Entrevista a Héctor Ponce

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Conversaciones de Héctor Ponce
investigador sobre el poder de la
anticipación
Experto argentino muestra caminos para hacer la
enseñanza de la geometría más proposicional y menos
directiva y con ello aprovechar las ventajas que ella
ofrece
Por Ricardo Falzetta
([email protected])
Saber antes de hacerlo. Anticipar la
solución. Predecir. Planificar. Estas
son cualidades que se forman en el
niño que se desenvuelve bien en el
pensamiento geométrico, según
Héctor Ponce, profesor argentino,
investigador de la Didáctica de las
Matemáticas y miembro del equipo
de Matemática de la Dirección del
plan de estudios de la Secretaría de
Educación, Buenos Aires.
Ponce en la segunda Conferencia de
educación organizada por la Fundación
Victor Civita, en São Paulo (2008).
Foto: Kriz Knack
La enseñanza de la Geometría enfrenta problemas, según el experto. Uno de ellos está
relacionado con la elección de los contenidos. "Hay mucho énfasis en el vocabulario y el
uso de instrumentos. (o se proponen problemas para que los niños descubran las
relaciones geométricas que existen en una figura o un sólido. Estas relaciones se presentan
a menudo como conceptos ya acabados", dice Ponce. En resumen, enseñar geometría
necesita ser una actividad mucho más desafiante y deliberada, que explore la capacidad de
deducción. Propone cambiar, de esta forma, de la geometría del “saber hacer”, hacia una
geometría de las relaciones.
En consecuencia, Héctor Ponce detalla los tres problemas didácticas que según él deben
enfrentar los educadores:
1. Es extremadamente difícil romper con la evidencia del dibujo y entrar al juego deductivo
que está detrás de las ideas geométricas. "Es un desafío inmenso decirle a un niño que un
dibujo de un triángulo es sólo una representación de un triángulo, que existe sólo
conceptualmente", refiere Ponce. Para el investigador, esta cuestión comienza a omitirse
cuando las actividades de geometría desafían el razonamiento del niño. “Se trata de un
conocimiento de otra naturaleza. Es diferente de sólo saber el nombre de la figura o la
descripción de las propiedades", dice. Cuando el trabajo es tan restringido, un niño que ve
un cuadrado y a continuación ve esa misma figura rotada 45 grados, dice que son dos
figuras diferentes.
2. Hasta qué punto se puede avanzar en el trabajo con la geometría en los primeros grados.
No parece razonable pretender que niños de tan corta edad puedan establecer complicadas
relaciones existentes en las figuras del plano y del espacio. "Entender que un sólido con
una particular forma puede tener el mismo volumen de otro, con una forma diferente, es un
pensamiento muy complejo para esta franja etárea". Para Ponce, en la fase inicial del
trabajo en geometría se debe explorar maneras de modelado, experimentando con muchas
figuras y sólidos y la identificación de propiedades. Siempre con apoyo en lo concreto.
Poco a poco, este apoyo debe irse quitando de la escena.
3. Las actividades no pueden considerarse como un contenido de enseñanza. La tendencia
a considerar una actividad de construcción de figuras geométricas como un contenido
geométrico está vinculada a la necesidad impuesta socialmente de que todo contenido de
enseñanza debe tener un propósito práctico. Según Ponce, enseñar geometría, al igual que
en la concepción más abstracta, es permitirle al niño el acceso a una cultura matemática que
le da más autonomía en su vida como ciudadano. "¿Por qué se enseña matemáticas,
literatura o arte? No hay finalidad práctico en todos los contenidos de estas áreas. En
geometría tampoco. Pero por ello no hay que restringir el acceso de los estudiantes a este
conocimiento ", concluye Ponce.
Fuente de este artículo: http://revistaescola.abril.com.br (con acceso setiembre, 2010)
Traducción de Uruguay Educa www.uruguayeduca.edu.uy
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