1 Prof. Hery Abalos Espejo III Medio – P. del Conocimiento Subsector de Filosofía NOMBRE:__________________________________________ CURSO: 3 º MEDIO ______ FECHA:_______ UNIDAD Nº 1: MANERAS DE CONOCER Subunidad 1: ¿ Qué sabemos y como sabemos? GUIA N º 4: ¿Qué razones podrían existir para que en distintos períodos históricos , o en distintas culturas, o en distintos ámbitos o dominios, se valoren de otra forma los conocimientos y sus fundamentos? TRATADO DE PENSILVANIA En el Tratado de Lancaster en Pensilvania, el año 1744, entre el gobierno de Virginia y las Seis Naciones, los comisionados de Virginia hicieron saber a los indígenas en un discurso, que existía en Williamsburg una universidad con fondos para la educación de jóvenes indígenas, y que si los jefes de las Seis Naciones enviaran media docena de sus hijos a esa universidad, el gobierno se ocuparía de que no les faltara nada y de que fueran instruidos en el saber del hombre blanco. El portavoz de los indígenas respondió: Sabemos que ustedes tienen en alta estima el tipo de conocimiento impartido en esas universidades y que mantener a nuestros jóvenes mientras estuviesen con ustedes les resultaría muy costoso. Por tanto, estamos convencidos de que desean hacernos un bien con su propuesta y se lo agradecemos sinceramente.. Pero ustedes que son tan sabios deben saber que las diferentes naciones tienen diferentes concepciones de las cosas y por tanto, no se tomarán como un agravio que nuestra opinión sobre esta educación resulte no ser la misma que la suya. Ya hemos tenido cierta experiencia con su educación: algunos de nuestros jóvenes fueron educados con anterioridad en las provincias del norte. Fueron instruidos en todas sus ciencias, pero cuando regresaron junto a nosotros eran malos para correr, totalmente ignorantes de los medios para sobrevivir en nuestros bosques, incapaces de soportar el frío o el hambre, no sabían cómo construir una cabaña, atrapar un venado o matar a un enemigo y hablaban mal nuestra lengua. Por tanto, no servían ni como cazadores, ni como guerreros ni consejeros: no valían para absolutamente nada. Sin embargo, no estamos menos agradecidos por su amable oferta, aunque declinemos aceptarla y para mostrar nuestra gratitud, si lo caballeros de Virginia desean enviarnos a una docena de sus hijos, nosotros nos ocuparemos de su educación, les instruiremos en todos nuestros conocimientos y los convertiremos en hombres. Basado en Aulas del Mundo, Lección 1, Organización del Bachillerato Internacional, noviembre, 2000. PIENSA Y RESPONDE 1.- ¿Qué es lo que determina que en un grupo humano se valore más un determinado tipo de conocimiento que otro? ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ 2.- ¿ De que dependen estas valoraciones? ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ 2 Texto 4 : Dos tipos de conocimiento: mapas y cuentos (Henry Bauer) Resumen El conocimiento más confiable es como un mapa: “si haces esto, siempre ocurrirá aquello”. Pero dicho conocimiento conlleva poco, si es que algún significado intrínsecamente humano. Más significativo es el conocimiento como cuento, que enseña acerca de valores y moralejas; pero al respecto, el acuerdo no puede ser validado mediante la demostración. La dificultad de distinguir entre conocimiento significativo y conocimiento confiable, contribuye a que las discusiones sean insolubles. Sería muy conveniente preguntarse siempre, en relación a algún tipo de conocimiento que sea presentado: “¿Es esto más como un cuento o más como un mapa?”. EL PROBLEMA ... Comúnmente se cree que en lo que se refiere al conocimiento, la ciencia (y sólo la ciencia) tiene autoridad. (...) Habitualmente la ciencia y la religión son visualizadas ya sea como totalmente separadas e inconmensurables o como antagonistas, con la ciencia representando el conocimiento y la religión los “valores”. El problema real es el significado o valor del conocimiento para los seres humanos y dónde reside la autoridad para certificar el conocimiento. Habitualmente esta discusión se ha expresado en términos de dicotomías ... y las dicotomías son insolubles. En tanto que concibamos el conocimiento y el significado (o valor) como cosas distintas, la ciencia como la encarnación del conocimiento y la religión como la encarnación del significado, seguirán siendo incierta y problemáticamente coexistentes. Sugiero que estas discusiones se diluyan o puedan ser vistas útilmente con una luz muy diferente si tomamos el “significado” como algo no separado del conocimiento sino más bien una característica inherente a él; y reconocemos que las diferentes partes del conocimiento varían en la cantidad de significados (¡para los humanos!) que se les asignan. Así, algunos conocimientos están plenos de significado, mientras que otros conocimientos pueden estar –para los seres humanos– esencialmente vacíos de significado. Como plantea Steven Weinberg, “Mientras más comprensible parece el universo, también parece más sin sentido” (Rigden, 1994). Al reconocer que el conocimiento humano abarca un continuo, desde lo virtualmente sin significado a lo altamente significativo, asuntos que de otra manera parecen polaridades o dicotomías insolubles, pueden llegar a ser más manejables. VARIEDADES DE CONOCIMIENTO Consideremos un par de cosas que creo saber: E = mc2 Amo a mis hijos Yo tengo el mismo sentimiento de certeza cuando hago aquellas dos afirmaciones pero me baso en dos tipos de conocimiento significativamente diferentes. En lo que respecta a la masa y la energía el conocimiento que yo tengo es (o puede ser) precisamente el mismo que tiene otra gente: nos podemos convencer mutuamente que es correcto, que E no es igual a mc, o a m2c o a mc3. En relación con quien amo, ustedes sólo tienen que creer en mi palabra. No pueden deducirlo con certeza basado en mi comportamiento; conociéndolo, no pueden predecir mi comportamiento con certeza y aún así es mucho más importante para mí que el que E = mc2 o cualquier otro hecho de ese tipo. Asumimos fácilmente que el conocimiento más confiable es al mismo tiempo el más importante, útil y significativo; aunque éste no sea el caso: el conocimiento más significativo para nosotros puede ser (o al menos así le parece a los demás) bastante poco confiable. El primer tipo de conocimiento es a menudo llamado “objetivo” y el segundo “subjetivo”; sin embargo lo que habitualmente no se agrega es que el conocimiento objetivo, el conocimiento en que podemos estar de acuerdo con otros, sobre el cual son posibles respuestas claras, correctas o incorrectas es a la vez el conocimiento que tiene poco (quizás ningún) significado humano. El conocimiento humano más significativo es subjetivo, es conocimiento personal, acerca del cual la gente no necesariamente está de acuerdo, sobre el cual, de hecho, a menudo difiere, sobre el cual no se les puede obligar a estar de acuerdo por la evidencia y el argumento lógico. Es importante distinguir entre estos dos tipos de conocimiento precisamente porque podemos esperar razonablemente llegar a acuerdo respecto a uno, pero ciertamente no respecto al otro; aunque en la práctica no hacemos esta necesaria distinción y todas las confusiones provienen de eso... El conocimiento puede ser sobre lo que existe; o sobre cómo se comportan las cosas; o por qué existen o se comportan como lo hacen. Por sentido común ha llegado a ser obvio que no podemos descubrir qué existe o lo que corresponde a lo mismo no podemos saber si nuestras creencias sobre lo que existe son verdaderas. Así hemos descubierto lo suficiente como para saber que los electrones (y otras partículas elementales) no son “partículas” ni tampoco son “ondas” aunque 3 podamos hacer cálculos muy exactos sobre ellos utilizando a veces ecuaciones de ondas y otras ecuaciones de partículas. Más aún, sabemos que E = mc2 en otras palabras, que la masa y la energía son convertibles entre sí; pero difícilmente podemos afirmar que sabemos lo que realmente es la masa o la energía. Lo que sabemos es cómo observar y medir lo que nosotros llamamos masa y lo que llamamos energía y el comportamiento de lo que llamamos electrones. Las leyes y teorías científicas son formas taquigráficas de describir cómo ocurren las cosas: “si ocurre esto, entonces pasará aquello”. Cuando en química de primer año decimos “el sodio y el cloro reaccionan el uno con el otro porque el primero tiene un electrón de valencia y el segundo tiene siete y un átomo estable o ion tiene ocho”, estamos diciendo realmente “cuando dos átomos se juntan, uno con valencia de siete electrones y el otro con uno, reaccionan”: el lenguaje común de “por qué” no se refiere a razones fundamentales, es una manera de hablar sobre cómo funciona el mundo. Así el conocimiento científico es de un tipo operacional o como de mapa; es el conocimiento de “cómo” o “cómo hacerlo”. Sin embargo, la ecuación E = mc2 no es puramente conocimiento objetivo. Aunque esté acordado por un consenso general de expertos destacados, aún no hay garantía que el consenso sea permanente para toda la eternidad o para todas las especies inteligentes del universo: en algún momento o lugar podría ser perfectamente superado. Y también el que yo ame a mis hijos no es puramente subjetivo: aún cuando mis acciones no puedan ser predichas en este aspecto es posible, sin embargo, que yo actúe de ciertas maneras más que de otras debido a eso y algunos observadores (si no todos) son capaces de inferirlo. Ningún extremo del continuo del conocimiento nos es accesible. Sin embargo, puede ser útil considerar todo el conocimiento como una amalgama de estos dos tipos extremos, abstractos e ideales. Para describirlos, los filósofos o matemáticos podrían estar felices de hablar del conocimiento I y conocimiento II o del conocimiento A y B respectivamente, pero para que sean realmente útiles uno necesita metáforas que conlleven un apropiado peso intuitivo. A “objetivo” y “subjetivo” le faltan las connotaciones de resultado de humanamente sin significado y humanamente significativo que deseo enfatizar, así como el contraste entre “cómo hacerlo” y “por qué”. Los mapas y las historias parecen funcionar bien como metáforas contrastantes como lo muestro en la siguiente tabla. 4 PIENSA Y RESPONDE 1.- ¿Cómo podemos valorar explicaciones tan distintas como las religiosas y las científicas simultáneamente, separando muchas veces los dominios en los cuales utilizamos una y otra?