El asedio de la loma - Arbotante Patrimonio e Innovación SL

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El asedio de la Loma: una apuesta de futuro
Iván García Vázquez
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I. LA PROYECCIÓN DEL PASADO
1 ¿Qué es la Loma?
El asedio de la loma:
una apuesta de futuro
Conferencia pronunciada el 13 de abril de 2013.
Casa de Cultura de Santibáñez de la Peña
Iván García Vázquez
La
Loma
es
un
complejo
arqueológico que se localiza en tierras de
Santibáñez de la Peña, sobre un
promontorio de 1124 msnm desde el que
se
domina
estratégicamente
el
estrechamiento de la Hoz, entre los ríos
Valdivia, Las Heras y el arroyo de San
Román.
1
Arqueólogo e Historiador
Arbotante Patrimonio e Innovación SL
[email protected]
Los límites del yacimiento quedan
encuadrados por la marcada topografía del
conjunto geológico, aprovechado por los
tamáricos para encastrarse, y por los
romanos
posteriormente
para
erigir
estratégicamente los tres campamentos
que dominarían, desde tan privilegiadas
cotas, el desenlace del asedio.
RESUMEN
Breve Historia de las investigaciones
En torno al castro cántabro de la
loma se edificó en el s. I a.C. un
impresionante dispositivo de asedio por
parte
de
Roma.
Su
potencialidad
arqueológica, puesta al descubierto por las
investigaciones del Dr. Eduardo Peralta,
unido a su puesta en valor pueden
favorecer un nuevo foco de turismo cultural
de ámbito europeo.
Los primeros historiadores que se
refieren a este pueblo fueron el geógrafo
griego Claudio Ptolomeo, que sitúa a
Kamarica en una zona al oeste del
nacimiento del Ebro, y Plinio el Viejo, quien
alude a las Fuentes Tamáricas que
describió ampliamente en su Naturalis
Historia, XXXI, y que tras ser buscadas
durante siglos, fueron identificadas por el P.
Enrique Flórez en 1768 en la localidad
palentina de Velilla del Río Carrión, siendo
descubiertas tras las excavaciones que los
arqueólogos Antonio García y Bellido y
Augusto Fernández de Avilés llevaron a
cabo en 1961. Aunque el castro de La
Loma no puede ser identificado con la
ciudad de Camárica del siglo II d.C., puesto
que acaba su vida en el momento de las
guerras cántabras,
Palabras clave: castro, legión romana,
cántabros, asedio, puesta en valor
ABSTRACT
Around
The
Hill
cantabrian
oppidum was built in the s. I B.C. an
impressive device siege by Rome. The
archaeological potential, laid bare by the
research of Dr. Eduardo Peralta, joined its
value may favor a new cultural tourism
focus of Europe.
Key words: castro, Roman legion, cantabrian,
siege, value.
1
http://www.linkedin.com/pub/iv%C3%A1ngarc%C3%ADa-v%C3%A1zquez/49/818/221
El yacimiento de “El Castro”, fue
inventariado en 1986 por Pérez Rodríguez,
que lo catalogó como un castro amurallado
de la II Edad del Hierro a partir de la
aparición de varias cerámicas anaranjadas
y un molino circular, incorporándose al
Inventario Arqueológico de Castilla y León.
Un lustro después, fue revisado durante la
campaña de prospección del Inventario
Arqueológico de la provincia de Palencia de
los años 2000-2001, dirigidas por D. Miguel
1
El asedio de la Loma: una apuesta de futuro
Ángel Martín Carbajo (Strato). En el año
2002 Miguel Ángel Fraile López descubrió
los campamentos romanos, dentro de las
prospecciones llevadas a cabo en el marco
del proyecto de las Guerras Cántabras.
Entre 2003 y 2007 se llevaron a
cabo cinco campañas de excavación
arqueológica, complementadas por las
prospecciones pedestre, aérea y geofísica,
realizadas por el Instituto de Estudios
Prerromanos y de la Antigüedad de
Cantabria, bajo la dirección científica de D.
Eduardo Peralta Labrador.
En todas estas actuaciones se han
obtenido notables resultados arqueológicos
que han permitido constatar la importancia,
entidad y potencialidad de los restos
soterrados. Fruto de aquellas excavaciones
arqueológicas han sido la publicación de
una serie de artículos científicos que
aportan luz sobre aquel episodio histórico.
En junio del año 2007 fue
reprospectado por la empresa Strato con
motivo del estudio de impacto ambiental
previo a la construcción de la variante de la
carretera CL-626, y finalmente en el año
2009 fue revisado con el objeto de incluirse
en el Catálogo de Protección arqueológica
de las Normas Urbanísticas Municipales de
Santibáñez de la Peña, realizado por la
empresa Antequem S.L. bajo la dirección
del arqueólogo D. Luís Alberto Villanueva
Martín.
Ya en 2011 ha sido objeto de
estudio por parte de la empresa Arbotante
Patrimonio e Innovación, a quien la
Asociación para la Recuperación del
Territorio Tamárico había solicitado sendos
informes técnicos que arrojaran luz sobre la
viabilidad de retomar a corto plazo las
labores arqueológicas.
2 ¿Quiénes son los protagonistas de
este episodio Histórico?
Los Tamáricos
Los Tamáricos o Camáricos fueron
una de las tribus que formaban la Cantabria
antigua. Su gentilicio proviene de su
capital, Tamarica (también conocida como
Kamarica), la cual parece localizarse en
Velilla de Río Carrión.
Iván García Vázquez
Esta tribu desarrolla su existencia
desde el siglo III a.C. hasta el 19 a.C.
cuando los romanos arrasan su capital,
posiblemente identificada con el castro de
la Loma, y esclavizan a su población. Los
hombres son deportados a luchar en el
limes, y las mujeres son vendidas como
esclavas.
El territorio tamárico abarcaba
desde la montaña palentina hasta la Vega
del Carrión (Saldaña), y de de los
márgenes del río Pisuerga (Aguilar de
Campoo) hasta las comarcas de Cistierna y
Sahagún, en el actual León.
Esta tribu se organizaba mediante
el matriarcado. Las mujeres se encargaban
de la agricultura y del cuidado de los
animales, y hombres de la siempre
arriesgada caza.
Los tamáricos vivian en oppida (castro). En
el caso de la Loma, durante las campañas
de excavación, se documentaron sus
estructuras defensivas, de las que
destacan la muralla de mampostería
cubierta por un manteado de barro y un
foso de casi 4 m de profundidad. En el
interior del castro se documentaron,
además, restos de viviendas fechadas
entre los siglos II y I a.C por su alfarería, lo
que indica que estas gentes ya vivían aquí
con anterioridad a la llegada de los
romanos. También se abrió un sondeo en
el vertedero, que permitió recuperar un
interesante elenco de materiales cerámicos
y restos óseos de fauna, que aportan datos
sobre la dieta carnívora de los indígenas:
gallina, caballo, cabra, cerdo-jabalí y ciervo.
Los Romanos
Durante los comienzos de su
mandato el emperador Octavio Augusto
Roma declaró la guerra a los cántabros y
los astures y entre los años 29 y 16 a.C.
dirigió una serie de duras campañas para
someterlos. Cántabros y astures se
rehicieron en reiteradas ocasiones para
hacer frente a las legiones, después de que
los romanos les hubieran considerado
definitivamente derrotados.
Los romanos establecieron sus
campamentos
en
los
promontorios
cercanos al castro, sobre el que tenían una
posición de privilegio.
2
El asedio de la Loma: una apuesta de futuro
En lo que respecta al castra
principalis (campamento romano principal),
está situado al sur de Santibáñez de la
Peña y al sureste de Las Heras de la Peña,
sobre un promontorio alargado bordeado
por el arroyo de San Román por el norte y
tierras de Pino de Viduerna por el sur.
Tiene 7,5 has y es visible gran parte de su
perímetro defensivo, formado por un agger
o aterrazamiento de tierra y piedra sobre el
que se disponía una empalizada o vallum,
cuya continuidad queda quebrada por la
clavicula, característico acceso de los
castra aestiva temporales de campaña,
desde su introducción en la reforma
cesariana del ejército. Del sector noroeste
salen de ambas esquinas del campamento
dos atrincheramientos de la circunvalación
para cercar al castro situado enfrente,
buscando
su
aislamiento,
realizado
mediante un sistema de terraplén sin foso
(vallum aggerque). Este campamento, pudo
albergar si no a una legión, si a un número
considerado de centurias, pues han sido
documentados varios anclajes de tiendas
de campaña que así lo atestiguan.
Hacia el lado de poniente, se
disponen los dos castella de menor
entidad. El castellum A controla el noroeste
del castro y el castellum B el oeste. En
estos fuertes secundarios se ha encontrado
diverso equipamiento militar romano,
destacando proyectiles de catapulta
incendiarios (malleollus) y puntas de flecha
igualmente incendiarias (Peralta, 2003:
303-306).
El castellum A, se asienta hacia los
1.102 m de altitud, en una peña caliza
situada en el interfluvio donde se unen el
río de Las Heras y el arroyo de San Román
para formar el río Valdavia. El enclave
domina el estrecho paso de La Hoz y el
flanco occidental del castro indígena
asediado.
Por su parte, el castellum B tiene
una extensión de 7,9 has, y se emplaza
sobre la misma punta acantilada que cae
sobre el estrechamiento de La Hoz y en la
inmediata pendiente que desciende hacia
el norte. Los materiales hallados en este
lugar permitieron delatar su presencia,
cerrando el cerco en el cañón de La Hoz,
ocupando una elevada posición avanzada,
privilegiada para agredir con proyectiles
desde este punto el extremo occidental del
castro (Peralta, 2003: 34). Desde la punta
que domina el encajonamiento de La Hoz y
Iván García Vázquez
la ladera oeste del castro asediado,
desciende hacía el río por la ladera norte
otro agger muy arrasado, resto de la
circunvalación del asedio. En esta zona
aparecieron algunas tachuelas de caligae,
que demuestran el paso de cohortes
legionarias y tropas auxiliares.
Entre los objetos materiales
recuperados en todos estos ámbitos,
además de los restos de fauna y cerámica
que se documentan por cientos, así como
una interesante colección numismática de
la que además de los ases de bronce,
destacan
los
denarios
de
plata,
especialmente los acuñados en Turiaso
(Tarazona),
pero
ninguna
de
las
acuñaciones va más allá del año 25 a.C.,
por lo que por el momento es tomada como
fecha de abandono del enclave.
De la panoplia de los legionarios,
se han recogido numerosas clavis caligae,
los clavos metálicos de las sandalias
romanas, se han recuperado puntas de
saeta, correas y arreos de caballo de los
equites, navajas indígenas, mangos de
hueso, etc.
3 El dispositivo de asedio
En el asedio de la Loma se
constata una fotografía de hace dos mil
años. El yacimiento se encuentra
exactamente
igual
que
como
lo
abandonaron los legionarios romanos tras
su arrasamiento hacia el 25 a.C., y no ha
sido objeto en ningún momento de la
historia posterior, de alteraciones o
repoblaciones, como fue el caso de
Numancia, en la que su conquista precedió
a su romanización. En el caso de la Loma
no ocurrió esto, por lo que se convierte en
una joya histórica difícilmente repetible en
la región.
Es en este escenario arqueológico
donde se puede interpretar el proceso de la
conquista de Hispania, tanto de manera
teórica como de manera real: a la llegada
de los romanos los cántabros se hacen
fuertes en el castro, levantando y
acondicionando sus líneas defensivas. Los
romanos erigen el campamento principal
frente al poblado fortificado, y toman
posiciones en dos cotas que se alzan sobre
la loma de Santibáñez, aunque separadas
por el río.
3
El asedio de la Loma: una apuesta de futuro
Los romanos, suponemos que ante
la negativa de los indígenas a rendirse y
entregar su libertad al conquistador, son
cercados mediante una circunvalatio y una
contravalatio, sistema empleado en otros
asedios. Inmediatamente montan las
máquinas de asedio: scorpios, arcuballistae
y catapultae, y se inicia el ataque contra el
castro. Uno de ellos debió producirse en la
zona de la muralla, que se vio sometida a
un intenso “fuego” de sagitarii (arqueros),
en tanto que se intentó incendiar el castro
mediante el empleo de proyectiles
incendiarios con maquinas pesadas.
Pasado el tiempo, los romanos
habrían vencido no sin dificultades la
resistencia heroica de los defensores. Los
supervivientes del combate habrían sido
esclavizados, y el castro fue, tal y como se
ha
constatado
arqueológicamente,
arrasado hasta los cimientos, cegado el
foso y destruida su muralla para evitar
nuevas
revueltas.
Los
romanos
desmontarían el asedio, y seguirían a
través de las montañas buscando el paso
hacia la costa.
Evidencias de la lucha quedan
patentes en la recuperación, por el equipo
de Eduardo Peralta, de restos de
maquinaria
bélica,
así
como
la
documentación de reiteradas reparaciones
en la muralla indígena y de la
concentración de proyectiles en zonas muy
concretas,
que
demostrarían
la
planificación romana de los ataques hacia
puntos débiles, buscando penetrar en las
líneas defensivas de los cántabros. En el
otro bando, los tamáricos, se habrían
defendido mediante el lanzamiento de
piedras y proyectiles con hondas, desde los
parapetos de la muralla.
4 La importancia de la Loma en las
Guerras Cántabras
El asedio de la Loma permite
comprender la importancia de Hispania en
el mundo romano, y su significado para
Octavio Augusto, ya que el fin de este
conflicto supone el final del mundo romano
republicano tal como se conocía, y el
advenimiento del Imperio Romano como
entidad política.
La República de Roma había
iniciado la conquista de Hispania con el
desembarco de Cneo Cornelio Escipión el
Calvo en Emporiae el 218 a.C. La franja
Iván García Vázquez
norte peninsular será la asignatura
pendiente de Roma durante dos siglos y
medio, ya que no había conseguido aún
someter a estas tribus indígenas norteñas
hacia el cambio de era.
Si Julio César había logrado
conquistar las Galias no sin dificultades, su
sucesor Octaviano, el futuro Octavio
Augusto, debía estar a la altura de su
mentor, tomando personalmente las
riendas de la campaña militar. Empleando
como casus belli el hostigamiento ejercido
por los montañeses cántabros contra el
territorio de autrigones, turmogos y vacceos
(crebis incursionibus) en las actuales
provincias de Valladolid, León y Palencia,
el cónsul abre el templo de Jano y Roma
entra en guerra con cántabros y astures.
Inicia las hostilidades Estatilio
Tauro, hasta que en el año 27 a.C. el
desarrollo de la guerra exige un mayor
número de tropas. Es entonces cuando el
propio cónsul Octaviano se dirige a
Hispania, convertido en princeps. Los
siguientes tres años Augusto y sus legados
consiguen
someter
parcialmente
a
cántabros y astures. Es en ese momento
donde parece encuadrarse el asedio de la
Loma. En el 25 a.C Octavio da por
concluida prematuramente la campaña y
cierra solemnemente el templo de Jano,
pero los indígenas se rebelan contra los
legados Carisio y C. Furrio.
Finalmente el general Marco
Vipsanio Agrippa acude el 19 a.C., desde
las Galias, a culminar la guerra de
Hispania. La importancia de este conflicto
es tal, que Augusto la menciona en su
testamento, señalando que en estas
operaciones
militares
recuperó
los
estandartes que por culpa de otros jefes
militares habían caído en manos del
enemigo.
El asedio de la Loma debe situarse
en el espacio como uno de los últimos
reductos que quedaban de resistencia
hispana frente a Roma. Pacificada la Galia
con la caída de la capital de los galos,
Alesia, y rendido su caudillo Vercingétorix,
Hispania debía ser pacificada a toda costa
para poder despejar el camino hacia
Britannia, donde años más tarde Adriano
erigiría el célebre muro para frenar a los
pictos y otros pueblos indígenas.
4
El asedio de la Loma: una apuesta de futuro
Por otro lado, en Germania se
libraría pocos años después de la caída del
castro de la Loma, una derrota aplastante
por parte de los romanos en el bosque de
Teutoburgo (Alemania), siendo tanto aquél,
como éste uno de los pocos restos de
batallas localizados arqueológicamente en
Europa.
II. LA PROYECCIÓN DE FUTURO
5 ¿Por qué es tan importante?
Todo yacimiento arqueológico es
importante, por el simple hecho de ser
único en el espacio y en el tiempo, e
irrepetible. No hay dos iguales, aunque
existen muchos parecidos. De entre las
singularidades que acontecen en este
yacimiento, parece interesante recordar
que de su excavación se ha recuperado la
más representativa colección de puntas de
flecha del mundo romano (más de 600),
frente a colecciones ahora menores como
las de Alesia (Francia), Hartz y Teutoburgo
(Alemania), o Dura Europos (Siria).
Del castro indígena se ha
documentado su muralla y el espectacular
foso de 4 m y fondo en artesa que
aprovecha una falla natural, lo que da
cuenta de unas dimensiones acordes a su
importancia. Por otro lado, de los
acuartelamientos romanos se han podido
recuperar evidencias de maquinaria de
guerra
(tormentaria),
así
como
la
realización de una circunvalatio y una
contravalatio que recuerdan a sitios como
el de Numantia (Soria).
Otra particularidad es la existencia
de al menos una cueva con restos del
Hierro II, hecho no insólito pero si poco
común en estos momentos de la historia, y
sobre el cual debe investigarse más, ante
la posibilidad de que el lugar se vincule a
un ámbito sagrado o religioso.
Todos
estos
considerandos
muestran que el conjunto arqueológico
documentado en Santibáñez de la Peña va
más allá de ser un mero encastillamiento
cántabro en altura, para erigirse en puente
entre dos mundos. De un lado, el pueblo
cántabro protohistórico, indígena. De otro,
la demoledora civilización romana, pueblo
plenamente histórico, que se sabe dotar de
una temible arma de guerra: la legión
Iván García Vázquez
romana, y un nexo de confrontación en el
contexto de las guerras cántabras.
El Castro de la Loma simboliza el
choque cultural de estas dos civilizaciones,
con una cosmogonía, una idiosincrasia y
una visión del mundo diferentes. Frente al
ejercicio popular de las armas por parte de
los
castreños,
Roma
impone
su
profesionalización castrense, frente a la
desesperada lucha por la vida, los romanos
imponen una planificación militar. Lo que
verdaderamente se ha descubierto son los
restos soterrados de una auténtica batalla
de gran escala, pues posiblemente el sitio
duró varios meses, mostrándose a los ojos
de la arqueología un verdadero teatro de
operaciones militares, que precisó de la
inversión de miles de horas de trabajo para
levantar el sistema romano de asedio y
aproche, la instalación de varias centurias
legionarias y el empleo de maquinaria de
guerra
(catapultas,
etc.),
unidades
auxiliares como alae de caballería y
sagitarii (arqueros), y el uso de formaciones
militares de aproximación bien ensayada
como
la
efectiva
tortuga
(testudo
legionaria).
Pero este yacimiento es, además,
un unicum en el mundo bélico romano,
pues si bien son conocidos los castra
stativa, es decir, acuartelamientos estables
para guarnecer las tropas en invierno, de la
Legio VII Gemina en León, de la Legio IIII
Macedónica en Herrera de Pisuerga
(Palencia) o de la Legio VI Victrix en
Rosinos de Vidriales (Zamora), el complejo
militar documentado en Santibañez es un
castra aestiva, es decir, campamentos
veraniegos construidos en plena misión
militar, con el añadido de desarrollarse la
campaña castrense en la montaña,
debiendo por ello adaptar la planta de los
campamentos a la topografía del lugar.
Además, en el asedio de la Loma
se constata una fotografía de hace dos mil
años. El yacimiento se encuentra
exactamente
igual
que
como
lo
abandonaron los legionarios romanos tras
su arrasamiento hacia el 25 a.C., y no ha
sido objeto en ningún momento de la
historia posterior, de alteraciones o
repoblaciones, como fue el caso de
Numancia, en la que su conquista precedió
a su romanización. En el caso de la Loma
no ocurrió esto, por lo que se convierte en
una joya histórica difícilmente repetible en
la región.
5
El asedio de la Loma: una apuesta de futuro
Es en este escenario arqueológico
donde se puede interpretar el proceso de la
conquista de Hispania, tanto de manera
teórica como de manera real: a la llegada
de los romanos los cántabros se hacen
fuertes en el castro, levantando y
acondicionando sus líneas defensivas. Los
romanos erigen el campamento principal
frente al poblado fortificado, y toman
posiciones en dos cotas que se alzan sobre
la loma de Santibáñez, aunque separadas
por el río.
Los romanos, suponemos que ante
la negativa de los indígenas a rendirse y
entregar su libertad al conquistador, son
cercados mediante una circunvalatio y una
contravalatio, sistema empleado en otros
asedios. Inmediatamente montan las
máquinas de asedio: scorpios, arcuballistae
y catapultae, y se inicia el ataque contra el
castro. Uno de ellos debió producirse en la
zona de la muralla, que se vio sometida a
un intenso “fuego” de sagitarii (arqueros),
en tanto que se intentó incendiar el castro
mediante el empleo de proyectiles
incendiarios con maquinas pesadas.
Pasado el tiempo, los romanos
habrían vencido no sin dificultades la
resistencia heroica de los defensores. Los
supervivientes del combate habrían sido
esclavizados, y el castro fue, tal y como se
ha
constatado
arqueológicamente,
arrasado hasta los cimientos, cegado el
foso y destruida su muralla para evitar
nuevas
revueltas.
Los
romanos
desmontarían el asedio, y seguirían a
través de las montañas buscando el paso
hacia la costa.
Evidencias de la lucha quedan
patentes en la recuperación, por el equipo
de Eduardo Peralta, de restos de
maquinaria
bélica,
así
como
la
documentación de reiteradas reparaciones
en la muralla indígena y de la
concentración de proyectiles en zonas muy
concretas,
que
demostrarían
la
planificación romana de los ataques hacia
puntos débiles, buscando penetrar en las
líneas defensivas de los cántabros. En el
otro bando, los tamáricos, se habrían
defendido mediante el lanzamiento de
piedras y proyectiles con hondas, desde los
parapetos de la muralla.
El asedio de la Loma permite
comprender la importancia de Hispania en
Iván García Vázquez
el mundo romano, y su significado para
Octavio Augusto, ya que el fin de este
conflicto supone el final del mundo romano
republicano tal como se conocía, y el
advenimiento del Imperio Romano como
entidad política.
6 ¿Es interesante un proyecto centrado
en la Loma?
Dentro de esta cuestión deben
hacerse una serie de apreciaciones. Por un
lado, existe un interés científico en el
avance de los trabajos, pues aún hay que
dar
respuesta
a
los
interrogantes
arqueológicos que aún se plantean.
El avance en la investigación ha
despejado numerosas dudas cronológicas
(el castro se puede encuadrar en el
contexto de la primera fase de las Guerras
Cántabras, entre los años 29 y 25 a.C.), la
extensión parcial del asedio, etc. pero ha
abierto
algunas
nuevas
incógnitas
históricas a las que la Arqueología debe
dar respuesta.
Se
ha
podido
reconstruir
hipotéticamente
el
grueso
de
las
actuaciones en la zona, pero en este breve
discurso nada sabemos, por ejemplo,
acerca del volumen de población indígena
guarnecida en el castro. Tampoco han sido
localizados los lugares necropolitanos,
tanto indígenas como romanos. Un asedio
prolongado en el tiempo con encarnizadas
luchas para asaltar a los indígenas tiene
que dar un número significativo de
guerreros y legionarios fallecidos, que
deben ser enterrados, al margen de
creencias, por mera profilaxis, para evitar
extender enfermedades. En esta época, los
romanos mantienen un rito de incineración,
aunque hacia el siglo II d.C. comienza a
generalizarse la inhumación.
Del dispositivo romano hay por el
momento constancia arqueológica del
castra principalis y de los castella, pero aún
no se sabe si existen restos no localizados
(o desaparecidos) de castramentación
militar romana que formara parte del asedio
en las zonas llanas roturadas por la
agricultura.
Otro interrogante al que se debe
arrojar luz es el site catchment analysis,
(Análisis de Captación de Recursos), esto
es, qué tipo de materias primas eran
6
El asedio de la Loma: una apuesta de futuro
Iván García Vázquez
explotadas por sitiados y sitiadores y de
qué lugares inmediatos los extraían, así
como
realizar
una
reconstrucción
paleoambiental del entorno en el cual se
desenvolvió el sitio.
- García Vázquez, I. Hernández González, D.
(2011): El castro de la loma, un recurso
arqueológico de amplitud europea, informe
pericial depositado en el Servicio Territorial de
Cultura de la Junta de Castilla y León en
Palencia.
Todas estas cuestiones, y aun
otras que surjan, se irán despejando al hilo
de las investigaciones, una vez que puedan
retomarse las campañas de prospección y
excavación arqueológicas.
- García Vázquez, I. Hernández González, D.
Brezmes Escribano, M.A. (2011): Propuesta
para reanudar el estudio arqueológico del
“Castro de La Loma”, Santibáñez de La Peña
(Palencia), Informe Técnico depositado en el
Servicio Territorial de Cultura de la Junta de
Castilla y León en Palencia.
7 ¿Es viable?
Esta fase sería perfectamente
viable con la implicación de los agentes
políticos, económicos, culturales y sociales.
8 ¿Sería un motor económico?
Yo no sé si por si mismo, de
manera inmediata fuese un motor
económico. Lo que es cierto, es que la
recuperación del castro de la Loma
supondría un foco de atracción para la
zona, pero uno más, que con el tiempo
podría ser un foco de captación de
estudiantes y estudiosos.
La idea es internacionalizar el proyecto, y a
través de cursos de verano fomentar el
turismo en la zona.
9 ¿Qué se necesitaría?
En el punto en el que estamos, hay
una clara iniciativa por parte de
instituciones de la zona: al apoyo del Pleno
de Mantitos, Eras de la Peña, y Guardo se
une el apoyo político de la Diputación de
Palencia y de la Delegación de Cultura de
la Junta de Castilla y León.
El siguiente paso sería firmar un
convenio marco, de manera que se
respalde sobre el papel la iniciativa, de cara
a iniciar los trabajos, así como una
pequeña
dotación
económica
que
permitiera iniciar los trabajos.
- Peralta Labrador, E. J. (2007): Proyecto
Guerras cántabras. Asedio de la Loma
(Santibáñez de la Peña, Palencia). Campaña
arqueológica del 2007. Instituto de Estudios
Prerromanos y de la Antigüedad de Cantabria.
Informe inédito depositado en el Servicio
Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y
León en Palencia.
- Peralta Labrador, E. J. (2006): Proyecto
Guerras cántabras. Asedio de la Loma
(Santibáñez de la Peña, Palencia). Campaña
arqueológica del 2006. Instituto de Estudios
Prerromanos y de la Antigüedad de Cantabria.
Informe inédito depositado en el Servicio
Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y
León en Palencia.
- Peralta Labrador, E. J. (2005): Proyecto
Guerras cántabras. Asedio de la Loma
(Santibáñez de la Peña, Palencia). Memoria de
la campaña arqueológica del 2005. Instituto de
Estudios Prerromanos y de la Antigüedad de
Cantabria. Informe inédito depositado en el
Servicio Territorial de Cultura de la Junta de
Castilla y León en Palencia.
- Peralta Labrador, E. J. (2004): Proyecto
Guerras cántabras. Asedio de la Loma
(Santibáñez de la Peña, Palencia). Memoria de
la campaña arqueológica del 2004. Instituto de
Estudios Prerromanos y de la Antigüedad de
Cantabria. Informe inédito depositado en el
Servicio Territorial de Cultura de la Junta de
Castilla y León en Palencia.
Informes Técnicos:
- Peralta Labrador, E. J. (2003): Proyecto
Guerras cántabras. Actuación arqueológica en
el asedio de la Loma (Santibáñez de la Peña,
Palencia) y prospecciones en el norte de Burgos
y Palencia. Instituto de Estudios Prerromanos y
de la Antigüedad de Cantabria. Informe inédito
depositado en el Servicio Territorial de Cultura
de la Junta de Castilla y León en Palencia.
- Antequem SL (2007): Catálogo arqueológico
incluido en la redacción de las Normas
Urbanísticas Municipales del Ayuntamiento de
Santibáñez de la Peña. Informe inédito
depositado en el Servicio Territorial de Cultura
de la Junta de Castilla y León en Palencia.
- Pérez Rodríguez (1986). “El Castro”
(Santibáñez de la Peña, Palencia). Código
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