Malabia entrevista al escritor brasileño Aricy

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Malabia entrevista al escritor brasileño Aricy Curvello
Escrito por Revista Malabia
1) El hecho de haber vivido tanto tiempo de espaldas unos y otros nos lleva a
situaciones tan kafkianas como tener que presentar a un escritor de carrera tan dilatada
como la tuya. Háblanos de tu obra.
Carrera todavía no tan extensa, todavía en progreso, todavía en proyecto. Siempre escribí
mucho, rompí bastante y publiqué poco. Son en total cuatro libros de poesía, dos de ensayo y
uno en referencia a un escritor de vanguardia precozmente fallecido: Uilcon Pereira, que recibió
el premio Joaquim Norberto (Ensayos publicados) de la Unión Brasileña de Escritores (Río de
Janeiro). Algunos poemas míos se tornaron andariegos y están traducidos y publicados en
varios países de Europa y de las Américas, como en el caso del largo “El campamento” y de
cortos como, entre otros: “El náufrago”, “Cezanne”, “Fluir”, “Morfosis”, “Las veces”.
Los tres principales estados brasileños son, por este orden: San Pablo, Río de Janeiro y Minas
Gerais (cuyos nativos –yo mismo- son llamados mineiros). También son los estados de origen
de los más importantes poetas de Brasil, siendo mineiro el mayor de ellos: Carlos Drummond
de Andrade. Me ayudó mucho haber escrito libros que luego fueron estudiados por grandes
críticos como Fábio Lucas, Fritz Teixeira de Salles, Moema de Castro, Silva Olival y Assis
Brasil. Este último me incluyó en su obra panorámica “La poesía mineira del Siglo XX” (lanzada
en edición nacional por Imago Editora de Río), donde están los poetas que según él
sobrevivirán.
También trabajar como consultor de la Enciclopedia de Literatura Brasileña ayuda mucho a
divulgar el nombre de un escritor. 2) La literatura latinoamericana se podría dividir en cuatro grandes bloques: la
andina, la del Río de la Plata, la brasileña y la del Caribe. Las cuatro se influencian y se
desconocen. ¿Podrías hacernos una breve reseña de los autores que consideras
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esenciales para explicar la literatura brasileña?
Según postula uno de nuestros mayores estudiosos, el profesor Antônio Cándido, de la
Universidad de San Pablo, pese a que pueda contar con algunos precursores de algún genio
(caso Gregorio de matos “Boca del infierno” en el Siglo XVII, por ejemplo), la literatura brasileña
realmente se inició con los poetas mineiros del Siglo XVIII, ligados a Inconfidência Mineira, una
de las primeras y más serias tentativas de liberar nuestro país del dominio portugués. Tales
poetas árcades consiguieron exprimir algo de nuestro paisaje interior y exterior –por eso
todavía nos hablan Tomás Antônio Gonzaga, Alvarenga Peixoto, Cláudio Manuel de Costa,
suicidado en prisión-. Además de haber sido prisioneros, procesados y exiliados a África.
Nuestro cuento, nuestro romance, nuestra crónica, el teatro tanto como la crítica, nacieron con
el Romanticismo (Siglo XIX), cuyos exponentes son Machado de Assis y José de Alentar, junto
a los poetas Gonçalves Dias y Álavares de Azevedo. Machado se superó y llegó a rebasar al
Realismo, que nos dio dos grandes figuras: Raul Pompéia (el romance “El Ateneo”) y Adolfo
Caminha (los romances “La Normalista” y “El buen criollo” El Simbolismo tuvo entre nosotros
pálida expresión, pues el Parnasianismo, de extracción francesa, cautivó a los poetas al final
del Siglo XIX y en los inicios del XX (su mayor expresión fue Olavo Bilac). La riqueza creada
por la explotación de la agricultura intensiva en San Pablo posibilitó la urbanización y la
industrialización, generando una nueva estética que tuvo Modernismo por rótulo. Los autores
del Modernismo se impusieron en prosa y poesía en Brasil desde San Pablo, Río y Minas
gerais. En 1930 aparece el primer libro (“Alguna poesía”) del hoy máximo poeta brasileño:
Carlos Drummond de Andrade (1902-1987).
En 1928 apareció “La Bagaceira” de José Américo de Almeida, que inauguró el ciclo de
romance del Nordeste, en el que brillaran Graciliano Ramos (“Vidas secas” y “Angustia”), Jorge
Amado (“Cacao”, “Sudor”, “Los capitanes de la arena”), Rachel de Queiroz (“El Quince”). Son
autores que buscan retratar la aspereza del hombre y del suelo, agrietados por la sequía y el
clima de desierto de las caatingas.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) surgirán los dos máximos romancistas
brasileños del siglo, el mineiro Guimarâes Rosa (“Gran serrato”, “Veredas”) y la ucraniana
emigrada Clarice Lispector (“Cerca del corazón salvaje”, “La manzana en la oscuridad”, etc.)
3) Dice la escritora y crítica literaria Cristina Peri Rossi en el prólogo de la edición en
español del libro Silencio de Clarece Lispector: “Lispector es muy importante en la
modernización de la literatura brasileña. (…) Hasta ella, en esa literatura predominaba lo
narrativo sobre lo expresivo, era con frecuencia pintoresca, localista y demasiado atenta
a la descripción de una realidad miserable, aunque ésta fuera compleja, dramática y
contrastada”. ¿Estás de acuerdo con estos apuntes?
No, no estoy de acuerdo. El mayor ficcionista de todos los tiempos es Machado de Assis
(1839-1908) y no se lo puede reducir a lo que generalizó Peri Rossi. No se puede aplicar
tampoco a Raul Pompéia (1863-1895) y a varios otros del Siglo XIX. El romance sicológico del
Siglo XX también es anterior a Clarice: basta ver la obra de Cornélio Pena (1896-1958) y Lúcio
Cardoso (1913-1968) entre otros. “Sagerana” (cuentos) de Guimarâes Rosa es de 1937
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(cuando, aún inédito, ganó el segundo lugar en el Premio Humberto de Campos) y fue publicado en 1946. Los elementos que Peri Rossi mencionó como preponderantes en la
literatura brasileña anterior a Clarice lo eran en el romance del Nordeste (ver Jorge Amado, el
más famoso y traducido de todos ellos) y no en toda la literatura del país, que es un continente
y sobre el que es extremadamente peligroso generalizar sin un estudio profundo.
A veces se dice que el romance y el cuento de Clarice deben encuadrarse en el realismo
mágico –del cual la autora no es pionera en Brasil. Tal vez lo más apropiado sea decir que
Clarice buscó un lenguaje de ficción que se completase y se bastase en sí mismo, utilizando
algunos recursos propios del realismo mágico.
4) En cierta ocasión me dijiste que el surrealismo era ajeno a la literatura brasileña.
¿Podrías profundizar en ese concepto?
El surrealismo es de primera importancia en la poesía hispanoamericana, pero no en la
brasileña. En nuestro país jamás logró la aceptación de nuestros poetas y nuestro público,
salvo en contadísimas excepciones (Murilo Mendes y una parte de la obra de Jorge de Lima,
por ejemplo).
5) Pasemos del Brasil a América Latina. Mucho se ha hablado de la literatura
latinoamericana. El crítico literario argentino Ricardo Piglia dice: “La aspiración a la
unidad latinoamericana es una consigna que viene de las guerras de Independencia y es
muy legítima. (…) Yo creo que deberíamos mantener la categoría de lo
“latinoamericano”, obviamente porque somos latinoamericanos y pensamos que esa
tradición y ese campo de estudio es el nuestro, pero que a la vez tenemos que estar
atentos a la red de tradiciones que encuentran su propio espacio”. ¿Tú qué opinas?
Pensamos de la misma forma, sin embargo yo agregaría una grave cuestión idiomática en el
caso de Brasil. La mayor parte de países de la región hablan español. Apenas Brasil lo hace en
portugués. He encontrado una cierta mala voluntad en relación a nuestro ididoma por parte de
los hispano hablantes de la región. Parece que quieran ignorar que el gallego, del cual se
originó el portugués, y el propio portugués, son idiomas más antiguos y más abonados
literariamente que la lengua imperialista de Castilla. Parece que quisieran ignorar que ni
siquiera la brutalidad del régimen del Generalísimo Franco, en el Siglo XX, consiguió extinguir
en España el gallego y el catalán, idiomas más próximos al portugués que el español de
Castilla. Ya me han dicho algunos hispano hablantes que lo ideal sería que Brasil pase a hablar
español. O sea: ¿quieren volver al mismo imperialismo idiomático de Castilla en la Península
Ibérica? Creo que Ricardo Piglia abrió espacio para que se tenga en mente “la red de
tradiciones que encuentran su propio espacio”. De todas las partes tendrá que haber un
esfuerzo y tentativas serias de buscarnos y conocernos como países y tradiciones unos a
otros.
6) En nuestros días se está dando un fenómeno muy extraño: Regiones como
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Argentina y Brasil, en plena crisis económica, están demostrando una vitalidad cultural
muy fuerte. El también argentino Juan José Saer sostenía que pasa esto porque “la
cultura no es una válvula de escape sino una tabla de salvación”. Quisiera conocer tu
punto de vista al respecto.
Yo diría que la cultura es un medio de afirmación, un camino, un horizonte. Principalmente en
épocas de crisis, generar cultura también es un modo de acción y hasta de lucha: a veces el
único modo posible. Aprendemos esto de Brasil y Argentina, creo, donde conseguimos
sobrevivir a los años de plomo de las dictaduras militares, algo mucho peor que una crisis
económica.
7) En el campo de las relaciones culturales entre la metrópolis y las antiguas
colonias se está dando, en el ámbito de habla hispana, una situación paradójica: España
tiene las grandes editoriales, las grandes productoras, las salas de arte importantes (en
resumen el dinero) y los países de América Latina la vitalidad cultural. Esto lleva muchas
veces, por lógica, a la práctica abusiva. ¿Cuál es la relación, en el mundo cultural, entre
Portugal y Brasil?
La relación es diferente porque Brasil tiene infinitamente más recursos que Portugal. Acuérdate
que las mayores economías latinoamericanas son Brasil, Argentina y México, siendo Brasil el
único que tiene importantes industrias en las áreas de informática, aeronáutica y militar;
además es el primer productor de acero, aluminio, cemento, automóviles, alcohol y, en breve,
de petróleo y gas y uno de los mayores productores de alimentos. Dependiendo de la fuente y
el autor, pese a que Brasil sea el campeón mundial de la desigualdad social, está ubicado entre
el 16º y 21º entre las economías mundiales. De esta forma, la relación entre Brasil y Portugal
es de igualdad, inclinándose muchas veces la balanza a favor del lado brasileño. El Premio
literario más importante del mundo luso es el Camôes, otorgado cada año, de forma alternativa,
a un autor brasileño y portugués por un jurado internacional de prestigio. Existen casos de
libros portugueses con más tirada en Brasil que en su país de origen. El Gabinete Portugués de
Lectura, mantenido por la colonia portuguesa es una institución que existe en varias de las
grandes ciudades brasileñas, disponiendo de una buena biblioteca y editando casi siempre una
revista literaria en que comparecen autores de ambos países. Brasil y Portugal están siempre
atentos a la cuestión de la lengua portuguesa en África (Angola, Cabo Verde, Guinea Bissau,
Mozambique, Santo Tomé y Príncipe) y en Asia, mayormente en Timor leste y en las colonias
de Macao (China) y Goa (India).
8) Estoy notando que en América Latina a los escritores les cuesta unirse, en cada
uno de sus países, para dar una respuesta coherente a la sociedad de consumo que
tanto mal les hace. ¿Por qué están los escritores latinoamericanos tan desunidos entre
sí?
Cada país es un caso. No podemos generalizar porque en la región hay niveles muy diferentes
de desarrollo económico, social, político y cultural. Hay, también, distintas tradiciones en juego.
Como bien sabemos el escritor pertenece generalmente a los cuadros de la clase media (o
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pequeña burguesía) y por lo tanto es necesario tener en cuenta el individualismo inherente a su
clase de origen así como su posible alienación en términos políticos. Además, en cada país, los
escritores compiten unos con otros en las editoriales, en los medios, en los premios, en los
puestos de prestigio. Los griegos antiguos ya hacían competir a los poetas en las Olimpíadas.
Son dignos de mención los escritores que consiguen comprender la función social de la
literatura, una función muy noble teniendo en cuenta que las demás le son inherentes. La
mayoría de los escritores, por desgracia, adopta posiciones de egoísmo y vedetismo, o sea de
torre de marfil (“soy un artista y el resto que se fastidie”)
9) La realidad es bastante negativa, pero pese a todos los males y pesares, los
integrantes de Malabia somos optimistas en cuanto al futuro. Sobre todo porque somos
testigos, gracias a la revista, de la enorme cantidad de talento que existe en el mundo.
Pensamos que el día que ese talento se pueda usar para la mejora de la humanidad, el
ser humano puede alcanzar grandes cimas. ¿Tú qué piensas?
Sí, claro. Todavía falta mucho para llegar ahí. Mientras tanto, es posible abreviar el tiempo. El
escritor puede y debe colaborar en la mejoría (los hombres jamás serán ángeles porque llevan
al animal en su naturaleza) posible de la humanidad. Mientras tanto, antes de pensar y leer, el
hombre se tiene que alimentar, por lo que la obligación mayor de cualquier gobierno debería
ser invertir en educación, cultura, sanidad, saneamiento básico, vivienda y transportes públicos,
además de implementar políticas que posibiliten la creación de empleo y la disponibilidad de
alimentos.
10) Me gustaría terminar preguntándote por tus proyectos futuros.
Para empezar, concluir y publicar mi libro “Menos que los nombres de todo”, que continuará el
ciclo iniciado por “Más que los nombres de la nada”. Escribir la historia de importantes revistas
y periódicos brasileños del Siglo XX, de las cuales ya están prontos y publicados los textos a la
revista “Dimensión” (Museo/Archivo de Poesía Manuscrita, Florianópolis, 2000) y el del
periódico “Poiésis” (EL Escritor- Periódico de la Unión Brasileña de Escritores nº 110, San
Pablo, junio de 2005). Seguir trabajando para la Enciclopedia de Literatura Brasileña. Continuar
colaborando con programas de ONG´s dedicados a niños cadenciados, niños de la calle y
gente mayor desasistida.
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