sexenio revolucionario Aurelio - H

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EL SEXENIO REVOLUCIONARIO
Aurelio Benavente
Ortiz . Profesor
Historia. I.E.S.
Velázquez.
Se trata de un documento iconográfico, en concreto
una caricatura editada posiblemente por una revista satírica
(La Flaca y La Mandeja Política, eran las más populares). Es
por tanto una fuente primaria de temática política y destinada
al público en general.
Durante el Sexenio democrático se dieron cotas de libertad de
expresión que no se habían dado antes. Esto produjo un
importante desarrollo de la prensa satírica, especialmente
revistas en las que se caricaturizaba a políticos y se hacía burla
de los hechos más importantes del periodo.
Estos medios consiguieron llegar a los lectores de forma clara
y amena, expresando sus mensajes de forma sencilla para un
público poco culto y que entendía mucho mejor una caricatura
que densos artículos políticos.
Al fondo, en el cuadro de la izquierda, Fernando VII pelea con su padre, Carlos IV, al modo
en que lo hicieron entre 1807 y 1814 bajo la tutela napoleónica. En el de la derecha los
contendientes son Don Carlos (V) y su hermano Fernando VII en lo que supuso el
nacimiento de las guerras carlistas. En el centro, en torno a la recién destronada Isabel II,
los pretendientes Duque de Monspensier, su cuñado, y Don Carlos (VII), su sobrino,
combaten por el trono. Mientras, a la derecha, Alfonso (XII), el que finalmente lo
consiguió, agrede a la niña Blanca, primogénita de Don Carlos.
En este grabado de la revista satírica La Flaca (1869) se representa a
Isabel II y a su hijo Alfonso en Francia, bajo la protección de Napoleón III.
Éste, sin embargo, también tutela al joven pretendiente carlista.
GOBIERNO PROVISIONAL DE 1868
La Flaca tenía como cabecera la imagen de una afligida y escuálida mujer,
que simbolizaba al país y el momento que atravesaba, y un león, símbolo
de la monarquía… pero en los puros huesos.
En este dibujo se muestra las diferentes etapas del Sexenio
democrático, desde que triunfa la revolución de 1868 hasta que
en 1874 el general Martínez Campos restaura la monarquía
borbónica.
Caricatura de las etapas del sexenio. “La madeja”, 1874. Amanece en España la
“REVOLUCIÓN, 29 de SETIEMBRE 1868” con el brigadier Topete enarbolando
en Cádiz la bandera con el lema “VIVA ESPAÑA CON HONRA”, flanqueado por
Prim desde la fragata “Zaragoza” (desde la que sublevaría sucesivamente a
Málaga, Almería, Cartagena...) y por Serrano, vencedor en Alcolea. Los
firmantes del pacto de Ostende constituyen el “Gobierno Provisional”,que en
1868 dará luz a la “peseta” y a la Constitución del 1869. Su carácter
monárquico marca la legitimidad de la “REGENCIA” de Serrano, mientras se
busca un rey. Desbancando a los demás pretendientes, Amadeo de Saboya se
hace con el cetro de la MONARQUÍA DEMOCRÁTICA” como señala el Art 33
de la Constitución, mientras se acuñan nuevas pesetas con su efigie. El 11 de
febrero de 1873 se proclama la REPÚBLICA ESPAÑOLA. Figueras enarbola la
bandera de la “REPÚBLICA FEDERAL”, sobre la inscripción “FEDERAL
ALGODONERA 23 de abril” (...no sabemos quien trata de trabarlo); Pi y
Margall contempla la escena desde su República “PI-ROTECNICA 11 de junio”;
Salmerón, esgrime la Filosofía del Kraussismo desde su República FILOSÓFICA
de 18 de julio; y finalmente, Castelar desde el 8 de septiembre, y “POR LO
FINO”,se contempla, haciendo alarde de su elocuencia pero dirigido ya hacia el
precipicio final. El 3 de enero de 1874, aparece el General Pavía (como un
pavo real) y los Diputados abandonan el Congreso por los tejados, mientras
una figura con tupé, Sagasta, se escabulle. En la última escena, en diciembre de
1974, el General Martínez Campos, aparece restaurando el escudo de la
monarquía histórica.
Prim busca a ciegas un régimen. Líderes políticos del Sexenio
democrático, según una caricatura de la época.
Aunque carece de título esta ilustración es harto expresiva de su propósito de
satirizar la busca de un candidato al trono. Representa la fachada del Palacio Real
de Madrid, en la que dice “Se alquila”, y en sus jardines bailan en círculo jugando a
la gallina ciega los diversos candidatos al trono de España: Montpensier, el
príncipe Alfonso, el Pretendiente carlista Carlos VII, Don Amadeo de Saboya, el
ex-rey de Portugal don Fernando de Coburgo, Leopoldo de Hohenzollern, y
Espartero. Prim está con los ojos vendados tratando de coger a uno, aconsejado
por Don Juan Bautista Topete, que le dice “A la derecha...”, y por Don Pascual
Madoz o bien el general Serrano, que le dice “A la izquierda...”, Prim, llamado aquí
“Prim... ero” pues se le llegó incluso a mencionar como posible candidato, dice
“Siga la danza”, Una joven dama (la República), saliéndose del corro, exclama “Sígala V. si le conviene, que a mí no me gustan los tuertos”.
Esta ilustración, escogida entre tantas otras referentes a la cuestión sucesoria, deja
bien claro, en primer lugar, la filiación republicana de La Flaca, que no ve otra
solución al problema dinástico que la República. Sus críticas van contra Prim y los
unionistas, que hicieron una Revolución de carácter liberal al grito de “España con
honra” y que luego quedó desvirtuada y dio lugar a otra monarquía. La sátira
alcanza al príncipe Alfonso, a todos los gobernantes independientemente de su
matiz político, y a los candidatos al trono, a quienes ridiculiza representándoles en
caricatura.
La búsqueda del nuevo
rey según caricatura de
la Flaca (julio de
1869).Salustiano
Olózaga (Ministro de
Gobernación)busca
pretendientes al trono
de España. Entre los
personajes podemos
identificar a Isabel II, el
pequeño Alfonso XII,
Carlos VII (pretendiente
carlista) y el duque de
Montpensier ( cuñado
de Isabel II y que apoyó
la revolución de 1868
ya que podía optar al
trono). Aparece un
mono jaleando a
Portugal, ya que la
dinastía de este país era
la preferida por el
ministro.
Revista satírica La Flaca, 1870. España se lamenta de la conducta de los
políticos (fácilmente reconocibles en las viñetas de la izquierda), mientras
el país se encuentra en ruinas y la población pasa hambre.
La caricatura nos muestra al
general Serrano subastando la
Corona española, flanqueado por
Prim, quien guiña un ojo, y
Topete, malhumorado y serio.
Diversos personajes, de espaldas,
asisten a la subasta. Se distingue
al candidato portugués
(ofreciendo una bolsa, y con
varias bolsas de dinero a sus
espaldas para comprar la Corona),
Isabel II que presenta a su hijo, el
futuro Alfonso XII, a su lado
aparece representado un
eclesiástico (la Iglesia) que la
asesora, un militar que también
parece interesarse, etc. El pie del
grabado culmina la imagen: ¡8
pesetas! ¡8 pesetas! ¡A la una, a
las dos… 8 pesetas, cetro y
corona, 8 pesetas!
Caricatura sobre la entrada de Amadeo I
representado por un mono.
Nos encontramos ante una caricatura publicada en la revista satírica La Carcajada en febrero de 1873. Es por tanto
una fuente primaria y de temática claramente política. En la imagen aparecen representados una serie de políticos del
momento en el salón del trono del Palacio Real de Madrid. Éste se encuentra vacante como lo demuestra la presencia de
los atributos de la monarquía (el cetro y la corona) sobre el trono y un letrero que pone "se alquila". Los personajes que
aparecen de izquierda a derecha son: el rey Amadeo de Saboya, el presidente del gobierno Manuel Ruiz Zorrilla, el
Presidente del Congreso Nicolás María Rivero, y el Ministro de Estado Cristino Martos. El número 191 que figura en la
espalda de Amadeo se corresponde con el número de votos que obtuvo en las Cortes en noviembre de 1870 y en las
que salió elegido rey. Además lleva colgado un bolso en el que figura el escudo de la casa de Saboya. Está en actitud de
marcharse y con el pie derecho aleja una cesta de regalos acercándola a los otros personajes de la viñeta, mientras que
con el dedo la señala igualmente. El presidente del gobierno Ruiz Zorrilla mira a Amadeo con gesto de reprobación ante
su marcha inminente. En la cesta aparecen los problemas que tenía el régimen y ante los cuáles el rey decide rendirse:
un hombre negro con la bandera de Cuba representa la guerra de los 10 años entre los independentistas cubanos y las
tropas españolas que entonces estaba en su apogeo, al lado un folleto con el título de "cuestión de hacienda, déficit"
hace referencia al enormeproblema deficitario que presentaba la hacienda española; en uno de los lazos que cruza la
cesta se puede leer "transferencias", sin duda relacionado con la corrupción política presente durante el reinado de
Amadeo: al lado aparece un hombre y un niño que se pueden identificar con Cánovas del Castillo y el príncipe Alfonso,
opuestos al régimen amadeista, y líderes de los moderados partidarios de la restauración borbónica. Sobre otro lazo se
puede leer sobre los colores de la bandera de España la palabra "quintas", tremendamente impopulares para las clases
bajas y una de sus principales reivindicaciones en sus protestas por la pesada contribución que les exigía; a continuación
una serie de hombrecillos todos armados y uno con una cruz en la mano, con sombreros de color blanco representan a
los carlistas, que desde 1872 se habían sublevado contra el rey iniciando la 3ª guerra carlista. Finalmente, aparece otro
folleto con el lema "clero", una parte del cual apoyaba al carlismo y el resto la restauración borbónica, y por tanto
contrarios al rey Amadeo considerado un intruso y que apoyó la libertad de cultos presente en la Constitución de 1869.
Más allá de Ruiz Zorrilla se encuentran Rivero y Martos, el segundo descorre una cortina con una mano y señala con la
otra a lo que se muestra detrás de ella mientras que Rivero le manda callar acercándose el dedo a la boca, atento a la
conversación entre Amadeo y Ruiz Zorrilla. La escena que aparece en el extremo derecho de la imagen muestra a una
mujer joven con gorro frigio (símbolo de la libertad y del republicanismo) que como una Marianne representa el nuevo
régimen republicano que sustituirá a la monarquía amadeista. Detrás de la alegoría a la República está un personaje
también con gorro frigio y que enarbola una bandera española con el lema República Federal; se trata sin duda del
político Emilio Castelar, una de las principales figuras del republicanismo español.
Observamos las distintas facciones políticas e ideológicas: alfonsinos, carlistas, republicanos...
que portan encima de una mesa al rey: Amadeo I. Su condición de extranjero despertó la
antipatía de las clases populares, demasiado arraigadas a la tradición borbónica en la figura de
Alfonso XII o Carlos VII, como lo intitulaban sus seguidores carlistas. Sin embargo esa distancia,
le permite no estar demasiado viciado por un sistema de élites corruptas, espectáculo ante el
que exclama ¿Quién me libra, quién me saca de este infierno por piedad? De hecho la viñeta se
titula Manicomio Nacional, y pone de manifiesto la falta de cohesión del liberalismo
decimonónico en un proyecto común y la atomización de las fuerzas e ideologías políticas.
El general Prim viajaba en un coche de caballos el 27 de diciembre de 1870 cuando fue
víctima de una emboscada en la madrileña calle del Turco
El atentado causó una gran conmoción en toda España.
En la imagen vemos al ministro de Gracia y
Justicia (Gracia sin Justicia), Manuel Ruiz
Zorrilla, entregando a miembros de la
jerarquía eclesiástica grandes bolsas de
dinero para sufragar los gastos de la Iglesia
católica española. Vemos a su vez a la
Iglesia entregar directamente ese dinero a
los carlistas para financiar las partidas que
se estaban organizando en distintas partes
de España para derribar el gobierno y
restablecer las tradiciones y el poder de la
Iglesia.
En la caricatura se está criticando la actitud
de parte de la jerarquía eclesiástica ante el
decreto de 5 de agosto de 1869, obra del
ministro Manuel Ruiz Zorrilla, a través del
cual se ordenaba a los obispos que
exigiesen a sus sacerdotes la obediencia al
gobierno y que retiransen las licencias de
predicar y confesar a aquellos que no
obedecieran. Asimismo los obispos debían
dar los nombres de los curas que se
hubiesen ido al campo para ponerse al
frente de una partida carlista para luchar
contra el gobierno. Un número bastante
importante de obispos se negó a obedecer,
mientras que otros acataron las órdenes,
al menos de palabra.
Caricatura del Carlismo con sus ideales y
personajes principales por la revista satírica La
Flaca del siglo XIX.
Caricatura publicada en la revista satírica La Flaca. Crítica de los
procedimientos empleados por la causa carlista para aumentar sus filas.
La escena, publicada el 6 de marzo de
1873, representaba todas las virtudes y
las bellas artes unidas a la República. En
un primer plano, majestuosa y
sosteniendo con su brazo derecho la
balanza de la justicia y con el izquierdo
la tabla de las leyes de la república
federal, una joven apostada sobre un
pedestal da vida a los valores
republicanos. Ataviada con la clásica
toga romana completamente roja y un
gorro frigio, símbolo asociado a la
libertad, su imagen se convierte en el
centro de atención de la ilustración.
Una vez observada, el espectador fija
su mirada en todo lo que la rodea : la
triada republicana con su lema
« Libertad, igualdad y fraternidad », el
Gallo como unión con el país vecino, y
varios objetos que representan las artes
y las ciencias. Y bajo todos estos
elementos en el pie del pedestal
aparece la placa conmemorativa, « 11
de Febrero de 1873 ».
A modo de caricatura, la Primera República avisaba de los males de la
Humanidad que afectaban a los españoles: Petróleo, Iglesia, Nacionalismos mal
entendidos. Contra estos males: Orden, Paz, Justicia y Libertad.
Mujer con hacha:
A pesar de la decadencia de la Primera República española tras el golpe de Pavía, esta figura femenina sigue
siendo la que representa al Estado. En sus manos el hacha que derriba el árbol de Guernica.
Sierra:
El general Concha convertido en serrucho es el instrumento que utilizará la República para conseguir su
objetivo. Manuel Gutiérrez de la Concha era el jefe militar de las tropas españolas en las “Provincias del Norte”
y la gran esperanza para el triunfo republicano. Apenas dos meses después falleció en las cercanías de Estella.
Árbol:
Raices:
Las raíces del árbol de Guernica son robustas: Absolutismo – Intolerancia – Fanatismo.
Tronco:
El tronco del árbol está formado con el lema carlista: Dios – Patria – Rey.
Ramas:
Las ramas del árbol son las tres provincias: Álava – Guipúzcoa – Vizcaya.
Frutas:
Los frutos del árbol son carlistas y curas, éstos últimos siempre armados. Siguiendo los recursos de la
caricatura, los carlistas aparecen a veces como setas y otras como ratas, pero siempre con boina.
Botella:
La botella de petróleo hace referencia al muy difundido folleto de Vicente Manterola “Don Carlos o el
petróleo”, en el que se presenta al pretendiente como única alternativa a la anarquía representada por los
incendiarios de iglesias. Se sustituye a Don Carlos por los Fueros, completando las referencias a los objetivos
carlistas.
SERRANO, DESTRUCTOR DE LOS
FUEROS VASCOS
CARICATURA DE PI Y MARGALL
Caricatura titulada Escenas de Familia del 28 de agosto de 1873. Nicolás
Salmerón aparece meditando mientras que España (la mujer) le dice que la
niña (la República) se está descontrolando (por las sublevaciones cantonales
representadas por los niños que juegan independientemente del resto, cada
uno a lo suyo), pese a las atenciones de Emilio Castelar.
La Primera República entre el modelo federal, representado por José María de
Orense, y el modelo unitario, representado por Emilio Castelar. Caricatura
publicada el 1 de marzo de 1873.
Caricatura de la República publicada en la Flaca en 1873. Pi i Margall se ve
desbordado por el federalismo, representado en figuras infantiles ataviadas
con los distintos trajes regionales, mientras Castelar intenta poner orden
instruyendo a los alumnos.
El general Pavía disuelve las Cortes en 1874
El caos provocado por la sublevación cantonal y el recrudecimiento de la Guerra Carlista
le llevaron a reabrir las Cortes el 2 de enero de 1874, para someter a votación la gestión
de su gobierno y recabar plenos poderes con los que salvar a la República del descrédito
total.
Se abrió, en efecto, la sesión de Cortes el 2 de enero de 1874 pero los federales se
lanzaron en tromba contra don Emilio Castelar, a quien respaldaba el capitán general de
Madrid, don Manuel Pavía, antiguo partidario de Prim, con quien se había alzado en
Villarejo de Salvanés. Dos fuerzas bien diferentes amenazaban con interrumpir las
deliberaciones de las Cortes: los federales, deseosos de acabar con Castelar a mano
airada, y las tropas del general Pavía, partidario de Castelar, que tenía decidido acudir en
su socorro para evitar su derrota ante el federalismo.
Salían ya los regimientos comprometidos por la orden del capitán general, cuando las
Cortes conocieron la derrota de Castelar por 119 votos contra 101. Dimitió el último
presidente de la República, y el de las Cortes, que era Nicolás Salmerón, ordenó
proceder a nueva votación para elegir a un nuevo jefe del Poder Ejecutivo.
Pavía se situó en la plaza frente al edificio con su estado mayor y ordenó a dos
ayudantes que impusieran a Salmerón la disolución de la sesión de Cortes y el desalojo
del edificio en cinco minutos. La Guardia Civil, que custodiaba el Congreso, se puso a las
órdenes del general y ocupó los pasillos del Congreso (sin llegar a entrar en el
hemiciclo). Eran las siete menos cinco de la mañana, cuando se estaba procediendo a la
votación para elegir al candidato federal Eduardo Palanca, y Salmerón, al recibir la orden
del capitán general, suspendió la votación y comunicó el gravísimo suceso a los
diputados. Entonces, éstos abandonaron el edificio a toda prisa.
CARICATURA DEL PRONUNCIAMIENTO DE
SAGUNTO
Al estallar la 3ª Guerra Carlista, La
Flaca, profundamente anticarlista,
hizo de la guerra el único motivo
de su existencia, hasta el punto en
que dejo de publicarse el 23 de
marzo de 1876, al acabar la
contienda, con el número Paz
¡bienvenida seas!
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