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Palabras
necesarias
La Confederación de T r a b a j a d o r e s de Chile, organismo unitario, surgido en 1936 después de u n g r a n Congreso Nacional de
Unidad, en que participaron la Federación Obrera de Chile, la
Confederación de Sindicatos Legales y diversas instituciones independientes, h a fortalecido su acción a través de p e r m a n e n t e s
luchas por las reivindicaciones de la clase obrera. F o r m a n d o
p a r t e del c o n j u n t o de entidades políticas de izquierda y de a v a n zada progresista, denominado Alianza Democrática, h a pugnado
por establecer en Chile u n a a u t é n t i c a democracia, siendo u n f a c tor d e t e r m i n a n t e en el t r i u n f o de las fuerzas populares que en
1938 llevaron a la Presidencia de la República a don Pedro Aguir r e Cerda, abriendo así u n ciclo histórico en la vida nacional, que
h a permitido lograr positivos avances sociales en la política
de Gobierno y que sea desplazada del poder la oligarquía feudal
y reaccionaria gobernante del país d u r a n t e más de cien años.
El p r e m a t u r o fallecimiento del Presidente Pedro Aguirre
Cerda y posteriormente del M a n d a t a r i o J u a n Antonio Ríos, elegido también con el apoyo de la clase obrera organizada, dió lugar al período nefasto de la Vicepresidencia de Alfredo Duahalde.
Circunstancias transitorias de Gobierno que permitieron a elementos desplazados de la política y personeros de los sectores
de la derecha u l t r a m o n t a n a , ocupar posiciones en las altas esfer a s administrativas, p a r a desde allí torcer el rumbo progresista
iniciado en 1938.
D u r a n t e la Administración del señor Duhalde, se produjeron
los hechos de Febrero de 1946, que iniciándose con la cancelación de la personería jurídica de los sindicatos salitreros Mapocho y Humberstone, culminaron con la masacre de la Plaza Bulnes y después con siete meses de Gobierno, apoyado en la combinación política llamada Tercer Frente, en la cual participaban
elementos reaccionarios expulsados del Partido Radical, grupos
divisionistas del Partido Democrático, Partido Socialista y los
elementos golpistas responsables de la masacre de la Plaza
Kulnes.
Con el propósito de m a n t e n e r la continuidad de este Gobierno y evitar la elección presidencial, se inició u n a tenaz peraecu-
sión contra la clase obrera que no aceptó el predicamento d e
Bernardo Ibáñez, de ungir al c a r r o de ese Gobierno a la Confederación de T r a b a j a d o r e s de Chile, subordinando su acción a
la participación que en él m a n t e n í a el Partido Socialista.
Como u n a reacción formidable a la traición cometida por
Bernardo Ibáñez^ y un grupo de dirigentes socialistas y antiobreros, el pueblo agrupado en la Alianza Democrática y la CTCH,
llevó a las u r n a s a Gabriel González Videla, obteniendo u n t r i u n fo que h a llenado de legítimo orgullo a la democracia chilena.
T a l situación h a desesperado a estos elementos y en su a f á n d e
obstruir la labor del a c t u a l Gobierno y la participación que en
él corresponde a las fuerzas del pueblo que le dieron el triunfo,
n o h a parado en medios, entregando todas sus actividades a l
servicio de la reacción nacional y del imperialismo, alineándose
en las filas de los a n t i p a t r i o t a s y enemigos de la democracia que
p u g n a n por a p l a s t a r el avance progresista de nuestro pueblo.
La CTCH, como Central Obrera independiente, h a m a n t e nido u n a lucha tenaz y combativa en defensa de las conquistas
sociales de los t r a b a j a d o r e s y por el a u m e n t o de sueldos y salarios. Siempre h a estado al f r e n t e de las c a m p a ñ a s reivindica,
tivas del pueblo y en n i n g ú n momento h a olvidado su carácter
d e organismo sin partido, al servicio insobornable de todo el
proletariado.
Participa en la organización política de los partidos de izquierda, con el f i n de impulsar desde allí el estudio p a r a m e j o r a r las leyes sociales que a través de la lucha organizada y el
sacrificio, h a conquistado la clase obrera de nuestro país. Por est a posición clara y firme, la CTCH h a logrado el respeto de todos
los sectores de la ciudadanía y del Gobierno.
El documento de la presidencia de la CTAL que entregamos
a l conocimiento de la opinión pública y de las organizaciones
h e r m a n a s del continente, revela con claridad meridiana el proceso de traición seguido en los últimos años por los personeros
criollos de la Federación Americana del Trabajo, con el objeto
de destruir la CTAL y las organizaciones obreras nacionales,
bastiones formidables contra las aspiraciones de hegemonía del
imperialismo yanqui.
El pueblo chileno es en estos i n s t a n t e s blanco de u n a ofensivo sin cuartel de los enemigos de la democracia y b a j o la falsa
m á s c a r a del "anticomunismo", se p r e t e n d e d a r u n tremendo
zarpazo a las conquistas sociales alcanzadas después de cruent a s luchas y detener la acción política de las masas que, como
u n foco luminoso está señalando el camino que deben seguir
los pueblos h e r m a n o s del continente, p a r a su liberación económica y social.
El conocimiento de los documentos entregados por el p r e s e n t e folleto, permitirán a nuestros pueblos y especialmente a la
clase obre» •»., ver con mayor claridad en esta c a m p a ñ a deleznable
contra la uii l a d de la" CTAL y los t r a b a j a d o r e s de los respectivos
países. Por lo ue refiere a Chile, los traidores se h a n roto los
dientes en la u n l a d granítica d e la Confederación de T r a b a j a dores de Chile que h a n pretendido dividir y que grupos desplazados, usurpando su nombre, quieren h a c e r creer a la opinión
exterior en una i n f l u e . i i a que no tienen y en u n respaldo que la
masa organizada les n i e j a , condenando la traición y la villanía
de sus mentores a sueldo de la Federación Americana del T r a bajo.
Samtiag», (Chile), VbriL de 1947.
Confederación de Trabajadores
de América Latina
A LOS MIEMBROS DEL COMITE CENTRAL DE LA CONFEDERACION DE TRABAJADORES DF. AMERICA LATINA.
A LOS TRABAJADORES DE AMERICA LATINA.
A LAS CENTRALES NACIONALES AFILIADAS.
Con fecha l.o de febrero de 1947 apareció en el Boletín que
la American Federation Of Labor edita en español, u n texto
según el cual u n a fracción de la Confederación de Trabajadores
de Chile, dirigida por Bernardo Ibáñez, emplazaba a la Confederación de T r a b a j a d o r e s de América Latina a modificar su
línea de conducta y declaraba que en caso contrario se retiraría
de la CTAL. y propugnaría por la creación de u n a nueva organización continental de trabajadores.
De acuerdo con el mismo texto, la agrupación dirigida por
Bernardo Ibáñez basaba su actitud en la afirmación de que la
Confederación de T r a b a j a d o r e s de América Latina " h a dejado
de ser la expresión de las aspiraciones de liberación de las m a sas t r a b a j a d o r a s en los países latinoamericanos, porque la actuación de su actual directiva se h a identificado con los intereses de los partidos comunistas y con la acción que éstos desarrollan al servicio exclusivo de la diplomacia s o v i é t i c a . . . "
El 22 de febrero dirigí a Bernardo Ibáñez u n m e n s a j e cablegráfico que decía:
" . . . C o n sorpresa enteróme de que "Noticiero", órgano American Federation of Labor en español, en su edición fecha primero de febrero actual publica resolución С. T. Ch. Ud. dirige, en
que a f í r m a s e С. T. A. L. h a torcido su línea u n i t a r i a y propónese
que en caso n o corríjase supuesta desviación se constituya n u e -
va organización obrera continental y adóptase actitud semejante
respecto F. S. M. A pesar dicha resolución aparece f o r m a d a en
Santiago el quince diciembre del 46, no la he recibido e s t a s
oficinas. Por t r a t a r s e asunto movimiento obrero l a t i n o a m e r i c a no debe a f r o n t a r con m á x i m a responsabilidad, ruégole aclarar
cablegráficamente si documento publicado por órgano A. F. L.
es verídico a efecto Secretariado С. ^ -i. L. tome actitud considere pertinente. A t e n t a m e n t e .
No habiendo tenido respuesta a esta demanda, con f e c h a
5 de marzo me dirigí n v - m e n t e al mismo Ibáñez diciéndole:
" . . . l e i n t i d ó s febrero pedíle aclaración cablegráfica sobre
i n f o r m e "Noticie r ' A, F. L. en sentido Ud. h a adoptado posición contra " x. A. L. y F. S. M. En vista no h e recibido contestación, resérvome derecho defender movimiento obrero l a t i n o americano de acuerdo mi r e s p o n s a b i l i d a d . . . "
Finalmente, el 7 de marzo se recibió en las oficinas de la
Presidencia de la Confederación u n cablegrama firmado por
Carlos Godoy, Secretario General Accidental e Hipólito Saavedra, Subsecretario General, que dice:
" . . . C o n s i d e r a n d o que la acción de la С. T. A. L. h a d e j a d o
de ser expresión de las aspiraciones de liberación de las m a s a s
t v abajadoras latinoamericanas, porque su directiva se h a identificado con los intereses políticos del comunismo mundial, que
a c t ú a en función exclusiva de los intereses de la diplomacia
soviética, el Consejo Nacional de la Confederación Chilena de
T r a b a j a d o r e s h a resuelto retirarse de la Central Sindical que
usted p r e s i d e . . . "
ALIANZA VERGONZANTE CON LOS ENEMIGOS
Al i n f o r m a r a los miembros del Comité Central, a los dirigentes de las centrales nacionales afiliadas y al proletariado
todo de la América L a t i n a sobre estos hechos, debo advertir
que, en realidad no h a sido u n a completa sorpresa p a r a mí la
decisión que los directivos de la fracción sindical de la que es
Secretario General Bernardo Ibáñez, me h a n comunicado oficialmente después de los requerimientos ya mencionados. Sólo
por el deseo, llevado al extremo, de dar a esas.personas la oport u n i d a d plena de que recapacitaran sobre la grave responsabilidad en que incurren todos aquellos que de u n a m a n e r a u otra
l u c h a n por destruir la unidad obrera latinoamericana represent a d a por la С. T. A. L. y la u n i d a d obrera mundial representada
por la Federación Sindical Mundial, la Presidencia de la CTAL
a mi cargo m a n t u v o algún tiempo u n a actitud de c u i d a dosa expectativa a n t e las constantes y notorias actividades que
Bernardo Ibáñez y el grupo de líderes chilenos que le es adicto,
h a n venido realizando en contra de la С. T. A. L. y en alianza
abierta, aunque vergonzante, con los enemigos jurados de n u e s t r a organización y del movimiento obrero internacional r e p r e sentado p o r . l a Federación Sindical Mundial.
Ni p a r a el Secretariado de la Confederación ni p a r a n i n g ú n
dirigente responsable de los t r a b a j a d o r e s latinoamericanos, e r a n
u n secreto, desde h a c e mucho tiempo, las conexiones de Ibáñez
y su grupo con los líderes de la American Federation of Labor,
empeñados en colocar al movimiento obrero latinoamericano
b a j o la tutela de los monopolios imperialistas norteamericanos.
En consecuencia, la declaración de la agrupación dirigida
por Ibáñez, en el sentido de separarse de la С. T. A. L. no debe estimarse como u n a expresión f r a n c a y espontánea de los
propósitos divisionistas alentados por esas personas, sino como
u n a tardía confesión lograda sólo después de que en mi c a r á c t e r de Presidente de la Confederación de T r a b a j a d o r e s ele América Latina, exigí a esos elementos que a c l a r a r a n su conducta.
Ahora es posible que el movimiento obrero latinoamericano
y el movimiento obrero mundial enjuicien debidamente a dichos
elementos.
La actitud del señor Ibáñez y del grupo de líderes que le
siguen, no es independiente ni aislada, ni h a sido libremente
d e t e r m i n a d a por su parte. Esa actitud debe estimarse en vinculación directa y estrecha con los esfuerzos que en diversos
lugares se e s t á n realizando p a r a impedir que la Confederación
de T r a b a j a d o r e s de América Latina lleve adelante su lucha \en
defensa de los intereses legítimos de las masas t r a b a j a d o r a s
de nuestros pueblos y en favor de la independencia económica
y política de los países débiles de este Hemisferio. La actividad
divisionista de Ibáñez, en Chile, como la de Arévalo en Cuba,
como la de otros seudos dirigentes obreros de México, no obedece,
aunque se p r e t e n d a hacerlo creer así, a u n impulso propio de
alguna corriente en el seno de las m a s a s t r a b a j a d o r a s latinoamericanas, sino a u n plan preconcebido f u e r a de nuestros p a í ses y dirigido p a r a su realización por elementos totalmente
a j e n o s y contrarios a los intereses de la clase obrera y de nuestros pueblos.
SIRVEN A LA FEDERACION AMERICANA DEL TRABAJO
Los directores superiores de la c a m p a ñ a contra la CTAL.,
los verdaderos instigadores del intento de dividir
nuestra
organización, los consejeros y amos políticos de los Ibáñez y los
Arévalo, los protectores económicos y diplomáticos de estos t r a i -
dores a la clase obrera de la América Latina, no son otros que
los irresponsables dirigentes de la American Federation oí L a bor, quienes a su vez, en su "política exterior", sirven los intereses de las grandes corporaciones monopolistas que tradicionalm e n t e h a n explotado las riquezas n a t u r a l e s y los recursos h u m a n o s de nuestros países, menoscabando, cuando no nulificando
su independencia y su derecho de autodeterminación.
Al denunciar a n t e el proletariado latinoamericano y m u n dial, la traición de los líderes del tipo de Bernardo Ibáñez, deseo hacer hincapié en la falsedad y la insidia de los débiles a r gumentos con que pretenden ocultar su perniciosa labor y eng a ñ a r a aquellos núcleos de t r a b a j a d o r e s que por diversas r a zones s u f r e n la presión de la p r o p a g a n d a de los enemigos
históricos de la lucha de nuestros pueblos por su liberación.
La argumentación de los divisionistas, no es otra cosa que
la repetición del antiguo estribillo del "anticomunísmo", que
en nuestro tiempo h a servido y sirve p a r a realizar los crímenes
m á s graves contra la paz y el derecho de las naciones a su
libertad y su progreso.
EL MISMO LENGUAJE DE HITLER Y MUSSOLINI
Los líderes como Ibáñez, que se dicen a sí mismos socialist a s — sin h a b e r hecho n a d a j a m á s p a r a merecer ese título —
n o vacilan en utilizar en la lucha p a r a destruir las organizaciones independientes de los trabajadores, el mismo lenguaje y
los mismos pretextos que agitaron en u n tiempo Hitler y Mussolini, que emplea el t i r a n o sanguinario Francisco I'ranco y que
hoy mismo levantan, ansiosos de r e s t a u r a r el fascismo, los i m perialistas m á s agresivos y reaccionarios.
A este respecto, considero oportuno aclarar,' de u n a vez por
todas, mi posición como dirigente obrero a n t e la ilamada c a m p a ñ a anticomunista.
- No soy, ni he sido miembro del Partido Comunista de mi
país ni de n i n g ú n otro partido comunista. No f u i afiliado a la
Tercera Internacional. Tengo la suficiente dignidad y entereza
como luchador de la clase obrera y de mi pueblo, p a r a no ocult a r j a m á s mis convicciones n i mi filiación. Si f u e r a yo miembro del movimiento comunista, lo sería con absoluta conciencia
y lealtad y, por lo mismo, lo propalaría con orgullo, como se
proclama toda convicción sana, legítima y honesta.
La evolución de mi pensamiento y de mi actividad política,
n o es u n misterio, n i en mi país ni en n i n g u n a parte, p a r a n a die que se interese por conocerla y que tenga u n juicio despejado de los hecho¡r. Soy u n militante ligado e n t r a ñ a b l e m e n t e al
movimiento obrero de mi país y al movimiento obrero i n t e r n a cional desde h a c e t r e i n t a años. Me h e desarrollado en las f i las de los obreros y los campesinos mexicanos, luchando f r a t e r n a l m e n t e j u n t o a ellos, día t r a s día, al servicio íntegro de
ellos, aprendiendo de sus necesidades, de sus aspiraciones, de
sus luchas, y obteniendo de este contacto p r o f u n d o la fuerza que
alimenta mis convicciones. He sido y soy, al mismo tiempo, u n
apasionado estudiante del caudal científico y cultural logrado
h a s t a hoy por la H u m a n i d a d ; u n creyente convencido del valor
Inestimable de la teoría científica como guía de la acción y, por
lo mismo, h e podido llegar a ser, venturosamente, u n p a r t i d a r i o
resuelto del marxismo revolucionario. Soy, por t a n t o , u n m a r xista sin partido; u n marxlsta surgido de los núcleos m á s conscientes y combativos de la clase obrera de mi país; u n marxlsta
f o r j a d o en el t r a b a j o cotidiano de los sindicatos y las ligas a g r a rias, de la cátedra universitaria, de la prensa y la t r i b u n a populares.
CONFIANZA EN LA ENERGIA CREADORA DEL PUEBLO
Esta es mi posición Ideológica; esta es mi escuela de l u c h a ;
esta es mi convicción. Pero al rechazar u n a vez m á s los cargos
con que a través de mi persona se pretende menoscabar la u n i dad de la Confederación de T r a b a j a d o r e s de América, quiero
a f i r m a r , p a r a que se entienda muy claramente, p a r a que lo
sepan los enemigos de la clase obrera y de la Independencia
de nuestros pueblos, que la a r t i m a ñ a de calificarme de c o m u nista por mi lucha como dirigente obrero, n u n c a m e h a p r o ducido ni me producirá pavor, n i me obligará a q u e b r a n t a r mis
convicciones o a torcer mi línea de conducta. Esa acusación
sirvió a Hitler p a r a atemorizar a los Incautos y e n g a ñ a r a los
desprevenidos y a ú n sirve a h o r a p a r a crear situaciones de
c h a n t a g e c o n t r a la clase obrera en determinados momentos;
pero no puede desviar ni p e r t u r b a r a quienes, sobre todas las
cosas, tienen u n a p r o f u n d a e inextinguible confianza en las
fuerzas y en la energía t r a n s f o r m a d o r a y creadora de los pueblos, que están en m a r c h a en todo el mundo, a pesar de la gritería de los propagandistas y agentes de la causa del retroceso
histórico.
Mi condición de m a r x l s t a sin partido, no me evita, sino al
contrario, el comprender que cien años después de que Carlos
Marx lanzó a todos los t r a b a j a d o r e s y hombres libres de la t i e r r a
su inmortal grito de u n i d a d y de combate,- el marxismo n o sólo
no h a envejecido, sino que se h a convertido en carne y sangre de
la g r a n lucha que se libra en n u e s t r a época por salvar p a r a
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siempre a la sociedad de la miseria, la iniquidad y la podredumbre de la agonía capitalista. Siento orgullo, por lo mismo,
en saber que e n este despertar sin precedente de todas las energías de los pueblos, e n esta epopeya maravillosa de las m a s a s
t r a b a j a d o r a s que l u c h a n victoriosamente por el advenimiento
de u n m u n d o de paz Justa y fecunda, yo no soy u n indiferente,
ni m u c h o menos u n cómplice de las fuerzas del pasado, sino
u n soldado más, de mi clase, de mi pueblo y de la comunidad
h u m a n a progresista.
A quienes como Bernardo Ibáñez, me señalan de comunista, no les d a r é m u c h a s explicaciones, n i u n a sola disculpa. No
perderé el tiempo en ello. Pero si les diré, y lo diré a n t e nuestros pueblos, que ellos son lo peor que se puede ser en esta reglón
del m u n d o : aliados y servidores del imperialismo, que impide
el desarrollo y la plena independencia de los países de la América Latina.
LA CTAl., ORGANISMO ABIERTO A TODAS LAS IDEAS
Como Presidente d e la Confederación de T r a b a j a d o r e s de
América L a t i n a m e h e esforzado, desde su fundación en el afto
de 1938, por cumplir, leal e insospechablemente, la t a r e a que las
m a s a s obreras latinoamericanas, a través de sus auténticos representantes, m e señalaron voluntarla y espontáneamente. Aún
m á s ; como uno de los iniciadores y promotores de los t r a b a j o s
de construcción de la С. T. A. L., h e sido consciente siempre,
m á s que otros muchos, de que mi papel en la Presidencia de
esta Organización n o podía ser el de u n Jefe de facción o miembro de u n a camarilla, sino el de p r i m e r responsable de la unidad y del fortalecimiento de la Confederación, como u n a cent r a l sindical sin partido, abierta de p a r en p a r a las grandes
masas de t r a b a j a d o r e s latinoamericanos. Estoy consciente de que
h e cumplido con lealtad esta t a r e a ; con lealtad n o p a r a u n p a r tido, sino p a r a la Confederación misma y p a r a la causa superior
que representa. D u r a n t e estos nueve años en que h e p e r m a n e cido, por voluntad expresa y u n á n i m e de las asambleas autorizadas de la С. T. A. L., al f r e n t e de la misma, h e podido ent r a r en contacto directo con cientos de miles de t r a b a j a d o r e s
de nuestros países; t r a b a j a d o r e s de todas las ideologías, de diferentes razas, de distintas creencias religiosas. Con todos ellos,
por igual, h e fraternizado, a todos los h e escuchado; de todos
h e recibido atenciones y consejos; p a r a todos ellos h e sido, no
el hombre de secta, sino el compañero que, por encima de las
tendencias particulares, vigila la unidad sagrada de la clase
«brisra.
— и —
Por otra parte, también en mi carácter de Presidente de la
Confederación de T r a b a j a d o r e s de América Latina, h e t r a t a d o
en cada uno de nuestros países, en los Estados Unidos de Norteamérica, en C a n a d á y en Europa, con dirigentes sindicales de
todos los partidos existentes. He t r a t a d o los asuntos de la organización con militantes comunistas, socialistas, liberales,
apristas, radicales, simples demócratas _o conservadores. P a r a
ninguno de ellos h e tenido prejuicios; ni parcialidades ni a n t a gonismos. A todos los h e t r a t a d o con ánimo f r a t e r n a l y confianza. A todos, sin distinción los h e respetado, no porque p e r tenezcan a uno u otro partido, sino por pertenecer al movimiento obrero y ser sus representantes o conductores.
En el curso del t r a b a j o p a r a construir la Confederación de
T r a b a j a d o r e s de América Latina, desarrollarla y m a n t e n e r su
unidad, h e debido intervenir en numerosas discusiones, negociaciones y controversias entre militantes de distintos partidos.
Nadie puede a f i r m a r , h o n r a d a m e n t e , que mi intervención h a y a
sido sistemáticamente favorable a n i n g ú n partido o tendencia.
En algunas ocasiones, a mi leal saber y entender, h e opinado
de m a n e r a diferente a los socialistas; en otras, de m a n e r a opuest a a los comunistas. Mi norma, lejos de ser partidarista, se h a
inspirado siempre en el deseo de conciliar puntos de vista, de
coordinar intereses, p a r a servir, repito, no a u n a tendencia
particular, sino al interés más i m p o r t a n t e de acercar a los t r a bajadores, de unirlos f u e r t e m e n t e .
Puedo, por tanto, m o s t r a r mi t r a b a j o al f r e n t e de la CTAL.
como el de u n representante verdadero de la Confederación
en su conjunto, no como el de u n servidor Incondicional de algún partido o d e t e r m i n a d a tendencia.
He creido y sigo creyendo que ésto debe ser asi, porque concibo el movimiento sindical latinoamericano como la reunión
m á s amplia de todas las fuerzas de la clase obrera y sé que en
la clase obrera existen diferentes corrientes de pensamiento y
acción y que p a r a que la clase obrera se m a n t e n g a unida, es
menester que su organización sindical no se convierta en u n a
organización de partido, sino" que s e conserve como u n f r e n t e
único, independiente de cualquier partido.
En mi defensa de la independencia de la С. T. A. L., no h e
cedido u n ápice. Como Presidente de la С. T. A. L. no h e recibido, n i estoy dispuesto a recibir, consigna alguna que no provenga de los órganos legítimos y responsables de la m i s m a .
Debo recordar, a d e m á s que todos los acuerdos que h a n precisado la linea política y la táctica de la С. T. A. L., h a n sido adoptados, Invariablemente por unanimidad, con la aceptación ex-
— 12 —
presa de todos los dirigentes de todas las tendencias, como
consta de las a c t a s respectivas.
Más a ú n ; en el caso particular de Bernardo Ibáñez, no h a
habido de su p a r t e m á s que aprobación expresa y categórica
de la línea de la С. T. A. L. y de los informes que he presentado
en mi carácter de Presidente de la Confederación a n t e sus diversas asambleas. En el Primer Congreso de la С. T. A. L.,
realizado en México del 21 al 26 de noviembre de 1941, Bernardo
Ibañez estuvo presente y aprobó mi labor desde el congreso
constituyente de la С. T. A. L., en septiembre de 1938; votó por
mi reelección como Presidente y compartió conmigo, en su c a rácter de Segundo Vice Presidenló, la dirección de nuestra Organización. En la reunión ampliada del Comité Central de la
С. T. A. L. celebrada en La H a b a n a , d u r a n t e el mes de Julio
de 1943, B e r n a r d o Ibáñez estuvo presente, aprobó el informe de
mi gestión, y aprobó también todas las resoluciones que a h í se
t o m a r o n y que constituyen ya las bases p a r a el p r o g r a m a de
post-guerra de la O. T. A. L. y p a r a la creación de la Federación
Sindical Mundial. Al año siguiente, en la reunión de Montevideo,
en Marzo de 1944, Bernardo Ibáñez no sólo aprobó, como en las
asambleas anteriores, mi gestión y la línea de la С. T. A. L., sino
que habiendo yo denunciado públicamnete el hecho de que I b á ñez había sido huésped frecuentemente de los líderes de la
American Federation of Labor que ya estaban en t r a t o s con él
p a r a utilizarlo como i n s t r u m e n t o contra la С. T. A. L. el p r o pio Ibáñez propuso, y la asamblea aprobó, la siguiente resolución: "Tanto los miembros del Comité Central de la С. T. A. L.
como los dirigentes o representantes de las centrales nacionales afiliadas a la Confederación, deberían abstenerse de acept a r invitaciones de organizaciones obreras o de instituciones
cuyos dirigentes o cuyo programa se opongan o contraríen el
programa o la labor de la dirección de la С. T. A. L.". Con este
acuerdo, que n u n c a cumplió, Ibáñez t r a t ó de borrar la impresión
que ya tenían de él las centrales obreras de la América Latina,
de traidor en ciernes a los intereses del proletariado y de los
pueblos nuestros, p a r a entregarlos a la dirección de la American
Federation of Labor.
RATIFICADA LA LABOR DE LA PRESIDENCIA
En el segundo Congreso de la С. T. A. L. llevado a cabo
en Calí, Colombia, los Delegados de la Confederación de T r a b a j a d o r e s de Chile, entre ellos líderes del Partido Socialista
chileno, aprobaron mi gestión de 1941 a 1944; me reeligieron
por segunda vez Presidente de la Confederación; aprobaron el
— 13 —
p r o g r a m a de la С. T. A. L. p a r a la post-guerra, y en lugar de
Bernardo Ibáñez eligieron al compañero J u a n Briones, socialist a también como miembro del Comité Central de la С. T. A. L.
en representación del movimiento obrero chileno, j u n t o con el
compañero J u a n Vargas Puebla.
E n 1945, d u r a n t e el mes de octubre, se realizó el Congreso
extraordinario de la С. T. A. L. en la ciudad de París. Bernardo
Ibáñez participó en la asamblea, aprobó el informe de mis gestiones, el análisis político sobre la situación internacional y los
objetivos y la táctica del movimiento obrero de la América Latina, y la afiliación de la Confederación de T r a b a j a d o r e s de
Chile a la Federación Sindical Mundial.
En consecuencia, las torpes y malévolas acusaciones que
hoy esgrimen Bernardo Ibáñez y su grupo, y en otras p a r t e s
otros servidores de los líderés de la American Federation oí
Labor, no t e n d r á n n u n c a justificación alguna y no h a r á n que
cambie la linea política de la С. T. A. L. n i mi propia conducta.
La Confederación de T r a b a j a d o r e s de América L a t i n a acaoa de
celebrar la reunión reglamentaria de su Comité Central a m pliado en la ciudad de S a n José de Costa Rica. De esta reunión
la С. T. A. L. salió m á s fortalecida todavía. Las Confederaciones
Nacionales y afiliadas se superan día a día y conducen las luc h a s de la clase t r a b a j a d o r a con buen éxito, a pesar de los
ataques y las intrigas de nuestros múltiples enemigos castigados.
H a n surgido nuevas Confederaciones Nacionales afiliadas.
El p r o g r a m a de la С. T. A. L. y su táctica de lucha, n o son
patrimonio de unos cuantos sino de cientos de miles y millones
de trabajadores. Aún más, la CTAL. en cada uno de los países
en que existe no constituye sólo u n movimiento p a r a la d e fensa de la clase obrera sino que f o r m a en la vanguardia de
las fuerzas progresistas, en el g r a n f r e n t e de todos aquellos
que quieren la industrialización, el progreso У la independencia
de nuestras patrias. La CTAL. es u n a fuerza activa y constructiva; u n a f u e r z a aliada de los regímenes democráticos que h a y
en varios de nuestros países, u n a fuerza sin la cual no se puede
decidir n a d a en la América Latina.
LA MANO DEL IMPERIALISMO
El hecho de que los imperialistas y sus agentes c o m b a t a n
hoy con m á s s a ñ a que n u n c a a la CTAL. es prueba inequívoca
de que la С. T. A. L. h a encarnado por fin la m á s grande f u e r za popular que h a conocido la historia de la América Latina.
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E n estas condiciones la deserción y la traición d e eiemeotoe
como Bernardo Ibáñez o como Arévalo, n o son motivo de p e n a
p a r a el movimiento obrero latinoamericano. No puede c o n t u r barnos el hecho de que los traidores se desenmascaren y t o m e n
•u puesto.
Ante el proletariado de América Latina y el proletariado
m u n d i a l yo acuso a Bernardo Ibáñez y a quienes lo siguen, de
traicionar f a l t a n d o a toda lealtad y con la mayor impudicia al
proletariado chileno, a l pueblo chileno, a la Confederación de
T r a b a j a d o r e s de América Latina a la causa de la u n i d a d de la
clase obrera latinomericana, a la causa de la emancipación
de la América L a t i n a .
P r o n u n c i a r s e como lo hace hoy Bernardo Ibáñez en sus declaraciones publicada en el boletín de la A. F. of L., contra la
Federación Sindical Mundial, en el momento en que todas las
organizaciones obreras de todos los Continentes se agrupen en
la F. S. ¡M. con excepción de la American Federation of Labor,
con el a r g u m e n t o ridículo de que la Confederación de T r a D a j a dores de Chile sólo está adherida a la F. S. M. de u n modo n o minal, y con el cargo fantástico a la Federación Sindical M u n dial de que ésta "actúa e n funciones exclusiva de la diplomacia
soviética", como lo a f i r m a I b ó ñ ^ , también de la С. T. A. L.,
es u n a confesión pública de servilismo a los peores elementos
de la reacción internacional y del imperialismo m á s impúdico.
TRISTE PRIVILEGIO ES EL DE LA TRAICION
Bernardo Ibáñez y sus secuaces pueden reivindicar p a r a si
mismos el triste privilegio de ser los primeros miembros del movimiento obrero de todos los países de la tierra, en p r o n u n ciarse contra la Federación Sindical Mundial, traduciendo al
español los cargos que en inglés le lanzaron a la Federación
Sindical, desde a n t e s de su existencia formal, los líderes de la
American Federation oí Labor.
Cerca de ochenta millones de hombres y mujeres, t r a b a j a dores de todas las profesiones y oficios, de todas las razas, de
todas las lenguas, de todos los países, de todas las opiniones
políticas, de todas las creencias religiosas que existen en el planeta, f o r m a n la g r a n fuerza democrática que representa la F e deración Sindical Mundial. Los pigmeos de la American Federation of Labor que h a n llevado a Europa millones de dólares
p a r a ofrecerlos a los empobrecidos de algunos países a cambio
áe que se separen de la F. S. M., han fracasado ruidosamente,
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pues los t r a b a j a d o r e s europeos h a n preferido n o aliviar sus n e cesidades apremiantes a traicionar a su clase, a su p a t r i a y a
la causa del progreso democrático.
Pero aquí, en la América Latina, h a n loerado h a c e r algunos
adeptos, p a r a vergüenza del movimiento obrero de nuestros n a í ses. H a n conseguido comprar a algunos, a quienes desprecian
p r o f u n d a m e n t e y a quienes despedirán de u n modo ignominioso
cuando ya no les sean útiles.
LA PRESIDENCIA DE LA CTAL.
Declaro u n a vez más, como lo hice recientemente en la
reunión de S a n José de Costa Rica, que no tengo n i n g ú n e m peño persoftal en permanecer en la Presidencia de la Confederación de T r a b a j a d o r e s de América L a t i n a ; pero que sí tengo
y t e n d r é u n empeño inquebrantable en l u c h a r contra aulenes
quieren hacer del movimiento obrero de la América Latina u n
pelele de los Imperialistas yanquis, u n Instrumento de los enemigos de nuestras patria».
FORTALECER LAS FILAS DE LA CTCH.
Llamo a los miembros del Comité Central de la Confederación, a los dirigentes de las centrales nacionales sindicales a f i liadas, a todos los militantes de la Confederación, a denunciar
y reprobar a n t e las m a s a s de t r a b a j a d o r e s la conducta de quienes. con recursos y consignas extranjeras, están t r a t a n d o de
destruir el libre movimiento del proletariado de América Latina.
Llamo a los t r a b a j a d o r e s chilenos a rechazar la actitud de
lbáñez y su grupo y a fortalecer la Confederación de T r a b a j a dores de Chile, que b a j o la dirección del compañero Bernardo
Araya, y con el contingente mayoritario del proletariado de su
país, se m a n t i e n e n fiel a la Confederación de T r a b a j a d o r e s de
America Latina.
Llamo a todos los trabajadores, socialistas, comuriistas, 11bevales y demócratas, de todas las tendencias políticas o creencias religiosas, a fortalecer sus organizaciones, sus centralesnacionales y n u e s t r a gloriosa Confederación de T r a b a j a d o r e s
de América Latina.
Llamo, en fin, a todos los dirigentes y miembros de base
del Indestructible movimiento obrero latinoamericano, que m a r cha adelante b a j o las banderas de la Confederación de T r a b a -
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j adores de América L a t i n a y de la Federación Sindical M u n dial, a responder a la traición d a n d o nuevos días de fuerza y
de victoria a nuestro movimiento.
Muy f r a t e r n a l m e n t e .
"POR LA EMANCIPACION DE LA AMERICA LATINA".
México, D. F., 13 de Marzo de 1947.
Fdo. VICENTE LOMBARDO TOLEDANO,
Presidente de la С. T. A. L.
La traición de Bernardo Ibañez
El Consejo Directivo Nacional de la Confederación de T r a bajadores de Chile, h a dirigido a las Centrales h e r m a n a s del Continente, el siguiente documento en que hace u n a relación de los
hechos ocurridos en el mes de Febrero de 1946 y que determinaron
la expulsión de B e r n a r d o Ibáñez y su grupo de traidores, de las
filas del movimiento obrero organizado en la CTCH:
"La Confederación de T r a b a j a d o r e s de América Latina (CTAL)
h á denunciado, en comunicación dirigida a los t r a b a j a d o r e s del
continente y del mundo, la acción antiobrera que^desarrolla al
servicio de los monopolios imperialistas la Federación Americana
del Trabajo. Expresa también este comunicado que la actitud del
traidor B e r n a r d o Ibáñez en Chile y de otros seudos dirigentes
en Latinoamérica, obedece a u n p l a n elaborado por el imperialismo, llevado a cabo y desde diversos puntos p a r a impedir que la
C.T.A.L. fortalezca e impulse con energía la lucha en defensa de
los intereses y las reivindicaciones de las masas t r a b a j a d o r a s ,
vilmente explotadas en estos países dependientes.
La actitud que denuncia la CTAL, a d o p t a d a por el grupo de
aventureros políticos al servicio de intereses ajenos a la clase
obrera y al país, que, u s u r p a n d o el nombre de la CTCH. t r a f i c a n
en nuestro país desde la traición del paro nacional de Febrero de
1946, no sorprende al pueblo y a la clase obrera, porque es la
lógica consecuencia del servilismo desplegado por Bernardo I b á ñez a n t e sus amos del sector reaccionario de la Federación Americana del T r a b a j o .
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SE HABIA DENUNCIADO LABOR DIVISIONISTA
En la reunión de la CTAL., realizada en Marzo de 1944 e n
Montevideo, f u é denunciada la política de entreguismo seguida
por Ibáñez. Desde entonces era evidente p a r a los t r a b a j a d o r e s
chilenos —que tal conducta tendría que llegar a la m á s n e g r a
traición. Por eso, los t r a b a j a d o r e s estuvieron siempre vigilantes,
de m a n e r a que cuando ella se hizo presente en todo su alcance
y cinismo d u r a n t e los hechos de Febrero, supieron responder con
entereza, confiando sus destinos a los dirigentes honestos y l e a les a su clase. De m a n e r a que la organización no h a sufrido u n a
división, sino el alejamiento de u n conocido grupo, a b r u m a d o r a
minoría dentro de la CTCH., en su mayoría de carácter a r t e s a n a l
y que significaba u n pesado lastre en la m a r c h a ascencional de
la organización.
F1 grupo divisionista que se h a dirigido a la CTAL. no c u e n t a con eco alguno en el movimiento obrero chileno. Su m a n i o bra, demasiado conocida en nuestro país, sólo tiende a dar u n a
satisfacción exterior a los dirigentes de la Federación Americana
del T r a b a j o que hoyi p a g a n , como de costumbre, la visita de Bern a r d o Ibáñez en Estados Unidos. Es también la explicación que
d a n a sus amos, por el fracaso de la misión divisionista enviada
a n t e la clase obrera de la República Argentina, encabezada p o r
Romualdi y de cuyas actividades participa el grupo de t r a i d o res chilenos.
Es necesario decir, u n a vez más, a la opinión del Continente
Americano y del m u n d o que esta traición no tuvo su origen en
las tradicionales discrepancias que surgen en el seno del proletariado por la conducción de sus destinos. Esta vez respondió a
la acción premeditada, f r í a m e n t e calculada, de grupos de a v e n tureros ansiosos de poder, p a r a saciar sus apetitos de arribismo,
de venganza y hacerse definitivamente gratos a u n imperialismo
dadivoso.
DEFENSA DE LA ORGANIZACION SINDICAL
La clase obrera de Chile, defendiendo su organización sindical y p l a n t e a n d o sus reivindicaciones a n t e los consorcios e x t r a n jeros, los monopolios y especuladores, f u é perseguida en las p e r sonas de los heroicos mineros de los Sindicatos de la P a m p a S a litrera; m á s t a r d e f u é ametrallada en la Plaza Bulnes en pleno
corazón de Santiago, a doscientos metros del Palacio de Gobierno,
Allí cayeron t r o n c h a d a s 6 gloriosas vidas del proletariado y m á s
d e u n centenar de heridos. A consecuencia de estos hechos y r e cogiendo el llamado de la Confederación de T r a b a j a d o r e s d e
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Chile, y a petición del propio Bernardo Ibáñez, el 31 de Enero de
1946, se realizó u n gigantesco paro de protesta, acto de fe democrática no igualado en los anales de nuestras luchas. C u a t r o cientas mil personas llevaron al Cementerio a las víctimas caídas,
en la Plaza Bulnes y desde allí se alzó la voz del pueblo p a r a
a n u n c i a r su firme propósito de defender sus conquistas democráticas, Ibáñez en aquélla ocasión expresó palabras de fe en la
unidad del pueblo y en la clase t r a b a j a d o r a , en la CTCH, en la
democracia.
Luego, Bernardo Ibáñez se enredó £n la oscura t r a m a que en
la sombra f r a g u a b a n elementos reaccionarios y golpistas, con el
propósito de escalar el poder, i n s t a u r a n d o u n a sangrienta dict a d u r a antiobrera y antidemocrática. No se le vió ya en las Oficinas de la CTCH. Mientras t a n t o el proletariado, continúa exigiendo del Gobierno g a r a n t í a p a r a sus organizaciones y el c u m plimiento del Memorial entregado por la CTCH., que, entre otros
puntos, pedía la abolición inmediata de la circular que impedía
la sindicalización de los t r a b a j a d o r e s agrícolas y la restitución
de la Personalidad Jurídica de los Sindicatos Salitreros de M a pocho y Humberstone, que h a b í a n sido canceladas por el Gobierno y que f u é la chispa f u n d a m e n t a l de los trágicos acontecimientos que estamos recordando.
EL GOBIERNO FALTO AL COMPROMISO DE
PERSONERIA A LOS SINDICATOS
RESTITUIR
Como no hubiera solución en el plazo de 48 horas, prometido
por el Gobierno, nuevamente las Federaciones Nacionales I n d u s triales, pidieron al Consejo de la CTCH. el respaldo a los Sindicatos y gremios que se encontraban en huelga desde el paro del
31 de Enero a raíz de sus dificultades con la industria, por el
reintegro a sus labores, (Ferroviarios, Metalúrgicos, Construcción, e t c . ) .
Atendiendo a este llamado el Consejo Directivo Nacional de
la CTCH., convocó a sesiones sucesivas p a r a t r a t a r este problem a . En tales reuniones participó Ibáñez, pero se retiraba a n t e s
de que se a b o r d a r a n las resoluciones, p r e t e x t a n d o reuniones de
g r a n trascendencia de su Partido (Socialista) . Como esta a c t i tud empezara a llamar la atención, el compañero Bernardo Araya
ie hizo presente las dudas que surgían entre los dirigentes obreros, por el evidente abandono que hacía de su cargo en la Dirección de la CTCH.
En u n a reunión ampliada de Consejo con las Federaciones.
Nacionales, en su presencia, los dirigentes obreros reprocharon a
Ibáñez, que el papel que estaba jugando no se avenía con la enor-
— г о т е responsabilidad del momento. Nuevamente hizo fe de su lealt a d a la clase obrera, " j u r ó " que sus inasistencias se debían a
l a s obligaciones de su P a r t i d o .
Después^de varias sesiones y en vista de que el Gobierno a u t o r de la masacre de la Plaza Bulnes, burló todos los compromi-sos que c o n t r a j o con la clase obrera y los Partidos democráticos,
el Consejo Directivo Nacional de la CTCH. y las Federaciones N a cionales por Industrias, resolvieron hacer efectivo el "PARO NACIONAL", que sólo había sido suspendido el 31 de E n e r o . Ibáñez
e s t a b a presente en la reunión j u n t o a decenas de dirigentes que
r e p r e s e n t a b a n a 22 Federaciones Nacionales. Todos f u e r o n testigos de sus palabras, declarando su propósito de ponerse al f r e n t e de la clase obrera, f i r m a n d o la declaratoria de huelga. Esto
•ocurrió el día viernes l.o de Febrero de 1946. La huelga empezó
a hacerse.efectiva parcialmente el día sábado. Según las i n s trucciones* debía completarse el día lunes 4. Conforme a tales
acuerdos, centenares de obreros de las industrias paralizaron sus
labores el día sábado. Al mismo tiempo se produjeron extraños
cambios políticos en el Gobierno y a n t e la sorpresa de la opinión
democrática, se formó u n Gabinete con personeros de grupos a n tiobreros, golpistas y aventureros, expulsados de algunos p a r t i dos tradicionales.
CAMBIOS POLITICOS EN EL GOBIERNO
Decretada la huelga, Ibáñez pretextando que había orden de
•detención en su contra, permaneció oculto. Pero aquel mismo s á bado, a mediodía, sostuvo u n a reunión con u n grupo de Consejeros de la CTCH., que f o r m a b a n p a r t e del Comando de la Huelg a . Se conversó de la situación política. Expresó allí que p e r m a necería leal y a n t e s de aceptar participar en alguna gestión de
Gobierno con los responsables de la masacre del 28, prefería irse
a su casa. Manifestó también que su P a r t i d o no aceptaba ir al
Gobierno. Sin embargo pocas h o r a s después, se demostraba que
Ibáñez representaba u n a inicua f a r s a y estaba realizando el
p a p e l de J u d a s Iscariote del movimiento obrero.
Los diarios de la t a r d e confirmaron el cambio de Ministerio
c o n la participación socialista en complicidad con los m a s a c r a dores de los trabajadores. El domingo juró el nuevo Gabinete.
Aquel día a las 8 de la noche, desde los micrófonos del Palacio de
Gobierno, en presencia de los mismos que h a b í a n ordenado dispar a r fuego graneado de ametralladoras sobre u n a manifestación
solidaria convocada por la CTCH., Bernardo Ibáñez, llamaba a
traicionar la huelga y el Partido Socialista, por medio de Albino
B a r r a Villalobos, daba instrucciones a sus afiliados p a r a romper
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el movimiento de los t r a b a j a d o r e s . Desde este i n s t a n t e el G o bierno empezó u n a despiadada persecución contra los sindicatos;
obreros que, leales a su clase y a la CTCH., p e r m a n e c í a n en
huelga.
Como no pudieron detener la resistencia de los obreros, p u sieron en práctica la m á s i n f a m e de las actitudes. De a c u e r d o
con los patrones y por instrucciones del Ministro del Trabajo,,
el "socialista" Cruz Ponce, cerraron las puertas de las industria»
a los más abnegados t r a b a j a d o r e s y luchadores de la clase o b r e ra cuando la CTCH., dió por t e r m i n a d o el Paro Nacional.
De esta m a n e r a despidieron de su t r a b a j o a miles de obreros en el país. Los a r r o j a r o n al h a m b r e y muchos de sus f a m i l i a res perecieron de miseria. De acuerdo también con los sectoresm á s reaccionarios de la industria, f o r m a r o n las listas negras,
que hoy, a ú n m a n t i e n e n en la cesantía a miles de t r a b a j a d o r e s
de la industria Cemento Melón, Metalúrgica, Cervecerías, T e x t i les, etc. Ibáñez, B a r r a Villalobos, Carlos Godoy y demás dirigentes "socialistas" no concurrieron ya al local de la C T C H . ;
pero, desde las Oficinas del Ministerio del Trabajo, servido por el
socialista Cruz Ponce, donde h a b í a n establecido su Cuartel General, d a b a n órdenes a la policía y u s a b a n todos los a p a r a t o s de
Gobierno p a r a ir acompañados de agentes, hacia los centros o b r e ros, con el fin de reducir la heroica resistencia de los t r a b a j a dores. Recibiendo en todas p a r t e s el m á s f r a n c o repudio de la
ciudadanía y del proletariado.
ASALTO A LA CASA DE LA CTCH.
Acompañado por agentes de policía secreta y respaldado p o r
carabineros, el 18 de Febrero del año 1946, Ibáñez asaltó la
sede social'de la CTCH., cuando en sus oficinas sólo e s t a b a »
presente los funcionarios.-Avisados los diferentes consejeros que
estaban al f r e n t e de la defensa de los conflictos, llegaron m á s
o menos a las 6 de la t a r d e y enrostraron a Ibáñez y a c o m p a ñ a n t e s la villanía de sus actos. Dando gritos histéricos pedí»
que le d e j a r a n dar explicaciones, p a r a , f i n a l m e n t e a b a n d o n a r ti
local y dejarlo rodeado de u n a numerosa guardia policial. Velásquez, P r a d e ñ a s y otros, escondían arrinconados su desvergüenza o t r a t a b a n de conversar con algunos dirigentes.
Después clausuraron el local, manteniéndolo, custodiado. Esta,
es u n a p a r t e de la actuación de Bernardo Ibáñez y sus secuaces, que señalamos p a r a expresar que su actitud está m u c h »
m á s allá de lo expresado por Vicente Lombardo Toledano, P r e sidente de la CTAL., m á s allá dt la traición, de la impudieia.
y la deslealtad imaginables.
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Tal actitud y conducta envuelven u n crimen, cometido cont r a el pueblo de Chile y su vanguardia organizada, la clase obrera, contra la democracia de Latinoamérica y el destino de todos
nuestros pueblos que luchan por liberarse del imperialismo y
•sus agentes criollos.
Esta traición permitió la n e f a s t a era del Gobierno "socialista" del Tercer F r e n t e que, d u r a n t e siete meses, saqueó la h a cienda pública, cometiendo los m á s escandalosos negociados y
latrocinios públicos. Hoy empieza a descorrerse el velo de los ro"bos, gracias a la vigilancia de las fuerzas populares que el t r i u n 'ío del 4 de Septiembre elevó a cargos responsables.
SE FORTALECE LA ORGANIZACION
El 24 de Marzo de 1946, se realizó la Tercera Conferencia
Nacional de la CTCH., en que dirigentes obreros venidos de t o dos los rincones del país dieron cuenta que sus filas p e r m a n e cían i n t a c t a s y que repudiaban la felonía, habiendo ya
expulsado de sus filas a los traidores. En esta Conferencia, se
ratificó la línea política seguida por la organización y se resolvió realizar el Tercer Congreso Nacional de la clase obrera de
Chile.
En virtud de los acuerdos de anteriores Congresos y de las
resoluciones de esta Conferencia, la CTCH. se m a n t u v o en la
Alianza Democrática y participó activamente en la Convención
Democrática l-opular que generó el actual Gobierno de la R e pública, subcitando el t r i u n f o del 4 de Septiembre, j u n t o a l a s
f u e r z a s políticas populares, llevando al Sillón de los Presidentes
d e Chile a Gabriel González Videla, con 191.000 votantes. Estuvo vigilante p a r a evitar el golpe de Estado que pretendía d a r
la reacción. En esta lucha, siguiendo su trayectoria de traición
a l pueblo, B e r n a r d o Ibáñez se presentó como candidato a la
Presidencia de la República, obteniendo la ridicula cifra de 12
mil votos, que f u e r o n su lápida definitiva.
UNA ORGANIZACION INDEPENDIENTE
El Presidente de la República, Gabriel González Videla, c u a n do organizaba su Gabinete, llamó a participar en él a la CTCH.
pero nuestra organización agradeció este gesto y rechazó la
oferta, estimando que siendo u n a organización obrera independiente, en cuyas filas militan miles de t r a b a j a d o r e s de diversas
ideologías sólo debía cooperar al Gobierno, levantado por el esfuerzo de los t r a b a j a d o r e s , impulsando su lucha por el progreso
y por el bienestar del pueblo.
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Como corolario de toda esta e t a p a de trabajo, la CTCH. r e a lizó su Tercer Congreso Nacional- en el mes de Diciembre de
1946. Fué éste u n grandioso acto al que concurrieron dos mil
delegados venidos desde los m á s a p a r t a d o s rincones del país y
delegaciones f r a t e r n a l e s de las Centrales Obreras de Colombia,
Bolivia, Brasil, Uruguay y Argentina. Sus resoluciones y a c u e r dos, cuyos textos serán editados en folletos que pronto haremos
llegar a vuestro conocimiento, expresan la solidaridad con los
t r a b a j a d o r e s del m u n d o y r a t i f i c a n la adhesión a la Confederación de T r a b a j a d o r e s de América L a t i n a (CTAL) y a la F e deración Sindical Mundial.
El movimiento obrero chileno se m a n t i e n e f u e r t e en torno
a la CTCH.. y se incorporan a sus filas miles de campesinos que
•defendiendo su derecho a la organización, s a b r á n vencer la
i n f a m e c a m p a ñ a de calumnias y de persecución de que hoy
es víctima por los sectores reaccionarios y feudales. Su actual
Consejo Directivo, de u n a amplitud extraordinaria, está compuesto por obreros militantes de los Partidos Radical, Comunist a , Democrático, Falangistas (Cristiano Social) y por t r a b a j a d o r e s sin partido.
CONGRESO DE LA CTAL. EN NUESTRO PAIS
La reciente reunión del Comité Central de la CTAL., realiz a d a en Costa Rica, h a fijado a Chile como sede del próximo
Congreso Ordinario a realizarse en Diciembre próximo. Agradecemos este alto honor y formulamos votos porque en tal t o r neo participen todas las Centrales de Trabajadores, demostrando la unidad de nuestros pueblos.
La clase obrera de Chile, fortalecida en su lucha y d e p u r a da de traidores y de t r a f i c a n t e s internacionales como Bernardo
Ibáñez, llama a las organizaciones de América Latina, a f o r t a lecer su lucha contra los sirvientes del imperialismo y a aplast a r todo intento de división de la CTAL., genuina intérprete de
l a s aspiraciones del proletariado latinoamericano y firme conductora de su lucha por la liberación económica y social de
nuestros pueblos semi-coloniales.
VIVA LA CTCH.!!
VIVA LA CTAL.!!
VIVA LA FEDERACION SINDICAL MUNDIAL!!
BERNARDO ARA YA Z., Secretario
SANCHEZ A., Sub-secretario General.
General.—GUILLERMO
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