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6 / ANDALUCÍA
EL PAÍS, sábado 30 de agosto de 2003
ANDRÉS ESTRADA / Comisionado andaluz para las Drogas
“Había una demanda social del
proyecto de la heroína”
TEREIXA CONSTENLA, Sevilla
Andrés Estrada (Huelva, 1956),
médico, lleva tres años al frente
del Comisionado para las Drogas de la Consejería de Asuntos
Sociales. Su departamento pilota
un ensayo clínico novedoso de administración de heroína a toxicómanos, que arrancó estos días en
Granada y que se presentará oficialmente la próxima semana.
Pregunta. ¿Han encontrado
datos novedosos en el estudio del
perfil de los pacientes?
Respuesta. Algo que pudiera
sorprender es que, aunque hay
un colectivo importante que viene de una marginación previa,
hay un grupo bastante llamativo
que no viene precisamente de capas sociales bajas, sino de familias con situaciones normales o
altas y que también están ahí por
un agotamiento familiar. La ma-
El problema del Campo
de Gibraltar no es de
Asuntos Sociales, es del
Ministerio del Interior
yoría han estado en tres o cuatro
tratamientos previos.
P. ¿Cuándo se pondrá en marcha en La Línea?
R. Hay que romper una lanza
a favor del trabajo que se ha hecho en el Campo de Gibraltar y
ahora mismo apenas hay consumidores reales de heroína inyectada. El problema del Campo de
Gibraltar no es de consumo, sino
de tráfico, no es un problema de
Asuntos Sociales, es un problema del Ministerio del Interior.
P. ¿Se plantean trasladar el ensayo a otro lugar?
R. Hemos incrementado hasta 240 los pacientes en Granada,
en un solo centro. Vamos a aprovechar los medios que hemos
puesto en la Línea para otras investigaciones, como un estudio
de la Facultad de Medicina de
Cádiz sobre los niveles plasmáticos de metadona individual para
ver la cantidad necesaria para cada paciente, para que no tenga
necesidad de ningún tipo de consumo aparte de la metadona.
P. ¿Les costó acercarse al colectivo de heroinómanos?
R. Los primeros 60 o así fueron fáciles, pero a partir de ahí
hemos tenido que ir a buscarlos.
Hemos tenido la suerte de que
un ciudadano que estuvo durante mucho tiempo consumiendo
heroína y que ahora está totalmente desintoxicado y que conocía ese mundo, conocía el barrio
y a las personas con problemas
nos ayudó a acercarnos. Y después ha sido encomiable la labor
de las dos trabajadoras sociales
del centro que se han metido en
el fango, han ido a buscarlos y a
convencerlos.
P. Ahora que ya está autorizado, ¿cuál fue la razón real por la
que estuvo frenado tanto tiempo
por la Administración central?
R. Hay una cosa sorprendente. El Ministerio de Sanidad, la
Agencia del Medicamento, no
puso ninguna traba. En el servicio público sanitario de cualquier país se buscan alternativas
a los tratamientos en cualquier
patología, pero luego el Ministe-
Andrés Estrada.
/ ALEJANDRO RUESGA
rio del Interior, menos conocedor de la investigación sanitaria,
lo paralizó entendiendo que era
un capricho de la Junta de Andalucía cuando había sido una demanda social. Los primeros que
nos pidieron que hiciéramos el
proyecto fueron asociaciones de
drogas, sobre todo de madres de
personas con problemas de drogas. Interior también entendía
que era una forma de legalizar y
para nada, los profesionales saben atender correctamente a cada individuo y darle la sustancia
“Mi padre, que fue
sanitario, administraba
morfina en Huelva a
los adictos en el 48”
que necesitan. Utilizamos morfina todos los días en los centros
hospitalarios. Cuando le conté lo
del ensayo de la heroína, mi padre, que fue sanitario, me dijo
que si nos creíamos que éramos
modernos por eso, que en el año
48 él administraba morfina en
Huelva a los adictos.
R. ¿Hay alguna droga que le
preocupe más que otra?
R. El alcohol. En heroína,
que trabajamos mucho, ya hay
pocas personas. Se ha incrementado el consumo de la cocaína
con el problema de que no tiene
un sustituto y de que engaña mucho porque el ciudadano se encuentra bien y los efectos secundarios son a medio y largo plazo,
con problemas de alteración psiquiátrica. Pero el alcohol proba-
blemente sea una de las sustancias, junto al tabaco, que más daño puede hacer en el futuro, porque además se ha normalizado
en un consumo diferente al de
toda la vida. Se ha ligado al ocio,
se consume en fin de semana y
sobre todo afecta a los jóvenes y
cada vez en edad más temprana.
Genera también el problema de
la alteración de orden público en
la noche y no respeto al descanso
de los ciudadanos. Tenemos que
buscar fórmulas que rompan esa
unión de ocio con alcohol.
P. ¿Mata más el alcohol o el
tabaco?
R. A corto plazo mata más el
alcohol, como se ve en los accidentes de tráfico, sobre todo entre jóvenes. El tabaco mata a largo plazo, son consecuencias o
bien vasculares o bien respiratorias, y además, como limita la
capacidad física, influye en la movilidad del ciudadano y por tanto en la calidad de vida. Hablamos siempre de la relación del
tabaco con el cáncer pero que no
se nos olvide que el alcohol también produce cáncer aunque el
cáncer no se desarrolla por un
consumo, sino por una predisposición.
P. Las medidas restrictivas sobre venta de alcohol ¿tienen resultados positivos?
R. Me gustaría decir que ese
3% de jóvenes que ha dejado de
beber de forma abusiva es gracias a las campañas, la prevención y la modificación de la Ley
de Drogas en Andalucía, que es
restrictiva en cuanto a la oferta,
que era descontrolada. No hemos ido contra el derecho del ciudadano de consumir o no.
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