Patios cordobeses: una maravilla para el mundo

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Patios cordobeses: una maravilla para el mundo
Patios cordobeses:
una maravilla para el mundo
Mayo, está claro, es el mes de Córdoba. En esta ciudad andaluza se
celebra cada año una de las citas festivas más importante de España: el
“Festival de Patios, Rejas y Balcones”. Realizar la ruta por estos recintos es
algo único y todo un placer a la vista. Y es durante años estos patios han
sido la imagen de Córdoba ante el mundo. Su historia, valor y significado
es indiscutible. Es fácil dejarse seducir por el ambiente de estas casas de
vecinos, eso sí, si las cámaras fotográficas de los miles de visitantes te lo
permiten…
L
os patios de Córdoba no
son una fiesta como otra
cualquiera. Tampoco son
sólo patios llenos de flores y
macetas. Estos impresionantes y
hermosos jardines suponen una
tradición única en el mundo.
Recorrerlos durante el día,
especialmente en primavera, o
a la caída de la tarde, entre el
olor al jazmín y al azahar de los
naranjos, la música flamenca y
la conversación entre amigos,
es una experiencia única para la
vista y el olfato.
Es sabido que los patios son
uno de los elementos más
tradicionales de la arquitectura
de la zona mediterránea. Con el
paso de las diferentes culturas
por Córdoba, éstos se han ido
enriqueciendo cada vez más.
Los podemos comparar a
posadas en las que las familias
que viven en ellas comparten
estancias comunes como la
cocina o el salón.
Pero su importancia va mucho
más allá. Córdoba es una ciudad
que alcanza altas temperaturas
en verano. A partir de mayo,
los habitantes de estas casas
cuidaban y decoraban estos
lugares con plantas y flores para
mantener el frescor y dar vida a
ese patio de vecinos en el que se
reunían al caer la tarde.
En la actualidad, el contenido
de estos patios en cuestión de
adornos florales es mucho más
elevado de lo que se podría
pensar al principio. Se dice que
el concurso nació a causa de la
rivalidad entre vecinos de unos
y otros patios por tener el más
fresco, cuidado y lleno de color.
Una de las vecinas, Manuela
Fernández, comenta que unos
días antes de que se abran
las puertas, “después de una
agotadora recta final, hay mucha
preocupación por si una lluvia a
destiempo destroza las flores y
los patios”. Manuela me explica
que “para los vecinos es todo
un reto tenerlos engalanados a
tiempo”.
Según agrega esta señora
andaluza, “son miles los
visitantes que acuden cada año
a visitarlos y nada puede fallar”.
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Manuela apunta que “entre los
más premiados destaca el de las
calles San Juan de Palomares y
Trueque, próximos a la iglesia
de San Lorenzo. Asimismo, en la
calle Barrionuevo, también hay
cuatro patios muy hermosos, al
igual que aquellos que se sitúan
en la calle Martínez Rücker”.
No obstante, según me indica
la vecina, “los más populares
están en la calle San Basilio.
En el número 50 de esta calle se
localiza uno de los patios más
bellos de Andalucía, sede de la
Asociación de Amigos de los
Patios”. La mujer agregas que
“cada vez es más difícil alzarse
con el galardón de este concurso
porque compiten patios de una
hermosura extraordinaria”.
Tipos de patios
Estos patios están repartidos por
la ciudad histórica y aunque son
muchos y variados, se clasifican
en dos tipos principalmente: el
primero es el que se ubica en
casas y palacetes señoriales,
dispuesto en claustros, sostenido
por columnas y arcadas, y
decorado con ricas esculturas.
El segundo es aquel más humilde
y popular donde el empedrado
sustituye al mármol, y el pozo
con su brocal encalado a la fuente
artística. Estos últimos están
en casas particulares, la mayor
parte de ellas habitadas por
varias familias, y de sus paredes
cuelgan jazmines, madreselvas
y macetas de geranios, alhelíes,
claveles o rosas.
Juan Jiménez, cuidador del
patio de la calle San Basilio
20, me comenta que “los patios
cordobeses son lugares de
humanidad”. Y es que buena
parte de éstos fueron en su origen
casas humildes de vecinos
donde la vida no era fácil y el
verbo que más se conjugaba era
compartir.
“La estrechez económica y las
duras condiciones de vida no
generaron entornos grises o
descuidados, sino que el espacio
común, gracias a una cultura
popular de gentes sabias, se
llenó de belleza, de macetas
donde florecía la esperanza”,
sostiene Jiménez. Sin duda, esta
belleza es para él, “un milagro
de generaciones de manos
trabajadoras y solidarias, y de
unos corazones que sueñan y
luchan por un futuro mejor”.
Según Vicente Fuentes, uno de
los visitantes que no se pierde
ninguna edición de este evento,
“los patios podrían definirse
como una ruta de la hospitalidad
que transforma a quien la
sigue”. Vicente me explica que
“en el itinerario te vas sintiendo
sobrecogido por lo llamativo
de tanta casa abierta de par en
par, tanta belleza construida con
materiales humildes como la cal
y las macetas, tal derroche de
gitanillas y plantas aromáticas
para celebrar el renacimiento de
la primavera”.
Patrimonio de la Humanidad
La Unesco, antes de declarar a
los patios cordobeses Patrimonio
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de la Humanidad, señaló en su
informe que esta fiesta “es una
celebración en espacios sociales
que promueve el contacto
humano y el intercambio
cultural” y consideró que se trata
de “un evento festivo comunal
que proporciona un sentido de
identidad y continuidad a los
habitantes de Córdoba”.
Y es que la Fiesta de los Patios,
según ha explicado el ministro
de cultura español José Ignacio
Wert a los medios españoles,
es “un ejemplo de punto de
encuentro
entre
culturas,
de recreación de valores de
colaboración y solidaridad
vecinal”.
Para Wert, “las casas-patio
de Córdoba abren sus puertas
para ofrecer a los visitantes un
espectáculo floral que es fruto
del esfuerzo vecinal de todo
un año”. En estos jardines se
refleja un esfuerzo compartido,
el de la solidaridad ciudadana,
que “merece todo nuestro
reconocimiento porque rescata
valores cívicos y sociales muy
importantes, al tiempo que
alimenta y reverdece tradiciones
culturales muy valiosas”.
mujer, resulta una “experiencia
única ver cómo los vecinos
abren las puertas de su casa a
cambio de nada”.
Concurso e historia
El “Festival de Patios y
Concurso Popular de Rejas
y Balcones”, organizado por
el Ayuntamiento de Córdoba,
empezó a realizarse en el
año 1918, aunque empezó a
popularizarse en 1933. Entre
la Guerra Civil de España y la
década de los años 50 sufrieron
una parada.
El patio cordobés proviene
de los patios de las casas
romanas, de exterior sencillo
y sin escalones, desde el que
se accedía a la vivienda.
Los árabes añadieron “riat”
(arriates) con flores y agua, con
un pozo claramente posicionado
en él. La inmigración del campo
a la gran ciudad y las escasas
viviendas, llevaron a levantar
la casa hacia arriba. Es lo que
conocemos como “Casa de
vecinos”.
Para Nicki Tidbury, una turista
inglesa que visitó los patios por
primera vez, “el alma de los
patios es la hospitalidad y la
declaración como patrimonio
inmaterial no puede ser más
justa”. Nicki apunta que “es una
cita ineludible que le ha hecho
sentir el aroma de los patios, el
rumor del agua, el silencio y el
bullicio de la gente”. Para esta
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