¿Cuándo un obispo se convierte en obispo? ¿C ¿Cuándo un obispo se convierte en obispo? ¿C uándo un obispo se convierte en obispo? ¿Cuándo es elegido /a? Si responde afirmativamente a esa pregunta, entonces ya es hora de refrescar su conocimiento de los cánones de la Iglesia Episcopal. Y puesto que ésta es “temporada de elecciones” – con la elección de ocho obispos completada en los últimos meses – es un momento apropiado para considerar el proceso Aunque los obispos en la Iglesia Episcopal son elegidos a nivel local, no son aprobados para servir como obispos hasta después de finalizado el proceso de consentimiento por parte de los líderes del resto de la iglesia. La ordenación puede llevarse a cabo solamente después de que estos consentimientos se han recibido. uándo un obispo se convierte en obispo? ¿Cuándo es elegido /a? Si responde afirmativamente a esa pregunta, entonces ya es hora de refrescar su conocimiento de los cánones de la Iglesia Episcopal. Y puesto que ésta es “temporada de elecciones” – con la elección de ocho obispos completada en los últimos meses – es un momento apropiado para considerar el proceso Aunque los obispos en la Iglesia Episcopal son elegidos a nivel local, no son aprobados para servir como obispos hasta después de finalizado el proceso de consentimiento por parte de los líderes del resto de la iglesia. La ordenación puede llevarse a cabo solamente después de que estos consentimientos se han recibido. El proceso El proceso Arriba: el báculo, una estilizada y a menudo muy decorada versión de un cayado de pastor, es un símbolo del oficio del obispo. Los báculos que se muestran aquí son modelos históricos de museos de todo el mundo. Arriba: el báculo, una estilizada y a menudo muy decorada versión de un cayado de pastor, es un símbolo del oficio del obispo. Los báculos que se muestran aquí son modelos históricos de museos de todo el mundo. En general, el proceso de lección de obispos es el mismo en las diócesis de la Iglesia Episcopal, ya sea que la elección se trate de un obispo diocesano (que tiene jurisdicción sobre una diócesis), o de un coadjutor (que sucederá al obispo diocesano cuando se jubile o renuncie) o de un obispo sufragáneo (que es elegido para asistir al obispo diocesano). Después de un proceso de discernimiento dentro de la diócesis, en la cual una selección de candidatos es presentada, normalmente por un comité representativo, la elección se lleva a cabo en una fecha acordada. Tras la elección, el afortunado candidato es un obispo electo. En general, el proceso de lección de obispos es el mismo en las diócesis de la Iglesia Episcopal, ya sea que la elección se trate de un obispo diocesano (que tiene jurisdicción sobre una diócesis), o de un coadjutor (que sucederá al obispo diocesano cuando se jubile o renuncie) o de un obispo sufragáneo (que es elegido para asistir al obispo diocesano). Después de un proceso de discernimiento dentro de la diócesis, en la cual una selección de candidatos es presentada, normalmente por un comité representativo, la elección se lleva a cabo en una fecha acordada. Tras la elección, el afortunado candidato es un obispo electo. Después de algunas cuestiones de procedimiento, incluidos exámenes, los anuncios oficiales son enviados a los obispos con jurisdicción (obispos diocesanos solamente), y anuncios por separado a los comités permanentes de cada una de las 110 diócesis de la Iglesia Episcopal. Estos avisos necesitan sus propias acciones y firmas. (Se utilizan procedimientos especiales para las elecciones que tienen lugar justo antes de una reunión de la Convención General; la próxima CG será en 2012). En este momento el tiempo comienza a avanzar. Aprobaciones Para que un obispo electo pueda convertirse en un obispo, el canon III.11.4 (a) de la Iglesia Episcopal indica que una mayoría de los obispos diocesanos y una mayoría de las comisiones permanentes diocesanas deben dar el consentimiento de que el obispo electo se ordenado como obispo. Estas acciones - llevadas a cabo por separado – han de ser completadas dentro de 120 días a partir del día en que la notificación de la elección fue enviada a las partes apropiadas. Si el obispo electo recibe una mayoría (por lo menos 50% más uno) de las autorizaciones de los obispos diocesanos, así como la mayoría de las comisiones permanentes, el obispo electo se encuentra a un paso más cercano. Tras un proceso de consentimiento feliz, la coordinación y la celebración están en condiciones de llevarse a cabo. Si la mayoría de los obispos diocesanos no dan la autorización y /o la mayoría de las comisiones permanentes tampoco consiente, la Obispa Presidenta, en conformidad al canon III.11.5, está obligada a declarar nula e inválida la elección. En tal caso, el elegido por la diócesis no será ordenado y el proceso debe comenzar de nuevo. Si los consentimientos se reciben a tiempo y en buen orden, es en este momento – a menudo más de cuatro meses después de las elecciones locales –, cuando un obispo electo es nombrado obispo por lo menos por tres obispos ordenados mediante el servicio de ordinación (Libro de Oración Común). E stás llamado a guardar la fe, unidad y disciplina de la Iglesia; a celebrar y proveer para la administración de los sacramentos del Nuevo Pacto; a ordenar presbíteros y diáconos, y a unirte en la ordenación de obispos; y a ser, en todo, un pastor fiel y un ejemplo saludable para todo el rebaño de Cristo. Con tus hermanos obispos compartirás en el liderazgo de la Iglesia en todo el mundo. Tu herencia es la fe de los patriarcas, profetas, apóstoles y mártires, y de aquellos en toda generación que con esperanza han buscado a Dios. Tu gozo será seguir a aquél que vino, no a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos. —Tomado del examen en el servicio de ordenación de un obispo, Libro de Oración Común Después de algunas cuestiones de procedimiento, incluidos exámenes, los anuncios oficiales son enviados a los obispos con jurisdicción (obispos diocesanos solamente), y anuncios por separado a los comités permanentes de cada una de las 110 diócesis de la Iglesia Episcopal. Estos avisos necesitan sus propias acciones y firmas. (Se utilizan procedimientos especiales para las elecciones que tienen lugar justo antes de una reunión de la Convención General; la próxima CG será en 2012). En este momento el tiempo comienza a avanzar. Aprobaciones Para que un obispo electo pueda convertirse en un obispo, el canon III.11.4 (a) de la Iglesia Episcopal indica que una mayoría de los obispos diocesanos y una mayoría de las comisiones permanentes diocesanas deben dar el consentimiento de que el obispo electo se ordenado como obispo. Estas acciones - llevadas a cabo por separado – han de ser completadas dentro de 120 días a partir del día en que la notificación de la elección fue enviada a las partes apropiadas. Si el obispo electo recibe una mayoría (por lo menos 50% más uno) de las autorizaciones de los obispos diocesanos, así como la mayoría de las comisiones permanentes, el obispo electo se encuentra a un paso más cercano. Tras un proceso de consentimiento feliz, la coordinación y la celebración están en condiciones de llevarse a cabo. Si la mayoría de los obispos diocesanos no dan la autorización y /o la mayoría de las comisiones permanentes tampoco consiente, la Obispa Presidenta, en conformidad al canon III.11.5, está obligada a declarar nula e inválida la elección. En tal caso, el elegido por la diócesis no será ordenado y el proceso debe comenzar de nuevo. Si los consentimientos se reciben a tiempo y en buen orden, es en este momento – a menudo más de cuatro meses después de las elecciones locales –, cuando un obispo electo es nombrado obispo por lo menos por tres obispos ordenados mediante el servicio de ordinación (Libro de Oración Común). E stás llamado a guardar la fe, unidad y disciplina de la Iglesia; a celebrar y proveer para la administración de los sacramentos del Nuevo Pacto; a ordenar presbíteros y diáconos, y a unirte en la ordenación de obispos; y a ser, en todo, un pastor fiel y un ejemplo saludable para todo el rebaño de Cristo. Con tus hermanos obispos compartirás en el liderazgo de la Iglesia en todo el mundo. Tu herencia es la fe de los patriarcas, profetas, apóstoles y mártires, y de aquellos en toda generación que con esperanza han buscado a Dios. Tu gozo será seguir a aquél que vino, no a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos. —Tomado del examen en el servicio de ordenación de un obispo, Libro de Oración Común