Sentencia: 09712 Expediente: 08-007549-0007

Anuncio
Sentencia: 09712 Expediente: 08-007549-0007-CO
Fecha: 13/06/2008 Hora:
10:37:00 AM Emitido por: Sala Constitucional
* 080075490007CO *
Exp: 08-007549-0007-CO
Res. Nº 2008-009712
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las
diez horas y treinta y siete minutos del trece de junio del dos mil ocho.
Recurso de amparo interpuesto por GUIDO NÚÑEZ ROMÁN, cédula de identidad
número 1-281-434, contra la MUNICIPALIDAD DE SAN JOSÉ.
RESULTANDO:
1.-Por escrito recibido vía fax en la Secretaría de la Sala a las 21:18 hrs. del 17 de mayo
de 2008, el recurrente interpone recurso de amparo contra el ALCALDE Y EL
PRESIDENTE DEL CONSEJO MUNICIPAL AMBOS DE LA MUNICIPALIDAD DE
SAN JOSÉ y manifiesta que en el mes de diciembre de 2007, fue rechazado un recurso
por parte de la señora Magistrado Ana Virginia Calzada, argumentando que la
Municipalidad había presentado un plan de operación para la limpieza de San José. No
obstante, la Municipalidad recurrida no se ha preocupado de llevar a cabo dicho plan,
de manera que, en el sector de Zapote, en el transcurso de una semana, el camión
recolector de basura no ha recogido las basuras del sitio referido, y ni siquiera se han
preocupado por avisar que días van a pasar. Esta es una situación que se ha reiterado a
través del tiempo, aunque hay semanas en las que al menos recogen la basura una vez.
Estima lesionados los derechos fundamentales consagrados en el artículo 21 y 50 de la
Constitución Política. Solicita se declare con lugar el recurso, se ordene a la
Municipalidad a presentar un plan general para la recolección de basura, se ordene al
Ministerio de Salud Pública que lleve a cabo una inspección en el Cantón Central a
efectos de verificar el cumplimiento de la Municipalidad recurrida, y se le condene al
pago de costas.
2.-Mediante resolución de las 10:26 hrs. del 19 de mayo de 2008 se dio curso al amparo y
se solicitó informes a las autoridades recurridas (ver folios 5-6).
3.-Informan bajo juramento GONZALO RAMÍREZ GUIER y RODRIGO SOLÍS
UMAÑA en su calidad de ALCALDE MUNICIPAL A.I. y PRESIDENTE DEL
CONCEJO MUNICIPAL, AMBOS DE LA MUNICIPALIDAD DE SAN JOSE (folios 1014), que efectivamente, mediante el voto No. 2008-004741 de las 11:50 hrs. del 27 de
marzo de 2008 se resolvió por parte de la Sala Constitucional un recurso de amparo
interpuesto por el mismo recurrente. Señalan que a principios de año hubo un déficit en
la recolección de residuos y desechos, lo que generó un descontento en la población, sin
embargo, alegan que dicha situación ya fue resuelta. En ese sentido, la recurrida aprobó
un plan estratégico que se ha ejecutado de manera eficiente, de nombre “Operativo de
Limpieza, Enero 2008”, fechado 21 de enero de 2008, que se justificó atendiendo a las
siguientes razones “En vista de que la cuidad de San José inició el año con un déficit en la
recolección de residuos que motivó la inconformidad de muchos de sus ciudadanos y que los
medios de comunicación destacaron de manera importante, situación que desembocó en que el
Ministerio de salud girara las correspondientes órdenes sanitarias para llamar la atención a la
Municipalidad de San José a que en un plazo de cinco días, del 15 al 22 del presente mes,
resuelva la problemática e implemente medidas que eviten se repitan”. Dicho plan, contiene
entre otras cosas, la contratación de 50 empleados ocasionales para atender la
emergencia, alquiler de automotores y de equipos de recolección privada para reforzar
las rutas actuales, concretar la compra de recolectores, se implementó un servicio de
limpieza nocturno de limpieza de residuos, entre otras cosas. En cuanto al alegato del
recurrente sobre su caso particular, aducen que de conformidad con el informe rendido
por el ingeniero Arturo López Acosta, Jefe del Departamento de Servicios Ambientales
de la recurrida, se confirmó que el servicio de recolección de residuos se está dando en
forma regular en el sector de Zapote, dos veces por semana, sea los días miércoles y
sábado. Informan que por ser un sector bastante amplio, se han designado 3 camiones
recolectores por día, por lo que, son del criterio que el servicio de recolección brindado,
es eficiente, además que “A largo plazo se pretende ampliar los días de servicio en la periferia
de la ciudad a fin de aumentar los días para pasar de dos veces por semana a tres o cuatro…”.
Por lo anterior, consideran que la recurrida ha brindado en forma eficiente y oportuna
el servicio de recolección de basura, dando cumplimiento al voto No. 2008-004741 antes
citado. Solicitan que se desestime el recurso planteado.
4.-Mediante resolución del Magistrado Instructor de las 11:54 hrs. del 27 de mayo de
2008 se requirió prueba para mejor resolver al Ministerio de Salud (ver folio 62).
5.-Por escritos recibidos vía fax en la Secretaría de la Sala a las 14:33 hrs. del 1 de junio, y
a las 16:09 hrs. del 4 de junio, ambos del 2008, el recurrente alega que en el sector de
Zapote Centro y en el Barrio San Gerardo, no ha habido recolección de basuras,
asimismo, que ha habido falta de compromiso por parte de las autoridades del país en
esta materia.
6.-Informa bajo juramento RONNY STANLEY MUÑOZ SALAZAR en su calidad de
DIRECTOS DE LA DIRECCIÓN DE ASUNTOS JURÍDICOS DEL MINISTERIO DE
SALUD (folio 69), que en cumplimiento de la resolución de las 11:54 hrs. del 27 de mayo
de 2008, se llevó a cabo una inspección en el sector de Zapote, siendo que “Debido a que
en los oficios de referencia no se mencionaba dirección específica, se realizó el día de ayer
recorrido por las diferentes vías de Zapote, tanto primarias como secundarias, así como por las
zonas limítrofes con Montes de Oca y San Francisco. Como resultado de dicha inspección se
encuentra un cantón limpio, sin acúmulos de basura, aún en la periferia del redondel, donde se
han tramitado denuncias de este tipo en el pasado. Se interroga a vecinos en vía pública, quienes
manifiestan que no ha habido problema en los últimos días con la recolección de basura”.
7.-En la substanciación del proceso se ha observado las prescripciones legales.
Redacta el Magistrado Cruz Castro; y,
CONSIDERANDO:
I.-OBJETO DEL RECURSO. El recurrente pretende que se declare la infracción de su
derecho a la salud y a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, por parte de la
Municipalidad de San José, por cuanto, aduce que en el distrito de Zapote no se recoge
en forma oportuna la basura, siendo que ésta se acumula.
II.-HECHOS PROBADOS. De importancia para la resolución del presente asunto, se
tiene por demostrado el siguiente: 1) El servicio de recolección de residuos en el sector
de Zapote se brinda dos veces por semana, sea los días miércoles y sábado (ver folio 13).
2) Que como resultado de la inspección realizada por parte de las autoridades
competentes del Ministerio de Salud, se comprobó que el distrito de Zapote se
encontraba limpio, sin acumulación de basura (al respecto ver informe rendido por el
Ministerio de salud, luego de la inspección realizada en la localidad, visible a folio 71).
III.-SOBRE LA ACTUACIÓN DE LAS MUNICIPALIDADES EN MATERIA DE
RECOLECCIÓN DE BASURAS. Según resolvió esta Sala, en la resolución No. 2006018439 de las 10:20 hrs. del 22 de diciembre de 2006, en un caso similar al presente, se
arguyó que:
III.-SOBRE EL FONDO. Reiteradamente este Tribunal se ha referido a la obligación del Estado
de velar por el derecho a la salud y a un medio ambiente sano y equilibrado a favor de todos los
habitantes. En el caso específico de las Municipalidades se extrae dicha obligación a partir de lo
dispuesto en el artículo 169 de la Constitución Política, pues a ellas les corresponde la
“administración de los intereses y servicios locales en cada cantón”. Así, tratándose del servicio
de recolección de basura, este Tribunal ha indicado lo siguiente:
“(… ) IV.-Sobre el derecho a la salud y a un ambiente sano y equilibrado. Es ampliamente
reconocido por este Tribunal Constitucional la atención que merece el derecho a la salud que si
bien no está expresamente reconocido en la Carta Magna, se extrae inevitablemente del derecho a
la vida protegido por el artículo 21, que señala ‘La vida humana es inviolable’; además, se ha
establecido que como antecedente del derecho a un ambiente sano y equilibrado consagrado en el
artículo 50 constitucional:
‘ARTICULO 50. El Estado procurará el mayor bienestar a todos los habitantes del país,
organizando y estimulando la producción y el más adecuado reparto de la riqueza.
Toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Por ello, está
legitimada para denunciar los actos que infrinjan ese derecho y para reclamar la reparación del
daño causado.
El Estado garantizará, defenderá y preservará ese derecho. La ley determinará las
responsabilidades y las sanciones correspondientes. (Así reformado por el artículo 1º de la ley
No.7412 de 3 de junio de 1994).’
De esta manera, resulta de interés retomar algunas consideraciones respecto a este punto,
emitidas en anteriores ocasiones por este Tribunal Constitucional:
‘III.-Sobre el derecho. El artículo 50 de la Constitución Política establece que toda persona tiene
derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. El derecho a un ambiente sano tiene
un contenido amplio que equivale a la aspiración de mejorar el entorno de vida del ser humano,
de manera que desborda los criterios de conservación natural para ubicarse dentro de toda esfera
en la que se desarrolle la persona, sea la familiar, la laboral o la del medio en el cual habita. De
ahí que se afirme que se trata de un derecho transversal, es decir, que se desplaza a todo lo largo
del ordenamiento jurídico, modelando y reinterpretando sus institutos. El ambiente es definido
por la Real Academia Española de la Lengua como el 'conjunto de circunstancias físicas que
rodean a los seres vivos', lo que recalca aún más el carácter general del derecho. En cambio el
derecho a un ambiente ecológicamente equilibrado es un concepto más restringido referido a una
parte importante de ese entorno en el que se desarrolla el ser humano, al equilibrio que debe
existir entre el avance de la sociedad y la conservación de los recursos naturales. Ambos derechos
se encuentran reconocidos expresamente en el artículo 50 de la Constitución Política, que perfila
el Estado Social de Derecho. La ubicación del derecho a un ambiente sano y ecológicamente
equilibrado dentro de las regulaciones constitucionales del Estado Social de Derecho es el punto a
partir del cual debe éste ser analizado. El Estado Social de Derecho produce el fenómeno de
incorporación al texto fundamental de una serie de objetivos políticos de gran relevancia social y
de la introducción de un importante número de derechos sociales que aseguran el bien común y
la satisfacción de las necesidades elementales de las personas. En esta perspectiva, la
Constitución Política enfatiza que la protección de los recursos naturales es un medio adecuado
para tutelar y mejorar la calidad de vida de todos, lo que hace necesaria la intervención de los
poderes públicos sobre los factores que pueden alterar el equilibrio de los recursos naturales y,
más ampliamente, obstaculizar que la persona se desarrolle y desenvuelva en un ambiente sano.
De igual forma que el principio del Estado Social de Derecho es de aplicación inmediata, el
derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado también lo es, de manera que se
manifiesta en la doble vertiente de derecho subjetivo de las personas y configuración como meta o
fin de la acción de los poderes públicos en general. La incidencia que tiene el derecho a un
ambiente sano y ecológicamente equilibrado dentro de la actividad del Estado, encuentra su
primera razón de ser en que por definición los derechos no se limitan a la esfera privada de los
individuos sino que tienen asimismo trascendencia en la propia estructura del Estado en su papel
de garante de los mismos y, en segundo término, porque la actividad del Estado se dirige hacia la
satisfacción de los intereses de la colectividad. La Constitución Política establece que el Estado
debe garantizar, defender y preservar ese derecho. Prima facie garantizar es asegurar y proteger
el derecho contra algún riesgo o necesidad, defender es vedar, prohibir e impedir toda actividad
que atente contra el derecho, y preservar es una acción dirigida a poner a cubierto
anticipadamente el derecho de posibles peligros a efectos de hacerlo perdurar para futuras
generaciones. El Estado debe asumir un doble comportamiento de hacer y de no hacer; por un
lado debe abstenerse de atentar él mismo contra el derecho a contar con un ambiente sano y
ecológicamente equilibrado, y por otro lado, debe asumir la tarea de dictar las medidas que
permitan cumplir con los requerimientos constitucionales." (Sentencia N° 00644-99 de las once
horas veinticuatro minutos del veintinueve de enero de mil novecientos noventa y nueve; en el
mismo sentido se puede consultar el voto 4947-2002 de las nueve horas con veinticuatro minutos
del veinticuatro de mayo de dos mil dos).’
Partiendo, pues, de las consideraciones anteriores y de las normas contempladas en la Ley
General de Salud, se infiere la obligación del Estado y de las Municipalidades de proteger el
medio ambiente, derecho que debe ser defendido y preservado con la finalidad de conseguir el
bienestar de todos los habitantes de la nación. Por ello, todos los desechos sólidos que provengan
de las actividades personales, familiares o de la comunidad deben ser separados y recolectados
cuando proceda; en este sentido, el artículo 280 de la Ley General de Salud estipula que el
servicio de recolección, acarreo y disposición de las basuras, entre otras obligaciones, le
corresponde a las Corporaciones Municipalidades. De esta manera, si se produce una
omisión injustificada en el cumplimiento de estos deberes, tal situación supone una
grosera violación del Derecho de la Constitución, que desde todo punto de vista debe
ser amparada en esta Jurisdicción.
V.-Ahora bien, del elenco de los hechos probados y del informe rendido bajo juramento, se
desprende que en el caso específico ha existido una omisión inexcusable de la Municipalidad de
Montes de Oca de atender oportunamente las gestiones de la comunidad amparada, que se
traduce en una afectación del derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. En
efecto, se constata que los vecinos de la localidad de Calle Ballesteros y, en particular, los
miembros de COVIRENA han estado gestionado desde agosto de dos mil uno que se les informe
la posibilidad de organizar y concertar una fecha para que se procediera a la recolección de los
desechos no tradicionales en las comunidades en cuestión. Asimismo, en marzo de dos mil dos los
vecinos de la localidad solicitaron información sobre la forma en que se estaba realizando el
servicio de recolección de desechos no tradicionales y denunciaron que desde hacía dos años no
recibían el referido servicio a pesar de estar pagando una correlativa tasa municipal. A partir
de ese momento y hasta la fecha de la presentación del recurso de amparo, los vecinos de la
comunidad no han recibido una respuesta concreta sobre la forma en que se organizan las
recolecciones, sino que han sido respuestas difusas que no les permite a los vecinos organizarse
para dichos efectos. Además de la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades
municipales, específicamente del Director Técnico y de Servicios de la Municipalidad, se tiene
por acreditada la existencia de una omisión injustificada en atender las gestiones promovidas por
los vecinos de la comunidad de Calle Ballesteros, en forma material, real y oportuna. Nótese que
el mismo Director reconoce que el servicio se está brindando en otras comunidades y que los
amparados deben esperar su turno. Aunque la Sala comprende las dificultades materiales y
presupuestarias que se puedan presentar para la prestación efectiva del servicio, tales
limitaciones no deben ser un obstáculo para atender las gestiones de las comunidades, máxime si
está frente a la tutela del derecho fundamental a un medio ambiente sano y equilibrado, el cual
requiere la ejecución de acciones reales tendentes a protegerlo, con el propósito de asegurarle a los
ciudadanos el pleno goce de sus derechos fundamentales, lo que supone, en este caso, eliminar
toda clase de desechos sólidos no tradicionales, que si se mantienen en los respectivos hogares
pueden promover la propagación enfermedades y epidemias, poniéndose en peligro a su vez la
salud de los habitantes. (…)” Sentencia 2002-11429 de las 9:14 hrs. del 29 de noviembre de
2002.
Asimismo, tratándose de la prestación del servicio público de recolección de basura, este Tribunal
ha sostenido que la carencia de recursos económicos y materiales no es un criterio aceptable para
omitir la obligación de recolección, acarreo y disposición de basuras, según lo dispuesto en el
artículo 280 de la Ley General de Salud y en atención a los principios constitucionales de
prestación de los servicios públicos (eficacia, eficiencia, simplicidad y celeridad de la organización
y función administrativas). Sobre el particular se ha señalado lo siguiente:
“(…) Debe agregarse, que la Municipalidad recurrida, como parte del Estado que es, está
obligada a garantizar, defender y preservar los derechos de salud y a un ambiente sano y
ecológicamente equilibrado. En esta inteligencia, no es de recibo la explicación brindada por los
recurridos en punto a la falta de recursos económicos o el mal manejo de ellos, límite
acostumbrado de la inefectividad de los entes públicos para cumplir con toda propiedad los fines
encomendados, ya sea por mandato constitucional, o bien, por disposición legal. La Sala no puede
aceptar que estas excusas sean un obstáculo al respeto de los derechos esenciales de los munícipes
de Tibás, razón para acoger el recurso con las consecuencias de ley.(…)" Sentencia Nº 20050765 de las 16:05 hrs. del 7 de junio de 2005.
Igualmente, en la sentencia número 2006-03530 de las 18:01 hrs. del 14 de marzo de 2006, se
resolvió lo siguiente:
"(…) II.-Sobre el derecho. El presente recurso se base en el hecho de que la Municipalidad de
Tibás, que en ese cantón realiza la recolección de basura, ha dejado de prestar ese servicio y se
han acumulado los desechos sólidos en las vías de dicha comunidad, lugar donde reside el
amparado. Señala el recurrente que tampoco el Ministerio de Salud ha tomado las medidas
necesarias para evitar la contaminación ambiental que produce la acumulación de desechos en las
calles tibaseñas. Aunque aclara la Alcaldesa que los problemas de recolección de basura que
aquejan a esa comunidad -y que son objeto de este amparo- se deben a la falta de camiones
recolectores y en general a la falta de presupuesto para un eficiente servicio, pero a pesar de ello
se han iniciado programas para mitigar esa deficiencia, el Ministerio de Salud, Área Rectora de
Salud de Tibas (sic), ha constatado que la basura persiste en gran parte del cantón. Esta Sala en
diversas oportunidades ha estimado recursos de amparo por este mismo problema que pareciere
que no se le da solución definitiva (ver entre otras la sentencia nùmero (sic) 2005-07065 de las
16:05 horas del 7 de junio de 2005). La corporación municipal de Tibás está en la obligación de
prestar, al menos un efectivo servicio de recolección de basura. Empero, poner como trabas las
deficiencias administrativas y presupuestarias, en las circunstancias expuestas, límite
acostumbrado de la inefectividad de los entes públicos para cumplir con toda propiedad los fines
encomendados, ya sea por mandato constitucional, o bien, por disposición legal, no es justificante
suficiente para desproteger el derecho de salud y a un ambiente ecológicamente equilibrado que
tienen los munícipes de Tibás. La falta de una adecuada organización para la recolección de
basura, puede obedecer a varias causas administrativas y políticas incluso, pero no es posible
afirmar que, entonces después de un año, los servidores a cuyas acciones u omisiones pueda
objetivamente asociarse este fenómeno, no hayan de responder diligentemente ante quienes se ven
privados del disfrute de sus derechos fundamentales. De ahí, que deba acogerse el recurso,
ordenando a las autoridades de la Municipalidad de Tibás, cada una dentro del ámbito de sus
competencias, adoptar todas las medidas para garantizar la recolección del servicio de basura en
todo el cantón de Tibás con eficiencia y regularidad. Debe el Ministerio de Salud realizar las
inspecciones pertinentes para que esta labor se realice en forma efectiva. "
Así, en atención a los criterios esbozados, este Tribunal llama la atención de las autoridades
recurridas de velar en forma oportuna por la prestación del servicio de recolección de basura y,
por ende, la protección del derecho a la salud y a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado
de los pobladores de su cantón, tomando medidas que garanticen la recolección eficiente y regular
de la basura.
III.-CASO CONCRETO . El recurrente acude en amparo y cuestiona que las autoridades
recurridas no recogen la basura en todas las comunidades del cantón; sin embargo, tal y como lo
alegan las autoridades recurridas en el informe rendido bajo la gravedad del juramento, no aporta
un criterio objetivo que determine la amenaza o violación real e inminente a un derecho
fundamental. Nótese que las autoridades de la Municipalidad de Liberia informan que están
realizando esfuerzos para brindar el servicio de recolección en todo lo que es el casco urbano y se
está ampliando el servicio a otros barrios, incluso, manifiestan que se brinda el servicio a distritos
organizados a los que se acude una vez por semana y, además, citan los ejemplos de Barrio La
Cruz, Barrio Peloncito, Las Brisas, Santa Ana y Nazareth, barrios que son visitados los sábados
para la recolección de la basura. Informan los recurridos que se están llevando a cabo los estudios
respectivos tendientes a brindar el servicio en todo el Cantón de Liberia a través de un Proyecto
de Catastro que les permitiría identificar todas las propiedades a las que se les va a brindar la
respectiva prestación. De otra parte, informan que están gestionando ante SETENA la
autorización de la apertura de un relleno sanitario en su cantón, toda vez que, actualmente, los
desechos sólidos se están depositando en el Relleno Sanitario de la Municipalidad de Carrillo, que
es administrado por la empresa WPP Continental en donde se les brinda el tratamiento
correspondiente (ver copia del contrato intermunicipal de disposición y tramitación de los
desechos sólidos de carácter ordinario entre la Municipalidad de Liberia y la de Carrillo a folios
23-29). Asimismo, para esos efectos se gestionó ante el Instituto de Fomento y Asesoría
Municipal (IFAM) un préstamo para la construcción del relleno sanitario. Finalmente, informan
de las acciones tendientes a agenciar los desechos urbanos y diversas capacitaciones en ese
sentido para tomar conciencia del desarrollo social a través de una debida gestión ambiental (ver
copia del oficio ADS-249-10-2006 del 10 de octubre de 2006 visible a folios 31- 33). Conforme
con lo expuesto y visto que, en el caso concreto, no se acredita que el recurrente esté sufriendo
algún perjuicio directo o una amenaza a sus derechos constitucionales, pues no hace referencia a
un barrio específico que esté siendo afectado por la falta de recolección de basura, no ha
presentado una denuncia ante la corporación municipal recurrida, ni se acredita un foco
específico y concreto de contaminación como consecuencia de una omisión atribuible a la
Municipalidad de Liberia, se impone declarar sin lugar el recurso. Al respecto, el criterio de este
Tribunal es que si bien cualquier persona puede interponer el recurso de amparo (artículo 33 de
la Ley de la Jurisdicción Constitucional), es menester que individualice las personas cuyos
derechos fundamentales considera que fueron violentados o amenazados (Criterio vertido en la
sentencia nº 2003-04939 de las 14:37 hrs. del 9 de junio de 2003 y en la sentencia 2005-8886 de
las 17:42 hrs. del 5 de julio de 2005). Asimismo, observa esta Sala que ha habido diligencia de
parte de la Municipalidad de Liberia en el tratamiento de sus desechos sólidos y, según se ha
informado bajo juramento, se está gestionando lo correspondiente para tener un relleno sanitario
propio y se han tomado acciones comunales para el manejo ambiental de los desechos.
IV.-CONCLUSIÓN . Como corolario de los argumentos esbozados, se impone declarar sin
lugar el recurso, llamando la atención a las autoridades de la Municipalidad de Liberia para que
tomen nota de las razones expuestas en el Considerando II de esta sentencia.
IV.-SOBRE EL CASO CONCRETO. Una vez analizadas las probanzas que consta en el
expediente, y de los argumentos que se desprenden de los informes vertidos bajo la
gravedad del juramento por parte de las autoridades recurridas, no se logró acreditar el
dicho del recurrente, en lo tocante al incumplimiento de parte de la municipalidad
recurrida, de la recolección de basuras en forma oportuna, en la comunidad de Zapote.
Según consta en el informe del Alcalde, visible a folio 13, se desprende que “El servicio
de recolección de residuos, se está dando en forma regular en el sector de Zapote, dos veces por
semana, los Miércoles y los Sábados”. Ahora, con la finalidad de verificar el dicho del
recurrente, se pidió al Ministerio de Salud realizara un inspección de la zona de Zapote,
a fin de verificar su estado, informe que detalló, no sólo, la limpieza de la zona, sino que
también, recogió el sentir de los vecinos de la zona, quienes fueron consecuentes con el
dicho de la entidad municipal recurrida. Como se vislumbra del texto jurisprudencial
transcrito en el apartado precedente, es obligación de las Municipalidades velar por el
correcto desenvolvimiento del medio ambiente sano y equilibrado, y por ende, cumplir
e implementar planes operativos en materia de recolección de desechos, sin embargo,
en la especie, estima este Tribunal Constitucional que en virtud de no haberse
acreditado el incumplimiento de parte de las autoridades municipales en esta materia,
no ha existido un quebranto a derecho constitucional alguno.
POR TANTO:
Se declara SIN LUGAR el recurso.Ana Virginia Calzada M.
Presidenta a.i.
Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C.
Teresita Rodríguez A. Jorge Araya G.
FCC/vilma/jacm.EXPEDIENTE N° 08-007549-0007-CO
Teléfonos: 2295-3696/2295-3697/2295-3698/2295-3700. Fax: 2295-3712. Dirección
electrónica: www.poder-judicial.go.cr/salaconstitucional
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información Jurídica
el: 12/4/2010 12:11:40 PM
Sentencia: 01348
Expediente: 08-001079-0007-CO
Fecha: 29/01/2008 Hora: 3:37:00
PM Emitido por: Sala Constitucional
* 080010790007CO *
EXPEDIENTE N° 08-001079-0007-CO
PROCESO: RECURSO DE AMPARO
RESOLUCIÓN Nº 2008001348
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las quince horas y treinta y siete minutos del veintinueve de enero del dos mil
ocho.
Recurso de amparo interpuesto por LIGIA MORA QUESADA, divorciada, abogada,
cédula de identidad número 1-488-992, a su favor y de JONATHAN MISAINE
VEGA, mayor, soltero, contador, cédula de identidad número 6-280-815, ambos
mayores y vecinos de San Diego de Tres Ríos, y la sociedad VALLE HERMOSA DE
ALTAMIRA, contra LA MUNICIPALIDAD DE LA UNIÓN.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las nueve horas y siete minutos del
quince de enero del dos mil ocho, la recurrente interpone recurso de amparo contra la
Municipalidad de La Unión, y manifiesta lo siguiente: que los amparados son
propietarios de inmuebles ubicadas en la Urbanización Valle Paso Real del Este, San
Diego de Tres Ríos. Refiere que desde febrero del año pasado, ha transportado su
basura, toda vez que el recolector de desechos de la Corporación Municipal accionada
no pasó durante ese año, por la casa de su representada. Señala que el seis de
diciembre del dos mil siete se apersonó a las oficinas de la recurrida, ello con el fin de
proceder a cancelar los tributos municipales. En esa oportunidad se percató que se le
está cobrando la suma de cinco mil quinientos veinte colones, correspondiente a
recolección de basura, monto que señala se niega a cancelar, ello por lo que aduce es
la omisión de cumplimiento de deberes de los servicios municipales, en el caso
concreto, el incumplimiento de la recolección de basura. Solicita que se declare con
lugar el recurso, eximiéndoles del pago del rubro correspondiente a recolección de
basura.
2.-El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar
de plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación,
cualquier gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente
improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para
rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión
anterior igual o similar rechazada.
Redacta la Magistrada Calzada Miranda; y,
Considerando:
I.-En primera instancia, del escrito de interposición y de los documentos allegados a
los autos, se desprende que la amparada muestra su inconformidad, en virtud de que
-según su dicho- la Municipalidad recurrida no brinda el servicio de recolección de
basura en el lugar en que reside, a pesar de que es contribuyente de ese municipio. En
ese sentido, resulta de importancia señalar que si la recurrente estima que las
personas que se desempeñan en la Municipalidad de La Unión, han inobservado las
funciones inherentes al cargo que ocupan, en razón de que han omitido adoptar las
medidas necesarias a fin de brindar un adecuado servicio público de recolección de
basura en el la zona en donde se ubica el inmueble de su propiedad; ello en el fondo
constituye una queja que no compete ventilarse ante esta Jurisdicción, toda vez que la
investigación y posterior amonestación -si fuera el caso- a una autoridad pública que
no ha cumplido con las funciones que la propia ley le asigna, compete a otras
instancias judiciales (la penal) o administrativas, por lo que deberá plantear su
inconformidad ante el propio órgano recurrido; denunciar el hecho por
incumplimiento de deberes, o en su defecto, ante la Defensoría de los Habitantes, a
quien le compete proteger y promocionar los derechos e intereses de los ciudadanos y
de velar por el buen funcionamiento de las Instituciones del sector público.
II.-En otro orden de ideas, acusa la amparada que a pesar de ser contribuyente activo
del ayuntamiento municipal recurrido, esa institución ni siquiera le brinda el servicio
de recolección de basura en el lugar en que se ubica su inmueble, lo cual, estima
violatorio de sus derechos fundamentales, puesto que de forma puntual hace pago
efectivo del pago de los impuestos municipales a que está obligado a cancelar. En
cuanto al particular, sea la obligatoriedad de los administrados de cancelar de forma
puntual los impuestos municipales, esta Sala en sentencia número 4855-97 dictada a
las once horas con treinta minutos del veintidós de agosto de mil novecientos noventa
y siete, dispuso en lo que interesa:
“...De las normas transcritas se colige, con meridiana claridad, que la cancelación periódica
que deben realizar los munícipes -en sentido estricto-, de un determinado cantón, a la
Corporación correspondiente, por los servicios urbanos que ésta presta, independientemente del
interés que aquellos muestren o tengan en tales servicios, obedece al cumplimiento de una
obligación tributaria, concretamente, al pago de una tasa municipal, pago del que, en razón
del carácter coercitivo de esas obligaciones, no pueden substraerse los sujetos pasivos de
aquellas, sin incurrir, en su caso, en las consecuencias que la ley establece, para los deudores
morosos (véase el artículo 83 del Código Municipal). Expuesto lo anterior, tenemos que,
contrario a lo que afirma en el libelo de interposición, los recurrentes tienen la obligación
constitucional y legal de contribuir con los gastos del Cantón donde residen,
independientemente, de que hayan hecho uso o no de éstos, de que tengan interés o no en
utilizarlos, o del lapso por el que no se les haya cobrado. Pretender lo contrario implica
conceder a su favor una exención, en punto a la citada tasa, que no les ha sido concedida, y, lo
más grave, implica reconocer un límite al poder tributario del Estado que la Constitución
Política no contiene...”
De esa forma, se tiene que es obligación legal y constitucional que los administrados
contribuyan con los gastos del Cantón donde residen, independientemente, de que
hayan hecho uso o no de los diferentes servicios municipales que presta el
ayuntamiento correspondiente, a pesar de que por diversas razones no se preste el
servicio de forma adecuada o del todo, en cuyos casos, podrá el perjudicado
denunciar el hecho ante las autoridades administrativas y jurisdiccionales
competentes, según se refirió en el considerando primero de esta sentencia. Por lo
expuesto, el recurso es improcedente y así debe declararse.
Por tanto:
Se rechaza por el fondo el recurso.
Luis Fernando Solano C.
Presidente
Ana Virginia Calzada M. Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C.
Rosa María Abdelnour G. Jorge Araya G.
hcd
Teléfonos: 295-3696, 295-3697, 295-3698, 295-3700. Fax: 295-3712. Dirección electrónica:
www.poder-judicial.go.cr/salaconstitucional
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información
Jurídica el: 12/4/2010 12:12:29 PM
Sentencia: 09883 Expediente: 07-002277-0007-CO
Fecha: 17/07/2007 Hora:
3:25:00 PM Emitido por: Sala Constitucional
*070022770007CO*
Exp: 07-002277-0007-CO
Res: 2007-009883
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las quince horas veinticinco minutos del diecisiete de julio del dos mil siete.Acción de inconstitucionalidad promovida por ALBA IRIS ORTIZ RECIO, y
GIOVANNI VARELA DIJERES, ambos mayores, casados, abogados, vecinos de San
José, y con cédula de identidad número 3-285-594 y 5-189-952, respectivamente,
actuando en su condición de apoderados especiales judiciales de las empresas
HOLTERMAN Y COMPAÑÍA, SOCIEDAD ANÓNIMA, ALFREDO SASSO E HIJOS,
SOCIEDAD ANÓNIMA, y SUPER PARTES, SOCIEDAD ANÓNIMA; contra el artículo
5 de la Ley de Patentes de la Municipalidad de Tibás, número 82523, del treinta de
junio del dos mil seis.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las trece horas cuatro minutos el
veinte de febrero del dos mil siete, los accionantes solicitan que se declare la
inconstitucionalidad del artículo 5 de la Ley de Patentes de la Municipalidad de Tibás,
número 82523, del treinta de junio del dos mil seis. La norma se impugna en cuanto, en
criterio de los accionantes y en resumen, lesiona su derecho al libre comercio y,
además, constituye un mecanismo confiscatorio de su hacienda. Lo anterior debido a
que el artículo cuestionado conlleva, en el fondo, el aumento desmedido -de hasta un
500%- de lo que en realidad es o debería ser una tasa municipal por concepto de
recolección de desechos sólidos, disfrazada de impuesto de patentes y aplicable solo a
un sector del municipio. Esta acción se admite por reunir los requisitos a que se refiere
la Ley de la Jurisdicción Constitucional en sus artículos 73 a 79. La legitimación de los
accionantes deriva del recurso de apelación formulado ante el Concejo Municipal de
Tibás y actualmente en fase de agotamiento de la vía administrativa ante el Concejo
mencionado, en el cual invocaron la inconstitucionalidad de la norma cuestionada.
2.-Ante esta misma Sala pende la acción de inconstitucionalidad número 07-0008430007-CO, en la que se impugnan las mismas disposiciones que son objeto de examen en
el sub examine. Y,
Considerando:
Único: El artículo 84 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional dispone que si después
de planteada la acción y antes de la publicación del aviso respectivo se presentaren
otras acciones de inconstitucionalidad contra la misma ley, decreto, disposición,
acuerdo o resolución, esas acciones se acumularán a la primera y se tendrán como
ampliación. También se acumularán las acciones que con ese carácter interpongan las
partes de los juicios suspendidos, si fueren presentadas dentro de los quince días
posteriores a la primera publicación del aviso. Por lo expuesto y ante la evidente
conexidad que existe entre los hechos planteados en este asunto y los discutidos en el
expediente número 07-000843-0007-CO que se tramita ante esta Sala, y a fin de evitar
resoluciones contradictorias que pudieren afectar los derechos e intereses de las partes
involucradas, se dispone en este acto acumular este expediente al citado.
Por tanto:
Acumúlese esta acción a la que en el expediente número 07-000843-0007-CO se tramita
ante esta Sala.
Luis Fernando Solano C.
Presidente
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información
Jurídica el: 12/4/2010 12:13:06 PM
Observaciones
Acumulada al expediente N. 07-000843-0007-CO
Sentencia: 00614 Expediente: 06-015181-0007-CO
Fecha: 19/01/2007 Hora:
11:05:00 AM Emitido por: Sala Constitucional
*060151810007CO* Exp: 06-015181-0007-CO Res. Nº 2007-000614
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las once horas y cinco minutos del diecinueve de enero del dos mil siete.
Recurso de amparo interpuesto por EDDY ALBERTO MURILLO BLANCO, cédula
de identidad número 7-085-429, contra la MINISTRA DE SALUD y la
MUNICIPALIDAD DE MATINA.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 11:34 hrs. del 10 de diciembre de
2006, la recurrente interpone recurso de amparo contra la MINISTRA DE SALUD y
la MUNICIPALIDAD DE MATINA y manifiesta que a pesar que la comunidad tiene
brotes de dengue y malaria, desde el 2 de diciembre 2006 no se recolecta la basura,
pues las autoridades municipales alegan que el Ministerio de Salud no renovó el
permiso de funcionamiento del relleno sanitario que han utilizado. Sostiene que a
pesar que este Tribunal ha ordenado a las autoridades sanitarias y municipales
coordinar una solución a dicho problema, a la fecha de interposición del recurso de
amparo con la acusada omisión, exponen a los vecinos a la contaminación y
agravamiento de enfermedades. Solicita la recurrente que se declare con lugar el
amparo con las consecuencias legales que ello implique.
2. Mediante resolución de las 11:16 hrs. del 14 de diciembre de 2006 se dio curso al
amparo y se solicitó informes a las autoridades recurridas (folios 9-10).
3.- Informa bajo juramento RODRIGO GÓMEZ FLORES, en su calidad de Alcalde
Municipal y representante legal, de la Municipalidad de Matina (folio 18), que,
efectivamente, el Ministerio de Salud en fecha 6 de diciembre de 2006 no renovó el
permiso de funcionamiento al relleno sanitario de Labor COFINCO, ubicado en Loma
Linda de Limón el cual prestaba el servicio de tratamiento de desechos sólidos a la
Municipalidad de Matina y Limón, lo cual provocó su cierre. Alega que al no recibir
respuesta positiva alguna de parte del Ministerio de Salud, con carácter urgente se
tuvo que tramitar una contratación directa con la empresa WPP S.A. .3Dicha empresa
ofertó un monto de 47.50 dólares por tonelada entregada, siendo que ese valor
representa la suma de 24.557,5 colones por tonelada lo que le significa un gasto muy
alto. Señala que, sin embargo, con el duplicado del contrato original que se remite, se
demuestra que pese a las especulaciones y temores, la Municipalidad de Matina
concretó el respectivo contrato de servicios con la empresa WPP con el cual el servicio
de recolección de basura se sigue prestando de forma eficiente y periódica, sin que se
haya incurrido, pese a los inconvenientes presupuestarios, en incumplimiento alguno.
Solicita que se desestime el recurso planteado, puesto que a la fecha la Municipalidad
de Matina mantiene un contrato de servicios vigente con la empresa WPP, lo cual
garantiza la continuidad en la prestación de los servicios.
4.Rinde informe bajo juramento MARÍA LUISA ÁVILA AGÜERO en su condición de
MINISTRA DE SALUD (folio 27), que el presente recurso de amparo es competencia
del Área Rectora de Salud de Matina y de la Región Huetar Atlántica. Señala que se
refieren a las actuaciones técnico-administrativas dictadas por dichas autoridades de
salud. Explica que a partir del cierre del botadero de basura de Labor Cofinco por no
cumplir con lo solicitado por el Área Rectora de Salud de Limón, la tarea de la
recolección la sigue realizando la Municipalidad de Matina y su traslado fuera de la
Provincia de Limón la realiza la empresa WPP Continental de Costa Rica S.A. por lo
que el señor Murillo se equivoca en el sentido que la basura no se recoge por el cierre
de dicho botadero. Al ser la Municipalidad la encargada de recoger los desechos y al
tener ésta un contrato con la empresa WPP Continental de Costa Rica S.A. para la
disposición final de los desechos desde el día 8 de de diciembre de 2006, se evidencia
que a pesar del cierre se ha dado una solución aunque sea temporal al problema de los
desechos sólidos en el Cantón de Matina. Afirma que la recolección de los desechos la
ha estado realizando la Municipalidad con sus propios equipos y que si existen
comunidades donde no se recogen los desechos no ha sido por falta de un sitio para
depositarla sino por alguna otra situación atinente a la Municipalidad de Matina, pero
los desechos se trasladan fuera de la Provincia de Limón. Solicita que se declare sin
lugar el recurso de amparo.
5.En la substanciación del proceso se ha observado las prescripciones legales. Redacta el
Magistrado Jinesta Lobo; y,
Considerando:
I.OBJETO DEL RECURSO. El recurrente pretende que se declare la infracción de sus
derechos a la salud y a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado por parte de
las autoridades del Ministerio de Salud y la Municipalidad de Matina. Cuestiona que
el Área Rectora de Salud no renovó el permiso de funcionamiento del relleno sanitario
de la empresa Labor Confinco, lo que provocó que se haya suspendido el servicio de
la recolección de basura en esa comunidad.
II.SOBRE EL FONDO. Reiteradamente este Tribunal se ha referido a la obligación del
Estado de velar por el derecho a la salud y a un medio ambiente sano y equilibrado a
favor de todos los habitantes. En el caso específico de las Municipalidades se extrae
dicha obligación a partir de lo dispuesto en el artículo 169 de la Constitución Política,
pues a ellas les corresponde la “administración de los intereses y servicios locales en cada
cantón”. Así, tratándose del servicio de recolección de basura, este Tribunal ha
indicado lo siguiente:
“(… ) IV.Sobre el derecho a la salud y a un ambiente sano y equilibrado. Es ampliamente reconocido por
este Tribunal Constitucional la atención que merece el derecho a la salud que si bien no está
expresamente reconocido en la Carta Magna, se extrae inevitablemente del derecho a la vida
protegido por el artículo 21, que señala ‘La vida humana es inviolable’; además, se ha
establecido que como antecedente del derecho a un ambiente sano y equilibrado consagrado en el
artículo 50 constitucional:
‘ARTICULO 50. El Estado procurará el mayor bienestar a todos los habitantes del país,
organizando y estimulando la producción y el más adecuado reparto de la riqueza.
Toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Por ello, está
legitimada para denunciar los actos que infrinjan ese derecho y para reclamar la reparación del
daño causado.
El Estado garantizará, defenderá y preservará ese derecho. La ley determinará las
responsabilidades y las sanciones correspondientes. (Así reformado por el artículo 1º de la ley
No.7412 de 3 de junio de 1994).’
De esta manera, resulta de interés retomar algunas consideraciones respecto a este punto,
emitidas en anteriores ocasiones por este Tribunal Constitucional:
‘III.Sobre el derecho. El artículo 50 de la Constitución Política establece que toda persona tiene
derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. El derecho a un ambiente sano tiene
un contenido amplio que equivale a la aspiración de mejorar el entorno de vida del ser humano,
de manera que desborda los criterios de conservación natural para ubicarse dentro de toda
esfera en la que se desarrolle la persona, sea la familiar, la laboral o la del medio en el cual
habita. De ahí que se afirme que se trata de un derecho transversal, es decir, que se desplaza a
todo lo largo del ordenamiento jurídico, modelando y reinterpretando sus institutos. El
ambiente es definido por la Real Academia Española de la Lengua como el 'conjunto de
circunstancias físicas que rodean a los seres vivos', lo que recalca aún más el carácter general
del derecho. En cambio el derecho a un ambiente ecológicamente equilibrado es un concepto más
restringido referido a una parte importante de ese entorno en el que se desarrolla el ser humano,
al equilibrio que debe existir entre el avance de la sociedad y la conservación de los recursos
naturales. Ambos derechos se encuentran reconocidos expresamente en el artículo 50 de la
Constitución Política, que perfila el Estado Social de Derecho. La ubicación del derecho a un
ambiente sano y ecológicamente equilibrado dentro de las regulaciones constitucionales del
Estado Social de Derecho es el punto a partir del cual debe éste ser analizado. El Estado Social
de Derecho produce el fenómeno de incorporación al texto fundamental de una serie de objetivos
políticos de gran relevancia social y de la introducción de un importante número de derechos
sociales que aseguran el bien común y la satisfacción de las necesidades elementales de las
personas. En esta perspectiva, la Constitución Política enfatiza que la protección de los recursos
naturales es un medio adecuado para tutelar y mejorar la calidad de vida de todos, lo que hace
necesaria la intervención de los poderes públicos sobre los factores que pueden alterar el
equilibrio de los recursos naturales y, más ampliamente, obstaculizar que la persona se
desarrolle y desenvuelva en un ambiente sano. De igual forma que el principio del Estado
Social de Derecho es de aplicación inmediata, el derecho a un ambiente sano y ecológicamente
equilibrado también lo es, de manera que se manifiesta en la doble vertiente de derecho subjetivo
de las personas y configuración como meta o fin de la acción de los poderes públicos en general.
La incidencia que tiene el derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado dentro de la
actividad del Estado, encuentra su primera razón de ser en que por definición los derechos no se
limitan a la esfera privada de los individuos sino que tienen asimismo trascendencia en la
propia estructura del Estado en su papel de garante de los mismos y, en segundo término,
porque la actividad del Estado se dirige hacia la satisfacción de los intereses de la colectividad.
La Constitución Política establece que el Estado debe garantizar, defender y preservar ese
derecho. Prima facie garantizar es asegurar y proteger el derecho contra algún riesgo o
necesidad, defender es vedar, prohibir e impedir toda actividad que atente contra el derecho, y
preservar es una acción dirigida a poner a cubierto anticipadamente el derecho de posibles
peligros a efectos de hacerlo perdurar para futuras generaciones. El Estado debe asumir un
doble comportamiento de hacer y de no hacer; por un lado debe abstenerse de atentar él mismo
contra el derecho a contar con un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, y por otro lado,
debe asumir la tarea de dictar las medidas que permitan cumplir con los requerimientos
constitucionales." (Sentencia N° 00644-99 de las once horas veinticuatro minutos del
veintinueve de enero de mil novecientos noventa y nueve; en el mismo sentido se puede
consultar el voto 4947-2002 de las nueve horas con veinticuatro minutos del veinticuatro de
mayo de dos mil dos).’
Partiendo, pues, de las consideraciones anteriores y de las normas contempladas en la Ley
General de Salud, se infiere la obligación del Estado y de las Municipalidades de proteger el
medio ambiente, derecho que debe ser defendido y preservado con la finalidad de conseguir el
bienestar de todos los habitantes de la nación. Por ello, todos los desechos sólidos que provengan
de las actividades personales, familiares o de la comunidad deben ser separados y recolectados
cuando proceda; en este sentido, el artículo 280 de la Ley General de Salud estipula que el
servicio de recolección, acarreo y disposición de las basuras, entre otras obligaciones, le
corresponde a las Corporaciones Municipalidades. De esta manera, si se produce una
omisión injustificada en el cumplimiento de estos deberes, tal situación supone una
grosera violación del Derecho de la Constitución, que desde todo punto de vista debe
ser amparada en esta Jurisdicción.
V.Ahora bien, del elenco de los hechos probados y del informe rendido bajo juramento, se
desprende que en el caso específico ha existido una omisión inexcusable de la Municipalidad de
Montes de Oca de atender oportunamente las gestiones de la comunidad amparada, que se
traduce en una afectación del derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. En
efecto, se constata que los vecinos de la localidad de Calle Ballesteros y, en particular, los
miembros de COVIRENA han estado gestionado desde agosto de dos mil uno que se les informe
la posibilidad de organizar y concertar una fecha para que se procediera a la recolección de los
desechos no tradicionales en las comunidades en cuestión. Asimismo, en marzo de dos mil dos
los vecinos de la localidad solicitaron información sobre la forma en que se estaba realizando el
servicio de recolección de desechos no tradicionales y denunciaron que desde hacía dos años no
recibían el referido servicio a pesar de estar pagando una correlativa tasa municipal. A partir
de ese momento y hasta la fecha de la presentación del recurso de amparo, los vecinos de la
comunidad no han recibido una respuesta concreta sobre la forma en que se organizan las
recolecciones, sino que han sido respuestas difusas que no les permite a los vecinos organizarse
para dichos efectos. Además de la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades
municipales, específicamente del Director Técnico y de Servicios de la Municipalidad, se tiene
por acreditada la existencia de una omisión injustificada en atender las gestiones promovidas
por los vecinos de la comunidad de Calle Ballesteros, en forma material, real y oportuna. Nótese
que el mismo Director reconoce que el servicio se está brindando en otras comunidades y que
los amparados deben esperar su turno. Aunque la Sala comprende las dificultades materiales y
presupuestarias que se puedan presentar para la prestación efectiva del servicio, tales
limitaciones no deben ser un obstáculo para atender las gestiones de las comunidades, máxime
si está frente a la tutela del derecho fundamental a un medio ambiente sano y equilibrado, el
cual requiere la ejecución de acciones reales tendentes a protegerlo, con el propósito de
asegurarle a los ciudadanos el pleno goce de sus derechos fundamentales, lo que supone, en este
caso, eliminar toda clase de desechos sólidos no tradicionales, que si se mantienen en los
respectivos hogares pueden promover la propagación enfermedades y epidemias, poniéndose en
peligro a su vez la salud de los habitantes. (…)” Sentencia 2002-11429 de las 9:14 hrs. del 29
de noviembre de 2002.
Asimismo, tratándose de la prestación del servicio público de recolección de basura,
este Tribunal ha sostenido que la carencia de recursos económicos y materiales no es
un criterio aceptable para omitir la prestación de éste, según lo dispuesto en el artículo
280 de la Ley General de Salud y en atención a los principios constitucionales de
prestación de los servicios públicos (eficacia, eficiencia, simplicidad y celeridad de la
organización y función administrativas). Sobre el particular se ha señalado lo
siguiente:
“(…) Debe agregarse, que la Municipalidad recurrida, como parte del Estado que es, está
obligada a garantizar, defender y preservar los derechos de salud y a un ambiente sano y
ecológicamente equilibrado. En esta inteligencia, no es de recibo la explicación brindada por los
recurridos en punto a la falta de recursos económicos o el mal manejo de ellos, límite
acostumbrado de la inefectividad de los entes públicos para cumplir con toda propiedad los fines
encomendados, ya sea por mandato constitucional, o bien, por disposición legal. La Sala no
puede aceptar que estas excusas sean un obstáculo al respeto de los derechos esenciales de los
munícipes de Tibás, razón para acoger el recurso con las consecuencias de ley.(…)" Sentencia
Nº 2005-0765 de las 16:05 hrs. del 7 de junio de 2005.
Igualmente, en la sentencia número 2006-03530 de las 18:01 hrs. del 14 de marzo de
2006, se resolvió lo siguiente:
"(…) II.Sobre el derecho. El presente recurso se base en el hecho de que la Municipalidad de Tibás, que
en ese cantón realiza la recolección de basura, ha dejado de prestar ese servicio y se han
acumulado los desechos sólidos en las vías de dicha comunidad, lugar donde reside el amparado.
Señala el recurrente que tampoco el Ministerio de Salud ha tomado las medidas necesarias para
evitar la contaminación ambiental que produce la acumulación de desechos en las calles
tibaseñas. Aunque aclara la Alcaldesa que los problemas de recolección de basura que aquejan a
esa comunidad -y que son objeto de este amparo- se deben a la falta de camiones recolectores y
en general a la falta de presupuesto para un eficiente servicio, pero a pesar de ello se han
iniciado programas para mitigar esa deficiencia, el Ministerio de Salud, Área Rectora de Salud
de Tibas (sic), ha constatado que la basura persiste en gran parte del cantón. Esta Sala en
diversas oportunidades ha estimado recursos de amparo por este mismo problema que pareciere
que no se le da solución definitiva (ver entre otras la sentencia nùmero (sic) 2005-07065 de las
16:05 horas del 7 de junio de 2005). La corporación municipal de Tibás está en la obligación de
prestar, al menos un efectivo servicio de recolección de basura. Empero, poner como trabas las
deficiencias administrativas y presupuestarias, en las circunstancias expuestas, límite
acostumbrado de la inefectividad de los entes públicos para cumplir con toda propiedad los fines
encomendados, ya sea por mandato constitucional, o bien, por disposición legal, no es
justificante suficiente para desproteger el derecho de salud y a un ambiente ecológicamente
equilibrado que tienen los munícipes de Tibás. La falta de una adecuada organización para la
recolección de basura, puede obedecer a varias causas administrativas y políticas incluso, pero
no es posible afirmar que, entonces después de un año, los servidores a cuyas acciones u
omisiones pueda objetivamente asociarse este fenómeno, no hayan de responder diligentemente
ante quienes se ven privados del disfrute de sus derechos fundamentales. De ahí, que deba
acogerse el recurso, ordenando a las autoridades de la Municipalidad de Tibás, cada una dentro
del ámbito de sus competencias, adoptar todas las medidas para garantizar la recolección del
servicio de basura en todo el cantón de Tibás con eficiencia y regularidad. Debe el Ministerio de
Salud realizar las inspecciones pertinentes para que esta labor se realice en forma efectiva. "
Así, en atención a los criterios esbozados, este Tribunal llama la atención de las
autoridades recurridas de velar en forma oportuna por la prestación del servicio de
recolección de basura y, por ende, la protección del derecho a la salud y a un ambiente
sano y ecológicamente equilibrado de los pobladores de su cantón, tomando medidas
que garanticen la recolección eficiente y regular de la basura.
III.-CASO CONCRETO . De los informes rendidos bajo la gravedad del juramento se
acredita que lleva razón el recurrente al indicar que las autoridades del Área Rectora
de Salud de Matina no renovaron el permiso de funcionamiento del relleno sanitario
de ese cantón, administrado por la empresa Labor Confinco S.A. Sin embargo, no
queda demostrado en autos que ese hecho haya provocado la suspensión del servicio
público de recolección de basura. Sobre el particular, el Alcalde Municipal de Matina
informó que en fecha 8 de diciembre de 2006 se suscribió un contrato de servicios
para la atención integral de los servicios de transporte, tratamiento y disposición final
de los desechos sólidos para el Cantón de Matina entre la Municipalidad y la empresa
WPP Continental de Costa Rica (ver copias del contrato a folios 21-25). Asimismo, se
informó que ese contrato permitió que el servicio de recolección de desechos se
continúe prestando de forma eficiente y periódica. Criterio que, a su vez, fue
confirmado por las autoridades del Ministerio de Salud, quienes manifestaron que se
mantiene la labor de recolección de basura mediante un contrato con la empresa WPP
Continental de Costa Rica, la que se encarga de trasladar los desechos fuera de la
Provincia de Limón. En virtud de lo anterior, no se acredita una omisión de las
autoridades de la Municipalidad de Matina de atender en forma eficiente y cumplida
con sus obligaciones de prestar el servicio de recolección de basura. Del mismo modo,
tampoco se acredita la existencia de un problema sanitario atribuible a los agravios
planteados. De conformidad con lo expuesto, se impone declarar sin lugar el recurso
por no acreditarse en autos una lesión a los derechos fundamentales del amparado.
IV.CONCLUSIÓN . Como corolario de lo anterior, se declara sin lugar el recurso.
Por tanto: Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C.
Presidente Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto
Jinesta L. Fernando Cruz C. Horacio González Q.
168/ES/801
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información
Jurídica el: 12/4/2010 12:13:47 PM
Sentencia:
14484
Expediente: 05011849-0007-CO
Fecha:
29/09/2006 Hora:
9:29:00 AM
Emitido por:
Sala
Constitucional
*050118490007CO* Exp: 05-011849-0007-CO Res. Nº 2006-014484
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las nueve horas y veintinueve minutos del veintinueve de septiembre del dos mil
seis.
Recurso de amparo interpuesto por JUAN BUCH GUINART, cédula de residencia
número 726-141949-003709, contra LA MUNICIPALIDAD DE CORONADO y EL
MINISTERIO DEL AMBIENTE Y ENERGIA.
Resultando:
1.Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 11:34 hrs. del 13 de setiembre de
2005, el recurrente interpone recurso de amparo contra LA MUNICIPALIDAD DE
CORONADO y EL MINISTERIO DEL AMBIENTE Y ENERGIA y manifiesta que la
Municipalidad de Coronado no presta el servicio de recolección de basura en el Barrio
Carril y en las fincas aledañas, que se ubican en Las Nubes. Acusa que ello ha
motivado que existan botaderos clandestinos en la zona. Alega que todo ello causa
contaminación en las aguas subterráneas y en las nacientes de agua ubicadas en el
área, así como en la zona protegida de la Quebrada Virilla. Ante tal situación, él ha
presentado diversas denuncias ante la Municipalidad de Coronado, pero no se ha
solucionado la situación. Manifiesta que la falta de resolución provocó que presentara
denuncia ante la Defensoría de los Habitantes. Indica que la Defensoría de los
Habitantes efectivamente corroboró la existencia del problema denunciado, por lo que
emitió informe final 7958-2004-DHR del 2 de setiembre del 2004, en que recomendó a
la Municipalidad de Coronado y al Ministerio del Ambiente y Energía que adoptaran
determinadas medidas para solucionar el problema. Indica que lo que motiva la
interposición del amparo es que ha transcurrido más de un año y a la fecha no se ha
solucionado el problema, pues las autoridades recurridas no han adoptado las
medidas necesarias para garantizar la adecuada recolección, tratamiento y disposición
final de la basura, así como para evitar la existencia de botaderos clandestinos. Por
todo ello, estima que se han infringido los artículos 41 y 50 de la Constitución Política.
Solicita la recurrente que se declare con lugar el amparo con las consecuencias legales
que ello implica.
2.-Mediante resolución de las 9:44 hrs. del 14 de setiembre de 2005 se dio curso al
amparo y se solicitó informes a las autoridades recurridas (folios 53-55).
3.-Informa bajo juramento ALLAN FLORES MOYA, en su calidad de MINISTRO DEL
AMBIENTE Y ENERGÍA (folio 58), que el asunto se divide en dos etapas: la primera,
va desde el momento en que el recurrente interpone la denuncia en sede
administrativa, hasta el momento en que esa institución, mediante el oficio Nº 041362005-DHR del 30 de abril de 2005, da por concluido y dispone el cierre del expediente
del seguimiento Nº 17124-24-2004-QJ-PV; la segunda es la fase de seguimiento de los
logros institucionales obtenidos. Asegura que el Ministerio mediante la acción de la
Oficina Subregional de San José ha dado cabal cumplimiento de las recomendaciones
emitidas por la Defensoría de los Habitantes. Indica que se trata de un problema focal
de botaderos clandestinos de basura, cuyo desencadenante ha sido la falta de servicio
en que incurrió la Municipalidad local, al no haber incluido como ruta permanente
para la recolección de desechos (tradicionales y no tradicionales) a la barriada o calle
en la que el recurrente ha señalado como actuante dicha situación. Ese ministerio no
puede injerir en el quehacer de aquel gobierno municipal al tiempo que la recolecta de
basura domiciliar, es competencia exclusiva de la municipalidad. El MINAE ha
brindado su colaboración tanto a la Municipalidad de Coronado, como a la misma
Defensoría de los Habitantes en el manejo de la problemática, en el cual está
documentada la participación de ese Ministerio en el cumplimiento de las
recomendaciones de dicha entidad. Considera que el fondo legal de este asunto gira
en torno al problema de falta de servicio en la recolecta de base doméstica que se ha
venido presentando en la localidad Calle El Carril. La competencia legal en la
recolección de desechos sólidos es municipal. Indica que la Dirección Regional del
Área de Conservación Cordillera Volcánica Central ha emitido una serie de
recomendaciones a la Municipalidad con el propósito de cumplir con las
recomendaciones dadas por la Defensoría de los Habitantes. Indica que mediante el
memorando OSJ-108 del 2 de marzo del 2005 una de las profesionales de la Oficina
Subregional San José del Área de Conservación Cordillera Volcánica Central, formula
una serie de recomendaciones al citado gobierno municipal. Señala que la
problemática de la basura en el sitio tiene que ver con educación ambiental, pero
además con el gobierno municipal generando un calendario y sus respectivos horarios
de cumplimiento para la recolecta de basura doméstica en los distintos puntos o
barrios en los que ejerce su jurisdicción administrativa. Insiste que no es su
competencia la recolección de basura. Solicita que se desestime el recurso planteado.
4.-Rinde informe ROLANDO MÉNDEZ SOTO en su condición de ALCALDE DE LA
MUNICIPALIDAD DE VÁSQUEZ DE CORONADO (folio 76), que el 24 de agosto de
2004 el Municipio recibió el Oficio 07985-2004 DHR de la Defensoría de los Habitantes
donde se puso en conocimiento la queja interpuesta por el señor Juan Buch Guinar.
Mediante oficio Nº AL 200-1075-04 del Despacho del Alcalde puso en conocimiento
de la Contralora de Servicios, Encargado de Saneamiento Ambiental, Coordinador de
Obras y Servicios, todos de la Municipalidad de Vásquez de Coronado la queja
interpuesta por el amparado, para que se le diera el trámite correspondiente. En fecha
21 de setiembre de 2004 se recibió contestación de la nota SA 230-207, donde se
autorizó por parte de los propietarios a ingresar con la maquinaria requerida a la
propiedad que los vecinos de la localidad han utilizado ilegalmente para depositar la
basura. Hacen ver que la basura no está en las calles por lo que el Municipio cumple
con la limpieza del sector. Explica que se trata de un botadero de basura clandestino
donde la principal problemática es la carencia de cultura de las personas que están
realizando la actividad. Sostiene que el 9 de octubre de 2004 se realizó el retiro de la
basura en el cañón del Río Virilla, lo cual fue comunicado a la Defensoría de los
Habitantes en oficio AL 200-1329-04. Posteriormente, la Defensoría procedió al cierre
del expediente. Luego, mediante el oficio AL-200-250-05 del 14 de agosto de 2005 se
puso en conocimiento de la Directora del Área de Control y Gestión Administrativa
de la Defensoría de los Habitantes, la inclusión del sector Calle El Carril, Las Nubes,
en el servicio de recolección de basura tradicional, cuyos programas fueron
entregados a los vecinos de la localidad para su conocimiento. Lo anterior, a fin de
evitar que los mismos habitantes de la zona lancen este y otro tipo de desechos en las
orillas de las nacientes de agua y la consecuente contaminación de éstas. Además, la
Contraloría de los Servicios informó que desde el mes de febrero del 2005 se está
brindando el servicio de basura en el sector; en dos ocasiones se ha procedido a
limpiar el predio, sin embargo, la práctica del mal hábito de botar basura continua; el
propietario fue notificado por parte del Departamento de Saneamiento Ambiental
para que colocara una cerca, misma que fue instalada y, posteriormente, derribada
por las mismas personas que vierten la basura en el lugar; el Departamento de
Saneamiento Ambiental coordinó con el Área de Conservación Cordillera Volcánica
Central del Ministerio de Ambienta y Energía la puesta en práctica de un programa
de educación ambiental que fue trasladado a la sub región central y sobre esa gestión
se está espera de la respuesta. Agrega que mediante el oficio AL-200-1502-2005 del 27
de setiembre de 2005, el Despacho del Alcalde Municipal comunicó a la Directora del
Área de Control de Gestión Administrativa de la Defensoría de los Habitantes las
medidas que a lo largo de los años el Municipio que representa ha tomado para
enfrentar los problemas de contaminación a nivel del cantón. Asimismo, mediante el
oficio AL-200-1503-025 del 27 de setiembre de 2005, el Despacho del Alcalde realizó
formal solicitud a la Directora del Área de Control de Gestión Administrativa de la
Defensoría de los Habitantes para que se proceda a plantear la denuncia
correspondiente ante el Tribunal Ambiental Administrativo contra el propietario del
terreno donde se realiza la descarga de basura por incuria ante la situación con el
propósito de exigirle instaurar las medidas necesarias para evitar que continúe con el
depósito de los desechos. Concluye que la Municipalidad ha realizado todas y cada
una de las actuaciones necesarias para que la irregularidad de la contaminación por
medio de desechos que se presenta en el sector de Calle El Carril sea eliminada.
Insiste que en este momento el sector de Calle El Carril en Las Nubes de Coronado
cuenta con los servicios de recolección de basura tradicional y no tradicional. Además,
afirma que se ha promovido la instalación de rótulos preventivos, aplicación de
multas de cien mil colones a los infractores que se han logrado encontrar descargando
basura en los ríos, orillas de calles o lotes privados, e igualmente, se ha intentado
concienciar la población con distribución de bolsas de basura para recoger la basura
de los autos. Insiste que la municipalidad ha cumplido con prestar el servicio de
recolección de basura, cerca y limpiar el predio causante del problema, pues es una
cuestión cultural de personas inescrupulosas. Solicita que se declare sin lugar el
amparo.
5.-En la substanciación del proceso se ha observado las prescripciones legales.
Redacta el Magistrado Araya García; y,
Considerando:
I.-OBJETO DEL RECURSO. El recurrente acude ante esta Jurisdicción en tutela de su
derecho constitucional a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, toda vez
que cuestiona que la Municipalidad de Coronado no presta el servicio de recolección
de basura en el Barrio Carril y fincas aledañas en Las Nubes de Coronado. Esa inercia
ha generado botaderos clandestinos de basura lo que provoca contaminación en el
área. Cuestiona que pese a las denuncias planteadas ante la Defensoría de los
Habitantes, las autoridades recurridas no han adoptado soluciones concretas para
poner fin a esta problemática.
II.-HECHOS PROBADOS. De importancia para la decisión de este asunto, se
estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos: 1) Mediante el Oficio
Nº 04136-2005-DHR del 30 de abril de 2005, la Defensoría de los Habitantes dio por
finalizado un expediente administrativo contra la Municipalidad de Coronado y el
Ministerio de Ambiente y Energía, mediante el cual se había recomendado a la
Municipalidad proceder al retiro de todo tipo de desechos sólidos vertidos en
botaderos clandestinos, notificar cuáles serán los días en que funcionarios de la
Municipalidad pasarían recolectando la basura en sus domicilios, instar al propietario
para que cerque los predios correspondientes y coordinar con el MINAE acciones de
educación. Asimismo, se le ordenó al MINAE colaborar con la Municipalidad el
desarrollo de acciones de educación y divulgación con la población afectada. En esa
oportunidad la Defensoría determinó que se había procedido a dar cumplimiento a
las recomendaciones emitidas (ver copia a folios 29-32). 2) Mediante el oficio Nº AL200-0250-05 del 14 de agosto de 2005 la Municipalidad de Coronado comunicó a la
Directora del Área de Control y Gestión Administrativa de la Defensoría de los
Habitantes la inclusión del sector calle El Carril en Las Nubes de Coronado, en el
servicio de recolección de basura tradicional, cuyos programas fueron entregados a
los vecinos de la localidad para su conocimiento, el cual se está brindando desde el
mes de febrero de 2005 (informe bajo juramento a folios 77-78, ver copia del oficio a
folio 137 y ver la respectiva comunicación a los vecinos a folio 138, así como el
programa de recolección de basura no tradicional a folio 155).
II.-SOBRE EL FONDO. Reiteradamente este Tribunal se ha referido a la obligación
del Estado de velar por el derecho a la salud y a un medio ambiente sano y
equilibrado a favor de todos los habitantes. En el caso específico de las
Municipalidades se extrae dicha obligación a partir de lo dispuesto en el artículo 169
de la Constitución Política, pues a ellas les corresponde la “administración de los
intereses y servicios locales en cada cantón”. Así, tratándose del servicio de recolección de
basura, este Tribunal ha indicado lo siguiente:
“(… )IV.-Sobre el derecho a la salud y a un ambiente sano y equilibrado. Es ampliamente
reconocido por este Tribunal Constitucional la atención que merece el derecho a la salud que si
bien no está expresamente reconocido en la Carta Magna, se extrae inevitablemente del derecho
a la vida protegido por el artículo 21, que señala ‘La vida humana es inviolable’; además, se ha
establecido que como antecedente del derecho a un ambiente sano y equilibrado consagrado en
el artículo 50 constitucional:
‘ARTICULO 50. El Estado procurará el mayor bienestar a todos los habitantes del país,
organizando y estimulando la producción y el más adecuado reparto de la riqueza.
Toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Por ello, está
legitimada para denunciar los actos que infrinjan ese derecho y para reclamar la reparación del
daño causado.
El Estado garantizará, defenderá y preservará ese derecho. La ley determinará las
responsabilidades y las sanciones correspondientes. (Así reformado por el artículo 1º de la ley
No.7412 de 3 de junio de 1994).’
De esta manera, resulta de interés retomar algunas consideraciones respecto a este punto,
emitidas en anteriores ocasiones por este Tribunal Constitucional:
‘III.-Sobre el derecho. El artículo 50 de la Constitución Política establece que toda persona
tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. El derecho a un ambiente sano
tiene un contenido amplio que equivale a la aspiración de mejorar el entorno de vida del ser
humano, de manera que desborda los criterios de conservación natural para ubicarse dentro de
toda esfera en la que se desarrolle la persona, sea la familiar, la laboral o la del medio en el cual
habita. De ahí que se afirme que se trata de un derecho transversal, es decir, que se desplaza a
todo lo largo del ordenamiento jurídico, modelando y reinterpretando sus institutos. El
ambiente es definido por la Real Academia Española de la Lengua como el 'conjunto de
circunstancias físicas que rodean a los seres vivos', lo que recalca aún más el carácter general
del derecho. En cambio el derecho a un ambiente ecológicamente equilibrado es un concepto
más restringido referido a una parte importante de ese entorno en el que se desarrolla el ser
humano, al equilibrio que debe existir entre el avance de la sociedad y la conservación de los
recursos naturales. Ambos derechos se encuentran reconocidos expresamente en el artículo 50
de la Constitución Política, que perfila el Estado Social de Derecho. La ubicación del derecho a
un ambiente sano y ecológicamente equilibrado dentro de las regulaciones constitucionales del
Estado Social de Derecho es el punto a partir del cual debe éste ser analizado. El Estado Social
de Derecho produce el fenómeno de incorporación al texto fundamental de una serie de
objetivos políticos de gran relevancia social y de la introducción de un importante número de
derechos sociales que aseguran el bien común y la satisfacción de las necesidades elementales de
las personas. En esta perspectiva, la Constitución Política enfatiza que la protección de los
recursos naturales es un medio adecuado para tutelar y mejorar la calidad de vida de todos, lo
que hace necesaria la intervención de los poderes públicos sobre los factores que pueden alterar
el equilibrio de los recursos naturales y, más ampliamente, obstaculizar que la persona se
desarrolle y desenvuelva en un ambiente sano. De igual forma que el principio del Estado
Social de Derecho es de aplicación inmediata, el derecho a un ambiente sano y ecológicamente
equilibrado también lo es, de manera que se manifiesta en la doble vertiente de derecho
subjetivo de las personas y configuración como meta o fin de la acción de los poderes públicos
en general. La incidencia que tiene el derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado
dentro de la actividad del Estado, encuentra su primera razón de ser en que por definición los
derechos no se limitan a la esfera privada de los individuos sino que tienen asimismo
trascendencia en la propia estructura del Estado en su papel de garante de los mismos y, en
segundo término, porque la actividad del Estado se dirige hacia la satisfacción de los intereses
de la colectividad. La Constitución Política establece que el Estado debe garantizar, defender y
preservar ese derecho. Prima facie garantizar es asegurar y proteger el derecho contra algún
riesgo o necesidad, defender es vedar, prohibir e impedir toda actividad que atente contra el
derecho, y preservar es una acción dirigida a poner a cubierto anticipadamente el derecho de
posibles peligros a efectos de hacerlo perdurar para futuras generaciones. El Estado debe
asumir un doble comportamiento de hacer y de no hacer; por un lado debe abstenerse de atentar
él mismo contra el derecho a contar con un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, y por
otro lado, debe asumir la tarea de dictar las medidas que permitan cumplir con los
requerimientos constitucionales." (Sentencia N° 00644-99 de las once horas veinticuatro
minutos del veintinueve de enero de mil novecientos noventa y nueve; en el mismo sentido se
puede consultar el voto 4947-2002 de las nueve horas con veinticuatro minutos del
veinticuatro de mayo de dos mil dos).’
Partiendo, pues, de las consideraciones anteriores y de las normas contempladas en la Ley
General de Salud, se infiere la obligación del Estado y de las Municipalidades de proteger el
medio ambiente, derecho que debe ser defendido y preservado con la finalidad de conseguir el
bienestar de todos los habitantes de la nación. Por ello, todos los desechos sólidos que
provengan de las actividades personales, familiares o de la comunidad deben ser separados y
recolectados cuando proceda; en este sentido, el artículo 280 de la Ley General de Salud
estipula que el servicio de recolección, acarreo y disposición de las basuras, entre otras
obligaciones, le corresponde a las Corporaciones Municipalidades. De esta manera, si se
produce una omisión injustificada en el cumplimiento de estos deberes, tal situación
supone una grosera violación del Derecho de la Constitución, que desde todo punto de
vista debe ser amparada en esta Jurisdicción.
V.-Ahora bien, del elenco de los hechos probados y del informe rendido bajo juramento, se
desprende que en el caso específico ha existido una omisión inexcusable de la Municipalidad de
Montes de Oca de atender oportunamente las gestiones de la comunidad amparada, que se
traduce en una afectación del derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. En
efecto, se constata que los vecinos de la localidad de Calle Ballesteros y, en particular, los
miembros de COVIRENA han estado gestionado desde agosto de dos mil uno que se les
informe la posibilidad de organizar y concertar una fecha para que se procediera a la
recolección de los desechos no tradicionales en las comunidades en cuestión. Asimismo, en
marzo de dos mil dos los vecinos de la localidad solicitaron información sobre la forma en que
se estaba realizando el servicio de recolección de desechos no tradicionales y denunciaron que
desde hacía dos años no recibían el referido servicio a pesar de estar pagando una correlativa
tasa municipal. A partir de ese momento y hasta la fecha de la presentación del recurso de
amparo, los vecinos de la comunidad no han recibido una respuesta concreta sobre la forma en
que se organizan las recolecciones, sino que han sido respuestas difusas que no les permite a los
vecinos organizarse para dichos efectos. Además de la falta de respuesta efectiva por parte de
las autoridades municipales, específicamente del Director Técnico y de Servicios de la
Municipalidad, se tiene por acreditada la existencia de una omisión injustificada en atender las
gestiones promovidas por los vecinos de la comunidad de Calle Ballesteros, en forma material,
real y oportuna. Nótese que el mismo Director reconoce que el servicio se está brindando en
otras comunidades y que los amparados deben esperar su turno. Aunque la Sala comprende las
dificultades materiales y presupuestarias que se puedan presentar para la prestación efectiva
del servicio, tales limitaciones no deben ser un obstáculo para atender las gestiones de las
comunidades, máxime si está frente a la tutela del derecho fundamental a un medio ambiente
sano y equilibrado, el cual requiere la ejecución de acciones reales tendentes a protegerlo, con el
propósito de asegurarle a los ciudadanos el pleno goce de sus derechos fundamentales, lo que
supone, en este caso, eliminar toda clase de desechos sólidos no tradicionales, que si se
mantienen en los respectivos hogares pueden promover la propagación enfermedades y
epidemias, poniéndose en peligro a su vez la salud de los habitantes. (…)” Sentencia 200211429 de las 9:14 hrs. del 29 de noviembre de 2002.
IV.-CASO CONCRETO. En el caso que se examina, el recurrente cuestiona ante este
Tribunal que en el Barrio Carril y fincas aledañas de Las Nubes de Coronado no se
presta el servicio de recolección de basura y que ello ha motivado que existan
basureros clandestinos. Considera que esa omisión es atribuible a la Municipalidad de
Coronado y al MINAE que no han adoptado acciones concretas pese a las
recomendaciones de la Defensoría de los Habitantes. De las pruebas habidas en el
expediente y de los informes rendidos bajo la gravedad del juramento se descarta que
exista inactividad de parte de las autoridades recurridas. Contrario al dicho del
recurrente, se desprende que la Municipalidad de Coronado y el Ministerio de
Ambiente y Energía ha adoptado acciones concretas a fin de cumplir con las
recomendaciones de la Defensoría de los Habitantes. Principalmente y lo que es el
objeto del amparo se acreditó que la corporación municipal recurrida sí presta el
servicio de recolección de basura tradicional y no tradicional en la zona del Barrio
Carril y en Las Nubes de Coronado (ver folios 138 y 155). Asimismo, han realizado
acciones concretas a fin de limpiar el lote que ha sido utilizado como basurero
clandestino, se ha instado al propietario a cercar y darle mantenimiento al lote y en
conjunto con el MINAE ha realizado campañas educativas para instar a la población a
no incurrir en estas actuaciones. Así, contrario a lo manifestado por el recurrente no se
observa una inactividad u omisión ilegítima de parte de las autoridades recurridas,
contraria a sus derechos constitucionales.
Por tanto: Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C.
Presidente Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S. Fernando Cruz C.
Teresita Rodríguez A. Jorge Araya G.
168/ kmh/801
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información
Jurídica el: 12/4/2010 12:14:45 PM
Sentencia: 07413 Expediente: 06-005685-0007-CO
Fecha: 26/05/2006 Hora:
9:54:00 AM Emitido por: Sala Constitucional
*060056850007CO* EXPEDIENTE N° 06-005685-0007-CO PROCESO: RECURSO DE
AMPARO RESOLUCION Nº 2006-7413
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las nueve horas y cincuenta y cuatro minutos del veintiséis de mayo del dos mil
seis.
Recurso de amparo interpuesto por JAFETT RIVERA JIMENEZ, cédula de identidad
número 0106930169 y, SALLY FALLAS SALAZAR, cédula de identidad 0107570548,
contra el ALCALDE MUNICIPAL DE GOICOECHEA.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las doce horas siete minutos del
trece de mayo del dos mil seis, el recurrente interpone recurso de amparo contra el
ALCALDE MUNICIPAL DE GOICOECHEA y manifiesta que en la tramitación del
proceso de cobro de una multa identificada con el código número 15 -por la
colocación de canoas y bajantes-, se ha incurrido en violaciones al procedimiento
establecido en los artículos 7, 10 y 11 del Reglamento para el Cobro de Tarifas por las
Omisiones a los deberes de los Propietarios de Inmuebles localizados en el Cantón de
Goicoechea, no sólo porque no se le ha notificado de manera correcta la prevención de
cobro de dicha multa -ya que estaba dirigida a otra persona-, sino porque además, no
se ha observado el procedimiento de dos apercibimientos que prevé esa normativa.
Que si bien es cierto, en dos oportunidades ha gestionado la exclusión y eliminación
total de los montos identificados bajo el código 15 (10 de diciembre del dos mil tres y
24 de marzo del dos mil cuatro), no ha obtenido una respuesta satisfactoria, pues el
oficio número A.M. 944-2005 del dos de marzo del dos mil cinco, es muy escueto, y a
su juicio no resuelve lo planteado.
2.-Que por resolución de las trece horas cuarenta y ocho minutos del quince de mayo
del dos mil seis, se les previno a los recurrentes que dentro de tercero día contado a
partir de la notificación de ese proveído y bajo apercibimiento de rechazar de plano el
recurso si no lo hacía, aportara copia de los siguientes documentos: a) oficio número
A.M. 261-04 del 23 de enero de 2004 suscrito por el Alcalde Munciipal de Goicoechea;
b) oficio número A.M. 944-2005 del dos de marzo el dos mil cinco suscrito por el
Alcalde Municipalidad de Goicoechea, en que se resuelve la gestión presentada por
los recurrentes el veinticuatro de marzo del dos mil cuatro, documento del cual,
también deberá aportar copia; ya que resultan indispensables para que esta Sala
resuelva lo que en derecho corresponda.
3.-Que de conformidad con el acta de notificación que corre agregada a folio 10 del
expediente, los recurrentes fueron notificados por medio del sistema de fax, a las trece
horas treinta minutos del diecisiete de mayo del dos mil seis.
4.-Que por escrito recibido por medio del sistema de fax en la Secretaría de esta Sala, a
las diez horas cincuenta y seis minutos del dieciocho de mayo del dos mil seis, los
recurrentes remitieron copia de los cuatro documentos que les fueron solicitados por
auto de las trece horas cuarenta y ocho minutos del quince de mayo del dos mil seis.
5.-El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar
de plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación,
cualquier gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente
improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para
rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión
anterior igual o similar rechazada.
Redacta el Magistrado Armijo Sancho; y,
Considerando:
Io.-Esta Sala al resolver en sentencia número 2005-06526 de las diecinueve horas
veintiocho minutos del treinta y unio de mayo del dos mil seis, hechos similares a los
que aquí se plantean -en cuanto al presunto estado de infensión en el que se les ha
colocado, al cobrárles una multa, sin que de previo se les haya otorgado la posibilidad
de proveer a su defensa-, consideró:
“I.-En la especie, los recurrentes son propietarios de un inmueble localizado en el centro
urbano de San José, que esa municipalidad se propuso recuperar del grave deterioro que sufre.
Se iniciaron visitas de campo y se le notificó al contribuyente –con una persona mayor de edad
que respondió en el inmueble- las mejoras que debía hacer al inmueble de su propiedad. Los
recurrentes dejaron transcurrir el plazo sin hacer mejoras, que ciertamente incluyeron la
confección de canoas nuevas que eran necesarias dado que el inmueble había sido declarado
inhabitable por el Ministerio de Salud quien había ordenado la demolición. A los amparados se
les excluyó esa obligación inicial pero aún adeudan el monto que la municipalidad invirtió en
la construcción de las aceras, cuya condición deplorable eran una amenaza para la seguridad de
los transeúntes y como la Sala encuentra que los accionantes desatendieron las obligaciones
que tenían en relación con el mantenimiento de esa área, no encuentra lesión alguna a sus
derechos en el cobro que la municipalidad ha hecho para mejorar el centro urbano y dar
seguridad a los que transitan; lo relacionado con el reclamo del monto es asunto de mera
legalidad.
II.-Los recurrentes no pueden alegar ignorancia de la obligación legal de dar mantenimiento a
las aceras y en virtud de que se han manifestado conocedores de la acción municipal esta Sala
no encuentra transgresión al debido proceso, ni a ningún otro derecho fundamental de los
accionantes. (sentencia número 2001-05961 de las catorce horas treinta y dos minutos
del cinco de julio del dos mil uno).
Criterio que se reitera en sentencia número 2002-02568 de las quince horas cuatro
minutos del doce de marzo del dos mil dos:
“...V.-DEL RESPETO DEL DEBIDO PROCESO EN EL ESTABLECIMIENTO DE
MULTAS MUNICIPALES. Por último, se hace referencia a las alegadas violaciones del
debido proceso y derecho de defensa acusados por el accionante. Debe la Sala advertir sobre dos
situaciones diversas reguladas en los artículos 75 y 76 del Código Municipal. La primera, que
se establece en el artículo 75 del Código Municipal, prevé el caso de que la que la omisión del
propietario o poseedor de las obligaciones establecidas en esa norma, las supla directamente la
Municipalidad, donde se cobra al propietario o poseedor el costo efectivo en el plazo de ocho
días hábiles, caso contrario, "se deberá cancelar por concepto de multa un cincuenta por
ciento (50%) del valor de la obra o el servicio, sin perjuicio de los intereses
moratorios". Estima la Sala que no hay infracción del debido proceso, como lo alega el
accionante, toda vez que se está ante el cobro de una obligación tributaria (tasa municipal), y
no de una sanción, de manera que basta con el traslado de cargos por parte de la municipalidad
correspondiente al propietario o poseedor, que en este caso, sería la factura por el costo del
servicio o labor realizada, y que en todo caso, puede impugnar el interesado ante la
administración tributaria correspondiente, mediante el procedimiento previsto para ello en los
artículos 105 a 148 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios, e inclusive, podría
acudir a la jurisdicción contencioso-administrativo (ante el Tribunal Fiscal Administrativo).
La segunda de las situaciones es la multa, prevista para los casos en que el propietario o el
poseedor omita el cumplimiento de la obligación urbana requerida por la municipalidad, y que
en todo caso, su omisión no es enmendada por el gobierno local. De esta suerte, en el artículo
76 del Código Municipal, se establecen las tarifas en concepto de esta multa, la cual, se impone
mediante el procedimiento previsto en el artículo 76 ter del mismo cuerpo legal, que consiste en
la notificación, por parte de la municipalidad, al propietario o poseedor del inmueble del deber
de cumplir la correspondiente obligación urbana, para lo cual se le otorga un plazo prudencial,
a criterio de la entidad, y que en todo caso, dependerá de la naturaleza de la labor a realizar.
Con la constatación del incumplimiento, la municipalidad puede imponer la multa, y que se
cobrará en forma trimestral, y que se cargará a la cuenta donde le cobran el resto de los
servicios urbanos. Ahora bien, advierte la Sala, que en cada trimestre, la municipalidad debe
requerir el cumplimiento de tal (o tales) obligación (es), dado que no resulta posible un cargo
automático, dado que ello sí sería violatorio del debido proceso.
VI.-DE LAS REGLAS DE LA NOTIFICACIÓN. Por último, debe advertirse al accionante
que la Sala no encuentra motivo de inconstitucionalidad en el artículo 76 del Código
Municipal en el hecho de que la norma garantice el deber de notificar al propietario o al
poseedor de los inmuebles correspondientes el cumplimiento de los deberes establecidos en el
artículo 75 del mismo cuerpo legal, para lo cual se le otorga un plazo prudencial. Lejos de
constituir una infracción del debido proceso y derecho de defensa, este Tribunal estima que hay
una garantía del cumplimiento de estos principios constitucionales, toda vez que establece la
obligación para la administración de la debida notificación a quien corresponda.”
III.-En el caso de estudio el recurrente impugna que la prevención de cambios en la fachada del
edificio y la eventualidad de imposición de una multa se le haya notificado al inquilino de
Edificaciones Gufer S.A. y no al propietario del inmueble. Habiéndose constatado en el
presente recurso que la actuación del recurrido se encuentra amparada en los artículos 75 y 76
del Código Municipal y que de acuerdo al estudio de constitucionalidad citado, las normas
aplicadas no resultan inconstitucionales como señala el recurrente, el presente recurso debe ser
también desestimado bajo las mismas consideraciones, como en efecto se procede...”
Como no existe motivo para variar el criterio vertido en las sentencias parcialmente
transcritas, las consideraciones contenidas en dichos pronunciamientos resultan
aplicables al caso que nos ocupa, más si se toma en cuenta que del propio memorial
de interposición del recurso y de los documentos que lo acompañan, se desprende
que los recurrentes devolvieron la prevención de cobro que se les pretendió notificar,
en virtud de que estaba dirigida a otra persona (ver folio 02 del expediente) y que con
posterioridad se impusieron de su contenido, ya que por escrito presentado el
veintitrés de noviembre del dos mil tres y el veinticuatro de marzo del dos mil cuatro,
impugnaron ese cobro (folios 03 a 05 del expediente y documento de folio 15 al 17 del
expediente), los que fueron resueltos por oficios número A.M.-261-04 del veintitrés de
enero del dos mil cuatro y A.M.-944-05 del dos de marzo del dos mil cinco (folios 12 a
14 del expediente), motivo por el cual, si considera que lo resuelto por el Alcalde
Municipal de Goicoechea respecto de los alegatos planteados, resulta improcedente,
pues confirmó su obligación de pagar la multa cuyo cobro cuestiona, bajo el
argumento de que no se les ha causado indefensión, deberá plantear sus alegatos ante
las instancias competentes de la Municipalidad recurrida, o en su defecto, en la vía
jurisdiccional competente, a fin de que se resuelva lo que en derecho corresponda.Por tanto: Se rechaza por el fondo el recurso.
Ana Virginia Calzada M.
Presidenta a.i.
Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C.
José Luis Molina Q. Teresita Rodríguez A.
KAF
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información
Jurídica el: 12/4/2010 12:15:13 PM
Sentencia: 04595
Expediente: 06003403-0007-CO
Fecha:
31/03/2006 Hora:
9:39:00 AM Emitido
por: Sala
Constitucional
*060034030007CO* EXPEDIENTE N° 06-003403-0007-CO PROCESO: RECURSO DE
AMPARO RESOLUCION Nº 2006004595
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las nueve horas y treinta y nueve minutos del treinta y uno de marzo del dos mil
seis.
Recurso de amparo interpuesto por MAURICIO MARTINEZ VELÁSQUEZ, mayor,
casado, comerciante, cédula de identidad número 8-077-595, contra EL JEFE DE LA
SECCION URBANA DE LA MUNICIPALIDAD DE SAN JOSE.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las dieciséis horas cuarenta minutos
del veintitrés de marzo del dos mil seis, el recurrente interpone recurso de amparo
contra el Jefe de la Sección Urbana de la Municipalidad de San José, y manifiesta lo
siguiente: que el dos de marzo del dos mil seis presentó denuncia ante la mencionada
Sección, en que acusó que Jorge Vargas Barboza, arrendatario de un bien inmueble de
su propiedad, había procedido a pintar en la fachada del local toda clase de
publicidad y rótulos que contravienen los lineamientos dispuestos en la normativa
reglamentaria que rige el tema de los rótulos. Que el diecisiete de marzo siguiente se
apersonó en tal Sección para solicitar información respecto del desarrollo de la
denuncia, y en esa oportunidad, el inspector asignado para revisar su caso le mostró
copia de la notificación 7689, que para su sorpresa estaba confeccionada en su contra,
y en que se le ordenaba retirar tales rótulos so pena de multas. Que al solicitar una
explicación del por qué la notificación iba dirigida en su contra y no en contra de su
inquilino, quien fue quien realizó las modificaciones, el inspector le indicó que según
su interpretación el o los propietarios del inmueble son responsables por los actos del
arrendatario. Que también le indicó que la notificación ya estaba firme, pues había
transcurrido el plazo para interponer cualquier recurso. Que en ese momento él le
indicó al inspector que la mencionada notificación no se la había entregado a su
persona, sino que se le entregó al arrendatario del negocio, quien a su vez no se lo
entregó a él, en razón de un conflicto que existe entre ellos. Que ese mismo día
presentó en la Sección de Inspección Urbana un escrito en que solicitó la revocatoria y
anulación de lo actuado, ante los evidentes vicios en cuanto a la notificación, que lo
dejaban en estado de indefensión, y por cuanto se le responzabilizaba por las
actuaciones de un tercero. Que el veintitrés de marzo del dos mil seis recibió
respuesta, por oficio 015-R-SIU-06, en que se rechazó su impugnación, pues se alegó:
a) que ésta se había planteado de forma extemporánea; b) que el procedimiento de
notificación estaba ajustado a derecho, ya que aunque la notificación no fue entregada
a su persona él sí tenía conocimiento sobre ésta y; c) que lo actuado tenía sustento en
el artículo 75 del Código Municipal. Que así, en el mencionado oficio se confirma que
la notificación no fue entregada a su persona, y que él supo de su existencia hasta el
diecisiete de marzo del dos mil seis, cuando él se apersonó a la Sección de Inspección
Urbana, por lo que no había transcurrido ningún plazo, y por ello cualquier multa o
acto administrativo generado por la misma padece de nulidad. Que en lo que respecta
a la interpretación y aplicación del artículo 75 del Código Municipal, ésta es errónea,
ya que no se puede alegar que, en el momento en que el arrendatario tomó posesión
del inmueble, su fachada estaba en mal estado o deteriorada, pues recién se había
remodelado y pintado, como lo indica el permiso de construcción 2432. Que demás, el
artículo 75 del Código Municipal es para efectos de darle mantenimiento a la fachada,
pero no para regular rótulos comerciales, que se encuentran regulados por el
reglamento de rótulos comerciales. Que por ello estima que se ha infringido el debido
proceso, el derecho de defensa y el principio de legalidad, a lo que se agrega que se le
están atribuyendo actos y hechos cometidos por un tercero, cuya única relación es la
arrendataria.2.-El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar
de plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación,
cualquier gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente
improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para
rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión
anterior igual o similar rechazada.
Redacta el Magistrado Armijo Sancho; y,
Considerando:
I.-El recurrente cuestiona, en primer lugar, que la mencionada prevención para
efectuar obras de conservación de fachada, respecto de un edificio de su propiedad, se
haya notificado al arrendatario del inmueble y no a su persona, lo que estima que
infringe el debido proceso y su derecho de defensa. Estima este Tribunal que no se ha
configurado la acusa infracción a los derechos fundamentales del amparado. Así, al
conocer de un caso análogo, en que se planteaban similares reproches, esta Sala
resolvió -en lo que interesa- que:
"...V.-DEL RESPETO DEL DEBIDO PROCESO EN EL ESTABLECIMIENTO DE
MULTAS MUNICIPALES. Por último, se hace referencia a las alegadas violaciones del
debido proceso y derecho de defensa acusados por el accionante. Debe la Sala advertir sobre dos
situaciones diversas reguladas en los artículos 75 y 76 del Código Municipal. La primera, que
se establece en el artículo 75 del Código Municipal, prevé el caso de que la que la omisión del
propietario o poseedor de las obligaciones establecidas en esa norma, las supla directamente la
Municipalidad, donde se cobra al propietario o poseedor el costo efectivo en el plazo de ocho
días hábiles, caso contrario, "se deberá cancelar por concepto de multa un cincuenta por ciento
(50%) del valor de la obra o el servicio, sin perjuicio de los intereses moratorios". Estima la
Sala que no hay infracción del debido proceso, como lo alega el accionante, toda vez que se está
ante el cobro de una obligación tributaria (tasa municipal), y no de una sanción, de manera
que basta con el traslado de cargos por parte de la municipalidad correspondiente al propietario
o poseedor, que en este caso, sería la factura por el costo del servicio o labor realizada, y que en
todo caso, puede impugnar el interesado ante la administración tributaria correspondiente,
mediante el procedimiento previsto para ello en los artículos 105 a 148 del Código de Normas y
Procedimientos Tributarios, e inclusive, podría acudir a la jurisdicción contenciosoadministrativo (ante el Tribunal Fiscal Administrativo). La segunda de las situaciones es la
multa, prevista para los casos en que el propietario o el poseedor omita el cumplimiento de la
obligación urbana requerida por la municipalidad, y que en todo caso, su omisión no es
enmendada por el gobierno local. De esta suerte, en el artículo 76 del Código Municipal, se
establecen las tarifas en concepto de esta multa, la cual, se impone mediante el procedimiento
previsto en el artículo 76 ter del mismo cuerpo legal, que consiste en la notificación, por parte
de la municipalidad, al propietario o poseedor del inmueble del deber de cumplir la
correspondiente obligación urbana, para lo cual se le otorga un plazo prudencial, a criterio de
la entidad, y que en todo caso, dependerá de la naturaleza de la labor a realizar. Con la
constatación del incumplimiento, la municipalidad puede imponer la multa, y que se cobrará
en forma trimestral, y que se cargará a la cuenta donde le cobran el resto de los servicios
urbanos. Ahora bien, advierte la Sala, que en cada trimestre, la municipalidad debe requerir el
cumplimiento de tal (o tales) obligación (es), dado que no resulta posible un cargo automático,
dado que ello sí sería violatorio del debido proceso.
VI.-DE LAS REGLAS DE LA NOTIFICACIÓN. Por último, debe advertirse al accionante
que la Sala no encuentra motivo de inconstitucionalidad en el artículo 76 del Código
Municipal en el hecho de que la norma garantice el deber de notificar al propietario o al
poseedor de los inmuebles correspondientes el cumplimiento de los deberes establecidos en el
artículo 75 del mismo cuerpo legal, para lo cual se le otorga un plazo prudencial. Lejos de
constituir una infracción del debido proceso y derecho de defensa, este Tribunal estima que hay
una garantía del cumplimiento de estos principios constitucionales, toda vez que establece la
obligación para la administración de la debida notificación a quien corresponda."
III.-En el caso de estudio el recurrente impugna que la prevención de cambios en la fachada del
edificio y la eventualidad de imposición de una multa se le haya notificado al inquilino de
Edificaciones Gufer S.A. y no al propietario del inmueble. Habiéndose constatado en el
presente recurso que la actuación del recurrido se encuentra amparada en los artículos 75 y 76
del Código Municipal y que de acuerdo al estudio de constitucionalidad citado, las normas
aplicadas no resultan inconstitucionales como señala el recurrente, el presente recurso debe ser
también desestimado bajo las mismas consideraciones, como en efecto se procede..." (sentencia
número 2002-02568 de las quince horas cuatro minutos del doce de marzo del dos mil
dos)
Precedente que es aplicable al caso en estudio, pues este Tribunal no encuentra
razones para variar el criterio vertido en dicha sentencia, ni motivos que lo hagan
valorar de manera distinta en la situación planteada.II.-Agréguese a lo anterior, que no corresponde a esta Sala determinar si procede o no
ejecutar las obras prevenidas, o establecer cuál persona es la eventual obligada a
realizar tales obras, en atención a la correcta interpretación y aplicación de la
normativa legal y reglamentaria que rige la materia, pues todo ello hace referencia a
un conflicto de legalidad ordinaria cuyo conocimiento y resolución es ajeno a su
ámbito de competencia. Por ello, la disconformidad del recurrente deberá plantearse
ante la Municipalidad recurrida, o bien, en la sede jurisdiccional ordinaria
correspondiente.III.En razón de lo anterior, y de conformidad a lo dispuesto en el artículo 9 de la Ley de
la Jurisdicción Constitucional, procede rechazar por el fondo el recurso, como así se
declara.Por tanto: Se rechaza por el fondo el recurso.
Ana Virginia Calzada M.
Presidenta Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Fernando Cruz C. Teresita
Rodríguez A. Federico Sosto L. Alexánder Godínez V.
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información
Jurídica el: 12/4/2010 12:16:14 PM
Sentencia:
04363
Expediente: 06003201-0007-CO
Fecha:
29/03/2006 Hora:
4:13:00 PM
Emitido por:
Sala
Constitucional
Tipo de Sentencia: De Fondo
Redactor: Calzada Miranda Ana Virginia
Clase de Asunto: Recurso de amparo
Ayuda
Texto de la sentencia
ß&Ø¥ß%
Por favor espere mientras se carga el texto de la sentencia...
*060032010007CO* EXPEDIENTE N° 06-003201-0007-CO PROCESO: RECURSO DE
AMPARO RESOLUCION Nº 2006004363
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las dieciséis horas y trece minutos del veintinueve de marzo del dos mil seis.
Recurso de amparo interpuesto por MAURICIO MARTINEZ VELASQUEZ, mayor,
casado, comerciante, cédula de identidad número 800770595, contra la
MUNICIPALIDAD DE SAN JOSE.
Resultando:
1.Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las doce horas cinco minutos del
veinte de marzo del dos mil seis, el recurrente interpone recurso de amparo contra la
MUNICIPALIDAD DE SAN JOSE y manifiesta que resulta contrario al debido
proceso que se le haya impuesto una multa de doscientos veinticinco mil colones por
concepto una remodelación efectuada por el inquilino de un inmueble que le
pertenece -ubicado en el distrito dos de La Merced en San José-, no sólo porque tuvo
conocimiento de la existencia de la misma hasta que en octubre del dos mil cinco pagó
los impuestos sobre bienes inmuebles -pues aún y cuando en la Sección de Urbanismo
de la Municipalidad recurrida, le indicaron que al momento de hacer la inspección
correspondiente, se le dejó en dicho inmueble una notificación a fin de que planteara
los alegatos correspondientes, también lo es, que su inquilino omitió entregársela
dadas las tensas relaciones existentes entre ambos-, sino porque además, a quién se le
debió imputar dicha falta era al inquilino y no a él, pues fue aquel el que realizó la
remodelación indicada.
2.El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de
plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier
gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente
improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para
rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión
anterior igual o similar rechazada.
Redacta la Magistrada Calzada Miranda; y,
Considerando:
UNICO: Esta Sala al resolver en sentencia número 2005-06526 de las diecinueve horas
veintiocho minutos del treinta y unio de mayo del dos mil seis, hechos similares a los
que aquí se plantean, consideró:
“I.En la especie, los recurrentes son propietarios de un inmueble localizado en el centro urbano de
San José, que esa municipalidad se propuso recuperar del grave deterioro que sufre. Se
iniciaron visitas de campo y se le notificó al contribuyente –con una persona mayor de edad
que respondió en el inmueble- las mejoras que debía hacer al inmueble de su propiedad. Los
recurrentes dejaron transcurrir el plazo sin hacer mejoras, que ciertamente incluyeron la
confección de canoas nuevas que eran necesarias dado que el inmueble había sido declarado
inhabitable por el Ministerio de Salud quien había ordenado la demolición. A los amparados se
les excluyó esa obligación inicial pero aún adeudan el monto que la municipalidad invirtió en
la construcción de las aceras, cuya condición deplorable eran una amenaza para la seguridad de
los transeúntes y como la Sala encuentra que los accionantes desatendieron las obligaciones
que tenían en relación con el mantenimiento de esa área, no encuentra lesión alguna a sus
derechos en el cobro que la municipalidad ha hecho para mejorar el centro urbano y dar
seguridad a los que transitan; lo relacionado con el reclamo del monto es asunto de mera
legalidad.
II.Los recurrentes no pueden alegar ignorancia de la obligación legal de dar mantenimiento a las
aceras y en virtud de que se han manifestado conocedores de la acción municipal esta Sala no
encuentra transgresión al debido proceso, ni a ningún otro derecho fundamental de los
accionantes. (sentencia número 2001-05961 de las catorce horas treinta y dos minutos
del cinco de julio del dos mil uno).
Criterio que se reitera en sentencia número 2002-02568 de las quince horas cuatro
minutos del doce de marzo del dos mil dos:
“...V.DEL RESPETO DEL DEBIDO PROCESO EN EL ESTABLECIMIENTO DE MULTAS
MUNICIPALES. Por último, se hace referencia a las alegadas violaciones del debido proceso y
derecho de defensa acusados por el accionante. Debe la Sala advertir sobre dos situaciones
diversas reguladas en los artículos 75 y 76 del Código Municipal. La primera, que se establece
en el artículo 75 del Código Municipal, prevé el caso de que la que la omisión del propietario o
poseedor de las obligaciones establecidas en esa norma, las supla directamente la
Municipalidad, donde se cobra al propietario o poseedor el costo efectivo en el plazo de ocho
días hábiles, caso contrario, "se deberá cancelar por concepto de multa un cincuenta por
ciento (50%) del valor de la obra o el servicio, sin perjuicio de los intereses
moratorios". Estima la Sala que no hay infracción del debido proceso, como lo alega el
accionante, toda vez que se está ante el cobro de una obligación tributaria (tasa municipal), y
no de una sanción, de manera que basta con el traslado de cargos por parte de la municipalidad
correspondiente al propietario o poseedor, que en este caso, sería la factura por el costo del
servicio o labor realizada, y que en todo caso, puede impugnar el interesado ante la
administración tributaria correspondiente, mediante el procedimiento previsto para ello en los
artículos 105 a 148 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios, e inclusive, podría
acudir a la jurisdicción contencioso-administrativo (ante el Tribunal Fiscal Administrativo).
La segunda de las situaciones es la multa, prevista para los casos en que el propietario o el
poseedor omita el cumplimiento de la obligación urbana requerida por la municipalidad, y que
en todo caso, su omisión no es enmendada por el gobierno local. De esta suerte, en el artículo
76 del Código Municipal, se establecen las tarifas en concepto de esta multa, la cual, se impone
mediante el procedimiento previsto en el artículo 76 ter del mismo cuerpo legal, que consiste en
la notificación, por parte de la municipalidad, al propietario o poseedor del inmueble del deber
de cumplir la correspondiente obligación urbana, para lo cual se le otorga un plazo prudencial,
a criterio de la entidad, y que en todo caso, dependerá de la naturaleza de la labor a realizar.
Con la constatación del incumplimiento, la municipalidad puede imponer la multa, y que se
cobrará en forma trimestral, y que se cargará a la cuenta donde le cobran el resto de los
servicios urbanos. Ahora bien, advierte la Sala, que en cada trimestre, la municipalidad debe
requerir el cumplimiento de tal (o tales) obligación (es), dado que no resulta posible un cargo
automático, dado que ello sí sería violatorio del debido proceso.
VI.DE LAS REGLAS DE LA NOTIFICACIÓN. Por último, debe advertirse al accionante que
la Sala no encuentra motivo de inconstitucionalidad en el artículo 76 del Código Municipal en
el hecho de que la norma garantice el deber de notificar al propietario o al poseedor de los
inmuebles correspondientes el cumplimiento de los deberes establecidos en el artículo 75 del
mismo cuerpo legal, para lo cual se le otorga un plazo prudencial. Lejos de constituir una
infracción del debido proceso y derecho de defensa, este Tribunal estima que hay una garantía
del cumplimiento de estos principios constitucionales, toda vez que establece la obligación para
la administración de la debida notificación a quien corresponda.”
III.En el caso de estudio el recurrente impugna que la prevención de cambios en la fachada del
edificio y la eventualidad de imposición de una multa se le haya notificado al inquilino de
Edificaciones Gufer S.A. y no al propietario del inmueble. Habiéndose constatado en el
presente recurso que la actuación del recurrido se encuentra amparada en los artículos 75 y 76
del Código Municipal y que de acuerdo al estudio de constitucionalidad citado, las normas
aplicadas no resultan inconstitucionales como señala el recurrente, el presente recurso debe ser
también desestimado bajo las mismas consideraciones, como en efecto se procede...”
Como no existe motivo para variar el criterio vertido en las sentencias parcialmente
transcritas, las consideraciones contenidas en dichos pronunciamientos resultan
aplicables al caso que nos ocupa, razón por la cual, deberá plantear sus alegatos ante
la propia Municipalidad recurrida, o en la bien, en la vía jurisdiccional competente, a
fin de que resuelva lo que en derecho corresponda.Por tanto: Se rechaza por el fondo el recurso.
Luis Fernando Solano C.
Presidente Luis Paulino Mora M. Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S.
Fernando Cruz C. Alexander Godínez V.
MAM
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información
Jurídica el: 12/4/2010 12:17:03 PM
Sentencia: 04364 Expediente: 06-002759-0007-CO
Fecha: 29/03/2006 Hora:
4:14:00 PM Emitido por: Sala Constitucional
*060027590007CO* EXPEDIENTE N° 06-002759-0007-CO PROCESO: RECURSO DE
AMPARO RESOLUCION Nº 2006004364
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las dieciséis horas y catorce minutos del veintinueve de marzo del dos mil seis.
Recurso de amparo interpuesto por JORGE CAMPABADAL HERRERO, cédula de
identidad número 102800606, contra el ALCALDE DE LA MUNICIPALIDAD DE
SAN JOSE y el CONCEJO MUNICIPAL DE SAN JOSE.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 10:50 horas del 9 de marzo del
2006, el recurrente interpone recurso de amparo contra el ALCALDE DE LA
MUNICIPALIDAD DE SAN JOSE y el CONCEJO MUNICIPAL DE SAN JOSE y
manifiesta lo siguiente: que el 4 de agosto del 2005, la Municipalidad de San José le
notificó que contaba con el plazo de treinta días hábiles para pintar las cuatro
fachadas del Edificio Plaza de La Artillería, de conformidad con lo dispuesto en el
Reglamento del procedimiento para el mejoramiento de fachadas y el cobro de
construcción de obras y servicios realizados por la Municipalidad como consecuencia
de la omisión a los deberes de los propietarios o poseedores de inmuebles localizados
en el Cantón Central de San José. Actuación que considera abusiva y arbitraria, por
cuanto en el numeral treinta de dicho reglamento se indica que por concepto de
fachada en la parte frontal y principal de la edificación, no obstante, se le está
obligando a pintar todo el edificio. Indica que contra lo actuado se han interpuesto los
recursos correspondientes, siendo que mediante resolución del 10 de octubre del 2005,
esa Alcaldía rechazó su oposición planteada y deneg el agotamiento de la vía
administrativa, alegando que le corresponde al Tribunal Superior Contencioso
Administrativo Sección Tercera el conocer y resolver lo correspondiente. Agrega que
el mencionado órgano jurisdiccional se declaró incompetente, por ser el Concejo
Municipal el competente para resolver los recursos del amparado, no obstante, el
Concejo declaró extemporáneas sus gestiones. Destaca que a partir de ese momento
las autoridades recurridas han procedido con la aplicación y cobro de una serie de
multas por incumplimiento de la orden de pintar el inmueble, de conformidad con lo
establecido en el Reglamento supra citado, actos que violentan el debido proceso por
cuanto según dicho Reglamento sólo procede la multa si la Municipalidad ha suplido
al administrado en el cumplimiento de sus deberes - hecho que no sucede en este caso
-, resultando un cobro indebido por parte de la administración. Por lo anterior, solicita
se declare con lugar el recurso, se ordene la suspensión de las actuaciones citadas y se
condene a la Municipalidad de San José al pago de las costas, daños y perjuicios
ocasionados.
2.-El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar
de plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación,
cualquier gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente
improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para
rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión
anterior igual o similar rechazada.
Redacta la Magistrada Calzada Miranda; y,
Considerando:
I.-OBJETO DEL RECURSO.- El recurrente acude en amparo al estimar que la orden
emitida por parte de las autoridades de la Municipalidad de San José de pintar las
fachadas del Edificio Plaza de la Artillería, es ilegitimo por cuanto se da una mala
interpretación de lo dispuesto en el artículo 6 del Reglamento del procedimiento para
el mejoramiento de fachadas y el cobro de construcción de obras y servicios realizados
por la Municipalidad como consecuencia de la omisión a los deberes de los
propietarios o poseedores de inmuebles localizados en el Cantón Central de San José.
Asimismo, que en el procedimiento seguido - fase recursiva - no se cumple el debido
proceso y se violenta el derecho a una justicia administrativa, al no dar por agotada la
vía administrativa a fin de tener la posibilidad de accionar en la vía jurisdiccional
impropia correspondiente. Por otro lado, alega que el cobro de las multas por
concepto de incumplimiento de lo ordenado por la Municipalidad recurrida es
improcedente de según lo dispuesto en los artículos 1° del citado reglamento, dado
que la recurrida no está realizando el acto en cuestión.
II.SOBRE EL PROCEDIMIENTO PARA EL COBRO DE INGRESOS
MUNICIPALES.- Respecto al particular, los artículos 75 y 76 del Código Municipal
disponen una serie de obligaciones a las personas físicas o jurídicas propietarias o
poseedoras por cualquier título de bienes inmuebles, las que deben cumplir bajo pena
de multa, para lo cual, previo a la imposición de la multa, la Municipalidad debe
notificar al propietario o al poseedor del inmueble su deber de cumplir tales
obligaciones, otorgándole un plazo prudencial para el cumplimiento de dichas tareas.
Considera que la situación anterior entraña que se pueda llegar a decretar una multa,
una pena y hasta el despojo de la propiedad en contra del propietario, sin que en el
procedimiento se le notifique de la existencia de un proceso incoado en su contra;
toda vez que la normativa impugnada permite que se pueda practicar una
notificación con la sola entrega del documento respectivo a cualquier persona que se
encuentre en la propiedad, sin importar quien sea dicha persona, lo cual viola el
derecho de defensa del propietario y el debido proceso, pues lo correcto debe ser que
se notifique al propietario en forma personal o en su casa de habitación. Se analizarán
a continuación las normas impugnadas, según su contenido, esto es, en primer lugar
se analizará la constitucionalidad de las obligaciones exigidas a los propietarios o
poseedores de inmuebles de orden urbanístico; y en segundo lugar, el procedimiento
que debe seguirse para el establecimiento de multas municipales, concretamente
referido a la notificación de las resoluciones del Alcalde municipal.
III.-DE LA NATURALEZA DE LAS OBLIGACIONES DEL ARTÍCULO 75 DEL
CÓDIGO MUNICIPAL.Tal y como se indicó anteriormente, el artículo 75 del Código Municipal establece las
siguientes obligaciones:
"a) Limpiar la vegetación de sus predios ubicados a orillas de las vías públicas y recortar la que
perjudique o dificulte el paso de las personas.
b) Cercar y limpiar tanto los lotes donde no haya construcciones y como aquellos con viviendas
deshabitadas o en estado de demolición.
c) Separar, recolectar o acumular, para el transporte y la disposición final, los desechos sólidos
provenientes de las actividades personales, familiares, públicas o comunales, o provenientes de
operaciones agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y turísticas, solo mediante los
sistemas de disposición final aprobados por la Dirección de Protección al Ambiente Humano
del Ministerio de Salud. d) Construir las aceras frente a sus propiedades y darles
mantenimiento.
e) Remover objetos, materiales o similares de las aceras o los predios de su propiedad que
contaminen el ambiente u obstaculicen el paso.
f) Contar con un sistema de separación, recolección, acumulación y disposición final de
desechos sólidos, aprobado por la Dirección de Protección al Ambiente Humano del Ministerio
de Salud, en las empresas agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y turísticas, cuando el
servicio público de disposición de desechos sólidos es insuficiente o inexistente, o si por la
naturaleza o el volumen de desechos, este no es aceptable sanitariamente.
g) Abstenerse de obstaculizar el paso por las aceras con gradas de acceso a viviendas, retenes,
cadenas, rótulos, materiales de construcción o artefactos de seguridad en entradas de garajes.
Cuando por urgencia o imposibilidad de espacio físico deben de colocarse materiales de
construcción en las aceras, deberá utilizarse equipos adecuados de depósito. La municipalidad
podrá adquirirlos para arrendarlos a los munícipes.
h) Instalar bajantes y canoas para recoger las aguas pluviales de las edificaciones, cuyas
paredes externas colinden inmediatamente con la vía pública.
i) Ejecutar las obras de conservación de las fachadas de casas o edificios visibles desde la vía
pública cuando, por motivos de interés turístico, arqueológico o histórico, el municipio lo exija.
j) Garantizar adecuadamente la seguridad, la limpieza y el mantenimiento de propiedades,
cuando se afecten las vías o propiedades públicas o a terceros relacionados con ellas
(...) (Así reformado por el artículo 1º de la ley No.7898 de 11 de agosto de 1999)."
Nótese que se trata de obligaciones que se exigen a las "personas físicas o jurídicas,
propietarias o poseedoras, por cualquier título, de bienes inmuebles" respecto de esos
inmuebles, cuya naturaleza es de orden urbanística, en tanto se refieren a la
implementación de medidas de salubridad, seguridad, comodidad y ornato - entre
otras - para los propietarios o poseedores de los lotes, cuya exigencia resulta legítima
por parte de la municipalidad en virtud de la responsabilidad que tiene asignada en
lo que respecta a la planificación urbana del cantón de su jurisdicción, competencia
creada por mandato legal, no sólo en lo dispuesto en el Código Municipal, sino en
otras leyes, en la Ley de Planificación Urbana, número 4240, la Ley de Construcciones
número 833, y en Ley General de Caminos, y que ha sido reconocida en la
jurisprudencia constitucional, para lo cual, entre otras puede consultarse las siguiente
sentencias números 1167-92, 5097-93, 6706-93, 5303-93, 2345-96, 4205-96, 4262-96, 454596, 4856-96, 4857-96 y 1607-98. En este sentido, debe tener en cuenta el recurrente que
la obligación está establecida no sólo para el propietario, sino también para el
posedor, según dispone textualmente en el comentado y transcrito artículo 75, lo cual
resulta no sólo pertinente sino necesario, toda vez que en muchas ocasiones las
propiedades están dadas en arriendo, o se ha cedido su derecho de uso, y según se
analizó, las obligaciones que se imponen son de orden urbanístico, donde está
implícito un uso y aprovechamiento de la propiedad (limpieza del terreno,
recolección de basura, conservación de cercas y aceras, limpieza de aceras,
conservación y limpieza de canoas y desagües); de manera que resulta lógico que esa
obligación recaiga también sobre el posesor del inmueble, en tanto - en realidad - se
trata de obligaciones que recaen sobre quien tenga el derecho de uso del bien
inmueble.
IV.-Sobre este particular, estima este Tribunal que resulta no sólo razonable sino
adecuado que la responsabilidad en el cumplimiento de estas obligaciones recaiga
sobre los propietarios y poseedores de los inmuebles, tal y como lo establece la norma,
por cuanto se refieren a tareas de manutención y conservación de dichos bienes, lo
cual no sólo beneficio a sus titulares, sino, por sobre todo, a la comunidad en general,
lo cual resulta acorde con el concepto y contenido de la función social que es un
elemento esencial del derecho de propiedad, así como también del principio de
solidaridad social, según lo anotó con anterioridad esta Sala, en sentencia número
4205-96, de las 14:33 horas del 20 de agosto de 1996:
"V. DE LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD Y SU RELACIÓN CON LAS
LIMITACIONES AL DERECHO DE PROPIEDAD -PÁRRAFO SEGUNDO DEL
ARTICULO 45 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA. Una concepción del derecho de
propiedad privada en términos absolutos y prácticamente ilimitados, pasó a constituir el punto
de apoyo básico sobre el cual se estableció el sistema occidental, consagrándose como centro
básico del ordenamiento jurídico la completa intangibilidad del derecho de propiedad, por
cuanto la misma implicaba el completo señorío sobre el bien, de manera absoluta, general,
independiente, plena, universal, ilimitada y exclusiva. Sin embargo, tal concepto ha
evolucionado, hasta llegar a proponerse la defensa de una propiedad basada en la armonía
social, y por un sentido social de la propiedad de la tierra. Se modifica así la base jurídica sobre
la que descansa la protección de la propiedad y de ser un derecho exclusivo para el individuo,
pasa a corresponderle una obligación en favor de la armónica convivencia de la sociedad.
Surgió la idea de la "función social" de la propiedad, en la que todo individuo tiene la
obligación de cumplir ciertas obligaciones comunales, en razón directa del lugar que ocupa y de
los intereses del grupo social que lo representa. El contenido de esta "propiedad-función",
consiste en que el propietario tiene el poder de emplear el bien objeto del dominio en la
satisfacción de sus propias necesidades, pero correspondiéndole el deber de ponerla también al
servicio de las necesidades sociales cuando tal comportamiento sea imprescindible. Con este
nuevo concepto se ensanchan las atribuciones del legislador para determinar el contenido del
derecho de propiedad, lo que se logra por medio de los límites y obligaciones de interés social
que pueda crear, poniendo fin a su sentido exclusivo, sagrado e inviolable. Esta tesis ha sido
reconocida por este Tribunal con anterioridad; así, en sentencia de amparo número 5097-93,
indicó:
"I.) La inviolabilidad de la propiedad privada es una garantía de rango constitucional recogida
por el canon 45 de la Carta Política. Este derecho contrariamente a como se le concebía en otros
tiempos, no es de naturaleza estática, sino que conforme a las exigencias de nuestro tiempo se le
ha de considerar elástico y dinámico, esto es, que atribuye a sus titulares, tanto interna como
externamente las facultades, deberes y limitaciones. El poder del propietario sobre la propiedad
está determinado por la función que ésta cumpla. El objeto del derecho de propiedad ha sufrido
transformaciones importantes. Actualmente, no sólo es tutelable el derecho de los propietarios,
sino también diversos intereses generales o sociales que coexisten con aquél. El derecho objetivo
enmarca del contenido de los derechos subjetivos. Cada objeto de derecho implica una peculiar
forma de apropiación. Así por ejemplo las facultades del dominio relativas a un fundo agrícola
son muy distintas de las correspondientes a una finca ubicada en el sector urbano de intensa
utilización."
Asimimo, se integra, junto con este principio -de la función social de la propiedad- el de
solidaridad social, del cual, como indicó este Tribunal Constitucional con anterioridad,
"IV.-[...], está imbuida nuestra Constitución Política, permite el gravamen soportado por todos
en favor de todos, o inclusive de unos pocos en favor de muchos, con el requisito de que el uso
natural del bien inmueble no sea afectado al límite de su valor como medio de producción, o de
su valor en el mercado, esto es, que desaparezca como identidad productible." (Sentencia
número 2345-96, de las nueve horas veinticuatro minutos del diecisiete de mayo del año en
curso.)
Cabe señalar que en casi todas las legislaciones ha desaparecido el concepto de derecho de
propiedad privada concebido en forma ilimitada y absoluta, y en los más importantes órdenes
se impone cada vez con más fuerza, una concepción de la propiedad estrechamente ligada a las
exigencias generales de la sociedad."
Por lo cual, no resulta ilegítimo el actuar de la Municipalidad recurrida al dictar una
resolución ordenando el pintar el inmueble en cuestión.
V.-DE LA REALIZACIÓN DE LAS TAREAS ESTABLECIDAS EN EL ARTICULO
75 DEL CÓDIGO MUNICIPAL A CARGO DE LA MUNICIPAL.Es en virtud de las anteriores consideraciones que las exigencias resultan a tal punto
exigibles, que si el propietario y/o posedor del inmueble no cumple las mismas, las
municipalidades pueden suplir la omisión de esos deberes, "realizando en forma
directa las obras o prestando los servicios correspondientes", trabajos que cobrará al
propietario o poseedor, según lo prevé la norma en comentario:
"Salvo lo ordenado en la Ley General de Salud, cuando los munícipes incumplan las
obligaciones anteriores, la municipalidad está facultada para suplir la omisión de esos deberes,
realizando en forma directa las obras o prestando los servicios correspondientes. Por los
trabajos ejecutados, la municipalidad cobrará, al propietario o poseedor del inmueble, el costo
efectivo del servicio o la obra. El munícipe deberá reembolsar el costo efectivo en el plazo
máximo de ocho días hábiles; de lo contrario, deberá cancelar por concepto de multa un
cincuenta por ciento (50%) del valor de la obra o el servicio, sin perjuicio del cobro de los
intereses moratorios.
Con base en un estudio técnico previo, el Concejo Municipal fijará los precios mediante
acuerdo emanado de su seno, el cual deberá publicarse en La Gaceta para entrar en vigencia.
Las municipalidades revisarán y actualizarán anualmente estos precios y serán publicados por
reglamento.
Cuando se trate de las omisiones incluidas en el párrafo tras anterior de este artículo y la
municipalidad haya conocido por cualquier medio la situación de peligro, la municipalidad está
obligada a suplir la inacción del propietario, previa prevención al munícipe conforme al debido
proceso y sin perjuicio de cobrar el precio indicado en el párrafo anterior. Si la municipalidad
no la suple y por la omisión se causa daño a la salud, la integridad física o el patrimonio de
terceros, el funcionario municipal omiso será responsable, solidariamente con el propietario o
poseedor del inmueble, por los daños y perjuicios causados."
Este cobro resulta no sólo pertinente, sino además justificado, al conceptualizarse
como una tasa, es decir, en tanto se constituye en el cobro al munícipe del costo por
un trabajo o servicio realizado por la municipalidad, en los términos establecidos en la
ley (artículo 74 del Código Municipal), la doctrina, y la propia jurisprudencia
constitucional:
"VII.-REGIMEN DE LAS TASAS MUNICIPALES.- [...] Se impone, en consecuencia, la
necesidad de establecer el marco jurídico de referencia para las tasas y los precios públicos.
Calificada doctrina del Derecho financiero habla de tasa cuando la Administración trata de
satisfacer una necesidad colectiva, por medio de una actividad que despliega en prestaciones
individualizadas, dirigidas a sujetos determinados y que deben ser pagadas por éstos. La
actividad la realiza la Administración por la utilización del dominio público o por otros medios
que afecte o beneficie, de modo particular al sujeto pasivo. El hecho imponible consiste en la
prestación de los servicios, sea por requerirlo así el sujeto o por la recepción obligatoria del
mismo, como por ejemplo en el caso de la recolección de basura, en que se puede o no requerir
del servicio, pero siempre se está obligado a pagarlo; y por otro lado, la Administración debe
estar habilitada, por ley, para prestar el servicio y cobrar por él. Desde la perspectiva de
nuestro Derecho positivo, la tasa se enmarca como un tributo (art. 4 Código Tributario), sin
embargo, es de relevancia el trato que la jurisprudencia nacional le ha dado a este tributo y que
como síntesis, fue desarrollado en el considerando XXXV.- de la sentencia 05445-9, de las
14:30 horas del 14 de julio de 1999, al expresar:
"II.-DE LA APROBACIÓN DE LAS TASAS MUNICIPALES. Debe hacerse la distinción de
lo que son las licencias o patentes municipales, definidas por la jurisprudencia constitucional
como el impuesto municipal en concepto de autorización para ejercer una actividad lucrativa,
que se paga por la
"[...] imperiosa necesidad de sufragar el costo de los servicios públicos que el particular recibe
de la Municipalidad; es decir, que los negocios comerciales o las actividades lucrativas, según
la nomenclatura que utiliza nuestro Código Municipal, se ven altamente beneficiados con la
seguridad, el orden, el aseo y la actividad municipal en general, por lo que deben contribuir con
el Gobierno local" (sentencia número 2197-92, supra citada); tributos que pueden tener
distinto hecho generador, dependiendo de la corporación local de que se trate, cuya aprobación
corresponde a la Asamblea Legislativa, según se anotó en el Considerando XXIX.- de esta
sentencia, de las tasas municipales, que son la contribuciones que se pagan a los gobiernos
locales por los servicios urbanos que éstos prestan a la comunidad (agua, recolección de basura,
limpieza de cunetas, mantenimiento de parques), cuya tarifa está en relación directa con el
costo efectivo invertido por estas autoridades y cuyo pago no puede ser excepcional aunque el
usuario no esté interesado en la prestación efectiva y particular de estos servicios, en los
términos establecidos en el artículo 74 del vigente Código Municipal: [...]"" (Sentencia
número 10134-99, de las once horas del veintitrés de diciembre de mil novecientos noventa y
nueve).
No omite esta Sala indicar, que dicho cobro es procede siempre y cuando la
Municipalidad realice en forma supletoria los actos que por obligación debió cumplir
el administrado.
VI.-En otro orden de ideas, respecto a las alegadas violaciones del debido proceso y
derecho de defensa acusados por el petente. Debe la Sala advertir sobre dos
situaciones diversas reguladas en los artículos 75 y 76 del Código Municipal. La
primera, que se establece en el artículo 75 del Código Municipal, prevé el caso de que
la que la omisión del propietario o poseedor de las obligaciones establecidas en esa
norma, las supla directamente la Municipalidad, donde se cobra al propietario o
poseedor el costo efectivo en el plazo de ocho días hábiles, caso contrario, "se deberá
cancelar por concepto de multa un cincuenta por ciento (50%) del valor de la obra o el
servicio, sin perjuicio de los intereses moratorios". Estima la Sala que no hay
infracción del debido proceso, como lo alega el accionante, toda vez que se está ante el
cobro de una obligación tributaria (tasa municipal), y no de una sanción, de manera
que basta con el traslado de cargos por parte de la municipalidad correspondiente al
propietario o poseedor, que en este caso, sería la factura por el costo del servicio o
labor realizada, y que en todo caso, puede impugnar el interesado ante la
administración tributaria correspondiente, mediante el procedimiento previsto para
ello en los artículos 105 a 148 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios, e
inclusive, podría acudir a la jurisdicción contencioso-administrativo (ante el Tribunal
Fiscal Administrativo). La segunda de las situaciones es la multa, prevista para los
casos en que el propietario o el poseedor omita el cumplimiento de la obligación
urbana requerida por la municipalidad, y que en todo caso, su omisión no es
enmendada por el gobierno local. De esta suerte, en el artículo 76 del Código
Municipal, se establecen las tarifas en concepto de esta multa, la cual, se impone
mediante el procedimiento previsto en tal artículo, que consiste en la notificación, por
parte de la municipalidad, al propietario o poseedor del inmueble del deber de
cumplir la correspondiente obligación urbana, para lo cual se le otorga un plazo
prudencial, a criterio de la entidad, y que en todo caso, dependerá de la naturaleza de
la labor a realizar. Con la constatación del incumplimiento, la municipalidad puede
imponer la multa, y que se cobrará en forma trimestral, y que se cargará a la cuenta
donde le cobran el resto de los servicios urbanos. Ahora bien, advierte la Sala, que en
cada trimestre, la municipalidad debe requerir el cumplimiento de tal (o tales)
obligación (es), dado que no resulta posible un cargo automático, dado que ello sí
sería violatorio del debido proceso.
VII.-SOBRE LA FASE RECURSIVA EN PROCEDIMIENTOS MUNICIPALES.- En
atención al sistema recursivo para la impugnación de los actos municipales previsto
en el ordenamiento jurídico es a través del sistema denominado de "escalerilla"
(artículos 153 a 163 del Código Municipal), lo cual implica que, los actos dictados por
funcionarios que dependen del Alcalde, tienen recurso de revocatoria con apelación
ante éste, y lo que este acuerde, procede el recurso de revocatoria con apelación en
subsidio ante el Concejo, acuerdo que, a su vez, tiene apelación ante el Tribunal
Superior Contencioso Administrativo, salvo en los casos en que se trate de materia
tributaria o de contratación administrativa. De manera tal, que, en esta materia quien
agota la vía administrativa es el Concejo, y no el Alcalde, lo que denota que en este
caso, prima facie. Asimismo, al tenor de lo establecido en el artículo 156 párrafo 2 del
Código Municipal, el recursos que se presenten ante el Concejo deben ser conocidos
en la sesión ordinaria siguiente a su presentación. El artículo 35 del Código Municipal
establece que los Concejos deben efectuar, como mínimo, una sesión ordinaria
semanal. En el caso de que el Concejo guarde silencio u omita pronunciarse sobre los
recursos interpuestos, el párrafo 3 del artículo 156 del Código Municipal prevé la
posibilidad de que el interesado acuda directamente a la Sección Tercera del Tribunal
Contencioso Administrativo, sin esperar a que el Concejo resuelva el recurso en
sesiones siguientes. Tratándose de los recursos que emanan de los funcionarios que
dependen del Alcalde, ante el silencio del Código Municipal, debe acudirse a las
disposiciones de Ley General de la Administración Pública, en punto al plazo que
tienen las autoridades municipales para resolver los recursos. Ello implica que los
actos emanados por funcionario que dependan del Alcalde tienen recurso de
revocatoria y apelación ante el Alcalde, lo decidido por este, también, pero ante el
Concejo, que a su vez tiene recurso de apelación ante el Tribunal Superior
Contencioso Administrativo, en jerarquía impropia. Sólo los actos en materia
tributaria y de contratación administrativa no tienen apelación ante el Tribunal
Superior Contencioso Administrativo, por tener procesos especiales. La impugnación
de actos de funcionarios que dependen del Concejo, serán impugnables ante el
Concejo, y se agota vía ante el Tribunal Superior Contencioso Administrativo, con las
salvedades hechas.
VIII.-CONCLUSION.- En virtud de los expuesto en los considerandos anteriores, no
se evidencia violación a derecho fundamental alguno en perjuicio del amparado, sin
embargo, no omite este Tribunal indicar que si el petente se encuentra disconforme
con lo resuelto por las autoridades Municipales, será ante la propia administración o
ante la vía jurisdiccional correspondiente que deberá presentar sus reclamos, pruebas
y alegatos que estime - a su criterio - pertinentes en resguardo de sus derechos, dado
que el presente conflicto no es de índole constitucional, sino de legalidad, por lo que
el amparo resulta improcedente y así debe declararse.
Por tanto: Se rechaza por el fondo el recurso. Luis Fernando Solano C.
Presidente.
Luis Paulino Mora M. Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S.
Fernando Cruz C. Alexander Godínez V.
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información
Jurídica el: 12/4/2010 12:17:24 PM
Sentencia: 11851
Expediente: 05-009715-0007-CO
Fecha: 30/08/2005 Hora: 2:06:00
PM Emitido por: Sala Constitucional
*050097150007CO* Exp: 05-009715-0007-CO Res. Nº 2005011851
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las
catorce horas y seis minutos del treinta de agosto del dos mil cinco.
Recurso de amparo interpuesto por LEONARDO ALFREDO LOPEZ JIMENEZ, cédula
de identidad número 1-7403-1405, contra la MUNICIPALIDAD DE TURRUBARES.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las diecisiete horas y quince minutos del
veintinueve de julio del dos mil cinco, el recurrente interpone recurso de amparo contra la
Municipalidad de Turrubares y manifiesta que es propietario de una finca cuyos
impuestos municipales le corresponden a la Municipalidad recurrida, ya que su mayor
parte de terreno se ubica dentro del Distrito Segundo de ese Cantón, sea San Pedro de
Turrubares, en una zona que es absolutamente rural, no obstante, también hay una
pequeña parte de ella que se localiza en Santiago de Puriscal, inmueble respecto del cual
para acceder en vehículo se utiliza el viejo camino que pasa por el poblado de Poró, cuya
jurisdicción pertenece a Puriscal. Que el otro camino de acceso es el que va de Poró hacia
San Pedro de Turrubares, con el entendido de que en razón de la falta de atención que
debe brindar la Municipalidad recurrida en cuanto a la reparación y mantenimiento del
camino, ha provocado que desde hace más de diez años ha tenido que sufragar de forma
personal los gastos para el mantenimiento del área del camino que va desde El Pocó hasta
el ingreso a su inmueble. Que en agosto del año pasado, contrario a los más elementales
dictados del sentido común, funcionarios de la corporación municipal accionada, tuvieron
la idea de mandar un tractor a que raspara el camino y una vez que se realizó ese trabajo,
simplemente se volvió a dejarlo en un total estado de abandono, situación que provocó
serios problemas en cuanto a su utilización. Que mediante oficio del 30 de marzo de este
año (folio 52) remitió una carta a la municipalidad haciendo referencia de la situación de
destrozo que se había cometido con el raspado del camino, y solicitando a la vez que se les
autorizara la colocación de unas alcantarillas a fin de tener la posibilidad de transitar
dicho camino, no obstante, no se ha tenido respuesta alguna a esa gestión. Que han sido
varias las oportunidades en que han tenido que sufragar los gastos de reparación de dicho
camino, al punto de que han tenido inclusive que entregar dinero en efectivo a la
Municipalidad para que de alguna manera den atención al problema que enfrentan en ese
sentido, sin que todo ello haya sido suficiente para atender ese problema. Que año tras año
han cancelado de forma puntual los impuestos sobre bienes inmuebles que les
corresponde, con el entendido de que el año pasado pagaron la suma de trescientos
noventa mil colones y este año les corresponde cancelar una suma igual, lo que implica
que a lo largo de más de trece años, han pagado al municipio varios millones de colones,
sin que se hayan al menos preocupado por brindarles servicios relacionados con la cañería,
la electricidad, el alumbrado, el teléfono, las aceras, el acordonamiento con construcción
de caños, el pavimento, el mantenimiento del camino, y mucho menos han atendido
aspectos tales como recolección de basura y las chapias de las rondas. Que hace unos cinco
años empezó como cualquier otro vecino del lugar a criar algunos cerdos para el consumo
familiar, y con el transcurso del tiempo conjuntamente con sus hermanos decidieron
iniciar un proyecto relacionado con la operación de una pequeña granja porcina, para lo
cual lo primero que hicieron fue reparar la parte del camino que va desde el Poró hacía su
finca, también tuvieron que hacer una fuerte inversión en infraestructura, y como no había
electricidad ni alumbrado público, también les correspondió asumir el costo total para
llevar esos servicios, por su puesto, en la realización de esos proyectos la municipalidad
recurrida nunca aportó un centavo ni les brindó ningún tipo de facilidad. Que luego se
estudió la posibilidad de instalar tanto la granja porcina, como una granja avícola y
finalmente aprovechar el río que pasa por la propiedad a fin de instalar una granja
pecuaria con tilapia o algún otro pez con la finalidad de brindar trabajo a más de setenta
personas en el cantón. Que lamentablemente hoy en día esos proyectos son solo eso, pues
no han contado con el personal adecuado para atender la producción, además de que a
pesar de que a la fecha ha transcurrido más de un año desde el momento en que
presentaron al Ministerio de Salud la solicitud del otorgamiento de los permisos
correspondientes, no se ha emitido resolución alguna al efecto, en tanto, al consultar en las
Oficinas de Puriscal de ese Ministerio sobre el trámite que se ha dado a la gestión, se les
indica que esa solicitud fue trasladada a San José y si consultan en San José se les indica
que deben gestionar en Puriscal. Que por su parte, la Municipalidad recurrida lo único
que ha hecho en todos estos años es aprovecharse de su esfuerzo, puesto que a pesar de
que han cancelado varios millones de colones por concepto de impuestos municipales,
hasta ahora no han obtenido de ella un solo beneficio, lo que no basta, puesto que lo que
pretenden es continuar explotándolos. Que esa municipalidad sin más argumento que el
artículo 1 de la Ley 8294 “Ley de Tarifas de Impuestos Municipales del Cantón de
Turrubares”, y por tanto, sin que se les haya otorgado un razonamiento para su proceder y
por ende, sin que se les haya indicado si esa disposición tiene recurso alguno y ante que
autoridad se debe presentar, no sólo han decidido que tienen que tener una patente
municipal para el manejo de la granja, sino que además, sin que lo hayan solicitado, les ha
asignado un impuesto por el uso de la patente municipal, esto con la única intención de
cobrarles un tributo de mil colones por cada cerdo que sale de ella. Que la comunidad en
donde se ubica su finca es totalmente rural, en donde la mayoría de vecinos del lugar,
crían algunos cerdos para luego venderlos en su momento, al igual que ganado, patos,
gallinas, pollos y últimamente hasta aparecen rótulos en la carretera de Turrubares
referidos a la vende tilapia, situación que ha hecho que se cuestionen si todas estas
personas cuentan también con una patente para ello, motivo por el cual, solicitaron a la
Municipalidad recurrida que les indicaran quienes cuentan con “patente” igual o similar a
la que se les está imponiendo, o que si dicha patente fue creada exclusivamente para su
situación particular, también solicitaron información respecto de los trabajos que se
pretenden dar al camino de acceso al lugar, amén de que se les informara cuales eran los
servicios que durante los últimos trece años les había brindado, así como aquellos que
ahora les estaba dando y los que se les brindaría en el futuro, gestión respecto de la que no
han tenido respuesta alguna. Que para la imposición de la patente que la municipalidad
ha llamado “patente de porqueriza”, los funcionarios competentes de ese municipio, ni
siquiera se tomaron la molestia de notificarles concretamente respecto de cuales eran los
motivos por los cuales se consideraba que su actividad era comercial, muchos menos en
darles la audiencia para que se refirieran a ese hecho y finalmente, a pesar de que
interpusieron sendos recurso de revocatoria con apelación en subsidio y nulidad
concomitante desde finales del 2002 en contra de ese acto, hasta la fecha no se ha emitido
resolución alguna, puesto que simplemente se limitaron en una de sus tantas
notificaciones a indicarles en lo que interesa que: “…consulta al IFAM, esta institución les
había dado la razón y por tanto esos recursos ya estaban resueltos…”; con el agravante de
que a la fecha, no tienen conocimiento de que fue lo que la municipalidad consultó al
IFAM, tampoco los elementos que utilizó ese municipio para definir si una actividad es
lucrativa o no, tampoco les ha dado el razonamiento para imponerles el uso de una
patente municipal, y mucho menos el criterio técnico en que se apoya su parecer, para
imponerles un impuesto de noventa mil colones por trimestre por la venta de cerdos. Que
de esa forma se tiene que una y otra vez han solicitado a la municipalidad recurrida que se
les indique cuales son los servicios que ella les ha brindado relacionados directamente con
la finca Los Gavilanes, así como que se les proporcione el calendario (Plan Anual
Operativo) con las actividades que desde 1993 a esta fecha, esa municipalidad ha venido
desarrollando en el trayecto del camino que va del Poró hacia San Pablo de Turrubares y
que pasa por un costado de la finca de su propiedad, al igual que el de las zonas aledañas,
han solicitado además que se les indique a cuando ascienden los costos de las obras y
servicios que ella ha llevado a cabo en la zona del camino que pasa por esa finca; que se les
indique la forma en que se les retribuye por los casi cuatrocientos mil colones que año a
año han venido depositando a sus arcas; que se les indique los nombres de los vecinos que
han cumplido o se les ha obligado a cumplir con el trámite de licencia municipal para el
ejercicio de una actividad ganadera, avícola, avícola entre otras; que cuales son los
parámetros que utilizan para definir las actividades de una persona como “lucrativa”,
toda vez que lo único que han respondido es que los artículos 3, 6, 7, 11, 12 y 18 de la Ley
8294 les autoriza para ello; además han requerido que les indique en cual Gaceta se
publicaron los parámetros al tenor de lo señalado en la Ley de Protección al Ciudadano
del Exceso de Requisitos y Trámites Administrativos; amén de que en razón de las
constantes molestias que han sido objeto por parte de algunos de los empleados
municipales que llegan a “limpiar las toma de agua” a su finca, mediante nota dirigida al
Concejo Municipal el 26 de setiembre del 2002, solicitaron: “…1. Nombre de la persona o
personas designadas para tal función; 2. Número de cédula de identidad y si fuera posible
fotocopia de la misma; 3. Calendario sobre las fechas de inspección, incluyendo horarios
exactos…”, gestión respecto de la que a la fecha no ha tenido respuesta alguna. Que aun y
cuando no se ha emitido pronunciamiento alguno respecto de los recurso de revocatoria
con apelación en subsidio y nulidad concomitante (folios 40 a 46) que estableció en contra
del pretendido cobro administrativo por pago de impuesto por patente municipal, la
municipalidad recurrida, procedió a gestionar ese cobro en vía judicial (folio 55). Por lo
expuesto solicita a la Sala se declare con lugar el recurso, con las consecuencias legales que
ello implique.
2.-El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de
plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier
gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente improcedente,
o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para rechazarla, o que se
trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión anterior igual o similar
rechazada.
Redacta la Magistrada Rodríguez Arroyo; y,
Considerando:
I.-En primera instancia, del escrito de interposición y de los documentos allegados a los
autos, se desprende que el amparado muestra su inconformidad, en virtud de que -según
su dicho- la Municipalidad recurrida no ha procurado reparar ni dar mantenimiento al
camino público que conduce a su inmueble y mucho menos, le ha brindado apoyo alguno
a fin de llevar hasta el lugar en donde se ubica esa finca, los servicios públicos básicos, a
pesar de que es contribuyente de ese municipio, situación por la cual, de forma personal y
por sus propios medios, ha tenido que atender tanto la reparación del camino como la
instalación de dichos servicios. En ese sentido, resulta de importancia señalar que si el
recurrente estima que las personas que se desempeñan en la Municipalidad de Turrubares,
han inobservado las funciones inherentes al cargo que ocupan, en razón de que han
omitido adoptar las medidas necesarias a fin de reparar y dar mantenimiento al camino de
interés, así como la omisión en cuanto al desarrollo de los diferentes servicios públicos que
deben ser implementados en la zona en donde se ubica el inmueble de su propiedad; ello
en el fondo constituye una queja que no compete ventilarse ante esta Jurisdicción, toda vez
que la investigación y posterior amonestación -si fuera el caso- a una autoridad pública
que no ha cumplido con las funciones que la propia ley le asigna, compete a otras
instancias judiciales (la penal) o administrativas, por lo que deberá plantear su
inconformidad ante el propio órgano recurrido; denunciar el hecho por incumplimiento de
deberes, o en su defecto, ante la Defensoría de los Habitantes, a quien le compete proteger
y promocionar los derechos e intereses de los ciudadanos y de velar por el buen
funcionamiento de las Instituciones del sector público.
II.- En otro orden de ideas, acusa el amparado que a pesar de ser contribuyente activo del
ayuntamiento municipal recurrido, esa institución ni siquiera le brinda el servicio de
recolección de basura ni chapia de rondas en el camino que conduce a su inmueble, lo
cual, estima violatorio de sus derechos fundamentales, puesto que de forma puntual hace
pago efectivo del pago de los impuestos municipales a que está obligado a cancelar. En
cuanto al particular, sea la obligatoriedad de los administrados de cancelar de forma
puntual los impuestos municipales, esta Sala en sentencia número 4855-97 dictada a las
once horas con treinta minutos del veintidós de agosto de mil novecientos noventa y siete,
dispuso en lo que interesa:
“...De las normas transcritas se colige, con meridiana claridad, que la cancelación periódica que
deben realizar los munícipes -en sentido estricto-, de un determinado cantón, a la Corporación
correspondiente, por los servicios urbanos que ésta presta, independientemente del interés que
aquellos muestren o tengan en tales servicios, obedece al cumplimiento de una obligación tributaria,
concretamente, al pago de una tasa municipal, pago del que, en razón del carácter coercitivo de esas
obligaciones, no pueden substraerse los sujetos pasivos de aquellas, sin incurrir, en su caso, en las
consecuencias que la ley establece, para los deudores morosos (véase el artículo 83 del Código
Municipal). Expuesto lo anterior, tenemos que, contrario a lo que afirma en el libelo de
interposición, los recurrentes tienen la obligación constitucional y legal de contribuir con los gastos
del Cantón donde residen, independientemente, de que hayan hecho uso o no de éstos, de que tengan
interés o no en utilizarlos, o del lapso por el que no se les haya cobrado. Pretender lo contrario
implica conceder a su favor una exención, en punto a la citada tasa, que no les ha sido concedida, y,
lo más grave, implica reconocer un límite al poder tributario del Estado que la Constitución Política
no contiene...”
De esa forma, se tiene que es obligación legal y constitucional que los administrados
contribuyan con los gastos del Cantón donde residen, independientemente, de que hayan
hecho uso o no de los diferentes servicios municipales que presta el ayuntamiento
correspondiente, a pesar de que por diversas razones no se preste el servicio de forma
adecuada o del todo, en cuyos casos, podrá el perjudicado denunciar el hecho ante las
autoridades administrativas y jurisdiccionales competentes, según se refirió en el
considerando primero de esta sentencia.
III.- Por otra parte, y según se desprende del escrito de interposición pareciera ser el fondo
del asunto, los alegatos que se tengan respecto a la obligación del amparado de cancelar a
favor de la municipalidad recurrida el tributo correspondiente a la patente que según lo
indica el propio amprado se ha denominado como “patente de porqueriza”, es una
inconformidad que como tal, esta Sala no puede pronunciarse al efecto, por ser un asunto
que escapa del ámbito de su competencia por no involucrar derecho fundamental alguno,
por ello, será ante las propias autoridades municipales competentes en donde
corresponden plantearse dichas discrepancias, puesto que éstas serán las que deben
determinar que tipo de patente debe aplicarse a la actividad comercial que desarrolla el
amparado en su inmueble y los razonamientos técnicos y jurídicos que sustentan la
misma, ya que respecto de esa situación, como se indicó anteriormente, no puede este
tribunal especializado, pronunciarse válidamente al efecto, por no tratarse de un problema
que involucre derecho fundamental alguno, sino que se reduce a un conflicto de legalidad
ordinaria, que como tal, deberá ser planteado ante esa misma autoridad o ante la
jurisdicción ordinaria correspondiente para a lo que en derecho corresponda.
IV.-En otro sentido, en cuanto a la alegada falta de respuesta de las varias gestiones que ha
planteado el amparado ante esa municipalidad, en el sentido de que se les indique cuales
son los servicios que ella les ha brindado relacionados directamente con la finca Los
Gavilanes, así como que se les proporcione el calendario (Plan Anual Operativo) con las
actividades que desde 1993 a esta fecha, esa municipalidad ha venido desarrollando en el
trayecto del camino que va del Poró hacia San Pablo de Turrubares y que pasa por un
costado de la finca de su propiedad, al igual que el de las zonas aledañas, han solicitado
además que se les indique a cuando ascienden los costos de las obras y servicios que ella
ha llevado a cabo en la zona del camino que pasa por esa finca; que se les indique la forma
en que se les retribuye por los casi cuatrocientos mil colones que año a año han venido
depositando a sus arcas; que se les indique los nombres de los vecinos que han cumplido o
se les ha obligado a cumplir con el trámite de licencia municipal para el ejercicio de una
actividad ganadera, avícola, avícola entre otras; que cuales son los parámetros que utilizan
para definir las actividades de una persona como “lucrativa”, toda vez que lo único que
han respondido es que los artículos 3, 6, 7, 11, 12 y 18 de la Ley 8294 les autoriza para ello;
además han requerido que les indique en cual Gaceta se publicaron los parámetros al
tenor de lo señalado en la Ley de Protección al Ciudadano del Exceso de Requisitos y
Trámites Administrativos; amén de que en razón de las constantes molestias que han sido
objeto por parte de algunos de los empleados municipales que llegan a “limpiar las toma
de agua” a su finca, mediante nota dirigida al Concejo Municipal el 26 de setiembre del
2002, solicitaron: “…1. Nombre de la persona o personas designadas para tal función; 2.
Número de cédula de identidad y si fuera posible fotocopia de la misma; 3. Calendario
sobre las fechas de inspección, incluyendo horarios exactos…”, son gestiones referidas
precisamente a la falta de reparación y mantenimiento del camino que utiliza el amparado
para trasladarse hacía su finca, así como relacionadas con la negativa de la municipalidad
recurrida de brindar explicaciones sobre la inversión que se hace respecto de los
impuestos municipales que año a año cancela a favor de ese ayuntamiento e
inconformidades referidas a la implementación y pago de la patente municipal de cita, lo
que implica que no es deber del municipio recurrido, dar atención por escrito a cada una
de ellas, pues en todo caso, no se aporta documentación pertinente que demuestre que
tales solicitudes se han realizado por escrito. Nótese que en todo caso, las gestiones cuya
falta de respuesta se reclama, se refieren a situaciones que válidamente pueden ser
denunciadas ante las diferentes instancias administrativas y judiciales correspondientes,
ya que si se considera que existe algún tipo de irregularidad en cuanto al particular, será
ante esas instancias en donde deberá plantearse y resolverse este asunto, por ser de su
exclusiva competencia y no de este tribunal especializado.
V.-Por último, acusa el recurrente falta de respuesta con relación al recurso de revocatoria
con apelación en subsidio que dice haber presentado ante la municipalidad recurrida a
finales del año dos mil dos en contra del acto administrativo emitido por esa autoridad
tendente a imponerle el pago de impuestos municipal por el ejercicio de una actividad
agropecuaria, resulta de importancia señalar que del propio memorial de interposición se
desprende en lo que interesa que: “…se suspenda el cobro judicial iniciado por la
Municipalidad de Turrubares para el cobro de “…patente de porqueriza”, ya que el
mismo resulta arbitrario y un abuso de autoridad…” (folio 15), lo que implica que en
cuanto a ese extremo se refiere, el recurso no tiene razón de ser, por cuanto, ya el asunto
pasó inclusive a cobro judicial, por ello, será ante la propia instancia jurisdiccional en
donde se tramita el proceso, en donde, podrá el amparado, plantear los reparos que estime
pertinentes en cuanto al particular. Por todo lo expuesto, el recurso debe desestimarse,
como en efecto de dispone.
VI.-La Magistrada Calzada salva el voto y ordena dar curso al amparo.
Por tanto: Se rechaza por el fondo el recurso.Luis Fdo. Solano Carrera
Presidente
Ana Virginia Calzada Miranda Adrián Vargas Benavides Gilbert Armijo Sancho Ernesto
Jinesta Lobo
Fernando Cruz Castro Teresita Rodríguez Arroyo MMURILLOA
LA MAGISTRADA CALZADA SALVA EL VOTO Y ORDENA DAR CURSO AL
AMPARO, BAJO LAS SIGUIENTES CONSIDERACIONES:
Salvo el voto en el presente recurso y ordeno dar curso al amparo, por cuanto estimo que
en el caso concreto podrían estarse violentando los derechos constitucionales del
recurrente, por lo que considero se le debió dar curso para tener mayores elementos que
permitan resolver el asunto sometido a estudio.
Ana Virginia Calzada M.
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información Jurídica el:
12/4/2010 12:18:04 PM
Sentencia:
06526
Expediente: 05004361-0007-CO
Fecha:
31/05/2005 Hora:
7:28:00 PM
Emitido por:
Sala
Constitucional
Tipo de Sentencia: De Fondo
Redactor: Armijo Sancho Gilbert
Clase de Asunto: Recurso de amparo
Ayuda
Texto de la sentencia
ß&Ø¥ß%
Por favor espere mientras se carga el texto de la sentencia...
Exp: 05-004361-0007-CO
Res: 2005-06526
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las diecinueve horas con veintiocho minutos del treinta y uno de mayo del dos mil
cinco.-
Recurso de amparo interpuesto por Virginia López Rodríguez, mayor, casada,
pensionada, vecina de San Juan de Tibás, portadora de la cédula de identidad número
1-888-093, contra el Alcalde y el Jefe de la Sección de Inspección Urbana de la
Municipalidad de San José.
Resultando:
1.Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las quince horas treinta minutos del
quince de abril del 2005, la recurrente interpone recurso de amparo contra el Alcalde
y el Jefe de la Sección de Inspección Urbana de la Municipalidad de San José y
manifiesta que no se le notificó personalmente la prevención de que –como
propietaria del inmueble- debía cumplir las obligaciones previstas en los artículos 75
y 76 del Código Municipal, lo cual implica una violación al debido proceso, pues se le
impuso una obligación, sin concederle de previo la oportunidad de proveer a su
defensa, más si se toma en cuenta, que la notificación (número 0758-SIU-05) estaba
dirigida a una persona que falleció desde hace más de diez años y que además, se le
hizo entrega a un inquilino del inmueble, razón por la cual, tuvo conocimiento de que
debía pagar esos extremos hasta que se le hizo el cobro de una multa por
incumplimiento de los deberes que le imponen los citados artículos del Código
Municipal. Que si bien es cierto, planteó los recursos e incidentes respectivos estos
fueron desestimados mediantes oficios número 0783-SIU-05 y 0759-SIU-05, en los
cuales, se da por válida la notificación que se dirige a una persona fallecida.
2.Que por resolución dictada a las siete horas catorce minutos del dieciocho de abril del
dos mil cinco, se le previno a la recurrente que dentro de tercero día contado a partir
de la notificación de ese proveído y bajo apercibimiento de rechazar de plano el
recurso si no lo hacía, aportara COPIA COMPLETA del oficio número 0759-SIU-05
del treinta de marzo del dos mil cinco, ya que únicamente allegó al amparo la primera
plana de dicho documento (folio 06 del expediente), el que resulta esencial para
resolver lo que en derecho corresponda. ASIMISMO INDIQUE la recurrente, si
Arcelia Rodríguez Arias (a nombre de quién se dirigió la notificación del oficio
número 0758-SIU-05) era la antigua propietaria del inmueble que actualmente le
pertenece, así como la fecha a partir de la cual, la amparada adquirió dicho bien,
extremos que también son indispensables para resolver lo que en derecho
corresponda.
3.Que con vista en el acta de notificación que consta a folio 11 del expediente, la
recurrente fue notificada mediante el sistema de fax, a las diecisiete horas diecisiete
minutos del veinte de abril del dos mil cinco.
4.Que a las diez horas cincuenta y cinco minutos del veinticinco de abril del año en
curso, fue recibido en la Secretaría de esta Sala, copia completa del oficio número
0759-SIU-05 del treinta de marzo del dos mil cinco cuya presentación se le previno en
auto de las siete horas catorce minutos del dieciocho de abril del año en curso, así
como un documento en el cual manifiesta –entre otros aspectos- que estima
improcedente que esta Sala le haya solicitado información que consta en el Registro
de la Propiedad Inmueble o en la propia Municipalidad recurrida, más si se toma en
cuenta, que si en el escrito inicial del amparo señaló en que consistían las conductas
que estimaba violatorias de sus derechos fundamentales, resulta innecesario que se le
prevenga aclarar otros extremos y se le solicite prueba de su dicho. Que no obstante,
lo anterior, señala que su madre –la señora Arcelia Rodríguez Arias- fue la anterior
propietaria del inmueble; que ésta le traspasó la propiedad aproximadamente hace
diecisiete años y que si bien es cierto, se reportó dicha circunstancia a la
Municipalidad a fin de que se realizaran los cambios necesarios, también lo es, que
algunos recibos aún aparecen a nombre de su madre.
5.El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de
plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier
gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente
improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para
rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión
anterior igual o similar rechazada.
Redacta el Magistrado Armijo Sancho; y,
Considerando:
Único: Esta Sala en supuestos similares al que ahora nos ocupa –presunto menoscabo
a la garantía del debido proceso, en virtud de que la prevención de cumplimiento de
las obligaciones previstas en los artículos 75 y 76 del Código Municipal, fue notificada
a un inquilino y no en forma personal al propietario del inmueble-, ha considerado:
“I.En la especie, los recurrentes son propietarios de un inmueble localizado en el centro
urbano de San José, que esa municipalidad se propuso recuperar del grave deterioro
que sufre. Se iniciaron visitas de campo y se le notificó al contribuyente –con una
persona mayor de edad que respondió en el inmueble- las mejoras que debía hacer al
inmueble de su propiedad. Los recurrentes dejaron transcurrir el plazo sin hacer
mejoras, que ciertamente incluyeron la confección de canoas nuevas que eran
necesarias dado que el inmueble había sido declarado inhabitable por el Ministerio de
Salud quien había ordenado la demolición. A los amparados se les excluyó esa
obligación inicial pero aún adeudan el monto que la municipalidad invirtió en la
construcción de las aceras, cuya condición deplorable eran una amenaza para la
seguridad de los transeúntes y como la Sala encuentra que los accionantes
desatendieron las obligaciones que tenían en relación con el mantenimiento de esa
área, no encuentra lesión alguna a sus derechos en el cobro que la municipalidad ha
hecho para mejorar el centro urbano y dar seguridad a los que transitan; lo
relacionado con el reclamo del monto es asunto de mera legalidad.
II.Los recurrentes no pueden alegar ignorancia de la obligación legal de dar
mantenimiento a las aceras y en virtud de que se han manifestado conocedores de la
acción municipal esta Sala no encuentra transgresión al debido proceso, ni a ningún
otro derecho fundamental de los accionantes. (sentencia número 2001-05961 de las
catorce horas treinta y dos minutos del cinco de julio del dos mil uno).
Criterio que se reitera en sentencia número 2002-02568 de las quince horas cuatro
minutos del doce de marzo del dos mil dos:
“...V.DEL RESPETO DEL DEBIDO PROCESO EN EL ESTABLECIMIENTO DE
MULTAS MUNICIPALES. Por último, se hace referencia a las alegadas violaciones
del debido proceso y derecho de defensa acusados por el accionante. Debe la Sala
advertir sobre dos situaciones diversas reguladas en los artículos 75 y 76 del Código
Municipal. La primera, que se establece en el artículo 75 del Código Municipal, prevé
el caso de que la que la omisión del propietario o poseedor de las obligaciones
establecidas en esa norma, las supla directamente la Municipalidad, donde se cobra al
propietario o poseedor el costo efectivo en el plazo de ocho días hábiles, caso
contrario, " se deberá cancelar por concepto de multa un cincuenta por ciento (50%)
del valor de la obra o el servicio, sin perjuicio de los intereses moratorios ". Estima la
Sala que no hay infracción del debido proceso, como lo alega el accionante, toda vez
que se está ante el cobro de una obligación tributaria (tasa municipal), y no de una
sanción, de manera que basta con el traslado de cargos por parte de la municipalidad
correspondiente al propietario o poseedor, que en este caso, sería la factura por el
costo del servicio o labor realizada, y que en todo caso, puede impugnar el interesado
ante la administración tributaria correspondiente, mediante el procedimiento previsto
para ello en los artículos 105 a 148 del Código de Normas y Procedimientos
Tributarios, e inclusive, podría acudir a la jurisdicción contencioso-administrativo
(ante el Tribunal Fiscal Administrativo). La segunda de las situaciones es la multa,
prevista para los casos en que el propietario o el poseedor omita el cumplimiento de
la obligación urbana requerida por la municipalidad, y que en todo caso, su omisión
no es enmendada por el gobierno local. De esta suerte, en el artículo 76 del Código
Municipal, se establecen las tarifas en concepto de esta multa, la cual, se impone
mediante el procedimiento previsto en el artículo 76 ter del mismo cuerpo legal, que
consiste en la notificación, por parte de la municipalidad, al propietario o poseedor
del inmueble del deber de cumplir la correspondiente obligación urbana, para lo cual
se le otorga un plazo prudencial, a criterio de la entidad, y que en todo caso,
dependerá de la naturaleza de la labor a realizar. Con la constatación del
incumplimiento, la municipalidad puede imponer la multa, y que se cobrará en forma
trimestral, y que se cargará a la cuenta donde le cobran el resto de los servicios
urbanos. Ahora bien, advierte la Sala, que en cada trimestre, la municipalidad debe
requerir el cumplimiento de tal (o tales) obligación (es), dado que no resulta posible
un cargo automático, dado que ello sí sería violatorio del debido proceso.
VI.DE LAS REGLAS DE LA NOTIFICACIÓN. Por último, debe advertirse al
accionante que la Sala no encuentra motivo de inconstitucionalidad en el artículo 76
del Código Municipal en el hecho de que la norma garantice el deber de notificar al
propietario o al poseedor de los inmuebles correspondientes el cumplimiento de los
deberes establecidos en el artículo 75 del mismo cuerpo legal, para lo cual se le otorga
un plazo prudencial. Lejos de constituir una infracción del debido proceso y derecho
de defensa, este Tribunal estima que hay una garantía del cumplimiento de estos
principios constitucionales, toda vez que establece la obligación para la
administración de la debida notificación a quien corresponda.”
III.En el caso de estudio el recurrente impugna que la prevención de cambios en la
fachada del edificio y la eventualidad de imposición de una multa se le haya
notificado al inquilino de Edificaciones Gufer S.A. y no al propietario del inmueble.
Habiéndose constatado en el presente recurso que la actuación del recurrido se
encuentra amparada en los artículos 75 y 76 del Código Municipal y que de acuerdo
al estudio de constitucionalidad citado, las normas aplicadas no resultan
inconstitucionales como señala el recurrente, el presente recurso debe ser también
desestimado bajo las mismas consideraciones, como en efecto se procede...”
Como no existe motivo para variar el criterio vertido en las sentencias parcialmente
transcritas, las consideraciones contenidas en dichos pronunciamientos resultan
aplicables al caso que nos ocupa, más si se toma en consideración que la propia
amparada reconoce que aún no existe uniformidad por parte del ente municipal, al
tiempo de consignar en los recibos o en otros documentos el nombre del propietario
del inmueble objeto del conflicto (ver documento a folio 17 del expediente), motivo
por el cual, las objeciones que plantea en cuanto a que la prevención de cumplimiento
de un deber legal del que no puede alegar ignorancia, fue dirigida a nombre de su
madre fallecida –o sea, a la anterior propietaria del inmueble (ver folio 15 del
expediente)- carecen de sustento, por lo que, no sólo resulta improcedente que se base
en ese argumento para tratar de justificar el no cumplimiento de sus obligaciones
como propietaria del edificio, sino además, deberá gestionar lo pertinente –tal y como
ya solicitó en escrito recibido el catorce de marzo del dos mil cinco (ver folios 16 y 17
del expediente)- que se proceda a realizar la modificación correspondiente en el
registro o catastro que al efecto lleva la Municipalidad de San José. Por lo expuesto, el
amparo debe desestimarse.
Por tanto:
Se rechaza por el fondo el recurso.
Luis Fernando Solano C.
Presidente
Luis Paulino Mora M.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información
Jurídica el: 12/4/2010 12:18:35 PM
Sentencia:
12114
Expediente: 04010490-0007-CO
Fecha:
29/10/2004 Hora:
12:20:00 PM
Emitido por:
Sala
Constitucional
Exp: 04-010490-0007-CO
Res: 2004-12114
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las doce horas con veinte minutos del veintinueve de octubre del dos mil cuatro.Recurso de amparo interpuesto por MARIA MENDEZ Mc LEAN, portadora de la
cédula de identidad número 1-524-463, y NORMA MENDEZ Mc LEAN, portadora de
la cédula de identidad número 8-072-376, contra LA MUNICIPALIDAD DE
ALAJUELITA.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las trece horas quince minutos del
veintiuno de octubre del dos mil cuatro, las recurrentes interponen recurso de amparo
contra la Municipalidad de Alajuelita, en el que manifiestan que ellas viven en una
casa ubicada en la Urbanización La Guapil, en donde existen casas de bien social, que
son inembargables según la Ley del BANHVI. Que en dicho lugar, la Municipalidad
recurrida efectúa la recolección de basura sólo una vez a la semana, los días jueves.
Que a ello se agrega que algunas personas rompen las bolsas de basura y los
funcionarios de la Municipalidad no recogen la basura que queda esparcida en la calle
o en la acera. Que la Municipalidad tampoco barre los caños, ni recoge la basura que
la gente arroja en la vía pública. Que a ello se agrega que la Urbanización tiene casi
quince años de existencia y el servicio municipal de recolección de basura no mejora,
ni tampoco se ha ocupado la Municipalidad de construir calles pavimentadas, para
beneficio de quienes viven en el lugar y sus casas están sobre alamedas. Que por ello
consideran ilegítimo que la Municipalidad esté cobrando por el servicio de
recolección de basura, que por ser un servicio público debe ser costeado por el Estado
en beneficio de la salud pública. Que además, la Municipalidad nunca informa el
desglose de sus ingresos y gastos. Que por todo ello estiman ilegítimo el cobro
obligatorio que les realiza la Municipalidad recurrida, por el mencionado servicio de
recolección de basura, bajo la amenaza de dejarlas sin casa mediante su remate, al
alegarse que existe una deuda de ochenta mil colones desde mil novecientos noventa
y cinco, lo que incluye el cobro de intereses excesivos, y por un servicio que debe
prestarse gratis. Que incluso tales cuotas estarían prescritas. Que ellas son dos
personas que no producen basura. Que consideran que el monto que se les cobra
resulta excesivo. Que por ello no están dispuestas a cancelar el monto que se les cobra,
ni tienen dinero para pagarlo. Que tampoco están de acuerdo con la amenaza que se
les efectúa, ni con el servicio que se presta, pues no es eficiente ni regular. Que por
ello solicitan se declare con lugar el recurso.
2.El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de
plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier
gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente
improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para
rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión
anterior igual o similar rechazada.
Redacta el Magistrado Armijo Sancho; y,
Considerando:
I.De lo indicado en el propio escrito de interposición se corrobora que la Municipalidad
recurrida sí presta el servicio de recolección de basura en el lugar en que habitan las
recurrentes, y lo hace de forma constante, periódica y regular una vez a la semana,
por lo que no observa este Tribunal que en el caso en estudio se configure una
omisión en la prestación del servicio que pudiera estimarse como violatoria de los
derechos fundamentales de las recurrentes. Sin perjuicio, claro está, que si las
accionantes están disconformes con la periodicidad en la prestación del servicio, pues,
a su juicio, debería brindarse más de una vez a la semana, ello implica una queja que
deberán plantear ante la propia Municipalidad, o ante la Defensoría de los Habitantes
-como órgano al que compete proteger y promocionar los derechos e intereses de los
ciudadanos, así como velar por el buen funcionamiento del sector público-. También
podrán plantear su queja en tales instancias en cuanto a la calidad o eficiencia en la
forma en que se recoge la basura.
II.Por otra parte, cabe aclarar a las recurrentes que el hecho que la recolección de basura
sea un servicio público no implica que sea gratuito. Por el contrario, de lo dispuesto
por los artículos 169 y 175 de la Constitución Política, en relación con el artículo 74 del
Código Municipal, se corrobora que las municipalidades están legítimamente
habilitadas para cobrar por los servicios públicos que prestan -lo que incluye, en
particular, el servicio de recolección de basura-, a efectos de poder sufragar los costos
que necesariamente genera brindar el servicio en cuestión. Además, en cuanto a la
obligación de pagar por tal servicio, esta Sala ha resuelto:
“(...) la cancelación periódica que deben realizar los munícipes -en sentido estricto-, de
un determinado cantón, a la Corporación correspondiente, por los servicios urbanos
que ésta presta, independientemente del interés que aquellos muestren o tengan en
tales servicios, obedece al cumplimiento de una obligación tributaria, concretamente,
al pago de una tasa municipal, pago del que, en razón del carácter coercitivo de esas
obligaciones, no pueden substraerse los sujetos pasivos de aquellas, sin incurrir, en su
caso, en las consecuencias que la ley establece, para los deudores morosos (véase el
artículo 83 del Código Municipal). Expuesto lo anterior, tenemos que, contrario a lo
que afirna en el libelo de interposición, los recurrentes tienen la obligación
constitucional y legal de contribuir con los gastos del Cantón donde residen,
independientemente, de que hayan hecho uso o no de éstos, de que tengan interés o
no en utilizarlos, o del lapso por el que no se les haya cobrado. Pretender lo contrario
implica conceder a su favor una exención, en punto a la citada tasa, que no les ha sido
concedida, y, lo más grave, implica reconocer un límite al poder tributario del Estado
que la Constitución Política no contiene.” (Esto en sentencia 4855-97 de las once horas
con treinta minutos del veintidós de agosto de mil novecientos noventa y siete).
En similar sentido se pronunció este Tribunal en sentencia número 5445-99 de las
catorce horas treinta minutos del catorce de julio de mil novecientos noventa y nueve,
en que resolvió:
“(...) Debe hacerse la distinción de lo que son las licencias o patentes municipales,
definidas por la jurisprudencia constitucional como el impuesto municipal en
concepto de autorización para ejercer una actividad lucrativa, que se paga por la
"[...] imperiosa necesidad de sufragar el costo de los servicios públicos que el
particular recibe de la Municipalidad; es decir, que los negocios comerciales o las
actividades lucrativas, según la nomenclatura que utiliza nuestro Código Municipal,
se ven altamente beneficiados con la seguridad, el orden, el aseo y la actividad
municipal en general, por lo que deben contribuir con el Gobierno local" (sentencia
número 2197-92, supra citada);
tributos que pueden tener distinto hecho generador, dependiendo de la corporación
local de que se trate, cuya aprobación corresponde a la Asamblea Legislativa, según se
anotó en el Considerando XXIX de esta sentencia, de las tasas municipales, que son la
contribuciones que se pagan a los gobiernos locales por los servicios urbanos que
éstos prestan a la comunidad (agua, recolección de basura, limpieza de cunetas,
mantenimiento de parques), cuya tarifa está en relación directa con el costo efectivo
invertido por estas autoridades y cuyo pago no puede ser excepcional aunque el
usuario no esté interesado en la prestación efectiva y particular de estos servicios, en
los términos establecidos en el artículo 74 del vigente Código Municipal”
Tales precedentes son aplicables al caso en estudio, pues este Tribunal no encuentra
razones para variar el criterio vertido en dichas sentencias, ni motivos que lo hagan
valorar de manera distinta en la situación planteada.
III.Ahora bien, si las recurrentes están disconformes con el cobro concreto que les está
efectuando la Municipalidad recurrida, pues consideran que el monto que se les está
cobrando -por concepto del servicio de recolección de basura- es erróneo o excesivo, o
porque estiman que algunos extremos ya estarían prescritos, así deberán alegarlo en
la propia sede administrativa, o bien, en su defecto, en la sede jurisdiccional ordinaria
correspondiente. Incluso, si las recurrentes consideran que su situación
socioeconómica justificaría exonerarlas de tal pago o acordar algún tipo de arreglo de
pago, así deberán alegarlo también ante la Municipalidad recurrida. Esto es así, pues
todo ello hace referencia a un conflicto de legalidad ordinaria que procede conocerse
y resolverse en tales sedes (ver en este mismo sentido sentencias 1999-7062 de las
11:57 horas del 10 de setiembre de 1999, 2002-5779 de las 17:08 horas del 12 de junio
del 2002, 2002-10150 de las 9:30 horas del 25 de octubre del 2002, 2003-6275 de las
10:02 horas del 3 de julio del 2003 y 2003-10114 de las 17:02 horas del 16 de setiembre
del 2003). En cuyo caso, con el aviso de cobro administrativo que les fue comunicado
a las recurrentes surge justamente la oportunidad de que éstas ejerzan la defensa de
sus derechos e intereses (ver folio 7 del expediente), lo incluye la posibilidad de
plantear sus reproches en contra de la procedencia del cobro efectuado y presentar la
prueba que consideren relevante en respaldo de sus alegatos. A lo que debe
agregarse, que en ese mismo aviso se previene a las recurrentes que sino lo atienden
“se continuará con el procedimiento para remitir su cuenta a cobro judicial y eventual remate
de su propiedad”, lo que significa que de no solucionarse el asunto en sede
administrativa, éste pasará a conocimiento de una autoridad jurisdiccional, y las
recurrentes podrán plantear en sede jurisdiccional sus reparos en contra de lo actuado
y resuelto por la Municipalidad recurrida.
IV.-Finalmente, si la pretensión de las recurrentes es que la Municipalidad recurrida
les brinda un informe detallado respecto de sus ingresos y gastos, lo procedente es
que así lo soliciten formalmente ante la recurrida, lo que no se alega se haya hecho a
la fecha.
V.-En razón de lo anterior, lo que procede en el caso en estudio –de conformidad al
artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional- es rechazar por el fondo el
recurso, como en efecto se declara.
Por tanto:
Se rechaza por el fondo el recurso.
Luis Fernando Solano C.
Presidente
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Teresita Rodríguez A.
Fabián Volio E.
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información
Jurídica el: 12/4/2010 12:18:58 PM
Sentencia:
07731
Expediente: 03006911-0007-CO
Fecha:
16/07/2004 Hora:
10:26:00 AM
Emitido por:
Sala
Constitucional
Exp: 03-006911-0007-CO
Res: 2004-07731
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las diez horas con veintiséis minutos del dieciséis de julio del dos mil cuatro.Recurso de amparo interpuesto por Erick Leonel Chévez Duarte y Sarita Patricia
Rodríguez Hernández, portadores de las cédulas de identidad número 1-883-375 y 1729-415, respectivamente, a favor de ellos mismos, contra el Alcalde y la
Municipalidad, ambos de Goicoechea.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las catorce horas treinta minutos del
veintiséis de junio de dos mil tres (folios 1 a 3), los recurrentes interponen recurso de
amparo contra el Alcalde y la Municipalidad, ambos de Goicoechea, y manifiestan
que son propietarios, respectivamente, de las fincas inscritas en el Partido de San José,
bajo matrículas de folio real número 471335-derecho 001 y 471336-002 (ver folios 06 y
07). Alegan que de manera intempestiva y sin que se les concediera posibilidad
alguna de proveer a su defensa, en forma previa, a las nueve horas del veintiséis de
junio del año en curso, ingresó un tractor a los inmuebles que les pertenecen, a efecto
de limpiarlos y realizar los movimientos de tierra correspondientes, bajo al
argumento de que esos lotes constituyen "zona verde" y que se construirá un
polideportivo en esa área. Consideran que los hechos impugnados resultan
contrarios a lo dispuesto en los artículos 39 y 45 de la Constitución Política, ya que la
Municipalidad recurrida tomó posesión de bienes que están inscritos a nombre de los
amparados, sin que se realizara ningún procedimiento tendente a revocar ese título de
propiedad, con el agravante que, además, no se les ha notificado resolución alguna en
que se fundamenten las razones de ese proceder. Los recurrentes solicitan que se
declare con lugar el recurso de amparo, se le ordene a la Municipalidad de
Goicoechea suspender cualquier acto de violación a su propiedad privada, se le
ordene al Alcalde Municipal abstenerse de realizar cualquier obra en sus propiedades
y se condene a los recurridos al pago de los daños y perjuicios ocasionados.
2.-Carlos Luis Murillo, Alcalde de la Municipalidad de Goicoechea informa bajo
juramento, con las consecuencias incluso penales previstas en el artículo 44 de la Ley
de la Jurisdicción Constitucional (folios 40 y 41) que los lotes sin construir de los aquí
recurrentes Chévez Duarte y Rodríguez Hernández no estaban recibiendo el
mantenimiento adecuado de limpieza y colocación de cercas, por lo que se envió
notificación adjunta N° 171-2003 para que procedieran a su limpieza en un plazo de
diez días que podía ser prorrogable a solicitud de parte. Lo anterior en virtud de las
constantes solicitudes de los vecinos que se quejaban del descuido de dichos lotes, por
lo que mediante la AM 582-2003, se ordenó realizar la limpieza y colocación de cercas
en dichos lotes, en vista de que se realizaron visitas al lugar y no se habían realizado
los trabajos, previo agotamiento de la vía legal. Alegan que las afirmaciones de los
recurrentes son falsas, pues actuaron al amparo de los artículos 75 y 76 del Código
Municipal, previa audiencia a las partes y conforme al procedimiento establecido.
Insiste que en virtud de las quejas y gestiones de los vecinos por el mal estado de los
lotes, posibles focos de contaminación y enfermedades, aunado a que sirven de
escondite a drogadictos, maleantes y ladrones, fue que actuaron conforme a la
normativa que los regula y al debido proceso. Manifiesta que es mentira que se
realizaron los trabajos argumentando que se construiría un polideportivo en esa zona
verde. Solicita se declare sin lugar el recurso y se deje sin efecto este amparo.
Redacta el Magistrado Batalla Bonilla; y,
Considerando:
I.-Hechos probados.- De importancia para la decisión de este asunto, se estiman
como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido
acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo
prevenido en el auto inicial:
a) El Alcalde Municipal Carlos Murillo Rodríguez trasladó la gestión de los vecinos
de la zona donde se quejaban por el mal estado de los lotes propiedad de los
recurrentes, al Jefe de Higiene y Sanidad para que procediera a solucionar el
problema (folios 43 a 48).
b) La Municipalidad de Goicoechea notificó a los recurrentes que se les otorgaba un
plazo de diez días para cumplir con lo dispuesto en el artículo 75 del Código
Municipal, bajo apercibimiento que de no hacerlo, se procedería conforme al artículo
76 ibídem (folios 57 y 58).
II.-Hechos no probados: Como indemostrado se estima el siguiente hechos de
relevancia para esta resolución:
a) La afirmación de los recurrentes de que la Municipalidad limpió los lotes de su
propiedad e hizo movimiento de tierras con el fin de construir un proyecto de
Polideportivo y por encontrarse en “zona verde” de dicha corporación.
III.- Objeto del recurso.Interponen recurso de amparo los señores Erick Leonel Chévez Duarte y Sarita
Patricia Rodríguez Hernández contra el Alcalde y la Municipalidad de Goicoechea,
por considerar se les conculcó su derecho de propiedad y al debido proceso, al
ingresar dicha Corporación en los terrenos de su propiedad para limpiar, mover
tierras y cercar. Asimismo indican que la Municipalidad les indicó que sus lotes eran
“zona verde” y que ahí se construiría un polideportivo. El Alcalde Municipal
recurrido desmintió esto último y subrayó que su representada actuó al amparo de los
artículos 75 y 76 del Código Municipal.
IV.-De los artículos 75 y 76 del Código Municipal y su constitucionalidad.
artículos 75 y 76 del Código Municipal establecen:
Los
"Artículo 75.De conformidad con el Plan Regulador Municipal, las personas físicas o jurídicas, propietarias
o poseedoras, por cualquier título, de bienes inmuebles, deberán cumplir las siguientes
obligaciones:
a) Limpiar la vegetación de sus predios ubicados a orillas de las vías públicas y recortar la que
perjudique o dificulte el paso de las personas.
b) Cercar y limpiar tanto los lotes donde no haya construcciones y como aquellos con viviendas
deshabitadas o en estado de demolición.
c) Separar, recolectar o acumular, para el transporte y la disposición final, los desechos sólidos
provenientes de las actividades personales, familiares, públicas o comunales, o provenientes de
operaciones agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y turísticas, solo mediante los
sistemas de disposición final aprobados por la Dirección de Protección al Ambiente Humano
del Ministerio de Salud.
d) Construir las aceras frente a sus propiedades y darles mantenimiento.
e) Remover objetos, materiales o similares de las aceras o los predios de su propiedad que
contaminen el ambiente u obstaculicen el paso.
f) Contar con un sistema de separación, recolección, acumulación y disposición final de
desechos sólidos, aprobado por la Dirección de Protección al Ambiente Humano del Ministerio
de Salud, en las empresas agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y turísticas, cuando el
servicio público de disposición de desechos sólidos es insuficiente o inexistente, o si por la
naturaleza o el volumen de desechos, este no es aceptable sanitariamente.
g) Abstenerse de obstaculizar el paso por las aceras con gradas de acceso a viviendas, retenes,
cadenas, rótulos, materiales de construcción o artefactos de seguridad en entradas de garajes.
Cuando por urgencia o imposibilidad de espacio físico deben de colocarse materiales de
construcción en las aceras, deberá utilizarse equipos adecuados de depósito. La municipalidad
podrá adquirirlos para arrendarlos a los munícipes.
h) Instalar bajantes y canoas para recoger las aguas pluviales de las edificaciones, cuyas
paredes externas colinden inmediatamente con la vía pública.
i) Ejecutar las obras de conservación de las fachadas de casas o edificios visibles desde la vía
pública cuando, por motivos de interés turístico, arqueológico o histórico, el municipio lo exija.
j) Garantizar adecuadamente la seguridad, la limpieza y el mantenimiento de propiedades,
cuando se afecten las vías o propiedades públicas o a terceros relacionados con ellas.
Cuando en un lote exista una edificación inhabitable que arriesgue la vida, el patrimonio o la
integridad física de terceros, o cuyo estado de abandono favorezca la comisión de actos
delictivos, la municipalidad podrá formular la denuncia correspondiente ante las autoridades
de salud y colaborar con ellas en el cumplimiento de la Ley General de Salud.
Salvo lo ordenado en la Ley General de Salud, cuando los munícipes incumplan las
obligaciones anteriores, la municipalidad está facultada para suplir la omisión de esos deberes,
realizando en forma directa las obras o prestando los servicios correspondientes. Por los
trabajos ejecutados, la municipalidad cobrará, al propietario o poseedor del inmueble, el costo
efectivo del servicio o la obra. El munícipe deberá rembolsar el costo efectivo en el plazo
máximo de ocho días hábiles; de lo contrario, deberá cancelar por concepto de multa un
cincuenta por ciento (50%) del valor de la obra o el servicio, sin perjuicio del cobro de los
intereses moratorios.
Con base en un estudio técnico previo, el Concejo Municipal fijará los precios mediante
acuerdo emanado de su seno, el cual deberá publicarse en "La Gaceta" para entrar en vigencia.
Las municipalidades revisarán y actualizarán anualmente estos precios y serán publicados por
reglamento.
Cuando se trate de las omisiones incluidas en el párrafo trasanterior de este artículo y la
municipalidad haya conocido por cualquier medio la situación de peligro, la municipalidad está
obligada a suplir la inacción del propietario, previa prevención al munícipe conforme al debido
proceso y sin perjuicio de cobrar el precio indicado en el párrafo anterior. Si la municipalidad
no la suple y por la omisión se causa daño a la salud, la integridad física o el patrimonio de
terceros, el funcionario municipal omiso será responsable, solidariamente con el propietario o
poseedor del inmueble, por los daños y perjuicios causados."
(Así reformado mediante Ley número 7898 del 11 de agosto de 1999, publicada en La
Gaceta número 171 de 2 de setiembre de 1999)
"Artículo 76.Cuando se incumplan las obligaciones dispuestas en el artículo anterior, la municipalidad
cobrará trimestralmente con carácter de multa:
a) Por no limpiar la vegetación de sus predios situados a orillas de las vías públicas ni recortar
la que perjudique el paso de las personas o lo dificulte, trescientos colones (¢300,00) por metro
lineal del frente total de la propiedad.
b) Por no cercar los lotes donde no haya construcciones o existan construcciones en estado de
demolición, cuatrocientos colones (¢400,00) por metro lineal del frente total de la propiedad.
c) Por no separar, recolectar ni acumular, para el transporte y la disposición final, los desechos
sólidos provenientes de las actividades personales, familiares, públicas o comunales, o
provenientes de operaciones agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y turísticas solo
mediante los sistemas de disposición final aprobados por la Dirección de Protección al
Ambiente Humano del Ministerio de Salud, cien colones (¢100,00) por metro cuadrado del
área total de la propiedad.
d) Por no construir las aceras frente a las propiedades ni darles mantenimiento, quinientos
colones (¢500,00) por metro cuadrado del frente total de la propiedad.
e) Por no remover los objetos, materiales o similares de las aceras o los predios de su propiedad,
que contaminen el ambiente u obstaculicen el paso, doscientos colones (¢200,00) por metro
lineal del frente total de la propiedad.
f) Por no contar con un sistema de separación, recolección, acumulación y disposición final de
los desechos sólidos, aprobado por la Dirección de Protección al Ambiente Humano del
Ministerio de Salud, en las empresas agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y
turísticas, doscientos colones (¢200,00) por metro lineal del frente total de la propiedad,
cuando el servicio público de disposición de desechos sólidos es insuficiente o inexistente o si
por la naturaleza o el volumen de los desechos, este no es aceptable sanitariamente.
g) Por obstaculizar el paso por las aceras con gradas de acceso a viviendas, retenes, cadenas,
rótulos, materiales de construcción o artefactos de seguridad en entradas de garajes, quinientos
colones (¢500,00) por metro lineal del frente total de la propiedad.
h) Por no instalar bajantes ni canoas para recoger las aguas pluviales de las edificaciones,
cuyas paredes externas colinden inmediatamente con la vía pública, ochocientos colones
(¢800,00) por metro lineal del frente total de la propiedad.
i) Por no ejecutar las obras de conservación de las fachadas de casas o edificios visibles desde la
vía pública cuando, por motivos de interés turístico, arqueológico o patrimonial, lo exija la
municipalidad, quinientos colones (¢500,00) por metro cuadrado del frente total de la
propiedad. (El presente artículo ha sido reformado mediante Ley número 7898 del 11
de agosto de 1999, publicada en La Gaceta número 171 de 2 de setiembre de 1999; el
subrayado no es parte del original)
"Artículo 76 bis.Si se trata de instituciones públicas la suma adeudada por concepto de multa se disminuirá un
veinticinco por ciento (25%); para las actividades agrícolas, ganaderas, industriales,
comerciales y turísticas se aumentará un cincuenta por ciento (50%). (El presente artículo
ha sido adicionado mediante Ley número 7898 del 11 de agosto de 1999, publicada en
La Gaceta número 171 de 2 de setiembre de 1999)
"Artículo 76 ter.Las multas fijadas en el artículo 76 de esta ley se actualizarán anualmente, en el mismo
porcentaje que aumente el salario base establecido en el artículo 2 de la ley No. 7337, de 5 de
mayo de 1993.
De previo a la imposición de estas multas, la municipalidad habrá de notificar, al propietario o
poseedor de los inmuebles correspondientes, su deber de cumplir tales obligaciones y le
otorgará un plazo prudencial, a criterio de la entidad y según la naturaleza de la labor por
realizar. En caso de omisión, procederá a imponer la multa que corresponda y le cargará en la
misma cuenta donde le cobran los servicios urbanos a cada contribuyente, de acuerdo con el
sistema que aplique para esos efectos.
La certificación que el contador municipal emita de la suma adeudada por el munícipe por los
conceptos establecidos en el artículo 75 y en el presente, que no sea cancelada dentro de los tres
meses posteriores a su fijación, constituirá título ejecutivo con hipoteca legal preferente sobre
los respectivos inmuebles, salvo lo dispuesto en el artículo 70 de esta ley."
(El presente artículo ha sido adicionado mediante Ley número 7898 del 11 de agosto
de 1999, publicada en La Gaceta número 171 de 2 de setiembre de 1999; el subrayado
no es parte del original)
En sentencia número 2001-07629 de esta Sala, recaída en la acción de
inconstitucionalidad tramitada en el expediente número 01-04694, se analizó la
constitucionalidad de los artículos 75 y 76 del Código Municipal, no determinándose
ningún roce con los principios y derechos del Derecho de la Constitución Política. Al
respecto, este Tribunal dijo sobre el artículo 75 que:
"(…) En razón de lo expresado en el considerando anterior, estima la Sala que resulta no sólo
razonable sino adecuado, que la responsabilidad y el deber en el cumplimiento de las
obligaciones urbanísticas señaladas en ese artículo 75, recaigan sobre los propietarios y
poseedores de los bienes inmuebles, tal y como lo establece la norma y con el sentido que le da
esta sentencia, puesto que las cargas y obligaciones se refieren a tareas de manutención y
conservación de los espacios urbanos (predios urbanísticos); atender responsablemente esos
deberes beneficia no solo a sus titulares, sino, por sobre todo, a la comunidad en general, lo que
resulta acorde con el concepto y contenido de la función social que es un elemento esencial del
derecho de propiedad, así como también del principio de solidaridad social, según lo anotó con
anterioridad esta Sala en sentencia número 4205-96 de las catorce horas treinta y tres minutos
del veinte de agosto de mil novecientos noventa y seis,
(…) Las exigencias de esta norma resultan a tal punto obligatorias, que si el propietario o el
poseedor del bien inmueble no las cumple, la autoridad municipal podrá suplir la omisión "
realizando en forma directa las obras o prestando los servicios correspondientes",
trabajos que luego cobrará al propietario o poseedor, según lo prevé la disposición normativa de
comentario:
(…) Del texto de estas disposiciones infiere la Sala, que no hay indicios para afirmar que el
cobro del valor de las obras o de los servicios prestados y de la imposición de la multa, en su
caso, sean inconstitucionales. Por el contrario, el cobro no sólo resulta pertinente sino, además,
justificado desde la perspectiva de la más común doctrina del Derecho urbanístico; las
exacciones se conceptualizan como tasas o precios en virtud de que se trata del cobro al sujeto
pasivo de la obligación tributaria del costo de los trabajos o de los servicios realizados por la
municipalidad, en los términos establecidos en la ley (artículos 74, 75 y 76 del Código
Municipal), la doctrina, y la propia jurisprudencia constitucional, que ha establecido (…)"
En relación con el artículo 76, añadió:
"(…) Por último, debe advertirse a la empresa accionante que la Sala no encuentra motivo de
inconstitucionalidad en el artículo 76 del Código Municipal, particularmente en el hecho de
que la norma garantice el deber de notificar al propietario o al poseedor de los bienes inmuebles
correspondientes, en el cumplimiento de los deberes establecidos en el artículo 75 de ese mismo
Código, previa concesión de un plazo prudencial. Lejos de constituir una infracción del debido
proceso y derecho de defensa, este Tribunal estima que hay una garantía del cumplimiento de
estos principios constitucionales; se establece allí, eso sí, la obligación para la administración
de la debida notificación a quien corresponda, observando los principios esenciales del término
jurídico notificación como parte integrante del debido proceso, en los términos que informan la
doctrina de los artículos 140, 141, 334 y siguientes de la Ley General de la Administración
Pública y la de la Ley No. 7637 de Notificaciones, Citaciones y Otras Comunicaciones
Judiciales."
A mayor abundamiento, es importante resaltar que la sentencia de cita también
determinó que los numerales anteriores del Código Municipal, respondía a dos
posibles supuestos de cobro ante una omisión en los deberes urbanísticos, así
determinó:
"(…) Hay, en los alegatos, dos situaciones distintas: la del artículo 75 para la ejecución de las
obras o servicios y el cobro de su valor y la del artículo 76 para la imposición de multas. Según
se anotó en los considerandos anteriores, el artículo 75 del Código Municipal prevé que en caso
de omisión del propietario o poseedor de cumplir con las obligaciones urbanísticas establecidas
en el régimen desarrollado por las normas impugnadas, sea la propia municipalidad la que
supla los trabajos, sean obras o servicios, que se le cobrarán al omiso al costo efectivo en el
plazo de ocho días hábiles; si no se satisface el pago por el obligado, "se deberá cancelar por
concepto de multa un cincuenta por ciento (50%) del valor de la obra o el servicio, sin perjuicio
de los intereses moratorios". El concepto básico que debe quedar en claro, es que se está ante el
cobro de una tasa, entendiendo por tal, una obligación de naturaleza tributaria en los términos
ya definidos y que es coincidente con los conceptos contenidos en el artículo 4 del Código de
Normas y Procedimientos Tributarios y en la principal doctrina nacional del Derecho
Tributario. En este primer presupuesto, estamos frente al cobro de una obligación tributaria
(tasa municipal), y no ante la imposición de una sanción, de manera que basta con que la
administración haga el traslado de cargos al propietario o poseedor, que en este caso sería la
certificación del valor de las obras o servicios realizados, que en todo caso podrá ser impugnado
por el obligado, tanto en sede administrativa, mediante el procedimiento previsto para ello en
los artículos que van del 105 al 148 del Código de Normas y Procedimientos Tributarios, como
en la vía jurisdiccional, en proceso especial tributario en la vía contencioso administrativa. El
segundo presupuesto, que es una mezcla de lo que establece el artículo 75 con relación a lo que
dispone el 76, se refiere a que para la imposición de la multa se exija que se deba seguir un
proceso (debido) que le garantice al contribuyente el derecho de defensa, en razón de que el fin
último de la multa es imponer una sanción administrativa, de tal manera que si en el caso
hipotético, la norma municipal no estableciera las regulaciones del procedimiento impositivo de
la sanción, en subsidio, deberán las municipalidades aplicar las disposiciones de los artículos
308 y siguientes de la Ley General de Administración Pública. Con anterioridad, y en
reiteradas ocasiones, esta Sala ha indicado que ante la ausencia de una norma escrita que
establezca y defina un procedimiento administrativo especial para la afectación de algún
derecho fundamental, o para la imposición de una determinada sanción, en forma supletoria
debe aplicarse el procedimiento establecido en el Libro II de la Ley General de Administración
Pública, que contiene todas las garantías del debido proceso (entre otras, ver sentencias
números 2130-94, de las catorce horas cincuenta y siete minutos del tres de mayo de mil
novecientos noventa y cuatro; 2360-94, de las quince horas seis minutos del diecisiete de mayo
de mil novecientos noventa y cuatro y 7771-98, de las dieciséis horas veinticuatro minutos del
tres de noviembre de mil novecientos noventa y ocho)
(…) Pero, de todos modos, estima la Sala que la normativa impugnada tiene sus propias reglas
del debido proceso. En el artículo 76 del Código Municipal, se establecen las tarifas de las
multas, que deben imponerse mediante el procedimiento previsto en el artículo numerado "76
ter" por el legislador, que consiste en la obligación de parte de la municipalidad de dictar una
resolución otorgándole un plazo prudencial al propietario o poseedor del bien inmueble para
cumplir con las obligaciones; esta resolución debe ser legítimamente notificada. Con la
constatación del incumplimiento del deber, la municipalidad puede imponer la multa como
sanción que se cobrará de manera trimestral y que se cargará a la cuenta del contribuyente."
(El subrayado no es parte del original)
V.-Sobre el fondo. De los hechos que han sido acreditados en el expediente, así como
del informe rendido por el representante de la autoridad recurrida –que se tiene por
dado bajo fe de juramento, con las consecuencias incluso penales previstas en el
artículo 44 de la Ley que rige esta jurisdicción-, y la prueba aportada para la
resolución del presente asunto se tiene por acreditado que la corporación municipal
recurrida, ante constantes quejas de vecinos, procedió, previa prevención de los
artículos 75 y 76 del Código Municipal a los propietarios de los lotes objeto del
presente amparo, a limpiarlos según se infiere de las potestades otorgadas por el
Ordenamiento. La Administración actuó dentro del marco de sus competencias, pues
veló, en el caso que nos ocupa, por la limpieza y colocación de cercas de los lotes a los
que se refiere el inciso b) del artículo 75 referido, en protección de los derechos a la
salud y al ambiente, sin olvidar aspectos propios de seguridad ciudadana. Por otra
parte, llama poderosamente la atención a esta Sala lo manifestado por la parte
recurrente, donde afirma en su escrito de interposición, ser víctima de un despojo por
parte de la Municipalidad de Goicoechea, sin siquiera respetarse el debido proceso.
Ni por asomo podría aceptar esta Jurisdicción la enunciación de hechos para
garantizarse el curso de la acción incoada, pues la Justicia es un bien preciado del cual
no puede abusarse. Lo cierto es que es claro que a folios 57 y 58 del expediente, la
corporación recurrida notificó a los accionantes su deber de cumplir con el artículo 75
del Código Municipal, y verificado el plazo concedido, procedieron conforme a lo
establecido en el artículo 75 ibídem. La razón por la que se vio la Municipalidad
recurrida a actuar fue muy diferente a la denunciada en el escrito de interposición por
parte de Erick Chévez Duarte y Sarita Rodríguez Hernández, por la que a falta de
prueba de lo anterior, y por haber la parte recurrida actuado al amparo del las
potestades conferidas en la normativa municipal, aunado al informe rendido bajo
juramento por parte del Alcalde de Goicoechea, es que procede desestimar este
recurso de amparo como en efecto se hace.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.Notifíquese.-
Luis Fernando Solano C.
Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Susana Castro A.
Alejandro Batalla B.
hao
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información
Jurídica el: 12/4/2010 12:20:30 PM
Sentencia: 04864 Expediente: 04-000698-0007-CO
Fecha: 05/05/2004 Hora:
2:56:00 PM Emitido por: Sala Constitucional
Exp: 04-000698-0007-CO
Res: 2004-04864
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las
catorce horas con cincuenta y seis minutos del cinco de mayo del dos mil cuatro.Acción de inconstitucionalidad promovida por RAFAEL ÁNGEL JIMÉNEZ FAJARDO,
empresario, cédula de identidad número 2-0696-487; ROSE MARIE KARPINSKY
DODERO, catedrática, cédula número 1-236-095; RICARDO ROJAS KOPER, agricultor,
cédula 1-580-406, RUTH ROMÁN LACAYO, Doctora en Letras, cédula de residencia
número 11270-0197133-011995, JACOV VISHNIA SHTUTMAN, administrador de
empresas, cédula de identidad número 8-054-015, y KATTIA ARQGUEDAS SALAS,
administradora, cédula número 1-636-282, todos mayores, casados y vecinos de Pozos
de Santa Ana, Condominio Residencial Bosques de Lindora, en su condición de
miembros de la Junta Administradora del Condominio Residencial Bosques de Lindora
primera, segunda y tercera etapa que actúa en su condición de apoderada general sin
límite de suma; contra los acuerdos municipales de Santa Ana, tomados en sesión
número 205, de veintisiete de noviembre del dos mil uno, publicado en La Gaceta
número 241, de catorce de diciembre del dos mil uno, y artículo III. en sesión ordinaria
número 81 de dieciocho de noviembre del dos mil tres.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las trece horas tres minutos del
veintisiete de enero del dos mil cuatro, los accionantes solicitan la declaratoria de
inconstitucionalidad de los siguientes acuerdos municipales de Santa Ana, el primero,
adoptado en sesión número 205, de veintisiete de noviembre del dos mil uno, publicado
en La Gaceta número 241, de catorce de diciembre del dos mil uno, en el que se aprobó
la tasa de recolección de basura por un monto fijo mensual de mil doscientos colones a
los usuarios residenciales; toda vez, que la misma no fue aprobada por la Asamblea
Legislativa, mediante el procedimiento de formación de las leyes que se establece en los
artículos 123 a 129 de la Constitución Política, en relación con el 105 constitucional, con
infracción del inciso 13) del artículo 121 inciso 13) y 33 de la Carta Fundamental; y el
segundo, adoptado en el artículo III de la sesión ordinaria número 81 de dieciocho de
noviembre del dos mil tres, que aprueba por unanimidad el dictamen DAJ-199-2003, de
la Licenciada Rebeca Milgran Fisera. A este respecto, estiman que la determinación de
la tarifa tributaria no se adecua a los parámetros establecidos en el artículo 74 del
Código Municipal, ya que su base de cálculo no se hace conforme a la medida lineal de
la propiedad sobre la vía pública, sino en atención al destino del bien.
2.-A efecto de fundamentar la legitimación que ostentan para accionar en esta vía,
señalan que formularon recurso de revocatoria con apelación en subsidio del acuerdo
III., tomado en sesión ordinaria número 81 de dieciocho de noviembre del dos mil tres,
en que se aprueba por unanimidad el dictamen DAJ-199-2003, de la Licenciada Rebeca
Milgran Fisera.
3.-El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de
plano las gestiones promovidas ante ella, en cualquier momento, incluso desde su
presentación, cualquier gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser
manifiestamente improcedente.
Redacta el Magistrado Solano Carrera; y,
Considerando:
I.-DEL OBJETO DE LA ACCIÓN. Los accionantes pretenden la declaratoria de
inconstitucionalidad de dos acuerdos municipales, el primero, adoptado en sesión
número 205, de veintisiete de noviembre del dos mil uno, publicado en La Gaceta
número 241, de catorce de diciembre del dos mil uno, en el que se aprobó la tasa de
recolección de basura por un monto fijo mensual de mil doscientos colones a los
usuarios residenciales; toda vez, que la misma no fue aprobada por la Asamblea
Legislativa, mediante el procedimiento de formación de las leyes que se establece en los
artículos 123 a 129 de la Constitución Política, en relación con el 105 constitucional, con
infracción del inciso 13) del artículo 121 inciso 13) y 33 de la Carta Fundamental; y el
segundo, adoptado en el artículo III. de la sesión ordinaria número 81 de dieciocho de
noviembre del dos mil tres, que aprueba por unanimidad el dictamen DAJ-199-2003, de
la Licenciada Rebeca Milgran Fisera. A este respecto, estiman que la determinación de
la tarifa tributaria no se adecua a los parámetros establecidos en el artículo 74 del
Código Municipal, ya que su base de cálculo no se hace conforme a la medida lineal de
la propiedad sobre la vía pública, sino en atención al destino del bien.
II.-DE LA INADMISIBILIDAD DE LA ACCIÓN EN RAZÓN DEL OBJETO DE
IMPUGNACIÓN: ACUERDOS MUNICIPALES. La acción es inadmisible,
precisamente en razón del objeto de impugnación, toda vez que no se dirige contra una
norma de carácter general, en razón de su contenido, por infringir normas, principios
constitucionales o derechos fundamentales contenidos en la Constitución Política o en
tratados internacionales de derechos fundamentales, o por vicios esenciales en el
trámite de su aprobación; sino contra dos actuaciones concretas de la Administración,
en este caso, dos acuerdos del Concejo Municipal de Santa Ana, que aprueban la tarifa
por el servicio municipal de recolección de basura. A este respecto, los accionantes
deben tener en cuenta que en virtud de lo dispuesto en el artículo 73 de la Ley que rige
esta Jurisdicción, la acción de inconstitucionalidad es procedente únicamente:
"a) Contra las leyes y otras disposiciones generales, incluso las originadas en actos de
sujetos privados, que infrinjan, por acción u omisión, alguna norma o principio
constitucional.
b) Contra los actos subjetivos de las autoridades públicas, cuando infrinjan por acción u
omisión, alguna norma o principio constitucional, si no fueren susceptibles de los
recursos de hábeas o de amparo.
c) Cuando en la formación de las leyes o acuerdos legislativos se viole algún requisito o
trámite sustancial previsto en la Constitución o, en su caso, establecido en el
Reglamento de Orden, Dirección y Disciplina de la Asamblea Legislativa.
ch) Cuando se apruebe una reforma constitucional con violación de normas
constitucionales de procedimiento.
d) Cuando alguna ley o disposición general infrinja el artículo 7°, párrafo primero, de la
Constitución Política, por oponerse a un tratado público o convenio internacional.
e) Cuando en la suscripción, aprobación o ratificación de los convenios o tratados
internacionales, o en su contenido o efectos se haya infringido una norma o principio
constitucional o, en su caso, del Reglamento de Orden, Dirección y Disciplina Interior
de la Asamblea Legislativa. En este evento, la declaratoria se hará solamente para los
efectos de que se interpreten y apliquen en armonía con la Constitución, si su
contradicción con ella resultare insalvable, se ordene su desaplicación con efectos
generales y se proceda a su denuncia.
f) Contra la inercia, las omisiones y las abstenciones de la autoridades públicas."
De tal suerte, que tratándose de la impugnación de actos concretos de la administración
–en este caso, de dos acuerdos municipales-, su conocimiento no resulta procedente en
la vía de la acción; sino, eventualmente en el amparo, al tenor de lo dispuesto en el
transcrito numeral 73, en relación con el 29 de la misma ley, que dispone textualmente,
"El recurso de amparo garantiza los derechos y libertades fundamentales a que se
refiere esta Ley, salvo los protegidos en el de hábeas corpus.
Procede el recurso de amparo contra toda disposición, acuerdo o resolución y, en
general contra toda acción, omisión o simple actuación material no fundada en un acto
administrativo eficaz, de los servidores y órganos públicos, que hayan violado, viole o
amenace violar cualquiera de aquellos derechos.
El amparo procederá no sólo contra los actos arbitrarios, sino también contra las
actuaciones u omisiones fundadas en normas erróneamente interpretadas o
indebidamente aplicadas."
Sin embargo, ello no es posible, por cuanto el quebranto que se alega es de orden legal,
como se analizará de seguido.
III.-DE LA INADMISIBILIDAD DE LA ACCIÓN EN RAZÓN DEL SUSTENTO DE
IMPUGNACIÓN, QUE CONSTITUYE UN ASUNTO DE MERA LEGALIDAD. No
obstante lo dicho en el Considerando anterior, no pertinente tramitar esta gestión como
amparo en razón del sustento de su impugnación, que constituye un asunto de mera
legalidad. Así, aún cuando se alega la infracción del principio de legalidad tributaria,
que deriva de los artículos 121 inciso 13) de la Constitución Política, en relación con el 5
del Código de Normas y Procedimientos Tributarios, es importante anotar que dicho
principio no se infringe –como bien lo alegan los propios accionantes-, ya que en el
artículo 74 del Código Municipal, se establecen los presupuestos y parámetros para la
determinación de su tarifa; a cargo, obviamente de las corporaciones municipales, toda
vez que las tasas son los tributos que tienen como contraprestación, la realización de un
servicio público, que se cobra por la imperiosa necesidad de sufragar el costo de los
servicios públicos que el particular recibe en este caso de la Municipalidad; tales como
agua, recolección de basura, limpieza de cunetas, mantenimiento de parques, cuya
tarifa está en relación directa con el costo efectivo invertido por estas entidades y cuyo
pago no puede ser excepcionado, aún cuando el usuario no esté interesado en la
prestación efectiva y particular de estos servicios. Así, la base de la tarifa es el costo de
su realización, imposible de determinar por la Asamblea Legislativa en cada caso,
motivo por el cual, se hace sobre la base de estudios técnicos de su realización, a cargo
de las propias autoridades municipales, bajo la supervisión y visto bueno –refrendo- de
la Contraloría General de la República, en su condición de órgano auxiliar de la
Asamblea Legislativa, al tenor de lo dispuesto en el Transitorio VIII del Código de
Normas y Procedimientos Tributarios, y el artículo 85 del Código Municipal. De tal
suerte, que, lo impugnado en esta acción, es la determinación que se hace de la tarifa de
recolección de basura, por estimar los accionantes, que no resulta adecuada a los
parámetros y presupuestos establecidos en el citado numeral 74 del Código Municipal.
Así, en el caso concreto, se alega que hizo sobre la base de uso o destino del inmueble
(para lo cual, la municipalidad de Santa Ana, distingue tres usos posibles: residencial,
comercial e industrial); mientras que los gestionantes estiman que debió hacerse sobre
la base lineal de la propiedad que da a vía pública. Igual consideración debe tenerse
respecto del establecimiento de la tarifa, que si es mensual y el cobro debe hacerse
trimestral; lo cual no es de relevancia constitucional inmediata, por su naturaleza
misma.
IV.-A este respecto, se remite a los accionantes a lo considerado por esta Sala
Constitucional, ya que la jurisprudencia constitucional en esta materia es reiterada, en
cuanto estima que la invocación de inconstitucionalidad motivada en la exclusiva
violación del principio de legalidad administrativa es un asunto que se reserva a la
jurisdicción ordinaria, según lo dispuesto en los artículos 11, 49, 121 y 140
Constitucionales. De esta suerte, el posible error en la aplicación de los elementos y
presupuestos establecidos en una norma de rango legal –artículo 74 del Código
Municipal- para la determinación de la tarifa de una tasa municipal, no es susceptible
de ser conocida en la vía de la acción, en tanto, por sí misma, implica la solicitud a la
Sala para que haga prevalecer el principio de legalidad mediante la determinación de la
violación de preceptos legales. Esto, como fácilmente se puede ver, es materia propia de
la jurisdicción contenciosa, por expresa designación del constituyente, según se
desprende de lo dispuesto en el artículo 49 de la Constitución Política. Esta situación
obliga a interpretar de forma sistemática el texto constitucional y entender que las
cuestiones de legalidad han de someterse a la citada jurisdicción, ello con el fin de
mantener una uniforme distribución de las competencias y el respeto de todas las reglas
que conforman la Constitución Política. Como se ha señalado en forma reiterada y
repetida por este Tribunal;
"E s claro que cualquier impugnación como la que se plantea, conlleva implícita una
presunta violación a la Constitución Política, dado que de ella se deriva todo el
ordenamiento jurídico, pero en la propia Constitución existe un reparto de
competencias con el fin de garantizar al ciudadano una manera de proteger las distintas
clases de derechos e intereses que posee. De esa forma, se regulan en la Constitución
Política, las jurisdicciones contenciosa y de trabajo (artículos 49 y 70) y es dentro de este
contexto que debe incrustarse la jurisdicción constitucional, en el entendido que su
competencia se complementa y no se superpone a las señaladas, a los fines de
protección del ciudadano " (en este sentido, entre otras ver las sentencias número 94000843, de las quince horas cuarenta y cinco minutos del catorce de febrero de mil
novecientos noventa y cinco, 96-000404, de las quince horas treinta y tres minutos del
veintitrés de enero, 96-003379; de las diez horas cincuenta y siete minutos del cinco de
julio, 96-006471, de las quince horas treinta y nueve minutos del veintisiete de
noviembre, 96-006692-96; de las dieciséis horas tres minutos del diez de diciembre, 96006689, de las quince horas cincuenta y cuatro minutos del diez de diciembre, todas de
mil novecientos noventa y seis, 97-004261, de las dieciséis horas tres minutos del
veintidós de julio de mil novecientos noventa y siete; y 2003-011921, de las catorce horas
cuarenta y dos minutos del veintidós de octubre del dos mil tres).
En este sentido, deslindar la jurisdicción constitucional de la común se torna delicado,
ya que la infracción al principio de legalidad se desprende precisamente de normas de
rango constitucional -artículos 11, 49, 121 y 140 de la Constitución Política-; y lo que
precisamente se solicita es que se haga prevalecer ese principio al declarar la existencia
de violación de preceptos legales por parte de los actos impugnados. A este respecto, la
Sala estima que, en este caso concreto, la posible infracción de esta norma constitucional
no puede generar una lesión a los derechos fundamentales de los a accionantes, toda
vez que la tarifa que se impugna -para la tasa de recolección de basura en la
Municipalidad de Santa-, en tanto se aplica por igual en todo el cantón, a los que se
encuentren en la misma categoría, es decir, no se trata de una tarifa especial para los
accionantes, que viven en el Condominio Residencial Bosques de Lindora, sino a todos
los propietarios que destinan su inmueble a uso residencial –o habitacional-; con lo cual
no se infringe el citado principio de igualdad -artículo 33 de la Constitución Política-,
ciyo contenido implica el trato igual entre iguales, y desigual entre desiguales, y
permite el establecimiento de situaciones diferenciadas entre desiguales, bajo la
condición de que sean razonables y proporcionadas, como lo ha considerado con
anterioridad esta Sala (al respecto, se pueden consultar las sentencias número 0196-91,
0337-91, 1432-91, 1732-91, 1474-93, 1045-94, 1770-94, 3910-94, 4451-94, 5061-94, 5972-94,
6097-94, 7182-94, 2000-02858, 2001-10153, entre otras.). Por tales motivos, la acción es
inadmisible, y así debe declararse.
Por tanto:
Se rechaza de plano la acción.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S.
Teresita Rodríguez A. Rosa María Abdelnour G.
Susana Castro A.
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información Jurídica
el: 12/4/2010 12:21:01 PM
Sentencia: 11429 Expediente: 02-008102-0007-CO
Fecha: 29/11/2002 Hora:
9:14:00 AM Emitido por: Sala Constitucional
Exp: 02-008102-0007-CO
Res: 2002-11429
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las
nueve horas con catorce minutos del veintinueve de noviembre del dos mil dos.Recurso de amparo interpuesto por MECHTHILD BORS DE BARQUERO, portadora de
la cédula de residencia número 704-89682-1158, a favor de COMITÉ DE VIGILANCIA
DE LOS RECURSOS NATURALES DE MONTES DE OCA, contra el DIRECTOR
TÉCNICO Y DE SERVICIOS DE LA MUNICIPALIDAD DE MONTES DE OCA.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las doce horas y cinco minutos del
treinta de setiembre de dos mil dos (folio 1), la recurrente interpone recurso de amparo
contra el Director Técnico y de Servicios de la Municipalidad de Montes de Oca y
manifiesta que presentó en agosto de dos mil uno una solicitud a la Contraloría de
Servicios de la Municipalidad de Montes de Oca, para poder organizar y coordinar la
recolección de los desechos no tradicionales en varios barrios del cantón. Señala que en
el mismo sentido ha presentado múltiples gestiones y la única respuesta recibida por
parte del Director Técnico, ha sido que el mal estado de los equipos y la falta de
recursos no permite a la administración municipal programar las recolecciones y
comunicar fechas exactas de recolección. Indica la recurrente que antes de mayo del año
en curso, la Dirección Técnica realizó recolecciones periódicas y frecuentes en los
lugares utilizados como botaderos ilegales, pero no de forma programada en el resto
del cantón; en mayo anterior el funcionario recurrido le informó que existe un proyecto
municipal de recolección de desechos no tradicionales, el cual se está ejecutando en
comunidades organizadas, sin embargo, la solicitud de Covirena no fue tomada en
cuenta. Manifiesta la recurrente que el doce de agosto anterior solicitó a la Contraloría
de Servicios de la Municipalidad intervenir para obtener información sobre el Plan de
Trabajo del mencionado proyecto. Aduce que el veintitrés de agosto se les indicó que la
realización del proyecto cuenta con la participación de la sociedad civil y se les aconseja
esperar a que llegue a las comunidades respectivas. Indica que el treinta de agosto
pasado solicitó a la Contraloría de Servicios una respuesta sobre las recolecciones
realizadas en el vecindario de la Calle Ballestero. Posteriormente, en nota del Director
Técnico de la Municipalidad, recibida el dieciséis de setiembre anterior, éste reitera que
el plan de recolección no se ha llevado a cabo por el mal estado de la maquinaria y la
falta de recursos. Señala la recurrente que en los últimos tres años sólo se ejecutó una
recolección debido a la falta de recursos, sin embargo, sí se han dado recolecciones
frecuentes y periódicas en los lugares frecuentados como botaderos. Según el Director
recurrido, el proyecto en ejecución es un Plan Real que se efectúa según los recursos
disponibles; además, indica que las recolecciones se han realizado en ocho lugares, en
coordinación con los vecinos. Considera la accionante que las respuestas dadas por el
funcionario recurrido no son satisfactorias, dado que es evidente su negativa de atender
la solicitud presentada por Covirena y de los vecinos de Calle Ballestero, cuando el
servicio de recolección de desechos no tradicionales se está dando en otras
comunidades. Considera la amparada que con las omisiones acusadas la autoridad
recurrida viola los derechos reconocidos en los artículos 21 y 50 de la Constitución
Política. Solicita que se declare con lugar el recurso y que se restituya a los miembros
del grupo amparado en el pleno goce de sus derechos fundamentales.
2.-Informa bajo juramento Gerardo Madrigal Aguilar, en su calidad de Director Técnico
y de Servicio de la Municipalidad de Montes de Oca (folio 45), que es cierto que la
Dirección Técnica y de Servicio ha realizado en el transcurso de este año, recolecciones
de desechos no tradicionales en todo el cantón, especialmente en aquellos sitios que
usualmente los pobladores utilizan para depositarlos en forma ilegal. Explica que desde
el dos mil uno, la Municipalidad implementó una política de erradicación de tales sitios.
Acepta que por intermedio de la Contraloría de Servicios de la Municipalidad, se
recibió solicitud para realizar una recolección de desechos no tradicionales con la
coordinadora de los COVIRENAS en los barrios del cantón. Asegura que para esa fecha
la Dirección Técnica y de Servicios, ya había planificado con los escasos recursos una
recolección sistemática en todo el cantón. Aduce que la ejecución de este servicio,
aunque se planificó desde el mes de mayo, se ha visto interrumpido varias veces por el
mal estado mecánico de los camiones destinados a esas labores, lo que incide
directamente en su prestación. Agrega que existen otras actividades planificadas por
esa Dirección que requieren de transporte de materiales, como los programas de
bacheo. Ante esas situaciones, señala que se debe tener planificación de las labores de
recolección de desechos no tradicionales, determinando coberturas territoriales
mínimas para que no se queden los desechos en los barrios sin recolectar. No obstante,
manifiesta que ha procedido a planificar el servicio para todo el cantón, pero no se
puede decir la fecha hasta que no se tenga certeza de que se cumplan todos los factores
que tienen incidencia en su ejecución. Ante esa difícil situación han recurrido al alquiler
de vagonetas dentro de las posibilidades presupuestarias de la institución. Afirma que a
la fecha de rendir su informe se están ejecutando recolecciones programadas en
diferentes barrios. Actividades que se han coordinado y planificado con Asociaciones
de Desarrollo, Comités de Vecinos, etc. Añade que la solicitud de COVIRENA sí fue
tomada en cuenta, solo que se le manifestó que tenía que esperar a que en los barrios se
les comunicara las fechas exactas, especialmente en Calle Ballesteros. Justifica que con
los recursos que posee la Municipalidad se tomó la decisión en forma conjunta con la
Comisión Interinstitucional de dar prioridad a las zonas con alta incidencia de dengue a
efecto de evitar una epidemia. Recalca que para la Municipalidad es totalmente
imposible dar una cobertura simultánea en todo el cantón pues demandaría una gran
cantidad de maquinaria y operarios, por lo que la dinámica es ejecutar la recolección de
los desechos barrio por barrio. Reitera que la Municipalidad está realizando un esfuerzo
extraordinario para cumplir su función. Niega que se esté en presencia de una violación
del artículo 50 de la Constitución Política. Sostiene que las interrupciones obedecen a
factores mecánicos o por falta de contenido para alquileres. Estima que la recurrente
debe esperar a que la Dirección Técnica les comunique el momento en que deben sacar
los desechos no tradicionales tal y como lo han hecho con los otros barrios. Señala que
el barrio Calle Ballestero está contemplado en el programa y no pueden adelantarlo
porque están en otras zonas del cantón. Solicita que se desestime el recurso planteado.
3.-Mediante memorial recibido en la Secretaría de la Sala el veintiocho de octubre de
dos mil dos, la amparada replica el informe rendido por la autoridad recurrida. (Folio
48).
4.-En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales.
Redacta el magistrado Vargas Benavides; y,
Considerando:
I.-Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como
debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o
bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto
inicial:
a. El seis de marzo de dos mil dos los vecinos de la Calle Ballesteros, contiguo a las
instalaciones deportivas de la Universidad de Costa Rica, solicitaron
información ante la Contraloría de Servicios de la Municipalidad de Montes de
Oca, sobre la manera en que se realiza el servicio de recolección de desechos no
tradicionales en el Cantón de Montes de Oca. Acusaron los vecinos que en otras
comunidades se estaba prestando el servicio. Solicitaron que se les avisara la
fecha en que se practicaría la referida recolección. (Copia a folio 09).
b. Mediante nota del dieciocho de abril de dos mil dos Of.- CS-103-E-002 la
Contralora de Servicios de la Municipalidad de Montes de Oca, explicó a la
amparada que según informe del Director Técnico, ya existía un proyecto de
recolección de desechos sólidos no tradicionales, el cual se iniciaría el primero
de abril de dos mil dos, el cual abarcaría todo el cantón y en su momento se
recolectaría el sector en el que se solicita. (Copia a folio 13).
c. En nota del veinticinco de abril de dos mil dos dirigida a la Contraloría de
Servicios, la amparada manifiesta su disconformidad respecto a la respuesta
emitida por las autoridades municipales. (Copia a folio 13).
d. En nota recibida en la Contraloría de Servicios el dieciséis de agosto de dos mil
dos, la amparada solicita la intervención de la Contraloría de Servicios de la
Municipalidad de Montes de Oca, a fin de que le sea comunicado el programa
de proyecto de recolección de desechos no tradicionales. (Copia a folio 21).
e. En oficio Of.CS-259-E-002 del veintiséis de agosto de dos mil dos, la Contralora de Servicios
de la Municipalidad dio respuesta a la recurrente con base en la información
suministrada por el Director Técnico de la Oficina Ambiental. Se le explicó que
debía esperar para la ejecución del plan por falta de recursos materiales. (Copia
a folio 25).
f.
En nota recibida en la Contraloría de Servicios de la Municipalidad de Montes
de Oca, la recurrente gestionó información sobre el plan de recolección de
desechos no tradicionales en el cantón. (Copia a folio 27). La respuesta fue
emitida por la Contralora de Servicios en oficio OF.CS-297-E-002 del dieciséis de setiembre de dos mil dos, en donde se le remitió la
información elaborada por la Dirección Técnica y de Servicios. (Copias a folios
33 y 34).
g. A la fecha de rendir el informe, se estaban realizando las recolecciones de
desechos no tradicionales en otros barrios del cantón. (Informe bajo juramento a
folio 45).
II.-Hechos no probados. No existen de relevancia para la resolución del presente
asunto.
III.-Objeto del recurso. La amparada en su condición de coordinadora del Comité de
Vigilancia de los Recursos Naturales de Montes de Oca, acude en resguardo de sus
derechos fundamentales y los de los vecinos de la Calle Ballesteros en el Cantón de
Montes de Oca, por cuanto acusa que su comunidad no ha sido tomada en cuenta por
las autoridades de la Municipalidad, para la ejecución de un plan de recolección de
basura y desechos no tradicionales; mientras que en otras comunidades relativas a la
jurisdicción territorial de la municipalidad recurrida, sí se ha realizado, afectándose con
dicha omisión su derecho a un ambiente sano y equilibrado. Por su parte, el Director
Técnico y de Servicios de la Municipalidad recurrida reconoce que no se han realizado
recolecciones de desechos no tradicionales en todo el cantón, y a la fecha de rendir su
informe se estaban ejecutando algunas programadas en diferentes barrios, y asegura
que COVIRENA sí había sido tomado en cuenta pero que debía esperar para que se les
comunicara la fecha exacta de la recolección.
IV.-Sobre el derecho a la salud y a un ambiente sano y equilibrado. Es ampliamente
reconocido por este Tribunal Constitucional la atención que merece el derecho a la
salud que si bien no está expresamente reconocido en la Carta Magna, se extrae
inevitablemente del derecho a la vida protegido por el artículo 21, que señala "La vida
humana es inviolable"; además, se ha establecido que como antecedente del derecho a un
ambiente sano y equilibrado consagrado en el artículo 50 constitucional:
"ARTICULO 50. El Estado procurará el mayor bienestar a todos los habitantes
del país, organizando y estimulando la producción y el más adecuado reparto de
la riqueza.
Toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
Por ello, está legitimada para denunciar los actos que infrinjan ese derecho y
para reclamar la reparación del daño causado.
El Estado garantizará, defenderá y preservará ese derecho. La ley determinará
las responsabilidades y las sanciones correspondientes. (Así reformado por el
artículo 1º de la ley No.7412 de 3 de junio de 1994).
De esta manera, resulta de interés retomar algunas consideraciones respecto a este
punto, emitidas en anteriores ocasiones por este Tribunal Constitucional:
"III.– Sobre el derecho. El artículo 50 de la Constitución Política establece que
toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. El
derecho a un ambiente sano tiene un contenido amplio que equivale a la
aspiración de mejorar el entorno de vida del ser humano, de manera que
desborda los criterios de conservación natural para ubicarse dentro de toda
esfera en la que se desarrolle la persona, sea la familiar, la laboral o la
del medio en el cual habita. De ahí que se afirme que se trata de un derecho
transversal, es decir, que se desplaza a todo lo largo del ordenamiento jurídico,
modelando y reinterpretando sus institutos. El ambiente es definido por la Real
Academia Española de la Lengua como el ‘conjunto de circunstancias físicas que
rodean a los seres vivos’, lo que recalca aún más el carácter general del derecho.
En cambio el derecho a un ambiente ecológicamente equilibrado es un concepto
más restringido referido a una parte importante de ese entorno en el que se
desarrolla el ser humano, al equilibrio que debe existir entre el avance de la
sociedad y la conservación de los recursos naturales. Ambos derechos se
encuentran reconocidos expresamente en el artículo 50 de la Constitución
Política, que perfila el Estado Social de Derecho. La ubicación del derecho a un
ambiente sano y ecológicamente equilibrado dentro de las regulaciones
constitucionales del Estado Social de Derecho es el punto a partir del cual debe
éste ser analizado. El Estado Social de Derecho produce el fenómeno de
incorporación al texto fundamental de una serie de objetivos políticos de gran
relevancia social y de la introducción de un importante número de derechos
sociales que aseguran el bien común y la satisfacción de las necesidades
elementales de las personas. En esta perspectiva, la Constitución Política
enfatiza que la protección de los recursos naturales es un medio adecuado para
tutelar y mejorar la calidad de vida de todos, lo que hace necesaria la
intervención de los poderes públicos sobre los factores que pueden alterar el
equilibrio de los recursos naturales y, más ampliamente, obstaculizar que la
persona se desarrolle y desenvuelva en un ambiente sano. De igual forma que el
principio del Estado Social de Derecho es de aplicación inmediata, el derecho a
un ambiente sano y ecológicamente equilibrado también lo es, de manera que se
manifiesta en la doble vertiente de derecho subjetivo de las personas y
configuración como meta o fin de la acción de los poderes públicos en general. La
incidencia que tiene el derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado
dentro de la actividad del Estado, encuentra su primera razón de ser en que por
definición los derechos no se limitan a la esfera privada de los individuos sino
que tienen asimismo trascendencia en la propia estructura del Estado en su
papel de garante de los mismos y, en segundo término, porque la actividad del
Estado se dirige hacia la satisfacción de los intereses de la colectividad. La
Constitución Política establece que el Estado debe garantizar, defender y
preservar ese derecho. Prima facie garantizar es asegurar y proteger el derecho
contra algún riesgo o necesidad, defender es vedar, prohibir e impedir toda
actividad que atente contra el derecho, y preservar es una acción dirigida a poner
a cubierto anticipadamente el derecho de posibles peligros a efectos de hacerlo
perdurar para futuras generaciones. El Estado debe asumir un doble
comportamiento de hacer y de no hacer; por un lado debe abstenerse de atentar él
mismo contra el derecho a contar con un ambiente sano y ecológicamente
equilibrado, y por otro lado, debe asumir la tarea de dictar las medidas que
permitan cumplir con los requerimientos constitucionales."
(Sentencia N° 00644–99 de las once horas veinticuatro minutos del veintinueve
de enero de mil novecientos noventa y nueve; en el mismo sentido se puede
consultar el voto 4947-2002 de las nueve horas con veinticuatro minutos del
veinticuatro de mayo de dos mil dos)."
Partiendo, pues, de las consideraciones anteriores y de las normas contempladas en la
Ley General de Salud, se infiere la obligación del Estado y de las Municipalidades de
proteger el medio ambiente, derecho que debe ser defendido y preservado con la
finalidad de conseguir el bienestar de todos los habitantes de la nación. Por ello, todos
los desechos sólidos que provengan de las actividades personales, familiares o de la
comunidad deben ser separados y recolectados cuando proceda; en este sentido, el
artículo 280 de la Ley General de Salud estipula que el servicio de recolección, acarreo y
disposición de las basuras, entre otras obligaciones, le corresponde a las Corporaciones
Municipalidades. De esta manera, si se produce una omisión injustificada en el
cumplimiento de estos deberes, tal situación supone una grosera violación del Derecho
de la Constitución, que desde todo punto de vista debe ser amparada en esta
Jurisdicción.
V.-Ahora bien, del elenco de los hechos probados y del informe rendido bajo juramento,
se desprende que en el caso específico ha existido una omisión inexcusable de la
Municipalidad de Montes de Oca de atender oportunamente las gestiones de la
comunidad amparada, que se traduce en una afectación del derecho a un ambiente sano
y ecológicamente equilibrado. En efecto, se constata que los vecinos de la localidad de
Calle Ballesteros y, en particular, los miembros de COVIRENA han estado gestionado
desde agosto de dos mil uno que se les informe la posibilidad de organizar y concertar
una fecha para que se procediera a la recolección de los desechos no tradicionales en las
comunidades en cuestión. Asimismo, en marzo de dos mil dos los vecinos de la
localidad solicitaron información sobre la forma en que se estaba realizando el servicio
de recolección de desechos no tradicionales y denunciaron que desde hacía dos años no
recibían el referido servicio a pesar de estar pagando una correlativa tasa municipal. A
partir de ese momento y hasta la fecha de la presentación del recurso de amparo, los
vecinos de la comunidad no han recibido una respuesta concreta sobre la forma en que
se organizan las recolecciones, sino que han sido respuestas difusas que no les permite a
los vecinos organizarse para dichos efectos. Además de la falta de respuesta efectiva por
parte de las autoridades municipales, específicamente del Director Técnico y de
Servicios de la Municipalidad, se tiene por acreditada la existencia de una omisión
injustificada en atender las gestiones promovidas por los vecinos de la comunidad de
Calle Ballesteros, en forma material, real y oportuna. Nótese que el mismo Director
reconoce que el servicio se está brindando en otras comunidades y que los amparados
deben esperar su turno. Aunque la Sala comprende las dificultades materiales y
presupuestarias que se puedan presentar para la prestación efectiva del servicio, tales
limitaciones no deben ser un obstáculo para atender las gestiones de las comunidades,
máxime si está frente a la tutela del derecho fundamental a un medio ambiente sano y
equilibrado, el cual requiere la ejecución de acciones reales tendentes a protegerlo, con
el propósito de asegurarle a los ciudadanos el pleno goce de sus derechos
fundamentales, lo que supone, en este caso, eliminar toda clase de desechos sólidos no
tradicionales, que si se mantienen en los respectivos hogares pueden promover la
propagación enfermedades y epidemias, poniéndose en peligro a su vez la salud de los
habitantes.
VI.-Además de lo expuesto hasta ahora, la Sala considera que estando la comunidad
amparada en una situación objetivamente similar al del resto de las comunidades del
cantón, y no recibir el mismo trato por parte de las autoridades municipales, se les está
dejando en un evidente estado de desigualdad. En efecto, resulta para este Tribunal que
cualquiera de las comunidades del Cantón de Montes de Oca merece la misma atención
por parte de sus autoridades municipales, siendo que en el caso concreto se ha dado
una evidente discriminación en perjuicio de los vecinos de Calle Ballesteros, los cuales
han estado gestionando información y solicitando el servicio desde meses atrás, sin que
hasta la fecha conste que se haya dado una atención verdadera a sus gestiones y por el
contrario, a otras comunidades del cantón sí se les brinda el servicio. Tratándose de
materia ambiental, no puede perderse de vista que no basta con una actuación
meramente formal de parte de las autoridades competentes, sino que se requiere sobre
todo una fiscalización y defensa real, efectiva y oportuna de la calidad del ambiente que
implique en forma paralela la protección al derecho a la salud
VII.-Así las cosas, al considerarse en esta sentencia que la omisión de la autoridad
recurrida vulnera el Derecho de la Constitución, lo procedente es declarar con lugar el
recurso, ordenándose a Gerardo Madrigal Aguilar en su condición de Director Técnico
y de Servicios de la Municipalidad de Montes de Oca, o a quien en su lugar ocupe el
cargo, que en el término improrrogable de dos meses contado a partir de la notificación
de esta sentencia, elabore o ejecute –si así no se ha hecho– en forma coordinada con los
vecinos de la comunidad Calle Ballesteros y con COVIRENA un plan para la
recolección de desechos no tradicionales en la comunid, bajo apercibimiento de las
consecuencias penales que se desprenden por el incumplimiento a las órdenes
efectuadas por este Tribunal Constitucional, artículo 71 de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional.
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso. En consecuencia, se le ordena a Gerardo Madrigal
Aguilar en su condición de Director Técnico y de Servicios de la Municipalidad de
Montes de Oca, o a quien en su lugar ejerza el cargo, que en el término improrrogable
de DOS MESES contado a partir de la notificación de esta sentencia, elabore o ejecute –
si así no se ha hecho– en forma coordinada con los vecinos de la comunidad Calle
Ballesteros y con COVIRENA un plan para la recolección de desechos no tradicionales
en la comunidad. Se condena a la Municipalidad de Montes de Oca al pago de las
costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base para esta
declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso
administrativo. Se le advierte al señor Madrigal Aguilar que de conformidad con el
artículo 71 de la Ley de esta jurisdicción, se impondrá prisión de tres meses a dos años,
o de veinte a sesenta días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer
cumplir, dictada en un recurso de amparo y no la cumpliere o no la hiciere cumplir,
siempre que el delito no esté más gravemente penado. Notifíquese la presente
resolución al señor Gerardo Madrigal Aguilar, o a quien en su lugar ocupe ese puesto,
en forma personal.–
Carlos M. Arguedas R.Presidente, a.i.Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B.Gilbert
Armijo S. Ernesto Jinesta L.José Luis Molina Q. Susana Castro A.
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información Jurídica
el: 12/4/2010 12:22:05 PM
Sentencia: 00455
Expediente: 08-003581-1012-CJ
Fecha: 03/06/2009 Hora: 2:30:00
PM Emitido por: Tribunal Primero Civil
Nº455-LTRIBUNAL PRIMERO CIVIL como órgano unipersonal. San José, a las catorce
horas treinta minutos del tres de junio del año dos mil nueve.
PROCESO EJECUCION HIPOTECARIA ,establecido ante el Juzgado Especializado
de Cobro del Segundo Circuito Judicial de San José , expediente número 08-003581-1012CJ . Promueve MUNICIPALIDAD DE MORAVIA , representada por su alcalde Edgar
Vargas Jiménez quién concede poder especial judicial a la licenciada Carolina Arguedas
Mora , contra WALTER VARELA CASTRO .
En virtud de recurso de apelación interpuesto por la parte actor a , conoce este
Tribunal como órgano monocrático de l auto de las once horas treinta y cinco minutos del
diecinueve de setiembre de dos mil ocho , que deniega el señalamiento de hora y fecha
para el remate del inmueble objeto de gravamen.
Redacta el Juez Hernández Aguilar , y;
CONSIDERANDO
I.- La resolución impugnada por la parte actora denegó el señalamiento de hora y
fecha sobre el inmueble objeto de gravamen bajo la modalidad de hipoteca legal prevista
en el artículo 70 del Código Municial - y sorprendentemente - acordó brindar curso a la
aludida demanda de ejecución hipotecaria interpuesta por la Municipalidad de Moravia
contra Walter Varela Castro. El sustento de la denegatoria obedece según argumentación
de la sentenciadora de grado a que el inmueble soporta afectación familiar conforme a lo
preceptuado en el ordinal 42 del Código de Familia. En la formulación de la apelación, la
licenciada Carolina Arguedas Mora en condición de apoderada especial judicial de la
parte actora cuestiona lo resuelto al señalar que el artículo 42 del Código de Familia se
refiere a aspectos de embargos sin mencionar tributos con carácter de embargo legal que
se circunscribe a deudas contraídas por ambos cónyuges y no a impuestos cuya
obligatoriedad en el pago incumbe a todos los ciudadanos. Alega además que lo
dispuesto en el Código Municipal resulta con vigencia posterior a la afectación familiar.
En síntesis, la apelante se agravió de la decisión adoptada en la anterior instancia con
sustento en que esta última se muestra conculcatoria de la expresa previsión contenida en
el artículo 70 del Código Municipal en que se califica como hipoteca legal los rubros que
pesan sobre inmueble con cargos de adeudos respecto a cargas impositivas
correspondiente a tasas o impuestos por servicios municipales. Insiste en la apelante que
la inembargabilidad contenida en el artículo 42 del Código de Familia proveniente de
“afectación familiar” no resulta oponible a los supuestos de hipoteca legal.
II.-Sobre el concepto y delimitación del patrimonio del deudor . El patrimonio es uno de
los conceptos básicos del derecho civil y tiene interés tanto desde el punto de vista teórico
y práctico, porque se relaciona con muchas instituciones de derecho privado así como en
los entornos contables y económicos. En sus acepciones jurídicas se presenta como el
conjunto de relaciones jurídicas pertenecientes a una persona, que tienen una utilidad
económica y por ello susceptible de estimación pecuniaria. A su vez se le suele identificar
a través de tres elementos: a) Conjunto unitario de derechos y obligaciones: Entendido
como la concurrencia en bloque y simultáneos de derechos y obligaciones conectados,
unidos entre sí por algún elemento de hecho o de derecho afectados a un fin
determinado; b) Bajo una propuesta económica y pecuniaria, ya que solo las relaciones
jurídicas de carácter pecuniario (derechos reales, derechos de crédito), forman parte del
patrimonio y siempre que presenten la condición de valoración económica; c) Su
atribución a un titular como centro de sus relaciones jurídicas por cuanto para que existan
derechos y obligaciones debe aparecer un titular de ellas. A su vez el patrimonio presenta
enorme repercusión para el cumplimiento de las obligaciones adquiridas por su titular,
según se evidencia del contenido de la regulación prevista en el artículo 981 del Código
Civil: “Todos los bienes que constituyen el patrimonio de una persona responden al pago
de sus deudas. Sin embargo, las cláusulas de inembargabilidad son válidas cuando
hubiere sido impuestas en los términos y condiciones del artículo 292. ” Del contexto
aludido, se entiende por responsabilidad patrimonial el fenómeno por el que los bienes del
deudor, están sometidos a la acción ejecutiva del acreedor, dirigida a conseguir para este
último la realización de su interés, cuando éste no haya sido satisfecho por el
incumplimiento del deudor. Se autoriza al acreedor, cuando disponga de título ejecutivo
o por sentencia firme - título ejecutorio-, a conseguir la satisfacción de su interés mediante
la ejecución forzosa. Esta modalidad de ejecución, cuando tiene por objeto los bienes del
deudor, tendría como fundamento la responsabilidad patrimonial, porque el acreedor
está legitimado para examinar los bienes de su deudor en cuanto éstos están ya
predestinados a constituir objeto de satisfacción del acreedor en caso de incumplimiento.
Se puede decir, por eso, que el acreedor puede demandar aquellos bienes en cuanto el
deudor responde con su patrimonio de su incumplimiento. El sometimiento del deudor a
esta responsabilidad ha sido, en efecto, elevada a una categorización sumamente
importante - si no decisiva- en la estructura de la obligación y su actuación, esto es, la
expropiación forzosa de los bienes del deudor, considerada como expresión más
relevante, si no la única, de la estructura del derecho del acreedor. Se puede afirmar que
la responsabilidad del deudor puede considerarse el único medio concreto y verdadero (a
causa de la realización forzosa) de satisfacción del deudor. L o relativo a la
responsabilidad patrimonial y la garantía de ese patrimonio respecto a los acreedores,
presenta una estrechísima vinculación con un deber, que presupone lógicamente una
conducta determinada del deudor y que parte del principio general de no dañar a los
demás en el plano extracontractual –artículo 41 de la Constitución Política de Costa Rica y
1045 del Código Civil; y en el plano de las relaciones jurídicas contractuales - dinerarias o
de valor - se aprecia en el deber de cumplimiento de las obligaciones pactadas – artículos
692 y 702 del Código Civil.
III.-Los patrimonios de afectación en relación con disposiciones de inembargabilidad
respecto a las obligaciones “propter rem” provenientes de impuestos municipales.
Desde el punto de vista económico se planteó al patrimonio como el conjunto de bienes,
derechos y obligaciones pertenecientes a una persona física o jurídica. Este concepto, al
que adhiere nuestro ordenamiento, ha evolucionado y hoy se acepta que si bien toda
persona tiene un patrimonio general, existe la opción de constituir patrimonios especiales
afectados a un fin determinado - afectación por patrimonio familiar así como
modalidades de fideicomisos entre otros-. La ley permite, en oportunidades de excepción,
que se constituyan núcleos específicos de bienes que van a responder de obligaciones
determinadas y se encuentran al margen del patrimonio general del sujeto. La afectación
familiar prevista en el artículo 42 del Código de Familia reconoce a los cónyuges la
facultad de excluir de la garantía común de acreedores personales al inmueble destinado
a habitación familiar, salvo las siguientes salvedades que introduce el pluricitado ordinal:
deudas anteriormente contraídas por ambos cónyuges o por el propietario con
anterioridad a la inscripción a que se refiere el artículo 43 ejusdem. Sin embargo, la
constitución de la afectación familiar a pesar del elocuente beneficio de inembargabilidad
respecto a acreedores personales posteriores a la constitución, no implica la extinción o
desaparición de los deberes que le impone el ordenamiento al cónyuge respecto a las
exigencias propias que la calidad de propietario determina como titular del inmueble, lo
cual incluye desde luego el pago de impuestos que no ostentan la condición de acreencias
personales - según se dictaminará - por tratarse de deudas de naturaleza diferente a las
contraídas por los cónyuges según previsión contemplada en el artículo 42 del Código de
Familia. Resulta oportuno abordar el distingo o diferenciación entre las obligaciones de
índole personal respecto a la esfera de aplicación de las denominadas obligaciones propter
rem u obligaciones reales ambulatorias que presentan estrecha vinculación y
caracterización respecto al vínculo del inmueble afectado por impuestos municipales en
el citado ordinal 70 del Código Municipal. Las obligaciones personales se conciben en un
vínculo jurídico o relación entre dos personas entre las cuales hay para una un crédito
(lado activo) y para la otra una obligación (lado pasivo). En lo que refiere a los derechos
reales evidencia un sujeto pasivo obligado en razón de la cosa, y propiamente en las
obligaciones “propter rem”, la titularidad o incluso posesión de la cosas sirve para
individualizar al obligado: quien deja de poseer, deja de estar obligado; de allí que el
abandono, enajenación o pérdida liberen al deudor. Asimismo se les ha llamado
“ambulatorias” ya que la transmisión de la cosa opera a su vez la transmisión de la
obligación. También se las ha denominado “reales”, ob rem, obligatio in rem scriptae;
“obligación adherente a una cosa”, “obligación adjunta a una cosa”. En síntesis esta
modalidad de obligaciones presentan relaciones jurídicas obligatorias en donde los
sujetos obligados por disposición legal surgen de la vinculación con una cosa más el
acaecimiento de un cierto evento. Subsisten los elementos que son comunes a los derechos
de crédito: sujetos, vínculo, causa y objeto. Se trata de obligaciones ex lege. La vinculación
con el bien permite individualizar a los sujetos de la relación jurídica. Dentro de las
obligaciones descritas están las concernientes a impuestos, tasas, contribuciones y
expensas comunes que pesan sobre el inmueble, incluidas las llamadas por algunos
“cargas reales”, aunque no constituyen derechos reales en estricto sentido –gravámenes
reales sobre la cosa-, se deben equiparar a la solución jurídica de aquellas. Las cargas por
impuestos inmobiliarios se trasmiten con la titularidad o posesión. Así el fisco, puede
perseguir al “señor propietario o poseedor” del inmueble por deudas impagas, siendo
ajeno al cambio de titularidad. Las obligaciones que no obstante no ten gan carácter de
derechos reales, están in rem scripta, de modo que la cosa misma responde de su ejecución,
por lo que está obligado a cumplir esa promesa el tercer poseedor que quiera conservarla,
por ejemplo, las contribuciones de mejoras, los impuestos territoriales, el pacto de
retroventa (conf. Llambías J. “Tratado de Derecho Civil. Parte general, T. II. p. 356). En el
contexto citado, resulta claro que, los tributos (impuestos, tasas y contribuciones
especiales) al igual que el tratamiento legal concedido a las deudas bajo el régimen de
propiedad horizontal subsisten como un deber preexistente en cabeza del obligado en
relación con el inmueble, sin que tenga injerencia alguna lo relativo a la afectación
familiar por tratarse de situaciones excluyentes y de campos de acción jurídica
absolutamente disímiles. Los impuestos municipales se ajustan a las condiciones
referenciales de las obligaciones propter rem al configurarse como “hipotecas legales” de
tipo preferencial a favor de las corporaciones municipales, pues no responden a deudas
asumidas por los cónyuges según se detectó. Agréguese además, que el legislador dotó y
materializó a los impuestos municipales acudiendo a uno de los derechos reales más
fuertes de nuestro sistema (la hipoteca). La posición planteada contribuye a edificar una
mejor ponderación teleológica y pragmática sobre el fin social y público que presenta la
materia de impuestos o tributos de naturaleza municipal. Tal circunstancia presenta
claras diferencias en cuanto a la naturaleza jurídica entre una deuda adquirida
voluntariamente a través de los cauces contractuales reconocidos al efecto por parte de los
cónyuges en relación a la inembargabilidad del terreno afecto a “patrimonio familiar”,
respecto a las cargas impositivas ex lege provenientes de los impuestos municipales que se
originan en cabeza directa del inmueble. Incluso, el impuesto municipal resulta
preexistenten al estar subordinado el inmueble a potenciales tributos futuros, y por tanto
brinda presencia jurídica con antelación al propio acto de afectación familiar que surge ex
post, por cuanto el inmueble por el solo hecho de estar individualizado y registrado como
causa generadora de impuesto inmobiliario, lógicamente excluye la afectación de merito
referida a la eventual ejecución hipotecaria por el no pago de impuestos municipales. Se
aprecia entonces que la deuda sigue a la cosa. Particularmente el carácter ex lege de la
obligación hipotecaria por el no pago del impuesto municipal coincide con la propuesta
doctrinaria ejemplarizada por Jorge H. Alterini en el caso de la obligación de pago por
deuda medianera: “el propietario constreñido a pagar la deuda por medianería no ha
convenido nada con su vecino (no se trata, pues de fuente contractual), ni, obviamente, ha
cometido un hecho ilícito (fuente extracontractual). Él está obligado al pago por la mera
circunstancia de haber adquirido la titularidad del inmueble que apoyó en la pared y por
virtud de la ley”. Tampoco es posible soslayar un potencial colapso del sistema
impositivo inmobiliario-municipal al dejar zzado y sin aplicación las facultades de
cancelación coactiva por deudas sobrevivientes del pago de impuestos reconocidas a las
corporaciones municipales ante una eventual afectación familiar del inmueble conforme a
lo preceptuado en el ordinal 42 del Código de Familia. Los planteamientos descritos sobre
la naturaleza jurídica de las hipotecas legales reconocidas en el artículo 70 del Código
Municipal se han recogido en términos similares en el Voto Número 1198 de este
Tribunal de las 7 horas 35 minutos del 28 de noviembre del año 2007: “...(sic) III.- Discrepa
el Tribunal con el análisis del Juzgado, en lo medular, en cuanto aborda el tema de la
titularidad de los inmuebles para efectos de resolver la oposición. Se comparte el fallo
desestimatorio, pero la razón jurídica radica en la naturaleza de la obligación dineraria al
cobro. Con justa precisión en el escrito de contestación se afirma: “La Ley de Impuesto sobre
Bienes Inmuebles, número 7509 en su artículo 1º establece el impuesto sobre los bienes inmuebles.
Ello significa que en la certificación que se expida por el Contador o Auditor Municipal debe
indicarse las citas de inscripción en el Registro Público del inmueble sobre el cual se cobra el
impuesto, lo cual no ocurre en la especie. Esa omisión invalida la certificación presentada como
título ejecutivo.” El argumento es de recibo, especialmente porque ese reclamo tiene el
carácter de hipoteca legal sobre el inmueble generador del tributo. El Código Municipal,
ley 7794, en su artículo 70 establece: “Las deudas por tributos municipales constituirán
hipoteca legal preferente sobre los respectivos inmuebles.” En términos similares, aun cuando
para otros tributos dice el numeral 76: “La certificación que el contador municipal emita de la
suma adeudada por el munícipe por los conceptos establecidos en el artículo 75 y en el presente, que
no sea cancelada dentro de los tres meses posteriores a su fijación, constituirá título ejecutivo con
hipoteca legal preferente sobre los respectivos inmuebles, salvo lo dispuesto en el artículo 70 de esta
ley.” Tratándose de una hipoteca por disposición del legislador, independientemente
quien sea su propietario registral, el fundo generador del tributo responderá como
garantía de la deuda a favor de la Municipalidad. Por esa razón, ninguna relevancia tiene
analizar en este asunto la exclusión de bienes inventariados dentro del proceso sucesorio
de la accionada. La identidad del propietario registral tiene como propósito definir contra
quien se dirige la ejecución, pero no para restarle viabilidad al cobro. No obstante, con esa
finalidad es preciso que la certificación indique con toda claridad y certeza el inmueble
generador de la deuda. El título debe identificar el fundo, precisamente por la condición
de hipoteca legal. No puede perseguir una garantía que no se ha individualizado en el
documento, sin que se pueda abrir un debate en la fase de conocimiento. Incluso, por
ahora la jurisprudencia ha entendido que se trata de una hipoteca sin renuncia de trámite
y exige agotar el procedimiento sumario, pero conserva su carácter de hipoteca legal. La
situación será distinta en la ley de cobro judicial, pues se incluye como título apto para
una ejecución hipotecaria con remate inmediato del inmueble, de ahí la importancia que
contenga los datos necesarios para ubicar la propiedad que genera el tributo. La
certificación de folio 1 es absolutamente omisa al respecto y tampoco se subsana en el
desglose de folios 2 a 5. Las certificaciones aportadas con la demanda se refieren al
embargo y no para demostrar esa circunstancia. De todos modos, el título debe valerse
por sí mismo, sin que sea posible complementarlo por paridad de razón o analogía. El
defecto apuntado causa indefensión a la parte demandada, quien ignora el bien inmueble
sobre el cual pesa la garantía legal, de ahí que ni siquiera es necesaria una medida
cautelar de aseguramiento. El fundo responderá sin importar su propietario...”. En este
marco, resulta claro que los aludidos impuestos municipales deben tener un lugar
preferencial atento a que son parte fundamental de la base en que se asienta la
subsistencia misma del Estado y por ello la ley, les ha concedido - impuestos
municipales- el carácter de crédito hipotecario legal sobre el bien en que recaen. En suma,
la solución de que las deudas por impuestos municipales dotadas de ejecución coactiva
hipotecaria ex lege, no están afectas a eventuales limitaciones reguladas en la codificación
sustantiva de derecho de familia -artículo 42- como limitaciones de afectación familiar-,
responde a una sana hermenéutica desde el punto de vista del valor de resultado de la
interpretación de merito.
IV.-Consecuente con lo expuesto, se impone acoger la solicitud del municipio
demandante - Municipalidad de Moravia- a efecto de que se disponga la subasta del bien
afectado a hipoteca legal. Se advierte además la improcedencia de lo acordado por la
juzgadora de grado al brindar curso a la demanda hipotecaria a pesar de desconocer
como base de ejecución el bien consignado en la demanda. De asumirse el citado criterio ahora modificado- en modo alguno procedería acceder a cursar la demanda ante la
carencia de título de ejecución hipotecaria en los términos descritos por la sentenciadora
de grado.
POR TANTO
En lo apelado se revoca la resolución recurrida para en su lugar acoger la solicitud del
Municipio para que se disponga la subasta del bien afectado a hipoteca legal si otra razón
de orden no lo impide.
Alvaro Hernández Aguilar
rab.Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información Jurídica
el: 12/4/2010 12:27:23 PM
Sentencia: 00014 Expediente: 08-017488-0007-CO
Fecha: 06/01/2009 Hora:
8:43:00 AM Emitido por: Sala Constitucional
*080174880007CO*
EXPEDIENTE N° 08-017488-0007-CO
PROCESO: RECURSO DE AMPARO
RESOLUCIÓN Nº 2009000014
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las
ocho horas y cuarenta y tres minutos del seis de enero del dos mil nueve.
Recurso de amparo interpuesto por RONULFO MORERA BARBOZA, cédula de
identidad número 0203660417, a favor de ASDRÚBAL MOLINA RODRÍGUEZ Y LA
ASOCIACIÓN DE DESARROLLO INTEGRAL DE BARRIO SAN VICENTE DE
GRECIA, contra la MUNICIPALIDAD DE GRECIA.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las once horas veinticinco minutos del
doce de diciembre de dos mil ocho, el recurrente interpone recurso de amparo contra la
MUNICIPALIDAD DE GRECIA a favor de ASDRÚBAL MOLINA RODRÍGUEZ Y
LA ASOCIACIÓN DE DESARROLLO INTEGRAL DE BARRIO SAN VICENTE DE
GRECIA y manifiesta lo siguiente: Que como Presidente de la Asociación de Desarrollo
Integral de Barrio San Vicente de Grecia ha enfrentado el problema de la falta de
recolección de basura por parte de la Municipalidad, sin embargo, sí se les cobró la tasa
por la prestación de dicho servicio. Hay vecinos que tienen saltos pendientes de pago
por ese servicio y están amenazados con el cobro judicial. La referida Asociación ha
presentado diversas gestiones a la Municipalidad con la petición que no se cobre por un
servicio que no ha sido prestado, pero no han sido resueltas y la Municipalidad sigue
presionando a los vecinos para que paguen. Explica que el amparado Asdrúbal Molina
Rodríguez tiene pendiente el pago del servicio de recolección de basura desde el año
2003, con una deuda superior a ciento doce mil colones. El 28 de mayo de 2008, producto
de las referidas gestiones, acordó consultar a la Procuraduría General de la República y
al Departamento Legal de la Municipalidad sobre la posibilidad de condonar la deuda
pendiente por recolección de servicios de basura a los vecinos de San Vicente. La
Procuraduría contestó que los tributos municipales relacionados con el servicio de
recolección de basura no pueden cobrarse si el servicio no ha sido efectivamente
prestado. Por lo anterior se acordó que la Coordinadora de Administración Tributaria
analizara el tiempo durante el cual no se prestó el servicio, para que se proceda de
conformidad con lo resuelto por la Procuraduría, pero la Administración Tributaria no
ha acatado lo acordado por el Concejo. El 10 de septiembre de 2008 la Asociación puso
en conocimiento del Concejo que la Administración Tributaria no va a acatar el referido
acuerdo. El 13 de octubre de 2008 el Departamento Legal de la Municipalidad se
pronunció indicando que solo mediando una ley se puede exonerar del cobro del
servicio de basura, por lo que el Concejo acordó realizar una nueva consulta a la
Procuraduría. Considera el recurrente que está clara la diferencia entre condonar una
deuda y declarar su inexistencia, en los términos explicados por la respuesta de la
Procuraduría, por lo que está evadiendo su deber de resolver las gestiones presentadas.
Solicita que se ordene resolver la petición y se pronuncie sobre la inexistencia de la
deuda de los vecinos de Barrio San Vicente de Grecia por concepto de recolección de
basura para el período que ese servicio no se prestó a los ciudadanos. Pide que se ordene
a la Municipalidad no tomar ninguna medida de cobro administrativo o judicial por
concepto de morosidad en el servicio de recolección de basura no proveído, que la
Municipalidad se abstenga de realizar actuaciones como las señaladas. Requiere se
condene al Estado, a la Municipalidad y a los funcionarios responsables al pago de
costas, daños y perjuicios.
2.-El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de
plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier
gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente
improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para
rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión anterior
igual o similar rechazada.
Redacta la Magistrada Calzada Miranda; y,
Considerando:
I.-NUEVA JUSTICIA ADMINISTRATIVA MECANISMO CELERE Y CUMPLIDO
PARA LA PROTECCIÓN DE SITUACIONES JURÍDICAS SUSTANCIALES DE LOS
ADMINISTRADOS. La Sala Constitucional, desde su fundación, ha utilizado criterios
amplios de admisibilidad en vista de la ausencia de cauces procesales expeditos y céleres
para la protección de las situaciones jurídicas sustanciales que tienen asidero en el
ordenamiento jurídico infra-constitucional o parámetro de legalidad, que guardan
conexión indirecta con los derechos fundamentales y el Derecho de la Constitución.
Sobre el particular, no debe perderse de perspectiva que la Constitución por su
supremacía, súper-legalidad y eficacia directa e inmediata da fundamento indirecto a
cualquier situación jurídica sustancial imaginable de las personas. No obstante, bajo una
mejor ponderación y ante la promulgación del Código Procesal ContenciosoAdministrativo (Ley No. 8508 de 24 de abril de 2006) y su entrada en vigencia a partir
del 1° de enero de 2008, ha quedado patente que ahora los justiciables cuentan con una
jurisdicción contencioso-administrativa plenaria y universal, sumamente expedita y
célere por los diversos mecanismos procesales que incorpora al ordenamiento jurídico
esa legislación, tales como el acortamiento de los plazos para realizar los diversos actos
procesales, la amplitud de la legitimación, las medidas cautelares, el numerus apertus de
las pretensiones deducibles, la oralidad -y sus subprincipios concentración, inmediación
y celeridad-, la única instancia con recurso de apelación en situaciones expresamente
tasadas, la conciliación intra-procesal, el proceso unificado, el proceso de trámite
preferente o "amparo de legalidad", los procesos de puro derecho, las nuevas medidas
de ejecución (multas coercitivas, ejecución sustitutiva o comisarial, embargo de bienes
del dominio fiscal y algunos del dominio público), los amplios poderes del cuerpo de
jueces de ejecución, la extensión y adaptación de los efectos de la jurisprudencia a
terceros y la flexibilidad del recurso de casación. Todos esos institutos procesales
novedosos tienen por fin y propósito manifiesto alcanzar la economía procesal, la
celeridad, la prontitud y la protección efectiva o cumplida de las situaciones jurídicas
sustanciales de los administrados, todo con garantía de derechos fundamentales básicos
como el debido proceso, la defensa y el contradictorio. En suma, la nueva jurisdicción
contencioso-administrativa es un cauce idóneo, por sus nuevas características de
simplicidad, celeridad y prontitud para el amparo y protección efectiva de las
situaciones jurídicas sustanciales de los administrados en las que se requiera recabar
prueba o definir algunas cuestiones de legalidad ordinaria.
II.-VERIFICACIÓN DE LOS PLAZOS PAUTADOS POR LEY PARA RESOLVER LOS
PROCEDIMIENTOS
ADMINISTRATIVOS:
CUESTIÓN
EVIDENTE
DE
LEGALIDAD ORDINARIA. Es evidente que determinar si la administración pública
cumple o no con los plazos pautados por la Ley General de la Administración Pública
(artículos 261 y 325) o las leyes sectoriales para los procedimientos administrativos
especiales, para resolver por acto final un procedimiento administrativo -incoado de
oficio o a instancia de parte- o conocer de los recursos administrativos procedentes, es
una evidente cuestión de legalidad ordinaria que, en adelante, puede ser discutida y
resuelta ante la jurisdicción contencioso-administrativa con la aplicación de los
principios que nutren la jurisdicción constitucional, tales como los de la legitimación
vicaria, la posibilidad de la defensa material -esto es de comparecer sin patrocinio
letrado- y de gratuidad para el recurrente. Consecuentemente, se impone el rechazo de
plano e indicarle al gestionante que si a bien lo tiene puede acudir a la jurisdicción
contencioso-administrativa.
III.-El Magistrado Vargas Benavides salva el voto y ordena darle curso al amparo.
Por tanto:
Se rechaza de plano el recurso. El Magistrado Vargas Benavides salva el voto y ordena
darle curso al amparo.
Ana Virginia Calzada M.
Presidenta a.i.
Adrián Vargas B. Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C. José Luis Molina Q.
Rosa María Abdelnour G. Roxana Salazar C.
vpl
Voto salvado del Magistrado Vargas Benavides
El suscrito Magistrado se aparta del criterio de mayoría, y ordena dar curso al presente
asunto. La doctrina moderna ha sido uniforme en reconocer a la Constitución Política
como norma suprema del ordenamiento jurídico, la cual se ve complementada a su vez
por las normas y principios del derecho internacional, particularmente de aquellos
instrumentos que versan sobre derechos humanos. En el caso de nuestro país, el
Constituyente derivado dispuso mediante la reforma al artículo 10 de la Constitución
Política, la creación de una jurisdicción especializada para la defensa de los derechos y
libertades consagrados por la Carta Magna, con el fin de garantizar que éstos pudieran
ser ejercidos en forma efectiva por los habitantes del país, y no quedaran únicamente en
el papel, tal y como había sucedido anteriormente. Precisamente, uno de los derechos
que esta jurisdicción se encuentra llamada a tutelar es el de la justicia pronta y cumplida
consagrado en los artículos 41 constitucional y 8 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, el cual ha sido entendido por la Sala en su jurisprudencia como el
derecho de toda persona a que los Tribunales de Justicia y la Administración Pública
tramiten y resuelvan los distintos asuntos puestos en su conocimiento, dentro de los
plazos establecidos al efecto por el ordenamiento jurídico. La experiencia ha demostrado
que en muchas ocasiones la falta de resolución de un asunto puesto en conocimiento de
las autoridades públicas, puede derivar en vulneraciones a otros derechos
fundamentales, tales como el derecho a un medio ambiente sano y ecológicamente
equilibrado o el derecho a la salud, los cuales ocupan lugares preponderantes en el
ordenamiento jurídico. Así por ejemplo, podría pensarse en la falta de respuesta a una
denuncia planteada por contaminación por aguas negras, o en la omisión en la
resolución de una denuncia por contaminación de aguas subterráneas, problemas que en
caso de no ser tratados a tiempo podrían generar consecuencias nefastas para la salud de
la población. Por lo anterior, estimo que la decisión de la mayoría de la Sala de remitir
los asuntos que versen sobre esta materia al conocimiento de la jurisdicción contencioso
administrativa, resulta improcedente ya que la resolución de los recursos en los que se
alegue violación al artículo 41 Constitucional, es de conocimiento exclusivo de esta
Jurisdicción en virtud de lo dispuesto por el artículo 10 de la Constitución Política, el
cual es claro en establecer la competencia de este Tribunal en materia de protección a
derechos fundamentales. En ese sentido, considero que la Sala no puede jerarquizar los
derechos fundamentales establecidos por la Constitución Política, por lo que a mi
parecer no podría darle un rango de protección diferente al principio de justicia pronta y
cumplida, pues ello implicaría relegar al derecho tutelado por el artículo 41
Constitucional a un plano inferior al del resto de los derechos fundamentales que la
mayoría de la Sala decidió seguir tutelando. Asimismo, considero importante señalar
que si bien entiendo la importancia de las reformas de la jurisdicción contencioso
administrativa a partir de la vigencia de la Ley 8508 del veinticuatro de abril de dos mil
seis, lo cierto es que dicha situación no se convierte en una excusa para remitir a dicha
instancia asuntos que versan sobre materia que es competencia de esta Sala, la cual ha
demostrado a lo largo de los años ser un medio célere y efectivo para la tutela de los
derechos fundamentales de los habitantes del país.
Adrián Vargas B.
EXPEDIENTE N° 08-017488-0007-CO
Teléfonos: 2295-3696/2295-3697/2295-3698/2295-3700. Fax: 2295-3712. Dirección
electrónica: www.poder-judicial.go.cr/salaconstitucional
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información Jurídica
el: 12/4/2010 12:30:55 PM
Sentencia: 00017
Expediente: 08-017079-0007-CO
Fecha: 06/01/2009 Hora: 8:46:00 AM
Emitido por: Sala Constitucional
*080170790007CO*
EXPEDIENTE N° 08-017079-0007-CO
PROCESO: RECURSO DE AMPARO
RESOLUCIÓN Nº 2009000017
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las
ocho horas y cuarenta y seis minutos del seis de enero del dos mil nueve.
Recurso de amparo interpuesto por CARLOS MARÍA VARGAS CRUZ, cédula de
identidad No. 0101630212, contra la MUNICIPALIDAD DE SAN JOSÉ.
RESULTANDO:
1.-Por escrito recibido por la vía del fax en la Secretaría de la Sala a las 12:44 hrs. del 9 de
diciembre de 2008, el recurrente interpone recurso de amparo contra la Municipalidad de
San José, y manifiesta lo siguiente: que posee un inmueble ubicado en San Sebastián, Paseo
José María Cañas, casa No. 16, en un sitio conocido como El Dedo. Indica que la vivienda
que allí se encuentra es una estructura vieja y deteriorada, rodeada por un guindo que
sirve de resguardo para los drogadictos y maleantes de la zona, que la Municipalidad
denomina “Parque”. Señala que, pese a que es una vivienda de interés social, adquirida a
través del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, debe pagar trimestralmente al ente
recurrido la suma desproporcional de 40.714.00 colones. Aduce que las características del
barrio y las condiciones en que se encuentra la casa, hacen que el monto que se le cobra
resulte exagerado, ya que los vecinos del sitio, pagan hasta la mitad. Comenta que sus
ingresos se reducen a una pequeña pensión, que no le alcanza ni para hacer frente a las
necesidades básicas, pues junto a él habitan 7 personas, de las cuales uno se encuentra
desempleado, otro padece de una enfermedad mental, y una hija de él percibe un salario
que apenas alcanza para sufragar el pago de las hipotecas. Comenta que al ser su situación
familiar precaria, se le dificulta el cumplimiento de sus obligaciones para con la
municipalidad, los que de por sí son desproporcionados, ya que además él es ya un
anciano. Señala en ese sentido que la autoridad recurrida no ha querido o ha omito
brindar “… un trato justo respecto al pago de impuestos, donde la Municipalidad de San José se
acerque al ciudadano atendiendo la particularidad de sus diversas situaciones y no tratándolos
masivamente, sería sin duda, una forma de cumplir con los preceptos internacionales y
constitucionales; asimismo, con principios de igualdad y proporcionalidad” – folio 3 -. Refiere que
en este momento adeuda ya dos trimestres, y no tiene dinero para pagar, empero la
Municipalidad recurrida no ha respondido sus súplicas, y de oficio sigue enviando cobros
y amenazas de embargo. Apunta además, que le parece extraño que desde sólo hace
algunos años se le haya empezado a cobrar este rubro, por cuanto, como lo dijo antes, se
trata de un inmueble de interés social, y en la escritura pública de adquisición se indicó
que estaba libre del pago de impuestos municipales. Estima lesionados sus derechos
fundamentales estatuidos en los ordinales 33, 34, 41 y 51 de la Constitución Política.
Solicita se declare con lugar el recurso, con las consecuencias de ley.
2.-El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de
plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier
gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente improcedente,
o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para rechazarla, o que se
trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión anterior igual o similar
rechazada.
Redacta la Magistrada Calzada Miranda; y,
CONSIDERANDO:
I.-OBJETO DEL RECURSO. Alega el recurrente que el cobro que hace la Municipalidad
de San José de los impuestos Municipales sobre el inmueble de su propiedad, resultan
desproporcionados, en virtud del tipo de vivienda y de la zona en que ésta se encuentra
ubicada. Indica que se debe tomar en cuenta además, la situación económica y familiar de
las personas que adeudan esta clase de rubros, aunado al hecho que el inmueble es de
interés social, por lo que el cobro de esas sumas no procede. Asimismo, indica que no le
han sido contestados los alegatos que ha presentado ante el ente recurrido, sobre esta
situación. En virtud de lo anterior, estima lesionados sus derechos fundamentales.
II.-SOBRE LA PROCEDENCIA EN EL COBRO DE LOS IMPUESTOS MUNICIPALES.
En la especie, el asunto que expone el recurrente —en esencia, un conflicto relativo al
cobro de impuestos y servicios municipales— es precisamente un problema de legalidad
ordinaria que corresponde discutirse en otras sedes, y no un diferendo de raigambre
constitucional que deba conocerse por la vía del amparo. De este modo, en sentencia No.
2005-06772 de las 23:34 hrs. del 31 de mayo de 2005, la Sala resolvió lo que de seguido se
transcribe:
“(…) esta Sala ha sido del criterio que la procedencia del cobro sobre impuestos y servicios
municipales es un conflicto ajeno a esta Jurisdicción, puesto que el recurso de amparo ha sido
instituido para tutelar los derechos y libertades fundamentales de las personas, respecto a
infracciones o amenazas inminentes a los mismos, y no para controlar en abstracto la correcta
aplicación del derecho, por lo que no le corresponde a esta Jurisdicción establecer la procedencia o no
de dicha obligación tributaria, porque entrar a valorar esa procedencia implicaría sustituir a la
Administración en su función y, además, obviar la naturaleza sumaria del amparo, ordinariando un
procedimiento que lo que busca es la protección y la restitución de derechos fundamentales violados
y no el control de legalidad que, por mandato expreso de Ley, se encuentra en manos de las
instancias administrativas correspondientes y, en última instancia, de los tribunales ordinarios .”
A lo que se suma que la tramitación del amparo no se aviene bien con la práctica de
diligencias probatorias lentas y complejas, o con la necesidad de entrar previamente a
examinar —con carácter declarativo— si los derechos de rango infra constitucional que las
partes citan como parte del elenco fáctico del recurso de amparo o del informe de ley,
según sea el caso, existen en realidad, de toda suerte que resultaría improcedente acceder a
la solicitud del petente y entrar a analizar la procedencia o no de su requisición. Así las
cosas, el determinar si en razón del estado y ubicación de su vivienda, la situación familiar
que atraviesa, sus problemas económicos, y el hecho que el inmueble sea de interés social,
son aspectos determinantes que permitan bajar o eliminar el monto que actualmente debe
afrontar por concepto de impuestos, resultan extremos de legalidad, sobre los cuales no es
procedente verter pronunciamiento alguno -positivo o negativo-, pues semejante
atribución no es resorte de la Sala Constitucional, y actuar de otro modo significaría
interferir indebidamente en lo que es competencia de la propia Municipalidad recurrida, o
en su defecto, de los Tribunales Ordinarios.
III.-NUEVA JUSTICIA ADMINISTRATIVA MECANISMO CELERE Y CUMPLIDO
PARA LA PROTECCIÓN DE SITUACIONES JURÍDICAS SUSTANCIALES DE LOS
ADMINISTRADOS. Ahora bien, en lo que atañe a las solicitudes presentadas por parte
del recurrente ante la Municipalidad de San José atinentes a la imposibilidad de hacer
frente a los pagos en virtud de su precaria situación económica y familiar, debe tener
presente el accionante que la Sala Constitucional, desde su fundación, ha utilizado
criterios amplios de admisibilidad en vista de la ausencia de cauces procesales expeditos y
céleres para la protección de las situaciones jurídicas sustanciales que tienen asidero en el
ordenamiento jurídico infra-constitucional o parámetro de legalidad, que guardan
conexión indirecta con los derechos fundamentales y el Derecho de la Constitución. Sobre
el particular, no debe perderse de perspectiva que la Constitución por su supremacía,
súper-legalidad y eficacia directa e inmediata da fundamento indirecto a cualquier
situación jurídica sustancial imaginable de las personas. No obstante, bajo una mejor
ponderación y ante la promulgación del Código Procesal Contencioso-Administrativo
(Ley No. 8508 de 24 de abril de 2006) y su entrada en vigencia a partir del 1° de enero de
2008, ha quedado patente que ahora los justiciables cuentan con una jurisdicción
contencioso-administrativa plenaria y universal, sumamente expedita y célere por los
diversos mecanismos procesales que incorpora al ordenamiento jurídico esa legislación,
tales como el acortamiento de los plazos para realizar los diversos actos procesales, la
amplitud de la legitimación, las medidas cautelares, el numerus apertus de las pretensiones
deducibles, la oralidad –y sus subprincipios concentración, inmediación y celeridad-, la
única instancia con recurso de apelación en situaciones expresamente tasadas, la
conciliación intra-procesal, el proceso unificado, el proceso de trámite preferente o
“amparo de legalidad”, los procesos de puro derecho, las nuevas medidas de ejecución
(multas coercitivas, ejecución sustitutiva o comisarial, embargo de bienes del dominio
fiscal y algunos del dominio público), los amplios poderes del cuerpo de jueces de
ejecución, la extensión y adaptación de los efectos de la jurisprudencia a terceros y la
flexibilidad del recurso de casación. Todos esos institutos procesales novedosos tienen por
fin y propósito manifiesto alcanzar la economía procesal, la celeridad, la prontitud y la
protección efectiva o cumplida de las situaciones jurídicas sustanciales de los
administrados, todo con garantía de derechos fundamentales básicos como el debido
proceso, la defensa y el contradictorio. En suma, la nueva jurisdicción contenciosoadministrativa es un cauce idóneo, por sus nuevas características de simplicidad, celeridad
y prontitud para el amparo y protección efectiva de las situaciones jurídicas sustanciales
de los administrados en las que se requiera recabar prueba o definir algunas cuestiones de
legalidad ordinaria.
IV.-VERIFICACIÓN DE LOS PLAZOS PAUTADOS POR LEY PARA RESOLVER LOS
PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS: CUESTIÓN EVIDENTE DE LEGALIDAD
ORDINARIA. Es evidente que determinar si la administración pública cumple o no con
los plazos pautados por la Ley General de la Administración Pública (artículos 261 y 325) o
las leyes sectoriales para los procedimientos administrativos especiales, para resolver por
acto final un procedimiento administrativo –incoado de oficio o a instancia de parte- o
conocer de los recursos administrativos procedentes, es una evidente cuestión de legalidad
ordinaria que, en adelante, puede ser discutida y resuelta ante la jurisdicción contenciosoadministrativa con la aplicación de los principios que nutren la jurisdicción constitucional,
tales como los de la legitimación vicaria, la posibilidad de la defensa material –esto es de
comparecer sin patrocinio letrado- y de gratuidad para el recurrente. Consecuentemente,
se impone el rechazo de plano e indicarle al gestionante que si a bien lo tiene puede acudir
a la jurisdicción contencioso-administrativa.
V.-El Magistrado Vargas Benavides salva el voto, únicamente en cuanto a la alegada
violación al artículo 41 de la Constitución Política, y ordena darle curso al amparo.
POR TANTO:
Se rechaza de plano el recurso. El Magistrado Vargas Benavides salva el voto y ordena
darle curso al amparo, únicamente en cuanto a la alegada violación al artículo 41 de la
Constitución Política.
Ana Virginia Calzada M.
Presidenta a.i.
Adrián Vargas B. Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C. José Luis Molina Q.
Rosa María Abdelnour G. Roxana Salazar C.
Voto salvado del Magistrado Vargas Benavides
El suscrito Magistrado se aparta del criterio de mayoría, y ordena dar curso al presente
asunto. La doctrina moderna ha sido uniforme en reconocer a la Constitución Política
como norma suprema del ordenamiento jurídico, la cual se ve complementada a su vez
por las normas y principios del derecho internacional, particularmente de aquellos
instrumentos que versan sobre derechos humanos. En el caso de nuestro país, el
Constituyente derivado dispuso mediante la reforma al artículo 10 de la Constitución
Política, la creación de una jurisdicción especializada para la defensa de los derechos y
libertades consagrados por la Carta Magna, con el fin de garantizar que éstos pudieran ser
ejercidos en forma efectiva por los habitantes del país, y no quedaran únicamente en el
papel, tal y como había sucedido anteriormente. Precisamente, uno de los derechos que
esta jurisdicción se encuentra llamada a tutelar es el de la justicia pronta y cumplida
consagrado en los artículos 41 constitucional y 8 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, el cual ha sido entendido por la Sala en su jurisprudencia como el derecho de
toda persona a que los Tribunales de Justicia y la Administración Pública tramiten y
resuelvan los distintos asuntos puestos en su conocimiento, dentro de los plazos
establecidos al efecto por el ordenamiento jurídico. La experiencia ha demostrado que en
muchas ocasiones la falta de resolución de un asunto puesto en conocimiento de las
autoridades públicas, puede derivar en vulneraciones a otros derechos fundamentales,
tales como el derecho a un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado o el
derecho a la salud, los cuales ocupan lugares preponderantes en el ordenamiento jurídico.
Así por ejemplo, podría pensarse en la falta de respuesta a una denuncia planteada por
contaminación por aguas negras, o en la omisión en la resolución de una denuncia por
contaminación de aguas subterráneas, problemas que en caso de no ser tratados a tiempo
podrían generar consecuencias nefastas para la salud de la población. Por lo anterior,
estimo que la decisión de la mayoría de la Sala de remitir los asuntos que versen sobre esta
materia al conocimiento de la jurisdicción contencioso administrativa, resulta
improcedente ya que la resolución de los recursos en los que se alegue violación al artículo
41 Constitucional, es de conocimiento exclusivo de esta Jurisdicción en virtud de lo
dispuesto por el artículo 10 de la Constitución Política, el cual es claro en establecer la
competencia de este Tribunal en materia de protección a derechos fundamentales. En ese
sentido, considero que la Sala no puede jerarquizar los derechos fundamentales
establecidos por la Constitución Política, por lo que a mi parecer no podría darle un rango
de protección diferente al principio de justicia pronta y cumplida, pues ello implicaría
relegar al derecho tutelado por el artículo 41 Constitucional a un plano inferior al del resto
de los derechos fundamentales que la mayoría de la Sala decidió seguir tutelando.
Asimismo, considero importante señalar que si bien entiendo la importancia de las
reformas de la jurisdicción contencioso administrativa a partir de la vigencia de la Ley
8508 del veinticuatro de abril de dos mil seis, lo cierto es que dicha situación no se
convierte en una excusa para remitir a dicha instancia asuntos que versan sobre materia
que es competencia de esta Sala, la cual ha demostrado a lo largo de los años ser un medio
célere y efectivo para la tutela de los derechos fundamentales de los habitantes del país.
Adrián Vargas B.
9 (vsdc)
EXPEDIENTE N° 08-017079-0007-CO
Teléfonos: 2295-3696/2295-3697/2295-3698/2295-3700. Fax: 2295-3712. Dirección
electrónica: www.poder-judicial.go.cr/salaconstitucional
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información Jurídica el:
12/4/2010 12:31:19 PM
Sentencia: 07629 Expediente: 01-004694-0007-CO
Fecha:
08/08/2001 Hora: 2:56:00 PM Emitido por: Sala Constitucional
Exp: 01-004694-0007-CO
Res: 2001-07629
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las catorce horas con cincuenta y seis minutos del ocho de agosto del dos mil uno.Acción de inconstitucionalidad promovida por GUSTAVO PRIFER FRIEDMAN,
mayor, casado, ingeniero civil, cédula de identidad número 1-374-899, vecino de San
José, en su condición de apoderado generalísimo sin límite de suma de la compañía
"EDIFICACIONES GUFER, SOCIEDAD ANÓNIMA"; contra los artículos 75 y 75 del
Código Municipal.
Resultando:
1.-Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las dieciséis horas quince minutos
del diecisiete de mayo del dos mil uno, el accionante solicita la declaratoria de
inconstitucionalidad de los artículos 75 y 75 del Código Municipal; toda vez que
disponen una serie de obligaciones a las personas físicas o jurídicas propietarias o
poseedoras por cualquier título de bienes inmuebles, las que deben cumplir bajo pena
de multa, para lo cual, previo a la imposición de la multa, la Municipalidad debe
notificar al propietario o al poseedor del inmueble su deber de cumplir tales
obligaciones, otorgándole un plazo prudencial para el cumplimiento de dichas tareas.
Considera que la situación anterior entraña que se pueda llegar a decretar una multa,
una pena y hasta el despojo de la propiedad en contra del propietario, sin que en el
procedimiento se le notifique de la existencia de un proceso incoado en su contra;
toda vez que la normativa impugnada permiten que se pueda practicar una
notificación con la sola entrega del documento respectivo a cualquier persona que se
encuentre en la propiedad, sin importar quien sea dicha persona, lo cual viola el
derecho de defensa del propietario y el debido proceso, pues lo correcto debe ser que
se notifique al propietario en forma personal o en su casa de habitación.
2.-A efecto de fundamentar la legitimación que ostenta para accionar en esta vía,
señala que se tramita recurso de amparo que promovió contra el Alcalde de la
Municipalidad de San José, que se tramita en expediente número 01-000251-0007-COC, dentro del cual se dictaron las resoluciones número 00925-01, del dos de febrero del
dos mil uno, por la que se le confirió plazo para formalizar la correspondiente acción
de inconstitucionalidad, y la número 4854-01, del ocho de junio último, por la que se
suspendió la tramitación del recurso de amparo hasta tanto no se resuelva esta acción
de inconstitucionalidad.
3.-El párrafo segundo del artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta
a la Sala a rechazar por el fondo, en cualquier momento procesal, incluso desde su
presentación, cualquier gestión que se presente a su conocimiento, cuando considere
que existen elementos de juicio suficientes para rechazarla, o que se trata de la simple
reiteración o reproducción de una gestión anterior igual o similar rechazada.
Redacta el magistrado Sancho González; y,
Considerando:
I.-DEL OBJETO DE LA ACCIÓN. El accionante pretende la declaratoria de
inconstitucionalidad de los artículos 75 y 75 del Código Municipal; toda vez que
disponen una serie de obligaciones a las personas físicas o jurídicas propietarias o
poseedoras por cualquier título de bienes inmuebles, las que deben cumplir bajo pena
de multa, para lo cual, previo a la imposición de la multa, la Municipalidad debe
notificar al propietario o al poseedor del inmueble su deber de cumplir tales
obligaciones, otorgándole un plazo prudencial para el cumplimiento de dichas tareas.
Considera que la situación anterior entraña que se pueda llegar a decretar una multa,
una pena y hasta el despojo de la propiedad en contra del propietario, sin que en el
procedimiento se le notifique de la existencia de un proceso incoado en su contra;
toda vez que la normativa impugnada permite que se pueda practicar una
notificación con la sola entrega del documento respectivo a cualquier persona que se
encuentre en la propiedad, sin importar quien sea dicha persona, lo cual viola el
derecho de defensa del propietario y el debido proceso, pues lo correcto debe ser que
se notifique al propietario en forma personal o en su casa de habitación. Se analizarán
a continuación las normas impugnadas, según su contenido, esto es, en primer lugar
se analizará la constitucionalidad de las obligaciones exigidas a los propietarios o
poseedores de inmuebles de orden urbanístico; y en segundo lugar, el procedimiento
que debe seguirse para el establecimiento de multas municipales, concretamente
referido a la notificación de las resoluciones del Alcalde municipal.
II.-DE LA NATURALEZA DE LAS OBLIGACIONES DEL ARTÍCULO 75 DEL
CÓDIGO MUNICIPAL. Tal y como lo alega el accionante, efectivamente, el artículo
75 del Código Municipal establece las siguientes obligaciones:
"a) Limpiar la vegetación de sus predios ubicados a orillas de las vías públicas
y recortar la que perjudique o dificulte el paso de las personas.
b) Cercar y limpiar tanto los lotes donde no haya construcciones y como
aquellos con viviendas deshabitadas o en estado de demolición.
c) Separar, recolectar o acumular, para el transporte y la disposición final, los
desechos sólidos provenientes de las actividades personales, familiares,
públicas o comunales, o provenientes de operaciones agrícolas, ganaderas,
industriales, comerciales y turísticas, solo mediante los sistemas de disposición
final aprobados por la Dirección de Protección al Ambiente Humano del
Ministerio de Salud.
d) Construir las aceras frente a sus propiedades y darles mantenimiento.
e) Remover objetos, materiales o similares de las aceras o los predios de su
propiedad que contaminen el ambiente u obstaculicen el paso.
f) Contar con un sistema de separación, recolección, acumulación y disposición
final de desechos sólidos, aprobado por la Dirección de Protección al Ambiente
Humano del Ministerio de Salud, en las empresas agrícolas, ganaderas,
industriales, comerciales y turísticas, cuando el servicio público de disposición
de desechos sólidos es insuficiente o inexistente, o si por la naturaleza o el
volumen de desechos, este no es aceptable sanitariamente.
g) Abstenerse de obstaculizar el paso por las aceras con gradas de acceso a
viviendas, retenes, cadenas, rótulos, materiales de construcción o artefactos de
seguridad en entradas de garajes. Cuando por urgencia o imposibilidad de
espacio físico deben de colocarse materiales de construcción en las aceras,
deberá utilizarse equipos adecuados de depósito. La municipalidad podrá
adquirirlos para arrendarlos a los munícipes.
h) Instalar bajantes y canoas para recoger las aguas pluviales de las
edificaciones, cuyas paredes externas colinden inmediatamente con la vía
pública.
i) Ejecutar las obras de conservación de las fachadas de casas o edificios
visibles desde la vía pública cuando, por motivos de interés turístico,
arqueológico o histórico, el municipio lo exija.
j) Garantizar adecuadamente la seguridad, la limpieza y el mantenimiento de
propiedades, cuando se afecten las vías o propiedades públicas o a terceros
relacionados con ellas
(...) (Así reformado por el artículo 1º de la ley No.7898 de 11 de agosto de
1999).
Nótese que se trata de obligaciones que se exigen a las "personas físicas o jurídicas,
propietarias o poseedoras, por cualquier título, de bienes inmuebles" respecto de esos
inmuebles, cuya naturaleza es de orden urbanística, en tanto se refieren a la
implementación de medidas de salubridad, seguridad, comodidad y ornato -entre
otras- para los propietarios o poseedores de los lotes, cuya exigencia resulta legítima
por parte de la municipalidad en virtud de la responsabilidad que tiene asignada en
lo que respecta a la planificación urbana del cantón de su jurisdicción, competencia
creada por mandato legal, no sólo en lo dispuesto en el Código Municipal, sino en
otras leyes, en la Ley de Planificación Urbana, número 4240, la Ley de Construcciones
número 833, y en Ley General de Caminos, y que ha sido reconocida en la
jurisprudencia constitucional, para lo cual, entre otras puede consultarse las siguiente
sentencias número 1167-92, 5097-93, 6706-93, 5303-93, 2345-96, 4205-96, 4262-96, 454596, 4856-96, 4857-96 y 1607-98. En este sentido, debe tener en cuenta el accionante que
la obligación está establecida no sólo para el propietario, sino también para el
posedor, según dispone textualmente en el comentado y transcrito artículo 75, lo cual
resulta no sólo pertinente sino necesario, toda vez que en muchas ocasiones las
propiedades están dadas en arriendo, o se ha cedido su derecho de uso, y según se
analizó, las obligaciones que se imponen son de orden urbanístico, donde está
implícito un uso y aprovechamiento de la propiedad (limpieza del terreno,
recolección de basura, conservación de cercas y aceras, limpieza de aceras,
conservación y limpieza de canoas y desagües); de manera que resulta lógico que esa
obligación recaiga también sobre el posesor del inmueble, se trata de obligaciones que
recaen sobre el que tenga el derecho de uso del bien inmueble.
III.-En virtud de lo anterior, considera la Sala que resulta no sólo razonable sino
adecuado que la responsabilidad en el cumplimiento de estas obligaciones recaiga
sobre los propietarios y poseedores de los inmuebles, tal y como lo establece la norma,
por cuanto se refieren a tareas de manutención y conservación de dichos bienes, lo
cual no sólo beneficio a sus titulares, sino, por sobre todo, a la comunidad en general,
lo cual resulta acorde con el concepto y contenido de la función social que es un
elemento esencial del derecho de propiedad, así como también del principio de
solidaridad social, según lo anotó con anterioridad esta Sala, en sentencia número
4205-96, de las catorce horas treinta y tres minutos del veinte de agosto de mil
novecientos noventa y seis:
"V. DE LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD Y SU RELACIÓN
CON LAS LIMITACIONES AL DERECHO DE PROPIEDAD -PÁRRAFO
SEGUNDO DEL ARTICULO 45 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA.
Una concepción del derecho de propiedad privada en términos absolutos y
prácticamente ilimitados, pasó a constituir el punto de apoyo básico sobre el
cual se estableció el sistema occidental, consagrándose como centro básico del
ordenamiento jurídico la completa intangibilidad del derecho de propiedad, por
cuanto la misma implicaba el completo señorío sobre el bien, de manera
absoluta, general, independiente, plena, universal, ilimitada y exclusiva. Sin
embargo, tal concepto ha evolucionado, hasta llegar a proponerse la defensa de
una propiedad basada en la armonía social, y por un sentido social de la
propiedad de la tierra. Se modifica así la base jurídica sobre la que descansa la
protección de la propiedad y de ser un derecho exclusivo para el individuo,
pasa a corresponderle una obligación en favor de la armónica convivencia de la
sociedad. Surgió la idea de la «función social» de la propiedad, en la que todo
individuo tiene la obligación de cumplir ciertas obligaciones comunales, en
razón directa del lugar que ocupa y de los intereses del grupo social que lo
representa. El contenido de esta «propiedad-función», consiste en que el
propietario tiene el poder de emplear el bien objeto del dominio en la
satisfacción de sus propias necesidades, pero correspondiéndole el deber de
ponerla también al servicio de las necesidades sociales cuando tal
comportamiento sea imprescindible. Con este nuevo concepto se ensanchan las
atribuciones del legislador para determinar el contenido del derecho de
propiedad, lo que se logra por medio de los límites y obligaciones de interés
social que pueda crear, poniendo fin a su sentido exclusivo, sagrado e
inviolable. Esta tesis ha sido reconocida por este Tribunal con anterioridad;
así, en sentencia de amparo número 5097-93, indicó:
«I.) La inviolabilidad de la propiedad privada es una garantía de rango
constitucional recogida por el canon 45 de la Carta Política. Este derecho
contrariamente a como se le concebía en otros tiempos, no es de naturaleza
estática, sino que conforme a las exigencias de nuestro tiempo se le ha de
considerar elástico y dinámico, esto es, que atribuye a sus titulares, tanto
interna como externamente las facultades, deberes y limitaciones. El poder
del propietario sobre la propiedad está determinado por la función que
ésta cumpla. El objeto del derecho de propiedad ha sufrido transformaciones
importantes. Actualmente, no sólo es tutelable el derecho de los propietarios,
sino también diversos intereses generales o sociales que coexisten con aquél. El
derecho objetivo enmarca del contenido de los derechos subjetivos. Cada objeto
de derecho implica una peculiar forma de apropiación. Así por ejemplo las
facultades del dominio relativas a un fundo agrícola son muy distintas de las
correspondientes a una finca ubicada en el sector urbano de intensa
utilización.»
Asimimo, se integra, junto con este principio -de la función social de la
propiedad- el de solidaridad social, del cual, como indicó este Tribunal
Constitucional con anterioridad,
«IV.[...], está imbuida nuestra Constitución Política, permite el gravamen
soportado por todos en favor de todos, o inclusive de unos pocos en favor de
muchos, con el requisito de que el uso natural del bien inmueble no sea
afectado al límite de su valor como medio de producción, o de su valor en el
mercado, esto es, que desaparezca como identidad productible.» (Sentencia
número 2345-96, de las nueve horas veinticuatro minutos del diecisiete
de mayo del año en curso.)
Cabe señalar que en casi todas las legislaciones ha desaparecido el concepto de
derecho de propiedad privada concebido en forma ilimitada y absoluta, y en los
más importantes órdenes se impone cada vez con más fuerza, una concepción
de la propiedad estrechamente ligada a las exigencias generales de la sociedad."
IV.-DE LA REALIZACIÓN DE LAS TAREAS ESTABLECIDAS EN EL ARTICULO
75 DEL CÓDIGO MUNICIPAL A CARGO DE LA MUNICIPAL. Es en virtud de las
anteriores consideraciones que las exigencias resultan a tal punto exigibles, que si el
propietario y/o posedor del inmueble no cumple las mismas, las municipalidades
pueden suplir la omisión de esos deberes, "realizando en forma directa las obras o
prestando los servicios correspondientes", trabajos que cobrará al propietario o poseedor,
según lo prevé la norma en comentario:
"Salvo lo ordenado en la Ley General de Salud, cuando los munícipes
incumplan las obligaciones anteriores, la municipalidad está facultada para
suplir la omisión de esos deberes, realizando en forma directa las obras o
prestando los servicios correspondientes. Por los trabajos ejecutados, la
municipalidad cobrará, al propietario o poseedor del inmueble, el costo efectivo
del servicio o la obra. El munícipe deberá reembolsar el costo efectivo en el
plazo máximo de ocho días hábiles; de lo contrario, deberá cancelar por
concepto de multa un cincuenta por ciento (50%) del valor de la obra o el
servicio, sin perjuicio del cobro de los intereses moratorios.
Con base en un estudio técnico previo, el Concejo Municipal fijará los precios
mediante acuerdo emanado de su seno, el cual deberá publicarse en La Gaceta
para entrar en vigencia. Las municipalidades revisarán y actualizarán
anualmente estos precios y serán publicados por reglamento.
Cuando se trate de las omisiones incluidas en el párrafo tras anterior de este
artículo y la municipalidad haya conocido por cualquier medio la situación de
peligro, la municipalidad está obligada a suplir la inacción del propietario,
previa prevención al munícipe conforme al debido proceso y sin perjuicio de
cobrar el precio indicado en el párrafo anterior. Si la municipalidad no la suple
y por la omisión se causa daño a la salud, la integridad física o el patrimonio
de terceros, el funcionario municipal omiso será responsable, solidariamente
con el propietario o poseedor del inmueble, por los daños y perjuicios
causados."
Dicho cobro no sólo resulta pertinente sino además justificado, al conceptualizarse
como una tasa, es decir, del cobro al munícipe del costo por un trabajo o servicio
realizado por la municipalidad, en los términos establecidos en la ley (artículo 74 del
Código Municipal), la doctrina, y la propia jurisprudencia constitucional:
"VII.-REGIMEN DE LAS TASAS MUNICIPALES.- [...] Se impone, en
consecuencia, la necesidad de establecer el marco jurídico de referencia para las
tasas y los precios públicos. Calificada doctrina del Derecho financiero habla de
tasa cuando la Administración trata de satisfacer una necesidad colectiva, por
medio de una actividad que despliega en prestaciones individualizadas,
dirigidas a sujetos determinados y que deben ser pagadas por éstos. La
actividad la realiza la Administración por la utilización del dominio público o
por otros medios que afecte o beneficie, de modo particular al sujeto pasivo. El
hecho imponible consiste en la prestación de los servicios, sea por requerirlo así
el sujeto o por la recepción obligatoria del mismo, como por ejemplo en el caso
de la recolección de basura, en que se puede o no requerir del servicio, pero
siempre se está obligado a pagarlo; y por otro lado, la Administración debe
estar habilitada, por ley, para prestar el servicio y cobrar por él. Desde la
perspectiva de nuestro Derecho positivo, la tasa se enmarca como un tributo
(art. 4 Código Tributario), sin embargo, es de relevancia el trato que la
jurisprudencia nacional le ha dado a este tributo y que como síntesis, fue
desarrollado en el considerando XXXV.- de la sentencia 05445-9, de las 14:30
horas del 14 de julio de 1999, al expresar:
«II.- DE LA APROBACIÓN DE LAS TASAS MUNICIPALES. Debe
hacerse la distinción de lo que son las licencias o patentes municipales,
definidas por la jurisprudencia constitucional como el impuesto
municipal en concepto de autorización para ejercer una actividad
lucrativa, que se paga por la
"[...] imperiosa necesidad de sufragar el costo de los servicios
públicos que el particular recibe de la Municipalidad; es decir,
que los negocios comerciales o las actividades lucrativas,
según la nomenclatura que utiliza nuestro Código Municipal,
se ven altamente beneficiados con la seguridad, el orden, el
aseo y la actividad municipal en general, por lo que deben
contribuir con el Gobierno local» (sentencia número 219792, supra citada);
tributos que pueden tener distinto hecho generador, dependiendo de la
corporación local de que se trate, cuya aprobación corresponde a la
Asamblea Legislativa, según se anotó en el Considerando XXIX.de esta sentencia, de las tasas municipales, que son la contribuciones
que se pagan a los gobiernos locales por los servicios urbanos que éstos
prestan a la comunidad (agua, recolección de basura, limpieza de
cunetas, mantenimiento de parques), cuya tarifa está en relación
directa con el costo efectivo invertido por estas autoridades y cuyo
pago no puede ser excepcional aunque el usuario no esté interesado en
la prestación efectiva y particular de estos servicios, en los términos
establecidos en el artículo 74 del vigente Código Municipal: [...]»"
(Sentencia número 10134-99, de las once horas del veintitrés de
diciembre de mil novecientos noventa y nueve).
V.- DEL RESPETO DEL DEBIDO PROCESO EN EL ESTABLECIMIENTO DE
MULTAS MUNICIPALES. Por último, se hace referencia a las alegadas violaciones
del debido proceso y derecho de defensa acusados por el accionante. Según se anotó
en los Considerandos anteriores, el artículo 75 del Código Municipal prevé que en
caso de omisión del propietario o poseedor de las obligaciones establecidas en esa
norma, las supla la Municipalidad, tareas o servicios que se le cobrarán al costo
efectivo al propietario o poseedor en el plazo de ocho días hábiles, caso contrario, "se
deberá cancelar por concepto de multa un cincuenta por ciento (50%) del valor de la obra o el
servicio, sin perjuicio de los intereses moratorios". Debe quedar en claro que se está ante el
cobro de una tasa, entendiendo por tal, una obligación de naturaleza tributaria en los
términos definidos en el Considerando anterior. Ahora, bien, la imposición de esta
multa debe hacerse mediante un debido proceso, y si el artículo 76 del Código
Municipal no lo establece, la municipalidad está en la obligación de aplicar el
dispuesto en los artículos 308 y siguientes de la Ley General de Administración
Pública. Con anterioridad, y en reiteradas ocasiones, esta Sala ha indicado que ante la
ausencia de una norma escrita que establezca y defina un procedimiento
administrativo para la afectación de algún derecho fundamental, o imposición de una
sanción, en forma supletoria debe aplicarse el procedimiento establecido en el Libro
II. de la Ley General de Administración Pública, el cual contiene todas las garantías
del debido proceso (entre otras, ver sentencias número 2130-94, de las catorce horas
cincuenta y siete minutos del tres de mayo de mil novecientos noventa y cuatro; 236094, de las quince horas seis minutos del diecisiete de mayo de mil novecientos
noventa y cuatro y 7771-98, de las dieciséis horas veinticuatro minutos del tres de
noviembre de mil novecientos noventa y ocho):
"[...] los alegatos del accionante son improcedentes. El ordenamiento jurídico
nacional establece una amplia gama de garantías y principios procesales de
carácter fundamental, de aplicación plena no sólo en el ámbito jurisdiccional,
sino también en todo procedimiento administrativo, de forma que su
inobservancia ocasiona la nulidad absoluta, por inconstitucionalidad de todo lo
actuado, especialmente en casos como el presente, en que la Administración
está facultada por ley para eliminar un acto creador de derechos subjetivos para el caso una concesión- dictado en favor del administrado. Dichos
principios y garantías derivan, en general, de los artículos 39 y 41 de la
Constitución Política, y más específicamente de la Ley General de la
Administración Pública cuyos principios del procedimiento, por la especial
naturaleza de la materia que regulan, resultan de acatamiento obligatorio.
Dentro de ellos, según la sentencia número 00015-90 de las dieciséis horas
cuarenta y cinco minutos del cinco de enero de mil novecientos noventa de esta
Sala, se encuentran:
«... a) Notificación al interesado del carácter y fines del procedimiento;
b) derecho a ser oído, y oportunidad del interesado para presentar los
argumentos y producir las pruebas que entienda pertinentes; c)
oportunidad para el administrado de preparar su alegación, lo que
incluye necesariamente el acceso a la información y a los antecedentes
administrativos, vinculados con la cuestión de que se trate; ch)
derecho del administrado de hacerse representar y asesorar por
abogados, técnicos y otras personas calificadas; d) notificación
adecuada de la decisión que dicta la Administración y de los motivos
en que ella se funde y e) derecho del interesado de recurrir la decisión
dictada ...»
III.-La norma impugnada no es omisiva, ni resulta inconstitucional por no
establecer expresamente el procedimiento a seguir para la cancelación de
concesiones otorgadas dentro de la zona marítimo terrestre, ya que resultaba
innecesario regularlo, desde que la Ley General de la Administración Pública
dispone la obligatoriedad de cumplir los principios y procedimientos en ella
establecidos para todos los casos, salvo cuando la ley especial regule
expresamente esa materia, lo que no es el caso de la Ley número 6043 cuya
legitimidad constitucional se cuestiona. De conformidad con el artículo 308 de
la Ley General de la Administración Pública, constituyen materia del
procedimiento ordinario los casos en que el acto final pueda causar perjuicios
graves al administrado, sea imponiéndole obligaciones, suprimiéndole o
denegándole derechos subjetivos, o por cualquier otra forma de lesión
grave y directa a sus derechos o intereses legítimos; y si hay contradicción o
concurso de interesados frente a la Administración dentro del expediente; y,
evidentemente, la cancelación de una concesión válidamente otorgada
constituye uno de esos supuestos, razón por la cual es de observancia el
procedimiento ordinario y los principios constitucionales que le son
inherentes.
IV.-De la misma forma cabe indicar, que la determinación de si se siguió o no
el procedimiento administrativo requerido para cancelar una concesión
concreta; y en caso afirmativo, si en la sustanciación de éste se cumplieron con
los requisitos constitucionales del debido proceso, no es materia propia de la
acción de inconstitucionalidad, pues no se trata de un roce constitucional de la
norma en sí, sino de los efectos derivados de su aplicación concreta por parte
de la Administración; siendo por el contrario, materia del recurso de amparo
conforme a los artículos 29 y siguientes de la Ley de esta Jurisdicción, vía a la
que el accionante incluso ya acudió, en defensa de sus derechos e intereses."
VI.-DE LAS REGLAS DE LA NOTIFICACIÓN. Por último, debe advertirse al
accionante que la Sala no encuentra motivo de inconstitucionalidad en el artículo 76
del Código Municipal en el hecho de que la norma garantice el deber de notificar al
propietario o al posedor de los inmuebles correspondientes el cumplimiento de los
deberes establecidos en el artículo 75 del mismo cuerpo legal, para lo cual se le otorga
un plazo prudencial. Lejos de constituir una infracción del debido proceso y derecho
de defensa, este Tribunal estima que hay una garantía del cumplimiento de estos
principios constitucionales, toda vez que establece la obligación para la
administración de la debida notificación a quien corresponda.
Por tanto:
Se rechaza por el fondo la acción.
Luis Paulino Mora M.
Presidente, a.i.
Eduardo Sancho G. Carlos M. Arguedas R.
Adrián Vargas B. Susana Castro A.
Manrique Jiménez M. Alejandro Batalla B.Es copia fiel del original - Tomado del
Sistema Costarricense de Información Jurídica el: 16/4/2010 10:41:55 AM
Sentencia:
15232
Expediente: 08012150-0007-CO
Fecha:
10/10/2008 Hora:
1:36:00 PM
Emitido por:
Sala
Constitucional
* 080121500007CO *
Exp: 08-012150-0007-CO
Res. Nº 2008015232
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a
las trece horas y treinta y seis minutos del diez de octubre del dos mil ocho.
Recurso de amparo presentado por Alexander Núñez Ibarra, mayor, portador de la
cédula de identidad número 6-203-088, contra el Jefe de Aseo de Vías de la
Municipalidad de San José y el Jefe de la Unidad de Trabajo número 11 de Hatillo.
Resultando:
1.-Por memorial presentado mediante el sistema de fax de la Secretaría de esta Sala a
las quince horas diecinueve minutos del cinco de setiembre del dos mil ocho el
recurrente presenta recurso de amparo contra el Jefe de Aseo de Vías de la
Municipalidad de San José y el Jefe de la Unidad de Trabajo número 11 de Hatillo.
Manifiesta que: a) El servicio de limpieza de parques y zonas verdes no es prestado
debidamente por parte de la Municipalidad de San José, lo que ocurre en la alameda
No. 5 de la Ciudadela 15 de setiembre, situación que provoca que el lugar se convierta
en un sitio importante de contaminación ambiental; b) La última vez que un grupo de
trabajadores municipales cortaron el zacate fue en noviembre de 2007, por gestión
suya, y en la actualidad alcanza una altura de entre 1 y 1,5 metros, lo que constituye
un peligro para la seguridad y la salud de los vecinos; c) El 03 de setiembre de 2008
conversó con el Supervisor de Personal de la Unidad de Trabajo No. 11 de Hatillo, y le
indicó que no podían hacer nada, pues por órdenes del Jefe de Aseo de Vías de esa
Municipalidad, no pueden proceder a la limpieza de zonas verdes, y además, se basan
en la interpretación que le dan al artículo 75 del Código Municipal, por lo que
dispusieron que corresponde a los dueños de inmuebles limpiar la zona o alameda
frente a sus propiedades; d) Otro argumento que se utiliza, es que no cuentan con
recursos materiales ni humanos suficientes para desarrollar esa labor; e) En distintas
ocasiones le dicen que existen otras necesidades urgentes que atender, lo cual no es
aceptable; f) La Municipalidad de San José cobra a sus contribuyentes un impuesto
específico para el mantenimiento de Parques y Zonas Verdes, el cual es muy alto, y
bien podrían los vecinos contratar regularmente un servicio privado de
mantenimiento para las zonas verdes y disfrutar de un sitio más seguro, sano y sin
contaminación; g) Conforme con el artículo 74 del Código Municipal resulta
inaceptable que le sigan cobrando por un servicio que no es prestado en su
comunidad; h) Aunado a lo anterior, se presenta otro problema con el mal servicio de
limpieza de caños, pues solo limpian los sectores de la calle principal, dejando los
caños del interior de las alamedas sin ese servicio, lo que provoca la acumulación de
todo tipo de basura y pone en riesgo la salud de las personas, además de constituir un
importante foco de contaminación y de propagación de enfermedades.
2.-Por resolución de las diez horas y treinta y nueve minutos del nueve de setiembre
del dos mil ocho se le dio curso al presente amparo y se le solicito informe al Jefe de
Aseo de Vías y al Jefe de la Unidad de Trabajo número 11 de Hatillo, ambos de la
Municipalidad de San José (ver folio 09 al 11 del expediente).
3.-Informan bajo juramento David Montero Pizarro y Minor Díaz Gómez en calidad
de Jefe de Aseo de Vías el primero y Jefe de la Unidad de Trabajo del Distrito de
Hatillo, ambos de la Municipalidad de Hatillo (ver folio 15 del expediente) que: a)
Una vez notificado la resolución de curso del presente amparo, se procedió a instruir
el proceso, solicitando a los órganos vinculados y/o competentes, los informes
conducentes a fin de dar el debido trámite; b) El Alcalde Municipal mediante oficio
número 6654 del 16 de setiembre del 2008 señaló: me permito informarle que,
revisados nuestros archivos, aparece siguiente documentación presentada por los
referidos señores, con relación al caso señalado: Oficio DAJ-1164-1-2007 de la
Dirección de Jurídicos, recibido el 02 de marzo del 2007. Se brinda respuesta a dicha
dependencia, a través de la nota 1847 de fecha 02 de marzo del 2008; c) El
Departamento de Servicios Ambientales, con oficio número 926-DSA-08, de fecha 17
de setiembre del 2008 indica que: “1. Que procedemos a enviar a inspeccionar al lugar
indicado a fin de evaluar la situación para proceder a lo que corresponda. 2. De
acuerdo con la inspección que se realice programamos el servicio en forma urgente. 3.
Así mismo le aclaramos que vamos hacer una programación para cumplir con el
servicio regularmente”; d) En el informe emitido por la Sección de Aseo de Vías y la
Unidad de Trabajo Distrito de Hatillo, se informó: “No es cierto que se de un mal
servicio de limpieza, ya que el señor Roberto Sagot trabajador manual de la Unidad
de Trabajo de Hatillo, es el funcionario asignado en dicho sector y aunque está
establecido que la limpieza se da con frecuencia de dos veces por semana en la
periferia del cantón, en ese sector específicamente se esta realizando a diario desde
hace más de un año, según reporte del Supervisor Díaz Gómez. Respecto a que la
Municipalidad no puede proceder a la limpieza de zonas verdes es una mala
interpretación, ya que efectivamente las zonas verdes y parques, sí es una tarea de la
institución lo que se debe de aclara aquí y lo estipula el Código Municipal en su
artículo 75 inciso a) es que es un deber de los munícipes (conjunto de vecinos
residentes del cantón) limpiar la vegetación a orillas de las vías públicas y recortar lo
que perjudique o dificulte el paso de personas (franja de zacate entre la acera y el
cordón de caño); e) Mediante oficio número 1068-SPAV-08 del 17 de setiembre del
2008 se indicó: “Con respecto al mantenimiento de alameda, en este despacho desde
que se inició el proyecto de Cobro por medio de una tasa para el Mantenimiento de
los Parques y Zonas Verdes, nunca se ha dado mantenimiento a las alamedas, los
caños a los largo de la alameda como lo menciona el interesado, es de competencia de
la Sección de Aseo de Vías”; f) La Sección de Gestión de Cobro mediante oficio
número 1150-SGC-08 del 18 de setiembre del 2008 informó: “PRIMERO: Que el Sr.
Nuñez Ibarra es contribuyente de esta Corporación Municipal, y actualmente tiene un
pendiente de ¢57.900.00, monto que corresponde al rubro que este Ayuntamiento
cobra por los servicios urbanos que presta la misma a los cuidadanos que habitan en
el Cantón Central de San José y que corresponde a los dos trimestres originados en el
año 2008 y que da origen a la finca número 353300-000, la cual como es obvio es
propiedad del recurrente; g) Su representa sí presta el servicio de limpieza de parques
y zonas verdes en el lugar que habita el recurrente; h) La legislación, doctrina y
jurisprudencia coinciden en que las tasas municipales son las contribuciones que se
pagan a los gobiernos locales por los servicios urbanos que éstos brindan a la
comunidad, cuya tarifa como quedó demostrado, es una relación directa con el costo
efectivo invertido por la Municipalidad y cuyo pago no puede ser excepcionado,
razón por la cual, resulta a todas luces el cobro del servicio prestado. Solicita que se
declare sin lugar el recurso.
4.-En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales.
Redacta el Magistrado Cruz Castro; y,
Considerando:
I.-OBJETO DEL RECURSO: El recurrente acude en amparo alegando violación de
sus derechos fundamentales por dos aspectos: PRIMERO: Que en la Alameda en la
que vive, la Municipalidad recurrida no presta el servicio de limpieza de parques y
zonas verdes ni de caños; SEGUNDO: Cobra un impuesto muy alto por un servicio
que no se está prestando.
II.-HECHOS PROBADOS: De importancia para la decisión de este asunto, se
estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos:
a. Que mediante oficio número 1150-SGC-08 de fecha 18 de setiembre del 2008 la
Sección de Gestión de Cobro de la Municipalidad de San José indicó: “… Que el Sr.
Núñez Ibarra es contribuyente de esta Corporación Municipal y actualmente tiene un
pendiente de ¢57.900.00, monto que corresponde al rubro que este Ayuntamiento cobra por los
servicios urbanos que presta la misma a los ciudadanos que habitan en el Cantón Central de
San José y que corresponde a los dos trimestres originados en el año 2008 y que da origen la
Finca N. 353300-000, la cual como es obvio es propiedad del recurrente…” (ver folio 07 del
expediente administrativo).
b. Que mediante oficio número 1068-SPAV-08 de fecha 17 de setiembre del 2008 el Jefe
de la Sección de Parques le informó a al Dirección de Asuntos Jurídicos : “… En
nuestros archivos no contamos con documentación pertinente al caso que se menciona en el
presente recurso de amparo. Con respecto al mantenimiento de la alameda, en este despacho
desde que se inició el proyecto de Cobro por medio de una tasa para el Mantenimiento de los
Parques y Zonas Verdes, nunca se le ha dado mantenimiento a las alamedas; los caños a lo
largo de la alameda como lo menciona el interesado, es de competencia de la Sección de Aseo de
Vías…” (ver folio 05 del expediente administrativo).
c. Que mediante oficio número 0805-SLV-08 de fecha 17 de setiembre del 2008 el Jefe
de la Sección de Aseo de Vías le informó a la Directora de Asuntos Jurídicos: “… no es
cierto que se de un mal servicio de limpieza de caños, ya que el señor Roberto Sagot, trabajador
manual de la Unidad de Trabajo de Hatillo, es el funcionario asignado en dicho sector y
aunque está establecido que la limpieza se da con una frecuencia de dos veces por semana en la
periferia del cantón, en este sector específicamente se esta realizando a diario desde hace más de
un año, según reporte del Supervisor Maynor Díaz Gómez …efectivamente las zonas verdes y
parques, sí es una tarea de la institución lo que se debe de aclarar aquí y lo estipula el Código
Municipal en su artículo 75 inciso a) es que es un deber de los munícipes (conjunto de vecinos
residentes del cantón) limpiar la vegetación a orillas de las vías públicas y recortar lo que
perjudique o dificulte el paso de personas (franja de zacate entre la acera y el cordón del caño)
…” (ver folio 04 del expediente administrativo).
III.-EN CUANTO A LA PRESTACIÓN DEL SERVICIO DE LIMPIEZA DE LA
MUNICIPALIDAD DE SAN JOSÉ: De previo al análisis del caso concreto es
importante recordar que el Código Municipal obliga a las Municipalidades de cada
cantón velar a porque al munícipe se le garantice el disfrute real y efectivo del
derecho a la salud y a un ambiente sano. En la Ley General de Salud, se infiere la
obligación del Estado y de las Municipalidades de proteger el citado derecho, el cual
debe ser defendido y preservado con la finalidad de conseguir el bienestar de todos
los habitantes de la Nación. De esta manera, si se produce una omisión injustificada
en el cumplimiento de estos deberes, tal situación supone una grosera violación del
Derecho de la Constitución, que desde todo punto de vista debe ser amparada en esta
Jurisdicción. El Código Municipal estatuye en su artículo 75 que, de conformidad con
el Plan Regulador Municipal, las personas físicas o jurídicas, propietarias o
poseedoras, por cualquier título, de bienes inmuebles, deberán cumplir ciertas
obligaciones tendientes a velar por el ornato y la tutela del medio ambiente, cuyo
incumplimiento puede hacer a las personas que no cumplan al pago de multas, previo
debido proceso.
A juicio de la Sala, del elenco de los hechos probados y del informe rendido bajo
juramento, se desprende que en el caso específico no ha existido ninguna omisión por
parte de la Municipalidad de San José por cuanto según lo informa bajo juramento el
Alcalde recurrido de esta Corporación, desde hace aproximadamente un año, en el
sector que señala el recurrente, el servicio de limpieza se da TODOS los días, tanto de
los parques como de las zonas verdes, por lo tanto al no existir prueba que desvirtúe
el informe aportado lo procedente es declarar sin lugar el recurso en cuanto a este
extremo.
IV.-EN CUANTO A LA IMPROCEDENCIA DEL IMPUESTO COBRADO: Como
segundo alegato el recurrente manifiesta que el cobro del impuesto por parte del
gobierno local resulta improcedente, primero porque el servicio no se presta y
segundo porque resulta sumamente alto. En cuanto a este extremo cabe resaltar que
se trata de un problema sobre la legalidad de un cobro, cuyo conocimiento
corresponde a la vía administrativa y, en su caso, a la jurisdicción común, en el cual se
invoca la inconstitucionalidad del artículo 74 del Código Municipal, con la
consideración de que el cobro por el servicio de mantenimiento de parques se trata de
un impuesto, no de una tasa, que debería ser aprobado por la Asamblea Legislativa.
Sin embargo, aunque el recurrente haya invocado la inconstitucionalidad de la norma
y, a pesar de que el cobro cuestionado se encuentra razonablemente fundado en el
artículo 74 del Código Municipal, no procede aplicar lo previsto en el artículo 48 de la
Ley de la Jurisdicción Constitucional, porque la procedencia o improcedencia del
cobro cuestionado no es amparable, sino que es materia de legalidad ordinaria.
V.-Pero, además, como ya lo ha considerado esta Sala, la tasa corresponde a la
satisfacción de una necesidad colectiva, mediante una actividad que despliega la
administración en prestaciones individualizadas, dirigidas a sujetos determinados y
que deben ser pagadas por ellos; la actividad la realiza la administración por la
utilización del dominio público, o por otros medios, que afecte o beneficie, de modo
particular, al sujeto pasivo; el hecho imponible consiste en la prestación de los
servicios, por requerirlo así el sujeto o por la recepción obligatoria del mismo, como la
recolección de basura, en que se puede o no requerir del servicio, pero siempre se está
obligado a pagarlo; lo mismo cabe decir del mantenimiento de parques y zonas
verdes (v. sentencia número 10134-99) . El régimen jurídico de las tasas exige una
norma legal habilitante, que es, en este caso, el artículo 74 del Código Municipal, del
cual se deriva la potestad de la administración municipal para determinar la tarifa,
que se someta a la aprobación de la Contraloría General de la República y, acaso lo
fundamental, es que en el elemento objetivo del hecho imponible del impuesto no
aparece contemplada ninguna actividad administrativa, como sí la hay en la tasa: en
este caso, el servicio de mantenimiento de los parques y áreas verdes.
VI.-Así las cosas lo procedente es declarar sin lugar el recurso en todos sus extremos
como en efecto se dispone.
Por tanto:
Se declara SIN lugar el recurso. Comuníquese a todas las partes.
Ana Virginia Calzada M.
Presidenta a.i.
Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C.
Rosa María Abdelnour G. Roxana Salazar C.
FCC/40/vah
EXPEDIENTE N° 08-012150-0007-CO
Teléfonos: 2295-3696/2295-3697/2295-3698/2295-3700. Fax: 2295-3712. Dirección
electrónica: www.poder-judicial.go.cr/salaconstitucional
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información
Jurídica el: 16/4/2010 11:52:53 AM
Descargar