Imaginemos una ciudad lejana, en donde sus ciudadanos son

Anuncio
Microbús
3000
Rubén Jiménez
Díaz*
.
Imaginemos una ciudad lejana, en donde sus ciudadanos son totalmente felices
por el sistema metropolitano de transporte existente. El cual, entre otros medios
de transporte con los que cuenta, tiene unos aparatos especiales que tienen por
nombre "microbús 3000". la especial de tales artefactos radica en que son totalmente funcionales, jamás se ha tenido registro de algún pasajero que haya exteriorizado comentarios en contra del servicio que proporcionan, o siquiera dudado de su eficacia.
En todo momento ayudan a que se dé una concordancia entre la sociedad
y las organizaciones, ya que no existe ninguna entidad de este tipo, que tenga
problema con las llegadas tarde de su personal. Todos llegan entre cinco o diez
minutos antes de su hora de entrada y, sólo en el peor de los casos, se han detectado algunos casos en los que inevitablemente se llega quince 0 veinte minutos
antes, y ¡cómo estará la situación!, que hasta se han detectado casos de estudio
en los que se llega media hora antes. Yentonces,
la concordancia se da, en el
momento en que las organizaciones elevan su productividad y su competitividad,
gracias al perfecto funcionamiento
del sistema de transporte "microbús 3000".
Pero la funcional idad y eficiencia del sistema de dicho transporte no sólo son
causa del sistema en sí, sino que la sociedad misma la crea y la fomenta. Gracias
a que cuentan con un estricto control, que intrínsecamente la comunidad le ha establecido a los choferes de los "microbús 3000", a la constante responsabilidad
que la sociedad muestra en las labores que realiza, ya su respeto por sí misma.
*Estudiante de 11° trimestre de administración
ingeniería FI-UNAM
171
en la UAM-X. Estudiante de 8° semestre de
ADMINISTRACIÓN
Y ORGANIZACIONES
NOVIEMBRE
1998
El control lo realiza la sociedad, mediante sus fuerzas informales de relación, que son las que en todo momento prevalecen. Nunca se ha tratado de imponer alguna legislación o normalización
quier formalización
de cualquier
del servicio, ya que se sabe que cual-
comportamiento
social, no es posible que
funcione, si en general, toda la sociedad está en desacuerdo, o no está dispuesta a realizar, y no realiza, la parte que le corresponde.
Ya de manera pragmática, el control social funciona de la siguiente mane1721
ra.: está totalmente mal visto que los "microbuses 3000" viajen a más de cincuenta kilómetros por hora. Ya que de lo contrario, y pasados s610 algunos segundos de cometerse la falta, el chofer por cuenta propia se dará cuenta de su
error. O, si la falta durara algunos segundos más, pero sin que pase más de un
minuto viajando el "microbús 3000" a esa velocidad, entonces, cualquiera de
los pasajeros le recordará al chofer que está excediendo el límite de velocidad
y, con tan sólo esas palabras, es suficiente para que el chofer se dé cuenta de su
error. Ya sea después de que el chofer se dé cuenta por sí mismo, o después de
las palabras del pasajero, detendrá un momento el "microbús 3000", para pedir
una disculpa delante de todos los pasajeros. Dirá que fue un momento en el que
por alguna necesidad vial, tuvo que recurrir a tal falta, pero se comprometerá a
que no volverá a pasar y pedirá nuevamente una disculpa. Pasado lo cual, el viaje transcurrirá normalmente, es decir, todos viajarán alegres y satisfechos con el
servicio. ¡Ah!, pero lo único que cambiará en el viaje, es que los próximos pasajeros que suban al "microbús 3000" no pagarán pasaje. Con esto, los nuevos
pasajeros se darán cuenta que el chofer cometió alguna falta menor, al mismo
tiempo que funge como un pequeño castigo que la sociedad implementó.
El
chofer podrá cobrar en el siguiente viaje que realice, es decir, después de llegar
a su base correspondiente.
En el caso en que el chofer no haga caso al pasajero que le recordó su falta, entonces, de la misma manera, cualquier pasajero, incluido quien fue la voz
de todos, tendrá que pegar una calcomanía en la ventana lateral que se encuentra junto a la puerta. Tales calcomanías vienen, una en cada asiento del "microbús 3000". En las cuales se anotará la falta y fecha en que se incurrió en ella.
Con el fin de que todo pasajero que requier~ el servicio de dicho "microbús
3000", cuente con la opción de no subirse. Y quienes sí lo hagan en el transcurso de una semana, no pagarán pasaje. La calcomanía no se puede retirar sino
ADMINISTRACIÓN
ENTRE
LfNEAS
después de un año de que transcurrió la falta. Con lo anterior, se hará público
el tipo de chofer con el que se viaja. También tenemos que un "microbús 3000"
puede exhibir varias calcomanras al mismo tiempo. Pero es común, que con dos
o más calcomanras, nadie se arriesgue a subirse en ese "microbús 3000".
También es común, que con cualquier actitud del chofer que a los pasajeros les parezca inadecuada, todos se pongan de acuerdo, paren el "microbús
3000", pidan la devolución
de su dinero y se bajen a esperar otro transporte.
Claro que previamente le fue puesta la calcomanra de control.
173
Para darnos una mayor idea de cómo es que se lleva a cabo un viaje común y corriente dentro de un "microbús 3000" veamos, de manera general, cómo se realiza.
Todo pasajero espera el servicio en las esquinas antes de atravesar las calles. Es totalmente mal visto el que un pasajero espere el "microbús 3000" pasando la calle o en la mitad de una cuadra. Únicamente el chofer podrá pararse en el caso en que se vea obvio que el pasajero se dirija hacia la esquina pero
no le dé tiempo de llegar, y sólo que el "microbús 3000" no lleve ningún carro
detrás de él, o que su distancia sea mayor de veinte metros. Pero de ninguna manera, nadie deliberadamente espera al "microbús 3000" pasando la calle, o en
los sitios socialmente prohibidos, o que en su caso, puedan provocar un desorden en la vialidad -este punto es importante destacar, ya que la comunidad
cuenta con una amplia visión de las posibles repercusiones que pueden crearse
con determinada acción, y de ninguna manera prevalece el bienestar y comodidad personal, sino que en todo momento, y es un factor primordial,
el que se
cuide no causar daño o perjuicio alguno a los demás.
Ningún "microbús 3000" puede circular en los carriles de alta velocidad,
en todo momento circulan en el carril de baja velocidad, y sólo en los casos en
que sea necesario rebasar (porque algún automóvil u objeto obstaculice el camino), se permite el uso del segundo o tercer carril. Al rebasar el obstáculo se
tendrá que incorporar al carril de baja velocidad.
C,:ando el "microbús 3000" se aproxima a una esquina, éste reduce su velocidad, por si algún ciudadano se dispone a subir, o en todo caso, a bajar. y para que de esta manera el "microbús 3000" se pueda detener lentamente, ya que
por ningún motivo puede frenar de manera inesperada. Claro está, que en caso
de una emergencia, sr puede realizar este tipo de maniobras.
ADMINISTRACIÓN
Y ORGANIZACIONES
NOVIEMBRE
1998
Ya completamente parado el "microbús 3000", el chofer abrirá la puerta de
enfrente, y la de atrás, si alguien pretende bajar. -El "microbús 3000" no puede
avanzar si tiene alguna de las puertas abierta, deben permanecer cerradas en todo momento en que se encuentre avanzando-. Entonces, ya totalmente parado
y con la puerta abierta, la persona interesada puede abordarlo. El cobrador (que
no puede ser el chofer), da los buenos días al pasajero que acaba de subir, le recibe el dinero, le da el vuelto y le desea un feliz viaje. De la misma manera, el
174
pasajero se comporta muy amable y contesta los buenos días.
El "microbús 3000" no llevará en ningún caso más de cinco o seis pasajeros parados. Por un lado el chofer no hará la parada cuando la cantidad de pasajeros llegue al número anterior y, por el otro lado, las personas arriba del "microbús3000"
no permiten que se sobrepase. De la misma manera, cuando
alguien detecta que van varias personas de píe, la parada no se hace. Todos
comprenden que es por su propia seguridad.
En el recorrido, el "microbús
3000" no puede quedarse estacionado en
ninguna esquina por más tiempo del que dure un semáforo en rojo, o el tiempo
en que tarden en subir o bajar los pasajeros. Ya que de otro modo, se pensaría
que se está haciendo base, así como también, se afecta el tiempo de llegada de
todos los pasajeros y puede ser la causa que provoque un problema en el flujo
continuo de la vialidad. Por todas esas razones, es lógico que todos se encuentran conscientes de tal situación y se ve reflejado en el hecho de que la posibilidad de que se dé, es casi nula.
En el interior del "microbús 3000" todas las caras que se observan son de
alegría, optimismo y el júbilo por pertenecer a una sociedad activa y productiva. No se ven caras largas o enojadas, jamás se ve la expresión de "un día más",
o de "sólo trabajo por necesidad" , o tal vez la de "este medio de transporte no
sirve para nada", y mucho menos el de "qué me verá ese individuo",
casi siem-
pre todos terminan platicando de lo bien que la pasan en su trabajo, o cualquier
otro tipo de plática amistosa.
Y ni qué decir cuando algún pasajero desea bajar. Como se dijo antes, la
puerta se encuentra cerrada hasta que el "microbús 3000" está totalmente parado. Yentonces, nadie puede bajar sino cuando hay una total estática. Nada que
algún individuo se tenga que bajar antes de que el "microbús 3000" se detenga,
y cuando dicho individuo
pegue el brinco con una carrerita, el cobrador grite:
ADMINISTRACIÓN
ENTRE
lrNEAS
¡ya cayó! y mucho menos que se arranque antes de que el pasajero tenga los
dos pies en el suelo y ni al caso mencionar que alguien se baje en lo que el "microbús 3000" pasa un tope con menor velocidad.
Pero al bajar, también los pasajeros cooperan, es muy raro que alguien baje por adelante, a menos que sea totalmente necesario y por razones comprensibles, como por ejemplo: personas con alguna incapacidad física, personas que
carguen niños en brazos y que les sea dificultoso caminar hacia atrás, o casos
similares. Pero de ninguna manera, nadie desea bajar por delante sólo por gusto, ya que están conscientes que dicha puerta es para las subidas, y si se trata de
bajar por dicha puerta se puede ocasionar una pérdida de tiempo al detener el
flujo de gente que desea tomar el servicio. Al mismo tiempo que puede ocasionar que la cola de carros, detrás del "microbús 3000", no pueda avanzar.
Por lo que respecta a la participación de la sociedad, ésta es total. Ante cualquier falta de conformidad del servicio, el pasajero, transeúnte, o automovilista inconforme lo hará saber al chofer, para que juntos traten de resolver el problema
con un diálogo amistoso y amable. En la mayoría de los casos el arreglo es inmediato, ya que no existe la posibilidad de que alguno insista en tener la razón, cuando no es así. Además que, casi siempre, todos los pasajeros intervienen y dan sus
puntos de vista y, a través de la razón, todo se resuelve de la mejor manera.
En cuanto a la responsabilidad por sus labores, los individuos en ningún
momento se encuentran en la posibilidad de salir tarde. Día con día, todo mundo sale con el tiempo de sobra para llegar de su hogar al trabajo, escuela, universidad, u organización con la que tienen que relacionarse. Con lo que evitan
la influencia indirecta hacia los choferes para aumentar la velocidad de traslado. También ocasiona que nadie viaje apurado, preocupado, o enojado, fomentando la convivencia entre pasajeros, desde luego incluyendo al chofer, dentro
de los "microbús 3000".
Como vemos, todo marcha de manera muy cordial. Pero, qué pasaría si
quitamos el control social establecido.
Pues '.cndremos que los choferes de los "microbuses 3000" únicamente se
dejarán llevar por el instinto de obtener las máximas ganancias posibles, dejando de lado la seguridad y la comodidad de los pasajeros. Tratando de ganar el
mercado a como dé lugar y con la problemática que todos conocemos.~
175
ADMINISTRACIÓN
Y ORGANIZACIONES
NOVIEMBRE
1998
y aunque el reglamento y políticas fueran más estrictos, s6los, no podrían resolver de manera general el problema.
Si se aumentan los castigos o multas, ¿qué es lo que se ocasionará?: Únicamente que las mordidas y la corrupciÓn, también suban sus tarifas. Tal vez se
logre disminuir un poco las situaciones no deseadas, pero de ninguna manera
el problema se erradicará. Ya que no existe el suficiente personal, tanto en número como con las características adecuadas (sobre todo incorruptible),
176
para
que logre funcionar una soluciÓn con esas características. Se necesitaría llevar,
en un porcentaje considerable de los viajes que el "microbús"
realice, a un ins-
pector, de manera anónima y aleatoria. Cosa que disminuiría
las ganancias de
los choferes o aumentaría el costo del pasaje, debido a los costos que el control implicaría.
Otra posible soluciÓn (que realmente sería muy difícil que se pueda realizar, sino es que imposible), es que los choferes trabajen bajo contrato y con un
sueldo establecido, en una organizaciÓn que se creara con este fin. La cual fuera la responsable de coordinar, organizar y controlar todos los "microbuses". Y
que los dueños de los "microbuses" tengan una especie de acciones por cada
vehículo con que cuenten. Sin embargo, los costos de administraciÓn se elevarían demasiado y las nuevas disposiciones podrían causar conflictos entre las autoridades y los propietarios de los "microbuses". Además, ¿quién garantiza que
la organizaciÓn creada cumpla los objetivos previstos?
A fin de cuentas, tenemos que los choferes de los "microbuses" responden
como en una competencia perfecta, en la que hacen lo más que se les permite
con la finalidad de ganar un mayor mercado, y si todas esas prácticas que van
contra la seguridad, en todo momento les son permitidas, pues sus actitudes y
respuestas seguirán siendo las mismas.
Aquí, lo que queda, es cambiar el tipo de demanda a la que se enfrentan,
para que de esta manera, se vean en la necesidad de cambiar sus actitudes y
comportamientos,
para satisfacer a dicha demanda de manera convenientemen-
te o, de 10 contrario, salir del mercado.
Entonces, vemos que el problema no sÓlo radica en los choferes de los "microbuses", sino que en buena medida, los mismos usuarios del servicio provocan algunas de las irregularidades que se cometen en este tipo de transporte. De
la misma manera, se observa que las acciones que efectúan los choferes de los~
ADMINISTRACIÓN
ENTRE
llNEAS
"microbuses", y que ponen en peligro la seguridad de varios ciudadanos (incluidas personas en otros vehículos, o peatones), son realizadas con el fin de obtener mayores beneficios económicos. Es decir, tratan de obtener una mayor participación
en el mercado. Por lo que es necesario, entonces, que la demanda
ponga las condiciones en dicho mercado. ¿y cómo? pues cambiando su comportamiento hacia la oferta existente (el servicio que ofrecen actualmente los
"microbuses").
Se deben establecer ciertas normas para los "microbuses" que toda la SO- 1177
ciedad acepte. Pero claro que aceptarlas no sirve de gran cosa. En realidad, a
cualquiera que se le pregunte, estará de acuerdo en que los "microbuses" deben
manejar a baja velocidad, no deben corretearse entre ellos, deben estar totalmente parados para subir o bajar pasaje, etc. Sin embargo, lo que la demanda
debe hacer, es estar dispuesta a no permitir que la oferta (los "microbuses"), realice todas esas prácticas indeseables. Para que, de esta manera, se efectúe un
control social implícito.
En realidad, lo anterior fue para destacar el hecho de que el problema de
un "mal servicio" por parte de los llamados "microbuses", no es exclusivo de los
choferes y dueños del "microbús",
ni de las autoridades correspondientes, sino
que tenemos que es un problema que lo tiene que resolver la misma sociedad.
¿Pero cómo es esto? Se puede argumentar en el sentido en que si se tuviera una mejor administración, o que si se regulara y cumplieran dichas reglamentaciones, otra cosa sería. Pero la verdad es que el problema no puede resolverse con sólo la participación
de una parte de los actores. y mucho menos,
cuando el cliente es quien fomenta, inicia, o simplemente no deja en claro que
las situaciones vistas con anterioridad ponen en riesgo la seguridad, o la incomodidad de todos los pasajeros.
y para ver un poco la influencia de los pasajeros en estas actitudes poco
deseadas, tomemos en cuenta lo siguiente.
Tenemos que, en las horas pico, muchos de los pasajeros van con un retr.aso bastante considerable en el tiempo de llegada a su destino, lo cual incide in...;;.
directamente
para que el chofer aumente
do en que se llega a influenciar
comente
la velocidad.
al chofer
en ese sentido,
nada al chofer, éste lo sabe perfectamente,
nes, hasta los comentarios
personales
Es muy discutible
que
pero aunque
el grano se le
desde las caras y expresio-
llega a escuchar,
en donde
se da
ADMINISTRACIÓN
Y ORGANIZACIONES
NOVIEMBRE
1998
cuenta que los pasajeros llevan prisa. Y en su respuesta inconsciente, el chofer
responderá en ese sentido. Pero si a eso le aumentamos la conveniencia personal de que entre más vueltas dé en las horas pico, mayores ingresos obtendrá el
conductor del "microbús", entonces la rapidez del traslado aumentará, y con esto, la seguridad se verá disminuirá.
Pero no siempre pasa eso, hay situaciones en las que ocurre lo contrario,
que el "microbús"
va lentamente, sin importarle nada. Bueno, únicamente la
1781 gran cantidad de pasajeros que levanta en cada esquina (ya que es una hora pico). Pero aunque parece que ya no existe espacio para alguien más dentro del
"microbús",
el chofer insiste, cada vez que alguien sube, que si "son tan ama-
bles de recorrerse por favor", que porque todavía hay lugar. Pero, ¿quién provoca tal situación~ Inicialmente el pasajero, que en su desesperación por subir, hace la parada, aunque sabe que el "microbús"
ya va lleno. En segunda instancia
el chofer, que le hace la parada y, finalmente, los pasajeros que ya se encuentrcin dentro del "microbús",
por permitirlo.
Para romper la anterior, vemos que cualquiera de los tres principales actores lo puede hacer. Si quien se encuentra abajo no hace la parada, obviamente
el "microbús"
no se parará. Pero es poco probable que quien necesita el servi
cio urgentemente (ya que va con un retraso en su tiempo de llegada), quiera esperarse a que pase uno vacío.
Si el conductor no se para, también se evitaría dicha situación. Pero si la
base de sus ingresos es el subir a más pasajeros, pues es claro que entre más
pasajeros suban, es mejor para él, y no cortará las más entradas que pueda recibir.
El único
"microbús",
actor que queda,
pero tenemos
en general,
que no tienen
ridad y/o persona.
son los pasajeros
que la situación
él podría
ser quien
De la misma manera,
se encuentre
Para este último
un máximo
tiempo
punto,
del
Ya que creen,
para que se respete su segu-
en muchas ocasiones
se ponen en ellu-
en tal situación.
de personas de pie permitidas
en la velocidad
como
arriba
se piensa que es mejor que se suba, ya que
la solución
de paradas será menor yel
el dinamismo
es un poco diferente.
el poder suficiente
gar de quien quiere subir y entonces
que se encuentran
es clara, ya que si socialmente
dentro de un "microbús",
"microbús"
promedio
se pone
entonces
el
podrá dar más vueltas, con lo que
se vería beneficiado.
Entonces los "mi-
ADMINISTRACIÓN
ENTRE
lrNEAS
crobuses" no harían subidas después de rebasar el número límite de pasajeros,
pero la cantidad de veces que pasarían por el mismo lugar serían más. Con lo que
los pasajeros que no fueron recogidos de primera instancia se levantarían en esas
veces de más que el "microbús" pasará. Claro que se tendría que realizar un estudio del costo-beneficio en el consumo de gasolina, pero por el momento el interés principal radica en la seguridad y comodidad de los usuarios.
Empero existe un problema más: que a la mitad de la ruta los "microbuses"
siempre van llenos {recordemos que se está hablando de una hora pico, o de alta demanda), con lo que las personas ubicadas en esos sitios no serían llevadas
sino hasta que se terminara la demanda al inicio de la ruta. Lo cual, desde luego que no sería conveniente, ya que todos ellos no podrían llegar a tiempo a su
destino":"'"Peroesta situación puede resolverse si se establecen medias rutas. Es
decir, que por turnos establecidos desde la base, el "microbús" terminaría su ruta en un punto estratégico, previamente analizado y d~tectado, ahí daría la vuelta, para que tenga la opción de levantar a todas las personas que no han po~ido ser recogidas por los "microbuses"
que se encuentren realizando
la ruta
completa, o sea, los que vienen desde el inicio de la ruta.
Pero aún queda el problema de que la sociedad establezca el límite máximo que un "microbús" pueda llevar de pie. Yeso, es en verdad lo difícil, ya que
el usuario cree que ése es un problema que tiene que resolver la autoridad, o
que los únicos culpables son los choferes. Prefiere quedarse al margen de la situación y esperar a que algún día llegue la varita mágica que tenga el poder para cambiar todo sin que la sociedad mueva dedo alguno. Pero tampoco lo resolverá el hecho de enunciar el problema o de hacerlo saber a la comunidad. Ya
que es un comportamiento
social que por mucho tiempo se ha venido dando y,
entonces, se tiene que luchar contra la inercia de dicho comportamiento.
Prime-
ramente, se tiene que dejar en claro que viajar con un número elevado de pasajeros es inseguro. Para que luego se incida en el comportamiento
rios del servicio y de la comunidad
mediante una campaña publicitaria
de los usua-
en general. Lo anterior puede realizarse
y de información,
en la que se diga clara-
mente qué hacer en caso de que tales faltas se cometieran. Es decir, aclarar el
control social que se establecerá, por ejemplo, el uso de las calcomanías.
Pero de la misma manera como la sociedad debe establecer el número máximo de pasajeros de pie que un "microbús"
pueda llevar, también debe esta-
79
ADMINISTRACIÓN
Y ORGANIZACIONES
NOVIEMBRE
1998
blecer, y no permitir las acciones que vayan en contra de su seguridad y comodidad. Como, por ejemplo, que los "microbuses" no puedan circular en carriles
de alta velocidad y que circulen a una velocidad moderada, que en todo momento en que el "microbús"
camine debe tener las puertas cerradas, que toda
persona debe subir y/o bajar cuando el "microbús" se encuentre totalmente parado, que no puede hacer paradas atravesando la calle, que los "microbuses" no
se correteen, que el viaje no sé caracterice por tener puros arrancones y frena180 I das inesperadas. Si llevan música que sea a un nivel de volumen adecuado, que
los choferes respeten los semáforos y, por otro lado, que los pasajeros bajen por
la puerta trasera, que no hagan paradas pasando la calle o en lugares en los que
se podrfa provocar una detención del flujo de los vehfculos, que salgan con un
tiempo de sobra para llegar a su destino, que no se suban en "microbuses"
lle-
nos, que no se bajen con el vehfculo caminando, etc.
A final de cuentas, tenemos que es esencial un cambio en las conductas
sociales que tenemos perfectamente establecidas, para con el servicio que ofrecen los "microbuses", si queremos, claro está, una mejorfa en la seguridad y comodidad que ofrece dicho transporte.
Pero lograr eso en una sociedad en donde el ritmo de vida es bastante acelerado {cuando menos en la etapa de transportación), y donde las caracterfsticas
de comportamiento
social son tan arraigadas, vemos que en realidad se deja ver
diffcilla posibilidad de un cambio.
Finalmente, tendrfamos que preguntarnos si en realidad un "microbús
3000" irfa acorde con nuestro modus vivendi, y si al cambiarlo no extrañaremos
nuestra idiosincrasia, la cual es llevada a su máxima expresión en los tan nuestros "microbuses".
Descargar