RESEÑAS 487 por género literario de su obra como la guetoización en categorías sugeridas por la política de la identidad estadounidense, debemos dejar florecer un poco más de caos en las casillas genéricas de nuestra propia profesión, al entrar en la botánica de esta vendedora sagaz y profana. PATRICK O’CONNOR GLORIA DA CUNHA-GIABBAI. Mario Benedetti y la nación posible. Alicante: Universidad de Alicante, 2001. Una de las preocupaciones que Gloria da Cunha ha ido reiterando en sus múltiples libros y artículos es la tendencia académica de analizar las letras de América Latina a la luz de postulados teóricos emanados de Estados Unidos y Europa, hecho que las perjudica porque las mantiene subordinadas a construcciones especulativas, la mayoría de las veces alejadas de la circunstancia hispánica. Una de las consecuencias mayores ha sido la imposibilidad para desarrollar una voz crítica propia a partir del ensayo que permita que las ideas, ideologías y filosofias de esta región se escuchen y alcancen “su integración al dialogo mundial” (13). Esta situación es alarmante ya que Iberoamérica goza de una rica tradición de intelectualidad que se remonta hasta la conquista, floreciendo durante el siglo XIX y madurando en el XX. Sin embargo, nos advierte Da Cunha en Mario Benedetti y la nación posible, este olvido puede ser atribuido al Boom de la narrativa que eclipsó el interés por la ensayística. Los grandes cultivadores de este género, “rectores de nuestra cultura desde la Independencia” (13), ofrecen la materia prima con la cual se puede descubrir y conocer la realidad, la identidad y la relación de América Latina con el resto del mundo. Con este libro, Da Cunha ofrece un aporte valiosísimo a la cuestión de la nación ya que no sólo trata de marcar su evolución en la región desde la independencia, sino que, además, de definir los rasgos de una imagen propia desde el promedio del siglo XX. Este propósito se obtiene a partir del examen de los ensayos benedettianos, otra gran contribución de Da Cunha, ya que si bien la narrativa de este autor nos ha impactado desde el Boom, sus ensayos han sido escasamente estudiados. Entre los libros de ensayística del escritor uruguayo que la autora indaga se hallan El país de la cola de paja (1960), El escritor latinoamericano y la revolución posible (1974), El desexilio y otras conjeturas (1984), Escritos políticos (1986), Subdesarrollo y las letras de osadía (1987), La cultura, ese blanco móvil (1989), La realidad y la palabra (1991), Articulario (1994) y Perplejidades de fin de siglo (1996). El libro se divide en cuatro capítulos. En el primero se plantean los problemas que hemos comentado, los que acontecen cuando no se acude a los “rectores” latinoamericanos para entender las ramificaciones de un debate teórico; el segundo ofrece un resumen comparativo de los postulados primermundistas sobre la cuestión de la nación (Connor, James, Hobsbawm y Anderson) para luego cotejarlos con los de teóricos latinoamericanos como Sarmiento, Martí y Rodó arguyendo que éstos, no aquéllos, son los más apropiados 488 RESEÑAS “para analizar y definir, con un lenguaje claro, la problemática de las nuevas circunstancias y formular las direcciones y el proceso para implantarlas” (33); en el tercer capítulo se entra de lleno a la ensayística de Benedetti para iniciar el delineamiento de los rasgos centrales que definirían una imagen propia de las naciones latinoamericanas; y el cuarto integra la participación ensayística de Benedetti en una tradición que se originó con los “rectores de nuestra cultura”, trayectoria más apropiada que la que imponen las teorías angloamericanas y europeas. El tercer capítulo es el más extenso y constituye un análisis detallado de los argumentos de Benedetti sobre la nación que se desprende de sus ensayos. Los aspectos fundamentales que encontramos son los factores auténticos de América Latina, como el pueblo, la democracia, la política, la conciencia, la ética, la igualdad, la justicia, la teología de la liberación, la paz, el papel del intelectual, y aquellos falsos, como la mediocridad, la frivolidad, la hipocresía, el materialismo, la corrupción, la economía, el elitismo, los partidos políticos, la democracia superficial y la educación elitista. Esos rasgos auténticos, según Benedetti, permiten prescindir de las tradiciones imaginadas (a la Anderson), y superar la nación de las élites, mientras que, con ellos, se aboga por un concepto de nación que emana del pueblo, o como lo define ella en referencia a El país de la cola de paja, el pueblo, “el gran personaje de esta colección de ensayos” (51). Esta construcción social está constituida por una pluralidad de voces de todos los sectores, pero en especial la de la clase media. Fundamental asimismo a este compendio sobre el concepto de nación a partir del ensayo de Benedetti es la actualización de la noción de utopía. Da Cunha puntualiza aquí que no se refiere a la utopía renacentista, la que se imaginaba, sino a la utopía [pos]moderna que es realizable (85-6). De esta edificación brota la noción de “una nación posible”, ideal posible de lograr si se atiende a las narraciones que guarda el pueblo y que los ensayistas rescatan (55, 88; cursiva en el original). El valor de este estudio se verifica en tres vertientes. La primera se halla en que Da Cunha nos convence de la necesidad de estudiar a Benedetti como un ensayista que parte de la tradición de “rectores”, la que germina con Bolívar y crece con Martí, Rodó, González Prada y Mariátegui, todos antecedentes directos al ideario del escritor uruguayo. Una segunda está dada por el deseo de la autora de someter a nuestra consideración, para que recapacitemos, el grave peligro de subordinar a Iberoamérica a los teóricos extranjeros que provienen de diferentes tradiciones, distintas realidades económicas y con prejuicios que perjudican la comprensión histórica de los pueblos de esta región. La tercera vertiente que inaugura esta crítica está formada por su análisis del concepto de nación en Benedetti para ofrecer un modelo para entender a América Latina desde dentro de sí misma, desde dentro de propia su circunstancia histórica. No obstante, este excelente libro indica claramente que todavía falta mucho por hacer en América Latina en torno al tema de la nación. A modo de ejemplo, sólo repasando los autores que figuran en las historias del ensayo, como las de Robert Mead, Peter Earle y José Miguel Oviedo, nos damos cuenta que nos espera investigación fecunda para continuar el examen hasta elaborar una construcción teórica que emane de los pueblos de Iberoamérica a partir del registro dejado en la ensayística. Loyola College THOMAS WARD