Protección Arancelaria

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LA PROTECCIÃ N ARANCELARIA
CAPITULO I
OPINIÃ N DE BASTIAT SOBRE LOS ARANCELES ADUANEROS
Hace mas de un siglo, el economista francés Frederic Bastiat, ardiente opositor del proteccionismo, toma
como base el inmortal clásico Robinson Crusoe, para ilustrar los males de las restricciones comerciales, y al
efecto escribió él dialogo que haciendo un resumen explicarÃ−a lo siguiente:
Podemos comprender que aunque el valor de un bien depende del sujeto y aun del mismo sujeto en diversas
circunstancias. Si Robinson Cruzo cuenta con mucho alimento y poca ropa, valorizara más a esta ultima con
respecto al primero; al contrario sucederá si cuenta con mucho abrigo y poco alimento. No existe pues, una
escala universal de necesidades objetiva: todo depende del sujeto y las circunstancias que al mismo rodeen.
La ley de la utilidad marginal es pues el elemento de análisis indispensable si queremos entender en su
intimidad el proceso del mercado, que pronto se analizaran.
Necesidad actual
El agudo análisis de Bastiat sobre los que denomino proteccionismo es tan necesario en nuestros tiempos
como en esa época. Su hábil amplificación de Robinson Crusoe contiene sencillos ejemplos de la
mayorÃ−a de los argumentos en pro ye en contra de los aranceles aduaneros, argumentos que todavÃ−a son
utilizados por los dirigentes polÃ−ticos y de otra Ã−ndole en todas las naciones.
Los aranceles en apenas una de las muchas restricciones al comercio en el mundo entero. Durante muchos
años quizá hayan sido la restricción más importante, pero en épocas más recientes su importancia
ha sido ensombrecida por innovaciones modernas como los controles de cambios, las cuotas a las
importaciones y exportaciones, los tratados bilaterales y multilaterales, tratados de la nación mas favorecida,
compras y ventas de comercio justo subvenciones, programas de donaciones nacionales e internacionales, y
asÃ− sucesivamente..
Coincidencia entre los economistas
Desde hace mucho tiempo se acusa a los economistas profesionales de incapaces para llegar a un acuerdo
sobre las causas u soluciones de los principales problemas económicos. Por cierta que tal acusación pueda
ser, la barrera arancelaria constituye un problema respecto al cual, en esencia, los economistas concuerdan
desde hace dos siglos o más.
A pesar de un siglo y medio de denuncias por parte le los economistas, los aranceles aduaneros siguen
aumentando. En vista de que es palpablemente universal que los polÃ−ticos prácticos y los hombres de
negocios rechazan su concejo, quizá el economista tenga él deber de explicar no solamente el motivo por
el cual las medidas que propugna son correctas, sino también el motivo por el cual son impopulares. La
explicación sigue dos lineamientos. El primero es polÃ−tico y no económico. Los gobiernos, inclusive los
democráticos, tienden a dejarse desviar por las minorÃ−as ruidosas y no por las mayorÃ−as silenciosas.
Todo arancel aduanero beneficiara a corto plazo.
El arancel perjudicara a todo el resto de nosotros. Pero todos es nadie. Todos los demás somos difusos,
desorganizados, inconscientes de nuestro interés común y silenciosos. Poco debe extrañar que se nos
preste tan escasa consideración.
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Aranceles y partidos polÃ−ticos
No puede caber duda de que en ocasiones los aranceles han sido vinculados a la polÃ−tica. _En una época
se consideraba que la cuestión arancelaria era el principal punto de diferencia entre los dos grandes partidos
polÃ−ticos de Estados Unidos. A uno se le denominaba el partido de los altos aranceles y al otro de bajos
aranceles. Pero hoy, si usted preguntara a los votantes jóvenes del paÃ−s que partido era cual. Es dudoso
que alguno pueda contestarle correctamente.
Enfoquemos el estudio de los aranceles en la presunción de que los proteccionistas creen sinceramente en
ellos y no lo hacen por un simple interés egoÃ−sta. Según Bastiat, *la doctrina de la protección es
demasiado popular para que no sea sincera. Explicando en forma convincente la falacia de la idea arancelaria
se eliminara para siempre esa restricción en particular contra el comercio.
Como 0reparativo para considerar el problema de los aranceles, examinemos siete premisas básicas, en las
cuales, prácticamente, todos estarán de acuerdo. Quizá parezca innecesario hacerlo, dado que estas
premisas son aceptadas de manera unánime, pero los partidarios de los aranceles, aunque concuerden con
ellas, muchas veces las violan para defender los aranceles y otras restricciones comerciales.
CAPITULO II
EL DERECHO A POSEER BIENES
El libre intercambio de bienes y servicios ente los individuos se encuentra subordinado al concepto de que una
persona tiene derecho a poseer bienes. Si una persona tiene derecho a poseer bienes, se desprende que tiene
derecho a utilizar su propiedad o a disponer de ella según lo desee, siempre que no infrinja el mismo derecho
de los demás.
Hacer las cosas con facilidad
El hombre trata de satisfacer sus deseos con el menor esfuerzo posible, rasgo meritorio siempre que no
cercene el derecho de los demás a hacer lo mismo. Este es el principio de conservación, según se aplica al
esfuerzo humano, y constituye la base de todo progreso. Al satisface sus deseos, el hombre moderno
intercambia constantemente bienes y servicios con otros hombres. Mientras efectúa estos intercambios su
afán siempre consiste en obtener algo que sea más valioso para el que lo que entrega.
Ejemplo:
Es probable que cierto hombre primitivo haya descubierto que era muy listo para cazar animales pequeños y
que al final del dÃ−a tenia mas que suficiente para satisfacer las necesidades de su familia. Pero era muy malo
como pescador, y después de pescar toda la jornada, obtenÃ−a poco de sus esfuerzos. Puede que su vecino
haya sido pescador hábil, pero mediocre cazador, por lo tanto se estableció asÃ− un trueque y ambos se
beneficiaron.
Es probable que este haya sido él comiendo de la era de la especialización, en que el hombre
sencillamente trata de satisfacer sus deseos con el menor esfuerzo. Algunos creen que la manera más fácil
de satisfacer sus necesidades consiste en robar a los demás y puede sea asÃ−, salvo pro una cosa a las
victimas no les gusta. El robo atento contra nuestra primera premisa una persona tiene derecho a poseer
bienes.
Robo Legalizado
Este método de obtener algo por nada se ha propagado prole mundo entero en los últimos años.
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Simplemente es una expresión de la holgazanerÃ−a del hombre, del deseo de satisfacer sus necesidades con
el menor esfuerzo posible. La mayorÃ−a de la gente tiende a olvidar los argumentos morales en contra del
robo olvidan la base de la moralidad y buscan como guÃ−as a las leyes. De esta manera los hombres llegaron
a emplear al gobierno para pervertir la ley y convertirla en instrumento de la misma tiranÃ−a que estaba
destinada a evitar.
Escasez y Abundancia
El bienestar de un individuo, una familia, un grupo o una nación es determinado por la cantidad de bienes y
servicios a disposición de cada uno. Una nación como un individuo no puede consumir lo que tiene. Por
tanto el nivel de material de vida que goza un pueblo se mide por su producción, sumando o restando los
aportes internacionales.
Es verdad que la teorÃ−a económica de la escasez ha sido y es preconizada en Estados Unidos y otros
paÃ−ses.. La dificultad parece seguir cuando se confunde el dinero con las cosas. Como productores, algunos
grupos descubren que haciendo escasear un articulo logran aumentar su precio. Esto es cierto por su puesto, y
la idea esta implÃ−cita en todos los tipos de planes para restringir la producción.
Además, cada productor individual observa que si todos los que producen la misma cosa limitasen su
producción, él obtendrÃ−a mayor precio por su producto. Pero contemplando a la producción desde el
punto de vista del consumidor, difÃ−cilmente haya alguien capaz de negar la abundancia de cosas requeridas
por la gente es lo que permite un alto nivel de vida, Bastiat lo ha dicho de esta manera. El consumidor es
proporcionalmente más rico a medida que compra tosas las cosas mas barato en proporción con su
abundancia; por lo tanto, lo que lo enriquece es la abundancia. Este razonamiento extendido a todos los
consumidores, conduce a la teorÃ−a de la abundancia Como vendedores, tenemos interés en el alza de
los precios y, en consecuencia, la escasez como compradores en la baja de los precioso, lo que es lo mismo en
la abundancia de bienes.
Si el hombre trabajara única y exclusivamente para sÃ− mismo, y no hiciese intercambio la teorÃ−a de la
escasez nunca habrÃ−a aparecido. Porque ningún hombre entonces habrÃ−a pensado en fomentar su trabajo
y hacerlo más productivo. ComprenderÃ−a en el acto el trabajo no es un fin sino un medio.
CAPITULO III
LA ERA DE LA ESPECIALIZACIÃ N
Poco puede dudarse que aun entre los hombres primitivos hubo i8ndividuos que adquirieron habilidades
especiales para mejorar la productividad de sus esfuerzos. Con el desarrollo de estas habilidades, el
intercambio se hizo ventajoso. El hombre de la tribu que era especialmente diestro para hacer puntas de flecha
de pedernal, habrá tocado sus flechas de manera ventajosa con otro más hábil que él en la caza, la
pesca o alguna otra cosa. Por lo tanto a través de la historia y dramática medida en él ultimo siglo, los
hombres se han convertido en especialistas. La especialización ha sido posibilitada porque los economistas
denominan ventaja comparativa. Esto lo vemos con claridad en los acontecimientos atléticos, algunos son
mejores que otros para arrojar la pelota, para hacer pases con ella o para jugar al tenis. Tienen una ventaja
comparativa y, por lo tanto, son especialistas. Lo mismo sucede para redactar una novela, escribir a maquina,
manejar una perforadora o tratar una enfermedad.
¿Cuál es la causa de los precios elevados?
En un mercado libre y competitivo, el precio de un producto o servicio depende de lo que alguien esta
dispuesto a pagar por él. Y lo mismo sucede con los salarios de la mano de obra. El empleador tiene que
estar dispuesto apagar, si quiere hombres que trabajen para él. Li mucho que pague dependerá, a su vez de
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lo mucho que sus trabajadores puedan producir. Por lo tanto, hallamos salarios relativamente elevados en un
paÃ−s donde la productividad de los trabajadores es elevada. Donde hallemos un nivel de salarios
extremadamente bajo, podemos tener la seguridad que la productividad de los trabajadores es baja. AquÃ−
hablamos de salarios reales, por su puesto, o sea lo que puede comprarse con los salarios, y no de salarios
monetarios. En un paÃ−s que
Experimenta una gran inflación, los salarios monetarios pueden subir a alturas astronómicas, pero sirven
para comprar muy poco, a pesar de todo.
CAPITULO IV
EL SISTEMA MERCANTILISTA
Adam Smith explica la correspondencia entre producción y consumo hace cerca de 200 años. En su obra la
riqueza de las naciones, publicada el mismo año en que se firmo la declaración de la independencia de
Estados Unidos, Smith dijo:
El consumo es el único fin y propósito de toda producción, y el interés del productor solamente
deberÃ−a ser atendido en la medida que sea necesario para promover el interés del consumidor. La
máxima es tan evidente, que seria absurdo tratar de demostrarla. Pero en el sistema mercantilista, el
interés del consumidor se sacrifica si constantemente al del productor, y este sistema parece considerar que
la producción, y no el consumo, es el objetivo final de toda industria y de todo comercio.
Muchas de las falacias económicas que abundan en la actualidad surgen de la incapacidad para comprender
que el consumo es el único propósito de la producción. La teorÃ−a del valor-trabajo es una de las falacias.
Esta teorÃ−a que afirma que el valor de una cosa depende del trabajo necesario para producirlo, fue
modificada un tanto por Carlos Marx en su teorÃ−a de la plusvalÃ−a. Según la teorÃ−a laboral de los
valores, la planchada que Robinson Crusoe habÃ−a laborado seria de un tronco seria mucho más valiosa que
la planchada arrastrada por las olas.
La teorÃ−a laboral de los valores según se sabe ahora es incompatible con los principios básicos de una
economÃ−a de intercambio. El intercambio voluntario depende de la aceptación de la teorÃ−a correcta de
los valores. Según esta teorÃ−a, el vendedor de un articulo depende de lo que el consumidor pague por el
voluntariamente. El mejor postor, por supuesto, en cuyo caso no habrá intercambio, pero esa es una de las
alternativas deseables que la libertad de elección proporciona.
El consumidor es el rey
En el mercado libre, el consumidor no tiene interés directo en el costo de producción. Simplemente,
examina las alternativas que se presentan en el mercado y ofrece lo que esta dispuesto a pagar por lo que
sesea. No importa lo complejo que el mercado parezca, este es solo el lugar donde los productos disponibles y
la demanda actual se igualan mediante los precios.
El consumidor es, en realidad el tribunal de apelación en ultima instancia dentro del mercado libre. Es el juez
que condena a absuelve. Acepta o rechaza los bienes y servicios ofrecidos tendiendo en cuenta sus propios
deseos, su poder adquisitivo y el surtido de productos disponibles. En ese momento, no le interesa en lo mas
mÃ−nimo el costo que la producción de esos bienes pueda haber representado para otro.
En un mercado libre, toda la producción económica debe ser utilizada según el juicio del consumidor, y no
podrÃ−a ser de otra manera.
AsÃ−, hemos comentado brevemente siete pre−misas que servirán de base para encarar la cuestión de los
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aranceles aduaneros:
1. El hombre tiene un derecho básico a poseer e intercambiar bienes.
2. El hombre trata de satisfacer sus deseos con el menor esfuerzo posible.
3. La escasez no es un medio para vivir me−jor.
4. El intercambio libre y voluntario ocurre porque todas las partes ven la perspec−tiva de ganar.
5. La especialización es la clave del pro−greso.
6. Los altos salarios se derivan de la alta productividad mediante mejores herra−mientas: capital.
7. El consumo es la única finalidad de la producción.
Se reconocerá en seguida que estas premisas básicas son útiles para considerar muchas cuestio−nes
económicas de actualidad, además de los aran−celes aduaneros.
Aranceles como fuente de recaudaciones
Los aranceles aduaneros se clasifican común−mente en dos grupos: proteccionistas y como fuen−te de
recaudaciones. Si el arancel es tan elevado que impide la llegada al paÃ−s de una importación potencial,
resulta Ã−ntegramente para la protec−ción del productor interno y no se obtienen re−caudaciones. Esta
protección se mantiene mien−tras haya algún arancel.
En los primitivos tiempos de la historia de Estados Unidos, los aranceles aduaneros eran una importante
fuente de recaudaciones porque constituÃ−an el recurso principal que empleaba el gobier−no federal para
recaudar sus fondos.
La decimosexta enmienda
Desde el advenimiento dei impuesto federal a los réditos, posibilitado por la decimosexta en−mienda en
1913, los aranceles aduaneros como fuentes de ingresos han pasado a ser insignificantes. En efecto, en este
sentido un arancel aduanero deberÃ−a con−siderarse como un impuesto al consumo.
La cuestión de los aranceles aduaneros como fuentes de recaudaciones fiscales como impues−to no nos
conciernen aquÃ−.
Los aranceles y la balanza comercial
Una de las falacias popularizadas en el mundo> es la creencia de que las exportaciones son buenas y las
importaciones son malas. Simplemente hay balanza.
El comercio entre las naciones no difiere en este sentido del comercio entre los individuos. Supongamos que
usted vende un cesto de manza−nas por dos dólares.
Pero lo mismo puede decirse en el comercio de las manzanas a cambio de dólares.
En realidad, los aranceles nada tiene que ver con la balanza de comercio; los aranceles modifican el monto del
intercambio, pero el ba−lance siempre existe. viajes, dinero u otros tipos de comercio invisible, como
también de bienes.
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Aranceles corno represalia
Cuando los gobiernos utilizan los aranceles y otras restricciones al comercio como instrumen−tos para influir,
restringir o coercer a Otros pueblos o gobiernos, se entra en el campo de la polÃ−tica y de las intrigas
internacionales.
CAPITULO V
LA NACION MAS FAVORECIDA
De esta manera, no hay favori−tismo entre las naciones signatarias. Y en prueba de nuestra convicción,
imponemos un arancel de represalia contra los productos del paÃ−s A. ¿Quién sufre con eso? El paÃ−s
A, por supuesto, porque su población tendrá mayor dificultad en exportar bienes a nosotros por encima de
la barre−ra aduanera pero también nosotros nos perjudi−caremos con nuestro propio arancel contra los
bienes del otro paÃ−s. Por lo tanto, tal combinación de aranceles empobrece a ambas naciones.
Debe−mos combatir los aranceles con aranceles, combatir el fuego con fuego.
pio paÃ−s, y quiere venderlo en Estados Unidos.
¿Los aranceles mantienen elevados los salarios?
El argumento más común en defensa de los aranceles es probablemente, que mantienen nues−tros salarios
internos elevados, evitando que ba−jen al nivel de los correspondientes a los piases cuyas mercaderÃ−as
importamos. Muchas veces se lo expresa asÃ−: 4 Los aranceles aduaneros rÃ−os protegen de la competencia
de la mano de obra extranjera mal pagada.
El nivel de los salarios depende de la productividad de los tra−bajadores. En los paÃ−ses donde la
acumu−lación de capital es limitada, las herramientas de los trabajadores son limitadas. Por lo tanto, su
productividad es baja el resultado son los bajos salarios.
El nivel de vida de una nación depende de la cantidad de bienes y servicios disponibles para el consumo. El
nivel de vida ha ascendido.
Consideremos por un momento un produc−to elaborado Ã−ntegramente a mano, como un bor−dado o
cualquier otro trabajo de costura. Es obvio que el producto italiano puede venderse en este paÃ−s más barato
que el producto norteamericano.
¿Significa eso que si importamos el producto italiano, el salario de la mujer norteamericana necesariamente
que−dará reducido al nivel del salario de la mujer italiana? No, en absoluto.
Es verdad que si no existiesen barreras co−merciales se podrÃ−a importar de Italia el bordado a mano.
Un ajuste necesario
La producción de bordados a mano, prote−gida por barreras arancelarias en este paÃ−s, exige un precio
más alto por el producto. Con la remoción del arancel, el precio descenderÃ−a, se venderÃ−an más
bordados y los antiguos productores de bor−dados a mano en este paÃ−s se dedicarÃ−an a pro−ducir cosas
para las cuales tienen mayor ventaja comparativa.
La especialización y el libre intercambio mejoran las condiciones de todos los participan−tes Esto rige tanto
para el intercambio exterior como para el intercambio interior.
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Los aranceles fomentan la producción de al−gunas cosas en las cuales cl paÃ−s es menos eficien−te y
limitan la producción de otras en las cuales el paÃ−s tiene una ventaja comparativa. Por lo tanto, en vez de
proteger los salarios internos en gene−ral, los aranceles reducen los salarios reales en todos los paÃ−ses
afectados.
Todo esto está muy bien, podrá decir usted ¿pero una polÃ−tica de libre intercambio no conduce a la
desocupación?
¿Los aranceles evitan la desocupación?
Este argumento se expresa de diversas mane−ras. No queremos que tal y tal paÃ−s nos exporte su
desocupación.
Hemos observado que si se elimina un aran−cel, la industria protegida puede ser aniquilada por la
competencia extranjera. El dinero que el consumidor destinaba anteriormente a los aranceles se desti−narÃ−a
a comprar nuevos productos o bien mayor cantidad de productos existentes.
De todos los argumentos en favor de los aran−celes, el de que proteger nuestro nivel de vida deberÃ−a ser el
más fácil de refutar.
CAPITULO VI
LOS INDIOS NORTEAMERICANOS
Es posible un alto grado de autosuficiencia, por supuesto. Pero en esa época el nivel de vida era muy bajo.
El libre intercambio, sea entre individuos,. vi−llas, estados o naciones, conduce a un mayor nivel de vida. Los
aranceles y otras restricciones al in−tercambio, obligan a la gente a hacerse autosufi−ciente y producen un
nivel de vida más bajo.
Con fusión de medios y fines
Los que esgrimen el argumento de la industria naciente, parecen dar énfasis a la virtud de la in−dustria
como tal, y no a los bienes producidos.
Las firmas comerciales experimentan constantemente con nuevos productos y nuevos métodos de
producción. Algunos son éxitos; muchos son fracasos.
El argumento de la industria naciente exigirÃ−a subvencionar a esa
firma con dineros del gobierno hasta que llegue a la adolescencia.
¿Qué progreso habrÃ−a tenido este pais con una polÃ−tica asÃ−?
India y China
Y por último, si el argumento de la industria naciente tiene alguna validez, este paÃ−s (Estados Unidos)
parecerÃ−a ser el que menos lo necesita.
Por la otra, levantamos barreras en forma de aranceles u otras restricciones comerciales para evitar que
exporten sus productos a nuestro paÃ−s.
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Los créditos concedidos por individuos o firmas de este paÃ−s a industrias extranjeras, son una cosa
completamente distinta.
A veces, la autosuficiencia nacional se expresa como nacionalismo económico, aislacionismo o la idea de
retener el dinero en el paÃ−s El ar−gumento sostiene que, como nación, estarÃ−amos mejor si no
comerciásemos con otras naciones.
Por ejemplo, si con−dicionamos nuestra industria al empleo de plomo importado, dependemos, por supuesto,
de la pro−ducción extranjera de plomo. El agri−cultor depende tanto del trabajador del automóvil, que
representa su mercado, como el trabajador del automóvil depende del agricultor para la obtención de
alimentos. Mientras el comercio sea voluntario, surgen amistades.
Es posible que una nación siga una polÃ−tica de retención del dinero, pero el nivel de vida de la nación se
resentirá debido a que de esa ma−nera se rechazan oportunidades.
Contamos con recursos agrÃ−colas para sostener una numerosa población, y poseemos hierro, carbón,
petró−leo y otros recursos para desarrollar nuestras industrias.
CAPITULO VII
ARANCELES Y DUMPING
Cuando los bienes de un paÃ−s se venden en otro a precios inferiores al costo de producción, el proceso se
denomina comúnmente dumping.
Sobre la base de este mismo argumento, se deberÃ−an imponer aranceles locales contra todos los comercios
nacionales que, por cualquier motivo, ofrezcan sus productos en venta a un precio inferior al costo de
producción.
Pérdidas y dumping
Todos los años muchos agricultores producen algo con pérdida. Su costo de producción está por
encima de su precio de venta, pero hacen dum−ping con sus productos en el mercado.
Si el comercio a través de las fronteras nacio−nales fuese realizado por individuos, la cuestión del
dumping raras veces se plantearÃ−a.
Pero si el gobierno británico comprase tejidos de lana británicos y los vendiera a precios que nuestros
fabricantes considerasen inferiores a los costos de producción británicos se plantearÃ−a un incidente
internacional.
Dumping interno
El dumping es un proceso que se desarrolla continuamente en el mercado interno, y ocurri−rá en el comercio
entre naciones mientras laya comercio. Cuando en cl dumping solamente participan productores individuales,
podemos tener. La caridad es una forma de dumping en que el donante se desprende de sus bienes por menos
de su costo de producción.
El gobierno compró enormes cantidades de huevos a precios elevados, con el fin de apoyar el mercado de
huevos en este paÃ−s. Con el tiempo el gobierno, consi−derando que debÃ−a desprenderse de los huevos
desecados, hizo dumping con ellos (o os regaló) en los mercados mundiales y en el paÃ−s, a precios mucho
menores que el costo de producción del gobierno: precio de compra, procesamiento, al−macenamiento,
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etcétera.
Exis−ten regiones atrasadas en Estados Unidos; hay es−tados atrasados condados atrasados y comuni−dades
atrasadas, sÃ−, y también individuos atrasa−dos dentro de cada comunidad La variación es una ley de la
naturaleza; mientras haya individuos, unos estarán mejor que otros.
También en Estados Unidos hay regiones que, compara−das con las restantes del paÃ−s, podrÃ−an
conside−rarse atrasadas, pero trasplantadas a otros lu−gares del mundo esas regiones se destacarÃ−an por ser
menos atrasadas.
Si una firma de Estados Unidos exporta cobre, existe menos cobre en este paÃ−s, por supuesto.
Todo bien económico es escaso; de lo contrario no ten−drÃ−a precio.
CAPITULO VIII
ARANCELES Y DEFENSA NACIONAL
Se esgrime a menu−do el argumento de la defensa nacional para pro−mover la idea de la restricción, la cual,
según dije−ra Bastiat, fomenta la guerra.
Se pregunta qué harÃ−amos en caso de guerra si se nos colocara a merced de paÃ−ses extranjeros para la
obtención de productos esenciales.
Una na−ción se aÃ−sla a sÃ− misma contemplando la posibi−lidad de una guerra. la guerra desaparecerá
entonces porque le faltará su apoyo porque faltarán recursos, in−centivos, pretextos y simpatÃ−a popular
No nos proponemos comentar aquÃ− la logÃ−s−tica de la guerra, o sea que no trataremos aquÃ− la mejor
manera de desarrollar una guerra o de pre−pararse para una guerra.
Esta exposición tiene el propósito de señalar simplemente un factor que conduce a la guerra y algunas de
las fallas en las restricciones comerciales que se introducen como medidas de tiempos de guerra.
¿Qué industria, en el mismo sentido, no es esencial para la defensa nacional? En dos guerras mundiales
hemos descubierto que hay otras cosas esenciales, además de hombres, cañones y tanques. Estos dirigentes
tratan de almacenar bienes de guerra y de no proporcionar abastecimientos militares al enemigo. A comienzos
de la segunda guerra mundial, el gobierno comenzó a preocuparse por nuestras existencias de caucho natural.
Lo único que el gobierno en realidad hizo fue declarar la guerra. El costo de nuestras fábricas de gue−rra y
de nuestra experimentación en el desarrollo de elementos bélicos serÃ−a financiado mediante la venta de
materiales de guerra: aviones, cañones, tanques y otras armas a nuestros enemigos potenciales.
No es "práctico" desde el punto de vista militar; no se puede iniciar una guerra mediante el libre comer−cio.
La estrategia militar versa sobre la guerra; la economÃ−a sana requiere un comercio pacÃ−−fico.
Es práctica corriente que las naciones en guerra comercien entre ellas por medios indirectos, a través de
agentes en paÃ−ses neutrales.
CAPITULO IX
QUE HACER CON LOS ARANCELES
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La voluntad de eliminar las restricciones al comercio sólo puede alcanzarse cuando se com−prenda que no
proporcionan los beneficios que se les atribuye. Peor que esto, las restricciones son nocivas: nocivas
económicamente y nocivas para la causa de la paz, la amistad y la buena voluntad, tanto en el paÃ−s como
en el exterior.
En la superficie, la protección arancelaria parece ofrecer beneficios a los propietarios y trabajadores de una
industria protegida. Pero los aranceles no prohiben la competencia interna dentro de un ramo.
Pero los consumidores iio responden bien a la fuerza ni a las amenazas de fuerza. AsÃ− los aranceles
simplemente sirven para colocar toda la economÃ−a sobre una base artificial en vez de una sólida base
comercial.
En una economÃ−a libre ocurren constantemente los ajustes que la eliminación de los aran−celes
requerirÃ−a.
Argumento sin validez
Aducir que cuando una industria u nación ha ajustado su funcionamiento dentro de restric−ciones al
intercambio, los aranceles no pueden eliminarse, serÃ−a lo mismo que esgrimir dicho ar−gumento en contra
de todo cambio y adelanto tecnológico.
Tales argumentos indican, sin embargo, que es polÃ−ticamente difÃ−cil eliminar restric−ciones, una vez
establecidas.
CAPITULO X
RESUMEN Y CONCLUSIONES
Básicamente, el problema de los aranceles y otras restricciones comerciales es un problema moral. Si los
principios económicos no están en armonÃ−a con buenos principios morales no son buena economÃ−a.
El concepto pre−cedente entraña derechos de propiedad. Los de−rechos de propiedad son derechos
humanos, y tratar de establecer distintos entre ellos es un simple juego de palabras y un juego de emo−ciones.
Ludwing von Mises, en su libro Acción humana, dice:
Lo único que un arancel puede conseguir es desviar la producción desde lugares donde la producción por
unidad de trabajo es mayor, hacia lugares donde es menor.
El gobierno no tiene poderes para fomentar una rama de la producción, excepto restringiendo a otras ramas.
En realidad, los aranceles nada tienen que ver con la ocupación El Ã−ndice de ocupación puede ser alto o
bajo, con o sin tales restricciones al intercambio. Los aranceles no crean mejores em−pleos para los
individuos. Simplemente, tienden a mantener a la gente trabajando en puestos que producen menos bienes y
servicios útiles de lo que sucederÃ−a bajo el libre comercio.
Los niveles de salarios son determinados por la productividad de la mano de obra.
La exportación de productos norteamericanos a China , nación de bajos salarios reales y nues−tra
importación de productos chinos incrementan los salarios reales en ambos paÃ−ses. los productos que
importamos son más valiosos para nosotros que nuestras exportaciones; de lo contrario el intercambio no se
realizarÃ−a En vez de producir el producto importado aquÃ−, nuestra propia mano de obra queda liberada
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para producir algo par lo cual estamos mejor capacitados.
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