EFECTOS DE LA FLEXIBILIDAD LABORAL EN LOS SALARIOS, EN LA DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA Y EN EL CONSUMO PRIVADO. ( ANÁLISIS PARA LA COMUNIDAD AUTÓNOMA VASCA) JOSEBA MIKEL GARMENDIA ALBARRACIN Universidad del País Vasco El objetivo del presente trabajo es analizar los efectos que la Reforma laboral de 1984 y la de 1994 ha tenido en la evolución de los salarios, la distribución de la renta entre los diferentes factores productivos y entre el conjunto de los asalariados, y en las pautas de consumo privado en el marco de la Comunidad Autónoma Vasca. a) Los incrementos salariales en los Convenios Colectivos Uno de los objetivos de la Reforma laboral iniciada en 1984 y profundizada en 1994 ha sido la reducción de los costes laborales en las empresas. Una vía ha sido la presión para la disminución del crecimiento de los salarios pactados en los convenios, ajustándolos al crecimiento de la inflación y en algunos casos incluso solicitando a los sindicatos que estos crecimientos se situasen por debajo del incremento del IPC. Tal y como podemos observar en el siguiente cuadro referido a la Negociación Colectiva de la Comunidad Autónoma Vasca, los resultados en la materia son satisfactorios a la vista de la tendencia constante durante la década de los ochenta a una reducción de los incrementos salariales pactados. No obstante, entre 1989 y 1991 se inicia un repunte de las subidas salariales, -cuestión en parte lógica debido a la buena marcha de la economía en aquella época-, que presurosamente será utilizado como argumento explicativo y causal de la crisis de la primera mitad de la década de los 90 y como argumento justificativo de la Reforma del mercado laboral de 1994. Logrando a partir de 1992 un descenso en los incrementos 1 salariales llegando hasta la media histórica de un incremento del 3,88 % en 1995, por debajo de la subida del IPC. ¡Error! Marcador no definido.PERIODO Nº CONVENIOS NºTRAB.AFECT. INCREM.SALAR. 1981 392 376.511 14,01 1982 400 368.263 11,68 1983 349 338.360 11,06 1984 365 322.441 8,98 1985 381 241.513 7,72 1986 313 220.331 8,12 1987 358 257.780 7,25 1988 256 163.123 5,48 1989 318 123.820 7,22 1990 290 256.144 8,01 1991 337 127.625 8,46 1992 255 181.624 6,91 1993 243 163.683 5,58 1994 223 189.564 3,88 1995 310 198.487 4.66 Fuente: Dpto. de Trabajo y Seguridad Social del Gobierno Vasco b) La incidencia de la temporalidad La reducción y congelación del salarios pactados entre sindicatos y patronal no ha sido la única vía utilizada para la reducción de los costes salariales. Habría que complementar, entre otras medidas, con la reducción en 1995 de las Cotizaciones a la Seguridad Social en un punto y traslado al IVA. Con la cláusula de descuelgue en los Convenios Colectivos. Con las 2 modificaciones en el cálculo de los salarios mínimos y las cotizaciones en los contratos de formación (ahora de aprendizaje), en prácticas, y a tiempo parcial. Con el traspaso de materias antes reguladas en el Estatuto de los Trabajadores al ámbito de la negociación colectiva, como la retribución de las horas extras, los plus de nocturnidad... Con la ampliación de las causas objetivas de despido. Etc. No obstante, una de las vías más eficaces tanto directamente como indirectamente ha sido el fuerte aumento de la contratación temporal. La Reforma laboral de 1984 posibilitó que de una tasa de temporalidad entre asalariados 4,83 % en 1981, pasáramos a un 8,91 % en 1986 y a un 25,02 % en 19911, y aun con una mantenida tendencia al crecimiento. Directamente, se admite generalmente que los trabajadores con contrato temporal y en igual situación, obtienen menores salarios. E indirectamente como mecanismo de presión a la baja en la negociación colectiva. Con el objeto de mostrar la incidencia de la contratación temporal en los salarios suele utilizarse el análisis de la evolución de la llamada “deriva salarial”, es decir, la diferencia entre el crecimiento de los salarios medios correspondientes al conjunto de los trabajadores y el crecimiento de los salarios pactados en los convenios colectivos que en cierta medida afectan únicamente a los trabajadores con contrato indefinido. Si hacemos lo propio para el caso de la C.A.V.2 Hasta el año 1985 la deriva salarial es positiva3, tal y como se muestra en el siguiente gráfico. A partir del mencionado año las tasas de crecimiento salarial en los convenios se sitúan por encima de las tasas de crecimiento salarial medio, salvedad hecha del año 1989, convirtiendo la deriva salarial en negativa. Del año 1992 en adelante la deriva salarial recupera su signo positivo y finalmente en 1994 vuelve a ser negativo. 1 . Datos obtenidos del Censo de Población y Vivienda de 1981 y 1986, y del Padrón Municipal de 1986 de la C.A.V. 2 . De manera un tanto precaria a causa de la no disponibilidad de datos sobre incrementos salariales medios, por lo que ha habido que echar mano a las Cuentas Anuales y a la distribución funcional del PIB. 3 Los datos de subidas en los convenios provienen del Departamento de Trabajo y Seguridad Social y los datos de subidas medias se han obtenido de las Cuentas económicas de la CAV. 3 DERIVA SALARIAL 16 14 12 10 8 6 4 2 0 Medio 1994 1993 1992 1991 1990 1989 1988 1987 1986 1985 1984 1983 Convenio El signo negativo de la deriva salarial se suele explicar por el menor salario percibido por los trabajadores temporales y porque "los intereses de los trabajadores temporales no parecen estar representados en la negociación salarial"4 tal y como muestra por ejemplo la modelización de la negociación salarial realizada por Bentolila y Dolado (1992). Algunos autores afirman que el efecto negativo del aumento de la temporalidad en las remuneraciones medias "se ha mitigado, generando valores ligeramente positivos del deslizamiento salarial (o deriva salarial) a partir de 1992"5 y que la influencia del aumento de la temporalidad sobre el poder de los trabajadores permanentes se ha convertido en el factor más importante que explica el mantenimiento de una deriva salarial negativa. En otras palabras, mientras las diferencias salariales entre trabajadores temporales y fijos explicarían la reducción de la remuneración media, el hecho de que en caso de despido los trabajadores temporales serán los que muy probablemente pierdan su puesto de trabajo aumentaría el poder de negociación de los trabajadores permanentes y "explicaría las subidas del salario pactado en convenio"6, ya que los trabajadores permanentes estarían salvaguardados de las incidencias de despido y de ajuste que recaerían en los temporales. 4 . Ibidem, pág. 41. 5 . Meixide (1992) Pág. 282. 6 . Bentolila y Dolado (1992) pág. 42. 4 Este último argumento contrasta con las manifestaciones sindicales señalando el freno que ha supuesto la precariedad y la inestabilidad a la hora de plantear reivindicaciones en la negociación colectiva. Independientemente de quien ostente mayor cuota de razón, no hay que olvidar la existencia de una tendencia decreciente a la firma de convenios y la disminución del número de trabajadores afectados por los mismos, aunque parece vislumbrarse una reactivación en los últimos tres años, tal y como mostramos en el primer cuadro del presente trabajo. En otras palabras, las subidas reflejadas en los convenios cada vez resultan indicadores menos eficaces a la hora de medir la evolución de los salarios medios en el mercado de trabajo, no así su tendencia. Por otra parte, existen varias estimaciones sobre las diferencias salariales derivadas de la temporalidad del vínculo contractual. En base a la Encuesta de Condiciones de Vida y Trabajo de 1985, J. Andrés y J. García obtienen una diferencia salarial del 8% sin tener en cuenta el efecto de otras variables como la edad, sexo, nivel de estudios,... Posteriormente, en 1991 Jimeno y Toharia obtienen una diferencia salarial del 11%, descontando los efectos de las variables cualificación profesional, cualidades socioeconómicas,... Y por último, según los datos recogidos por Muñoz de Bustillo del INE sobre la Distribución Salarial en España, "para el conjunto de la economía, el coste salarial de los trabajadores con contratos temporales es tan sólo el 57% del correspondiente a los trabajadores fijos"7. c) La externalización Dentro de las estrategias empresariales se dan prácticas tendentes a sustituir relaciones laborales por la contratación mercantil de servicios. Dichas prácticas se fundamentan en una mayor eficiencia basada en: -”ausencia de tiempos muertos remunerados, por cuanto el contrato mercantil suele estipularse por servicio efectivo” 7 . Muñoz de Bustillo, R.(1993) Pág. 187. 5 -”mayores costes que exigen el control y disciplina de l fuerza de trabajo asalariada frente al trabajo autónomo” -”menor conflictividad laboral asociada a este tipo de trabajadores, por cuanto no hay rigideces a la finalización de la relación contractual”8 -y a los menores remuneraciones en cuanto que este tipo de trabajadores quedan fuera de la regulación del convenio que afecta a la empresa donde se presta el servicio. Este tipo de prácticas se realizan fundamentalmente a través de tres vías: -la conversión de trabajadores asalariados en trabajadores autónomos, con el fin de que éstos asuman sus costes sociales y que generalmente mantienen la misma relación laboral anterior. Es frecuente en sectores como el transporte, carga y descarga en puestos, construcción... -la subcontratación a otras empresas de servicios que anteriormente asumían asalariados de la propia empresa, como por ejemplo, en limpieza, vigilancia, transporte... -por último, la más novedosa resulta ser la contratación mediante una Empresa de Trabajo Temporal. Respecto a estas últimas tan sólo queremos apuntar que el Convenio Colectivo de E.T.T.s publicado en el B.O.E. del 21 de Abril de 1995 dispone una tabla salarial entre 1.022.140 y 1.793.960 ptas. anuales, -entre un 116,44% y un 204,37% del Salario Mínimo Interprofesional-, que se distancia significativamente de los salarios dispuestos en las empresas usuarias. Además, resulta lógico, en cuanto que la competencia entre las E.T.T.s va a reforzarse en el ámbito de los precios, que en este caso se correlacionan estrechamente con las remuneraciones obtenidas por los trabajadores prestados por las E.T.T.,s a las empresas usuarias. Para finalizar apuntar que en ámbito de la C.A.V. las 55 E.T.T.s operantes facturaron 9.800 millones y formalizaron 81.000 contratos en 1995, frente a los 3.700 millones y los 35.000 contratos de 19949. 8 9 . Hernández (1995). Pág. 62. . Datos obtenidos de la revista Estrategia Empresarial. 16-29 de Febro de 1996. Pág.39. 6 d) Los cambios en la distribución del empleo entre las ramas de actividad. Otro de los factores a reseñar por su importancia, aunque no tenga relación directa con el Reforma laboral, consiste en el cambio de la distribución del empleo en ramas con diferentes niveles salariales medios. Para estudiar este aspecto hemos elaborado la siguiente tabla donde se refleja la evolución del empleo por rama de actividad e índices salariales para dada rama. Los datos referentes al empleo asalariado se han adquirido en el Censo de Población y Vivienda de 1981, el correspondiente a 1991 y del Padrón Municipal de 1986. La metodología utilizada para construir los mencionados índices salariales consiste en: 1) partiendo de los sueldos brutos para cada rama obtenidos de las Tablas Input - Output de 1980, 1985 y 1990 para la C.A.V., se han dividido por el número de asalariados estimados para cada rama de actividad; 2) dado que las Tablas Input Output únicamente incorporan datos referentes a ocupados por ramas, hemos estimado las cantidades de asalariados aplicando las tasas de asalariados por cada rama que se obtienen de los Censo de Población de 1981 y 1991 y del Padrón Municipal de 1986, suponiendo que el desfase de un año no implica grandes variaciones en dichas tasas de asalariados; 3) por último, se han indicializado los respectivos sueldos brutos por asalariado respecto a la media del conjunto de asalariados. Referente a los índices salariales podemos observar claras diferencias entre industria y servicios, ya que en el primer sector productivo resultan relativamente más elevados y menos dispersos que en los servicios. No obstante dentro del sector industrial pueden distinguirse los sectores relacionados con la energía y el metal de aquellos sectores manufactureros, de menores salarios medios estos últimos. En los servicios existe mayor dispersión y únicamente 6 ramas se sitúan por encima de la media, en orden decreciente: instituciones financieras, transporte marítimo y aéreo, seguros, actividades anexas al transporte, sanidad privada y transporte por ferrocarril. Si observamos los cambios operados durante la época de crisis y posterior recuperación en la década de los 80 , observamos que en la fase de recuperación ha habido un intenso proceso de generación de empleo que supera holgadamente las pérdidas ocurridas durante la primera mitad de la década de los 80, aunque no la totalidad de las perdidas sufridas en todo el proceso recesivo. 7 No obstante si tomamos en cuenta los 10 sectores que más empleo asalariado han generado (concentran el 82,47% de los empleos generados) observamos que tan solo 3 poseen unos niveles salariales superiores a la media: 'construcción', 'sanidad' y 'fabricación de productos metálicos'. En el lado contrario de los 10 sectores que más perdieron (concentran el 96,56% del empleo total perdido) siete poseen un índice salarial superior a la media: 'producción y primera transformación metálica', 'transporte por ferrocarril', 'construcción de material eléctrico', 'transporte marítimo y aéreo', 'construcción naval', 'construcción de otro material de transporte' y 'extracción de minerales metálicos'. De todas formas, el fenómeno de crecimiento de empleo en sectores con menores niveles salariales no es un fenómeno que se pueda asociar a la temporalidad (lo cual no desmerece la hipótesis de que la temporalidad haya podido suponer una intensificación del fenómeno) ya que también se da durante la fase recesiva cuando los índices de temporalidad eran relativamente bajos. Durante la primera mitad de los ochenta, de los 10 sectores que más empleo habían generado tan solo 3 se sitúan por encima de la media salarial de 1985: 'administración publica', 'educación e investigación', y 'extracción y refino de petróleo'10. Y entre las perdidas de empleo, de las 10 ramas que más asalariados pierden 8 se sitúan con índices salariales superiores a la media: 'construcción naval', 'construcción de material eléctrico', 'construcción', 'construcción vehículos', industria del caucho', producción y primera transformación metálica', 'industria de la madera' e 'industria papelera'. 10 . Cabe mencionar que el índice salarial de este sector puede estar altamente distorsionado debido a que se trata de una rama con escasos ocupados y por tanto, un pequeño desajuste en la tasa de asalarización puede repercutir visiblemente. 8 ASALARIADOS 81-91 81-86 22-PROD.1ª TRANS.MET -15154 71-TRANS.FERROC -2272 34-CONST.MAT.ELECTRI -7686 73/74-TRANS.MARIT. Y AEREO -2527 37-CONST.NAVAL -7072 06-PESCA -896 49-OTR.IND.MANUFAC 179 38-CONST.OTROS -1840 98-SERV.DOMES. -2823 21-EXTRAC.MIN.METAL -744 48-IND.CAUCHO -4253 23-EXT.MIN.NO MET -359 62/67-RECUP. Y REPARACION -3460 46-IND.MADERA -3552 14-EXTR.MINE.RADIO -8 86-ALQ.BI.INMUEBL -61 12/13-EXTRAC.Y REFINO PETROLEO 549 43-IND.TEXTIL -1421 01/02/03/04/05-AGRIC.GANAD.CAZA -20 33/39-CONST.ORDENAD Y PR.OPT 91 75-ACT.ANEX.TRANS -1286 11-EXTRAC.COMBUS 408 47-IND.PAPEL -2847 81-INST.FINANCIER -889 44/45-IND.CUERO Y CALZADO -525 32-CONST.MAQUINA -2068 25-IND.QUIMICA -2147 24-IND.MIN.NO MET -264 82-SEGUROS 1225 35-FAB.MAT.ELECTRO 1215 76-COMUNICACION 2032 15/16-PROD.ENERGIA Y AGUA 1706 91/99-ADMIN.PUBLICA Y DEFENSA 18933 41/42-IND.ALIMEN 521 36-CONSTR.VEHICU -1430 95-ASIS.SOCIAL 3745 96/97-SERV.RECRE. Y PERSONAL 4329 72-OTR.TRANS.TERRES 4940 65/66-HOSTELERIA 8306 31-FAB.PROD.METAL -13585 94-SANIDAD 9779 61/63/64-COMERCIO 6325 93-EDUCAC.INVES 17650 50-CONSTRUCCION 9423 83/84/85/92-SERV. A EMPRESAS 15992 28159 total -3572 12 -5867 -1130 -5888 -117 942 -1160 -2215 -224 -3969 -152 -3326 -3437 9 -66 531 -1541 -213 -186 -1564 36 -3331 -1402 -1202 -2828 -2971 -1155 -39 -303 232 -336 16745 -1695 -4038 850 410 -1386 1443 -21266 96 -4839 4514 -4588 1967 -58219 9 INDICES SALARIALES 86-91 1980 1985 1990 -11582 -2284 -1819 -1397 -1184 -779 -763 -680 -608 -520 -284 -207 -134 -115 -17 5 18 120 193 277 278 372 484 513 677 760 824 891 1264 1518 1800 2042 2188 2216 2608 2895 3919 6326 6863 7681 9683 11164 13136 14011 14025 86378 115.46 89.14 126.41 142.07 91.88 69.56 94.08 104.63 27.49 117.77 100.53 65.86 98.36 118.68 0.00 62.19 167.68 76.88 33.08 96.85 119.19 143.77 106.53 151.91 80.20 117.06 86.59 107.07 104.49 121.61 108.05 169.24 190.20 97.59 106.52 87.25 97.22 92.31 77.89 103.39 98.37 62.37 75.17 104.94 176.15 100 120.81 117.58 117.73 133.45 105.55 90.20 81.85 81.11 46.41 135.41 105.94 95.57 96.24 104.79 0.00 125.87 316.22 91.35 19.37 88.50 70.58 141.09 105.31 180.24 83.45 109.19 116.30 106.80 100.52 112.93 87.56 183.49 158.23 85.48 108.74 79.70 97.53 69.59 69.35 97.24 99.06 78.46 100.31 122.31 87.58 100 131.58 106.22 128.12 144.32 114.79 75.62 92.50 103.48 42.53 142.88 113.31 111.32 83.15 92.48 0.00 0.00 201.43 120.41 57.60 96.72 127.13 129.93 114.33 187.77 80.82 122.43 135.90 114.56 141.12 121.17 92.05 206.55 96.38 98.37 113.85 74.34 86.61 62.75 69.01 103.80 109.62 86.07 94.10 110.51 83.54 100 Como conclusión: el proceso de desindustrialización y de terciarización de la economía no solo ha tenido repercusión en la estructura ocupacional y profesional, sino que ha tenido también especial incidencia negativa en la distribución de los asalariados entre diferentes niveles salariales. Ello es debido sobre todo a que las perdidas de empleo se concentran en sectores industriales con medias salariales superiores y el proceso de terciarización se concentra en aquellas ramas con peores índices salariales como 'servicios a empresas', 'hostelería' y 'comercio'. Además, en el caso de servicios con mayores niveles salariales como 'administración publica'11, 'educación e investigación' han descendido posiciones en el ranking salarial; hecho que particularmente puede ser fruto del aumento de la temporalidad en dichas ramas. e) La distribución de la renta La combinación del aumento de la temporalidad y la redistribución de los asalariados en ramas con peores niveles salariales medios ha tenido como resultado una pérdida del peso de la Remuneración de Asalariados en el conjunto del Producto Interior Bruto, tal y como en el siguiente gráfico puede observarse. Este fenómeno es general para el conjunto de la Unión Europea, salvo para el Reino Unido12. 11 . Por paradójico que resulte, en la administración publica incluso los salarios por ocupado han disminuido en pesetas corrientes. 12 . Sterdyniak et all (1994) Pág. 44. 10 DISTRIBUCION FUNCIONAL DE LA RENTA 100 90 80 I.I.N. E.B.E. Rem.asal 70 60 50 40 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 Este decrecimiento del peso de la partida de Remuneración de Asalariados ocurre en una época de fuerte crecimiento del empleo, por lo que cabe concluir que ello ha conllevado una disminución de los salarios medios por debajo del crecimiento de la productividad. A fin de comprobar este extremo hemos descompuesto la variación del peso de la Remuneración de Asalariados en PIB en dos efectos: 1) efecto ocupación, que mide el efecto generado por la variación del número de empleados en caso de que los salarios se mantuvieran constantes; 2) efecto salarial, que mide el efecto generado por la evolución de los salarios en caso de que el número de ocupados se mantuviera constante. Algebraicamente: ∆(RA/PIB)= W1(L1-L0) + L0(W1-W0) 11 donde W1 es el salario medio del periodo 1 en porcentaje del PIB y donde L0 es el número de ocupados en el periodo 0. El `primer término de la suma mide el efecto ocupacional y el segundo el efecto salarial. El factor fundamental de la caída del peso de la Remuneración se encuentra en el efecto salarial. Tal grado de incidencia únicamente es explicable a través del aumento de la temporalidad y los menores salarios a ella asociados. Dicho efecto comienza a disminuir a partir de 1989, lo cual podría explicar el aumento de la participación de las rentas salariales en el PIB. Y a partir de 1992 el factor explicativo de la nueva caída de las rentas salariales se convierte el efecto ocupacional, debido fundamentalmente a la profundidad del ajuste del empleo a la crisis. Hasta 1994, donde el efecto salarial vuelve a predominar 13. EFECTO OCUPACION Y EFECTO SALARIAL EN LA VARIACION DE LA PARTICIPACION DE LA REMUNERACION DE ASALARIADOS EN EL PIB 3 2 1 0 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 EFECTO OCU EFECTO SAL EFEC.TOTAL -1 -2 -3 -4 13 . Dos matizaciones: en la evolución de los salarios se han tenido en cuenta salario por persona ocupada y no salario por hora trabajada, por lo que podría la incidencia del efecto salarial podría estar sobrevalorado al no haberse considerado la incidencia de la contratación a tiempo parcial (no obstante no pensamos que sea de magnitud suficiente como para poder contrarrestar dicho efecto. Y en segundo lugar, en la Remuneración de Asalariados se incluyen las cotizaciones a la Seguridad Social por parte de la empresa, las cuales aumentaron durante el período señalado, por lo que la incidencia del Salario Bruto está subvalorado. 12 Esta caída de la renta esconde una mayor desigualdad en la distribución de la renta incluso entre los propios asalariados y está permitiendo que la pobreza se esté extendiendo incluso a personas ocupadas. Hemos tratado de verificar este extremo mediante el análisis de la distribución de las rentas salariales declaradas en el IRPF, comparando los Índices de Gini de diferentes periodos. En el ámbito de la C.A.V. únicamente contábamos con estadísticas referidas al periodo 1989-1992, obteniendo los siguientes resultados: 1989 ÍNDICE DE GINI 1990 0.1050 1991 0.1180 1992 0.1297 0.1294 En el caso de la provincia de Bizkaia contamos con un periodo más largo, y los resultados son los siguientes: en 1986 el Índice de Concentración es de 0,0641 y en 1992 de 0,0945. En ambos casos, es destacable el aumento del Índice, aunque la amplitud del fenómeno de la temporalidad hace suponer unas desigualdades más profundas que habrían de reflejarse en un Índice mayor y en un crecimiento mayor del mismo. Sin entrar a valorar ni siquiera superficialmente este aspecto, comentar que puede deberse al hecho de que las rentas más bajas no tienen obligación de declarar y a que los trabajos sumergidos no pueden tributar por lo que el IRPF no refleja estos aspectos. f) De la renta disponible al consumo Por otro lado, las mutaciones en la remuneración salarial y la incertidumbre e inestabilidad de ingreso de rentas agudizada en épocas recesivas -mencionadas anteriormenteafectan a la formación de las normas de consumo. "Si bien el paso de unas a las otras no es inmediato, las codificaciones de la relación salarial constituyen un elemento central del establecimiento de las normas de consumo"14. 14 . Coriat, B. (1992a). Pág. 236. 13 La singularidad de la época que estamos atravesando es que ante la disminución del poder de compra de las familias transmitido al consumo privado, en lugar de disminuir la tasa de ahorro doméstico como hubiera sido habitual, "se ha superpuesto un comportamiento de ahorro de precaución particularmente acusado (...) y el arbitraje consumo-ahorro (que habitualmente alisa la evolución del consumo) no ha tenido el efecto de amortiguar el ciclo. Esto explica en parte la amplitud de la recesión después de 1992"15. Esta explicación para el caso francés pudiera perfectamente ajustarse a la situación que estamos conociendo de crecimiento económico basado en el tirón de las exportaciones fruto de las devaluaciones de la peseta, y la falta de reacción del consumo privado, tal y como podemos observar en el siguiente cuadro referido a la C.A.V. No tenemos más que comparar el comportamiento del consumo privado en la recuperación de mediados de los 80 con l atonía actual. 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1. CONSUMO FINAL INTERIOR 1,6 1,9 3,8 4,1 4,3 4,0 5,7 4,3 4,0 2,1 -1,2 0,3 1.1. Consumo privado 1,2 2,2 3,1 2,6 4,7 3,5 4,6 4,1 3,4 1,9 -1,2 0,1 ?? 1.2. Consumo público 4,2 0,0 8,9 14,4 2,2 6,9 12,5 5,6 7,3 3,3 -1,6 1,1 ?? 2. FORMACION BRUTA DE CAP. -1,7 5,0 7,8 6,9 10,7 16,7 23,0 4,3 4,6 -2,8 -7,6 2,0 6,0 2.1. Formación Bruta de Cap. Fijo 1,2 0,8 4,0 4,4 13,0 11,9 17,9 6,6 6,2 -4,8 -8,5 2,1 9,1 1,9 3. DEMANDA INTERIOR 1,0 2,4 4,5 4,6 5,5 6,4 9,4 4,3 4,1 0,9 -2,7 0,7 4. EXPORTACIONES -1,0 1,4 0,5 1,7 5,9 6,6 6,6 -1,8 -2,9 0,6 -2,2 4,5 ?? 4.1. Resto del Estado -2,8 -3,3 1,2 8,3 9,0 1,9 7,7 -4,0 -6,2 0,5 -8,4 -6,5 ?? -2,6 21,5 4.2. Extranjero 4,0 13,6 5. IMPORTACIONES 1,3 5.1. Resto del Estado 2,0 5.2. Extranjero -0,9 PIB a precios de mercado -0,6 3,7 4,2 5,4 4,0 -1,0 -13,1 4,6 5,2 6,9 6,2 11,4 -0,9 -1,1 0,5 -5,3 1,3 ?? 6,2 1,2 5,7 3,4 4,9 -3,9 ?? -3,4 16,7 0,8 1,6 0,9 -11,7 24,7 ?? 8,1 -1,1 -2,1 0,4 -5,8 3,7 18,3 9,9 20,3 -0,5 1,3 0,7 -4,0 13,2 ?? 2,2 6,7 3,6 2,8 1,0 -0,7 4,9 6,1 0,7 2,7 3,9 Fuente: EUSTAT (1994b). Los datos referidos se han obtenido de un artículo publicado en el periódico Empresarios del 15-29 de Marzo de 1996. "En la practica el nivel de ingreso distribuido, su estabilidad y su regularidad en el tiempo (elemento clave de los círculos virtuosos fordianos ... ) se encuentran sustancialmente mermados (ya que) evidentemente la formación de ingresos salariales sufre todos los efectos y repercusiones de esta balkanización del empleo y de las formas como se dispensa"16. Y este 15 . Guégano et al (1994) Pág. 21. 16 . Coriat, B. (1992a). Pág. 238. 14 hecho, en la medida en que afecta a la demanda agregada y a todo el sistema de producción fordista, "en otros países como EE.UU. ha conducido al desarrollo de un amplio debate sobre la capacidad de la economía para generar suficientes puestos de trabajo de 'clase media'"17. Urretxu, Abril de 1996. 17 . Muñoz de Bustillo, R. (1993) Pág. 175. 15 BIBLIOGRAFÍA: Bentolila, S. y Dolado, J.J. (1992) "La contratación temporal y la formación de salarios en las empresas manufactureras en España", Banco de España, Diciembre. Coriat, B. (1992a): El taller y el robot. Siglo XXI. Madrid. EUSTAT (1988): Padrón municipal 1986. Vitoria EUSTAT (1993): Censo de Población y Vivienda 1991. Vitoria EUSTAT (1994a): Tablas Input- Output para la CAV. Años 1980, 1985 y 1990. Vitoria. EUSTAT (1994B): Cuentas económicas. Varios años. Vitoria. Fernández F., Garrido L., Toharia L. 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