Análisis sobre la ética y el poder en el liberalismo y el marxismo. Autor: Jose Luis Montoya López Número de estudiante: Centro: Colegio Internacional SEK Alborán Número de palabras: 3877 1 Resumen: En el siguiente ensayo, he procedido a analizar críticamente la ética y el poder en las sociedades liberales basadas en Locke y en las sociedades comunistas basadas en Marx. Para ello me he basado tanto en la filosofía de ambos autores como en muchos sucesos históricos que demuestran ciertos puntos del ensayo. He comenzado definiendo en profundidad los términos 'ética' y ‘poder’, basándome para ello en autores como Kant y Russell, y a continuación he presentado las dos posturas políticas a analizar, presentando a Locke y a Marx, con sus respectivos idearios. El análisis conjunto de historia y filosofía buscando encontrar motivos para los sucesos históricos y reacciones para las ideas filosóficas, junto con las descripciones en profundidad de la ética y el poder, y la relación constante entre ambos términos me han permitido formular ciertos aspectos finales, a modo de conclusión. La conclusión final se basa en la interrelación de la conclusión sobre la ética y la conclusión sobre el poder. En el liberalismo, la ética individualista que parece imperar, permite al pueblo la soberanía con un respeto en el uso del poder, aunque termina llevando a una ética colectivista en la que se produce un continuo uso del poder desnudo sobre la naturaleza, con el objetivo de satisfacer las necesidades del grupo, del colectivo. En el marxismo, la ética colectiva inicial permite al gobierno usar el poder desnudo sobre la población, a modo de dictadura; y la ética individualista a la que se quiere llegar por medio de la ausencia de propiedad privada y de la absolución de las clases sociales, crean cierto respeto por la Naturaleza, a la que no es necesario explotar. 2 Índice: Título Pg: 1 Índice Pg: 2 Resumen Pg: 3 Introducción Pg: 4 Bloque 1 Pgs: 4,5,6,7 Bloque 2 Pgs: 7,8 Bloque 3 Pg: 8 Bloque 4 Pg: 9 Bloque 5 Pgs: 9,10, 11 Bloque 6 Pg: 11 Conclusión. Pg: 12 Bibliografía. Pg: 13 3 "Cuando me encuentro con una criatura, encuentro la voluntad del poder." Friedrich Wilhelm Nietzsche Introducción: Desde el principio de los tiempos, poder y ética han guiado el desarrollo de las sociedades humanas, moldeándolas y dando lugar a los sucesos que han marcado la historia, desde el más nimio al más heroico, desde el más cotidiano al más extraño. Es por tanto que para conocer cómo se han desarrollado y cómo se desarrollarán las sociedades, es vital estudiar y conocer qué factores son los que influye en estas y en qué medida, para lo que nos documentaremos tanto con los pensamientos filosóficos de las grandes mentes que han hablado sobre el tema, como con la información de los sucesos históricos que pueden dar más luz en este asunto. Está claro que tanto la ética como el poder han sido ampliamente estudiados durante siglos, pero; ¿se han estudiado las connotaciones de cada uno tanto en el sistema capitalista como en el marxista? ¿se han reunido estas investigaciones, tratando tanto poder como ética en los dos modelos? En este estudio intentaremos dar respuestas a éstos interrogantes. Bloque número 1. Definiciones de poder y ética. Como primer punto, y antes de nada, debemos saber sobre qué estamos hablando. La Real Academia Española define la ética de la siguiente manera (esta es su acepción más apropiada para el tema que tratamos): ''Ética. (Del lat. ethĭcus, y este del gr. ἠθικός). rigen la conducta humana.'' Conjunto de normas morales que Por lo tanto, hemos de entender por ética el conjunto de normas que ha de seguir una persona para que su conducta sea buena. Quedémonos con la definición kantiana de la ética y afinemos un poco más: Tomemos como algo ético aquella acción, que más allá de su resultado, es hecha buscando que ocurra algo bueno, veamos un ejemplo: Si un día vemos a alguien enfermo, y le ofrecemos un medicamento, resultando luego que dicha persona era alérgica al medicamento, y tiene que ser hospitalizada. A pesar de que ha sido debido a la pastilla que le dimos, nuestra acción será ética, ya que la intención no era sino hacer el bien. Definir el poder es, sin duda, una tarea harto ardua; tan solo en el diccionario de la Real Academia más de veinte acepciones nos salen al paso, y cada una de ellas busca definir un aspecto de este. A continuación, como si se tratara de una gran región, trataremos de ver algunas de sus acepciones más importantes, para luego poder trazar un 4 mapa en el discernamos una imagen aérea del conjunto. En general, podemos definir como el poder lo siguiente: ''Poder. 1. m. Dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo.'' Según esta definición, el poder se basa en la superposición de la voluntad propia a la voluntad ajena, o a la ausencia de voluntad (como la imposición de la voluntad propia ante cualquier cosa inanimada, que no ofrecerá resistencia alguna). Kant nos definiría la voluntad como la manifestación del deseo consciente determinado por la razón, por lo que deducimos que el poder habrá de ser la consecuencia del deseo consciente, la ejecución para obtener lo que se desea. Una vez que aceptamos que el poder viene derivado del deseo, recordemos que también viene de una superposición de voluntades, es decir, dos voluntades se enfrentan, y tan solo una es la que tiene el poder, la que consigue que ese deseo sea ejercido. Las demás acepciones, extraigámoslas de una fuente fidedigna, como por ejemplo, la obra del filósofo y matemático Bertrand Russell: El poder, un nuevo análisis social. Russell nos dirá nada más comenzar que la única diferencia real entre un animal y un humano es la búsqueda constante del humano del poder. Mientras un animal se conforma con tener satisfechas sus necesidades más inmediatas, el humano sigue buscando una vez que estas necesidades ya están satisfechas, no conformándose con lo que tienen. Napoleón por ejemplo, tenía sus necesidades vitales satisfechas mientras era oficial del ejército francés, pero no por ello dejó de buscar el hacerse emperador y conquistar gran parte de Europa. Como seres humanos, somos casi incapaces de admitir que haya límites para el humano, y más aún incapaces de admitir que no existen posibilidades de obtener posiciones más elevadas en el estrato social. Cualquier persona intenta un ascenso en su puesto de trabajo, o juega la lotería buscando una mejor vida. Mientras filósofos como Marx defienden que todo esto se debe a factores únicamente económicos, Bertrand Russell responderá a esto así: ''Cuando se ha asegurado cierto grado moderado de comodidad, tanto los individuos como las comunidades persiguen el poder más que la riqueza, buscan la riqueza como un medio para el poder, o quieren aumentar la riqueza para aumentar el poder, pero tanto en el primer caso como en el segundo, el motivo no es económico. '' [Russell, 2010: 12.] 5 Además, cualquier tipo de revuelta social, levantamiento o malestar público, aun pudiendo venir de factores como el malestar por una guerra, enfermedad o hambruna, solo puede crecer por medio del ofrecimiento a quien se una de más poder, ya sean los fueros y el respeto de las viejas costumbres españolas a los carlistas, la libertad igualdad y fraternidad a los revolucionarios franceses de 1789, o el poder de autodeterminación a todos los nacionalistas o independentistas de diferentes lugares del mundo. Ha de quedar claro que la búsqueda del poder es la energía que mueve las relaciones sociales y políticas humanas. Como energía, el poder puede verse en formas de lo más diverso, por lo cual, con un estudio de tan solo una de esas formas solo se puede llegar a un conocimiento incompleto, como si para entender la energía solo miráramos la eléctrica, o la cinética. Por tanto, dispongámonos a ver ahora más acepciones. La primera división que haremos será según la forma de afectar a los individuos. Según este método, discerniremos tres tipos de poder, el poder físico directo, las recompensas y castigos, y por último, la educación o propaganda. El poder físico directo es aquel por el cual se ataca al cuerpo de una persona, ya sea por medio del encarcelamiento o de darle muerte directamente. Un preso no desea estar encerrado, pero lo encierran por la fuerza, y no le dejan salir, por ejemplo. El poder de los castigos y recompensas es ese poder por el cual se enseña a las personas a hacer algo, o a dejar de hacerlo. A un niño se le enseña lo que debe y no debe hacer por medio de recompensas y castigos, al igual que la carta magna de un país enseña los castigos y las recompensas que tiene cumplir la ley. El poder de la propaganda es aquel por el cual se induce al individuo a que haga o piense algo, haciéndole creer que lo que hace es por su propio bien. Así el estado induce a la gente a que compren deuda pública, mostrando que así se obtendrán buenos intereses y beneficios, cuando el objetivo inicial y real, es mejorar la situación de las arcas públicas. [Russell, 2010: 35-36.] Los Estados, que son los entes de poder que vamos a analizar, se valen de las tres formas de ejercer el poder, el poder físico reside en sus fuerzas de seguridad, tanto la policía como el ejército, el poder los castigos y recompensas en su ley (nótese que los castigos están relacionados en última instancia con el poder físico ya mencionado, y en ausencia de este serán poco más que papel mojado), y por último el poder de la educación y la propaganda tanto en las escuelas como en muchos más sitios (televisión, radio, medios de comunicación en general). 6 Claro que el poder del Estado puede tener fuerza o no dependiendo de un factor, la aprobación de la masa popular. Si un Estado cuenta con la aprobación popular, sus leyes y designios no tendrán oposición, por lo que podrán realizarse sin problemas, mientras que un pueblo opositor a estas ideas, resultará nefasto para el estado. Casos así podemos encontrar por ejemplo en la ocupación francesa en España, que al no contar con apoyo entre la masa popular, no podía ejercer las leyes que José I aprobaba desde Madrid, por lo que carecía de un poder más allá del que las tropas francesas podían conseguir con el uso del poder físico. Otro ejemplo podría ser la Revolución Rusa de Febrero de 1917, en la que el Zar, tras perder los apoyos del pueblo, tuvo que abdicar para con los revolucionarios, que sí contaban con el apoyo popular. También de aquí podemos extraer una nueva división de los tipos de poder, según para con el tipo de apoyo de la población, que dividirá el poder del estado en tres: Poder tradicional: El poder tradicional descansa en las costumbres antiguas (de un modo religioso o pseudorreligioso, normalmente), la gente se suele conformar con lo tradicional, por lo que no requiere una auto-justificación. Poder desnudo: Reside en la sumisión de los súbditos. Está desnudo de ideas, es decir, se le obedece solo por obligación y no por nada más. Poder revolucionario: El poder revolucionario utiliza una nueva doctrina para mover a mucha gente hacia un cambio de gobierno. [Russell, 2010: 38-47.] Como ejemplo gráfico de que las sociedades se basan también en esta división de poderes, la Francia de la Revolución. Luis XVI mantenía el régimen absolutista basándose en la tradición, y en valores religiosos (el rey absolutista es el designado por Dios para gobernar el país), cuando la revolución llega, es el poder revolucionario el que se impone, por medio de represión contra los opositores. Conforme la revolución pierde los apoyos populares, el poder comienza a ser desnudo poco a poco, hasta el Terror, tiempo en el que se pierde cualquier atisbo de idea revolucionaria, y tan solo queda la tiranía dictatorial. Bloque 2. Unión y separación de poder y ética. Para encontrar una respuesta válida al tema de investigación, el análisis sobre el poder y la ética en el liberalismo y el comunismo, destacaré llegado este punto el porqué de tratar estos temas en conjunto; poder y ética van unidos de la mano en cualquier tipo de sociedad, da igual cual sea, y no pueden vivir lo uno sin lo otro. Un poder sin ética tan solo será un poder desnudo, un poder forzado y sin ningún atisbo de humanidad, lo que haría imposible crear una sociedad a partir de él. 7 Una ética sin poder no daría sino una utopía imposible de realizar. Incluso tomando como ejemplo personas de una gran ética, grandes personas que no quieren hacer el mal a nadie, cabe decir que hasta ellos tienen un poder, y lo utilizan, ya sea por medio de su palabra, o por medio de sus escritos (como ejemplo, el impulso pacifista de Gandhi, aun sin querer usar poder alguno). Por tanto, el poder y la ética han de coexistir y coexisten en armonía en cualquier tipo de sociedad. A pesar de ello, para la realización de lo que queda de ensayo, separaremos el estudio en los dos temas, tanto poder como ética, para poder elaborar dos conclusiones diferentes, que ayuden a entender mejor el tema. En último lugar, se procederá a la reunión de estas dos conclusiones. Bloque 3. Presentación del liberalismo de Locke. John Locke nació en Inglaterra en 1632 en el seno de una familia puritana, y estudió Griego, Retórica y Medicina. Locke desarrolló su filosofía en dos ramas, por un lado la epistemológica, que no vamos a tratar en este ensayo, y por el otro lado la rama política, que ha tenido una grandísima importancia tanto en tiempos de Locke como hoy día. Podríamos considerar, para empezar, a Locke como el padre del liberalismo como lo conocemos hoy día; ante el absolutismo imperante en su época, él propuso un modelo en el que la soberanía partiera del pueblo, y en el que las personas poseerían unos derechos propios desde su nacimiento, como la vida, la libertad y la propiedad. El sistema que propone Locke es la democracia, en la que por un lado el pueblo elige a sus gobernantes, y por el otro se tiene una división de poderes que garantice que no se ejercerá la tiranía ni una mala gestión. Locke nos dice que al principio las personas vivían en el estado de naturaleza, en el que eran totalmente libres, sin depender de la voluntad de nadie, pero que este sistema acaba resquebrajándose al llegar un momento en el que las personas, sin un guía o jefe, acaban queriéndose imponer al resto de los humanos (el poder vence a la ética). Para luchar contra esto, los humanos crean una sociedad civil, en la que cada persona cede un poco de su poder para dárselo al Estado, que tendrá potestad sobre todos los individuos de dicho Estado. Las consecuencias de este pensamiento han sido importantísimas en el mundo. Para empezar, Locke fue el filósofo de la Revolución de 1688, y de la Declaración de Derechos Británica de 1689. El nuevo modelo político-económico propuesto tanto por él como por el economista Adam Smith, el capitalismo, se impuso con gran fuerza con la Revolución Industrial, y ha avanzado a pasos agigantados, dando lugar a que sea el sistema utilizado en la mayor parte del mundo en nuestros días. 8 Bloque 4. Presentación del comunismo de Marx. En cuanto a Karl Marx, nació en 1818 en Prusia en el seno de una familia acomodada. Marx pensaba que la sociedad de su época tenía unas características determinadas por el sistema económico imperante: el capitalismo, que por esa época permitía explotar sin miramiento alguno a los trabajadores de las fábricas y empresas, por sueldos míseros. En su opinión, cada tipo de sociedad se ha basado en un sistema económico diferente, y que son las relaciones que establecen los hombres en este sistema económico las que constituyen la infraestructura de la sociedad. Sobre esta infraestructura, se levanta la superestructura, compuesta por todos los valores religiosos, filosóficos, normas, instituciones... Una vez que Marx nos dice esto, que es lo económico lo que condiciona todo, también dice que no habrá cambios de sistema económico permanentemente, sino que siguiendo la línea de filósofos como su contemporáneo Hegel, nos acercamos hacia un final del recorrido, una sociedad perfecta, que para Marx es el comunismo. En el comunismo, la base de todo es la desaparición de la lucha de clases; para ello Karl Marx propone que tras una revolución popular, se instaure una dictadura del proletariado, que lleve finalmente a una sociedad sin un gobierno opresor y sin clases sociales. En cuanto a sus consecuencias, el marxismo ha influido enormemente al mundo desde su nacimiento. Desde los primeros sindicatos a las Internacionales Obreras, y más tarde a la Revolución Rusa, donde se instauró el primer Estado Comunista. Más tarde muchos países se unieron a este bloque, entre ellos China, Corea del Norte, Cuba, etc., si bien cabe destacar que en ninguno de estos países se haya realizado un verdadero Estado a la manera que Marx propone, quedándose en dictaduras tan solo, y produciendo opresión y muertos para el pueblo. Bloque 5. Ética. Procedamos a analizar la ética en el comunismo y en el liberalismo. Para hacerlo, nos gustaría separar tanto el marxismo como el liberalismo en su idea inicial, y en su aplicación posterior, pues ambas ideas no han sido realizadas así como fueran pensadas en su día por Locke y Marx. En su origen, el objetivo ético del liberalismo es llegar al bien individual, a hacer que cada persona tenga unos derechos, unas libertades, una potestad para elegir a sus líderes y para tener propiedad privada, acabando con una sociedad carente de otra ética que la que los reyes de turno quisieran tener, y que solo buscaba el bien para un selecto grupo de personas. En cuanto al marxismo, podría decirse que su principal objetivo es contrario al del liberalismo. Marx busca con su ideario una mejora para la sociedad en conjunto, no 9 busca que el individuo como tal tenga unos derechos elevados, sino que la colectividad mejore. Es decir, Karl Marx nos propone que por medio del sacrificio de ciertos derechos personales, como la potestad de tener propiedad privada, de poder ascender de clase social, o de poder tener control en la clase política durante la dictadura del proletariado, se llegará a una sociedad en la que la colectividad será mejor: Todos seremos iguales en poder y derechos, y no habrá nadie que abuse de nosotros por tener más riqueza en la sociedad. Esto que podría parecer una oposición entre los dos sistemas políticos, cabe analizarlo más en profundidad, para formular una conclusión mejor a la cuestión de investigación. ¿Reamente es el liberalismo un representante válido del individualismo? ¿realmente es el marxismo un símbolo de la colectividad?. Hemos tratado la ética inicial de los dos sistemas, pero si analizamos ahora el desarrollo lógico de ambos, obtendremos algo bien distinto. Por una parte, el liberalismo, que parte como bandera del individualismo, conforme pasa el tiempo va tendiendo cada vez más a la colectividad, es decir, cada vez se van perdiendo más los negocios personales o familiares, y los trabajadores autónomos, para dar paso a compañías cada vez más grandes, desembocando en enormes corporativas y multinacionales, que poseen cientos de diferentes empresas dedicadas a todo el proceso de producción. La consecuencia lógica de este desarrollo son los grandes monopolios, en el que cada vez menos compañías, y más grandes posean más riqueza y poder. Socialmente, el llamado ''Estado del Bienestar'' está enfocado más a que todo el mundo tenga un nivel de vida decente que a que se pueda escalar realmente en una sociedad muy clasista. En cuanto a lo político, el liberalismo tiende a unir más que a separar, y la influencia de Locke se dejó notar en los intentos unionistas que hubo después, algunos conseguidos como los Estados Unidos de América, o el intento fallido de Simón Bolívar de establecer una Gran Colombia que uniera a los pueblos de Sudamérica. También los intentos de Europa de estar cada vez más interconectados, con la Unión Europea, responden a este ideal democrático y liberal. Ilustres europeos como Víctor Hugo, a finales del siglo XIX, no dudan en defender también una Federación Europea que una todos los estados en una gran súper-potencia. En cuanto al marxismo, está claro que parte de una ética colectivista, y que acepta que es necesaria una dictadura (en la que no tienen por qué respetarse los derechos individuales) para llegar al fin deseado. Pero es en este fin donde vemos una ética diferente, y es que realmente el marxismo no estaba concebido para crear un estado nuevo, sino para permitir que cada persona tuviera su trabajo, y recibiera una justa compensación por él, para poder vivir dignamente. (A pesar de que en ninguna de las intentonas comunistas se haya logrado llegar a tal punto.) Por tanto, ambos sistemas parten de dos tipos de ética diferentes, la individual y la colectiva, pero acaban intercambiando los papeles en el transcurso del tiempo. 10 Bloque 6. El poder. Para tratar el tema del poder, observaremos que hay muchas analogías y diferencias entre liberalismo y marxismo. Para comenzar, hablemos sobre su origen. El primer liberalismo se produjo en Inglaterra, tras la Revolución de 1688, y el primer marxismo se produjo en Rusia tras la revolución de 1917, por lo que ambos sistemas nacen en su origen tras un movimiento revolucionario, apoyado por el pueblo. Este poder revolucionario que obtienen, viene dado por las promesas que cada sistema hace al pueblo, el liberalismo bienestar para los burgueses, y el comunismo bienestar para el proletariado. Este proletariado será el que otorgará el poder para gobernar la sociedad marxista, así como será la burguesía la que otorgará el poder para gobernar en la sociedad de Locke (actualmente el sufragio es universal, pero no en el siglo XVII). El poder será administrado por una cúpula gubernamental, que en el caso del capitalismo tendrá en su mano las herramientas de la propaganda, la educación, las fuerzas policiales y la ley, y en el caso del marxismo tendrá en su mano todo lo que el poder desnudo permite, a modo de dictadura (del proletariado). Pero no son todo analogías, ya que hay una diferencia importantísima entre los dos modelos. El capitalismo, de Locke, Smith y demás, se basa en dos puntos principales, la ética con el ser humano, aunque utilizando cierto grado de poder, y el poder desnudo con la Naturaleza. Para que el capitalismo liberal progrese es necesario que se produzca una explotación constante de la naturaleza, para que pueda seguir habiendo un crecimiento. Hace falta aumentar la población y las necesidades de la población, para poder mantener una sociedad en crecimiento de forma constante. El liberal es un hombre libre, y cree que esa libertad le da derecho a utilizar la Naturaleza a placer (nótese que en tiempos de J. Locke, la esclavitud aún estaba permitida en Gran Bretaña, lo que formaba parte de la Naturaleza, y podía ser explotado). Era el tiempo del colonialismo, y el occidental tenía el derecho y la potestad de ejercer el poder desnudo sobre la Naturaleza. En cuanto al marxismo, se produce una idea contraria, durante la dictadura del proletariado, que es lo único a lo que se ha llegado en las sociedades comunistas, se produce un uso del poder desnudo sobre la población, para llegar a los fines que la cúpula gubernamental desee, mientras que con respecto a la Naturaleza, el hecho de que no se vaya a conseguir riqueza extra de ella, y de que no se pueda poseer nada, hace que tan solo sea explotada para lo justo para la supervivencia. Esto no es visible en sociedades como la URSS, ya que el estar inmersa en varias guerras impidió que salieran del estado de producción militar continua, pero sí es más visible en sociedades como la cubana, que sí mantiene un nivel de ética para con la Naturaleza. 11 Conclusión Recordemos la conclusión extraída del bloque número cinco: la ética del marxismo parte del colectivismo y acaba en el individualismo, y la ética del liberalismo parte del individualismo para desembocar en el colectivismo. También recordemos la conclusión del sexto bloque, que es que la principal diferencia entre liberalismo y marxismo reside en cómo ejecutan el poder entre la Naturaleza y las personas, y específicamente en como usan herramientas diferentes para ejercer el poder en las personas. La relación entre el poder y la ética aquí será clara. En el liberalismo, la ética individualista original produce que el Estado permita al pueblo la soberanía, y que sea respetuoso en el ejercicio del poder a las personas, respetando ciertas leyes. La ética colectivista a la que confluye hace que por el bien del Estado, y para que pueda progresar, se sacrifique la Naturaleza, usando el poder desnudo contra ella. En el marxismo, la ética colectiva de la que se parte permite a la cúpula gubernamental poder usar el poder desnudo sobre la población, para llegar a los objetivos colectivos, y la ética individualista a la que quiere llegar por medio de la ausencia de propiedad privada y de la abolición de clases sociales, crean cierto respeto por la Naturaleza, a la que no es necesario explotar. 12 Bibliografía: MARÍAS, Julián. (2008): Historia De La Filosofía. Alianza Editorial, Madrid. MARX, K. (2004): Manifiesto Comunista, Akal, Madrid. (2010): El Capital: Crítica de La Economía Política, Alianza Editorial, Madrid. MELENDO, Tomás. (1978): John Locke: Ensayo Sobre El Entendimiento Humano. Magisterio Español, Madrid. Real Academia Española. Web. 22,23 Dic. 2011. <http://www.rae.es/>. RUSSELL, B. (2010): El Poder: Un Nuevo Análisis Social, RBA, Barcelona. 13