¿Quién va feliz a trabajar? Según un estudio americano tan solo un 26% de los trabajadores acuden al lugar de trabajo con una cierta felicidad. Pero, ¿Qué pasa con el 74% restante? Es evidente, que con los tiempos que corren, la incorporación de la mujer al trabajo, el ajetreo de las familias que van para aquí y para allá con los niños, y la infinidad de tareas que trae consigo un hogar; resulte muy complicado compaginar la vida familiar con la laboral. De esta manera surge el 74% de empleados restantes, que ven el trabajo como un simple medio de recibir ingresos y poder satisfacer sus necesidades tanto básicas como “caprichos”. Además, el siglo XXI destaca por una gran evolución tecnológica en el que hay numerosas máquinas que nos detectan cualquier enfermedad, pero sin embargo deja atrás temas que una mala utilización de ellos puede llegar a dichas enfermedades. Uno de estos principales temas es la alimentación, que ya es importante por el simple hecho de sobrevivir y mejorar la salud de los ciudadanos. Es evidente que la alimentación se ha ido descuidando a lo largo de los años. Antiguamente era un momento de reunión familiar, un momento importante en el que la comida estaba debidamente preparada principalmente por las mujeres amas de casa, que llevaban a cabo una dieta sana y saludable para sus familias. Los alimentos eran frescos, limpios, lo más cercano a una dieta equilibrada tan oída en este siglo y tan poco utilizada. Al pensar en una gran comida lo primero que a la mayoría se nos viene a la mente es un domingo en casa de los abuelos con un buen cocido, o un sábado en casa con tiempo para realizar esta tarea de manera tranquila. Pero nunca se nos viene a la mente un día de diario, en el trabajo o en cualquier otro lugar. Esas comidas se recuerdan como una comida rápida poso saludable, sin tiempo para descansar y pensando en los problemas que tenemos que resolver en lo que queda de jornada. Por eso en Catering Spain hemos querido que este problema desaparezca, que todos los empleados puedan disfrutar de una comida suculenta, saludable y realmente equilibrada. Que no recuerden este momento como la media hora real que se tiene para comer, que sea un momento de desconexión, de disfrute, de verdadera calidad. De esta manera tratamos de conseguir que los empleados tengan la ilusión de ¿qué comeremos hoy?, sabiendo que sea lo que sea será bueno. Que la dieta equilibrada consiga mantenerles activos y puedan ser productivos en sus largas jornadas de trabajo, sin que desfallezcan al llegar a casa por llevar una dieta completamente contraria a lo que se conoce por “sano”. Y así, aunque es imposible que se acuda al lugar de trabajo de una manera feliz y contenta, ya que cualquiera preferiría quedarse durmiendo y pasar un día en familia, se acuda de una manera positiva y con ilusión por ver que le depara el nuevo día sabiendo que tendrán un momento de tranquilidad y alegría, y no todo sean problemas. De esta manera llegamos a la conclusión de que sí que es posible compaginar el trabajo, con la familia y con una vida saludable, simplemente teniendo en cuenta un factor tan importante como lo es una alimentación equilibrada. Una pequeña revolución del siglo XXI por la salud y calidad de vida de los trabajadores.