el documento - Diario Libre

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La Iglesia se refiere al tema del
ruido en Parque Iberoamérica
La presidencia de la Iglesia emitió un comunicado dirigido a la
opinión pública.
SANTO DOMINGO — En respuesta al interés de la opinión pública en la situación que ocupa a la
junta de vecinos del sector La Esperilla – lugar donde se encuentra ubicado el templo de Santo
Domingo – y la Alcaldía del Distrito Nacional, la Presidencia del Área del Caribe de La Iglesia
de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días emitió el siguiente comunicado:
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la República Dominicana, por ser
una organización orientada al servicio comunitario, ha trabajado por muchos años en
alianza con los cabildos del país para mantener las localidades en que operamos libres de
contaminación, ya sea por desechos sólidos, líquidos, elementos visuales o por ruidos.
La construcción de nuestros edificios, sus características, áreas verdes, utilidad y ornato son
evidencia de nuestro interés y compromiso de contribuir a crear espacios adecuados para el
desarrollo social a través de las actividades religiosas, deportivas, educativas y sociales que
auspiciamos.
Como miembros de la comunidad preocupados por el bienestar común, no estamos ajenos a
la situación que desde hace tiempo ha generado conflicto entre moradores del sector La
Esperilla, especialmente en los alrededores del Parque Iberoamérica y el anfiteatro Nurín
Sanlley, ambos ubicados dentro de la Plaza del Conservatorio, y las autoridades de la
Alcaldía del Distrito Nacional.
En medio de esta situación, se ubica físicamente el Templo de Santo Domingo, edificio que
para muchos es símbolo de la presencia de nuestra Iglesia en el país y que constituye para los
fieles de la Iglesia literalmente la Casa del Señor, en la cual se realizan actividades litúrgicas
propias de nuestra fe, las cuales por su naturaleza espiritual requieren de un ambiente de
plena reverencia y quietud.
Hace un tiempo, el nivel de ruido propio de las actividades del parque, particularmente del
área de ejercicios físicos, significó una situación incómoda en determinados horarios, por lo
que procedimos a conversar con el Sr. Alcalde del Distrito Nacional, Roberto Salcedo, quien
amablemente accedió a tomar personalmente los correctivos de lugar para solucionar la
situación.
En tal sentido, reconocemos el interés y la presteza con que las autoridades de la ciudad
tomaron nuestra solicitud en aquella ocasión, fecha desde la cual las actividades del parque
no han significado una molestia para las operaciones del templo, excepto en escasas
ocasiones en las que se notifica a los encargados y la situación se corrige de inmediato.
Asimismo, las actividades navideñas y otros eventos asociados con las operaciones del
parque nos han merecido tomar medidas adicionales en torno al mantenimiento y la
seguridad en los alrededores del templo. Sin embargo, estos son esfuerzos que realizamos
gustosamente en tanto el parque signifique un espacio de esparcimiento sano para los
munícipes y que sus actividades dignifiquen y armonicen con el espíritu y la naturaleza del
templo.
A través de nuestros miembros que viven en la periferia del parque, hemos sido beneficiarios
y nos sentimos agradecidos por las facilidades que brinda, las cuales en su mayoría
promueven estilos de vida saludables y congruentes con los principios que predicamos de
llevar una vida sana, tanto física como emocional y espiritualmente.
En vista de la situación surgida entre los vecinos del parque y la Alcaldía del Distrito
Nacional, como miembros de esta comunidad, confiamos en que el diálogo basado en la
sinceridad, la apertura y el interés común en efecto conduzca a una mejor situación final
para las partes, tal como fue nuestra experiencia al conversar con el Sr. Alcalde en aquella
ocasión.
Reiteramos nuestro compromiso de contribuir, a través de los medios y esfuerzos necesarios,
para que nuestra comunidad sea un espacio en que todos desarrollemos nuestras actividades
con libertad y sosiego, sin vulnerar el derecho de los demás de operar y actuar según lo que
establezca la ley y el derecho común.
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