Comentario sobre “El objeto en la fobia” de Jorge Mario Mom

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REV. DE PSICOANÁLISIS, LX, 2, 2003, págs. 373-377
Comentario sobre “El objeto en la fobia” de
Jorge Mario Mom
*Susana Taszma Maladesky
“¿Estás desesperado?
¿sí? ¿estás desesperado?
¿emprendes la huida?
¿quieres ocultarte?”
F. Kafka, Diario
Durante muchos años, el estudio y la clínica de la fobia constituyeron el tema princeps para
el doctor Mom. Tuve la enorme suerte de ser su alumna en seminarios y poder presentar
mi monografía en uno de ellos. Luego fui su colaboradora en seminarios, hasta el momento
de su muerte. Es un inmenso honor, que agradezco al Comité Editor de la REVISTA DE
PSICOANÁLISIS, y a la vez una conmovedora situación poder comentar un trabajo suyo.
El doctor Mom no sólo tuvo un pensamiento singular y creativo alrededor de este tema,
sino que también fue una persona de absoluta generosidad en la transmisión de conocimiento.
Abordaré el comentario del artículo tomando los puntos más importantes.
Fundamentalmente, Mom va a desarrollar y discutir lo que se ha descripto clásicamente como objeto fobígeno y objeto acompañante. Va a discutir el rol fijo que se le adjudica, porque de este modo se obtura el conocimiento. A mi entender, en este sentido, Mom
se ubica en la postura de sostener una incertidumbre y un “aguantar” el “no saber”.
La intercambiabilidad en cuanto a las funciones, la relatividad y el control de los objetos son algunos de los puntos sobresalientes.
La angustia no sólo está en el origen del síntoma, sino que ella es el síntoma central.
(Mom se apoya en este núcleo y desde aquí articula su conceptualización.)
En Inhibición, síntoma y angustia, Freud dice: “[...] el contenido del peligro se desplaza
de la situación económica a lo que es su condición determinante: la perdida del objeto”.
*Miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Dirección: Arenales 3709, 10º “B”, (C1425BEY)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, R. Argentina. Correo electrónico: <[email protected]>.
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Desde ese momento y en forma de metonimia el objeto que falta se fijará en los lugares
de castración y muerte, entendidos como momentos de organización de la estructura psíquica ya inscriptos en la experiencia de nacimiento. La espera del peligro que Freud relaciona con la angustia es también el camino que lleva a Lacan a decir que la angustia no
es sin objeto. Hay una formulación de Freud en que se sostiene que el desarrollo de la
angustia ha precedido a la formación del síntoma, como si los síntomas hubieran sido creados para impedir el estallido del estado de angustia.
Mom parte del último modelo freudiano, en el cual es la angustia la que precede a la
represión, en tanto señal de displacer percibido por el yo. La angustia aparece como funcional en la economía del sujeto.
La adjudicación de un rol fijo al sujeto y al objeto fóbicos conduce a engaño, porque al
nominar precozmente a los términos provoca una cristalización que frena el conocimiento.
1) Capacidad de intercambio y movilidad. El sujeto, el objeto fobígeno y el acompañante
pueden alternar su función. La movilidad produce una situación confusionante y peligrosamente indiferenciada para el fóbico, quien trata de evitarla a través de un riguroso control. “El fóbico es un paciente que en el plano histérico controla obsesivamente
sus angustias.”
2) Relatividad o contingencia del objeto. No tiene un valor adjudicado por sus características intrínsecas, sino que está determinado por su función dentro de una situación.
Llamarlos “situación fobígena” y “situación acompañante” permite recuperar la plasticidad del proceso, perdida por la rigidez e inmovilidad.
¿Qué entiende Mom por “fobia”? “El interjuego del conjunto situación fobígena-situación
acompañante.” Esto lo lleva a tener que plantear una hipótesis etiopatogénica. El sujeto
que estructura una fobia busca primitivamente un objeto que no tiene, que le falta, y que
le resulta indispensable para establecer un ordenamiento a partir de un límite. Cuando el
objeto se pierde, se produce la falta, pérdida de la función límite. El objeto fobígeno cumple una función diferenciadora y esto lleva a discriminar tres objetos: fobígeno, acompañante y sujeto.
¿Por qué es tan imprescindible para el fóbico esta diferenciación obtenida aun a costa
de un objeto fobígeno? La presencia de un objeto externo, por temible que sea, es buscada como solución a una indiferenciación terrorífica en cuya confusión el fóbico pierde
los límites, caracterización, diferenciación, y se siente enloquecer. La fobia impide estas
situaciones catastróficas: por una parte contribuye a resolver una situación de falta y, por
otra, crea una situación mentirosa, porque se instala en el lugar de lo que falta y encubre
esta falta con su presencia.
En la situación acompañante lo dominante es la necesidad de diferenciación; el objeto fobígeno es necesario para la creación de la situación acompañante, y para ocupar este
lugar, un objeto debe provocar angustia, ser fobígeno. Esta angustia es la angustia acompañante, absolutamente necesitada por el fóbico. La relación entre sujeto y objeto es una
relación buscada que protege de la relación evitada, caracterizada por la pérdida de límiREV. DE PSICOANÁLISIS, LX, 2, 2003, págs. 373-377
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tes, por la pérdida del objeto, y la pérdida de la angustia acompañante que provoca otra
angustia aún mayor: “angustia-señal- de-no-tener-angustia”.
El fóbico no evita el objeto fobígeno, lo busca. La “situación fobígena”, en cambio, está
representada por la pérdida de la relación buscada.
Para el fóbico su angustia es necesaria, estructurante, rígidamente mantenida. Si el objeto es mutable, lo que debe permanecer siempre, y preservarse, es la angustia. Es la esencia de la vida del fóbico, su verdadero objeto acompañante; la angustia nomina todo, organiza la fobia, y si en algún momento falta, se desencadena la angustia-señal-de-no-tener-angustia, expresión clínica de la situación fobígena y pivote alrededor del cual se estructura la
posibilidad de 1) superar la fobia, 2) mantener o rehacer la fobia, o 3) sucumbir ante la angustia catastrófica de indiferenciación.
Que los objetos sean intercambiables no significa que no sean diferentes entre sí, la
intercambiabilidad ocurre a nivel de sus funciones. La intercambiabilidad se basa en su
carácter contingente y en que lo primordial es la función que desempeña, ya que a veces
el sujeto fóbico pasa a ser objeto fobígeno o acompañante de un sujeto que antes aparecía como objeto. Qué quiere decir que el objeto esté: que no se separe ni se acerque
totalmente al sujeto fóbico (esto habla de establecer una zona, un espacio, un límite). Que
el objeto siempre despierte cierta angustia. Que sea parecido, pero no igual. El temor al
objeto implica que lo tiene, y el fóbico necesita ese objeto, hay un especial modo de encuentro. El ser igual del todo o distinto del todo, el que no haya más objeto, quiere decir
que se pierda como elemento diferenciado y provoque así una angustia permanente al sujeto fóbico, y, para evitar que el objeto deje de estar, ejerce un cuidadoso control sobre el
o los objetos a fin de que sigan estando y no se junten con el sujeto ni entre sí. Si este
control fracasa, aparece una angustia-señal-de-no-tener-angustia.
Esto llevó a Mom a caracterizar al fóbico “como alguien que busca controlar permanentemente el mantenimiento de la diferenciación, ya que el no mantenerla lo podría conducir ‘al espacio único e indiferenciado y confusionante de la soledad’ cuya señal sería la
angustia de situación traumática, ‘angustia de fragmentación’”. Es decir que lo llevaría a
la relación catastrófica, para salir de la cual se constituye la fobia o, para evitar la cual
(como defensa) se constituye la fobia. El transcurrir del fóbico es una exhibición de limitación, mutilación, castración. Pero el fóbico no lo sabe. El verdadero acompañante del fóbico es la angustia y la angustia es un objeto. “Distancia” es el espacio de separación
entre objetos y “zona” el espacio en el cual viven los objetos. Esta zona debe estar limitada por una distancia máxima y mínima.
En relación con este tema quiero mencionar algunos conceptos de Lacan, quien sostiene que en la fobia el deseo es prevenido, así como en la histeria es la insatisfacción, y
en el obsesivo la imposibilidad. Para Lacan, el objeto fóbico se constituye como una metáfora congelada. En la fobia, el problema de espacio es lo esencial, así como en el obsesivo lo es el pensamiento y en la histeria, el cuerpo. En el objeto está todo y a la vez no
hay nada, mucho camuflaje. El fóbico pasa de ser un cervatillo asustado en el bosque a
ser un zorro sagaz, siguiendo el determinismo de una Gestalt intimidante. Según Lacan,
realizar simbólicamente lo imaginario implica un camino que el fóbico no termina de transitar, pero imaginariza lo simbólico para realizarlo.
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Hay siempre en él algo relacionado con el deseo de la madre. El contorno del yo está
difuso, hay una permeabilidad exagerada, está invadido, penetrado. Tiene que mantener
la distancia de cualquier forma. Lo materno está relacionado con el deseo puro, si no hay
un deseo velado o enmascarado, el sujeto queda en una posición donde no sabe bien si
va a ser el que complete a la madre o el que va a ser gozado por ella, con lo cual el nivel
de angustia es mayor. Frente a su propia sexualidad, el sujeto está infinitamente solo, y
el contrato con el objeto de su reaseguro vuelve más infinita esta soledad. En la fobia hay
desesperación.
Me parece que podríamos extender algunos conceptos importantes para todo análisis:
a) La noción de proceso. Mom dice: “Pienso que una fuente de confusión inicial sobre el
papel del objeto en las fobias puede estar dada por la tentativa de transformar un proceso –móvil, por la definición misma de proceso– en un sistema fijo y pretendidamente casi inmutable, que no toma en cuenta la o las funciones variables e intercambiables del objeto”.
b) La noción de intercambiabilidad y función.
c) El modo de entender a todo el proceso analítico. Mom dice: “Entiendo que hay muchos
conceptos ajenos a un cierto esquema de trabajo o referencial que enriquecen, en vez
de invalidar, el abordaje y la comprensión de un aspecto del problema o de los problemas en sí. Por el contrario, empeñarse en un abordaje unirreferencial a ultranza
debe ser entendido como una inconciente puesta de límites al ‘espacio mental de la
comprensión’”.
Mom desarrolla un caso clínico para ilustrar sus conceptos teóricos y finaliza el mismo con
las siguientes palabras:
Así, desconociendo de a poco su historia, lograban también “no saber”.
Parece éste un claro ejemplo de cómo las cosas, aun las más complejas, podían servir al
propósito de no saber.
Es decir, “a veces” Isabel era un sujeto que utilizaba [...] objeto(s)-sujeto. Y éste es un punto
básico: la intercambiabilidad y simultaneidad. El control que ejercía sobre ambos objetos, obviamente intercambiables, mantenía los límites entre lo uno y lo otro, diferenciándolos entre sí
y también de ella.
Para terminar, quiero citar un párrafo más de este artículo que me parece absolutamente
actual:
[...] digamos, una vez más, que la fobia aparece tapando, engañando, inventando presencia
donde realmente hay grandes ausencias, o vacío donde falta algo. Repitámoslo: “la construcción de una fobia impide estas situaciones catastróficas”. Las situaciones catastróficas tienen
que ver con la vivencia terrible de desmoronamiento en cuanto se accede al conocimiento, al
saber: es todo el sistema mítico, toda la construcción mítica la que corre peligro ante el conocimiento.
DESCRIPTORES: OBJETO FOBÍGENO / OBJETO ACOMPAÑANTE / ANGUSTIA / SUJETO / ANGUSTIA CATASTRÓFICA
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KEYWORDS: PHOBIGENOUS OBJECT / ACCOMPANYING OBJECT / ANXIETY / SUBJECT / CATASTROPHIC ANXIETY
Bibliografía
Freud, S. (1909): “Análisis de la fobia de un niño de 5 años”, A. E., X.
—(1926): Inhibición, síntoma y angustia, A. E., XX.
—(1933): “Conferencia Nº 32: Angustia y vida pulsional”, en Nuevas conferencias de introducción
al psicoanálisis, A. E., XXI.
Kaufmann, P.: Elementos para una enciclopedia del psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 1996.
Lacan, J.: El Seminario. Libro 4, La relación de objeto, Barcelona, Paidós, 1994.
(Este trabajo fue presentado al Comité Editor el 25 de julio de 2002.)
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