Las Cartas A la Iglesia de Corinto

Anuncio
Las Cartas A la Iglesia de Corinto Tim Attaway
© Copyright (Derechos de Autor) 1997, 1999 por Tim Attaway Todos Los Derechos Reservados Ninguna parte de este libro se puede reproducir en ninguna manera sin el consentimiento de su autor. A no ser especificado, la traducción Bíblica usado en este comentario proviene de la Santa Biblia Versión Reina­Valera 1995 (RVR1995)
Page ii Contenido 1. LA CORRESPONDENCIA A LOS CORINTIOS............................................................................. 1 2. PRIMERA CORINTIOS .................................................................................................................. 2 2.1 SALUDO ........................................................................................................................................ 2 2.2 LLAMAMIENTO A LA UNIDAD ......................................................................................................... 2 2.2.1 Cristo No Está Dividido......................................................................................................... 2 2.2.2 La Simplicidad del Mensaje del Evangelio ............................................................................. 3 2.2.3 La Madurez Lleva a la Unidad............................................................................................... 5 2.2.4 Defensa del Apostolado de Pablo........................................................................................... 8 2.3 INMORALIDAD SEXUAL Y PLEITOS EN LA IGLESIA ........................................................................... 9 2.4 PREGUNTAS MATRIMONIALES ....................................................................................................... 12 2.5 LA COMIDA OFRECIDA A LOS ÍDOLOS ........................................................................................... 14 2.6 LOS DERECHOS DE UN APÓSTOL ................................................................................................... 14 2.7 HUIR DEL MAL ............................................................................................................................ 16 2.8 ORDEN ENTRE LOS HOMBRES Y LAS MUJERES EN LA IGLESIA ........................................................ 17 2.9 ORDEN EN LA OBSERVANCIA DE LA CENA DE SEÑOR ..................................................................... 18 2.10 ORDEN EN LA PRÁCTICA DE LOS DONES ESPIRITUALES.................................................................. 19 2.10.1 El Propósito de los Dones Espirituales................................................................................. 21 2.10.2 El Regalo Arrollador–el Amor ............................................................................................. 25 2.10.3 Las Funciones de los Dones en las Reuniones de la Iglesia................................................... 27 2.11 RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS ................................................................................................ 30 2.12 OFRENDA PARA LA IGLESIA EN JERUSALÉN .................................................................................. 33 2.13 CONCLUSIÓN ............................................................................................................................... 34 3. SEGUNDA CORINTIOS.............................................................................................................. 35 3.1 3.2 3.3 3.4 3.5 3.6 3.7 3.8 3.9 3.10 3.11 3.12 3.13 3.14 3.15 SALUDOS ..................................................................................................................................... 35 PABLO DECLINA SU VISITA A CORINTO......................................................................................... 36 PERDÓN PARA EL OFENSOR .......................................................................................................... 37 LA GLORIA DEL MINISTERIO DE DIOS ........................................................................................... 38 TESOROS EN LOS FRASCOS DE ARCILLA ........................................................................................ 41 LA TIENDA TERRENAL Y LA MORADA CELESTIAL ......................................................................... 41 EL MINISTERIO DE LA RECONCILIACIÓN ....................................................................................... 42 PETICIÓN POR LA UNIDAD ............................................................................................................ 43 NO SEAN ALIADOS DE LOS NO CREYENTES .................................................................................. 44 REUNIÓN CON TITO ..................................................................................................................... 45 GENEROSIDAD EN EL DAR ............................................................................................................ 46 AUTODEFENSA DE PABLO............................................................................................................. 48 EL DISCURSO DEL TONTO............................................................................................................. 49 LOS PLANES DE PABLO PARA VISITAR CORINTO............................................................................ 52 CONCLUSIÓN ............................................................................................................................... 52
Page iii 1. La Correspondencia a los Corintios El capítulo 18 de los Hechos de los Apóstoles describe las visitas de Pablo a Corintos en su segundo viaje misionero. Él pasó un tiempo largo allí: un año y medio. Acto seguido, se fue a Éfeso. La primera carta a los Corintios fue escrita desde Éfeso. Para Pablo, los jóvenes creyentes que él había guiado hacia el Señor eran sus niños. Desgraciadamente, la iglesia Corintia era como los niños difíciles dos años de edad. Las cartas de Pablo a la iglesia en Corinto fueron escritas más para corregir que para instruir. A veces se percibe una exasperación considerable en el tono de la escritura. Hay individuos en la iglesia que trastornan el cuerpo. Algunos retan la autoridad de Pablo. Ellos necesitan una ‘palmada’ espiritual. Los problemas en la iglesia de Corinto eran variados. Había divisiones donde se necesitaba que hubiera unidad. Había inmoralidad sexual entre ellos. Unos miembros de la iglesia acusaban a otros miembros de la iglesia en las cortes civiles. Había problemas en la manera en que era recordada la Cena del Señor. Había fallas en el sometimiento al poder. Había abusos en la práctica de los regalos espirituales. La lista continúa. Pablo manejó todos esos problemas escribiéndoles y visitándolos. Él les escribía antes de sus visitas, esperando que ellos reaccionaran y así él no tendría que pasar su tiempo con ellos en conflicto. No hay seguridad sobre cuántas cartas escribió Pablo para los corintios, pero se sabe que fueron más de dos (esas cartas hacen referencia a otras, que no conocemos.) 1 y 2 Corintios son las únicas que se conservaron. Piezas de estas cartas y del libro de Hechos de los Apóstoles sugieren la siguiente cronología corintia:
·
·
·
·
·
·
·
·
Pablo pasó 18 meses en Corinto. Durante este tiempo fundó la iglesia. Después se fue a Éfeso.
Después de que Pablo se fue, Apolo y otros líderes asumieron la dirección de la iglesia corintia. Ellos mantuvieron a Pablo al tanto del estado de la iglesia. 1 Corintios contiene referencias sobre cartas que la iglesia había escrito a Pablo, haciéndole preguntas sobre asuntos particulares. (Vea 1 Corintios 7:1, 1 Corintios 7:25, etc.)
1 Corintios 5:9 hace referencia a una carta que Pablo escribió a los Corintios. Allí les aconsejaba no relacionarse con gente sexualmente inmoral. En 1 Corintios 5 aclara algunos de los puntos de esa carta. Aunque algunos creen que 2 Corintios 6:14­7:1 contiene el texto de dicho documento, parece ser que ésta ya no existe.
Por causa de los numerosos reportes de problemas en la iglesia Corintia, Pablo escribió la primera carta. Él mandó a Timoteo a entregarla (1 Corintios 4:17, 1 Corintios 16:10) y amenazó con ir él mismo para solucionar dichos conflictos.
Como se puede percibir, Timoteo entregó la carta, pasó allí un tiempo no especificado y regresó para informarle a Pablo que las cosas no habían mejorado.
Aparentemente Pablo visitó Corinto personalmente para tratar de manejar algunos de los asuntos. Esta visita no está descrita en Hechos de los Apóstoles. La segunda carta a los Corintios 2:1 dice: “Determiné, pues, no haceros otra visita que os causara tristeza”. Esto no puede referirse a la primera visita, en la cual él fundó la iglesia. Parece ser que Pablo se tomó un tiempo adicional para visitarlos y arreglar algunos asuntos.
2 Corintios 2:4 hace referencia a otra carta que Pablo escribió, “la mucha tribulación y angustia del corazón [y] con muchas lágrimas”. Aunque esto puede ser una referencia a 1 Corintios, probablemente se refiere a otra carta desaparecida. Algunos creen que 2 Corintios 10­13 contiene el texto de esta carta, pero más parece ser que no fue conservada. Después de la visita dolorosa de Pablo a Corinto, él les escribió una carta muy exigente.
2 Corintios 12:18 sugiere que Tito les llevó dicha carta a los Corintios. Pablo esperó angustiado el regreso de Tito con las noticias sobre cómo fue recibida la carta. (2 Corintios
Page 1 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados ·
2:13.) Eventualmente él se encontró con Tito en Macedonia (2 Corintios 7:6) y fue gratamente recompensado al escuchar que las cosas estaban mejorando.
2 Corintios fue escrita desde Macedonia en respuesta al reporte de Tito. Esta carta expresa la satisfacción de Pablo porque las cosas están mejorando, pero sigue haciendo énfasis en los problemas que continúan. Además informa las intenciones de Pablo de visitarlos una tercera vez (2 Corintios 2:14.) Así, en síntesis, el itinerario parece ser:
·
·
·
·
·
·
·
·
·
Primera visita–fundación de la iglesia
Cartas de la iglesia Corintia a Pablo
Cartas desaparecidas de Pablo a los Corintios
Pablo escribe 1 Corintios
Timoteo entrega la primera carta a los Corintios
Visita dolorosa de Pablo
Pablo escribe una carta severa (no existente)
Tito entrega la carta severa
Pablo escribe 2 Corintios Aunque estas cartas fueron escritas con desespero, se mantienen como un tesoro maravilloso para Iglesia actual. ¿Cuál iglesia en algún siglo no ha pasado por “terribles pruebas” y no ha necesitado estas instrucciones? 1 Corintios nos da la más completa disertación que tengamos en las escrituras sobre los regalos espirituales. 1 Corintios 13 es el capítulo clásico de amor que ha aliviado corazones por dos milenios. 2 Corintios ofrece más instrucciones en ayudas financieras que cualquier otro libro del Nuevo Testamento. Estos son realmente unos buenos libros. 2. Primera Corintios 2.1 Saludo 1 Corintios 1:1­9 1 Corintios fue escrita por Pablo y Sóstenes a la iglesia de Corinto. Sóstenes es mencionado en Hechos de los Apóstoles 18:17 como el líder de la sinagoga en Corinto, quien golpeado por los judíos del lugar por haberse mostrado amigable con Pablo. 2.2 Llamamiento a la Unidad 1 Corintios 1:10­4:21 2.2.1 Cristo No Está Dividido 1 Corintios 1:10­16 Al comienzo de la carta, Pablo hace un llamamiento a la unidad en la iglesia. 1 Corintios 1:10­13 dice: Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y un mismo parecer, 11 porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. 12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: «Yo soy de Pablo», «Yo, de Apolos», «Yo, de Cefas»
Page 2 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados o «Yo, de Cristo». 13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? No se sabe qué había realmente en el fondo de esta discusión. Tal vez no es importante. Lo que debemos saber es que la gente en la iglesia de Corinto estaba dividida en facciones, aparentemente centradas alrededor de quien ellos veían como su padre espiritual. Nosotros hacemos esto hoy. Algunos dicen “yo soy luterano”; otros “yo soy metodista”. Las denominaciones no son necesariamente una cosa mala; hay razones legítimas por las que ellos toman esta decisión. Es más, los padres espirituales que hemos tenido durante los tiempos son influencias muy positivas. Lutero, Calvino y Wesley, toda la lista hasta Chuck Smith y John Wimber han hecho aportes muy significativos, que resultaron en sectas fundacionales. Cuando estas denominaciones son murallas que nos dividen, allí sí hay un problema. Lo que tenemos en común debe ser más importante que aquello en lo que diferimos. Es más, debemos estar unidos para seguir a Cristo. Ser Cristiano debe ser más importante que ser bautista, metodista o presbiteriano. Pablo quería unidad en la iglesia Corintia. Dios quiere unidad en la iglesia Hoy. 2.2.2 La Simplicidad del Mensaje del Evangelio 1 Corintios 1:17­2:16 Uno de los asuntos que parece prevalecer en ambas cartas es un reto a la autoridad de Pablo. Esto es particularmente evidente en el “Discurso del tonto”, en 2 Corintios 11:16­12:11. Este es uno de los puntos que causó la división mencionada anteriormente. Parece ser que algunos trataron de encasillar a Pablo de manera negativa porque el enfoque de su mensaje no era suficientemente intelectual. A los griegos les gustaba discutir filosofía y Pablo no era persona de debate. Él decía un mensaje evangélico simple e invitaba a otros a seguirlo. Algunos en la iglesia se burlaron de ello y trataron de convertir lo simple en un complicado sistema filosófico. Estos son los antecedentes de 1 Corintios 1:17­2:5: 17 No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. 18 La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios, 19 pues está escrito: «Destruiré la sabiduría de los sabios y frustraré la inteligenciade los inteligentes». 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el que discute asuntos de este mundo? ¿Acaso no ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21 Puesto que el mundo, mediante su sabiduría, no reconoció a Dios a través de las obras que manifiestan su sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22 23 Los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura. 24 En cambio para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es poder y sabiduría de Dios, 25 porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. 26 Considerad, pues, hermanos, vuestra vocación y ved que no hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. 30 Pero por él estáis vosotros en Cristo
Page 3 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención, 31 para que, como está escrito: «El que se gloría, gloríese en el Señor». 1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios no fui con 2 excelencia de palabras o de sabiduría, pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. 3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 4 y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. A Pablo no le interesaba realmente que dijeran que su mensaje era tonto. Él sabía que la tontería de su mensaje tenía el poder de la salvación. Él sabía que la “tontería” de Dios es más sabia que cualquier cosa humana. Los opositores de Pablo miraban a un hombre crucificado como algo débil, pero Pablo sabía que esta “debilidad” de Dios era más fuerte que cualquier cosa humana. Dios siempre ha trabajado de esta manera. Gedeón era un cobarde tembloroso, pero Dios le otorgó un ejército de 300 hombres desarmados para derrotar el ejército de los Medonitas. David era un muchacho joven con una cauchera, pero Dios lo usó para derrotar al poderoso Goliat de los Filisteos. Moisés era un fugitivo de Egipto, con una muy poca confianza en si mismo, pero Dios lo usó para liberar a la gente de la esclavitud. Dios elige a la gente sin fortalezas obvias–el débil de este mundo­ para obrar hechos poderosos–y así avergonzar al fuerte de este mundo. Él lo hace por una razón. Cuando Gedeón ganó nadie sospechó que fuera gracias a su fuerza superior o a su estrategia militar. Ellos sabían que fue obra de Dios. Lo mismo con David. Dios elige a quienes saben que Él está haciendo algo poderoso por ellos. Él quiere que su intercesión sea obvia. Por eso obra a través de los tontos y de los débiles. Cuando Pablo fue donde los Corintios, llegó con debilidad, miedo y temblor. Había acabado de tener una mala experiencia en Atenas. Es más, Corinto era un pueblo con una reputación de bancarrota moral. Por lo tanto, cuando llegó, su mensaje no fue elocuente o lleno de razonamientos intelectuales. Él trató lo mismo en Atenas, sin mucho éxito. Trató el acercamiento simple y les dijo solamente la verdad, sin argumentos o defensas. 1 Corintios 2:4­5 dice: “mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” Él proclamó el reino y después demostró su poder. Esta es la manera más acertada de predicar el evangelio. En el resto del capítulo 2, Pablo se refiere a una sabiduría disponible para todos aquellos que han respondido a la simplicidad del mensaje. Cuando uno rechaza el intelecto de este mundo y responde a la “tontería y debilidad” del evangelio, recibe el Espíritu Santo. En esta transacción uno intercambia la sabiduría pasajera de este mundo por la sabiduría infinita de Dios. Así como el espíritu de un hombre es lo único que sabe sus pensamientos más secretos, el Espíritu de Dios sabe los pensamientos secretos de Dios. Cuando nosotros recibimos a Cristo, ese espíritu toma posesión de nuestras vidas. Él empieza a comunicarnos la sabiduría de Dios. 1 Corintios 2:14­16 dice: Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 15 En cambio, el 16 espiritual juzga todas las cosas, sin que él sea juzgado por nadie. ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién lo instruirá? Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo. Por lo tanto, el mensaje de Pablo a la iglesia Corintia consiste en olvidarse de aquellos que tratan de seducir con sabiduría de palabra. Aquellos que pertenecen a Jesús–y sólo aquellos que pertenecen a Jesús­ tienen la sabiduría del universo a su disposición. Es muy triste ver hoy tantos–inclusive en la iglesia­ tratando de convertir la religión en una búsqueda intelectual.
Page 4 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados Nosotros debemos servir a Dios con nuestro intelecto. Debemos tratar de crecer en conocimiento de Dios. Pero sólo cuando nos hayamos entregado totalmente a la tontería y a la debilidad del evangelio podremos ser sabios y fuertes en las cosas que importan. Jesús no vino a entregar sabiduría. Él vino a restablecer una relación. Sólo cuando esa relación esté intacta, el conocimiento importa. 2.2.3 La Madurez Lleva a la Unidad 1 Corintios 3 Pablo continúa con el tema de la unidad en el capítulo 3. Él enlaza unidad con madurez. Cuando la sabiduría y la fortaleza de Dios moran en la vida de los creyentes, la madurez debería guiarlos. La unidad debe ser un signo de madurez. Desafortunadamente, la iglesia Corintia no está en ese punto todavía. Él indica esto en 1 Corintios 3:1­9: 1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Os di a beber leche, no alimento sólido, porque aún no erais capaces; ni sois capaces todavía, 3 porque aún sois carnales. En efecto, habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales y andáis como hombres? 4 Pues cuando uno dice: «Yo ciertamente soy de Pablo», y el otro: «Yo soy de Apolos», ¿no sois carnales? 5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así que ni el que planta es algo ni el que riega, sino Dios que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor, 9 porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. Las divisiones existentes en la iglesia de Corintio son producto de lo mundano y de la inmadurez. La gente necesita crecer y darse cuenta de que sigue a Jesús–no a Pablo o a otro líder humano. Así como Pablo resalta, él, Apolo y otros son simplemente siervos del Maestro. La gente debería servir al Maestro, pero en lugar de esto ellos están tratando de servir a los sirvientes. Como se dijo anteriormente, los líderes humanos tienen su lugar y su propósito. Éfesos 4:11 dice: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.” Dios ubica a los hombres en posiciones de liderazgo y autoridad con el propósito de estructurar, edificar e instruir a la Iglesia. Los escritos de Pablo–inclusive las cartas a los Corintios, nos enseñan a obedecer esta autoridad. Es más, nosotros debemos estar unidos en esa estructura. Los líderes que nosotros tenemos no están ahí para dividirnos en campos de guerra. Nosotros somos escuadrones del mismo ejército, rindiendo cuentas al mismo comandante en jefe. El pasaje anterior concluye con la afirmación: “vosotros sois ... edificio de Dios a.” Pablo continúa con el tema en 1 Corintios 3:10­17: 10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo, como perito arquitecto, puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11 Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12 Si alguien edifica sobre este fundamento con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la pondrá al descubierto, pues por el fuego será revelada. La obra de cada uno, sea la que sea, el fuego la probará. 14 Si permanece la obra de alguno que sobreedificó, él recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quema, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. 16 ¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en vosotros? 17 Si
Page 5 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. La Iglesia en Corinto es el edificio de Dios, y cada persona contribuye, a su propia manera, en esa construcción. Pablo estableció las bases (cuando inicialmente fue a ellos y les llevó el mensaje del evangelio), el cual es Jesucristo. Un edificio debe tener una sola base. Por lo tanto, no hay lugar para las bases de Pablo, o las bases de Apolo. La gente está ahora en el proceso de construir sobre estas bases. Esto pasa día tras día en la medida en que ellos llevan sus vidas. Si ellos someten sus vidas a Dios, de tal manera que sus mentes y sus actividades sean puras, entonces ellos están construyendo con oro, plata y piedras preciosas. Si ellos todavía viven vidas caracterizadas por la rebelión entonces están construyendo con basura–madera, heno y paja. De hecho, nuestras vidas son una mezcla de ambos. Llegará el día en que Dios vendrá a pulir a sus elegidos. Irá al cobertizo de los cielos a conseguir su antorcha santa. Volverá por el mismo camino y dirigirá la llama a cada uno de nuestros edificios. Cuando lo haga, la basura se quemará, pero el oro, la plata y las piedras preciosas permanecerán. 1 Corintios 3:14­15 dice: “Si permanece la obra de alguno que sobreedificó, él recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quema, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” Esto quiere decir que hay una recompensa en el cielo. La clase de recompensa que cada uno recibe depende de cómo le fue en el examen de la antorcha. Si tratan de poner tesoros en el cielo, entonces tendrán tesoros en el cielo. Si se gastaron su vida satisfaciendo su carne, entonces la recompensa será poca. Es de notar que el texto dice: “él mismo será salvo...” Hacer las cosas que traen recompensa no es una condición para la salvación. La salvación es un regalo recibido por gracia y no se puede merecer. Sin embargo, una vez que la persona ha sido salvada, y tiene las bases de Jesucristo, puede empezar a construir. Uno no puede quedar a salvo por el trabajo. Una vez que uno está salvado, debe responder en gratitud con trabajo. ¿Cuál es la naturaleza de esas recompensas? Cualquier respuesta a esta pregunta sería pura conjetura. Se trata de una pregunta interesante, pero no tiene respuesta en las Escrituras. Nosotros podemos tener certeza de una cosa, sin embargo, aquellos sobre quienes Pablo dijo: “él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” son todavía mejores que aquellos que en últimas no entrarán; inclusive si uno entra al cielo con la punta de su abrigo en llamas, es mejor haber entrado. En 1 Corintios 3:16­17, Pablo continúa con el tema de ser la construcción de Dios. ¿Por qué se preocupa tanto sobre la composición de nuestras construcciones? Porque nosotros somos templo de Dios y su espíritu vive en nosotros. En el momento de la crucifixión el velo del templo se rompió de arriba a abajo y el espíritu de Dios dejó de morar allí. Desde entonces, tomó su lugar en la vida de los creyentes. Pensemos sobre el templo. Cuando uno se acerca al templo (no el complejo en general sino el templo mismo) lo primero que se encuentra es el altar de bronce. Allí es donde el sacrificio era hecho. Antes no se podía pensar ni en acercarse a Dios, primero se debían expiar los pecados. El pecado no puede estar con la presencia de Dios. Más allá del altar estaba la fuente. Quien entrara, bebía parar en la fuente para la limpieza ceremonial. Los judíos eran muy cuidadosos de observar las leyes de limpieza, de tal manera que no fueran descalificados de participar en las actividades religiosas. La impureza no entraba en la presencia de Dios. El altar y la fuente estaban afuera del Lugar Santo. Habiéndose separado del pecado y de la suciedad, el sacerdote podía entrar en la cámara del Lugar Santo. A la izquierda estaban los candeleros dorados y a la derecha estaba la mesa del pan de la proposición. Las velas iluminaban las doce tajadas de pan, lo que indicaba que el Dios siempre presente vigilaba sobre su gente. Detrás de aquello, apenas afuera del Lugar Santísimo estaba el altar de incienso. Aquí el incienso se quemaba a diario, como una oferta fragante a Dios. Por último, detrás del velo en el Lugar Santísimo estaba el Arca del Testimonio, el asiento del Espíritu de Dios.
Page 6 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados N O E S Lugar Santísimo Arca del Testimonio Velo Mesa del Pan de la Proposición Altar de Incienso Lugar Santo Candelabro de Oro Fuente Altar de Bronce
Así estaba previsto en la Antigua Testamento. El espíritu de Dios mora en nosotros. Nosotros somos el Lugar Santísimo. Jesús es nuestro altar de bronce. Él ya hizo la expiación por nuestros pecados. Lo importante es qué hacemos de ahora en adelante. ¿Seguimos permitiendo que el pecado marche audazmente y pase el altar de bronce hacia la presencia de Dios? ¿Qué hacemos con la fuente? ¿Traemos la suciedad frente al Espíritu de Dios que mora en nosotros? ¿Somos conscientes de su siempre­presente vigilancia sobre nosotros? ¿Vivimos vidas que son una ofensa flagrante hacia Él? Dios ha tomado residencia en nosotros porque eso es lo mejor para nosotros. ¿Enterramos su espíritu entregándole un templo hecho de madera y rastrojo o lo honramos construyéndolo con oro y piedras preciosas? 1 Corintios 3:17 dice que Dios destruirá a aquel que busque destruir su templo. Vendrá enfurecido contra los falsos líderes–pastores, maestros, etc., quienes dirigían a la gente por caminos contrarios y los llevaron a construir templos de basura. Pablo habla severamente contra quienes causan disensiones en la iglesia. Aquellos que despiertan dudas sobre su mensaje “tonto y débil” se levantan contra el templo de Dios, quien no lo tomará a la ligera. Él está llamando a la gente a la sabiduría y la madurez de Dios y llamándolos a rechazar a quienes avivan el problema. Él reitera su pensamiento en 1 Corintios 3:18­19: Page 7 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados 18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros cree ser sabio en este mundo, hágase ignorante y así llegará a ser verdaderamente sabio. 19 La sabiduría de este mundo es insensatez ante Dios, como está escrito: «Él prende a los sabios en la astucia de ellos». 2.2.4 Defensa del Apostolado de Pablo 1 Corintios 4 Ahora Pablo se detiene en las acusaciones que se han hecho contra él. Aunque no hay pruebas exactas de lo que dijeron sus atacantes, es fácil concluirlo del texto. Obviamente en la iglesia de Corinto había quienes decían que Pablo no era más que un predicador itinerante de segunda clase. Él era un hombre débil con un mensaje tonto. Si realmente fuera un hombre de Dios estaría bien financieramente y no tendría tantos problemas con la ley. En contraste, los hombres que hacían las acusaciones eran personas estables, miembros de la comunidad con seguridad financiera. Ellos serían mejores modelos y harían un liderazgo mucho mejor en la iglesia. O eso era lo que decían. Estas palabras llegaron a oídos de Pablo. Él no estaba preocupado tanto por el efecto sobre él como por el impacto que causarían en la iglesia. La gente estaba confundida, no sabía a quién seguir. Y si ellos no seguían a Pablo, ¿podrían creer realmente en su mensaje? Esto fue lo que animó a Pablo a hacer su defensa. Él empieza declarando que los hombres deben sostenerlos (a Pablo y a sus compañeros) en consideración a que son siervos de Cristo, a quienes se les confió su mensaje. Dice que será juzgado en la medida en que divulgue fielmente dicho mensaje. Además, él estará solo frente a Dios durante el juicio, no delante de sus acusadores en Corinto. En 1 Corintios 4:8­13 él dirige las acusaciones de una manera un tanto sarcástica: 8 Ya estáis saciados, ya sois ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinarais, para que nosotros 9 reináramos también juntamente con vosotros!, porque, según pienso, Dios nos ha puesto a nosotros los apóstoles en el último lugar, como a sentenciados a muerte. ¡Hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres! 10 Nosotros somos insensatos por causa de Cristo, y vosotros sois prudentes en Cristo; nosotros débiles, y vosotros fuertes; vosotros sois honorables, y nosotros despreciados. 11 Hasta el día de hoy padecemos hambre y tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados y no tenemos lugar fijo donde vivir. 12 Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos. 13 Nos difaman, y respondemos con bondad; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos. Los hombres en Corinto estaban midiendo el éxito de un ministerio en términos humanos– bienestar financiero, sabiduría humana, fuerza, los honores brindados por los hombres, etc. Pablo dice que la fidelidad viene de permanecer ‘tal como Cristo’ a pesar de las circunstancias. La sumisión es la clave. Los hombres en Corinto estaban sometidos solamente a su propio status. Pablo estaba sometido a Dios y dispuesto a ser útil de la manera que fuera necesaria. Los hombres en Corinto estaban buscando poder (“¡Se han vuelto ricos!” ¡Se han vuelto reyes!) Pero Pablo está buscando servir (Dios ha puesto a sus apóstoles a la vista, al final de la procesión, al igual que los hombres condenados a morir en la arena.) En 1 Corintios 4:15 Pablo les recuerda que es su padre en el Evangelio. Él espera su lealtad, pues es su padre en la fe. En 1 Corintios 4:16 dice: “Por tanto, os ruego que me imitéis.” No escuche a aquéllos que estaban diciéndoles buscar poder y riqueza y en cambio siga a Pablo en servicio.
Page 8 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados La situación en Corinto es seria. Pablo se hace cargo de que sea corregida. Planea visitarlos personalmente para asegurarse de que han encontrado una solución, pero quiere darles la oportunidad de “limpiar sus actos” primero. La carta es el primer paso que da para instarlos a que corrijan. Como segundo paso, En 1 Corintios 4:17 vemos que envía a Timoteo a Corintio. Timoteo es enviado para tratar de resolver la situación y para llamar de nuevo a la gente a la fe. La esperanza vendrá cuando Pablo llegue, él invertirá su tiempo edificándolos, en lugar de gastarlo disciplinándolos. De una o de otra manera, él manejará el problema. En 1 Corintios 4:18­21 dice: 18 19 Algunos están envanecidos, como si yo nunca hubiera de ir a vosotros. Pero iré pronto a visitaros, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras, sino el poder de los que andan envanecidos, 20 pues el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder. 21 ¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre? 2.3 Inmoralidad Sexual y Pleitos en la Iglesia 1 Corintios 5­6 En la mayor parte del resto del libro, Pablo habla sobre asuntos específicos que ocurrían en la iglesia Corintia. Ellos incluyen:
·
·
·
·
·
·
·
·
·
·
·
Inmoralidad sexual en la iglesia.
Pleitos entre miembros de la iglesia.
Asuntos matrimoniales.
Comer la carne de los sacrificios.
Los derechos del apóstol.
La libertad en Cristo.
El orden entre hombres y mujeres en la iglesia.
Orden en la observancia de la Cena del Señor.
Orden en la práctica de los regalos espirituales.
Preguntas sobre la resurrección de los muertos.
Ofrenda para la iglesia en Jerusalén. La primera pregunta está explicada en 1 Corintios 5:1­5: 1 Se ha sabido que hay entre vosotros fornicación, y fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; a tal extremo que alguno tiene a la mujer de su padre. 2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien lamentarlo y haber quitado de en medio de vosotros al que cometió tal acción? 3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo pero presente en espíritu, como si estuviera presente he juzgado ya al que tal cosa ha hecho. 4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. Un hombre de la iglesia estaba durmiendo con su suegra. La iglesia no sólo falló en disciplinarlo, sino que además se mostró orgullosa de su actitud tolerante ante él. Su boletín dominical probablemente tendría un logo que decía, “Bienvenidos a la Primera Iglesia de Corinto, donde todos son aceptados.” El hecho es que la iglesia no está para aceptar todo y a todos. ¿Los pecadores son bienvenidos en la iglesia? Por supuesto que sí. Este es el mejor lugar para ellos. Pero, ¿son bienvenidos a la hermandad de la iglesia sin que hagan algo sobre sus pecados? No. La iglesia debe ser un lugar de refugio, pero también un lugar de cambio. Normalmente nosotros somos “sanados” de una manera amorosa y pacífica. Sin embargo, cuando alguien está envuelto en pecados públicos y escandalosos la iglesia tiene la
Page 9 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados responsabilidad de disciplinar públicamente. Esto fue lo que les indicó Pablo que hicieran con este hombre. ¿Qué significa “entreguen este hombre a Satanás para destrucción de su naturaleza pecaminosa a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor?” Parece que significara ‘desafiliar’ al individuo. Dejarlo afuera de la hermandad de la iglesia sería ponerlo al dominio de Satanás. Lo que Pablo quiere decir es que el hombre debe asumir las consecuencias de su pecado hasta cuando haya tenido suficiente. Es de notar que la preocupación es por el espíritu del hombre– que podría ser salvado en el día del Señor. El objetivo de Pablo es que el hombre sufra con la disciplina, cambie su comportamiento y después vuelva a la hermandad. De cualquier manera, hasta que no cambie no le será permitido volver. (Hay una duda en cuanto a si el individuo mencionado en este pasaje es el mismo discutido en 2 Corintios 2:5­11. Consideraremos este asunto en la discusión de 2 Corintios.) Se habiendo enfrentado el error de aquel individuo, Pablo se dirige al error de la iglesia en cuanto a su tolerancia con él. Dice en 1 Corintios 5:6: 6 No es buena vuestra jactancia. ¿Acaso no sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? La iglesia de Corinto estaba orgullosa de su tolerancia. Esta actitud realmente invitaba al pecado. Permitiendo que este pecado pasara inadvertido en la iglesia, ellos le abrieron la puerta a una serie interminable de pecados. Su tolerancia era desobediencia. Pablo es cuidadoso al distinguir la actitud que se debe tener frente a aquellos dentro de la iglesia contra aquellos fuera de la iglesia. En 1 Corintios 5:9­13 dice: 9 Os he escrito por carta que no os juntéis con los fornicarios. 10 No me refiero en general a todos los fornicarios de este mundo, ni a todos los avaros, ladrones, o idólatras, pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. 11 Más bien os escribí para que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, sea fornicario, avaro, idólatra, maldiciente, borracho o ladrón; con el tal ni aun comáis, 12 porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13 A los que están fuera, Dios los juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros. 1 Pablo retoma el tema de juzgar a aquellos adentro de la iglesia y se detiene brevemente en otro asunto en la iglesia de Corinto. Aparentemente había miembros acusando a otros miembros en las cortes civiles. Esto disgustó enormemente a Pablo. Primero que todo era un signo público de falta de unidad. A él le preocupaba que la gente no se llevara bien, pero las cosas empeoraban cuando el asunto se ventilaba públicamente. Pablo cuidaba la imagen pública de la iglesia. Pablo era realista y sabía que la gente no estaría de acuerdo siempre. Había áreas de disputa entre los creyentes. Sin embargo él consideraba que los miembros de la iglesia harían juicios más rectos que aquellos que estaban fuera de la iglesia. Una mediación segura se podría llevar a cabo mejor en la hermandad que el las cortes civiles. Dice en 1 Corintios 6:1­8: 1 ¿Se atreve alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, llevar el asunto ante los injustos y no delante de los santos? 2 ¿No sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar asuntos tan pequeños? 3 4 ¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? Si, pues, tenéis pleitos sobre asuntos de esta vida, ¿por qué ponéis, para juzgar, a los que son de menor estima en la iglesia? 5 Para avergonzaros lo digo. Pues qué, ¿no hay entre 1 En el texto citado, Pablo parafrasea Deuteronomio 17:7, Deuteronomio 19:19, Deuteronomio 22:21,24, y Deuteronomio 24:7, pasajes que hablan de los discípulos entre los Judíos.
Page 10 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados vosotros ni uno solo que sea sabio para poder juzgar entre sus hermanos? 6 Un hermano pleitea contra otro hermano, ¡y lo hace ante los incrédulos! 7 Ciertamente, ya es una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? 8 ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? Pero vosotros cometéis el agravio y defraudáis, ¡y esto a los hermanos! Hay información muy interesante en este pasaje. El texto dice que los creyentes participarán en el juicio del mundo y en el juicio de los ángeles. Esta es la única parte de las escrituras donde se hace semejante declaración, por lo cual es difícil entenderla en profundidad. ¿Quién sabe cuál será nuestro papel en este proceso? Esta es una de esas gemas sin pulir que encontramos en la escritura. Desafortunadamente, tendremos que esperar hasta que “sepamos de lleno” para entender exactamente qué significa. De todas maneras, Pablo no escribió este pasaje para enseñarnos sobre el juicio a los ángeles. Él nos enseña cómo solucionar los conflictos internos. Él asegura que “inclusive los hombres de cuenta pequeña en la iglesia harán un mejor trabajo que los mejores jueces afuera de ella.” Debemos encontrar la manera de solucionar los problemas en la iglesia y no en las cortes civiles. Pablo no está hablando de miembros de la iglesia que incumplen las leyes criminales. Él nunca sugeriría que sean excusados de ir a juicio. Estas son discusiones civiles entre hermanos. El dinero era un asunto típico para llevar a juicio. Este es un tema difícil. ¿Qué haría usted cuando cree honestamente que fue traicionado por un hermano en Cristo? Yo puedo referirme a este asunto de manera muy personal. Hace algunos años conocí a un contratista, quien decía ser cristiano. Él me pidió miles de dólares para hacer algunos arreglos en mi casa. Apenas tuvo el dinero en sus manos, desapareció. Nunca vino a hacer el trabajo. Nunca llamó. No devolvió mis llamadas. Yo viví todas las emociones, desde la rabia hasta la depresión. Estaba indignado. Me hicieron mal. Seguro que este hombre debía ser llevado a la justicia. Yo tenía la responsabilidad de llevarlo a rendir cuentas por esto. En cuanto a mí, toda esta indignación no hizo sino deprimirme más y más. Lo único que me trajo tranquilidad de nuevo fue cuando finalmente lo perdoné y dejé este incidente en el pasado. Me quité un peso enorme de los hombros cuando entregué este asunto en manos de Dios. Pablo dice que había sido mejor para mí haber sido engañado que haber llevado el asunto a la corte. Yo creo que sí. El conseguir un pago en la corte no me habría llevado a perdonar. Manchar su nombre públicamente no habría honrado el Dios que profeso seguir. Admito abiertamente que este es un asunto muy difícil. En la iglesia hay sinvergüenzas. Hay gente que se aprovechará de nosotros. ¿Qué hace uno cuando alguien que profesa ser hermano lo trata tan mal? El hecho es que la iglesia no tiene autoridad legal para forzar a un hermano a corregir sus errores. Tal vez hay situaciones en las que debe intervenir la corte civil. Pero nuestra primera obligación es tratar de arreglar las cosas en familia, antes de llevar nuestras peleas ante no creyentes. En lo que resta del capítulo 6, Pablo compara el carácter de los no creyentes con el de los creyentes. Después vuelve al tema de la inmoralidad sexual, tema con el cual comenzó. 1 Corintios 6:9­11 dice: 9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: ni los 10 fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 11 Y esto erais algunos de vosotros, pero ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro Dios.
Page 11 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados La gente de la iglesia de Corinto viene de una variedad de estilos de vida muy poco respetables. Desde la llegada de Jesús, sin embargo, ellos procuraron santificarse apartándose de aquellos estilos de vida. Seguramente ahora están en una mejor disposición para solucionar problemas. Seguramente es mejor confiar en aquellos que están bajo el manto de la santificación que confiar en quienes todavía están inmersos en toda clase de pecados. Después Pablo dirige su atención al asunto de los miembros de la iglesia que todavía están en el pecado. 1 Corintios 6:12­20 dice: 12 Todas las cosas me son lícitas, pero no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, 13 pero yo no me dejaré dominar por ninguna. Los alimentos son para el vientre, y el vientre para los alimentos; pero tanto al uno como a los otros destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor y el Señor para el cuerpo. 14 Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder. 15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? ¡De ninguna manera! 16 ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella?, porque ¿no dice la Escritura: «Los dos serán una sola carne»? 17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. 18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; pero el que fornica, contra su propio cuerpo peca. 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?, 20 pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. La sangre de Jesús perdona toda clase de pecados. Nosotros somos libres en Cristo de hacer prácticamente cualquier cosa. Por lo tanto “todo es permisible para mí”. A pesar de ello, “no todo es beneficioso”. Hay una multitud de opciones estúpidas que podemos tomar, todas ellas malas para nosotros. Dios no nos golpeará hasta la muerte por pecar, sino que dejará que suframos las consecuencias de nuestras acciones. A esto se refería Pablo cuando decía: “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” Después hace énfasis en un punto muy importante. Cuando uno se vuelve cristiano, comienza a hacer parte del cuerpo de Cristo. Donde quiera que vaya y cualquier cosa que haga, el cuerpo de Cristo está con uno. Si uno está envuelto en inmoralidad sexual, compromete el cuerpo de Cristo. Lo mismo pasa con cualquier otra clase de pecado. Este pensamiento nos debería llevar a tomar el pecado muy seriamente. Pablo dice que el pecado sexual tiene una medida extra de repugnancia, porque es contra el cuerpo mismo. Nuestros cuerpos son el templo del Espíritu Santo y no deben estar envueltos en inmoralidad sexual. Nuestros cuerpos están hechos para honrar a Dios. 2.4 Preguntas matrimoniales 1 Corintios 7 1 Corintios 7:1 comienza, “Acerca de lo que me habéis preguntado por escrito.” Los Corintios le habían escrito a Pablo pidiéndole consejo sobre algunos temas. Uno de ellos, obviamente, era el matrimonio. Nosotros no tenemos copia de la carta que ellos mandaron, pero podemos mirar en el contenido del capítulo 7 y descubrir algunas de las preguntas que ellos pudieron haber hecho. Uno hubiera esperado que la carta dijera algo similar a esto: En vista de que Jesús va a regresar en cualquier momento, ¿qué sentido tiene que la gente se case? Si no, ¿hay alguna salida permitida para la pasión sexual? ¿El divorcio está
Page 12 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados permitido? ¿Qué pasa con un creyente que es casado con un no creyente? ¿Se deberían separar? Estos son los temas que Pablo trata en el capítulo 7. Es interesante que él indique algunos de los consejos como de su propiedad, y otros como venidos de Dios. En algunos versos Pablo responde con “Esto dicen los mandatos de Dios”. En otros, no encuentra mandato espiritual y da su propia interpretación de la escritura. Él es muy cuidadoso en distinguir entre las dos. Los puntos que hace en esta sección incluyen:
·
De ser posible, es mejor que aquellos que no están casados permanezcan en el celibato. Pablo creía y pensaba que el regreso de Jesús era inminente. Si usted realmente creía que Jesús iba a llegar la próxima semana, entonces se distraería casándose esta semana. Esto no tiene sentido. El hecho es que el matrimonio requiere una cantidad enorme de tiempo y atención. Quienes están libres de esas distracciones deberían enfocarse mejor en el trabajo del Señor. Esta es una de las partes que no están marcadas como “Esto dice el Señor.”
·
Pablo da la vuelta de inmediato y dice que es realista y sabe que la gente necesita un escape para los deseos sexuales. Quienes necesitan ese escape deben casarse y disfrutar de una vida sexual monógama. Los esposos y las esposas están en la obligación de satisfacer uno al otro en estos temas, para que Satanás no encuentre campo fértil para la tentación. Él reconoce que el celibato es un regalo espiritual que no tiene todo el mundo. En ninguna parte condena a quienes necesitan esa válvula de escape. Adicionalmente, no menciona que haya otras salidas apropiadas para satisfacer la pasión sexual diferentes a una relación matrimonial monógama.
·
En cuanto al divorcio, Pablo dice que está mal. Volverse creyente no es excusa para divorciarse de un esposo no creyente. 1 Corintios 7:12­16 dice: 12 A los demás yo digo, no el Señor, que si algún hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 13 Y si una mujer tiene marido que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone, 14 porque el marido no creyente es santificado por la mujer; y la mujer no creyente, por el marido. De otra manera vuestros hijos serían impuros, mientras que ahora son santos. 15 Pero si el no creyente se separa, sepárese, pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a vivir en paz nos llamó Dios. 16 ¿Qué sabes tú, mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, marido, si quizá harás salva a tu mujer? Este pasaje contiene una idea curiosa, “porque el marido no creyente es santificado por la mujer; y la mujer no creyente, por el marido.” ¿Significa esto que una persona puede salvarse si convierte a su esposo o esposa al Cristianismo? No exactamente. La clave de esto parece estar en el siguiente párrafo. Dice: “¿Qué sabes tú, mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, marido, si quizá harás salva a tu mujer?” La presencia de un creyente en casa trae santificación al hogar. Los favores del Señor están con el creyente y quienes viven en la casa son beneficiarios indirectos de dicho favor. Con esperanzas, pero no con absoluta certeza, la presencia de ese creyente guiará a los demás del hogar a ser creyentes. Entonces, si permanece con un esposo no creyente, el creyente puede tener una oportunidad de guiar a su cónyuge al Señor. Las circunstancias de la vida no cambiarán necesariamente cuando uno se vuelve creyente. Así usted esté circuncidado o no, cuando se volvió al Señor permaneció igual. Así hubiera sido esclavo o libre cuando fue salvado, eso no cambiará por haberse vuelto Cristiano (aunque Pablo anima a los esclavos a buscar su libertad cuando sea posible.) Si usted era soltero cuando se volvió Cristiano es mejor (pero no necesario) que esto no cambie. Si usted
Page 13 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados era casado–inclusive con un no creyente­ cuando se volvió Cristiano eso no debería cambiar. Si, de cualquier manera, el cónyuge no creyente decide dejar la relación, entonces Pablo libra al creyente de dicha responsabilidad. 2.5 La Comida Ofrecida a los Ídolos 1 Corintios 8 El tema de comer la comida que ha sido ofrecida como sacrificio a los ídolos se explicó completamente en Romanos 14­15. Este también parece ser un asunto de interés para los Corintios. Sin retomar todo lo que se ha dicho en la discusión de Romanos 14­15, el enfoque de la discusión de Pablo en 1 Corintios 8 es de preocupación, motivado por el amor hacia el hermano débil. No hay un llamado a la madurez en este capítulo. 1 Corintios 8:1­3 dice: 1 En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos el debido conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. 2 Y si alguno se imagina que 3 sabe algo, aún no sabe nada como debería saberlo. Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él. Este pasaje puede ser un poco difícil de seguir. “En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos el debido conocimiento.” ¿Qué cosa tiene que ver la segunda cláusula con la primera? Pablo dirige esta respuesta a quienes tienen el conocimiento sobre si es permitido comer la carne ofrecida a los ídolos en sacrificio. Este conocimiento y la libertad que les da no son tan importantes como el amor que ellos deberían sentir por los hermanos débiles. Es claro que ellos crearon un conflicto al comer la carne frente a quienes no se sentían cómodos con esto–una muestra arrogante de su libertad en Cristo. Era su forma de decir “Miren, yo soy mejor y más fuerte que ustedes porque puedo comer esto y ustedes no.” Pablo dice que sí, que no hay nada malo en comer la carne, pero que es necesario ser prudente frente a aquellos que eran débiles en la fe y tenían un problema comiéndola. Si comer carne frente a alguien que cree que eso está mal, entonces yo estoy conduciéndolo a comportamientos que para él son pecado. No tengo por qué hacer esas cosas. El amor debe sobrepasar mi libertad. 1 Corintios 8:9­13 concluye esta discusión: 9 Pero procurad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles, 10 porque si alguien te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar dedicado a los ídolos, la conciencia de aquel, que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo 11 sacrificado a los ídolos? Y así, por tu conocimiento, se perderá el hermano débil por quien 12 Cristo murió. De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis. 13 Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano. 2.6 Los Derechos de un Apóstol 1 Corintios 9 En el capítulo 9, Pablo vuelve a hablar sobre quienes han cuestionado su autoridad. Parece ser que ellos han puesto su apostolado en duda. Pablo es algo así como exclusivo, porque no hizo
Page 14 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados parte de los doce originales. Por lo tanto, debe ser fácil cuestionar su autoridad. Él tampoco actuaba como la gente esperaba que lo hiciera un apóstol. Alguien con el rango de un apóstol seguramente debía ser financiado por la iglesia. Pablo, sin embargo, trabajaba para sostenerse. Por este y otros detalles, la iglesia había cuestionado la autenticidad del apostolado de Pablo. Él comienza el capítulo 9 asegurando que la existencia de la iglesia Corintia era testimonio de su apostolado. 1 Corintios 9:1­2 dice: 1 ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor? 2 Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy, porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor. Pablo fue llamado al apostolado después que los demás, pero Jesús se le presentó personalmente en el camino a Damasco y lo llamó al servicio. De ninguna manera, Pablo consideró que su llamado fuera de segunda mano. Es más, afirmó que merecía las mismas consideraciones que disfrutaban los otros apóstoles y líderes de la iglesia. 1 Corintios 9:3­6 dice: 3 Contra los que me acusan, esta es mi defensa: 4 ¿Acaso no tenemos derecho a comer y beber? 5 ¿No tenemos derecho a llevar con nosotros una hermana por esposa, como hacen también los otros apóstoles, los hermanos del Señor y Cefas? 6 ¿O solo yo y Bernabé no tenemos derecho a no trabajar? Hay un detalle de información biográfica muy interesante en este pasaje. Si alguno de ustedes se ha preguntado alguna vez si los apóstoles daban alguna semblanza de vida familiar cuando viajaban, la respuesta es “no completamente”. Nosotros tampoco pensamos que Jesús tuviera cuñadas, pero aparentemente sí tuvo. Pablo continúa afirmando que tiene todo el derecho a esperar que la iglesia lo sostenga, como dicen sus detractores que debería. Sin embargo, Pablo escogió que no lo hicieran. Él afirma fuertemente que la iglesia tiene la obligación de sostener a sus ministros, pero él escogió no acogerse a ese apoyo. Él concluyó que esto podría alejar a algunas personas del evangelio. Por tal razón, aunque tenía derecho a exigirlo, voluntariamente decidió no aceptar ese apoyo. Dice en 1 Corintios 9:15­23: 15 Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo, porque prefiero morir, antes que nadie me prive de esta mi gloria. 16 Si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme, porque me es impuesta necesidad; y 17 ¡ay de mí si no anunciara el evangelio! Por eso, si lo hago de buena voluntad, recompensa 18 tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada. ¿Cuál, pues, es mi recompensa? Que, predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio. 19 Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar al mayor número. 20 Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la Ley (aunque yo no esté sujeto a la Ley) como sujeto a la Ley, para ganar a los que están sujetos a la Ley; 21 a los que están sin Ley, como si yo estuviera sin Ley (aunque yo no estoy sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin Ley. 22 Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para 23 que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él. Lo que Pablo acaba de decir podría interpretarse como “Al país que fueres, has lo que vieres.” Pero no es realmente lo que él está diciendo. No hay nada engañoso o arbitrario en sus métodos. Pablo vivía su vida al servicio de Dios y de sus hermanos. Él se buscó la manera de encontrar raíces comunes con toda la gente, para así poder comunicarse con ellos en sus
Page 15 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados diferentes niveles. Tenía pasión por atraer la gente hacia el Señor. Sabía que si quería ser exitoso, debía ir a la gente donde estuviera, en lugar de esperar que ellos vinieran a él. Pablo no quería hacer algo que lo distrajera de esa meta. Si recibir dinero de la iglesia pudiese detener a alguien de acercarse a Jesús, entonces Pablo no lo haría. Para él su servicio a Jesús era como una carrera que debía correrse. Mantuvo sus ojos en la meta y no dejó que lo distrajeran en el camino. 1 Corintios 9:24­27 dice: 24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una 26 incorruptible. Así que yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera 27 peleo, no como quien golpea el aire; sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. Las actitudes en este capítulo reflejan sentimientos expresados a lo largo de este libro. 1 Corintios 6:12 dice, “Todas las cosas me son lícitas, pero no todas convienen.” 1 Corintios 8:13 dice, “Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano.” Estas son ideas que Pablo puso en acción para su propia vida. No eran sólo perogrulladas. Él era un hombre que puso seriamente los beneficios de los demás sobre sus necesidades y comodidades. Lo hizo por amor–amor por los hombres y amor por Jesús. 2.7 Huir del Mal 1 Corintios 10:1­11:2 El capítulo 10 es un llamado a los Corintios para huir del pecado. Pablo les recuerda que sus ancestros vagaron en el desierto, acompañados por Dios todo el tiempo, pero que aún así le volvieron la espalda a Dios y cometieron pecados como idolatría, inmoralidad sexual, etc. Como resultado, Dios destruyó a muchos de ellos. ¿Por qué debería la gente de la iglesia esperar algo diferente si ha cometido la misma clase de pecados? Así como Dios probó a los judíos con la tentación, lo mismo pasaba con los Corintios. Sin embargo, hay buenas noticias, 1 Corintios 10:13 dice: 13 No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla. ¡Esa es una noticia excelente! La tentación puede ser algo aplastante, pero Dios nunca va a permitir que seamos tentados más allá de lo que podemos enfrentar. Él siempre nos invita a la fidelidad. Él mismo nos dará las fortalezas para superar la tentación. Lo único que tenemos que hacer es ser fieles. Pablo retoma el tema de comer la carne que ha sido sacrificada a los ídolos. Aunque está permitido comerla, lo que no se puede es hacerlo en las mesas de los templos paganos, participando en sus ritos ceremoniales. Esto es comprometerse con idolatría. Alguno que coma en la mesa del Señor (que participe en la comunión) no tiene nada qué hacer en la mesa de los ídolos. Pablo agrega otro punto de vista relacionado con el tema de la carne sacrificada a los ídolos. Si un creyente va a la casa de un pagano, y este advierte que está sirviendo carne que fue ofrecida a un ídolo, entonces el creyente no debe comer. El Cristiano no tiene manera de saber qué impresión le dará al no creyente si come. Podría tomarlo como un apoyo o una afirmación a su idolatría. Un seguidor de Jesús no debe dar la apariencia de apoyar la idolatría. Si no hay mención sobre el origen de la carne, entonces no hay problema. El creyente no está obligado a preguntar.
Page 16 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados 2.8 Orden Entre los Hombres y las Mujeres en la Iglesia 1 Corintios 11:3­16 Algunos de los pasajes de las Escrituras deben comprenderse a través de un filtro cultural. Es la única forma de entenderlos. Por regla general uno debe evitar filtrar la Biblia a través de la cultura, porque esto lleva a una tendencia peligrosa. Si llevamos las cosas al extremo podríamos concluir que cualquier pasaje de la Escritura que trace normas de comportamiento tiene un matiz cultural, que hace la norma no aplicable en la actualidad. Por lo general, esto no es cierto. Sin embargo, 1 Corintios 11:3­16 es uno de esos pasajes que uno debe entender culturalmente. Miremos el párrafo en su integridad: 3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios es la cabeza de Cristo. 4 Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, deshonra su cabeza. 5 Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, deshonra su cabeza, porque es lo mismo que si se hubiera rapado. 6 Si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. 7 El varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón, 8 pues el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón; 9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles. 11 Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer ni la mujer sin el varón, 12 porque, así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios. 13 Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? 14 La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? 15 Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso, porque en lugar de velo le 16 es dado el cabello. Con todo, si alguno quiere discutir, sepa que ni nosotros ni las iglesias de Dios tenemos tal costumbre. En momentos como este, es reconfortante mirar la segunda carta de Pedro 3:15­16 y leer: ... como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito 16 en casi todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender... Tal vez él había acabado de leer este pasaje de 1 Corintios al decir que sus cartas contienen “algunas cosas difíciles de entender.” Este es un pasaje muy complicado. Algunos de los mejores comentaristas bíblicos han escrito páginas y páginas acerca de él, y han llegado a esta conclusión básica: “No estoy completamente seguro de lo que significa.” Qué podemos discernir nosotros de este pasaje? Primero miremos lo que no debemos concluir de él. Algunas personas lo toman, particularmente la frase “el varón es la cabeza de la mujer” y concluyen que las mujeres deben vivir sometidas al hombre. Le hacen un gran daño al pasaje bíblico. En el primer siglo la palabra “cabeza” no tenía la connotación de “autoridad”. Esto significa que el hombre era el origen, la fuente de la mujer, así como Eva vino de Adán. Pablo va a pasos agigantados para convencer a los Corintios de que los hombres que oran o profetizan en la iglesia deben hacerlo con la cabeza descubierta, y las mujeres deben permanecer con la cabeza cubierta. Estos argumentos no tienen sentido entre nosotros, pero probablemente sí lo tenían en la cultura Corintia del siglo primero. Sabemos que era un tiempo en el cual las mujeres eran muy modestas y la sociedad exigía que estuvieran con la cabeza
Page 17 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados cubierta. Que una mujer apareciera en público sin su cabeza cubierta sería un signo de rebelión o inclusive de inmoralidad. La iglesia era una fuerza liberadora femenina en aquellos tiempos. En la comunidad judía las mujeres eran admitidas en el templo, pero en la parte de atrás. A ellas no se les enseñaba religión. Era muy distinto en la iglesia cristiana. El hecho de que Pablo escribiera aquello indica que había mujeres orando y profetizando. Ellas encontraron la libertad que no habían tenido antes. Tal vez algunas habían ido muy lejos y habían aparecido allí con sus cabezas descubiertas. De este pasaje debemos comprender que en sus prácticas, la iglesia debe ser sensible a las normas culturales. Existe lo correcto y lo incorrecto en la cultura. Si una mujer llega con el pecho descubierto a una iglesia de África, nadie lo notaría. En Latinoamérica sería algo para censurar. Los miembros de la iglesia deben ser ciudadanos de buena reputación, y algo de ello depende de las normas culturales. La libertad en Cristo no debe invocar la vergüenza cultural. 2.9 Orden en la Observancia de la Cena de Señor 1 Corintios 11:17­34 La iglesia en Corinto tenía problemas con la observancia de la Cena del Señor. En 1 Corintios 11:17­22 Pablo escribe rudamente: 17 Al anunciaros esto que sigue, no os alabo, porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. 18 En primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. 19 Es preciso que entre vosotros haya divisiones, para que se pongan de manifiesto entre vosotros los que son aprobados. 20 Cuando, pues, os reunís vosotros, eso no es comer la cena del Señor. 21 Al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y mientras uno tiene hambre, otro se embriaga. 22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo. La iglesia se reunía en las casas. Parte de la reunión era la observancia de la Cena del Señor, que no se hacía como la conocemos hoy. Parte de la tradición era la comida, llamada “ágapes” en Judas 12. El problema se presentaba cuando el anfitrión se encargaba de que sus amigos estuvieran cerca de la mesa. Ellos se servían y comían hasta quedar llenos, mientras que quienes estaban en la parte de atrás del salón a veces no alcanzaban a comer ni un bocado. Esto creó un sistema de clases en la iglesia–los miembros de primera y de segunda clase. Esto no le gustaba a Pablo, pues sólo contribuyó a aumentar las divisiones. Pablo les recomendó comer en sus casas antes de ir a la iglesia. Allí recordarían la Cena del Señor sin asistir a una comida completa. Después les recuerda el significado real de la Cena del Señor. 1 Corintios 11:23­31 es la parte de la Escritura donde mejor se describe cómo debe conmemorarse la Cena del Señor. 23 Yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: «Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí». 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebáis, en memoria de mí». 26 Así pues, todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. 27 De manera que cualquiera que coma este pan o beba esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa. 29 El que come y bebe indignamente, sin
Page 18 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos han muerto. 31 Si, pues, nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; La comunión es una de las dos ordenanzas seguidas casi universalmente por todas las denominaciones (el bautismo es la otra.) Es interesante que Jesús dijera “haced esto en memoria de mí”, pero no nos dio instrucciones sobre cómo debe hacerse dicha remembranza. Vemos que la Iglesia de Corinto recordaba la Cena del Señor, pero esto parecía más un picnic que lo que conocemos hoy. Esta carta pudo haber sido el instrumento que le dio orden a aquello. Pablo enfocó la observancia en el pan y el vino–los elementos sobre los cuales Jesús habló aquella noche fatal. También es interesante que Pablo dijera “la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.” La comunión debe ser para nosotros un recuerdo del sacrificio de Jesús hasta el día de su regreso. Cuando ese día llegue, dejaremos de observar la comunión porque estaremos con él. El segundo párrafo del pasaje anterior también nos da nuevos parámetros sobre la observancia. Pablo dice que el hombre debe auto examinarse antes de comer el pan o de beber el vino. La observancia es un recuerdo del hecho de que Jesús murió–entregó su cuerpo y derramó su sangre por nuestros pecados. Este debe ser un acto que nos recuerde que el pecado exige un precio terrible. Antes de tomar los elementos, debemos confrontar el pecado en nuestras vidas. Es tiempo de corregir ante nuestro padre antes de tomar parte en el sacrificio del hijo. No hacerlo es pecar contra el sacrificio que fue hecho. Hacerlo le traerá juicio sobre nosotros mismos. Pablo asegura que Dios toma esto seriamente. Nuestra falta de seriedad ha traído enfermedad y muerte sobre algunos. Pablo nos insta a juzgarnos a nosotros mismos para que Dios no sea quien lo haga. El deseo de Pablo es que la Cena del Señor deje de ser un buffet que deja a algunos afuera y pase a ser un evento sagrado, que reconcilie a la gente con Dios y que edifique la iglesia. Les dice que los dirigirá más detalladamente cuando vuelva. 1 Corintios 11:33­34 dice: 33 Así que, hermanos míos, cuando os reunáis a comer, esperaos unos a otros. 34 Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que no os reunáis para condenación. Las demás cosas las pondré en orden cuando vaya. 2.10 Orden en la Práctica de los Dones Espirituales 1 Corintios 12­14 1 Corintios 13 es bien conocido como el “capítulo del amor” de la Biblia. Es un ensayo de amor poético e inspirador. Sin embargo, no es un pensamiento aislado. 1 Corintios 12­14 es un pasaje que habla sobre la práctica de dones espirituales en la iglesia. El capítulo 13 no puede comprenderse fuera de este contexto. La iglesia en Corinto parece haber sido un lugar donde los dones espirituales florecieron. Sin embargo, allí no estaban muy seguros de qué hacer con ellos. Parece ser que había algo de competencia, por ejemplo decían “mi don es mejor que el tuyo.” Pablo quería que ellos entendieran el propósito de los dones y quería que los practicaran de una manera organizada. Algunos de los que han estudiado este tema pretenden hacer una lista exhaustiva de los dones espirituales. Es imposible hacerlo. Pablo dio una lista de dones espirituales en Romanos 12, 1 Corintios 12, y Efesios 4. Las listas no son exactas. Como todas varían, cada una es incompleta. El hecho es que el Espíritu Santo es quien decide cuándo y cómo usar dichos dones, y no necesariamente de acuerdo con categorías que nosotros quisiéramos definir.
Page 19 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados Sería útil tener a Pablo de regreso para que le diera a la iglesia más instrucciones en cuanto a los dones espirituales. Desafortunadamente, Satanás se las ha arreglado para tomar esos dones preciosos y convertirlos en instrumentos de división en la iglesia contemporánea. Hay un comentario difundido que dice que dos de los dones más milagrosos (señales y pródigos) desaparecieron en algún momento del siglo primero y no existen en la actualidad. Esta creencia se llama “teología cesacionista”. Posiblemente, quienes dejaron de confiar en el Espíritu Santo para que interviniera sobrenaturalmente en sus vidas promovieron este comentario. El hecho de que la devoción por estos dones espirituales no se mantuvo hasta la actualidad, implica que no se trata de un fenómeno contemporáneo. Dicha teología evolucionó hasta decir que estos dones fueron una manifestación dada durante el primer siglo con el fin de autenticar el trabajo de los apóstoles en la iglesia primitiva. Dichos dones cesaron cuando se logró un comienzo sólido de la iglesia, pues ya no serían necesarios. El problema con esta enseñanza es que la necesidad de estos dones nunca ha cesado. ¿Quién entre nosotros no necesita sanidad? ¿Quién no necesita la palabra de Dios en su vida a través de profecías, palabras de conocimiento y de sabiduría? ¿Quién no necesita un milagro de cuándo en cuándo? Y ¿por qué Dios no necesita validar el trabajo de la iglesia tanto como lo necesitaba en el primer siglo? ¿Desde cuándo se volvió autosuficiente? La iglesia todavía está dividida en este tema. Hay divisiones inclusive entre quienes aceptan los dones espirituales en su totalidad. Hay diferencias en el entendimiento de quién recibe el don espiritual. Consideremos el don de sanidad, por ejemplo. Una escuela de pensamiento señala a ciertas personas como sanadores– aquellos a quienes Dios les dio el don de la sanidad. Dios les dio este don y por consiguiente ahora pueden rezar por la gente y verlos sanados. La otra escuela de pensamiento dice que el don de sanidad es algo que Dios le da a la persona enferma. Aquel que reza por el enfermo es como un mensajero que entrega el paquete. El don le pertenece a quien lo recibe, no al mensajero. Si sigo la primera escuela de pensamiento, no estaré conforme en mi vida espiritual hasta cuando descubra cuál es mi don. Una vez que lo haya encontrado, trabajaré en los confines de ese don, tal vez ignorando otras cosas que Dios quiere que yo haga. Es más, este punto de vista indica que yo tengo control sobre quién beneficiaré con mi don. En la segunda escuela de pensamiento mi papel se convierte en el de quien está buscando lo que Dios quiere que haga hoy. Descarta cualquier presuposición de cómo me usará en el ministerio. Lo deja a Él en control de la administración de los dones. Es verdad que algunas personas administran muy bien ciertos dones. Hay gente que es más capaz de profetizar que otra. Algunos tienden a ser más exitosos en el ministerio de la sanidad que otros. Algunos parecen tener el don de la enseñanza o de la prédica. Entonces ellos asumen el papel de profeta, sanador, maestro o pastor. Sin embargo, el don espiritual en si mismo es posesión de Dios–no del profeta, sanador, maestro o pastor. Sólo porque Dios me llamó en el papel de sanador, el poder no reside en mi. Yo sólo puedo sanar cuando Dios ha iniciado ese proceso. Aquí está la sutil diferencia entre roles o papeles y dones espirituales. En mi rol de sanador yo entrego el don de la sanidad. No comienzo el proceso y no soy la fuente del don. El único control que tengo sobre la situación es si decido ser un mensajero fiel o no. La iglesia nunca se ha apropiado del funcionamiento de los dones espirituales. Pablo trató de clarificar estos temas para la gente de Corinto. La iglesia en el siglo 21 debería prestar atención a estos capítulos.
Page 20 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados 2.10.1 El Propósito de los Dones Espirituales 1 Corintios 12 Pablo dice en 1 Corintios 12:4­7: 4 5 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6 Y hay diversidad de actividades, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. 7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para el bien de todos. De inmediato comienza a aclarar el asunto de que “mi don es mejor que el tuyo”. Había gente en la iglesia de Corinto (así como la hay en la iglesia hoy) que se creía mejor o más importante porque tenía dones más sobresalientes que otros. Si yo profetizo, debo ser más importante que aquel que tiene el don de la ayuda. Pablo pone las cosas en perspectiva. Hay diferentes dones, pero todos son administrados por el Espíritu Santo en la medida en que se necesiten. Nosotros no tenemos espacio para la arrogancia. Adicionalmente, los dones que vienen a la iglesia a través mío son para lograr un bien común, no para aumentar mi importancia en la iglesia. Dios nos da los dones para edificar la iglesia. Acá Pablo enumera algunos de los dones.
·
La Palabra de Sabiduría Una palabra de sabiduría es una palabra hablada, inspirada por el Espíritu Santo, que trae razón o entendimiento en la situación que se requiera.
·
La Palabra de Conocimiento Una palabra de conocimiento es una información supernatural que el Espíritu Santo otorga frecuentemente para facilitar una oportunidad de ministerio. En un viaje reciente a Australia, una mujer me pidió que rezara para que ella se acercara más a Dios. Cuando me lo dijo, fue como si una voz me gritara al oído, “ella tiene un problema con sus padres.” Le pregunté si había problemas de relaciones en su vida–algún problema con las figuras de autoridad, etc. Ella dijo “no”. Yo empecé a rezar por ella y le pedí a Dios que bendijera la relación con sus padres. De inmediato ella empezó a llorar. Yo dije “tienes problemas en la relación con tus padres, ¿no es verdad? Ella asintió. Luego, no sé cómo, me empezó un dolor que casi me doblega. Pude sentir años de abuso. Lloré. Ella lloró. El problema con sus padres era un obstáculo para que ella pudiera acercarse a Dios. Le dije que debía encontrar la manera de perdonar a sus padres. Esta fue la clave para su curación y para sobreponerse a su distanciamiento con Dios. Yo nunca me había encontrado con esta mujer y no sabía nada de ella. Seguramente nunca la volveré a ver. No hay manera de que yo pudiera concluir naturalmente aquella información. El Espíritu Santo me dio una palabra de conocimiento que facilitó el logro de este ministerio. Sin él, ella nunca habría admitido el problema con sus padres. Ella nunca habría reconocido la causa de su distanciamiento con Dios. Nunca habría confrontado su necesidad de perdón. No habría sido sanada. El Espíritu Santo la quería liberar de esto como fuera. La confrontación fue la única manera de liberación. Así fue como el don espiritual de la palabra de conocimiento le fue otorgado a ella a través mío.
Page 21 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados ·
Fe Hebreos 11:1 dice, “la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” El Espíritu Santo da el don de la fe para afirmar y asegurar a los creyentes. La vida es dura. Necesitamos aferrarnos a las promesas de Dios. La fe es un don que Él nos da y que nos permite tener certeza de su palabra.
·
Dones de Sanidades El Espíritu Santo otorga el don de la sanidad para aliviar enfermedades físicas o emocionales. El hombre es una mezcla misteriosa de cuerpo, alma y espíritu. Cualquiera de estas partes puede enfermarse. La enfermedad en una puede manifestarse con síntomas en otra. Una enfermedad espiritual escondida como el rencor puede afectar el cuerpo físico y manifestarse en dolores de cabeza, presión alta o cáncer. Al contrario, una enfermedad física oculta, tal como un desbalance químico, puede manifestarse en un problema emocional tal como una depresión severa. El Espíritu Santo se preocupa por el hombre integral, con sanidad integral. En el ministerio, cuando una persona está pidiendo oraciones por un problema específico, las oraciones para él deben ser guiadas por el Espíritu Santo. Si cuando se reza por una condición física se vienen a la mente palabras como “rencor” o “adulterio”, esto significa algo. Por otro lado, cuando rezamos por alguien por un problema emocional y se vienen a la mente palabras tales como “diabetes”, esa debe ser la clave de la sanidad. Aprender a ser un mensajero efectivo de dones de sanidad tiene su propia ciencia. El asunto es que Dios está interesado en nuestra salud, la cual incluye cuerpo, alma y espíritu.
·
El Hacer Milagros Un milagro es una intervención sobrenatural de Dios en la vida del hombre, que altera el curso natural de los acontecimientos. En Hechos 12, Pedro estaba en la cárcel enfrentando una posible ejecución. La iglesia estaba rezando por él. Dios envió un ángel que lo guió fuera de la cárcel, hacia la casa donde oraban por él. Eso fue un milagro. Dios intervino supernaturalmente y cambió el curso natural de los hechos–que hubieran llevado a Pedro a la muerte. La iglesia, y específicamente Pedro, crecieron en la fe. Este es un caso espectacular, pero cada iglesia y cada cristiano pueden aprender a descubrir la mano milagrosa de Dios obrando en vidas y acontecimientos, edificando la iglesia y las vidas de cada uno de los creyentes.
·
Profecías Una profecía es una palabra de instrucción inspirada por el Espíritu Santo. Es un avance o una previsión de la mente de Dios, o de la historia del hombre. Las profecías explican o predicen eventos antes de que ocurran. Sin embargo, es importante no sobredimensionar este aspecto de la profecía. Generalmente, para nuestras vidas es más importante saber qué piensa Dios ahora que saber qué va a ocurrir mañana.
·
Discernimiento de Espíritus El don de discernimiento de espíritus es una habilidad inspirada por el Espíritu Santo para reconocer la fuente que origina las palabras o hechos de un individuo. Los espíritus impuros se disfrazan frecuentemente como “ángeles de luz” (2 Corintios 11:13.) En el caso particular de las iglesias, una persona puede tener una especie de manifestación que tiene la apariencia de ser santa, pero de hecho es inspirada por un espíritu impuro. Quien tiene el don del discernimiento puede descubrir la diferencia. Esto es muy útil en el ministerio, porque puede dirigirnos sobre cómo orar.
Page 22 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados
·
Diversos Géneros de Lenguas y la Interpretación de Lenguas Tal como lo discutimos cuando hablamos sobre la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, hay al menos tres fenómenos diferentes conocidos como “hablar en lenguas”. Uno ocurrió en Pentecostés, cuando los creyentes hablaron en otros idiomas conocidos, que ellos nunca habían aprendido, de tal manera que los hombres que hablaran aquella lengua pudieran entender el mensaje. Un Segundo tipo es “orar en lenguas”, una comunicación privada entre el hombre y Dios, inspirada por el Espíritu Santo. El tercero es el que Pablo discute en 1 Corintios 12. Se trata de un mensaje público, inspirado por el Espíritu Santo, cuyo idioma es incomprensible para el público y para el mensajero. Si ocurriera en soledad, sería de poco beneficio para la congregación. Pero cuando el Espíritu Santo le da a alguien este don, le dará a alguien más el don de interpretación de dicho mensaje. Las lenguas y la interpretación tienen el efecto de la profecía hablada. Cuando él mismo lo decide, el Espíritu Santo usa dos o tres testigos para entregar el mensaje. Nótese que la lista de dones en Romanos 12 incluye muchos que no se encuentran acá. Estos incluyen:
·
Servicio El don espiritual del servicio, o “don de ayuda” es una actitud y una disposición inspiradas por el Espíritu Santo que sirve para solucionar las necesidades de otros en la comunidad. Una persona con este don es aquella que siente alegría al limpiar los baños de la iglesia, por ejemplo. Ellos reconocen que cualquier cosa que hagan es para honrar al Señor y esto les da un deseo sincero de ayudar. Ellos no toman el control de los acontecimientos, pero siempre quieren ser útiles.
·
Enseñanza El don espiritual de la enseñanza es una habilidad inspirada por el Espíritu Santo para aclarar y hacer comprensibles los mensajes de la Escritura y hacerlos aplicables a la vida de los creyentes.
·
Exhortación Un don espiritual de exhortación es una palabra, inspirada por el Espíritu Santo, que va de un creyente a otro que necesita apoyo, ánimo, motivación para seguir adelante.
·
Contribución a las Necesidades de los Otros A través de este don, el Espíritu Santo les da a ciertos creyentes una actitud y los recursos necesarios para contribuir financieramente con las necesidades de la iglesia y de los hermanos necesitados. Aunque todos debemos dar algo, este don viene naturalmente en unos más que en otros. De igual manera, Dios espera más de unos que de otros. Este don les permite a estas personas ser fieles a dicho llamado.
·
Liderazgo El liderazgo, o don de la administración, es una habilidad inspirada por el Espíritu Santo que permite dirigir y organizar diferentes asuntos de la iglesia. En una iglesia saludable habrá pocos miembros con el don del liderazgo y muchos con el don de ayuda. Algunos necesitan guiar y otros necesitan seguir.
Page 23 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados
·
Misericordia Dios es misericordioso. Usa a otros en la iglesia para administrar misericordia en cualquier momento. Se trata de un don inspirado por el Espíritu Santo, que permite ver las situaciones como Dios lo haría, sentir misericordia de corazón y comunicárselo a la persona que lo necesita. Otros dones espirituales que se encuentran en 1 Corintios 12:28 o en Efesios 4:11 incluyen:
·
Apostolado El don espiritual del apostolado es una herramienta del Espíritu Santo para la actividad misionera. La palabra “apóstol’ viene de una palabra griega que significa “enviar.” Un apóstol es aquel que es enviado con el propósito de fundar los cimientos espirituales de iglesias y grupos de creyentes.
·
Evangelización Juan 3:5­6 nos enseña que el Espíritu Santo es el agente del renacimiento espiritual. Es su trabajo reclutar y convencer a la gente para seguir a Cristo. Normalmente usa a otros creyentes en este proceso. Quienes alguna vez han tenido el privilegio de enseñarle a Jesús a alguien, ha llevado el don de la evangelización.
·
Pastoreo El pastor es la persona encargada de cuidar el rebaño. Dedica su vida a solucionar las necesidades de su rebaño y a protegerlo de los depredadores. Su corazón está en el bienestar de las ovejas. Las dirige a verdes prados y a fuentes de agua fresca. El Espíritu Santo cuida de los creyentes de igual manera. El don del “pastoreo” es el amor, cuidado y protección del Espíritu Santo por su rebaño, administrado a través de un individuo en la iglesia (el pastor.) Así es como el Espíritu Santo entrega diferentes dones a diferentes tiempos, con el objetivo de edificar la iglesia. Él usa miembros de la iglesia para entregar dichos dones. Todo está bajo el control del mismo espíritu y está hecho bajo su dirección, donde sea y cuando se necesite. Desafortunadamente, a algunas personas en Corinto no les gustaba el papel para el cual habían sido llamados. Había un sentimiento de que algunos papeles eran más importantes que otros y la gente quería estar en los papeles más importantes. Sin embargo, la iglesia no funciona de esta manera. ¿Quién quiere ir a una iglesia donde todos hablen en lenguas al mismo tiempo, todo el tiempo, y que eso fuera lo único que pasara? No habría enseñanzas, sanidad, pastoreo. Es más, nunca habría quién interpretara esas lenguas. Reunirse no tendría sentido. Es necesaria una mezcla apropiada de los dones y todos son iguales de importantes. Tal como lo hizo en Romanos 12, Pablo vuelve al ejemplo del cuerpo humano para usar un ejemplo. En 1 Corintios 12:14­27 dice: 14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15 Si dijera el pie: «Como no soy mano, no soy del cuerpo», ¿por eso no sería del cuerpo? 16 Y si dijera la oreja: «Porque no 17 soy ojo, no soy del cuerpo», ¿por eso no sería del cuerpo? Si todo el cuerpo fuera ojo, 18 ¿dónde estaría el oído? Si todo fuera oído, ¿dónde estaría el olfato? Pero ahora Dios ha 19 colocado cada uno de los miembros en el cuerpo como él quiso, pues si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20 Pero ahora son muchos los miembros, aunque el cuerpo es uno solo. 21 Ni el ojo puede decir a la mano: «No te necesito», ni tampoco la cabeza a los pies: «No 22 tengo necesidad de vosotros». Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen más
Page 24 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados
débiles, son los más necesarios; 23 y a aquellos miembros del cuerpo que nos parecen menos dignos, los vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro, 24 porque los que en nosotros son más decorosos no tienen 25 necesidad. Pero Dios ordenó el cuerpo dando más abundante honor al que menos tenía, para que no haya divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocupen los unos por los otros. 26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. 27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo y miembros cada uno en particular. Una sola parte del cuerpo es inútil y moriría rápidamente. El cuerpo articulado es un instrumento maravilloso. Cada parte nutre y cuida a las otras. Juntas pueden crecer y funcionar. El cuerpo de Cristo no debería ser diferente. Ahora Pablo da otra lista, similar a la de arriba. Sin embargo, en esta describe no describe dones sino roles, posiciones. Están relacionados, porque la gente asume un papel cuando Dios lo usa constantemente para entregar un don específico. Pablo dice que Dios ha establecido en la iglesia:
·
·
·
·
·
·
·
·
Apóstoles
Profetas
Maestros
Los que hacen milagros
Los que sanan
Los que ayudan
Los que administran
Los que tienen don de lenguas La lista de roles en Romanos 12 y en Efesios 4:11 añade a esta lista:
·
·
·
·
·
·
Animadores
Contribuyentes para las necesidades de los otros
Líderes
Personas misericordiosas
Evangelizadores
Pastores Dios ha puesto todos estos papeles en la iglesia. No todos estamos llamados a todos esos papeles. En 1 Corintios 12:31, Pablo dice, “Procurad, sin embargo, los dones mejores.” No hay nada de malo en querer aumentar nuestra habilidad de entregar dones espirituales. Debemos entender que todos estos papeles son importantes y deben funcionar en la iglesia. Deben ser integrados uno con otro para que haya un funcionamiento coherente. 1 Corintios 13 indica el mecanismo a través del cual esto sucede. 2.10.2 El Regalo Arrollador–el Amor 1 Corintios 13 El capítulo complete dice: 1 Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
Page 25 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados 4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece, 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y el conocimiento se acabará. 9 En parte conocemos y en parte profetizamos; 10 pero cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; pero cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. 12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como fui conocido. 13 Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. Se debe recordar que este capítulo, al igual que 1 Corintios 12 y 1 Corintios 14, fue escrito en respuesta a aquel debate en Corinto de “mi don es mejor que tu don”. Pablo dice que uno puede hablar en lenguas, profetizar, tener el don de la fe o contribuir a las necesidades de otros, pero si el don no es administrado en el amor, entonces no vale nada. No beneficia a nadie. El amor es la llave que entreteje los dones en la iglesia. No fueron dados para edificar al mensajero. Fueron dados para edificar al destinatario. Si son entregados por un mensajero hostil y arrogante, anulan sus efectos. Si los miembros de la iglesia se aman verdaderamente unos a otros, entonces los dones fluyen libremente y edifican la iglesia. Por lo tanto, la gente en la iglesia debe:
·
·
·
·
·
·
·
·
·
·
·
·
·
·
Ser sufrido.
Ser benigno.
Evitar la envidia.
Abstenerse de jactancia.
Dejar de ser orgullosa.
Evitar ser ruda.
Huir del egoísmo.
Ser lenta a la ira.
Ser rápida al momento de perdonar y de olvidar–no guardar cuenta de los errores.
Alegrarse en la verdad y huir del demonio.
Protegerse unos a los otros.
Confiar en los demás.
Esperar.
Perseverar. Si ellos pueden mantener esta actitud uno frente a otro, el amor prevalecerá en la iglesia. Pablo dice que cuando la perfección llega la imperfección morirá. Cuando Jesús vuelva, no necesitaremos más los dones espirituales. De hecho, los dones que tenemos son apenas una oscura imagen de lo que veremos en el futuro. Nuestras profecías, lenguas, conocimiento, etc. son imperfectos. Cesarán cuando no los necesitemos más. El amor, sin embargo, nunca acabará. Prevalecerá por toda la eternidad. Los dones espirituales pasarán pero el amor permanecerá. Dios nos ha dado fe, amor y esperanza. El don más grande es el amor.
Page 26 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados 2.10.3 Las Funciones de los Dones en las Reuniones de la Iglesia 1 Corintios 14 Pablo le dice a la iglesia que es natural y aceptable desear crecer en los dones, siempre y cuando se logre en una atmósfera de sumisión. En 1 Corintios 14:1­5 dice: 1 Seguid el amor y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis. 2 El que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios, pues nadie lo entiende, aunque por el 3 Espíritu habla misterios. Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, 4 exhortación y consolación. El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. 5 Yo desearía que todos vosotros hablarais en lenguas, pero más aún que profetizarais, porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación. En el capítulo 14, Pablo se concentra en los dones de lenguas y de profecía. Debió haberse presentado un debate específico en Corinto sobre cuál de estos dones era más valioso, pues de lo contrario Pablo no habría invertido tiempo en esto. Esta es la esencia de lo que él dice:
·
·
·
La profecía edifica la iglesia y es un gran don.
Las lenguas y la interpretación también edifican la iglesia y las dos, juntas, tienen el mismo poder que el don de la profecía.
Hablar lenguas sin interpretación también es un gran don. Pablo desea que todos en la iglesia tuvieran esta experiencia. Su valor, sin embargo, edifica más al individuo que a la iglesia. Por lo tanto su valor es menor que el de la profecía o el de las lenguas con interpretación. Siendo este el caso, Pablo dice en 1 Corintios 14:12­19: 12 Así pues, ya que anheláis los dones espirituales, procurad abundar en aquellos que sirvan para la edificación de la iglesia. 13 Por lo tanto, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla. 14 Si yo 15 oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento, 16 porque si bendices solo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá «Amén» a tu acción de gracias?, pues no sabe lo que has dicho. 17 Tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado. 18 Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros; 19 pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida. Hay que entender lo que Pablo está diciendo. Las lenguas son buenas. Hacen crecer a los individuos en la iglesia. Los dones tienen el propósito de edificar la iglesia y le pueden llegar a una persona a la vez. Sin embargo, es mucho mejor si el don puede edificar a la congregación completa. Es más útil para la iglesia profetizar o tener lenguas e interpretación, que simplemente tener lenguas. 1 Corintios 14:22­25 es un pasaje un poco confuso: 22 Así que las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes. 23 Si, pues, toda la iglesia se reúne en un lugar, y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos? 24 Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por
Page 27 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados todos es juzgado; 25 lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros. Siguiendo este pasaje podemos ver:
·
·
·
·
·
Las lenguas son más un signo para no creyentes que para creyentes.
La profecía es para creyentes, no para no creyentes.
Si los no creyentes vienen a la iglesia y alguien está hablando en lenguas, ellos van a decir: “¿estáis locos?”
Si los no creyentes vienen a la iglesia y alguien está profetizando, ellos se arrepentirán de sus pecados y alabarán a Dios.
Ahhh? ¿Cómo le damos sentido a todo esto? Hay que recordar que este pasaje es parte de una sección en la cual Pablo trata de conciliar un debate en Corinto. Los “profetas” y los “habladores de lenguas” están peleando porque su don es mejor que el del otro. Pablo trata de hacerlos entender que la profecía es un don más útil para la iglesia. En 1 Corintios 14:21 (el verso anterior) él había acabado de citar Isaías 28:11: 21 En la Ley está escrito: «En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor». Parece ser que 1 Corintios 14:22 más que ser una disertación de Pablo era una pregunta que habían propuesto los “habladores de lenguas” en Corinto. Recordemos que el texto griego no tiene signos de puntuación. Por lo tanto, es un asunto de interpretación decir si era una afirmación o una pregunta. Imagine que el pasaje se lee de esta manera, lo cual podría tener más sentido: Isaías dijo: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán,” dice el Señor. Para algunos esto significa que “las lenguas son un signo, no para creyentes sino para aquellos no creyentes; la profecía, sin embargo, es para creyentes, no para incrédulos.” ¿Qué es lo que pasa realmente? Si toda la iglesia se reúne y cada uno habla en lenguas, y de pronto llegan algunos que no comprenden o no creyentes, ¿no se dirán unos a los otros que esta gente se está volviendo loca? Pero si un no creyente o alguien que no entiende entra a la iglesia mientras todos están profetizando, entonces él se convencerá de que es un pecador y será juzgado por todos, y los secretos de su corazón quedarán al desnudo. Entonces él caerá de rodillas y alabará a Dios, diciendo: “Dios está realmente entre ustedes”. ¿La conclusión? La profecía es más edificante que las lenguas para los no creyentes, así como para los creyentes. La profecía es, desde todos los puntos de vista, el mejor don. Espero que se hayan sentido incómodos viendo que alguien como yo les aumente a las palabras de la Escritura, pero estas inserciones pueden ayudarnos a poner el pasaje en el contexto para el cual estaba preparado. 1 Corintios 14:26­33 nos da algo de perspectiva sobre lo que está pasando en la iglesia y por qué Pablo necesitaba solucionar este problema de manera prioritaria: 26 Entonces, hermanos, ¿qué podemos decir? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para
Page 28 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados edificación. 27 Si alguien habla en lengua extraña, que sean dos o a lo más tres, y por turno; y que uno interprete. 28 Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios. 29 Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen lo que ellos 30 31 dicen. Y si algo le es revelado a otro que está sentado, calle el primero. Podéis 32 profetizar todos, uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados. Los 33 espíritus de los profetas están sujetos a los profetas, pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Al leer, nos da la impresión de que había un gran caos en la iglesia en Corinto. Cuando alguien sentía la necesidad de profetizar, de hablar en lenguas o lo que fuera, simplemente se levantaba y lo hacía. No había orden en el servicio. Había que ponerle orden a la ejecución de los dones espirituales para que hubiera orden en el servicio. De otra manera esto distraía, en lugar de edificar la iglesia. Los habladores de lenguas debían callarse si no había intérpretes presentes. No debería haber algo en el servicio que no edifique la iglesia como un todo. Es de notar que Pablo no prohibió la profecía o las lenguas en la iglesia. Él esperaba que fueran parte del servicio. Sólo quería que funcionaran de una forma organizada. Después de esto, Pablo se detiene en otro asunto que parecía estar causando rupturas en la iglesia. Hay que recordar que había una gran cantidad de miembros de la iglesia que eran judíos. En el judaísmo era prohibido enseñarles a las mujeres las cosas de Dios. Estaban separadas de los hombres en las sinagogas y eran clasificadas como de una clase menor. Ellas estaban encontrando libertad en la iglesia. Ya lo habíamos notado en el capítulo 11. Las mujeres se sentaban al lado de los hombres en el servicio. Hemos visto que se les permitía profetizar y orar en el servicio (1 Corintios 11:15.) Ellas fueron instruidas al lado de sus esposos. Sin embargo, había un problema. Ellas tenían mucho más qué aprender. Como habían permanecido relegadas tanto tiempo, no tenían las mismas bases que sus esposos para entender el judaísmo. Podríamos suponer, entonces, que ellas interrumpían el servicio frecuentemente para hacerles preguntas a sus esposos sobre lo que no entendían. Esto le añadía más caos al ya caótico servicio. Pablo estaba tratando de acabar con el caos y traer orden. Por lo tanto, dice en Corintios 14:33­35: Como en todas las iglesias de los santos, 34 vuestras mujeres callen en las congregaciones, porque no les es permitido hablar, sino que deben estar sujetas, como también la Ley lo dice. 35 Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos, porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación. No podemos entender esto para ser una prohibición absoluta contra mujeres que hablan en iglesia. Sería imposible de reconciliarse eso con 1 corintios 11, donde Pablo les da instrucción a las mujeres acerca de cómo ellos deben orar y deben profetizar en iglesia. Puede entenderse como una indicación que las mujeres–y los hombres también–no deben interrumpir un servicio de la iglesia con charla. Estas son, entonces, las conclusiones de Pablo sobre los dones espirituales:
·
·
·
·
·
Su objetivo es el bien común–tienen el propósito de edificar la iglesia.
Todos tienen su lugar y son administrados por el mismo Espíritu Santo.
Deben practicarse en una atmósfera de amor.
Algunos dones son más útiles a la iglesia como un todo que otros, y esos son los que deben practicarse en las reuniones de la iglesia.
Todo debe presentarse de manera ordenada, porque Dios es un Dios de orden. Pablo concluye su discusión de dones espirituales en 1 Corintios 14:39­40: 39 Así que, hermanos, procurad profetizar y no impidáis el hablar en lenguas; 40 pero hágase todo decentemente y con orden.
Page 29 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados 2.11 Resurrección de los Muertos 1 Corintios 15 En 1 Corintios 15, Pablo afronta otro problema de la iglesia. Aparentemente había una facción que no creía en la resurrección de los muertos. Este podía ser un grupo de Saduceos conversos, la división judía que no cree en la vida después de la muerte. Pablo comienza por decir que la verdad de la resurrección es un componente crítico del Cristianismo. Sin ello, nada tendría sentido. Después de afirmar esta base, vislumbra para nosotros el proceso de la resurrección. En 1 Corintios 15:1­2 Pablo les recuerda a los Corintios que creer en el mensaje del evangelio es lo que los salvará. Si no se aferran firmemente a dicho mensaje, entonces están creyendo en vano. Pero, ¿cuál es la esencia de ese mensaje? 1 Corintios 15:3­7 dice: 3 Primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún y otros ya 7 han muerto. Después apareció a Jacobo y después a todos los apóstoles. El centro de este mensaje de fe es que Cristo resucitó de la muerte y que Cristo resucitado se les apareció a los apóstoles–incluido Pablo–y a otros creyentes. Si Jesús resucitó, entonces esto es un hecho y no un concepto. Por otro lado, si no hubiera resurrección, entonces Jesús no habría resucitado. Si esto es verdad, entonces el mensaje del evangelio es inútil y la predicación de Pablo es una farsa inútil. Todavía estamos perdidos y ahogándonos en nuestro pecado. Los cristianos somos objeto de lástima porque estamos confiando en una falsa esperanza. Pero Pablo dice en 1 Corintios 15:20­23: 20 21 Pero ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que murieron es hecho, pues por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22 Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Nosotros somos gente con esperanza porque Jesús ciertamente resucitó de la muerte. Para ser más precisos, Él es el primer fruto de la resurrección. Otros seguirán. Así como Adán llevó a la humanidad a la muerte, Jesús nos ha mostrado el camino de salida. Él resucitó y vendrá de nuevo a resucitar a aquellos que le pertenecen. 1 Corintios 15:29 es un verso un poco curioso: 29 De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si de ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos? ¿Qué es “bautismo para la muerte?” Los Mormones lo practican y citan este verso para justificar su práctica. Nosotros entendemos el bautismo como una ordenanza para los creyentes, cuando confiesan públicamente su conversión. Si ese es el caso, ¿cómo se puede aplicar a la muerte? ¿Es posible convertirse después de estar muerto? La respuesta es “no.” La idea de la conversión post­mortem es contraria a las demás enseñanzas del Nuevo Testamento. Entonces, ¿qué significa todo esto? ¿Quiénes estaban practicando este bautismo para la muerte y qué querían probar?
Page 30 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados En este contexto, Pablo se refiere específicamente a un contingente en la iglesia de Corinto. Concretamente, ellos estaban buscando el mismo beneficio que buscan los mormones–una oportunidad para que sus seres amados reciban la salvación en su tumba. Esta práctica debió haber sido motivada por falta de amor, superstición e ignorancia. Parece ser que este era un grupo aislado. No hay pruebas de alguna práctica similar, cristiana o pagana, en ninguna otra parte. Desafortunadamente, Pablo hace esta referencia sin explicaciones adicionales. No especifica si aprueba o no esta práctica. Sólo se refiere a ellos como otro grupo que cree en la resurrección. Hay que recordar que el objetivo de esta sección es mostrar a la iglesia la esperanza que la gente obtiene de la idea de la resurrección de los muertos. Entonces ¿cómo se supone que debemos entender esta referencia?
·
·
Este era un pequeño grupo de creyentes que practicaba el bautismo para los muertos.
·
Probablemente ellos esperaban que este bautismo delegado les trajera una oportunidad de salvación a sus seres amados.
·
No hay ningún otro pasaje en las Escrituras que apoye la idea de que una persona pueda salvarse después de la muerte.
·
Nada nos indica que esta práctica se realizara en otra iglesia, ni que hubiera una práctica similar entre los paganos.
·
Pablo no apoya la práctica. No se identifica con ella, pues en la mayoría de los capítulos usa los pronombres personales “Yo”, “nosotros”, o “ustedes”, pero en este versículo particular usa “ellos”.
Pablo tampoco condena la práctica. Había asuntos de mayor relevancia en la iglesia Corintia. Durante toda la carta, Pablo trata de corregir un error tras otro. Pareciera ser que Pablo consideró que no valía la pena ocuparse del tema en esta ocasión. Hay una gran cantidad de grupos anti­mormones que han tratado de manipular este versículo para condenar el bautismo para los muertos. No se condena, pero tampoco se aprueba. Pareciera ser que esta práctica era una “liendre” en la iglesia Corintia que Pablo no estaba listo para “cazar”. Si el versículo se toma en contexto con los que le siguen, puede entenderse mejor. Pablo dice: Esas personas bautizan para el muerto porque ellos tienen esperanza en la resurrección. Yo vivo mi vida como hago–enfrentando peligro y muerte en momentos–porque yo tengo esperanza en la resurrección. La resurrección es una fuerza motivando que nos causa continuar viviendo. Sin él nosotros podríamos adoptar la actitud desesperada, “Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.” En 1 Corintios 15:35, Pablo pasa de la discusión de si la resurrección es una realidad a cómo es que esto ocurre. 1 Corintios 15:35 dice, 35 Pero preguntará alguno: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?» Es una buena pregunta. Inclusive hoy nos preguntamos cómo serán las cosas cuando resucitemos. Lo primero que sabemos es que tenemos un cuerpo. Nosotros no viviremos toda la eternidad en un estado espiritual, incorpóreo. Pero, ¿qué clase de cuerpo tendremos? ¿Vamos a tener granos y verrugas? ¿Habrá entre nosotros gordos o calvos? ¿Nos pareceremos a lo que
Page 31 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados somos ahora? ¿Nos reconoceremos los unos a los otros en nuestros cuerpos? Yo quisiera saber todas estas cosas. Desafortunadamente, Pablo no da respuestas exactas. Sin embargo, lo que dice en 1 Corintios 15:36­50 es revelador y de gran significado: 36 37 Necio, lo que tú siembras no vuelve a la vida si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, sea de trigo o de otro grano. 38 Y Dios le da el cuerpo que él quiere, y a cada semilla su propio cuerpo. 39 No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces y otra la de las aves. 40 Hay cuerpos celestiales y cuerpos 41 terrenales; pero una es la hermosura de los celestiales y otra la de los terrenales. Uno es el resplandor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en resplandor. 42 Así también sucede con la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. 43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. 44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal y hay cuerpo espiritual. 45 Así también está escrito: «Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente»; el postrer Adán, espíritu que da vida. 46 Pero lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. 47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. 48 Conforme al terrenal, así serán los terrenales; y conforme al celestial, así serán los celestiales. 49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. 50 Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. Nosotros lo entendemos así:
·
Así como una semilla debe morir y debe enterrarse antes de dar fruto, nuestros cuerpos deben morir y ser enterrados antes de producir el fruto del cuerpo resucitado.
·
El cuerpo natural, perecedero, enterrado en la debilidad y la deshonra, se levantará como un cuerpo espiritual, imperecedero, con poder y gloria.
·
Esta transformación es necesaria porque la carne y la sangre perecederas, diseñadas para vivir en este mundo pasajero, no pueden heredar el reino de Dios.
·
Así como nuestros cuerpos tienen la naturaleza de ”hombres de barro”–Adán–así nuestros cuerpos espirituales tienen la naturaleza de “hombres del cielo”–el Jesús resucitado. Esta última conclusión es la única clave que tenemos para responder algunas de las preguntas que hicimos anteriormente. El único ejemplo que tenemos de cómo seremos después de la resurrección es a Jesús resucitado. Él tenía un cuerpo reconocible como el cuerpo de un hombre. A veces la gente lo reconoció (Lucas 24: 31, John 20:16) y otras veces no (Lucas 24:13­ 30, John 20:14.) Él fue capaz de entrar a recintos a través de puertas aseguradas (Juan 20:19.) Él comió (Lucas 24:41,42.) En su cuerpo resucitado llevó las heridas que recibió en su cuerpo natural (Lucas 24:39, Juan 20:27.) Tenía carne y huesos (Lucas 24:39) aunque entendemos que tenía una naturaleza diferente a la que nosotros tenemos ahora. ¿Tienen respuesta todas nuestras preguntas? No. Pero sí podemos ir a una dirección concreta. Tendremos cuerpos con funciones similares, pero con una esencia diferente, comparados con lo que somos ahora. ¿A través de qué proceso recibiremos esos cuerpos? Pablo explica esto en 1 Corintios 15:51­57:
Page 32 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados 51 Os digo un misterio: No todos moriremos; pero todos seremos transformados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, porque se tocará la trompeta, y los 53 muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados, pues es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción y que esto mortal se vista de inmortalidad. 54 Cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «Sorbida es la muerte en victoria». 55 ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? ¿Dónde, sepulcro, tu victoria?, 56 porque el 57 aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la Ley. Pero gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. En la sección anterior, Pablo se refiere al mismo evento discutido en 1 Tesalonicenses 4:13­5:11 y 2 Tesalonicenses 2:1­12. Esto se conoce como la raptura. Llegará el día en que los muertos en Cristo resucitarán en un instante. Aquellos creyentes que todavía estén vivos, cambiarán de inmediato, vestidos de inmortalidad. En ese momento, la muerte no tendrá más poder sobre ellos. Es interesante ver cómo Pablo, en este capítulo, identifica a Jesús como el “primer fruto” de quienes han muerto. Él explica que este paso al cuerpo resucitado ocurrirá cuando suene una trompeta. Dos de los festivales de Levítico 23 son la Fiesta de los “primeros frutos” y la Fiesta de las trompetas. En el calendario judío la resurrección ocurrió realmente en el festival de los “primeros frutos”–el siguiente domingo después de la Pascua. Por esta razón, muchos asumen que la raptura ocurrirá en la Fiesta de las trompetas del calendario judío. Este acontecimiento es nuestra recompense. Esta es la esperanza que nos anima a seguir adelante. Este conocimiento alimenta nuestros pensamientos y ambiciones. Nos une a lo que es correcto e importante. Pablo no quiere que los creyentes de Corintios duden de esta esperanza. Es una verdad crucial y central del mensaje Cristiano. Sin ella, ellos no tienen razón para continuar. Él concluye su capítulo con 1 Corintios 15:58: 58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 2.12 Ofrenda para la Iglesia en Jerusalén 1 Corintios 16:1­4 En el capítulo 11 de Hechos de los Apóstoles, un profeta llamado Agabo predice una hambruna en todo el imperio romano. Como resultado, las iglesias empiezan a contribuir a las necesidades de la iglesia en Jerusalén. Esta ofrenda era importante para Pablo. Él pasó una cantidad de tiempo tratando de convencer a los Judíos Cristianos de que los Gentiles convertidos eran ciudadanos de primera clase del Reino de Dios. Obligarlos a hacer donaciones para las necesidades de la iglesia en Jerusalén no era sólo lo correcto, sino que era fundamental en las relaciones públicas, tal como le interesaban a Pablo. Por lo tanto, le recordó a la iglesia corintia ser diligente en su participación. 1 Corintios 16:1­4 dice: 1 En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. 2 Cada primer día de la semana, cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas. 3 Y cuando haya llegado, enviaré a quienes vosotros hayáis designado por carta para que lleven vuestro donativo a Jerusalén. 4 Y si es conveniente que yo también vaya, irán conmigo.
Page 33 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados La gente debía traer sus contribuciones “cada primer día de la semana”, lo que significa que la iglesia ya había comenzado a reunirse el domingo, en lugar del sábado. Ellos debían donar una cantidad proporcional a sus ingresos. Pablo quería que esto se realizara en orden, para que no hubiera lugar a peleas por pequeñeces. Hay que recordar que él esperaba aclarar una cantidad de detalles en sus cartas, para no tener conflictos cuando fuera a visitarlos de nuevo. 2.13 Conclusión 1 Corintios 16:5­24 En la parte final de la carta, Pablo les dice que Dios está recompensando su trabajo en Éfeso (así es como sabemos que escribió la carta desde Éfeso.) Dice que quiere visitarlos, pero cuando pueda pasar un buen tiempo con ellos. Por esta razón envía a Timoteo y les pide que se encarguen de él cuando llegue. Los invita a ser fuertes en la fe y a trabajar en amor. Concluye la carta, como usualmente lo hace, con un epílogo escrito de su propia mano. 1 Corintios 16:21­24 dice: 21 Yo, Pablo, os escribo esta salutación de mi propia mano. 22 El que no ame al Señor Jesucristo, sea anatema. ¡El Señor viene! 23 La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros. 24 Mi amor en Cristo Jesús esté con todos vosotros. Amén.
Page 34 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados 3. Segunda Corintios 3.1 Saludos 2 Corintios 1:1­7 Pablo y Timoteo firman esta carta, dirigida a “a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya” (2 Corintios 1:1.) 2 Corintios 1:3­7 dice: 3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. 5 Así como abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. 6 Pero si somos atribulados es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados es para vuestra consolación y salvación, la cual se realiza en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. 7 Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación. Nótese que en estos cinco versos, la palabra “consuelo” (o alguna forma verbal de ésta) aparece nueve veces. Consuelo es un tema predominante en este libro. Después del regaño de Pablo a la iglesia en la primera carta y en otra que ya no existe (tema que también viene a colación en 2 Corintios) ellos recibirían muy bien algo de consuelo. Además, después de toda la pena que Pablo ha sufrido a manos de algunos miembros de la iglesia, él también recibiría el consuelo de buena gana. Todos nosotros buscamos consuelo. Este pasaje nos da una visión sobre la fuente y el propósito del consuelo:
·
·
·
·
·
Dios es la fuente de todo consuelo.
Dios consoló a Pablo, de tal manera que él pudiera consolar a otros que pasaban por un momento difícil.
De la misma manera que los sufrimientos de Cristo inundan nuestra vida, así es el consuelo de Cristo.
Pablo soportó este inmenso dolor por el bien, el consuelo y la salvación de sus hijos espirituales.
El consuelo nos permite soportar pacientemente los sufrimientos. Acá hay buenas noticias. El consuelo es para aquellos que sufren. El saber que va a haber consuelo nos ayudará a soportar pacientemente los sufrimientos. Dios nunca prometió que no va a haber sufrimiento. Él nos prepara para enfrentarlo. La madurez que ganamos en este proceso nos permite mirar más allá y ser instrumentos de consuelo para otros que están sufriendo. Pablo cumplió esto para los Corintios. La carta precedente de Pablo debió haber producido gran agitación entre los creyentes de Corinto. Ese era el propósito. Al igual que un niño malcriado, ellos necesitaban ser reprendidos. Aunque un padre reprenda a su hijo, es de esperarse que poco después lo abrace y le dé consuelo. Esto es lo que Pablo quería hacer con su segunda carta a los Corintios.
Page 35 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados 3.2 Pablo Declina su Visita a Corinto 2 Corintios 1:8­2:4 Desafortunadamente, los “niños Corintios” siguen comportándose cada vez peor. Hay ciertos asuntos que todavía Pablo debe tratar en esta carta. El primero es el siguiente: En 1 Corintios 4:19­21, 1 Corintios 11:34, y 1 Corintios 16:2­9, Pablo les dice que planea ir a visitarlos. Que por causa de otros compromisos no ha ido todavía. Aparentemente, algunos en la iglesia lo estaban acusando de “resbaloso”, o de hipócrita, al decir que quería ir a verlos. Pablo trata esta acusación en 2 Corintios 1:8­10 diciendo: 8 Hermanos, no queremos que ignoréis acerca de la tribulación que nos sobrevino en Asia, pues fuimos abrumados en gran manera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. 9 Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos. 10 Él nos libró y nos libra y esperamos que aun nos librará de tan grave peligro de muerte. Pablo enfrentó una vida difícil. Pasó por la cárcel y fue apedreado. Tenía el derecho a desesperarse, incluso de la vida. A lo largo de todo esto, sin embargo, aprendió a confiar en Dios para mantenerse. El Dios que puede sobrevivir a la muerte puede también sostener a los vivos. Esto va en línea con el tema de consuelo, en el párrafo anterior. En vista de que Pablo fue consolado por Dios en estas dificultades, aprendió a soportar pacientemente. Pablo no estaba buscando piedad de los Corintios. Quería que entendieran cómo era un día en su vida. No tenía la libertad de “tomar un bus” cada vez que sentía deseos de visitarlos. Dios decidía su agenda y sus prioridades, y él las cumplía a plenitud. Él quería visitarlos, pero simplemente no había podido hacerlo. Pablo continúa diciendo que había sido totalmente honesto al expresar su deseo de visitarlos. Este anhelo nació de la confianza con que ellos perdonaban sus faltas y pasaban el tiempo reunidos, alegrándose de las cosas que ha hecho el Señor. Dice en 2 Corintios 1:15­2:4: 15 Con esta confianza quise ir primero a vosotros para daros una doble alegría: 16 de ahí pasar a Macedonia y desde Macedonia regresar a vosotros para ser encaminado por vosotros a Judea. 17 Así que, al proponerme esto, ¿actué precipitadamente? O lo que pienso hacer, ¿lo pienso según la carne, para que haya en mí «sí» y «no»? 18 Pero como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es «sí» y «no», 19 porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros–­por mí, Silvano y Timoteo­­, no ha sido «sí» y «no», sino solamente «sí» en él, 20 porque todas las promesas de Dios son en él «sí», y en él «Amén», por medio de nosotros, para la gloria de Dios. 21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, 22 el cual también nos ha sellado y nos ha dado, como garantía, el Espíritu en nuestros corazones. 23 Invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto. 24 No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo porque por la fe estáis firmes. 1 Determiné, pues, no haceros otra visita que os causara tristeza, 2 porque si yo os causo tristeza, ¿quién será luego el que me alegre, sino aquel a quien yo entristecí? 3 Por eso os escribí como lo hice, para que, cuando llegue, no tenga tristeza de parte de aquellos de quienes me debiera gozar, confiado en que mi gozo es el de todos vosotros. 4 Por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que fuerais entristecidos, sino para que supierais cuán grande es el amor que os tengo. La introducción a la correspondencia Corintia da una probable cronología de la interacción de Pablo con esta iglesia. En su primera visita fundó la iglesia. La segunda visita fue posterior a su
Page 36 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados primera carta, en la cual expresa la cantidad de conflictos con los corintios. Había escrito una carta fuerte (“con gran dolor y angustia de corazón y con muchas lágrimas”.) Después de la segunda visita envió una carta, que no se conservó. Pablo no quiso visitarlos una tercera vez hasta cuando los problemas empezaran a solucionarse. Su deseo era la reconciliación. Esperaba pasar un tiempo en armonía con ellos, y por lo tanto evadió una visita dolorosa. El hecho de que su integridad y su autoridad fueran cuestionadas por aquellos que eran sus niños espirituales le trajo mucho dolor a Pablo. ¿Qué tan fructífero habría sido su tiempo si lo hubiera pasado haciendo cosas diferentes a defenderse? Podría haberles vuelto la espalda y evadir contactos posteriores con ellos, pero esto le habría causado más pena que el hecho de que lo hubieran acusado. Por tal razón dedicó tiempo para responder a sus cargos. 3.3 Perdón para el Ofensor 2 Corintios 2:5­11 2 Corintios 2:5­11 dice: 5 Si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí solo, sino en cierto modo (por no exagerar) a todos vosotros. 6 Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos. 7 Así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarlo y consolarlo, para que no sea 8 9 consumido por demasiada tristeza. Por lo cual os ruego que confirméis el amor hacia él, pues también con este propósito os escribí, para tener la prueba de si vosotros sois obedientes en todo. 10 Al que vosotros perdonáis, yo también, porque también yo, lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, 11 para que Satanás no saque ventaja alguna sobre nosotros, pues no ignoramos sus maquinaciones. Uno sólo puede especular al identificar al ofensor mencionado en este pasaje. Alguien en la iglesia había cometido alguna falta por la cual había sido reprendido. Pablo dice que es tiempo de perdonarlo y consolarlo, y de empezar el proceso de reintegrarlo a la hermandad. Algunos asumen que esa persona es la misma en 1 Corintios 5:1­5–el ofensor sexual. Hay muchas similitudes. De hecho, Pablo llamó a esa persona a la reprensión. Esta sí podría ser la identidad de esta persona en el pasaje. Sin embargo, tomando el pasaje en contexto, uno puede llegar a una conclusión diferente. Pablo había estado lidiando con el liderazgo disociador de la iglesia. Había hombres cuestionando su autoridad e invitando a otros a hacer lo mismo. Él señaló esto en 1 Corintios. Podríamos concluir que él los retó personalmente en una visita y después hizo lo mismo en otra carta. Al escribir la tercera carta, Tito había ido a Corinto y había vuelto diciendo que las cosas estaban mejorando. Esto significa que el hombre rebelde se había arrepentido voluntariamente, o que la iglesia lo había destituido de su posición de influencia–tal vez completamente de la hermandad. Sin embargo, parece ser que ocurrió lo segundo. Parece ser que estos hombres fueron quienes cuestionaron abiertamente el liderazgo de Pablo. En vista de la insistencia de Pablo, la iglesia ideó alguna forma de disciplina contra ellos. Vemos por el pasaje que estos hombres lo lamentaban. Pablo consideró que estaban dispuestos a someterse y a dejar de hablar sin conocimiento. Entonces los invita a perdonarlos y a reintegrarlos a la hermandad. Este debió haber sido el modelo de disciplina en la iglesia. Es necesario en todo momento. Sin embargo, su propósito debe ser redentor. El corazón de Dios es siempre de reconciliación. Cuando alguien llegue al punto de arrepentimiento y dolor, la iglesia debe perdonarlo con más rapidez que con la que lo castigó. La iglesia debe permanecer lista a reafirmar su amor por un ofensor. Eso no significa que esta persona debe ser reintegrada en un cargo de liderazgo e influencia. Debe ser reintegrado a la hermandad. No perdonarlo entra en los esquemas de
Page 37 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados Satanás. Lo que él más quiere es destruir la vida del ofensor–un proceso que ya ha comenzado. Si la iglesia no cierra el círculo y restaura a la persona, le está concediendo un deseo a Satanás. 3.4 La Gloria del Ministerio de Dios 2 Corintios 2:12­4:6 Hay una pausa absurda en el flujo de la carta. Parece que todo desde 2 Corintios 2:14­7:4 es un rompimiento en la línea de pensamiento, un interludio. Si esta sección se cambiara de lugar, el texto fluiría libremente. 2 Corintios 2:12­13 y 2 Corintios 7:5­7 dicen así: 12 Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió puerta en el Señor, 13 no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito. Por eso, despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.... 5 Cuando vinimos a Macedonia, ciertamente ningún reposo tuvo nuestro cuerpo, sino que en todo fuimos atribulados: de fuera, conflictos, y de dentro, temores. 6 Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito; 7 y no solo con su venida, sino también con la consolación con que él había sido consolado en cuanto a vosotros, haciéndonos saber vuestro gran afecto, vuestro llanto, vuestra preocupación por mí, de manera que me regocijé aún más. Todo lo que está en medio es importante, pero esta inserción hace el texto difícil de seguir. Esta clase de salto alrededor del proceso de pensamiento ha hecho dudar a algunos estudiosos de que 2 Corintios fuera originalmente una sola carta. Ellos sugieren que puede tratarse de múltiples cartas, combinadas después en un solo texto. Una mejor explicación puede ser que la falta de organización se debe al estado emocional del autor. Hay que recordar que Pablo había sufrido una gran tensión emocional como resultado de su situación en Corinto. Él había mandado a Tito con una carta de reproches muy fuerte. Estaba esperando la llegada de Tito con ansias, para saber si la gente había aceptado sus reclamos o si había rechazado todo. Por tal razón él no tenía paz en Troas, como se indica en el texto anterior. Esta es la razón por la cual no tiene descanso y se siente atemorizado en cada momento. Tito trae un buen reporte. Para Pablo esto debió haber sido como una ducha en el desierto. Debió haberle traído descanso y alivio de sus penas. 2 Corintios es producto de este descanso. No fue una artesanía finamente labrada, fue un afán emocional. En 2 Corintios 2:14­4:6, Pablo discute al Gloria del Ministerio de Cristo. Lo compara a la gloria del ministerio de Moisés. En esta sección, Pablo se nota enormemente emocionado sobre el ministerio que se le encomendó y al mismo tiempo siente la necesidad de continuar su defensa contra los corintios. 2 Corintios 2:14­16 dice: 14 Pero gracias a Dios, que nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y que por medio de 15 nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento, porque para Dios somos 16 grato olor de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden: para estos, ciertamente, olor de muerte para muerte, y para aquellos, olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? Corinto hospedaba certámenes atléticos; es más, fue el precursor de los Juegos Olímpicos. Por esta razón Pablo se usaba la imaginería cuando decía “Dios nos guía en una procesión triunfal en Cristo”. Percibe que dondequiera que vaya Dios lo guía a un desfile de triunfo, invitando a todos aquellos que quieran hacer parte de la procesión.
Page 38 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados Dondequiera que vayan esparcirán la “el olor de su conocimiento”. Es interesante que hable sobre esta fragancia, que es el olor de la muerte para algunos y el olor de la vida para otros. El evangelio es una llama. Una parte de nosotros será fundida y la otra será destruida. 2 Corintios 2:17­3:3 retoma la actitud de autodefensa de Pablo: 17 pues no somos como muchos que se benefician falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo. 1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros o de recomendación de vosotros? 2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres. 3 Y es manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. La pregunta “¿ Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos?” es de un poco sarcástica. El hecho es que Pablo no debería haber defendido su nombre ante los Corintios. Ellos deberían estar defendiéndolo a él en todas partes–a su padre espiritual–ante el resto del mundo. Pablo no necesitaba una carta de recomendación de los Corintios. Ellos debían ser su carta de recomendación ante los demás. Su existencia es el sello del trabajo de Pablo. La imaginería del Espíritu escrita en las tablas de los corazones humanos viene de Jeremías 31:31­33: 31 »Vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día en que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Pablo ha sido el instrumento de escritura de Dios, desde donde se ha escrito el Nuevo pacto en el corazón de la gente Corintia. Para él es un gran honor que su ministerio sea usado de esta manera. Además Pablo ha conducido su ministerio de manera honorable. No lo ha hecho por un salario. Tiene plena confianza y competencia, provenientes de Dios. Le ha sido dada la gracia para llevar a otros el espíritu, que da la vida. Posteriormente, Pablo compara la Gloria del pacto antiguo con el nuevo. El pasaje de Jeremías compara el antiguo pacto con el nuevo: El antiguo fue escrito en tablas de piedra. El resultado final fue que trajo la muerte. El Nuevo pacto está escrito en el corazón de los hombres y trae vida. Moisés fue el mensajero que trajo el pacto antiguo. Fue un intermediario entre la gente y Dios. Estarían en la presencia de Dios en el Monte Sinaí o en la tienda de reuniones, y recibiría el mensaje de Dios para la gente. Después iría donde ellos y les entregaría el mensaje. Cuando volvía de la presencia de Dios su cara resplandecería. Éxodo 34:29­35 describe este fenómeno: 29 Después descendió Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del Testimonio en sus manos. Al descender del monte, la piel de su rostro resplandecía por haber estado hablando con Dios, pero Moisés no lo sabía. 30 Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y al ver que la piel de su rostro resplandecía, tuvieron miedo de acercarse a él. 31 Entonces Moisés los llamó; Aarón y todos los príncipes de la congregación se acercaron a él, y Moisés
Page 39 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados les habló. 32 Luego se acercaron todos los hijos de Israel, a los cuales mandó todo lo que Jehová le había dicho en el monte Sinaí. 33 Cuando acabó Moisés de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro. 34 Cuando Moisés iba ante Jehová para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía. Al salir, comunicaba a los hijos de Israel lo que le era mandado. 35 Al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro resplandecía, y entonces Moisés volvía a ponerse el velo sobre el rostro, hasta que entraba a hablar con Dios. Pablo se refiere a esto en 2 Corintios 3:7­18: 7 Si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa del resplandor de su rostro, el cual desaparecería, 8 ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del Espíritu? 9 Si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación, 10 porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. 11 Si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece. 12 Así que, teniendo tal esperanza, actuamos con mucha franqueza, 13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de desaparecer. 14 Pero el entendimiento de ellos se embotó, porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo sin descorrer, el cual por Cristo es quitado. 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo será quitado. 17 18 El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor. El Antiguo Testamento menciona el hecho de que Moisés usaba el velo, pero no dice por qué. Pablo dice que era porque no quería que los israelitas vieran cuando el brillo de Dios desaparecía. Esto nos habla sobre la gloria del antiguo pacto. Era un pacto externo. Estaba escrito en tablones de piedra. Había Gloria en él porque era la Palabra de Dios. Como venía de la presencia de Dios trajo fulgor, pero era un brillo que se desvanecía. Pablo dijo en Romanos 7:10 “Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte.” Los resultados finales del pacto antiguo fueron la condenación y la muerte. Sin embargo, el Nuevo Pacto está escrito en los corazones. No es externo; mora en los creyentes. Por lo tanto, la gloria y el brillo que produce no se desvanecen. Es un espíritu vivo y dinámico. El antiguo mandamiento trajo condena, en cambio el nuevo trae rectitud. Hasta hoy, para los judíos el pacto antiguo sigue tras un velo. Para quienes miraron la gloria del Nuevo Pacto el velo fue removido. El fulgor de Dios brilla en nosotros todo el tiempo. Nosotros tenemos el privilegio de reflejar esa gloria. En el tiempo y a través del trabajo santificado del Espíritu Santo somos transformados por ese fulgor en la imagen de Jesús. Este es el ministerio al cual Pablo ha sido llamado. Nada lo desanimará. Ni las críticas de los Corintios lo disuadirán. Él enseña su verdad de manera franca. Su única meta es predicar la verdad y la luz de Jesús en un mundo sumido en la oscuridad. No dudará de ese llamado.
Page 40 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados 3.5 Tesoros en los Frascos de Arcilla 2 Corintios 4:7­18 Cuando Pablo reflexionaba sobre el hecho de que Dios lo usaba para llevar la gloria del Evangelio por el mundo, solía compararse con un jarrón de arcilla. Dios siempre había trabajado de esta manera. David era un muchacho joven cuando derrotó a Goliat. Gedeón era un cobarde nervioso cuando Dios lo llamó para liderar el ejército de los medonitas. Inclusive Jesús “no tenía belleza ni majestad alguna que nos atrajera a él; nada en su apariencia nos hacía desearlo. Fue rechazado por los hombres, un ser de tristezas, acostumbrado al sufrimiento. Fue despreciado como aquel del cual los hombres esconden sus caras, y nosotros no supimos valorarlo.” (Isaías 53:2­3) Dios siempre ha elegido al frágil y al ordinario como jarrones para entregar lo extraordinario; hace esto para que la gloria de Dios, no la del jarrón de arcilla, sea revelada. En 2 Corintios 4:8­10 Pablo dice: 8 que estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no destruidos. 10 Dondequiera que vamos, llevamos siempre en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos, La vida de Pablo fue dura. Su existencia física provocó decaimiento en su morada terrenal. Según todas las predicciones, él debía estar muerto hacía mucho tiempo, por causa de las pedreadas, los golpes y los encarcelamientos que soportó. La muerte no se fijó en él, sin embargo, porque hacía tiempo había entregado su vida a Jesús. La vida de Jesús se reflejó a través de su rendición y de su sumisión. En últimas, aunque él sabía que todo esto le traería la muerte física, no tenía miedo. Sabía que el Dios que resucitó a Jesús de la muerte lo resucitaría a él también. Por eso pudo soportar el trabajo que se le asignó, sin preocuparse por el porvenir. Había quitado sus ojos de lo temporal y los había fijado en lo eterno. 3.6 La Tienda Terrenal y la Morada Celestial 2 Corintios 5:1­10 En 2 Corintios 5:1­10, Pablo discute brevemente lo que le pasa a un individuo en el momento de la muerte. Este pasaje ha generado algunas preguntas relacionadas con lo que nos pasa en el lapso de tiempo entre el momento de la muerte y cuando “seamos cambiados–en un flash, en el parpadeo, en el sonido de la última trompeta. Cuando la trompeta suene, los muertos resucitarán imperecederos y nosotros cambiaremos (1 Corintios 15:51­52.) Esta es una buena pregunta. ¿Cómo es la existencia de un creyente entre el tiempo de su muerte y el día de la raptura? 2 Corintios 5:1­5 dice: 1 Sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna, en los cielos. 2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial, 3 pues así seremos hallados vestidos y no desnudos. 4 Asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia, pues no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 5 Pero el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado el Espíritu como garantía. Pablo cambia las metáforas en esta parte, y se refiere a las carpas o tiendas terrenales Vs. Las moradas celestiales, y también sobre ser vestido y estar desnudo. Sin embargo, las metáforas están mezcladas. Él explica que actualmente estamos vestidos y tenemos una carpa terrenal. Vendrá el día en que la carpa será destruida. También vendrá aquel día en el cual estaremos cubiertos con una morada celestial, una construcción de Dios, una casa eterna en el cielo, hecha
Page 41 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados sin la intervención de las manos del hombre. Pablo también se refiere a un estado en el cual estaremos desnudos, o sea sin ninguna morada. ¿Qué implica esto? Algunos lo han interpretado como que el tiempo entre la muerte física y la raptura se pasa en un estado espiritual, incorpóreo. Dicen que durante este tiempo todavía tenemos comunión con Dios gracias al Espíritu Santo, que nos ha sido dado como “una garantía de lo que está por venir”, lo cual es interpretado como una garantía de nuestros futuros cuerpos glorificados. En el momento de la raptura recibimos nuestros cuerpos glorificados–la morada celestial. Esta es una posible interpretación de este pasaje. Yo dudaría en ser dogmático sobre esto, pues de hecho la Biblia no nos da mucha información sobre el estado interino. Esto se debe, probablemente, a que no necesitamos saberlo. El hecho es que nosotros tenemos el Espíritu ahora como depósito, garantizándonos que Dios nos dará la eternidad. Él pagó por ella con la vida de su hijo y ahora nos da su propio Espíritu para asegurarnos que nos la dará. Él cuida mucho de nosotros. Independientemente de si este pasaje nos dice exactamente que pasa con nosotros cuando morimos o no, podemos compartir las emociones que Pablo expresa allí. Estamos incómodos con el pensamiento de estar desvestidos–i.e. muriendo. Es un pensamiento aterrador, inclusive para un creyente firme. Al mismo tiempo, esperamos el día en que recibiremos nuestras moradas celestiales. Esta es la esperanza que nos mueve a enfrentar cada día. Fue la esperanza que motivó a Pablo a continuar con su trabajo, a pesar de los golpes que su “jarrón de arcilla” soportó todos los días. En 2 Corintios 5:9­10 Pablo dice: 9 Por tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables, 10 porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Aquí o allá, nuestro objetivo debe ser complacerlo. Es más, debemos andar serenos en esta existencia, pues sabemos que el día del juicio nos espera. En la discusión de 1 Corintios 3, hablamos sobre la idea de las recompensas en el cielo. Esto se refuerza en este pasaje. Vendrá un día en que la paja se quemará y seremos premiados por lo que queda. Entonces será demasiado tarde para hacer cualquier cosa al respecto. Vale la pena planear desde ahora. 3.7 El Ministerio de la Reconciliación 2 Corintios 5:11­21 Pablo sabe que la muerte es la gran división. Le preocupa enormemente. No por él mismo, porque sabe que ha sido reconciliado con Dios. Sin embargo, tiene un amor enorme por los demás y le preocupa que se pierdan. Le duele saber que muchos serán privados de Dios eternamente en el momento de la muerte. Este amor y preocupación que vienen de Dios lo motivan en el trabajo de su vida. Quiere que los Corintios entiendan. Si alguno levantara cargos en su contra, Pablo esperaría que sus seguidores en Corinto lo defendieran. Dice en 2 Corintios 5:14­21: 14 El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17 De modo que si alguno está
Page 42 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación: 19 Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la 20 reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él. La tarifa del pecado es la muerte y Jesús la ha sufrido para el beneficio de todos nosotros. Eso es lo que quiere decir Pablo cuando asegura “uno murió por todos, luego todos murieron”. Así como él murió por nosotros, nosotros debemos vivir por él. Debemos transformar nuestras vidas. Debemos ser nuevas creaciones. La vida que una vez vivimos–una existencia terrenal­ debe ser reemplazada por una nueva vida en el Espíritu. Esto no es algo que nosotros hayamos comenzado. Dios lo hizo por nosotros. Él comenzó el proceso de reconciliación enviando a Jesús. Ahora nos da el ministerio de la reconciliación. Tenemos el privilegio de ser instrumentos para reconciliar al mundo con Dios. Él nos destinó a ser embajadores en el mundo. Un embajador es alguien autorizado a hablar y actuar en nombre de aquel a quien representa. A nosotros se nos dio la autoridad de hablar en nombre de Dios. Realmente se trata de un pensamiento asombroso. Es más, nos ha sido dado el poder de Dios a través del Espíritu Santo, que vive en nosotros. El mismo Espíritu Santo que autorizó a Jesús a caminar sobre el agua y a levantar a los muertos es el que nos permite ahora realizar el trabajo de ser embajadores de la reconciliación. Se nos ha dado el poder y la autoridad para sacar adelante este trabajo. Está en nuestras manos llevar este simple mensaje al mundo: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él.” Jesús, el único hombre sin pecado, tomó sobre sí el pecado del mundo y lo cargó hasta la muerte. En esa transacción nos liberó del yugo del pecado para que todos podamos ser rectos ante Dios. Por eso apelamos al ofrecimiento del corazón de Dios: “Reconciliaos con Dios” 3.8 Petición por la Unidad 2 Corintios 6:1­13 Pablo clamó por la unidad una vez más. Declaró la pureza de su ministerio. Dijo que nunca había hecho algo que le diera a alguien pie para criticar. Siempre actuó de tal manera que la causa de Cristo fuera honrada. Parte de esto fue estar seguro de que su ministerio nunca fuera desacreditado, porque sería vergonzoso para la causa de Cristo. Algunos hoy harían bien en recordar esto. 2 Corintios 6:3­13 hace una descripción detallada del asunto: 3 No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea desacreditado. 4 Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha 5 paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias, en azotes, en cárceles, en 6 tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; en pureza, en conocimiento, en tolerancia, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero; 7 en palabra de verdad, en poder de Dios y con armas de justicia a diestra y a siniestra; 8 por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; 9 como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, pero llenos de vida; como castigados, pero no muertos; 10 como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, pero poseyéndolo todo. 11 Os hemos hablado con franqueza, corintios; nuestro corazón os hemos abierto. 12 No hemos sido mezquinos en nuestro amor por vosotros, pero vosotros sí lo habéis sido en
Page 43 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados vuestro propio corazón. 13 Para corresponder, pues, del mismo modo os hablo como a hijos, actuad también vosotros con franqueza. 2 Corintios es una carta extremadamente personal de Pablo. Es la segunda y no la última vez que da una lista de los sufrimientos que ha enfrentado por el bien del ministerio. (Vea 2 Corintios 1:8­10 y 2 Corintios 11:23­29.) Así no es Pablo. Sin embargo, hay que recordar que esta carta fue escrita con un gran sentimiento de frustración, pues algunos Corintios estaban haciendo acusaciones sobre su integridad y sus motivos. La carta es auto­defensiva. Él se sintió acusado y tenía que justificar su ministerio. No hizo lo que hizo porque fuera una gran diversión, una buena manera de ver el mundo o una oportunidad para hacer dinero fácil. De hecho, vivió una vida miserable, físicamente hablando. Sin embargo él la enfrentó con un gozo enorme porque tenía sus ojos fijados en la eternidad y no en los pesares de cada día. Golpizas, encarcelamientos, noches en vela, hambre, etc. No afectaron a Pablo. Sin embargo, el rechazo de los Corintios razgó la parte más profunda de su ser. Él abrió su corazón y entregó su vida a los Corintios y sólo pedía que le retribuyeran con amor. 3.9 No sean Aliados De Los No Creyentes 2 Corintios 6:14­7:4 2 Corintios 6:14­7:1 parece hacer un desvío pronunciado en el camino lógico que hemos recorrido. Ya habíamos dicho que 2 Corintios no es un tratado cuidadosamente elaborado, sino un arranque de emoción. Contiene muchos giros y francamente es difícil de seguir. Esta sección en particular les ha parecido tan fuera de lugar a algunos estudiosos, que han concluido que se trata de una carta diferente, insertada en medio de 2 Corintios en algún momento de la historia. Algunos sugieren que debe ser una parte o todo el texto de una carta mencionada en 1 Corintios 5:9. Yo, en cambio, considero que esta sección se ajusta muy bien en el contexto y da un vistazo de la causa real de los problemas en Corinto. 2 Corintios 6:14­7:1 dice: 14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión, la luz con las tinieblas? 15 ¿Qué armonía puede haber entre Cristo y Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Y vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: «Habitaré y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo». 17 Por lo cual, «Salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo impuro; y yo os recibiré 18 y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso». 1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. Hay que recordar que Pablo tenía oponentes en la iglesia. La implicación acá es que algunos de ellos, que se habían establecido en la iglesia, no eran siquiera creyentes. La iglesia había establecido lazos con no creyentes. La rectitud y la perversión estaban tratando de fundirse en
Page 44 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados uno, y eso no funciona. Aquellos que no pertenecían a Cristo fueron influenciados por los asuntos de la iglesia y estaban haciendo estragos en el proceso. La advertencia de Pablo fue separarse de estas personas. Purificar la iglesia separándose de estos contaminantes. Es común para la gente interpretar la frase “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos” como una prohibición del matrimonio entre un creyente y un no creyente, pero esa no parece ser una interpretación precisa de esta frase en particular. Este versículo se refiere al cuerpo corporativo. Al final del capítulo Pablo pide que se separen los creyentes de los no creyentes. No se refiere a la disolución de los matrimonios entre creyentes y no creyentes (Ver 1 Corintios 7:12­ 16), sino que hace un llamado a la purificación de la iglesia. ¿Esto significa entonces, que los no creyentes no deben ser aceptados en la iglesia? No. ¿Cómo más podrían llegar a ser creyentes? Sin embargo, no tienen nada qué hacer ocupando cargos de liderazgo en la iglesia. No deberían ocupar posiciones de influencia. Esto era lo que pasaba en Corinto. Pablo hace un llamado para que “limpien la casa” y saquen a los no creyentes de las posiciones de liderazgo. En 2 Corintios 7:2­4 les pide a los Corintios abrazarlo a él con amor y declinar acusaciones posteriores contra su ministerio. Él los amaba y daría su propia vida por ellos, pero quería ver un poco de amor correspondido. 3.10 Reunión Con Tito 2 Corintios 7:5­15 Tal como se mencionó anteriormente, 2 Corintios 7:5 retoma el rumbo que había perdido en 2 Corintios 2:13. Todo lo que está en medio es un desvío en el pensamiento, como es característico en este libro. Antes de escribir 2 Corintios, Pablo había enviado una carta muy severa, llevándolos a reflexionar el porqué habían permitido que los retos a su liderazgo se ventilaran abiertamente en la iglesia. Había enviado a Tito como mensajero para entregar la carta. Ansiosamente esperó que volviera y le dijera cómo había sido recibida su carta. En 2 Corintios 2 Pablo había mencionado que no tenía descanso porque Tito no había vuelto. Su alma estaba angustiada, esperando que los Corintios respondieran a su mensaje, pero temiendo que no lo hicieran. La historia se retoma en 2 Corintios 7:5­7: 5 Cuando vinimos a Macedonia, ciertamente ningún reposo tuvo nuestro cuerpo, sino que en todo fuimos atribulados: de fuera, conflictos, y de dentro, temores. 6 Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito; 7 y no solo con su venida, sino también con la consolación con que él había sido consolado en cuanto a vosotros, haciéndonos saber vuestro gran afecto, vuestro llanto, vuestra preocupación por mí, de manera que me regocijé aún más. Tito había ido a Corinto. Les había dado la carta de Pablo. Ellos habían recibido a Tito y también las instrucciones de Pablo. Obviamente, las palabras de Pablo trajeron arrepentimiento y pesar. Dijeron que sentían deseos de ver a Pablo, quien les traía una gran fortaleza. El hecho de que Tito se hubiera quedado más de lo esperado era un signo de que había sido recibido con hospitalidad y que pudo hacer apostolado con ellos. De lo contrario, habría vuelto antes. Debemos comprender dos cosas. La primera, que Pablo necesitaba verdaderamente este apoyo. La situación en Corinto estaba casi fuera de sus manos. Le estaba quitando toda su energía. La segunda, que las cosas estaban un poco mejor en Corinto, pero no bien del todo. Si todo estuviera bien, Pablo no estaría todavía a la defensa, en 2 Corintios. Antes de la visita de Tito,
Page 45 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados las críticas a Pablo eran abiertas, se toleraban e incluso eran aceptadas por una gran cantidad de gente en la iglesia. Ahora las críticas seguían, pero no eran apoyadas por la generalidad. Pablo había sido capaz de reducirlas a una minoría. Su reto era eliminarlas totalmente. Pablo les dice que sabe que su carta fue dura y que los lastimó. Lamentaba que tuviera que ser así. Pero el pesar que ellos sintieron los llevó al arrepentimiento y los sacó del camino del dolor. Por lo tanto, fue una cosa buena. 2 Corintios 7:10­11 dice: 10 La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de lo cual no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. 11 Esto mismo de que hayáis sido entristecidos según Dios, ¡qué preocupación produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto. Por lo general, el pesar es una cosa negativa. Sin embargo, el pesar por el pecado es bueno. Guía al arrepentimiento y por lo tanto a la salvación. Al final no hay rencor. No se puede decir lo mismo del pesar del mundo. El pesar Divino atrae nuestra atención y nos motiva a reformar aquello que nos condujo a ese dolor. Hay una línea muy delgada entre el dolor y la condena. Romanos 8:1 dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.” Se supone que nosotros no podemos funcionar bajo la condena y la culpa. La culpa nos diría que no merecemos relacionarnos con Dios. Se convierte en una barrera para la reconciliación. Su fuente es Satanás, quien quiere vernos fuera del alcance de Dios. Jesús murió para que nuestra culpa pudiera morir. El pesar divino es un asunto diferente. Es lo que deberíamos sentir cuando comprendemos que nuestro comportamiento está rompiendo el corazón de Dios. Lo que debemos sentir cuando comprendemos que nuestras decisiones egoístas están rompiendo la relación con Dios, quien quiere relacionarse tanto con nosotros que sacrificó a su propio hijo para poder darnos la reconciliación. Esa reconciliación que Jesús nos trajo con su sacrificio queda fuera del alcance con nuestro pecado. El resultado del pesar Divino debería ser darle la espalda al pecado y regresar tras esta relación. La carta severa de Pablo fue escrita para despertar pesar Divino, que igualmente restauraría su relación. Había empezado a cumplir su propósito. Por esto estaba verdaderamente agradecido. También estaba agradecido por la cálida recepción que le dieron a Tito. Pablo y Tito estaban muy animados con las noticias de Corinto. 3.11 Generosidad en el Dar 2 Corintios 8­9 2 Corintios 8­9 da otro giro radical de pensamiento. Ahora Pablo dirige su atención a las colectas para la iglesia en Jerusalén. En Hechos 11:28­30 está el antecedente de esta historia: 28 Y levantándose uno de ellos llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sobrevino en tiempo de Claudio. 29 Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar un socorro a los hermanos que habitaban en Judea; 30 lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo. Pablo había estado trabajando con las iglesias que fundó para recoger algo de dinero y ayudar a los miembros de la iglesia en Jerusalén, quienes habían resultado enormemente afectados por la hambruna. En 1 Corintios 16:1­4 Pablo les había dado instrucciones sobre la colecta. Este es el tema de los capítulos 8 y 9.
Page 46 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados Esta hambruna impactó el mundo Romano por completo. Todos estaban afectados. Parece ser que la iglesia de Judea quedó más lastimada que en otros lugares, pero todos habían sido afectados por la hambruna. Pablo no le estaba pidiendo a la gente que diera lo que le sobraba, sino que dieran sacrificadamente en la medida de sus propias necesidades. Algunas iglesias lo estaban haciendo. Él menciona hermandades en Macedonia, ubicada en la parte norte de Grecia; además incluyó a Berea, Tesalonica, y Filipo. 2 Corintios 8:1­4 dice: 1 Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de 2 Macedonia, porque, en las grandes tribulaciones con que han sido probadas, la abundancia 3 de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, 4 pidiéndonos con muchos ruegos que les concediéramos el privilegio de participar en este servicio para los santos. Acá Pablo usa un poco de sicología infantil–“Oh Juanito, mira como lo está haciendo de bien Luisito!” El objetivo, por supuesto, es que Juanito se animara a hacerlo tan bien o mejor que Luisito. Pablo quería que la iglesia de Corinto estuviera un paso adelante y contribuyera tal como las otras iglesias lo estaban haciendo. Continúa con su estrategia en 2 Corintios 8:7: 7 Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en conocimiento, en toda solicitud y en vuestro amor por nosotros, abundad también en esta gracia. Lo que yo creo es que algunas iglesias hoy han enseñado mal la esencia del dar. Es común escuchar que las iglesias instruyen a la gente sobre su obligación de dar el diezmo, aclarando que ‘diezmo’ significa dar el diez por ciento de los ingresos (antes de restar los impuestos) como una donación indeterminada para la iglesia. Además de su diezmo, usted es libre de dar ofrendas a causas específicas, si así lo desea. Esto nos recuerda el patrón que se usaba en el Antiguo Testamento, cuando vivíamos bajo el pacto escrito en las tablas de piedra. Ahora es diferente, pues vivimos bajo un pacto escrito en nuestros corazones. El patrón para dar de espíritu es “con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas.“ Yo creo en dar. Sé que Dios recompensa la generosidad. Creo que debe ser un acto de obediencia, sumisión y alabanza, liderado por el espíritu Santo más que por las deducciones en el salario. Desafortunadamente, a muy poca gente le han enseñado seriamente a confiar en el Espíritu Santo. De alguna manera viven bajo el pacto antiguo, buscando las leyes en piedras. Si ese es el caso, el modelo del diez por ciento es el que encontrarán. En 2 Corintios 8:8, Pablo le dice a la iglesia que las donaciones no son un mandamiento, sino una prueba de amor. Les recuerda que Jesús, quien lo tenía todo, se hizo pobre por nuestro bien. Su pobreza lo hizo rico, espiritualmente hablando. Pablo envió a Tito, junto con dos hombres más, a recoger la colecta. Pablo no tiene la intención de manejar el dinero personalmente. Ya ha sufrido de falsas acusaciones y críticas por causa de la gente de Corinto. Por esa razón permite que alguien maneje el dinero, para que la gente no diga que lo usa para su beneficio personal. Pablo muestra sabiduría en no ponerse en una situación por la que pueda ser criticado por aquello que no hizo. Pablo les dice a los corintios que ha estado alardeando sobre su regalo generoso a la iglesia y que no quiere que su alardeo sea falso. Por eso los anima para tener la colecta lista para que Tito se la pueda llegar con tranquilidad. Dice en 2 Corintios 9:6­7:
Page 47 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados 6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. 7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. Esta idea va en línea con la parábola de los talentos. Si fervorosamente administras las cosas que Dios te da, entonces Él te va a dar más para administrar. No se trata de un mensaje de prosperidad, que tiende a ser orientado hacia uno mismo. En el momento en que se piense así, todo el mensaje colapsará. Se trata de una actitud evangélica. Aquel que siembra poco, con reserva, lo hace compulsivamente o con reluctancia. Aquel que siembra generosamente, es un donador feliz. Dios quiere al donador alegre. Esa persona será recompensada. La misma idea se refleja en 2 Corintios 9:10­11: 10 Y el que da semilla al que siembra y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará los frutos de vuestra justicia, 11 para que seáis ricos en todo para toda generosidad, la cual produce, por medio de nosotros, acción de gracias a Dios. De nuevo, si usted administra fielmente los recursos que Dios le da entonces que él le dará más recursos para administrar. La generosidad hacia las personas de Dios es una expresión de acción de gracias al propio Dios. Las personas alabarán Dios porque sus personas son obedientes en esta materia. Le trae gloria a él y a su iglesia. Hay dos verdades inevitables que tocan cada capítulo y verso de la Biblia:
·
·
Dios se fija en la manera como nos relacionamos con Él.
Dios se fija en cómo cuidamos los unos de los otros. Este es el ‘esqueleto’ de la Biblia y todo lo demás–incluido el mensaje del evangelio mismo–es “carne entre esos huesos”. Dar para satisfacer las necesidades de los demás satisface a Dios en estas dos áreas. Es motivado por el amor de unos por otros y por la obediencia y la sumisión a Él. Les trae gloria a Él y a su iglesia. Esta es una buena cosa. 3.12 Autodefensa de Pablo 2 Corintios 10 En el capítulo 10 Pablo vuelve a defenderse de sus críticos. Uno puede discernir, por el capítulo 10 de 2 Corintios, que la gente acusó a Pablo de ser todo humo y nada de esencia. Él está dispuesto a enfrentarlos a través de correo, pues no puede pararse frente a ellos personalmente. Dice en 2 Corintios 10:1­6: 1 Yo, Pablo, os ruego por la mansedumbre y bondad de Cristo, yo, que cuando estoy presente ciertamente soy humilde entre vosotros, pero que cuando estoy lejos soy atrevido con vosotros, 2 os ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquel atrevimiento con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviéramos según la carne. 3 Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne, 4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 6 y estando prontos a castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta. Como ha dicho Pablo, él no quiere pasar su tiempo con ellos en conflicto. No tiene miedo de confrontar a sus oponentes, pero sabe que no quiere pasar su tiempo haciendo esto. Todavía más, Pablo está emprendiendo una batalla completamente diferente. Ellos están luchando con la carne para satisfacer sus egos. Él está luchando por el espíritu. Ellos están enfrascados en una
Page 48 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados batalla terrenal e infantil y él está comprometido en una batalla espiritual. Él ganará porque tiene mejores armas. En 2 Corintios 10:5, Pablo les da el secreto para ganar la guerra espiritual: derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. Para la mayoría de nosotros, la batalla se da en la mente. La lucha espiritual es primariamente un contraste entre nuestros pensamientos y nuestras actitudes. Todo comienza naturalmente. Cada uno de nuestros puntos de acceso a pensamientos impuros–los ojos, los oídos, la boca, la nariz, etc. En la medida en que interactuamos con el mundo, nuestros sentidos serán confrontados con la tentación. Los pensamientos impuros pueden llegar también desde adentro. A veces nuestra mente ociosa empieza a procesar basura vieja que no hemos podido eliminar. Las ideas pasan de nuestros sentidos o de nuestro inconsciente a nuestra mente consciente. Ahí es cuando empieza la batalla. Lo que hacemos con dichos pensamientos determina quién gana la batalla. Si les permitimos rondar y los alimentamos, entonces nos derrotarán las ideas. De otra manera, podemos capturarlos y hacerlos obedientes a Cristo. “Es que yo no puedo controlar lo que pienso”, puede ser una gran excusa. También es una mentira. Sí podemos controlar lo que pensamos. Ese es el punto en 2 Corintios 10:5. Esto requiere gran disciplina y una respuesta rápida. Cuando un pensamiento impuro entra en la mente, no hay mucho tiempo para actuar. Si uno permite que se quede, aunque sea un poco, entonces la batalla habrá terminado y nosotros habremos perdido. En el contexto del pasaje, los oponentes de Pablo en Corinto están impulsándolo a una batalla carnal por el liderazgo. Ellos quieren pelear. Pablo es un peleador por naturaleza. Eso se nota en varios de sus escritos. En lo corporal, él quisiera partir a esta gente y ponerla en su lugar. Sin embargo, no quiere afrontar este asunto desde el punto de vista corporal. Cuando sus deseos lo impulsan a hacerlo, somete su mente y sus pensamientos a Jesús. Después de todo, la batalla es suya. Su auto defensa continúa en 2 Corintios 10:7­18. Algunos hombres en Corinto se jactaban de ser superiores a Pablo. A él no le interesaba hacer parte de este concurso, pero no había otra opción. Dice en 2 Corintios 10:12: 12 No nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos manifiestan su falta de juicio al medirse con su propia medida y al compararse consigo mismos. Los hombres en Corinto presumen sobre cosas corporales. Pablo dice que sólo las cosas por las que vale la pena presumir son las cosas que Dios ha hecho. 2 Corintios 10:17­18 dice: 17 Pero el que se gloría, gloríese en el Señor. 18 No es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba. 3.13 El Discurso del Tonto 2 Corintios 11:1­12:13 Pablo ha preparado a los Corintios para comprender qué tan tonto es presumir. Después, en 2 Corintios 11:1­12:13 baja su escopeta de tiro y dispara ambos barriles. Esta sección es conocida como “el discurso del tonto” Si Pablo es forzado a presumir de tonto, lo hace con mucho gusto. En el prólogo del discurso, podemos ver algunos de los cargos que han sido levantados contra Pablo. En 2 Corintios 11:6 responde a los cargos diciendo que no es un orador pulido. En 2
Page 49 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados Corintios 11:7­12 dice que no puede ser un buen líder porque ni siquiera recibe paga por su trabajo. Más que preocuparse por estos falsos cargos, a Pablo le preocupa la influencia que esta minoría tiene en la iglesia. Dice que le prometió a Cristo la iglesia como prometida y quiere presentarla como una virgen pura y sin mancha. Pero ellos están manchando a la novia de Cristo. Dicen un evangelio distorsionado y la gente de Corinto los escucha. Se presentan como “súper apóstoles” (2 Corintios 11:5) y la gente los ha aceptado como tal. Pablo los desenmascara en 2 Corintios 11:13­15: 13 porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan de apóstoles de 14 15 Cristo. Y esto no es sorprendente, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan de ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras. A continuación, Pablo responde a su jactancia. En 2 Corintios 11:16­12:6 dice: 16 Otra vez digo: Que nadie me tenga por loco; o de otra manera, recibidme como a loco, para que yo también me gloríe un poquito. 17 Lo que hablo, no lo hablo según el Señor, sino como si estuviera loco, con la confianza de tener de qué gloriarme. 18 Puesto que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré, 19 porque de buena gana toleráis a los necios, siendo vosotros cuerdos, 20 pues toleráis si alguno os esclaviza, si alguno os devora, si alguno toma lo vuestro, si alguno se enaltece, si alguno os da de bofetadas. 21 Para vergüenza mía lo digo, para eso fuimos demasiado débiles. 22 Pero en lo que otro sea atrevido (hablo con locura), también yo lo sea. ¿Son hebreos? Yo 23 también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? También yo. ¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos, más abundante; en azotes, sin número; en cárceles, más; en peligros de muerte, muchas veces. 24 De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. 25 Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he sido náufrago en alta mar; 26 en caminos, muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; 27 en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y desnudez. 28 Y además de otras cosas, lo que sobre mí se añade cada día: la preocupación por todas las 29 iglesias. ¿Quién enferma y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar y yo no me indigno? 30 31 Si es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi debilidad. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento. 32 En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas puso guardias en la ciudad de los damascenos para apresarme; 33 y fui descolgado en un canasto desde una ventana del muro, y escapé de sus manos. 1 Ciertamente no me conviene gloriarme, pero me referiré a las visiones y a las revelaciones del Señor. 2 Conozco a un hombre en Cristo que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3 Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), 4 que fue 5 arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. 6 De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo, en nada me gloriaré sino en mis debilidades. Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve u oye de mí. Este pasaje está repleto del sarcasmo de Pablo. Empieza por decir “Jactarse es tontos y ustedes adoran las tonterías, entonces acá vienen las mías. Ustedes aguantaron a los que los
Page 50 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados esclavizaran, los rodearan y los golpearan en la cara. Yo estoy avergonzado porque soy muy débil para aguantar eso”. Después se enfrenta, uno por uno, a sus oponentes, quienes habían enumerado las razones por las cuales eran superiores a Pablo. Él dice, “¿Cuáles son sus cualidades? ¿Son judíos? Yo también soy. ¿Son siervos de Cristo? Yo soy mejor. ¿Qué han soportado por causa de Jesús? Yo he sido encarcelado, golpeado, he naufragado,…” El hecho es que poca gente en la historia puede comparar sus credenciales con las de Pablo. La verdadera tontería de todo esto es que, en primer lugar, él tuviera que haberse presentado en un concurso de esta clase. En Corintios 12:1­6, citado arriba, habla sobre un “hombre en Cristo… quien fue llevado al tercer cielo.” Esta referencia está un poco encriptada. Parece ser que Pablo habla de si mismo. Podemos inferir por lo tanto que catorce años antes de escribir 2 Corintios Dios le dio una visión del cielo. Tal vez en una visión Dios le permitió experimentar el paraíso. Pablo continúa en 2 Corintios 12:7­10: 7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltara, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca; 8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor que lo quite de mí. 9 Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. Ha habido mucha especulación sobre la naturaleza del “aguijón en la carne” de Pablo. Una de las explicaciones más posibles es que pudo haber sido una clase de enfermedad en los ojos. Esto está implícito en Gálatas 4:12­16: 12 Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Ninguna ofensa me habéis hecho, 13 pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio; 14 y no me despreciasteis ni rechazasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo. Al contrario, me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. 15 ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubierais podido, os habríais sacado vuestros propios ojos para dármelos. 16 ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo por deciros la verdad? También está escrito Gálatas 6:11: 11 Mirad con cuán grandes letras os escribo de mi propia mano. Sabemos que Pablo se lastimó los ojos en su camino a Damasco. Pudo haber tenido algún problema asociado con esto. No estamos seguros. Cualquiera que hubiera sido el problema, parece ser que esta enfermedad le trajo mucho sufrimiento. Él oró tres veces pidiendo alivio, pero Dios lo dejó en ese estado para evitar que “se volviera presumido”. Sabemos por sus escritos que Pablo era exigente y terco. Era fácil para él llegar a pensar que era autosuficiente. Dios quería que Pablo tuviera un cierto grado de dependencia física. Es importante que recordemos esto. Nosotros oramos para curar enfermedades, pero algunas veces esto no ocurre. Habrá ocasiones en que Dios dice “no”. Puede ser que no entendamos por qué. Debemos encontrar consuelo en el hecho de que los “no” de Dios están acompañados de “tendrás la gracia suficiente, porque mi poder es perfecto en la debilidad”. Algunas veces su elección es permanecer con nosotros en nuestros problemas y no remover nuestros problemas. Pablo ha terminado de jactarse. Espera que esta sea la última vez que tenga que responder esta clase de cargos. Concluye su agudo discurso con 2 Corintios 12:11­13:
Page 51 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados 11 He sido un necio al gloriarme, pero vosotros me obligasteis a ello. Yo debía ser alabado por vosotros, porque en nada he sido menos que aquellos «grandes apóstoles», aunque nada soy. 12 Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda 13 paciencia, señales, prodigios y milagros, porque ¿en qué habéis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? ¡Perdonadme este agravio! 3.14 Los Planes de Pablo para Visitar Corinto 2 Corintios 12:14­13:10 En 2 Corintios 12:14­13:10, Pablo les avisa a los Corintios su intención de visitarlos una tercera vez. Este capítulo tiene un tono de advertencia. Pablo desea de corazón que la iglesia esté limpia de sus actos antes de que su visita. Cuando llegue, promete que disciplinará a todos aquellos que estén fuera del camino. No hay más tiempo para tolerar y tener paciencia. Ya se ha hecho mucho daño y no se permitirá más. Les advierte que todos necesitan revisión para asegurarse de que Cristo esté activo en sus vidas. Ellos tienen que ser inocentes cuando él llegue. De nuevo, Pablo no quiere pasar su tiempo con ellos en conflicto, pero si es necesario lo hará. Dice en 2 Corintios 13:9­10: ... oramos por vuestra perfección. 10 Por esto os escribo estando ausente, para no usar de severidad cuando esté presente, conforme a la autoridad que el Señor me ha dado para edificación, y no para destrucción. 3.15 Conclusión 2 Corintios13:11­14 Después de una carta larga y emocionalmente exhaustiva, Pablo cierra con una conclusión muy breve. Es normal para él cerrar con una hermosa bendición, orando por la paz de Dios y bendiciones sobre ellos, etc. Sin embargo, esta tiene más el sentimiento de “Atentamente, Pablo.” Dice en 2 Corintios 13:11­14: 11 Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros. 12 Saludaos unos a otros con beso santo. 13 Todos los santos os saludan. 14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. Esta carta es un enigma. ¿Por qué fue conservada? La lectura es dolorosa, inclusive avergonzante. Es una respuesta herida a un ataque viciado e impío. Su escritura es pesada y arremolinada, difícil de seguir. ¿Qué tiene esta carta que motivó a la iglesia a convertirla en Sagrada Escritura? El hecho es que esos problemas internos en la iglesia son un fenómeno real, existen. La responsabilidad de disciplinar y restituir el orden en una iglesia nunca acaba. Afortunadamente, algunas iglesias no llegarán al mismo nivel de conflicto al que llegó la de Corinto, pero necesitamos una referencia bíblica que nos diga cómo resolver los problemas, cuando estos llegan. Este libro guarda además algunas verdades importantes para nosotros. Estas incluyen:
·
·
·
Dios nos consuela en el sufrimiento. Este consuelo produce en nosotros fortaleza y paciencia.
La iglesia debe ser un lugar de disciplina, pero también de perdón y de restauración.
La gloria del pacto antiguo se desvaneció. La gloria del pacto nuevo no se desvanece porque vive en nosotros, a través del Espíritu Santo.
Page 52 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados ·
·
Dios nos permite participar en el ministerio de la reconciliación.
Dios premia a quienes dan con alegría.
Page 53 Derechos de Autor © 1997, 1999, Tim Attaway, Todos los Derechos Reservados
Descargar