Origen y significado del nombre Tamaulipas Uno de los nombres primeros que se le dio a esta tierra, narra la historia, fue el de "Lariab". Región que describe Américo Vespucio en una de sus cartas enviadas a Lorenzo di Pierfrancesco de Medici dentro de un paquete que llamó Mundus Novus. La última carta conocida, la de Soderini escrita por Vespucio, reseña el primer viaje a éstas tierras y es la que cita el primer nombre de este territorio, además da noticias sobre la forma de vida de los pobladores. Para muchos ésta es la más antigua descripción de la geografía tamaulipeca. En una de las interpretaciones que se le ha dado a la palabra Lariab, se indica que el vocablo quiere decir "señor" o "señores" en huasteco (en referencia a la traducción de "lab" que es muy similar a "iab" que significa señor). La crónica señala que debió haber sido la forma en que los indígenas se dirigieron a los españoles que llegaron a sus tierras. Vale la pena recordar la descripción que Vespucio hace de los pobladores de la "tierra que está dentro de la zona tórrida - que puede interpretarse actualmente como "entre trópicos"- cerca o debajo del paralelo que describe el trópico de Cáncer, donde el polo se eleva de su horizonte 23 grados al final del segundo clima". Tampico se localiza abajo del trópico de Cáncer a 22 grados 13 minutos altitud norte. El sitio exacto que señala Vespucio se localiza cerca de la Barra del Tordo, en la desembocadura del río Carrizal. El navegante escribe que para recibirlos se reunieron alrededor de cuatro mil almas, había ahí, dice, numerosas poblaciones e infinitos ríos, selvas y bosques siempre verdes, gran variedad de pájaros de bello plumaje, frutas y animales de todo tipo. Refiere que la población dormía en hamacas, o sea en "redes para dormir". Finalmente Vespucio dice que este puerto y la provincia se llama Lariab. El territorio ha sido reconocido en su totalidad o en algunas de sus partes como Reino Huasteca, Provincia de Amichel y Tierra Garayana, Provincia o Gobernación de Pánuco, Comarca de Paul, de Alifau y Ocinan, Médanos de la Magdalena, Costa del Seno Mexicano, Colonia del Nuevo Santander, hoy Tamaulipas. Se le dio este nombre por la existencia de dos sierras de tal denominación; por una parte, La Tamaulipa La Vieja, Baja u Oriental y por otra, la Nueva, Occidental o Moza que hoy se conoce como Sierra de San Carlos. Poco después de la independencia se le llamó simplemente Tamaulipas. Pero Tamaholipa también se le denominó a la villa que creó Fray Andrés de Olmos en 1544; a la vez, Tamaholipa era el nombre original de lo que hoy se nombra Arroyo del Cojo, en el municipio de González. Es importante anotar que también se le llamó Tamaulipa a la villa de San Carlos, cuando ésta se fundó en el paraje conocido como Potrero de las Nueces. En un informe que rindió Lino Nepomuceno Gómez, abogado de la Real Audiencia y cura beneficiado del rey, cuando visitó la colonia del Nuevo Santander en 1770 llamó Tamaulipa a la Villa de San Carlos, según cita el historiador Juan Fidel Zorrilla en su libro Tamaulipas-Tamaholipa editado por la Universidad Autónoma de Tamaulipas en 1980. El nombre de Tamaulipas hasta la fecha, es tema de una polémica muy acalorada entre los historiadores. Para muchos Tamaholipa, quiere decir "lugar donde hay montes altos". Se aduce que su origen se encuentra en la voz huasteca debido a la abundancia de la raíz filológica tam para la formación de varios nombres geográficos de Tamaulipas: Tampico, Tamatán, etc. La preposición tam, señalan los estudiosos del tema, si se une a un sustantivo significa en o en lugar de, como Tampico, de Tam y Pikó (lugar de perros). Prácticamente tal etimología la fundamentan en las palabras de Fray Vicente de Santa María cuando refirió en 1792 que "las dos Tamaulipas, en el idioma de aquellos naturales quiere decir montes altos..." Otros autores discrepan de la significación anterior, estos descomponen el nombre de la siguiente manera: TAM-A-HOL-I-PAM: ol, rezar, tam, tercio, monto o mucho: lugar donde se reza mucho. Para mediados de este siglo surgió otra interpretación del término: TAM-AHOL-I-PAN que significaría lugar donde rezan los lipanes, en este sentido sería entrar a una polémica más: si los grupos maguaos u olives, que fundaron Tamaholipa, eran descendientes de los norteños lipanes. Punto aún sin estudiar. "Lugar donde se reza mucho", es el significado que éstos últimos historiadores le dan al vocablo. Historia El nombre del Estado se deriva de Tamaholipa palabra de origen Huasteco, donde el prefijo tam significa "lugar donde". Aunque no existe un acuerdo del significado de holipa, parece ser que la interpretación más común es "rezar mucho", lo cual significa "lugar donde se reza mucho". Durante el periodo colonial temprano, uno de los pueblos originales de Tamaulipas, hoy extinto, era conocido como los "Santos", en lo que parece una hispanización del término holipa. De acuerdo a registros paleontológicos y arqueológicos, los primeros asentamientos humanos en Tamaulipas datan de doce milenios antes de la era cristiana, y están identificados en el llamado “Complejo Diablo”, en alusión a un cañón de la Sierra de Tamaulipas. Más tarde, a nivel del Trópico de Cáncer, aparecen las primeras manifestaciones de la civilización indígena, ligadas al descubrimiento y domesticación del maíz y con ello, al inicio de la vida agrícola y la agrupación de asentamientos permanentes. Consecuentemente, en este período comenzó a fincarse en esta región una de las manifestaciones de la cultura Mesoamericana. Tres fueron las áreas culturales de Mesoamérica en Tamaulipas: los pueblos de la Sierra Madre Oriental, los pueblos de la Sierra de Tamaulipas y la Huasteca. Fue en esta última área donde el patrón cultural mesoamericano se definió con mayor claridad y cuyo legado se ha trasmitido hasta nuestros días en las comunidades indígenas huastecas, aunque éstas no sobrevivieron en Tamaulipas y sí en otras entidades como San Luis Potosí e Hidalgo. En nuestra entidad, los huastecas se asentaron principalmente a lo largo de la cuenca baja del río Guayalejo-Tamesí y en los valles montañosos de Tanguanchín (Ocampo) y Tammapul (Tula). Políticamente no constituyeron un Estado, sino más bien se integraban como un conjunto de señoríos. Fueron hábiles artesanos y poseían una compleja cosmogonía religiosa, al grado de que en la Huasteca surgió el concepto del dios Quetzalcóatl. Como pueblo ubicado en un espacio periférico de la Mesoamérica nuclear, mantuvieron una larga autonomía hasta que en el posclásico tardío los mexicanas sometieron a su dominio a una porción de la Huasteca. En Tamaulipas, entre los siglos XV y XVI, sucesivas oleadas de nómadas del norte hicieron replegar a los huastecas hacia el río Pánuco, de tal forma que al momento de la Conquista española, prácticamente ya no ocupaban su territorio. Sobre los grupos de la Sierra Madre Oriental, si bien disponemos de investigaciones arqueológicas, no tenemos mucha información sobre la identificación cultural de los pueblos prehispánicos que la ocuparon. Hacia la parte meridional, en la región de Ocampo, surgieron sociedades indígenas que poseían una significativa diversificación agrícola, mientras que en la parte septentrional, entre los filos de la serranía, hubo asentamientos con un gran trabajo constructivo, como se hace patente en el Balcón de Montezuma, una zona arqueológica ubicada en las cercanías de la actual capital del estado. Para el siglo XVII, al tiempo del primer encuentro con la cultura occidental, la Sierra Madre era ocupada por los llamados indios pisones. Para el caso de la Sierra de Tamaulipas y como se ha mencionado, de ella se tienen antiquísimas referencias históricas, así como múltiples ejemplos de la evolución posterior de los pueblos indígenas que la habitaron. Lo anterior es visible en las numerosas ruinas diseminadas en toda esta casi impenetrable serranía, como es el caso de El Sabinito, un interesante sitio actualmente en investigación, que nos habla de una sociedad organizada de tipo mesoamericano. Sin embargo, existen evidencias de que durante el posclásico este modelo cultural se agotó, quedando habitada la sierra por diversos grupos de agricultores, pero de un nivel de civilización menor. En contraste al mundo mesoamericano, en el norte de la entidad y en todo el conjunto del noreste de México y el sur de Texas, imperó en la antigüedad y hasta el arribo de los españoles, un patrón cultural de múltiples grupos tribales nómadas (los chichimecas), entre los que el tronco lingüístico predominante era la lengua coahuilteca. Este vasto espacio norteño formó parte del área cultural de Aridoamérica o la “América árida”. Se trataba de la presencia de numerosas bandas de indios cazadoresrecolectores, que deambulaban por las llanuras, especialmente en las cercanías de las corrientes fluviales, los que poseían una reducida cultura material y muy elementales estructuras de organización social. Por mencionar algunos, cabría citar a los carrizos de orillas del río Bravo, a los pintos de las riberas del Conchas o a los janambres del centro de Tamaulipas. Asolados por las redadas esclavistas provenientes de la Huasteca o del Nuevo Reino de León durante los siglos XVI y XVII, los indios de Tamaulipas ofrecieron una fiera resistencia a la ocupación novohispana. Además, este espacio costero se convirtió en refugio de las etnias de las entidades vecinas, identificados como “apóstatas”, es decir, que habían renunciado a la cristianización. Con la colonización de Tamaulipas a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, se intentó asentar a los indios chichimecas en misiones a cargo de frailes franciscanos. Sin embargo, hubo muy poco arraigo indígena en estas misiones y los diversos grupos que deambulaban por su territorio acabaron por extinguirse. En este proceso actuaron la guerra, el desequilibrio de sus antiguos hábitats y costumbres de caza y recolección, las epidemias y su poca disposición para asimilarse al orden colonial. Algunos grupos trascendieron hasta mediados del siglo XIX, hasta finalmente desaparecer como etnias socialmente diferenciadas. Antes de la llegada de los conquistadores españoles el territorio de Tamaulipas estuvo ocupado por varias etnias de las cuales sobresalen los huastecos. Américo Vespucio, el célebre cartógrafo italiano que bautizó al continente, visitó el territorio tamaulipeco a finales del siglo XVI y en su correspondencia con Lorenzo di Pierfrancesco mencionó que los nativos llamaban al territorio Lariab. Durante la colonia se le conoció con otros nombres: Reino Guasteca, Provincia de Amichel y Tierra Garayana, Provincia de Pánuco, Comarca de Paul, de Alifau y Ocinan, Médanos de la Magdalena, Costa del Seno Mexicano, Nuevo Reino de León y Nuevo Santander. El nombre actual proviene de la fundación del pueblo de Tamaholipa que hiciese Fray Andrés de Olmos en 1544. El primer asentamiento permanente Español en el área fue Tampico en 1554. Lo que ahora es Tamaulipas fue incorporada como una provincia de la Nueva España en 1746 con el nombre de Nuevo Santander. Durante la mayor parte de la colonia la población europea sufrió los embates de los grupos indígenas rebeldes, a los que a su vez esclavizaban o asesinaban. En 1732 José de Escandón arribó al territorio y desarrolló un agresivo programa de colonización y pacificación que se extendería al vecino Nuevo Reino de León. Tras el llamado a la independencia hecho por Miguel Hidalgo y Costilla, Bernardo Gutiérrez de Lara, originario de Revilla (hoy Nva, Cd, Guerrero, Tam.), se unió a las filas insurgentes y obtuvo importantes victorias en San Antonio Bejar (hoy San Antonio, Texas). El 17 de abril de 1817 desembarcó en las costas tamaulipecas Francisco Javier Mina, rebelde español que llegó al territorio a combatir al ejército imperial de su país. A mediados de siglo, tras la consumación de la independencia, la pugna entre liberales y conservadores y la invasión de los Estados Unidos afectaron enormemente la región, la cual adquirió un fuerte sentido de autonomía. Tras los abusos generados por la presidencia de Antonio López de Santa Anna, en 1840 decidió independizarse de México y unirse a la República del Río Grande junto a los estados de Nuevo León y Coahuila. La incipiente república fue sofocada por el ejército mexicano. Durante la Guerra de Reforma y la Revolución mexicana se libraron importantes batallas en territorio tamaulipeco y a principios del siglo XX Emilio Portes Gil, oriundo del estado, se convertiría en presidente interino de México. Antecedentes Históricos En la Provincia del Nuevo Santander, hoy Tamaulipas, la independencia de México fue jurada solemnemente en la Villa de Aguayo, entonces capital, el 7 de julio de 1821; posteriormente, el 14 de octubre de 1822, el Congreso Constituyente de la Nación concedió a Tamaulipas el derecho a contar con una Diputación Provincial, que fue instalada con el nombre de “Diputación Provincial del Nuevo Santander” el 9 de abril de 1823, cambiándosele la denominación oficial a “ Diputación del Estado Libre de las Tamaulipas”, el 29 de enero de 1824. La Diputación Provincial, después de haber estado en Aguayo, en San Carlos, en Aguayo nuevamente, y por último en Padilla, conforme fueron capitales del Estado, terminó sus actividades en Padilla, el 7 de Julio de 1824 al instalarse el primer Congreso Constituyente del Estado, exactamente tres años después de haber sido jurada en Aguayo la Independencia. El Congreso del Estado Libre y Soberano de Tamaulipas fue constituido el 7 de julio de 1824, en la desaparecida Villa de Padilla en calidad de Congreso Constituyente, de acuerdo a lo dispuesto por el Acta Constitutiva de la Federación Mexicana del 31 de enero del mismo año. A partir de la cual se fincaron las bases para que la antigua provincia del Nuevo Santander pasara a convertirse en uno de los primeros estados libres y soberanos de la República de México. El primer decreto expedido por el Congreso tamaulipeco fue el 9 de julio de 1824 y sancionado el día siguiente por el Gobernador. Entre otras disposiciones, da por extinguida la Diputación Provincial, declara al Congreso legítimamente instalado y en aptitud de ejercer sus funciones; ratifica al jefe político con el carácter de Gobernados Interino, y establece que “El Congreso formará la Constitución del Estado; organizará el gobierno interior, dictará las leyes que exijan el mayor bien y felicidad del Estado; y establecerá lo conveniente sobre hacienda pública". El Constituyente tamaulipeco se integró por los Diputados electos en las Juntas Electorales de Provincia, algunos de los cuales forman parte de la extinguida Diputación Provincial del Nuevo Santander, institución creada por la Constitución española de Cádiz y en funciones desde el 9 de Abril de 1823 en la Villa de Aguayo, Constituyéndose desde entonces, conjuntamente con los demás de la Nación, en cuerpos generadores de sentimientos regionales afines y propicios al inminente nacimiento de sistema federal Mexicano. Una vez instalado el primer Congreso Constituyente Tamaulipeco muy pronto refrendó sus principios republicanos al aplicar el decreto de proscripción que sobre la persona de Agustín de Iturbíde había emitido el Congreso General, en un trascendental suceso histórico que consolidó los ideales de liberalismo en la entidad. Continuó sus labores el Constituyente Tamaulipeco en la antigua Villa de Padilla, hasta el 29 de enero de 1825, con la expedición de su decreto número 25, mediante el cual “cesan sus funciones ordinarias en esta Villa para continuarlas el once del procsimo entrante en la de Aguayo, cuya traslación será temporal y mientras el Congreso resuelve otra cosa” Teorías sobre la población La población del territorio tamaulipeco está relacionado, en primer término, con la teoría general de que América se pobló con grupos que emigraron desde el Continente Asiático, hace aproximadamente 50000 años antes de nuestra era. Tales grupos descendieron poco a poco por el Continente Americano hasta poblarlo en su totalidad. Sus costumbres de vida fueron transformándose de manera lenta, de hecho es en el territorio del México actual donde ocurre un cambio trascendental: el descubrimiento del maíz. Además, el cambio de flora y fauna que fueron determinantes para desarrollar la vida nómada o para influir en los asentamientos, tal es el caso de las poblaciones coloniales. Tamaulipas se pobló fundamentalmente con dos tipos de grupos humanos: por una parte la región septentrional es ocupada por conjuntos nómadas, la frontera de tales naciones, como las llama Alejandro Prieto, fue el Trópico de Cáncer; y por otro lado, los desarrollados hacia el sur de ésta línea cultural divisoria que fueron grupos sedentarios de tipo mesoamericano. Se dice que éstos últimos indígenas llegaron al territorio mexicano alrededor del año 713 de la era cristiana. Alejandro Prieto, importante historiador tamaulipeco, señala que una numerosa nación llamada Nahoa apareció en las aguas del Golfo de México abordo de embarcaciones rudimentarias provenientes del norte del continente. Llegaron al Pánuco, atravesaron el territorio hacia el sur y en un lugar conocido como los Llanos de Apam y las riberas del río Atoyac, se establecieron. Hay alguna confusión en la procedencia de estos Nahoas con respecto al nombre verdadero del antiguo reino de donde vinieron, pues ya se le nombra en la historia Chicomostoc, Amaquemecan ó Culhuacán antiguo; sin que nadie pueda asegurar si estos nombres se refieren a una sola nación primitiva del Norte ó a tres distintas. A pesar de que esta opinión sobre las tribus Nahoas es la más generalizada, se opina por algunos que los Huastecos no pertenecieron a la nación Nahoa, sino a la familia maya ó yucateca, basados en la analogía que se ha encontrado en los idiomas de estas dos tribus. Sin embargo, todas ellas reconocían por jefe supremo a un personaje que suponían se llamó Quetzalcóatl, a quien los Nahoas llegaron a divinizar y adorar, debido a su gran sabiduría y virtudes. Estas tribus, a la llegada al país, encontraron en él una raza de hombres de asombrosa estatura llamados Quinamés, con los cuales se relacionaron viviendo en paz con ellos durante largo tiempo, hasta que los Quinamés quisieron ejercer con los Nahoas tiranía y despotismo, y entonces fueron exterminados por éstos. Quedaron los Nahoas después de estos sucesos, dueños de la comarca del Anáhuac, hasta que en el año de 713 apareció en el país una nación llamada Tolteca, que venía de las regiones del Norte de California, de una ciudad llamada de Huehuetlapallan. Esta nación se mezcló con las tribus Nahoas, Olmecas y Xicalancas; pero la tribu de los Huastecos rompió esta alianza, y por el año de 1050 se separó de los toltecas y se alejó hacia el Norte, poblando las gargantas de las montañas hasta las orillas del Pánuco. Existe otra teoría de la población de Tamaulipas, propuestas por el investigador Gabriel Saldívar y Silva en su libro Los Indios de Tamaulipas. El historiador señala que los grupos humanos que prosperaron en éste territorio eran descendientes de la corriente oriental del grupo de Paleamerindios que poblaron el continente. Agrega que tal corriente tuvo influencias de la occidental a través de Nuevo México, Coahuila y Texas. El se refiere propiamente a los pobladores nómadas que vivían de la caza y de la pesca. Estos grupos temporalmente establecidos en la zona norte del estado, por su misma forma de vida dejaron pocos rastros de su existencia, si acaso algunos dardos de pedernal y sílex, que con el arco y algunos otros objetos de piedra pulida, madera y hueso, debieron ser sus únicos utensilios, así como el perro, único animal doméstico que les acompañaba. Después de la aparición de la agricultura, surge la cerámica que tenía por objeto la creación de utensilios que servían como recipiente para la conservación y cocción de los alimentos. Se registra luego un avance en la producción agrícola con el inicio del cultivo del frijol, el chile, etc; y se empiezan a construir las chozas para el refugio humano, el depósito de las semillas y guarda de los utensilios. Se da también una evolución en la confección del vestido, los que al principio eran de pieles, luego fueron de fibras vegetales, labradas o tejidas. Antes de la conquista Tamaulipas fue poblado por grupos heterogéneos desarrollándose independientes unos de otros y haciéndose la guerra muy continuamente, por lo que no puede afirmarse que existiera una cultura a la que se de una denominación que comprenda a todos. Ni aún en lingüística, su relación ancestral es diferente en cada caso, unos se identifican con los grupos de Coahuila y Texas, mientras que otros, los del Sur se emparientan con grupos del altiplano mexicano. Envueltos en discordias nacidas propiamente de la falta de comunicación, los indios de Tamaulipas son encontrados por los frailes españoles que inician una conquista a mediados del siglo XVI con la llegada de Fray Andrés de Olmos a la región sur del Estado. A principios del siguiente siglo incursionan otros religiosos en la zona suroeste iniciando una obra de formación de misiones que serían los sitios donde se congregarían a los indios para catequizarlos. De ahí se desprenderían las villas y posteriormente las ciudades que hoy habitamos. Gestas: Escandón y la Colonización Después de sosegar la rebelión de indígenas en 1732 en el Real de Minas de Guanajuato; ocho años más tarde, José de Escandón y Helguera sería nombrado Teniente de Capitán General de la Sierra Gorda y sus fronteras. Con éste título regresaría a Querétaro en 1749 a apaciguar una sublevación indígena. Escandón lograría liberar al Nuevo Reyno de León y las Fronteras del Pánuco, Tampico, Villa de Valles, Guadalcázar y Charcas de las hostilidades de los chichimecas. Respaldado por su trayectoria militar en favor de la corona española, Escandón presentó plano, situación y circunstancias de toda la Costa del Seno Mexicano, propuso el poblamiento, el que seria aceptado por el conde de Revillagigedo, al tiempo que le dio el título de Lugarteniente y le subordinó los Gobernadores, Capitanes Generales y demás justicias de las fronteras de la Sierra Gorda y Costa del Seno Mexicano. Luego de una exploración detallada efectuada en 1747, visitó Tula, Palmillas y Jaumave, para salir con sus tropas por la boca del Río San Marcos; mientras que otra parte de su gente la puso a explorar las riberas del Guayalejo. Después de tal acción informó que la tarea de fundar catorce poblaciones con otras tantas misiones o poblados de indios al parejo de ellas, llevaría a palpar resultados en unos tres o cuatro años. Escandón logró reunir grupos de Querétaro, San Luis, Charcas, Huasteca, Nuevo León y Coahuila, mismos que iniciarían las fundaciones; luego de dotar a Palmillas y Jaumave de autoridades y defensas, el 25 de diciembre de 1748, colocaría la primera piedra de lo que sería la Colonia del Nuevo Santander: estableció la Villa de Llera con cerca de doscientas personas. El segundo de los poblados fue Güemez, fundado el primer día de 1749, con un poco más de trescientas personas; Padilla se levantó el seis del mismo mes y año; el diecisiete de febrero fundaría Nuevo Santander, la capital de la Provincia del mismo nombre. Burgos lo fundarían personas de Nuevo León y Coahuila, el veinte de febrero; el cinco de marzo fue erigido Camargo; Reynosa nació el catorce del mismo mes y año a orilla del Río Bravo. San Fernando se situó el 19 de marzo; luego Altamira el dos de mayo; esta primera entrada del colonizador a la Colonia del Nuevo Santander concluyó con la fundación de Santa Bárbara, hoy Ocampo, el 19 de mayo; las órdenes para que se erigiese Real de los Infante o del Pantano como Villa fueron dadas en el camino de salida rumbo a Querétaro con fecha de veintiseis del mismo mes de mayo, poblado que se formó cerca de una boca-mina y que hoy conocemos como Bustamante. Escandón se ausentó diez meses. En 1750 reanudó las fundaciones con Soto la Marina, el tres de septiembre; mas tarde tocaría el turno a Villa de Aguayo la actual capital del Estado, con familias de pastores provenientes de Nuevo León, el seis de octubre. Pocos días después fundó Revilla, actualmente, Nueva Ciudad Guerrero, el 10 de octubre de 1750. Más tarde levantó la Villa de Escandón, hoy Xicoténcatl, el 15 de marzo de 1751, la que fue abandonada un año y medio después y reinstalada el 18 de diciembre de 1754; La Villa de Hoyos, se fundó el 19 de mayo de 1752, hoy se conoce como villa de Hidalgo: Más tarde se poblaría Santillana, Abasolo, el 26 de diciembre de 1752. Lugar de Mier o Villa de Mier, el seis de marzo de 1753. Una fundación más fue la establecida en el lugar que hoy ocupa Laredo Texas, el 15 de mayo de 1755. Hasta aquí sumaban veintidós fundaciones hechas por Escandón en la Colonia, todas ellas obedecían medidas y administrativas en bien de la Corona. Posteriormente se fundaría por sugerencias de José Tienda de Cuervo y del Ingeniero Agustín López de la Cámara Alta, la villa de Cruillas el nueve de mayo de 1776, en el pasaje conocido como Los Encinos el seis de junio en ese mismo año se poblaría la villa y real de San Carlos. Cuando Escandón se disponía a fundar Croix, hoy Casas, fue llamado a la capital del Virreynato, para que en su ausencia, el Mariscal de Campo Juan Fernando de Palacio y el licenciado José Osorio y Llamas efectuaran investigaciones sobre todo aquello que estuviera en contra del colonizador. Se encontraron contradicciones. Se condenó a Escandón para que la villa de Croix se fundara bajo su costo; la erección de la villa tuvo lugar el tres de junio de 1770. Poco antes ya existía el poblado de San Nicolás. La última de las fundaciones realizadas durante el período colonial fue presas del Rey, Aldama, en abril de 1790. Cuando Escandón fue llamado a la capital del Virreynato para que rindiera cuentas, se despediría de su magna obra colonizadora en la Colonia del Nuevo Santander. Rebeliones Indígenas En un texto, en la Relación Histórica del Nuevo Santander, fray Vicente de Santa María, señala que el principal elemento de diferencia entre los habitantes del territorio pre-colonial, era el idioma. A pesar de ello, los esfuerzos por mantener la paz fueron varios, entre ellos podemos citar, fumar la pipa de la paz, intercambiar costumbres, la participación de varias tribus en ritos comunes; sin embargo a partir de la llegada de los españoles, la reducción, las formas de congregación de los naturales, sobre todo la conquista trajo formas diferentes de rebelión y de resistencia. La conquista iniciada a principios del siglo XVI, salvo raras excepciones como la de Hernán Cortés en 1523, culminaron en éxito, las demás se vieron envueltas en sangre por lo indómito de los pobladores indígenas. Algunos intentos por apaciguar a los naturales se hicieron por los misioneros franciscanos Olmos y Mollinedo, sin embargo, los resultados no fueron muy promisorios dadas las condiciones de explotación que pusieron en marcha los hispanos. Formas de esas fueron los presidios y las congregas, sitios en los cuales los indígenas eran tratados en forma infrahumana, según narran las crónicas, y que fue el motivo principal por el que mataran a los "protectores" y se volvieran montaraces. A la llegada de Escandón, con el intento de colonización, la resistencia presentada por los naturales fue a tal grado que constituyó la principal razón de su exterminio. Mientras que algunos, decidieron introducirse en la religión hispana y adoptaron las nuevas condiciones de vida. La distribución de la tierra, junto con sus pobladores, motivó serias y acaloradas discusiones entre los colonizadores y los antiguos "propietarios", principalmente religiosos pastores. Por su parte la existencia de los naturales, y su conducta, exigió la presencia de doctrinarios y, lo que era más grave, el cambio de sitio para la fundación de las villas propuestas por Escandón. Tal situación generó la ira del colonizador, también jefe militar de la nueva colonia, enviando órdenes precisas de ataque a los indios rebeldes, como se lee en la disposición enviada a los comandantes de los destacamentos militares del Nuevo Santander, para que inicien los preparativos de la campaña contra los indios rebeldes del Sihue, en la Misión de Tula, escrito fechado del 21 de agosto de 1764, localizado en el Archivo General de la Nación (PI. 248, 14, 361?364). A pesar de la condición de nómadas, los indígenas del territorio tamaulipeco tomaban como suyo el espacio de donde obtenían el alimento al grado de morir en su defensa en caso de un intento de invasión. De los asentamientos humanos podemos referir la resistencia presentada por los Huastecos a las expediciones del Pánuco, efectuadas durante el siglo XVI. Las rebeliones eran encabezadas por el caudillo del grupo, puesto generalmente ganado por la fuerza y la inteligencia presentada en los combates y no ciertamente resultado de una monarquía. Manuel de Escandón, lugarteniente de la Sierra Gorda y Costa del Seno Mexicano, entre el 26 de febrero y el 20 de abril de 1765, envió a la ciudad de México a 11 indios rebeldes pertenecientes a la ranchería del caudillo El Chivato, como prisioneros por haber causado anomalías en las villas de la colonia. La resistencia por la implantación de las villas en los sitios que ocuparon los naturales, provocó la respuesta militar por parte de las autoridades coloniales, tal fue el caso, según dice en el documento que Vicente González de Santianés, gobernador de la Nueva Santander, envía al Virrey Marqués de Croix. En él refiere las razones por las que propuso la campaña militar contra los rebeldes de la Sierra Tamaulipa Vieja, y de los encuentros que sostuvieron con éstos los destacamentos al mando de los sargentos Miguel de la Garza y Raymundo López. El documento está fechado el 19 de agosto de 1769, como correspondencia recibida de México en San Carlos. A pesar de las rebeliones y la resistencia presentada por los indígenas de la Costa del Seno Mexicano, y los costos que tales movimientos trajeron, la conquista y la colonización de Tamaulipas se logró a mediados del siglo XVIII, casi dos siglos después de haberse implantado el gobierno español sobre la gran Tenochtitlán. Independencia El siglo XIX inició con hechos trascendentales, que repercutieron notablemente en el movimiento Independentista, entre estos destacan la intromisión de los franceses en asuntos españoles, la abdicación del rey Carlos IV, la prisión de Fernando VII y la formación de juntas de gobierno para conservar el gobierno. Todo lo anterior es el marco general que provocó, que la Independencia empezara a cambiar no solo rasgos criollos (despreciados en ese entonces), sino también indios, por ello el cura don Miguel Hidalgo declara la guerra a las autoridades el 15 de septiembre de 1810. El Nuevo Santander legó también a la historia su contribución a esa causa nacional. Rápidamente la insurgencia empezaba a crecer, aunque no con la debida organización, hasta que Hidalgo designó al sargento, Mayor José Ma. Martínez, el cual retrocedió ante la designación del Virrey en la persona de Joaquín Arredondo, quien aprehendió a Fray Luis Herrera, Juan José Treviño, el Coronel Benítez que incluso se había apoderado de Padilla y Aguayo, Ildefonso Blancas, José Ignacio Villaseñor. Por otra parte Arredondo dictó algunas medidas de gobierno que de alguna manera limitaban la causa insurgente y reorganizaban a la colonia política y militarmente. Destacaban por su contribución única al movimiento Independentista en los límites del Nuevo Santander, Bernardo Gutiérrez de Lara organizando sublevaciones en Tula, era vecino de Revilla, uniéndose al movimiento en la hacienda Santa María con el grado de Teniente Coronel y con el cual cumplió una acertada labor diplomática y militar, por un lado se dirigió a Estados Unidos en donde organizó quinientos aventureros ocupando en 1812 Nacogdoches, Trinidad y Bahía del Espíritu Santo. Derrotó a las fuerzas realistas en las batallas de Rosillo, San Antonio de Bejar y el Arroyo del Alazán. Como diplomático se encargó de mostrar su indignación ante las propuestas anexionistas de los Estados Unidos. Álvarez Toledo consigue desprestigiarlo hasta que regresara a la causa con Xavier Mina, lo cual y al consumarse la independencia, conseguiría ser gobernador de su tierra natal y después comandante de las Provincias Internas de Oriente. Xavier Mina por su parte fue un apoyo más al desembarcar en Soto la Marina el 17 de abril de 1817, se contaban entre sus intenciones ejercer medidas políticas contrarias a Fernando II, y actuar como un buen diplomático ante Estados Unidos, hablaba en contra del monopolio del rey, sin embargo Arredondo dictó medidas represivas, y aunque Mina cae en el Cerro del Bellaco se acentúa la idea de independencia con elementos más prometedores. Fray Servando Teresa de Mier, sacerdote liberal revolucionario el cual embarcó junto a Mina, envió una Carta a Felipe de la Garza, por aquel entonces militar realista persuadiéndolo a integrar las fuerzas insurgentes en ese momento De la Garza estaba comisionado por Arredondo para sitiar Soto la Marina, y aunque la misiva no tuvo respuesta inmediata posteriormente De La Garza se afilió al Plan de Iguala, contribuyendo al movimiento. Todo lo anterior representa a grandes rasgos la época independiente en el nuevo Santander, en cuanto al desenvolvimiento de los hechos y de los hombres más dispuestos a luchar por una independencia justa y consumada. Reforma 1857-1861 En esta época nace la contrariedad entre liberales y conservadores, los primeros lanzando el Plan de Ayutla desconociendo al dictador, y los segundos por la aristocracia, el ejército y el clero; liberal, unos pocos intelectuales de provincia, trabajadores y campesinos, con ello se inicia una lucha encarnizada. En Tamaulipas la encabeza el licenciado Juan José de la Garza. Una de las primera medidas por parte del gobierno fue el cierre del puerto de Tampico al comercio exterior y de la aduana de Camargo. Ante la embestida de buques de vela en Soto la Marina, columnas de Querétaro y Tampico, de la Garza realiza una heróica resistencia con 360 hombres, quien aliándose con Macedonio Capistrán, derrotan a Salanueva y Valentín Cruz. San Carlos era centro de reunión tanto de Martín Zayas, Julián de la Cerda, Fabián Aregullín, Ascención Gómez, Cristóbal Bujanos y otros. Entre las medidas del gobierno central estaban fortificar las poblaciones pro-invasión y realizar restricciones en la expedición de pasaportes. Las tropas tamaulipecas no solo contribuyeron a derrumbar el poderío de Santa Anna, sino también en la guerra de reforma en las personas de Hinojosa y Zayas. De la Garza tuvo serios problemas cuando ostenta el mando político y militar del Estado, especialmente con Vidaurri y con Eulogio Gauthier, quien fue hecho prisionero en Aregullín. Al promulgarse la Constitución de 1857, se motivó una nueva guerra. Esta constitución establecía la separación de los poderes civiles de los eclesiásticos, desamortizaba los bienes del clero, por ellos los Tamaulipecos confundidos luchan lo mismo en Tacubaya que en Calpulalpan donde triunfan definitivamente las fuerzas juaristas. El desconocimiento de las Leyes de Reforma por Comonfort en Tacubaya no afectan gran cosa al estado puesto que fue obligado a abandonar la capital de la República en 1858, y en su lugar fue nombrado Zuloaga. Algo asombroso fue lo que hizo el obispo de Linares, quien fue el primero en reconocer las Leyes de Reforma definitivamente en Tamaulipas, aunque con algunas fricciones como el saqueo de Tula por tropas de Mejía, quien tuvo por enemigo a Carvajal, Vidaurri acepta a Comonfort al servicio de la Nación en contra de la voluntad de Juárez. En abril de 1861 aparece el primer club político llamado "de la Reforma", que postulaba para gobernador a Cipriano Guerrero. Batalla de Palo Alto y Resaca de Guerreo La invasión de los ejércitos estadounidenses a México fue la continuación de una política de expansión continental diseñada por los círculos gobernantes norteamericanos. En ella tenían especial interés los esclavistas sureños. La separación de Texas, alentada de múltiples formas por ellos, fue un paso inicial. La anexión texana al país del norte fue la medida que provocó la guerra con México. El pretexto fue la posesión de la franja comprendida entre el Río Nueces y el Río Bravo, territorio que desde la colonia era de la provincia del Nuevo Santander. A través de territorio tamaulipeco penetraron los invasores a territorio nacional y en él libraron las primeras acciones bélicas. En la batalla de Palo Alto dada hacia 1850 se pone de manifiesto la superioridad de la artillería norteamericana que, junto con la oportuna acción de quemar los llanos para ocultar sus operaciones, influyó en el resultado incierto de las acciones bélicas. Habiéndose replegado el ejército mexicano, al otro día se atrincheró en la Resaca de Guerrero, allí se produjo un gravísimo error del general Mariano Arista: durante la mayor parte de la batalla se mantuvo tercamente en la idea de que el ataque estadounidense era solo una escaramuza, permaneció en su tienda de campaña escribiendo el informe de la acción del día anterior, mientras los soldados de línea y los oficiales resistían con heroísmo y luchaban sin la dirección del general en jefe. La derrota de Resaca de Guerrero trajo como consecuencia el posterior abandono de Matamoros. Batalla de Santa Gertrudis Cuando se vio amenazada la soberanía nacional en 1862 por la intervención de fuerzas extranjeras, en el Estado de Tamaulipas hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos dieron su esfuerzo para combatir al intruso y hacer respetar la integridad de la Nación. En nuestro Estado hubo enfrentamientos con victorias gloriosas, entre ellas la Batalla de Tula, la del Chamal, en Tantoyuquita, Tampico, Victoria y en Santa Gertrudis, en Camargo. Hombres como Juan José de la Garza, Pedro José Méndez, Ascención Gómez Servando Canales, Julián Cerda, Pedro Hinojosa, José María Carvajal, Gabriel Arcos Arreola, Albino López, Agapita Ortíz por mencionar solo algunos valientes en quienes se reflejó el valor, la entereza y la lealtad de los tamaulipecos por defender a la patria. En las épicas que se suscitaron durante la intervención francesa en Tamaulipas, estuvieron al frente de las tropas los generales Santos Degollado, Mariano Escobedo, Santiago Tapia, Jesús González Ortega, Miguel Negrete entre otros, quienes fueron testigos del valor de los tamaulipecos, de tal hecho nacieron varios ascensos para militares de esta Entidad. En el caso particular de la Batalla en Santa Gertrudis, la victoria lograda fue de vital importancia para rechazar al enemigo. Bajo el mando del General Mariano Escobedo, el 16 de junio de 1866 la tropa que se empezaba a constituir como el Ejército del Noreste derrotó a una fuerza de aproximadamente 2000 hombres, entre los que se encontraban austriacos, americanos, confederados y traidores. Como resultado de la victoria en Santa Gertrudis se recuperó Matamoros, el 23 de junio, esto facilitó a las fuerzas nacionales la compra de materiales bélicos en los Estados Unidos. Con la retirada de las fuerzas contrarias a la patria hacia San Luis Potosí y la caída de Tampico el 9 de agosto, se consolidó la dominación de las fuerzas republicanas en el norte de México. Por diversos medios corrió el rumor que las tropas del enemigo apostadas en Matamoros, marcharían hacia Monterrey. Feliciano Olivera al mando de dos mil hombres en combinación con el general francés De Tuce, que dirigía una tropa de mil quinientos hombres entre franceses y belgas, prestarían apoyo en caso de un asalto en el transcurso del camino. Escobedo al conocer la información, siendo que debía marchar rumbo a Matehuala, decidió quedarse para combatir a los invasores en el lugar que ofrecería la oportunidad de tender una emboscada. Tal sitio fue Santa Gertrudis. Olivera auxiliaría a De Tucé en caso de un ataque republicano. Cuando el segundo llegó a Cerralvo, N. L., Escobedo decidió atacarlo para mantenerlo encerrado y que no se juntara con Olivera, para atacarlos por separado. En Cerralvo, Escobedo sitúo al Coronel Ruperto Martínez con 600 caballos y el se dirigió al rancho de Derramaderos en donde se encontraba el convoy salido de Matamoros; aquí, el general republicano observó por cual camino Olivera saldría para Mier, punto en el que se supone lo esperaría De Tucé para cambiar cargamentos. Escobedo buscó un sitio en el que fuera muy escasa el agua para obligar al enemigo a resistir poco tiempo. El número total de las fuerzas republicanas al mando de Escobedo era de 1300 hombres; las posiciones ventajosas que tomó y lo retirado del agua al punto donde se encontraban apostadas las fuerzas traidoras, daban un solo resultado del enfrentamiento: la derrota del enemigo era inminente. Olivera y sus hombres avanzaron hacia Santa Gertrudis confiadamente. Uno de los soldados republicanos, sin orden previa, saltó al encuentro de los invasores, tal acción rompía la estrategia de Escobedo, sin embargo la habilidad militar de este último se puso de manifiesto en seguida, ordeno cambio de campamento dejando fuera la sospecha en el enemigo de otra posible emboscada. Al día siguiente, Olivera y sus convoyados continuaron el viaje con todas las precauciones, pero las medidas tomadas por él traídos no surtieron efecto. Escobedo y su gente, al momento del ataque, estrecharon tanto la distancia con el enemigo - algo así como cincuenta metros - que en pocos minutos utilizaban las bayonetas y la pelea cuerpo a cuerpo Todo quedó en poder de Escobedo: el cargamento del convoy, 11 piezas de batalla, 2 de montaña, las municiones y 1200 prisioneros. Cerca de ochocientos muertos y heridos quedaron en el campamento, más de 500 eran del enemigo. Las fuerzas de Escobedo estaban integradas por cuatro columnas de infantería para ataque, dos de caballería y la reserva que también era de infantería. De la primera de éstas columnas el l er. Jefe era el coronel Alfonso Flores, y como segundo el coronel Cáceres. La segunda columna era ordenada por el Coronel Miguel Palacios y el Teniente Coronel Emilio Mayer; mientras que la tercera estaba dirigida por el mismo Coronel Francisco Canales y el Coronel Adolfo Garza; la cuarta estaba bajo las órdenes del General Servando Canales y del Coronel Julián Cerda. La caballería estuvo bajo la orden del General Jerónimo Treviño. Las columnas de caballería, la "Legión del Norte' estaba bajo las órdenes del Coronel Joaquín Garza; la reserva estuvo encomendada al Coronel Salvador F. de la Cavada. Todas las columnas estaban bajo la orden directa del General Escobedo, quien como segundo en el mando tuvo al Mayor General Sóstenes Rocha. Revolución "La paz porfiriana", asentada en la desigualdad, que diera lugar a las huelgas y rebeliones, a la ilegalidad, y sobre todo a una posesión de la tierra bastante dudosa, y a las concesiones al capital extranjero, fueron algunas de las causas que provocaron el movimiento armado de 1910. Díaz declaraba en una entrevista que estaba dispuesto a dejar el gobierno y a formar elecciones creíbles. Todo lo anterior representa para Madero y su plan de San Luis, el inicio de las hostilidades secundado por Villa quien luchó denodadamente en el Norte y de Zapata, cuyo lema "Tierra y Libertad", sintetizaban al sur gran parte de los ideales revolucionarios. En Tamaulipas alientan esta misma causa Emilio y Francisco Vázquez Gómez, aunque el principal exponente es el General Alberto Carrera Torres, maestro rural que en mayo de 1911 se apodera de Tula, luchando siempre en pro del agrarismo. A caída de la dictadura no fue el término del sistema: hay demandas de salario y mejores condiciones de trabajo, actuando destacadamente en este renglón el Licenciado Lara, resolviendo el conflicto entre los intereses de los obreros con los de la capital. Por otra parte se reorganiza el partido liberal, y el Licenciado Matías Guerra llega a la gubernatura del Estado, sustituyendo a Legorreta, sin embargo durante la sublevación Félix-Reyista son los poderes Legislativo y Judicial respectivamente los que apoyan el carrancismo, para que lo hiciera prácticamente todo el estado. El asesinato de Madero genera en Tamaulipas hechos a favor de la constitución: se toma Matamoros por su importancia estratégica en junio de 1913, ahí se concentraban el general Pablo González, como jefe de la División del Noreste y después se realiza la toma de Victoria en la que colaboran los generales Caballero, Villarreal, los Castro y Murguía, entre otros. Los norteamericanos con la ocupación en Veracruz demuestran su desagrado por Huerta y con ello contribuyen al apoyo constitucionalista, Carrera Torres, se multiplica en las batallas de Pedrera, Poetillas y Corcovada proclamando la redención del campesino y la mejor distribución de la tierra. El general Caballero es llamado a ser Gobernador y Comandante Militar, creando comisiones agrarias, revisión de títulos, fomento a la irrigación y la Pequeña Propiedad, se dicta la prohibición de la servidumbre ligada a deudas y el 14 de junio de 1914, la propiedad de Félix Díaz era cedida en Matamoros a Campesinos, gracias al general Lucio Blanco y su Estado Mayor. Cronología de fundación de poblaciones 1748 25 de Diciembre - Villa de Llera. 1749 1 de Enero - Villa de Güémez. 1749 6 de Enero - Villa de Padilla, antes de que quedara bajo las aguas de la presa Vicente Guerrero. 1749 17 de Febrero - Villa de Nuevo Santander; Santander Jiménez a partir del 31 de octubre de 1827. 1749 20 de Febrero - Villa de Burgos. 1749 5 de Marzo - Villa de Camargo. 1749 14 de Marzo - Villa de Reynosa. 1749 19 de Marzo - Villa de San Fernando. 1749 2 de Mayo - Villa de Altamira. 1749 11 de Mayo - Ciudad de Horcasitas, Congregación Magiscátzin a partir de 1828, y González el 14 de octubre de 1927. 1749 19 de Mayo - Villa de Santa Bárbara, y Ocampo a partir de 1869. 1749 26 de Mayo - Real de los Infantes, y Bustamante desde mediados de 1828. 1750 3 de Septiembre - Villa de Soto la Marina. 1750 6 de octubre - Villa de Aguayo, Ciudad Victoria desde el 20 de abril de 1825. 1750 10 de octubre - Villa de Revilla, Guerrero 21 de noviembre de 1827 y Nueva Ciudad Guerrero en otro sitio, 1946, al quedar bajo las aguas de la Presa Falcón. 1751 15 de marzo - Villa de Escandón, y Xicoténcatl a mediados de 1828. 1752 19 de Mayo - Villa de Santo Domingo de Hoyos, e Hidalgo desde mediados de 1828. 1752 26 de octubre - Villa de Santillana, Abasolia desde mediados de 1828 y actual Abasolo. 1753 6 de Marzo - Villa de Mier. 1755 15 de Mayo - Villa de Laredo, ahora de Texas. 1757 8 de Mayo - Villa Real de Borbón, y Villagrán desde el 15 de noviembre de 1827. 1766 9 de Mayo - Villa de Cruillas. 1766 6 de Junio - Villa de San Carlos. 1768 10 de Abril - Villa de San Nicolás. 1770 3 de Junio - Villa de Croix, y Casas en 1827. 1790 15 de abril - Villa Presas del Rey o Presas, y Aldama 1829. 1821 6 de mayo - Villa Baltazar, fundado en la ya existente Congregación de San Baltazar, 6 de mayo de 1821, Morelos a principios de 1828 y Antiguo Morelos en 1860. 1823 12 de abril - San Anna de Tampico, y Ciudad Tampico, 24 de noviembre de 1828. 1849 14 de mayo - Miquihuana, en San Juan de la Miquihuana. 1849 15 de junio - Nuevo Laredo, en la ya existente Congregación Monterrey Laredo. 1852 28 de mayo - Matamoros, en la ya existente Congregación del Refugio (1794), Ciudad de Matamoros (14 de mayo de 1834), Heroica e Invicta (7 de noviembre de 1851) y Leal (28 de mayo de 1852, oficialmente H. Matamoros). 1860 24 de mayo - Quintero dejó de ser cabecera municipal y pasó a Villa Juárez (el 19 de abril de 1921), en la Congregación de Canoas y antes rancho El Mante, y Ciudad Mante el 28 de octubre de 1937. 1860 1 de octubre - Nuevo Morelos, en la Congregación de Mesillas. 1868 7 de febrero - Méndez. 1869 6 de Mayo - Gómez Farías. 1924 1 de mayo - Villa Cecilia, y Ciudad Madero desde el 10 de octubre de 1930. 1924 30 de junio - Villa Mainero, en la Congregación de Potrerillos. 1950 11 de octubre - Ciudad Miguel Alemán, en la Congregación San Pedro de Roma. 1951 8 de septiembre - Valle Hermoso, reconocido con el rango de ciudad por decreto del 4 de marzo de 1953. 1961 11 de diciembre - Ciudad Río Bravo, en la Hacienda la Sauteña. 1968 20 de marzo - Gustavo Díaz Ordaz. 1971 27 de octubre - Nuevo Padilla. Informe de Don José de Escandón al Virrey de la Nueva España sobre los primeros actos culturales en la Provincia del Nuevo Santander en 1790 Iniciada en 1749 la incorporación de la Costa del Seno Mexicano a la Gobernación de la Nueva España, con la empresa encomendada a Don José de Escandón, bajo el título y designio de Conquista, Colonización y Pueble de la Provincia de Nuevo Santander, diez años después se encontraban los pueblos en pleno período de formación y algunos aún no lograban su asiento definitivo. Aldeas pequeñas, formadas cada una por un escaso centenar de jacales con techos de palma; aunque una de ellas ostentaba pomposamente el título de Ciudad, sólo en la capital de la Provincia existía una casa de cal y canto, mandada construir por el fundador, con obreros y artesanos llevados de la metrópoli mexicana, por no haberlos conseguido en ninguno de los pueblos recién plantados. Era enorme la casa del conquistador, la cual tenía dos manzanas de fondo, con un torreón en cada esquina, en los que estaban instalados los cañones y pedreros que dominaban la planicie en que se asienta la villa, y que la fantasía de los émulos de Escandón llegó a describir en la corte virreinal como una fortaleza o castillo semejante a los feudales, en donde era amo y señor el Teniente General de la Provincia. Los colonos eran en su inmensa mayoría gente humilde, inculta, con un alto porcentaje de analfabetas; labriegos y pastores casi todos, dedicaban su tiempo a cuidar las sementeras y los ganados, aunque los domingos concurrían a la misa que en la villa celebraba un fraile franciscano, misionero entre los indios, pero habilitado para atender a los españoles, en lo que aprovechaba la coyuntura generalmente de no vivir con los indios ni doctrinarlos, y sí de enseñar los principios de la religión a los niños de los colonos, así como la lectura, la escritura y las cuentas fundamentales. Procedían estos pobladores, de los medios rurales de Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León y las Huastecas, atraídos por la promesa de recibir tierras en propiedad, bien entendidos de que las tendrían que defender a costa de su sangre o de su vida. El bagaje de conocimientos era escasísimo, incluso en cultivos y cría; su comercio casi nulo, en gran parte seducía al trueque de mercancías que llevan los trajinantes de otras provincias por los frutos de la tierra, o al cambio entre sí de semillas y productos animales. Milicias permanentes defendían cada villa y a ellas se agregaban en el momento necesario todos los vecinos hábiles con objeto de rechazar cualquier ataque de los indios, pudiendo afirmarse que cada colono era un soldado que velaba a toda hora. En tal estado era difícil que contaran con el tiempo para fiestas y diversiones, aunque llegada la ocasión de un suceso extraordinario recordarían la manera de cómo las hacían en sus lugares de origen, saliendo entonces a lucir el ingenio de los poetas del norte, en sus relaciones, que se perpetuarían en esa forma del corrido; los del centro manifestarían sus habilidades coreográficas semireligiosas en danzas diversas y cuadrillas de moros y cristianos, y los huastecos templarían las cuerdas de guitarras y violines para acompañar los bailes de la costa, de tarima o huapangos, con derroche de décimas en pintorescos desafíos literarios. Y la ocasión se presentó con motivo de la jura que como rey se hacía de Carlos III, cuando iban ya corridos los diez años de la nueva fundación; cuyo relato nos dejó el mismo conquistador, en comunicación dirigida al Virrey, el 26 de Noviembre de 1760, y por su texto sabemos únicamente cuáles eran las formas literarias que se cultivaron entre los primeros pobladores del Nuevo Santander, ahora Estado de Tamaulipas, quedando todavía como manifestación popular el corrido, en sus formas de relación y de tragedia. La música de la costa sigue cultivándose en la porción sur del Estado; las danzas han desaparecido como expresión del pueblo, pero sí están muy arraigados algunos coloquios y pastorelas. Los juegos de toros, a que también se refiere el documento que se reproduce después de estas líneas, se han perpetuado como la diversión favorita del medio rural Tamaulipeco, el manganeo y la coleadera entusiasman a los campesinos como ninguna otra diversión. Y por lo que toca al programa general de aquellos festejos descritos por Escandón, cabe decir que sigue siendo el mismo que se efectúa año por año en las principales fiestas patrias, no sólo en poblados de Tamaulipas, sino en muchas otras partes de la República, con ligeras variantes en la forma. Gabriel Saldívar INFORME Excelentísimo Señor: Un veinte y tres de septiembre di cuenta a Vuestra Excelencia de haberse publicado en esta Capital y en todas las demás poblaciones de esta Colonia, la plausible noticia de la coronación de nuestro Rey y Señor, (que Dios guarde) y el modo en que tenía dispuesta la Jura y fiestas en ella para el ocho de noviembre; y ahora lo hago de haberse ejecutado en el modo siguiente: Contemplando, Señor Excelentísimo, cuan justo era, que la primera Jura que se hace en esta Colonia, fuese con la ostentación posible, que en parte manifestase mi amor y celo y el de estos nuevos pobladores a nuestro Católico Monarca, y que no se conseguiría con tanto esplendor haciéndose la proclamación en cada una de sus poblaciones, que aun todavía no se hallan con las correspondientes fuerzas a tales funciones, ni aun están en el modo; determiné se celebrase en esta Capital, por sí y por todas, concurriendo de cada una de ellas dos diputados y los oficiales que buenamente, y sin riesgo de ellas se pudiesen destacar, dejando a su arbitrio el que podría conducir la que quisiese, alguna ligera demostración de regocijo, como loa, danza o cosa tal, porque para lo que conducía a función y fiestas, tenía hecha la prevención necesaria, a su costa, el Teniente de Campaña (hoy Capitán de esta Villa por muerte del que lo era) D. Manuel de Escandón, mí hijo, a quien nombré por Alférez Real, a fin de que no se gravase a nadie. El citado día ocho de noviembre a las cuatro de la tarde, habiendo dispuesto en esta plaza un hermoso tablado con sus arcos y el posible adorno, salió de esta casa fuerte un paseo compuesto de muchos oficiales de los diputados de las poblaciones y de sus principales pobladores, acompañando a el Alférez Real, que llevaba el Real Estandarte; y habiendo llegado a el referido tablado, formada la caballería que componía el paseo y a distancia proporcionada la infantería, apeándose dicho Alférez Real con dos capitanes que le acompañaron, subió al tablado y se hizo el acto de la Jura y Proclamación en el modo regular con salva de todos los cañones, y se tiraron bastantes monedas. Concluido, volviendo a montar, cantó el Te Deum, repitió la salva, y marcharon para la iglesia, donde se prosiguió el paseo, que volvió a terminar en dicho tablado, donde bajo el dosel en que estaba el retrato de nuestro Rey y Señor, se puso el Real Estandarte, con lucida guardia, hachas de cera y luminarias, que ardieron toda la noche, en la que se quemaron algunas invenciones de fuegos y hubo divertidas músicas. El domingo nueve por la mañana habiéndose vuelto a formar el paseo, siguió con el Real Estandarte a la Iglesia, asistió a la función de ella, que fue solemne; en cuyo día y el anterior hubo carro con sus loas, refrescos, varias danzas y en la noche se presentó, una comedia de las tres que dispuso el Alférez Real, muy bien ejecutada. Los seis días siguientes se jugaron toros, y por la noche se presentaban comedias, coloquios, loas, escaramuzas de moros y cristianos, mojigangas y otras cosas, que hicieron divertida la función, a la que sin embargo de la prevención que se les hizo, condujeron motu propio lo siguiente: La villa de San Fernando, una comedia con su loa al efecto, entremés y sainete. La de Reynosa con algunos juegos, loa y sainete. La de Camargo, con una comedia, loa y entremés. La de Revilla, con loa y sainete. La de Burgos, con loa, coloquio y danza. La de Santillana y Soto la Marina dispusieron una mojiganga vistosa, que acompaño todos los días el encierro de los toros, con relación y música de costa. La de Padilla con una mojiganga en forma de marcha y su relación. La de Hoyo con un coloquio. La de Güemez y Aguayo con dos cuadrillas de moros y cristianos y sus relaciones, en que se portaron con destreza. La de Villa de Llera se mantuvo sobre las armas para su seguridad y la de los caminos. La de Santa Bárbara una comedia con su loa, entremés y sainete. La de Escandón, una loa, danza y mojiganga. La ciudad de Horcansitas, lo mismo. La Villa de Altamira, dos comedias, varias danzas y bailes al uso de la costa de donde condujeron muchas frutas. El concurso, a proporción de la corta edad que esto tiene, fue grande, por haber concurrido de todas sus fronteras, y la variedad de invenciones hicieron divertida la función. Yo celebro haberla podido hacer como pedía el asunto, pero he tenido particular complacencia en ver la fidelidad y amor con que estas poblaciones de mi cargo se han esmerado en obsequio de su Soberano y reconocimiento de su ciega obediencia. Deseo sea de la satisfacción de Vuestra Excelencia, a quien rendidamente suplico que si en el modo hubiera habido algún defecto, me supla con evidencia de que no pudo haber sido voluntario, y que, sobre todo, me mande lo que estime de su superior agrado, que como siempre será lo mejor. Villa del Nuevo Santander, y noviembre veinte y seis de mil setecientos y sesenta años. Joseph de Escandón (Rúbrica.) Editor: Vargas Rea México, 1943 Ex-gobernadores de la Provincia del Nuevo Santander y del Estado de Tamaulipas GOBERNADOR DESDE HASTA Don José de Escandón y Helguera 31 Mayo de 1748 8 Abril 1767 Capitán Antonio Ladrón de Guevara Junio de 1749 Capitán Francisco de Barberena Octubre de 1755 Tte. Corl. Manuel Ignacio de Escandón Mayo de 1764 Octubre de 1764 Mariscal de Campo Juan Fernando de 8 Abril de 1767 Palacio 20 de Enero 1768 Sargento Mayor José Rubio 20 de Enero de 1768 18 de Sep. de 1769 Vicente González Santianés 18 de Septiembre de 12 de Agosto 1777 1769 Tte. Juan Muñiz (interino) 10 de Noviembre 1772 Marzo de 1773 Tte. Corl. Francisco de Echeagaray Agosto de 1777 19 de Febrero 1779 Gobierno vacante 19 de Febrero de 1779 17 de Abril de 1779 Don Manuel Medina 17 de Abril 1779 21 de Nov. De 1779 Gobierno vacante 21 de Noviembre de 17 de Febrero de 1780 1779 Tte. Corl. Manuel Ignacio de Escandón 17 de Febrero de 1780 17 de Marzo de 1781 Corl. Diego de Lazaga 17 de Marzo de 1781 20 de Febrero 1786 Capitán Juan Miguel Zozaya 20 de Febrero de 1786 23 de Diciembre de 1788 Corl. Melchor Vidal de Lorca Capitán Juan Miguel Zozaya Don Manuel Muñoz 23 de Diciembre de 18 de Junio 1789 1788 10 de Septiembre 20 de Junio 1789 1789 10 de Septiembre de 1 de Julio 1790 1789 de Tte. Corl. Manuel Ignacio de Escandón 10 de Julio 1790 21 de Mayo 1800 Tte. Corl. José Ramón Díaz de Bustamante 13 de Mayo 1792 Octubre 1792 Don José Blanco 21 de Mayo 1800 Enero 1802 Tte. Corl. Francisco de Ixart Enero de 1802 18 de Abril 1804 Don Pedro de Alba 18 de Abril 1804 18 de Septiembre 1804 Tte. Corl. Manuel de Iturbe e Iraeta 18 de Septiembre 1804 15 de Abril 1811 Corl. Joaquín de Arredondo 15 de Abril 1811 1 de Mayo 1819 Don Juan Fermín de Janicotena Septiembre de 1811 Septiembre de 1812 Don Francisco López 1815 Don Juan de Echeandía 1817 Corl. José María Echeagaray 1 de Mayo de 1819 7 de Julio 1821 Corl. Felipe de la Garza Cisneros 7 de Julio 1821 26 de Septiembre 1822 Don Pedro José de Lanuza 26 de Septiembre 1822 28 de Noviembre 1822 Don Juan de Echeandía 28 de Noviembre 1822 13 de Abril 1823 Tte Corl. José Antonio Flores 21 de Abril de 1823 17 de Mayo 1823 Don José Manuel Zozaya 17 de Mayo 1823 8 de Septiembre 1823 Don José Lino Perea 8 de Septiembre 1823 23 de Septiembre 1823 Don Juan Francisco Gutiérrez 23 de Septiembre 1823 20 de Octubre 1823 Don José Lino Perea 20 de Octubre de 1823 28 de Octubre de 1823 Don Juan Francisco Gutiérrez 28 de Octubre de 1823 9 de Abril de 1824 Don José Lino Perea 9 de Abril de 1824 18 de Abril 1824 Don Juan Francisco Gutiérrez 18 de Abril 1824 18 de Julio 1824 Corl. José Bernardo Maximiliano Gutiérrez 19 de Julio 1824 de Lara 28 de Julio 1824 Don Enrique Camilo Suárez 2 de Octubre 1824 28 de Julio 1824 Corl. José Bernardo Maximiliano Gutiérrez 2 de Octubre 1824 de Lara 4 de Marzo 1825 Don Enrique Camilo Suárez 4 de Marzo 1825 15 de Enero 1826 Don Lucas Fernández 15 de Enero 1826 10 de Junio 1828 Don Enrique Camilo Suárez 10 de Junio 1828 1 de Octubre 1828 Don Lucas Fernández 1 de Octubre de 1828 1 de Octubre de 1829 Don José Antonio Fernández Izaguirre 1 de Octubre de 1829 27 de Diciembre de 1829 Tte. Corl. Francisco Vital Fernández 27 de Diciembre de 13 de Enero 1830 1829 Don Enrique Camilo Suárez 13 de Enero de 1830 18 de Febrero de 1830 Don José Manuel Zozaya 18 de Febrero de 1830 5 de Abril de 1830 Don Enrique Camilo Suárez 5 de Abril de 1830 20 de Abril de 1830 Don José Manuel Zozaya 20 de Abril 1830 7 de Julio 1830 Don Juan Guerra 7 de Julio 1830 20 de Agosto 1831 Corl. Francisco Vital Fernández 20 de Agosto 1831 19 de Marzo 1832 Don José Honorato de la Garza 19 de Marzo 1832 7 de Agosto 1832 Gral. Francisco Vital Fernández 7 de Agosto de 1832 1 de Marzo de 1833 Don Juan Nepomuceno Molano 1 de Marzo de 1833 4 de Septiembre de 1833 Gral. Francisco Vital Fernández 4 de Septiembre de 16 de Julio de 1834 1833 Don Ramón de Cárdenas 16 de Julio de 1834 Gral. Francisco Vital Fernández 17 de Septiembre de 20 de Marzo de 1835 1834 Don José Guadalupe de Sámano 20 de Marzo de 1835 25 de Abril de 1835 Gral. Francisco Vital Fernández 25 de Abril de 1835 15 de 1835 Don José Antonio Fernández Izaguirre Don José Guadalupe de Sámano Don José Antonio Fernández Izaguirre 17 de Septiembre 1834 Septiembre 15 de Septiembre de 1 de Agosto de 1836 1835 15 de Septiembre 1 de Agosto de 1836 1836 15 de Septiembre de 29 de Mayo de 1837 1836 de de Don José Antonio Quintero 29 de Mayo de 1837 11 de Diciembre de 1838 Don José Antonio Fernández Izaguirre 11 de Diciembre de 24 de Marzo de 1839 1838 Don José Antonio Quintero 24 de Marzo de 1839 23 de Junio de 1841 Don José Antonio Boeta y Salazar 23 de Junio de 1841 19 de 1841 Gral. Francisco Vital Fernández 19 de Septiembre de 9 de Junio de 1843 1841 Gral. José Ignacio Gutiérrez 9 de Junio de 1843 10 de Julio de 1843 Don Juan Nepomuceno Molano 10 de Julio de 1843 21 de Agosto de 1843 Gral. José Ignacio Gutiérrez 21 de Agosto de 1843 18 de Diciembre de 1844 Don Juan Nepomuceno Molano 18 de Diciembre de 18 de Enero de 1845 1844 Don Manuel de Saldaña 18 de Enero de 1845 4 de Febrero de 1845 Don Pedro José de la Garza 4 de Febrero de 1845 21 de Julio de 1845 Don Victorino T. Canales 21 de Julio de 1845 23 de 1845 Don Juan Martín de la Garza Flores 23 de Noviembre de 19 de Octubre de 1846 1845 Don Manuel Núñez Ponce 28 de Agosto de 1846 No Tomó Posesión Don Manuel Saldaña 19 de Octubre de 1846 10 de 1846 Septiembre Noviembre Noviembre de de de Gral. Francisco Vital Fernández 10 de Noviembre de 18 de 1846 1848 Don Eleno de Vargas 26 de Julio de 1847 Don Jesús Cárdenas Don Antonio Canales Rosillo Don Jesús Cárdenas Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros Don Ramón Prieto Septiembre de 16 de Agosto de 1847 18 de Septiembre de 17 de Agosto de 1851 1848 30 de Septiembre de 17 de Agosto de 1851 1851 30 de Septiembre de 19 de Noviembre de 1851 1852 19 de Noviembre de 21 de Diciembre de 1852 1852 21 de Diciembre de 13 de Enero de 1853 1852 Don Rafael Chovel 13 de Enero de 1853 20 de Marzo 1853 Don Juan Francisco Villasana 20 de Marzo de 1853 2 de Mayo de 1853 Gral. Adrián Wöll 2 de Mayo de 1853 28 de Enero de 1855 Gral. Rómulo Díaz de la Vega 28 de Enero de 1855 4 de Abril de 1855 Gral. Adrián Wöll 4 de Abril de 1855 8 de Septiembre de 1855 Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros 30 de Septiembre de 9 de Mayo de 1856 1855 Lic. Ramón Guerra 9 de Mayo de 1856 9 de Agosto de 1856 Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros 9 de Agosto de 1856 19 de Febrero de 1857 Gral. Tomás Moreno 19 de Febrero de 1857 1 de Agosto de 1857 Don Andrés José de Cos 1 de Agosto de 1857 27 de Agosto de 1857 Don Juan Fernández Flores 27 de Agosto de 1857 19 de Octubre de 1857 Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros 19 de Octubre de 1857 7 de Enero de 1858 Don Ramón Guerra 7 de Enero de 1857 17 de Enero de 1858 Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros 17 de Enero de 1858 12 de Marzo de 1858 Don Ramón Guerra 12 de Marzo de 1858 30 de Julio de 1858 Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros 30 de Julio de 1858 26 de Febrero de 1859 Don Andrés Treviño 26 de Febrero de 1859 13 de Enero de 1860 Lic. y Gral. Juan José de la Garza 16 de Abril de 1860 1 de Agosto de 1861 Don Manuel Saavedra 26 de Noviembre de 9 de Febrero de 1861 1860 Don Modesto Ortíz 1 de Agosto de 1861 Don Jesús de la Serna 1 de Septiembre de 30 de Enero de 1862 1861 1 de Septiembre de 1861 Gral. Ignacio Comonfort 30 de Enero de 1862 9 de Agosto de 1862 Don Albino López 9 de Agosto de 1862 15 de 1862 Gral. Juan B. Troconis 15 de Septiembre de 23 de Octubre de 1862 1862 Don Albino López 23 de Octubre de 1862 1 de Agosto de 1863 Gral. Manuel Ruiz 1 de Agosto 1863 Don Jesús de la Serna 5 de Noviembre de 1 de Enero de 1864 1863 Gral. Manuel Ruiz 1 de Enero de 1864 12 de Enero de 1864 Gral. Juan Nepomuceno Cortina 12 de Enero de 1864 26 de 1864 Gral. José María Carvajal 26 de Septiembre de 15 Abril de 1865 1864 Gral. Francisco de León Abril de 1865 Diciembre de 1865 Gral. Juan Nepomuceno Cortina Fines de 1865 Marzo de 1866 Gral. José María Carvajal 4 Marzo de 1866 20 de Agosto de 1866 Gral. Servando Canales Molano 20 de Agosto de 1866 31 de Agosto de 1866 Gral. Santiago Tapia 31 de Agosto de 1866 3 de Noviembre de 1866 Gral. Felipe Berriozábal (distrito norte) Gral. Ascensión Gómez (distrito centro) Septiembre de 5 de Noviembre de 1863 Septiembre de 30 de Septiembre de 1 de Septiembre de 1867 1866 30 de Septiembre de Marzo de 1867 1866 Gral. Francisco de león (distrito. centro) 6 Marzo de 1867 27 de Junio de 1867 Corl. Felipe Escandón (distrito centro) 27 de Junio de 1867 5 de Julio de 1867 Corl. Juan de Haro 30 de Septiembre de 3 de Abril de 1867 1866 Gral. Desiderio Pavón 14 de Agosto de 1867 16 de Abril de 1868 Don Francisco L. de Saldaña 16 de Abril de 1868 31 de Julio de 1868 Lic. y Gral. Juan José de la Garza Cisneros 1 de Agosto de 1868 1 de Diciembre de 1869 Don Francisco L. de Saldaña Gral. Servando Canales Molano 1 de Diciembre de 30 de Agosto de 1870 1869 1 de Septiembre de 1 de Junio de 1872 1870 Lic. Ramón Guerra 1 de Junio de 1872 5 de Agosto de 1872 Gral. Servando Canales Molano 5 de Agosto de 1872 10 de 1874 Don Francisco Echartea 10 de Septiembre de 1 de Junio de 1875 1874 Septiembre de Gral. Servando Canales Molano 1 de Junio de 1875 Don Francisco Echartea 25 de Septiembre de 20 de Abril de 1876 1875 Gral. Servando Canales Molano 20 de Abril de 1876 Don José Martínez 17 de Octubre de 1865 28 de Octubre de 1876 Gral. Ascensión Gómez Mansilla 6 de Noviembre de 13 de Enero de 1877 1876 Gral. Juan Gójon 13 de Enero de 1877 6 de Febrero de 1877 Don Francisco Echartea 6 de Febrero de 1877 22 de 1877 Gral. Juan Gójon 22 de Noviembre de 16 de Octubre de 1878 1877 Don Francisco Echartea 16 de Octubre de 1878 10 de Abril de 1879 Gral. Juan Gójon 11 de Abril de 1879 12 de Mayo de 1880 Corl. Antonio Canales Molano 12 de Mayo de 1880 3 de Mayo de 1884 Gral. Juan Gójon 18 de Enero de 1884 12 de Marzo de 1884 Gral. Rómulo Cuéllar 4 de Mayo de 1884 3 de Mayo 1888 Ing. Alejandro Prieto Quintero 4 de Mayo de 1888 3 de Mayo de 1896 Lic. José Guadalupe Mainero Juárez 4 de Mayo de 1896 31 de Julio de 1901 Ing. Alejandro Prieto Quintero 31 de Julio 1901 10 de Agosto de 1901 Lic. Matías Guerra 10 de Agosto de 1901 30 de 1901 Coronel Pedro Argüelles 1 de Octubre de 1901 3 de Marzo de 1908 Don Juan B. Castelló 4 de Marzo de 1908 1 de Junio de 1911 Lic. Espiridión Lara 1 de Junio de 1911 30 de 1911 Lic. Matías Guerra 30 de Noviembre de 4 de Febrero de 1912 1911 Lic. Joaquín Argüelles 5 de Febrero de 1912 5 de Mayo de 1912 Lic. Matías Guerra 5 de Mayo de 1912 28 de Abril de 1913 Lic. José C. Mainero 12 de Enero de 1913 30 de Enero de 1913 Lic. Joaquín Argüelles 28 de Junio de 1913 24 de Julio de 1913 Gral. Antonio Rábago 24 de Julio de 1913 18 de 1913 Gral. Ignacio Morelos Zaragoza Gral. Luis Caballero Vargas 6 de Septiembre de 1875 6 de Noviembre de 1876 Noviembre Septiembre Noviembre Noviembre 19 de Noviembre de 14 de Mayo de 1914 1913 18 de Noviembre de 26 de Julio de 1916 1913 de de de de Don Gonzalo Castro. 15 de Octubre de 1914 20 de Octubre de 1914 Gral. Máximo García 16 de Abril de 1915 9 de Junio de 1915 Corl. Raúl Gárate Legleú 7 de Octubre de 1915 24 de 1915 Corl. Raúl Gárate Legleú Marzo de 1916 Junio de 1916 Lic. Fidencio Trejo Flores 26 de Julio de 1916 22 de Febrero de 1917 Gral. Gregorio Osuna 22 de Febrero de 1917 3 de Julio de 1917 Lic. Luis Ilizaliturri 11 de Marzo 1917 13 de Mazo de 1917 Lic. Luis Ilizaliturri 3 de Julio de 1917 17 de Julio de 1917 Gral. Alfredo Ricaut 17 de Julio de 1917 20 de Mayo de 1918 Profr. Andrés Osuna 20 de Mayo de 1918 10 de 1919 Lic. Francisco C. Villarreal 14 de Marzo de 1919 30 de Marzo de 1919 Gral. Francisco González Villarreal 10 de Noviembre de 3 de Mayo de 1920 1919 Gral. Rafael Cárdenas 4 de Mayo de 1920 8 de Mayo de 1920 Lic. Emilio Portes Gil 12 de Mayo de 1920 9 de Julio 1920 Don José Morante. R. 13 de Julio de 1920 15 de Febrero de 1921 Gral. César López de Lara 16 de Febrero de 1921 8 de Diciembre de 1923 Ing. José F. Montesinos 1 de Julio de 1921 30 de Julio de 1921 Ing. José F. Montesinos 21 de Agosto de 1922 12 de 1922 Lic. Juan Manuel Ramírez 15 de Octubre de 1922 30 de Octubre de 1923 Lic. Juan Manuel Ramírez Gral. Benecio López Padilla Noviembre Noviembre Septiembre de de de 25 de Noviembre de 3 de Diciembre de 1923 1923 9 de Diciembre de 1 de Febrero de 1924 1923 Don Pelayo Quintana 2 de Febrero de 1924 12 de Febrero de 1924 Profr. Candelario Garza Cantú 13 de Febrero de 1924 29 de Febrero de 1924 Don Gregorio Garza Salinas 1 de Noviembre de 5 de Febrero de 1925 1924 Lic. Emilio Portes Gil 5 de Febrero de 1925 4 de Junio de 1928 Don Manuel Tárrega. 4 de Agosto de 1926 11 de 1926 Lic. Felipe Canales. (interino) 30 de Octubre de 1926 6 de Noviembre de 1926 Lic. Benito Juárez Ochoa. 24 de Junio de 1927 2 de Agosto de 1927 Profr. Juan Rincón Rincón 4 de Junio de 1928 4 de Febrero de 1929 Septiembre de Lic. Federico Dosamantes 24 de Noviembre de 9 de Diciembre de 1928 1928 Lic. Francisco Castellanos Tuexi 5 de Febrero de 1929 4 de Febrero de 1933 Doctor Baudelio Villanueva. 8 de Febrero de 1929 10 de Febrero de 1929 Lic. Albino Hernández (interino) 20 de Marzo de 1929 7 de Abril de 1929 Lic. Albino Hernández (interino) 20 de Octubre de 1933 10 de 1933 Lic. Ramón Rocha (interino) 19 de Julio de 1934 24 de Agosto de 1934 Lic. Ramón Rocha (interino) 01 de Diciembre de 10 de Diciembre de 1934 1934 Lic. Ramón Rocha (interino) 13 de Abril de 1935 15 de Mayo de 1935 Lic. Ramón Rocha (interino) 30 de Julio de 1935 15 de Agosto de 1935 Don Loreto Garza 8 de Junio de 1935 10 de Junio de 1935 Lic. Aniceto Villanueva (interino) 27 de Junio de 1935 20 de Julio de 1935 Arquitecto Enrique Luis Canseco González 16 de Agosto de 1935 4 de Febrero de 1937 Ing. Marte R. Gómez Segura 5 de Febrero de 1937 4 de Febrero de 1941 Don Magdaleno Aguilar Castillo 5 de Febrero de 1941 4 de Febrero de 1945 Lic. Jacobo Martínez González 4 de Mayo de 1937 4 de Febrero de 1941 Lic. Jacobo Martínez González 5 de Febrero de 1941 4 de Febrero de 1945 Lic. Hugo Pedro González Lugo 5 de Febrero de 1945 9 de Abril de 1947 Gral. Raúl Gárate Legleú (interino) 9 de Abril de 1947 4 de Febrero de 1951 Lic. Juan Guerrero Villarreal (interino) 16 de Agosto de 1950 25 de Agosto de 1950 Lic. Horacio Terán Zozaya 5 de Febrero de 1951 4 de Febrero de 1957 Doctor Norberto Treviño Zapata 5 de Febrero de 1957 4 de Febrero de 1963 Lic. Praxedis Balboa Gójon 5 de Febrero de 1963 4 de Febrero de 1969 Don Manuel A. Ravizé Richer 5 de Febrero de 1969 4 de Febrero de 1975 Don Enrique Cárdenas González 5 de Febrero de 1975 4 de Febrero de 1981 Doctor Emilio Martínez Manautou 5 de Febrero de 1981 4 de Febrero de 1987 Ing. Américo Villarreal Guerra 5 de Febrero de 1987 4 de Febrero de 1993 Lic. Manuel Cavazos Lerma 5 de Febrero de 1993 4 de Febrero de 1999 Lic. Tomás Yarrington Ruvalcaba 4 de Febrero de 1999 31 de Diciembre de 2004 Ing. Eugenio Javier Hernández Flores 1 de enero de 2005 31 de Diciembre de 2010 Ing. Egidio Torre Cantú 1 de enero de 2011 31 de Diciembre de 2016 Noviembre de Escudo de Armas de Tamaulipas INTRODUCCIÓN Fue tradición en España, aproximadamente desde el siglo XV, el identificar a las ciudades y a las familias que ostentaban títulos de nobleza con un escudo de armas, que en forma gráfica representaba la evolución y la posición que se guardaba dentro del ambiente de aquella época. Estos escudos de armas se componían generalmente por una serie de símbolos y leyendas, los cuales representaban regiones y mezclaban las reglas de la heráldica, de ahí su composición por blasones que podían ser oro, plata, sable, gules, sinople, azur, armiño y veras. A raíz de la conquista de México, la tradición comenzada en España se continuó en nuestro país motivo por el cual tuvieron Escudo de Armas entre otras ciudades, la de México, Monterrey y Veracruz. El primer escudo de armas de Tamaulipas se identifica con su colonizador Don José de Escandón y Helguera, a quien en octubre de 1749 le fue concedido, al igual que a sus descendientes, el título de Castillo, Conde de Sierra Gorda y Vizconde de Escandón. Posteriormente encontrándose en Querétaro solicitó al Virrey de la Nueva España, construir su escudo de armas, instancia que le fue despachada favorablemente; consecuentemente el escudo fue creado entre octubre de 1749 y julio de 1751, año en que se hizo la petición. ESCUDO DE DON JOSÉ DE ESCANDÓN El escudo de Don José de Escandón y Helguera, aparece guardado tanto a la derecha como a la izquierda por dos naturales que extrañamente se encuentran barbados y que sirven de soporte, al centro de los naturales se encuentra el escudo cuartelado. Primero de plata, águila explayada de sable. Segundo de gules, castillo de plata. Tercero de sínople, castillo de plata. Cuarto de sur, caldera de oro con una banda de gules, Entre el primero y segundo cuartel cruz de oro. El escudo se encuentra timbrado con corona condal. El lema del escudo dice: “Aunque rústicos, guardamos con osadía y valor estas armas cuya luz ha venido de esta cruz y son de linaje y casa de Escandón”. Es de destacarse que el escudo fue mandado tallar en piedra por el propio Escandón, conservándose en la actualidad tal y como fue ordenado. A raíz de la culminación del movimiento de Independencia de nuestro país, las antiguas provincias de la Nueva España adoptaron como forma de organización Jurídico-Político el Federalismo. Naciendo esta manera nuevos escudos de armas. ESCUDO DE DON MARTE R. GÓMEZ En Tamaulipas no se adoptó escudo de armas pero sí se contó con un himno estatal, siendo hasta el año de 1939 y fungiendo como Gobernador del Estado Don Marte R. Gómez, en que nació y elaboración se utilizaron las reglas de la heráldica y a las facultades que como Gobernador le fueron conferidas por la Constitución del Estado, para lo cual envió a la XXXVI Legislatura, Iniciativa de Decretos que fue aprobada por ese H. Cuerpo Legislativo y Publicada en el Periódico Oficial del Estado bajo Decreto No. 24 del 29 de marzo de 1939. La intención de establecer el escudo de armas como lo señalaba el artículo Primero del Decreto, era que se utilizara en documentos oficiales, propiedades del Estado, y trofeos, siempre como signo de distinción. El escudo se realizó pensando por una parte en plasmar la historia de la entidad, para lo cual se incluyó el escudo de armas de Don José de Escandón y Helguera, como testimonio a su labor comunitaria y civilidora y por otra, representar la abundancia y riqueza, tanto ganadera, agrícola e industrial. REFORMAS AL ESCUDO En el año de 1978 aparece publicado en el Periódico Oficial No. 77 de fecha 27 de septiembre, las reformas al escudo de armas del Estado, por medio del Decreto 66, aprobado por el H. Congreso del Estado el 7 de septiembre del mismo mes y año. La reforma consistió en incluir dentro de la riqueza agrícola del Estado, plantas de sorgo y agaves, además en el tercer cuartel se dividió el campo petrolero por unos surcos y un tractor como testimonio de la mecanización del campo, al lado izquierdo aparece parte del mar con una embarcación y un pez, con lo que se representa la explotación e industria pesquera del Estado. ADECUACIÓN AL ESCUDO. Observando por parte el C. Gobernador Constitucional del Estado, Dr. Emilio Martínez Manautou, que del análisis de diseño y características del Escudo de Armas, existía la necesidad de adecuar con mayor realismo y proporción los elementos que lo configuran, proponiéndose la supresión del algodón por no ser un elemento importante dentro de las actividades agrícolas de la entidad y viendo la necesidades agrícolas de la entidad y viendo la necesidad de establecer los lineamientos que permitieran su correcta reproducción y determinar su uso en documentos, bienes, manifestaciones gráficas, eventos educativos, culturales y deportivos, envió al H. Congreso Constitucional la Iniciativa que reforma al artículo 2 del Decreto del Congreso del Estado No. 24 de fecha de fecha 9 de marzo de 1939, modificado por Decreto No. 66 de la Legislatura Local de 7 de septiembre de 1978.