La suerte de trabajar con D. José Por Javier Carbajo, consejero delegado de ALSA El año pasado D. José Cosmen preparaba su intervención para el acto de investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Oviedo como reconocimiento a su trayectoria empresarial. Le habían dicho que tenía que durar 30 minutos y estuvo durante varias semanas trabajando su intervención, ajustando su contenido y duración para cumplir exactamente con el compromiso con la Universidad. Así era D. José. Trabajador, disciplinado, responsable, cumplidor, constante, minucioso, con gusto por los detallles y las cosas bien hechas. Durante años, muchas de las personas que actualmente trabajamos en ALSA nos formamos con él: viendo de cerca su dedicación a la empresa, como era siempre atento con todo el mundo, cordial, afable y, por otro lado, trabajador sin límite, sus deseos de mejorar, de hacer… En fin, aprendiendo de sus valores que nos han servido para la vida profesional y personal. La responsabilidad y el compromiso con el viajero eran las claves de su liderazgo, que ha servido de base para que desarrollara en la empresa su espíritu emprendedor, cuyo testigo supo transmitir y ha sido recogido con éxito por sus hijos. Así, llevó a ALSA a ser la empresa privada española que inició los servicios de transporte internacional conectando España con toda Europa. Innovó en mejorar los vehículos en seguridad y diseño interior; creó el servicio Supra con una calidad de servicio similar a la de los aviones... en definitiva, lideró el desarrollo del sector de transporte en autocar en los años 90, hasta situarlo en la senda de la modernidad y la vanguardia hasta estos días. El reconocimiento y amistad de muchos de sus amigos se extiende también a los empresarios del sector de transporte, que reconocen a una persona que supo intuir y desarrollar la profesión de transportista de viajero, de la que se sentía orgulloso y heredero de muchas generaciones de su familia. Su espíritu pionero que le llevó hasta China es hoy otro valor que queremos que continúe entre nosotros. Este espíritu emprendedor, se mantendrá ahora dentro de los valores de ALSA como guía constante para continuar su labor de hacer empresa, crear empleo y riqueza y, además, crecer como personas. Y todo ello lo hizo desde Asturias, donde siempre quiso vivir junto a su querida familia, y desde donde quiso liderar su proyecto empresarial. Trabajador incansable y líder que sabía delegar, D. José generó una cultura de trabajo y de atención al cliente que nos permite hoy a todos nosotros, inspirándonos en sus ideas y ejemplo, seguir siendo innovadores e impulsar la empresa hacia un futuro mejor. Siempre preocupado de todos sus trabajadores, con independencia del puesto que ocupaban. Lo mismo hablaba y conocía a los conductores, que a los vendedores, técnicos y directivos. Todos recibíamos de él su reconocimiento e impulso para hacer las cosas bien, para intentar crecer para mejorar. Su fallecimiento deja un hueco imposible de llenar. El reto que tenemos por delante es continuar su obra con arreglo a su liderazgo y con comportamientos adecuados a sus valores: Honradez, Humildad, Humanidad y un poco de Humor. El pasado jueves día 28, D. José nos dedicaba una carta con motivo de la reunión anual de directivos de ALSA. En ella se dirigía a nosotros como colaboradores y nos animaba y agradecía el esfuerzo continuado del equipo joven, generoso y entusiasta que, junto a sus hijos, dirige la empresa con atino. Como empleados de ALSA, nuestro orgullo es que D. José estuviera orgulloso de ALSA. Como portavoz de todos los que formamos la compañía, estoy seguro que como yo, todos pensáis que ha sido una suerte trabajar con D. José, un hombre excepcional.