la segunda república - wikidepartamentosociales

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LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA
CONTEXTO INTERNACIONAL
El contexto internacional en el que nace la República es el de un mundo en crisis: las
democracias se encuentran desestabilizadas por una situación económica muy complicada
derivada de la crisis de 1929 y amenazadas por dos movimientos totalitarios de distinto signo
que se fortalecían con esta crisis, el comunista , que sigue el ejemplo de la URSS estalinista,
y el fascista, que se alimenta de la misma crisis, de la de la situación derivada de la I Guerra
Mundial y del miedo de la burguesía al ascenso de la revolución comunista.
Si examinamos la abundancia de imposición de regímenes autoritarios en el continente se
acentúa el carácter original de la República, pero también el carácter temprano de su
derrumbamiento. Bien puede decirse que la proclamación de la II República se realiza pese a
la corriente política de los tiempos pero su fin coincide con la crisis general europea del
momento.
LAS CAUSAS
CAUSAS POLÍTICAS
- Al identificarse el rey con la dictadura, la caída de Primo de Rivera casi obliga a la caída de
la monarquía. Además Alfonso XIII era cada vez más impopular entre las clases medias y
obreras.
- Los distintos grupos republicanos, los nacionalistas y otras fuerzas de la oposición, se están
organizando y consiguen firmar el Pacto de San Sebastián (17 de agosto de 1930).
- La inestabilidad represión creadas en diciembre de 1930 al fracasar la sublevación militar
en Jaca, provocará una reacción de apoyo hacia la República de obreros y estudiantes.
- La convocatoria de elecciones municipales (el 12 de abril) fue un auténtico plebiscito sobre
la monarquía: el triunfo republicano en las grandes ciudades supone la abdicación de Alfonso
XIII y la proclamación de la República (14 de abril).
CAUSAS SOCIALES
España ha evolucionado y ha dejado de ser una sociedad dominada por una inmensa mayoría
de población rural. Aparecen nuevos cambios demográficos y sociales.
A pesar de los avances en el terreno económico y social, en nuestro país siguen existiendo
graves problemas estructurales:
- La situación del campo es un problema de siglos. Hay un atraso, desigualdades, exceso de
población y control oligárquico de las tierras.
- El ejército, al ser utilizado para mantener el orden público y por los últimos éxitos de la
guerra de Marruecos, ha tomado conciencia de que tiene un peso mayor en la sociedad.
- La Iglesia sigue controlando la educación e influye notablemente en la población del país.
- Sigue sin aparecer una solución al enfrentamiento entre los nacionalismos y el gobierno
central
- Hay un enorme atraso cultural. En torno al 33% de la población es analfabeta.
EL GOBIERNO PROVISIONAL
La caída de la monarquía da paso al nombramiento de un gobierno provisional que se va a
hacer cargo de los asuntos del país mientras se aprueba un texto constitucional que determine
o consolide el sistema de manera definitiva.
En este gobierno provisional entran a formar parte fuerzas políticas muy diversas; a la
derecha estarían los liberales conservadores, que aunque han colaborado con la monarquía y
han sido ministros con ella, como Niceto Alcalá Zamora, no son opuestos a la República.
Pero la mayoría de sus componentes son republicanos de centro (M. Azaña, presidente de
Acción Republicana) o centro-izquierda (Alejandro Lerroux, presidente del Partido Radical)
o son socialistas (Largo Caballero e Indalecio Prieto).
Este gobierno provisional va a enfrentar dos problemas, uno de orden público, al producirse
una radicalización de los sectores anarquistas y de izquierda. Se crea así una policía de orden
público, llamada Guardias de Asalto, concebida para centros urbanos a diferencia de la
Guardia Civil.
El otro gran problema del gobierno provisional es redactar una Constitución, para lo que se
convocan elecciones a Cortes constituyentes. Se establece pues una nueva Constitución (la de
1931) de talante progresista y laico.
PARTIDOS POLÍTICOS
En la república se dan cita multitud de partidos, aunque son pocos los que tienen, tras la
proclamación del nuevo régimen, posibilidades de gobernar.Grupos como el Partido
Republicano Progresista de Alcalá Zamora, o el Partido Conservador de Miguel Maura, o la
CEDA de Gil Robles, el Partido Radical de Lerrroux y el Partido Agrario son los defensores
de los intereses de la derecha. La derecha (antes de la CEDA) está mucho más disgregada que
la izquierda, puesto que también tiene a los partidos fascistas como Falange y los carlistas.
Por la izquierda están los partidos: Acción Republicana (Manuel Azaña), PSOE, POUM y
PCE; y los anarquistas de la FAI y la CNT. Con el tiempo sólo quedan con opciones de
gobierno la CEDA y el Frente Popular (coalición de los partidos de izquierda).
Las urnas continúan reflejando las diferencias entre la España republicana y laica, y el
catolicismo militante tradicional.
LAS REFORMAS DEL BIENIO DE IZQUIERDAS. COALICIÓN
REPUBLICANO-SOCIALISTA
Entre diciembre de 1932 y septiembre de 1933, el gobierno presidido por Manuel Azaña e
integrado mayoritariamente por republicanos de izquierdas y socialistas impulsó un programa
de reformas, ya iniciadas tras el periodo constituyente, con el objetivo de modernizar y
democratizar la sociedad española.
La cuestión religiosa
Uno de los primeros objetivos de la República fue limitar la influencia de la Iglesia y
secularizar la sociedad española. Estas intenciones se plasmaron en la Constitución, que
estipuló la no confesionalidad del Estado, la libertad de cultos y la supresión del presupuesto
de culto y clero. La República, como Estado laico, promulgó una serie de leyes sobre el
matrimonio civil, el divorcio y la secularización de los cementerios
El gobierno prohibió a las órdenes religiosas dedicarse a la enseñanza mediante la aprobación
de la Ley de Congregaciones, con la que les limitó la posesión de bienes. El enfrentamiento
más grave se produjo con los jesuitas, cuya Compañía fue disuelta y sus bienes
nacionalizados.
El 11 de mayo de 1931 se incendiaron conventos y edificios religiosos en varias ciudades, lo
que desencadenó en la oposición radical de la Iglesia hacia la República como en el caso del
cardenal Segura, cuya actitud hostil hacia la República provocó que el gobierno dictase su
expulsión del territorio español.
La modernización del ejército
Manuel Azaña impulsó una reforma que pretendía reformar el ejército español para
convertirlo en un cuerpo militar moderno, profesional y fiel a la República
Para ello se creyó necesario reducir los efectivos militares (Ley de Retiro de la Oficialidad),
asegurar la obediencia al poder civil y terminar con la intervención del ejército en la política.
Además se cerró la Academia Militar de Zaragoza, vivero de los sectores más golpistas del
ejército.
Los resultados de esta reforma fueron la oposición del ejército a la República, en especial
de los
oficiales africanistas que vieron reducido el presupuesto y el gasto en la modernización del
armamento y equipamiento.
La reforma agraria
La reforma de la agricultura fue el proyecto de mayor envergadura iniciado por la República.
Se pretendía poner fin al predominio del latifundismo existente en buena parte del centro y el
sur de España y mejorar las condiciones de vida de los jornaleros y arrendatarios. La reforma
consistía en la Ley de Reforma Agraria (1932). El objetivo era la modernización de la
agricultura. La ley permitía la expropiación de las tierras cultivadas deficientemente.
El Instituto de la Reforma Agraria se encargaba del cumplimiento de esta ley indemnizando a
los propietarios expropiados y facilitar los asentamientos de familias campesinas.
La aplicación de esta ley originó un aumento de la tensión social, ya que los grandes
propietarios se opusieron a la reforma y los campesinos quedaron decepcionados con los
resultados por lo que se orientaron hacia posturas más revolucionarias.
Reforma autonomista
En Cataluña, Francesc Macià, presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, había
proclamado la República Catalana el 14 de abril de 1931.Las negociaciones que entabló el
gobierno provisional permitieron anular dicha proclamación y aceptar la legalidad
republicana. A cambio, se reconoció un gobierno provisional, la Generalitat, y se puso en
marcha una comisión para redactar un Estatuto de Autonomía (Estatuto de Nuria), que será
aprobado (una vez recortado) en septiembre de 1932.
También se redactaron Estatutos de Autonomía para el País Vasco y Galicia, pero que
tuvieron que esperar a la época de la Guerra Civil.
Reforma educativa
El objetivo principal era promover una educación liberal y laica. Por un lado, los dirigentes
republicanos estaban convencidos de la necesidad de mejorar el nivel cultural de la población
y hacer de la cultura un derecho. La promoción de la cultura y su extensión a las capas
populares quedó en manos de unas Misiones Pedagógicas, formadas por estudiantes,
profesores e intelectuales como Federico García Lorca: recorrieron los pueblos de la España
rural representando obras de teatro (el grupo La Barraca), recitando poesía, dando
conferencias, proyectando cine en las plazas mayores, y fundando bibliotecas.
Reforma laboral
El socialista Largo Caballero inició, desde el Ministerio de Trabajo, una serie de reformas
para mejorar las condiciones laborales. Entre ellas destaca el establecimiento de la semana
laboral de 40 horas y la estimulación del aumento de los salarios.
Estas medidas provocaron la irritación de las organizaciones patronales, que se opusieron a
su promulgación y consiguieron frenar proyectos.
Frente a estas reformas la CNT fomentó la conflictividad laboral para destruir el órden
burgues existente. En 1933 a estos intentos revolucionarios se les sumaron los sectores más
radicales del socialismo (UGT) encabezados por Largo Caballero, especialmente a través de
la Federación de Trabajadores de la Tierra.
Las huelgas, las insurrecciones y las ocupaciones de tierras fueron en progresivo aumento.
En 1932, los anarquistas propiciaron una sublevación de mineros en Cataluña y, en 1933, de
campesinos en Andalucía (Casas viejas). La represión fue muy cruenta y en el caso de Casas
Viejas provocó un inmenso escándalo político.
Estos hechos produjeron un enorme desgaste en el gobierno, y ademas el centro-derecha se
reestructuró alrededor del Partido Radical de Lerroux y de la CEDA, que contó rapidamente
con un buen número de afiliados y como líder a José María Gil Robles. La extrema derecha
realizó una intensa actividad de agitación.
Algunos sectores del ejército pretendieron aprovechar el descontento generado entre los
grupos más conservadores de la sociedad. El general Sanjurjo protagonizó un golpe de Estado
(1932) para intentar dejar a la República en manos de la derecha., pero fracasó. En 1933 se
creó la Unión Militar Española (UME) como una organización clandestina de militares
derechistas que tendría una activa participación en el golpe de Estado de julio de 1936.
EL BIENIO CONSERVADOR
Ante las elecciones del 18 de noviembre de 1933, que dieron la mayoría a los partidos
derechistas. La izquierda se presentó muy disgregada, a lo que hay que añadir el problema
que presentó la abstención que decidieron importantes masas obreras a petición de la CNT.
Al contrario que en las anteriores elecciones la derecha se presentó unida y organizada con
una candidatura sólida, todo estó desembocó en una victoria de los partidos de centro-derecha
con resultado de dos años de bienio conservador, también conocido como Bienio Negro.
El gobierno lo formará el Partido Radical, pero contaba con el apoyo parlamentario de la
CEDA.
Paralización de las reformas
El nuevo gobierno presidido por Lerroux, comenzó su mandato paralizando gran parte del
proyecto reformista anterior:
-Agraria.
Se fijó la devolución de tierras a la nobleza, se anuló la cesión de tierras mal cultivadas los
campesinos en Extremadura y se concedió total libertad de contratación, lo que redujo
considerablemente el salario de los jornaleros. El gobierno central se enfrentó con la
Generalitat de Cataluña, en manos de los republicanos de izquierda, debido a la Ley de
Contratos de Cultivo, que permitía a los campesinos arrendatarios de las viñas acceder a la
propiedad de las tierras que trabajaban pagando unos precios tasados.
-Religiosa.
El gobierno intentó también contrarrestar la reforma religiosa aprobando un presupuesto de
culto y clero e iniciando negociaciones para firmar un concordato con la Santa Sede.
-Militar.
El gobierno no anuló la reforma emprendida por Azaña, pero aprobó una amnistía para los
sublevados en Sanjurio en 1932 y para los colaboradores con la dictadura de Primo de Rivera.
La revolución de octubre de 1934 y la crisis del segundo bienio.
La creciente tensión entre los dos polos políticos culminó con la entrada de tres ministros de
la CEDA en el gobierno en octubre de 1934. Esta remodelación del gobierno fue interpretada
por la izquierda como el anuncio del triunfo inminente del fascismo en nuestro país.
La cada vez más radicalizada izquierda, PSOE, UGT, CNT, PCE, llamó a la huelga general
contra el gobierno pero el seguimiento fue muy desigual.
El movimiento fracasó en Madrid. El gobierno acuarteló a las tropas y detuvo a los principales
dirigentes socialistas y comunistas.
En Barcelona, Companys, desde la presidencia de la Generalitat, dirigió una insurrección con
claro matiz independentista. La revuelta fue rápidamente reprimida por del Ejército.Azaña,
que no había apoyada el levantamiento pero estaba en barcelona, también fue detenido.
En Asturias la huelga general triunfó y provocó una verdadera revolución .La persistencia de
la insurrección llevó al gobierno a optar por la represión más brutal. La Legión, dirigida por el
general Franco, fue la encargada.
El balance de la Revolución de Octubre de 1934 fue aterrador: más de mil trescientos muertos,
el doble de heridos, treinta mil detenidos, entre ellos Companys, Azaña,, y los principales
dirigentes del PSOE como Prieto o Largo Caballero.
La reacción del gobierno de derechas fue el endurecimiento de su política: se suspendió el
Estatuto de autonomía de Cataluña.
Sin embargo, las disensiones en el seno del gobierno eran crecientes. Las diferencias entre
el Partido Radical y la cada vez más extremista CEDA eran evidentes. Un ejemplo de la
orientación de la CEDA fueron los nombramientos que hizo Gil Robles, como nuevo ministro
de Defensa.: militares claramente contrarios a la república fueron designados para puestos
clave. Franco, por ejemplo, fue nombrado jefe del Estado Mayor.
La crisis definitiva vino con un escándalo de corrupción, el escándalo del Estraperlo, que
afectó a altos cargos gubernamentales. Lerroux y el Partido Radical cayeron en un descrédito
total. La aparición de nuevos escándalos precipitó el fin de la legislatura y la convocatoria de
nuevas elecciones a Cortes en febrero de 1936.
LAS ELECCIONES DE FEBRERO DEL 36 Y EL GOBIERNO DEL
FRENTE POPULAR
A estas elecciones se presentó el Frente Popular, pacto electoral firmado en enero de 1936
por Izquierda Republicana, PSOE, PCE, POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y
Esquerra Republicana de Catalunya. Este pacto agrupaba a todas las izquierdas. La CNT, con
muchos presos en la cárcel, no pidió la abstención y apoyó la unión de izquierdas. La
coalición de los grupos de derecha, formada por la CEDA y Renovación Española, acudió
con un programa basado en el miedo a la revolución social. La Falange y el PNV se
presentaron por su cuenta.
La victoria fue para el Frente Popular, y tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado
Presidente de la República, con un gobierno presidido por Casares Quiroga y formado
exclusivamente por republicanos de izquierda, sin participación socialista. Así, el nuevo
gobierno nacía debilitado, y con poco respaldo para retomar el programa de reformas
(autonomía, reforma agraria, educación,…). A pesar de todo, se restablecieron ela autonomía
catalana y la reforma agraria. Por otra parte, el ambiente era muy tenso: asesinatos, bombas,
ajustes de cuentas, atentados fallidos,conflcitividad agraria.... eran moneda corriente antes del
verano. Para entonces la conspiración cívico-militar estaba en marcha, a pesar de que el
gobierno trasladara a algunos militares.
El 12 de julio era asesinado por extremistas de derecha un oficial de la Guardia de Asalto, el
teniente Castillo. La respuesta llegó la siguiente madrugada con el asesinato de José Calvo
Sotelo por parte de un grupo de miembros de la Guardia de Asalto. El enfrentamiento civil
parecía inevitable. El gobierno de Casares Quiroga, que no había decidido tomar medidas
pese a las continuas advertencias de las organizaciones obreras, vio como el 17 de julio de
1936 el ejército de Marruecos iniciaba la rebelión contra el gobierno de la República. A los
tres días, era evidente que el gobierno no podía acabar con el pronunciamiento militar, y que
los sublevados no podían hacerse con el poder. La guerra civil era un hecho.
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