La advertencia a las fuerzas de izquierda

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La advertencia a las fuerzas de izquierda
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Tras el Brexit
La advertencia a las fuerzas de
izquierda
- solo en la web -
Fecha de publicación en línea: Martes 28 de junio de 2016
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La advertencia a las fuerzas de izquierda
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El resultado del referéndum en el Reino Unido es de una extrema importancia para la situación social y política en
Europa. La salida del Reino Unido de la Union Europea profundiza la crisis de esta institución creada por y para los
grandes grupos capitalistas del continente. Las bolsas caen como nunca desde la crisis mundial de 2008, la libra
esterlina y el euro también y Cameron ha presentado su dimisión. El Reino Unido corre también el riesgo de sufrir
una implosión, pues Escocia e Irlanda del Norte, naciones oprimidas, están opuestas a la salida de la Unión
Europea: Escocia podría así imponer y ganar un nuevo referéndum sobre su independencia. Un polo imperialista de
grandísima importancia, segunda economía de la UE, cuya City de Londres es el símbolo de las finanzas mundiales,
ve su posición debilitada. La propia UE ve relanzarse su crisis de forma espectacular, una crisis rampante desde
hace años, en particular desde la crisis griega de 2015.
Sin embargo, no hay ninguna razón para la alegría entre los trabajadores y trabajadoras, y en primer lugar los y las
inmigrantes y las personas que sufren discriminación racial en el Reino Unido y el resto de Europa. En efecto,
vivimos el referéndum griego al revés, en menos de un año. Allí donde el referéndum organizado por Tsipras en julio
pasado había ganado (contra la voluntad de éste) bajo presión de una población que exigía una ruptura con la
austeridad impuesta por la Unión Europea, el referéndum británico ha sido lanzado bajo presión de la derecha y de
la extrema derecha del país, que han hegemonizado totalmente los debates, con el apoyo de la prensa amarilla. Así,
estas fuerzas reaccionarias, ultraliberales, autoritarias y racistas resultan, de lejos, las primeras beneficiarias a corto
plazo del Brexit. No hay "Lexit" (salida por la izquierda) posible a corto plazo para el Reino Unido. Corbyn está
siendo también atacado por la derecha del Labour por no haber defendido suficientemente fuerte a la UE tal como
es. Nigel Farage, el infame líder racista de UKIP, ha osado decir que "esta victoria ha sido obtenido sin un solo
disparo", cuando Jo Cox, diputada de izquierda británica, apoyo de las personas refugiadas y feminista, fue
asesinada hace unos días por un militante nazi británico. Cruel símbolo, Jo Cox era también amada por los sirios y
sirias, a las que apoyaba contra Assad, Daesh y la Europa fortaleza. Sin embargo los reaccionarios pro Brexit han
sabido manipular la crisis de refugiados y los atentados, productos de la contrarrevolución sangrante en Siria y del
cierre de las fronteras.
Culpable de crimen con premeditación contra los pueblos de Europa, y en primer lugar el pueblo de Grecia, culpable
de crimen contra la humanidad contra las personas refugiadas a las que deja morir en sus fronteras, la Unión
Europea está gravemente debilitada. Pero por esto tampoco tenemos que alegrarnos demasiado rápidamente: las
fuerzas de extrema derecha del continente están en primera línea para profundizar esta crisis y abrir la vía, como en
Inglaterra, a proyectos abiertamente racistas, aún más reaccionarios que el de la UE. En efecto, Le Pen en Francia y
Wilders en los Países Bajos, pasando por el Partido del Pueblo danés, son fuerzas que demandan, un poco en
todas partes, referéndums siguiendo el modelo Brexit.
El referéndum del Brexit suena como una grave advertencia a las fuerzas de izquierda, al movimiento social y a los
anticapitalistas de toda Europa. El día 26 es el estado español quien acude a las urnas. Y allí, una coalición de
izquierda radical va representar la contestación al orden establecido. La crisis de la Unión Europea no podrá más
que reforzarse también como consecuencia de esas elecciones. Pero la izquierda debe finalmente atreverse a
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zanjar la cuestión estratégica de su actitud frente a la UE. Correr al rescate de este proyecto, como la
socialdemocracia y el CES lo han hecho en la crisis griega (¡igual que el propio Tsipras!), es dar al capital el bastón
para que siga golpeando al mundo del trabajo. La izquierda debe asumir la ruptura con las instituciones de la UE y la
desobediencia a sus políticas. No se trata de "cambiar la UE", sino de romperla. No en nombre de un repliegue
nacionalista y racista, sino en nombre del proyecto internacionalista de OTRA EUROPA -social, ecológica,
democrática y generosa- puesta en pie por una Asamblea Constituyente de los pueblos.
Retomamos estas palabras del llamamiento de Olivier Besancenot (NPA), Miguel Urban (Podemos) y Antonis
Davanellos (Unidad Popular) por un Austerexit que hicieron tras la capitulación de Tsipras: "Salir de la Europa del
capital no equivale, en nuestra opinión, a imaginar las fronteras como un paraguas contra la austeridad. Es un punto
de apoyo para construir una Europa diferente, tan fiel a los intereses de los pueblos como la actual lo es a los
intereses de los banqueros. No queremos ni el reino de nuestras castas nacionales ni el de la troika".
Sin asumir un proyecto radicalmente alternativo a la austeridad del que la UE es uno de las herramientas más
importantes hoy, sin un proyecto institucional alternativo a esta UE autoritaria, corremos el riesgo de dejar a la
derecha radical, neofascista y racista apoderarse tanto del descontento social como de la frustración democrática,
para desviarlos en beneficio de un proyecto reaccionario. El peligro es grave. Tal es la lección principal que hay que
sacar del Brexit.
El punto de partida y la palanca de la estrategia alternativa de los que la izquierda tiene necesidad para abrir la vía a
esta Europa diferente es la organización y la coordinación de la lucha encarnizada contra la austeridad y el racismo,
la vía de la convergencia de las luchas sociales, feministas, ecológicas para derrotar a nuestros gobiernos
austeritarios cada vez más autoritarios. La magnífica movilización contra la ley del trabajo en Francia lo muestra: la
profunda crisis del capitalismo europeo abre tantos graves peligros como posibilidades de cambiar este mundo, a
condición de reagruparnos sobre bases claras. Las responsabilidades de la izquierda anticapitalista e
internacionalista son inmensas. La LCR se implicará con todas sus fuerzas para asumirlas. En nuestro país, esto
comienza por un combate para radicalizar la movilización contra el gobierno Michel Jambon, rompiendo con la
funesta estrategia de concertación que paraliza al movimiento sindical y le expone al riesgo de un gran
debilitamiento.
25/06/2016
http://www.europe-solidaire.org/spip.php?article38293
Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR
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