RAÚL RENÁN ÚL RENÁN C O M OC O MFOURFAUE EL PRESAGIO E EL PRESAGIO 1 edición. portada León Muñoz Santini Rústica con solapas y fajilla FAJA 208 pp, lomo 16 mm Cultural Fondo refine 14.5 x 23 cm c o mo f ue el presagi o Como fue el presagio antología personal RAÚL RENÁN POESÍA F O N D O D E C U L T U R A E C O N Ó M I C A Primera edición, 2012 Renán, Raúl Como fue el presagio. Antología personal / Raúl Renán. — México : FCE, 2012 205 p. ; 23 × 14 cm — (Colec. Poesía) ISBN 978-607-16-1190-1 1. Poesía mexicana 2. Literatura mexicana — Siglo XX I. Ser. II. t. LC PQ7297 M861 R565c Distribución mundial Diseño de interiores y portada: León Muñoz Santini D. R. © 2012, Fondo de Cultura Económica Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F. Empresa certificada ISO 9001:2008 Comentarios: [email protected] www.fondodeculturaeconomica.com Tel. (55) 5227-4672; fax (55) 5227-4694 Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio, sin la anuencia por escrito del titular de los derechos. ISBN 978-607-16-1190-1 Impreso en México • Printed in Mexico SUMARIO Llama que se propaga, por Pedro Enríquez 9 Lámparas oscuras (haikú) [1976] 13 Catulinarias y sáficas [1979] 21 De las queridas cosas [1982] 27 Gramática fantástica [1983] 37 Pan de tribulaciones [1984] 43 Los urbanos [1988] 51 Lausía [1990] 57 Viajero en sí mismo [1991] 65 Los silencios de Homero [1998] 73 Rama de cóleras [1999] 81 Parentescos [2003] 89 A/salto de río (Agonía del Salmón) [2005] 99 El cadáver exquisito de un pez [2006] 109 Educación de la línea [2007] 117 7 Mi nombre en juego [2008] 129 Poemas dispersos 151 Acerca del autor Índice de primeros versos Índice general 191 193 199 8 LLAMA QUE SE PROPAGA Para el fogonero que atiza el fuego, añadiendo tronco más tronco con sus manos, hay un límite. Pero para el fuego que se propaga por sí mismo, el proceso es continuo. Chuang-Tzu La poesía es un acto de rebeldía, un átomo de arena en el muro rojizo de los espejismos, un gozo de tormenta atrapada, un cíclope de polen, un oasis en el desierto de una vida, una interrogante en el alma del otro, un presagio en el mundo de los sueños. El poeta se enfrenta con la materia de la palabra y en sus manos de pedernal vuelan astillas de fuego. Las atrapa en el silencio convirtiéndose en llama que se propaga. Renán escribe poemas que son como siglos, palabras que se anudan en el tiempo y escapan de la trampa de los relojes de arena; sólo el poema que no queda atrapado en el limbo de las horas vence la estética del momento, se convierte en verdadera poesía más allá de las modas. Sólo el poema atemporal puede sumergirse en el océano de los años y resurgir nuevo, eterno. Su antología personal, Como fue el presagio, es un libro de libros. Indaga en los textos como buceador y respira en plenitud de constante búsqueda. Que estos versos tengan cabida en todo y sean nada: gratuitos como el aire, graves de palabras, pesados de alma; que invadan la paciencia del tiempo y permanezcan sin embargo ausentes; cuerpo de hielo, sí, también de piedra que tampoco crece. La desprendida hoja vuela y da traspiés en el suelo como estos versos sin peso, sin distancia, únicos versos de luz, ninguna sombra. [Raúl Renán, Rama de cóleras, 1999.] 9 Mantiene la plenitud de sus constantes vitales poéticas, la pasión por el juego de los significantes y significados, la calidad del continente y del contenido, la aventura del descubrimiento, la meticulosidad de la investigación, el cuidado por la palabra exacta, caminante siempre en la búsqueda de la emoción sin la que no existe verdadera poesía, siempre del brazo de la creatividad y la originalidad. Me sorprende la vigencia y juventud de su palabra poética, de sus ideas, de su conocimiento, de su experimentación con el poema. Raúl Renán que busca unidad de sentido en la obra; en el arte de vanguardia no sólo le interesa el resultado final, sino el proceso creativo y en ocasiones la sonoridad. Al ser un fenómeno que parte del cuestionamiento de lo que pueden legrar las palabras y las imágenes en conjunto que revelan conceptos como el logocentrismo, la noción de tiempo y espacio; en su experimentación con la tipografía, técnicas, texturas e incluso movimiento, la poesía visual tiene una gran conciencia de sí misma como proceso experimental y creativo [Norma Salazar]. Observemos el movimiento de las palabras formando la imagen, como nos da entender Norma Salazar, en el poema-figura “Mantis religiosa”: M EJ m o r la 10 as a ta ll e as di d h ro e b r a m ro mu ert e o bo m sp e b su su a h ME t e am an bl o o d e m ti r po de pie de pie de te e O j E Li s o m i U s V pa v OR g o t e n os ra er te También Como fue el presagio nos descubre que Renán es un pensador, un filósofo actual. Su poesía no sólo queda sujeta a las normas de la música interior, al equilibrio de la forma, sino que aflora en su obra la reflexión y el pensamiento de un intelectual comprometido con los problemas del hombre, con las dudas y las luchas de una sociedad tantas veces desorientada, tan necesitada de la mirada profética del poeta, de su capacidad de lucha e introspección. Y ésta es una cualidad que ennoblece al escritor, que no es únicamente espectador de su momento, transeúnte ajeno de su entorno, sino que se involucra hasta sumergirse en los sucesos humanos, en las miserias, en las alegrías, en las certezas y en las injusticias de su realidad cercana y lejana. Raúl Renán nos ofrece un universo creador, un espacio literario conseguido. El libro que hoy podemos sostener en las manos, con la levedad del papel impreso, es el resumen de una vida de creación, con toda la importancia y generosidad que supone la entrega de un tesoro imposible de medir; en las manos se concentran treinta y dos años de vida creativa, desde su libro Lámparas oscuras (1976) hasta uno de sus últimos títulos Mi nombre en juego (2008), quince libros más una parte final de poemas sueltos, una obra imprescindible. Me imagino un prisma luminoso que se desborda de luz al abrir las páginas de este libro de libros, cada poema una anécdota, un sacrificio, un gozo, una experiencia, y siento cómo se multiplica su voz en la imaginación de cada lector, en cada ejemplar que ahora comienza un mágico e insospechado destino desde la imprenta hasta las librerías y desde allí, cada libro igual pero distinto, esperando su único e individual fulgor de nombres, tal vez superando la memoria del propio poeta y del ámbito de su tiempo, entonces realmente imperecedera. La poesía sirve para descubrir al otro, para reconocernos en la enseñanza y sensibilidad creativa del maestro Renán, “el poema dentro del poema”. Como dice a sus alumnos: “búsquense dentro de este poema... eso es lo que hay que descubrir en uno…” “El poema terminaba con un botón florido. El poeta lo sellaba antes de que el viento le soplara el pecho. Lo leía por última vez con el cuidado de quien camina entre espinos y los destronca con sus pisadas” (Raúl Renán, Mi nombre en juego, 2008). 11 “Con la certeza de que una sola palabra salva del olvido, y el salmón lee de abajo hacia arriba, quien camina entre espinos y los destronca con sus pisadas” (Raúl Renán, Mi nombre en juego, 2008). Pedro Enríquez Poeta y miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada, España Granada, julio de 2010 (Saludo. Mis agradecimientos a Norma Salazar por su excelente ensayo “La poesía visual de Raúl Renán”.) 12 L Á M PA R A S O SCU RAS ( h a ik ú ) [ 1 9 76] A Matsuo Basho Una tarde de verano, las hojas de los naranjos, mecidas por el viento, brillaban como estrellas doradas. El poeta reposaba del amor reciente y contemplaba el cuerpo de su amada: las hojas de sus pies, sus piernas como ramas y los troncos de sus muslos sosteniendo dos copas frondosas. En éstas detuvo los ojos y se agitaron los frutos inspirados que llenaban su alma y las visiones de la naturaleza que había recogido a lo largo de sus años. En ese trance sacó el rollo de papel arroz en que escribía sus versos y con su pincel de bambú inició la creación de estos poemas. Una naranja comparte sus mitades en lo oscurito. Frutos deseos en el curvado filtro de tu meneo. Ondas caricias. Dos tibios horizontes siguen las manos. Piel de manzana. Redondez de manzana a dos mitades. 15 Son vecindarias en tu jardín, redondas flores de piel. Luz repetida en el curvado espejo que me ve y veo. ¡Arre delicia! En bicabalgadura llegaré al cielo. Vienen dos juncos: tronco de espuma en llamas su atracadero. La almeja tiembla: sus valvas la protegen como sus alas. Siempre contento, Cupido adolescente pasa silbando. Trote mullido las ancas de la bella: la prisa vuela. 16 A quien lo toca extraño jorobado le da dos suertes. Bicefalillo, en duelo ventajoso vence a Unicornio. Temblor en la nieve. Dos tiernas palomas el halcón otea. Bajo la falda levantan un oleaje lunas cautivas. Dos tamborcillos de oloroso tañido piel de la luna. Mejilla con mejilla susurran los secretos de lo que guardan. 17 Dos almas mías: una se balancea la otra oye. La noche duerme. Dos lámparas oscuras queman mi lecho. Dos cómplices bien amadas consienten un solo amante. A dos jorobas cabalga en mí la noche: camello ciego. Dueto de lirios la canción estremece. Llora el rocío. Velas henchidas izadas en el mástil… nave agitada. 18 Soles de leche. Luces sobre la almohada retan mi agobio. Qué bello sol, está partido en dos y bien calienta. tres tan kas Dos globos de avena van a elevarse y el alma se perderá. Subiré el monte Fuji para verlos pasar. Raúl Renán Blancas cúpulas una estrella flanquean que es un tesoro. Tanto brilla el sendero como mi espada. Raúl Renán La doble luna que brilla al final de tu espalda: En doble plenilunio se ahogará el mar. Francisco Hernández Francisco Hernández Francisco Hernández Raúl Renán 19 C AT U L I N A R IAS Y SÁF ICAS [ 1 9 79] catulinarias Un día, tu puñal, Felón, buscará tu propia espalda… Fiel a ti mismo, no le negarás esa gracia a tu compulsión. vii Es cierto que todos, esclavos y nobles se inclinan a tu paso, Numa Tirano… no está lejos el día en que también se humille ante tu majestad la rama de la horca. ix La bella Eubonia comparte las delicias de su cuerpo con el contrahecho Trotón… Algo tendrá, murmura el ágora. Cuál de los dos, comenta el poeta. xi Es justo el Cónsul, dices, Torvonio, 23 y sin embargo no cabe en la República. xiv Mater dejó en sus hijos púberes su risueño gesto y en sus hijos adultos el peso de sus gárgolas morales: llanto en ruinas. xxi Besas las frondas ígneas, asentaderas del poder, tu reino, y hablas contra el oro de las uñas de Consorte. Olvidas que partícula es también becerro, el que adoras, Blas Femo, mugiente. xxxiii Penefasto, para honra de su nombre, tiene la genial costumbre de mojar el pie de los rosales. xxxvi No es carnívora tu especie, Ambiguo, si proclive te muestras a la carne que ondula 24 o a la que enhiesta crece. Es que embiste en tu instinto el animal entero. sáficas iv Pasa el vellón hendiendo la pradera que es mi alma extendida en largo sueño… duelos heridos, sinsabores, penas: podre rezuman. v Sin los brillos del oro de tus dientes alumbras luces ciegas, Auro Lelio. Un solo rasgo al poeta le ha bastado: quemar los siglos. viii Bellos tus versos y altos los sentidos desbastas con tu pluma sobre el pliego. Es belleza invisible, Publio Vatis: para el espejo. 25 D E L A S Q U E RI D AS COSAS [ 1 982] (DE L A L E Y D E D UA L I DA D E S ) Nos contiene la forma de la vida y tenemos la forma de la muerte. Razón de más para explicar la suerte de esta sed con pecado concebida. No hallan nudo las cuerdas, ni debida con razón sus oficios, pues más fuerte es no ser que sí ser y quien entuerte su nada, ciega la luz consabida. Uña y carne deslindan intereses como el plural y sus seseantes eses. Cielo y azul deslíen su inmateria y la ilusión se aparta de su arteria. La almendra idea fuera de su cráneo, y el camino se va sin su calcáneo. (DE LOS ROSTROS DEL SUEÑO) Las figuras y genios que sabemos pasan volando —polvo transparente—. Son sueños que se asientan en la frente y nos rascan la oreja, más o menos. En el trance de un punto que ponemos en el campo alfiler de nuestra mente sopla el aire y ocurre lo inmanente: la transparencia, nada, lo que semos. 29 Calmado el soplo, vuelven las figuras sus genios a su sitio, todas puras pero ninguna a su recinto exacta; de otra natura son, de la que pacta con los del aire géneros en polvo: medio de hacer puntual el desazolvo. (DE L A T R A N S F I G U R A C I Ó N D E L A G UA ) De cuándo acá me vienes con que el agua no se duele de ser ni se enamora. Sólo mira a la lluvia cantadora, su cauda cae como rosa en ascua por el sol que la excita. Muerte vacua si explico que la rama que nos llora vierte un hilo de duelo y lo incorpora sin saber para quién y menos a cuales penas corresponde, pues lo cierto proviene de dolor, cuando lo vierto en vidrios si no llueven, si no nievan, sólo extienden sus gasas y se elevan a convertirse en cielo de ese mundo donde el agua no calma sitibundo. 30 soneto a la cáscara de la naran ja Para Pierre Alechinsky Cintillo amargo, venda que envuelve la sin embargo dulce que absuelve borla de azúcar. Tantas mordidas succionan su carne de amor. Midas cambia sus oros por el de jugo que arde en los coros del limbo. ¿Plugo a Dios tesoros como este yugo? soneto de aire El aire, ese buque fantasma sin capitán ni marinos, desliz alado de los linos que trasuntan el asma; esa canción sin tregua, sin muelle, sólo canto de sí como destino, vuelta que se repite con el tino del regador regado, fuelle 31 absuelto en la cara de su inverso impreciso quehacer loco, tiene hermano de sangre, su reverso, el mar, que no suelta ni un poco las amarras supinas por el terso temor de revelar la sed del coco. sone to calmo y púd ico El señor calmo y púdico lleva la faz del pez y en el envés la llama del ente lúdico. Hendida la huella, lúbrico, erecto el testuz. Regodea la hez de su cornicante único. El señor púdico y calmo, practica el arte de no ser virtud, ni de bondad hechor. En perversidad es un señor (sentimental como mujer) siniestro ruin desalmo. sone to de ag ua El agua navega calma o arisca si en naufragio piensa (agiotista de su propia alma). 32 En su interior espejo ensalma Narciso adagio que al sentir contagio de algas, se desalma. Sumergida materia de celofanes, miseria su elemento original como víctima de fiera marino animal inundado de su igual. soneto patibular La cuerda repta como animal en pena: vena de su propia sangre erecta. Desde su nudo invecta contra cuello y cercena. Amena fe patibular inyecta. Sube al palo, se hace luz corrediza en torno al cuello. Gola al malo con la muerte precisa: sin resuello. 33 sone to monorrimo Escabullizo erizo se hizo monoliso. Así lo quiso: rojizo el rizo coquetizo; friso inciso y cacarizo, y el viso trizo y circunciso. sone to en d esazón En cuanto rueda el manto, queda el encanto en veda, como el acanto enreda 34 su dual pasión: la sal en desazón y el mal de la razón. 35 G R A M ÁT I C A FAN TÁSTICA [ 1 9 83] de có mo una vaca pin ta ocupa la cáted ra de literatura españ ola en la u n iversidad Un vaquero del rancho “Quijano”, encargado de darle pienso al ganado (llenar los bebederos de agua y los comederos de granos y paja) dejó un día, precisamente sobre los forrajes que acababa de servir, su ejemplar de Don Quijote que leía en sus cortos ocios y regresó a la casa del rancho sin reparar en el olvido. En el corral la vaca pinta, engullendo la pastura, mordió las hojas del libro y en el bolo alimenticio se mezcló el genio de Cervantes. A la vaca le supo tan bien que no cesó de rumiarlo horas y horas. Con tanta lectura tragada y digerida, es natural que la vaca pinta participara, a poco, en la oposición para ocupar la cátedra de literatura española que ahora sustenta. letra nía de u na sin sonan te Espejo de la nada. Trono del vacío. Madre de lo estéril. Vaso de los mudos. Fantasma estatuario. Señal del sueño. Pozo de las inflexiones. Ilusión del deletreo. Materia inaudita. Menos letra. Broma de Cadmo. Negación del alfabeto. Intención de maldecir. Muro de la Sal. 39 Voz de negación. Compás del estornudo. Conciencia tapiada. Espalda de la voz. Fósil del eco. Trampa del habla. Dama inexistente. Pisada de Atila. Sonido amordazado. Visión de Braille. Rosa inodora. Tacha sobre tu espalda. Voluntad congelada. Rudimento de intención. Puerto del infierno. Arca de la división. Torre dragona. De alma presente. Cobra de Satán. Desnudez empenachada. Castigo de los justos. Veneno de los inocentes. Rima pareada. Escala del abecedario. Octavia, letra H. 40 diálo go (Conversación entre símiles) día logo —Yo soy Día. —Yo soy logo. —Lo que es de través. —Lo que es sonido de inmateria. —Soy la luz y la oscuridad. —Soy la luz y el silencio. —Del tiempo. —Del hombre. —Me dispendio en fragmentos. —Me prodigo en intenciones. —En vidas hechas mensuras. —En formalidades. —Desde la minucia menor hasta —Desde la confesión hasta el la minucia mayor. secreto. —Me transcurren porque —Me hacen sonar merced a mis transcurro. acentos —Como un tobogán que va —Como música con partituras que y regresa a reconocerse. entonan ofensas y glorias o que encantan a los amores ilusos. —Como un parlamento que se —Como una máscara que canta sin arroja para pedir devolución. mover los músculos. —Soy el tránsito. —Soy el sello en el aire. —En mí viaja la ilusión de las —En mí se oculta la luz de la formas vivas. inmateria (antes fui verbo divino). —Con mi clámide se cubre la —En mí vuela la voluntad del materia para simular su exis- hombre o se humilla en la mudez tencia. del papel. —Tengo forma de viento. —No tengo forma y las tengo todas de odio y amor. —Cuando me usan me respiran. —A mí me usan para pedir clemencia. —Cuando no, callo e inmovilizo —Cuando no, a la sombra de la lo que vivo. salud impune, para chasquear la soberbia. —Atravieso la viviente especie. —Relleno los odres del semoviente género. 41 E N S US P OE M A S , R A ÚL R E NÁ N R ECONS TR U Y E LA S S E NS A C I ON ES D E L A V I DA QU E P I ER D E N S U ES E NCIA S U TILM ENTE EN L A MO NOT O NÍ A D I A R I A . E S TA A NTOLO GÍA PE R S ONA L JU E GA C ON ES A FU S I Ó N D E I NQU I ET U DE S DE L MU NDO TE R R ENA L, DE JA ND O EL A MBI E NT E E MPA PA D O D E LA S M ÁS T ENU ES I MP R ES I ON ES QUE L L EG A N E N F OR MA D E R E FLE XIÓN AR M ONIOS A O A MA NER A D E R I S A S I N P E R D ER LA S U TILE ZA P OÉ TI CA Y EL G EN I O CR EA D OR QU E LO CA R A CTE R IZA N. 978-607-16-1190-1 Cómo fue el presagio. Antología personal Poesía Raúl Renán