El sueño del olivar El sueño del olivar

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El sueño del olivar
El sueño del olivar
Deborah Rohan
Punto de Lectura, Santillana, Madrid, 2011, 545 págs.
La autora informa que esta, su primera novela, es el resultado de
conversaciones con Hazim Moghrabi, a quien conoció en 1993.
La novela nos relata la vida de Kamel, un joven brillante a quien el
imperio turco llama a filas con el grado de oficial. Kamel se debate entre
aprovechar la oportunidad que le brinda el ejército turco y los consejos de su
querido abuelo. La región de Palestina junto con los territorios que dieron
origen a los países de Iraq, Jordania, Israel y Palestina fueron liberados del
imperio otomano por Gran Bretaña al finalizar la Primera Guerra Mundial.
Pero Gran Bretaña consigue del Consejo de Naciones un mandato para
mantener toda esta zona bajo su poder hasta 1947. Para Gran Bretaña esta
zona es de sumo interés ya que es zona de paso, a través del canal de Suez,
hacia la India, además del petróleo de Iraq.
El mandato de Gran Bretaña fue una tarea difícil porque tanto los
árabes que vivían en lo que hoy es Palestina, como los judíos, todos anhelaban
su independencia y ocasionaban sucesos con muertes violentas en su lucha
por ella.
La vida de Kamel se desenvuelve en esta atmósfera. Una vez liberado
por los ingleses de la prisión y pena de muerte a la que los turcos le habían
condenado por haber defendido a un compañero soldado procedente de
Armenia, en grave peligro, pues estaba siendo ultrajado con sadismo por unos
oficiales turcos, Kamel se casa con Haniya, la hija del barbero de Akka.
Hombre laborioso e inteligente continúa la tradición familiar del cultivo de los
campos; contrata un capataz y braceros y monta un negocio de exportación
de sus productos. Con su mujer vive una tierna relación de amor y respeto que
fructifica en nueve hijos. El segundo varón, Hazim, representará la
continuidad intelectual: un joven brillante que estudia el bachillerato en
Beirut, Líbano, a donde terminará huyendo la familia Moghrabi al completo,
tras la independencia de Israel y la primera guerra entre palestinos árabes y
judíos. Representa el yo, la voz que narra la historia.
Los Moghrabi sufren en su familia y hacienda todos los errores que Gran
Bretaña comete en su política de dominio sobre esta zona:
En 1917, el primer ministro inglés Blafour declara que los judíos tienen
derecho a un hogar nación, lo que da pie a la fundación de la Agencia
Nacional Judía, embrión del estado de Israel treinta años después.
En 1922, ante la avalancha de judíos que llegan a Palestina (la
población judía aumenta de 80.000 a 240.000 en esos cinco años) Gran
Bretaña se ve obligada a restringir la entrada de judíos mediante el Libro
Blanco y crea La liga de Países Árabes para proteger a los árabes palestinos.
Churchill, también en 1922, nombra a TS Lawrence consejero y medidor
del problema. Lawrence de Arabia consigue la renuncia de Farsal a los
territorios que hoy conforman Israel y Palestina a cambio de un trono en Iraq
para él y otro trono para su hermano Abdullah en Trasjordania, luego
Jordania. Este acuerdo implicará la primera zona de exclusión de judíos en
esta zona y la pérdida del acceso de judíos a la parte oriental de Jerusalén.
Los judíos reciben a los inmigrantes con una actitud integradora, les
compran terreno para que lo cultiven, construyan sus casas y sean miembros
activos de la comunidad y del ejército desde el día de su llegada. Los judíos
organizan a su población en cooperativas o Kibutz.
La población árabe que trabajaba como braceros en las tierras que los
árabes palestinos venden a los judíos, pasa a vivir de forma precaria pues
pierde su puesto de trabajo.
Como resultado de los enfrentamientos de árabes palestinos y de
judíos, se producen masivas huidas de campesinos desempleados a los que la
Liga de Países Árabes encierra en campos de concentración en los que no
tienen otra cosa que hacer que fomentar el odio a los judíos e idear la manera
de vengarse.
Egipto extiende su poder, tras la Segunda Guerra Mundial sobre la
franja de Gaza y trata de aumentar su influencia en la zona cerrando la salida
al Mar Rojo del recién independiente Israel. Este intento de Egipto provoca la
respuesta bélica de Israel en 1956 la Guerra del Canal de Suez, la victoria de
los israelitas y la extensión de sus fronteras.
En 1967, Siria trata de desviar las aguas de los ríos que alimentan el
lago de Genesaret o mar de Galilea, y desde allí son canalizadas por los judíos
para el riego de sus cultivos. Este intento de agresión conlleva la Guerra de
los seis días. Del 5 al 10 de junio, el ejército israelí es capaz de ocupar la
Península del Sinaí tras vencer a los egipcios, liberar la parte oriental de
Jerusalén tras vencer a los jordanos y conquistar los altos del Golán tras
derrotar a los sirios.
Todas estas guerras suponen el desplazamiento de una masa de
población árabe hacinada en campos de refugiados protegidos por la Liga de
Países Árabes.
La familia Moghrabi también tiene que salir de Akka y huir al Líbano.
Los árabes palestinos huidos a Beirut, capital del Líbano, son el
fermento de la OLP, organización armada que ataca la zona norte de Israel,
próxima al Líbano. En 1977 Israel ataca y ocupa Beirut donde permanece
hasta 1985.
Mientras tanto, a nivel personal, el lector asiste a la amistad entre la
familia Moghrabi y la familia del rabino Mosul, su vecino. A la fuerte amistad
entre el soldado armenio católico y Kamel durante su estancia en el ejército
turco. Al amor entre el armenio católico y una enfermera judía. La
generosidad de la enfermera judía, novia del armenio católico, que sacrifica
su vida y termina inválida por auxiliar a un niño palestino. Unos y otros se
preocupan de que todos sigan con vida en medio de tanto odio.
Juan Pablo II afirmó que la paz en estos territorios sólo será posible si
se da el perdón entre sus habitantes. Un perdón que no presupone el olvido o
la insensibilidad ante el dolor y el sufrimiento pero sí el ejercicio de la
voluntad que toma la postura de no actuar más en contra del que me ha
ofendido o herido y, en la medida de lo posible, actuar buscando el bien del
ofensor. Aunque sigan doliendo las injusticias anteriores.
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