Inducción Hipnótica Procedimiento Indirecto

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Módulo 19
Curso Hipnosis y Autohipnosis * © Prof. Sergio Valdivia Correa
Inducción Hipnótica
Procedimiento Indirecto
Módulo 19
Fecha
T. de E.
Realizado
1er. estudio
1er. repaso
2º repaso
3er. repaso
Este grupo comprende las técnicas ideadas en los siglos pasados, cuando
el hipnotismo era comprendido como algo misterioso, o como el resultado de
una dominación de una persona sobre otra. En la actualidad, estas técnicas son
utilizadas principalmente para las demostraciones teatrales, aunque hay también
quienes se valen de ellas para fines terapéuticos o experimentales, no pudiendo
desligarse del pasado.
Nos referimos aquí a las técnicas de efecto misterioso o de empleo tradicional, como, por ejemplo, las miradas fijas, las bolas de cristal, las varas de
hierro supuestamente magnetizadas, las luces centelleantes, y cientos de otros
procedimientos, olvidados, existentes, o posibles, todo lo que pueda crear la imaginación de los hipnotizadores tanto teatrales como experimentales, en concordancia con la mentalidad y credulidad de su época.
A primera vista, todo ello parece esotérico y vinculado a fuerzas sobrenaturales, aparentemente sin responder a ninguna ley común. Pero este misterio no
es más que un castillo de naipes que se derrumba con la mayor facilidad. Por
extraño que parezca, estos sistemas de inducción hipnótica tienen como fundamento el procedimiento directo que acabamos de describir. En estos casos, los
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“poderosos hipnotizadores” no son más que simple receptores de la transmisión
de contralor hipnótico de los individuos que han establecido relaciones hipnóticas
directas con el sujeto en la vida diaria. Esta transmisión también puede derivar
de determinadas pre-sugestiones.
Esto se podrá comprender mejor analizando algunos casos concretos.
El psicólogo Hugo Biegel hizo un experimento con un grupo de estudiantes
nocturnos en un instituto de enseñanza secundaria. Todos ellos ya habían actuado anteriormente como sujetos en el trabajo de hipnotismo experimental de Biegel,
es decir, todos ellos habían sido llevados al estado hipnótico por él, en repetidas
ocasiones.
Este experimento fue hecho con el fin de investigar los efectos de las sugestiones pre-hipnóticas. Biegel reunió a sus grupo de estudiantes y les presentó
a una persona que no conocían, diciendo que se trataba de un joven amigo que
quería aprender a hipnotizar, y que le gustaría saber si su amigo podría hipnotizar
a alguno de los presentes. Intencionadamente se dio una noción falsa a los estudiantes -pues el llamado “joven amigo” era en realidad un médico competente,
que practicaba inducciones hipnóticas con fines terapéuticos y experimentales y
había logrado sus mejores resultados precisamente con gente joven como ellos.
Tras esta presentación, el amigo de Biegel no logró inducir el estado hipnótico en
ninguno de los estudiantes presentes, a pesar de haber intentado hacerlo con los
individuos que anteriormente habían sido más fáciles de hipnotizar. Ocurrieron
hechos curiosos: todos estos estudiantes tomaron los actos y las palabras del
médico con escepticismo, críticas y risas, y hasta unos le daban instrucciones
técnicas acerca de lo que él debía hacer con los otros.
En un seminario sobre hipnotismo para post-graduados, realizado en Los
Angeles, Estados Unidos, en diciembre de 1953, una de las asistentes a las
clases fue llamada por un instructor para actuar como sujeto de Erickson en una
demostración de inducción hipnótica, y entró en un estado hipnótico muy profundo cuando Erickson no había hecho más que invitarla a sentarse en un sillón.
Cuando algunos de los presentes la rodearon luego para preguntarle acerca de su experiencia en dicha sesión hipnótica, ella manifestó que era la primera
vez que la hipnotizaba Erickson, y que había entrado con tanta rapidez en el estado hipnótico” porque Erickson tenía un enorme prestigio para ella, y ella había
deseado siempre ser hipnotizada por él”.
Averiguamos más adelante que ella había colaborado sistemáticamente
con el instructor que la había llamado, actuando desde tiempo atrás como su
sujeto en investigaciones y demostraciones de hipnotismo, y que dicha persona
le había hablado continuamente en forma muy elogiosa de Erickson, destacando
sus condiciones de hipnotizador de extraordinaria capacidad y de psiquiatra reEmail: [email protected] * www.portaldehipnosis.com
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nombrado.
El siguiente experimento es fácil de reproducir también: Elegimos dos señoritas, una de veinte y otra de veinticinco años de edad, a quienes estábamos
tratando por tartamudez con hipnoterapia, pero a quienes nunca se les dijo que
su tratamiento tenía que ver con el hipnotismo, sino que se trataba de un “procedimiento de ablandamiento”. En el curso de su “tratamiento por ablandamiento”
ambas habían logrado desarrollar estados hipnóticos bastantes profundos.
Dijimos a cada una de ellas por separado, que recientemente había venido
de España un médico famoso, que trataba las tartamudeces por medio de un
procedimiento nuevo, haciendo uso del hipnotismo con grupos de pacientes, a
quienes hacía mirar fijamente una bola de cristal, y si ellas tenían interés en probar esta forma de tratamiento, podían venir exactamente dentro de una semana,
para recibir un tratamiento de prueba. Ambas aceptaron gustosamente esta proposición.
Aparte de esto, averiguamos que una de las jóvenes, que venía del campo
y tenía escasa instrucción, no conocía la palabra “hipnotismo” ni asociaba nada
con ella, si bien era supersticiosa y creía en fuerzas ocultas.
La otra, una empleada de oficina, quien también era supersticiosa, declaró
que el hipnotismo resulta de un poder misterioso que tiene ciertas personas con
ojos fríos y penetrantes, y que al ejercer este poder sobre otros, pueden leer sus
pensamientos u obligarles a hacer cualquier cosa. Ella había presenciado una
demostración de hipnotismo teatral y había sentido este poder a distancia, pues
cuando el hipnotizador dijo al público que no podrían separar sus manos, ella
había sentido sus dedos trabados, había temido ser llamada a escena, pero afortunadamente, llamaron a otros. Siendo niña, había oído hablar por primera vez
del hipnotismo en la casa de su tía.
El día indicado ellas fueron presentadas a este “famoso médico hipnotizador”, quien en realidad era un maestro jubilado del interior del país, quien no sabía nada acerca del hipnotismo, aparte del hecho de haber presenciado una demostración de hipnotismo teatral, hacía alrededor de treinta años. El había aceptado colaborar en nuestro experimento y asumió muy satisfactoriamente el papel
de un hipnotizador de los tiempos de Mesmer.
Con un tono de voz autoritario ordenó a ambas jóvenes que mirasen sendas bolas de cristal, y les dijo que al mirar esas bolas muy fijamente.. sus ojos se
estaban cansando... sus párpados se estaban volviendo pesados.. pesados...
muy pesados.., etc. La joven que conocía el hipnotismo entró casi inmediatamente en un estado hipnótico profundo, mientras que la chica de campo no reaccionó
en absoluto.
Varios días después, la chica campesina comentó sus impresiones, diciénEmail: [email protected] * www.portaldehipnosis.com
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donos que el médico-hipnotizador le había hecho recordar a un sacerdote que
había enseñado en su escuela, y que a ella no le había gustado su forma imperativa de hablar.
La empleada de oficina dijo que había una diferencia radical entre el tratamiento con relajación y el tratamiento bajo estado hipnótico, porque el primero le
producía un estado agradable y descansado, con sentimiento de tranquilidad y
seguridad, mientras que el “estado hipnótico” le excitaba los nervios y le causaba
inquietud, y que cuando ella quiso abrir sus ojos y no pudo, experimentó el mismo
estado que había tenido en el teatro cuando le dijeron que quería separar sus
manos pero no podía.
Esta diferenciación entre el “estado de relajación” y el “estado hipnótico”
estaba plenamente justificada, pues en el primer caso se trataba de un estado
hipnótico positivo, que utilizamos en psicoterapia, y en el segundo caso, de un
estado hipnótico negativo. Estos estados ya han sido definidos y sabemos que
cada uno de ellos se transforman fácilmente en el otro ante un cambio de actitud
del operador.
¿Qué tienen en común estos tres casos?
En el primero, el experimentador ya tenía una relación hipnótica con el grupo de estudiantes, y pudo dar a éste una sugestión indirecta que tuvo el efecto de
bloquear toda posibilidad de establecimiento de una relación hipnótica entre cada
una de los estudiantes y su “amigo”. En este caso, hubo un factor decisivo: la
“transmisión de relación hipnótica” en sentido inverso. El propio Biegel interpreta
el resultado de su experimento como debido a una falta de “prestigio”.
En el segundo ejemplo, Erickson “indujo” un estado hipnótico profundo con
sólo decir a la sujeto que tomase asiento en el sillón. Aquí, a diferencia del caso
anterior, ya intervinieron dos factores, cuya importancia comparativa es difícil de
definir.
Por un lado, hubo una transmisión indirecta a Erickson de la relación hipnótica
que el instructor tenía con la sujeto.
Los experimentos hipnóticos sistemáticos del instructor con esta mujer indican que había una relación hipnótica de tipo principal entre ellos. El hecho de que
el instructor la invitó personalmente a ser la sujeto de Erickson, sirvió para reesta-blecer su relación hipnótica con ella y al mismo tiempo transmitir esta relación a Erickson.
Por otro lado, en el transcurso de su relación hipnótica con el instructor, la
sujeto le había oído hablar sistemáticamente acerca de la capacidad extraordiEmail: [email protected] * www.portaldehipnosis.com
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naria de Erickson como hipnotizador y psiquiatra, por lo cual, según su propia
expresión, ella “había deseado siempre ser hipnotizada por Erickson”.
Esto indica que dichos datos habían sido incorporados por ella con cierta
emoción.
El encuentro con Erickson fue plenamente suficiente para que ella entrase
en un estado auto-hipnótico de considerable intensidad, y posiblemente con una
retrogresión psicológica marcada. Este estado auto-hipnótico se transformó en
una relación interpersonal hipnótica con Erickson por el solo hecho de haberla
invitado él a sentarse en el sillón.
Finalmente, en el tercer caso, una persona completamente profana en cuanto
a conocimientos del hipnotismo en general y de la inducción hipnótica en particular, logró en menos de un minuto inducir un estado hipnótico profundo en una de
los sujetos -precisamente en aquella que tenía una idea bien definida del hipnotismo, a la cual se adaptó la actitud de dicha persona.
En este caso, también participaron dos factores: una transmisión indirecta
de la relación hipnótica de nosotros al maestro jubilado, y el desencadenamiento
de un estado auto-hipnótico, que se transformó luego en una relación Inter-personal hipnótica por el mecanismo ya indicado, pues es evidente que la joven había
incorporado concepto emocionalmente significativos para ella referentes al hipnotismo y a los hipnotizadores en el curso de su educación, habiéndolos reactivado
y reforzado en su vida, particularmente cuando presenció la demostración de hipnotismo teatral en la cual no pudo separar sus manos.
La bola de cristal que utilizó el operador en nuestro experimento pudo haber
sido sustituida con el mismo éxito por el uso de luces brillantes, pases misteriosos, o cualquier otro recurso adecuado a la mentalidad del sujeto.
La otra joven no entró en estado hipnótico a pesar de los esfuerzos del
“hipnotizador” porque la palabra “hipnotismo” carecía de significación para ella.
Aún la transmisión indirecta de la relación hipnótica que habíamos efectuado no
dio resultado, porque la actitud autoritaria del “hipnotizador” no fue adecuada para
su caso particular. Si el “hipnotizador” hubiera asumido ante esta chica campesina una actitud aceptadora, posiblemente se hubiera logrado una inducción
hipnótica.
Comparando los casos segundo y tercero, vemos que el maestro jubilado,
totalmente desconocedor del hipnotismo, logró inducir un estado hipnótico casi
instantáneamente, y que el renombrado hipnotizador y psiquiatra de gran prestigio, Erickson, logró el mismo efecto con la misma rapidez. El éxito en estos casos no fue obra ni del maestro jubilado ni de Erickson, como tampoco el “amigo”
de Biegel fue el responsable de su propio fracaso. En todos los casos supuestos
operadores fueron simple catalizadores de sugestiones post-hipnóticas
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emocionalmente incorporadas por el sujeto en el curso de su educación o reeducación, o receptores de una transmisión de relación hipnótica, tanto directa
como indirecta, de personas con quienes el sujeto se encontraba en relación
hipnótica principal o secundaria, ya sea en la vida diaria o en un ambiente de
experimentación.
Normalmente, todos los procedimientos de inducción hipnótica se entrelazan, siendo difícil o imposible definir el grado en que interviene uno u otro, en un
determinado caso.
El mecanismo psicológico de la inducción hipnótica es exactamente el mismo en la vida diaria y en los ambiente terapéuticos y experimentales. La diferencia aparente está en el comportamiento de los sujetos, que depende de la motivación creada por las circunstancias y el ambiente y del grado de retrogresión
psicológica, las convicciones y las capacidades del propio sujeto.
La transmisión de la relación (contralor) hipnótica es un hecho corriente en
la vida diaria. El “prestigio” en todas sus acepciones, como ya hemos indicado,
consiste en una transmisión de relaciones hipnóticas a una persona con referencia a determinado aspecto de su personalidad y de su campo de acción. Este
prestigio puede reforzarse o perderse ante un individuo, según la concordancia o
discordancia del comportamiento de la persona que lo tiene con las expectativas
de éste.
Esta transmisión de la relación hipnótica también juega un papel importante
en la educación de los niños, quienes aceptan las opiniones favorables o desfavorables que los padres les dan acerca de otras personas, hasta que su propia
experiencia emocional les haga aceptar o rechazar las relaciones hipnóticas así
transmitidas.
Es interesante hacer notar que ya en 1897,
Wetterstand había observado que la inducción
hipnótica se facilitaba considerablemente si el futuro sujeto recibía previamente presugestiones de
parientes o amigos referentes a la capacidad y
condiciones del hipnotizador. Por esto, cuando se
hallaba ante pacientes difíciles de hipnotizar, instruía a los parientes de éstos que les implantasen
durante el sueño normal la sugestión de que serían
rápida y profundamente hipnotizados por Wetterstand. Hoy sabemos que los parientes tenían
relación hipnótica con el sujeto y podían haber hecho lo mismo hablándole en estado de vigilia.
La segunda modalidad de inducción hipnótica
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indirecta, por intermedio de una reactivación de sugestiones emocionalmente
incorporadas, trayendo un estado auto-hipnótico que se convierte en una relación
hipnótica con una persona adecuada, también se encuentra con frecuencia en la
vida diaria. Existe en la admiración extasiada de artista, en la acción de cierto
curanderos, en los rituales de sectas religiosas, en los cultos primitivos, en la
actuación de hipnotizadores teatrales, etc.,etc.
La historia del hipnotismo está repleta de ejemplos demostrativos de esta
situación. Uno de los más notables corresponde a Mesmer en el período culminante de su fama, cuando el público hablaba de él, dando voces de las hazañas
asombrosas que él realizaba, y sus futuros pacientes estaban preparados para
los efectos notables que sobrevendrían en ellos al experimentar directa o indirectamente su “poder”.
Los pacientes de Mesmer acudían con presugestiones y “transmisiones de contralor hipnótico” a favor de él y del ambiente que lo rodeaba.
Muy a menudo, ellos entraban en estado hipnótico
profundo mientras sostenían unas varas “magnetizadas” en el consultorio, sin haber visto todavía a
Mesmer. Todo lo que correspondía a Mesmer era
hacer una entrada lo suficientemente impresionante con su manto negro y vara de hierro, y quienes
todavía no había entrado en estado hipnótico, lo
hacían al ser tocados con esta vara.
La técnica de Mesmer fue modificada más
delante de acuerdo con los nuevos conceptos y las
nuevas creencias populares cerca del hipnotismo.
Al final del siglo XIX se comprendía el hipnotismo
como el resultado de una dominación del sujeto por una persona de “fuerza de
voluntad superior”.y se creía que el sujeto se convertía en un autómata dormido,
sin voluntad alguna.
Todavía hoy en algunas corrientes religiosas se enseña que la hipnosis consiste en esta dominación y, por lo tanto, se les prohíbe a sus seguidores “someterse” a un hipnotizador.
En estas circunstancias, se esperaba del “hipnotizador” una confianza absoluta en sus poderes, y él procuraba hacer ver a los pacientes que la tenía. Revelar la más mínima duda acerca de sus habilidades para lograr el éxito, hubiera
equivalido a comprometer todas sus posibilidades de lograrlo. Generalmente tomaba una actitud autoritaria, volviéndose más y más exigente a medida que el
sujeto mostraba una mayor “sumisión”.
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Algunos “hipnotizadores” encontraron que era conveniente demostrar sus
poderes a sus nuevos pacientes, dejándoles ver otros sujetos bajo estado hipnótico. Wetterstand llegó al extremo de llenar su casa con personas hipnotizadas
que dormían en las diferentes piezas: un espectáculo impresionante para los que
acudían por primera vez.
La finalidad del “hipnotizador” era ajustarse al papel de “un hombre de gran
fuerza de voluntad”.
En esos tiempos se recurría invariablemente al empleo de los más diversos
dispositivos “para ayudar a la inducción hipnótica”.
Siguiendo la técnica de Braid, se ha dado preferencia a los procedimientos
que fijan la vista, haciendo mirar al sujeto no solamente la clásica lamparita o bola
reluciente, sino también una llave, reloj, un espejo rotativo, el complicado dispositivo de luz con espejos que reflejan luz intermitente, una marca sobre la pared, la
mano del “hipnotizador” sostenida frente a la cara del sujeto, los ojos que lo miran
fijamente, etc.,etc. Otros han recurrido a estímulos auditivos, como el tic-tac de un
reloj o un metrónomo, a estímulos táctiles como la fricción de la cabeza del sujeto
con la mano, etc. El renombrado profesor inglés Elliotson inducía el estado hipnótico en sus sujetos ofreciéndoles que tocasen una moneda de níquel “magnetizada”. (En una ocasión, se cambió disimuladamente la moneda por un pedazo de
plomo, y los sujetos igual entraron en estado hipnótico al tocarlo).
Podría citarse un gran número de otras ocurrencias y “procedimientos” de
apariencia misteriosa, que variaban casi hasta el infinito de acuerdo con la inventiva de los “hipnotizadores”, y en su tiempo, todos tenían éxito, porque quienes
empleaban estos procedimientos no eran más que catalizadores de las “transmisiones de contralor hipnótico” o de sugestiones emocionales incorporadas.
Como vemos, los métodos de inducción hipnótica en el ambiente terapéutico o experimental han variado con las épocas, de acuerdo con el desarrollo de
los conocimientos en general y las interpretaciones del hipnotismo aceptadas
por el mundo científico y el público. Las compresiones nuevas del hipnotismo, y
con ellas los nuevos procedimientos de inducción hipnótica no se difundieron
inmediatamente, sino todavía coexisten con las comprensiones anticuadas
precisándose tiempo para que las unas sean sustituidas por las otras. Actualmente es posible encontrar personas que conservan los conceptos del hipnotismo y de las técnicas de inducción hipnótica de los tiempos de Mesmer, cuando
se decía que el hipnotismo resultaba de una fuerza sobrenatural “magnética” y
que la inducción se hacía por magnetizadores y objetivos magnetizados. También se encuentran personas que admiten que el hipnotismo corresponde a una
dominación debida a una fuerza de voluntad, que el hipnotismo quita la voluntad
al sujeto por medios misteriosos, que se puede hipnotizar a una persona contra
la voluntad de ésta, que se puede obligar al sujeto a hacer cualquier cosa, que el
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hipnotismo es sueño, etc.
Las bibliotecas están llenas de libros escritos en el siglo diecinueve, o libros contemporáneos que continúan transcribiendo las viejas ideas, los cuales
se utilizan para referencia en materia de hipnotismo. Esta persistencia de viejos
conceptos tras la aparición de descubrimientos nuevos, tanto en los círculos científicos como entre el público, es un hecho que se ha repetido innumerables veces
en la historia. Como ejemplos clásico: después que Copérnico había publicado a
mediados del siglo XVI su descubrimiento acerca de la rotación de la tierra alrededor del sol, la mayoría de las universidades continuaron enseñando a varias
generaciones el Sistema de Ptolomeo, según el cual la tierra está fija y los astros
giran alrededor de ella.
Por este motivo, en la actualidad los terapeutas y experimentadores emplean a la vez procedimiento de inducción hipnótica basado en la estimulación
de los condicionamientos naturales a este estado, basado en la comprensión
contemporánea del hipnotismo, y en los procedimientos anticuados que surgen
de los conceptos del siglo pasado.
Merecen citarse a este respecto unas palabras de Erickson que caracterizan en forma bien definida la situación relacionada con la inducción del estado
hipnótico en el día de hoy: “ Yo he tenido bachilleres que querían pases y luces
fuertes y discusiones de fuerzas ocultas. Y he tenido obreros que estaban dispuestos a entrar en un trance con una discusión científica del hipnotismo”.
Mientras no se comprendía la naturaleza del
estado hipnótico, se han utilizado los procedimientos innecesariamente complicados para la
profundización de este estado. Por ejemplo, el
célebre profesor francés Charcot decía que para
lograr un estado hipnótico profundo (sonambulístico) había que frotar la cabeza del paciente.
Otro hacen alucinar al sujeto una escalera por la
cual está bajando con la esperanza de que el estado hipnótico se profundice a medida que el sujeto “baja”. También se ha utilizado un procedimiento en el cual se confunde al sujeto, hablándole de
cosas contradictorias.
Ya sabemos que todas las sugestiones
hipnóticas, dadas en un estado hipnótico profundo, tienen un resultados nulo a este respecto, primeramente por su efecto fugaz, y además porque equivaldrían a proponer al sujeto que la próxima vez él hablará de corrido un idioma extraño, del cual conoce
solamente las primeras diez palabras. Consideramos más adecuado aconsejarEmail: [email protected] * www.portaldehipnosis.com
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le que se entrene en su casa en este “ablandamiento” mediante el cual inducimos
el estado hipnótico en circunstancias terapéuticas y experimentales . Le decimos
que este entrenamiento le dará la posibilidad de entrar cada vez más profundamente en dicho estado.
Al describir la inducción directa del estado hipnótico hemos indicado que si
el sujeto ha entrado en este estado, él lo profundizará por sí solo, siendo necesario no perturbar el desarrollo del proceso que se ha desencadenado. Por ello hay
que alternar los períodos en que el operador habla al sujeto y los períodos en que
se guarda silencio.
Hemos hecho mención de los procedimientos mixtos, en los cuales se combinan la inducción hipnótica directa y la indirecta, en diferentes proporciones.
Cada persona que viene a un terapeuta invariablemente tiene cierta
presugestiones referentes a él o al procedimiento que él aplica. Siendo favorables, estas presugestiones pueden acelerar tanto la inducción hipnótica, como el
plazo requerido para la curación del enfermo, aun cuando el terapeuta utilice solamente el procedimiento directo.
Es fundamental tener una entrevista previa con el cliente para conocer sus
ideas en torno a la hipnosis.
Por otro lado, todo individuo puede encontrar en el terapeuta una actitud por
un gesto, una manera de hablar una expresión comprensiva, etc., que estimula
las asociaciones y los condicionamientos del sujeto al estado hipnótico, sumando su efecto al de las pre-sugestiones recibidas, aunque el terapeuta aplique el
procedimiento indirecto para la inducción hipnótica.
Solamente en el caso de niños pequeños puede encontrarse la inducción
directa en forma pura, pues ellos todavía carecen de pre-sugestiones.
Las mismas reglas que rigen la inducción hipnótica individual se aplican a
la inducción hipnótica colectiva.
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Evaluación Módulo 19
1
¿Qué método emplearías con un cliente tuyo o un pariente a quien
quieres ayhudar? ¿El método directo o el indirecto? ¿Por qué?
2
Supone que quieres ayudar a una persona amiga mediante la hipnosis. Sabes que con este método logrará una rápida solución a un problema. Sin
embargo, tu amigo es de una corriente religiosa donde le prohíben ser hipnotizado. Le han dicho que su mente quedará sujeta a la voluntad de otra, y que esto es
propio del demonio. ¿Qué puedes hacer para ayudarle?
3
El método de inducción mediante el uso de un péndulo («El Péndulo
de Chevrail» me da excelentes resultados con la mayoría de mis clientes. ¿Cuál
crees que es la causa?
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