OPCIÓN A

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UNIVERSIDADES PÚBLICAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID
PRUEBA DE ACCESO A LAS ENSEÑANZAS UNIVERSITARIASOFICIALES DE GRADO
Curso 2014-2015 (Junio)
MATERIA: HISTORIA DE ESPAÑA
INSTRUCCIONES Y CRITERIOS GENERALES DE CALIFICACIÓN
Después de leer atentamente todas las preguntas, el alumno deberá escoger una de las dos opciones
propuestas y responder a las cuestiones de la opción elegida. La prueba consta de tres partes:
1.- Seis cuestiones, debiendo responder a un máximo de cuatro. De manera orientativa se recomienda una
extensión de unas 10 líneas por cuestión.
2.- Fuente histórica. Se sugiere una extensión de unas 15 líneas.
3.-Tema o comentario de texto, según la opción elegida. Se recomienda una extensión de unas 50 líneas.
En el caso de comentario de texto, siempre a título orientativo, se sugiere distribuirlas de la siguiente
manera: 5 líneas para el resumen, 15 líneas para señalar y explicar las ideas fundamentales del texto y 30
para responder a la cuestión específica sobre el contexto histórico del texto.
CALIFICACIÓN: Cada cuestión de la parte 1ª se valorará sobre 1 punto, la parte 2ª sobre 1,5 puntos, la
parte 3ª sobre 4,5 puntos.
TIEMPO: 90 minutos.
OPCIÓN A
CUESTIONES:
1) Conquista y romanización: la pervivencia del legado cultural romano en la cultura
hispánica.
Los romanos comenzaron la conquista la Península ibérica en el contexto de la Segunda Guerra
Púnica (219-201), ocupando el este y el sur de la Península y consolidándose en 197 a. C. Después,
tuvieron que enfrentarse a la resistencia de los pueblos del centro y del oeste (guerras celtíberolusitanas de 154-133 a. C.) con guerreros-leyenda cuya historia llega a nuestros días, como Viriato o
Numancia. Terminó la conquista con las guerras cántabro-astures dirigidas por el emperador Augusto.
El proceso de romanización supone la progresiva asimilación de la cultura y el estilo de vida
romanas por parte de los pueblos conquistados. Fue un proceso discontinuo y de resultado desigual,
siendo esta muy profunda en el área ibérica y menor en el resto de la Península.
La romanización se llevó a cabo a través del establecimiento de una organización administrativa
(diócesis, provincias, conventus iuridici) que permita el control del territorio, favorezca la vida
urbana. El ejército, el asentamiento de ciudadanos romanos en colonias y la concesión de la
ciudadanía romana a los conquistados, son las mejores medidas para fomentar la romanización.
El legado cultural romano se manifiesta a través de la lengua latina, con algunas figuras
destacadas (Lucano, Qintiliano, Marcial) y el pensamiento (Séneca) que será la madre del castellano,
el catalán y el gallego. Nuestro ordenamiento jurídico se basa en el Derecho Romano y en la
arquitectura aún quedan restos de las infraestructuras levantadas por los romanos (templos, teatros,
anfiteatros, calzadas, puentes, acueductos).
2) Los reinos cristianos en la baja edad media: organización política e instituciones en el reino
de Castilla y en la Corona de Aragón.
En la zona occidental de la península convivían tres núcleos políticos: Portugal, León y Castilla.
Portugal siguió una historia diferenciada, y León y Castilla vivieron un proceso de unificación a lo
largo de los siglos XI y XII hasta que se consiguió efectivamente esta unidad en tiempos de Fernando
III de Castilla.
Dentro del reino de Castilla existía el reino de Galicia, el señorío de Vizcaya y los territorios de
Álava y Guipúzcoa. La historia política de los siglos XIV y XV fue de verdadera inestabilidad: Si el
poder real quedó fortalecido con Alfonso XI y la aprobación del Ordenamiento de Alcalá, la crisis
sobrevino con la guerra civil entre el Pedro I el Cruel y Enrique II de Trastámara. La victoria de este
último trajo una nueva dinastía, los Trastámara.
Castilla fracasó en su intento de anexión de Portugal. En el siglo XV, a los inestables reinados de
Juan II y Enrique IV, les sucedió Isabel de Castilla, la futura Isabel la Católica.
El rey se veía reforzado por distintas instituciones centrales: el Consejo Real, la Audiencia (para
la administración de justicia) y la Real Hacienda (impuestos). Además, se construyó un Ejército Real
permanente y una burocracia cada vez más compleja.
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En el siglo XII nacieron las Cortes, asamblea estamental formada por representantes de la
nobleza, el clero y las ciudades. No ostentaba el poder legislativo pero decidía sobre impuestos y
presentaba peticiones al rey. A nivel local, los Concejos o Ayuntamientos terminaron bajo el control
de las oligarquías urbanas.
Por su parte, el reino de Aragón fue una confederación de reinos: Aragón, Valencia y Mallorca, y
el Principado de Cataluña. La monarquía aragonesa era una “monarquía pactista”, en la que el poder
del monarca era débil y debía de pactar con los estamentos privilegiados y respetar las leyes de cada
reino. Al frente de cada reino había un lugarteniente del Rey. Otras instituciones eran el Consejo Real
y la Audiencia. En el siglo XIII nacieron las Cortes, organismos independientes en cada reino, en
Cataluña, Aragón y Valencia. Eran asambleas estamentales dominadas por la nobleza y el clero que
velaban por los intereses estamentales limitando el poder del monarca.
Las Cortes catalanas crearon la Generalitat, que se convirtió en una especie de gobierno del
Principado. En Valencia y Aragón se crearon posteriormente Diputaciones del Reino. En Aragón
existió el Justicia de Aragón, ostentado por un miembro de la nobleza. La Administración territorial
se organizó en merindades. En las ciudades fue el municipio (como el Concell de Cent de Barcelona)
3) El descubrimiento de América.
Cristóbal Colón descubrió América en 1492. Ante sus ojos se encontraba un nuevo continente, un
hallazgo que cambiaría la historia, la economía y la política europea. El hallazgo fue una casualidad:
Colón, al igual que otros aventureros portugueses y castellanos, intentaban encontrar una ruta
alternativa a las Indias ante el peligro turco en las habituales rutas comerciales.
Los portugueses ya controlaban, a finales del siglo XV, la costa occidental africana. Fue entonces
cuando Colón ofreció a los Reyes Católicos el proyecto de llegar a las Indias siguiendo una ruta hacia
el oeste, partiendo de la idea de que la tierra era redonda. El 3 de agosto de 1492 Colón partió de
Palos de la Frontera, en Huelva con tres carabelas. La expedición llegó a las Antillas el 12 de octubre.
El descubrimiento supone el éxito de la empresa y el inicio de una época de pujanza española, en la
que el sol nunca se ponía en el imperio.
La partición de las zonas de expansión y navegación entre Castilla y Portugal se acordó por el
Tratado de Tordesillas (1494).
4) La España del siglo XVI: el modelo político de los Austrias. La unión de reinos.
Los Habsburgo desarrollaron la organización política heredada de los Reyes Católicos.
Apartaron a la aristocracia del poder político. Los Consejos (formados por nobles y alto clero y
con carácter consultivo) asesoraban al Rey, que siempre tenía la última palabra.
Castilla se convirtió en el centro del Imperio. En el resto del territorio se establecieron Virreyes
(Aragón, Cataluña, Valencia, Nápoles, Sicilia e Indias) o Gobernadores (Países Bajos y Milán),
elegidos.
La corte se fija en Madrid en 1561, donde reside la administración del Estado. El número de
funcionarios crece.
El territorio se organiza de manera similar a los Reyes Católicos: Los corregidores
(designados por la corona), tenían el control de las ciudades; los contadores recaudaban
impuestos y, los alguaciles eran la policía de la época. Las Chancillerías y las Audiencias
administraban justicia.
Existía representación diplomática en las principales capitales europeas: Roma, París,
Londres y Viena.
5) La crisis de 1640.
Se trata de un momento difícil en el que diversos territorios se sublevan contra el poder central.
Aunque las revueltas se produjeron también en Andalucía, Aragón y Nápoles, las más importantes
fueron en Cataluña y Portugal.
La guerra de los Treinta Años se prolongaba demasiado y tenía unos costes no previstos. El
Conde-Duque de Olivares propuso la “Unión de Armas”, para reclutar soldados. Cataluña y Portugal
se negaron. Olivares mandó tropas castellanas a Cataluña al estallar la guerra con Francia, lo que
provocó revueltas del campesinado catalán. El día del Corpus Christi de 1640, grupos de campesinos
atacaron Barcelona y asesinaron al virrey. La Generalitat de Pau Clarís encabezaba la rebelión. Los
rebeldes llegaron a aceptar la soberanía de Francia para que este país los ayudara contra los
castellanos. Los galos derrotaron a las tropas castellanas en Montjüic. Aunque España recuperó
Barcelona, perdió el Rosellón y la Cerdaña en la Paz de los Pirineos en 1659.
Aprovechando la crisis catalana, los portugueses se sublevaron: España no les ayudaba contra los
holandeses, que ambicionaban las posesiones portuguesas en Asia. Los Braganza, apoyados por
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Francia e Inglaterra iniciaron la revuelta que culminó con la subida al trono de Mariana de Austria
(madre-regente de Carlos II) y la independencia de Portugal en 1668.
6) La España del siglo XVIII: reformas en la organización del Estado. La monarquía
centralista.
Las líneas de la política exterior española arrancan del Tratado de Utrecht. España quería
recuperar Gibraltar y Menorca (en manos británicas), y los territorios italianos. Dos fueron los
principales movimientos: alianzas con Francia y enfrentamientos con Inglaterra (por la amenaza que
suponía en las posesiones americanas).
La política exterior de Felipe V se dirigió a la recuperación de los territorios italianos. Optó por la
alianza con Francia que se concretó en el Primer Pacto de Familia y el Segundo Pacto. España apoyó
los intereses franceses en la Guerra de Polonia y en la de Sucesión de Austria. A cambio, Felipe V
consiguió que el infante Carlos (futuro Carlos III de España) fuera coronado Rey de Nápoles y Sicilia
y que el infante Felipe fuera nombrado Duque de Parma.
Con Fernando VI (1746-1759), el gobierno español adoptó una política exterior de neutralidad.
Carlos III (1759-1788) volvió a la alianza con Francia y firmó el Tercer Pacto de Familia y a la
participación de España en la guerra de los Siete Años. La victoria británica llevó a firma del Tratado
de París por el que cedimos Florida a Inglaterra y Sacramento a Portugal. Para compensar esas
pérdidas Francia nos cedió Luisiana.
España junto a Francia apoyó a los rebeldes norteamericanos contra Inglaterra. La derrota
británica llevó a la firma del Tratado de Versalles y se recuperó Menorca, Florida y Sacramento.
En tiempos de Carlos IV se da la Revolución Francesa que derivará en España en la guerra de la
Independencia contra Napoleón en los inicios del siguiente siglo.
FUENTE HISTÓRICA: Relacione esta caricatura con el Reinado de Alfonso XII: el sistema
canovista.
Pacto de El Pardo (1885). El “caldo gordo” cocinado por Sagasta para Cánovas, y luego por
Cánovas para Sagasta. Semanario Pequeñeces, 1897.
Se trata de una caricatura de la época con los dos políticos más representativos de la Restauración:
Cánovas y Sagasta. Ambos, en el llamado Turnismo (sistema de alternancia política ideado por el propio
Cánovas) se turnaban en el poder. Cánovas era el máximo representante del partido conservador y
Sagasta, del progresista. Ese bipartidismo es caricaturizado en esta viñeta. Ambos se turnan como
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cocineros del caldo gordo y comensales, mientras que a la mujer, que bien podría representar a España,
siempre le toca fregar.
El Pacto del Pardo, al que se refiere el pie de foto, es el pacto que firmaron ambos partidos tras la
muerte de Alfonso XII. Su esposa María Cristina, una extranjera sin experiencia política, embarazada del
que sería más tarde Alfonso XIII y con dos hijas menores, quedó como regente. Cánovas y Sagasta
apoyaron con el Pacto del Pardo la regencia y se comprometieron a no derogar la legislación que cada uno
aprobara cuando estuviera en el poder.
El sistema dotó al país de unos años de estabilidad, pero no le faltaban opositores: republicanos,
movimiento obrero, nuevas fuerzas políticas como el PSOE, los anarquistas y los nacionalistas. En la
caricatura, además, se plasma una imagen del sistema político amañado entre unos y otros (cada uno en
una dirección, izquierda o derecha) pero igual. Entre ellos se preparan el terreno, el “caldo gordo”, que es
una expresión popular que significa adular, ayudar o favorecer a alguien con el fin de obtener algún
beneficio. Corrupciones y clientelismos ya plasmados en esta época de la historia de España.
TEMA: La Segunda República: el bienio radical-cedista. La Revolución de 1934. Las elecciones de
1936 y el Frente Popular. Un esquema previo te ayudará a sintetizar:
Pequeño párrafo de contexto: En el que puedes contextualizar el momento histórico por el que se
te pregunta. En este caso, hablamos de los inicios de la Segunda República, la Constitución y el
Bienio Reformista (1931-33). Reformas en diversos ámbitos:
Bienio radical-cedista (1934-36).
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•
•
Defensa de la religión, la propiedad y el orden.
Para gobernar tuvo que pactar con los Radicales de Lerroux.
Estallido revolucionario en 1934 en Cataluña y Asturias.
Escándalo del estraperlo.
Las elecciones de 1936 y el Frente Popular.
El 14 de abril de 1931 se proclamaba en España la Segunda República. En junio, las elecciones
dieron la victoria a la coalición republicano-socialista. La Constitución, aprobada el 9 de diciembre,
definía a España como una República democrática de trabajadores de toda clase organizada en un
régimen de libertad y justicia y la unidad del Estado era compatible con la autonomía de municipios y
regiones. Este era el inicio de los cinco años que duró la Segunda República. En ese periodo cabe
distinguir tres etapas: Bienio reformador (1931-1933), bienio de centro derecha (1934-1935) y el gobierno
del Frente Popular.
Las reformas iniciadas por el Bienio Reformista (1931-33) no gustaron a un amplio sector
conservador de la sociedad: las medidas laicistas (el gobierno extinguió la Compañía de Jesús y confiscó
sus bienes, implantó el divorcio y prohibió a los religiosos ejercer la enseñanza), en el terreno militar (se
dio la posibilidad de retirarse a todos aquellos generales y oficiales que no quisieran jurar fidelidad a la
República), la división regional (estatuto de Cataluña) y la reforma Agraria (que intenta acabar con
latifundismo) terminaron entregando el poder en 1933 llevaron a la CEDA, es decir, a los radicales de
Lerroux y a la derecha de Gil Robles. Comienza así lo que muchos autores dan en llamar la llamada
República de derechas (1934-36) ó Bienio radical-cedista
La CEDA es la Confederación Española de Derechas Autónomas, partido creado en 1933 por Gil
Robles para aglutinar a la derecha católica contra de las reformas progresistas. Su programa en las
elecciones de 1933 giraba en torno a la defensa de la religión, la propiedad y el orden. Fue el partido con
más escaños en el parlamento, pero para gobernar tuvo que pactar con los Radicales de Lerroux.
Ellos frenan las reformas iniciadas por Azaña lo que lleva al pueblo a un estallido revolucionario en
1934 (en Cataluña se proclama el Estado Catalán y en Mieres, Asturias, la República Socialista; esta
última fue reprimida por tropas dirigidas por Franco y que supuso la ruptura definitiva entre derecha e
izquierda). Esto y el escándalo del estraperlo, en 1935, llevan a la derecha a la derrota en las siguientes
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elecciones, donde ganó el Frente Popular (coalición de izquierdas). La derecha se había disgregado en el
Bloque Nacional de Calvo Sotelo, la CEDA de Gil Robles y la Falange Española. Al producirse el
alzamiento del 18 de julio, se disolverá, incorporándose sus seguidores masivamente a la rebelión militar.
Tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la República. Indalecio Prieto iba a
ser jefe de Gobierno pero las diferencias en su partido se lo impidieron dejando paso a Casares Quiroga.
Las primeras reformas no se hicieron esperar: amnistía para los presos de octubre de 1934,
restablecimiento del Estatuto catalán y tramitación de los de Galicia y País Vasco, alejamiento de Madrid
de militares sospechosos de golpismo, reanudación de la reforma agraria,…
La tensión crecía. Emilio Mola, destinado en Pamplona, se convirtió en el jefe de la conspiración.
Casares Quiroga vio como el 17 de julio de 1936 el ejército de Marruecos iniciaba la rebelión. Pero los
demócratas resistieron y el golpe desencadenó la guerra civil.
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OPCIÓN B
CUESTIONES:
1) Al-Ándalus: la organización económica y social.
En la España musulmana se dieron cambios en economía: En la agricultura, los musulmanes
impulsaron el regadío (usaban la noria) y difundieron cultivos de cítricos, arroz, algodón o azafrán,
sin dejar de lado los cereales, la vid y el olivo. En ganadería, descendió la producción porcina (el
Corán prohíbe el consumo de carne de cerdo), pero se desarrolló la producción de ganado ovino o
equino, además de la apicultura.
La producción de manufacturas se desarrolla, por ejemplo, en la producción textil con los
brocados cordobeses y los tejidos de Zaragoza ó en la cerámica, las armas, el papel, el vidrio, las
pieles y los metales. En minería, destaca la extracción de plomo, cobre, cinabrio y oro.
Se acuñaron dos tipos de monedas (el dinar de oro y el dirhem de plata) lo que favoreció el comercio.
En el interior, el comercio se formalizaba en los bazares del zoco y en las alhóndigas (una especie de
almacenes). El exterior, se desarrolló con países islámicos y con la Europa cristiana: Se exportaban
productos agrícolas (aceite, azúcar, higos, uvas), minerales y tejidos, y se importaban especias y
productos de lujo de Oriente; pieles, metales, armas y esclavos de la Europa cristiana; y oro y
esclavos negros de Sudán.
La sociedad de Al Ándalus estaba dividida en diferentes grupos étnicos, religiosos y económicos:
La aristocracia árabe era latifundista y ocupaba los puestos importantes en la administración; los
bereberes eran campesinos o artesanos pobres sin derechos y que tenían que pagar impuestos. Los
hispano visigodos vivían bajo dominio musulmán y eran muladíes (convertidos al Islam) y los
mozárabes (minoría cristiana que pudo conservar su religión a cambio de impuestos). Los judíos
gozaban de consideración por su poderío comercial y cultural, aunque residían aparte, en las juderías.
Por debajo estaban los esclavos y no existía igualdad entre hombres y mujeres.
Demográficamente, aunque la mayor parte de la población vivía en el campo, las ciudades
cobraron importancia. Por ejemplo, la Córdoba del Califato llegó a tener más de 100.000 habitantes.
Además de las existentes en los tiempos romano-visigodos, se crearon nuevos núcleos como Almería,
Madrid o Calatayud.
2) Diversidad cultural en los reinos cristianos en la edad media: cristianos, musulmanes y
judíos.
En la Edad Media coexistieron en la Península tres culturas y religiones: la cristiana, la
musulmana y la judía. La Escuela de Traductores de Toledo fue un puente entre todas las culturas.
Alcanzó su apogeo con Alfonso X el Sabio (s. XIII). Cristianos, musulmanes y judíos traducían del
árabe al latín y al castellano.
Hasta el siglo X, la España islámica fue culturalmente muy superior a los reinos cristianos. Sólo
los monasterios, como el de Ripoll o Sahagún, trasmitieron la cultura mediante la copia y
conservación de libros.
El descubrimiento de los restos del apóstol Santiago en el siglo IX inició la Ruta Jacobea de
peregrinación. El Camino de Santiago se convirtió en una vía más de difusión cultural: con él llegaron
los cantares de gesta, el románico y el gótico.
A partir del siglo XI se inicia un desarrollo cultural paralelo a la formación de las lenguas
romances: castellano (Cantar del Mio Cid, 1207), gallego, portugués, catalán-valenciano. En el s. XIII
aparecieron las Universidades como la de Salamanca.
3) Los Reyes Católicos y la organización del Estado: instituciones de gobierno.
La monarquía de los Reyes Católicos es supranacional, no Imperial. Hay una centralización del
poder en Castilla, quedando el resto de las piezas asociadas en los Consejos administrativos y
geográficos, todos bajo la supervisión del Consejo Real de Castilla. El monarca gobierna desde la
Corte ayudado por los Consejos. Como organismos generales encuentran a la Santa Hermandad
(mantenimiento del orden), la Inquisición y el Consejo Real. El Consejo de Aragón, el de Navarra, el
de Italia,... eran los encargados de armonizar la administración central y la territorial. Las Cortes de
Castilla reunían a nobleza, clero y oligarquía urbana. Los Reyes aprovechando, poca a poco van
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convocando sólo a representantes urbanos, a los que se ha ido convirtiendo en una nobleza adicta al
sistema.
4) La monarquía hispánica de Felipe II. La unidad ibérica.
La anexión de Portugal significó la creación de un gran imperio (Portugal poseía Brasil y
territorios en África y Asia), “donde nunca se ponía el sol”. Los hechos ocurrieron de la siguiente
manera:
A finales del siglo XVI muere Sebastián I de Portugal sin descendencia. Felipe II era tío del
fallecido y descendiente directo de Manuel I de Portugal y reclamó su derecho al trono. La nobleza y
la burguesía portuguesa estaban a favor del rey español ya que la unión de los territorios de la
Península Ibérica en un sólo reino traería beneficios económicos. Pero el pueblo portugués no veía
clara la anexión a España.
Felipe II optó por invadir Portugal. Las tropas castellanas entraron en Lisboa capitaneadas por el
Duque de Alba y las Cortes portuguesas proclamaron rey a Felipe II, Felipe I de Portugal, que se
comprometió a respetar los fueros, costumbres y privilegios del lugar, así como los cargos de los
funcionarios y militares. Se creó un Consejo de Portugal y se suprimieron las fronteras y aduanas con
Castilla.
5) Los Austrias del siglo XVII. Gobierno de validos y conflictos internos.
Los últimos Austrias se desentienden del gobierno a través de validos. Desde finales del reinado
de Felipe II la monarquía estaba dando señales de debilidad. Determinadas competencias eran
asumidas por el valido: supervisa los consejos, maneja los escritos del gobierno y aconseja al rey. Los
validos eran elegidos por el rey, que confiaba parte de sus tareas a sus amigos.
El primer valido es el duque de Lerma, nacido de la ineptitud de Felipe III. Perdió la gracia real,
en octubre de 1618. Durante los reinados de Carlos II y Felipe IV, el valido fue el conde duque de
Olivares.
Felipe IV y Olivares intentaron llevar a cabo una política centralista en los reinos periféricos, por
comprometerlos más con los Habsburgo. Las cortes de Barcelona se niegan y Olivares decide llevar
la guerra contra Francia por la frontera catalana. La situación estalla en 1640, día de Córpus -por eso
se llama Córpus de Sangre- y es iniciada por segadores -por lo que también se denomina la Guerra de
los Segadores- En esta guerra civil los catalanes contaron con apoyo francés. La crisis acabó tras la
capitulación de Barcelona (1652). Este levantamiento estuvo acompañado por los de Aragón,
Andalucía, Nápoles y Portugal. La sublevación portuguesa, con el apoyo francés, inglés y holandés,
saldrá adelante. En 1668 se reconoce la independencia portuguesa, quedando como rey Juan IV. Todo
esto llevó a la caída de Olivares.
6) La España del siglo XVIII: evolución de la política exterior en Europa.
Las líneas de la política exterior española arrancan del Tratado de Utrecht. España quería
recuperar Gibraltar y Menorca (en manos británicas), y los territorios italianos. Dos fueron los
principales movimientos: alianzas con Francia y enfrentamientos con Inglaterra (por la amenaza que
suponía en las posesiones americanas).
La política exterior de Felipe V se dirigió a la recuperación de los territorios italianos. Optó por la
alianza con Francia que se concretó en el Primer Pacto de Familia y el Segundo Pacto. España apoyó
los intereses franceses en la Guerra de Polonia y en la de Sucesión de Austria. A cambio, Felipe V
consiguió que el infante Carlos (futuro Carlos III de España) fuera coronado Rey de Nápoles y Sicilia
y que el infante Felipe fuera nombrado Duque de Parma.
Con Fernando VI (1746-1759), el gobierno español adoptó una política exterior de neutralidad.
Carlos III (1759-1788) volvió a la alianza con Francia y firmó el Tercer Pacto de Familia y a la
participación de España en la guerra de los Siete Años. La victoria británica llevó a firma del Tratado
de París por el que cedimos Florida a Inglaterra y Sacramento a Portugal. Para compensar esas
pérdidas Francia nos cedió Luisiana.
España junto a Francia apoyó a los rebeldes norteamericanos contra Inglaterra. La derrota
británica llevó a la firma del Tratado de Versalles y se recuperó Menorca, Florida y Sacramento.
En tiempos de Carlos IV se da la Revolución Francesa que derivará en España en la guerra de la
Independencia contra Napoleón en los inicios del siguiente siglo.
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FUENTE HISTÓRICA: Comente a partir del cuadro la Constitución de 1978.
Es un cuadro que resume las cifras y su representación en porcentaje, de los resultados del
Referéndum de aprobación de la Constitución española de 1978, aún vigente. Como se ve en el cuadro, el
proyecto convenció al 88’53% de los votantes.
Los datos ponen blanco sobre negro este paso más en la llamada Transición a la democracia en
España, el proceso por el que España logró pasar de la dictadura de Francisco Franco a un Estado social,
democrático y de derecho. El pueblo votó a favor de un texto constitucional, redactado por siete diputados
(tres del gobierno y cuatro de la oposición), los Padres de la Constitución: Gabriel Cisneros (UCD), José
Pedro Pérez Llorca (UCD), Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón (UCD), Miguel Roca Junyent
(Minoría Catalana), Manuel Fraga Iribarne (AP), Gregorio Peces-Barba (PSOE), Jordi Solé Tura (PCE).
El borrador fue luego objeto de discusiones en el Congreso y el Senado y, en octubre de 1978 fue
votado por amplia mayoría en las Cortes y sometido luego a un referéndum con idéntico resultado
positivo. Los votos en contra con insignificantes (7’89%). Lo que sí merece la pena destacar es el
porcentaje de abstención, similar al de otras elecciones generales celebradas durante la democracia
reciente. Se trata de un porcentaje de la población “pasota” ó indecisa en términos actuales. En la época,
más politizada, quizá ese dato representa el descrédito de los políticos y del sistema incluso a algunos
partidarios de la dictadura descontentos con el cambio.
También merece la pena destacar el hecho de que se hiciera partícipe del cambio a la ciudadanía
desde el principio del proceso. El referéndum es el procedimiento jurídico por el que se someten al voto
popular leyes o actos administrativos para que sean ratificados por los ciudadanos. Tras la muerte del
general Franco, en España se han llevado a cabo cuatro referéndums en todo el país. Dos de ellos se
efectuaron antes de la entrada en vigor de la actual Constitución y tuvieron el propósito de iniciar la
transición a la democracia y aprobar dicha constitución (al que se refiere el cuadro). Los dos siguientes
convocados en España fueron sobre la permanencia de España en la OTAN (1986) y para ratificar la
Constitución europea (2005). Es una herramienta consultiva que se emplea poco y, la mayoría de las
veces, cuando el convocante sabe de antemano que va a reforzar su propia postura ante un asunto. El
ejemplo propuesto es claro, pues gana por mayoría aplastante ´la ratificación de un texto propuesto y
ratificado por el Gobierno.
TEXTO: PRIMER MANIFIESTO DE ABRANTES DE CARLOS MARÍA ISIDRO (1 de octubre
de 1833)
“No ambiciono el trono; estoy lejos de codiciar bienes caducos; pero la religión, la observancia y
cumplimiento de la ley fundamental de sucesión de mis hijos y todos los amados consanguíneos, me
esfuerzan a sostener y defender la corona de España del violento despojo que de ella me ha causado una
sanción tan ilegal como destructora de la ley que legítimamente y sin alteración debe ser perpetuada.
Desde el fatal instante en que murió mi caro hermano (…), creí se habrían dictado en mi defensa
las providencias oportunas para mi reconocimiento; y si hasta aquel momento habría sido traidor el que lo
hubiese intentado, ahora será el que no jure mis banderas, a los cuales, especialmente a los generales,
gobernadores y demás autoridades civiles y militares, haré los debidos cargos, cuando la misericordia de
Dios, si así conviene, me lleve al seno de mi amada patria, y a la cabeza de los que me sean fieles.
Encargo encarecidamente la unión, la paz y la perfecta caridad. No padezca yo el sentimiento de que los
católicos españoles que me aman, maten, injurien, roben ni cometan el más mínimo exceso. El orden es el
primer efecto de la justicia; el premio al bueno y sus sacrificios, y el castigo al malo y sus inicuos
secuaces es para Dios y para la ley, y de esta suerte cumplen lo que repetidas veces he ordenado”.
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ANÁLISIS DEL TEXTO Y CUESTIÓN:
1. Explique razonadamente el tipo de texto y resuma las ideas fundamentales del mismo
(puntuación máxima: 1,5 puntos).
Se trata de un fragmento del Manifiesto de Abrantes, que tras morir Fernando VII, emitió su hermano
Carlos para proclamar su ascensión al trono con el nombre de Carlos V. Un manifiesto es un texto de
interés público que el autor y los firmantes del mismo (si se trata de varios) escriben como llamamiento a
la sociedad sobre un determinado punto de la vida política.
Aquí, Carlos Mª Isidro reivindica su derecho al trono, al serle negado como consecuencia de la
Pragmática Sanción. Se trata de una ley que abolía la Ley Sálica, que no permitía a las mujeres acceder al
trono, para favorecer el ascenso al poder de Isabel, hija de Fernando VII.
De hecho, días después del manifiesto, Carlos fue proclamado rey de España en la localidad de Tricio (La
Rioja), fecha en la que se da como comenzada la Primera Guerra Carlista.
Las ideas que expone son:
- Primer párrafo:
o El trono no es una ambición personal, sino un derecho que le ha sido negado.
o Le legitiman la religión (idea del Antiguo Régimen de que el poder del monarca le era
otorgado por Dios) y la tradición y herencia (hasta entonces las mujeres no podían
acceder al trono).
- Segundo párrafo:
o Será considerado traidor el que no le reconozca como rey.
o Dios le ayudará a recuperar lo que es suyo (“la misericordia de Dios (…) me lleve al seno
de mi amada patria”.
o Busca “la unión, la paz y la perfecta caridad”, lo que no deja de ser un mensaje a
nacionalistas, movimientos sociales,… Lo hace articulando un discurso un tanto infantil
dividiendo a buenos de malos.
2. Responda a la siguiente cuestión (puntuación máxima: 3 puntos): El reinado de Isabel II: el
carlismo y la guerra civil.
En los últimos años de la vida de Fernando VII, nace Isabel, de su cuarta esposa, María Cristina de
Borbón. El rey moría sin heredero, así que, por la Pragmática Sanción se abolía la Ley Sálica, que no
permitía a las mujeres acceder al trono. Carlos Mª Isidro, hermano del rey, quedaba de esta manera
excluido del trono.
Tras la muerte de Fernando VII comienzan a darse levantamientos armados a favor de Carlos.
Comenzaba una guerra civil que duró siete años, de 1833 a 1839. Pero detrás de la cuestión sucesoria
había otras razones para la lucha: En el bando isabelino los liberales vieron la posibilidad del triunfo de
sus ideales; los carlistas eran los que se oponían a la revolución liberal, partidarios de la vuelta al antiguo
régimen.
Los carlistas se movían con el lema “Dios, Patria, Fueros, Rey”, defendían la monarquía absoluta, el
tradicionalismo católico y defensa de los intereses de la Iglesia, la defensa de los fueros vasco-navarros amenazados por las reformas igualitarias y centralistas de los liberales-,... Destacaron figuras militares
como Zumalacárregui y Espartero.
En efecto, con Isabel II se promulgará la Constitución de 1845 y se establecerá un gobierno de
partidos. Además, el triunfo de las tesis liberales suponía la pérdida de poder de la Iglesia y el
establecimiento de un régimen político homogéneo que chocaba con los fueros. Por eso la insurrección
carlista triunfó el las zonas de España donde mayor era la influencia del clero y de los privilegios forales
existentes o perdidos tras la Guerra de Sucesión Española (1700-1714): Galicia, Navarra, las provincias
vascas,...
La guerra se desarrolló en tres fases:
a) De 1833 a 1835 los carlistas llevaron la iniciativa de la mano del general Zumalacárregui.
b) De 1835 a 1837 los Carlistas empezaron a dividirse entre pactistas e intransigentes y los
Isabelinos, a su vez, entre moderados y radicales. Estas diferencias dentro de los dos bandos
produjeron un estancamiento de la guerra.
c) De 1837 a 1840. Se produce recrudece de la influencia carlista en Aragón y Cataluña de la mano
del general Cabrera. La guerra parecía no tener fin, pero los elementos pactistas y moderados que
lograron llegar a un acuerdo. Con el "Abrazo de Vergara" entre el General en Jefe carlista,
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Maroto, y el General liberal Espartero, se puso fin a la guerra en el norte pero continuó en
Cataluña hasta la definitiva derrota de Cabrera.
A partir de 1837, las derrotas carlistas son continuas y Don Carlos terminó huyendo a Francia.
Espartero y Maroto firmaron el Convenio de Vergara por el que se prometió respeto a los fueros vasconavarros.
El incumplimiento de las promesas liberales condujo a otras dos guerras carlistas. La segunda, de
escasa importancia y duración, en la década de los 40 y la tercera, entre 1872 y 1876, que supuso el ocaso
del Carlismo como fuerza organizada.
La cuestión foral es un problema de unidad territorial que viene de la división de leyes de los
distintos reinos que unificaron los Reyes católicos. Hoy en día, muchos autores ven en los nacionalismos
exacerbados una prolongación del movimiento carlista.
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