III Jornada de Derecho de Autor en el Mundo Editorial Buenos Aires, 21 y 22 de abril de 2005 CADRA / OMPI / IFRRO/ CEDRO Comentarios al Fallo de la Corte de Apelaciones de Paris (31 de marzo de 2004) respecto a los derechos de autor de Victor Hugo sobre su obra cumbre "LES MISÉRABLES" Documento preparado por Carlos Fernández Ballesteros* (publicado en el Anuario de Propiedad Intelectual 2004. GPI Grupo de Propiedad Intelectual. Universidad de Montevideo. Montevideo 2004) I.- Antecedentes del caso 1) La Sociedad PLON editó y comercializó posteriormente dos libros, escritos por Francois CERESA - "Cosette ou le temps des illusions" et "Marius ou le fugitif "- los cuales fueron presentados como constituyendo "la continuación de Les Misérables". El primer libro fue lanzado al comercio en abril de 2001, con una faja roja del editor que rezaba "La continuación de Los Miserables"; el segundo apareció en el otoño del mismo año (Set. a Nov. 2001) con una banda similar que esta vez decía "El libro que quisieron prohibir" 2) En 2001, Pierre Hugo - tataranieto de Victor Hugo (hijo de su bisnieto Francois) - y la SGDL , Societé des Gens de Lettres de France, demandaron a editor y autor, por considerar que la publicación de ambos libros y, particularmente, el presentarlos como una "continuación" de "Los Miserables", atentaba contra el derecho moral de Victor Hugo sobre su obra. 3) En primera instancia, el Tribunal de Grande Instance de Paris, por sentencia del 12/09/2001, rechazó la demanda sin entrar al fondo del asunto, por no considerar de recibo las calidades de los demandantes: a) en lo que respecta a Pierre Hugo, el Tribunal entendió que carecía de legitimación activa por un doble motivo: * Presidente del Instituto Uruguayo de Derecho de Autor. Secretario General de LATINAUTOR. Ex Subdirector General de la OMPI 1 III Jornada de Derecho de Autor en el Mundo Editorial Buenos Aires, 21 y 22 de abril de 2005 CADRA / OMPI / IFRRO/ CEDRO • • no poseer la calidad de "heredero" de Victor Hugo, al haber sido adoptado por su tía Marguerite Hugo; porque aún cuando tuviera tal calidad, no correspondería a los herederos la defensa de los derechos morales de Victor Hugo, pues éste habría, por disposición testamentaria, manifestado su voluntad de ceder tal potestad sobre sus derechos morales a Paul Meurice, Auguste Vacquerie et Ernest Lefebvre; b) en lo que concierne a la intervención voluntaria de la SGDL, el Tribunal hizo suyos los argumentos de los intimados, al entender que las disposiciones del Code de la propriété intellectuelle no le reconocen otra calidad que para defender los intereses de la profesión, lo que no incluye la intervención principal en un procedimiento que refiere únicamente al derecho de un autor. II.- La apelación ante la Cour d'Appel de Paris Los mismos actores, esta vez apelantes, se presentan ante la instancia superior tentando nuevamente que se declare que al editar, publicar y comercializar las obras "Cossette ou le temps des illusions" et "Marius ou le fugitif", haciéndolos pasar por la continuación de Los Miserables, la sociedad PLON ha atentado contra el derecho moral de Victor Hugo. La SGDL, la sociedad que el propio Victor Hugo había fundado el 28 de abril de 1838, solicita por su parte que se le reconozca que tiene un interés a accionar en este juicio en defensa del interés colectivo de sus miembros; y la violación del derecho moral de Victor Hugo atenta contra ese interés colectivo, en tanto es susceptible de incitar a otras personas, por su propia iniciativa o por impulso de editores, a querer escribir "suites" o continuaciones que no respetan el espíritu de la obra original, al apropiarse de personajes y alterar sus características de una manera sustancial, prevaleciéndose de la notoriedad de la obra original para promover las propias. Los miembros de la SGDL se encuentran entonces expuestos cada vez más a hacer frente a un fenómeno de multiplicación de "segundas partes" o continuaciones deformantes, del tipo de las escritas en esta oportunidad por Francois Ceresa, que atentan contra sus prerrogativas y contra sus derechos. 2 III Jornada de Derecho de Autor en el Mundo Editorial Buenos Aires, 21 y 22 de abril de 2005 CADRA / OMPI / IFRRO/ CEDRO Por ello solicitan a la Corte condenar a la sociedad PLON y a Francois CERESA a pagar a la SGDL una suma de 1 euro a título de daños e intereses, en reparación del perjuicio sufrido en forma colegiada por sus miembros. También solicitan la publicación de la sentencia que recaiga en diez diarios determinados. Pierre Hugo había solicitado que lo fuera en tres solamente. III El Fallo de la Corte de Apelaciones de Paris A) En cuanto al procedimiento Contrariamente a lo sostenido por el Tribunal de Primera Instancia, la Corte atribuye a los apelantes plena legitimación para actuar en juicio, reconociendo a Pierre Hugo la calidad de heredero de Victor Hugo y por lo tanto co-titular del derecho moral de éste; desestimando al mismo tiempo que el gran dramaturgo hubiera cedido la defensa de sus derechos morales a terceros. En cuanto a la SGDL de France, la Corte estimó que – de acuerdo a las disposiciones del Código de la propiedad intelectual – los organismos de defensa profesional regularmente constituídos tienen calidad para estar en juicio en defensa de los intereses de los cuales están a cargo estatutariamente. La SGDL no es - contrariamente a lo sostenido por los intimados – una sociedad de percepción, teniendo por fin, entre otros, asegurar de manera general la protección de los intereses morales o materiales de sus miembros y de hacerlos valer si fuera necesario por la vía de acción ante la justicia. En consecuencia, si un litigio toca un punto de derecho profesional de interés general, la Sociedad tiene capacidad para hacerse parte en el mismo. La Corte concluye entonces que la intervención voluntaria de la SGDL en el juicio es de recibo, al no pretender sustituirse a los herederos ni ejercer a título personal el derecho moral de Victor Hugo, sino por tratarse en la instancia de cuestiones de principio sobre las modalidades de ejercicio del derecho moral y de la práctica de “suites” de obras literarias, que pueden tener repercusiones sobre los intereses materiales y morales de sus miembros. 3 III Jornada de Derecho de Autor en el Mundo Editorial Buenos Aires, 21 y 22 de abril de 2005 CADRA / OMPI / IFRRO/ CEDRO B) En cuanto al fondo del asunto La Corte, para dar amplia razón a los recurrentes, se adentra a determinar la voluntad de Victor Hugo con respecto al ejercicio del derecho moral sobre su obra y, particularmente, acerca de su concepción de “Los Miserables” como obra terminada y no susceptible de continuación. A través de distintos textos de Hugo – tal la Nota agregada a la edición definitiva de Notre Dame de Paris o su discurso en el Congreso literario international el21 de junio de 1878 – la Corte rebate la alegación de los intimados en el sentido que Victor Hugo habría negado, de una manera general y absoluta, a sus herederos el derecho de velar por los derechos morales sobre la totalidad de su obra. También encuentra en esos y otros pasajes prueba suficiente – a su juicio que Victor Hugo no había previsto ni hubiera permitido jamás una “suite” a “Los Miserables”. Una obra, decía Hugo, nace con todos sus capítulos; un drama nace con todas sus escenas, concluyendo “he ahí su obra entera, tal como (el autor) la ha soñado, tal como la hizo, buena o mala, durable o frágil, pero tal como la quería” Tratándose específicamente de “Los Miserables”, la Corte trae a colación la nota con que Hugo acompañara la entrega del último capítulo al editor Albert Lacroix: “Si este final (se discute si se refería al suicidio de Javert o a la muerte de Jean Valjean) no emociona, renuncio a escribir jamás” Concluye entonces, en primer lugar, que Victor Hugo nunca expresó, cualquiera sea la cronología de sus declaraciones, la voluntad de “hacer caer” el derecho moral sobre la totalidad de su obra en el dominio público, vaciándolo de contenido. En segundo lugar, si bien Victor Hugo en vida no se opuso jamás a las adaptaciones escénicas de sus obras, o a la utilización por otros de sus personajes, por el contrario el escritor no habría aceptado jamás que un tercer autor pudiese dar continuación a “Los Miserables”: “El libro que el lector tiene ante sus ojos en este momento, es, de principio a fin, en su conjunto y en sus detalles, cualesquiera sean las inermitencias, las excepciones o las debilidades, la marcha del mal al bien, de lo injusto a lo justo, de lo falso a lo verdadero, de la noche al día, del apetito a la conciencia, de la pudredumbre a la vida; de la bestialidad al deber, del infierno al cielo, de la nada a Dios. Punto de partida: la materia, punto de arribo el alma. La hidra al comienzo, el angel al final” 4 III Jornada de Derecho de Autor en el Mundo Editorial Buenos Aires, 21 y 22 de abril de 2005 CADRA / OMPI / IFRRO/ CEDRO Por todo ello, la Corte declara que la Sociedad PLON, al editar y publicar los dos libros que motivaron la apelación y al hacerlos pasar por la continuación de “Los Miserables”, atentó contra el derecho moral de Victor Hugo sobre esta obra, condenándola a pagar a Pierre Hugo 1 Euro a título de daños e intereses y la misma suma a la SGDL, a título del perjuicio colectivo sufrido por sus miembros. También accedió a la publicación de la sentencia en tres periódicos, tal como lo solicitara Pierre Hugo. El derecho de autor y el derecho moral de parabienes y agradecidos IV Comentarios Este fallo, abstracción hecha de si la fundamentación de la Corte de Apelaciones de Paris abundó en apreciaciones que llegan a evadir lo jurídico, en aras de defender dos de los símbolos mayores de la literatura francesa y universal – como lo son sin duda Victor Hugo como autor y “Los Miserables” como obra - representa sin duda para el derecho de autor el reencuentro con sus raíces, con sus más ricas tradiciones, con los principios que sustentaron la búsqueda y consolidación del Convenio de Berna como eje del sistema de protección internacional. Constituye además, en plena época del “Peer2Peer”, una pequeña revancha. Significa también la reivindicación definitiva del derecho moral como pilar de dicho sistema, tras la crisis de los 80, sufrida durante la negociación del Acuerdo sobre los ADPIC, cuando la salvedad del párrafo 1 del Artículo 9 llevó a hacer dudar de su supervivencia. Aquí recobra, con fuerza inesperada, su calidad de incedible, imprescriptible e inalienable, interviniendo con fuerza, siglo y medio después, para impedir que una de las obras cumbre de la literatura francesa y mundial pudiera ser distorsionada y aprovechada para fines comerciales. Para ello la Corte no escatima recursos, apelando a razones que tocan a lo épico y sentimental más que a lo estrictamente jurídico: “... en la especie, esta obra, verdadero monumento de la literatura universal, no es una simple novela...,”; también recurre a la propia voluntad de Victor Hugo, interpretando – de acuerdo a distintos discursos del escritor – que ninguna continuación es posible para una obra como “Los Miserables”, terminada para siempre como un todo intocable. 5 III Jornada de Derecho de Autor en el Mundo Editorial Buenos Aires, 21 y 22 de abril de 2005 CADRA / OMPI / IFRRO/ CEDRO Allí están los “padres del Convenio de Berna” – como los llamaba nuestro siempre recordado Ulrich Uchtenhagen – representados nada menos que por la principal obra de su insigne propulsor, Victor Hugo; allí también su sociedad, la SGDL de France, que resurge del fondo de la historia y se muestra vigilante para reaccionar prestamente ante todo acto que pueda configurar un atentado a los postulados por los cuales el gran dramaturgo la fundara; reivindicando así su rol de protección del patrimonio literario francés, actuando en beneficio “de todos sus miembros”, sin interés de beneficio económico alguno (de ahí su reclamación de 1 Euro por todo concepto de indemnización). De nada valieron los argumentos de los intimados en cuanto a que prohibir toda continuación de “Los Miserables” constituiría un atentado al principio de la libre creación, máxime que estamos ante una obra caída en el dominio público. El derecho moral al respeto de la integridad de la obra es diferente al derecho de transformación – adaptación, compendio, etc. - que forma parte del derecho patrimonial y constituye uno de los modos normales de explotar una obra. Mientras la obra se encuentra en el dominio privado, las transformaciones pueden ser autorizadas tanto por el autor como por cualquier titular derivado de sus derechos (herederos, cesionarios, etc), y una vez que entra en el dominio público pueden ser realizadas libremente a condición de indicar que se trata de una versión transformada. Las transformaciones dejan la obra original inalterada en su individualidad primigenia y coexisten con esta y entre sí, pues el derecho al respeto protege la integridad de la obra en su expresión originaria que solo el autor puede modificar.1 Francia y el Derecho Moral Tradicionalmente se vincula el nacimiento del derecho moral, en tanto derecho que une indisolublemente la obra a la personalidad de su autor, otorgándole a éste prerrogativas inalienables a reivindicar la paternidad sobre la misma y a preservar su integridad de manera que no se afecte su honor y reputación como creador, a la doctrina y legislación francesas. Ello proviene sin duda de la sucesión de hechos “pioneros” para la evolución del derecho de autor a nivel internacional que tuvieron lugar en tierra de Molière, Victor Hugo, Dumas y Balzac. Estos últimos contribuyeron 1 Delia Lipszyc. Derecho de Autor y Derechos Conexos. Ediciones Zavalía 6 III Jornada de Derecho de Autor en el Mundo Editorial Buenos Aires, 21 y 22 de abril de 2005 CADRA / OMPI / IFRRO/ CEDRO grandemente a esa fama – bien ganada pero no merecida, ya veremos porqué – al fundar el 28 de abril de 1838 la Societé des Gens de Lettres de France (SGDL), a la cual siguió en 1874 la Asociación Literaria y Artística Internacional (ALAI), precursora ésta de los trabajos que llevaron a la firma del Convenio de Berna en 1886. Antes había ocurrido en Francia la creación de la primera sociedad de autores que vio la luz – la SACD (1777), Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos – bajo la inspiración y acción decisiva de Caron de Beumarchais (Las Bodas de Figaro) – que perdura hasta nuestros días. También a Francia se atribuye el nacimiento de la gestión colectiva, como consecuencia del famoso incidente del Café “Ambassadeurs”, cuando dos compositores – Paul Henrion y Victor Parizot, conjuntamente con un escritor – Ernest Bourget – presentaron una demanda por no recibir pago alguno por las obras que ejecutaba la orquesta, mientras ellos debían sí abonar por sus asientos y consumición. Transcurría el año 1847. Poco después, en 1852, nacía la SACEM, primera sociedad de gestión de derechos musicales en la historia. Pero sin duda el elemento detonante que otorga a Francia la tradición del derecho moral, lo constituyeron los Decretos Revolucionarios de 1791 y 1793, que constituyeron, durante su increíble vigencia de 160 años, la legislación francesa de derecho de autor; y más aún contribuyó a la leyenda la eufórica declaración de Le Chapellier, su autor, al presentarlos: “la más sagrada, la más legítima, la más inatacable, y, si puedo decirlo de esta manera, la más personal de todas las propiedades es la obra fruto de la imaginación de un escritor; sin embargo, es una propiedad bastante diferente de otras” El elogio entusiasta con que Le Chapelier saludó a la nueva “propiedad intelectual”, pudo inducir a la suposición de que la cuna del derecho moral se encuentra en el París revolucionario. No fue ese el caso. Si bien el carácter de “propiedad” otorgado a la protección autoral acentuó los derechos patrimoniales; si bien la ley de 1793 - preparada por él mismo - confirmó expresamente la facultad del autor de disponer libremente de su obra y con ello abrió la puerta y el camino hacia el régimen contractual del derecho de autor, el respeto de la personalidad del autor, de la mención de su nombre y de la integridad de su obra pasaron en silencio por las leyes francesas de 1791 y 1793. La siguiente etapa a tener en cuenta en esta evolución fue la aparición en Alemania de conceptos filosóficos como los de Kant, quien vió en los 7 III Jornada de Derecho de Autor en el Mundo Editorial Buenos Aires, 21 y 22 de abril de 2005 CADRA / OMPI / IFRRO/ CEDRO derechos de autor no sólo una forma de propiedad que aseguraba un beneficio económico para el autor o el titular del derecho. Kant miraba una obra literaria u otra obra creativa como una extensión o un reflejo de la personalidad del autor, en respeto a lo cual el autor estaba legitimado, por razones de natural justicia, a que esa obra estuviera protegida como parte de su personalidad. Este concepto influenció muy fuertemente el desarrollo del derecho de autor en Europa continental y, particularmente, llevó al desarrollo del droit moral, o derechos morales, es decir, los derechos no-económicos de los autores.2 2 C. Fernández Ballesteros “El viejo mundo del derecho de autor” II Congreso Iberoamericano de Derecho de Autor. Lisboa, 1994. 8