CURIA GENERAL DE LOS CLERIGOS REGULARES TEATINOS

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CURIA GENERAL DE LOS CLERIGOS REGULARES TEATINOS
Cuadernos <<Duc in altum>>, número 14. Agosto 2008
El Prepósito General de los Clérigos Regulares Teatinos a toda la Familia Teatina
Muy queridos hermanos en el Señor: no quiero concluya el Año Santo Aveliniano sin tener
de nuevo el gozo de volver a comunicarme con todos los componentes de nuestra muy
querida Familia Teatina, a través de una carta circular “ Duc in altum”.
1. Felicito y agradezco, en primer lugar, a cuantos han programado, en sus respectivas
comunidades, actos en honor de San Andrés Avelino durante la celebración del IV
centenario de su tránsito al cielo: conferencias, retiros espirituales, encuentros de oración,
novenas y peregrinaciones a su sepulcro.
Agradezco y felicito también a las Provincias y casas que han publicado calendarios,
estampas, carteles, folletos, biografías y escritos del Santo. Estoy seguro que él nos
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devolverá con creces todo lo que hemos hecho en su honor, porque los santos son muy
buenos pagadores.
2. No ha concluido todavía, a Dios gracias, el Año Jubilar y aún podemos llevar a cabo
alguna que otra iniciativa más en nuestras casas, capillas, iglesias y parroquias. No se
tienen todos los años conmemoraciones de esta importancia, y, además, San Andrés
Avelino es “mucho” santo. Al cabo de cuatro siglos tiene bastante aún que decirnos.
Sigamos, por tanto, releyendo y meditando sus cartas y tratados de devoción; dejándonos
guiar por la radicalidad de su vida evangélica; y que como Clérigos Regulares Teatinos
nos impulse y oriente su amor incondicional a la Orden.
De esto último ciertamente se trata, sobre todo. Precisamos rogarle a San Andrés Avelino
nos conceda un aprecio muy fuerte a la Orden, pues no somos gente, ninguno de nosotros,
con vocación de poner “tienda a parte”, porque eso no es vocación y mucho menos
“teatina”. Lo teatino habla esencialmente de comunión, de camino que se hace juntos, de
compartir, integrar, aunar y sumar; así como de agradecer y valorar cuanto ayuda a crecer
en fraternidad. Lo teatino es alérgico, por carisma, al individualismo inconvivente y a la
exclusión.
3. Quiera el Seňor por intercesión de San Andrés Avelino concedernos la gracia, en
ocasión de las celebraciones del Cuarto Centenario de su muerte a punto de clausurar,
sentirnos “más teatinos”, “más nosotros”, “más congregación”. Mi experiencia personal
en este sexenio que también concluye, es la de que, en ocasiones, cuesta muchísimo entre
nosotros cuidar y fortalecer los sentimientos y signos de pertenencia, los detalles de afecto
y amistad.
Se van poco a poco, es verdad, dando pasos adelante en la comunión, más no son todavía
suficientes. No nos importe, queridos hermanos, tanto ser pobres en número cuanto serlo
en vida fraternal. Ojalá puedan decir de nosotros quienes nos ven, los feligreses de
nuestras parroquias, los muchachos y muchachas de nuestros colegios, cuantos participan
de nuestras celebraciones y los que pasan por ahí: “¡Son teatinos!”, “! Se parecen a S.
Cayetano!”, “¡Son de la Compañía de S. Andrés Avelino!”
4. Hubo un tiempo, como sabemos, en que la gente llamaba “teatino” a toda persona
que era piadosa y de Iglesia o tenía caridad y provocaba la atención por su manera de ser.
El carisma teatino se salió enseguida del molde.
No se quedó en ningún “compartimiento” estrecho ni al seguro detrás de vallas que
dificulten el ingreso. Lo teatino es un carisma ancho de Iglesia. Nacimos para “ser” Iglesia.
Y “reedificarla” y “embellecerla”. Y “sentirla” y “vivirla” en nuestras comunidades y
nuestro corazón como la presencia continua y resucitada del Señor Jesús a lo largo de la
historia en firma de fraternidad. La intuición y la pretensión de San Cayetano y sus
compañeros, al profesar su regla de vida de clérigos regulares, aprobada por el Sumo
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Pontífice, fue instaurar la “vita apostólica”: el estilo de ser y actuar de la comunidad
apostólica, que llevaba a tener “un solo corazón y un alma sola”.
5. No nos es lícito apartarnos de la finalidad fundante de los iniciadores.
Recordemos: hemos insistido muchísimo en ello durante el Año Aveliniano. ¿ Porqué el
joven sacerdote Lanceloto Avelino se sintió atraído por los Padres de San Pablo Mayor de
Nápoles? Porque aquellos “nuevos curas” impactaban por su voluntad de reforma
personal, su fuerte vida interior, su forma de celebrar los sacramentos, su amor
apasionado a la iglesia y especialmente por su comunión fraterna. Justamente porque
querían “reinstaurar” la “vida apostólica”, renunciaban a los bienes materiales para pasar
a depender de la Providencia Divina y vivir así de modo más “efectivo y afectivo” el amor
a Dios y a los hermanos.
6. Al abogado Lanceloto Avelino le “tocó” el corazón el carisma peculiar de los
teatinos, y se hizo uno de ellos entregándose, desde el primer momento, a fondo perdido.
Y ahí tenemos su ejemplo y su obra. Supo que recibía una herencia carismática de parte de
quienes tuvieron la responsabilidad de comenzar a abrir caminos y no dejó que los
talentos que se le confiaban quedaran sin fructificar. Vamos a ver, queridos hermanos, si
también nosotros logramos una buena cosecha. Continuemos teniendo bien fijos los ojos
en San Andrés. Bastaría sólo uno de la talla suya para llenar de “santo” orgullo a una
Familia Religiosa.
Los santos, como el Padre Andrés, atraen mucho a todos: clérigos y no, hombres y
mujeres, chicos y grandes, de cualquiera clase y condición. Me pregunto si hemos hecho
todo lo posible para que el Año Jubilar Aveliniano interesara sobre todo a aquellos
cristianos que muestran interés en compartir con nosotros la pasión por la búsqueda del
Reino de Dios “al modo teatino”.
7. He ahí una cuestión pendiente desde años atrás: la que hace referencia a compartir el
carisma. No podemos seguir cruzados de brazos y desatentos a la expansión de nuestra
“espiritualidad” entre los laicos. Se lo debemos. Tanto por el nacimiento como por el
recorrido de la propia historia no nos está permitido dejar a los laicos que por una
circunstancia u otra tienen contacto con nosotros sin que puedan, si quieren, compartir el
carisma que el Espíritu Santo hizo nacer en los fundadores.
Nunca hemos de olvidar que los carismas, como los talentos evangélicos, no están para
esconderlos en un pañuelo y guardarlos en lugar seguro, y así no correr el riesgo de su
deterioro. Al contrario, si no se comparten, se “parten”, si no se propagan se “apagan”. Lo
propio del carisma es que no concluye ni se pasa con el tiempo. Se fortalece y concreta con
la ayuda del Espíritu según las circunstancias de la Iglesia y del mundo. Y es expansivo y
contagioso, sobre todo cuando se vive de verdad como Dios quiere y manda. El nuestro
siempre lo ha sido. Es más, lo teatino nació fundamentalmente para expandirse. Sino lo
hace, no es “teatino”.
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8. Hace falta por tanto que los Prepósitos Provinciales en primer lugar y todos aquellos
religiosos que tienen a su cargo responsabilidades pastorales “retomen” continuamente
conciencia de que nuestra “espiritualidad” es para compartirla. No debería haber, por
consiguiente, ninguna casa, colegio, iglesia o parroquia sin contar con grupos juveniles de
talante teatino, así como secciones y equipos de seglares adultos de inspiración teatina.
Es hora de que todos a una nos ilusionemos y nos pongamos a trabajar por la buena
marcha de auténticos movimientos juveniles teatinos y por una Familia Seglar Teatina
bien organizada.
9. Será una cuestión preferente en la reflexión y estudio del próximo Capítulo General.
Se viene hablando y hablando desde los capítulos de 1991, 1997 y 2003, sin terminar no
solamente de ponernos de acuerdo sino sin entusiasmarnos de veras en hacer “real y
efectiva la participación en nuestro carisma”, que “cualquiera que sea el nombre dado a
los grupos o asociaciones de laicos”, “constituye un deber inaplazable” para todos (Cap.
Gen. 1997). Es de recordar también que el Capítulo dispuso crear “una comisión con el
cometido de redactar el estatuto teológico, jurídico y espiritual de la Fraternidad habida
cuenta de los Estatutos elaborados en 1989”.
Se creó la comisión, se volvió a hablar de ello en el Consejo General pleno de enero de
2000, se hizo después llegar a los Superiores mayores un grueso proyecto acerca de la
agregación de laicos a la Orden y a la Congregación de las Religiosas Teatinas de la
Inmaculada, hasta que otra vez el Capitulo General, 2003, tuvo que insistir de nuevo en lo
mismo. (Determinaciones 11 y 12).
10. Invito a todos, queridos hermanos, a preguntarnos: ¿Qué hemos hecho hasta ahora?
¿Con qué realidad se cuenta en las Provincias y Casas en todo aquello que se refiere a la
“Misión Compartida” con los laicos, chicos y chicas, adultos y matrimonios, que nos
frecuentan y con quienes por razones del ministerio tratamos? Cada Provincia y cada Casa
ha de preguntarse si tiene o no como objetivo importante en su proyecto apostólico el
cuidado y el crecimiento de la “Familia Seglar Teatina”; y, si lo tiene, cómo lo está
llevando a cabo la comunidad que forma aquella Casa. Debe ser tarea común. No han de
permitirse “franco tiradores” ni por parte de los religiosos ni de los laicos. Dígase lo
mismo del “Movimiento Juvenil Teatino”, ya sea la sección de la propia Casa como de la
organización conjunta de la Provincia. Sucede que a veces lamentablemente falta la
continuidad; o, peor aún, la comunión, el aunar criterios, y trabajar en vistas al bien de la
Orden y el Reino de Dios.
Los grupismos y capillismos están prohibidos por nuestro carisma. La teología y la
espiritualidad que dimanan del carisma teatino no se avienen en absoluto con los
protagonismos de tipo individual y excluyente. Necesitamos, por tanto, ponernos de
acuerdo en el método y los estatutos requeridos. Más adelante insistiré de nuevo en ello,
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dado que el próximo Capítulo General deberá dar normas y determinaciones al efecto y
no prorrogarlo otra vez.
11. Mas volvamos al Año Jubilar Aveliniano. Entre las iniciativas más importantes
programadas desde el primer momento estaban: el “Encuentro interprovincial de
Movimientos Juveniles Teatinos” en Nápoles del 21 al 27 de julio, y la “Reunión de la
Familia Seglar Teatina” a nivel de toda la Orden del 3 al 9 de noviembre en la semana de
clausura del Cuarto Centenario del nuestro querido y admirado San Andrés Avelino.
Les hago un poco de crónica del encuentro tenido con algunos chicos y chicas “teatinos”.
Durante los días del 21 al 27 de julio ha tenido lugar el “Primer Encuentro Interprovincial
de Movimientos Juveniles Teatinos”.
Yo estaba más o menos seguro de que la posibilidad de reflexionar a nivel de Provincias y
Casas acerca de la Pastoral conjunta con jóvenes de inspiración teatina iba a ser la que más
interés suscitara. Mas se dijera que, lamentablemente, no ha sido así, porque al Encuentro
ha faltado la representación de varias Provincias. Lo siento. Sus razones habrán tenido,
pero era una hermosa oportunidad que, a la luz de la espiritualidad y el ejemplo de San
Andrés Avelino, teníamos todos , los de aquí y los de allá, para reflexionar y programar
juntos en vistas al próximo futuro y, en concreto, de cara al Capítulo General que viene.
12. A pesar de todo, he de confesar que este primer contacto interprovincial de teatinos
laicos jóvenes entre sí ha sido todo un gran acontecimiento. Marcará, dijo alguien, un
antes y un después. Estuvieron reunidos unos 35 jóvenes provenientes en su mayoría de
Argentina y Brasil; un eficaz y muy entregado grupo de chicos y chicas de Nápoles,
incansables, magníficos; una representación, reducida, de España; dos juniores y siete u
ocho religiosos sacerdotes teatinos. Por mi parte no habría podido perdonarme dejar pasar
tanta oportunidad y providencia del Seňor. ¡Venimos desde hace tiempo tantos en la
Orden soñando en un laicado juvenil de inspiración teatina!
Ha sido, en verdad, de mucha providencia el Encuentro. Hemos de agradecerlo, en
primer lugar, al P. Carmine Mazza, Prepósito de la casa, que se prodigó en la acogida, la
atención, la cordialidad y ese sin fin de detalles que siempre requiere una reunión de tal
envergadura. No debo, ni puedo, olvidar la labor, el esmero y la simpatía de las
muchachas y los muchachos de Nápoles. Sin ellos todo habría sido más pobre, menos
festivo y menos teatino. De manera especial es de destacar el trabajo de programación y
coordinación del P. Pablo Guerrero, Prepósito Provincial de España. Y la aportación, tan
rigurosa, pedagógica, entusiasmante, práctica, concreta de los Padres Mariano Salvador y
Ricardo Solá.
13. Los temas de reflexión y de diálogo no han tenido desperdicio alguno. Interesaron
profundamente a la asamblea y generaron interesantes conclusiones que espero podamos
tener lo más pronto posible recogidas en un dossier.
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He aquí los títulos de las distintas ponencias: “San Andrés Avelino ¿un modelo para los
jóvenes?”, “Qué papel debe jugar un movimiento juvenil teatino en nuestras
comunidades cristianas?”, “El papel de presbítero en los Movimientos Juveniles
Teatinos”, “La Espiritualidad teatina, un carisma de comunión”, “La Espiritualidad
Teatina una espiritualidad para el mundo”.
Todos estos jóvenes han dialogado con interés, han orado con fervor y han disfrutado
hasta no poder más; y era como si se conocieran de toda la vida; y sabían que la Divina
Providencia les estaba regalando sentirse en Casa, junto a los restos de San Cayetano, San
Andrés Avelino, del Beato Marinoni, del Beato Burali; y afianzando bien los cimientos de
lo que podrá ser mañana el “Movimiento Juvenil Teatino” en todas las comunidades de la
Orden.
14. No sólo hubo del 21 al 27 de julio en Nápoles charlas, mesas redondas, tiempos
fuertes de oración, celebraciones muy emocionadas, y folklore, y una inmensa alegría…
Hubo, además, durante el Encuentro, una salida a Ischia, indescriptible, para compartir
con los jóvenes de la Parroquia de San Antonio de la isla lo fundamental cristiano: la
adhesión personal y comunitaria a Jesús. Qué cordialidad evangélica la de los cristianos de
Ischia. Y del párroco, Don Carlo, todo generosidad y “exageración”, indescriptible, de
amor creyente y acogida cálida para con los “teatinos” venidos de fuera. ¡Muy teatino este
Don Carlo, muy teatina su feligresía!
15. En el día del apóstol Santiago cuyo nombre, ni que decirse tiene, es un resonar de
pasos peregrinos y de vibrante “ultreya” y de mucha animación jubilosa, correspondió
llegarse hasta Castronuovo de S. Andrea, el pueblo natal del Santo. Cuánto y cómo
disfrutaron en este día los chicos. Al final se entendían ya todos en el mismo idioma.
Don Adelmo, al párroco del lugar, quien durante el presente Año jubilar no ha dejado ni
una sola ocasión de estar generosamente entregado, activo, se desvivió una vez más con
las iniciativas que la Orden ha querido que tuvieron lugar en Castronuovo. Qué grande
regocijo el de la buena gente del pueblo disfrutando, a la noche y en la plaza, de la fiesta ¡año jubilar, año de júbilo! – organizada por los mozos y mozas teatinos que habían
querido “subir” hasta el cielo en volandas de San Andrés Avelino.
16. Se llegó, por fin - ¿tan pronto? – al acto de clausura del Encuentro: Una densa y
emotiva vigilia de Oración se prolongó durante largas horas en la Basílica de San Pablo el
Mayor de Nápoles; primero en la Capilla de San Andrés Avelino, ante la urna con sus
restos; después, en la cripta del Santuario, arrodillados sobre la tumba de San Cayetano.
No es nada fácil expresar el clima de fervor que progresivamente iba envolviendo a todos,
grandes y chicos. Se habían añadido aquella noche del sábado otros jóvenes de Nápoles; y
algunos otros venidos de Roma con el P. Mariano Palumbo; y unos cuantos más de
Morlupo a quienes acompañaba el P. Jaime Alexander Nieto. La meditación, el canto, la
plegaría se tensaban como un arco de júbilo. ¡La de cosas hermosas que fueron pidiéndole
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a San Cayetano estos jóvenes seglares teatinos! Ninguno de ellos se quedó sin abrir de par
en par el corazón y de dar gracias al dulce “abogado” de la Providencia, al Santo del pan y
del trabajo, al reformador silencioso de la iglesia, por la experiencia, indescriptible, de este
Primer Encuentro Interprovincial de Movimientos Juveniles de la Orden que él fundara
un día.
17.
Era sábado y era, también, la madrugada o casi del día 27, día elegido para que
Paulo Henrique Mazeto, alumno del Colegio Internacional Teatino de Roma, emitiera la
Profesión Solemne de la Regla de Vida de los Clérigos Regulares de San Cayetano. Yo me
daba cuenta, durante la cordialísima, festiva, emocionada, celebración dominical, a las
once de la mañana en la Basílica, que este puñado de muchachos, laicos teatinos, estaban
orgullosos del paso que daba Paulo Henrique. Y también Carlos Gómez, uno de nuestros
juniores, mexicano, estudiante de Sagrada Escritura, que renovaba los votos simples
temporales en espera de la hora de la Profesión Solemne. Estoy seguro que tanto Paulo
como Carlos no podrán olvidar fácilmente el marco, tan prometedor, tan de futuro, dentro
del cual la Divina Providencia les estaba regalando la gracia de poder decir: “Adsum. Aquí
estoy, Señor, a expensas tuyas y para lo que quieras”.
18.
Se habló mucho en el Encuentro de cómo nos quieren nuestros jóvenes a los
religiosos sacerdotes teatinos: receptivos, acogedores, creadores de alegría y muy bien
formados; con criterios claros, profundamente humildes y en especial personas de oración.
Yo pensaba en todo ello al término de la Eucaristía, cuando cuatro representantes de los
jóvenes me hacían entrega de dos documentos a manera de decálogo: uno acerca de cómo
ha de ser hoy un j0ven laico teatino y otro sobre qué rasgos característicos sacerdotales
teatinos estamos llamados en el día de hoy a remarcar en nuestro perfil de hijos de San
Cayetano y compañeros de San Andrés Avelino.
19. Mis buenos y apreciados hermanos: si les cuento todo lo anterior es para que nos
demos cuenta de que nosotros jóvenes vienen queriendo ser “teatinos”, y nos piden que
les ayudemos a serlo. Lo mismo, hemos de verlo, ocurrirá con cuantos están por la
existencia de la “Familia Seglar Teatina”: una manera peculiar de ser Iglesia; de fermentar
el mundo evangélicamente; de ponerse en las manos providentes del Padre Celeste; de
buscar el Reino de Dios y su justicia ante todo; de animar y contagiar la comunión
cristiana.
Espero no se haya olvidado ninguno de que tenemos programada una Reunión – la
primera en la historia de la Orden – para quienes en las distintas Provincias y Casas andan
promoviendo la “Familia Seglar Teatina”. Dicha Reunión tendrá lugar del 3 al 9 de
noviembre próximo. El responsable de su planificación es el P. D. Marcelo Zubía, C.R. de
la Provincia de Argentina. Será una buena ocasión para escuchar a “nuestros” laicos y de
imaginar juntos el futuro teatino que viene, de decidirnos a compartir la misión que Dios
quiera confiarnos profundamente unidos. ¡Qué San Andrés Avelino nos ayude a dar los
pasos que aún nos hacen falta! Tenemos ya, es cierto, bastante recorrido caminado, pero
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hay mucho todavía que poner en marcha: delinear exactamente el perfil del teatino seglar,
proyecto personal de vida, la estructura organizativa de la asociación, los Estatutos, etc.
etc.
20. Todo ello tiene que pensarse en comunión. No podemos nosotros darles a los
“Hermanos laicos teatinos” las cosas hechas. Para dialogar, debatir y sacar consecuencias
nos vendrá de maravilla la Reunión de Nápoles. Ha de ser, por tanto, una reunión de
trabajo y a la vez una peregrinación al sepulcro de San Andrés Avelino. No han de ser nos
días de turismo. Las personas que vengan a participar del encuentro han de tener ya un
verdadero espíritu teatino y estar caminando con nosotros desde un cierto tiempo, que
sepan de lo que se trata.
21. Una cuestión que no debe dejarse de estudiar tiene que ver con los “Estatutos”.
Como apuntaba más arriba, los últimos Capítulos Generales no han cesado de insistir en
dicha cuestión. Siempre, sin embargo, ocurre más o menos lo mismo: se habla y determina
y luego enseguida se olvida. No ha sido este el caso del P. D. Cayetano Rossell, C. R.
nuestro preclaro jurista. Mientras se nombraban comisiones y se daba vueltas al tema, él
fue redactando unos “Estatutos generales para la Familia Seglar Teatina” que ahí están.
Debemos estudiarlos y llegado el caso que el Capítulo General decida. Antes naturalmente
habrá que dedicarles el tiempo requerido. El “iter” de trabajo ha sido el siguiente: En 1989
el P. Rossell redactó unos “Estatutos de la Fraternidad Seglar Teatina” que hizo conocer al
profesor D. Domingo J. Andrés del Instituto Jurídico Claretiano de Roma. La valoración
del ilustre profesor fue totalmente positiva (9 de abril de 1990). De nuevo y a la luz de las
observaciones que le hiciera el P. Domingo J. Andrés, el P. Rossell (19 marzo 2001), volvió
a poner en las manos de la Orden los Estatutos. ¿A qué esperamos? ¿Nos decidimos o no
de verdad por compartir nuestro carisma con los Hermanos laicos? Dios quiera que tal
decisión seamos capaces de tomarla con ganas, con entusiasmo, con esperanza, en el
Encuentro de Nápoles de los días del 3 al 9 de noviembre próximo.
Les deseo a todos lo mejor.
Mis saludos más cordiales a los hermanos teatinos laicos.
En unión de oraciones y con un fuerte abrazo.
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P. Valentín Arteaga, C.R., Prepósito General
En Sant’Andrea della Valle, Roma 18 de agosto de 2008
Tránsito de Juanpedro Carafa / Pablo IV /
fundador con S. Cayetano de nuestra Compañía de Clérigos Regulares.
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