupos
terroristas.
◊ El medio debe ser el puente entre el suceso y el receptor pero tienden a ser el puente
entre el terrorismo y la publicidad.
◊ Ética periodística es inexistente por ser siempre manipulable por la necesidad humana
y el contexto.
◊ Los medios al verse en un mercado competitivo tratan de superarse en la búsqueda de
información tendiendo a sobrepasarse en tragedia, melodrama y crudeza.
◊ Ya en el plano interno colombiano los medios han llegado a desensibilizar a su
público.
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