La Palabra de Dios siembra confianza en nuestras vidas "Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él." Jeremías 17:7 Fíjate, que en todas partes nos hablan de confiar. Los comerciales, o reclames están llenos de mensajes para confiar: confía en la construcción de los autos, porque la fábrica XXX los hace mejor que la otra. Confía en que esta aspiradora si va a cambiar tu vida, pues no hay otra igual en el mercado. ¿Quieres lucir más joven? Confía en el nuevo producto de belleza, pues este si te va a quitar las arrugas y te va a hacer lucir 15 años más joven. ¿Has estado tomando ese producto para las jaquecas/migrañas? Este nuevo fármaco es mucho mejor y te va a ir mejor que con los otros. ¿No has escuchado como debes confiar en el gobierno porque ahora, no antes, ellos tienen las respuestas a todas tus situaciones? Pudiera seguir añadiendo a la lista, pero la realidad es que no tenemos el espacio, y lo más importante es llegarnos al que sí nos puede contestar nuestras preguntas. Entro al Jardín de Dios y me encuentro con el único que si puede contestar mis preguntas: "Señor mucho se habla de confiar y de confianza, pero la realidad es que todo a nuestro alrededor indica que tengo que dudar de lo que se dice, pues lo que se hace son dos cosas completamente opuestas." Su contesta es corta y simple: están poniendo su confianza en el hombre, en las cosas a nuestro alrededor, en lo que fluctúa, en otras palabras en lo temporal. Así como tú puedes cambiar de parecer de un día para el otro, todo a tu alrededor también puede cambiar. La realidad es que tu confianza debe estar en el Dios que nos formó, que nos ama y que nos asegura que si nos metemos en su Palabra nos daremos cuenta que aun cuando las circunstancias a nuestro alrededor dicten otra cosa, Él estará con nosotros. ¿Estás poniendo tu confianza en las leyes del hombre, en tu cuenta de banco, en la casa y en el seguro de salud? Me recuerda, con una suave sonrisa y un amor indescriptible, que Él nos dio todo eso, que Él sabe cuáles son nuestras necesidades, y que si hasta hoy hemos vivido bajo su manto de amor y protección, qué me hace pensar que Él ha cambiado, cuando su Palabra establece que Él es el mismo ayer, hoy y para siempre. La Palabra de Dios dice que no confiéis en los príncipes, ni en hombres, porque no hay salvación en ellos. Dice que perseveres en Él porque Dios ama a aquellos que permanecen obedientes a la Palabra de Dios y da paz a los que piensan constantemente en Él. ¿No crees que valga la pena que confíes en el único que puede salvar, sanar, proteger, prosperar y por supuesto amar hasta el punto de derramar completamente toda su sangre por ti, en Jesús el Hijo de Dios? Medita en esta Palabra y nos vemos en nuestro próximo Encuentro en su Jardín... Lecturas recomendadas: Salmo 146:3 No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. Isaías 26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Juan 15:7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.