universidad nacional autonoma de nicaragua, leon unan

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE NICARAGUA, LEON
UNAN-LEÓN
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
DEPARTAMENTO DE DERECHO PÚBLICO
Tesis para optar al Título de Magíster en Derecho Parlamentario
INCORPORACION Y JERARQUÍA DE LOS TRATADOS
INTERNACIONALES EN EL ORDENAMIENTO JURIDICO NICARAGUENSE
SUSTENTANTE:
Jacqueline del Rosario Gómez
TUTOR:
Prof. Dr. Orlando Mejía Herrera
León, Nicaragua, Mayo de 2013
“A LA LIBERTAD POR LA UNIVERSIDAD”
INDICE
INTRODUCCIÒN ................................................................................................................ 4 CAPITULO I. ASPECTOS GENERALES SOBRE LA INSERCIÓN DE LOS
INSTRUMENTOS INTERNACIONALES EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO
DE LOS ESTADOS ............................................................................................................ 11 1.1. Las clásicas doctrinas sobre la relación entre el Derecho Internacional y el Derecho
Interno de los Estados. Sus nuevos paradigmas ................................................................... 11 1.1.2. Otras teorías alrededor de la relación entre el Derecho Interno y el Derecho
Internacional ......................................................................................................................... 19 1.2. Comportamiento de la Comunidad Internacional en cuando a la relación entre el
Derecho interno y los instrumentos internacionales y la responsabilidad de los Estados .... 23 1.3. La Supremacía de la Constitución y la posición de los tratados internacionales .......... 26 1.4.- Ubicación de los Tratados Internacionales en el orden constitucional ........................ 32 CAPITULO II. ABORDAJE DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES Y SU
INCORPORACIÓN EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO NICARAGÜENSE ..... 41 2.1. Generalidades ................................................................................................................ 41 2.2. El tratamiento de la Constitución Política a los tratados internacionales ...................... 46 2.3. Disposiciones constitucionales que hacen referencia a las fuentes del Derecho
Internacional y de forma especial a los tratados internacionales.......................................... 49 2.4. Proceso de formación de los Tratados Internacionales de conformidad al Derecho
Internacional y al Ordenamiento Jurídico nicaragüense....................................................... 53 2.4.1. Negociación de los tratados en el caso de Nicaragua ................................................. 54 2.4.2. Adopción del texto de los tratados ............................................................................. 59 2.4.3. Firma y período de apertura a firma de los tratados .................................................. 60 2.4.4. Aprobación por la Asamblea Nacional, ratificación o adhesión por el Presidente de
la República .......................................................................................................................... 61 2.4.5. Depósito de instrumentos de ratificación y adhesión ................................................. 63 2.4.6. Entrada en vigor y seguimiento a la aplicación de los tratados .................................. 64 2.5. Actuación del Presidente de la República en la negociación, adopción, firma,
ratificación y adhesión de los instrumentos internacionales de conformidad con la
Constitución Política de Nicaragua ...................................................................................... 65 2.5.1. Antecedentes constitucionales .................................................................................... 65 2.5.2. La actual Constitución Política de 1987 ..................................................................... 67 2.6. La Asamblea Nacional y la aprobación de los Instrumentos Internacionales de
conformidad con la Constitución Política ............................................................................ 73 2.6.1. Antecedentes constitucionales sobre las atribuciones de la Asamblea Nacional ....... 73 2.6.2. Disposiciones de la Constitución de 1987 y sus reformas en la aprobación o rechazo
de los tratados internacionales .............................................................................................. 74 2.6.3. El proceso de aprobación de los tratados internacionales de conformidad con la Ley
606, Ley Orgánica del Poder Legislativo de la República de Nicaragua ............................. 77 2.7. Supremacía constitucional frente a los instrumentos internacionales en las
constituciones políticas de Nicaragua .................................................................................. 81 CAPITULO III. ANALISIS ESPECIAL A DETERMINADOS TRATADOS
INTERNACIONALES ....................................................................................................... 90 3.1. Instrumentos internacionales de derechos humanos enunciados en la Constitución
Política de Nicaragua ............................................................................................................ 90 3.1.1. Posición de la doctrina nicaragüense en relación al tratamiento de los Artículos 46 y
71 de la Constitución ............................................................................................................ 92 3.2. El tratamiento de los tratados internacionales en materia de
integración en el
ordenamiento jurídico nicaragüense, en el marco del Sistema de Integración
Centroamericana (SICA) .................................................................................................... 103 3.2.1. El Derecho Comunitario en los procesos de integración ......................................... 103 2
3.2.2. Principios del Derecho Comunitario Centroamericano ............................................ 108 3.2.3. Relación entre derecho internacional general, derechos internos de los Estados
miembros y derecho comunitario centroamericano............................................................ 112 3.2.4. Disposiciones Constitucionales, en relación con las norma del Derecho de
Integración y del reconocimiento y jerarquía de los Tratados de Integración.................... 118 3.2.5. Valor jurídico de los tratados y protocolos constitutivos del SICA ......................... 121 3.2.6. Jurisprudencia emanada de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua y de la Corte
Centroamericana de Justicia ............................................................................................... 125 CONCLUSIONES ............................................................................................................ 137 BIBLIOGRAFIA……………...…………………………………………………………147
A N E X O S ...................................................................................................................... 162
Lista de Anexos…………………………………………………………….……………..163
3
INTRODUCCIÒN
El presente Trabajo Investigativo se ha elaborado en el marco de la Maestría
en Derecho Parlamentario, ofrecido por la Universidad Nacional Autónoma de
Nicaragua (UNAN-LEÓN). Se desarrolla dentro las cuestiones doctrinarias y
legislativas que delimitan las relaciones entre el Derecho Internacional y el
Derecho interno de los Estado, en el caso específico del ordenamiento jurídico
nicaragüense. Importante mencionar en este sentido que la República de
Nicaragua, como parte de la Comunidad Internacional es parte de un
sinnúmero de tratados internacionales, considerados estos como una de las
fuentes más importantes del Derecho Internacional.
Cabe aclarar que en este trabajo, utilizaremos los términos tratados
o
instrumentos internaciones, pues son las denominaciones más genéricas al ser
abordados por los tratadistas.
Con el fin de analizar esta temática que consideramos es un asunto pendiente
en nuestra legislación, se desarrollaron tres partes fundamentales, a saber: las
consideraciones doctrinarias sobre la inserción de los instrumentos
internacionales en el ordenamiento jurídico de los Estados; la Constitución y
los instrumentos internacionales, el comportamiento de la Comunidad
Internacional en cuanto a la relación entre el Derecho Interno y los
Instrumentos Internacionales;
y el
tratamiento de los instrumentos
internacionales en el ordenamiento jurídico nicaragüense.
Se desarrolla de manera específica lo preceptuado en el Artículo 46 y 71
párrafo segundo de la Constitución Política. Cabe decir, que en materia de
4
tratados
de
derechos
humanos,
la
Constitución
Política
hace
un
reconcomiendo y plena vigencia de estos y así lo deja plasmado en estos
Artículos constitucionales.
De igual manera se analiza, el artículo 3, que hace referencia a la contribución
del establecimiento de un orden internacional justo. Así como el 5, párrafo 5 y
6, disponiendo que “Nicaragua fundamenta sus relaciones internacionales en
la amistad y solidaridad entre los pueblos y la reciprocidad entre los Estados”.
Otro de los preceptos en cuanto a los tratados internacionales, que dispone la
Constitución Política es el referido a la delimitaciones territoriales del Estado
de Nicaragua, contando con el Artículo 10 que determina, entre otros aspectos
el reconocimiento de las zonas marítimas y el espacio aéreo conforme a la ley
y las normas de Derecho Internacional y que la República de Nicaragua
únicamente reconoce obligaciones internacionales sobre su territorio que
hayan sido libremente consentidas y de conformidad con la Constitución
Política de la República y con las normas de Derecho Internacional.
Asimismo, no acepta los tratados suscritos por otros países en los cuales
Nicaragua no sea Parte Contratante.
En lo que respecta a la suscripción y firma de los instrumentos, es facultad del
Presidente de la República, según lo dispone el Artículo 150, inciso 8, la
recepción al ordenamiento jurídico interno lo realiza en conjunto con la
Asamblea Nacional que aprueba o rechaza los instrumentos internacionales,
tal como lo determina el Artículo 138, numeral 12, de la misma Constitución
Política.
5
En cuanto a la jerarquía de la norma exponemos lo preceptuado en el Artículo
182, respetando la supremacía de la Constitución por sobre todas las otras
normas, incluyendo los tratados internacionales.
No cabe duda que desde hace más de sesenta años, diríamos desde finalizada
la Segunda Guerra Mundial, se está viviendo y enfrentado un cambio de
paradigmas en las relaciones internacionales, pues estas ya no se encuentran
únicamente supeditadas a las obligaciones generadas entre los Estados,
mediante los diversos instrumentos que generan compromisos destinados
exclusivamente a ellos, sino que se presentan nuevos actores destinatarios de
las disposiciones emanados de tales acuerdos. Estamos ante la presencia de un
nuevo Derecho en el plano internacional, influenciado por los convenios de
derechos humanos, en el que las relaciones se confeccionan de manera
diferente, dando la oportunidad a la aparición de los individuos como sujetos
excepcionales del mismo, tal como plantea Becerra y que desarrollaremos en
el cuerpo de esta Tesis.
Tenemos por otro lado, el desarrollo de los procesos de integración, que de
una u otra manera y considerando sus particularidades, engendran de igual
manera un cambio en las relaciones internacionales, cuestión que se aborda
desde los tratados de integración que regulan estos procesos y por medio de
los cuales los Estados asumen compromisos, teniendo como principios, por
ejemplo la primacía y aplicación directa de dichas normas convencionales, en
el ámbito del proceso integracionista. En este sentido los Estados que
participan de dicho proceso ha de determinar las disposiciones internas
concerniente a la incorporación y jerarquía de estos tratados de integración.
6
En cuando al planteamiento del problema expuesto para la sustentación del
presente trabajo, hemos de decir que la relación entre las normas del Derecho
Internacional y el ordenamiento jurídico de los Estados sigue constituyendo un
problema central del Derecho Internacional, aunque para los tratadistas de esta
materia, desde un punto de vista metodológico debería serlo también para el
Derecho interno estatal, en especial para el constitucional. Hoy parece que
interesa particularmente a la teoría de las fuentes, tomando en cuenta la
importancia que tienen, en la relación jurídica entre los Estados, los tratados
internacionales.
El estudio de esas relaciones puede hacerse desde una doble vertiente: Una
teórica y abstracta, que necesariamente presenta conexiones con la Filosofía
del Derecho; otra de Derecho positivo que se preocupa por las conexiones
posibles entre esos diferentes sistemas que, a su vez, permite dos vías. La
primera y más importante estudia la recepción o incorporación de las normas
internacionales en los distintos sistemas jurídicos estatales. La segunda estudia
la consideración que para el Derecho Internacional Público, merecen las
normas de los ordenamientos jurídicos estatales.
Los aspectos teóricos de esta relación ocuparon en la doctrina del Derecho
Internacional una parte importante y que hoy se sigue presentando,
especialmente cuando estamos frente a diversas clases de tratados o
instrumentos
internacionales
para
abordarlos
a
todos
ellos,
independientemente de su denominación, tal como lo preceptúa la Convención
de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969, a saber: tratados sobre
derechos humanos, con una connotación quizás más avanzada, los tratados de
7
integración y los de libre comercio, tan vastos hoy en día, pues Nicaragua y la
gran mayoría de Estados han suscrito y ratificado este tipo de tratados.
No podemos olvidar que, cuando un Estado suscribe y manifiesta su
consentimiento en obligarse por un tratado internacional,
está frente a
compromisos que aparejan responsabilidad ante su incumplimiento.
Determinar las relaciones entre el Derecho Internacional y el Derecho Interno
de los Estados es de gran interés. Es conveniente mencionar que las posibles
soluciones al problema de las relaciones entre estos cuerpos de normas, se
hallan condicionadas por la posición que se adopte sobre el fundamento del
Derecho de Gentes por cada uno de los Estados.
Tomando en cuenta el desarrollo del Derecho Internacional, podemos afirmar
que actualmente se acepta como una norma general lo preceptuado en la
Convención de Viena sobre Derechos de los Tratados, que en su artículo 27
señala: “una parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno
como justificación del incumplimiento de un tratado”, en caso contrario puede
incurrir en responsabilidad internacional, conforme a lo establecidos en el
tratado que se suscribe y del que es Estado Parte, tomando en cuenta, en este
caso los principios de Buena Fe y Pacta Sunt Servanda.
Por otro lado es importante cuestionarnos, en este ámbito sí el ordenamiento
jurídico nicaragüense cuenta con las disposiciones necesarias para establecer
la relación entre el Derecho Internacional y el Derecho interno y por ende la
solución de conflictos entre una norma y la otra y hacer frente a los efectos
8
jurídicos emanados de los tratados internacionales que el Estado suscribe y
ratifica, o cuando se adhiere.
Con el fin de abordar los aspectos medulares de la presente Tesis nos
planteamos como objetivos exponer la importancia de los tratados
internacionales suscritos en el marco de las relaciones internacionales entre los
Estados y los otros Sujetos del Derecho Internacional; revisar las teorías sobre
relaciones del derecho internacional con el derecho interno, destacando las
más importantes: dualistas, con énfasis en la supremacía del derecho interno,
las monistas con supremacía del derecho internacional o del derecho interno y
la jurisprudencia internacional en torno al tema.
De igual manera, analizar el sistema de tratados en el ordenamiento jurídico
nicaragüense, de conformidad con las disposiciones constitucionales y legales;
es decir el proceso de negociación por el Poder Ejecutivo, a través del
Presidente de la República, quien es Jefe de Estado y de Gobierno, así como lo
relativo a la recepción de los tratados internacionales en el ordenamiento
jurídico interno por parte del Poder Legislativo ejercido por la Asamblea
Nacional y analizar determinados instrumentos internacionales, tales como los
pertenecientes a los de derechos humanos y los de integración, dada las
características, principios y particularidades que se han manifestado a través
de su desarrollo.
En cuanto al método o forma de abordar este tema se debe de dejar en claro
que,
como en toda tesis se ha de tener en cuenta que se requiere la
elaboración de un trabajo de investigación científico en todo su rigor,
exponiendo los aspectos doctrinarios existentes en el tema abordado, lo mismo
9
que la argumentación, vinculado al tema de estudio. Por ello, desde el punto
de vista metodológico, hemos abordado de previo el planteamiento del
problema, visualizando el debate teórico que nos sustenta, presentando
nuestros aportes a esta discusión, considerando en este sentido una serie de
secuencias articuladas cronológicamente para llevarlo a efecto.
Una vez planteado el problema y revisado sus fundamentos teóricos debemos
de considerar un esquema en el que se reflejen los temas principales y
colaterales necesarios para la comprensión de la investigación. Posteriormente
hemos de exponer las disposiciones legales con que se cuentan. En mi caso las
disposiciones constitucionales, legales y jurisprudenciales que determinan el
ordenamiento jurídico en la relación entre la norma internacional y el derecho
interno nicaragüense.
10
CAPITULO I
ASPECTOS GENERALES SOBRE LA INSERCIÓN DE LOS
INSTRUMENTOS INTERNACIONALES EN EL ORDENAMIENTO
JURÍDICO DE LOS ESTADOS
En este Capítulo se pretende abordar el marco teórico en el que se sustentan o
se han sustentado la relación del Derecho Internacional, en el ámbito
específico de los tratados y el Derechos internos de los Estados, teniendo
como punto de partida, la norma suprema, es decir con las Constituciones
Políticas.
1.1. Las clásicas doctrinas sobre la relación entre el Derecho
Internacional y el Derecho Interno de los Estados. Sus nuevos
paradigmas
Tal como hemos expresado anteriormente, la relación entre las normas del
Derecho Internacional y el ordenamiento jurídico de los Estados sigue
constituyendo un problema central del primero.1 Pero desde un punto de vista
metodológico debería serlo también para el Derecho interno estatal, en
especial para el constitucional. Se ha planteado también que podríamos ubicar
este asunto en el ámbito de las fuentes del derecho, tomando en cuenta la
importancia que hoy tienen, en la relación jurídica entre los Estados, los
tratados internacionales, llamado en su conjunto por la mayoría de los autores,
Derecho convencional.
1
Véase esta afirmación según planteamiento de la mayoría de autores en el marco de las relaciones entre el
Derecho Internacional y el Derecho Interno en http://www.robertexto.com/archivo6/der_inter3.htm
11
Cabe mencionar la importancia de determinar las relaciones entre el Derecho
internacional y el Derecho interno de los Estados, ya que es de sumo interés.
En este sentido es conveniente mencionar que las posibles soluciones al
problema de las relaciones entre estos cuerpos de normas del Derecho, se
hallan condicionadas por la posición que se adopte sobre el fundamento del
Derecho de Gentes por cada uno de los Estados. No podemos obviar en este
sentido, que los tratados son fuentes tradicionales y contemporáneas del
Derecho en todos los Estados, resultado de un pacto entre dos o más sujetos
del Derecho Internacional.
Desde el punto de vista de la historia de las ideas ius internacionales debemos
atribuir esta cuestión al positivismo jurídico. Fue éste quien se planteó por
primera vez los problemas de creación normativa, validez y concatenación de
estas normas, así como sus relaciones con las de otros sistemas jurídicos.
Cabe indicar lo dispuesto en el Artículo de la Convención de Viena sobre
Derechos de los Tratados2, en su artículo 27 que: “una parte no podrá invocar
las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento
de un tratado”, en caso contrario puede incurrir en responsabilidad
internacional, conforme a lo establecidos en el tratado que se suscribe y del
que el Estado es Parte. Este planteamiento se ha dejado sentado anteriormente.
2
La Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, es suscrita en esta Ciudad, el 23 de Marzo de 1969,
entró en vigor el 17 de Enero de 1980, cuyo contenido se aplica a los Tratados entre Estados, tal como reza en
su Parte introductoria. Posteriormente en 1986 se suscribe la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados celebrados entre Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones Internacionales,
es un instrumento considerado para complementar la anterior Convención pero aún no entra en vigor.
12
Remiro, 3 expresa al respecto del artículo 27 que:
“Existe una amplia jurisprudencia de tribunales judiciales y arbitrales
internacionales reconociendo que los Estados no pueden alegar las
normas o deficiencias de su derecho interno para incumplir sus
obligaciones internacionales. Este principio, acogido por los tribunales
internacionales, se encuentra además acogido en el Artículo 27 de la
Convención de Viena “Una parte no podrá invocar las disposiciones de
su derecho interno como justificación del incumplimiento de un
tratado”. Esta disposición no es una norma de jerarquía, no está
diciendo que el derecho internacional tiene una jerarquía mayor al
derecho interno, sólo se refiere a la responsabilidad que le cabe al
Estado.
Es importante destacar que un conflicto entre una norma interna y una
internacional no afecta necesariamente la validez de la primera en el plano
interno, un acto interno contrario a una norma internacional puede ser
reconocido internamente como válido pero los otros Estados no se encuentran
obligados a reconocer sus efectos externos.
1.1.1. El alcance de las Teorías Dualista y Monista
Con respecto a la relación entre ambos cuerpos de normas, los doctrinarios
hacen referencia a la teoría de Carl Heinrich Triepel y otros, contrarrestándola
con otros teóricos del Derecho. Es decir que existen diversas doctrinas que
buscan precisar las relaciones entre las normas de Derecho interno y las reglas
3
REMIRO BRETON, Antonio. Derecho Internacional. Ed. Tirant le Blanch. Madrid, 2007, p. 301.
13
del Derecho internacional, las que parten de supuestos lógicos y teóricos
diferentes y corresponden a diversos momentos históricos.
Es necesario mencionar que existe un Derecho Internacional que rige las
relaciones de quienes forman parte de la Comunidad Internacional, y un
Derecho interno propio a cada uno de estos sujetos. Se trata entonces de saber si
existen o no relaciones entre ámbitos jurídicos diversos, distinción entre la teoría
monista y dualista y, en caso de que existan, determinar cuál de los ordenamientos tiene primacía, es decir el monismo internacionalista o monismo
constitucionalista; en general se admite que se han dado tres respuestas
fundamentales a tal problema. Este planteamiento es sostenido por Acevedo y
otros.4
Dicho lo anterior nos encontramos con la teoría dualista, a veces llamada
pluralista, expuesta por Triepel y que tuvo gran influencia durante las primeras
décadas del siglo XX. Para esta corriente, en su versión más radical, el derecho
internacional y el interno son nociones diferentes y aún opuestas, ya que
reglamentan relaciones sociales diversas y tienen fuentes y fundamentos
jurídicos distintos. Concluye entonces Triepel, citado por Verdross5 , señalando
al respecto que:
“El derecho internacional público y el derecho interno son no sólo
partes y ramas diferentes del derecho sino también sistemas jurídicos
distintos. Son círculos que están en contacto íntimo pero que no se
sobreponen jamás (...) Debemos representarnos estos dos derechos
4
ACEVEDO E. Domingo. “Relación entre Derecho Internacional y Derecho Interno”, en Revista del Instituto
de Derechos Humanos, V. 16, San José, Costa Rica, 1992, p 133-161
5
VERDROSS, Alfred. El Derecho Internacional Público. Ed. Aguilar, Buenos Aires, 1994, p. 134
14
como productos de voluntades jurídicas separadas que tienden a regir
relaciones diferentes”.
La doctrina dualista ha sido criticada tanto por razones lógico-metodológicas
como filosóficas e históricas. En primer término, no es posible admitir la
coexistencia de dos órdenes jurídicos supuestamente heterogéneos. En segundo
término, tal doctrina lleva a negar la existencia misma del Derecho
Internacional. Finalmente, no es posible admitir que hoy en día el único sujeto
de derecho internacional sea el Estado, cuando es evidente que cada vez más las
organizaciones internacionales y de forma excepcional los individuos, entre
otros hacen parte de la realidad internacional.
Las críticas que se hicieron de la teoría dualista y la consolidación del Derecho
Internacional en un sistema jurídico internacional, llevaron al desarrollo de la
teoría monista, según la cual el Derecho interno y el Derecho Internacional
forman un solo sistema jurídico. Esta concepción admite dos variantes
esenciales y múltiples matices, según se ha manifestado por los doctrinarios y
estudiosos de esta materia.
De un lado, tenemos la concepción monista con primacía del Derecho interno,
llamada también monismo constitucionalista, la cual defiende el principio del
carácter absoluto de la soberanía estatal y sostiene que el Derecho de Gentes
sólo es válido si está acorde con el ordenamiento nacional.
Esta concepción, que concibe el Derecho Internacional como una especie de
Derecho estatal externo para recordar la expresión de Hegel al respecto, es poco
aceptada pues implica la disolución y la precariedad de la normatividad
15
internacional, siguiendo las líneas de Acevedo6. Sin embargo, aún de acuerdo a
una determinada teoría, es propio concluir, por ejemplo que los Tratados de
Derechos Humanos obligan a los Estados, incluso a modificar su legislación
interna para hacerla acorde con dichos instrumentos, ya que explícitamente se
obligó por intermedio de ellos, y no hay ninguna razón para suponer que tales
tratados estén en contradicción con el Derecho interno, entiéndase lo
preceptuado en la Constitución Política.
En contraposición se tiene la tesis monista con supremacía del Derecho
Internacional, en virtud de la cual se establece que el Derecho interno debe
adecuarse al primero, en especial el llamado Derecho Internacional General, y
que éste es de superior jerarquía. Así lo ha sostenido Verdross,7 González, Diez
de Velasco, entre otros autores, sin embargo hemos de mencionar que son las
Constituciones de los Estados los que determinan la relación entre ambos
cuerpos de normas y su ubicación jerárquica.
Verdross8, expresa al respecto que:
“No obstante, la crítica a los “dualistas” luego dio lugar a la corriente
del Monismo, fundada principalmente por Hans Kelsen, Alfred
Verdross, Hugo Krabbe y Georges Scelle, Phillip y Albert Zorn. Así,
desde principios del siglo pasado el debate teórico se centró en
desentrañar las particularidades del Derecho Internacional y el Derecho
6
ACEVEDO E. Domingo, op. cit, p. 133-161
Este planteamiento ha sido sostenido por la mayoría de los autores o estudiosos del Derecho Internacional y
de este materia en particular, entre otros VERDROSS, Alfred, en su obra Derecho Internacional Público,
traducida por Truyol y Serra, Antonio, Ed. Aguilar, Buenos Aires, 1982; GONZÁLEZ CAMPOS, Julio Diego
y otros en Curso de Derecho Internacional Público, 7ª. Edic. Madrid, Edit. Civitas, 1998; DIEZ DE
VELASCO, Manuel. Instituciones de Derecho Internacional Público, Decimoséptima Edic. Madrid, Ed.
Tecnos, 2009, p. 160 a 270.
8
VERDROSS, Alfredo, op. cit. p. 75
7
16
Interno para encontrar sus compatibilidades o entendimiento, bien, a
partir de la coordinación entre ambos, o bien, en la subordinación de
uno u otro”.
En este aspecto cabe mencionar la visión que Becerra9, tiene al respecto de los
elementos característicos de la teoría dualista, que en líneas seguidas se la
exponemos:
“Se postula que el Derecho Internacional y el Derecho interno son dos
órdenes jurídicos esencialmente diferentes uno del otro en tres aspectos:
a) en lo que se refiere a sus fuentes, el derecho internacional (costumbre
y los tratados internacionales) se basa en la voluntad colectiva de los
Estados, mientras que el Derecho interno (la costumbre interna de cada
Estado, las leyes, los decretos, los reglamentos y órdenes), se basa en la
Constitución de los Estados. b) ambos sistemas se diferencian respecto
de la relación que ellos regulan; por un lado, el Derecho Internacional
contiene reglas que regulan las relaciones entre los individuos y entre
estos y los órganos del Estado o entre varios órganos del Estado en sus
diferentes niveles. c) el Derecho Internacional y el Derecho interno
difieren respecto
de su sustancia, el derecho internacional es un
derecho entre Estados iguales y soberanos, y tiene, en consecuencia,
una fuerza más débil que el derecho interno”.
En este sentido, el autor deja entrever que este en esquema, los Estados
deciden qué normas del Derecho Internacional pueden formar parte del
derecho interno y qué condiciones aplicarían. La teoría dualista postula que el
9
BECERRA, Manuel. “La recepción del Derecho Internacional en el Derecho Interno”. Ed. Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2009, p. 143.
17
Derecho internacional no puede ser aplicado automáticamente y directamente
en el Derecho interno, es decir que es necesario que se dé un acto de
incorporación, mediante una transformación tácita o expresa, prevista en el
Derecho interno, o por medio de una ley o disposición jurídica interna. Así,
después de esta transformación, los conflictos entre los Derechos internos e
internacional no son posibles.
Se ha de decir al respecto que las normas del Derecho Internacional provienen
de los Estados fundamentalmente y de otros sujetos con capacidad de crearlas
en el ámbito del Derecho Internacional, con lo que respecta a las normas
internas, surgen de los parlamentos y de otros entes del Estado a nivel interno,
basándose efectivamente en lo que disponga su respectiva Constitución
Política.
Ahora bien en cuanto al acto de recepción esto lo visualizamos, desde nuestro
punto de vista en dos sentidos; por un lado el que ejerce generalmente los
parlamentos
nacionales,
constitucionalmente.
a
través
de
la
atribución
conferida
Estos deben aprobar o rechazar los instrumentos
internacionales, una vez que el Jefe de Estado o de Gobierno o cualquier otro
funcionario a quien se le ha otorgado los correspondientes plenos poderes, lo
ha suscrito, finalizada la negociación de un instrumento internacional o bien al
adherirse al mismo, siempre y cuando el instrumentos correspondiente lo
permita. La otra forma de recepcionar una norma internacional, es
incorporando o aprobando una ley determinada que regule lo expresado en el
tratado. Pueden en determinadas circunstancias ocurrir ambas cuestiones.
18
Por otro lado, cabe mencionar que en el ámbito del Derecho Internacional se
viene consolidando principios esenciales y normas imperativas de derecho
internacional, llamadas normas ius cogens10, las cuales deben ser respetadas por
todos los Estados.
En efecto, de acuerdo al artículo 53 de la Convención de Viena sobre Derecho
de los Tratados de 1969, es nulo todo tratado que en el momento de su celebración esté en oposición con una norma imperativa de Derecho Internacional
general. Se entiende que para los efectos de esta Convención una norma
imperativa de Derecho Internacional general es una norma aceptada y
reconocida por la comunidad internacional de Estados en su conjunto como
norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser modificada por
una norma ulterior de derecho internacional que tenga el mismo carácter. Al
respecto y en materia de derecho humanos se han aceptado dentro de estas
normas ius cogens todas aquellas relativas al respeto a la dignidad de la persona
humana, tal como se ha sostenido por la doctrina.
1.1.2. Otras teorías alrededor de la relación entre el Derecho Interno y el
Derecho Internacional
Posteriormente, se presentan otras teorías, a las que se les ha dado en
denominar conciliadoras; en este sentido consideramos que la más relevante,
según se ha venido desarrollando, es la Doctrina Coordinadora que parte de la
10
Las normas ius cogens, son aquellas que se consideran imperativas, inderogables, no admiten pacto en
contrario, tienen carácter erga omnes y debe ser aceptada de manera uniforme por la Comunidad
Internacional. El tema de este tipo de normas tiene asidero en normas convencionales (por ejemplo los
principios emanados de la Carta de Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos, sin
embargo sus planteamientos son bastante discutibles
19
unidad de todos los sistemas jurídicos pero no postula por la subordinación del
derecho interno al Derecho Internacional ni viceversas, sino que propugna por
la relación entre ambos ordenamientos mediante la coordinación entre uno y
otro con fundamento en normas superiores.
Es decir que la teoría coordinadora parte de la unidad de las distintas ramas
jurídicas en un solo sistema, pero se diferencia de aquellas al no aceptar que
las relaciones entre el derecho internacional y el interno sean de subordinación
del segundo al primero; sostienen que en realidad entre ambas ramas, se
establecen relaciones de coordinación. Estimamos que esta posición es muy
sana y conciliadora y es defendida entre otros por Carrillo Salcedo11, Miaja de
la Muela y Truyol, Aguilar, Herrero y el mismo Verdross lo defiende12.
Tomando en consideración la existencia de estas doctrinas, podemos decir,
siguiendo las líneas coincidentes con otros autores, entre ellos Cárdenas13: “los
planteamientos clásicos de aquellas teorías fueron revisados bajo los nuevos
parámetros del Derecho Internacional de los Derechos Humanos”. Esta
revisión no solo se da en el ámbito de estos derechos, aunque con mayor
fuerza en estos, sino también en el campo del llamado Derecho comunitario, o
Derecho de integración, tomando como punto de partida el europeo, sin
excluir los que se han venido desarrollando en la Subregión Centroamericana
y en América del Sur.
11
CARRILLO SALCEDO, Juan Antonio. El Derecho Internacional en un mundo en cambio. Ed. Tecnos,
Madrid, 1985, p. 99.
12
Visto en UBEDA PORTUGUES, José Escribanos, Breve Introducción a Derecho Internacional Público.
Ed. Aebius, Colección Relaciones Internacionales No. 3, Madrid, 2008, p. 242.
13
CÁRDENAS, Byron. “La Jerarquía normativa de los tratados sobre Derechos Humanos en la Constitución y
la jurisprudencia de Nicaragua”, en Revista de Derecho de la Facultad de Ciencias Jurídicas Universidad
Centroamericana (UCA) No. 15, Managua, 2011 p. 74
20
En estos dos campos, fundamentalmente los Estados han tenido que readecuar
sus propios ordenamientos jurídicos para hacerlos acordes con los
compromisos asumidos en estas materia, incluso sus propias Constituciones.
Hemos de decir, que el Derecho Internacional positivo no toma partido por los
postulados básico del dualismo o del monismo. Es esta una cuestión que deja a
los derechos internos y son efectivamente las constituciones de los Estados las
que determinan si el cumplimiento del Derecho Internacional en los
ordenamientos jurídicos internos necesita o no de un acto de recepción y cual
deba de ser éste.
En este sentido y tal como lo exponen autores tales como Seara Vásquez14 y
Sánchez Rodríguez15, se puede indicar que tanto el monismo como el
dualismo tienen en común el problema de la ejecutoriedad por los órganos
administrativos y judiciales internos de las normas internacionales, en especial
de aquellas derivadas de los tratados. Que existen diferentes formas para hacer
aplicable o efectivo estos instrumentos, que normalmente están consagradas
en las constituciones de los Estados; entre las más utilizadas esta la teoría de la
adopción que consiste en que las normas del Derecho Internacional se
ejecutan a través de su incorporación al orden jurídico interno, manteniendo su
carácter internacional y sin transformarse en norma nacional.
Es decir que, el instrumento internacional produce efectos tanto en el orden
internacional como directamente en el orden nacional. El inicio de su
14
SEARA VASQUEZ, Modesto, Derecho Internacional Público. 24va. Edic. México, Ed. Porrúa, 2012, p.
113.
15
SANCHEZ RODRIGUEZ, Luis Ignacio. Curso de Derecho Internacional Público. Ed. Tecnos, Oviedo,
1980, p. 210.
21
vigencia, forma de ejecución, interpretación y término son reguladas por el
Derecho Internacional y no por el interno. La extinción de un tratado produce
efectos tanto en el orden internacional como también en el orden interno.
Así se aborda la cuestión del estatus jerárquico de las normas internacionales
incorporadas al derecho interno de cada Estado, dependen de lo dispuesto por
cada constitución, tal como hemos venido exponiendo.
Otra de las teorías desarrolladas es la de la transformación, para estas normas
de Derecho Internacional tienen validez en el orden jurídico interno, cuando se
convierten en normas nacionales. Normalmente el agente transformador es el
Poder Legislativo de cada Estado, a través de una disposición de aprobación
del instrumento internacional. En este caso el inicio, término de validez,
ejecución e interpretación son reguladas por el Derecho interno y la
terminación de dicho instrumento no produce efectos inmediatos en el orden
jurídico nacional. Lo mismo que en la anterior teoría las constituciones
determinar su estatus jerárquico.16
Para finalizar este apartado es conveniente decir que la tendencia generalizada
es la de armonizar las normas del derecho internacional, que emana
fundamentalmente de los instrumentos internacionales con las del Derecho
interno de los Estados, de manera tal que, en la mayoría de los casos exista
armonía, concordancia y coherencia entre estas regulaciones para evitar el
conflicto normativo. Esto está en dependencia de la existencia de una
regulación, partiendo de las constituciones de los Estados y de ser posible una
16
SÁNCHEZ, RODRÍGUEZ, Luis Ignacio, op. cit, p. 201
22
ley que regule de manera clara esa relación, dejando definido la necesidad o
no de un acto de recepción y sobre todo la jerarquía entre los instrumentos
internacionales u otras normas del Derecho Internacional y el ordenamiento
jurídico interno de los Estados. Lo cierto es que el primero no impone una vía
única o exclusiva de recepción, sólo exige el cumplimiento cabal del tratado,
dejando de esta manera al arbitrio o voluntad reguladora de los Estados las
medidas necesarias y útiles para este fin.
1.2. Comportamiento de la Comunidad Internacional en cuando a la
relación entre el Derecho interno y los instrumentos internacionales
y la responsabilidad de los Estados
Debemos de tomar como punto de partida lo preceptuado en el Artículo 26 de
la Convención de Viena Sobre Derecho de los Tratados disponiendo que “todo
tratado en vigor obliga a las partes y debe de ser cumplido por ellas de buena
fe”. Por su parte el precitado Artículo 27, en el apartado 1, consigna que: “Un
Estado parte en un tratado no podrá invocar las disposiciones de su derecho
interno como justificación del incumplimiento del tratado”.
Esta norma se entenderá sin perjuicio de lo dispuesto en el precitado Artículo
46, aparatado 1 y 2, que dispone: “El hecho de que el consentimiento de un
Estado en obligarse por un tratado haya sido manifestado en violación de una
disposición de su derecho interno concerniente a la competencia para celebrar
tratados no podrá ser alegado por dicho Estado como vicio de su
consentimiento, a menos que esa violación sea manifiesta y afecte a una
norma de importancia fundamental de su derecho interno. Una violación es
23
manifiesta si resulta objetivamente evidente para cualquier Estado que
proceda en la materia conforme a la práctica usual y de buena fe”.
En el ámbito de los instrumentos multilaterales que regulan el quehacer de los
organismos internacionales, con especial atención la Carta de la Organización
de los Estados Americanos (OEA)17, en su Artículo 3 consigna que: “los
Estados Americanos reafirman, entre otros, los siguientes principios: el
derecho internacional es norma de conducta de los Estados en sus relaciones
recíprocas; el orden internacional está esencialmente constituido por el respeto
a la personalidad, soberanía e independencia de los Estados y por el fiel
cumplimiento de las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes
del derecho internacional”.
La misma Carta, preceptúa que: Todo Estado Americano tiene el deber de
respetar los derechos de que disfrutan los demás Estados de acuerdo con el
derecho internacional.
17
La Carta de Bogotá que crea la OEA, es suscrita en Bogotá en 1948y reformada por el Protocolo de
Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos "Protocolo de Buenos Aires", suscrito el
27 de febrero de 1967, en la Tercera Conferencia Interamericana Extraordinaria, La por el Protocolo de
Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos "Protocolo de Cartagena de Indias",
aprobado el 5 de diciembre de 1985, en el decimocuarto período extraordinario de sesiones de la Asamblea
General, por el Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos "Protocolo de
Washington", aprobado el 14 de diciembre de 1992, en el decimosexto período extraordinario de sesiones de
la Asamblea General, y por el Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados
Americanos "Protocolo de Managua", adoptado el 10 de junio de 1993, en el decimonoveno período
extraordinario de sesiones de la Asamblea General.
17
Este Proyecto fue elaborado por la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas (CDI) y
adoptado durante su Primer Período de Sesiones, en 1949.
24
Además el Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional para la
Declaración de los Derechos y Deberes de los Estados18, en su Artículo 13
propugna que: “todo Estado
tiene el deber de cumplir de buena fe las
obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes de derecho
internacional, y no puede invocar disposiciones de su propia Constitución o de
sus leyes como excusa para dejar de cumplir ese deber”. Así el Artículo 14,
expone que: “todo Estado tiene el deber de conducir sus relaciones con otros
estados de conformidad con el derecho internacional y con el principio de que
la soberanía del Estado está subordinada a la supremacía del derecho
internacional”.
La jurisprudencia internacional ha dicho al respecto que el mero hecho de la
existencia de un tratado previo o de normas de Derecho Internacional
constituye un absoluto impedimento para que el Estado promulgara
disposiciones constitucionales en conflicto con las normas de este Derecho. La
simple existencia de las últimas implica una restricción correspondiente en la
soberanía del Estado, así evidenciado en el Asunto decidido por la Comisión
Especial de Reclamaciones mexicano-francesas, el año de 1928.19Además es
un principio establecido de Derecho Internacional que un soberano no puede
esgrimir su propio derecho interno como un obstáculo para impedir una
reclamación internacional.
18
Este Proyecto fue elaborado por la Comisión de Derecho Internacional de la Asamblea General de las
Naciones Unidas, (CDI) y adoptado durante su Primer Período de Sesiones, en 1949, recuperado el 5 de
febrero del 2013 de http://www.un.org/es/aboutun/structure/ilc.shtml
19
PASTOR RIDRUEJO. José Antonio. Curso de Derecho Internacional y Organismos Internacionales.
Madrid, 2009, p. 168.
25
En otras ocasiones la Corte Permanente de Justicia Internacional, antecesora
de la Corte Internacional de Justicia se pronunció al respecto expresando que:
“...Francia no puede prevalecerse de su legislación para limitar el alcance de
sus obligaciones internacionales. Véase el Asunto de las zonas francas de Alta
Saboya y del País de Gex de 1930, la Corte dijo al respecto que “...Un Estado
no podrá invocar, frente a otro Estado, su propia Constitución para sustraerse a
las obligaciones que le imponen el derecho internacional o los tratados en
vigor”. En el asunto de la reparación de los perjuicios sufridos al servicio de
las Naciones Unidas en 1949, en su Opinión Consultiva la Corte Internacional
de Justicia expone que: “El derecho internacional prima sobre el derecho
interno. Los actos cometidos por un Estado en violación de ese derecho
entrañan responsabilidad20.
Desde que se desarrolla el derecho de los tratados y la importancia en las
relaciones entre los Estados y demás sujetos del Derecho Internacional, se ha
discutido por los doctrinarios y estudiosos de esta materia la relación entre
estos dos cuerpos normativos. En líneas anteriores se ha dejado sentado esta
discusión y en esta relación se expone, en la mayoría de los casos y con
algunas excepciones, la superioridad de la Constitución por encima de todas
las demás normas, incluyendo los instrumentos internacionales.
1.3. La Supremacía de la Constitución y la posición de los tratados
internacionales
Los doctrinarios partiendo de lo expuesto por Kelsen, han expresado que la
estructura piramidal del orden jurídico es sustentado por la Constitución y es
20
Ídem, p. 171.
26
esta la que da valor a las demás normas, tal como
lo hemos dicho, el
surgimiento y desarrollo de los Estados nacionales se sustentan y se expresan
mediante la elaboración de la llamada Carta Magna, cuyo valor primario, por
encima de toda otra norma positiva, está fuera de dudas.
No se discute la importancia y supremacía que en el orden jerárquico tienen
esas Constituciones, sin embargo no podemos olvidar que es indiscutible que
desde el punto de vista del Derecho Internacional es este el que prevalece en
caso de conflicto sobre los derechos internos. A este respecto, resulta básica
la regla del artículo 27 de la Convención de Viena sobre Derecho de los
Tratados, salvo lo dispuesto en el artículo, 46 de la misma Convención,
cuestión que hemos desarrollado previamente.
De igual manera el artículo 4, del Proyecto de Artículos de la Comisión de
Derecho Internacional sobre Responsabilidad Internacional de los Estados,
que data del año de 198021 señala que: “sólo el Derecho Internacional puede
ser tenido en cuenta para calificar a un hecho de ilícito y generador, por tanto
de responsabilidad internacional: la eventual calificación del hecho como
licito por el Derecho interno del Estado es irrelevante. No se trata de una
regla innovadora sino declarativa del Derecho Internacional general, así ha
sido sostenida.
En el caso nicaragüense se sostiene que la jerarquía de los tratados
internacionales está por debajo de la Constitución pero por sobre la ley, esta
afirmación en base a lo preceptuado en el artículo 182 constitucional. Se
21
El Proyecto de Artículos sobre responsabilidad Internacional de los Estados elaborada por la Comisión de
Derecho Internacional Público, se encuentra en el Anuario de la CDI de 1980.
27
afirma por otro lado que la Constitución Política asigna a los tratados
internacionales,
específicamente
de
derechos
humanos,
un
rango
constitucional, pero sólo en esta materia.
Según nuestras consideraciones son los
derechos consignados en los
instrumentos internacionales de derechos humanos emanados del Artículo 46
los que tienen reconocimiento en la Constitución y no los instrumentos de
donde emanan. Sobre éste tema regresaremos más adelante. La Corte Suprema
de Justicia se ha pronunciado en ambos sentidos. Por supuesto que esta
discusión amerita un mayor análisis que se hará en acápites posteriores.
En el ámbito de las tendencias constitucionales y tratándose de la aplicación
del Derecho Internacional general, en el Derecho interno de naturaleza
consuetudinaria, así es señalado Pastor Ridruejo22, exponiendo que existen
cuatro grupos de cláusulas constitucionales, a saber:
a) El de las cláusulas que entrañan la adopción obligatoria, aunque no
automática, de las reglas del derecho internacional general;
b) El que comporta la adopción automática en el orden interno de tales
reglas;
c) El que supone tal adopción automática, proclamando además la
superioridad del derecho internacional general sobre el derecho interno
e instaurando un procedimiento para controlar la conformidad de este
con el primero y;
d) El integrado por aquellas disposiciones que enuncian de manera formal
e individualizada ciertas reglas del derecho internacional general.
22
PASTOR RIDRUEJO, José Antonio, op. cit., p. 152-153
28
Se cuenta también con un grupo de cláusulas constitucionales que enuncian
formalmente y de manera individualizada ciertas reglas de derecho
internacional general como la prohibición de la guerra o la obligatoriedad de
resolver pacíficamente las controversias internacionales. Están las que
establecen la supremacía o no de ciertas disposiciones, tratados y acuerdos
particulares.
Sin lugar a dudas, los instrumentos internacionales deben de cumplirse,
partiendo de lo preceptuado en las disposiciones constitucionales de los
Estados, en su misma práctica y de cara a los compromisos asumidos por la
máxima autoridad de ese Estado, independientemente que se trate de un
sistema político parlamentario o presidencial.
Por supuesto que hemos de considerar la posibilidad de aplicar un acuerdo
internacional, legítimamente suscrito y habiendo cumplido todos los
procedimientos nacionales e internacionales que se determinan para ello y que
el Estado sea parte del mismo, por ende asume la responsabilidad de cumplir
con los derechos y obligaciones que se determinen en el instrumento
internacional del cual es Estado parte.
Hemos de tomar en cuenta también, que la aplicación de un instrumento
internacional, está relacionado con que dicha aplicación la tengan que hacer
directamente los Estados, pero están aquellos cuya aplicación se realizará en el
ámbito interno del Estado y es en este caso que se debe de analizar si en su
relación con el ordenamiento jurídico interno del Estado nos enfrentaremos
con conflicto entre una y otra norma, especialmente la Constitución, que en
29
todo caso se debió de revisar previo a que dicho Estado expresara su
consentimiento en obligarse por el instrumento en cuestión.
Al aplicarse el instrumento en ámbito interno surgen diferentes cuestiones,
que según Seara Vásquez
23
pueden decirse que son las más importantes,
siendo estas: 1. La aplicación del instrumento internacional dentro del
contexto general de la aplicación nacional: a) obligatoriedad de los tratados; b)
jerarquía de los tratados en relación con la ley interna;
2. Aspectos
internacionales de la aplicación o no del tratado en el ámbito interno.
La doctrinaria mayoritaria, determinan, con respecto a la jerarquía entre los
instrumentos internacionales de derechos humanos y el Derecho interno de
cada país, cuatro, a saber: la supra constitucionalización; el rango
constitucional; la sub constitucionalidad o rango supra legal y la equiparación
legal.
Sagués24, por su parte y refiriéndose a la incorporación de los tratados en
general, al Derecho interno (independientemente del tipo de tratado), expone
que sobre este asunto se encuentran tres actitudes en el ámbito del Derecho
Internacional, a saber: “la Doctrina de la Transformación, o de la adopción, es
decir que además de cumplirse con las reglas constitucionales de elaboración
de un tratado, se necesita una decisión complementaria de ese Estado que lo
incorpore a su Derecho interno; la Doctrina de la Bivalencia, en este caso el
tratado finiquitado según la Constitución, forma parte del Derecho interno; si
23
SEARA VASQUEZ, Modesto, op. cit, p. 118.
SAGUÉZ, Néstor Pedro. Manual de Derecho Constitucional. Ed. Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma,
Buenos Aires, 2007, p. 83-84.
24
30
una Constitución guarda silencio, cabe suponer que concluido el trámite
constitucional de elaboración de un tratado, el Estado ya ha emitido su
voluntad de adoptarlo, y rige en el País del caso, sin necesidad de otra ley de
adopción”.
Otra de la Doctrina planteada por el autor es “la Doctrina de la
Constitucionalizarían, es decir que ocasionalmente, el propio poder
constituyente da jerarquía constitucional a algunos tratados, por ejemplo en
materia de derechos humanos”25. Lo hace, diríamos nosotros, de manera clara
y no ambigua como es el caso que posiblemente se aplique a Nicaragua, en el
caso del precitado Artículo 46 y segundo párrafo del 71, constitucional.
En este caso es menester mencionar que el problema de la obligatoriedad de
los tratados y de su jerarquía respecto de la ley nacional, están regulados de
modo general en las Constituciones de los Estados, que como se pueden
observar todas les atribuyen obligatoriedad en el campo interno, sin embargo
muchas veces existe ambigüedad al valor jerárquico frente a la ley interna. En
algunos casos los tratados tienen una posición privilegiada en relación con la
ley y no solo el Estado no podrá legislar en forma contraria a los tratados en
vigor, sino que también estará obligado a aprobar la legislación necesaria para
la aplicación interna de estos instrumentos.
En este sentido se han pronunciado de manera especial en relación a los
tratados pertenecientes al llamado Derecho Internacional de los Derechos
Humanos. Otras disposiciones constitucionales asemejan al instrumento con la
25
Idem, p. 84
31
ley misma que en todo caso ha de significar la aplicación del principio ley
posterior deroga la anterior.
Sostenemos que el problema de los efectos internacionales de la no aplicación
del tratado en el orden interno es independiente totalmente de si tales tratados
son o no acordes con la Constitución y con el derecho interno.
En el caso de que el instrumento sea concluido siguiendo los procedimientos
debidos, los Estados se comprometen internacionalmente y el hecho de que no
puedan ser aplicados en el orden interno, es irrelevante para el Derecho
Internacional, es decir que, en dicho caso el Estado es responsable por la
aplicación tanto en el orden internacional como en el interno.
1.4.- Ubicación de los Tratados Internacionales en el orden constitucional
Ahora bien, un aspecto que hemos de discutir, como hemos dicho
anteriormente
es
el
de
la
constitucionalidad
de
los
instrumentos
internacionales. La negociación, suscripción, ratificación y entrada en
vigencia, tienen que seguir las normas constitucionales y en caso de que
existan las normas legales que regulen este proceso. Las demás normas
internas deben guardar conformidad con las disposiciones materiales de la
constitución, no oponerse a ellas. Una vez ratificado un tratado y canjeados los
instrumentos de ratificación o depósito de este, en el orden internacional el
tratado tiene plena validez, y se sustrae a la simple declaración de cualquier
autoridad o poder interno de un país, en lo relativo a su validez. Si
posteriormente pudiera detectarse una causa de inconstitucionalidad, sea
32
formal o material, este es un asunto que debe resolverse no solo atendiendo a
las normas internas del Estado, sino respetando los principios y disposiciones
del derecho internacional.
El Estado que llegare a la conclusión de que un tratado válidamente celebrado
y ratificado resulta inconstitucional, deberá o bien revisar y reformar su
derecho interno o acudir a los procedimientos aceptados por el Derecho
Internacional para denunciar, enmendar o modificar el tratado, pero no puede
hacerlo unilateralmente.
Algunos tratadistas expresan que el tema de las relaciones entre el Derecho
Internacional y el derecho interno, especialmente en materia de jerarquía se ha
convertido en una discusión constitucional, con lo que estaría de acuerdo,
dada la merecida importancia de los instrumentos internacionales.
Consideramos al respecto que, dado los compromisos asumidos por los
Estados ante un tratado internacional, es indispensable contar con reglas claras
en
el orden interno, especialmente en el constitucional, tanto en lo
relacionado con la incorporación de dicho tratado al orden interno como su
ubicación jerárquica en el ordenamiento jurídico de que se trate.
En este ámbito Carbonell26 expresa que:
“El asunto, trasladado al ámbito interno del ordenamiento jurídico, se
torna inicialmente en un problema de jerarquía de las normas y, en
consecuencia, de fuentes del derecho. Es decir, el problema esencial en
26
CARBONELL, Miguel. “Los Derechos Fundamentales y la Acción de Inconstitucionalidad”. Ed. Biblioteca
Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México, 2010, p 4
33
materia de aplicación de tratados al interior de un Estado consiste en la
adaptación de las normas internacionales a su Derecho Interno y al lugar
que este le asigna a esas normas”.
Como hemos venido exponiendo, de lo que si estamos convencidos es que una
gama nada desdeñable de autores exponen el hecho de que el Derecho
internacional y derecho interno y la relación entre ambos ha suscitado la
atención de estos especialistas en la materia, tanto desde el punto de vista
constitucional como de la aplicación y validez de las normas internacionales.
En este sentido, Seara Vasquez, 27expresa en relación a las formas de solución
de los posibles conflictos, ante este problema no cabe más posibilidades
racionales, a saber: 1- El derecho internacional y el derecho interno son
ordenes jurídicos diferentes y separados, sin relación entre ellos y sin
posibilidad, por lo tanto de que se produzca entre ellos un conflicto del orden
que sea, esta es la teoría dualista, cuyo principal representante Triepel la
desarrolla en su momento. 2.- el derecho nacional y el derecho interno no
puede ser parte del mismo sistema de derecho porque este es uno, hay una
construcción jurídica universal que puede adoptar forma distinta, según su
objeto, pero dado que el individuo es el destinatario último de la norma
jurídica, poco importa que la aplicación de la norma se realice directamente
como en el caso del derecho interno o indirectamente atribuyendo una
titularidad ficticia al Estado, una concepción correcta del orden jurídico
universal que nos tiene que llevar necesariamente a la aceptación que la idea
de justicia como origen y fin del derecho sea inconcebible si se hace
27
SEARA VASQUEZ, Modesto, op. cit, p. 140
34
abstracción del individuo como sujeto único y si pudieran coexistir con esa
idea única de justicia universal. Esta idea única de justicia exige entonces una
unidad de orden jurídico y el derecho interno y el Derecho Internacional no
serían más que aspectos o partes del orden general.
Bajo estas premisas tenemos a la vista dos posibilidades, partiendo de la
subordinación de que todo ordenamiento, del tipo que sea, exige una
jerarquización, y ello supone subordinación de unas normas a otras, es decir
que ambas normas no pueden ocupar una posición jerárquica similar, ya que si
bien es verdad que forman parte del mismo orden jurídico, también es que son
distintos sistemas.
Hemos de mencionar que para resolver el problema de la jerarquización de
normas, tomando en consideración las posibles soluciones y es que o el
derecho internacional es inferior o superior el derecho interno. La primera
posibilidad ha sido considerada por Kelsen, cuyo sistema piramidal de normas
lleva a colocar en la cúspide la norma hipotética, el punto final de imputación,
a partir del cual se desarrolla el sistema del Derecho Internacional, que se
prolonga hacia la base de la pirámide, por el sistema normativo interna.
La segunda posibilidad es, en el fondo, la interpretación que aparece como
lógica consecuencia de la teoría de la autolimitación como explicación del
fundamento del derecho internacional: si este último no es más que la suma de
limitaciones que el Estado acepta en su actuación respecto de otros Estados,
sino es en suma, más que el resultado de una serie de actos voluntarios del
35
Estado, entonces está claro que el derecho internacional debe estar
subordinado al derecho interno.28
Estas posiciones doctrinarias clásicas, no pueden concebirse, desde nuestro
punto de vista, de forma total o ecléctica, puesto que la práctica de los Estados
nos demuestran algunos matices que debemos de considerar, es decir esa
práctica se manifiesta a través de sus disposiciones constitucionales, legales y
jurisprudenciales, básicamente.
Estamos claros que un Estado, como miembro de la Comunidad
Internacionales, con intereses comunes, no puede contar con un sistema de
normas, o un ordenamiento totalmente desvinculado de los compromisos que
ha venido asumiendo con la suscripción de tratados internacionales o en la
formación de cualquier otra norma internacional. Estas situaciones han
limitado de alguna forma la actuación del Estado, elaborar su propio
ordenamiento jurídico, cualquiera sea la norma de que se trate y también el
derecho interno puede influenciar en el derecho internacional.
Es decir que, es clara la necesaria coexistencia entre ambas normas, puesto
que un Estado debe de cumplir lo que pacta en el orden internacional y no
puede alegar su derecho interno para incumplirlo. Vasta observa lo expresado
en las disposiciones de la Convención de Viena sobre Derechos de los
Tratados, lo que pudiera acarrear responsabilidad internacional ante su
incumplimiento y de la que hemos venido haciendo alusión.
28
SEARA VÁSQUEZ, Modesto. Los conflictos de la ley nacional con los tratados internacionales, visto en
Derecho Internacional Público. México. 2010, p. 114-116.
36
El otro aspecto que se plantea es el de la jerarquía de las normas en caso de
conflicto entre una norma interna y una de carácter internacional. En este
ámbito y por la misma interrelación existente y necesaria, se ha determinado
que para la solución de este posible conflicto es más viable verlo
casuísticamente, ya que el derecho interno puede crear obligaciones
internacionales y este a menudo establece limitaciones al derecho interno.
Cabe mencionar que el tema de la jerarquía entre normas internacionales es
bastante discutido, sin embargo no haremos mayor referencia pues no es parte
de esta investigación, si lo es el de la jerarquía entre norma interna e
internacional o viceversa. Al respecto existen diversas posiciones doctrinarias,
que tienen su asidero en la práctica de los Estados. Unos expresan que se debe
de tomar en cuenta que el interés de la sociedad internacional es superior al
interés de cualquier sociedad nacional. Sin embargo esta situación no siempre
se puede presentar, eso depende de lo que podamos captar como intereses
supremos, en cuyo caso plantean que el internacional prevalece sobre el
interno.29
Si examinamos la jurisprudencia mayoritaria de los Estados tiende a inclinar a
aceptar e incorporar las normas de derecho internacional al derecho interno y
esto es consecuencia de las disposiciones legales de los Estados que también
siguen esta tendencia.
Claro está que se cuentan con tratados internacionales que su aplicación e
irrestricto respeto le corresponde a los Estados, sin embargo habrá otros en los
que su aplicación le compete a las instancias internas de los Estados, que han
29
SEARA VASQUEZ, Modesto, op. cit. p. 115.
37
aceptado o manifestado su consentimiento en obligarse por un tratado. En este
caso podría esa instancia o el mismo juez que conoce de una causa, el que ha
de resolver no solo la aplicación de la norma internacional, sino revolver en
caso de conflicto entre una norma interna y una internacional.
Ante este supuesto, caben muchas posibilidades de actuación, por parte del
tribunal que conoce de la causa. Siguiendo a lo planteado por Seara Vásquez,
podemos decir que las más importantes son, en primer lugar, la aplicación del
tratado dentro del contexto general de la legislación nacional, estaríamos ante
la obligatoriedad de los tratados y ante la jerarquía de estos en relación con la
ley nacional. En el segundo de los casos, están los aspectos internacionales de
la aplicación o no del tratado en el ámbito interno.30
Estas circunstancias deberían de estar, al menos en términos generales,
resuelto en el mismo ordenamiento interno de los Estados, específicamente en
sus constituciones nacionales. En algunos casos los tratados tendrán una
posición superior a las mismas constituciones, o bien en su mismo orden
jerárquico, otras estarán en un rango inferior.
En el primero de los casos podríamos estar en un orden jerárquico superior o
igual al de la constitución a determinados tratados internacionales y dándole a
los otros otro tipo de tratamiento.
En otras ocasiones tendrán un rango superior o igual al de la ley. No se puede
decir que los tratados tengan un rango inferior a otro tipo de norma en el
ámbito interno, dada su importancia, también es importante mencionar que un
30
SEARA VASQUEZ, Modesto, op. cit, p. 122
38
Estado no podrá legislar en contra de un determinado tratado que ha aceptado
como parte de su ordenamiento interno, para esto tendría que denunciarlo,
tampoco podrá reformar sus disposiciones, parcialmente, sino a través de las
reservas, siempre y cuando el tratado mismo.
Hemos de decir que el conflicto entre la norma interna y la internacional se
puede dar, tomando en cuenta el contenido del tratado o bien por razón de
procedimiento de conclusión de este.
Estamos claro que la incorporación y el valor de los tratados en el ámbito
interno, depende de lo que determinen sus constituciones. Otras veces han de
aplicarse los principios del derecho en general, por ejemplo la ley posterior
deroga la anterior o la ley particular deroga la general, entre otros principios
aplicables. La solución final ha de darla el juez correspondiente, siempre y
cuando tenga la competencia otorgada por la misma Constitución. Otro
aspecto que ha de resolver esta instancia jurisdiccional es la de la
interpretación de una norma y de otra, sin que esto signifique el
incumplimiento de la norma internacional, ya que esto podría acarrear
responsabilidad para el Estado.
Finalmente hemos de decir que haciendo una revisión de las disposiciones
Constitucionales de la mayoría de los Estados, vemos que en el vaivén de lo
dispuesto por los elementos característicos de las doctrinas monitas y dualistas
es variado. Los Estados de alguna forma han venido resolviendo las cuestiones
que plantean la relación entre los dos cuerpos de normas, el internacional,
básicamente se refiere a los tratados y el derecho interno, en este último
tomando como parámetro lo dispuesto en dichas constituciones.
39
También podemos observar que la tendencia en esta relación es darles mayor
preponderancia a los tratados internacionales sobre Derechos Humanos,
dándole en este caso un tratamiento diferente con relación a los demás
tratados, refiriéndose, quizás a lo dispuesto en ellos. De igual manera se tiene
un tratamiento especial a los tratados de integración o que pertenecen al
llamado Derecho comunitario, especialmente en las constituciones de los
Estados que se encuentran inmersos en estos procesos de integración.
40
CAPITULO II
ABORDAJE DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES Y SU
INCORPORACIÓN EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO
NICARAGÜENSE
En este Capítulo se expondrán las disposiciones constitucionales y legales que
regulan la relación de las normas internacionales, especialmente los tratados y
el Derecho interno, en el ámbito del ordenamiento jurídico nicaragüense,
abordando no solo su necesaria relación, sino el tratamiento jerárquico que la
Constitución Política le ha concedido a estas normas convencionales, si es que
podemos afirmar esto.
Se abordará el procedimiento que se sigue para la negociación y firma por
parte del Presidente de la República, la aprobación por la Asamblea Nacional
y la manifestación del consentimiento en obligarse por el tratado, ya sea por
medio de la ratificación o bien la adhesión, aplicando en este sentido lo
dispuesto en la Constitución Política y otras leyes, pero de igual manera la
práctica de las autoridades con competencia en Nicaragua.
2.1. Generalidades
De acuerdo a lo que plantea Carrillo Salcedo, “todo sistema jurídico tiene que
dar respuesta a tres problemas básicos: cómo se elaboran las normas jurídicas;
cómo se aplican las normas jurídicas y qué ocurre en los supuestos de
incumplimiento de las obligaciones jurídicas y de violación de las normas; por
41
último, cómo se reflejan los intereses generales del
grupo social en las
funciones que en el mismo lleva a cabo el derecho”31.
Entendemos que la creación de las normas del derecho internacional se
realiza, fundamentalmente por los Estados, de manera directa o bien de la
cesión de esa facultad a otros sujetos del Derecho Internacional, por ejemplo
los organismos internacionales, la Santa Sede. No se cuenta con una instancia
universal creadora de estas normas de manera uniforme. Los Estados se
autorregulan y regulan el actuar de esos otros sujetos que el mismo ha creado.
En este sentido, ya desde el Tribunal Permanente de Justicia Internacional en
su Sentencia de 1927, “las reglas jurídicas que obligan a los Estados proceden
de la voluntad de estos, voluntad manifestada en los convenios o en los usos
aceptados generalmente como consagrando principios de Derecho y
establecidos para regular la coexistencia de estas comunidades independientes
o para la prosecución de intereses comunes.
2.1.1. Acciones que motivan la creación de las normas internas e
internacionales
En el proceso de formación de las normas internas y las de carácter
internacional, no solo se determina a través de los elementos de la teoría
dualista y monista, de la que hemos venido abordando. Cabe recordar que en
el ámbito interno de los Estados, existe una instancia centralizada, organizada
y jerarquizada creadora de las normas internas, es decir, los parlamentos, el
31
CARRILLO SALCEDO, José Antonio. El Derecho Internacional en un mundo en cambio. Edit. Tecnos.
Madrid, 1984. Pp. 95-97.
42
ejecutivo, los órganos descentralizados, como los consejos municipales,
regionales, las regiones autónomas, los Estados federados, entre otros. En el
caso de las normas internacionales, estas son creadas por sus propios
destinatarios.
Quizás sea necesario solo repasar un poco las fuentes del Derecho interno, de
los Estados. Estas son principalmente las leyes, teniendo como cúspide de esta
la Constitución Política de los Estados, los decretos legislativos, ejecutivos y
otros. En el campo del Derecho Internacional, la mayoría de los autores, al
referirse a las fuentes hacen uso del artículo 38 del Estatuto de la CIJ, siendo
esta los tratados internacionales, la costumbre, los principios generales del
Derecho, las decisiones de los tribunales internacionales, la doctrina, la
equidad. Además, con el desarrollo de estas normas, han surgido las
declaraciones unilaterales de los Estados32, las Resoluciones de los
Organismos Internacionales33 y las llamadas normas ius cogens34.
Es importante mencionar que las normas creadas, en el ámbito del desarrollo
progresivo y codificación del Derecho Internacional, obligan jurídicamente
siempre y cuando el Estado haya participado en el proceso de elaboración o
proceda a adherirse a esta, expresando su consentimiento en obligarse por
dicha norma.
En la formación de las normas internacionales, la voluntad de las partes es
fundamental, por no decir un requisito sine qua non, hoy se encuentra
32
La Corte Internacional de Justicia se pronuncia sobre los actos unilaterales de los Estados en su Sentencia
emitida en el Caso de los Ensayos nucleares del 20 de Diciembre de 1974. Puede verse en www.icj-cij.org
33
El origen de estas normas son los acuerdos internacionales creadores de los Organismos Internacionales.
34
Surgidas de la Convención de Viena sobre Derechos de los Tratados de 1969.
43
supeditada a tres factores, que es meritorio mencionar: la heterogeneidad de la
sociedad internacional contemporánea, atravesada por fuertes líneas de
división ideológica y de estratificación social; en segundo lugar la
universalidad de la sociedad internacional contemporánea, en la que los
Estados surgidos a la independencia como consecuencia del proceso
descolonizador no aceptan muchas de las normas consuetudinarias
preexistentes, creadas en un época histórica en la que estos nuevos Estados no
eran
independientes
sino
colonias;
en
tercer
lugar
la
creciente
institucionalización de la sociedad internacional como consecuencia del
desarrollo del fenómeno de la Organización Internacional, que sin desplazar la
soberanía de los Estados ni eliminar la relevancia de su consentimiento en la
creación de las normas jurídicas internacionales, corrige sin embargo los
rasgos de descentralización que caracterizaron al Derecho Internacional
tradicional35.
2.1.2. Nicaragua y la formación de los Tratados Internacionales
De inicio debemos recordar que Nicaragua no ha ratificado la Convención de
Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969 y por ende no está obligada
como norma convencional a cumplirla, aunque si es parte de su derecho
consuetudinario.
Nuestra realidad constitucional no se aleja de la discusión doctrinaria sobre la
relación entre el derecho interno y el derecho internacional, especialmente en
este estudio, referidos a los instrumentos internacionales. Igual importancia
tiene el determinar el sistema de fuentes con claridad en la misma
35
CARRILLO SALCEDO, Modesto, op. cit. p. 99
44
Constitución Política de los Estados, partiendo de lo que la misma Carta
magna dispone.
García Palacios
36
expresa que la reforma constitucional de 1995 rediseñó el
sistema de fuentes del derecho en el ordenamiento jurídico nicaragüense. En
tal sentido las fuentes del derecho que la Constitución, según ha establecido
son las siguientes: a) la Constitución; b) la ley: las leyes constitucionales; la
Ley de Autonomía de la Regiones de la Costa Atlántica; la Ley de
Municipios; la de Presupuesto General de la República; las leyes ordinarias y
los instrumentos internacionales; c) el Reglamento; d) el Decreto: Legislativo
y Ejecutivo; e) normas producidas por los Municipios y las Regiones de las
Comunidades de la Costa Atlántica.
De igual manera el autor expone que, los Instrumentos internacionales son
todos aquellos que requieren ser firmados por el Ejecutivo y aprobados o
rechazados por el Legislativo mediante el mismo procedimiento legislativo
ordinario con algunas variantes.
Aunque evidente, no podemos olvidar que los tratados internacionales son
pactos entre Estados que crean normas jurídicas y establecen derechos y
obligaciones recíprocos, ya sea en el campo del derecho público o privado, o
en ambos, cuyo cumplimiento incumbe a los órganos estatales respectivos, a
sus sociedades y a los ciudadanos. Constituyen, pues, fuente de producción del
derecho. El
tratado internacional una vez que ha seguido todo el
procedimiento que ya se ha señalado forma parte del ordenamiento jurídico
36
GARCÍA PALACIOS, Omar. Curso de Derecho Constitucional. Instituto de Estudios e Invesigación
Jurídica. Libro electrónico, 2011.
45
nicaragüense en una posición de igualdad a la ley de carácter ordinario
expresa García Palacios. 37
Por otro lado y para abordar este acápite es necesario que expongamos en
términos muy generales que el consentimiento de un Estado en obligarse por
un tratado se manifiesta formalmente en el ámbito internacional mediante la
ratificación o adhesión, seguida del canje de los instrumentos de ratificación o
adhesión, entre los Estados contratantes o del depósito del respectivo
instrumento en poder del depositario asignado.
Tal como se preceptúa tanto en la Convención de Viena sobre Derecho de los
Tratados, suscrita en 1969, Artículo 11,
como en el contenido en el
instrumento en cuestión, desde la fecha de dicho canje o depósito el tratado es
obligatorio para el Estado que lo ha efectuado a menos que el tratado disponga
otra cosa. Pero antes de manifestar su consentimiento en obligarse por el
tratado un Estado debe cumplir con las disposiciones internas concernientes a
la competencia para celebrarlos y aprobarlo.
2.2. El tratamiento de la Constitución Política a los tratados
internacionales
En la Constitución Política de Nicaragua, como en gran mayoría de las de los
otros países existen sin duda alguna disposiciones que hacen referencia a los
instrumentos internacionales, no así, al menos de forma clara se hace
referencia a las otras fuentes del Derecho Internacional. Escasamente a los
principios general. Estos instrumentos internacionales adquiere vigencia y
37
GARCÍA PALACIOS, Omar, op. cit.
46
sobre todo aplicación en el ordenamiento jurídico interno no automáticamente,
sino a través de un acto expreso de incorporación establecido en
Constitución
la
Política, en el que intervienen tanto el Presidente de la
República como la Asamblea Nacional, tal como lo podemos observar en el
artículo 150, numeral 8 y en el 138, numeral 12 de la Constitución. Ellos
serán abordados con mayor detalle en líneas seguidas.
De igual manera la jurisprudencia nacional ha determinado en aplicación de
estos preceptos constitucionales que un tratado, aunque sea obligatorio en el
ámbito internacional, no tiene vigencia automática en el orden interno. En este
sentido, hemos de decir que no estamos del todo de acuerdo y es necesario
matizar lo relativo a la aprobación y posterior manifestación del
consentimiento en obligarse por el tratado, de forma más particular.
Cabe mencionar al respecto que un tratado internacional es un acuerdo por
escrito entre sujetos de Derecho Internacional y que genera obligaciones
exigibles internacionalmente. El derecho internacional deja a cada Estado que
regule su voluntad internacional, determinando los órganos que son
competentes para negociar y concluir un tratado, detallando los pasos a seguir.
Durante la primera fase se negocia y se adopta un texto entre las partes. En la
fase final se manifiesta la voluntad estatal y su perfeccionamiento se realiza
con la prestación del consentimiento por parte del Estado.
Los tratados se entienden válidamente celebrados e incorporados al
ordenamiento jurídico nacional, cuando han sido negociados y firmados por el
Presidente de la República, después de haber sido aprobados por la Asamblea
Nacional, en seguida se ratifican por Presidente de la República, aunque del
47
contenido del artículo 150, numeral 8 ni de ningún otro, se desprende la
facultad del Presidente de la República para ratificar un instrumento
internacional ni mucho menos para adherirse a él, sin embargo, está claro que
en su calidad de Jefe de Estado y de Gobierno, es el único que puede
comprometer al Estado mediante un tratado internacional.
Una vez sometido el instrumento correspondiente a las etapas o fases del
proceso de incorporación del tratado, por los órganos y los procedimientos
previstos en el ordenamiento constitucional, se considera que es parte del
ordenamiento jurídico y estamos ante un tratado válidamente celebrado e
incorporado al derecho interno y sus disposiciones solo podrán ser derogadas,
modificadas o suspendidas en la forma previstas en el propio tratado o de
acuerdo a las normas de la Convención de Viena sobre Derecho de los
Tratados de 1969, en su artículos 54 y siguientes, que aunque Nicaragua no es
Estado contratante forma parte de su práctica consuetudinaria.
Sobre el tratamiento de los tratados, Carrillo, 38expresa que:
“Se deben de tomar en cuenta dos cuestiones importantes: primero
sobre los órganos que son los competentes para la celebración y en su
caso, derogación, modificación, suspensión y denuncia; y segundo, la
recepción de las normas convencionales en los ordenamientos jurídicos
internos de los Estados partes. Esta última cuestión, a su vez, suscita
algunos problemas, a tomar en cuenta: la recepción de las normas
contenidas en los tratados en el derecho nacional de los Estados
partes, la jerarquía de las normas convencionales en el
ordenamiento jurídico interno, y finalmente, la aplicación de los
tratados por tribunales y autoridades internas”.
38
CARRILLO SALCEDO, José Antonio, op. cit., p. 128
48
2.3. Disposiciones constitucionales que hacen referencia a las fuentes del
Derecho Internacional y de forma especial a los tratados
internacionales
Tal como hemos venido exponiendo el ordenamiento jurídico nicaragüense,
entiéndase principalmente la Constitución Política, reconoce en diferentes
disposiciones el respeto irrestricto de las normas emanadas del Derecho
Internacional. Esto lo podemos visualizar, en el Artículo 3 referido a los
principios fundamentales del Estado, determinando que “son compromisos
irrenunciables de la nación la lucha por la paz y por el establecimiento de un
orden internacional justo”.
De igual manera, se dispone que es principio de la nación la libre cooperación
internacional y el respeto a la libre autodeterminación de los pueblos, en el
Artículo 5 párrafo primero, parte infine; “Nicaragua fundamenta sus
relaciones internacionales en la amistad y solidaridad entre los pueblos y la
reciprocidad entre los Estados;
proscribe la intervención en los asuntos
internos de otros Estados; según el párrafo 5 del mismo artículo y reconoce
el principio de solución pacífica de controversias internacionales”, mismos
que emanan de la Carta de las Naciones Unidas de la que Nicaragua es Estado
parte.
El párrafo siguiente del mismo artículo es muy ilustrativo y particularizado,
puesto que se preceptúa que nuestro Estado se adhiere a los principios que
conforman el Derecho Internacional americano reconocido y ratificado
soberanamente. Podemos entender en este sentido que son los que provienen
de la Carta de la Organización de Estados Americanos, que sin duda alguna
49
coinciden con los principios que se consignan por la Carta de las Nacionales
Unidas. Nuestro Estado es miembro tanto de las Naciones Unidas como de la
Organización de Estados Americanos, al haber aceptado y ratificado sus
Cartas o Actas constitutivas.
Este artículo termina con pronunciarse a favor de la integración regional,
objetivos que se complementan con lo dispuesto en el artículo 9 de la
Constitución Política, al enunciar que: “Nicaragua defiende firmemente la
unidad centroamericana, apoya y promueve todos los esfuerzos para lograr la
integración política y económica y la cooperación en América Central, cuyo
fin se logra a través de instrumentos internacionales, partiendo de los tratados
y otras fuentes del derecho de integración”. Frente a estas disposiciones no
podemos obviar que estos principios de la nación o del Estado, se consideran
de igual manera principios de la Comunidad Internacional, en su conjunto.
Importante mencionar que la Constitución Política de Nicaragua remite a la
regulación internacional, en conjunto con las normas internas determinados
temas. Especialmente remite a la regulación por tratados internacionales.
Según el mismo principio mencionado en el artículo 9, al expresar en su
último párrafo que: “este principio se regulará por la legislación y los tratados
respectivos”. Igual remisión se hace en lo que concierne a la delimitación
territorial del Estado. Basta dar lectura al artículo 10 de la Constitución, el
que en su parte conducente dispone que: … “las aguas interiores, el mar
territorial, la zona contigua, la plataforma continental, la zona económica
exclusiva y el espacio aéreo correspondiente, de conformidad con la ley y las
normas de Derecho Internacional”.
50
Cabe hacer mencionar en este caso que Nicaragua ha suscrito y ratificado la
Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar desde 1999, que
regula lo pertinente a la delimitación de esas zonas marítimas reconocidas
hoy día por dicho instrumento multilateral.
Así como la Convención de
Chicago, que es la atinente a la delimitación del espacio aéreo. Nicaragua es
Estado parte, en esta última, desde 1945.
Habría que decir también que las delimitaciones terrestres, marítima y aérea
han estado sujetas a tratados bilaterales suscritos y ratificados con las
repúblicas vecinas, así como por sentencias emanadas de tribunales
internacionales.
Siempre refiriéndonos al artículo 10 de la Constitución este dispone en su
segundo párrafo que: “Nicaragua únicamente reconoce obligaciones
internacionales sobre su territorio que hayan sido libremente consentidas y de
conformidad con la Constitución Política y con las normas de Derecho
Internacional. No acepta los tratados suscritos por otros países en los cuales
Nicaragua no sea Parte Contratante”.
Este artículo nuestro determina que Nicaragua no reconoce tratados
debidamente concertados, habrá que exponer de igual manera lo que
determina el artículo 34 de la Convención de Viena sobre Derechos de los
Tratados: Un tratado no crea obligaciones ni derechos para un tercer Estado
sin su consentimiento”.
Dicho lo anterior y es en aplicación de un principio del efecto relativo de los
tratados, existen sin embargo tratados multilaterales cuyo alcance jurídico va
51
más allá del circulo de Estados partes en los mismos, bien porque sean
tratados normativos generales, de carácter abierto, universal, que intentan
alcanzar objetivos propuestos por la comunidad internacional, o porque se
trata de acuerdos internacionales que establecen regímenes jurídicos objetivos.
Ambos pueden implicar derogaciones del principio del efecto relativo de los
tratados: los segundos porque los terceros Estados tienen el deber jurídico de
respetar las situaciones convencionales válidas que no les afecten
jurídicamente; los primeros, si sus normas llegan a ser reconocidas y
aceptadas por la comunidad internacional de Estados en su conjunto, cuando
estas se transforman en costumbre internacional y reconocidas como tal, solo
véase el artículo 38 de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados.
Como podemos, observar términos tales como consentimiento de normas,
suscripción de tratados y el ser parte contratantes, nos lleva a la conclusión de
que Nicaragua es conteste con las obligaciones emanadas de los instrumentos
internacionales, que ha aceptado voluntariamente y cumpliendo con lo
preceptuado al respecto por el Derecho Internacional, así también somete a
regulación por medio de tratados internacionales, aspectos vinculantes con las
relaciones internacionales entre Estados.
En el capítulo correspondiente a la nacionalidad nicaragüense, en el Artículo
22 de la Constitución, dispone lo pertinente al régimen de la doble
nacionalidad, por lo que se procederá conforme los tratados y el principio de
reciprocidad. Igualmente en el caso del otorgamiento del asilo y del refugio,
disponiendo en el capítulo sobre los derechos individuales, artículo 42, párrafo
segundo que la ley determinará la condición de asilado y refugiado político, de
52
acuerdo con los convenios internacionales ratificados por Nicaragua. Por su
parte el artículo 43, en cuanto a la extradición por delitos comunes está
regulada por la ley y los tratados internacionales, entiéndase debidamente
aceptado, por ratificación o adhesión de los mismos.
En el caso del artículo 46, en su totalidad y parte infine del párrafo segundo
del artículo 71 serán analizados posteriormente, dada sus particularidades.
2.4. Proceso de formación de los Tratados Internacionales de
conformidad al Derecho Internacional y al Ordenamiento Jurídico
nicaragüense
En aplicación de las normas internacionales, especialmente basadas en la
Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969 y 198439, y la
práctica generalizada de los Estados, la celebración de un tratado, requiere
necesariamente al menos de dos fases: primero la elaboración material de este,
cuyas etapas son negociación, adopción y autenticación del texto, y en
segundo lugar, la expresión del consentimiento del Estado en obligarse por un
tratado.
La Constitución Política de Nicaragua no contiene regulación sustantiva al
respecto, por lo que hemos de atender lo preceptuado en el numeral 8 del
Artículo 150 de la Constitución. Asimismo, la negociación, adopción y
autenticación del texto de un tratado es competencia del Presidente de la
República, que es el Jefe de Estado y de Gobierno. Respecto de la prestación
39
Se hace referencia a las Convenciones de Viena sobre Derecho de los Tratados, entre Estados y entre
Estados y Organismos Internacionales.
53
del consentimiento del Estado en obligarse, nuestra Constitución no expresa
de manera determinante, la facultad que tiene de ratificar o adherirse a un
Tratado Internacional, sin embargo es el Presidente de la República el que
conduce las relaciones internacionales y el único que ha de determinar el
consentimiento en obligarse por un tratado, si nos atenemos a lo dispuesto en
la misma Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de 196940 y en
la misma práctica generalizada de los Estados.
2.4.1. Negociación de los tratados en el caso de Nicaragua
Aquí habrá que determinar la diferencia entre la negociación de un tratado
bilateral o multilateral. En el primero, como expresan los autores, tales como
Diez de Velasco,41 la negociación es quizás más sencilla, no así en los
llamados tratados multilaterales, sean estos generales o particulares. La
proliferación de estos últimos, tiene varias explicaciones. En primer lugar el
aumento de los Estados como consecuencia del proceso de descolonización y
de la universalización de la sociedad internacional; las exigencias de la
cooperación en un mundo progresivamente interdependiente; las necesidades
de la vida internacional contemporánea y la progresiva toma de consciencia de
los intereses comunes de la comunidad internacional en su conjunto;
40
Nicaragua no es Estado parte de esta Convención, sin embargo por ser miembro de Naciones Unidas
negocia sus tratados internacionales de conformidad a lo preceptuado en esta Convención y en el Manuel de
Tratados, preparado por la Sección de Tratados de la Oficina de Asuntos Jurídicos de Naciones Unidas y
puesta a disposición de los Estados, en última versión en el 2001. Tiene por objeto contribuir a los esfuerzos
de las Naciones Unidas para ayudar a los Estados allegar a ser partes en la estructura de los tratados
internacionales. El Manual, escrito en un estilo sencillo, examina con la ayuda de diagramas e instrucciones
graduales muchos aspectos del derecho y la práctica de los tratados y está destinado a su utilización por los
Estados, las organizaciones internacionales y otras entidades. En particular, pretende ayudar a los Estados con
escasos recursos y limitada pericia técnica en materia del derecho y la práctica de los tratados a participar
plenamente en el marco de los tratados multilaterales.
41
DIEZ DE VELASCO, Manuel. Las instituciones de Derecho Internacional Público. Décimo séptima Ed.,
Madrid, Edit. Tecnos, 2009, p. 606.
54
finalmente, el esfuerzo de codificación y desarrollo progresivo del Derecho
Internacional, en el seno de las Organizaciones Internacionales.
La negociación, adopción y autenticación de un tratado internacional de
carácter general se negocian y se adoptan en un medio colectivo, que puede
ser una conferencia diplomática, en ocasiones institucionalizadas, como puede
ser la Asamblea General de las Naciones Unidas y responden a una necesidad
de la comunidad internacional de encontrar el sustituto más cercano a la idea
una legislación internacional imprescindible para la adecuada regulación de
intereses comunes.
En este sentido es menester traer a colación lo preceptuado en el artículo 9 de
la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969, que dispone:
“La adopción del texto de un tratado se efectuara por consentimiento de todos
los Estados participantes en su elaboración; la adopción del texto de un tratado
en una conferencia internacional se efectuara por mayoría de dos tercios de los
Estados presentes y votantes, a menos que esos Estados decidan por igual
mayoría aplicar una regla diferente”, al igual que otras normas de adopción de
decisiones que se regulen en los acuerdos fundaciones de los organismos
internacionales de que se trate.
Las formas de manifestar el consentimiento en obligarse por el Tratado podrá
ser la ratificación, firma, el canje de instrumentos que constituyan un tratado,
la aceptación, la aprobación o la adhesión, o en cualquier otra forma que se
hubiese convenido.
55
En contexto cabe mencionar que Nicaragua no cuenta con una norma escrita
que determine la forma en la que se ha de negociar un tratado, ya sea bilateral
o multilateral y aplica las normas internacionales. En este sentido hemos de
decir inicialmente que se entiende por tratado internacional, de acuerdo con lo
que determina el Articulo 2.1 a ) de la Convención de Viena y a efectos de la
misma, “por tratado un acuerdo internacional, ya conste en un instrumento
único o en dos o más instrumentos y cualquiera que sea su denominación
particular”42.
La negociación no es otra cosa que el debate que se lleva a cabo entre los
sujetos interesados y facultados en celebrar un tratado internacional a fin de
ponerse de acuerdo en el contenido del mismo. En ese debate, quienes lo
mantienen, intercambian propuestas y contrapropuestas con el objetivo de
llegar a un ajuste de las posiciones de partida de cada una de ellas, que por lo
común no suelen precisamente ser idénticas, y hacer converger así en un texto
que todos ellos acuerden o al menos un porcentaje de los negociadores, que
pueden ser mayoría simple, calificado o incluso por consenso, lo que está en
dependencia de lo que decidan los negociadores.
Pareciera que la negociación de un tratado bilateral no suele plantear grandes
problemas en general. La participación limitada de los negociadores facilita el
proceso negociador. Los representantes de ambas partes encargadas en la
negociación pueden realizarla a través, por ejemplo, de misiones diplomáticas
42
Al respecto hemos de decir que se han utilizado numerosos términos como sinónimo de tratado, o para tipos
particulares de tratados. He encontrado una lista completa de términos equivalentes. Tratado es el término
general utilizado para abarcar: convención / acuerdo / pacto / acto / arreglo / protocolo / carta / estatuto /
convenio / declaración / compromiso / acuerdo amistoso / concertación / reglamento / disposición / canje de
notas / modus vivendi / memorando. 56
en el territorio de cualquiera de los negociadores, o por el envío recíproco de
misiones especiales encargadas de negociar con los representantes designados
por la otra parte.
Sin embargo el tema a negociar puede ser tanto o más complejo que el de
algunos otros tratados bilaterales, es decir que la complejidad técnica del
tema, el componente político del acuerdo y otros factores pueden hacer de la
negociación,
entre dos sujetos del Derecho Internacional, bastante
complicado, lento y difícil, según lo que podemos observar.
La complejidad de la fase negociadora en el caso de los tratados multilaterales
es mucho mayor. Los intereses divergentes son más numerosos, de un lado, y
su ajuste por consiguiente es más difícil; pero de otro, nacen otros problemas
conectados con la organización y reglamento que es necesario efectuar de los
debates. Se debe de tomar en cuenta, incluso, la pluralidad de lenguas de los
negociadores, la presencia de condicionamientos previos, a los que tienen que
responder, entre otras cosas.
Todo indica y así lo plantean algunos autores que la cuestión de la
negociación de un tratado se ha convertido en un problema para el Derecho
Internacional. Sin embargo, en la práctica se ha procedido de la siguiente
manera: se suelo llevar, la negociación de un Tratado Multilateral, por medio
de dos cauces: la celebración de una Conferencia Internacional o en el seno de
una Organización Internacional.
La Conferencia reunida con la finalidad de celebrar un tratado internacional,
son convocadas por uno o varios Estados implicados o a iniciativa de una
57
Organización Internacional. El funcionamiento de estas se rige por el
Reglamento de régimen interno que se adopte. Facilita la situación, que en la
mayoría de casos se inicia con la discusión de un Proyecto de Convenio que
presentan uno o varios de los Estados convocados o un órgano de la
Organización Internacional, que en su caso convoca a la Conferencia.
En el caso de que la negociación se dé en el ámbito de las Organizaciones
Internacionales y así sucede, ya que ciertos organismos internacionales
intergubernamentales pueden, según sus respectivos tratados constitutivos,
elaborar propuestas de tratados internacionales. En un marco universal,
podemos citar a las Naciones Unidas, la que participa en la elaboración
proyectos de tratados, ya sea por medio de la misma Asamblea General o bien
a través de sus órganos técnicos y jurídicos, como por ejemplo la Comisión de
Derecho Internacional (CDI), e incluso la de los Fondos Marino, sin embargo
tiene que estar previamente mandato, actuando de hecho, como una
conferencia diplomática, discute y adopta un tratado que aneja a una
resolución.
En definitiva las normas que regulan la negociación de un tratado, a parte de
las Convención de Viene sobre Derecho de los Tratados de 1969 y la de 1986,
son de índole consuetudinaria, y se obliga a comportarse de buena fe. Aunque
la negociación es una fase muy fluida en la que no se ha llegado a un acuerdo
sobre el contenido concreto del tratado.
La práctica del Estado de Nicaragua, podemos decir que sigue la tónica de lo
dispuesto en las Convenciones de Viena antes citada y en la aplicación de los
Manuales elaborados por los Organismos Internacionales, tales como
58
Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, el Sistema de
Integración Centroamericana, la Organización Mundial de Comercio, la
Organización Internacional del Trabajo y otros organismos internacionales
cuando se refiere a los acuerdos multilaterales. En el caso de los bilaterales, se
realiza a través del intercambio de notas o la propuesta del Estado de
Nicaragua a otros o viceversa, especialmente aquellos acuerdos de
cooperación, culturales, etc. 43
2.4.2. Adopción del texto de los tratados
En los tratados bilaterales, la adopción del texto de un tratado, es un acto formal
mediante el cual las partes negociadoras establecen su forma y contenido, así lo
dispone la misma Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados.
Por medio de este acto específico, los Estados participantes en la negociación
dan por concluida la misma, expresando su voluntad con la rúbrica de todas sus
páginas o con la firma de un acta o memorando para tal efecto. Este
procedimiento se utiliza en tratados bilaterales o regionales.
En el caso de los tratados multilaterales y en tratados regionales, se negocian en el seno
de organizaciones internacionales. Inicialmente el texto es adoptado por un grupo de
trabajo creado para tal efecto.
Luego, las partes o miembros de la organización,
adoptan el texto del tratado, mediante una resolución del órgano representativo de la
organización. Por ejemplo, los tratados negociados con los auspicios de las Naciones
Unidas, o de alguno de sus organismos, se adoptan mediante una resolución de la
Asamblea General de la ONU, por ejemplo.
43
Según información proporcionada por funcionarios de la Cancillería y del MIFIC, a través de entrevistas y
se ha proporcionado documentación sin autoría.
59
Cuando una conferencia internacional se convoca específicamente con objeto
de adoptar un tratado, puede hacerlo con el voto favorable de dos tercios de
los Estados presentes y votantes, a menos que hayan decidido por la misma
mayoría aplicar una norma diferente.44
2.4.3. Firma y período de apertura a firma de los tratados
En los tratados bilaterales, cuando su negociación ha concluido positivamente, el
texto de un tratado es adoptado entre dos Estados, o entre dos o más Estados, y
posteriormente se define de común acuerdo el lugar y fecha de su suscripción,
así como el nivel de los funcionarios que procederán a su firma.
El acto de la firma expresa simplemente la “intención” del Estado de obligarse
por medio del tratado internacional. No obstante, este acto no implica el
consentimiento definitivo del Estado, pues debido al equilibrio de poderes, todo
tratado firmado por el Poder Ejecutivo debe ser aprobado o rechazado por el
Poder Legislativo, así ha quedado dispuesto en la Constitución Política de la
República.
El Estado no ha expresado su consentimiento en obligarse por el tratado hasta
que lo aprueba y ratifica. En ese caso, un Estado que firma un tratado está
obligado a abstenerse, de buena fe, de actos que sean incompatibles con el
44
Este dato lo exponemos, según la información que nos proporcionaran funcionarios de la Cancillería de la
República y del MIFIC, a través de intercambio de ideas, entre la sustentante de esta Tesis y dichos
funcionarios. Cabe mencionar que para obtención de estos puntos de vista no se utilizó la metodología propia
de la entrevistas, por no considerarlo necesario.
60
objeto y el fin del tratado. La firma sola no impone al Estado obligaciones en
virtud del tratado.
Luego que un tratado multilateral es adoptado por resolución de su respectiva
organización, éste se abre a firma de los Estados negociadores, por un período
determinado y en una sede específica. Vencido el plazo la firma ya no será
posible. Por ejemplo, una Convención se abre a firma en la sede de una
Conferencia Internacional hasta una fecha determinada y después en la Sede de
las Naciones Unidas, en Nueva York.
Durante el período de apertura a firma, los Estados negociadores tienen la
opción de suscribirlo y posteriormente someterlo a su proceso interno de
ratificación. Una vez que un tratado se cierra para la firma, los Estados que no
lo hayan firmado, pueden llegar a convertirse en Estado Parte de él solamente
mediante el procedimiento de la adhesión. Algunos tratados multilaterales están
abiertos para su firma indefinidamente.
2.4.4. Aprobación por la Asamblea Nacional, ratificación o adhesión por
el Presidente de la República
Luego del acto de firma de un tratado internacional:
bilateral, regional o
multilateral, nuestra legislación interna exige, para su entrada en vigor, la
realización de otros tres actos: aprobación por Decreto del Poder Legislativo,
según el artículo 138 numeral 12 de la Constitución y Artículo el 90 de Ley 606,
Ley Orgánica del Poder Legislativo;
ratificación por Decreto del Poder
Ejecutivo, de acuerdo al Artículo 150, numeral 8 de la Constitución Política; y
61
emisión del correspondiente instrumento de ratificación por el Presidente. Los
decretos mencionados se publican en La Gaceta, Diario Oficial. Cabe mencionar
que no se manda a publicar el texto del tratado, acuerdo, convenio, protocolo,
etc., con lo que está en cuestionamiento el principio de publicidad.
En el caso de que Nicaragua no firmó un tratado multilateral en el plazo de su
apertura a firma, solamente le resta expresar su intención por medio del
procedimiento de la adhesión y de conformidad con la práctica también se dan
los mismos tres acto: adhesión al tratado por Decreto Ejecutivo; aprobación de
la adhesión al tratado por Decreto Legislativo; emisión del correspondiente
instrumento de adhesión por el Presidente e igualmente los decretos referidos se
publican en La Gaceta, Diario Oficial, pero tampoco se mandan a publicar el
texto de estos instrumentos.
Generalmente el Ministerio de Relaciones Exteriores (Cancillería) inicia el
trámite ante la Presidencia de la República y ésta lo continúa ante la Asamblea
Nacional, terminando también con un acto ejecutivo. Estas actuaciones se hacen
amparadas en las disposiciones constitucionales y legales, pero se utiliza la
práctica, que depende del tipo de gobierno y de política de Estado.
En acápite posterior desarrollaremos con más detalle el proceso negociación,
ratificación o adhesión de los tratados internacionales hecho por el Presidente
de la República y de aprobación por la Asamblea Nacional y su práctica
generalizada.
62
2.4.5. Depósito de instrumentos de ratificación y adhesión
Este trámite o fases del procedimiento de crear un acuerdo internacional, se hace
a nivel internacional. En los tratados bilaterales los procedimientos de
aprobación y ratificación, en el plano nacional, son insuficientes para establecer
el consentimiento del Estado en obligarse en el plano internacional.
Por
consiguiente, cumplidos los procedimientos constitucionales internos, la
ratificación, en el plano internacional, representa un acto mediante el cual el
Estado nicaragüense expresa su consentimiento, en forma clara y definitiva, de
obligarse por un tratado.
Este acto se realiza de dos formas: En tratados bilaterales, por notificación o
canje de ratificaciones; en tratados regionales o multilaterales, con el depósito
del instrumento de ratificación, por parte del Representante Permanente de
Nicaragua, ante la Secretaría General o Dirección Ejecutiva de la organización
internacional de que se trate.
En los tratados multilaterales y el caso del procedimiento interno de la
adhesión, tampoco es suficiente para manifestar la voluntad, inequívoca, del
Estado para obligarse por medio de un tratado.
Por tanto, la adhesión en el plano internacional, surte efecto depositando “el
respectivo instrumento de adhesión” a un tratado.
La adhesión tiene los
mismos efectos jurídicos que la ratificación.
Las condiciones en que puede realizarse la adhesión y el procedimiento
correspondiente dependen de las disposiciones del tratado pertinente. Cabe
63
señalar que muchos tratados multilaterales modernos prevén la adhesión
incluso durante el período en que el tratado está abierto para su firma. Esto
debe estar debidamente reflejado en las disposiciones del tratado.
2.4.6. Entrada en vigor y seguimiento a la aplicación de los tratados
La entrada en vigor definitiva de un tratado bilateral, es el momento en que el
tratado mismo cobra vigencia y a la vez se convierte en jurídicamente
vinculante para ambas partes en él. En los tratados multilaterales y regionales
no siempre coincide la entrada en vigor del tratado mismo con la entrada en
vigor para cada parte contratante.
En los tratados bilaterales las disposiciones del tratado determinan el momento
de su entrada en vigor. Ese momento puede ser una fecha especificada en el
tratado. En el caso de los multilaterales y regionales, la entrada en vigor
“definitiva” de un tratado, determina la fecha a partir de la cual es de
obligatorio cumplimiento para los Estados que lo hayan ratificado o adherido.
Las mismas disposiciones determinan la fecha de la entrada en vigor del
tratado mismo: cuando reúne un número especificado de ratificaciones,
aprobaciones, aceptaciones o adhesiones que hayan sido depositados en poder
del depositario, de conformidad con lo dispuesto en el mismo tratado.
Un tratado que ya ha entrado en vigor, puede entrar en vigor de un modo
especificado en él para un Estado o una organización internacional que haya
expresado su consentimiento en obligarse por él después de su entrada en
vigor.
64
En algunos tratados bilaterales el seguimiento a su implementación es
realizado a nivel político en el plano diplomático.
En estos casos, las
Embajadas y Cancillerías promueven encuentros y diálogos para impulsar su
debido cumplimiento. En otros tratados, su misma normativa contempla la
creación de comisiones mixtas de alto nivel, comisiones técnicas, comités de
trabajo u otro tipo de instancias para impulsar, desarrollar y evaluar la
aplicación de los tratados.
En el caso de los tratados multilaterales y regionales, los tratados mismos
establecen en sus disposiciones, la creación de foros de diálogo, en donde las
partes intercambian opiniones y experiencias con el fin de impulsar la
aplicación del tratado.
En algunos tratados se dispone la creación de Conferencias de Estados Parte
para el examen de la aplicación, avances y evolución del mismo. En otros, se
crean órganos encargados de examinar informes periódicos que deben
presentar los Estados Partes, acerca de los avances y obstáculos en el
cumplimiento del tratado.
2.5. Actuación del Presidente de la República en la negociación, adopción,
firma, ratificación y adhesión de los instrumentos internacionales de
conformidad con la Constitución Política de Nicaragua
2.5.1. Antecedentes constitucionales
La Constitución de 1893, preceptúa en el acápite sobre deberes y atribuciones
del Poder Ejecutivo,
Articulo 100, numeral 11 el de celebrar tratados y
65
cualesquiera otras negociaciones diplomáticas, sometiéndolas a la ratificación
de la legislatura en las próximas sesiones; dirigir las relaciones exteriores,
nombrar Agentes Diplomáticos y Consulares de la República, recibir a los
Ministros y admitir los Cónsules de las naciones extranjeras, igualmente la
regula la Constitución de 1905. La Constitución de 1911, se pronuncia y
regula en los mismos términos sobre las atribuciones del Poder Ejecutivo en
materia de tratados.
En estas constituciones podemos observar disposiciones tales como la que
preceptúa en su artículo 2. “La soberanía es una, inalienable e imprescriptible,
y reside esencialmente en el pueblo, de quien derivan sus facultades los
funcionarios que la Constitución y las leyes establecen. En consecuencia, no
se podrá celebrar pactos o tratados que se opongan a la independencia e
integridad de la Nación, o que afecten de algún modo su soberanía, salvo
aquellos que tiendan a la unión con una o más de las Repúblicas de Centro
América”.
En la Constitución de 1939, se dispone que le corresponde al Presidente de la
República en relación con el Poder Legislativo: Presentar, por medio de los
Secretarios de Estado, iniciativas de leyes y someter los tratados y contratos
que necesiten aprobación legislativa, Artículo 215 y le corresponde al
Presidente de la República como suprema autoridad administrativa: dirigir
relaciones exteriores, nombrar agentes diplomáticos y cónsules de la
República; recibir a los agentes diplomáticos y admitir a los cónsules de otras
naciones; celebrar tratados y cualesquiera otras negociaciones diplomáticas y
ratificarlos,
previa
aprobación
del
Poder
Legislativo.
Las
mismas
disposiciones se trasladan en la Constitución de 1948 y de 1950.
66
En la de 1950 se expresa en el Artículo 6 que la soberanía y el territorio son
indivisibles e inalienables. Sin embargo, podrán celebrarse tratados que
tiendan a la unión con una o varias repúblicas de la América Central; o que
tengan por objeto la construcción, saneamiento, operación y defensa de un
canal interoceánico a través del territorio nacional. Los tratados o pactos a que
se refiere la parte final del Artículo 2, serán ratificados por dos tercios de
votos de cada Cámara y por este hecho se tendrá como reformada la
Constitución, no obstante lo establecido en este Título.
La Constitución de 1974, acarrea varias disposiciones que de alguna forma se
consideran más específicas en esta materia, como son la que dispone que el
Gobierno del Estado queda autorizado a celebrar Tratados para la utilización
de sus recursos naturales y geográficos, en beneficio del pueblo y para el uso
temporal de una parte del territorio nicaragüense, siempre que sea para fines
exclusivos de defensa nacional o continental y se respete, en ambos casos, la
soberanía
e
integridad
territoriales.
Determinaba
también
que
la
reconstrucción de la Patria Centroamericana es aspiración permanente del
pueblo exclusivo del Gobierno de Nicaragua. Para ese fin podrán concluirse
Tratados que propugnen a la unión total de Centroamérica o su progresiva
integración política, jurídica, social, cultural y económica.
2.5.2. La actual Constitución Política de 1987
Tal como se ha dicho en ocasiones anteriores, de acuerdo a lo preceptuado en
el Artículo 150 constitucional que regula las atribuciones del Presidente de la
República en su numeral 8 dispone que: “dirige las relaciones internacionales
de la República, negocia, celebra y firma los tratados, convenios o acuerdos y
67
demás instrumentos que establece
el inciso 12, del Artículo 138 de la
Constitución Política para ser aprobados por la Asamblea Nacional. El que
abordaremos en párrafos seguidos”.
Es decir que corresponde al Poder Ejecutivo, cargo del Presidente de la
República, quien es Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, Artículo 144
constitucional, por ende en el ámbito del Derecho Internacional es el que
ostenta
los
plenos
poderes
para
suscribir,
ratificar
o
adherirse,
comprometiendo al Estado a cumplir los instrumentos de los que es parte.
Puede delegar dicha facultad, hasta antes de la firma del mismo en otros
funcionarios o persona, a quien ha de otorgarle el pleno poder para hacerlo. 45
2.5.2.1. Otras disposiciones legales que regulan el actuar del Poder
Ejecutivo en el proceso de formación de los tratados
internacionales
En su importante y ardua tarea que el Poder Ejecutivo tiene en el proceso de
negociación, suscripción y ratificación o adhesión, el Presidente de la
República se auxilia de determinadas instancias del Poder Ejecutivo en este
proceso, así vemos que de acuerdo a la Ley 411, Ley Orgánica de la
Procuraduría General de la República46, se dispone que son atribuciones de la
Procuraduría General de la República las siguientes: Emitir dictamen previo
sobre los contratos o convenios internacionales que el Poder Ejecutivo
45
De acuerdo a la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, los jefes de Estado, Jefe de Gobierno
y Ministro de Relaciones Exteriores cuentan con Plenos Poderes per se para celebrar y suscribir un tratado
internacional (ver Articulo 7 numeral 2)
46
La Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República (Ley No. 411), es aprobada el 04 de
Diciembre del 2001 y publicado en la Gaceta No. 244 del 24 de Diciembre del 2001
68
proyecte celebrar, cuando la Constitución Política requiera la aprobación del
Poder Legislativo (artículo 2 numeral 15), en el entendido que con las
reformas constitucionales todos los instrumentos han de someterse a la
aprobación del Poder Legislativo. Esto permite que se realice una revisión
previa para verificar la congruencia del instrumento internacional con la
Constitución Política, previo a ser sometido a la Asamblea Nacional y sobre
todo antes de expresar el consentimiento en obligarse por el tratado.
Pero de manera más estrecha el Presidente de la República se auxilia del
Ministerio de Relaciones Exteriores que de conformidad con la Ley 290, Ley
de Organización Competencia y Procedimientos del Poder Ejecutivo47, a este
Ministerio le corresponde, entre otras funciones, la de negociar y suscribir por
delegación expresa del Presidente de la República, aquellos instrumentos
jurídicos internacionales que esta misma Ley no atribuya al Ministerio de
Fomento, Industria y Comercio; de Hacienda y Crédito Público y en su caso
depositar los instrumentos de ratificación o adhesión correspondiente.
En este mismo contexto, de acuerdo al Decreto No. 118 – 2001, de Reformas
e Incorporaciones al Reglamento de la precitada
Ley No. 29048,
Dirección
y
General
de
Soberanía,
Territorios
Asuntos
a la
Jurídicos
47
La ley de Organización, Competencia y Procedimientos del Poder Ejecutivo (Ley No. 290), es aprobada el
27 de Marzo de 1998 y publicada en La Gaceta No. 102 del 3 de Junio de 1998, la que ha sido reformada
mediante las leyes No. 499, 601, 620, 678, 737, 804 y por la 832.
48
La Ley 290, es reglamentada por el Decreto No. 71-98, aprobado el 30 de Octubre de 1998 y publicado en
Las Gacetas Nos. 205 y 206 del 30 y 31 de Octubre de 1998. Este ha sido reformado, entre otros, mediante
leyes y Decretos Ejecutivos Nos. Ley No. 499, Decreto No. 73-2000, Ley No. 601, por el Decreto No. 032007, Decreto Ejecutivo No. 70-2001, Decreto Ejecutivo No. 95-2001, Ley No. 339, Ley Creadora de la
Dirección General de Servicios Aduaneros y de Reforma a la Ley Creadora de la Dirección General de
Ingresos; Decreto Ejecutivo No. 58-99, Decreto Ejecutivo No. 60-99, Decreto Ejecutivo No. 126-99, Decreto
Ejecutivo No. 82-98, Decreto Ejecutivo No. 90-2000,RDecreto Ejecutivo No. 100-2000, Decreto Ejecutivo
No. 99-2000, Decreto Ejecutivo No. 118-2001, Decreto Ejecutivo No. 19-2004, Decreto Ejecutivo No. 692005, Decreto Ejecutivo No. 25-2006, Decreto Ejecutivo No. 03-2007, Decreto Ejecutivo No. 6-2007,
Decreto Ejecutivo No. 20-2007, Decreto Ejecutivo No. 21-2007, Decreto Ejecutivo No. 25-2007, Decreto
Ejecutivo No. 111-2007, Decreto Ejecutivo No. 21-2008, Decreto Ejecutivo No. 24-2008.
69
Internacionales le corresponde, entre otros, apoyar y asistir los procesos de
negociación,
suscripción,
ratificación
y
adhesión
de
los
tratados
internacionales, lo mismo que brindar asesoría jurídica en general, en asuntos
relacionados con el Derecho Internacional Público y Privado, coordinar y
dirigir las comisiones interinstitucionales en los procesos de negociación de
estos, formular y proponer los instrumentos de ratificación o adhesión de los
tratados y convenios internacionales aprobados y proceder a su depósito o
canje, conforme se indique en los mismos, formular y proponer los plenos
poderes a los funcionarios diplomáticos o del Estado para que firmen acuerdos
o convenios internacionales en nombre del Gobierno de Nicaragua.
En este mismo Ministerio, a la Dirección de Tratados le corresponde, celebrar
tratados internacionales que sean de interés para el Estado de acuerdo a lo
dispuesto en la legislación vigente, tramitar con la Presidencia de la República
la aprobación de tratados y demás diligencias relativas a la entrada en vigor de
los mismos y mantener registro de la situación actual de los convenios o
tratados internacionales suscrito por Nicaragua.
En correspondencia con esta misma Ley 290, al Ministerio de Fomento,
Industria y Comercio le corresponde, entre otros asuntos el de promover el
acceso a mercados externos y una mejor inserción en la economía
internacional, a través de la negociación y administración de convenios
internacionales, en el ámbito de comercio e inversión;
De acuerdo al Reglamento a la Ley 290 y a través de la Dirección General de
Comercio Exterior, al MIFIC le compete, en materia de negociación de
tratados, coordinar las negociaciones de comercio internacional a nivel
70
bilateral y multilateral y velar por el cumplimiento de los compromisos
adquiridos; coordinar y dar seguimiento a la ratificación e implementación de
los convenios, acuerdos y tratados comerciales suscritos por Nicaragua;
coordinar
e
impulsar
el
proceso
de
la
Integración
Económica
Centroamericana, analizando y proponiendo iniciativas que coadyuven al
desarrollo del proceso; verificando su coherencia con el orden jurídico
nacional, regional e internacional.
A la Dirección de Integración y Administración de Tratados le corresponde
administrar los diferentes compromisos asumidos a través de los Convenios,
Acuerdos y Tratados Internacionales suscritos por Nicaragua, asegurar la
coherencia con el orden jurídico nacional, regional e internacional y la mayor
coordinación de todas las decisiones que influyen en el proceso de
integración; coadyuvar a la reestructuración y fortalecimiento del proceso de
integración económica centroamericana, presentando propuestas que permitan
la elaboración de nuevos instrumentos de integración que contribuyan al
desarrollo de los sectores productivos del país; apoyar en los procesos de
negociación de convenios, acuerdos y tratados comerciales Internacionales,
principalmente en los temas relacionados con prácticas desleales de comercio,
reglas de origen, salvaguardias y solución de controversias.
De manera específica, dentro de la estructura del MIFIC, se cuenta con la
Dirección de Negociaciones Comerciales Internacionales, la que tiene a su
cargo la coordinación
y conducción a nivel técnico las negociaciones
internacionales de carácter bilateral y multilateral en temas de comercio e
inversión; coordinar el trabajo técnico de los diferentes equipos de
negociación ad hoc, realizar reuniones de coordinación, e informar los
71
resultados y compromisos derivados de las reuniones de alto nivel; elaborar
informes sobre el estado de las negociaciones y presentar recomendaciones;
informar sobre los compromisos adquiridos por Nicaragua como resultado de
las negociaciones; organizar y dirigir el proceso de consulta con el sector
privado, a fin de propiciar su participación en las negociaciones comerciales
internacionales, desarrollar las actividades relativas al proceso de ratificación
e implementación inicial de los tratados suscritos.
Quizás sea importante mencionar que desde el punto de vista legal, las
disposiciones enunciadas anteriormente hacen mención al Ministerio de
Relaciones Exteriores y al Ministerio de Fomento, Industria y Comercio,
como las instancias que colaboran de manera más estrecha en el proceso de
negociación, firma y ratificación o adhesión de los instrumentos
internacionales, cada uno de ellos desde su propia competencia, sin embargo
la práctica del Poder Ejecutivo es constituir grupos negociadores tomando en
cuenta la materia que se esté negociando y por lo tanto podrá delegar en otra
instancia, ministerio o funcionario que considere oportuno, tomando en
consideración el tema a regularse por acuerdos o tratados internacionales.
En este sentido y con el fin de hacer partícipe a las organizaciones, instancias
y personas naturales o jurídicas del proceso de consulta durante la negociación
de los tratados internacionales, en materia comercial, el MIFIC, emite un
Acuerdo Ministerial No. 055-200749, sobre el procedimiento de consulta y
participación sobre los acuerdos comerciales internacionales en sus diferentes
fases, que tiene su fundamento en la precitada Ley No. 290.
49
Este Acuerdo Ministerial es publicado en La Gaceta, Diario Oficial No. 223 del 20 de Noviembre del 2007
y tiene precedente, en el Acuerdo Ministerial No. 055-2001, aprobado el 04 de octubre del 2001.
72
2.6. La Asamblea Nacional y la aprobación de los Instrumentos
Internacionales de conformidad con la Constitución Política
2.6.1. Antecedentes constitucionales sobre las atribuciones de la Asamblea
Nacional
Tal como se expresa, de las disposiciones de las diferentes constituciones
políticas que han regido la vida jurídica de la República de Nicaragua le han
otorgado la facultad a los Poderes Ejecutivos y Legislativos, en el ámbito de
sus respectivas competencias la suscripción y aprobación de los tratados
internacionales, que desde la Constitución de 1858, siendo esta la primera,
que de manera clara disponía que dentro de las atribuciones del Poder
Ejecutivo está la de dirigir las relaciones exteriores, nombrar ministros
diplomáticos, agentes y cónsules cerca de los demás gobiernos y admitir los
nombrados por éstos y celebrar Concordatos y toda clase de tratados y
contratos, sujetos a la ratificación del Poder Legislativo.
El Artículo 82, numeral 22 de la Constitución de 1893, con las reformas de
1896 disponía que el Poder legislativo, entre sus atribuciones tenía el de
aprobar, modificar o improbar los tratados celebrados con las naciones
extranjeras. En el mismo sentido se pronunciaba la Constitución de 1905. La
de 1911 que tenía el sistema bicameral disponía como atribución del Congreso
en Cámara separada, aprobar, modificar o desechar los tratados celebrados con
las naciones extranjeras.
73
En la Constitución de 1939, se preceptúa que le corresponde, al
Poder
Legislativo en Cámaras separadas las siguientes atribuciones aprobar o
desechar los tratados celebrados con naciones extranjeras. Los tratados a que
se refiere el artículo 4 necesitarán para su aprobación de los dos tercios de
votos de los miembros de cada una de las Cámaras, Artículo 4 estaba
relacionado con la suscripción de tratados vinculados con la soberanía. Igual
disposición esta plasmas en la de 1948 y en la de 1950.
Finalmente la Constitución de 1974, dispone, de la misma manera que las
anteriores, que le corresponde al Congreso en Cámaras separadas: aprobar o
no los Tratados celebrados con Naciones extranjeras.
2.6.2. Disposiciones de la Constitución de 1987 y sus reformas en la
aprobación o rechazo de los tratados internacionales
La actual Constitución Política en su artículo 138, inciso 12, referido a las
atribuciones de la Asamblea Nacional, determina que: “aprueba o rechaza los
instrumentos internacionales celebrados con países u organismos sujetos de
Derecho Internacional. Dichos instrumentos internacionales solamente podrán
ser dictaminados, debatidos, aprobados o rechazados en lo general, sin poder
hacerles cambios o agregados a su texto. La aprobación legislativa les
conferirá efectos legales, dentro y fuera de Nicaragua una vez que hayan
entrado en vigencia internacionalmente, mediante depósito o intercambio de
ratificaciones o cumplimiento de los requisitos o plazos, previstos en el texto
del tratado o instrumento internacional”.
74
En este sentido la disposición es clara al referirse a esta facultad, producto de
una reforma constitucional que entra en vigor en junio del 2004, bastante
oportuna por cierto, que determina la atribución legislativa y además se
excluye o deroga el plazo de sesenta días que la Constitución otorgaba a la
Asamblea Nacional para que se pronunciara sobre su aprobación o rechazo y
de no hacerlo en este plazo se tendría por aprobada para todos los efectos.
Basta revisar los considerandos de la Ley que Reforma parcialmente el
artículo 138, inciso 12 Constitucional, para darnos cuenta de las circunstancias
que el legislador tuvo para reformar este numeral.
Al respecto hacemos alusión a lo que exponen Álvarez Arguello y Vintro
Castells, 50La reforma del inciso 12 del artículo 138, se realiza a través de la
Ley 490, de reforma constitucional, tramitada de conformidad con los
procedimientos de reforma parcial a la constitución, en relación a las
atribuciones de la Asamblea Nacional, en materia de aprobación de
instrumentos internacionales, cuyo artículo original (de 1987)51, se reforma en
segunda legislatura, a mediados del 2004.
A través de esta reforma se elimina la previsión relativa a la necesidad de que
fueran aprobados o rechazados con un determinado contenido material. En
50
ÁLVAREZ ARGUELLO, Gabriel y Vintro Castells, Joan. Evolución Constitucional cambios
institucionales en Nicaragua (1987-2007), visto en Nicaragua y el FSLN (1979-2009). ¿Qué queda de la
revolución?. Salvador Martí i Puig y David Close (eds). Edic. Bellaterra, 2009.
51
El texto original de 1987 decía lo siguiente: Artículo 138. Son atribuciones de la Asamblea Nacional: ... Inc
11 “Aprobar o desaprobar los tratados internacionales”. Este artículo fue reformado en 1995 y pasó a formar
parte del inciso 12 del mismo artículo. La redacción fue la siguiente: “Aprobar o rechazar los tratados,
convenios, pactos, acuerdos y contratos internacionales: el carácter económico; de comercio internacional; de
integración regional; de defensa y de seguridad; los que aumenten el endeudamiento externo o comprometan
el crédito de la nación; y los que vinculan el ordenamiento jurídico del Estado. Dichos instrumentos deberán
ser presentados a la Asamblea Nacional en un plazo de quince días a partir de su suscripción; solamente
podrán ser dictaminados y debatidos en lo general y deberán ser aprobados o rechazados en un plazo no
mayor de sesenta días a partir de su presentación en la Asamblea Nacional. Vencido el plazo, se tendrá por
aprobado para todos los efectos legales”.
75
este sentido todos los instrumentos internacionales cualesquiera que sean las
materias que se traten, tendrán que ser aprobados o rechazados. Se suprime el
plazo de 15 días a partir de su suscripción que tenía el Presidente de la
República para presentar el instrumento internacional. De igual forma se
pronuncia la reforma sobre lo que algunos autores como Álvarez Arguello y
Vintró Castells denomina “silencio legislativo positivo”52. En este sentido los
60 días con los que contaba para que la Asamblea Nacional se pronunciara,
aprobando o rechazando el instrumento deja de tenerse como plazo fatal, por
lo que esta atribución se materializará, con el pronunciamiento de la
Asamblea, independientemente del tiempo que haya transcurrido, recibido el
instrumento para su aprobación en cualquier momento y su silencio en ese
plazo no produce ningún efecto jurídico en relación al instrumento.
En la aprobación o rechazo de estos instrumentos no cabe hacerle
modificación alguna, no podrá hacerle agregado o cambios. Esto se
fundamenta en el hecho de que el instrumento ya fue negociado, adoptado y
autenticado por los Estados que participaron en su proceso de formación. Cabe
sin embargo, desde mi punto de vista proponerle al Presidente de la República
reservas, con el fin de que las presente al momento de la firma, ratificación o
adhesión, siempre y cuando el tratado permita las reservas. Esta posibilidad no
está prohibida por ningún precepto constitucional ni legal y estará sujeto a lo
que determine el Presidente de la República al momento de depositar su
instrumento de ratificación o adhesión.
La Asamblea Nacional, en su práctica legislativa, no suele rechazar los
instrumentos que el Presidente de la República le someta para su aprobación o
52
ÁLVAREZ ARGUELLO, Gabriel y VINTRO CASTELLS, Joan, op. cit. p. 200.
76
rechazo. Si bien es cierto que tiene la facultad para hacerlo, en todo caso
espera el momento oportuno para hacerlo.
2.6.3. El proceso de aprobación de los tratados internacionales de
conformidad con la Ley 606, Ley Orgánica del Poder Legislativo
de la República de Nicaragua
En relación a la materialización de la disposición constitucional que determina
la atribución de la Asamblea Nacional en materia de tratado, la Ley No. 606,
Ley Orgánica del Poder Legislativo de la República de Nicaragua53, ubica en
la parte de Casos Especiales, en el Capítulo V lo dedica a la aprobación de los
Instrumentos Internacionales.
Así, el Artículo 126 dispone que: “en el caso de los tratados, convenios o
acuerdos y demás instrumentos internacionales celebrados con países u
organismos sujetos de Derecho Internacional, a que se refiere el numeral 8 del
Artículo 150 de la Constitución y que, de conformidad con el numeral 12 del
Artículo 138 de la misma, deben ser sometidos al Plenario de la Asamblea
Nacional”.
Estos tratados se aprobarán o rechazaran de conformidad con el siguiente
procedimiento: a) el Presidente de la República enviará a la Asamblea
Nacional el Instrumento Internacional, acompañado de su exposición de
motivos y de las reservas y/o declaraciones del Gobierno, cuando las hubiere;
b) el Presidente de la Asamblea Nacional lo remitirá a la Comisión
53
La Ley Orgánica del Poder Legislativo, es publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 26 del 6 de Febrero
del 2007, reformada mediante Ley No. 824, publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 245 del 21 de
diciembre del 2012. Se publica en La Gaceta No. 16 del 28 de Enero del 2013, el Texto de la Ley No. 606,
Ley Orgánica del Poder Legislativo de la República de Nicaragua y sus reformas incorporadas.
77
correspondiente para el Proceso de la consulta y dictamen. Los miembros de
la Comisión podrán invitar a los representantes de las instituciones ejecutoras
del Instrumento Internacional para conocer de su aplicabilidad. Si el
Presidente de la República lo enviare sin las reservas y/o declaraciones, éstas
se incluirán en el Informe de consulta y dictamen si se consideran necesarias;
c) el Informe de la consulta y dictamen de la Comisión pasará a conocimiento
del Plenario para su discusión en lo general, a fin de ser aprobado o
rechazado; d) Los Diputados podrán hacer sus observaciones, únicamente a
efectos de sustentar su posición de aprobación o de rechazo en lo general, sin
poder hacerles cambios o agregados a su texto; e) aprobado el tratado, o
instrumento internacional, se mandará el Decreto Legislativo aprobatorio al
Presidente de la República, para su publicación en La Gaceta, Diario Oficial,
incluyendo en él la fecha o mecanismo de entrada en vigencia, tal a como lo
establece el instrumento internacional.
La aprobación legislativa les conferirá efectos legales, dentro y fuera de
Nicaragua una vez que hayan entrado en vigencia internacionalmente,
mediante depósito o intercambio de ratificaciones o cumplimiento de los
requisitos o plazos, previstos en el texto del tratado o instrumento
internacional.
Cabe aclarar al respecto que en este caso y aunque no lo exprese la
Constitución ni la Ley Orgánica, de manera taxativa, se desprende que el
Presidente de la República es el único que tiene derecho de iniciativa para
enviar a la Asamblea el Proyecto de Decreto para la aprobación del
instrumento o bien que se dictamine su rechazo.
78
Es decir que la aprobación de un instrumento internacional, en aplicación de
las disposiciones constitucionales y de la Ley Orgánica del Poder Legislativo
sigue el mismo proceso de formación que tiene cualquier proyecto de ley u
otra norma legislativa, que para su aprobación se aplica las reglas del proceso
de formación de ley.
Es importante exponer que las comisiones parlamentarias que tienen
competencia para dictaminar sobre la aprobación o rechazo de un instrumento
internacional, de manera específica y de conformidad con sus propias
competencias en razón de la materia son las de Asuntos Exteriores (Artículo
65 numeral 1 y 9, la de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Artículo 70,
numeral 8), la de Producción, Economía y Presupuesto (Artículo 68, numeral
4) y la de Turismo (artículo 75. numeral 4), todos de la Ley Orgánica.
De igual manera puede conocer y dictaminar cualquiera otra Comisión que sus
competencias estén relacionadas con la materia que es objeto de regulación
por el instrumento internacional, siempre y cuando así lo decida el Plenario de
la Asamblea Nacional.
Es decir que el Artículo 126 de la precitada Ley Orgánica, determina el
procedimiento que debe seguirse. Se ha de acompañar los Tratados
Internacionales con la exposición de motivos, las reservas e interpretaciones
que se hiciere del mismo, también se refiere al procedimiento interno que debe
seguir en Comisión correspondiente, una vez emitido el dictamen se mandará
a Plenario para aprobar o rechazar dicho instrumento.
79
Cabe señalar que cuando se refiere a la publicación, se dispone que ha de ser
el Decreto Legislativo aprobatorio, aunque se debió de establecer la
publicación del Instrumento, las reservas e interpretaciones, lo que en la
actualidad no se suele hacer. Es decir que no se publica el contenido del
tratado, o instrumento internacional aprobado ni en el momento de ser
ratificado por el Presidente de la República. De este tema ya me nos hemos
referido anteriormente, pero es importante recalcarlo.
La aprobación tanto del tratado suscrito como de la adhesión al mismo, se
realiza mediante un decreto legislativo y así lo dispone el artículo 8954, de la
Ley Orgánica del Poder Legislativo, siendo materia de estos, entre otros, “la
aprobación o rechazo de los instrumentos Internacionales suscritos por el
Poder Ejecutivo con organismos sujetos de Derecho Internacional”. Aunque
este artículo hace mención únicamente a la suscripción de los instrumentos ha
de entenderse, pues así es en la práctica generalizada, que opera también en el
caso de la adhesión al instrumento en cuestión.
Estos decretos son definidos en párrafo quinto de este mismo artículo,
determinando que “los decretos legislativos, son aquellos acuerdos tomados
por la Asamblea Nacional realizando su actividad legislativa que contiene
disposiciones de carácter particular y su vigencia está limitada en espacio,
tiempo, lugares, asociaciones, establecimientos y personas. No requieren
sanción del Poder Ejecutivo y se podrán enviar directamente a La Gaceta,
Diario Oficial para su publicación”.
54
El texto de la reforma a la Ley No. 606, Ley de Orgánica al Poder Legislativo, se determina que los tratados
se aprobaran en la Asamblea Nacional mediante Decreto Legislativo, sin embargo y por error en la
publicación se disponía que será mediante ley, por lo que se manda a publicar en fe de errata la aclaración, es
decir que se aprobará mediante Decreto Legislativo, tal como está estipulado antes de la Reforma a la Ley No.
606. Esta fe de errata es publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 19 del 31 de Enero del 2013.
80
Es menester mencionar, como una novedad en la legislación nacional, el
Artículo 181 de la misma Ley Orgánica del Poder Legislativo, que regula lo
pertinente al Digesto Legislativo nicaragüense, en su contenido se enuncia el
registro de Convenios, Tratados, Contratos Internacionales, de los cuales
Nicaragua forme parte y que hayan sido ratificados conforme a los
procedimientos de nuestra legislación y la atribución de recopilar todos los
convenios y acuerdos internacionales que Nicaragua hubiere suscrito,
ratificado, y aprobado que cobren validez en la República, para conformar un
archivo legal físico y digital, de acuerdo al Artículo 182 de la misma Ley
Orgánica.
2.7. Supremacía constitucional frente a los instrumentos internacionales
en las constituciones políticas de Nicaragua
Todo indica que las Constitución Política de la República de Nicaragua de
1939 es la primera que enuncia la supremacía de la Constitución, expresando
que: “la Constitución es la Ley Suprema de la República. No tendrán valor
alguno las leyes, decretos, reglamentos, órdenes, disposiciones, pactos o
tratados públicos que se opusieren a ella, o alteraren de cualquier modo sus
prescripciones”. Este precepto muy importante por cierto se regula en el
mismo sentido, en las constituciones posteriores de 1948, 1950 y 1974. En la
que se determina, además de la supremacía constitucional las fuentes del
derecho en el ordenamiento jurídico nacional.
De igual forma la Constitución que actualmente tenemos en aplicación, en el
Artículo 182
que se enmarca en el Titulo X sobre la supremacía
constitucional, dispone que la Constitución Política es la carta fundamental de
81
la República; las demás leyes están subordinadas a ellas. No tendrán valor
alguno las leyes, tratados, órdenes o disposiciones que se le opongan o alteren
sus disposiciones.
De acuerdo a lo que plantean García Palacios, Castro Rivera y Calderón
Marenco; Álvarez Arguello55, entre otros tratadistas, este Artículo establece el
sistema de fuentes del Derecho en Nicaragua, de lo que se puede destacar la
preeminencia de la Constitución Política, por lo que hablamos de jerarquía de
normas, la misma es la ley suprema y cualquier norma que la contradiga no
tienen valor. La nulidad interna debe promoverse por medio del Recurso de
Inconstitucionalidad que resuelve la Corte Suprema de Justicia.
Es menester dejar planteado nada más que existe una discusión doctrinaria en
los tratadistas nicaragüenses si un tratado o instrumento internacional que se
contrapone a la Constitución y que ha sido aprobado y ratificado o bien
operado la adhesión del mismo es objeto del recurso de inconstitucionalidad o
de amparo, puesto que la aprobación del mismo y la ratificación se da por
medio de decreto legislativo y ejecutivo respectivamente.
Remiro al igual que otros autores, 56hace alusión en relación a los tratados y
Constitución:
“Está clara la subordinación de los tratados a la Constitución en el orden
interno, los tratados se subordinan a las normas constitucionales. Hay
Constituciones que así lo proclaman de manera expresa, (en América
55. GARCIA PALACIOS, op. cit. P. 88; CASTRO RIVERA, Edwin y CALDERON MARENCO, Olga
Margine. Derecho Constitucional Nicaragüense. Ed. Calderón-Castro. Facultad de Ciencias Jurídicas (UCA),
2007, p. 67 y ÁLVAREZ ARGUELLO, Gabriel.: La Ley en la Constitución nicaragüense (tesis doctoral),
Barcelona, 1996., p. 116
56
REMIRO BROTÒNS, Antonio. Derecho Internacional. Ed. Tirant lo Blanch. Madrid, 2007, p 54.
82
Latina, las de Argentina, art. 27, Ecuador, art. 162, El Salvador, art.
145, Nicaragua, art. 182, Paraguay, art. 137, Perú, art. 57)”.
Esta supremacía constitucional que es la que nos indica la tendencia a la
doctrina dualista en la relación entre el Derecho internacional y el derecho
interno, en el caso de Nicaragua, como en muchos otros ha sido abordada
abundantemente en páginas anteriores.
Escobar Fornos 57, cuando aborda a los tratados internacionales y el Derecho
Interno en Nicaragua señala:
“En principio, los tratados no tienen igual valor que la Constitución ni
prelación sobre las leyes ordinarias. Esta situación permite soluciones
antitéticas, a saber: puede sostenerse que el tratado es una ley ordinaria,
y así se lo ha considerado por costumbre, la doctrina y la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia, aunque se tramita como ley y se
aprueba por decreto, y como tal puede derogar a la ley ordinaria anterior
que se le oponga, y a su vez puede ser derogado o modificado por ley
ordinaria posterior”.
2.8. Opinión de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua en relación
con el tratamiento dado a los tratados internacionales
Siguiendo la línea expuesta por Escobar Fornos58, expresa que la Corte
Suprema de Justicia considera que el tratado ratificado es ley de la República
57
ESCOBAR FORNOS, Iván, Constitución y Derechos Humanos. Ed. Universidad Centroamericana (UCA),
Managua, 1996, p. 8.
58
Idem, p. 9.
83
y puede derogar las leyes anteriores que se le opongan. Estima que los tratados
son semejantes a los contratos civiles y no pueden ser modificados.
En relación a la jurisprudencia emitida por la Corte Suprema de Justicia, tal
como veremos en el Capítulo siguiente, se ha pronunciado sobre la supremacía
constitucional en relación a los tratados de derechos humanos y en un caso
vinculado con el Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de
Justicia, quedando claro que si bien es cierto los Instrumentos Internacionales,
de cualquier naturaleza y contenido están supeditados a la Constitución, están
en un rango igual al de la ley.
Es importante mencionar que la Corte Suprema de Justicia se pronunció en
relación a la situación de los tratados, en una Opinión Consultiva del 4 de
marzo de 195359 (momento en el que ni siguiera se había suscrito la
Convención de Viena sobre Derechos de los Tratados de 1969), por única vez
sobre el tema de los tratados y su ubicación en el ordenamiento jurídico
nacional.
Así las cosas la Secretaria de la Corte recibió el Oficio del 31 de Enero de ese
año, acompañando traducción del Memorandum que con fecha 26 de Marzo
la Embajada de los Estados Unidos de América tuvo a bien enviar al
Ministerio de Relaciones Exteriores y este solicita al Tribunal que se le
suministrara información refiriéndose al contenido de dicho Memorandum.
59
Se puede ver esta Opinión Consultiva evacuada por la Corte Suprema de Justicia en Boletín Judicial, pagina
16742.
84
La Corte evacua la consulta, opinando en los siguientes términos:
1. Después de celebrado un tratado internacional por los respectivos
plenipotenciarios, el Poder Ejecutivo lo acepta y lo somete a su vez a la
aprobación del Poder Legislativo, obtenida esta aprobación en Cámaras
separadas, el Poder Ejecutivo debe de ratificarlo expedir el instrumento
de ratificación para proceder al canje de ratificación o deposito del
tratado, según sea el método escogido. El Poder Ejecutivo encargo de
dirigir las relaciones exteriores como suprema autoridad administrativa,
puede celebrar convenios que no alcanzan la categoría de tratado, ni
necesitan aprobación del Legislativo, ni obligan al Estado, pero que se
pueden observar en virtud de su manifiesta utilidad.
2. Ratificado un tratado internacional es ley de la República.
Tal como lo mencioné anteriormente, esta ha sido la única ocasión en la que el
Tribunal se ha pronunciado sobre el reconocimiento de un tratado como ley de
la República, puesto que ni el artículo 182 de la Constitución vigente es claro
al respecto. No obstante y por la importancia de los Tratados no podemos
asumir que está por debajo de una ley, además que así se ha demostrado por la
práctica generalizada de las autoridades del Estado nicaragüense y por otro
lado avalado por la doctrina mayoritaria.
3. El punto tercero de la Opinión de la Corte se expresa que: “para que un
convenio internacional tenga fuerza de ley, es menester la aprobación
del Poder Legislativo”. Es decir que se confirma lo antes expuesto y
además hace necesario que el Poder Legislativo apruebe dicho
instrumento.
4. Un aspecto sumamente importante, más aún si nos retrotraemos al
momento histórico es que en el punto cuatro se expone que “Siempre
85
que un tratado internacional contenga disposiciones que se opongan a
las leyes vigentes, pero no a la Constitución, tales leyes quedan
tácitamente derogadas desde la publicación en La Gaceta del Tratado
ratificado.
5. Todo tratado internacional se aplica desde su publicación, a menos que
dada la naturaleza de este, sea indispensable su reglamentación para que
pueda ser aplicado.
Hemos de aprovechar la ocasión para referimos a la necesaria publicación de
los Instrumentos Internacionales, ya que desde que se promulga la
Constitución de 1987, el texto de dichos instrumentos no se manda a
publicar.60 Es decir que una vez se envía a la Asamblea Nacional por el
Presidente de la República para su aprobación, lo único que se manda a
publicar es el Decreto Legislativo que aprueba el tratado en cuestión o bien su
adhesión, pero no el contenido del tratado, lo que desde nuestra perspectiva
vulnera el principio de publicidad, ya que por medio del Decreto Legislativo
se considera que forma parte del ordenamiento jurídico y por ende debemos de
darlo a conocer a la población.
Una vez aprobado dicho instrumento el Presidente de la República en uso de
sus facultades lo ratifica o se adhiere a él, por medio de un Decreto Ejecutivo
pero tampoco manda a publicar el texto del Tratado aprobado y ratificado.
Como sostiene la doctrina, generalmente, para que un tratado que establece
obligaciones para las instituciones del Estado, para las mismas personas
60
Desde que se aprueba el primer tratado internacional por la Asamblea Legislativa, según información
obtenida en el Digesto Jurídico Nicaragüense, todos los tratados se mandaban a publicar en la Gaceta, en su
contenido íntegro. Cabe mencionar que el primer tratado es el de Amistad, Comercio y Navegación, entre las
Repúblicas de Nicaragua y Guatemala, en 1899, publicado en La Gaceta No. 918 del 4 de noviembre de 1899.
86
naturales o jurídicas (por ejemplo los tratados de derechos humanos), que no
sea el Estado mismo, se requiere de su publicación en el diario oficial del
Estado en cuestión, sobre todo cuando estos tienen aplicación y efectos
directos. Aunque desde nuestra opinión debe de cumplirse con el principio de
publicación pues irradia derechos y obligaciones, siendo parte del
ordenamiento jurídico nacional.
Desde 1988 no se continúa la publicación del contenido del Tratado aprobado,
ratificado o a este adherido. Según información del Digesto Jurídico
Nicaragüense de la Asamblea Nacional, en los últimos 27 años se han
aprobado alrededor de 550 acuerdos internacionales de toda naturaleza, quizás
muchos de ellos ya cumplieron el objetivo para el que fue suscrito. De esta
cantidad de tratados en los que Nicaragua es o ha sido Estado parte 523 no han
sido publicados. Esto nos indica que a la población nicaragüense no se le ha
dado a conocer los derechos, obligaciones otras circunstancias que fueron
reguladas por estos tratados.
6. Finalmente en la última parte de la Opinión de la Corte, es sumamente
importante mencionar que según el alto Tribunal “cuando un tratado sea
contrario a la Constitución, para que tenga valor en Nicaragua, se
necesita reformar la Carta Fundamental, a menos que se trate de
cuestiones en que la misma Constitución permita celebrarlos, como son
los que indica el artículo 6 Constitucional”.
La Constitución Política vigente al momento de emitirse esta Opinión era la de
1950, aprobado 01 de Noviembre de 1950 Publicado en La Gaceta No. 235
del 06 de Noviembre de 1950, la que en su artículo 6: “La soberanía y el
territorio son indivisibles e inalienables. Sin embargo, podrán celebrarse
87
tratados que tiendan a la unión con una o varias repúblicas de la América
Central; o que tengan por objeto la construcción, saneamiento, operación y
defensa de un canal interoceánico a través del territorio nacional. También
podrán concertarse acuerdos que permitan a una potencia americana el uso
temporal de parte del territorio nacional, exclusivamente para la defensa
continental. En todo caso, este uso queda restringido al tiempo absolutamente
indispensable”.
Expuesto lo anterior, hemos de decir que la claridad de la Opinión Consultiva
emitida desde 1953, por la Corte Suprema de Justicia no ha tenido una
posición en contraria ni ha variado en jurisprudencia posterior. En este
sentido, quizás es necesario decir que, desde nuestro punto de vista, la
Constitución Política de Nicaragua, no establece con claridad meridiana el
sistema de fuentes que ha de determinar el ordenamiento jurídico nacional, sin
duda está clara y evidente la supremacía constitucional, según lo plantea el
Artículo 182 y que no existen más leyes ni normas constitucionales que las
reconocidas en el Artículo 184 de la misma Carta Magna61.
No así determina en ninguna de sus disposiciones la jerarquía supra, intra o
legal de los tratados internacionales, por lo que hemos de auxiliarnos de la
doctrina y la jurisprudencia nacional a fin de darle a los tratados
internacionales, la ubicación o nivel legal, dada la importancia que estos
tienen para determinar las relaciones entre Estados y otros sujetos del Derecho
Internacional, pudiendo, el tratado reformar o derogar las leyes y por ende las
normas de inferior rango, si entran en contradicción y es esta nuestra posición.
61
El Articulo 184, constitucional dispone que “son leyes constitucionales: la Ley Electoral, la Ley de
Emergencia y la Ley de Amparo que se dicten bajo la vigencia de la Constitución Política de Nicaragua”
88
Sin embargo también propugnamos y somos contestes con el Derecho
Internacional, en el sentido de
los Estados, incluyendo por supuesto el
nuestro, están en la obligación de tomar todas las medidas posibles para
cumplir las normas internacionales, sin que esto signifique poner en peligro el
ordenamiento interno, pero tampoco podemos alegarlo para incumplir estos
compromisos internacionales. Queda entonces claro que es necesario
coordinar y complementar tanto las normas nacionales como las
internacionales.
89
CAPITULO III
ANALISIS ESPECIAL A DETERMINADOS TRATADOS
INTERNACIONALES
En este último Capítulo se pretende exponer, a rasgos generales, el tratamiento
que la Constitución Política le da a ciertos instrumentos de derechos humanos
consignados en el artículo 46 y en el segundo párrafo del artículo 71. De igual
manera se aborda el tratamiento especial que tienen los instrumentos
regionales que regulan el proceso de integración regional centroamericano,
que si bien no existe disposición constitucional especial para ellos, la doctrina
y los mismos compromisos que el Derecho de Integración o Comunitario
imponen a los Estados partes y que de manera voluntaria suscriben y aceptan.
3.1. Instrumentos internacionales de derechos humanos enunciados en la
Constitución Política de Nicaragua
Dispone el artículo 46 constitucional que: “en el territorio nacional toda
persona goza de la protección estatal y del reconocimiento de los derechos
inherentes a la persona humana, del irrestricto respeto, promoción y
protección de los derechos humanos y de la plena vigencia de los derechos
consignados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos; en la
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre; en el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la Organización de las
Naciones Unidas; y en la Convención Americana de Derechos Humanos de la
Organización de Estados Americanos”.
90
Este artículo tiene su precedente en el Estatuto Fundamental de Derechos y
Garantías del Pueblo Nicaragüense, aprobado, como dijimos en algún
momento en 1979, que preceptúa como principios fundamentales, en el
artículo 6, que se garantiza la plena vigencia de los Derechos Humanos
consignados en la Declaración Universal, el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos de la Organización de las Naciones Unidas, y en la
Declaración Americana de Derechos y Deberes de Hombre de la Organización
de Estados Americanos, en la forma establecida en el Estatuto sobre Derechos
y Garantías de los nicaragüenses que se dicte simultáneamente con el presente.
Hemos de notar que esta disposición de traslada de manera literal al artículo
46 de la Constitución de 1987, artículo que no ha sido objeto de cambio en
ninguno de los momentos en los que la Constitución ha sido reformada.
Desde el punto de vista de muchos autores y así ha quedado expuesto por la
jurisprudencia de los últimos tiempos de la Corte Suprema de Justicia los
tratados internacionales enunciados en este artículo no tienen el mismo valor
que los demás instrumentos internacionales, sin embargo otra de las
discusiones de los tratadistas nacionales y de la misma jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia, que dicho sea de paso ha sido contradictoria entre
determinar la constitucionalidad de los instrumentos o de los derechos
consignados en ellos, (me refiero a los del artículo 46), ya que según lo
dispuesto por el artículo se está reconociendo la plena validez a los derechos
consignados en dichos instrumentos, tendencia a la que la que nos
circunscribimos, lo que no significa restarle mérito al valor de los
instrumentos internacionales de derechos humanos, puesto que los enunciados
91
y otros más forman hoy en día el llamado corpus iure del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos.
Así ha sido aceptado por la comunidad internacional y especialmente
defendida por los órganos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos,
es decir la Comisión y la Corte Interamericana. Este corpus iures es
precisamente un aporte que esta Instancia jurisdiccional en materia de
Derechos Humanos da a la doctrina Internacional y que emana de su Opinión
Consultiva OC-16/1999 en la que este Tribunal manifestó que: “el corpus iure
del Derecho Internacional de los Derechos Humanos está formada por un
conjunto de instrumentos internacionales de contenido y efectos variados
(tratados, convenios, resoluciones y declaraciones), visto en el párrafo 115 de
dicha Opinión62.
3.1.1. Posición de la doctrina nicaragüense en relación al tratamiento de
los Artículos 46 y 71 de la Constitución
Serrano Caldera63, se pronuncia sobre el contenido del artículo 46, en las
líneas siguientes:
“En nuestro país estos instrumentos internacionales tienen plena
vigencia jurídica y rango constitucional, por lo que están por encima de
cualquier ley ordinaria interna y pueden ser invocados en juicios desde
62
Esta Opinión Consultiva es emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos el 1 de Octubre de
1999,
solicitada
por
los
Estados
Unidos
Mexicano,
la
que
puede
verse
en
www.corteidh.or.cr/docs/opiniones/seriea_16_esp.pd
63
SERRANO CALDERA, Alejandro. Estado de Derecho y Derechos Humanos. Ed. Hispamer. Managua, 2004, p.
74 y 75.
92
la posición privilegiada que les corresponde, de acuerdo al principio de
supremacía de la Constitución en el orden jerárquico de la ley”.
Acorde con el planteamiento anterior, el autor expresa que: “Conviene resaltar
el artículo 46 de la Constitución que enumera los instrumentos internacionales
de Derechos Humanos, ratificados por Nicaragua, y los que, a mi juicio, por
estar enumerados en la Constitución adquieren el rango de ley constitucional”.
Si bien es cierto que esta posición está dirigida a favorecer los derechos
humanos consignados en dichos instrumentos, hemos de seguir manifestando
que la Constitución, ha establecido en su contenido mismo las leyes que
considera constitucionales y no precisamente están incluidos en ese apartado
ni el artículo 46 es claro al pronunciarse sobre la clara constitucionalidad, pero
también es claro decir que la norma fundamental le concede un estatus
diferente a los derechos consignados en dichos tratados internacionales, sobre
todo tomando en cuenta que al momento de considerarse con plena vigencia
estos instrumentos ya el Estado de Nicaragua había manifestado su
consentimiento en obligarse a cumplir estos instrumentos internacionales,
mediante la aprobación y ratificación o adhesión.
En el caso de la Convención Americana de Derechos Humanos, con fecha 22
de noviembre de 1969, el Gobierno de Nicaragua la suscribió en la
Conferencia
Especializada
Interamericana
sobre
Derechos
Humanos,
celebrada en San José, Costa Rica. Posteriormente la Junta de Gobierno la
aprueba y ratifica mediante el Decreto No. 55 del 25 de septiembre de 1979.
93
Los Pactos de Derechos Civiles y Políticos y el de Derechos Económicos
Sociales y Culturales, ambos suscritos en el seno de las Naciones Unidas, en
el año de 1974, fueron aprobados y a los cuales se adhiere mediante Decreto
No. 255 del 08 de enero de 1980, expidiendo el instrumento correspondiente
de adhesión en esa misma fecha.
En cuanto a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, suscrita en
la Asamblea General de Naciones Unidas, mediante Resolución 217 (III) y la
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, aprobada en el
seno de la Organización de Estados Americanos, aprobada durante la IX
Conferencia Internacional Americana realizada en Bogotá en 1948, fueron
aprobadas y firmadas en su momento por los representantes del Estado de
Nicaragua.
En el caso del párrafo segundo del Artículo 71 de la Constitución Política que
preceptúa: “La niñez goza de protección especial y de todos los derechos que
su condición requiere, por lo cual tiene plena vigencia la Convención
Internacional de los Derechos del Niño y la Niña”. Hemos de mencionar que
este artículo, tal como está redactado es producto de las reformas
constitucionales de 1995, pues el texto original disponía que: “Es derecho de
los nicaragüenses constituir una familia. La ley regulará y protegerá este
derecho. De manera escueta solo el referido al tema del párrafo primero de
esta disposición”.
Este instrumento, denominada “Convención sobre Derechos del niño” que
fuera adoptada y abierta a la firma y ratificación por la Asamblea General en
su Resolución 44/25, de 20 de noviembre de 1989, fue aprobada por la
94
Asamblea Nacional de acuerdo al Decreto A.N. No. 324 el 18 de Abril de
1990 y mandada a publicar por el Presidente de la República. Entró en vigor
el 2 de septiembre de ese mismo año. Por lo que al momento de reformarse
este artículo
ya la Convención tenía plena vigencia, tanto en el ámbito
nacional como internacionalmente, siguiendo lo dispuesto en su contenido.
Escobar Fornos64 es uno de los tratadistas del derecho constitucional
nicaragüense que incluye al Artículo 46 y el 71 párrafo segundo de la
Constitución por lo que hace referencia a la Convención Internacional de los
Derechos del Niño y la Niña, señala lo siguiente:
“Los tratados enumerados en los arts. 46 y 71 de la Constitución tienen
jerarquía constitucional y la violación de los derechos consignados en
los mismos pueden dar lugar a los recursos de inconstitucionalidad de la
ley (decreto o reglamento) o amparo. Estos derechos complementan y
no derogan los establecidos en la Constitución”.
Continúa expresando el autor que: “Los derechos consagrados en tales
tratados fueron incorporados por el legislador constituyente y, como
consecuencia, no se derogan ni contradicen entre sí con las normas del resto
de la Constitución que se refiere a los derechos humanos”.
Al respecto Carmona65, en Comentarios a la Constitución, nos expresa en
relación al artículo 46:
“Que además de tener una importancia en la sistematización, la
declaración de este artículo cumple otros fines no menos importantes:
64
ESCOBAR FORNOS, Iván, op. cit., p. 34
CARMONA, Marcos, Comentarios a la Constitución Política. Parte Dogmática. Managua, Ed. Centro de
Derecho Constitucional, 1994, p. 305
65
95
Tiene, en primer lugar, un valor didáctico, en cuanto señala cuál es el
fundamento del orden jurídico y político nicaragüense. Tiene, también,
un alto valor interpretativo. Como se ha señalado de la declaración
similar que encabeza la Ley Fundamental de Bonn, el reconocimiento
de la existencia de derechos inherentes a la persona humana (previos,
pues, a todo reconocimiento estatal) y el compromiso de “irrestricto
respeto, promoción y protección” de tales derechos, tiene un alcance
supra legal como “afirmaciones valorativas que iluminan todo el texto
constitucional”, cuyos preceptos han de interpretarse, por tanto, en el
sentido más favorable a este compromiso. Dota de fuerza expansiva al
sistema de derechos del hombre, en cuanto que el Estado no sólo se
compromete a respetarlos, sino también a su “promoción”, esto es, a
emprender acciones positivas tendientes a la profundización de los
derechos y a la remoción de los obstáculos que se oponen a su efectivo
disfrute por todos los ciudadanos”.
En correspondencia con lo anterior y respetando lo dispuesto en el Artículo
182,
que determina la supremacía constitucional, los instrumentos
internacionales que suscriba y ratifique o al que se adhiera el Estado de
Nicaragua tienen la misma jerarquía, tomando en consideración que para
algunos tratadistas, con los que comparte su posición,
estos tratados se
equipara a la ley, aunque se aprueben y ratifiquen por medio de decretos
legislativos y ejecutivos.
96
Para finalizar este apartado me permito coincidir con Cárdenas66 , al expresar
que:
“En el ordenamiento jurídico de Nicaragua no se especifica la jerarquía
normativa de los instrumentos internacionales, mucho menos hace una
distinción de las normas internacionales incorporadas. Sin embargo, es
posible distinguir dos grupos de tratados a partir de la más reciente
jurisprudencia constitucional: los de los artículos 46 y 71 y los del
artículo 182. Los primeros serian aquellos relaticos a la protección del
ser humano y los segundos los que regulan las relaciones interestatales o
asuntos propios del Derecho Internacional Clásico”.
En cuanto a los instrumentos del 46 y 71, la jurisprudencia constitucional
“les ha reconocido con rango constitucional, en virtud de su
incorporación en la Norma Fundamental, no obstante, sin hacer mención
de la situación jerárquica de los tratados excluidos del texto
constitucional. Por lo cual, en la actualidad aquella cuestión
constitucional sigue inconclusa e indefectiblemente difusa para los
sistemas internos de tutela de derechos”, con lo que estamos totalmente
de acuerdo”.
No cabe duda que para el desarrollo del Derecho Internacional es importante
el enunciado del Articulo 46 y el del 71, especialmente por tratarse de la
promoción y protección de los derechos humanos, pero no podemos dejar de
tener la duda que si el Estado de Nicaragua, con ello y sin revisar el contenido
de dichas disposiciones no está jerarquizando los derechos consignados en
66
CÁRDENAS, Byron. La Jerarquía normativa de los tratados sobre Derechos Humanos en la Constitución
y la jurisprudencia de Nicaragua. Managua: Revista de Derecho de la Facultad de Ciencias Jurídicas
Universidad Centroamericana (UCA) No. 15, Managua, 2011, p. 92.
97
dichos instrumentos, dejando por fuera otros muchos que igualmente han sido
aprobados, ratificados o a los cuales se ha adherido el Estado nicaragüense y
por ende está obligado a cumplirlos.
No olvidemos en la actualidad los instrumentos de derechos humanos son
vastos y todos ellos igualmente aplicables e importantes y que su
incumplimiento acarreará responsabilidad internacional en contra del Estado,
además de tomar en consideración las características de los derechos humanos
desarrolladas abundantemente, como por ejemplo, se consideran indivisibles,
interdependientes, complementarios y no jerarquizados, es decir que están
relacionados entre sí y no puede hacerse ninguna separación ni pensar que
unos son más importantes que otros.
Para fundamenta lo dicho anteriormente hacemos uso de la idea planteada por
Dulitzky67, que en materia de derechos humanos y en el caso de Nicaragua,
Artículo 46 de la Constitución, expresa que: “la solución nicaragüense, en
lugar de otorgar una jerarquía normativa especial a los tratados de derechos
humanos ratificados, lo que hace es asignar jerarquía constitucional a los
derechos consagrados en los instrumentos enumerados”. Igual caso sucede en
lo que respecta a la Convención Internacional sobre los Derechos del niño,
enunciado en el segundo párrafo del precitado Articulo 71 de la Constitución
Política.
67
DULITZKY, Ariel E. La aplicación de los Tratados Internacionales por los Tribunales Locales: Estudio
Comparado. Ed. Centro de Estudios Legales y Sociales, Universidad de Texas, Escuela de Derecho, Texas,
Estados Unidos, 2007, p. 49 .
98
3.1.2. Jurisprudencia emanada de la Corte Suprema de Justicia en
materia de Derechos Humanos
Hemos hecho mención anterior acerca de las decisiones del más alto Tribunal,
encargado de la justicia constitucional, es decir la Corte Suprema de Justicia,
que en materia de tratados ha pronunciado, especialmente, a partir de la
promulgación de la actual Constitución Política de 1987 y sus posteriores
Reformas y Adiciones.
En este sentido se ha pronunciado en dos vertientes, incluso contradictorias;
por un lado, ha reconocido, en relación al Artículo 46 y posteriormente, el
párrafo segundo del 71, que son los derechos consignados en los instrumentos
mencionados en ellos los que se han reconocido como constitucionalizados,
por otro lado ha dicho, en sus últimas sentencias, que son los instrumentos
enunciados los que tienen reconocimiento constitucional.
Así, por ejemplo, la Corte Suprema ha emitido las sentencias No. 98 del 17 de
Agosto del 2001 y de su lectura podríamos decir que no habría ningún
problema para que se pueda promoverse un recurso de inconstitucionalidad
contra un tratado internacional, entendiéndolo enmarcado en el ordenamiento
jurídico nacional, ya que dicho recurso se opone en contra de toda ley, decreto
o reglamento.
La Corte antes de esta Sentencia, se pronunció en la No. 125 del 20 de
Diciembre de 1993, hace referencia a las leyes constitucionales, siendo estas
las dispuestas en el Artículo 184 de la Constitución. En Sentencia No. 103 del
8 de noviembre del 2002, sobre la Ley Electoral (No. 331). De igual manera
99
se emite la Sentencia No. 59 de la Sala Constitucional, del 7 de mayo del
2004, sobre el Dictamen de Minoría de la Ley de Carrera Judicial.
Al respecto Cuarezma Terán y el mismo Escobar Fornos68 han sostenido que:
”las normas susceptibles de revisión por la Corte Suprema de Justicia en
cuanto a su adecuación a la Constitución son muy amplias.
Ello incluye
tanto normas legales, gubernamentales y parlamentarias y las disposiciones
reglamentarias, municipales y tratados internacionales a los que la Asamblea
Nacional haya determinado su aprobación podrán ser sometidos a revisión
ante la Corte Suprema de Justicia mediante el recurso de inconstitucionalidad
para que ésta se pronuncie sobre su concordancia con los mandatos
constitucionales”.
No ahondaremos en el tema del recurso de inconstitucionalidad por no ser
objeto de nuestro estudio, si es necesario que nos pronunciemos brevemente
sobre la ubicación y jerarquía de los tratados de derechos humanos, de
acuerdo al orden jurisprudencial de Nicaragua, al menos en términos
generales.
Por ello, es necesario mencionar que en la citada Sentencia No. 125 se
estipula que la Convención Americana sobre Derechos Humanos conocida
como Pacto de San José, es ley constitucional, sin embargo no lo determina
así en el artículo 46, al menos desde nuestro punto de vista, disponiendo que:
”en el territorio nacional toda persona goza de la plena vigencia de los
derechos consignados en los instrumentos que se mencionan en dicho artículo,
68
ORDOÑEZ REYNA, Aylín Brizelda, op. cit, p. 442
100
entre los cuales se encuentra el Pacto de San José, pero no se establece que
dichas declaraciones, pactos o convenciones, sean leyes constitucionales”.
En la Sentencia No. 103, la Corte se refiere en casi los mismos términos
aunque no en forma delimitada en cuanto a la Convención o Pacto de San
José se refiere, haciendo mención a la ideología proclamada en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, instrumento internacional que es
reconocida por nuestra Constitución Política en el citado Artículo 46 de la
Constitución.
Como podemos observar la Corte al referirse a los tratados enunciados en este
Artículo pero no reconoce que los tratados prevalecen sobre el ordenamiento
interno que se encuentran supeditado a la Constitución y ni por supuesto que
le reconozca un rango constitucional.
No cabe duda que la Corte al pronunciarse sobre los derechos humanos, tanto
los que reconoce nuestra Constitución, como los plasmados en los
instrumentos internacionales en esta materia se visualiza el reconocimiento
que hace de estos, sobre todo ante su vulnerabilidad o violación.
Finalmente, en la Sentencia No. 59 la Sala de lo Constitucional de la Corte
Suprema de Justicia, ciertos ciudadanos alegan violación de sus derechos, de
cara al Dictamen de Moría sobre el Proyecto de Ley de Carrera Judicial y la
Sala en sus consideraciones expresa que: “al violarse el principio de
irretroactividad de la ley, la garantía del debido proceso y el principio de
igualdad, se ha violado de manera concomitante el artículo 46 Cn.”.
101
Podemos observar, en este sentido, que el Tribunal hace referencia en sus
decisiones (en las que se alegan instrumentos internacionales de derechos
humanos) de forma directa a derechos consignados en los tratados
internacionales de derechos humanos, sin embargo no expresa de forma
específica que se le reconozca rango constitucional ni que posean rango supra
legal.
Finalmente hemos de decir, al darle lectura y análisis a Sentencias emanadas
del alto Tribunal, en las que se ha alegado normas del Derecho Internacional
general ha
considera que siendo la Constitución Política la Carta
Fundamental de la República, las demás leyes están subordinadas a ella y no
tienen ningún valor las leyes, tratados, órdenes o disposiciones que se le
opongan o alteren sus disposiciones.
Nuestros tratadistas han expresado, al respecto de las decisiones de la Corte
Suprema de Justicia, que los tratados internacionales tienen un valor infra
constitucional, reiterándose exactamente el contenido de la norma
constitucional. Este criterio se
ha
sostenido
de
manera
reiterada
en
los diferentes fallos de la jurisprudencia constitucional y el cual comparto
plenamente, que dicho sea de paso el derecho internacional, no se ha
desarrollado de manera amplia siendo poca la jurisprudencia que desarrolle
el valor con
el que
se reciben
los tratados internacionales en el
ordenamiento jurídico nicaragüense. Sin obviar la importante Opinión
Consultiva del Tribunal, emitida en 1953 y de la que hemos comentado en
apartado anterior, ya hubiésemos deseado que dicha Opinión se hubiese
sostenido y reafirmado mediante sentencia.
102
3.2. El tratamiento de los tratados internacionales en materia de
integración en el ordenamiento jurídico nicaragüense, en el marco
del Sistema de Integración Centroamericana (SICA)
Además del análisis realizado al tratamiento que nuestra legislación le otorga,
al menos en discusión, a determinados tratados de derechos humanos,
consideramos oportuno en esta Tesis, traer a colación el tema o la discusión de
los tratados de integración, que si bien es cierto, nuestra Constitución no hace
alusión de manera específica, los propios principios de este tipo de acuerdos
regionales, nos obliga a revisarlos, especialmente por lo consignado en los
principios de primacía y aplicación directa de los tratados pertenecientes al
llamado Derecho comunitario en el ámbito de la Integración centroamericana.
En este sentido es necesario hacer un recorrido bastante general sobre la
normativa comunitaria que regula el proceso integracionista de nuestra
Región.
3.2.1. El Derecho Comunitario en los procesos de integración
Es indiscutible que se han presentado una serie de planteamientos acerca del
llamado derecho comunitario, en el contexto de los proceso de integración que
se conocen, iniciado por el europeo, sin obviar el que se ha venido
desarrollando en Latinoamérica, mayoritariamente en la Comunidad Andina y
en la Comunidad Centroamericana, a partir de la suscripción y puesta en
vigencia del Protocolo de Tegucigalpa de 1991.
103
No obstante en cada uno de los procesos y dada la naturaleza con la que surge
el derecho comunitario tiene sus elementos diferenciadores, inclusive al
momento de conceptualizarlo.
Basándonos en lo planteado por Acevedo Peralta: 69“las normas comunitarias
son las disposiciones legales emitidas legítimamente por las instituciones del
Sistema de Integración en sus diferentes grados y niveles, que conforman el
ordenamiento jurídico comunitario”.
Como podemos observar, este concepto facilitado por el autor, hace referencia
a las normas comunitarias y las erige sobre la base del actuar de los órganos e
instituciones del Sistema de Integración, a lo que en otro orden de ideas se les
llama derecho derivado, parece que excluye al derecho denominado originario
o fundacional (es decir los tratados que crean tanto al Sistema como a los otros
órganos, instituciones y otros aspectos de la integración Subregional, también
llamados tratados marcos).
Miranda70 , acuña un concepto de Derecho Comunitario Centroamericano, con
elementos comunes al planteado en párrafo anterior y en este mismo orden lo
expone Salazar Grande y Ulate Chacón71. En este sentido el autor expresa:
“El derecho comunitario de Centroamérica se puede definir como el
conjunto de normas jurídicas adoptadas por los órganos del sistema de
integración regional que hace posible la consecución de los objetivos
69
ACEVEDO PERALTA, Ricardo. Aplicación de las Normas Comunitarias Centroamericanas en los
Estados Miembros del SICA. Corte Centroamericana de Justicia. Managua, 2011, p.6.
70
MIRANDA, Otilio. Derecho Comunitario de América Central. Facultad de Ciencias Jurídicas, Universidad
Centroamericana (UCA), Managua, 2010, p. 34
71
SALAZAR GRANDE, César, y ULATE CHACÓN, Enrique. Manual de Derecho Comunitario
Centroamericano. Ed. Corte Centroamericana de Justicia. Managua, 2009.
104
planteados en el Protocolo de Tegucigalpa. Se caracteriza por tratarse de
un orden jurídico sui generis, diferenciado del derecho internacional y
del derecho de integración así como del orden jurídico interno de los
estados miembros. Tiene sus propios principios, características, fuentes
y procedimientos de formación”.
Por su parte y refiriéndose a la integración europea, Isaac, 72expresa que:
“El derecho comunitario es un conjunto organizado y estructurado de
normas jurídicas que dispone de: a) fuentes propias, b) órganos de
producción normativa también propios, sujetos a procedimientos y
esquemas de relaciones reglados y c) un sistema judicial de garantía de
su aplicación e interpretación uniforme”.
Guerrero Mayorga73, en base a una serie de elementos que extrae de conceptos
dado tanto por estudiosos de la integración región centroamericana como de
Europa integrada, expresa que, como una disciplina del derecho lo concibe de
la manera que sigue:
“El derecho comunitario es el complejo de normas jurídicas que regulan
las relaciones de las comunidades de Estado con otros sujetos de
derecho, entre los que se encuentran no solo los Estados y las
organizaciones internacionales, sino también los órganos, organismos e
instituciones comunitarias y los particulares, sean éstos personas físicas
o jurídicas, públicas y privadas, capaces de ser sujetos de derecho y
obligaciones que las instituyen como organizaciones internacionales de
ISAAC, Guy. Manual de Derecho Comunitario General. Ariel, Barcelona. 1997, p. 102
GUERRERO MAYORGA, Orlando. El Derecho Comunitario: concepto, naturaleza y características. En
Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano del Instituto de Investigaciones jurídicas de la UNAM,
México, 2005, p. 6
72
73
105
carácter supranacional sui generis, dando origen a un sistema jurídicoinstitucional u ordenamiento jurídico nuevo, cuyo común denominador
o ius propriumse basa en las relaciones de integración regional y un
sistema judicial de garantía de su aplicación e interpretación uniforme”.
Desde mi punto de vista no es lo mismo hablar de una comunidad basado en
un derecho propio que abordar lo relativo al derecho comunitario, este es un
derecho común para todos, estableciendo de manera igual para todos los
miembros de esa comunidad las mismas normas.
No cabe duda que en el caso de Centroamérica, en base al Protocolo de
Tegucigalpa y demás instrumentos regionales es una verdadera comunidad,
pero tengo mis reservas en relación a determinar categóricamente la existencia
del derecho comunitario, si partimos de las premisas dada en base al
ordenamiento jurídico de Europa, iniciado en las Comunidades Europeas y
trasladada, con mayor claridad a la Unión Europea, a través del desarrollo y
reconocimiento jurisprudencial del Tribunal de la Unión Europea, pero
también incorporados en sus tratados constitutivos, ya reformados a los
originarios.
Independientemente de este cuestionamiento que se hace, no es en este estudio
que se profundizará en este tema más allá de lo necesario, aunque no dejo de
preguntarme si pueden o no coexistir tantos derechos comunitarios como
procesos de integración se presenten.
Se ha manifestado por un sector doctrinario que, se puede abordar el concepto
de derecho comunitario y derecho de integración como sinónimos pero
106
también como dos disciplinas diferenciadas, cuestión que no comparto en su
totalidad, ya que al revisar sus conceptos o rasgos y características no se
visualizan como totalmente separadas.
Veremos entonces que en este sentido se entiende como derecho de
integración aquel conjunto de normas jurídicas contenidos en los tratados,
convenios, protocolos y acuerdos, suscritos por los Estados con el propósito
de integrarse, creando instituciones supranacionales con poder normativo y
vida propia independiente para ese objetivo, refuerzan y coordinan la
cooperación intergubernamental ya existente y, eventualmente, lograr la
unificación jurídica, económica, política y social de una región
Por su parte el derecho comunitario se entiende como un conjunto organizado
y estructurado de normas jurídicas, que posee sus propias fuentes, está dotado
de órganos y procedimientos adecuados para emitirlas, interpretarlas,
aplicarlas y hacerlas saber; de esta forma este derecho promueve la
integración de los Estados involucrados, conformándose así un nuevo orden
jurídico internacional el cual goza de independencia y primacía, así como
aplicación inmediata y efectos directos, características esenciales para su
existencia y desarrollo.
De igual manera se dice que el derecho comunitario en sentido estricto, está
conformado por las fuentes primarias o derecho originario, así como las
normas contenidas en los actos adoptados por las instituciones en aplicación
de los tratados, llamadas derecho derivado. Por tanto se considera que el
Derecho Comunitario, en términos generales se constituye como el conjunto
de normas de Derecho aplicables en el ordenamiento jurídico comunitario,
107
incluyéndose normas no escritas, como serían los principios generales del
Derecho de integración, la jurisprudencia de la Corte Centroamericana de
Justicia y la Costumbre. También se incluyen normas cuyo origen es exterior
al ordenamiento jurídico comunitario, como sería el derecho surgido de las
relaciones exteriores del Sistema de la Integración Centroamericana, es decir
el
denomina derecho complementario, el cual nace de los actos
convencionales celebrados entre los Estados miembros para la aplicación de
los tratados. Volveremos sobre las fuentes más adelante.
3.2.2. Principios del Derecho Comunitario Centroamericano
Muchos autores exponen diferentes principios, comunes de los procesos de
integración, otros extraídos de los mismos instrumentos regionales,
especialmente del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de
Estados Centroamericanos (ODECA), en vigor desde el 23 de Julio de 1992.
Tomando en cuenta este planteamiento expongo cada uno de los principios del
proceso de integración más reconocidos, considerando que varias son las
enumeraciones que sobre los principios se han planteado.
En consideración al hecho de que el Protocolo de Tegucigalpa es la Carta
fundamental de la Integración Centroamericana, es necesario, desde mi punto
de vista exponer los principios que de él emanan, de acuerdo a lo dicho en el
artículo 4, exponiendo que para la realización de los propósitos citados el
Sistema de la Integración Centroamericana y sus Miembros procederán de
acuerdo a los principios fundamentales siguientes: la tutela, respeto y
promoción de los Derechos Humanos que constituyen la base fundamental del
SICA; paz, democracia, desarrollo y libertad, son un todo armónico e
108
indivisible que orientará las actuaciones de los países miembros; la identidad
centroamericana como manifestación activa de los intereses regionales y de la
voluntad de participar en la consolidación de la integración de la Región; la
solidaridad centroamericana como expresión de su profunda interdependencia,
origen y destino común; la gradualidad, especificidad y progresividad del
proceso de integración económica, sustentado en el desarrollo regional
armónico y equilibrado; y el tratamiento especial a países miembros de menor
desarrollo relativo; la equidad y reciprocidad; y la Cláusula Centroamericana
de Excepción; la globalidad del proceso de integración y la participación
democrática, en el mismo, de todos los sectores sociales.
Otros de los principios emanados de este importante Instrumento serán la
seguridad jurídica de las relaciones entre los Estados miembros y la solución
pacífica de sus controversias y la buena fe en el cumplimiento de sus
obligaciones, absteniéndose de establecer, convenir o adoptar medida alguna
que sea contraria a las disposiciones de este instrumento o que obstaculice el
cumplimiento de los principios fundamentales del Sistema o la consecución de
sus objetivos.
No obstante la importancia de fortalecer el proceso regional, se establece el
respeto a los principios y normas de las Cartas de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA),
y
las
Declaraciones
emitidas
en
las
Reuniones
Presidenciales
centroamericanas desde mayo de 1986.
Estos principios han sido desarrollados ampliamente por estudios de esta
materia y por la jurisprudencia de la Corte Centroamericana de Justicia. Se
109
trasladan a esas páginas las líneas de pensamiento de algunos de los
pensadores, tomando en consideración que los mismos han expuesto otros
principios emanados de la doctrina y de otros instrumentos o normas de la
integración centroamericana.
Así por ejemplo, Acevedo Peralta74, califica como parte de las características
y efectos de las normas comunitarias del Proceso de Integración, el principio
de jerarquía, de aplicación inmediata, el de efecto directo y el de
responsabilidad. Expone que el principio de jerarquía “implica que las normas
comunitarias, en su nivel y área correspondiente, se aplica con prioridad a las
normas locales”, el de aplicación inmediata, diciendo que “esta surte efectos y
es aplicable desde la fecha de su entrada en vigor, de acuerdo con la ley,
creando derechos y obligaciones a partir de ese momento. De otra manera no
se podría concebir el estado de derecho ni la seguridad jurídica del
ordenamiento comunitario”.
En cuanto al efecto directo, el autor lo relaciona indivisiblemente con el de
aplicación inmediata, expone que:
“Esto se produce en dos ámbitos: en el marco del ordenamiento interno
de los Estados, en donde opera como una norma interna de carácter
preferencial (desplazando y complementando al ordenamiento interno)
y en el ámbito de los derechos y obligaciones que crea para los
destinatarios de la misma, los que están obligados a cumplirla, no solo
de inmediato, sino con todos sus efectos: derechos, garantías,
obligaciones, que se retrotraen, en su caso, a la fecha de entrada en
vigor de la susodicha norma comunitario”.
74
ACEVEDO PERALTA, Ricardo, op. cit. p. 7-8.
110
En principio de responsabilidad, implica, según el autor, que los sujetos
destinatarios de las normas comunitarias, así como de las resoluciones y
sentencias legítimamente dictadas por el Órgano judicial comunitario (que son
todas las instancias judiciales nacionales y regionales), están obligados a
cumplirlas y que en caso de no hacerlo, por acción u omisión, son
responsables por los daños que ocasionen a las partes o a los terceros.
Como hemos de observar este principio acarrea, indiscutiblemente una
relación armónica entre los órganos jurisdiccionales nacionales de los Estados
miembros del SICA y la Corte Centroamericana de Justicia, cuestión que
desde mi punto de vista no está bien determinado jurídicamente hablando, por
lo que hemos de poner atención a esta cuestión, partiendo de los avances
planteado por la jurisprudencia de la misma Corte regional, por supuesto que
no es objeto de este Trabajo investigativo.
Por otro lado, Miranda,75 al abordar los principios del llamado derecho
comunitario, hace hincapié, punto que comparto, en el sentido de que los
estudiosos o doctrinarios exponen diversas clasificaciones sobre los principios
y otros como el autor mencionado anteriormente, no se refiere a clasificación
sino a los principios de manera llana. En este sentido expone dos categorías de
principios, se refiere a los constitutivos y aquellos que se consideran rectores
del proceso de integración y de la normativa jurídica aplicable a los Estados
Miembros del Sistema.
El autor expresa que los principios constitutivos son los que informan el
derecho comunitario, con base en el carácter funcional que preside el sistema
75
MIRANDA, op. cit. p. 28.
111
de normas y actos de la Comunidad Centroamericana y se extraen de los
tratados constitutivos de la Integración y los principios rectores serán
complementarios de los anteriores.
Los principios constitutivos serán, entonces, según el autor los principios de
atribución de competencia, de irreversibilidad, de proporcionalidad, de
subsidiariedad y el de lealtad. No es objeto de la presente Tesis, por lo tanto
no se desarrollarán de manera exhaustiva.
3.2.3. Relación entre derecho internacional general, derechos internos de
los Estados miembros y derecho comunitario centroamericano
Debo decir que este acápite requiere, como se puede observar de muchos
elementos de discusión, sin embargo el objetivo de abordarlo es exponer
aspectos muy generales, sin entrar a profundizar en ellos para poner en
perspectiva la dificultad que encierra la necesaria relación entre estos tres
cuerpos de normas. Por un lado el derecho internacional general, el derecho
interno de cada uno de los Estados miembros del proceso de integración de
que se trate y el mismo derecho comunitario respectivo.
Tomando en cuenta lo anterior y como se ha dicho, de cierta manera, en líneas
anteriores, el derecho de integración y derecho comunitario, se consideran el
conjunto u ordenamiento jurídico que regula las actuaciones de los organismos
regionales, a quienes se les dota de cierto grado de supranacionalidad en las
áreas cedidas por los Estados miembros del proceso de integración
correspondiente, que cuentan con características, principios y elementos
especiales o particulares.
112
Hemos de decir, junto con Sáchica76 que:
“La tendencia mundial hacia la integración de los Estados ha venido
estructurando un sistema de relaciones entre los sujetos participantes de
los procesos de integración, relaciones que, según el entender de
algunos autores, escapan a las regulaciones del Derecho internacional y,
por ende, requieren de un ordenamiento jurídico propio y especializado
que algunos llaman Derecho de la integración y otros Derecho
comunitario”.
Este conjunto de normas que conforman el Derecho comunitario, tiene una
íntima relación con el derecho internacional general, especialmente en materia
de tratados internacionales, ya que los Estados que conforman o llegan a
conformar la Comunidad regional o Subregional, crean entre otras cosas
órganos e instancias igualmente regionales y a las que se les dota de cierto
grado de supranacionalidad, lo hacen a través de la suscripción de los
instrumentos internacionales, que de una forma u otra deben de incorporarse al
derecho interno de los estados miembros.
La incorporación de las normas que conforman el derecho comunitario en los
ordenamientos jurídicos internos de los Estados, lo hace de acuerdo a lo que
preceptúan las normas constitucionales y los mismos tratados de integración,
sin obviar que un Estado que ha contraído una obligación internacional y con
mayor razón una obligación comunitaria esa obligado a introducir en su
legislación las modificaciones que sean necesarias para asegurar la ejecución
76
SÁCHICA, Luis. El ordenamiento jurídico andino y su Tribunal de Justicia. Instituto para la Integración de
América Latina (INTAL). Ed. El Tribunal de Justicia del Acuerdo de Cartagena, Bogotá, 1985, p.7
113
de los compromisos asumidos, pero además no puede invocar respecto de otro
Estado su propia Constitución para sustraerse a las obligaciones que le impone
el derecho internacional y el mismo derecho comunitario, tal como lo hemos
dejado sentado al abordar la relación entre Derecho Internacional y Derecho
interno.
Cabe mencionar que los tratados que dan vida al proceso de integración están
sujetos en su formalización y efectos a las reglas del Derecho de los tratados.
No obstante lo anterior, queda claro que el Derecho de la integración, según lo
expresa Andueza Acuña:
77
“no es un Derecho extranjero en los países
miembros. El Derecho de la integración es un Derecho común a las partes,
dictado para proteger y desarrollar la comunidad de intereses representada por
la organización internacional por lo que no se le puede dar el mismo
tratamiento que se le da al Derecho extranjero”.
El Derecho comunitario es supranacional, y la supranacionalidad es el núcleo
del Derecho de la integración ya que es el rasgo que produce la ruptura y
diferencia con el Derecho internacional común.78
La relación entre el Derecho Internacional y el Derecho interno de los
Estados, se basan fundamentalmente en las disposiciones emanadas de sus
ordenamientos internos sobre la recepción de las normas internacionales,
dando cabida a ordenamientos jurídicos dualistas y monitas. Tal como lo
expusimos al inicio de esta Trabajo.
77
ANDUEZA ACUÑA, José Guillermo. El Tribunal del Pacto Andino. Tribunal de Justicia del Acuerdo de
Cartagena. Quito, 1986, p. 85.
78
ORTIZ AHLF, Loretta. “Derecho comunitario y derecho internacional”. Anuario del Departamento de
Derecho de la Universidad Iberoamericana, en Revista de Derecho, México, 2002, p. 11-23.
114
Lo interesante del caso es que la doctrina generalizada expresa que el derecho
internacional no se pronuncia ni por el postulado dualista ni monista, sino que
deja tal cuestión a los derechos internos, en tanto la necesidad de un acto de
recepción, la relación misma entre ambos cuerpos normativos y la situación de
la jerarquía en caso de contradicción entre una y otra. Habría que decir que las
normas constitucionales de los Estados hacen referencia, en la mayoría de los
casos a las normas convencionales y muy pocas veces hace alusión a los
principios del derecho internacional y casi nunca a las otras fuentes de este
derecho.
Por otro lado, en cuanto a la relación entre el Derecho comunitario y los
ordenamientos jurídicos de los Estados miembros, según Mangas Martín y
Liñán Nogueras79, nos ofrecen unas características nuevas y distintas de la
tradicional relación entre el Derecho internacional público y los Derechos
internos. Así, el Derecho comunitario europeo es directamente aplicable en la
esfera interna de los Estados miembros sin necesidad de ningún acto de
recepción por parte de éstos: las normas jurídicas comunitarias no sólo obligan
a los órganos comunitarios y a los Estados miembros, sino también a los
ciudadanos, sin necesidad de ningún acto de incorporación estatal.
Andueza
80
al referirse a las relaciones entre el Derecho interno y el Derecho
comunitario, expone que: “El Derecho comunitario y el Derecho interno
coexisten en un mismo territorio, suelen recaer sobre los mismos destinatarios
y regulan las materias que los respectivos ordenamientos jurídicos se han
reservado. Hay una yuxtaposición normativa que debe ser coordinada”.
79
MANGAS MARTÍN, Aracely y LIÑÁN NOGUERAS, Diego. Instituciones y Derecho de la Unión
Europea. 2ª. Edic., McGraw‐Hill. Madrid, 1999, p. 99.
80
ANDUEZA ACUÑA, José Guillermo, op. cit, p. 83
115
Molina del Pozo81, por su parte, sostiene que el derecho comunitario es
distinto del orden jurídico internacional en dos aspectos esenciales: En primer
lugar, el orden jurídico internacional es un orden basado fundamentalmente
sobre la idea de cooperación, mientras que el orden jurídico comunitario es un
orden destinado a desarrollar un proceso de integración. En segundo lugar, el
Derecho internacional es esencialmente un derecho convencional, mientras
que el derecho comunitario, si bien tiene su origen en los tratados
fundacionales, es desarrollado por las instituciones comunitarias, que crean el
derecho comunitario derivado. En cuanto a la diferencia entre derecho
comunitario y derecho interno de los Estados miembros la autonomía de que
goza el comunitario, es consecuencia de la transferencia de competencias
consentidas por aquellos a las instituciones de la Comunidad.
No obstante, afirma este jurista, que la autonomía del Derecho comunitario en
relación al Derecho nacional no es absoluta, puesto que los Estados miembros
han aceptado que el Derecho comunitario formara parte integrante de su orden
jurídico y así lo reconoció el Tribunal de Justicia de la Comunidad al afirmar
que, el Tratado de la Comunidad Económica Europea ha instituido un orden
jurídico propio integrado al sistema jurídico de los Estados miembros, que se
impone, a sus jurisdicciones, a sus nacionales y a los mismos Estados.
El fenómeno que caracteriza a los procesos de integración de transferir
responsabilidades nacionales a órganos comunitarios, ya sean supranacionales
o
intergubernamentales,
establece
una
diferencia
con
los
tratados
internacionales ordinarios, y es que la integración genera un ordenamiento
81
MOLINA DEL POZO, Carlos Francisco. Manual de Derecho de la Comunidad Europea. Ed. Trivium,
Madrid, 1990, p. 1-6
116
jurídico propio, que ingresa en el sistema jurídico de los Estados miembros a
partir de la entrada en vigor y se impone a sus jurisdicciones como derecho
aplicable tanto a sus nacionales como a ellos mismos.
Además la creación de las normas particulares del derecho comunitario tiene
su razón de ser en los tratados constitutivos de las comunidades europeas y en
los procedimientos de elaboración normativa previstos en los mismos y
reflejan la expansión y diversificación, pues desde el plano de la
sectorialización operada en este último. Finalmente el autor expresa que este
derecho es una rama específica del Derecho Internacional Público, posición
que asumo y comparto. En este sentido hemos de llamar la atención a la
existencia de la Carta de la Organización de Naciones Unidas y a las normas
calificadas como ius cogens, mismas que han de respetarse por encima, diría
yo del mismo Derecho comunitario, en el caso de contradicción, aunque no es
lógico que esto ocurra.
Lo expuesto anteriormente tiene plena cabida, desde mi óptica al ámbito del
derecho comunitario centroamericano, dada la similitud con el sistema de
integración que se ha venido desarrollando en el Continente europeo, no
obstante que estemos claros de las diferencias que opera en todos los procesos
dada su naturaleza.
117
3.2.4. Disposiciones Constitucionales, en relación con las norma del
Derecho de Integración y del reconocimiento y jerarquía de los
Tratados de Integración
Acorde con lo planteado por diversos juristas que han abordado el tema de las
Constituciones frente a los tratados de integración, considero que los
ordenamientos constitucionales de los Estados Centroamericanos no regulan
de manera particular lo concerniente al valor y aplicación de los tratados de
integración, por lo tanto el principio de primacía y aplicación directa, entre
otros, que son propios del derecho comunitario, no se conciben en dicho
ordenamiento, pues las disposiciones constitucionales regulan la materia de
los tratados de manera general, equiparando a estas normas convencionales
dentro del marco del derecho internacional general y no comunitario o de
integración regional.
Frente a esta situación, uno de los problemas que se puede presentar es al
momento de darse una contradicción entre la norma suprema de los Estados
(Constituciones) y lo establecido en los tratados de integración.
Cabe mencionar además que según lo plantean estudios de la materia, entre
otros Miranda
y García Palacios82, en menor o mayor grado, las
Constituciones de la Región, reconocen o al menos mencionan de diversa
manera la importancia que para sus pueblos tiene la integración
centroamericana, sin embargo en este acápite se hará alusión, única y
82
MIRANDA, op. cit y GARCÍA PALACIOS, Omar. Regulación Constitucional de los Estados miembros y
proceso de formación de los actos normativos del Sistema de Integración Centroamericana. En MIRANDA,
Otilio y otros. “Situación y perspectiva del proceso de integración centroamericana como marco para el
desarrollo de la región: Una aproximación interuniversitaria”. UCA, San Salvador, 2011, p. 137.
118
exclusivamente a las disposiciones constitucionales que regulan el tratamiento
jurídico a los tratados, incluyendo la jerarquía al momento de conflicto entre
una y otra norma, ya sea en general o específicamente a los de integración,
según sea el caso.
3.2.4.1. La Constitución Política de Nicaragua y los tratados de
integración
El tema de los tratados y de otras normas regionales o internacionales en
nuestro sistema constitucional, es bastante escueto y general, tal como hemos
apuntalado en líneas anteriores. En cuanto a los tratados internacionales, sin
distinción alguna ha de pasar por la aprobación de la Asamblea Nacional, todo
acuerdo internacional que haya sido suscrito o del que se haya adherido el
Presidente de la República, para su aprobación o rechazo, siendo facultad del
Presidente de la República, de acuerdo a los artículos 138, numeral 12 y 150,
numeral 8 de la Constitución y que hemos desarrollado con anterioridad.
Este procedimiento aplicable es sin distinción alguna, para los instrumentos
internacionales y para el caso de los tratados de integración. Por otro lado, en
cuanto a la jerarquía de estos instrumentos, según lo dispone el artículo 182,
están por debajo de la Constitución. Este Artículo preceptúa que: “La
Constitución Política es la carta fundamental de la República; las demás leyes,
tratados, decretos, reglamentos, órdenes o disposiciones que se le opongan o
alteren sus disposiciones”. También abordados este aspecto en el apartado
correspondiente.
119
Esta disposición es taxativa y no requiere de interpretación, claro está en caso
de que exista contradicción entre ambas normas (Constitución y Tratado), sin
embargo esto no excluye al Estado de Nicaragua, ni a ningún otro a obviar las
obligaciones que nacen de los tratados internacionales alegando su derecho
interno, como ya hemos apuntado y en el caso de los tratados de integración, o
pertenecientes al Derecho comunitario, la responsabilidad de los Estados o el
incumplimiento de las normas comunitarias, incluso pueden poner en riesgo la
misma integración regional.
3.2.4.2. Compromisos de Nicaragua como Estado parte de los Tratados
pertenecientes al Derecho de Comunitario de Centroamérica
Nicaragua, al igual que los demás países de la Región pertenecen al Sistema
de Integración Centroamericana (SICA), Sistema que está regulado
jurídicamente por una serie de instrumentos regionales, que pudiendo tener
sus antecedentes en los años 50, se abordarán en este estudio a partir de la
suscripción del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de
Estados Centroamericano (ODECA), sin obviar, por supuesto el Tratado
Constitutivo del Parlamento Centroamericano y de otras Instituciones
Políticas, suscrito unos años antes del Protocolo de Tegucigalpa.
Por otro lado es menester expresar que además del Protocolo de Tegucigalpa
se cuentan con otros tratados los que podemos citar:, el Convenio de Estatuto
de la Corte Centroamericana de Justicia (1992), el Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano (1987) y sus cuatro Protocolos reformatorios, el
Tratado de la Integración Social Centroamericana (1995). En 1997 se
suscribió por los presidentes de Costa Rica, El Salvador, Honduras y
120
Nicaragua una Declaración manifestando la intención política de constituir la
Unión Centroamericana, conocida como la Declaración de Managua, la cual
plasma una gran tendencia, según la posición de algunos autores de corte
federalista, presente en multiplicidad de normas en las que se observa la
intención de llegar a constituir un Estado Federal entre los países
centroamericanos, proyecto que cuenta con el antecedente histórico de la
fallida federación centroamericana, pero no es de aplicabilidad, en la realidad
que vivimos, por tanto la defensa de sus soberanías, se mantiene hasta donde
sea necesario.
3.2.5. Valor jurídico de los tratados y protocolos constitutivos del SICA
Debemos de reconocer que en realidad el proceso de integración
centroamericana, tiene sus antecedentes en el mismo decenio que las
Comunidades Europeas del Carbón y del Acero, de la Energía Atómica y de la
Comunidad Económica Europea (CECA, EURATON y CEE) de los años 50,
pues a finales de este periodo se aprueba la primera Carta de la Organización
de Estados Centroamericano (ODECA), aunque como se observa en la Unión
Europea de manera continua se fue perfeccionando (por así decirlo), como una
Comunidad.
En Centroamérica y por diversas razones el proceso tuvo sus frutos durante los
años sesenta y parte de los setenta pero fue hasta en los acuerdos de Paz,
conocido como Esquipulas I y II y sobre todo con la suscripción del Protocolo
de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados Centroamericanos
(ODECA), que se retoma el Proyecto integracionista, razón por la cual, me
parece que la formación del Derecho comunitario de Centroamérica se ha
121
nutrido en la mayoría de los casos del Derecho comunitario europeo. En este
ámbito hemos visto desarrollarse un nuevo Derecho, el llamado Comunitario,
que como hemos dicho anteriormente tiene sus propias características,
principios y efectos.
De acuerdo a lo expresado por Giammattei Avilés: 83
“En el camino de la integración, son los Estados que la desean, quienes
deciden ejercer conjuntamente algunas de sus facultades soberanas, por
medio de entes supranacionales creados al efecto, con un orden jurídico
autónomo y novedoso, y un Tribunal de Justicia propio para garantizar
el respeto de esa nueva normativa”.
Estas comunidades de Estados conllevan necesariamente a establecer
mecanismos institucionales más complejos, en vista de que los Estados, al
ceder soberanía a órganos e instituciones comunitarias, para alcanzar fines o
propósitos comunes a la integración, requieren de algún modo garantizar su
participación en las decisiones propias de la Comunidad.
De acuerdo a Salazar Grande y Ulate Chacòn84:
“Dentro de estas comunidades se presentan órganos propiamente
comunitarios y órganos conformados mediante una estructura
intergubernamental (representantes de cada Estado miembro), pero que
pese a ella, al reunirse en cuerpo colegiado y tomar decisiones lo hacen
en nombre de esa Comunidad de Estados. Es decir coexisten órganos
conformados
por
representantes
gubernamentales,
pero
con
83
GIAMMATEI AVILÉS, Jorge Antonio. “Proceso y futuro de la integración de Centroamérica”, en Revista
de Derecho No. 8, San Salvador. 2004, p. 77.
84
SALAZAR GRANDE, César y ULATE CHACON, Enrique, op. cit, p. 113
122
competencias comunitarias, con los órganos a los cuales los tratados les
asignan características de supranacionalidad”.
Se trata sin lugar a dudas de un proceso de integración, basado en la libre
voluntad de los Estados, estos se expresan mediante acuerdos que determinan
el esquema en que ha de encuadrarse la integración y, además, esos acuerdos
constituyen la formulación jurídica del proyecto interestatal, que se ha de
desarrollar en el tiempo, en función de un modelo valorado por los países para
regir sus relaciones.
Ese acuerdo marco jurídico, que se compone de los tratados fundacionales o
derecho originario hasta el derecho derivado y complementario determina la
generación de un nuevo ordenamiento jurídico, derivado del acuerdo, que se
irá desarrollando con el transcurso de los acontecimientos, conforme al plan
contenido en aquel, y por acción de los órganos supranacionales o
intergubernamentales, creados con el objeto de manifestar la voluntad de las
partes.
Hemos de analizar en este acápite el valor jurídico de los actos emanados de la
Reunión de Presidentes del SICA. De acuerdo a lo preceptuado en el artículo
13 del Protocolo de Tegucigalpa, la Reunión de Presidentes es el órgano
supremo del Sistema de Integración Centroamericana, por tanto es de
esperarse que en la esfera de adopción de decisiones por parte de este órgano
opere un sistema de consenso o unanimidad por parte de todos los partícipes,
con el fin de cumplir con los objetivos integracionistas fijados por el mismo
123
tratado constitutivo. Sin embargo, según Salazar Grande y Ulate Chacón85 la
doctrina y otros medios han criticado muy fuertemente muchas decisiones
presidenciales, donde los Presidentes no actúan como miembros de un órgano
oficial del SICA, sino como Jefes de Estado, representando intereses
meramente nacionales, lo que ha permitido que se produzcan deformaciones y
desnaturalizaciones en
el proceso integracionista, según lo plantea
Giammattei Avilés86.
Por ello coincidimos con Salazar Grande y Ulate Chacón que, en la medida en
la cual los Presidentes y demás representantes de los Estados tomen
conciencia de la naturaleza jurídica del Derecho comunitario y de la
Comunidad centroamericana como proceso de integración regional, y respeten
los principios integracionistas, se podrá avanzar más rápidamente y con mayor
seguridad jurídica en la Integración Centroamericana.
Pese a la intención con la que los presidentes de cada Estado adoptan los actos
normativos que emanan como resultado de las funciones asignadas por el
artículo 15 del Protocolo de Tegucigalpa y ejercidas por la Reunión de
Presidentes, podemos concluir que dichos actos se clasifican y definen
(conforme lo estipulado en el Reglamento de Actos Normativos del Sistema
de Integración Centroamericana, mencionado anteriormente) de la siguiente
forma: Declaraciones; Acuerdos; Decisiones y Resoluciones.
85
86
SALAZAR GRANDE, César y ULATE CHACÓN, Enrique, op. cit., p. 165
GIAMMATTEI AVILÉS, op. cit, p. 28
124
3.2.6. Jurisprudencia emanada de la Corte Suprema de Justicia de
Nicaragua y de la Corte Centroamericana de Justicia
Nicaragua, no cabe duda es proclive a la integración centroamericana e
incluso latinoamericana, así lo dispone la Constitución Política, sin embargo
no hace referencia alguna al tratamiento jurídico que han de tener las normas
comunitarias, ni siquiera de los tratados, puesto que la supremacía
constitucional está bien determinada.
3.2.6.1. Posición jurisprudencial de la Corte Suprema de Justicia
Ahora bien, en el ámbito jurisprudencia, la Corte Suprema de Justicia o la Sala
Constitucional ha discutido el tema de los tratados internacionales,
mayoritariamente en materia de derechos humanos, su producción
jurisprudencial es sobre la base del artículo 46 y segundo párrafo del artículo
71, que se refieren a determinados instrumentos de derechos humanos, Por
otro lado, ha de mencionarse que han sido varias las sentencias emitidas por la
Corte Suprema de Justicia, en las que se reconoce el principio de supremacía
constitucional, en aplicación al artículo 182 de la Constitución, como lo
dejamos plasmado anteriormente.
En el tema de las normas comunitarias, de su jerarquía, de la trasmisión de
soberanía a favor de órganos o instituciones supranacionales, no ha sido
abordado tan ampliamente por la Corte Suprema de Justicia. Esto no significa
que no se tengan conflictos entre normas, ni mucho menos, sin embargo se
han resuelto por otras vías o bien haciendo uso de la Corte Centroamericana
de Justicia, que en varias ocasiones se ha pronunciado diciendo que: “el
125
Estado de Nicaragua se ha sometido al control jurisdiccional de éste Órgano
comunitario, que ha declarado la inaplicabilidad de normas internas contrarias
al Derecho comunitario centroamericano, que tienen supremacía sobre el
derecho interno incluyendo la misma Constitución del Estado miembro”, y
cuyo incumplimiento hacen incurrir a dicho Estado en responsabilidad,
ejemplo de ello es la presentación por parte del Presidente de la República en
la Asamblea Nacional el Proyecto de Ley para derogar la Ley del 35%, que es
totalmente inaplicable a la luz del derecho comunitario.87
Desde nuestro punto de vista es un aspecto, sin precedente que la Corte
Suprema de Justicia de Nicaragua dictó una sentencia, en marzo del año dos
mil cinco en la cual declara inconstitucional parcialmente el inciso f) del
artículo 22 del Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia,
argumentando que el actuar de este Tribunal entró en contradicción con el
artículo 164, numeral 12 de la Constitución Política, pues es atribución de la
Corte Suprema de Justicia conocer y resolver los conflictos de competencia y
constitucionalidad entre poderes del Estado.
Hemos de decir, que este artículo dispone que la Corte Centroamericana de
Justicia tiene, entre otras, la atribución de: inciso f: “conocer y resolver a
solicitud del agraviado de conflictos que puedan surgir entre los poderes u
Órganos fundamentalmente de los Estados, y cuando de hecho no se respeten
los fallos judiciales”.
87
Según lo plantea ULATE CHACON, Enrique, op. cit p.5.
126
Si bien es cierto que esta Sentencia no aborda el tema en cuestión, es decir la
primacía de la norma constitucional o la proveniente de los tratados consideré
oportuna traerla a colación con el único fin de que se visualice la importancia
de determinar, desde la norma constitucional el valor jurídico de las fuentes
(nos referimos a los tratados reguladores y constitutivos), al menos las
originarias, Del derecho comunitario.
3.2.6.2. Posición jurisprudencial de la Corte Centroamericana de Justicia
(CCJ)
En cuanto al actuar de la Corte Centroamericana de Justicia, ha mantenido en
sus diferentes sentencias la primacía y aplicación directa de las normas
comunitarias de Centroamérica.
El artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de
Estados Centroamericanos (ODECA) establece que: “forma parte del Sistema
de Integración Centroamericana, entre otros órganos la Corte Centroamericana
de Justicia (CCJ) que garantizara el respeto del derecho en la interpretación y
ejecución del Protocolo antes citado y los instrumentos complementarios o
actos que se deriven del mismo. En cuanto a la organización y regulación de
La Corte hay que señalar que en Diciembre de 1992, en la XIII Cumbre de
Presidentes de Centroamérica fue suscrito el Convenio de Estatuto de La
Corte Centroamericana de Justicia con el propósito de darle cumplimiento al
artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa”.
La Corte Centroamericana de Justicia es el órgano judicial principal y
permanente del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), su
127
jurisdicción y competencias regionales son propias y de carácter obligatorio
para los Estados miembros. La Corte está integrada por dos Magistrados
Titulares por cada uno de los Estados que suscribieron el convenio de Estatuto
de la misma y para quienes se encuentre vigente, teniendo cada Magistrado
titular su correspondiente suplente.
Por la amplia competencia otorgada a la Corte en el Convenio de Estatuto es
posible establecer dos criterios de clasificación: a) La competencia material
(de integración, internacional, administrativa y constitucional); b) la
competencia
funcional
jurisdiccional
(contenciosa,
de
interpretación,
consultiva y arbitral) y c) otras competencias específicas.
El artículo 22 del Convenio de Estatuto de la Corte,88 establece efectivamente
un elenco de acciones relacionadas con tales materias. Pero las mismas no
agotan la posibilidad de que pueda conocer de otras posibles materias,
conforme lo determine el ordenamiento jurídico comunitario. Conforme a
dichos criterios, la Corte tiene facultad para determinar su competencia en
cada caso concreto, interpretando los tratados o convenciones pertinentes al
asunto en disputa y aplicando los principios de Derecho de Integración y del
Derecho Internacional.
Hasta ahora, la materia de derechos humanos resulta excluida de la
competencia de la Corte, por disposición expresa del artículo 25 del Estatuto,
88
El Convenio de Estatuto de la CCJ, fue suscrito en la Ciudad de Panamá, el 10 de Diciembre de 1992 y fue
debidamente aprobado mediante Decreto Legislativo No. 647 del 3 de Noviembre de 1993, ratificado por el
Estado de Nicaragua, mediante Decreto Ejecutivo No. 54-93, publicado en La Gaceta, Diario Oficial No. 233
del 9 de Diciembre de 1993 y como todos los tratados de integración no admite reserva alguna, de igual
manera depositó su instrumento de ratificación inicialmente en el Ministerio de Relaciones Exteriores de El
Salvador y posteriormente en la Secretaria General del SICA Nicaragua es Estado Sede de este Tribunal
Regional. .
128
que remite a la competencia exclusiva de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
Según lo expone la misma Corte, su jurisdicción y competencia regional son
de carácter obligatorio para los Estados. Su Normativa Jurídica interna, forma
parte del derecho comunitario Centroamericano. Pese a que el Convenio de
Estatuto de La Corte, no ha sido aún ratificado por todos los países miembros
del SICA, no significa que sus actos no sean de carácter obligatorio y
vinculante para los mismos Estados, quienes en su totalidad sí son signatarios
del Protocolo de Tegucigalpa, instrumento que designo a La Corte, como el
órgano jurisdiccional competente para conocer de los conflictos que surgen
entre los Estados.
Es importante insistir en el hecho de que la Corte vela por la recta aplicación y
adecuada interpretación del Derecho comunitario de Centroamérica, originario
y derivado, es la guardiana (como dirían los miembros de la hoy Unión
Europea) de las normas comunitarias que regulan el proceso de integración,
su jurisprudencia debe de reflejar no solo la interpretación dogmática, sino
además las interpreta y aplica a la luz de los objetivos y principios del derecho
comunitario, por ello en la mayoría de las resoluciones de este Órgano
supranacional, tanto en sus sentencias como en sus opiniones consultivas
dejan claro los principios, características (claro está el de primacía y
aplicación directa), objetivos y fines que persiguen los miembros de este
proceso integrador.
En relación con lo anterior en Resolución de las 10 horas del 13 de diciembre
de 1996, la Corte ha plasmado como principios del derecho comunitario, su
129
carácter vinculante y de aplicación directa, afirmando su primacía frente al
derecho interno de los Estados.
Por medio de las Resoluciones del 24 de mayo de 1996, la Corte al referirse al
Protocolo de Tegucigalpa de 1991 expresa que es el tratado constitutivo
marco de la integración centroamericana y por tanto el de mayor jerarquía y
base fundamental de cualquier otra normativa centroamericana sean éstos,
Tratados, Convenios, Protocolos, Acuerdos u otros actos jurídicos
vinculatorios, anteriores o posteriores a la entrada en vigencia del Protocolo de
Tegucigalpa, prevalencia sobre cualquier otro Convenio, Acuerdo o Protocolo
suscritos bilateral o multilateralmente en materias relacionadas con la
integración centroamericana.
En el mismo sentido se pronuncia en su Opinión Consultiva a solicitud de la
Secretaría General del SICA, sobre el Reglamento para actos normativos que
se adoptó posteriormente en diciembre del 2005.
En el caso Nicaragua contra Honduras, la Corte dicta la Resolución de las 11
horas del 27 de agosto del año 2001,
disponiendo que las normas
comunitarias tienen mayor jerarquía que las normas de Derecho interno, y por
tanto prevalecen, en su aplicación, sobre cualquier Tratado internacional de
normas convencionales, y por ende sobre cualquier Tratado que los Estados
miembros suscriban, por decisión unilateral, con terceros Estados, en
detrimento de los intereses de la Comunidad.
En Opinión Consultiva expresada a solicitud de la Secretaría de la Integración
Económica (SIECA),
sobre la obligatoriedad de aplicar el derecho
130
comunitario en el derecho interno, y la prohibición de los Estados de emitir
leyes contrarias al mismo, la Corte en Resolución de las 11:30 de la mañana
del 5 de agosto de 1997, determina que los Poderes Legislativos (refiriéndose
a los Estados miembros del SICA), no pueden emitir leyes para desconocer el
carácter obligatorio de los actos jurídicos válidos realizados por los Órganos y
Organismos de la Integración Centroamericana, que han ejercido las
facultades conferidas por Convenios y Tratados vigentes.
Desde nuestro punto de vista, gran relevancia tiene la Resolución de las 11
horas del 27 de noviembre del 2001, por medio de la cual La Corte hace suyos
como principios fundamentales del derecho comunitario y que además
determina el contenido de los mismos, siendo estos: Autonomía: en cuanto
tiene su propio ordenamiento normativo. Aplicabilidad inmediata: En cuanto
se convierte automáticamente en forma clara, precisa e incondicional, en
normas de derecho interno de los Estados Miembros, sin necesidad de que
éstos realicen acto alguno para incorporar las normas comunitarias a su
derecho, sin que se confundan con éste último y que las autoridades
nacionales tienen que aplicarlo obligatoriamente. Efecto o aplicabilidad
directa: en cuanto las normas comunitarias pueden crear por sí mismas
derechos y obligaciones para los particulares, o imponer a los Estados
Miembros su concreción y desarrollo para quesean plenamente eficaces.
Continúa disponiendo la Corte que las resoluciones y actos derivados de los
órganos comunitarios, entran en vigencia treinta días después de aprobadas
por el Órgano Regional competente, plazo dentro del cual los poderes
ejecutivos de los Estados miembros deben emitir el respectivo acuerdo de
aprobación. Primacía o prevalencia: ya que las normas comunitarias ocupan
131
un lugar prioritario con respecto a las normas nacionales, dado que su
aplicación es preferente o prioritaria respecto al Derecho interno de los
Estados Miembros, primacía de carácter absoluto incluso respecto de las
normas constitucionales, ya que no tendría sentido que sus efectos pudieran
ser anulados o eludidos por los Estados. Responsabilidad: Los Estados están
obligados a reparar los daños causados como consecuencia de la violación de
las normas comunitarias.89
Esta posición jurisprudencial y en las opiniones consultivas evacuadas ha sido
en la misma línea en los años que lleva la Corte en el ejercicio de sus
atribuciones como guardiana del derecho comunitario de Centroamérica,
reconociendo entre otras, la supremacía y aplicación directa de estas normas.
Por otro lado y como lo observamos en la Opinión Consultiva del 5 de Agosto
de 1997, formulada ante la Corte Centroamericana de Justicia por el Secretario
General de la SIECA, la Corte se ha pronunciado en los términos que siguen:
En cuanto a las Resoluciones aprobadas por el COMIECO no se requiere la
ratificación legislativa, porque ellas son producto de la aplicación del
Convenio ya ratificado por los Poderes Legislativos, han pasado a formar
parte del Derecho Comunitario Centroamericano, y sería un contrasentido
exigir que las resoluciones fuesen ratificadas, puesto que a los Órganos y
Organismos de la Integración se les han conferido facultades para que las
ejerzan y toda normativa jurídica contenida en los Convenios debe ser
aplicada por ellos. Esta es la razón por la cual lo único que se necesita es la
89
ULATE CHACON, Enrique, op. cit. 173
132
aprobación mediante un acuerdo del Poder Ejecutivo, que debe ser emitido
dentro del plazo establecido en el instrumento correspondiente.
Los Estados deberán de cumplir sus obligaciones internacionales de buena fe,
de conformidad con el principio universalmente reconocido “pacta sunt
servanda” los tratados, convenios y acuerdos mediante las resoluciones que
emitan, los Estados deben respetarlas y cumplirlas; no tienen la potestad de
evadir su cumplimiento con modificaciones hechas en forma unilateral o
irregular.
Las relaciones entre las disposiciones contenidas en los Convenios
Centroamericanos
de
Integración,
en
el
Derecho
Comunitario
Centroamericano y en el Derecho Interno de cada Estado, son jerárquicas,
prevaleciendo las de los dos primeros sobre las de este último, en caso de
conflicto entre ellos. Los Convenios de Integración son de la naturaleza ya
indicada, su ámbito de aplicación es el territorio de los Estados que los han
suscrito y ratificado, con aplicación uniforme, directa e inmediata.
El Derecho comunitario deriva de la aplicación de los Convenios de
Integración y está constituido además por los instrumentos complementarios y
actos derivados y, de manera particular, en nuestro sistema de integración, por
la doctrina y la jurisprudencia emanada de la Corte Centroamericana de
Justicia. Entre el Derecho de Integración, el Derecho Comunitario y las leyes
nacionales debe existir armonía, ya que el Derecho es un todo que debe ser
analizado principalmente en forma sintética y teleológica, como un solo
cuerpo normativo.
133
Las leyes nacionales no pueden tergiversar, modificar ni sustituir las
disposiciones de los tratados vigentes, Reglamentos y Resoluciones adoptadas
conforme Derecho por los Órganos regionales competentes, por las siguientes
razones: las leyes nacionales no pueden de manera unilateral dejar sin efecto
disposiciones de los tratados regionales, salvo los casos exceptuados
especialmente.
Los Estados miembros en el ejercicio de su soberanía ya han decidido
ejercerla conjuntamente en propósitos de bien común de una comunidad y le
han delegado determinadas funciones a los Órganos y Organismos de la
integración y en esos tratados está expresado el libre consentimiento de dichos
Estados como esencial para la validez de los mismos; por este motivo se
afirma que los Tratados y Convenios internacionales son la principal fuente
del Derecho Internacional, del Derecho de Integración y del Derecho
Comunitario.
Las sentencias, disposiciones interpretativas, opiniones consultivas de la Corte
y, en general, todos aquellos actos mediante los cuales exprese sus decisiones
sobre asuntos de la integración económica, constituyen precedentes y fuentes
de Derecho que pueden invocarse en las cuestiones jurídicas de carácter
regional. Deben asumirse en la interpretación y ejecución de las normas del
Derecho de Integración aun cuando solo tres Estados, de los que suscribieron
su Estatuto, formen por ahora parte de dicho Órgano.
La recepción del Derecho de la Integración Económica en el ordenamiento
jurídico nacional ha dado lugar, en la mayoría de los Estados miembros, a que
las autoridades judiciales nacionales conozcan casos relacionados con la
134
aplicación de dicho ordenamiento. Esta jurisprudencia es sumamente valiosa
para el proceso Integracionista en el campo económico, sobre todo por ser
evidencia clara de su vigencia en los países y de su aplicación como un todo
armónico en la vida de la Comunidad Centroamericana. Puede invocarse
desde luego como un precedente o fuente adicional, cuando de interpretar las
normas sobre la materia se trate. 90
Por ejemplo, ha dicho la misma Corte que las Resoluciones del Consejo de
Ministros de Integración Económica son actos administrativos de obligatorio
cumplimiento para los Estados Parte, entran en vigor en la fecha en que se
adopten, salvo que en las mismas se establezca otra fecha y su validez no está
condicionada a la publicación, la que, en todo caso, deberá efectuarse, según
los Instrumentos citados, lo cual constituye una obligación para los Estados.
Como podemos observar, una vez hecho este breve y general recorrido del
proceso de integración, del Derecho comunitarios, conformado, entre otros por
los tratados (normas originarias) de integración, el tratamiento que nuestro
ordenamiento constitucional le ofrece a estos tratados de integración,
enmarcado en los principios de primacía y aplicación directa de estos y sobre
todo la relación entre dichos tratados y el ordenamiento jurídico, podemos
decir que el Estado de Nicaragua, al igual que los otros Estados que
conforman el proceso de integración de Centroamérica, tienen que valorar el
hecho de incorporar en la Constitución Política, como norma suprema, lo
pertinente a la aplicación directa e incluso primacía de estos tratados, al menos
frente a las normas de rango inferior a la Constitución, respetando en primera
90
SIECA. Repertorio de Interpretación del Derecho de Integración Económica Centroamericana.
Jurisprudencia de las Cortes de Centroamérica. Ed. SIECA Guatemala, 2005, p. 187.
135
fase la supremacía constitucional e ir paulatinamente avanzando al estado que
sobre supremacía del Derecho comunitario ha alcanzado la Unión Europea.
La cuestión estriba en que el orden constitucional de los Estados y de manera
particular Nicaragua, no regula ni prevé la posibilidad siquiera de darle un
tratamiento especial a los tratados que regulan el proceso de integración,
centroamericana, amén de ser Estado parte de los principales tratados en esta
materia, mismos que no admiten reserva, ni posibilidad de denunciarlo, al
menos desde el punto de vista formal.
136
CONCLUSIONES
Al finalizar de hacer este esfuerzo investigativo me ha quedado la sensación
de haber dejado muchos temas sin tratarlos suficientemente, más sin embargo
han quedado enunciados de alguna forma. Esto nos lleva al reto de continuar
trabajando en ello y que este trabajo sea solamente el inicio. No obstante de lo
expuesto en páginas anteriores hemos de dejar sentado algunos aspectos que
aunque básicos, son necesarios mencionar.
1.
Como hemos de observar en todos los estudios del tema –relación
Derecho interno y Derecho internacional, coincidente en el hecho de que son
las doctrinas que sobre la materia surgieron en el siglo XIX, nos referimos a
las clásicas doctrinas monistas y dualistas, siguen siendo un referente para
abordar y explicar esa relación entre los dos cuerpos normativos.
2.
En la mayoría de los Estados, la relación entre el Derecho internacional
y su Derecho interno, podríamos decir que es una ficción, dado que no es
todo el ordenamiento jurídico de uno u otro los que se relación, sino más que
son
las
normas
constitucionales
con
los
tratados
o
instrumentos
internacionales, con algunas excepciones, como por ejemplo cuando la
Constitución de determinado Estado se pronuncia sobre los principios
generales del Derecho internacional.
3.
La Constitución Política de la República de Nicaragua, determina la
atribución de dirigir las relaciones internacionales, al Poder Ejecutivo,
ejercido por el Presidente de la República, a quien le corresponde negociar,
137
celebrar y firmar tratados internacionales. A la Asamblea Nacional le
corresponde la aprobación o rechazo del instrumento.
4.
Es oportuno mencionar que uno de los aspectos característicos de la
teoría dualista es que, para que una norma internacional forme parte del
ordenamiento jurídico de los Estados se necesita de un acto de recepción. Al
respecto nuestra Constitución dispone en su artículo 138 numeral 12, referido
a las atribuciones de la Asamblea Nacional: aprobar o rechazar los
instrumentos internacionales celebrados con países u organismos sujetos de
Derecho Internacional.
5.
La Ley Orgánica del Poder Legislativo de la República de Nicaragua
regula el procedimiento para la aprobación o rechazo de los Tratados
Internacionales por la Asamblea Nacional, indicando la publicación del
Decreto de aprobación, no obstante, tal como se manifestó, consideramos que
debió
establecer la obligación de publicar el instrumento aprobado, sus
reservas, declaraciones de interpretación, con el fin de cumplir con el
principio de publicidad, dándole a conocer a la población el contenido de lo
negociado y aceptado.
6.
El Presidente de la República, podrá suscribir los tratados
internacionales y posteriormente los ratificará previa aprobación del Poder
Legislativo. Es de observar que la manifestación del consentimiento en
obligarse por un tratado, es por medio de la firma, aprobación, ratificación y
adhesión, en dependencia de lo que se exprese en el mismo tratado o
instrumento internacional y que en el caso del inciso 8 del anteriormente
138
citado artículo 150, no otorga, al menos de manera específica, ni la atribución
de ratificar o de adherirse, aunque en aplicación de la costumbre internacional
así lo hace de hecho el Presidente de la República, en su calidad de Jefe de
Estado y/o Jefe de Gobierno y la máxima autoridad reconocida
internacionalmente, con capacidad para comprometerse en obligarse por un
tratado.
7.
Revisamos de igual manera lo dispuesto en el citado artículo 182 de la
Constitución, determinando que esta es la carta fundamental de la República;
las demás leyes están subordinadas a ella. No tendrán valor alguno las leyes,
tratados, ordenes o disposiciones que se le opongan o alteren sus
disposiciones”. Esta disposición es acorde con los elementos o características
de la teoría dualista, supeditando el Derecho Internacional al Derecho interno,
requiriendo un acto de recepción.
8.
No existe disposición alguna de carácter constitucional relativa a la
jerarquía de las normas internacionales en el ordenamiento jurídico interno.
Sin embargos la Corte Suprema han resuelto la prevalencia del orden
constitucional interno por sobre la normativa internacional, una interpretación
contraria permitiría la reforma de la Constitución por un medio distinto al
establecido en su articulado generando de esta manera, a la luz de la normativa
constitucional, una situación inaceptable, basta observar el artículo 182
constitucional. Sin embargo no está claro el hecho de que instrumentos
internacionales son jerárquicamente superiores o inferior a la ley y en caso de
conflicto cual prevalece.
139
9.
Desde nuestro punto de vista los tratados internacionales tienen el
mismo rango jerárquico que las leyes, sin tener relevancia el hecho de que sea
aprobado, tanto la suscripción como la adhesión a un tratado, por medio de
decreto legislativo y que la manifestación de consentimiento en obligarse por
este instrumento, acto que realiza el Jefe de Estado y de Gobierno, se haga
mediante decreto ejecutivo. El tratado internacional tiene su propia vida, desde
el punto de vista jurídico y solo cabe determinar su jerarquía, en caso de
conflicto entre la norma interna y la internacional. Por supuesto que una vez
sea el Estado, Parte de dicho instrumento.
10.
Si bien la regla general es la supremacía de la Constitución, el legislador
al momento de aprobarle le quiso dar un valor diferente a lo regulado en los
instrumentos internacionales enunciados en el artículo 46 y 71, segundo
párrafo. Habrá que tomar en cuenta que estos instrumentos no son todos los
que hoy conforman el corpus iures del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos y que atendiendo a lo preceptuado en dichas disposiciones, según
nuestra apreciación, no determina una jerarquía superior de estos tratados
frente a otros de esta misma naturaleza, ni a ningún otro. La plena vigencia
reconocida a los instrumentos determinados en estos artículos no significa
dotarlos de nivel constitucional. Las leyes constitucionales están bien
definidas en el Artículo 184 de la Constitución Política.
11.
Independientemente de lo dispuesto en los artículos 46 y 71 de la
Constitución, por estar estos instrumentos internacionales debidamente
ratificados por Nicaragua, es decir, al ser Estado Parte se compromete en
140
obligarse por este, en observancia de norma pacta sunt servanda y al principio
de buena fe que debe primar en las relaciones entre los Estados.
12.
En el ámbito del proceso de integración de Centroamérica las
disposiciones constitucionales, en la mayoría de los casos disponen que la
supremacía de normas recaen en la Constitución, determinando que los
Tratados, de cualquier naturaleza, incluyendo los de integración se encuentran
por debajo, jerárquicamente hablando de la Constitución.
13.
Cabe mencionar que el principio de primacía del Derecho comunitario
surge inicialmente por una producción jurisprudencial, pues el Tribunal de
Justicia de las Comunidades Europeas tenían el objetivo de garantizar la
autonomía y unidad del Derecho comunitario ante los Derechos de los Estados
miembros.
Esta primacía finalmente se ha visto institucionalizada a nivel normativo al ser
incluido en el Artículo I.6 del Tratado de la Comunidad Europea de los años
50`s. Como consecuencia ha requerido reformas constitucionales de los
Estados miembros de la Comunidad Europea, en el sentido de determinar la
primacía del Derecho Comunitario, frente al derecho interno de los Estados, lo
que no ha sucedido, lastimosamente en nuestra realidad centroamericana, con
la excepción de las Opiniones y Decisiones emanadas de la Corte
Centroamericana de Justicia.
14.
En lo concerniente al principio de primacía y aplicación directa existe
una discusión doctrinaria e incluso jurisprudencia, entre los teóricos
141
constitucionalistas, la jurisprudencia nacional de los Estados, especialmente la
de Costa Rica y la Corte Centroamericana de Justicia, sin obviar la Sentencia
emitida por la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua, ante la Sentencia
emitida por la Corte Centroamericana de Justicia, del 2005, referida al
conflicto de poderes entre el Poder Legislativo y Ejecutivo.
Esta situación solo es un ejemplo que justifica la importancia de determinar
con claridad la regulación constitucional sobre la materia de tratados de
integración, en dos aspectos fundamentales; en primer lugar un tratamiento
especial,
tomando
en
cuenta
las
características
de
los
procesos
integracionistas; y, en segundo lugar la ubicación jerárquica de los mismos,
sobre cuando se presentan conflictos entre normas internas y el tratado en
cuestión.
15.
La doctrina europea, que es el referente para todos los procesos de
integración que hasta hoy existen, ha considerado que el Derecho comunitario
presupone una serie de principios fundamentales dentro de los que se destaca
el principio de primacía que supone que las normas de derecho comunitario
originario y derivado, se presuponen frente a las normas de derecho interno, a
fin de garantizar una aplicación uniforme, incluso en el ámbito administrativo
y judicial nacional. De no exponerse de manera clara esta supremacía sobre el
derecho nacional, se consentiría a cada Estado miembro la posibilidad de
sustraerse caso por caso a las normas del derecho aplicable en el proceso de
integración.
16.
Considero que el abordaje de estos preceptos, principios o
características, especialmente la primacía y aplicación directa de los tratados
142
de integración, ha de hacerse en el seno de la máxima autoridad ejecutiva del
Sistema de Integración Centroamericana, con el fin de dar seguridad jurídica
al mismo Derecho de integración, asegurar el respeto al Estado de Derecho y
diferenciar las normas de integración con el derecho internacional general, lo
que no significa que ha de estar divorciado o contravenir los compromisos
asumidos en el ámbito internacional.
17.
De igual manera es importante establecer reglas claras para determinar,
desde el punto de vista constitucional el rango jerárquico de estas normas,
especialmente en caso de conflicto entre ella y el derecho interno de los
Estado y `los límites a la primacía, siendo necesario determinar cuáles son y
cómo ha de resolverse. En este sentido los nuevos problemas de articulación
entre ordenamientos jurídicos de diferente naturaleza no pueden ser resueltos
sobre la base de los métodos tradicionales de recepción del Derecho
Internacional en el orden interno.
18.
En general, las leyes nacionales no pueden tergiversar, modificar, ni
sustituir las disposiciones de los tratados vigentes, reglamentos y resoluciones
adoptados conforme a derecho por los órganos regionales competentes,
estableciéndose la imposibilidad de las leyes nacionales para dejar sin efecto
de manera unilateral, disposiciones de los tratados regionales sobre los casos
exceptuados especialmente, puesto que los Estados miembros en el ejercicio
de su soberanía, han decidido ejercerlo conjuntamente en propósitos de bien
común de la comunidad y le han delegado determinadas funciones a los
órganos y organismos de la integración y en esos tratados está plasmado el
143
libre consentimiento de dichos Estados como elemento esencial para la validez
de los mismos.
De no ser así, jurídica y políticamente, la superioridad jerárquica del Derecho
Comunitario carecería de fundamento sólido. El mejor ejemplo es el artículo
35 del Protocolo de Tegucigalpa, siendo este el fundamento de la validez y
jerarquía del Derecho comunitario con respecto a instrumentos adoptados por
los Estados miembros en cuanto a la materia de integración centroamericana,
y se aprecia claramente la naturaleza y el alcance de las competencias
atribuidas a los órganos regionales, lo que deja claro la jerarquía de estos actos
realizados en virtud de estas competencias. Estas disposiciones establecen la
supremacía del acto comunitario respecto al Derecho Interno, pero, a nuestro
pesar no es acorde con las disposiciones constitucionales de los Estados
miembros del Sistema.
19.
La jerarquía reconocida al Derecho Comunitario no se basa únicamente
en el carácter internacional de los instrumentos, sino, además, en la naturaleza
comunitaria del ordenamiento jurídico normativo que se establece. Por lo
tanto en caso de conflicto entre una norma de este ordenamiento jurídico y una
norma interna de los Estados miembros, prevalece aquella sobre ésta.
Tampoco importa la circunstancia de que la norma interna incompatible sea
anterior o posterior.
20.
En cuanto a la jerarquía del Derecho Comunitario, en relación con las
Constituciones de los Estados miembros, la Corte Centroamericana de Justicia
en su jurisprudencia, ha manifestado la superioridad jerárquica del primero
144
con respecto a las normas constitucionales, considerando que las
modificaciones de la Carta Magna, posteriores a la vigencia de convenios de
integración, no tienen ningún efecto, debido a que el Derecho Interno no
puede prevalecer sobre el Derecho de integración.
21.
En definitiva el Estado de Nicaragua, al igual que los demás Estados de
la Comunidad Internacional asume una serie de compromisos, teniendo la
obligación de respetar y hacer cumplir con las normas internacionales de
derechos fundamentales contenidas en los tratados en los que sean parte y que
sean incorporadas al derecho interno. Por otro lado se ha de tomar en
consideración las características de los tratados de integración, que
presuponen obligaciones inequívocas a los Estados miembros y en el caso de
Centroamérica, Nicaragua es parte de este proceso.
22.
Por último deseamos mencionar, aunque no por ello menos importante,
la necesidad de que los legisladores aborden este tema con mayor detalle y
que sea objeto de discusión, por el interés que acarrea, tanto al Poder
Legislativo como al Ejecutivo. Seguimos manteniendo la posición de la
necesidad de que además de la discusión en estos dos Poderes del Estado, se
apruebe una ley que regule lo pertinente al proceso de negociación,
suscripción e incorporación al Derecho interno de los tratados o instrumentos
internacionales, teniendo como punto de partida que se debe de propugnar por
el cumplimiento de las normas del Derecho internacional legítimamente
consentidas por el Estado de Nicaragua.
145
Al respecto es menester expresar que estamos conscientes del cumplimiento
de las normas internacionales, sin embargo y por el bien de la seguridad
jurídica, considero necesario discutir si es necesaria una reforma
constitucional al respecto. A nosotros nos parece que no, pero sí una ley
especial sobre esta materia.
146
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161
ANEXO
162
LISTA DE ANEXOS
ANEXO I
EJEMPLOS DE PLENOS PODERES OTORGADO POR EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICADE
NICARAGUA
ANEXO II
EJEMPLOS DE DECRETO DE APROBACIÓN DE INSTRUMENTO INTERNACIONAL, EN VIGOR LA
CONSTITUCION DE 1987
ANEXO III
EJEMPLOS DE DECRETO DE RATIFICACION DE INSTRUMENTO INTERNACIONAL
ANEXO IV
EJEMPOS DE DECRETO MEDIANTE EL CUAL EL ESTADO DE NICARAGUA SE ADHIERE A UN
INSTRUMENTO INTERNACIONAL
ANEXO V
MODELO DE INSTRUMENTO PLENOS PODERES FACILITADO EN EL MANUAL DE TRATADOS
DE LA OFICINA DE ASUNTOS JURIDICOS DE LAS NACIONES UNIDAS (P. 42)
ANEXO VI
EJEMPLO DE ACTA DE CANJE DE NOTAS
ANEXP VII
ACTA DE DEPÓSITO (PROCÉS-VERBAL)
163
ANEXO VIII
OPINIÒN CONSULTIVA DE 1953 DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SOBRE LOS TRATADOS
INTERNACIONALES EN EL ORDENAMIENTO JURÌDICO NICARAGUENSE.
ANEXO IX
PROCEDIMIENTO DE CONSULTA Y PARTICIPACIÒN SOBRE LOS ACUERDOS COMERCIALES
INTERNACIONALES EN SUS DIFERENTES FASES. ACUERDO MINISTERIAL NO. 055-2007
ANEXO VX
EJEMPLO DE PUBLICACION EN LA GACETA, DIARIO OFICIAL DE UN INSTRUMENTO
INTERNACIONAL: PACTO DE DERECHOS ECONOMICOS SOCIALES Y CULTURALES; PACTO DE
AMISTAD ENTRE LOS GOBIERNOS DE LA REPÙBLICA DE COSTA RICA Y NICARAGUA Y LA
CARTA DE LA ORGANIZACIÒN DE ESTADOS CENTROAMÈRICANOS (ODECA)
164
ANEXO I
EJEMPLO DE PLENOS PODERES OTORGADO POR EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICADE
NICARAGUA
Ejemplo 1
(FIRMA DE LA “CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON
DISCAPACIDAD”)
ACUERDO PRESIDENCIAL No. 180-2007, Aprobado el 28 de Marzo del 2007
Publicado en La Gaceta No. 83 del 04 de Mayo del 2007
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA
En uso de las facultades que le confiere la Constitución Política
ACUERDA
Artículo 1.- Otorgar Plenos Poderes al Señor Mario H. Castellón Duarte, Embajador, Representante
Permanente Alterno de Nicaragua ante la Organización de las Naciones Unidas, con sede en Nueva York,
para que en dicha calidad y en nombre del Gobierno de la República de Nicaragua firme la “Convención
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad”, el treinta de marzo del año dos mil siete ante la
Sección de Tratados, Oficina de Asuntos Legales de la Secretaría General de la Organización de las Naciones
Unidas con sede en Nueva York, Estados Unidos de América.
Artículo 2.- La Trascripción de este Acuerdo faculta amplia y suficientemente al Señor Mario H. Castellón
Duarte, para proceder de conformidad.
Artículo 3.- El presente Acuerdo surte sus efectos a partir de esta fecha. Publíquese en La Gaceta, Diario
Oficial.
Dado en la ciudad de Managua, Casa de Gobierno, a los veintiocho días del mes de marzo del año dos mil
siete. DANIEL ORTEGA SAAVEDRA, Presidente de la República de Nicaragua.
Ejemplo 2
(OTORGAMIENTO DE PLENOS PODERES)
165
ACUERDO PRESIDENCIAL No. 140-2004, Aprobado el 19 de Abril del 2004
Publicado en La Gaceta No 79 del 23 de Abril del 2004
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA
En uso de las facultades que le confiere la Constitución Política
ACUERDA
Artículo 1.- Otorgar Plenos Poderes al Licenciado Sergio Mario Blandón Lanzas, Viceministro de Relaciones
Exteriores, para que en dicha calidad y en nombre del Gobierno de la República de Nicaragua, suscriba el
Memorando de Entendimiento entre el Gobierno de la República de Nicaragua y el Gobierno de la República
de China para la Supresión de Visas en Pasaportes Diplomáticos, Oficiales o de Servicio.
Artículo 2.- La transcripción de este Acuerdo faculta amplia y suficientemente al Licenciado Sergio Mario
Blandón Lanzas, para proceder de conformidad.
Artículo 3.- El presente Acuerdo surte sus efectos a partir de esta fecha. Publíquese en La Gaceta, Diario
Oficial.
Dado en la ciudad de Managua, Casa Presidencial, el diecinueve de abril del año dos mil cuatro. ENRIQUE
BOLAÑOS GEYER, Presidente de la República de Nicaragua.
Ejemplo 3
(SE NOMBRAN REPRESENTANTES PARA QUE EN NOMBRE Y REPRESENTACIÓN DE
NICARAGUA FIRMEN ACUERDO DE ASOCIACIÓN CENTROAMERICANA-UNIÓN EUROPEA, EN
LA CIUDAD DE TEGUCIGALPA, REPÚBLICA DE HONDURAS)
ACUERDO PRESIDENCIAL No. 125-2012, Aprobado el 27 de Junio de 2012
Publicado en La Gaceta No. 122 del 29 de Junio de 2012
El Presidente de la República de Nicaragua
Comandante Daniel Ortega Saavedra
En uso de las facultades que le confiere la Constitución Política
ACUERDA
Artículo 1. Otorgar Plenos Poderes a la Compañera Msc. Gilda María Bolt González, en calidad de
166
Embajadora en Misión Especial, para que en nombre y representación del Gobierno de la República de
Nicaragua, firme el Acuerdo de Asociación Centroamérica – Unión Europea, el veintinueve de junio del
presente año, en la ciudad de Tegucigalpa, República de Honduras.
Artículo 2. La transcripción de este Acuerdo faculta amplia y suficientemente a la Compañera Msc. Gilda
María Bolt González, para acreditar la representación de Nicaragua en la firma del Acuerdo relacionado en el
artículo anterior, cuyos términos han sido previamente acordados.
Artículo 3. El presente Acuerdo surte sus efectos a partir de esta fecha, sin perjuicio de su posterior
publicación en La Gaceta, Diario Oficial.
Dado en la Ciudad de Managua, Casa de Gobierno, República de Nicaragua, a los veintisiete días del mes de
Junio del año dos mil doce. Daniel Ortega Saavedra, Presidente de la República de Nicaragua. Paul Oquist
Kelley, Secretario Privado para Políticas Nacionales.
167
ANEXO II
EJEMPLO DE DECRETO DE APROBACIÓN DE INSTRUMENTO INTERNACIONAL, EN
VIGOR LA CONSTITUCION DE 1987
Ejemplo 1
APROBACION AL PROTOCOLO DEL TRATADO CONSTITUTIVO DEL PARLAMENTO
CENTROAMERICANO Y OTRAS INSTANCIAS POLÍTICAS
DECRETO A. N. No. 184. Aprobado el 27 de Marzo de 1990.
Publicado en La Gaceta No. 68 del 5 de Abril de 1990.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA
Hace saber al pueblo nicaragüense que:
LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA
En uso de sus facultades,
HA DICTADO
El siguiente:
DECRETO:
Artículo 1.- Apruébese el Protocolo del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y otras
Instancias Políticas, suscrito por el Presidente de la República de Nicaragua el 9 de Diciembre de 1989, y por
los Presidentes de las Repúblicas de Guatemala, Costa Rica, Honduras, y El Salvador, los días 15 y 29 de
Septiembre, 6 de Noviembre y 9 de Diciembre de 1989, respectivamente.
Artículo 2.- El presente Decreto entrará en vigencia a partir de su publicación por cualquier medio de
comunicación social, sin perjuicio de su posterior publicación en “La Gaceta”, Diario Oficial.
Dado en la Sala de Sesiones de la Asamblea Nacional, a los veintisiete dí ;as del mes de Marzo de mil
novecientos noventa, “Año de la Paz y la Reconstrucción”. CARLOS NÚÑEZ TÉLLEZ, Presidente de la
Asamblea Nacional. RAFAEL SOLÍS CERDA, Secretario de la Asamblea Nacional.
Por tanto publíquese y ejecútese. Managua, veintiocho de Marzo de mil novecientos noventa, “Año de la Paz
y la Reconstrucción”. DANIEL ORTEGA SAAVEDRA, Presidente de la República.
Ejemplo 2
APROBACION DE LA CONVENCION DE LAS NACIONES UNIDAS
SOBRE EL DERECHO DEL MAR Y SUS ANEXOS
168
DECRETO A.N. No. 2374, Aprobada el 16 de Octubre de 1999
Publicada en La Gaceta No.204 del 26 de Octubre de 1999
EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DE NICARAGUA
Hace saber al pueblo nicaragüense que:
LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPUBLICA DE NICARAGUA
CONSIDERANDO
I
Que la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar se inició en Nueva York,
Estados Unidos en Diciembre de 1973 y finalizó el 10 de Diciembre de 1982, habiéndose abierto a la firma la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
II
Que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar entró en vigor el 16 de Noviembre de
1994 y que el Acuerdo relativo a la aplicación de la Parte XI de la Convención de las Naciones Unidas sobre
el Derecho del Mar del 10 de Diciembre de 1982 con fecha 17 de Agosto de 1994 garantiza la participación
Universal de la Convención.
III
Que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, con el debido respeto de la soberanía
de todos los Estados, establece un orden para los mares y océanos que facilite la comunicación internacional y
promueva los usos con fines pacíficos de los mares y océanos, la utilización equitativa y eficiente de sus
recursos, el estudio, la protección y preservación del medio marino y la conservación de sus recursos vivos.
En uso de sus facultades;
HA DICTADO
El siguiente:
DECRETO
169
DE APROBACION DE LA CONVENCION DE LAS NACIONES UNIDAS
SOBRE EL DERECHO DEL MAR Y SUS ANEXOS
Artículo 1.- Apruébese la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y sus Anexos del 10
de Diciembre de 1982, suscrito por Nicaragua el 9 de Diciembre de 1984.
Artículo 2.- El presente Decreto entrará en vigencia a partir de su publicación en La Gaceta, Diario Oficial.
Dado en la ciudad de Managua, en la Sala de Sesiones de la Asamblea Nacional, a los seis días del mes de
Octubre de mil novecientos noventa y nueve. IVAN ESCOBAR FORNOS. Presidente de la Asamblea
Nacional. VICTOR MANUEL TALAVERA HUETE. Secretario de la Asamblea Nacional .
Publíquese y Ejecútese. Managua, catorce de octubre de mil novecientos noventa y nueve.- ARNOLDO
ALEMAN LACAYO, Presidente de la República de Nicaragua.
Ejemplo 3
DECRETO DE APROBACIÓN DEL PROTOCOLO MODIFICATORIO DEL TRATADO DE LIBRE
COMERCIO ENTRE EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA Y EL GOBIERNO DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
DECRETO LEGISLATIVO No. 5876 Aprobado el 4 de Noviembre del 2009
Publicado en La Gaceta No. 225 del 26 de Noviembre del 2009
LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA
CONSIDERANDO
I
Que por Acuerdo Presidencial Nº. 120-2009 de fecha quince de mayo del año dos mil nueve, publicado en La
Gaceta, Diario Oficial Nº. 97 del veintisiete de mayo del presente año, el Presidente de la República,
otorgó plenos poderes al Ministro de Fomento, Industria y Comercio para suscribir en nombre y
representación del Gobierno de la República de Nicaragua, el Protocolo Modificatorio al Tratado de Libre
Comercio entre el Gobierno de la República de Nicaragua y el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos.
II
Que el Ministro de Fomento, Industria y Comercio, suscribió en nombre del Gobierno de la República de
Nicaragua, el Protocolo Modificatorio al Tratado de Libre Comercio entre el Gobierno de la República de
170
Nicaragua y el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, el día martes 14 de julio del año dos mil nueve,
en la ciudad de Managua, República de Nicaragua.
POR TANTO
En uso de sus Facultades;
HA DICTADO
El siguiente
DECRETO DE APROBACIÓN DEL “PROTOCOLO MODIFICATORIO DEL TRATADO DE LIBRE
COMERCIO ENTRE EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA Y EL GOBIERNO DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Artículo 1 Apruébese el Protocolo Modificatorio del Tratado de Libre Comercio entre el Gobierno de la
República de Nicaragua y el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, hecho el 30 de junio de 2009 y
suscrito por el Gobierno de la República de Nicaragua en fecha 14 de julio del 2009 en la ciudad de Managua,
República de Nicaragua.
Art.2 Esta aprobación le conferirá efectos legales, dentro y fuera de Nicaragua, una vez que haya entrado en
vigencia internacionalmente, mediante su depósito, conforme se establece en el instrumento internacional. El
texto “Protocolo Modificatorio al Tratado de Libre Comercio Entre el Gobierno de la República de Nicaragua
y el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos”, forma parte integrante de este Decreto.
Art. 3 El presente Decreto entrará en vigencia a partir de su publicación en La Gaceta, Diario Oficial. Por
Tanto publíquese.
Dado en la Sala de Sesiones de la Asamblea Nacional. Managua, a los cuatro días del mes de noviembre del
año dos mil nueve. Ing. René Núñez Téllez, Presidente de la Asamblea Nacional. Dr. Wilfredo Navarro
Moreira, Secretario de la Asamblea Nacional.
171
ANEXO III
EJEMPLO DE DECRETO DE RATIFICACION DE INSTRUMENTO INTERNACIONAL
RATIFICACIÓN DE CONVENCIÓN DE NACIONES UNIDAS SOBRE EL DERECHO DEL MAR Y SUS
ANEXOS)
DECRETO No. 14-2000, Aprobado el 7 de Febrero del 2000
Publicado en La Gaceta No. 30 del 11 de Febrero del 2000
El Presidente de la República de Nicaragua
CONSIDERANDO
I
Que Nicaragua suscribió el 9 de Diciembre de 1984, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho
del Mar y sus Anexos.
II
Que la Asamblea Nacional aprobó la mencionada Convención por Decreto Número 2374, publicado en La
Gaceta, Diario Oficial No. 204 del 26 de Octubre de mil novecientos noventa y nueve.
En uso de las facultades que le confiere la Constitución Política,
HA DICTADO
El siguiente:
DECRETO
Artículo 1.- Ratificar la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y sus Anexos, suscrita
por Nicaragua, el 9 de Diciembre de 1984.
Artículo 2.- Expedir el Instrumento de Ratificación para su depósito en el Organismo correspondiente.
Artículo 3.- El presente Decreto entrará en vigencia a partir de su publicación en La Gaceta, Diario Oficial.
Dado en la ciudad de Managua, Casa Presidencial, el siete de Febrero del año dos mil.- ARNOLDO
ALEMAN LACAYO, Presidente de la República de Nicaragua
172
ANEXO IV
EJEMPLO DE DECRETO MEDIANTE EL CUAL EL ESTADO DE NICARAGUA SE ADHIERE A
UN INSTRUMENTO INTERNACIONAL
Ejemplo 1
DE APROBACIÓN DE LA ADHESIÓN AL PROTOCOLO CONTRA LA FABRICACIÓN Y EL
TRÁFICO ILÍCITO DE ARMAS DE FUEGO, SUS PIEZAS Y COMPONENTES Y MUNICIONES, QUE
COMPLEMENTA LA CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DELINCUENCIA
ORGANIZADA TRANSNACIONAL
DECRETO A. N. No. 4967, Aprobado el 12 de Diciembre del 2006
Publicado en La Gaceta No. 13 del 18 de Enero del 2007
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA
Hace saber al pueblo nicaragüense que:
LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA
En uso de sus facultades;
HA DICTADO
El siguiente:
DECRETO
DE APROBACIÓN DE LA ADHESIÓN AL PROTOCOLO CONTRA LA FABRICACIÓN Y EL
TRÁFICO ILÍCITO DE ARMAS DE FUEGO, SUS PIEZAS Y COMPONENTES Y MUNICIONES, QUE
COMPLEMENTA LA CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DELINCUENCIA
ORGANIZADA TRANSNACIONAL
Artículo 1.- Aprobar la Adhesión al Protocolo Contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas de Fuego,
sus Piezas y Componentes y Municiones, que complementa la Convención de las Naciones Unidas Contra la
Delincuencia Organizadas Transnacional, adoptado mediante Resolución número A/RES/255 del 31 de mayo
173
del año 2001 en la 55ava. Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas y abierto a firma en la Sede
de las Naciones Unidas en Nueva York hasta el 12 de diciembre del año 2002.
Artículo 2.- El presente Decreto es de orden público y entrará en vigencia a partir de la fecha de su
publicación en La Gaceta, Diario Oficial.
Dado en la sala de sesiones de la Asamblea Nacional, a los doce días del mes de diciembre del año dos mil
seis. ING. EDUARDO GÓMEZ LÓPEZ, Presidente Asamblea Nacional. DRA. MARÍA AUXILIADORA
ALEMÁN ZEAS, Secretaria de la Asamblea Nacional.
Por tanto: Publíquese y Ejecútese. Managua, veintiuno de diciembre del año dos mil seis. ENRIQUE
BOLAÑOS GEYER, Presidente de la República de Nicaragua.
Ejemplo 2
DE RATIFICACIÓN DE LA ADHESIÓN AL PROTOCOLO CONTRA LA FABRICACIÓN Y EL
TRÁFICO ILÍCITO DE ARMAS DE FUEGO, SUS PIEZAS Y COMPONENTES Y MUNICIONES, QUE
COMPLEMENTA A LA CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DELINCUENCIA
ORGANIZADA TRANSNACIONAL
DECRETO No. 34-2007, Aprobado el 02 de Mayo del 2007
Publicado en La Gaceta No. 90 del 15 de Mayo del 2007
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA,
CONSIDERANDO
I
Que el 31 de mayo del año 2001, fue adoptado en la 55 ava. Sesión de la Asamblea General de las Naciones
Unidas la Resolución AG/RES/55/255 y abierto a firma en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York
hasta el día 12 de diciembre del 2002, el Protocolo Contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas de
Fuego, sus Piezas y Componentes y Municiones, que complementa a la Convención de las Naciones Unidas
contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
II
174
Que el Poder Ejecutivo se adhirió al Protocolo mediante Decreto No. 65-2004, del 24 de junio del 2004,
publicado en La Gacela, Diario Oficial No. 134 del 9 de julio del 2004.
III
Que la Asamblea Nacional aprobó la Adhesión al Protocolo, mediante el Decreto A.N. 4967 del 12 de
diciembre del 2006, promulgado el 21 de diciembre del 2006 y publicado en La Gaceta, Diario Oficial No. 13
el 18 de enero del 2007.
En uso de las facultades que le confiere la Constitución Política,
HA DICTADO
El siguiente:
DECRETO
DE RATIFICACIÓN DE LA ADHESIÓN AL PROTOCOLO CONTRA LA FABRICACIÓN Y EL
TRÁFICO ILÍCITO DE ARMAS DE FUEGO, SUS PIEZAS Y COMPONENTES Y MUNICIONES, QUE
COMPLEMENTA A LA CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DELINCUENCIA
ORGANIZADA TRANSNACIONAL
Artículo 1.- Ratificar la “Adhesión al Protocolo contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas de Fuego,
sus Piezas y Componentes y Municiones, que complementa a la Convención de Las Naciones Unidas contra
la Delincuencia Organizada Transnacional”, adoptado mediante Resolución número AG/RES/55/255 del 31
de mayo del año 2001 en la 55 ava. Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Artículo 2.- El presente Decreto entrará en vigencia a partir de su publicación en La Gaceta, Diario Oficial.
Dado en la ciudad de Managua, Casa de Gobierno, a los dos días del mes de mayo del año dos mil
siete. DANIEL ORTEGA SAAVEDRA, Presidente de la República de Nicaragua
175
ANEXO V
MODELO DE INSTRUMENTO PLENOS PODERES FACILITADO EN EL MANUAL DE
TRATADOS DE LA OFICINA DE ASUNTOS JURIDICOS DE LAS NACIONES UNIDAS (P. 42)
(Para la firma por el Jefe del Estado, el Jefe del Gobierno o el Ministro de Relaciones Exteriores)
PLENOS PODERES
Yo, [nombre y título del Jefe del Estado, el Jefe del Gobierno o el Ministro de Relaciones Exteriores],
AUTORIZO POR EL PRESENTE INSTRUMENTO A [nombre y título] a [firmar, ratificar, denunciar,
efectuar la siguiente declaración respecto de, etcétera] el [título y fecha del tratado, convención, acuerdo,
etcétera] en nombre del Gobierno de [nombre de un Estado].
HECHO EN [lugar], el [fecha].
FIRMA
176
ANEXO VI
EJEMPLO DE ACTA DE CANJE DE NOTAS
177
178
179
180
ANEXP VII
ACTA DE DEPÓSITO (PROCÉS-VERBAL)
181
ANEXO VIII
OPINIÒN CONSULTIVA DE 1953, DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SOBRE
TRATADOS INTERNACIONALES Y EL ORDENAMIENTO NACIONAL
182
183
ANEXO IX
PROCEDIMIENTO DE CONSULTA Y PARTICIPACIÒN SOBRE LOS ACUERDOS
COMERCIALES INTERNACIONALES EN SUS DIFERENTES FASES.
ACUERDO MINISTERIAL NO. 055-2007, Aprobado el 1 de Noviembre del 2007.
Publicado en La Gaceta No. 223 del 20 de Noviembre del 2007.
EL MINISTRO DE FOMENTO, INDUSTRIA Y COMERCIO
CONSIDERANDO
I
Que el artículo 22 de la Ley 290, “Ley de Organización ,Competencia y Procedimientos del Poder Ejecutivo”,
establece que el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio debe promover el acceso a los mercados
externos y una mejor inserción en la economía internacional, a través de la negociación, implementación y
administración de acuerdos comerciales internacionales.
II
Que el progreso socioeconómico de la nación requiere que la sociedad nicaragüense participe efectivamente
en la construcción de una sólida visión del desarrollo nacional, mediante la creación formal de espacios
amplios y democráticos de coordinación entre el sector público, sector privado y organizaciones sociales.
III
Que las solicitudes y demandas de participación han sobrepasado la capacidad de acción del Foro de Consulta
creado y reglamentado mediante Acuerdo Ministerial No. 055-2001 de fecha cuatro de octubre del año dos
mil uno, por lo que se requiere ampliar la participación ciudadana en los procesos de negociación y aplicación
de acuerdos comerciales internacionales, reformando los mecanismos previamente establecidos a fin de que
los mismos permitan una mejor interacción entre las instituciones de gobierno encargadas de la negociación,
sector privado y organizaciones sociales.
IV
Que el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, tiene el firme propósito de establecer procedimientos
y mecanismos que permitan una participación directa de las distintas organizaciones sociales, especialmente
las interesadas en aquellos procesos de negociación y aplicación de los acuerdos comerciales internacionales.
184
V
Que el proceso de participación ciudadana es un derecho fundamental reconocido en la Constitución Política
de la República y corresponde al Estado de Nicaragua la creación y operación de mecanismos institucionales
que permitan la interacción con los ciudadanos organizados.
POR TANTO
En uso de las facultades que le confiere la Ley 290, “Ley de Organización, Competencia y Procedimientos del
Poder Ejecutivo”, su Reglamento y Reformas;
ACUERDA:
PROCEDIMIENTO DE CONSULTA Y PARTICIPACIÒN SOBRE LOS ACUERDOS
COMERCIALES INTERNACIONALES EN SUS DIFERENTES FASES.
Artículo 1. Se establece el presente procedimiento de consulta y participación de las distintas organizaciones
de la sociedad civil y los grupos de interés, especialmente los relacionados con los acuerdos comerciales
internacionales, incluidos aquellos vinculados al proceso de integración centroamericana y la Organización
Mundial de Comercio (OMC).
Artículo 2. La participación ciudadana se realizará mediante dos mecanismos:
1- Consulta pública; y
2- Grupos nacionales de trabajo.
Artículo 3. La consulta pública tiene como objetivo asegurar que la sociedad civil en general y las
organizaciones relacionadas y grupos de interés, en particular, participen en los procesos de negociación y
aplicación de acuerdos comerciales internacionales, para optimizar las oportunidades del comercio
internacional en beneficio del desarrollo económico y social de Nicaragua.
Artículo 4. La consulta pública se regirá por el siguiente procedimiento:
a)- Apertura de Consulta: podrá participar toda persona natural o jurídica establecida en Nicaragua, interesada
en presentar aportes de manera constructiva sobre asuntos relacionados al comercio internacional que sean
relevantes al proceso de negociación y aplicación de acuerdos comerciales. Durante la fase inicial de consulta
pública, también se recibirán aportes de otras entidades gubernamentales interesadas en un determinado
proceso de negociación.
185
La Información sobre el inicio de un proceso de negociación de acuerdos comerciales, se divulgará a través de
convocatorias en los medios de comunicación para conocimiento de los sectores empresariales, las PYMEs
las organizaciones sociales en particular los grupos de interés;
b)- Utilización de Formatos: para un mejor seguimiento, todo aporte deberá ser presentado a través del
formato que para tal efecto el MIFIC, pondrá a disposición del público en su página web. Los formatos
también estarán disponibles en las oficinas del Centro de Información y Consulta Comercial (CICC) del
MIFIC.
c)- Recepción de aportes: el MIFIC, para facilitar el proceso de recepción de aportes, pondrá a disposición
espacio en su página web, dará a conocer el apartado postal, la dirección física, número de fax y dirección
electrónica para la recepción de los mismos.
d)- Plazo de recepción: la recepción de los aportes en la etapa inicial de las negociaciones deberán presentarse
dentro de los 30 días calendarios, a partir de la publicación de la convocatoria en cualquier medio de
comunicación; podrán presentarse propuestas adicionales a los largo de todo el proceso de negociación o
aplicación del acuerdo comercial, utilizando el mismo formato.
e)- Seguimiento y retroalimentación: los aportes serán consolidados por temas de negociación o aplicación,
según el caso; y los mismos podrán ser objeto de retroalimentación conjunta entre el Coordinador del tema y
la persona interesada.
Artículo 5. Se válida para efectos de la negociación del Acuerdo de Negociación entre Centroamérica y la
Unión Europea el formato publicado en el sitio www.mific.gob.ni y en EL Nuevo Diario de fecha 11 de
octubre de 2007.
Artículo 6. Designar como Punto de Contrato Permanente para la recepción de aportes, una vez concluido el
plazo para la fase inicial establecido en la consulta pública, al jefe del CICC de la Dirección de Política
Comercial de la Dirección General de Comercio Exterior del MIFIC.
Artículo 7. Se crean los siguientes Grupos nacionales de trabajo, por temas de negociación y aplicación,
conformados por funcionarios de la Dirección General de Comercio Exterior, otras Dirección del MIFIC e
instituciones del Estado involucradas en el proceso:
1- Acceso a marcados
2- Reglas de origen, procedimientos aduaneros y facilitación del comercio
3- Obstáculos técnicos al comercio
186
4- Medidas sanitarias y fitosanitarias
5- Defensa comercial
6- Políticas de competencia
7- Propiedad intelectual
8- Servicios e inversiones
9- Compras de gobierno
10- Medio ambiente, laboral y desarrollo sostenible
11- Solución de controversias, temas institucionales y acuerdos regionales
12- Cooperación
El MIFIC podrá modificar o crear nuevos grupos nacionales de trabajo en caso necesario.
Artículo 8. Los Grupos nacionales de trabajo tendrán las siguientes funciones:
a)- Revisar y analizar los aportes recibidos;
b)- Formular propuestas y recomendaciones para efectos de la negociación y aplicación de acuerdos
comerciales internacionales;
c)- Establecer sus propias agendas de trabajo conforme los requerimientos del proceso de negociación
definidos por el MIFIC;
d)- Las demás funciones que apruebe el MIFIC.
Artículo 9. El coordinador de cada Grupo será el ( la) negociador(a) del tema respectivo, quien convocará de
acuerdo a la agenda, a los representantes de la sociedad civil, particularmente a los grupos de interés, sectores
económicos y sociales vinculados al tema en cuestión, y será el responsable de preparar la agenda de las
reuniones de conformidad con los requerimientos del proceso de negociación o aplicación de tratados en que
se encuentren involucrados; informará sobre los avances que se tengan a la fecha y conducirá la reunión con
vistas a conformar los intereses del país, alrededor del tema.
187
Artículo 10. La conducción y supervisión de estos grupos estará a cargo, en primera instancia, por los
Directores Específicos de la Dirección General de Comercio Exteriores (DGCE), del Ministerio de Fomentos
Industria y Comercio.
Las propuestas y recomendaciones emitidas por los Grupos nacionales de trabajo serán adoptadas por
consenso. En caso de no lograrse consenso con respecto a una propuesta o recomendación, los Directores
Específicos de la DGCE estarán facultados para adoptarla, rechazarla o bien elevarla al Director General de
Comercio Exterior para su consideración.
Las propuestas y recomendaciones elaboradas por los Grupos nacionales de trabajo serán remitidas al
Viceministro del MIFIC por medio del Director General de Comercio Exterior, quien las evaluará y
posteriormente las presentará junto con sus observaciones, si existieran, al Ministro del MIFIC para su
aprobación.
Artículo 11. La documentación relativa a los procesos de negociación tendrá el carácter de información
pública reservada, en virtud del artículo 15, numeral d) de la Ley 621, publicada en La Gaceta, Diario Oficial,
No. 118 del 22 de Junio del 2007, una vez entre en vigencia la citada ley.
Artículo 12. Se deroga el Acuerdo Ministerial No 055-2001 de fecha cuatro de octubre del año dos mil uno.
Artículo 13. El presente Acuerdo Ministerial entrara en vigencia a partir de esta fecha, sin perjuicio de su
posterior publicación en “La Gaceta”, Diario Oficial.
Dado en la Cuidad de Managua, el día uno del mes de noviembre del año dos mil siete. Orlando Solórzano
Delgadillo, Ministro.
188
ANEXO X
EJEMPLO DE PUBLICACION EN LA GACETA, DIARIO OFICIAL DE INSTRUMENTOS
INTERNACIONALES: INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y
CULTURALES, CARTA DE LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS CENTROAMERICANOS
(ODECA) Y DEL PACTO DE AMISTAD ENTRE LOS GOBIERNOS DE LAS REPÚBLICAS DE
COSTA RICA Y NICARAGUA
189
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