Energía negativa: abuso en la región Caribe

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Energía negativa: abuso en la región Caribe
Álvaro González Uribe
Abogado y columnista – @alvarogonzalezu
No era cuento, no es cuento. Durante más de siete años que viví en el Caribe
colombiano sufrí en carne propia el pésimo y costoso servicio de energía en la
región. Sentí el malestar que hace muchos, pero muchos años viven los
costeños debido a cipote problema. Todos: pobres, ricos, clase media,
comercio, industria, turismo, educación. La desidia no tiene horario, ni precio ni
calendario. Todos afectados por una situación que sencillamente se volvió
paisaje.
Las protestas son apenas esporádicas. En un pueblo, una calle, un barrio se
van dando en el tiempo. Ya qué. De nada han servido. El habitante de nuestra
hermosa y rica región Caribe se acostumbró a que así tiene que ser. A que no
hay más remedio. Es como el mar, el río, la brisa, las sabanas, los vendavales,
las crecientes, las sequías, el ¡hay hombe!
En mi caso personal, acostumbrado a un excelente servicio de energía en
Medellín, cuando empecé a ver que tranquilamente -sí, tranquilamente- se iba
la energía cuatro horas, una tarde, a veces un día y hasta más tiempo,
empezaba a llamar a la empresa, a preguntar a conocidos en otros barrios.
Pero no. En la empresa nunca nadie contestaba. Nadie contesta. Y la gente,
pues sí, algunos se quejaban, pero “era, es” normal para la gran mayoría.
Electricaribe para mí se volvió un fantasma. Preguntaba quién diablos era, es,
el dueño o dueños de semejante esperpento. ¿Qué padrinos políticos podía,
puede, tener una empresa con tal descaro durante tantos años? Me decían que
fulanitos o peranitos, qué más daba, qué más da. Electricaribe es una sociedad
anónima comercial constituida como empresa de servicios públicos
domiciliarios (Ley 142 de 1994). El Estado participa en su composición
accionaria con un 10.1 % y el resto es privada. En este caso eso ni es
composición, es descomposición.
Empresa nefasta a la luz de todos, o, mejor, a la oscuridad de todos. Claro que
ha faltado dirigencia que se apersone del caso con ahínco. Bueno, que se
apersone del caso. Y de vez en cuando algún político toma, retoma el tema.
Pero es cosa de ciertas épocas, ya se imaginarán cuáles. Incluso, dirigentes
del interior del país se le han metido de lleno también por épocas, pero
tampoco. Nada.
Usted, tranquilamente trabajando en su computador y en cualquier momento…
¡apagón! En su casa, en su oficina, en cualquier parte. O viendo TV, o usando
cualquier electrodoméstico. Apagón de tres horas, una tarde, un día y hasta
más tiempo. Remedio: la mecedora en el balcón o la calle. En el Caribe el aire
acondicionado o los abanicos -ventiladores acá en el interior- son un bien
necesario, no son un lujo.
Y luego, claro, la llegada de la cuenta. Martirio mensual. Una sorpresa. Usted
ahorra y le llega más cara, entonces usted decide ¿para qué ahorrar?, y llega
más barata. Y de todas maneras sube el costo sostenidamente en el tiempo y
usted nunca sabe por qué. Cómo miden. Qué miden. Acuda dos, tres veces a
un electricista experto en fugas o daños. Nada. Y obvio, vaya y no pague las
rápidas cuentas que llegan con uno, dos o hasta el mismo día del plazo: otro
apagón fijo con el inri de moroso, mala paga, mal cliente, maluco.
Pero es peor: con las subidas y bajones de energía intempestivos se dañan los
electrodomésticos. Conocí residencias donde se dañaron todos hasta dos
veces en un mes. A veces con incendios. Y qué. Nadie responde. Además, ya
nadie reclama.
“Los apagones permanentes y las quejas reiteradas contra Electricaribe por
mal servicio y cobros excesivos son algo común en Córdoba, en Sucre, en
Bolívar, en Atlántico, en Magdalena, en Cesar y en la Guajira y, por ello, siendo
este tema de la calidad competencia de la Superintendencia de Servicios
Públicos, la Contraloría General la República quiere, como órgano de control,
mirar con detalle qué ha hecho esta entidad al respecto”, dijo hace poco el
contralor Edgardo Maya Villazón (Elespectador.com 14-7-15).
Todas las autoridades lo saben desde hace mucho tiempo. Pero nada. Tan es
paisaje el mal servicio como lo son la vigilancia y la protesta ciudadana. Y las
columnas de prensa...
Es absolutamente imposible que una región con tan pésimo y costoso servicio
de energía pueda ser competitiva. Un atropello a sus ciudadanos y un
desperdicio para Colombia que desaprovecha tan grandes y variadas riquezas
humanas, económicas y geográficas. ¡Ay hombe!, solo queda un grito
vagabundo en medio de la oscuridad, la desidia, el abuso, el atropello.
Edición 455 – Semana del 17 al 23 de julio de 2015
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