Obra seleccionada

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Obra seleccionada
REICHSTAG, Berlín, Alemania, 1995-1999.
Obra: rehabilitación del edificio del Reichstag, Berlín.
Cliente: Bundesrepublik Deutschland
Proyecto: 1992-1995
Construcción: 1995-1999
Ubicación: Platz der Republik, Berlín, Alemania.
El Reichstag fue construido originalmente por Paul Wallot en 1894 en un estilo neobarroco,
siendo sucesivamente dañado a lo largo de su historia. Fue sede del Parlamento nacional de
Alemania desde 1920 hasta 1933, año en que se quemó, destruyéndose el interior y parte de
la cúpula, que había sido realizada en cobre y cristal. El incendio, supuestamente provocado
por un comunista holandés, fue un hecho vital para la consecución el poder absoluto por
parte del nazismo en Alemania. Cuando finalizaba la Segunda Guerra mundial el edificio
sufrió nuevos y serios daños debido al ataque del ejército ruso al tomar la ciudad, que lo dejó
en un estado próximo a la ruina. Posteriormente, en la década de 1960, diversas
rehabilitaciones alteraron su esencia de manera sucesiva. El edificio permaneció sin uso
durante décadas, una situación representativa del estado de una Alemania dividida.
Tras la caída del muro en 1989 y la reunificación alemana, Berlín pasó a ser la capital del
país, siendo el Reichstag designado como sede del Bundestag o parlamento alemán. Se
abordó entonces la rehabilitación del edificio, para lo cual se convocó un concurso cerrado
que se desarrolló en dos fases y que se inició en mayo de 1992. En él participaron
numerosas empresas alemanas y se invitó a catorce firmas extranjeras de prestigio.
Tras el encargo de reelaboración de sus propuestas a varios arquitectos de los más de 80
que participaron en el concurso, el proyecto fue adjudicado a la firma Foster + Partners en
junio de 1993. Una decisión cargada de simbolismo, al otorgar a un estudio de arquitectura
británico, y por tanto extranjero, la reconstrucción de uno de los símbolos más importantes
del país. En el largo proceso de diseño del edificio, Foster tuvo que adaptar sus ideas
profesionales a cuestiones económicas y sobre todo políticas. La propuesta inicial de Foster
constaba de una gran estructura, una cubierta horizontal translúcida que se elevaría sobre el
antiguo edificio. De este modo deseaba exorcizar el pasado convulso de Alemania. A petición
del comité encargado, se realizó una primera modificación, que limitaba la cubierta a la sala
de plenos. Sin embargo, aún se trataba de un proyecto muy caro y la propuesta fue
desechada nuevamente por el comité, que pidió a Foster que lo hiciera más barato y
pequeño, además de incluir una cúpula para respetar la memoria simbólica de este elemento
destruido por los avatares de la historia.
En un principio Norman Foster era reacio a reconstruir un símbolo del pasado de un imperio
autoritario. Por eso el arquitecto se había empeñado en concebir un proyecto que reflejara
una Alemania democrática, alejada del modelo anterior. Tras revisar el proyecto Foster
consiguió ganar el concurso con un nuevo diseño que finalmente incluiría una cúpula.
La transformación del proyecto provocó que Calatrava, otro de los participantes en el
concurso, acusase a Foster de plagio, ya que el diseño del arquitecto español constaba
también de una cúpula. Sin embargo los especialistas valoraron que una cúpula es un
elemento muy común en la arquitectura como para ser susceptible de considerarse plagio por
el mero hecho de coincidir en el proyecto. En cualquier caso uno de los criterios establecidos
en el concurso era la transparencia, y el proyecto de Foster era el único que proponía el
acceso de los ciudadanos al interior del edificio, hasta el punto de que los ciudadanos pueden
observar a sus mandatarios mientras gobiernan.
Antes de que comenzaran las obras, los artistas Christo y Jean-Claude envolvieron el
Reichstag con sus características telas tras la aprobación de la performance por el
Bundestag. El proyecto, titulado ?Reichstag empaquetado?, tuvo mucha difusión
internacional y atrajo las miradas del público sobre el edificio. Justo después de que finalizara
esta obra comenzó la reconstrucción del Reichstag.
La rehabilitación del Reichstag se basa en cuatro premisas clave: la relevancia del Bundestag
como foro democrático, el respeto por la historia, un compromiso de accesibilidad y un firme
objetivo de sostenibilidad medioambiental.
En la intervención de Foster se eliminaron los añadidos posteriores a Wallot, aunque en el
interior del edificio se han respetado algunas evidencias históricas y huellas de las distintas
etapas que han vivido el edificio y la propia Alemania, como los graffitis realizados por los
soldados soviéticos. Se decidió conservar estas muestras de lo acontecido en el país a modo
de cicatrices didácticas, como un testimonio de la historia del mismo y una decisión de
abordar el futuro sin olvidar el pasado.
El elemento principal de la rehabilitación arquitectónica es la cúpula, que se asienta en la
azotea del edificio y sobre la sala de plenos del parlamento. Con una estructura de vidrio y
acero de 40 metros de diámetro, una altura de 23,5 metros y un peso de 1200 toneladas,
está formada por un armazón de nervios verticales de acero tensionados por anillos
horizontales concéntricos. Además, dispone de una pantalla móvil para evitar el calor y la luz
directa del sol.
Un cono invertido que pende de los nervios de la cúpula está compuesto por 360 espejos
que funcionan a modo de calidoscopio. La estructura cónica refleja la luz natural hacia abajo,
donde se encuentra la cámara principal del Bundestag. Controla la iluminación y ventilación
de la sala de plenos y la cúpula, asistida por un escudo móvil que bloquea el exceso de luz.
El aire caliente sale por la parte superior del cono trabajando como un sistema de ventilación
natural. De este modo el edificio se convierte en un elemento activo que controla su propio
consumo energético. Dos rampas en espiral recorren la gran cúpula rodeando su perímetro, y
constituyen una plataforma impresionante de observación de la ciudad y un mirador público
sobre el Bundestag. En el Reichstag se aplicaron avanzadas tecnologías para hacer el
edificio medioambientalmente sostenible, como un sistema que combina el calor con un
generador de energía que funciona con biodiesel para producir su propia electricidad. El calor
generado se usa no sólo para calentar el edificio, sino también para enfriarlo, y para poner en
marcha un sistema de acuíferos. También emplea paneles fotovoltaicos, y al utilizar aceite
vegetal en su funcionamiento consigue lograr un conjunto ejemplar de tecnologías
sostenibles. El edificio de este modo logra de un modo muy eficiente gran parte de la energía
que necesita de su entorno.
La cúpula es el núcleo esencial y estructurador de todo el proyecto, parte integral del edificio
y clave en el aprovechamiento de la luz natural y el máximo ahorro de energía posible. Todos
los elementos de la misma son independientes y al mismo tiempo se unen en armónico
equilibrio. Una piel de vidrio laminado de seguridad cubre el conjunto. De noche su forma
sugiere la de un faro que ilumina y guía, habiéndose convertido en un símbolo para la
democracia alemana.
Los visitantes y los políticos entran al edificio como iguales por el mismo camino, destacando
la facilidad de acceso para el público, que puede observar desde la cúpula cómo sus
representantes parlamentarios gobiernan, en un ejercicio de transparencia democrática. Así,
el espacio público se sitúa en la parte superior del edificio, donde además del observatorio se
sitúan otros usos, como un restaurante.
Según comenta el propio Foster, ?creo que el Reichstag verdaderamente eleva el umbral de
las expectativas creadas y ofrece un modelo para una nueva generación de edificios
públicos, tanto estructuras nuevas o edificios históricos en una etapa de renovación?.
La rehabilitación de este edificio es uno de los proyectos más filosóficos y simbólicos de
Norman Foster, en el que ha conseguido unir con gran éxito lo antiguo y lo nuevo, el pasado
y el presente, en una síntesis formidable que refleja arquitectónicamente la historia del
edificio. Además, la arquitectura del poder ha sido reemplazada por la arquitectura de la
transparencia y la libertad, adecuada para la concepción de una nueva Alemania, y la cúpula
del Reichstag se ha convertido en un auténtico símbolo del país.
URL de Origen: http://catalogo.biblioteca.artium.local/dossieres/exposiciones/premios-pritzker-viaje-porla-arquitectura-contemporanea/obra-seleccionada-3
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