SOLEMNEMENTE TE ENCARGO QUE PREDIQUES LA PALABRA Por Carlos Astorga Pablo exhortó a Timoteo: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio” (2 Timoteo 4:1-5). La exhortación para predicar la palabra. Es un mandato solemne que se da en un contexto muy serio. Se da no ante la presencia de Dios sino delante de Dios denotando que es un encargo del mismo Padre Celestial, y tiene toda su atención. Además, es ante nuestro Señor Jesucristo, el juez de toda la tierra—Juan 5:22. El Padre delegó a Cristo el juzgar a todos, creyentes y no creyentes. Estas dos personas divinas están presentes en el encargo de predicar la palabra, porque Dios lo ha ordenado. Es un mandato claro: Predica, redarguye, reprende, exhorta; hazlo intensamente, pero con toda paciencia y doctrina. Nada se le puede quitar al encargo. A muchos les gusta reprender o exhortar PERO sin tener ni paciencia ni doctrina. Si el encargo se cumple sin todas las características señaladas por nuestro Padre y Salvador, entonces es trabajo deficiente, hecho en la fuerza y sabiduría humanas, ya que la paciencia es fruto del Espíritu Santo y la doctrina es la que enseña el Espíritu por medio de la Palabra de Dios. Es por algo importante “Porque vendrá tiempo cuando....” La NVI traduce: “Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos.” Esta traducción aclara la idea: Vendrá el tiempo cuando los hombres no querrán oír la sana doctrina, así que buscarán quien les diga las mentiras que quieren oír, rodeándose de maestros que les entretengan con novelerías. Voluntariamente “apartan el oído de la verdad para seguir fábulas” o “mitos”. Abandonan el evangelio de la gracia para seguir herejías. Estos tiempos llegaron muy pronto en la historia de la iglesia, y están presentes hoy siendo un problema muy grande. Debemos “trazar bien la Palabra de verdad”, instando al que escucha a buscar esa verdad que lleva a la fe y la salud espiritual. Es en demostración de un servicio fiel. El carácter del que predica debe ser claro: “Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio”. Sobrio en todo se traduce también prudente en toda circunstancia. Prudente es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela. Implica la virtud de comunicarse con los demás por medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso, adecuado y respetuoso. Soporta las aflicciones, esas acompañan a los buenos maestros de la palabra. Sin las aflicciones no tenemos un buen entendimiento de la Sagrada Escritura. “Quien tiene mucho que enseñar ha de sufrir mucho; quien puede hablar de las cosas más profundas de Dios ha sido—tarde o temprano, partícipe de los sufrimientos de Dios.” G. Campbell Morgan. "Lo que el mundo necesita de la iglesia es que mostremos un gozo indomable e invencible en medio de la tristeza y el sufrimiento." John Piper “Haz obra de evangelista, cumple tu ministerio”; anuncia las buenas noticias, sé responsable del ministerio que Dios te dio. Son tiempos en los cuales la predicación de la Palabra es de vital importancia. Oremos por hombres y mujeres listos para hacer de este mandato un objetivo de vida. Este material fue tomado del Boletín dominical de la Iglesia Bíblica Unidos en Cristo (IBUC) en Monterrey, NL, Méjico. Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.