1 - Gobierno del Estado de Tamaulipas

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Origen y significado del nombre Tamaulipas
Uno de los nombres primeros que se le dio a esta tierra, narra la historia, fue el de "Lariab". Región
que describe Américo Vespucio en una de sus cartas enviadas a Lorenzo di Pierfrancesco de Medici
dentro de un paquete que llamó Mundus Novus. La última carta conocida, la de Soderini escrita por
Vespucio, reseña el primer viaje a éstas tierras y es la que cita el primer nombre de este territorio,
además da noticias sobre la forma de vida de los pobladores. Para muchos ésta es la más antigua
descripción de la geografía tamaulipeca.
En una de las interpretaciones que se le ha dado a la palabra Lariab, se indica que el vocablo
quiere decir "señor" o "señores" en huasteco (en referencia a la traducción de "lab" que es muy
similar a "iab" que significa señor). La crónica señala que debió haber sido la forma en que los
indígenas se dirigieron a los españoles que llegaron a sus tierras.
Vale la pena recordar la descripción que Vespucio hace de los pobladores de la "tierra que está
dentro de la zona tórrida - que puede interpretarse actualmente como "entre trópicos"- cerca o
debajo del paralelo que describe el trópico de Cáncer, donde el polo se eleva de su horizonte 23
grados al final del segundo clima". Tampico se localiza abajo del trópico de Cáncer a 22 grados 13
minutos altitud norte. El sitio exacto que señala Vespucio se localiza cerca de la Barra del Tordo, en
la desembocadura del río Carrizal.
El navegante escribe que para recibirlos se reunieron alrededor de cuatro mil almas, había ahí, dice,
numerosas poblaciones e infinitos ríos, selvas y bosques siempre verdes, gran variedad de pájaros de
bello plumaje, frutas y animales de todo tipo. Refiere que la población dormía en hamacas, o sea
en "redes para dormir". Finalmente Vespucio dice que este puerto y la provincia se llama Lariab.
El territorio ha sido reconocido en su totalidad o en algunas de sus partes como Reino Huasteca,
Provincia de Amichel y Tierra Garayana, Provincia o Gobernación de Pánuco, Comarca de Paul, de
Alifau y Ocinan, Médanos de la Magdalena, Costa del Seno Mexicano, Colonia del Nuevo
Santander, hoy Tamaulipas.
Se le dio este nombre por la existencia de dos sierras de tal denominación; por una parte, La
Tamaulipa La Vieja, Baja u Oriental y por otra, la Nueva, Occidental o Moza que hoy se conoce
como Sierra de San Carlos. Poco después de la independencia se le llamó simplemente Tamaulipas.
Pero Tamaholipa también se le denominó a la villa que creó Fray Andrés de Olmos en 1544; a la vez,
Tamaholipa era el nombre original de lo que hoy se nombra Arroyo del Cojo, en el municipio de
González.
Es importante anotar que también se le llamó Tamaulipa a la villa de San Carlos, cuando ésta se
fundó en el paraje conocido como Potrero de las Nueces. En un informe que rindió Lino
Nepomuceno Gómez, abogado de la Real Audiencia y cura beneficiado del rey, cuando visitó la
colonia del Nuevo Santander en 1770 llamó Tamaulipa a la Villa de San Carlos, según cita el
historiador Juan Fidel Zorrilla en su libro Tamaulipas-Tamaholipa editado por la Universidad Autónoma
de Tamaulipas en 1980.
El nombre de Tamaulipas hasta la fecha, es tema de una polémica muy acalorada entre los
historiadores. Para muchos Tamaholipa, quiere decir "lugar donde hay montes altos". Se aduce que
su origen se encuentra en la voz huasteca debido a la abundancia de la raíz filológica tam para la
formación de varios nombres geográficos de Tamaulipas: Tampico, Tamatán, etc. La preposición
tam, señalan los estudiosos del tema, si se une a un sustantivo significa en o en lugar de, como
Tampico, de Tam y Pikó (lugar de perros). Prácticamente tal etimología la fundamentan en las
palabras de Fray Vicente de Santa María cuando refirió en 1792 que "las dos Tamaulipas, en el
idioma de aquellos naturales quiere decir montes altos..."
Otros autores discrepan de la significación anterior, estos descomponen el nombre de la siguiente
manera: TAM-A-HOL-I-PAM: ol, rezar, tam, tercio, monto o mucho: lugar donde se reza mucho.
Para mediados de este siglo surgió otra interpretación del término: TAM-AHOL-I-PAN que significaría
lugar donde rezan los lipanes, en este sentido sería entrar a una polémica más: si los grupos
maguaos u olives, que fundaron Tamaholipa, eran descendientes de los norteños lipanes. Punto aún
sin estudiar. "Lugar donde se reza mucho", es el significado que éstos últimos historiadores le dan al
vocablo.
Historia
El nombre del Estado se deriva de Tamaholipa palabra de origen Huasteco, donde el prefijo tam
significa "lugar donde". Aunque no existe un acuerdo del significado de holipa, parece ser que la
interpretación más común es "rezar mucho", lo cual significa "lugar donde se reza mucho". Durante el
periodo colonial temprano, uno de los pueblos originales de Tamaulipas, hoy extinto, era conocido
como los "Santos", en lo que parece una hispanización del término holipa.
De acuerdo a registros paleontológicos y arqueológicos, los primeros asentamientos humanos en
Tamaulipas datan de doce milenios antes de la era cristiana, y están identificados en el llamado
“Complejo Diablo”, en alusión a un cañón de la Sierra de Tamaulipas. Más tarde, a nivel del Trópico
de Cáncer, aparecen las primeras manifestaciones de la civilización indígena, ligadas al
descubrimiento y domesticación del maíz y con ello, al inicio de la vida agrícola y la agrupación de
asentamientos permanentes. Consecuentemente, en este período comenzó a fincarse en esta
región una de las manifestaciones de la cultura Mesoamericana.
Tres fueron las áreas culturales de Mesoamérica en Tamaulipas: los pueblos de la Sierra Madre
Oriental, los pueblos de la Sierra de Tamaulipas y la Huasteca. Fue en esta última área donde el
patrón cultural mesoamericano se definió con mayor claridad y cuyo legado se ha trasmitido hasta
nuestros días en las comunidades indígenas huastecas, aunque éstas no sobrevivieron en
Tamaulipas y sí en otras entidades como San Luis Potosí e Hidalgo. En nuestra entidad, los huastecas
se asentaron principalmente a lo largo de la cuenca baja del río Guayalejo-Tamesí y en los valles
montañosos de Tanguanchín (Ocampo) y Tammapul (Tula). Políticamente no constituyeron un
Estado, sino más bien se integraban como un conjunto de señoríos. Fueron hábiles artesanos y
poseían una compleja cosmogonía religiosa, al grado de que en la Huasteca surgió el concepto del
dios Quetzalcóatl. Como pueblo ubicado en un espacio periférico de la Mesoamérica nuclear,
mantuvieron una larga autonomía hasta que en el posclásico tardío los mexicanas sometieron a su
dominio a una porción de la Huasteca. En Tamaulipas, entre los siglos XV y XVI, sucesivas oleadas de
nómadas del norte hicieron replegar a los huastecas hacia el río Pánuco, de tal forma que al
momento de la Conquista española, prácticamente ya no ocupaban su territorio. Sobre los grupos
de la Sierra Madre Oriental, si bien disponemos de investigaciones arqueológicas, no tenemos
mucha información sobre la identificación cultural de los pueblos prehispánicos que la ocuparon.
Hacia la parte meridional, en la región de Ocampo, surgieron sociedades indígenas que poseían
una significativa diversificación agrícola, mientras que en la parte septentrional, entre los filos de la
serranía, hubo asentamientos con un gran trabajo constructivo, como se hace patente en el Balcón
de Montezuma, una zona arqueológica ubicada en las cercanías de la actual capital del estado.
Para el siglo XVII, al tiempo del primer encuentro con la cultura occidental, la Sierra Madre era
ocupada por los llamados indios pisones. Para el caso de la Sierra de Tamaulipas y como se ha
mencionado, de ella se tienen antiquísimas referencias históricas, así como múltiples ejemplos de la
evolución posterior de los pueblos indígenas que la habitaron.
Lo anterior es visible en las numerosas ruinas diseminadas en toda esta casi impenetrable serranía,
como es el caso de El Sabinito, un interesante sitio actualmente en investigación, que nos habla de
una sociedad organizada de tipo mesoamericano. Sin embargo, existen evidencias de que durante
el posclásico este modelo cultural se agotó, quedando habitada la sierra por diversos grupos de
agricultores, pero de un nivel de civilización menor. En contraste al mundo mesoamericano, en el
norte de la entidad y en todo el conjunto del noreste de México y el sur de Texas, imperó en la
antigüedad y hasta el arribo de los españoles, un patrón cultural de múltiples grupos tribales
nómadas (los chichimecas), entre los que el tronco lingüístico predominante era la lengua
coahuilteca. Este vasto espacio norteño formó parte del área cultural de Aridoamérica o la
“América árida”. Se trataba de la presencia de numerosas bandas de indios cazadoresrecolectores, que deambulaban por las llanuras, especialmente en las cercanías de las corrientes
fluviales, los que poseían una reducida cultura material y muy elementales estructuras de
organización social. Por mencionar algunos, cabría citar a los carrizos de orillas del río Bravo, a los
pintos de las riberas del Conchas o a los janambres del centro de Tamaulipas. Asolados por las
redadas esclavistas provenientes de la Huasteca o del Nuevo Reino de León durante los siglos XVI y
XVII, los indios de Tamaulipas ofrecieron una fiera resistencia a la ocupación novohispana. Además,
este espacio costero se convirtió en refugio de las etnias de las entidades vecinas, identificados
como “apóstatas”, es decir, que habían renunciado a la cristianización. Con la colonización de
Tamaulipas a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, se intentó asentar a los indios chichimecas en
misiones a cargo de frailes franciscanos. Sin embargo, hubo muy poco arraigo indígena en estas
misiones y los diversos grupos que deambulaban por su territorio acabaron por extinguirse. En este
proceso actuaron la guerra, el desequilibrio de sus antiguos hábitats y costumbres de caza y
recolección, las epidemias y su poca disposición para asimilarse al orden colonial. Algunos grupos
trascendieron hasta mediados del siglo XIX, hasta finalmente desaparecer como etnias socialmente
diferenciadas.
Antes de la llegada de los conquistadores españoles el territorio de Tamaulipas estuvo ocupado por
varias etnias de las cuales sobresalen los huastecos. Américo Vespucio, el célebre cartógrafo italiano
que bautizó al continente, visitó el territorio tamaulipeco a finales del siglo XVI y en su
correspondencia con Lorenzo di Pierfrancesco mencionó que los nativos llamaban al territorio
Lariab. Durante la colonia se le conoció con otros nombres: Reino Guasteca, Provincia de Amichel y
Tierra Garayana, Provincia de Pánuco, Comarca de Paul, de Alifau y Ocinan, Médanos de la
Magdalena, Costa del Seno Mexicano, Nuevo Reino de León y Nuevo Santander. El nombre actual
proviene de la fundación del pueblo de Tamaholipa que hiciese Fray Andrés de Olmos en 1544.
El primer asentamiento permanente Español en el área fue Tampico en 1554. Lo que ahora es
Tamaulipas fue incorporada como una provincia de la Nueva España en 1746 con el nombre de
Nuevo Santander.
Durante la mayor parte de la colonia la población europea sufrió los embates de los grupos
indígenas rebeldes, a los que a su vez esclavizaban o asesinaban. En 1732 José de Escandón arribó
al territorio y desarrolló un agresivo programa de colonización y pacificación que se extendería al
vecino Nuevo Reino de León. Tras el llamado a la independencia hecho por Miguel Hidalgo y
Costilla, Bernardo Gutiérrez de Lara, originario de Revilla (hoy Nva, Cd, Guerrero, Tam.), se unió a las
filas insurgentes y obtuvo importantes victorias en San Antonio Bejar (hoy San Antonio, Texas).
El 17 de abril de 1817 desembarcó en las costas tamaulipecas Francisco Javier Mina, rebelde
español que llegó al territorio a combatir al ejército imperial de su país. A mediados de siglo, tras la
consumación de la independencia, la pugna entre liberales y conservadores y la invasión de los
Estados Unidos afectaron enormemente la región, la cual adquirió un fuerte sentido de autonomía.
Tras los abusos generados por la presidencia de Antonio López de Santa Anna, en 1840 decidió
independizarse de México y unirse a la República del Río Grande junto a los estados de Nuevo León
y Coahuila. La incipiente república fue sofocada por el ejército mexicano. Durante la Guerra de
Reforma y la Revolución mexicana se libraron importantes batallas en territorio tamaulipeco y a
principios del siglo XX Emilio Portes Gil, oriundo del estado, se convertiría en presidente interino de
México.
Antecedentes Históricos
En la Provincia del Nuevo Santander, hoy Tamaulipas, la independencia de México fue jurada
solemnemente en la Villa de Aguayo, entonces capital, el 7 de julio de 1821; posteriormente, el 14
de octubre de 1822, el Congreso Constituyente de la Nación concedió a Tamaulipas el derecho a
contar con una Diputación Provincial, que fue instalada con el nombre de “Diputación Provincial
del Nuevo Santander” el 9 de abril de 1823, cambiándosele la denominación oficial a “ Diputación
del Estado Libre de las Tamaulipas”, el 29 de enero de 1824.
La Diputación Provincial, después de haber estado en Aguayo, en San Carlos, en Aguayo
nuevamente, y por último en Padilla, conforme fueron capitales del Estado, terminó sus actividades
en Padilla, el 7 de Julio de 1824 al instalarse el primer Congreso Constituyente del Estado,
exactamente tres años después de haber sido jurada en Aguayo la Independencia.
El Congreso del Estado Libre y Soberano de Tamaulipas fue constituido el 7 de julio de 1824, en la
desaparecida Villa de Padilla en calidad de Congreso Constituyente, de acuerdo a lo dispuesto por
el Acta Constitutiva de la Federación Mexicana del 31 de enero del mismo año. A partir de la cual
se fincaron las bases para que la antigua provincia del Nuevo Santander pasara a convertirse en
uno de los primeros estados libres y soberanos de la República de México.
El primer decreto expedido por el Congreso tamaulipeco fue el 9 de julio de 1824 y sancionado el
día siguiente por el Gobernador. Entre otras disposiciones, da por extinguida la Diputación Provincial,
declara al Congreso legítimamente instalado y en aptitud de ejercer sus funciones; ratifica al jefe
político con el carácter de Gobernados Interino, y establece que “El Congreso formará la
Constitución del Estado; organizará el gobierno interior, dictará las leyes que exijan el mayor bien y
felicidad del Estado; y establecerá lo conveniente sobre hacienda pública".
El Constituyente tamaulipeco se integró por los Diputados electos en las Juntas Electorales de
Provincia, algunos de los cuales forman parte de la extinguida Diputación Provincial del Nuevo
Santander, institución creada por la Constitución española de Cádiz y en funciones desde el 9 de
Abril de 1823 en la Villa de Aguayo, Constituyéndose desde entonces, conjuntamente con los
demás de la Nación, en cuerpos generadores de sentimientos regionales afines y propicios al
inminente
nacimiento
de
sistema
federal
Mexicano.
Una vez instalado el primer Congreso Constituyente Tamaulipeco muy pronto refrendó sus principios
republicanos al aplicar el decreto de proscripción que sobre la persona de Agustín de Iturbíde había
emitido el Congreso General, en un trascendental suceso histórico que consolidó los ideales de
liberalismo en la entidad. Continuó sus labores el Constituyente Tamaulipeco en la antigua Villa de
Padilla, hasta el 29 de enero de 1825, con la expedición de su decreto número 25, mediante el cual
“cesan sus funciones ordinarias en esta Villa para continuarlas el once del procsimo entrante en la
de Aguayo, cuya traslación será temporal y mientras el Congreso resuelve otra cosa”
Teorías sobre la población
La población del territorio tamaulipeco está relacionado, en primer término, con la teoría general de
que América se pobló con grupos que emigraron desde el Continente Asiático, hace
aproximadamente 50000 años antes de nuestra era.
Tales grupos descendieron poco a poco por el Continente Americano hasta poblarlo en su
totalidad. Sus costumbres de vida fueron transformándose de manera lenta, de hecho es en el
territorio del México actual donde ocurre un cambio trascendental: el descubrimiento del maíz.
Además, el cambio de flora y fauna que fueron determinantes para desarrollar la vida nómada o
para influir en los asentamientos, tal es el caso de las poblaciones coloniales. Tamaulipas se pobló
fundamentalmente con dos tipos de grupos humanos: por una parte la región septentrional es
ocupada por conjuntos nómadas, la frontera de tales naciones, como las llama Alejandro Prieto, fue
el Trópico de Cáncer; y por otro lado, los desarrollados hacia el sur de ésta línea cultural divisoria
que fueron grupos sedentarios de tipo mesoamericano. Se dice que éstos últimos indígenas llegaron
al territorio mexicano alrededor del año 713 de la era cristiana. Alejandro Prieto, importante
historiador tamaulipeco, señala que una numerosa nación llamada Nahoa apareció en las aguas
del Golfo de México abordo de embarcaciones rudimentarias provenientes del norte del
continente. Llegaron al Pánuco, atravesaron el territorio hacia el sur y en un lugar conocido como
los Llanos de Apam y las riberas del río Atoyac, se establecieron. Hay alguna confusión en la
procedencia de estos Nahoas con respecto al nombre verdadero del antiguo reino de donde
vinieron, pues ya se le nombra en la historia Chicomostoc, Amaquemecan ó Culhuacán antiguo; sin
que nadie pueda asegurar si estos nombres se refieren a una sola nación primitiva del Norte ó a tres
distintas.
A pesar de que esta opinión sobre las tribus Nahoas es la más generalizada, se opina por algunos
que los Huastecos no pertenecieron a la nación Nahoa, sino a la familia maya ó yucateca, basados
en la analogía que se ha encontrado en los idiomas de estas dos tribus.
Sin embargo, todas ellas reconocían por jefe supremo a un personaje que suponían se llamó
Quetzalcóatl, a quien los Nahoas llegaron a divinizar y adorar, debido a su gran sabiduría y virtudes.
Estas tribus, a la llegada al país, encontraron en él una raza de hombres de asombrosa estatura
llamados Quinamés, con los cuales se relacionaron viviendo en paz con ellos durante largo tiempo,
hasta que los Quinamés quisieron ejercer con los Nahoas tiranía y despotismo, y entonces fueron
exterminados por éstos.
Quedaron los Nahoas después de estos sucesos, dueños de la comarca del Anáhuac, hasta que en
el año de 713 apareció en el país una nación llamada Tolteca, que venía de las regiones del Norte
de California, de una ciudad llamada de Huehuetlapallan.
Esta nación se mezcló con las tribus Nahoas, Olmecas y Xicalancas; pero la tribu de los Huastecos
rompió esta alianza, y por el año de 1050 se separó de los toltecas y se alejó hacia el Norte,
poblando las gargantas de las montañas hasta las orillas del Pánuco.
Existe otra teoría de la población de Tamaulipas, propuestas por el investigador Gabriel Saldívar y
Silva en su libro Los Indios de Tamaulipas. El historiador señala que los grupos humanos que
prosperaron en éste territorio eran descendientes de la corriente oriental del grupo de
Paleamerindios que poblaron el continente. Agrega que tal corriente tuvo influencias de la
occidental a través de Nuevo México, Coahuila y Texas.
El se refiere propiamente a los pobladores nómadas que vivían de la caza y de la pesca. Estos
grupos temporalmente establecidos en la zona norte del estado, por su misma forma de vida
dejaron pocos rastros de su existencia, si acaso algunos dardos de pedernal y sílex, que con el arco
y algunos otros objetos de piedra pulida, madera y hueso, debieron ser sus únicos utensilios, así
como el perro, único animal doméstico que les acompañaba.
Después de la aparición de la agricultura, surge la cerámica que tenía por objeto la creación de
utensilios que servían como recipiente para la conservación y cocción de los alimentos. Se registra
luego un avance en la producción agrícola con el inicio del cultivo del frijol, el chile, etc; y se
empiezan a construir las chozas para el refugio humano, el depósito de las semillas y guarda de los
utensilios. Se da también una evolución en la confección del vestido, los que al principio eran de
pieles, luego fueron de fibras vegetales, labradas o tejidas.
Antes de la conquista Tamaulipas fue poblado por grupos heterogéneos desarrollándose
independientes unos de otros y haciéndose la guerra muy continuamente, por lo que no puede
afirmarse que existiera una cultura a la que se de una denominación que comprenda a todos. Ni
aún en lingüística, su relación ancestral es diferente en cada caso, unos se identifican con los grupos
de Coahuila y Texas, mientras que otros, los del Sur se emparientan con grupos del altiplano
mexicano.
Envueltos en discordias nacidas propiamente de la falta de comunicación, los indios de Tamaulipas
son encontrados por los frailes españoles que inician una conquista a mediados del siglo XVI con la
llegada de Fray Andrés de Olmos a la región sur del Estado. A principios del siguiente siglo
incursionan otros religiosos en la zona suroeste iniciando una obra de formación de misiones que
serían los sitios donde se congregarían a los indios para catequizarlos. De ahí se desprenderían las
villas y posteriormente las ciudades que hoy habitamos.
Gestas: Escandón y la Colonización
Después de sosegar la rebelión de indígenas en 1732 en el Real de Minas de Guanajuato; ocho años
más tarde, José de Escandón y Helguera sería nombrado Teniente de Capitán General de la Sierra
Gorda y sus fronteras.
Con éste título regresaría a Querétaro en 1749 a apaciguar una sublevación indígena.
Escandón lograría liberar al Nuevo Reyno de León y las Fronteras del Pánuco, Tampico, Villa de
Valles, Guadalcázar y Charcas de las hostilidades de los chichimecas.
Respaldado por su trayectoria militar en favor de la corona española, Escandón presentó plano,
situación y circunstancias de toda la Costa del Seno Mexicano, propuso el poblamiento, el que seria
aceptado por el conde de Revillagigedo, al tiempo que le dio el título de Lugarteniente y le
subordinó los Gobernadores, Capitanes Generales y demás justicias de las fronteras de la Sierra
Gorda y Costa del Seno Mexicano.
Luego de una exploración detallada efectuada en 1747, visitó Tula, Palmillas y Jaumave, para salir
con sus tropas por la boca del Río San Marcos; mientras que otra parte de su gente la puso a
explorar las riberas del Guayalejo.
Después de tal acción informó que la tarea de fundar catorce poblaciones con otras tantas
misiones o poblados de indios al parejo de ellas, llevaría a palpar resultados en unos tres o cuatro
años.
Escandón logró reunir grupos de Querétaro, San Luis, Charcas, Huasteca, Nuevo León y Coahuila,
mismos que iniciarían las fundaciones; luego de dotar a Palmillas y Jaumave de autoridades y
defensas, el 25 de diciembre de 1748, colocaría la primera piedra de lo que sería la Colonia del
Nuevo Santander: estableció la Villa de Llera con cerca de doscientas personas.
El segundo de los poblados fue Güemez, fundado el primer día de 1749, con un poco más de
trescientas personas; Padilla se levantó el seis del mismo mes y año; el diecisiete de febrero fundaría
Nuevo Santander, la capital de la Provincia del mismo nombre.
Burgos lo fundarían personas de Nuevo León y Coahuila, el veinte de febrero; el cinco de marzo fue
erigido Camargo; Reynosa nació el catorce del mismo mes y año a orilla del Río Bravo.
San Fernando se situó el 19 de marzo; luego Altamira el dos de mayo; esta primera entrada del
colonizador a la Colonia del Nuevo Santander concluyó con la fundación de Santa Bárbara, hoy
Ocampo, el 19 de mayo; las órdenes para que se erigiese Real de los Infante o del Pantano como
Villa fueron dadas en el camino de salida rumbo a Querétaro con fecha de veintiseis del mismo mes
de mayo, poblado que se formó cerca de una boca-mina y que hoy conocemos como
Bustamante.
Escandón se ausentó diez meses. En 1750 reanudó las fundaciones con Soto la Marina, el tres de
septiembre; mas tarde tocaría el turno a Villa de Aguayo la actual capital del Estado, con familias
de pastores provenientes de Nuevo León, el seis de octubre.
Pocos días después fundó Revilla, actualmente, Nueva Ciudad Guerrero, el 10 de octubre de 1750.
Más tarde levantó la Villa de Escandón, hoy Xicoténcatl, el 15 de marzo de 1751, la que fue
abandonada un año y medio después y reinstalada el 18 de diciembre de 1754; La Villa de Hoyos,
se fundó el 19 de mayo de 1752, hoy se conoce como villa de Hidalgo: Más tarde se poblaría
Santillana, Abasolo, el 26 de diciembre de 1752. Lugar de Mier o Villa de Mier, el seis de marzo de
1753.
Una fundación más fue la establecida en el lugar que hoy ocupa Laredo Texas, el 15 de mayo de
1755. Hasta aquí sumaban veintidós fundaciones hechas por Escandón en la Colonia, todas ellas
obedecían medidas y administrativas en bien de la Corona.
Posteriormente se fundaría por sugerencias de José Tienda de Cuervo y del Ingeniero Agustín López
de la Cámara Alta, la villa de Cruillas el nueve de mayo de 1776, en el pasaje conocido como Los
Encinos el seis de junio en ese mismo año se poblaría la villa y real de San Carlos.
Cuando Escandón se disponía a fundar Croix, hoy Casas, fue llamado a la capital del Virreynato,
para que en su ausencia, el Mariscal de Campo Juan Fernando de Palacio y el licenciado José
Osorio y Llamas efectuaran investigaciones sobre todo aquello que estuviera en contra del
colonizador.
Se encontraron contradicciones. Se condenó a Escandón para que la villa de Croix se fundara bajo
su costo; la erección de la villa tuvo lugar el tres de junio de 1770. Poco antes ya existía el poblado
de San Nicolás. La última de las fundaciones realizadas durante el período colonial fue presas del
Rey, Aldama, en abril de 1790.
Cuando Escandón fue llamado a la capital del Virreynato para que rindiera cuentas, se despediría
de su magna obra colonizadora en la Colonia del Nuevo Santander.
Rebeliones Indígenas
En un texto, en la Relación Histórica del Nuevo Santander, fray Vicente de Santa María, señala que
el principal elemento de diferencia entre los habitantes del territorio pre-colonial, era el idioma.
A pesar de ello, los esfuerzos por mantener la paz fueron varios, entre ellos podemos citar, fumar la
pipa de la paz, intercambiar costumbres, la participación de varias tribus en ritos comunes; sin
embargo a partir de la llegada de los españoles, la reducción, las formas de congregación de los
naturales, sobre todo la conquista trajo formas diferentes de rebelión y de resistencia.
La conquista iniciada a principios del siglo XVI, salvo raras excepciones como la de Hernán Cortés
en 1523, culminaron en éxito, las demás se vieron envueltas en sangre por lo indómito de los
pobladores indígenas.
Algunos intentos por apaciguar a los naturales se hicieron por los misioneros franciscanos Olmos y
Mollinedo, sin embargo, los resultados no fueron muy promisorios dadas las condiciones de
explotación que pusieron en marcha los hispanos.
Formas de esas fueron los presidios y las congregas, sitios en los cuales los indígenas eran tratados en
forma infrahumana, según narran las crónicas, y que fue el motivo principal por el que mataran a los
"protectores" y se volvieran montaraces.
A la llegada de Escandón, con el intento de colonización, la resistencia presentada por los naturales
fue a tal grado que constituyó la principal razón de su exterminio. Mientras que algunos, decidieron
introducirse en la religión hispana y adoptaron las nuevas condiciones de vida.
La distribución de la tierra, junto con sus pobladores, motivó serias y acaloradas discusiones entre los
colonizadores y los antiguos "propietarios", principalmente religiosos pastores.
Por su parte la existencia de los naturales, y su conducta, exigió la presencia de doctrinarios y, lo que
era más grave, el cambio de sitio para la fundación de las villas propuestas por Escandón.
Tal situación generó la ira del colonizador, también jefe militar de la nueva colonia, enviando
órdenes precisas de ataque a los indios rebeldes, como se lee en la disposición enviada a los
comandantes de los destacamentos militares del Nuevo Santander, para que inicien los
preparativos de la campaña contra los indios rebeldes del Sihue, en la Misión de Tula, escrito
fechado del 21 de agosto de 1764, localizado en el Archivo General de la Nación (PI. 248, 14,
361?364).
A pesar de la condición de nómadas, los indígenas del territorio tamaulipeco tomaban como suyo
el espacio de donde obtenían el alimento al grado de morir en su defensa en caso de un intento de
invasión.
De los asentamientos humanos podemos referir la resistencia presentada por los Huastecos a las
expediciones del Pánuco, efectuadas durante el siglo XVI.
Las rebeliones eran encabezadas por el caudillo del grupo, puesto generalmente ganado por la
fuerza y la inteligencia presentada en los combates y no ciertamente resultado de una monarquía.
Manuel de Escandón, lugarteniente de la Sierra Gorda y Costa del Seno Mexicano, entre el 26 de
febrero y el 20 de abril de 1765, envió a la ciudad de México a 11 indios rebeldes pertenecientes a la
ranchería del caudillo El Chivato, como prisioneros por haber causado anomalías en las villas de la
colonia.
La resistencia por la implantación de las villas en los sitios que ocuparon los naturales, provocó la
respuesta militar por parte de las autoridades coloniales, tal fue el caso, según dice en el
documento que Vicente González de Santianés, gobernador de la Nueva Santander, envía al Virrey
Marqués de Croix.
En él refiere las razones por las que propuso la campaña militar contra los rebeldes de la Sierra
Tamaulipa Vieja, y de los encuentros que sostuvieron con éstos los destacamentos al mando de los
sargentos Miguel de la Garza y Raymundo López.
El documento está fechado el 19 de agosto de 1769, como correspondencia recibida de México en
San Carlos.
A pesar de las rebeliones y la resistencia presentada por los indígenas de la Costa del Seno
Mexicano, y los costos que tales movimientos trajeron, la conquista y la colonización de Tamaulipas
se logró a mediados del siglo XVIII, casi dos siglos después de haberse implantado el gobierno
español sobre la gran Tenochtitlán.
Independencia
El siglo XIX inició con hechos trascendentales, que repercutieron notablemente en el movimiento
Independentista, entre estos destacan la intromisión de los franceses en asuntos españoles, la
abdicación del rey Carlos IV, la prisión de Fernando VII y la formación de juntas de gobierno para
conservar el gobierno. Todo lo anterior es el marco general que provocó, que la Independencia
empezara a cambiar no solo rasgos criollos (despreciados en ese entonces), sino también indios, por
ello el cura don Miguel Hidalgo declara la guerra a las autoridades el 15 de septiembre de 1810.
El Nuevo Santander legó también a la historia su contribución a esa causa nacional. Rápidamente la
insurgencia empezaba a crecer, aunque no con la debida organización, hasta que Hidalgo designó
al sargento, Mayor José Ma. Martínez, el cual retrocedió ante la designación del Virrey en la persona
de Joaquín Arredondo, quien aprehendió a Fray Luis Herrera, Juan José Treviño, el Coronel Benítez
que incluso se había apoderado de Padilla y Aguayo, Ildefonso Blancas, José Ignacio Villaseñor.
Por otra parte Arredondo dictó algunas medidas de gobierno que de alguna manera limitaban la
causa
insurgente
y
reorganizaban
a
la
colonia
política
y
militarmente.
Destacaban por su contribución única al movimiento Independentista en los límites del Nuevo
Santander, Bernardo Gutiérrez de Lara organizando sublevaciones en Tula, era vecino de Revilla,
uniéndose al movimiento en la hacienda Santa María con el grado de Teniente Coronel y con el
cual cumplió una acertada labor diplomática y militar, por un lado se dirigió a Estados Unidos en
donde organizó quinientos aventureros ocupando en 1812 Nacogdoches, Trinidad y Bahía del
Espíritu Santo.
Derrotó a las fuerzas realistas en las batallas de Rosillo, San Antonio de Bejar y el Arroyo del Alazán.
Como diplomático se encargó de mostrar su indignación ante las propuestas anexionistas de los
Estados Unidos.
Álvarez Toledo consigue desprestigiarlo hasta que regresara a la causa con Xavier Mina, lo cual y al
consumarse la independencia, conseguiría ser gobernador de su tierra natal y después
comandante de las Provincias Internas de Oriente. Xavier Mina por su parte fue un apoyo más al
desembarcar en Soto la Marina el 17 de abril de 1817, se contaban entre sus intenciones ejercer
medidas políticas contrarias a Fernando II, y actuar como un buen diplomático ante Estados Unidos,
hablaba en contra del monopolio del rey, sin embargo Arredondo dictó medidas represivas, y
aunque Mina cae en el Cerro del Bellaco se acentúa la idea de independencia con elementos más
prometedores.
Fray Servando Teresa de Mier, sacerdote liberal revolucionario el cual embarcó junto a Mina, envió
una Carta a Felipe de la Garza, por aquel entonces militar realista persuadiéndolo a integrar las
fuerzas insurgentes en ese momento De la Garza estaba comisionado por Arredondo para sitiar Soto
la Marina, y aunque la misiva no tuvo respuesta inmediata posteriormente De La Garza se afilió al
Plan de Iguala, contribuyendo al movimiento. Todo lo anterior representa a grandes rasgos la época
independiente en el nuevo Santander, en cuanto al desenvolvimiento de los hechos y de los
hombres más dispuestos a luchar por una independencia justa y consumada.
Reforma
1857-1861 En esta época nace la contrariedad entre liberales y conservadores, los primeros
lanzando el Plan de Ayutla desconociendo al dictador, y los segundos por la aristocracia, el ejército
y el clero; liberal, unos pocos intelectuales de provincia, trabajadores y campesinos, con ello se
inicia una lucha encarnizada.
En Tamaulipas la encabeza el licenciado Juan José de la Garza. Una de las primera medidas por
parte del gobierno fue el cierre del puerto de Tampico al comercio exterior y de la aduana de
Camargo.
Ante la embestida de buques de vela en Soto la Marina, columnas de Querétaro y Tampico, de la
Garza realiza una heróica resistencia con 360 hombres, quien aliándose con Macedonio Capistrán,
derrotan a Salanueva y Valentín Cruz.
San Carlos era centro de reunión tanto de Martín Zayas, Julián de la Cerda, Fabián Aregullín,
Ascención Gómez, Cristóbal Bujanos y otros. Entre las medidas del gobierno central estaban fortificar
las poblaciones pro-invasión y realizar restricciones en la expedición de pasaportes.
Las tropas tamaulipecas no solo contribuyeron a derrumbar el poderío de Santa Anna, sino también
en la guerra de reforma en las personas de Hinojosa y Zayas.
De la Garza tuvo serios problemas cuando ostenta el mando político y militar del Estado,
especialmente con Vidaurri y con Eulogio Gauthier, quien fue hecho prisionero en Aregullín.
Al promulgarse la Constitución de 1857, se motivó una nueva guerra. Esta constitución establecía la
separación de los poderes civiles de los eclesiásticos, desamortizaba los bienes del clero, por ellos los
Tamaulipecos confundidos luchan lo mismo en Tacubaya que en Calpulalpan donde triunfan
definitivamente las fuerzas juaristas.
El desconocimiento de las Leyes de Reforma por Comonfort en Tacubaya no afectan gran cosa al
estado puesto que fue obligado a abandonar la capital de la República en 1858, y en su lugar fue
nombrado Zuloaga.
Algo asombroso fue lo que hizo el obispo de Linares, quien fue el primero en reconocer las Leyes de
Reforma definitivamente en Tamaulipas, aunque con algunas fricciones como el saqueo de Tula por
tropas de Mejía, quien tuvo por enemigo a Carvajal, Vidaurri acepta a Comonfort al servicio de la
Nación en contra de la voluntad de Juárez.
En abril de 1861 aparece el primer club político llamado "de la Reforma", que postulaba para
gobernador a Cipriano Guerrero.
Batalla de Palo Alto y Resaca de Guerreo
La invasión de los ejércitos estadounidenses a México fue la continuación de una política de
expansión continental diseñada por los círculos gobernantes norteamericanos. En ella tenían
especial interés los esclavistas sureños. La separación de Texas, alentada de múltiples formas por
ellos, fue un paso inicial. La anexión texana al país del norte fue la medida que provocó la guerra
con México. El pretexto fue la posesión de la franja comprendida entre el Río Nueces y el Río Bravo,
territorio que desde la colonia era de la provincia del Nuevo Santander. A través de territorio
tamaulipeco penetraron los invasores a territorio nacional y en él libraron las primeras acciones
bélicas.
En la batalla de Palo Alto dada hacia 1850 se pone de manifiesto la superioridad de la artillería
norteamericana que, junto con la oportuna acción de quemar los llanos para ocultar sus
operaciones, influyó en el resultado incierto de las acciones bélicas.
Habiéndose replegado el ejército mexicano, al otro día se atrincheró en la Resaca de Guerrero, allí
se produjo un gravísimo error del general Mariano Arista: durante la mayor parte de la batalla se
mantuvo tercamente en la idea de que el ataque estadounidense era solo una escaramuza,
permaneció en su tienda de campaña escribiendo el informe de la acción del día anterior, mientras
los soldados de línea y los oficiales resistían con heroísmo y luchaban sin la dirección del general en
jefe. La derrota de Resaca de Guerrero trajo como consecuencia el posterior abandono de
Matamoros.
Batalla de Santa Gertrudis
Cuando se vio amenazada la soberanía nacional en 1862 por la intervención de fuerzas extranjeras,
en el Estado de Tamaulipas hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos dieron su esfuerzo para
combatir al intruso y hacer respetar la integridad de la Nación.
En nuestro Estado hubo enfrentamientos con victorias gloriosas, entre ellas la Batalla de Tula, la del
Chamal, en Tantoyuquita, Tampico, Victoria y en Santa Gertrudis, en Camargo.
Hombres como Juan José de la Garza, Pedro José Méndez, Ascención Gómez Servando Canales,
Julián Cerda, Pedro Hinojosa, José María Carvajal, Gabriel Arcos Arreola, Albino López, Agapita Ortíz
por mencionar solo algunos valientes en quienes se reflejó el valor, la entereza y la lealtad de los
tamaulipecos por defender a la patria.
En las épicas que se suscitaron durante la intervención francesa en Tamaulipas, estuvieron al frente
de las tropas los generales Santos Degollado, Mariano Escobedo, Santiago Tapia, Jesús González
Ortega, Miguel Negrete entre otros, quienes fueron testigos del valor de los tamaulipecos, de tal
hecho nacieron varios ascensos para militares de esta Entidad.
En el caso particular de la Batalla en Santa Gertrudis, la victoria lograda fue de vital importancia
para rechazar al enemigo.
Bajo el mando del General Mariano Escobedo, el 16 de junio de 1866 la tropa que se empezaba a
constituir como el Ejército del Noreste derrotó a una fuerza de aproximadamente 2000 hombres,
entre los que se encontraban austriacos, americanos, confederados y traidores.
Como resultado de la victoria en Santa Gertrudis se recuperó Matamoros, el 23 de junio, esto facilitó
a las fuerzas nacionales la compra de materiales bélicos en los Estados Unidos. Con la retirada de las
fuerzas contrarias a la patria hacia San Luis Potosí y la caída de Tampico el 9 de agosto, se consolidó
la dominación de las fuerzas republicanas en el norte de México.
Por diversos medios corrió el rumor que las tropas del enemigo apostadas en Matamoros,
marcharían hacia Monterrey. Feliciano Olivera al mando de dos mil hombres en combinación con el
general francés De Tuce, que dirigía una tropa de mil quinientos hombres entre franceses y belgas,
prestarían apoyo en caso de un asalto en el transcurso del camino.
Escobedo al conocer la información, siendo que debía marchar rumbo a Matehuala, decidió
quedarse para combatir a los invasores en el lugar que ofrecería la oportunidad de tender una
emboscada. Tal sitio fue Santa Gertrudis.
Olivera auxiliaría a De Tucé en caso de un ataque republicano. Cuando el segundo llegó a
Cerralvo, N. L., Escobedo decidió atacarlo para mantenerlo encerrado y que no se juntara con
Olivera, para atacarlos por separado.
En Cerralvo, Escobedo sitúo al Coronel Ruperto Martínez con 600 caballos y el se dirigió al rancho de
Derramaderos en donde se encontraba el convoy salido de Matamoros; aquí, el general
republicano observó por cual camino Olivera saldría para Mier, punto en el que se supone lo
esperaría De Tucé para cambiar cargamentos. Escobedo buscó un sitio en el que fuera muy escasa
el agua para obligar al enemigo a resistir poco tiempo.
El número total de las fuerzas republicanas al mando de Escobedo era de 1300 hombres; las
posiciones ventajosas que tomó y lo retirado del agua al punto donde se encontraban apostadas
las fuerzas traidoras, daban un solo resultado del enfrentamiento: la derrota del enemigo era
inminente.
Olivera y sus hombres avanzaron hacia Santa Gertrudis confiadamente. Uno de los soldados
republicanos, sin orden previa, saltó al encuentro de los invasores, tal acción rompía la estrategia de
Escobedo, sin embargo la habilidad militar de este último se puso de manifiesto en seguida, ordeno
cambio de campamento dejando fuera la sospecha en el enemigo de otra posible emboscada.
Al día siguiente, Olivera y sus convoyados continuaron el viaje con todas las precauciones, pero las
medidas tomadas por él traídos no surtieron efecto. Escobedo y su gente, al momento del ataque,
estrecharon tanto la distancia con el enemigo - algo así como cincuenta metros - que en pocos
minutos utilizaban las bayonetas y la pelea cuerpo a cuerpo
Todo quedó en poder de Escobedo: el cargamento del convoy, 11 piezas de batalla, 2 de
montaña, las municiones y 1200 prisioneros. Cerca de ochocientos muertos y heridos quedaron en el
campamento, más de 500 eran del enemigo.
Las fuerzas de Escobedo estaban integradas por cuatro columnas de infantería para ataque, dos de
caballería y la reserva que también era de infantería. De la primera de éstas columnas el l er. Jefe
era el coronel Alfonso Flores, y como segundo el coronel Cáceres.
La segunda columna era ordenada por el Coronel Miguel Palacios y el Teniente Coronel Emilio
Mayer; mientras que la tercera estaba dirigida por el mismo Coronel Francisco Canales y el Coronel
Adolfo Garza; la cuarta estaba bajo las órdenes del General Servando Canales y del Coronel Julián
Cerda. La caballería estuvo bajo la orden del General Jerónimo Treviño.
Las columnas de caballería, la "Legión del Norte' estaba bajo las órdenes del Coronel Joaquín
Garza; la reserva estuvo encomendada al Coronel Salvador F. de la Cavada. Todas las columnas
estaban bajo la orden directa del General Escobedo, quien como segundo en el mando tuvo al
Mayor General Sóstenes Rocha.
Revolución
"La paz porfiriana", asentada en la desigualdad, que diera lugar a las huelgas y rebeliones, a la
ilegalidad, y sobre todo a una posesión de la tierra bastante dudosa, y a las concesiones al capital
extranjero, fueron algunas de las causas que provocaron el movimiento armado de 1910. Díaz
declaraba en una entrevista que estaba dispuesto a dejar el gobierno y a formar elecciones
creíbles.
Todo lo anterior representa para Madero y su plan de San Luis, el inicio de las hostilidades
secundado por Villa quien luchó denodadamente en el Norte y de Zapata, cuyo lema "Tierra y
Libertad", sintetizaban al sur gran parte de los ideales revolucionarios.
En Tamaulipas alientan esta misma causa Emilio y Francisco Vázquez Gómez, aunque el principal
exponente es el General Alberto Carrera Torres, maestro rural que en mayo de 1911 se apodera de
Tula, luchando siempre en pro del agrarismo.
A caída de la dictadura no fue el término del sistema: hay demandas de salario y mejores
condiciones de trabajo, actuando destacadamente en este renglón el Licenciado Lara, resolviendo
el conflicto entre los intereses de los obreros con los de la capital.
Por otra parte se reorganiza el partido liberal, y el Licenciado Matías Guerra llega a la gubernatura
del Estado, sustituyendo a Legorreta, sin embargo durante la sublevación Félix-Reyista son los
poderes Legislativo y Judicial respectivamente los que apoyan el carrancismo, para que lo hiciera
prácticamente todo el estado. El asesinato de Madero genera en Tamaulipas hechos a favor de la
constitución: se toma Matamoros por su importancia estratégica en junio de 1913, ahí se
concentraban el general Pablo González, como jefe de la División del Noreste y después se realiza
la toma de Victoria en la que colaboran los generales Caballero, Villarreal, los Castro y Murguía,
entre otros. Los norteamericanos con la ocupación en Veracruz demuestran su desagrado por
Huerta y con ello contribuyen al apoyo constitucionalista, Carrera Torres, se multiplica en las batallas
de Pedrera, Poetillas y Corcovada proclamando la redención del campesino y la mejor distribución
de la tierra. El general Caballero es llamado a ser Gobernador y Comandante Militar, creando
comisiones agrarias, revisión de títulos, fomento a la irrigación y la Pequeña Propiedad, se dicta la
prohibición de la servidumbre ligada a deudas y el 14 de junio de 1914, la propiedad de Félix Díaz
era cedida en Matamoros a Campesinos, gracias al general Lucio Blanco y su Estado Mayor.
Cronología de fundación de poblaciones
1748
25 de Diciembre - Villa de Llera.
1749
1 de Enero - Villa de Güémez.
1749
6 de Enero - Villa de Padilla, antes de que quedara bajo las aguas de la presa
Vicente Guerrero.
1749
17 de Febrero - Villa de Nuevo Santander; Santander Jiménez a partir del 31 de
octubre de 1827.
1749
20 de Febrero - Villa de Burgos.
1749
5 de Marzo - Villa de Camargo.
1749
14 de Marzo - Villa de Reynosa.
1749
19 de Marzo - Villa de San Fernando.
1749
2 de Mayo - Villa de Altamira.
1749
11 de Mayo - Ciudad de Horcasitas, Congregación Magiscátzin a partir de
1828, y González el 14 de octubre de 1927.
1749
19 de Mayo - Villa de Santa Bárbara, y Ocampo a partir de 1869.
1749
26 de Mayo - Real de los Infantes, y Bustamante desde mediados de 1828.
1750
3 de Septiembre - Villa de Soto la Marina.
1750
6 de octubre - Villa de Aguayo, Ciudad Victoria desde el 20 de abril de 1825.
1750
10 de octubre - Villa de Revilla, Guerrero 21 de noviembre de 1827 y Nueva
Ciudad Guerrero en otro sitio, 1946, al quedar bajo las aguas de la Presa
Falcón.
1751
15 de marzo - Villa de Escandón, y Xicoténcatl a mediados de 1828.
1752
19 de Mayo - Villa de Santo Domingo de Hoyos, e Hidalgo desde mediados de
1828.
1752
26 de octubre - Villa de Santillana, Abasolia desde mediados de 1828 y actual
Abasolo.
1753
6 de Marzo - Villa de Mier.
1755
15 de Mayo - Villa de Laredo, ahora de Texas.
1757
8 de Mayo - Villa Real de Borbón, y Villagrán desde el 15 de noviembre de 1827.
1766
9 de Mayo - Villa de Cruillas.
1766
6 de Junio - Villa de San Carlos.
1768
10 de Abril - Villa de San Nicolás.
1770
3 de Junio - Villa de Croix, y Casas en 1827.
1790
15 de abril - Villa Presas del Rey o Presas, y Aldama 1829.
1821
6 de mayo - Villa Baltazar, fundado en la ya existente Congregación de San
Baltazar, 6 de mayo de 1821, Morelos a principios de 1828 y Antiguo Morelos en
1860.
1823
12 de abril - San Anna de Tampico, y Ciudad Tampico, 24 de noviembre de
1828.
1849
14 de mayo - Miquihuana, en San Juan de la Miquihuana.
1849
15 de junio - Nuevo Laredo, en la ya existente Congregación Monterrey Laredo.
1852
28 de mayo - Matamoros, en la ya existente Congregación del Refugio (1794),
Ciudad de Matamoros (14 de mayo de 1834), Heroica e Invicta (7 de
noviembre de 1851) y Leal (28 de mayo de 1852, oficialmente H. Matamoros).
1860
24 de mayo - Quintero dejó de ser cabecera municipal y pasó a Villa Juárez (el
19 de abril de 1921), en la Congregación de Canoas y antes rancho El Mante, y
Ciudad Mante el 28 de octubre de 1937.
1860
1 de octubre - Nuevo Morelos, en la Congregación de Mesillas.
1868
7 de febrero - Méndez.
1869
6 de Mayo - Gómez Farías.
1924
1 de mayo - Villa Cecilia, y Ciudad Madero desde el 10 de octubre de 1930.
1924
30 de junio - Villa Mainero, en la Congregación de Potrerillos.
1950
11 de octubre - Ciudad Miguel Alemán, en la Congregación San Pedro de
Roma.
1951
8 de septiembre - Valle Hermoso, reconocido con el rango de ciudad por
decreto del 4 de marzo de 1953.
1961
11 de diciembre - Ciudad Río Bravo, en la Hacienda la Sauteña.
1968
20 de marzo - Gustavo Díaz Ordaz.
1971
27 de octubre - Nuevo Padilla.
Informe de Don José de Escandón al Virrey de la Nueva España sobre
los primeros actos culturales en la Provincia del Nuevo Santander en
1790
Iniciada en 1749 la incorporación de la Costa del Seno Mexicano a la Gobernación de la Nueva
España, con la empresa encomendada a Don José de Escandón, bajo el título y designio de
Conquista, Colonización y Pueble de la Provincia de Nuevo Santander, diez años después se
encontraban los pueblos en pleno período de formación y algunos aún no lograban su asiento
definitivo.
Aldeas pequeñas, formadas cada una por un escaso centenar de jacales con techos de palma;
aunque una de ellas ostentaba pomposamente el título de Ciudad, sólo en la capital de la Provincia
existía una casa de cal y canto, mandada construir por el fundador, con obreros y artesanos
llevados de la metrópoli mexicana, por no haberlos conseguido en ninguno de los pueblos recién
plantados. Era enorme la casa del conquistador, la cual tenía dos manzanas de fondo, con un
torreón en cada esquina, en los que estaban instalados los cañones y pedreros que dominaban la
planicie en que se asienta la villa, y que la fantasía de los émulos de Escandón llegó a describir en la
corte virreinal como una fortaleza o castillo semejante a los feudales, en donde era amo y señor el
Teniente General de la Provincia.
Los colonos eran en su inmensa mayoría gente humilde, inculta, con un alto porcentaje de
analfabetas; labriegos y pastores casi todos, dedicaban su tiempo a cuidar las sementeras y los
ganados, aunque los domingos concurrían a la misa que en la villa celebraba un fraile franciscano,
misionero entre los indios, pero habilitado para atender a los españoles, en lo que aprovechaba la
coyuntura generalmente de no vivir con los indios ni doctrinarlos, y sí de enseñar los principios de la
religión a los niños de los colonos, así como la lectura, la escritura y las cuentas fundamentales.
Procedían estos pobladores, de los medios rurales de Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí,
Coahuila, Nuevo León y las Huastecas, atraídos por la promesa de recibir tierras en propiedad, bien
entendidos de que las tendrían que defender a costa de su sangre o de su vida. El bagaje de
conocimientos era escasísimo, incluso en cultivos y cría; su comercio casi nulo, en gran parte
seducía al trueque de mercancías que llevan los trajinantes de otras provincias por los frutos de la
tierra, o al cambio entre sí de semillas y productos animales.
Milicias permanentes defendían cada villa y a ellas se agregaban en el momento necesario todos
los vecinos hábiles con objeto de rechazar cualquier ataque de los indios, pudiendo afirmarse que
cada colono era un soldado que velaba a toda hora.
En tal estado era difícil que contaran con el tiempo para fiestas y diversiones, aunque llegada la
ocasión de un suceso extraordinario recordarían la manera de cómo las hacían en sus lugares de
origen, saliendo entonces a lucir el ingenio de los poetas del norte, en sus relaciones, que se
perpetuarían en esa forma del corrido; los del centro manifestarían sus habilidades coreográficas
semireligiosas en danzas diversas y cuadrillas de moros y cristianos, y los huastecos templarían las
cuerdas de guitarras y violines para acompañar los bailes de la costa, de tarima o huapangos, con
derroche de décimas en pintorescos desafíos literarios.
Y la ocasión se presentó con motivo de la jura que como rey se hacía de Carlos III, cuando iban ya
corridos los diez años de la nueva fundación; cuyo relato nos dejó el mismo conquistador, en
comunicación dirigida al Virrey, el 26 de Noviembre de 1760, y por su texto sabemos únicamente
cuáles eran las formas literarias que se cultivaron entre los primeros pobladores del Nuevo Santander,
ahora Estado de Tamaulipas, quedando todavía como manifestación popular el corrido, en sus
formas de relación y de tragedia. La música de la costa sigue cultivándose en la porción sur del
Estado; las danzas han desaparecido como expresión del pueblo, pero sí están muy arraigados
algunos coloquios y pastorelas. Los juegos de toros, a que también se refiere el documento que se
reproduce después de estas líneas, se han perpetuado como la diversión favorita del medio rural
Tamaulipeco, el manganeo y la coleadera entusiasman a los campesinos como ninguna otra
diversión.
Y por lo que toca al programa general de aquellos festejos descritos por Escandón, cabe decir que
sigue siendo el mismo que se efectúa año por año en las principales fiestas patrias, no sólo en
poblados de Tamaulipas, sino en muchas otras partes de la República, con ligeras variantes en la
forma.
Gabriel Saldívar
INFORME
Excelentísimo Señor:
Un veinte y tres de septiembre di cuenta a Vuestra Excelencia de haberse publicado en esta Capital
y en todas las demás poblaciones de esta Colonia, la plausible noticia de la coronación de nuestro
Rey y Señor, (que Dios guarde) y el modo en que tenía dispuesta la Jura y fiestas en ella para el
ocho de noviembre; y ahora lo hago de haberse ejecutado en el modo siguiente:
Contemplando, Señor Excelentísimo, cuan justo era, que la primera Jura que se hace en esta
Colonia, fuese con la ostentación posible, que en parte manifestase mi amor y celo y el de estos
nuevos pobladores a nuestro Católico Monarca, y que no se conseguiría con tanto esplendor
haciéndose la proclamación en cada una de sus poblaciones, que aun todavía no se hallan con las
correspondientes fuerzas a tales funciones, ni aun están en el modo; determiné se celebrase en esta
Capital, por sí y por todas, concurriendo de cada una de ellas dos diputados y los oficiales que
buenamente, y sin riesgo de ellas se pudiesen destacar, dejando a su arbitrio el que podría conducir
la que quisiese, alguna ligera demostración de regocijo, como loa, danza o cosa tal, porque para lo
que conducía a función y fiestas, tenía hecha la prevención necesaria, a su costa, el Teniente de
Campaña (hoy Capitán de esta Villa por muerte del que lo era) D. Manuel de Escandón, mí hijo, a
quien nombré por Alférez Real, a fin de que no se gravase a nadie.
El citado día ocho de noviembre a las cuatro de la tarde, habiendo dispuesto en esta plaza un
hermoso tablado con sus arcos y el posible adorno, salió de esta casa fuerte un paseo compuesto
de muchos oficiales de los diputados de las poblaciones y de sus principales pobladores,
acompañando a el Alférez Real, que llevaba el Real Estandarte; y habiendo llegado a el referido
tablado, formada la caballería que componía el paseo y a distancia proporcionada la infantería,
apeándose dicho Alférez Real con dos capitanes que le acompañaron, subió al tablado y se hizo el
acto de la Jura y Proclamación en el modo regular con salva de todos los cañones, y se tiraron
bastantes monedas. Concluido, volviendo a montar, cantó el Te Deum, repitió la salva, y marcharon
para la iglesia, donde se prosiguió el paseo, que volvió a terminar en dicho tablado, donde bajo el
dosel en que estaba el retrato de nuestro Rey y Señor, se puso el Real Estandarte, con lucida
guardia, hachas de cera y luminarias, que ardieron toda la noche, en la que se quemaron algunas
invenciones de fuegos y hubo divertidas músicas.
El domingo nueve por la mañana habiéndose vuelto a formar el paseo, siguió con el Real Estandarte
a la Iglesia, asistió a la función de ella, que fue solemne; en cuyo día y el anterior hubo carro con sus
loas, refrescos, varias danzas y en la noche se presentó, una comedia de las tres que dispuso el
Alférez Real, muy bien ejecutada. Los seis días siguientes se jugaron toros, y por la noche se
presentaban comedias, coloquios, loas, escaramuzas de moros y cristianos, mojigangas y otras
cosas, que hicieron divertida la función, a la que sin embargo de la prevención que se les hizo,
condujeron motu propio lo siguiente:
La villa de San Fernando, una comedia con su loa al efecto, entremés y sainete.
La de Reynosa con algunos juegos, loa y sainete.
La de Camargo, con una comedia, loa y entremés.
La de Revilla, con loa y sainete.
La de Burgos, con loa, coloquio y danza.
La de Santillana y Soto la Marina dispusieron una mojiganga vistosa, que acompaño todos los días el
encierro de los toros, con relación y música de costa.
La de Padilla con una mojiganga en forma de marcha y su relación.
La de Hoyo con un coloquio.
La de Güemez y Aguayo con dos cuadrillas de moros y cristianos y sus relaciones, en que se portaron
con destreza.
La de Villa de Llera se mantuvo sobre las armas para su seguridad y la de los caminos.
La de Santa Bárbara una comedia con su loa, entremés y sainete.
La de Escandón, una loa, danza y mojiganga.
La ciudad de Horcansitas, lo mismo.
La Villa de Altamira, dos comedias, varias danzas y bailes al uso de la costa de donde condujeron
muchas frutas.
El concurso, a proporción de la corta edad que esto tiene, fue grande, por haber concurrido de
todas sus fronteras, y la variedad de invenciones hicieron divertida la función. Yo celebro haberla
podido hacer como pedía el asunto, pero he tenido particular complacencia en ver la fidelidad y
amor con que estas poblaciones de mi cargo se han esmerado en obsequio de su Soberano y
reconocimiento de su ciega obediencia.
Deseo sea de la satisfacción de Vuestra Excelencia, a quien rendidamente suplico que si en el
modo hubiera habido algún defecto, me supla con evidencia de que no pudo haber sido
voluntario, y que, sobre todo, me mande lo que estime de su superior agrado, que como siempre
será lo mejor.
Villa del Nuevo Santander, y noviembre veinte y seis de mil setecientos y sesenta años.
Joseph de Escandón (Rúbrica.)
Editor: Vargas Rea
México, 1943
Ex-gobernadores de la Provincia del Nuevo Santander y del Estado de
Tamaulipas
GOBERNADOR
DESDE
HASTA
Don José de Escandón y Helguera
31 Mayo de 1748
8 Abril 1767
Capitán Antonio Ladrón de Guevara
Junio de 1749
Capitán Francisco de Barberena
Octubre de 1755
Tte. Corl. Manuel Ignacio de Escandón
Mayo de 1764
Octubre de 1764
Mariscal de Campo Juan Fernando de
8 Abril de 1767
Palacio
20 de Enero 1768
Sargento Mayor José Rubio
20 de Enero de 1768
18 de Sep. de 1769
Vicente González Santianés
18 de Septiembre de
12 de Agosto 1777
1769
Tte. Juan Muñiz (interino)
10 de Noviembre 1772
Marzo de 1773
Tte. Corl. Francisco de Echeagaray
Agosto de 1777
19 de Febrero 1779
Gobierno vacante
19 de Febrero de 1779
17 de Abril de 1779
Don Manuel Medina
17 de Abril 1779
21 de Nov. De 1779
Gobierno vacante
21 de Noviembre de
17 de Febrero de 1780
1779
Tte. Corl. Manuel Ignacio de Escandón
17 de Febrero de 1780
17 de Marzo de 1781
Corl. Diego de Lazaga
17 de Marzo de 1781
20 de Febrero 1786
Capitán Juan Miguel Zozaya
20 de Febrero de 1786
23 de Diciembre de 1788
Corl. Melchor Vidal de Lorca
Capitán Juan Miguel Zozaya
Don Manuel Muñoz
23 de Diciembre de
18 de Junio 1789
1788
10 de Septiembre
20 de Junio 1789
1789
10 de Septiembre de
1 de Julio 1790
1789
de
Tte. Corl. Manuel Ignacio de Escandón
10 de Julio 1790
21 de Mayo 1800
Tte. Corl. José Ramón Díaz de Bustamante
13 de Mayo 1792
Octubre 1792
Don José Blanco
21 de Mayo 1800
Enero 1802
Tte. Corl. Francisco de Ixart
Enero de 1802
18 de Abril 1804
Don Pedro de Alba
18 de Abril 1804
18 de Septiembre 1804
Tte. Corl. Manuel de Iturbe e Iraeta
18 de Septiembre 1804
15 de Abril 1811
Corl. Joaquín de Arredondo
15 de Abril 1811
1 de Mayo 1819
Don Juan Fermín de Janicotena
Septiembre de 1811
Septiembre de 1812
Don Francisco López
1815
Don Juan de Echeandía
1817
Corl. José María Echeagaray
1 de Mayo de 1819
7 de Julio 1821
Corl. Felipe de la Garza Cisneros
7 de Julio 1821
26 de Septiembre 1822
Don Pedro José de Lanuza
26 de Septiembre 1822
28 de Noviembre 1822
Don Juan de Echeandía
28 de Noviembre 1822
13 de Abril 1823
Tte Corl. José Antonio Flores
21 de Abril de 1823
17 de Mayo 1823
Don José Manuel Zozaya
17 de Mayo 1823
8 de Septiembre 1823
Don José Lino Perea
8 de Septiembre 1823
23 de Septiembre 1823
Don Juan Francisco Gutiérrez
23 de Septiembre 1823
20 de Octubre 1823
Don José Lino Perea
20 de Octubre de 1823 28 de Octubre de 1823
Don Juan Francisco Gutiérrez
28 de Octubre de 1823 9 de Abril de 1824
Don José Lino Perea
9 de Abril de 1824
18 de Abril 1824
Don Juan Francisco Gutiérrez
18 de Abril 1824
18 de Julio 1824
Corl. José Bernardo Maximiliano Gutiérrez
19 de Julio 1824
de Lara
28 de Julio 1824
Don Enrique Camilo Suárez
2 de Octubre 1824
28 de Julio 1824
Corl. José Bernardo Maximiliano Gutiérrez
2 de Octubre 1824
de Lara
4 de Marzo 1825
Don Enrique Camilo Suárez
4 de Marzo 1825
15 de Enero 1826
Don Lucas Fernández
15 de Enero 1826
10 de Junio 1828
Don Enrique Camilo Suárez
10 de Junio 1828
1 de Octubre 1828
Don Lucas Fernández
1 de Octubre de 1828
1 de Octubre de 1829
Don José Antonio Fernández Izaguirre
1 de Octubre de 1829
27 de Diciembre de 1829
Tte. Corl. Francisco Vital Fernández
27 de Diciembre de
13 de Enero 1830
1829
Don Enrique Camilo Suárez
13 de Enero de 1830
18 de Febrero de 1830
Don José Manuel Zozaya
18 de Febrero de 1830
5 de Abril de 1830
Don Enrique Camilo Suárez
5 de Abril de 1830
20 de Abril de 1830
Don José Manuel Zozaya
20 de Abril 1830
7 de Julio 1830
Don Juan Guerra
7 de Julio 1830
20 de Agosto 1831
Corl. Francisco Vital Fernández
20 de Agosto 1831
19 de Marzo 1832
Don José Honorato de la Garza
19 de Marzo 1832
7 de Agosto 1832
Gral. Francisco Vital Fernández
7 de Agosto de 1832
1 de Marzo de 1833
Don Juan Nepomuceno Molano
1 de Marzo de 1833
4 de Septiembre de 1833
Gral. Francisco Vital Fernández
4 de Septiembre de
16 de Julio de 1834
1833
Don Ramón de Cárdenas
16 de Julio de 1834
Gral. Francisco Vital Fernández
17 de Septiembre de
20 de Marzo de 1835
1834
Don José Guadalupe de Sámano
20 de Marzo de 1835
25 de Abril de 1835
Gral. Francisco Vital Fernández
25 de Abril de 1835
15 de
1835
Don José Antonio Fernández Izaguirre
Don José Guadalupe de Sámano
Don José Antonio Fernández Izaguirre
17 de Septiembre 1834
Septiembre
15 de Septiembre de
1 de Agosto de 1836
1835
15 de Septiembre
1 de Agosto de 1836
1836
15 de Septiembre de
29 de Mayo de 1837
1836
de
de
Don José Antonio Quintero
29 de Mayo de 1837
11 de Diciembre de 1838
Don José Antonio Fernández Izaguirre
11 de Diciembre de
24 de Marzo de 1839
1838
Don José Antonio Quintero
24 de Marzo de 1839
23 de Junio de 1841
Don José Antonio Boeta y Salazar
23 de Junio de 1841
19 de
1841
Gral. Francisco Vital Fernández
19 de Septiembre de
9 de Junio de 1843
1841
Gral. José Ignacio Gutiérrez
9 de Junio de 1843
10 de Julio de 1843
Don Juan Nepomuceno Molano
10 de Julio de 1843
21 de Agosto de 1843
Gral. José Ignacio Gutiérrez
21 de Agosto de 1843
18 de Diciembre de 1844
Don Juan Nepomuceno Molano
18 de Diciembre de
18 de Enero de 1845
1844
Don Manuel de Saldaña
18 de Enero de 1845
4 de Febrero de 1845
Don Pedro José de la Garza
4 de Febrero de 1845
21 de Julio de 1845
Don Victorino T. Canales
21 de Julio de 1845
23 de
1845
Don Juan Martín de la Garza Flores
23 de Noviembre de
19 de Octubre de 1846
1845
Don Manuel Núñez Ponce
28 de Agosto de 1846
No Tomó Posesión
Don Manuel Saldaña
19 de Octubre de 1846
10 de
1846
Septiembre
Noviembre
Noviembre
de
de
de
Gral. Francisco Vital Fernández
10 de Noviembre de 18 de
1846
1848
Don Eleno de Vargas
26 de Julio de 1847
Don Jesús Cárdenas
Don Antonio Canales Rosillo
Don Jesús Cárdenas
Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros
Don Ramón Prieto
Septiembre
de
16 de Agosto de 1847
18 de Septiembre de
17 de Agosto de 1851
1848
30 de Septiembre de
17 de Agosto de 1851
1851
30 de Septiembre de 19 de Noviembre de
1851
1852
19 de Noviembre de
21 de Diciembre de 1852
1852
21 de Diciembre de
13 de Enero de 1853
1852
Don Rafael Chovel
13 de Enero de 1853
20 de Marzo 1853
Don Juan Francisco Villasana
20 de Marzo de 1853
2 de Mayo de 1853
Gral. Adrián Wöll
2 de Mayo de 1853
28 de Enero de 1855
Gral. Rómulo Díaz de la Vega
28 de Enero de 1855
4 de Abril de 1855
Gral. Adrián Wöll
4 de Abril de 1855
8 de Septiembre de 1855
Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros
30 de Septiembre de
9 de Mayo de 1856
1855
Lic. Ramón Guerra
9 de Mayo de 1856
9 de Agosto de 1856
Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros
9 de Agosto de 1856
19 de Febrero de 1857
Gral. Tomás Moreno
19 de Febrero de 1857
1 de Agosto de 1857
Don Andrés José de Cos
1 de Agosto de 1857
27 de Agosto de 1857
Don Juan Fernández Flores
27 de Agosto de 1857
19 de Octubre de 1857
Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros
19 de Octubre de 1857 7 de Enero de 1858
Don Ramón Guerra
7 de Enero de 1857
17 de Enero de 1858
Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros
17 de Enero de 1858
12 de Marzo de 1858
Don Ramón Guerra
12 de Marzo de 1858
30 de Julio de 1858
Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros
30 de Julio de 1858
26 de Febrero de 1859
Don Andrés Treviño
26 de Febrero de 1859
13 de Enero de 1860
Lic. y Gral. Juan José de la Garza
16 de Abril de 1860
1 de Agosto de 1861
Don Manuel Saavedra
26 de Noviembre de
9 de Febrero de 1861
1860
Don Modesto Ortíz
1 de Agosto de 1861
Don Jesús de la Serna
1 de Septiembre de
30 de Enero de 1862
1861
1 de Septiembre de 1861
Gral. Ignacio Comonfort
30 de Enero de 1862
9 de Agosto de 1862
Don Albino López
9 de Agosto de 1862
15 de
1862
Gral. Juan B. Troconis
15 de Septiembre de
23 de Octubre de 1862
1862
Don Albino López
23 de Octubre de 1862 1 de Agosto de 1863
Gral. Manuel Ruiz
1 de Agosto 1863
Don Jesús de la Serna
5 de Noviembre de
1 de Enero de 1864
1863
Gral. Manuel Ruiz
1 de Enero de 1864
12 de Enero de 1864
Gral. Juan Nepomuceno Cortina
12 de Enero de 1864
26 de
1864
Gral. José María Carvajal
26 de Septiembre de
15 Abril de 1865
1864
Gral. Francisco de León
Abril de 1865
Diciembre de 1865
Gral. Juan Nepomuceno Cortina
Fines de 1865
Marzo de 1866
Gral. José María Carvajal
4 Marzo de 1866
20 de Agosto de 1866
Gral. Servando Canales Molano
20 de Agosto de 1866
31 de Agosto de 1866
Gral. Santiago Tapia
31 de Agosto de 1866
3 de Noviembre de 1866
Gral. Felipe Berriozábal (distrito norte)
Gral. Ascensión Gómez (distrito centro)
Septiembre
de
5 de Noviembre de 1863
Septiembre
de
30 de Septiembre de
1 de Septiembre de 1867
1866
30 de Septiembre de
Marzo de 1867
1866
Gral. Francisco de león (distrito. centro)
6 Marzo de 1867
27 de Junio de 1867
Corl. Felipe Escandón (distrito centro)
27 de Junio de 1867
5 de Julio de 1867
Corl. Juan de Haro
30 de Septiembre de
3 de Abril de 1867
1866
Gral. Desiderio Pavón
14 de Agosto de 1867
16 de Abril de 1868
Don Francisco L. de Saldaña
16 de Abril de 1868
31 de Julio de 1868
Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros
1 de Agosto de 1868
1 de Diciembre de 1869
Don Francisco L. de Saldaña
Gral. Servando Canales Molano
1 de Diciembre de
30 de Agosto de 1870
1869
1 de Septiembre de
1 de Junio de 1872
1870
Lic. Ramón Guerra
1 de Junio de 1872
5 de Agosto de 1872
Gral. Servando Canales Molano
5 de Agosto de 1872
10 de
1874
Don Francisco Echartea
10 de Septiembre de
1 de Junio de 1875
1874
Septiembre
de
Gral. Servando Canales Molano
1 de Junio de 1875
Don Francisco Echartea
25 de Septiembre de
20 de Abril de 1876
1875
Gral. Servando Canales Molano
20 de Abril de 1876
Don José Martínez
17 de Octubre de 1865 28 de Octubre de 1876
Gral. Ascensión Gómez Mansilla
6 de Noviembre de
13 de Enero de 1877
1876
Gral. Juan Gójon
13 de Enero de 1877
6 de Febrero de 1877
Don Francisco Echartea
6 de Febrero de 1877
22 de
1877
Gral. Juan Gójon
22 de Noviembre de
16 de Octubre de 1878
1877
Don Francisco Echartea
16 de Octubre de 1878 10 de Abril de 1879
Gral. Juan Gójon
11 de Abril de 1879
12 de Mayo de 1880
Corl. Antonio Canales Molano
12 de Mayo de 1880
3 de Mayo de 1884
Gral. Juan Gójon
18 de Enero de 1884
12 de Marzo de 1884
Gral. Rómulo Cuéllar
4 de Mayo de 1884
3 de Mayo 1888
Ing. Alejandro Prieto Quintero
4 de Mayo de 1888
3 de Mayo de 1896
Lic. José Guadalupe Mainero Juárez
4 de Mayo de 1896
31 de Julio de 1901
Ing. Alejandro Prieto Quintero
31 de Julio 1901
10 de Agosto de 1901
Lic. Matías Guerra
10 de Agosto de 1901
30 de
1901
Coronel Pedro Argüelles
1 de Octubre de 1901
3 de Marzo de 1908
Don Juan B. Castelló
4 de Marzo de 1908
1 de Junio de 1911
Lic. Espiridión Lara
1 de Junio de 1911
30 de
1911
Lic. Matías Guerra
30 de Noviembre de
4 de Febrero de 1912
1911
Lic. Joaquín Argüelles
5 de Febrero de 1912
5 de Mayo de 1912
Lic. Matías Guerra
5 de Mayo de 1912
28 de Abril de 1913
Lic. José C. Mainero
12 de Enero de 1913
30 de Enero de 1913
Lic. Joaquín Argüelles
28 de Junio de 1913
24 de Julio de 1913
Gral. Antonio Rábago
24 de Julio de 1913
18 de
1913
Gral. Ignacio Morelos Zaragoza
Gral. Luis Caballero Vargas
6 de Septiembre de 1875
6 de Noviembre de 1876
Noviembre
Septiembre
Noviembre
Noviembre
19 de Noviembre de
14 de Mayo de 1914
1913
18 de Noviembre de
26 de Julio de 1916
1913
de
de
de
de
Don Gonzalo Castro.
15 de Octubre de 1914 20 de Octubre de 1914
Gral. Máximo García
16 de Abril de 1915
9 de Junio de 1915
Corl. Raúl Gárate Legleú
7 de Octubre de 1915
24 de
1915
Corl. Raúl Gárate Legleú
Marzo de 1916
Junio de 1916
Lic. Fidencio Trejo Flores
26 de Julio de 1916
22 de Febrero de 1917
Gral. Gregorio Osuna
22 de Febrero de 1917
3 de Julio de 1917
Lic. Luis Ilizaliturri
11 de Marzo 1917
13 de Mazo de 1917
Lic. Luis Ilizaliturri
3 de Julio de 1917
17 de Julio de 1917
Gral. Alfredo Ricaut
17 de Julio de 1917
20 de Mayo de 1918
Profr. Andrés Osuna
20 de Mayo de 1918
10 de
1919
Lic. Francisco C. Villarreal
14 de Marzo de 1919
30 de Marzo de 1919
Gral. Francisco González Villarreal
10 de Noviembre de
3 de Mayo de 1920
1919
Gral. Rafael Cárdenas
4 de Mayo de 1920
8 de Mayo de 1920
Lic. Emilio Portes Gil
12 de Mayo de 1920
9 de Julio 1920
Don José Morante. R.
13 de Julio de 1920
15 de Febrero de 1921
Gral. César López de Lara
16 de Febrero de 1921
8 de Diciembre de 1923
Ing. José F. Montesinos
1 de Julio de 1921
30 de Julio de 1921
Ing. José F. Montesinos
21 de Agosto de 1922
12 de
1922
Lic. Juan Manuel Ramírez
15 de Octubre de 1922 30 de Octubre de 1923
Lic. Juan Manuel Ramírez
Gral. Benecio López Padilla
Noviembre
Noviembre
Septiembre
de
de
de
25 de Noviembre de
3 de Diciembre de 1923
1923
9 de Diciembre de
1 de Febrero de 1924
1923
Don Pelayo Quintana
2 de Febrero de 1924
12 de Febrero de 1924
Profr. Candelario Garza Cantú
13 de Febrero de 1924
29 de Febrero de 1924
Don Gregorio Garza Salinas
1 de Noviembre de
5 de Febrero de 1925
1924
Lic. Emilio Portes Gil
5 de Febrero de 1925
4 de Junio de 1928
Don Manuel Tárrega.
4 de Agosto de 1926
11 de
1926
Lic. Felipe Canales. (interino)
30 de Octubre de 1926 6 de Noviembre de 1926
Lic. Benito Juárez Ochoa.
24 de Junio de 1927
2 de Agosto de 1927
Profr. Juan Rincón Rincón
4 de Junio de 1928
4 de Febrero de 1929
Septiembre
de
Lic. Federico Dosamantes
24 de Noviembre de
9 de Diciembre de 1928
1928
Lic. Francisco Castellanos Tuexi
5 de Febrero de 1929
4 de Febrero de 1933
Doctor Baudelio Villanueva.
8 de Febrero de 1929
10 de Febrero de 1929
Lic. Albino Hernández (interino)
20 de Marzo de 1929
7 de Abril de 1929
Lic. Albino Hernández (interino)
20 de Octubre de 1933
10 de
1933
Lic. Ramón Rocha (interino)
19 de Julio de 1934
24 de Agosto de 1934
Lic. Ramón Rocha (interino)
01 de Diciembre de
10 de Diciembre de 1934
1934
Lic. Ramón Rocha (interino)
13 de Abril de 1935
15 de Mayo de 1935
Lic. Ramón Rocha (interino)
30 de Julio de 1935
15 de Agosto de 1935
Don Loreto Garza
8 de Junio de 1935
10 de Junio de 1935
Lic. Aniceto Villanueva (interino)
27 de Junio de 1935
20 de Julio de 1935
Arquitecto Enrique Luis Canseco González
16 de Agosto de 1935
4 de Febrero de 1937
Ing. Marte R. Gómez Segura
5 de Febrero de 1937
4 de Febrero de 1941
Don Magdaleno Aguilar Castillo
5 de Febrero de 1941
4 de Febrero de 1945
Lic. Jacobo Martínez González
4 de Mayo de 1937
4 de Febrero de 1941
Lic. Jacobo Martínez González
5 de Febrero de 1941
4 de Febrero de 1945
Lic. Hugo Pedro González Lugo
5 de Febrero de 1945
9 de Abril de 1947
Gral. Raúl Gárate Legleú (interino)
9 de Abril de 1947
4 de Febrero de 1951
Lic. Juan Guerrero Villarreal (interino)
16 de Agosto de 1950
25 de Agosto de 1950
Lic. Horacio Terán Zozaya
5 de Febrero de 1951
4 de Febrero de 1957
Doctor Norberto Treviño Zapata
5 de Febrero de 1957
4 de Febrero de 1963
Lic. Praxedis Balboa Gójon
5 de Febrero de 1963
4 de Febrero de 1969
Don Manuel A. Ravizé Richer
5 de Febrero de 1969
4 de Febrero de 1975
Don Enrique Cárdenas González
5 de Febrero de 1975
4 de Febrero de 1981
Doctor Emilio Martínez Manautou
5 de Febrero de 1981
4 de Febrero de 1987
Ing. Américo Villarreal Guerra
5 de Febrero de 1987
4 de Febrero de 1993
Lic. Manuel Cavazos Lerma
5 de Febrero de 1993
4 de Febrero de 1999
Lic. Tomás Yarrington Ruvalcaba
4 de Febrero de 1999
31 de Diciembre de 2004
Ing. Eugenio Javier Hernández Flores
1 de enero de 2005
31 de Diciembre de 2010
Ing. Egidio Torre Cantú
1 de enero de 2011
31 de Diciembre de 2016
Noviembre
de
Escudo de Armas de Tamaulipas
INTRODUCCIÓN
Fue tradición en España, aproximadamente desde el siglo XV, el identificar a las ciudades y a las
familias que ostentaban títulos de nobleza con un escudo de armas, que en forma gráfica
representaba la evolución y la posición que se guardaba dentro del ambiente de aquella época.
Estos escudos de armas se componían generalmente por una serie de símbolos y leyendas, los
cuales representaban regiones y mezclaban las reglas de la heráldica, de ahí su composición por
blasones que podían ser oro, plata, sable, gules, sinople, azur, armiño y veras.
A raíz de la conquista de México, la tradición comenzada en España se continuó en nuestro país
motivo por el cual tuvieron Escudo de Armas entre otras ciudades, la de México, Monterrey y
Veracruz.
El primer escudo de armas de Tamaulipas se identifica con su colonizador Don José de Escandón y
Helguera, a quien en octubre de 1749 le fue concedido, al igual que a sus descendientes, el título
de Castillo, Conde de Sierra Gorda y Vizconde de Escandón. Posteriormente encontrándose en
Querétaro solicitó al Virrey de la Nueva España, construir su escudo de armas, instancia que le fue
despachada favorablemente; consecuentemente el escudo fue creado entre octubre de 1749 y
julio de 1751, año en que se hizo la petición.
ESCUDO DE DON JOSÉ DE ESCANDÓN
El escudo de Don José de Escandón y Helguera, aparece guardado tanto a la derecha como a la
izquierda por dos naturales que extrañamente se encuentran barbados y que sirven de soporte, al
centro de los naturales se encuentra el escudo cuartelado. Primero de plata, águila explayada de
sable. Segundo de gules, castillo de plata. Tercero de sínople, castillo de plata. Cuarto de sur,
caldera de oro con una banda de gules, Entre el primero y segundo cuartel cruz de oro. El escudo
se encuentra timbrado con corona condal. El lema del escudo dice: “Aunque rústicos, guardamos
con osadía y valor estas armas cuya luz ha venido de esta cruz y son de linaje y casa de Escandón”.
Es de destacarse que el escudo fue mandado tallar en piedra por el propio Escandón,
conservándose en la actualidad tal y como fue ordenado.
A raíz de la culminación del movimiento de Independencia de nuestro país, las antiguas provincias
de la Nueva España adoptaron como forma de organización Jurídico-Político el Federalismo.
Naciendo esta manera nuevos escudos de armas.
ESCUDO DE DON MARTE R. GÓMEZ
En Tamaulipas no se adoptó escudo de armas pero sí se contó con un himno estatal, siendo hasta el
año de 1939 y fungiendo como Gobernador del Estado Don Marte R. Gómez, en que nació y
elaboración se utilizaron las reglas de la heráldica y a las facultades que como Gobernador le
fueron conferidas por la Constitución del Estado, para lo cual envió a la XXXVI Legislatura, Iniciativa
de Decretos que fue aprobada por ese H. Cuerpo Legislativo y Publicada en el Periódico Oficial del
Estado bajo Decreto No. 24 del 29 de marzo de 1939.
La intención de establecer el escudo de armas como lo señalaba el artículo Primero del Decreto,
era que se utilizara en documentos oficiales, propiedades del Estado, y trofeos, siempre como signo
de distinción.
El escudo se realizó pensando por una parte en plasmar la historia de la entidad, para lo cual se
incluyó el escudo de armas de Don José de Escandón y Helguera, como testimonio a su labor
comunitaria y civilidora y por otra, representar la abundancia y riqueza, tanto ganadera, agrícola e
industrial.
REFORMAS AL ESCUDO
En el año de 1978 aparece publicado en el Periódico Oficial No. 77 de fecha 27 de septiembre, las
reformas al escudo de armas del Estado, por medio del Decreto 66, aprobado por el H. Congreso
del Estado el 7 de septiembre del mismo mes y año.
La reforma consistió en incluir dentro de la riqueza agrícola del Estado, plantas de sorgo y agaves,
además en el tercer cuartel se dividió el campo petrolero por unos surcos y un tractor como
testimonio de la mecanización del campo, al lado izquierdo aparece parte del mar con una
embarcación y un pez, con lo que se representa la explotación e industria pesquera del Estado.
ADECUACIÓN AL ESCUDO.
Observando por parte el C. Gobernador Constitucional del Estado, Dr. Emilio Martínez Manautou,
que del análisis de diseño y características del Escudo de Armas, existía la necesidad de adecuar
con mayor realismo y proporción los elementos que lo configuran, proponiéndose la supresión del
algodón por no ser un elemento importante dentro de las actividades agrícolas de la entidad y
viendo la necesidades agrícolas de la entidad y viendo la necesidad de establecer los lineamientos
que permitieran su correcta reproducción y determinar su uso en documentos, bienes,
manifestaciones gráficas, eventos educativos, culturales y deportivos, envió al H. Congreso
Constitucional la Iniciativa que reforma al artículo 2 del Decreto del Congreso del Estado No. 24 de
fecha de fecha 9 de marzo de 1939, modificado por Decreto No. 66 de la Legislatura Local de 7 de
septiembre de 1978.
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