Homilía del 2 de Octubre de 2016 Octubre en la Iglesia Católica es

Anuncio
Homilía del 2 de Octubre de 2016
Octubre en la Iglesia Católica es considerado como el Mes del Respeto por la Vida. Hoy,
en el primer domingo de Octubre, me gustaría que nos enfoquemos en lo sagrado de la vida
humana. Durante varios años ahora parece que aquellos que hablan acerca de las cuestiones
del respeto por vida se centran en el aborto y la eutanasia. Aunque la posición de la Iglesia
no ha cambiado sobre ninguna cuestión sobre la vida humana, el Papa Francisco ha sido
crítico de quienes que son, en sus palabras, «obsesionados» con las cuestiones de aborto,
homosexualidad, y la contracepción.
Seguramente todos nosotros sentimos el horror de quitarle la vida al indefenso, pero el no
nacido y el muy enfermo no son los únicos indefensos. Me acuerdo hablar con la Hermana
Christine de Marshalltown y con María, quien en aquel momento era su asistente en el
Ministerio Hispano, acerca de la inmigración redada que había ocurrido. Me acuerdo bien
que una señora con su bebé de veintidós meses estaba viviendo con María. La madre fue
detenida y llevada fuera. El bebé fue dejado con María. Me acuerdo que le pregunté a la
Hermana Christine, «¿Qué podemos hacer»? Ella simplemente dijo, «Ahora mismo
estamos indefensos».
Hace nueve años este Septiembre pasado, el Padre John escribió una carta que fue publicada
en el «Ames Tribune», titulada «Limpiemos el Lenguaje». ¡Ay! esa carta es tan relevante
ahora como fue entonces. Me gustaría citar las partes de su carta. El Padre John estaba
dirigiendo su carta hacia los políticos quienes, en sus palabras, «han estado usando [la frase
«favor de vida»] con indecente abandono.”
Si ellos deben usar ese frase, sugiere el Padre John, deberían decir, «¿No pueden ver ustedes
que yo estoy contra la guerra, [que yo estoy] para cobertura de salud para todos los pobres,
[que estoy] trabajando drásticamente para reducir los de sin techos, para aumentar
financiamiento para la investigación para los enfermos de SIDA, promoviendo la
rehabilitación de aquellos en prisión y adictas de las drogas, reduciendo las armas nucleares
a cero, reduciendo drásticamente el presupuesto militar, creyendo que los doscientos
millones de armas de mano no son necesarias para las practicas del tiro al blanco? Y estos
son solamente algunos de las cuestiones a los que me dirigiré si [yo soy] elegido».
Su carta continúa, «Hay muchos otros ejemplos del lenguaje escandaloso. La palabra
-1-
Homilía del 2 de Octubre de 2016
‹alienígena› nunca debería ser usada para describir a un inmigrante que está tratando de
mantener a su familia. No muralla ó cerca nunca debería ser usada con los debates de la
reforma de inmigración.»
El Padre John se dirige a otras cuestiones también, pero yo quisiera citar la última parte de
su carta. «Mi sugerencia acerca de la manera en la cual limpiar la campaña de expresión
puede ir en gran duración, pero [tengo] un último pensamiento. Por años hemos tenido la
descripción de la población de la tierra de estar divida en dos grupos: los que tienen y los
que no tienen. Tal vez eso pueda ser reemplazado, ya que la frase es casi siempre fatalista y
despreocupada.
«Esperen por el día en que los candidatos usen un lenguaje como ‹Los que tienen necesitan
compartir lo que tienen para que los que no tienen eventualmente tendrán›. Esto no
sucederá hasta que no paremos de construir imperios».
El Padre John está llamando nuestra atención—como los profetas siempre han hecho—a la
inmoralidad de nuestra cultura. Lo sagrado de las vida humanas aplica a ambos a los
jóvenes y a los viejos, al inocente no nacido y al convicto criminal en el corredor de la
muerte, al saludable y al enfermo, al heterosexual y al homosexual, a esos prisioneros en la
Bahía de Guantánamo, a los hombres de color y al policía, a la gente huyendo de violencia,
guerra, y abuso, a aquellos cuyos estado de inmigración es explotado en Ames, Iowa, a la
gente de Iraq, Afganistán, los de Sudán, Colombia, Guatemala—a toda la gente en todo el
mundo. Ninguna vida es barata. Toda vida es sagrada.
Cuando miro el dolor y el sufrimiento en este mundo y recuerdo que dijo Jesús, «Les
aseguro que cuando dejaron de hacerlo con uno de estos pequeños, dejaron de hacerlo
conmigo» (San Mateo 25:45), entonces yo me digo a mí mismo las palabras del Evangelio
de hoy: «No somos más que siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer»—y eso
es tan poco y la necesidad es tan grande. Señor Dios, en tu clemente y misericordioso amor,
ten piedad de mí.
-2-
Descargar