UN OBSEQUIO A TODOS LOS PADRES DE FAMILIA, EN PARTICULAR A LOS DEL CENTRO DE ATENCIÓN DE ATLACOMULCO, MÉXICO. ---------------------------------------------------------------- ---¡NACE UN HIJO! PROFR. HÉCTOR GONZÁLEZ GONZÁLEZ No existe alegría mayor para los padres que la noticia del nacimiento de un hijo. ¿Cuántas preguntas surgen desde el mismo momento del anuncio del embarazo de la madre? Está próximo el nacimiento de una nueva vida. Pareciera que el corazón se ensancha y late con mayor prisa como si con ello acelerará la nueva vida. Una nueva vida es una promesa aún incumplida y un misterio indescifrable. PROMESA, en tanto posibilidad de cumplirse la más humana de las metas, de avizorar un futuro incierto con el deseo de lo mejor en él. Misterio porque el sólo surgir a la vida, hay un camino sinuoso, repleto de ángulos, vertientes y laderas que cuesta trabajo enfrentarlas y vencerlas. Toda vida tiene una historia, un enigma, algo oculto e impenetrable. Es un arte entre posibilidades y realidades, entre talento y voluntad. Un reto de ser fuerte ante la adversidad y humilde en la victoria. Una vida en la que nunca puede faltar el sueño lleno de ilusiones. Una vida en la que hay que sacarle lo máximo a todo lo grande, lo bueno y lo positivo que lleva dentro y, acrecentar el sentido de toda ella y vivirla en toda su intensidad. Es la lucha diaria en busca de la felicidad y la tranquilidad para vivir en paz con uno mismo o contra el infortunio, la desgracia y la injusticia. ¡NACE UN HIJO! ¡HAY UNA NUEVA VIDA! ¡AQUÍ ESTOY PAPÁ, AQUÍ ESTOY MAMÁ! Mírenme, mírenme bien, un tanto indefenso, tal vez sorprendido por haber roto la oscuridad del útero materno y surgir a la luz y a la vida. ¡AQUÍ ESTOY PAPÁ, AQUÍ ESTOY MAMÁ! Yo sé que he llegad a un hogar donde el cario y la comprensión nunca me faltarán. Lo aprendí y lo viví en cada momento de mi vida intrauterina, en cada palabra y en cada movimiento y en su risa llena de alegría por el sólo anuncio de mi llegada. ¡AQUÍ ESTOY! Contra lo que ustedes esperaban ver; pero no se desilusionen. Soy una respuesta al amor que se juraron tanto tiempo y no el capricho de un deseo sexual. Soy la concreción de sus ideales y esperanzas hechas carne. Soy su vida entera no un pedazo de ella. No importa mi color, mi sexo, mi peso o mi belleza. Soy una promesa hecha niño o niña, soy la vida de ustedes dos: MIS PADRES, así con mayúsculas, porque padre y madre implican una gran responsabilidad frente a una nueva vida. Posiblemente no se me haya dado el don maravilloso de admirar la naturaleza y el rostro de ustedes. Tal vez haya nacido privado de la palabra o el de escuchar los múltiples sonidos, entre ellos sus palabras de amor. A lo mejor se me dificulta entender y aprender o voy a padecer la terrible muerte cerebral o estar envuelto toda la vida con el maligno sida. Acaso haya nacido con el Síndrome de Down. No se desesperen ni me abandonen y procúrenme de su amor y no olviden que en la oscuridad siempre hay una pequeña rendija por donde puede filtrarse un rayo de luz y así, de la misma manera, pueda yo sentir sus manos y sus labios y escuchar sus palabras de amor hacia mí. Necesito de papá y mamá sus manos abiertas para que me acompañen en mi caminar. Necesito de sus ojos para que me ayuden a mirar y salvar los obstáculos que me impidan ser feliz. Necesito de su cerebro no para que piensen por mí, sino para que piensen en mí. Necesito de su boca y de sus labios no para que hablen por mí, sino para que siempre tengan la palabra que me anime y el beso impregnado de su cariño. Necesito de sus pies pero no para que caminen por mí, sino para que me acompañen, en mi caminar hacia los senderos del bien. Necesito de su corazón, no para que lata por el mío, sino para que en cada latido suyo me inyecten optimismo y deseos de vivir. Necesito de su comprensión y ayuda para ser yo. Necesito de su potencial humano para transformar la tragedia en un triunfo personal. Necesito que me ayuden a ser yo para volar solo o sola y saber enfrentarme a la vida cuando ya no estén ustedes. Necesito AMOR. Necesito PAPÁ que me ayudes a construir una patria diferente, una patria donde pueda transitar y jugar en sus calles, sin el temor de que alguien me rapte y me asesine. Que construyamos una patria donde la libertad sea el principio fundamental para el respeto a la vida y a las ideas. Si vivo en la violencia seré víctima y repetidor de la misma. Que tu juventud, tu inexperiencia y falta de madurez nunca sean pretextos para que me abandones. Ayúdenme padres a ver la vida con la mayor ilusión. Barnícenme con los valores fundamentales del ser humano para que pueda ser honesto conmigo mismo y honesto con los demás y que ello se constituya en una coraza que me defienda de las insinuaciones hacia la deslealtad y la intolerancia. Necesito de su ejemplo y de su tenacidad para hacer de nuestro hogar un recinto de paz y de cariño. Necesito MAMÁ de tu fortaleza de espíritu, de tus ganas y deseos de vivir. Necesito más de tus risas que de lágrimas, de tu alegría, de optimismo y de ese tu empeño de tener un hogar lleno de amor y comprensión. Enséñame a rezar para confiar en Dios en los grandes y en los pequeños momentos de mi existencia y dialogar con ÉL cuando me sienta solo o sola y triste. Sí la desesperación aparece en alguno de sus amaneceres lean este mensaje que los llenará de paz.