El caso Reclamaciones de Alabama

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1. El caso Reclamaciones de Alabama: Estados Unidos contra Gran Bre taña
(1872)
Luego de haber capitulado las fuerzas confederadas y terminado la Guerra Civil americana
(1861–1865),
el
(reclamaciones
gobierno
de
de EE.
Alabama
UU.
para
emprendió
que
Gran
fuertes
gestiones diplomáticas
Bretaña
repare
los daños
causados por varios buques de guerra construidos en Liverpool con la connivencia
británica, que durante las hostilidades habían sido puestos al servicio de los secesionistas
sureños. Entre los navíos que causaron más daño al Ejército de
destacado
el Florida
y
el Alabama,
que
juntos
la
Unión
habrían
tendrían destruido más de 250
buques, y acabado, para el final de la guerra, con la mitad de la Marina Mercante americana.
La insistencia con la que EE. UU. reclamó elresarcimiento y la inminencia de una guerra
entre las dos potencias, forzaron la suscripción del Tratado de Washington de 1871 por
el
que
se
estableció
existencia de tales daños
Según
un tribunal arbitral que imparcialmente habría de decidir sobre la
en términos
el art. 1 del tratado,
del derecho
internacional.
la imparcialidad del tribunal estaba garantizada por un
criterio multinacional en el nombramiento de cada uno de sus cinco miembros; así, uno de los
árbitros fue nombrado por Su Majestad Británica, otro por el Presidente de los EE. UU., otro por
Su Majestad el Rey de Italia, otro por el Presidente de la Confederación Suiza, y el último por Su
Majestad el Emperador del Brasil. Según el art. 2, el tribunal debía sesionar en Ginebra, y estaría
en la obligación de fallar tomando en cuenta la actuación británica a los ojos de la “obligación de
neutralidad”, cuyo contenido fue explicitado en el art. 6 del mismo instrumento
La decisión del tribunal (the Geneva Award) fue por la condena de Gran Bretaña al resarcimiento
de
daños
por
15
millones
de
dólares,
calculados
como
daño emergente
directo, mientras que se rechazó el petitorio de los EE. UU., que, en consideración
de
daños
indirectos había invocado el derecho a 2 billones de dólares además de la cesión de
Canadá.
Durante los alegatos, Gran Bretaña adujo que no disponía de “medios constitucionales para
impedir en su territorio la construcción de buques de guerra […] El tribunal arbitral rechazó este
argumento, afirmando que Gran Bretaña no podía exonerarse de
obligaciones
internacionales de
neutralidad
cumplir
con
sus
so pretexto de cumplir con sus normas
constitucionales” (Arrighi, 1996–I: 341).
En
opinión
consultiva,
la Corte
Internacional
de
Justicia,
a solicitud
de
la Asamblea General de la ONU, en relación al caso Acuerdo de Sede ONU-EE. UU. de 1988,
reafirmó la relevancia del asunto Reclamaciones de Alabama, como primera jurisprudencia que
reconocía la primacía del derecho internacional:
Alcanzaría con recordar el principio fundamental en derecho interna
preeminencia de ese derecho sobre el derecho interno. Esta
por la jurisprudencia desde el laudo arbitral
cional de la
preeminencia fue consagrada
del 14 de septiembre de 1872 en el asunto del
Alabama entre los Estados Unidos y Gran Bretaña, y fue muchas veces recordado desde
entonces como
en
el
asunto
de
las Comunidades
greco-búlgaras,
en
el
que
la
Corte Permanente juzgó que es un principio generalmente reconocido del derecho de gentes que,
en las relaciones entre Potencias contratantes de un tratado, las disposiciones de una ley interna
no podían prevalecer sobre las del tratado. (Cit. por Arrighi, 1996–I: 341)
2. El caso Montijo: Estados Unidos contra Colombia (1875)
Según Arrighi, en el caso del vapor colombiano Montijo “Colombia pretendió que las
disposiciones de su Constitución le impedían cumplir con un tratado celebrado
los Estados
Unidos.
El laudo
arbitral, también
aquí
afirmó
con
la superioridad del
derecho internacional sobre las disposiciones constitucionales” (1996–I: 341).
Dos sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos han utilizado la ratio decidendi
del centenario laudo; la primera, en el asunto Baigorria y Garrido c. Argentina,
“en
cuanto
a
conveniente
las
‘dificultades’
recordar
que,
según
invocadas
una
por
el
Estado […],
jurisprudencia
la
centenaria
dispuso
Corte
que
estima
—caso Montijo—
y que no ha variado hasta ahora, un Estado no puede alegar su estructura federal
para dejar de cumplir una obligación internacional”.
Este mismo fundamento fue utilizado en el caso Newton Coutinho Mendes y otros c.
Brasil.
3.-El caso Wimbledon: Gran Bretaña, Francia, Italia, Japón y Polonia contra Alemania
(1923)
La mañana del 21 de marzo de 1921 el vapor británico “Wimbledon”, utilizado
compañía
francesa
de armamento
por
la
“Les Affréteurs réunis”, en rumbo a Danzig con una
carga de 4 000 toneladas de bienes (material militar), fue negado de acceso y paso libre a través
del Canal de Kiel por las autoridades alemanas.
Así introdujeron los gobiernos de Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón como soli citantes
de
Polonia
contra
como
interviniente,
Alemania ante
la
Corte
su
demanda
Permanente
de
(application
instituting proceeding)
Justicia
Internacional, tribunal
competente en virtud del art. 386 del Tratado de Paz de Versalles de 1919.
demandantes
pedían
a
la
Corte condene
a
y el
Alemania
a
reparar
Los
los daños
ocasionados a la compañía de armamento francesa en violación del art. 380 del mismo tratado,
el cual expresamente establecía el derecho de libre paso sobre el Canal de Kiel para los
navíos comerciales o militares de naciones que no estuvieren en guerra con Alemania al
momento.
Alemania
argumentó
en
la
disputa
que en
cumplimiento
de
una
norma
interna
declaratoria de su neutralidad ante la guerra entre la URSS y Polonia (order of
neutrality, July 25th, 1920) no podía permitir el
paso de navíos con contrabando
militar, y menos aún para beneficiar a una nación con la que se consideraba aún en estado de
guerra (el armamento iba hacia Polonia).
La Corte argumentó en su fallo de 17 de agosto 1923, que “una norma sobre
neutralidad,
emitida
por un
Estado
individual,
no podía
prevalecer
sobre
las
provisiones del Tratado de Paz”:
…
por
tanto,
aparece
claramente
establecido
que
Alemania,
en
conse
cuencia de su neutralidad, no sólo que no tenía la obligación de prohibir el paso del “Wimbledon”
a través del Canal Kiel, sino que, al contrario, estaba autorizada a permitirlo. Y más aún, bajo el
art. 380 del Tratado de Versalles,
era su obligación
categórica
hacerlo.
Alemania
no
podía sobreponer sus “órdenes de neutralidad” contra las obligaciones que ella misma había
aceptado bajo este Artículo. Alemania era completamente libre de declarar y reglamentar su
neutralidad en la guerra Ruso-Polaca, pero
mantener
siempre
bajo
la condición
de
respetar
y
intactas las obligaciones contractuales a las que se sometió en Versalles
en 28 de Junio de 1919. (Parte IV-A del fallo)
El
Estado
alemán
fue
obligado
al
pago
de
140
749
francos
y
35
céntimos
alEstado francés, el cual actuaba en virtud de su derecho a ejercer la protección
diplomática, en representación de su nacional, la compañía Les Affréteurs réunis, que había
sufrido el daño.
4. El caso Georges Pinson: Francia contra México (1928)
En esta disputa, se contradecían las cláusulas del tratado franco-mexicano sobre nacionalidad y
las
disposiciones
constitucionales
mexicanas.
La
Comisión
Mixta de Arbitraje Francia-
México creada al efecto resolvió:
Los
tribunales
de
justicia
nacionales,
siendo
una
emanación
de
la
soberanía de cada Estado particular, podrían en efecto estar (no deben necesariamente estar)
obligados a aplicar el derecho interno, aun cuando consideren que éste contraría el derecho
internacional; eso depende de los principios consagrados
por
el derecho público nacional del
Estado en cuestión. Los tribunales internacionales, sin embargo, como órganos del
internacional
(law
of
nations),
favor del derecho internacional.
deben
rechazar
inclusive
derecho
la onstitución de un Estado en
Al igual que la jurisprudencia del caso Montijo, la del caso Georges Pinson es de las más citadas
en los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para representar el principio de la
supremacía de los tratados sobre las normas de derecho interno.
5. El artículo 27 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados (1969)
Una
Parte
no
podrá
invocar
las
disposiciones
de
su
derecho
interno como
justificación del incumplimiento de un tratado. Esta norma se entenderá sin perjuicio de
lo dispuesto en el artículo 46.
Las reglas de este artículo no hacen más que codificar lo que ya era derecho
internacional consuetudinario —i.e. derecho internacional general— declarado en los casos
supra.56 Y es que la tradición romano-germánica de entender el derecho solamente como la
norma escrita y promulgada por un órgano legislativo central, imperante en “el continente” e
Hispanoamérica, hacía que muchos de sus teóricos,
consuetudinario
y
jurisprudencial
de
Viena,
a
creer
en
los
derechos
(primordiales en los países de tradición jurídica anglo-
sajona), miraran aún con escepticismo
Convención
reacios
el
dogma
de
supremacía
internacional.
Tras
la
sin embargo, ese debate quedó realmente relegado; en palabras de
Jean Michel Arrighi: “de esta forma se le puso punto final.” (1996–I: 341)
Años antes, en 1949, el Proyecto de Declaración sobre los Derechos y Deberes de los Estados
(PDDDE) de la Comisión de Derecho Internacional presentado a la Asamblea
la ONU,
ya establecía
dos
de las normas
de
General
de
derecho internacional general que
luego fueron declaradas por la Convención de Viena:
Artículo 13. Todo Estado tiene la obligación de cumplir de buena fe sus obligaciones
de
tratados
y
otras
fuentes
de
derecho
internacional,
y
no
podrá
nacidas
invocar
sus
normas constitucionales o leyes como excusa para el incumplimiento de esa obligación.
Artículo
14. Todo
Estado
tiene la obligación
de llevar adelante sus
con otros Estados en observancia del derecho internacional y del
soberanía
de
cada
Estado
principio
relaciones
de
que
la
está sujeta a la supremacía del derecho internacional.
El principio de santidad de los tratados internacionales del art. 13 del PDDDE fue declarado en el
art. 26 de la Convención de Viena bajo la fórmula latinapacta sunt servanda; por su parte, el de la
supremacía del derecho internacional fue declarado en
Convención,
y
aunque
tiene
PDDDE, tiene los mismos efectos.
una
redacción
el
art.
27
de
la
misma
menos contundente que la del art. 14 del
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