Barrio de la Cruz

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Índice
• Introducción al barrio de Santa Cruz:
• Calles:
− Santa María la Blanca
− Ximenez de Enciso
− Levíes
− Céspedes
− Cruces
• Otros :
− Plaza de las Mercedarias
− Mesón del moro
− Puerta de la carne
− Iglesia de San Bartolomé
− Edificio Miguel de Mañara
• Bibliografía
Puerta de la Carne
Se le dió este nombre por lo inmediata que se encontraba al matadero de las reses para el abasto de carne : en
tiempos de los árabes y aún mucho después se llamó "puerta de Ahogar" , o "Vib−Ahogar" por el que la
reedificó : también se nombró de la Judería por ser la puerta que tenía al campo la grande Alhamia de los
judías é inmediata á una de sus sinagogas, hoy parroquia de Nuestra Señora de las Nieves ( vulgo:
laconstituye en una de las más vistosas de Sevilla:tiene un alto y robusto arco moldurado con medias cañas y
cornisa , y encima un frontispicio con sus remates.En la renovación que se le hizo en 1577 se le puso la
inscripción de haber sido renovada y se conservaron las que anteriormente tenia: por una de ellas se ve fue
Blanca).
La redificacxión que se le ha hecho en estos últimos años la constituye una de las más valiosas de
Sevilla:tiene un alto y robusto arco moldurado con medias cañas y cornisa, y encima un frontispicio con sus
remates. En la renovación que se le hizo en 1577se le puso la inscripción de haber sido renovada y se
conservaron las que anteriormente tenía: por una de ellas se ve fue dedicada esta puerta a los Santos Leandro é
Isidro. Por ella se pasa desde la calle al gran barrio de San Bernardo y al famoso establecimiento Fundición de
Artilleria.
Transcrito del diccionario de Sevilla 1850.
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*
Edificio Miguel de Mañara
El edificio que hoy alberga la sede de la Dirección General de Bienes Culturales, de la Consejeria de Cultura
fue construido en el siglo XVI por la familia sevillana de los Almanza, sobre unas construcciones mudéjares
preexsistentes, a las que se superpone todo un conjunto palaciego urbano.
Don Juan de Almanza, Jurado y
Fiel ejecutor de la ciudad de Sevilla,
edificó su palacio siguiendo la es−
tructura característica de las mansio−
nes sevillanas de esa centuria, con un
patio central como núcleo de edificio
y estancias que, en dos plantas, se
distribuyen a su alrededor. El inmue−
ble es fiel reflejo de los dictados
ordamentales que, desde Italia, llega−
ban a Sevilla al socaire del Renaci−
miento. Una de las secuencias cons−
tructivas mejor conocidas de la man−
sión es el encargo que, Don Juan
de Almanza, hace al artista milanés
Antonio Maria Aprile de Carona
( según escritura −−>otorgada [Author:x]el 6 de
Julio de 1535 ) de la marmoleria del
Apeadero, escalera y, sobre todo,
las columnas y Heráldica de su excepcional patio, al que se puede considerar por su pureza arquitectónica de
lo mejor y más elegante del arte renacentista civil sevillano.
El patio se ornamenta a su vez, con una fuente de marmo blanco de Carraral, de excelente calidad y planta
octogonal adornada en su mar por mascarones masculinos y femeninos de rasgos burlescos y cuyas cabezas se
entrelazan mediante paños y lazos. En su parte central niños−Hermes sostienen entre sus manos odres cuyos
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contenidos vierten al mar de la fuente. Se remata con taza de marmol verde ibérico. La cronología de la fuente
osfila entre fines del XVI o ptincipios del XVII para el mar y mediados de este último siglo para el grupo de
los niños.
En la fachada es de gran interes la portada de la Casa−Palacio (fechable en los años centrales del siglo XVI)
fue labrada por talleres genobeses. Destaca por su característico entablamento decorado con bucráneos y
figuras antropomorfas que portan guirlnaldas frutales. Es de reseñar, también, la importante colección de rejas
que protege los vanos que se abren a la fachada, del primer tercio del siglo XVI y que marcan la transición
entre la regería medieval y la renacentista.
En el primer tercio del siglo XVII la casa es vendida a Don Tomás de Mañara y Colonna, Cargador de Indias,
que fuera padre de el conocido personaje sevillano don Miguel de Mañara y Vicentero de Lecca, nacido en la
mansión y de quien la casa toma su actual denominación. Don Tomás, una vez más, adaptaría el inmueble a
los gustos de su época, siendo un a de las mejores muestras de estas reformas, la tapicería(techos y portajes)
realiza según las normas de la "carpintería de lo blanco.
A la muerte de Don Miguel de Mañara la casa queda deshabitada teniendo, durate los siglos XVIII yXX los
más diversos usos: domésticos, militares, fabriles, religiosos y, por último, sede del colegio Miguel de Mañara
Usos que, unas veces fueron para bien de la mensiónpero que, en su major parte, causaron la degradación
física del inmueble hasta su adquicisión por la Junta de Andalucia para la Dirección General de Bienes
Culturales.
Esta actuación se inscribió en el programa de la Consejería de Cultura para la rehabilitación del antiguo barrio
sevillano de San Bartolomé, ubicando las dependiencias de la Administración Cultural en edificios históricos
del mismo, así como llevando a cabo importantes reformas urbanísticas en fachadas, calles y otros
monumentos tales como las obras realizadas en las iglesias de Santa María la Blanca, San Nicolás de Bari,
San Bartomé,etc.
Calle Santa María la Blanca
En esta calle podemos encontrar algunos edificios de estilo barroco, pero sin duda, los edificios más
representativos son el Palcio de Altamira, ahora sede de la Consejería de Cultura, y la iglesia de Santa María
la Blanca:
Palacio de Altamira
La rehabilitación del Palacio de Altamira ha posibilitado el rescate de gran parte de un conjunto arquitectónico
singular y de gran interés histórico y cultura para Andalucía que de otra manera, c0on toda probabilidad se
uniera perdido definitivamente.
El que hoy conocemos como Palacio de
Altamira se ubica a los pies de la falda de la
colina que sirvió de base al primer asenta−
miento humano de Sevilla hace casi tres mil
años. La zona, aunque expuesta en las inun−
daciones del arroyo Tgarete, quedaría habitada
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definitivamente en tiempos de los romanos,
levantándose la muralla imperial en sus
alrededores y discurriendo por la actual calle
de Santa Maria la Blanca, una vía de salida
de la ciudad que se perpetuó para siempre.
Poco después de la conquista de Sevilla
por los castellanos, la zona quedo en el interior
de la Aljama Judía. El cargo de Contador
Mayor del Reino estuvo durante varios reinados
en manos del personaje judíos que habitaban
en casas que ocupaba este solar, hasta que el
asalto a la judería en 1391 propició que pasará a manos de la justicia Mayor de Castilla, Don Diego López de
Zúñiga, Señor de Béjar, que levantó el edificio.
Siguió la mansión unida a los siglos XV y XVI al linaje de los Zúñiga, Condes de Placentina, Duques de
Béjar y señores de grandes estados de Extremadura y Reino de Sevilla, hasta que quedó ligada al Marquesado
de Villamanrique y en posteriores centurias a otros títulos, como el condado de Altamira, por el que hoy se
conoce. De todos ellos recibió la casa obras y mejoras en los siglos XVII y XVIII.
En el siglo XIX el Palacio fué destinado a casa de vecinidad en alquiler, para lo que se realizaron reformas
que enmascararon definitivamente la primitiva construcción mudéjar. Desde mediados del siglo XX se
encontraba ya en estado ruinoso hasta que la Junta de Analucía acometió las obras de rehabilitación.
El desarrollo de estas obras y la investigación arqueológica e histórica que se han llevado a cabo
paralelamente, han posibilitado un conocimiento preciso del entoro del edificio y del entorno urbano en el que
el se levantba.
Las primeras intervenciones en el edificio tuvieron como objeto la consolidación de las cimentaciones y
muros, y ejecución de los forjados y cubiertas. Con posterioridad los criterios para la rehabilitacón se han
establecido como un compromiso entre las necesidades planteadas por el nuevo uso del edificio "sede del
titular de la Consejería y Viceconsejería de la Consejería de Cultura" y la exigecia de poner en valor los
elementos que se consideraron básicos en la configuración del palacio.
Respecto a la decisión sobre
la forma de la intervención, se ha
optado por valorar basicamente la
configuración del primer palacio
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mudéjar y respetar la presencia de
las reformas más significativas que
se ejecutaron en el edificio. y alli
donde unas y otras eran incompa−
tibles optar por la forma del primer
palacio.
Se ha dispuesto una exposi−
ción permanente con una selección
de piezas y bienes muebles,
rescatados en la intervención ar−
queológica, en los parámetros de la
gran Qubba (Quarto Real) y de los
espacios anejos; "Quadra Real" y
pórtico.
Con ocasión de las obras de
reabilitación se han llevado a cabo
investigaciones arqueológicas en el
subsuelo y las estructuras emergentes
del Palcio, asícomo una amplia investigación interdisciplinar sobre el mudéjar sevillano, la arquitectura de
Altamira y los elementos de su cultura material, y realizando estudios de Paleontología, Archivista, Heráldica,
Genealógica, Numismática y Etnografía.
Iglesia de Santa María la Blanca:
En esta calle podemos encontrar tambien la iglesia de Santa María la Blanca. A la estructura de la antigua
sinagoga se le fueron superponiendo estilos artísticos. De ahí su portada gótica del siglo XIV. Luego, a
mediados del siglo XVII se reformó de nuevo. Fue entonces cuando se hizo la profusa labor de yeserías que
recubren las bóvedas y la cúpula, obra de Pedro y Miguel de Borja. Esta decoración de yeserías causa impacto
al entrar en la iglesia y no pasó desapercibida en su tiempo. Ortiz de Zúñira le dedica las mayores alabanzas y
Torre Farfán la llama laberinto de yeso. Incluso Cosme de Médicis la menciona en su Viaje por España y
Portugal. A Murillo se le encargaron cuatro lienzos que recordaban la historia del templo de Santa María della
Neve en Roma, lienzos que se llevaría más tarde el mariscal Soult. Sólo dos volvieron a España: el Sueño del
Patricio y la Fundación de la basílica de Nuestra Señora de las Nieves, de los que se conservan en la iglesia
dos copias, estando los originales en el Museo del Prado.
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Cuando se terminaron las reformas del XVII, la iglesia se inauguró con gran pompa, dentro de una fastuosidad
barroca, resaltándose el misterio de la Inmaculada Concepción en la procesión que se organizó por los calles
sevillanas. La plazoleta se adornó de manera especial, levantándose frente a la iglesia un gran altar en el que
se pusieron varios cuadros de Murillo. Toldos, alfombras, damascos, terciopelos y otros cuadros completaban
esta decoración que se extendió por toda la calle. Esta fiesta nos la describe Torre Farfán en unos versos tan
barrocos como la misma ceremonia.
Entre las obras de arte conserva la iglesia destacan una Piedad del pintor del siglo XVI Luis de Vargas y la
Última Cena de Murillo, obra tenebrísta, algo insólito de este pintor.
Iglesia de San Bartolomé
Situado en la calle y plaza á que dió nombre, fue erigida en 1484, cuando los Reyes Católicos espulsaron de
España á los judíos, en el mismo sitio que ocupaba una célebre sinagoga. A fines del siglo próximo pasado fue
reedificada esta iglesia; tiene tres naves y dos puertas, su arquitectura pertenece al gusto jónico : las naves
estasn divididas por arcos moldurados; el crucero es espacoso y buena la media naranja; los retablos son
modernos y aunque el mayor es de algún mérito no ha reemplazado al antiguo. En el testero de la nave
colateral del lado del Evangelio y una capilla cerrada con alta reja, hay un bonito retablo y en él una escultura
que representa a nuestra Señora de la Alegría; es anterior y de mérito artistico pero se halla revestida de telas:
inmediata á esta capilla , en el crucero, esta la del Sagrario cerrada de hermosas y dobles rejas de hierro con
relieves, y en cuya capilla es notable, por el gusto en que esta ejecutado el tabernáculo de plata que custodia la
divina Eucaristia. En el templo anterior tenian capilla varias ilustres casas, pero en la reedificación solo volvió
la de los Areyanos. En esta iglesia fue bautizado el dia 3 de Marzo de 1627 el venerable Don Miguel de
Mañara Vicentelo de Leca, fundador del Hospital de la Santa Caridad. La administración espiritual se haya á
cargo de un teniente de cura por estar unida a la parroquia á la de San Esteban, donde tiene su residencia el
párroco.
Transcrito del diccionario de Sevilla 1850.
La parroquia de San Bartolomé recibió las aguas del bautismo en una de sus capillas de yacen las cenizas de
su padre.En antiguos documentos sevillanos se menciona el sitio de San Bartolomé el Viejo, que, a no dudar,
fue el emplazamiento del primitivo templo dedicado al Apóstol.Fue esta paroquia una de las más antiguas.No
se sabe exactamente cuándo cambió de lugar; se sospecha que fue en 1470, cuando se trasladó a la sinagoga
en la Judería, próxima a la muralla entre la puerta de la Carne y la de Carmona.
El sitio del primer templo, según todos los indicios, fue donde hoy se alza el convento de las Salesas, que
antes fue la casa del marqués de Villanueva del Fresno.El templo construído sobre la sinagoga duró hasta el
año 1779, en que se derribó.Entoncés se edificó el actual, que es uno de los más hermosos de la ciudad.Las
obras se terminaron en 1796, vendiciéndose el nuevo edificio en 1800.Consta de tres naves de bóvedas, con
airosas media naranja en el crucero.
Recibe culto en una capilla la imagen de Nuestra Señora de la Alegria, obra del siglo XVII, en cuyo retablo se
ven las esculturas de San Fernando y de San Ignacio, del insigne Pedro Roldán, de las cuales, con otras del
mismo autor, Hallé las escrituras de concierto (1672), años ha.La escultura del clérigo don Diego Ximenez de
Alamsa, del siglo XVI, descubierta en la capilla en 1890, y que fue colocada a los pies de la iglesia y lugo en
el patinillo de la torre, ha desaparecido. Respetemos piadosamente la memoria de quien construyó tan
interesante muestra de la escultura funeraria de nuestro siglo de oro.
La Hermandad Sacramental tiene una buena capilla, en cuyo retablo luce la imagen de Nuestra Señora de las
Mercedes, y no la Virgen del Carmen, procede del convento de las Mercedarias. El altar, obra del siglo XVII,
tiene en su parte superior un medallón que representa la imposición de la casulla a San Ildefonso.También es
primoroso el sagrario, obra de orfebrería del siglo XVII, de estilo del renacimiento. La verja de la capilla,
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labrada en la centuria dXVI, de estilo plateresco, es en su clase la mejor de las existentes en los templos
parroquiales. La Hermandad Sacramental, a la que perteneció Murillo siendo feligrés de San Bartolomé, tuvo
importantes funciones, y, por una de ellas, viste a doce pobres de la feligresía de el Jueves Santo. Riquísimo y
de los mejores de Sevilla es el viril que la Hermandad conserva entre sus alhajas.
A los pies de la iglesia, en el lado del Evangelio, hay un cuadro grande de Ignacio Ries, que representa la
Asuncióm de la Virgen, firmado y fechado en 1661. El organo procede del desaparecido conveto de San
Agustín.
En la nave de la Epístola esta la imagen de la Piedad, la de San José y el altar de Animas, cuyo Cristo es
debido a Hernando de Uceda (1580). La torre del tenplo, concluida hace pocos años, sólo tiene de la antigua
una campana, la esquila, fechada en 1698.
Esta iglesia es la que da nombre al barrio(de San Bartolomé).
Barrio de Santa Cruz
El barrio de Santa Cruz tiene renombre universal. Si bien otros barrios sevillanos como el de San Bartolomé,
San Lorenzo, son casi desconocidos para el visitante de extranjero, la fama de este si les a llegado. Pero este
renombre a tenido una consecuencia: la de su mitificación. Porque muchas veces se ha hecho un mito del
barrio de Santa Cruz, se le ha ensalzado hasta la exageración y de igual modo se le ha vapuleado. El mito ha
llegado a un punto en que leyenda y realidad se unen hasta ser difícil a veces desentrañar el mito y la verdad
histórica. Por ejemplo, es cierto que las cenizas de Murillo estan dispersas bajo la Plaza de Santa Cruz, ya que
ahí se alzaba la antigua iglesia de Santa Cruz, donde fue enterrado el pintor. Ocurre también a la inversa, hay
cosas que parecen verdad y no lo son.
Por otra parte, el barrio de Santa Cruz ha
suscitado polémicas. Se ha dicho de él que no
es un barrio, sino una escenografía más o menos
quinteriana. En una sesión de crítica arqui−
tectónica, celebrada en Sevilla, sobre las posibi−
lidades de los barrios andaluces en el urbanismo
actual, un arquitecto dijo: ...El Barrio de Santa
Cruz es una cosa de tipo folklórico que a los
arquitectos no nos interesa nada. Tiene un pinto−
resquismo y una ostentosidad que para nosotros
están de más. Porque el barrio ha sido acusado de haber sido demasiado retocado a principios del siglo XX,
con la reforma que hizo el Marqués de la Vega Inclán a través del arquitecto Juan Talavera. Pero dos cosas de
su urbanística siguen siendo vigentes hoy: introducir la naturaleza en un barrio y la dimensión humana de sus
calles y plazas.
Frente a aquella opinión tan fustigadora para el barrio, otro arquitecto decía: ...una de las cualidades más
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singulares y atrayentes de la ejemplaridad de este barrio es su vitalidad actual, en fuerte contraste con otras
supervivencias mortecinas de barrios históricos medievales.
En la misma sesión se habló de aspectos urbanísticos positivos del barrio. Y entre éstos estaban: el formar una
unidad, al no estar cortado por vías transversales de tráfico; el estar flanqueado por los jardines de Murillo y
los del Alcázar; el valor estético del encalado; la tranquilidad del barrio, al no ser zona comercial sino
residencial y en la mayor parte de las calles son peatonal. Un trazado tortuoso, de callejas estrechas y
sinuosas, a veces con callejones sin salida. Un trazado medieval, pero que por su escala humana, ha inspirado
a la urbanística actual, que trata de buscar alternativas a las grandes aglomeraciones urbanas de nuestro siglo.
No se podrá decir que el barrio haya sido inventado por el Marqués de la Vega Inclán. Antes de él vivió una
larga historia de la que quedan numerosos vetigios.
El barrio queda limitado por los Jardines de Murillo, el Alcázar, el Patio de Banderas, la Plaza del Triunfo, la
Plaza de la Virgen de los Reyes, y las calles Mateos Gago, Faviola y Santa María la Blanca. Esta última lo
separa de otro barrio interesante, San Bartolomé, junto al que conformaban la antigua judería que se extendía
desde el Alcázar hasta el eje Aguilas − San Esteban, teniendo como vías principales las actuales calles de San
José, Santa María la Blanca y Puerta de la Carne, por la que salían del recinto amurallado. Todo este conjunto
que, tras la expulsión de los judíos, quedó ligado a las respectivas parroquias de Santa Cruz San Bartolomé.
Calle Levíes
Esta calle de nombre conocido por todo sevilla y en algunas ocasiones, conocida mejor por visitantes que
vienen de otros lugares, no tiene palabras para señalar sus cualidades. En ella podemos encontrar el edificio
Miguel de Mañara, donde habitó este célebre sevillano. Tambien podemos encontrar otro edificio de menor
envergadura del siglo pasado, en el que solo existen oficinas de la Consejería de Cultura.
De la arquitectura podemos destacar las antigüas casas solariegas, que construyeron nuestros antepasados y
que aún se conservan en pié.
Calle Céspedes
Esta es otra de aquellas calles perdidas entre las tortuosas calles de nuestro Barrio. Ella no haya sido cuna de
ningún sevillano célebre, pero no por ello
deja de formar parte de la antigua
judería de Sevilla. Hacia ella da
parte de la fachada del palacio de
Altamira. Es una calle peatonal
por la que no suelen pasar vehícu−
los; es de trazado irregular.
Calle Cruzes
En la parte menos conocida
de nuestro Barrio, encontramos
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esta escondida calle en la que hemos
de señalar los edificios sevillanos,
bajos, y de paredes blancas. La
calleja da lugar a una recoleta plaza,
de carácter popular. La plaza fue
ampliada a mediados del pasado siglo por derribo de un pequeño corral que allí había. Se puso entonces en su
centro una cruz de hierro sobre una columna de mármol. Se la conoce popularmente con el nombre de plaza
de las Cruces pero hace dos siglos se llamaba plaza de los Cuatro Vientos, quizá aludiendo a los cuatro puntos
cardinales señalados por el encuentro de las calles Doncellas y Cruces.
Bibliografía consultada
• Fuentes orales.
• Diccionario geográfico − estadístico − histórico de España (Sevilla) 1845 − 1850.
• Página web: www.sevilla.org
• El barrio de Santa Cruz de Sevilla por Mª José Guerrero Martinez.
• Parroquias de Sevillas por Santiago Montoto.
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