jeros son particularm ente ahorrativos. Pero con el tiem po afloja poco a po­ co la renuncia al consumo, dedicando más fondos para m ejorar de vivienda, utensilios dom ésticos, m obiliario y automóvil. En Francia se suele d ecir que las industrias eléctricas alemanas no tienen com petencia en el mundo y que pueden vender en el mercado internacional prácticam ente a cual­ quier precio. Pues bien, ello obedece en parte a que la mano de obra foránea en la R epública Federal des­ pliega al ir a la patria de vacaciones una nueva form a de exportación con­ sistente en llevarse toda una serie de aparatos para el hogar y e le ctrod o ­ m ésticos que revende a ser posible junto con su coche de segunda mano. Mejor cartillas de ahorro El hecho de que los trabajadores extranjeros prefieran la ca rtilla de ahorro obedece a varias razones. El plazo de retirada de tres meses es para ellos el más adecuado, puesto que pueden disponer de su dinero relativam ente pronto en caso dado. Además, la ca rtilla pueden llevarla siem pre consigo y utilizarla como „statussym bo l“ ante sus colegas, a los que se les puede enseñar en todo tiem po el acopio hecho. Muy pocos se interesan por formas de ahorro a largo plazo. En primer lugar no saben si se les prolongará su per­ miso de estancia y trabajo, expedido a lo sumo por dos años. Y los plazos de duración o venci­ m iento del ahorro con prim a y del ahorro para la construcción (con prestaciones por parte del fisco) abar­ can siete años. En el caso del ahorro efectuado a través de compañías de seguros, el plazo de vencim iento es incluso de 12 años. Además, las Cajas de Ahorro para la C onstrucción solo otorgan créditos para los proyectos de construcción en Alemania. Malas experiencias con representantes de seguros Por otro lado, los trabajadores extran­ jeros han hecho malas experiencias con representantes de seguros y gente desaprensiva de exóticas socie­ dades de inversión, según documen­ ta una encuesta realizada por el Dresdner Bank. Y así ocurre que las sociedades de inversión serias tienen dificultades en entrar en negocio con ellos. Las compañías de seguros habían logrado interesar a los trabajadores EXPRÉS ESPAÑOL / A bril 1974 El dinero ahorrado no se puede invertir com o quien juega a las cartas. extranjeros por las form as de ca pita li­ zación legisladas en los últim os años en favor de los asalariados y que se pueden realizar a través de aquéllas. Pero la confianza que habían logrado despertar ha sufrido detrim ento por la falta de seriedad de ciertos tipos de representantes que abusan de la ignorancia del prójim o, por ejem plo cobrando astronóm icas provisiones o haciendo firm a r (a veces con ayuda de com patriotas no menos descara­ dos empleados como „in té rp re te s") contratos con plazos de vencim iento o valor de rescate de los que no fueron inform ados. Los „métodos de asesoramíento“ que aquí se emplean se los puede uno imaginar fácilmente. Hay asalariados extranjeros que creían haber firmado un contrato de ahorro con prima con un banco;y su desengaño fue tremen­ do al ser informado por el banco en cuestión de que la póliza de seguro le había hecho cliente de una compa­ ñía de seguros de vida, terreno éste harto extraño para la mayoría de los trabajadores extranjeros, que a lo largo de su vida tuvieron demasiadas preocupaciones con el presente como para pensar en el futuro. El sector de seguros haría bien en trabajar con el mayor cuidado el mer­ cado de los trabajadores extranjeros. Cuanto más tiem po se permanece en Alem ania tanto más se adapta a la manera de actuar de los ahorradores alemanes, lo que quiere d ecir que las únicas com pañías de seguros que tienen posibilidades de c o n c lu ir con­ tratos con ellos son las que se com ­ portaron desde un p rincip io con serie­ dad. El daño que se hacen las com ­ pañías de seguros con prácticas des­ consideradas es grande, pues el tra ­ bajador extranjero desconfiará luego siem pre de ellas, aunque muchos de los contratos concertados en form a indebida pudiesen ser anulados. Los que salen ganando de todo esto son los institutos de crédito que, con sus cuentas de ahorro, han conse­ guido prácticam ente un m onopolio como depositarios del dinero de los trabajadores extranjeros. HansR ösler, directivo de la W ürttem bergische Lan­ dessparkasse de Stuttgart, confiesa que a los extranjeros sólo se les re­ com ienda form as de capitalización a largo plazo com o obligaciones u otras análogas „si tienen intención de per­ m anecer en el país con seguridad cuatro o cinco años m ás“ . Hasta los meses de ju lio y agosto, los trabajadores extranjeros abonan en sus cuentas de ahorro mucho más de lo que retiran. En esos meses estiva­ les suelen tener lugar las vacaciones a los países de origen o la partida definitiva. Este fa cto r contribuyó tam ­ bién el verano pasado a agravar el problem a de liquidez de los institutos de crédito de tal suerte que en el m ercado m onetario de los bancos las tasas del dinero de día a día alcan­ zaron el récord m undial del 40 por ciento. Es una prueba más de que los traba­ jadores extranjeros son un factor esencial de nuestra economía, del que merece la pena ocuparse. No son solamente fuerza de trabajo, sino también seres humanos, interesantes por añadidura desde el punto de vista económico. ■ Burkart Salchow (DZ) 33