ERNESTO CARDENAL ENTRE LA POESÍA Y LA PROFECÍA CARDENAL: llamado a decir la verdad sobre la tierra En diciembre del año pasado MENSAJE publicó un breve estudio de Rafael Otano sobre ios "Salmos de Ernesto Cardenal". Ahora el posta nicaragüense acaba de visitarnos personalmente. Entre sus diversas actuaciones en público, la que tuvo mayor resonancia fue su participación en el programa de Canal Í3 "A esta hora se improvisa". Pero lamentablemente en dicho programa la discusión se centró en torno a cuestiones político - religiosas y se llevó en un lenguaje conceptual que no tiene por qué ser él fuerte de los poetas. Muchos televidentes quedaron desorientados por este motivo y tampoco tuvieron la posibilidad de apreciar la poesía del invitado. Creemos que Cardenal es un poeta de una importancia eicepcional en América Latina en este momento. Une en su obra poética la experiencia cristiana y el mundo actual, con todas sus dudas e interrogantes. Resucita las viejas culturas amerindias e impregna toda su obra de una profunda corriente mística que la hace especialmente atrayente. MENSAJE comprende lo que todo esto significa y de ahí que quiere aportar este estudia. Rafael OLano Cardenal es un hombre insólito a la medida de las inquietudes de nuestra época. En él se resumen las ansias más profundas de una generación. Generación sin rumbo, quizá la llamen algunos. Con un 544 nuevo "mal du siécle": la angustia, la prisa por hacer. Generación cuya respiración se llama búsqueda y cuyo destino es lograr unas nuevas coordenadas para una historia gastada. Y Ernesto Cardenal está ahí, en medio de las tensiones, como poeta y como profeta, poeta-profeta en una única identidad. A la poesía de Cárdena! se le puede aplicar con toda justicia la expresión de Gabriel Celaya: "la poesía es un arma cargada de futuro". Su vida es una continua pasión, reflejada a lo largo de su obra. Una y otra se complementan. Pasión amorosa: fogosos amores juveniles. Nombres de mujeres adoradas que aparecen en sus epigramas, influenciados por la poesía satírica latina del siglo de oro: Propercio, Catulo, Marcial . . . El epigrama le educa en la austeridad y en el arte de jugarse entero en cada verso, como se jugaba en cada amor. Viaja por México, Estados Unidos y Europa. Estudia en la Universidad de Columbia donde se pone en contacto con la poesía de Ezra l'ound. Pasión política: el escenario de su juventud es ía América Central de los "señores presidentes", de los Ubicos, Carias, y Somozas, del intervencionismo yanqui y de los gobiernos títeres vendidos a la United Fruit Co. y a la Nicaragua Lumber Co. Cuando volvió de sus viajes encontró su patria bajo la opresión de Anastasio Somoza (padre). Sin dudar se hace activista y participa en la revolución contra el tirano en abril de 1954 de la que logra salir ileso, mientras algunos de sus compañeros caen bajo las armas del dictador. Este lance es el germen, todavía incipiente, de su compromiso revolucionario. Escribe la "Hora 0", feroz ataque a Somoza, una de las composiciones más importantes de la poesía política de los últimos años en Latinoamérica. En noviembre de 1956 Somoza es asesinado. Pasión mística: entre 1956 y 1957 pasa por una profunda crisis interior. Ernesto es hombre de decisiones radicales. Pide la entrada en la célebre Trapa de Gcthsemani (Kentucky). Allí tiene por maestro de novicios a Tilomas Merton, el trapense poeta y filósofo. Después de dos años de noviciado tiene que retirarse por motivos de salud. De Gelhsemani pasa al convento benedictino de Cuernavaca. Después hace sus estudios de teología en Antioquía (Colombia). Se ordena sacerdote en 1965 a la edad de 40 años. Forma una pequeña comunidad en una de las islitas del archipiélago Solentiname, en el lago Nicaragua. AHÍ realiza una obra social entre gente totalmente marginada. Pasión revolucionaría: sus posiciones políticas se radicalizan en los últimos años. Toma mayor con- ciencia del papel político-social de su poesía. A pesar de las dificultades con la jerarquía eclesiástica, visita Cuba y se hace admirador de Fidel, del Che y de su gestión revolucionaria. Ahonda en su misión como cristiano y constructor de una sociedad nueva. Nacen, al calor de su estudio de los textos antiguos americanos y de los conquistadores españoles, dos grandes series de poemas épicos: El estrecho dudoso y Homenaje a los indios americanos. Su vocación revolucionaria se afirma en estas obras. Cardenal se embarca definitivamente en el navio de la revolución política. A pesar de todo, se puede decir que la pasión central de Cardenal, aquella que le define por completo, incluyendo y aunando todas las demás, es su pasión poética. Cardenal es poeta de cuerpo entero. Fl mismo reconoce que no es ni un líder ni un teórico. Como el Rey-Poeta Netzahualcotl, é¡ podría decir "Yo soy sólo un cantor . ..". Su familia es de poetas. Por su padre está emparentado con José Coronel Urtecho, fundador con él det "exteriorismo poético". Por su madre, con Pablo Antonio Cuadra. Su niñez transcurrió en Granada (Nicaragua) entre recuerdos de Rubén Darío. En el colegio de los jesuítas donde estudió había varios poetas. Todas sus vivencias han sido traducidas en poesía. "Todo es poesía. Todo puede hacerse poesía". Tiene un alto concepto del papel de la poesía en la revolución. "Fidel es un poeta", afirma. Y a los coroneles peruanos del gobierno les recuerda que necesitan una generación de poetas para poner en marcha la revolución. Para él su vida contemplativa no es evasión. "Ser contemplativo, es ser revolucionario". "Los contemplativos son las células sexuales del cuerpo de la humanidad, las que preparan con todo cuidado el futuro de su historia. Por eso, los contemplativos son necesarios a la revolución". Un nuevo lenguaje, una nueva simbología Cardenal parte en su poesía, del mundo actual tal como es, en toda su ingrata desnudez. Y acepta su lenguaje hasta el fondo. Toda la mitología expresiva que ha introducido la sociedad de consumo por medio de la publicidad más variada y sutil, la incorpora a su obra sin reservas. Los slogans políticos, las frases publicitarias, los giros hechos, el estilo coloquial se dan cita en sus versos con plena espon545 Originalidad de Cárdena!: utilizar slogans de la su.-íedad de consumo taneidad. Es una poesía abierta, un Parnaso en que se puede entrar por puertas y ventanas sin tarjeta de visita. En este sentido se le puede alinear en la tendencia de los nntipoetas representada en Chile principalmente por Nicanor Parra. Pero no existe una identificación total. El aníipoeía desacraliza su oficio y acepta el lenguaje cotidiano que le rodea, pero no construye desde él un mundo nuevo, no rompe fronteras hacia nuevos horizontes históricos. Lo emplea con una nota de escepticismo y de ironía. No es ésta la actitud de Cardenal. Acepta ese lenguaje atrozmente prostituido, plagado de horrendos giros "made in USA", y crea con él una respuesta constructiva. Si la publicidad saquea el lenguaje de la literatura ("le saquean al pueblo su lenguaje") para fines comerciales, el pueta saquea a la publicidad para volverse contra ella y construir desde sus propios mitos un mundo diverso. La máxima originalidad de Cardenal, por tanto, aquello en que supera a la tendencia anlipoética, es aceptar el lenguaje estúpido y falso (que produce seres estúpidos y falsos) de la sociedad de consumo y convertirlo en símbulo privilegiado de los 546 anhelos más humanos y irascendentes de nuestra época. La publicidad es, en expresión de Cardenal. "una puta pintarrajeada", pero hay que emplear su jerga, porque es el lenguaje en que vive sumergido el hombre de hoy, el único en que la gente de la calle discurre. Y Cardenal es un poela obsesionado por la claridad, por ser entendido a todos los niveles. El mismo nos da una regla de oro para usar el lenguaje de la propaganda positivamente: Los anuncios comerciales son manuales de meditación, dice Corita Sísler Curíla y anuncios de algo más. No tomarlos textualmente. ¿Qué nos quiere decir con esto? Que detrás de su aparente frivolidad esos anuncios revelan las necesidades más íntimas del hombre moderno. Lo malo es que ias respuestas que dan son falsas, sucedáneos vacíos. Cardenal rellena esas palabras huecas de un significado que representa una auténtica respuesta. De este modo los temas más abstractos o más alejados de nuestra sensibilidad bombardeada por el materialismo toman una impresionante nota de actualidad por su lenguaje, pero también de profundidad por su contenido. Véase, por ejemplo, esta descripción de la otra vida, bien diferente de los textos filosóficos o de los catecismos, pero que sin duda se enraiza mucho más en nuestros valores existenciales: El M;i* \\\á no es un American Way of Lile lubilaciún en Florida o como un Week-end sin Fin. La muerte es una puerta abierta al universo —No hay letrero NO EXIT— y a nosotros mismos {viajar a nosotros mismos no a Tokio, Bangkok us el a p peal slewardess en kimono. !a cuisinc Continental es el appeal de esos anunuus tk |apan Air l.ines) Una Noche Nupcial, decía Nuvalis, Toda esta acumulación de frases hechas no produce, como se ve, un collage disperso, sino una rigurosa totalidad poética. Ha habido una plena asimilación del nuevo lenguaje y una potenciación que ha cambiado su signo negativo —comercial y engañoso— en la más alta positividad creadora. Cardenal nos lleva a remozar otro concepto poético clave: e! símbolo, mirado desde el mundo de hoy. Cada época tiene derecho a sus propios símbolos que nazcan de su vida cotidiana. Incluso esta nuestra época "fordiana" de la standardización y del plástico, abocada a lo utilitario y refractaria a lo simbólico. Es preciso arriesgarse a ser poeta no sólo desde las flores y las fuentes cristalinas, que, por otra paríe, apenas ya se ven, sino desde las fábricas, los rascacielos, los supermercados y los automóviles. Cardenal capta en sus poemas el espíritu extrovertido hacia las cosas de nuestro tiempo con una técnica poética apropiada, el "exteriorismo", "poesía de cosas externas, objetivas, reales, verdaderas, concretas". Consiste en ser austeramente fiel a la realidad inmediata y exterior. Pero de esa aparente objetividad de espejo plano salta la chispa que produce el incendio poético. Puede ser una alusión, una antítesis, tina disposición intencional del verso o un epifonema final que producen el milagro de una revelación fulgurante. Si el arte es, en la definición escolástico-tomista, "splendor formae rei", es decir, "el estallido de la intimidad de las cosas", aquí tenemos un arte y una poesía auténticos. Los objetos industriales y sin alma de nuestra cotidianidad estallan en su capacidad de símbolos, adquiriendo así su verdadera dignidad. Y entonces nuestra sensibilidad de hombres del siglo XX se siente singularmente afectada por esta nueva simbología de la que se han alejado "las lilas y la metafísica cubierta de amapolas", según la célebre expresión de Neruda. Veamos algún ejemplo: En la noche iluminada de palabras: PEPSICOLA PALMOL1VE CHRYSLER COLGATE CHESTERFI£LD que se apagan y se encienden y se apagan y se encienden, las lucos rojas verdes azules de los hoteles y de los bares y de ¡os cines, los trápenses se levantan al coro y encienden sus lámparas fluorescentes y abren sus grandes Salterios y Antifonarios entre millones de radios y televisiones. ¡Son las lámparas de las vírgenes prudentes esperando al esposo en la noche de los Estados Unidos! En este poema se nos mueslran dos cuadrus radicalmente diversos: hi noche de la gran ciudad y la noche del trapense. Pero Cardenal produce el contacto entre los dos polos opuestos. Las lámparas fluorescentes de los anuncios de neón se confunden con la oración vigilante del monje. El dial de las radios y televisores registra un canal pirata que lanza al aire unos misteriosos libretos: los salmos y las antífonas. Las dos realidades se funden y se potencian. La noche de Estados Unidos surcada de luces, anuncios y ondas se hace símbolo de la noche de la Trapa henchida de trascendencia. Lo profano y lo sagrado se unen en el poema como cuerpo y alma. Los objetos standard de la sociedad industrial son empicados aún con mayor potencia poética en "V la belleza pasó rápido, como el modelo de los autos" 547 esta paráfrasis de la ¡dea bíblica del Eclesiastés, "vanidad de vanidades y lodo vanidad y aflicción de espíritu": Como latas de cerveza vacías y colillas de cigarrillos apagados, han sido mis días. Como figuras que pasan por una pantalla de televisión y desaparecen, así ha pasado mi vida. Como los automóviles que pasaban rápidos por las ca[rreteras con risas de muchachas j música de radios . . . Y la belleza pasó rápida, como el modelo de los nutot y las canciones de las radios que pasaron de moda. Y no ha quedado nada de aquellos días, nada, más que latas vacías y colillas apagadas, risas en fotos marchitas, boletos rotos. Y el aserrín con quu al amanecer barrieron los bares. Hay que destacar el rigor interno de estos poemas de Cardenal. Se dirigen con justeza a desentreñar una sola vivencia. No hay dispersión. Los objetos más dispares toman su lugar exacto en torno a la idea central en una perfecta organicidad. Se mantiene el ritmo del crescendo o del morendo. Igualmente en esta descripción pop de la vida como peregrinación: Estamos extraños en el cosmos como turistas no tenemos casa aquí sólo hoteles Como turistas gringos everywhere aprisa con su cámara apenas conociendo Y como se deja el cuarto de un motel YANKI GO HOME. Cardenal logra, pues, un milagro. Hacer trasparente y simbólico el mundo opaco de la era industrial, hacer cotidianidad la transcendencia y trascendencia la cotidianidad. Su verbo se ha hecho historia con todas las consecuencias. Ud.. por ejemplo, ha oído hablar de la insatisfacción íntima, de la angustia existencial, de ese corazón humano que siempre está inquieto, según la expresión de San Agustín. Pero Cardenal desenmohece esa vivencia y nos la expresa con realidades y lenguaje de hoy: Hemos deseado siempre más allá de lo deseado Somos Somozas deseando más y más haciendas More More More y no sólo más, también algo "diferente",.. Andamos entre las cosas con el aire de haber perdido un cartapacio muy importante. Subimos los ascensores y bajamos. Entramos a los supermercados, a las tiendas como toda la gente, buscando un producto trascendente. Vivimos como en espera de una cita infinita. O que nos llame al teléfono lo Inefable. 548 Ciertamente estos hallazgos poéticos fueron iniciados por poetas anteriores. Por el norteamericano Ezra Pound especialmente, del que Cardenal se considera discípulo. Pero no le quita mérito. Ezra Pound es un poeta difícil y Cardenal lo ha facilitado y lo ha hecho asimilable a la realidad latinoamericana. Y ha creado ¿I sin duda un estilo y una escuela enteramente personal. £1 Gran Rechaza Cardenal es un hombre en la encrucijada. Nervioso, intenso, en búsqueda. Crucificado, como se describía ¿I mismo en una carta íntima. Su yo es complejo —poeta, sacerdote, contemplativo, militante revolucionario— con una difícil jerarquización. Además ha vivido políticamente en Sos años del despertar revolucionario del continente latinoamericano. Respecto a lo religioso, en el momento de más hondas convulsiones, en el campo de la Iglesia Católica que intenta clarificar su tarea concreta en la historia moderna. Socialmentc en el despegue espectacular de la sociedad de consumo. Técnicamente cuando la máquina se hace todopoderosa y se produce un gigantesco repunte en la industria bélica. En muchos otros poetas, algunos de estos aspectos sólo rozan tangencialmente su obra o están totalmente ausentes. Pero Cardenal es un espíritu de antenas alertas a cualquier onda de su tiempo. Por eso, todas estas realidades marcan de un modo definitivo su poesía. Es más: son su autentico argumento. Cardenal es un reportero poético de nuestro mundo. Pero de reportero se convierte en fiscal. Su vocación poética se hace vocación profética. Y asume uno y otro papel con una pasión sin límites. "Mi deber es ser intérprete", proclama, Y "non debe el cronista dejar de facer su oficio" por muy desagradable que sean los hechos que hay que narrar. Este fiscal condena. Rechaza en bloque nuestra sociedad, en que existen opresores y oprimidos. Sociedades tiránicas. Somoza, encastillado en su fortaleza de Managua, es el símbolo del orgullo y de la explotación sin piedad. La sociedad que él instaura es demoníaca. Los poemas juegan en un doble plano: por una parte, vemos a Somoza y los suyos en sus diversiones, totalmente inconscientes, por otra parte, el pueblo doliente o los rebeldes asesinados. He aquí la descripción de la trágica noche de abril de 1954 en que algunos patriotas fueron pasados por las armas en una represión brutal: Somoza estaba "bailando mambo, 'cuando los estaban matando" Somoza estaba bailando mambo mambo mambo qué rico el mamhu cuando los estoban matando. Y Tachito Somoza (el hijo) sube a la Casa Presidencial a cambiarse una camisa manchada de sangre por otra limpia Manchada de sangre con chile. Los perros de la prisión aullaban de lástima. Los vecinos de los cuartetes otan los gritos. Primero era un grito solo en mitad de la noche y después más gritos y más gritos y dospucs un silencio... Después una descarga y un tiro solo. Después otro silencio, y una ambulancia. Esta misma técnica de contraste entre dos planos se da con frecuencia en los Salmos. Siempre en la mente de Cardenal opera la imagen siniestra del palacio de Somoza lleno de animación nocturna, de planes y de proyectos, y la tristeza y el dolor de los oprimidos sin defensa: Ellos celebran fiestas todas las noches y nosotros miramos las luces de sus fiestas. Ellos están en banquetes y nosotros estamos en prisión, O en un c u a d r o todavía más patético: Mientras elios están de fiesta —están brindando— lloramos en la noche en la ¿mu saqueada. Estamos de luto en la mesa de comer con el puesto vacío. Pálidos y callados esperando que llamen a la puerta. El Gran Rechazo de Cardenal es precisamente contra una sociedad en que el poder se emplea para explotar. Pero su acusación se hace después más amplia. Es toda la sociedad de consumo la que está bajo su dedo proféticamenle acusador. Todos somos Somozas asesinos. En el poema "Murder Inc.," se busca un asesino. El ciudadano medio está sentado cómodamente en el sofá de su living, convencido de su inocencia. Pero se van describiendo por la TV las características del criminal. Y todas coinciden con él: los lugares que frecuenta, las bebidas que toma, el traje que usa. Y su tranquilidad termina. En el fondo, si no es asesino, es por casualidad. La acusación se hace más directa en el magnífico poema "Oración por Marilyn Monroa". Muestra nuestra responsabilidad colectiva en su muerte. La culpabilidad por la muerte de aquella cmpleadita de tienda que soñó con ser artista de cine, es nuestra, porque le dimos un papel absurdo. Y ese papel —el script cinematográfico— necesariamente le tenía que llevar al suicidio. La invocación de Cardenal es realmente sublime: Señor en este mundo contaminado de pecados y radioactividad Tú no culparás tan sólo a una cmpleadita de tienda. Que como toda emplcadita Ue tienda soñó ser estrella [c'e cine. Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del [tecnicolor). Ella no hizo sino actuar según el scripl que le dimos. —El de nuestras propias vidas— Y era un script absurdo. Perdónala Señor y perdónanos a nosotros por nuestra 2Uth Century Fox por esta Colosal Super-Producción en la que lodos hemos [trabajado. Ella tenia hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes. para la tristeza de no ser santos se le recomendó el Psicoanálisis. Esta sociedad asesina tiene ya en sí el germen de su destrucción. La catástrofe final que nos describe "Apocalipsis" no es más que uní consecuencia necesaria de su estructura criminal. La agresividad social se convertirá algún día fatalmente en agresividad atómica. El mundo se ha convertido en una Gran Babilonia, en una ciudad infernal. Su destrucción está ya decretada, es decir, es ella misma la que lo ha decidido y la que lo ejecutará en un momento fatal. La fría descripción de Cardenal contrasta con la horrible realidad de los hechos: El tercer ángel tocó la sirena de alarma y vi sobre Nueva York un hongo y sobre Moscú un hongo y sobre Londres un hongo y sobre Pekín un hongo (y la suerte de Hiroshima fue envidiada) 549 o vendiendo ''i litro de sangre para almorzar y no leen periódicos ni ven TV ¡«afiliados J los partidos políticos. Las raposas y llerodes tienen sus madrigueras pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la [cabeza. Se salieron de la Civilización. Y todavía el susto en sus caras. (Con el aire de uno. en la estación, y que saltó del expresa que no se sahe a dónde va) Pero son más bien una preguniLi su atuendo más bien una pregunta a la gente que una respuesta. Cardenal busca esa respuesta. Y para eso se lanza a nuevos campos de experimentación poética, a nuevos mundos de culturas distintas. La vuelta a las antiguas civilizaciones "Tú no culparás tan sólo a una cmplcadka de lienda" Y lodas las tiendas y lodos los museos y las bibliotecas y lodas las bellezas de la tierra se evaporaron y pasaron a tomar parte de la nube de partículas radio[aciivas que flotaba sobre ul planeta envenenándolo y la lluvia radioactiva a unos daba leucemia y a otros cáncer en el pulmón y cáncer en los huesos y cáncer en los ovarios y los niños nacían con cataratas en los ojos y quedaron dañados los genes por 22 generaciones —Y esa fue llamada la Guerra de 45 Minutos— ¿Que hacer en esta civilización que huele ya a infierno atómico? ¿Cómo escapar a la espada de Damocles? Cardenal en un momento comprende la evasión de los hippies. como testigos de otro mundo por construir, como pioneros que quieren comenzar de nuevo desde cero, desde antes de la invención de ia maza, de la lanza o de la flecha, del dinero y la acción bancaria: ¿Vamos a rebelarnos? ¿Vamos a romper los vidrios? . . . Mejor como los santos beats zen cool jazz barbas y sandalias siempre en viaje a una Ciudad Nueva en auto stop sin una ideología donde reclinar la cabeza los recogedores de basura paleadores do nieve —la Pobreza Voluntaria. Pobres en el seno de la prosperidad. Pidiendo limosna en Insurgentes con una guitarra 550 Cardenal se asoma al pasado. Al pasado americano concretamente. Y entonces tiene lugar su último gran hallazgo. Poético y político al mismo tiempo. Encuentra sociedades vírgenes con las características positivas que nuestra sociedad perdió en la noche de la llamada civilización. Y ve la posibilidad de rescatar la riqueza de esta historia para la construcción del futuro. Sus últimas composiciones, Homenaje a los indios americanos, son el eco tembloroso de ese hallazgo. Es un comienzo que abre grandes perspectivas para toda la poesía latinoamericana. Seguramente desde el "Canto general" de Ncruda no se había escrito nada tan importante para la búsqueda de la esencia de Latinoamérica. El poeta Cardenal toma una nueva dimensión: se hace historiador. La historia eslá mejor en manos de los poetas. Los historiadores clásicos, los que se limkan al documento y a la reconstrucción estática de los sucesos, han demostrado su esterilidad hasta el aburrimiento. Su historia es papel muerto, no es germen de nada. Huesos calcinados. Sirven como material, pero es preciso el soplo poético para tener vida, proyección para el futuro. Porque el poeta, en su función histórica, no se contenta con el papel pasivo de registrador inerte de los hechos sino que recrea el espíritu de las civilizaciones. Además el poeta-profeta como es el caso de Cardenal, al narrar la historia de un pueblo, desde abajo, desde el dolor y la esperanza de los pobres, toma partido en favor de ellos. Escribimos en el libro para los años futuros. Los poetas, los que protegemos al pueblo con palabras. Ellos, al narrar la historia para el pueblo, crean su auténtica realidad. Los poetas-profetas, en opinión de Cardenal, son los que crean !a realidad de una cultura, los que dicen la auténtica verdad. Ahora los artistas, los poetas: 'un corazón con Dios' los creadores de realidades los descubridores de Flor-Canto (poesía) el único modo de decir verdad sobre la tierra. Cardenal logra captar el espíritu de las antiguas culturas indias y lo deposita como una semilla en el surco de la historia actual. Como poeta que es, selecciona, estiliza y potencia aquella historia en la medida que sirve para fecundar la nuestra. Hace mía labor, necesaria en América, de "ressourcemeni", según la expresión de Péguy, es decir, de vuelta a las fuentes de una cultura. Esta vuelta le da la posibilidad al hombre americano de lograr su verdadera identificación, su reconocimiento de sí mismo. Al poeta Cardenal le abre la puerta a nuevos recursos formales y a nuevas fronteras de belleza. Al profeta le da los elementos para interpretar la historia actual, para ser auténtico chilam: El Chilam: el que lee las escrituras sagradas y estudia el ciclo nocturno . . . Chilara Poeta Intérprete Sacerdote. La historia de Cardenal está hecha en base a grandes murales descriptivos, poemas amplios de versos largos y extensión indefinida. Acepta los texlos indígenas casi enteros, actualizándolos con su magistral técnica de introducción de términos modernos, que esta vez saca principalmente de la jerga política. Además el imprime a los textos recibidos el ritmo. Así la prosa se densifica hasta adquirir la plenitud poética. Tres pueblos se ganan especialmente su admiración: los mayas de México, los incas del Altiplano y los pawnees, pielrojas norteamericanos. Ellos nos aportan, desde la óptica cardenaliana. dimensiones totalmente elementales, pero que ahora nos resultan curiosamente insólitas: la paz. el amor a la vida, la pasión por la belleza, el gusto por la tierra . . . La sociedad actual es asesina. Necesita de la guerra para su equilibrio económico. La guerra fría, armamentos y más armamentos, que se envejecen y que hay que renovar cada cinco años, es el gran negocio de las mayores empresas. Para que a los países ricos les vaya bien, tiene que haber países pobres, Vietnam o Biafras, ¿i quienes les vaya mal: ¿Podrá haber paz sin que los bancos quiebren? 100 millones anuales de Elecira a la Lockheed (Electra, avión de palrullaje) ¿Y qué ganancia da a la Lockheed Aircrafi Corp el proyectil Polarís y el F-104?... Whai are you going to do with the production? (el vicc-presidente señala hacia el Boeing) "¿Qué haríamos con la producción y ¿1 l raba jo de esos 400.000 (señala las praderas de la Boeing) si hubiera paz?" Este cuadro tan inquietante y tan actual necesita un punto de referencia para que aparezca en toda su monstruosidad inexcusable. Y Cardenal se remonta a las marchas pawnees, auténticas procesiones de paz, de fraternización entre las diversas tribus. Y ahora, en esas mismas llanuras se han instalado las industrias de la muerte: Por estas praderas pasaban los pawnees Donde están las instalaciones de la Boeing Co. necrofilica o la Dow productora de napalm necrofílica Dow Co. (condones y napalm) odiadora de la vida "era en primavera, cuando se aparcan los pájaros "o en verano, cuando hacen sus nidos y las carreteras por las que van los convoyes verdes cargados de armas por esas praderas pasaban los p a w n e e s . . . los pawnees en procesión de paz. Bajo cielos de Kansas. Cardenal con una simple comparación ha logrado hacernos sentir el rubor de nuestra civilización pretendidamente avanzada. Con una gran economía verbal logra un sorprendente efecto descriptivo. Y una denuncia profética contra esta generación enemiga de la vida. Pero la diferencia se aprecia mucho más claramente cuando nos enfrentamos con la misteriosa civilización maya. Un pueblo pacífico. El poeta nicaragüense hace una descripción idealizada de Tilia!, ejemplo de otro tipo de vida y de cultura: La palabra "señor" era extraña en su lengua Y la palabra "muralla". No amurallaban sus ciudades. Sus ciudades eran de templos, y vivían en los c a m p o s . . . Las carreteras eran sólo para las procesiones El apogeo de su civilización no se convirtió en imperio. No tuvieron colonias. No conocían la flecha. Las ciudades no eran cuevas de ladrones, no eran los centros de la gran opresión donde se engañan a los incautos. Ciudades sin anuncios. Sólo 551 Pero, por encima de todo, se eleva la magnífica dignidad de la cultura maya. La culminación de una civilización no utilitaria es la ciudad de Texcoco. "la ciudad de la belleza". Allí era más importante el Ministerio de Poesía que el de Guerra. Se obligaba a oír cantos a los funcionarios públicos. Había escuelas de Bellas Artes. Se multaban las malas composiciones. Y el rey era poeta. "Príncipe caudillo de los poetas". Pero todas las grandes culturas, la maya, la incaica, la azteca cayeron. Quedaron los indios. Pero como plantas fuera de su suelo. El indio está muerto en vida. Y espera. En realidad es toda Latinoamérica la que se ha contagiado de esta esperanza. Toda la poesía de Cardenal en este homenaje a los indios es una afirmación de que volverá la edad de oro. Quetzacoaíl. la serpiente emplumada, el dios maya, extenderá un día bus alas y volverá, como lo dejó prometido, volverá una Era de Justicia: El pájaro verde, el consolador el quetzal verde en la rama verde anuncia el amanecer junio con el Lucero del Alba, el despertador y la chachalaca-cara-de-sol "Los poetas, los que protegemos al pueblo con palabras" con poesías. Las estelas mayas son la antítesis de los grandes reclames luminosos de nuestras ciudades: ¿Ciudades? Sí pero ciudades sagradas no Comercial Ccnters sino centros ceremoniales. Ceremonial Centers las filas de estelas y estelas, no neón, no anuncios comerciales (sus anuncios: poemas en las piedras!) Pero también sobre los mayas llegó la dictadura. Mayapán representa la ciudad tirana, a imagen de los actuales regímenes fascistas y las sociedades de consumo: Mayapán ciudad no maya . . . la pobreza cultural de ese régimen militar. El arco y la flecha importados no los conocían anio no fueron inventadas allí La mejor albañilerla en la casa de los nobles no en los templos Las buenas esculturas (del estilo Puuc) (es decir Anti[güedudes) en las casas de los ricos Mediocres las esculturas de lot templos incensarios de mal barro, poroso; y hechos en moldes; dioses en serie, mass production, assembly line, Henry [Ford. 552 ave vigía del pueblo, grila (¡rita anunciando el sol. CAYO MAYAPÁN LA QUE TIENE MURALLAS. El katún de la revolución La cultura maya tenía un concepto cíclico del tiempo. Contaba la duración del tiempo por katunes (unos 20 años) y por cada katún edificaban una estela conmemorativa con su historia. Los katunes, según ellos, se repetían regularmente cada uno con una característica típica: katún de la abundancia, katún del mal gobierno, kalún de la violencia . . . Por eso la búsqueda del fuiuro es una exasperada ascención hacia el pasado. Los mayas llegaron a establecer un calendario de los 374.440 años anteriores en su afán de descubrir el futuro: Fechas hacia atrás buscando la eternidad buscando el futuro también hacia atrás en la eternidad. Cada vez más atrás. La historia futura está contenida en la pasada, es su imagen. Los profetas encuentran ese nexo interno: Katunes pasados son los del futuro historia y profecía son lo mismo. Cardenal se coloca en esta perspectiva mental y la aplica a nuestra época. En un momento de crisis e inseguridad colectiva el hombre necesita mirar hacia el futuro, adivinarlo. Se recurre a los profetas o a sus sucedáneos: los consejeros de Estado, los futurólogos y los proyectistas sociales que intentan conocer por medio de la ciencia lo que el profeta intuye con una visión directa. Los hombres necesitan saber que ocurrirá cuando se resuelva la actual crisis. La vieja sabiduría maya tiene aquí su palabra. El antiguo lenguaje, bajo la magia poética de Cardenal logra una gran vigencia. Los términos políticos actuales —slogans de campañas electorales— casan perfectamente con los textos indígenas. Así los antiguos katunes mjyas pueden encontrar su equivalente de hoy: El katún de la colecta do tributos, del robo de la máscara del robo del tesoro enterrado en la milpa. En este kalún siempre hay invasores, enemigos de la tierra. El Chilam, el poeta-profeta maya, siempre abre la puerta de la esperanza. Por muchas catástrofes que se presagien, por más amargos que sean los ahaus, un nuevo katún se perfila en el horizonte. Y ese katún tiene la solución de los males. Las expresiones antiguas y nuevas se unen en Cardenal para expresar un katún de revolución, de cambio definitivo; el último Gran Katún: Ghilani Pocla Interprete Sacerdote hace saber que ya llegó la primera luna llena del katiín luna encinta El tiempo en que el presidente vomite lo que tragó v la reina de belleza resucite en la Estación de Policía... Y si habrá alegría por la abundancia del pueblo tno aflicción) Mayapán será el lugar donde se cambie el katún Cuceb quiere decir Revolución literalmente '•Ardilla" (lo que gira) Será entonces el fin de su mendicidad y de si codicia. La realidad de la revolución le hace a Cardenal concentrar todas sus fuerzas poéticas y profélicas para anunciarla, describirla y cantarla. La revolución es la gran esperanza, la gran solución. Como los profetas bíblicos, idealiza este momento "mesiánico". Con el tiempo tendrán que venir nuevos poetas para mantener la exaltación y el entusiasmo, ya que el poeta da el latido interno a este gran acontecimiento que se debe convertir en cotidianidad. Cardenal se dirige al campesino, al proletario, a] explotado de todos los tiempos: Como ves esa cslrella en la tarde tobro tu choz-u así iluminará tu vida la revolución. F.l pueblo saldrá de sus selvas espesas, de sus pedregales. El pueblo tomará posesión del gobierno, del Baneu quitaremos al Titular sus pezuñas, sus colmillos ya no entregaréis al Casino vuestras doncellas. Pero después de la revolución, viene el discurrir de la historia y Cardenal se hace la pregunta de los mayas: "¿qué clase de estela labraremos?". La pregunta queda prendida en el aire de América como un desafío. Cardenal nos ha llevado en un itinerario apasionante desde las estelas más antiguas de las viejas civilizaciones, tan antiguas que están ya gastadas por la erosión, hasta las estelas futuras, todavía sin cincelar, que escribiremos con nuestra vida, con nuestra construcción de la nueva sociedad. ¿Qué estela labraremos? Él lanza su canción-germen, su canción-profecía y espera el tiempo. Si Ld. quiere regalar una suscripción de MENSAJE envíenos el talón de la tarjeta de Navidad incluida en esta revista, con el nombre y la dirección de la(s) persona(s) a quien (es) I d . quiere regalarla y nosotros Je enviaremos la revista durante todo el año 555